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Ley General 369 de las personas adultas mayores:

Introducción

E 17° de mayo de 2013 se promulga la Ley 369, denominada Ley General de las

Personas Adultas Mayores. Su objetivo, es el de regular los derechos, garantías y

deberes de los adultos mayores y crear instituciones que los proteja como asilos,

centros de recreación, casas de acogida, consejerías legales, etc.

Según la determinación de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización Mundial de la

Salud (OMS), la vejez se divide en tres periodos de edad. Una persona es un adulto

mayor cuando llega a la edad de 60 hasta los 74 años. Pero cuando cumple 75 hasta

89 años es denominada vieja o anciana. Después de los 90, toda persona es llamada

longeva.

En Bolivia, para que uno sea considerado un adulto mayor debe cumplir con la edad

que determina la ONU y la OMS. El artículo 2 de la Ley 369 dice: "Son titulares de los

derechos las personas adultas mayores de sesenta (60) o más años de edad, en el

territorio boliviano

La protección y el bienestar de las personas adultas mayores son cuestiones

fundamentales en cualquier sociedad. Reconociendo su contribución pasada y

presente, así como su vulnerabilidad en muchos aspectos, muchas naciones han

promulgado leyes específicas para garantizar sus derechos y asegurar su calidad de

vida. En este ensayo, exploraremos la importancia y los objetivos de las leyes


generales de personas adultas mayores, resaltando su impacto en la sociedad y el

enfoque en el respeto y la dignidad de esta población.

Esta ley protege a todo adulto mayor y esta comprendida por

Desarrollo

 ¿Cuáles son los principios de la Ley 369?

Busca prevenir y erradicar la marginalidad socioeconómica y geográfica, la intolerancia

intercultural, y la violencia institucional y familiar, para garantizar el desarrollo e

incorporación de las personas adultas mayores a la sociedad con dignidad e integridad

LOS DERECHOS DEL ADULTO MAYOR

Estos son inviolables e intransferibles. Además, son progresivos porque pueden

determinarse más beneficios para la población adulta mayor, aparte de las

determinadas en la Constitución Política del Estado (CPE) y la Ley 369.

Por ejemplo, las instituciones del Estado están obligadas a brindar servicios gratuitos y

con respeto a las personas adultas mayores que sean beneméritos de la patria

Las leyes generales de personas adultas mayores son instrumentos jurídicos que

buscan establecer un marco legal integral para la protección y promoción de los

derechos de los adultos mayores en áreas como la salud, la seguridad económica, la

vivienda, la participación social y la eliminación de la discriminación por razón de la

edad. Estas leyes tienen como objetivo garantizar que las personas mayores puedan
envejecer de manera activa, saludable y digna, y que puedan disfrutar de sus derechos

humanos fundamentales sin importar su edad.

Uno de los aspectos centrales de estas leyes es la promoción de la participación activa

de las personas adultas mayores en la sociedad. Esto implica fomentar su

involucramiento en actividades comunitarias, culturales y educativas, reconociendo la

experiencia y sabiduría acumulada a lo largo de los años. Al empoderar a las personas

mayores para que sigan siendo parte activa de la vida social y económica, se puede

contrarrestar el estigma y la marginación que a veces enfrentan.

Además, estas leyes suelen abordar cuestiones relacionadas con la salud y el bienestar

de los adultos mayores. Esto puede incluir el acceso a servicios médicos adecuados, la

prevención y atención de enfermedades crónicas, y la promoción de un estilo de vida

saludable. También se pueden establecer mecanismos para garantizar una seguridad

económica básica, como pensiones y beneficios para aquellos que ya no están en edad

de trabajar.

Es fundamental destacar que estas leyes también buscan prevenir y sancionar

cualquier forma de abuso o maltrato hacia las personas adultas mayores. Esto puede

incluir el abuso físico, psicológico, financiero o cualquier otra forma de explotación. El

objetivo es garantizar que los adultos mayores vivan en un entorno seguro y

respetuoso, y que puedan disfrutar de su vejez sin temor a ser victimizados.


Conclusión

En conclusión, las leyes generales de personas adultas mayores desempeñan un papel

vital en la protección y promoción de los derechos de esta población. Al reconocer su

valor y dignidad, y al establecer medidas concretas para su bienestar, estas leyes

contribuyen a una sociedad más justa e inclusiva. Sin embargo, es importante que

estas leyes no sean meramente declaraciones en papel, sino que se implementen de

manera efectiva a través de políticas concretas, recursos adecuados y programas

específicos. Solo a través de un compromiso genuino con el respeto y la protección de

los adultos mayores se puede construir una sociedad verdaderamente inclusiva y

enriquecedora para todas las edades.

Los adultos mayores, como parte esencial y valiosa de nuestra sociedad, merecen un

profundo respeto, cuidado y consideración. A medida que las poblaciones envejecen en

todo el mundo, es fundamental reconocer la importancia de garantizar su bienestar y

dignidad en todas las etapas de la vida. A través de un enfoque holístico que abarque

aspectos médicos, sociales, económicos y emocionales, podemos construir una

sociedad más inclusiva y justa para todas las edades.

La conclusión es que la contribución de los adultos mayores es invaluable. Sus

experiencias, conocimientos y habilidades acumulados a lo largo de los años

enriquecen nuestra cultura y nos guían hacia un futuro más iluminado. Sin embargo,

también enfrentan desafíos únicos, como la salud, la soledad y la discriminación. Es

responsabilidad de la sociedad y los gobiernos implementar políticas y programas que


garanticen su calidad de vida, promoviendo la participación activa y el acceso a

servicios esenciales.

En este sentido, es vital luchar contra los estereotipos negativos asociados con el

envejecimiento y crear una cultura que valore y celebre a las personas mayores.

Fomentar la inclusión social, brindar oportunidades para la educación continua y la

participación en actividades comunitarias puede ayudar a combatir el aislamiento y

mantener a los adultos mayores conectados y comprometidos.

En última instancia, la atención a los adultos mayores refleja la humanidad y la

compasión de una sociedad. Debemos trabajar juntos para construir un mundo en el

que todas las personas, independientemente de su edad, sean tratadas con respeto,

empatía y justicia. Al hacerlo, honramos las contribuciones pasadas, presentes y futuras

de nuestros adultos mayores y creamos un legado de cuidado y solidaridad que

perdurará a lo largo del tiempo.


Anexos

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