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APLICACIONES PRÁCTICAS DE LOS

SISTEMAS DE INFORMACIÓN
GEOGRÁFICA EN LA ARQUEOLOGÍA
MEXICANA

SEIS ESTUDIOS DE CASO

Editado por

Armando Anaya Hernández


i
APLICACIONES PRÁCTICAS DE LOS SISTEMAS DE
INFORMACIÓN GEOGRÁFICA EN LA
ARQUEOLOGÍA MEXICANA
SEIS ESTUDIOS DE CASO

Armando Anaya Hernández (Ed.)

Derechos Reservados:

Universidad Autónoma de Campeche


Av. Agustín Melgar s/n entre calle 20 y Juan de
la Barrera, Col. Buenavista
San Francisco de Campeche, Campeche, 24039,
México
Tel. +52 (981) 811-9800, conmutador
(www.uacam.mx)

ISBN 978-607-8444-44-1

Primera Edición: 2018

Dra. Cindy R. Saravia López


Rectora

Mtro. Fernando Medina Blum


Secretario General

Lic. Manuel Sarmiento Morales


Secretario del Consejo Editorial

Distribución: Red Mexicana de Arqueología

i
7 APLICACIÓN DE HERRAMIENTAS SIG PARA EL ANÁLISIS
DE LOS PATRONES DE ASENTAMIENTO RESIDENCIALES DEL
SITIO DE CIUDAD CAUCEL

Alejandro J. Uriarte Torres

INTRODUCCIÓN
Desde la primera mitad del siglo XX, las investigaciones arqueológicas en el noroeste de
Yucatán han permitido identificar una destacada ocupación durante el periodo Formativo
(ca. 1000 a.C.-250 d.C.) (ver Andrews IV 1962, 1965a, b; Andrews IV y Andrews V
1980; Ball 1994; Brainerd 1951, 1958; Joesink-Mandeville 1970; Shook 2006 (1955)). A
diferencia de otras regiones del Área Maya, donde el registro arqueológico formativo se
encuentra por lo general bajo las construcciones monumentales del periodo Clásico (250-
900 d.C.), en el noroeste de Yucatán se ha preservado incluso a nivel de superficie,
constituyendo una región privilegiada para el estudio de los procesos socioculturales
tempranos, siendo al presente una de las áreas mejor documentadas de las Tierras Bajas
del Norte para este periodo.

No obstante, durante largo tiempo predominó la idea de que los grupos que habitaron el
septentrión peninsular sólo lograron un desarrollo sociocultural destacable hasta el
Clásico Tardío/Terminal (600-1000 d.C.), cuando florecieron los asentamientos en la
región Puuc, y particularmente tras la caída de los centros clásicos en las Tierras Bajas
Mayas del Sur hacia el siglo IX con el consiguiente auge del centro urbano de Chichén
Itzá. Como resultado, existió poco interés por desarrollar mayores investigaciones
arqueológicas enfocadas en comprender el desarrollo de los grupos sociales existentes en
estas regiones durante los periodos Formativo (ca. 1000 a.C.-250 d.C.) y el Clásico
temprano (250-600 d.C.), al considerarse al norte de Yucatán como un área remota y
marginal dentro del Área Maya, y que sus logros culturales se derivaron de la influencia
de aquellos originados en regiones meridionales como El Petén o Belice.

Esta percepción se ha modificado en las últimas tres décadas al incrementarse el número


de investigaciones arqueológicas en sitios formativos del norte de Yucatán conformando
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un conjunto de datos disponibles cada vez mayor (Andrews V 1988, 1989; Andrews V y
Ringle 1992; Andrews V, et al. 1984; Barnes, et al. 1980; Ringle y Andrews V 1988;
Anderson 2005a; Anderson, et al. 2004; Robles y Andrews 2003, 2004a, b; Ligorred
2007-2008; Ligorred, et al. 2006; Maldonado 2006; Quiñones 2001, 2006; Uriarte 2003,
2004; Stanton 2012). Ahora se propone que el establecimiento de una organización
política compleja debió ocurrir más tempranamente desde el Formativo medio (1000-350
a.C.), con evidencia de una destacada arquitectura pública, que incluía entre otros plazas,
basamentos piramidales, juegos de pelota, acrópolis, calzadas y grupos tríadicos, con un
arreglo planificado y encabezando una jerarquía de asentamientos a nivel regional, todos
ellos con una antigüedad y monumentalidad equiparable a la de asentamientos de las
Tierras Bajas del Sur como Nakbé, y contemporáneas de centros olmecas como La Venta
(ver Anderson 2011; Benavides 2007; Gallareta, et al. 2005; May, et al. 2006; Robles
2004; Stanton 2005, 2012; Stanton y Ardren 2005). Hacia el final del Formativo medio,
las características de los patrones de asentamiento y la arquitectura pública, presentan
variantes regionales claramente demarcadas que parecen indicar incluso la existencia de
diferentes entidades políticas o comarcas bajo el control de centros primarios (Robles
2004).

A lo anterior se suma también la información obtenida en las cada vez más frecuentes
intervenciones de salvamento arqueológico en numerosos sitios menores, como
consecuencia del constante crecimiento de la ciudad de Mérida y de la infraestructura
pública y privada que demanda.

Precisamente, actividades de salvamento arqueológico efectuadas entre 2005 y 2006 en la


primera etapa del desarrollo habitacional conocido como Ciudad Caucel, al poniente de
Mérida, permitieron documentar con amplitud evidencias de una importante ocupación
formativa distribuida en un área aproximada de 8 km2, que incluía varias agrupaciones de
arquitectura publica y residencial correspondientes a sitios de segundo y tercer rango en
la jerarquía regional de asentamientos (ver Anderson 2003). El estudio de este corpus de
datos, mediante la aplicación de una metodología que combinó el análisis estadístico y el
empleo de las herramientas de gestión de datos y análisis espacial provistas por los
Sistemas de Información Geográfica (SIG), permitió revisar problemas relativos a la
complejidad social y la evidencia de estratificación en la arquitectura residencial de los

110
sitios tempranos del noroccidente de Yucatán, como parte de un estudio más amplio
sobre la organización sociopolítica formativa (Uriarte 2016). La presentación de la
metodología aplicada para el estudio de la estratificación residencial de los asentamientos
formativos de Ciudad Caucel y los resultados obtenidos mediante la aplicación de la
tecnología SIG en el análisis espacial, constituyen el objetivo de este trabajo.

EL SITIO DE CIUDAD CAUCEL


El poblado de Caucel se localiza aproximadamente 10 km al poniente del centro de
Mérida, siendo cabecera de una de las comisarías integrantes del municipio emeritense
(Figura 7-1). Se trata de una población de la cual se tienen referencias históricas que
remiten a su ocupación durante los periodos Posclásico y Colonial temprano (siglo XVI)
(Roys 1952; Roys 1957), cuando fue una de las poblaciones principales dentro de lo que
Roys (1957) denominó la provincia de Chakán al momento del contacto español. Dada su
importancia en dicho momento histórico, Caucel fue objeto desde mediados del siglo XX
del interés de investigadores como Roys (Roys 1952, 2006 (1949)), Shook (Shook 2006
(1955)) o Thompson (Thompson 2006 (1951)), quienes fueron los primeros en presentar
descripciones de los vestigios arqueológicos que aún se conservan dentro del poblado.
Sin embargo, exceptuando algunas breves intervenciones de salvamento y prospección
llevadas a cabo entre 1997 y 2002, era relativamente poco lo que se sabía de la ocupación
prehispánica del lugar, existiendo evidencias en el asentamiento que se remontaban al
menos hasta el Formativo tardío (350-250 d.C.) (Hernández 2001; Hernández y Góngora
2000; Robles y Andrews 2003; Robles, et al. 2001).

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Figura 7- 1. Vista satelital del desarrollo habitacional de Ciudad Caucel (Google Earth, agosto de
2010).

