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LA SÁBILA

Aloe, de nombre común áloe, sábila o acíbar, entre otros, es un género de plantas suculentas.
La sábila, una planta, produce dos sustancias que se usan en productos para el cuidado de la
salud: un gel transparente y un látex amarillo. Por lo general, las personas utilizan el gel
transparente de la sábila de forma tópica en cremas y ungüentos para tratar quemaduras, la
psoriasis e incluso el acné.

Tienen un mejor desarrollo en aquellos climas cálidos y secos con temperaturas de 18-40 °C.
Por otra parte no tolera bien las heladas prolongadas (menores a -2°C), las que provocan
daños en las puntas de las hojas. Este tipo de plantas requieren de un lugar que no sea ni muy
húmedo ni muy frío. Por ello, lo ideal es plantarla en una maceta de barro o terracota porosa.
Asimismo, la mejor época del año para hacerlo es el otoño o la primavera

La planta requiere que la tierra se encuentre levemente humedecida, pero nunca encharcada.
De ahí que sea aconsejable el uso de un riego por goteo. Esta opción te permitirá que tu aloe
vera esté oportunamente hidratada pero sin sufrir una superabundancia de agua que podría
pudrir sus raíces. Los síntomas del exceso de riego son órganos amarillos, hinchados y
translúcidos que pueden incluso reventar por estar demasiado llenos de agua. Si el problema
persiste sin tratamiento, la planta puede volverse marrón o negra y desprenderse al menor
roce.

La planta no es muy exigente en nutrientes sin embargo demanda una tierra rica en materia
orgánica, acolchada y aireada. Es conveniente que evites los apelmazamientos en la tierra,
pues dificultan el desarrollo de la planta.

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