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Escuela:

Centro Universitario Iberoamericano de Estudios


Profesionales.

Tema:

Ensayo del Libro “De Los Delitos Y De Las


Penas” del autor Cesare B. Beccaria.

Alumno:

Irving Guadalupe Chaman Valdez.

Materia:

Criminología 2.

Carrera:

Lic. En Criminología y Criminalística.

Maestra:

LIC. Michelle Sánchez Meléndez.

Fecha:

17 de Febrero del 2023.


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INTRODUCCION:

Los hombres acostumbran a dejar las decisiones más importantes en manos de la diaria
prudencia, más sus intereses se oponen a las cuidadosas leyes que por naturaleza
buscan hacer universales las ventajas y resistir la violencia por la cual tienden a
apropiarse unos pocos, entregando el máximo poder y felicidad, por ellos no sin haber
pasado por mil errores en las cosas más esenciales para la vida y la libertad, tras el
cansancio de sufrir los males, llegados al extremo, no se inducen a remediar los
desórdenes que les oprimen, y a reconocer las más palpables verdades.

Acudamos a la historia y veremos que las leyes, que son o deberían ser pactos de
hombres libres, en lo general no han sido más que o el instrumento de las pasiones de
unos pocos, o nacidas por una fortuita y pasajera necesidad, jamás dictadas por un frio
examinador de la naturaleza humana, que solo finge las acciones de una multitud de
hombres. Felices son las poquísimas naciones que no aguardaron a que el lento
movimiento del azar y vicisitudes humanas encaminaran la extremidad de los males a una
puesta en marcha del bien, sino que aceleraron los pasos intermedios con buenas leyes.

Se han conocido las verdaderas relaciones entre el soberano y los súbditos, y entre las
distintas naciones. El comercio se ha animado en vista de las verdades filosóficas
convertidas en comunes por la prensa y se ha iniciado entre las naciones una tácita
guerra de talento de la más humana y la más digna de los hombres. Son resultados que
se deben a las luces de este siglo, pero muy pocos han examinado y combatido la
crueldad de las penas y la irregularidad de los procedimientos criminales, remontándose a
los principios generales, eliminaron los errores acumulados durante siglos, frenando al
menos, con el demasiado libre curso del poder mal dirigido. Y sin embargo, los llantos de
los débiles, sacrificados a la cruel ignorancia y a la rica inteligencia, las torturas con
prodiga e inútil severidad por los delitos o no probados o quiméricos, la sordidez y los
horrores de una prisión. El inmortal presidente de Montesquieu ha pasado rápidamente
sobre esta metería, la indivisible verdad me ha forzado a seguir las huellas ilustradas de
este gran hombre, pero los hombres que piensan, para quienes escribo, sabrán distinguir
mis pasos de los suyos. ¡Me considere afortunado, si llego a obtener, como él los secretos
agradecimientos de los oscuros y pacíficos seguidores de la razón y si inspirase el dulce
entretenimiento con el que las almas sensibles responden a quien sostiene los intereses
de la humanidad (Beccaria, 1764).
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DESARROLLO:

Nos dice el libro que las leyes son las condiciones con las que los hombres,
independientes y aislados, se unieron en sociedad, cansados de vivir en un continuo
estado de guerra y de gozar una libertad inútil por la incertidumbre de su conservación,
nos dice que cualquier ley que se desvié de esto hallara siempre una resistencia contraria
que al final vence y que ningún hombre ha sacrificado de gratis parte de su libertad por el
bien de los demás. Que cada hombre tiene su punto de vista, y de ellos llegan y parten,
quien conoce la historia de hace dos o tres siglos y la nuestra podrá ver que del seno del
lujo y la laxitud nacieron las más dulces virtudes. Un dogma constituye en libres y
vigorosas a las almas y en claras a las mentes también el auxilio entre los hombres no fue
solo útil, sino también necesario, para no caer por debajo de nivel común y no es inútil
repetir lo que otros han escrito ya que la incertidumbre por la propia suerte ha sacrificado
a más victimas a la oscura tiranía que la pública y solemne crueldad.