En 2004, el Gobierno del Estado de Yucatán a través de la entonces Comisión


Ordenadora de Uso de Suelo (COUSEY, ahora Instituto de Vivienda de Yucatán IVY),
adquirió cerca de 8 km2 de tierras ejidales inmediatamente al sur de Caucel. Esto con la
finalidad de incrementar la reserva territorial de la ciudad de Mérida e incrementar la
oferta de viviendas mediante la creación de un desarrollo habitacional llamado “Ciudad
Caucel” (Robles, Ligorred, et al. 2006; Yucatán 2004). En respuesta, a finales de 2004 el
Centro Yucatán del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Yucatán), con
la colaboración del Departamento de Patrimonio Arqueológico y Natural del Municipio
de Mérida (DPANM), dio inició a un proyecto de prospección con el objetivo de registrar
los vestigios arqueológicos en el área, a partir del cual se derivó una propuesta de
salvamento ante el comienzo inminente de las obras de infraestructura urbana, que se
llevó a cabo entre 2005 y 2006 (Robles y Ligorred 2008; Robles, Ligorred, et al. 2006).
Como resultado de las actividades de prospección y salvamento arqueológico en el área
de Ciudad Caucel, se registraron 1169 estructuras prehispánicas de diversas clases
(basamentos piramidales, una cancha de juego de pelota, plataformas, cimientos y
112
concentraciones de gravilla conocidas como montículos chiich) (Robles y Ligorred 2005;
Robles, Ligorred, et al. 2006). Al concluir los trabajos se habían excavado 461
estructuras, principalmente de forma horizontal y extensiva por medio de calas sencillas o
cruzadas, que en ocasiones eran complementadas mediante la realización de pozos
estratigráficos (Robles y Ligorred 2008) (Figura 7-2). Posteriormente en 2008, la
proyección de una carretera que uniría la ciudad de Mérida con el poblado de Tetiz y
cuyo trazo seguía en parte el límite sur de Ciudad Caucel, obligó a la realización de un
nuevo trabajo de salvamento arqueológico en el área (Peniche 2010; Robles, et al. 2009).

Figura 7- 2. Distribución de los vestigios arqueológicos de Ciudad Caucel mostrando la ubicación de


las estructuras excavadas.

El análisis de los materiales recuperados durante las excavaciones, mostraron evidencia


de una ocupación prehispánica que se extendía desde el Formativo medio hasta el
Posclásico tardío (ca. 1000 a.C.-1542 d.C.), aunque fue particularmente notable para el
periodo Formativo. De acuerdo a la evidencia estratigráfica y cerámica recuperada, la
ocupación formativa se dividió en dos momentos asociados a la cerámica del complejo

113
Xanilá en sus facetas temprana (ca. 1000-400/300 a.C.) y tardía (400/300 a.C.-250 d.C.)
(Ceballos, et al. 2008). En total, de las 327 estructuras excavadas con información
disponible de su cerámica, el 96.64% (316 estructuras) presentó alguna frecuencia de
material cerámico Xanilá, y cerca de dos terceras partes (217) dataron indudablemente
del periodo Formativo (Uriarte 2008).

Si bien la mayor parte de las construcciones formativas registradas o intervenidas durante


el trabajo de salvamento parecían corresponder a estructuras de carácter habitacional,
también se identificaron conjuntos mayores con arquitectura pública que por sus
materiales asociados databan entre el Formativo medio y el Clásico temprano. El más
antiguo de ellos parece haber sido el grupo Xanilá, un conjunto de 22 estructuras
distribuidas en un área de 0.05 km2 (Uriarte 2008) (Figura 7-3). La estructura más
sobresaliente en este grupo fue un juego de pelota con características similares a los
reportados en diversos sitios formativos del noroccidente de Yucatán y en el sitio de Paso
del Macho en el Puuc (Gallareta y Ringle 2004; Gallareta, et al. 2005; Medina 2003,
2005; Medina y Lawton 2002). El juego de pelota fue excavado en su totalidad y
consolidado parcialmente durante la temporada 2005 del salvamento. Los materiales
recuperados mostraron una alta frecuencia de cerámica Xanilá (75% de la muestra),
principalmente de la faceta temprana, por lo que su construcción inicial debió iniciarse
durante el Formativo medio, aunque probablemente continuó en uso hasta el inicio del
Formativo tardío. Posteriormente durante el Clásico temprano el área central de Xanilá
fue reocupada y el edificio oeste del juego de pelota fue ampliado (ver Medina 2005;
Robles y Ligorred 2008). En torno al juego de pelota no se observó un área pública con
un arreglo ordenado, sino más bien plataformas de aparente función residencial en un
patrón que parece característico de los sitios secundarios formativos en el noroeste de
Yucatán (Anderson 2003), si bien al oeste de la cancha parece configurarse una posible
gran plaza abierta de 80 m de norte a sur y 40 m de este a oeste.

114
Figura 7- 3. Grupo Xanilá

Hacia el límite sureste de Ciudad Caucel se localizó el grupo Xamán Susulá, el mayor
conjunto con arquitectura pública formativa en el área y que ha sido excavado
extensivamente (Robles, et al. 2009). Este grupo estuvo compuesto por 108 estructuras
distribuidas en un área de 0.06 km2 (Uriarte 2008) (Figura 7-4).19 El núcleo de Xamán
Susulá presentó un arreglo en torno a dos plazas denominadas Chikín (oeste) y Lakín
(este), unidas por una calzada o sacbé, cubriendo un área de cerca de 7900 m2. Las

19
Probablemente Xamán Susulá fue más extenso, ya inmediatamente al sur del grupo se localiza un banco de
materiales pétreos, que seguramente destruyó parte del sitio en una extensión imposible de determinar.
115
excavaciones en el grupo indican que su ocupación inicial debió ocurrir durante el
Formativo Medio, con un auge constructivo en el Formativo tardío, continuando con una
ocupación menor hasta el Clásico temprano (Peniche 2010; Robles, et al. 2009). La
construcción más destacada de este conjunto fue la estructura 1714a-Sub, en la plaza
Chikín, la cual fue datada radiométricamente en la transición entre el Formativo medio y
tardío.

Figura 7- 4. Xamán Susulá. Grupo principal y estructura 1714 (Peniche 2010).

Otros dos conjuntos destacados asociados a la ocupación formativa de Ciudad Caucel


fueron los grupos Caucel y Anicabil, si bien han sido poco estudiados hasta ahora y su
cronología precisa es poco clara (Figura 7-5). El primero de ellos, Caucel, corresponde a

116
los vestigios localizados dentro del poblado actual, razón por la cual es poco lo que se
sabe de su extensión y características. El mayor de estos fue un basamento piramidal de
aproximadamente 36 m de largo, 23 m de ancho y 8 m de altura sobre una plataforma,
ubicado al norte de la iglesia principal de Caucel. Excavaciones de salvamento han
permitido proponer una cronología de finales del Formativo tardío o inicios del Clásico
temprano para los restos visibles de esta construcción, aunque no puede descartarse la
existencia de subestructuras más tempranas (Hernández 2001). Por su parte el grupo
Anicabil se localiza en el límite oriental de Ciudad Caucel y está compuesto por
plataformas que alcanzan más de 4 m de altura, que junto con estructuras menores
conformaron patios o plazas. El mayor de estos arreglos fue una plaza con un área
aproximada de 1040 m2 delimitada al norte por un basamento piramidal. Si bien el núcleo
de Anicabil no ha sido excavado, intervenciones efectuadas durante el salvamento
arqueológico en estructuras al norte y oeste de la plaza principal, sugieren una ocupación
importante de este grupo entre el Formativo tardío y el Clásico temprano (Robles y
Ligorred 2005, 2008).

