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La princesa Rea Silvia, vivía en Alba Longa, una ciudad fundada junto al río Tiber, cuando Nimitor era

su rey. Sin
embargo, en su hermano Amulius que quería para sí el reinado, le destronó, mató a sus herederos y obligó a su hija,
Rea Silvia a convertirse en una sacerdotisa para evitar que tuviera hijos que le pudieran quitar el trono.
Sin embargo, Rea Silvia quedó embarazada del dios de la guerra Marte y dio a luz a dos gemelos, a quienes puso por
nombre Rómulo y Remo. Cuando Amulio se enteró entró en cólera, encarceló a Rea Silvia y mandó dejar a los bebés
junto al río Tíber para que murieran ahogados. Pero el sirviente encargado de esta tarea, se compadeció de los bebés y
les colocó dentro de una canasta que empujó río abajo. Rómulo y Remo viajaron sobre las aguas hasta la zona de las
siete colinas.
Allí, los niños fueron encontrados por una loba llamada Luperca que los cuidó en su guarida, en la colina
Palatina, hasta que fueron encontrados por un pastor y su esposa, quienes los criaron como pastores.
Cuando ya fueron adultos, Rómulo y Remo se habían convertido en dos jóvenes fuertes y aguerridos, eran líderes
natos. Un día Remo fue capturado por las tropas del rey Amulio y fue llevado ante él. Fue entonces cuando descubrió
su verdadera identidad, supo que era hijo de la princesa Rea Silvia y que Amulio había echado del trono al verdadero
rey.
Rómulo mientras había reunido a unos cuantos pastores para rescatar a su hermano. Tras una dura batalla, acabaron
matando a Amulio. Cuando el pueblo supo quiénes eran los niños, se ofrecieron a coronarlos como reyes conjuntos.
Podrían ser gobernantes de su tierra natal. Sin embargo, rechazaron las coronas porque querían fundar su propia
ciudad. Los gemelos marcharon a buscar el lugar perfecto para su ciudad. Los gemelos viajaron por la siete colinas,
Remo deseaba comenzar la ciudad en el monte Aventino, mientras que Rómulo prefería el monte Palatino. Para
decidir qué hermano tenía razón, acordaron esperar una señal de los dioses, un augurio, para determinar qué colina
habría de ser su nuevo reino. Remo vio primero la señal de seis buitres, pero Rómulo vio doce. Cada uno afirmó haber
ganado.
Y, a pesar de que Romulo había visto más pájaros, Remo argumentó que él los había visto primero y, por lo tanto, la
ciudad debería construirse en el Aventine. Mientras tanto, Rómulo comenzó a construir un muro en su colina, que
Remo decidió saltar. Enfurecido por la acción de su hermano, Rómulo lo mató. Con Remo muerto, Rómulo siguió
creando su ciudad que fue fundada el 21 de abril de 753 a. C., se coronó a sí mismo rey y la nombró Roma en su
honor.

La princesa Rea Silvia, vivía en Alba Longa, una ciudad fundada junto al río Tiber, cuando Nimitor era su rey. Sin
embargo, en su hermano Amulius que quería para sí el reinado, le destronó, mató a sus herederos y obligó a su hija,
Rea Silvia a convertirse en una sacerdotisa para evitar que tuviera hijos que le pudieran quitar el trono.
Sin embargo, Rea Silvia quedó embarazada del dios de la guerra Marte y dio a luz a dos gemelos, a quienes puso por
nombre Rómulo y Remo. Cuando Amulio se enteró entró en cólera, encarceló a Rea Silvia y mandó dejar a los bebés
junto al río Tíber para que murieran ahogados. Pero el sirviente encargado de esta tarea, se compadeció de los bebés y
les colocó dentro de una canasta que empujó río abajo. Rómulo y Remo viajaron sobre las aguas hasta la zona de las
siete colinas. Allí, los niños fueron encontrados por una loba llamada Luperca que los cuidó en su guarida, en la colina
Palatina, hasta que fueron encontrados por un pastor y su esposa, quienes los criaron como pastores.
Cuando ya fueron adultos, Rómulo y Remo se habían convertido en dos jóvenes fuertes y aguerridos, eran líderes
natos.
Un día Remo fue capturado por las tropas del rey Amulio y fue llevado ante él. Fue entonces cuando descubrió su
verdadera identidad, supo que era hijo de la princesa Rea Silvia y que Amulio había echado del trono al verdadero rey.
Rómulo mientras había reunido a unos cuantos pastores para rescatar a su hermano. Tras una dura batalla, acabaron
matando a Amulio. Cuando el pueblo supo quiénes eran los niños, se ofrecieron a coronarlos como reyes conjuntos.
Podrían ser gobernantes de su tierra natal. Sin embargo, rechazaron las coronas porque querían fundar su propia
ciudad. Los gemelos marcharon a buscar el lugar perfecto para su ciudad. Los gemelos viajaron por las siete colinas,
Remo deseaba comenzar la ciudad en el monte Aventino, mientras que Rómulo prefería el monte Palatino. Para
decidir qué hermano tenía razón, acordaron esperar una señal de los dioses, un augurio, para determinar qué colina
habría de ser su nuevo reino. Remo vio primero la señal de seis buitres, pero Rómulo vio doce. Cada uno afirmó haber
ganado. Y, a pesar de que Rómulo había visto más pájaros, Remo argumentó que él los había visto primero y, por lo
tanto, la ciudad debería construirse en el Aventino. Mientras tanto, Rómulo comenzó a construir un muro en su colina,
que Remo decidió saltar. Enfurecido por la acción de su hermano, Rómulo lo mató. Con Remo muerto, Rómulo siguió
creando su ciudad que fue fundada el 21 de abril de 753 a. C., se coronó a sí mismo rey y la nombró Roma en su
honor.

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