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Autorretrato

Hola me llamo Miguel Ángel Cajusol Reyes, soy un chico divertido, delgado y de una
talla mediana, soy de piel trigueña.
Mi nariz es mediana, tengo los ojos oscuros, la boca que tengo es mediana pero mis
labios un poquito grueso. Soy de escaso pelo oscuro y lacio, mis manos son de
tamaño regular, me gustan los paseos y jugar futbol, también me gusta escuchar
música.
Etopeya de un familiar
Jamás tocó un microondas. El fuego lento y la paciencia eran, para ella, mi abuela
Rosa, la clave de toda receta. Siempre nos esperaba asomada en la puerta, con
nuestros platos favoritos ya dispuestos en la mesa, y nos miraba atentamente mientras
disfrutábamos de cada bocado, con una sonrisa ininterrumpida. Cada sábado, a las 7,
debíamos acompañarla a misa. Era el único momento del día en el que permanecía
seria y callada. El resto del día hablaba sin parar y cada vez que reía todo a su
alrededor temblaba. Las plantas eran otra de sus pasiones. Cuidaba de cada una de
ellas como si fueran sus hijos: las regaba, les cantaba y les hablaba como si pudieran
escucharla.
Texto descriptivo subjetivo.
Como cada año, la magnifica y grandiosa romería del Roció, se va acercando, y las
hermandades de los distintos pueblos españoles, van “calentando motores”. La gente
rociera, y que le gusta esta romería, a la hora de dormir, se alojan en las incomodas
carriolas, y durante los soleados días, (porque suele caer en mayo), la gente recorre el
tramo en coches de caballos y en caballos. La conclusión de esta magnífica romería
es, que todas las hermandades del GRAN país español, lleguen a la Aldea, y al día
siguiente, la bonita Virgen del Rocío salga a procesionar por las arenosas calles del
Rocío durante toda la noche, y parte del día.

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