117
Figura 7- 5. Grupos Caucel y Anicabil.

Como se ha expuesto, las intervenciones de registro y salvamento arqueológicos


motivadas por la construcción de Ciudad Caucel, han provisto de un corpus amplio de
datos de una importante ocupación formativa que incluyó tanto amplias zonas
residenciales como grupos con arquitectura pública que corresponden a sitios secundarios
y terciarios dentro de la jerarquía regional (ver Anderson 2003). Los datos disponibles
señalan también que esta ocupación se extendió temporalmente desde el Formativo medio
hasta el inicio del Clásico temprano, lo que permitió contar con una muestra para analizar
la organización espacial de estos asentamientos de forma diacrónica. Además, dentro del
contexto regional Ciudad Caucel se localiza en un área intermedia entre centros
formativos de primer rango como Xtobó (Formativo medio), Komchén (Formativo
118
tardío) o Th’ó (Formativo medio-Clásico temprano). Estas características hacen de
Ciudad Caucel un área de gran valor para estudiar aspectos de la organización
sociopolítica formativa en el noroeste de Yucatán, como los abordados en este trabajo
centrado en la estratificación residencial y en la organización de los asentamientos,
empleando métodos estadísticos y espaciales auxiliados con el uso de herramientas SIG
(ver Uriarte 2016).

Identificando la estratificación residencial formativa en ciudad caucel:


análisis estadístico y espacial utilizando un SIG
Los SIG se definen como herramientas informáticas que tienen como objetivo principal el
almacenamiento, la manipulación, el análisis y la visualización de datos sobre el espacio
geográfico (Wheatly y Gillings 2002). Esto se logra mediante la combinación de
tecnologías de software que permiten la administración de bases de datos referenciadas
geográficamente (Aldenderfer 1996; Anaya Hernández 2001). El uso cada vez más
habitual de la tecnología SIG en la investigación arqueológica se debe indudablemente a
su capacidad para manejar, acceder, analizar e interpretar grandes cantidades de datos
arqueológicos de forma más ágil y eficiente (Anaya Hernández 2001; Wescott 2000).
Esta posibilidad de integrar múltiples capas de información dentro de una sola base de
datos referenciada geográficamente, ha provisto a los arqueólogos con medios nuevos,
flexibles y eficaces para interpretar los paisajes antiguos, ya sea que se utilicen métodos
intuitivos o matemáticamente complejos (Ebert 2004; Goodchild 1996; Kantner 2008;
Wescott 2000). De esta forma, los SIG como herramientas de análisis espacial, entendido
éste como aquellas técnicas que producen resultados derivados de la ubicación de las
unidades de estudio, no sólo son útiles para organizar la información a gran escala, sino
que también permiten identificar y analizar patrones y tendencias en la organización del
espacio, con el auxilio de métodos estadísticos que permiten ir más allá de la mera
apreciación subjetiva (Goodchild 1996).

Cabe subrayar, sin embargo, que los SIG no constituyen un fin en sí mismos sino que
deben establecerse en función de objetivos bien definidos de investigación y un marco
teórico adecuado, que permitan vincular los resultados del análisis espacial a problemas
específicos, en este caso de carácter antropológico/arqueológico. De no ser así, se corre el
riesgo de que la misma herramienta establezca los alcances de la investigación (Church,

119
et al. 2000; Laporte, et al. 2004), o incluso de que el uso indiscriminado de los SIG sin un
marco conceptual claro lleve a favorecer posturas funcionalmente deterministas o
tendenciosamente economicistas (Gaffney, et al. 1996). Para evitar estos riesgos,
probablemente resulta más adecuado conceptualizar el análisis espacial auxiliado con el
uso de los SIG como una fuente de nuevas hipótesis más que como un medio de
confirmación absoluta (Goodchild 1996).

En el caso del estudio de la estratificación residencial formativa desarrollado en Ciudad


Caucel, se plantearon objetivos en dos niveles a partir de los cuales se implementó una
metodología que combinó el uso de la estadística y el análisis espacial diacrónico
utilizando un SIG. En el primer nivel, centrado en las estructuras residenciales
individuales, el análisis se enfocó en tres puntos: 1) conformar una muestra adecuada de
estructuras residenciales formativas; 2) determinar la variabilidad en la arquitectura
residencial en términos formales y de costo de construcción; y 3) establecer una medición
adecuada que permitiera dilucidar si la diversidad constructiva era lo suficientemente
significativa como para proponer la existencia de “estratos residenciales”. En el segundo
nivel se analizó la dimensión espacial de la arquitectura residencial mediante: 1) la
identificación de grupos residenciales; 2) el estudio de la distribución de la inversión e
trabajo; y 3) la relación entre la estratificación residencial y los grupos con arquitectura
pública. De esta forma se esperaba obtener resultados que permitieran efectuar
planteamientos acerca de la diferenciación social, la estructura de los asentamientos y la
organización sociopolítica en los sitios formativos secundarios y terciarios en el noroeste
de Yucatán (Uriarte 2016). En particular se esperaba obtener posibles respuestas a las
preguntas: ¿existió una diferenciación social significativa en las comunidades formativas
secundarias o terciarias identificable en las viviendas?, de ser así ¿cómo se relacionaban
espacialmente los diferentes estratos residenciales en relación a los grupos con
arquitectura pública?, ¿existió una nucleación o dispersión de la “riqueza” expresada en
las viviendas?, ¿qué nos dice acerca de la organización sociopolítica al interior de estas
comunidades?, ¿existieron cambios en la organización de los asentamientos entre el
Formativo medio y tardío como parecen sugerir los datos disponibles de los patrones
regionales, tendientes a nucleación poblacional como se ha propuesto (Ringle 1999;
Robles y Andrews 2003).

120
La elección de las viviendas como unidad de estudio de la diferenciación social responde
a dos aspectos fundamentales de éstas. El primero es que las residencias constituyen el
foco primario de interacción y organización social (Wilk y Ashmore 1988). En este
sentido, las viviendas proporcionan los espacios fundamentales donde se desarrollan las
actividades básicas a nivel de subsistencia, consumo y producción de bienes y, sobre
todo, la reproducción social, que definen a las unidades sociales llamadas grupos
domésticos (Allison 1999; Blanton 1994; Johnston y Gonlin 1998; Manzanilla 1986;
Robin 2003; Smith 1987; Wilk y Rathje 1982). Por lo tanto, al centrar la investigación en
este nivel básico, es posible analizar con mayor precisión características de la
organización social y sus variaciones de forma diacrónica. El segundo aspecto, es la
relación relevante documentada etnográficamente entre la arquitectura residencial y la
manifestación de la riqueza o estatus de un grupo doméstico en las sociedades agrícolas
(Blanton 1994; Smith 1987). Esto hace de las viviendas uno de los medios de expresión
simbólica más confiable, mediante el cual los actores sociales pueden comunicar
cotidianamente a otros fuera de su grupo residencial elementos de su identidad y, por
tanto, de su posición en la sociedad (Blanton 1994; Rosenswig 2000).20

Análisis de las estructuras residenciales

Muestreo e identificación de variables


El primer paso del análisis consistió en seleccionar una muestra de estructuras
residenciales formativas en Ciudad Caucel. Esto implicó establecer una datación para las
estructuras excavadas e identificar aquellas con una posible función residencial. 21
Posteriormente, se procedió a establecer variables constructivas que permitieran clasificar
las estructuras residenciales e identificar diferencias significativas en la calidad e
inversión de trabajo. Toda la información obtenida se sistematizó y organizó dentro de
una base de datos elaborada en Access 2007, e integrada en un SIG empleando para ello
la suite informática ArcGIS 9.3.

20
Esta capacidad de la arquitectura residencial de servir como medio de transmisión externa y no verbal de la
identidad social, es designada por Blanton (1994) como “comunicación indéxica”, la cual distingue de la
“comunicación canónica”, que se refiere a la función del ambiente construido como materialización y medio de
transmisión de aspectos normativos y simbólicos de la estructura social a los ocupantes de la vivienda misma.
21
Esto se realizó a partir de los datos provistos en los informes técnicos de las excavaciones del Salvamento
Arqueológico Ciudad Caucel (Robles y Ligorred 2008) y del Salvamento Arqueológico Xamán Susulá (Robles, et al.
2009).
121
El reconocimiento de las estructuras formativas y su datación, se hizo considerando la
estratigrafía, las secuencias constructivas y el material cerámico diagnóstico asociado a
cada estructura, siguiendo la secuencia cronológica propuesta por Ceballos, et al. (2008).
En el caso de construcciones que tuvieran más de una etapa constructiva, se estableció
una datación relativa para cada una de éstas.