Las penas y el método de infligirlas deben ser elegidos de modo que, conservando la
proporción hagan una impresión más eficaz y permanente sobre las mentes de los
hombres pero la verdadera medida de su credibilidad no es más que el interés que tenga
para decir o no decir la verdad, lo que hace frívolo el argumento. La certeza que se
requiere para sentenciar a un detenido es, por lo tanto, la misma que determina a todo
hombre en las operaciones más importantes de la vida. Las acusaciones secretas causan
evidentes y conocidos desordenes y una crueldad consagrada por el uso en la mayor
parte de las naciones es la tortura del detenido mientras se lleva a cabo el proceso,
probada la existencia del delito, la confesión, aunque no basta para la condena, es una
prueba convincente.

La ley obliga a un juramento, que es ordenar ser mal cristiano o mártir, el juramento se
convierte poco a poco en una simple formalidad, la prontitud de las penas es más útil
porque cuanto menor es la distancia del tiempo que pasa entre la pena y el delito, será
más fuerte y duradero en el ánimo humano. Los hombres, en la mayoría, colocan los
diques más firmes contra la arrogante tiranía, pero no ven el insecto que imperceptible roe
y abre una puerta, más seguro cuanto más oculta, al rio anegador, es cierto que hay
decretos que no emanaron de un parlamento del género humano. Las máquinas políticas
conservan más que otras el movimiento concebido y son las más lentas en adquirir uno
nuevo, los castigos corporales y dolorosos no deben emplearse en aquellos delitos que,
fundados sobre el orgullo, obtienen del dolor mismo gloria y alimento. Deben ser mayores
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las sospechas contra un nacional que contra un forastero, contra un inculpado por primera
vez que cintra quien ya ha sido varias veces acusado y las incautaciones ponen un precio
a la cabeza de los débiles, hacen sufrir al inocente al castigo del culpable y obligan a los
mismos inocentes en la desesperada necesidad de cometer delitos.

Hay contradicciones ente las leyes de familia y las fundamentales de la republica son una
fecunda fuente de otras contradicciones entre la oral doméstica y la pública, los hombres
se regulan por las reiteradas acciones de los males que conocen, y no sobre los que
ignoran, la pena de muerte deja una impresión que a pesar de su fuerza no suple el súbito
olvido.

A medida que las penas sean moderadas, cuando sea eliminada de miseria y el hambre
de las cárceles, que las leyes deben estipular cierto espacio de tiempo tanto para la
defensa del reo como para probar su delito, que el adulterio es un delito que, considerado
políticamente, tiene su fuerza, el hecho de castigar cuando el reo retornase sería impedir
que se repare el mal hecho a la sociedad al convertir todas las ausencias en perpetuas, el
contrabando es un verdadero delito que daña al soberano y a la nación.

Seria del interés de cada uno que fuesen moderadas, pero es mayor temor de ser
perjudicados que el afán de perjudicar, vemos que dentro de las fronteras de un país no
debe hacer ningún lugar exento de la ley, es útil poner precio a la cabeza de un hombre
declarado culpable, y armado el brazo de todo ciudadano hacer el de un verdugo, aunque
las leyes no castiguen la intención, no significa que un delito con una acción no merezca
una pena.

Nuestras leyes proscriben en un proceso los interrogatorios que se llaman sugestivos, en


Europa hay un género de delitos que lo ha cubierto de sangre humana y ha elevado las
funestas hogueras, un origen de errores de injusticias son falsas ideas de utilidad que se
forman los legisladores, es mejor prevenir los delitos que castigarlos. Los males que
nacen del conocimiento son inversamente proporcionales a su difusión, y los bienes
directamente otro medio para prevenir delitos es alentar en el consejo ejecutor de las
leyes su observación y no la corrupción, otro medio para prevenir los delitos es premiar la
virtud, un medios más seguro pero difícil de prevenir los delitos es el de perfeccionar la
educación y a medida que las penas devienen más leyes, la clemencia y el perdón se
hacen menos necesarios. (Beccaria, 1764)
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CONCLUCION:

En el libro vemos diferentes cosas los hombres solos, se unieron con la sociedad,
cansados de vivir como lo hacían, sacrificaron su libertad para disfrutar de seguridad y
tranquilidad, se habla de del derecho del soberano a castigar delitos, que el corazón
humano encontramos los principios fundamentales del derecho del soberano a castigar
los delitos, las leyes pueden decretar penas a los delitos, que si cualquier miembro
particular está unido a la sociedad, esta está igualmente unida a cada miembro particular
y demuestra la atrocidad de las penas

