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CAPÍTULOUNDÉCIMO

LA DEONTOLOGÍA PROFESIONAL
LA DEONTOLOGÍAPROFESIONAL

PoR Jos MARCA


DELGADO
COBOS

La deontologíaes por definiciónun temadifícilpor situarseen el planode la


reflexiónfilosófica.La deontologíaprofesionaldel militarplanteatodavíamás
problemas.Aquí vamos a intentar un análisispreliminarque pudiera ser
ampliadoen futuroscursos.
La deontologíaparecehaberocupadoy ocupa un papel preeminenteen
la protesÓnmilitar.Inclusocreemosque podriahablarse,en algunoscasosy
circunstancias,de hipertrofia;sobretodo de una ciertaformade entenderla
deontologíay su papel.Dichoaparentepreponderante papel,o preocupación
a primeravista,contrastacon la escasadedicacióna su estudioy desarrollo
por militaresy no militares.Causaen efectoverdaderasorpresadesdeun
plano puramentecientíficover citada reiteradamente, incluso hoy,Deonto
logía militarescritapor don MarianoVegaen 1947,probablemente porqueno
hay muchomásque citar.Dichaobra ha sido recibiday citadadurantelus
tros acríticamentey, según parece,más por la valiosapersonalidadde su
autor que por la importancia en sí de su aportación.
En España,corno en tantosotrosórdenesde la vida,las peculiarescir
cunstanciasde nuestrahistoriahaninfluidodecisivamente en estamateria,al
introducirun sesgoy una innecesariaexhaltaciónde una supuestarelación
entre lo militar y lo religioso,y entrela deontologíay una determinadacon
cepción de lo religioso.Estádesdeluegopor hacerun estudioseriode estas
cuestionesa la alturade nuestrotiempo.
Nuestrareflexiónva a concentrarseen dos partes:
a) Las peculiaridades de una ciertaconcepciónde la deontología entrenues
tros militaresactuales.
b) Una breveideade lo que a nuestrojuicio debeser una deontologíamili
tar y un esbozode valoresy fines.
Creemos en efectoque ha habidouna indudableinfluenciaen la concep
ción de la deontologíaprofesional,del excesode protagonismopolíticodel
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ejército,ligandodeontología con supuestosimperativos categóricosde carác
ter cívicos-político,
y del protagonismo de la religióncatólicay tradiciónreli
giosa en la profesiónmilitary en la organización política.
Como en otrosconceptosque ha sido objetode análisisy estudioen los
últimos añospor el Seminario,la deontologíaprofesionaldebeexaminarsea
la luzdel nuevocontextopolíticoy socialde Españay del Mundo.Estono es
relativismosinoreconocerlo históricodel hombre,por másquea lo largode
la historiapuedanentreverseunaseriede contrastesen las aspiraciones y los
valores.
La apelacióna ciertos“valores”tenidospor esencialesen esa concepción
tradicionalde la deontologíamilitarse ve cada vez más dificultadapor una
actividad esencialmente tecnificaday gerencialinclusoen el empleode la
fuerza. Desdeeste nuevoreemplazamiento de los ejércitosen la sociedady
en la organización administrativa,
la ética o moralprofesionalno pareceque
tenga que jugar un papel muy diferentedel que ésta deberíade jugar en
otros sectoresprofesionales o sociales,eso sí,con las peculiaridades propias
de la profesión.Porejemplo,no cabedudade la especificidad de la profesión
militar y de su especialvinculacióna las tareascomunitarias. Peroen situa
ciones de normalidadpolíticano pareceque la justificacióno fin de la profe
sión militarhaya de poner un especialénfasisen la direcciónde la cosa
pública y por elloen eco de supuestasconcepcioneseternasa defenderen
la arenapolítica.
Especialmentenecesarianos parecela clarificaciónde que la deontología
militar no tienenadaque ver con la religiosidady la prácticareligiosaindivi
dual de sus miembros.La deontología profesionalno es la direcciónespiritual
del militarpor los sacerdotesde sus respectivascreencias.Estavisiónquizá
arranquede la Reconquistaprimeroy de las guerrasde religióndespuésy,
en particular,del papeldesempeñado por las órdenesde caballeríacomoha
sido puestode relievepor historiadores como EIIioty que ha llevadoa asimi
lar deontologíamilitary religión,lo que no es exacto,dentrode un marco
general de identificaciónde monasticismoy caballeríamuy caro al militar
español de los últimosaños. Esta influenciaque en sus orígenespuede
decirse sintonizaperfectamente con un ciertoestadode cosas en la socie
dad ha tendidoa perdurar,convirtióndose, en nuestraopinión,en anacro
nismo y actuardicha concepciónde formaclaramente“mítica”y no como
auténticaguíadel quehacerprofesional.
No se trata obviamente de impugnarel valorde la tradición,los símbolosy
las formas,ni desdeluegoel valorde la deontologíaprofesionaly, obvioes
decirlo, el de la religión.Perola confusiónde planoscreemosque hace un
flaco servicioa la Institucióny a las concepciones y actitudesdefendidas.
Hay que reconocerque el papelque esoselementoscasi puramentemíti
cos jueganhoy en la educacióndeljovenmilitar,en la motivaciónprofesional
y profesionales y en las relacionesde las actividadesdel militardentrode la
organizacióny en la sociedad,han de ser revisados.Hay que desbozar
especialmentelo que de componente Críticorodeaa la deontología profesio
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nal —esaeducaciónsoldadoy monje—parallegara un códigode valores
auténticamenteprofesionales y específicosy, desdeéstos,a los realmente
vividos, para hacer un análisismínimamenteserio de la deontologíatal y
como esta ‘existe”hoy en la profesióny tal como ésta debe armonizarSe
con el nivelde reflexiónfilosóficade la humanidad.Estecomponente “mítico”
está probablemente en todas las deontologíasmilitaresy concepciónde lo
militar del mundo,peropensamosque en España,quizápor la seculardedi
cación de los ejércitosa la defensade unafe religiosa,estarevisiónes par
ticularmentenecesaria.
Hay una carga de “religiosidad”, en nuestraopiniónmal entendida,en el
tratamientode la deontología. No deja de sorprenderque todavíahoy los
escasosartículoso estudiosal respecto,másque deontologías o discusiones
deontológicas,parezcan“guíasespirituales” de tipo personaladerezadas con
doctrina socialcatólicasobre unaseriede cuestionespersonalesy algunas
sociales.Si comotalesguíasdichasobraspuedentenerun indudablemérito,
como obrasde reflexiónfilosóficaa la alturade nuestrotiemposon bastante
rudimentarias.Cuandolos pensadoresmodernos(Apel,Hare,.Rawis,o entre
nosotros,A. Cortina,E. Guisán,etc.) están embarcadosen superarla ética
racionalistakantianao el idealismohegeliano, con éticas“dialógicas”,“plura
listas”, mínimas,los planteamientos prevalentesy sobre todo la ausencia
de reflexióncontrastacon esa supuestapreocupación y sensibilidaddeonto
lógica del militarespañol.Es evidente,dichoen lenguajecoloquial-universita
rio, que la deontologíaes una “maría”en la enseñanzamilitarcomo lo es
entre los médicos.Los abogadosni siquieratienenuna“maría”dedicadaa la
ética profesionalen la carrera.A lo mejor,al final, la conclusión,es que el
militar español,en general,es profundamente religiosoy másconcretamente
católico-practicante.Peroello no solucionala existencia,estudioy vivencia
de un códigoéticoo moralprofesionala la alturade las circunstancias.
El segundoaspectoquetambiénconvieneresaltares la influenciaevidente
que en la deontologíao en una determinadaconcepciónde la deontología
ha tenidoel protagonismo políticode los Ejércitosen España.Eneste sentido
la deontologíahabríavenido.a veces a ser el código moral abstractoy
poseedorde esenciaeternaque permitiríaal militarno respondermás que
“ante Diosy ante la Historia”desligándose cuandole ha parecidooportuno
del podery la organizaciónestataltemporal.Entiéndasebien, no se está
diciendo que la deontología, hayasido causao determinante de esto.Sim
plementese avanzala hipótesisde que en buenaparteuna ciertaconcep
ción de la deontologíaha servidosubconscientemente, otrasveces clara
mente, para justificaresa postura que en realidadlleva a sus últimas
consecuenciasel sueñogremialfeudal,estoes, la independencia de código,
moral y jurisdiccónde cadaclase profesional.
Obviamente,estospostuladosno perduranen estostérminosy aquísólo
se ha pretendidouna llamada de atencióninicialque sirvaparala.reflexión
siguiente sobrelo que en verdadha de ser el papel de una ética o moral
profesionala la alturadel sigloXXI;en particuJar,la de los ejércitos.