De igual forma, fue necesario establecer criterios para identificar las construcciones de
probable función residencial. En primer lugar, se descartaron las estructuras de clara
función público-ritual, como el juego de pelota de Xanilá o el área nuclear de Xamán
Susulá (plazas Chikín y Lakín). Las demás estructuras documentadas fueron consideradas
como residenciales en primer lugar dada la abundancia de estos vestigios en relación a las
estructuras públicas (ver Ashmore 1981), a que presentaban un área habitable22, a su
constante asociación a materiales utilitarios domésticos (metates, lítica, cerámica
culinaria) o pozos para obtención de agua (ver Ashmore 1981; Ringle y Andrews V 1988;
Santillán 1986), y a que constructivamente eran similares en forma y características a
estructuras habitacionales registradas en otros asentamientos formativos de la región (ver
Anderson 2011; Andrews V y Ringle 1992; Ringle 1985; Ringle y Andrews V 1988).

De esta forma, se logró establecer una muestra conformada por 165 estructuras y 41
subestructuras formativas de aparente función residencial. De acuerdo a la frecuencia de
los materiales cerámicos diagnósticos asociados, y conforme a las dataciones
radiométricas y secuencias cronológicas propuestas para el noroeste de Yucatán (ver
Ceballos y Robles 2012), se propusieron cuatro fases para las construcciones
residenciales muestreadas (Uriarte 2016): 83 estructuras para el Formativo medio (ca.
1000-400 a.C.); 65 estructuras para la transición entre el Formativo medio/tardío (400-
200 a.C.); 42 estructuras para el Formativo tardío (200 a.C.-250 d.C.); y 16 estructuras
hacia la transición entre el Formativo tardío/Clásico temprano (ca. 250 d.C.).

22
Ashmore (1981) ha propuesto un mínimo de 20 m2 de espacio techado para definir una vivienda maya
prehispánica. Por otra parte, apoyado en observaciones etnográficas y de excavaciones en sitios como El Mirador o
Becán, Ringle (1985) sugirió que el área mínima habitable para Komchén durante el Formativo debió estar entre los 15
m2 y 25 m2. En un trabajo posterior Ringle y Andrews V (1988: 185-186) notaron que las residencias formativas en las
Tierras Bajas parecían más pequeñas que sus correspondientes en el periodo Clásico, y propusieron que el mínimo
habitable debió estar entre los 10 m2 y 12 m2. Retomando esta propuesta y de acuerdo a los datos mismos de Ciudad
Caucel, se consideró adecuado aceptar la figura mínima de 10 m2. Las estructuras con un área menor fueron
consideradas como construcciones domésticas auxiliares (v.g. graneros, bodegas, corrales, altares, adoratorios,
etcétera), y no fueron incluidas en la muestra de análisis.
122
Las estructuras residenciales de la muestra fueron clasificadas de acuerdo a su forma,
dimensiones, sistema constructivo y presencia/ausencia de construcciones superiores. La
finalidad de esta clasificación fue identificar la variabilidad constructiva de la
arquitectura residencial, para efectuar posteriores análisis de inversión de trabajo. En este
proceso se incluyó en la clasificación otras 55 estructuras registradas como
construcciones superiores sobre plataformas. Así, con base en los datos de estas 261
construcciones se establecieron cinco clases generales con sus respectivas subclases
(Uriarte 2016): 195 plataformas, caracterizadas por poseer muros de mampostería que
contenían un relleno de piedras burdas y tierra conformando superficies niveladas de
hasta 1900 m2 y alturas de hasta 2.20 m; 31 cimientos, es decir, construcciones
consistentes en una hilada de piedras delimitando un espacio interno, que
presumiblemente sostuvieron construcciones de materiales perecederos, con áreas de
hasta 39.93 m2; 3 estructuras semiperecederas, que consistieron en construcciones con
muros dobles de mampostería con dos o más hiladas delimitando un espacio interior, que
probablemente sostuvieron techumbres y partes de sus muros de materiales perecederos,
con áreas de hasta 32.68 m2 y alturas que alcanzaban 1.50 m; 32 montículos o
concentraciones de piedra de hasta 37.7 m 2 y 0.80 m de altura, que carecieron de
evidencia de muros de retén o rasgo arquitectónico alguno; 1 estructura no especificada,
la cual se trató de una pequeña estructura auxiliar con muros de mampostería de apenas 4
m2 localizada sobre una plataforma.

Análisis de costo de la arquitectura residencial.


Una vez establecida, datada y clasificada la muestra, se efectuó un cálculo de inversión
de trabajo de la arquitectura residencial. Este análisis se sustenta en el supuesto de que
existe una estrecha relación entre la cantidad de trabajo invertido en las viviendas y el
estatus o posición social de sus ocupantes (ver Abrams 1994; Arnold y Ford 1980; Folan,
et al. 2009; Kurjack 1999).

Para este análisis se retomó la metodología propuesta por Arnold y Ford (1980) en Tikal,
complementada con el trabajo de Abrams (1994) en Copán, quienes proponen cálculos de
inversión de trabajo en la arquitectura residencial con base en la suma de valores de
días/hombre necesarios para elaborar diferentes elementos arquitectónicos. Estas
fórmulas fueron adaptadas a las características de Ciudad Caucel con la finalidad de que

123
permitieran considerar la diversidad constructiva registrada. De tal forma, se estableció
un gradiente de valores en días/hombre conforme a la complejidad de distintas variables
constructivas: rellenos, mampostería, pisos, construcciones y construcciones perecederas
o semiperecederas. Así, los valores propuestos por Arnold y Ford (1980) fueron
considerados como un valor medio, pero para aquellos rasgos que implicaron una mayor
complejidad técnica o constructiva se estableció un valor 25% mayor que la media, y para
los de menor complejidad un 25% menor. Aunque estas figuras son arbitrarias y no
expresan el valor “real” de días/hombre invertidos, si reflejan un valor diferenciado
acorde a la variabilidad arquitectónica y no sólo a la relación área/volumen (Tabla 7-1).

Tabla 7- 1. Valores atribuidos a las variables constructivas y fórmulas para el cálculo del costo de
construcción.

Tipo de piedras
Ford y Pequeñas Medianas Pequeñas Grandes Pequeñas Medianas Pequeñas Tierra
Arnold
Actividad (1980) Medianas Grandes Grandes Medianas
Grandes
Extracción de tierra 0.25 0.25 0.25 0.25 0.25 0.25 0.25 0.25 0.25
Traslado de tierra 1 1 1 1 1 1 1 1 1
Extracción de piedras 0.25 0.25 0.25 0.25 0.25 0.25 0.25 0.25 0
Traslado de piedras 0.75 0.94 0.87 0.81 0.75 0.69 0.62 0.56 0
Total días/persona
3 2.25 2.44 2.37 2.31 2.25 2.19 2.12 2.06 1.25
por m

También fue necesario definir cómo se iba a calcular el costo constructivo en aquellas
estructuras con varias etapas. Es cierto que la construcción de un edificio en diferentes
fases disminuye la inversión de trabajo y recursos necesarios en cada una (Abrams 1994;
Haviland 1982), pero desde la perspectiva de esta investigación se consideró que el
tamaño final de una residencia puede reflejar el estatus de sus ocupantes
independientemente del número de etapas constructivas (Abrams 1994; Scarborough y
Robertson 1986), ya que muestra la capacidad de los actores sociales de invertir trabajo
en su vivienda ya fuera en un solo momento o prolongadamente. Por lo tanto, en el caso
de las estructuras de Ciudad Caucel se decidió considerar lo que Abrams (1994: 54)
define como “costo acumulativo”, es decir, la suma acumulada de la inversión de trabajo

124
de cada momento constructivo, representada por la última etapa de construcción. 23 De
esta forma, se realizó el cálculo de costo constructivo de 175 estructuras residenciales,
integrando los resultados dentro de la base de datos espacial del SIG.

