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Resumen del Cuento: “Modesta Gómez”

Grupo 510
Gilberto Martínez Arias
Luisa Cruz
25/Octubre/2023
Análisis de Textos Literarios
Esta historia comienza describiéndonos el ambiente de Ciudad Real, con la
protagonista, Modesta Gómez entusiasmada de trabajar con gente de bien.
También se nos presenta a Doña Águeda, una señora atajadora que trabaja a las
afueras de la ciudad. Modesta se traslada a la puerta de la casa de los Ochoa, que
se ve espectacular ante Modesta. Cuando le permiten el acceso a la casa, Modesta
no puede creer las maravillas que está viendo: Una casa refinada a la que jamás se
habría imaginado ser parte. Al Modesta ser una niña que fue echada de su casa y
de su propia familia que era bastante pobre como para decidir no mantener a la
joven, se sorprende mucho al ver todos los destellantes lujos de la casa.

Antes de presentarse con sus jefes, Modesta es aseada correctamente para que dé
una buena impresión. Ahí conoce a toda la familia: Un señor algo subido de peso
que manejaba los ingresos de la familia Ochoa con su empresa, su esposa Rogelia
que era una mujer de bien y bastante refinada, sus hijas y Jorgito; el cual tiene la
misma edad que Modesta. La asignan a trabajar y sus compañeras le ven con
desprecio y no dudan en hacer comentarios despectivos a sus espaldas. Modesta
tenía que cuidar a Jorgito, que se entera que es un niño malcriado y berrinchudo,
pero se acaban creando una linda amistad interrumpida por Rogelia. Al ser su
madre y estar consciente de que era el único varón de la familia, aleja a Modesta
para evitar que se aprovechen de su hijo.

Modesta es cambiada de puesto, pues una de las trabajadoras murió por


circunstancias desconocidas. Modesta finalmente se siente feliz, pues al trabajar allí
tiene todas las necesidades básicas cubiertas. Tenía que cuidar su higiene y su
apariencia, así que lucía bastante bella para los ciudadanos que la veían pasar
cuando salía de compras. Modesta se imaginaba una vida plena, felizmente casada
con un artesano a las afueras de Ciudad Real, pero sabe ella que ese futuro no lo
desea a corto plazo, pues creía que todo sólo iba a mejorar. Una noche que estaba
en el cuarto dormida junto a sus compañeros, alguien forcejea con ella y le roba un
beso. Modesta trata de poner resistencia, pero al ver que era Jorgito, ella cedió.

Jorgito violó a Modesta para poder alardear con sus amigos de haberse vuelto un
hombre, pero decidió hacer esta acción porque las mujeres le intimidaban y al
menos con Modesta tenía un grado de intimidad mayor. Jorgito tenía la intención de
que nadie se enterara más que sus amigos, pero los síntomas de embarazo
empiezan a aparecer y Modesta no logra ocultarlo. Ya las demás compañeras
tenían sospecha, pero nadie le había tomado importancia hasta que Modesta tuvo
un accidente mientras molía el maíz. Rogelia la encara y la despide por creer que lo
hizo con la intención de desposar a Jorgito. Al ser despedida trata de buscar a
Jorgito con la mirada, pero no apareció mientras sus hermanas le daban miradas de
celos y gusto, pues envidiaban su físico.

Modesta tuvo que criar a trillizos y casarse con un albañil llamado Alberto. Tuvieron
una vida normal, Modesta se pudo llamar señora y adquirió el prestigio de su
esposo. Sin embargo, las fuertes lluvias interrumpían con el trabajo que le
correspondía a su esposo, pues nadie quería construir en esas épocas. Para
distraerse un poco de la frustración de no tener trabajo temporalmente, recurrió a la
bebida en cantinas para desahogarse, pero tuvo la mala suerte de encontrarse con
malos amigos que le incitaban a malos hábitos y a tomar hasta embriagarse.

Desde entonces, Alberto llegaba ebrio a su hogar, llegando a desquitarse con su


esposa Modesta. Sus hijos miraban horrorizados estas escenas e incluso el propio
Alberto. Al despertar, ya consciente, se quedaba igual de atónito al ver los
moretones de su esposa. Aún con eso, no pudo dejar el vicio y esto siguió pasando
por mucho tiempo. Hasta que un día, llamaron a Modesta porque su esposo estaba
tirado en una banqueta totalmente muerto. No tuvo ningún indicio de violencia, tal
parecía que su vicio había acabado con él.

Modesta tuvo que trabajar de atajadora, ayudando a su amiga Águeda en su


negocio de carnicería. A Modesta le molestaba que las demás dijeran que su
esposo había muerto de bolo (expresión que se usa para decir que murió por
vicioso), y encima le tenían lástima por ello, pues creían que una competidora más
no iba a ser la gran cosa en sus ingresos. Modesta tuvo que ganarse la vida con
esfuerzo, levantándose temprano, teniendo que limpiar constantemente, aguantar
que la gente de clase alta quiera regatear su mercancía y que este trabajo era
interminable, además de no rendirle.

No obstante, todas las atajadoras tenían un acuerdo de mal trato a los indios. Al ser
de una clase social aún más baja que la de ellas, les daban producto en mal estado,
producto barato y que no se vendía. Incluso, cuando ellos llegaban a los puestos,
tenían que evitar la mirada a las atajadoras porque envestían contra ellos para
agarrar algo de su mercancía y comprarla, incluso aunque no estuviera a la venta.
Cuando fue la primera vez que a Modesta le tocaba ser parte, una India trataba de
escapar ante la turba de las atajadoras. Modesta fue obligada a seguirla y fue ahí
donde se desquitó brutalmente contra la India, dándole una serie de golpes tan
grotescos que hasta la nariz de la pobre mujer terminó derramando sangre por la
paliza que le dieron.

Hasta que otra de las compañeras atajadoras acudió a detener a Modesta, la India
pudo descansar de los feroces golpes de Modesta. Se veía que ella desquitó toda
su frustración: ella era una mujer joven, bella, con un gran futuro; todo eso se
terminó por una violación de un amigo y tuvo que pagar todos los platos rotos. Sin
embargo, esto poco o nada le importó a la compañera, pues sólo quería comprarle
algo a la India y mandarla a regresar con los demás. Esto le enseñó a Modesta que
tenía que estar más atenta para poder comprar algo de lo que esa gente tenía y
ganárselo a la fuerza si quería sobrevivir.
Aún a pesar de todo lo que conllevaba ser atajadora: tener poco tiempo para
descansar, no tener el sueldo necesario para mantenerse a ella junto a sus 3 hijos,
estando viuda, trabajando usando la fuerza bruta para algunas tareas y teniendo
que luchar para conseguir algo que comprar a precio muy barato para poder
sobrevivir. Nada de esto le importaba, pues al final, al verse las uñas
ensangrentadas sintió que le gustó. Fue tanto lo que sufrió en su vida que el
hacerles daño a otros le hacía sentir una sensación de puro placer. Aún ya siendo
una señora con un poco de prestigio que las demás quisieran, no le importa ya el
tener un trabajo que no sea lo que ella quisiera, pues ese momento donde pudo
liberar su frustración le hizo estar a gusto.

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