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Desaparecidala organizacióncorporativay enmarcadostodos los profe
sionales y quehaceressocialesen la relacióndel interéso bienpúblico,no
parece fácil justificara estasalturasunadeontología o moralcorporativa, sino
como aplicaciónconcretaen el ámbitode unaprofesión,de un códigogene
ral de moralsocialy cívica.Porotra parte,siendoel pluralismopolítico,moral
y religioso,eje de la convivencia,pareceque cualquiermoral profesional
habrá de tener necesariamente en cuentadichosustrato.Del pluralismoreli
gloso se hacen eco ya las nuevasOrdenanzas.No hay que caer desde
luego en una moral profesionaltecnocráticaaunque—en buena parte la
deontologíamilitarlo ha sido así siempre—,es decir, un mero código de
estándar de competenciay eficienciapor más que se haya vestidode ilus
tres ropajes.Tampocohay quedespreciarestapartedel códigopueses evi
dente que éstees unode los papelesimportantes de la deontología profesio
nal hoy.
Como todo códigode normas,el deontológicorequiereuna referenciaa
unos fines para que el mismo“solucione”el problemadel “debercumplido”
o el “bienrealizado”que todo serhumanonormalsiente.El códigodeontoló
gico militaral uso está necesitadode una cierta depuraciónde conceptos.
Tal vezEspañaestaballenade miserables en nuestroSiglode Oro.Perohacer
de la honradezo la lealtadun valorespecíficamente militarno puedesignifi
car sinoque el restode la sociedadno era muyhonrada.
Hay valores que son igualmenteaplicablesa muchas organizaciones
sociales hoy,por ejemplo,a las empresas,al Gobierno,al Parlamento o a los
jueces. En general,mientrasmás se ha “publificado”lo privado,menos
especificidadpareceteneresteaspectode los códigosdeontológicos de cier
tas profesionesmásligadasa la realización del interéspúblico(militares,jue
ces y abogados,médicos,etc.). Inclusoa los investigadores o científicos
puros se les pidehoy una responsabilidad moralfrentea la sociedad.
En una palabra,cuandotoda actividadsocialse ordenaclaramentea la
realizaciónde interesesgenerales,la “especialidad”de las deontologías tra
dicionales queda bastantedesdibujada. La revisión,no obstante,no ha de
impedir que el código moralmilitarse utilicecomo vehículopara inculcar
ciertas conductas,actividadeso “virtudes”específicamente necesariasa la
profesión como, por ejemplo,el valor o la disciplina.Pero el gruesodel
código no debe diferir hoy del aplicableen cualquiersectordel quehacer
social, en particular,de los más ligadosa la realizacióndel interésgeneral,
aludidos.
El hechode que el “cumplimientodel deber”y la obedienciaocupenun
papel preponderante en la profesióny organizaciónmilitar,no significaque la
vida del militaresté por ello fundamentaly necesariamente orientadahacia
unos valoresprofesionales. Dichode otraforma,no es lo mismoque la vida
profesionalgireen tornoa esos valoresque ciertosvaloresse hayanconver
tido en estándaresde conductaprofesional. Y dichode otra forma,habrá
“buenos” y “malos” militarescomo buenosy malosprofesionales, políticos,
jueces, etc. Perola ligaciónvalores-profesión no nos parececonsustancial