Identificación de la estratificación residencial: análisis estadístico


A partir de la clasificación y de los resultados obtenidos de los cálculos de costo
constructivo se efectuaron pruebas estadísticas, con el objetivo de determinar si
existieron diferencias significativas en las estructuras residenciales de cada fase, que
pudieran ser interpretadas como marcadores de un estatus o diferenciación social
expresada en las viviendas, o si por el contrario existió una homogeneidad que pudiera
estar relacionada con la inexistencia de inequidad social pronunciada o con restricciones
a la ostentación estatus. Para estos análisis se consideraron cuatro variables
arquitectónicas con altas probabilidades de funcionar como medios de expresión
arquitectónica del estatus: costo constructivo, área, altura, y calidad de la mampostería. 24

La primera parte del análisis estadístico tuvo la finalidad de determinar si existieron


diferencias significativas en la distribución del costo constructivo de las estructuras
residenciales en cada fase, mediante la realización de histogramas, la aplicación de
estadísticas descriptivas y de pruebas de normalidad (Anderson-Darling)25, utilizando
para ello el programa Minitab 15 (Figura 7-6). Esto permitió identificar la existencia de
valores atípicos26 y extremos (outliers)27 en la muestra. Se asumió que una distribución
del costo constructivo asimétrica y con un marcado sesgo positivo, donde el número de
viviendas decrece conforme aumenta su costo, y con valores atípicos o extremos, podía
ser indicador de la existencia de estratificación residencial. En contraste, una distribución
normal o con sesgo negativo indicaría una mayor homogeneidad residencial. El siguiente
paso consistió en establecer rangos de construcción aplicando un análisis de

23
En el caso de aquellas construcciones que presentaban fases datadas en distintos periodos, se calculó la inversión de
trabajo para la última etapa constructiva de cada una de ellas.
24
Otras variables con potencial de expresar diferencias sociales, como la decoración de las viviendas (Blanton 1994),
no estuvieron disponibles en la muestra analizada. De igual forma, se intentó efectuar pruebas de los acabados de las
viviendas, como pisos o recubrimientos, pero los datos de estas variables fueron demasiado escasos como para arrojar
resultados significativos.
25
Utilizando un nivel de significancia del 5% (p=0.05), bajo el cual se considera una distribución normal de las
observaciones.
26
Valores que fueron por lo menos 1.5 mayores que el rango intercuartil (Q3+1.5).
27
Determinado mediante la aplicación de una prueba de Grubb a los valores atípicos, mediante la cual se obtiene una
estadística de prueba (T) de la diferencia obtenida entre el valor atípico (Xo) y la media (X) dividida entre la desviación
estándar de la muestra (S), es decir, . El resultado se contrastó con una tabla de coeficientes de acuerdo al
número de observaciones y al nivel de representatividad elegido (5%).
125
conglomerados (cluster analysis) en Minitab 15, que permitió agrupar las estructuras
residenciales de cada fase con base en su similitud en cuanto a inversión de trabajo y
volumen constructivo28 (Figura 7-7). Para evaluar si estos rangos de construcción podían
considerarse estadísticamente significantes, se compararon las medias de inversión de
trabajo de cada uno mediante un análisis de prueba t29, efectuado en el programa SPSS 19
(Tabla 7-2).

Figura 7- 6. Estadísticas descriptivas y distribución del costo constructivo de las estructuras


residenciales del Formativo Medio.

28
Este análisis se efectuó utilizando un método de enlace de medianas, en el cual la distancia entre grupos se establece
a partir de la mediana de la distancia entre observaciones de diferentes conglomerados o (Lance y
Williams 1967), empleando una medida de distancia euclediana al cuadrado, y buscando establecer grupos con una
similitud del 98% (ver Uriarte 2016).
29
Este análisis permite comparar las medias de dos muestras y determinar si existieron diferencias significativas entre
estas (Shennan 1997), utilizando un nivel de significancia del 5%.
126
Figura 7- 7. Conglomerados de acuerdo a su similitud en la inversión de trabajo/volumen para las
estructuras residenciales del Formativo tardío

Tabla 7- 2. Índice de significancia de las variables constructivas analizadas mediante la aplicación de


Prueba T (valor crítico 0.050)

Variable (significancia)
Fase Rangos
Costo constructivo Área Altura
1 -- -- --
Formativo medio 2-3 0.000 0.052 0.529
3-4 0.000 0.003 0.054
1 -- -- --
Formativo
medio/tardío 2-3 0.001 0.096 0.278
3-4 0.000 0.000 0.007
1 -- -- --
Formativo tardío 2-3 0.000 0.015 0.495
3-4 0.000 0.000 0.002
1 -- -- --
Formativo/Clásico 2 -- -- --
temprano 3-4 0.007 0.896 0.270
4-5 0.004 0.071 0.456

127
Una vez establecidos estos rangos se analizaron las demás variables (área, altura y
calidad de mampostería). En el caso del área y la altura, se trató conocer si existió una
relación de estas variables con el incremento de la inversión de trabajo y con el grado de
diferenciación entre cada rango constructivo, a fin de determinar si fueron marcadores
arquitectónicos de una estratificación en las residencias. En el primer caso se efectuaron
pruebas de regresión lineal entre costo constructivo y ambas variables en SPSS19, para
establecer en qué medida las construcciones fueron más amplias o más altas de acuerdo a
la inversión de trabajo (7- 3). En el segundo, se efectuaron pruebas t que comparaban las
medias de ambas variables entre rangos constructivos (Tabla 4). En lo que se refiere a la
mampostería, para efectuar las pruebas estadísticas fue necesario atribuir valores
numéricos de acuerdo al grado de calidad en el trabajo de las piedras empleadas. 30 Esto
permitió efectuar las pruebas de regresión lineal para determinar si a mayor inversión de
trabajo correspondía una mejor calidad de la mampostería, y una prueba de chi cuadrada
(2) en Minitab 15 para establecer si existió una relación significante entre rangos de
construcción y un determinado tipo de mampostería (Tabla 5).

Tabla 7- 3. Índices obtenidos de las variables constructivas analizadas mediante la aplicación de


pruebas de regresión.

2
Índice de regresión (R )
Variable Formativo Formativo Formativo Formativo/Clásico
medio medio/tardío tardío temprano
Área 0.793 0.847 0.611 0.521
Altura 0.124 0.232 0.611 0.551
Mampostería 0.475 -0.011 0.022 -0.141

Tabla 7- 4. Estadística de Chí cuadrada obtenida del análisis de la relación entre rango constructivo
y tipo de mampostería.

Mampostería
Fase
2
X Nivel crítico 0.05 V
Formativo medio 16,579 12.5916 0.60

Formativo medio/tardío 3,836 12.5916 --


Formativo tardío 13,988 16.9190 --

Formativo/Clásico temprano 10,556 15.5073 --

30
Se atribuyó un valor de 1 para las estructuras en las que se asume no existieron muros de mampostería (clase
montículos), 2 para las estructuras donde se usaron piedras burdas, 3 para la mampostería mixta (combinación de
piedras burdas y careadas), y 4 para edificaciones con piedras careadas.
128
La comparación final entre los resultados de los análisis aplicados a las distintas
variables, permitió definir si en cada una de los fases estudiadas existieron similitudes o
diferencias significativas entre los diferentes rasgos de construcción, y por lo tanto si
existió una estratificación residencial que pudiera ser tomada como un indicador de
diferenciación social presente en las comunidades secundarias y terciarias formativas.
Como resultado, se logró identificar la existencia de al menos dos estratos residenciales
para cada fase denominadas A y B (Tabla 7-5).

Tabla 7- 5. Rangos constructivos y estratos residenciales identificados por fase.