Los jueces no han recibido las leyes de los antepasados como una tradición familiar, si
no la reciben de la sociedad dinámica o del soberano, en pocas palabras las leyes están
escritas para que el pueblo no pueda entenderlas, los obstáculos, repelen a los hombres
de los delitos, y las penas y delitos tendríamos una probable y común medida de los
grados de tiranía y libertad, que al parecer dan el derecho a afirmar que la única y
verdadera medida de los delitos es el daño hecho a la nación, el orden nos conduciría a
examinar y distinguir todas las clases diferentes de los delitos y la manera de penarlos y
que ha servido de base para largos y brillantes razonamientos, sin necesidad de apoyo de
ninguna idea fija y estable.

La necesidad de reconocimiento del honor nacieron los duelos privados, que tuvieron su
origen precisamente en la anarquía de las leyes, los delitos de la tercera especie
destacan los que turban la pública tranquilidad y la paz de los ciudadanos, como los gritos
y las juergas en las vías públicas, no es el de atormentar ni afligir a un ser sensible, ni el
de deshacer un delito ya cometido y el fin verdadero, es impedir al reo, causar nuevos
daños a sus conciudadano, un punto importante en toda buena legislación determinar
exactamente la credibilidad de los testimonios y las pruebas del reato, las pruebas de un
hecho dependen todas indistintamente de una sola, el número de pruebas no aumenta ni
disminuye la probabilidad del hecho, las acusaciones secretas causan evidentes y
conocidos desordenes y como es aplicada la tortura en varias veces en aplicación de la
ley como la tortura es aplicada a un acusado para descubrir a los cómplices de su delito.

En que casi todos los castigos eran pecuniarios y hay una contradicción entre las leyes y
los sentimientos naturales de los hombres, el castigo sea más rápido y más cercano al
delito cometido, no hay libertada cada vez que las leyes permiten que en algunos
momentos el hombre cese de ser persona y se convierta en cosa, los decretos no
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emanaron de un parlamento del género humano, vemos que los hurtos no son efectuados
con violencia debería ser castigados con penas pecuniarias, las injurias personales y
contrarias al honor, lo que es ocio político y quien turba la tranquilidad pública, que perder
los bienes es una pena mayor que la del destierro y las incautaciones ponen un precio a
la cabeza de los débiles, vemos que es un espíritu de circunstancia y limitado a pequeños
hechos y los hombres se regulan por las reiteradas acciones de los males que conocen.

Que una impresión que a pesar de su fuerza no suple el súbito olvido, que los culpables
de los delitos más leves suelen ser castigados o en la oscuridad de la prisión, o enviados,
para dar ejemplo a naciones, las leyes deben estipular cierto espacio de tiempo tanto para
la defensa del reo como para probar su delito, la acción de un delito tal es tan instantánea
y misteriosa, tan cubierta por el mismo velo que han tendido las leyes, el suicido es un
delito que parece no poder admitir una pena propiamente dicha, pues no puede recaer
más que o sobre un inocente, o sobre un cuerpo frío e insensible, el contrabando es un
verdadero delito que daña al soberano y a la nación, vemos los conceptos de la quiebra
dolorosa y la quiebra inocente, dice que quedan dos cuestiones por examinar, si los asilos
son justos, y si el acuerdo de extradición es útil.

La importancia de prevenir un atentado, sin importar cuál de estos sea el motivo es


remarcable la contradicción de las leyes, en Europa hay delitos muy feos que casi nunca
se hablan, la falsa idea de utilidad es la que antepone los perjuicios particulares, es el fin
de toda buena legislación, los hombres construyen la felicidad de una nación. Nos dice
que otro medio para prevenir delitos es alentar en el consejo ejecutor de las leyes su
observación y no la corrupción, prevenir los delitos por la virtud y que con buena
educación se puede prevenir los delitos y clemencia es la virtud que a veces ha sido para
el soberano. (Beccaria, 1764)

Bibliografía
Beccaria, C. B. (1764). De los delitos y de las penas. Biblioteca nueva.

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