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mente superiora la que debadarse en otrosámbitos.Lo que puedenser
superioresson los valoreso los fines,aunquecomo diremosdespués,en
una sociedadcada vez más “publificada”no pareceque la realizacióndel
bien comúncompletaexclusivamente a unospocos.En materiade defensa,
ahí estátoda la nuevaconcepciónde la defensacomo“tareade todos’.
El segundoaspectodel códigodeontológico es el de los fines «valores
que son los que por contrastecon ellos permitendiscernirlo “bueno”o lo
“valioso”.Sinestosfines,el códigodeontológico se convierteen un frío catá
logo de comportamientos transmitidospor tradicióny repentizados, desprovis
tos de toda trascendencia. Sin el sentidodelfin y de la misiónde cada per
sona y grupoen la sociedad,quees segúnpareceun aspectoconsustancial
del ser humano,no hay auténticaéticao moralprofesional.
Pues bien,es evidente,que los fines del militarprofesionaly de los eérci
tos estánhoy claramentedefinidosinclusoen normade rangoconstitucional;
y son esosfines de defensay servicioa la comunidadlos que debenorien
tar el códigode conductaprofesional. A partirde dichosfines que necesa
riamenteincorporanlos valoresasumidospor la sociedadespañola,el código
deontológicodel militardebe ser un catálogode respuestasconcretasa la
responsabilidadpuesta en sus manos,en su quehacerdiario,eliminando
tópicos y toda grandilocuencia y referenciaa obligacioneso deberesque en
una sociedaddemocráticasanadebenserdeberesde todoslos ciudadanos,
o a misionesextratemporales y responsabilidades que no seanfrentea sus
semejantesa los que sirven.Dejamosparaun futurotrabajotantola reflexión
más profundasobrela concepcióngeneralde la éticaprofesional acprdecon
la generalreflexiónfilosóficade nuestrotiempoy el intentode un código
deontológicorevisado.

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