Estrato Rango Número de Rango de inversión de


Fase
residencial constructivo estructuras trabajo (días/hombre)
1 1 1525
A 2 4 540.56-669.11
Formativo medio
3 6 311.34-405.81
B 4 66 5.17-223.06
1 1 3771.73
Formativo A 2 2 2585.87-2610.24
medio/tardío 3 5 1181.68-1719.37
B 4 43 38.24-721.42
1 1 2246.14
A
2 4 1323.38-1710.62
Formativo tardío
3 8 726.36-1067.34
B
4 22 5.23-516
1 1 3448
A
2 1 2690
Formativo/Clásico
3 3 1190.32-1302.50
temprano
B 4 3 531.63-834.94
5 4 21.51-278.22

Análisis espacial de los patrones residenciales

Determinación de grupos residenciales


Una vez identificada la diferenciación manifestada en las estructuras residenciales se
procedió a analizar los patrones espaciales, empleando para ello los datos integrados
dentro del SIG. El primer paso consistió en tratar de identificar la existencia de grupos
residenciales en el área de Ciudad Caucel como unidades del análisis espacial para, con
129
base en estos, analizar la distribución de la inversión de trabajo y la estratificación
residencial, y su asociación con los espacios con arquitectura pública formativa (Xanilá,
Xamán Susulá, Caucel y Anicabil).

El primer paso consistió en determinar el índice de nucleación o dispersión de las


estructuras muestreadas mediante un análisis de vecino más cercano (ver Earle 1976;
Mitchell 2005; Morrison 1970), empleando para ello la herramienta de análisis espacial
provista en ArcMap 9.3, mediante la que se obtuvo además del índice de vecino más
cercano el valor de significancia p y el valor z de las estructuras analizadas, mostrando si
la distribución de la muestra era aleatoria o no, y significativa para propósitos del análisis
espacial (Tabla 7-6). Posteriormente, se efectuó un análisis de conglomerados en Minitab
15 para cada fase31, el cual permitió identificar visualmente las agrupaciones
residenciales dentro del área de estudio, empleando como variables de proximidad las
coordenadas UTM, formando así conjuntos con un nivel de similitud (cercanía) del 90%.
Cada grupo fue designado mediante un número y las siglas de la fase correspondiente
(por ejemplo, el grupo 1-Ft corresponde al grupo 1 del Formativo tardío). De esta forma
se identificaron 8 grupos para el Formativo medio, 7 para el Formativo medio/tardío, 8
para el Formativo tardío, y 7 para el Formativo/Clásico temprano (Uriarte 2016).

Tabla 7- 6. Resultados del análisis de vecino más cercano efectuado a la distribución de las
estructuras residenciales muestreadas en cada fase

Estadísticas de vecino más cercano

Fase Distancia Distancia Indice de


media media vecino más Valor Z Valor P
observada esperada cercano
Formativo medio 79.046365 160.907464 0.491254 -8.540388 0.00
Formativo medio/tardío 90.416452 197.713564 0.457310 -7.41425 0.000
Formativo tardío 180.923717 193.236068 0.936283 -0.721137 0.470825
Formativo/Clásico temprano 188.578042 289.495600 0.631762 -2.440342 0.014673

31
Para identificar los grupos se utilizó un método de vinculación individual o de vecino más cercano empleando una
distancia euclediana. En este método la distancia entre dos agrupaciones se establece como la distancia mínima entre
una observación dentro de un conjunto y un elemento en otro conjunto o d mj= min (dkj, dlj) (ver Lance y Williams 1967;
Shennan 1997).
130
Distribución espacial de la inversión de trabajo y la estratificación residencial: análisis
gravitacional
Establecidos los grupos residenciales, se analizó la distribución espacial de la inversión
de trabajo y la estratificación residencial. El objetivo fue determinar el grado de
dispersión de la “riqueza” o “estatus” representada por los diferentes rangos de
arquitectura residencial, y cómo se relacionaban espacialmente con los grupos con
arquitectura pública en cada fase. Para identificar estos patrones espaciales se aplicó el
modelo gravitacional32 como un método para estudiar la interacción entre los grupos
residenciales establecidos, a partir de la inversión de trabajo presente en ellos. Este
modelo deriva de los postulados de la ley gravitacional de Newton (ver Anaya Hernández
2001; Hodder y Orton 1990). Su principal enunciado es que la interacción entre
diferentes centros es proporcional a su tamaño y distancia entre ellos, bajo el supuesto de
que los centros más grandes tienden a interactuar en áreas mayores que los más pequeños
(Hodder y Orton 1990: 208). La interacción entre dos grupos se expresa mediante la
ecuación:

Ecuación 7.1
Iij= k ((Pi)(Pj)/(dij)2),
Donde k es una constante dependiente del problema en estudio
Pi y Pj representan la población de los centros
i y j, y dj la distancia al cuadrado entre i y j.
El límite del área de interacción o periferia de un centro (punto de ruptura) se determina
mediante la ecuación:

Ecuación 7.2
Dxj=dij/1+ ,
donde D(xj) significa la distancia desde el punto de ruptura (x) al centro (j) (Anaya
Hernández 2001; Hodder y Orton 1990).

En el caso de la muestra de Ciudad Caucel, el primer paso del análisis gravitacional


consistió en determinar el índice de interacción entre los grupos residenciales para cada
fase. La “población” de cada grupo fue establecida como la suma del costo constructivo
32
Para algunos de los antecedentes de la aplicación de este modelo en el análisis espacial arqueológico ver Anaya
Hernández (2001; Anaya Hernández, et al. 2003), Dunham (1990), Hodder y Orton (1990), Laporte y Mejía (2005),
Tobler y Wineburg (1971) y Ohnersorgen y Varien (2008).
131
de las estructuras residenciales presentes en cada uno de ellos. Este costo acumulado fue
considerado como un indicador de la importancia relativa de cada conjunto y a la vez un
marcador indirecto de la población asociada.33

El segundo paso del análisis consistió en determinar la distancia entre grupos


residenciales. Para esto se trazaron polígonos delimitando cada conjunto en el programa
ArcMap 9.3, para posteriormente obtener el centroide de cada uno de ellos mediante la
herramienta Entidad a punto. Desde estos puntos se midieron las distancias lineales entre
cada grupo residencial.34 La constante (k) requerida por la fórmula gravitacional fue
obtenida mediante un análisis de regresión lineal entre las variables distancia y población
normalizada efectuada con el programa SPSS 19. Una vez adquiridos los datos
necesarios, se aplicó la fórmula gravitacional obteniendo el índice de interacción entre
todos los grupos residenciales de cada fase. De igual forma, se obtuvieron los índices de
los límites espaciales máximos de las interacciones. Los resultados de los cálculos
gravitacionales fueron integrados dentro de la base de datos del SIG, y el límite de
interacción de cada grupo residencial fue representado gráficamente dentro del programa
ArcMap 9.3. Para esto, a partir de los centroides de cada grupo se trazaron círculos que
mostraron los límites de interacción con los conjuntos residenciales circundantes
utilizando la herramienta Buffer, y con base en estos se digitalizaron polígonos que
delimitaban el área de interacción de cada grupo (Figura 7-8).

33
Dado que los valores totales de la inversión de trabajo dependieron del número de estructuras muestreadas en cada
grupo residencial fue necesario normalizarlos. Para esto se empleó un valor estándar de tiempo (24 horas), entre el que
se dividieron los índices de inversión de trabajo acumulado en cada grupo con el fin de estandarizarlos y obtener
variables comparables para el análisis.
34
Ya que la superficie del área de estudio careció de diferencias notables es su relieve, no se consideró un ajuste en la
medición de las distancias y, consecuentemente, tampoco en la determinación de la interacción.
132
Figura 7- 8. Análisis gravitacional. Formativo medio. Cada buffer señala los límites de interacción
entre cada grupo residencial adyacente. Las líneas punteadas señalan el área de interacción de cada
atribuida a cada grupo.

Posteriormente y con base en los índices de interacción entre grupos, se evaluó su


dirección y la relación entre la inversión de trabajo residencial y los grupos con
arquitectura pública formativos. Para esto se efectuaron dos análisis espaciales en
ArcMap 9.3. El primero consistió en efectuar una interpolación de Distancia
Inversamente Tasada (IDW-Inverse Distance Weighted) para visualizar la distribución de
la inversión de trabajo, e identificar las áreas donde ésta se concentraba con mayor
intensidad y su ubicación en relación a los grupos con arquitectura pública.
Posteriormente, se efectuó un Análisis de tendencia de superficie mediante el cual se
crearon interpolaciones derivadas de los índices de interacción obtenidos en cada grupo
residencial, utilizando para ello una regresión polinomial de grado 2. Este análisis
estableció la dirección más probable de la interacción de cada grupo residencial, y
permitió identificar la posible asociación de estos con los distintos conjuntos con
arquitectura pública.
133
Los resultados de estos análisis permitieron también proponer una posible área de
interacción para cada grupo de arquitectura pública en las distintas fases. Esto fue posible
mediante la aplicación del análisis gravitacional a los grupos con arquitectura pública,
tomando como población de cada uno, la suma de la inversión de trabajo normalizada de
los grupos residenciales asociados según el análisis de tendencia de superficie. La
distancia entre poblaciones se determinó con base en los centroides establecidos en el
área cubierta por la totalidad de grupos residenciales vinculados a un determinado grupo
público. Esto permitió visualizar y analizar los cambios diacrónicos del patrón de
asentamiento en el área de Ciudad Caucel. Las figuras 7-9 y 7-10 ejemplifican el
resultado de estas interpolaciones para el Formativo medio:

Figura 7- 9. Análisis de tendencia de superficie del Formativo medio

134
Figura 7- 10. Formativo medio. Interpolación (IDW) de la inversión de trabajo, mostrando la
interacción entre los grupos públicos y residenciales de acuerdo al análisis gravitacional y de
tendencia de superficie.

Para finalizar el análisis de los patrones residenciales, se efectuó una última prueba para
determinar el grado de dispersión o nucleación de la inversión de trabajo dentro de los
límites de interacción probables de cada grupo con arquitectura pública. Para esto se
trazaron en ArcMap 9.3 círculos concéntricos cada 500 m en torno a cada conjunto
público y se revisó la distribución del costo constructivo residencial mediante gráficas de
dispersión en el programa Minitab 15 (Figura 7-11). Esto permitió analizar los patrones
espaciales detectados y establecer si existió una relación espacial entre la riqueza y/o
estatus manifestada en la arquitectura residencial y los grupos públicos con implicaciones
en la interpretación de la organización sociopolítica. Por ejemplo, un patrón concéntrico y
nucleado, donde la inversión de trabajo decreció conforme se incrementó la distancia
desde los grupos públicos, indicaría una estrecha relación de los actores sociales
asociados con las viviendas de los estratos más altos con los espacios donde se
materializó el poder político. Por el contrario, un patrón disperso con residencias de
135
estrato alto situadas a distancias considerables de los grupos con arquitectura pública,
podría ser un indicador de una menor centralización del poder político y la riqueza, con
actores sociales de mayor estatus fuera de las áreas públicas.

Figura 7- 11. Formativo medio. Análisis de dispersión de la arquitectura residencial en torno al


grupo Xamán Susulá.

Resultados del análisis estadístico-espacial


A continuación se presentan resultados generados mediante la aplicación de los métodos
estadísticos-espaciales dentro de un entorno de SIG, para cada una de las fases a las que
pertenecieron las estructuras residenciales muestreadas.

Formativo medio (ca. 1000-400 a.C.)


En Ciudad Caucel esta fase representó la ocupación más temprana y al mismo tiempo la
de mayor presencia en la muestra estudiada. El análisis de los patrones residenciales
mostró que para esta fase existieron dos conjuntos principales con áreas de interacción
bien definidas, que funcionaron como los probables ejes de la actividad sociopolítica en
el área de estudio. De estos, Xanilá fue el grupo con arquitectura pública más notorio. La
presencia del juego de pelota situó con claridad a este conjunto como partícipe de lo que
parece haber sido una extendida forma de organización en el noroeste de Yucatán (Robles
2004). También es en este momento que comenzó el desarrollo de Xamán Susulá con las
primeras construcciones en las plazas Lakín y Chikín (Peniche 2010; Robles, et al. 2009).

El análisis residencial por su parte, mostró que existe evidencia para sustentar la
existencia de una diferenciación social bien definida, que contradice la percepción de que
136
los centros secundarios y terciarios fueron mucho menos complejos en su organización
que aquellos de primer rango (ver Anderson 2011; cf. Ball 1994; Joesink-Mandeville
1970) . Por ejemplo, los resultados obtenidos señalaron que en efecto existieron
diferencias significativas en las viviendas analizadas en términos de costo constructivo,
su extensión o la calidad de la mampostería empleada. De hecho estas diferencias fueron
más pronunciadas durante el Formativo medio que en fases posteriores, a pesar de que se
trató de la fase con el promedio de inversión de trabajo más bajo (155.46 días/hombre).
La proporción de estructuras de mayor rango constructivo constituyeron cerca del
14.28% de la muestra analizada. Estos indicios favorecen la argumentación de que
durante esta fase existió un acceso desigual al estatus y riqueza en estas comunidades.

Los resultados de la aplicación del modelo gravitacional y de los análisis de tendencia de


superficie, permitieron analizar la distribución de la estratificación residencial
identificada. Por una parte, se identificaron estructuras residenciales de alto rango
constructivo vinculadas con la arquitectura pública, lo cual indica la probable asociación
de ciertos actores sociales privilegiados con estos espacios de significación política. Pero,
al mismo tiempo, también se notó que la inversión de trabajo residencial fue
notablemente dispersa y que era posible encontrar estructuras de alto rango en
agrupaciones residenciales en la periferia de las áreas de interacción de los grupos con
arquitectura pública. Esto podría ser un indicador de una autoridad política poco
centralizada de los actores sociales vinculados a los espacios públicos, quienes fueron
incapaces de evitar el surgimiento de potenciales competidores en los grupos
residenciales periféricos, e incluso es muy probable que algunos de estos constituyeran
asentamientos autónomos aunque con cierta vinculación a los grupos Xanilá o Xamán
Susulá.

La transición entre el Formativo medio/tardío (400-200 a.C.)


El momento transicional entre el Formativo medio y tardío implicó cambios evidentes en
la organización espacial de Ciudad Caucel, aunque en continuidad con la fase precedente.
Los resultados de los análisis espaciales señalan que para este momento Xamán Susulá se
consolidó como el principal grupo público dentro del área de estudio, y las excavaciones
corroboran el incremento de una actividad constructiva importante, particularmente en la
plaza Chikín con la construcción de la estructura 1714a-sub y su trono asociado (Peniche

137
2010). En contraste, Xanilá parece haber perdido un papel protagónico, e incluso es
probable que fuera abandonado en este momento o a principios del Formativo tardío, si
bien esto es algo que deben clarificar futuras intervenciones en este grupo. Los análisis de
tendencia de superficie señalan además, que muy probablemente existió otro centro de
interacción al norte de Ciudad Caucel, que quizá se trató del sitio de Caucel, si bien hasta
ahora los escasos datos en este asentamiento señalan su ocupación más temprana en el
Formativo tardío (Hernández 2001; Roys 1952, 2006 (1949)).

Por su parte, el análisis de la arquitectura residencial mostró resultados que indican la


persistencia de una estratificación residencial notoriamente pronunciada. La inversión de
trabajo promedio se incrementó notoriamente (574 días/hombre) y existieron diferencias
significativas en el costo constructivo, la extensión y altura entre los diferentes rangos de
estructuras residenciales. Esto parece indicar que las desigualdades sociales
materializadas en las viviendas continuaron, aunque no parecen haberse incrementado
manteniéndose una proporción similar de estructuras de mayor rango que en el Formativo
medio (15.69% de la muestra).

Por otro lado, el análisis gravitacional y la distribución espacial de la inversión de trabajo


mostraron cambios importantes en la organización de Ciudad Caucel. El más notable fue
la disminución de la dispersión de la inversión de trabajo, con una tendencia hacia la
conformación de un incipiente patrón concéntrico, particularmente claro en el caso de
Xamán Susulá, donde las estructuras de mayor costo constructivo se encontraron
asociadas a los espacios públicos como ya señalaba Peniche (2010). Y aunque en la
periferia del área de interacción de Xamán Susulá se registró cierta arquitectura
residencial de rango alto, la tendencia de superficie mostró que se encontraron
fuertemente vinculadas al grupo público. Estos resultados podrían considerarse un
primer indicio de una tendencia hacia la centralización de los asentamientos y de una
mayor capacidad de los actores políticos asociados a la arquitectura pública para ejercer
control sobre la población periférica.

El Formativo tardío (200 a.C.-250 d.C.)


Durante este momento se consoLiDARon algunas tendencias identificadas previamente.
El grupo Xanilá no parece haber estado significativamente ocupado y la evidencia
arqueológica señala que Xamán Susulá alcanzó su mayor crecimiento, configurándose el
138
arreglo final del espacio público (Peniche 2010). De igual forma, Caucel parece haberse
afianzado como centro secundario en el contexto regional, como lo sugieren las
intervenciones en los vestigios en el poblado moderno, algunos incluso ya destruidos
(Hernández 2001; Hernández y Góngora 2000; Roys 1952, 2006 (1949)).

Los resultados del análisis residencial señalan que el costo constructivo promedio durante
el Formativo tardío no mostro mucha variación en relación a la fase precedente (569.73
días/hombre), con una proporción semejante de estructuras de mayor rango (14.28%). Sin
embargo, las diferencias entre los diferentes estratos residenciales fueron menores que en
las fases previas. Éstas existieron, pero la arquitectura residencial de mayor rango
presentó costos mucho más cercanos a la media, lo que resultó en una distribución de la
inversión de trabajo menos sesgada en términos estadísticos.

Los datos de los patrones residenciales indicaron también una disminución en el número
de estructuras ocupadas para el Formativo tardío. Pero el análisis espacial de la
distribución de los costos constructivos de las estructuras residenciales, el análisis
gravitacional y las tendencias de superficie mostraron la consolidación de un patrón
concéntrico en torno a los grupos Xamán Susulá y Caucel. Esto sugiere que los cambios
en la organización espacial iniciados en la fase anterior se afianzaron durante el
Formativo tardío, con una mayor concentración de la inversión de trabajo residencial en
torno a los grupos con arquitectura pública. Y aunque al igual que en las fases previas se
registraron construcciones residenciales de rango mayor en las periferias de interacción
de los conjuntos públicos, los resultados indican que se encontraron fuertemente
vinculados a estos sin que puedan ser considerados grupos residenciales autónomos.

La transición hacia el Clásico temprano (ca. 250 d.C.)


Hacia el final del Formativo, el patrón de asentamiento en el área de Ciudad Caucel se
modificó radicalmente. Por un lado, se redujo notablemente el número de estructuras
ocupadas en la muestra analizada. Por otro, Xamán Susulá perdió su papel como grupo
principal en el área de estudio, aunque continuó con una ocupación importante y durante
el Clásico temprano se continuaron efectuando modificaciones en la arquitectura pública
(Peniche 2010). Los resultados obtenidos del análisis espacial indican que su lugar debió
ser ocupado por el grupo Anicabil, pero hasta ahora las excavaciones en dicho grupo han
sido limitadas, sin intervenciones en sus espacios y construcciones públicas. Al norte del
139
área de estudio, Caucel presenta evidencia de ocupación y construcción de edificios
público-rituales (Hernández 2001), aunque los resultados no aportaron indicios
suficientes como para identificar grupos residenciales vinculados a este sitio.

En el caso particular de Ciudad Caucel, la muestra de estructuras residenciales analizada


para este momento fue limitada. Sin embargo, los resultados señalaron que existió poca
diferenciación residencial. Esto pudo ser consecuencia de los cambios iniciados durante
el Formativo tardío, con una tendencia a la homogenización de las construcciones
residenciales, aunque también pude tratarse de un sesgo producido por la escasa muestra
analizada. En contraste, la inversión de trabajo promedio prácticamente se duplicó en
relación a la fase anterior (1058.8 días/hombre) y a pesar de las limitaciones de la
muestra, se presentó prácticamente la misma proporción de estructuras de mayor rango
que la registrada a lo largo de todo el Formativo (16.66% del total de la muestra). Por
otro lado, los análisis de distribución espacial de la inversión de trabajo confirmaron el
surgimiento de Anicabil como grupo principal. La escasez de datos no permitieron definir
su área de interacción, pero ciertos indicios apuntan a que se trató de un asentamiento
nucleado, con un patrón marcadamente concéntrico con las estructuras de mayor rango en
el área inmediata a la arquitectura pública. A diferencia de las ocupaciones más
tempranas, no se identificaron estructuras de alto rango a distancias mayores desde el
grupo Anicabil, reforzando la opinión del carácter centralizado y nucleado del
asentamiento en Ciudad Caucel al final del Formativo.

Comentarios finales
La integración de un SIG con distintas clases de datos arqueológicos (arquitectónicos y
cerámicos), recuperados durante las labores del salvamento arqueológico efectuado en la
primera etapa del complejo urbano de Ciudad Caucel, facilitaron la sistematización de la
información y la aplicación de diversos análisis estadísticos y espaciales para estudiar el
desarrollo diacrónico de la organización de los asentamientos secundarios y terciarios
formativos en el noroeste de Yucatán, mediante la evaluación de la existencia de
estratificación residencial y la identificación de los patrones y tendencias espaciales.

Los resultados obtenidos muestran que, en efecto, la variabilidad constructiva en las


estructuras residenciales constituye un marcador adecuado para estudiar la diferenciación
social en estos asentamientos, si bien en Ciudad Caucel existieron variaciones
140
significativas a lo largo del periodo Formativo. Así, la evidencia analizada muestra que
ya desde el Formativo medio (ca. 1000-400 a.C.) las comunidades secundarias y
terciarias mostraban una marcada diferenciación residencial, aunque con un patrón de
asentamiento disperso y donde las estructuras de mayor costo constructivo no se
encontraban exclusivamente vinculadas con los grupos de arquitectura pública como
Xanilá o Xamán Susulá. Esto podría constituir un indicio de que se trató de asentamientos
con poca centralización del poder político, e incluso de posible competencia entre actores
sociales vinculados con la arquitectura residencial de mayor rango.

Es a partir de la transición entre el Formativo medio y tardío (400-200 a.C.) que inicia en
Ciudad Caucel lo que parece ser una progresiva tendencia a la centralización de los
asentamientos en torno a los grupos con arquitectura pública como Xamán Susulá, si bien
la diferenciación residencial continúo fuertemente marcada. Este proceso de
centralización siguió durante el Formativo tardío (200 a.C.-250 d.C.), donde se observa
cada vez con mayor claridad la asociación de la arquitectura residencial de mayor rango a
posibles sedes políticas como Xamán Susulá o Caucel, aunque al mismo tiempo comenzó
a establecerse cierta homogenización de la arquitectura residencial en cuanto a sus costos
de construcción y características. Estas tendencias se consoLiDARon claramente hacia el
final del Formativo o el inicio del Clásico temprano (ca. 250 d.C.), cuando en el área de
Ciudad Caucel se establece Anicabil como un asentamiento nucleado, y en donde las
estructuras residenciales aunque diversas en términos de costos de construcción,
mostraron una menor diferenciación en cuanto a las variables arquitectónicas analizadas.
Estos resultados parecen consistentes con lo observado en los estudios de patrón de
asentamiento regionales, donde también se observan indicios de un proceso tendiente a la
centralización política conforme avanza el periodo Formativo (Ringle 1999; Robles 2004;
Robles y Andrews 2003).

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