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¿Existieron realmente Romeo y Julieta?

Repasamos qué hay de realidad y qué de leyenda en la


historia de los amantes de Verona.

Sonia Ruz Comas


2 febrero, 2023 - 17:20
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Posiblemente sea la historia de amor más conocida de la


historia. El romance de Romeo y Julieta y su trágico final
deben a la pluma de William Shakespeare su fama mundial,
pero... ¿existieron realmente? ¿Qué hay de realidad y qué
hay de mito en esta conocida historia? ¿Se basó el
dramaturgo inglés en un hecho histórico, o todo salió de su
imaginación?

Pues, aunque parezca mentira, hay de todo un poco.


Acompañadnos a descubrir quiénes fueron los Capuleto y
los Montesco, y de dónde sacó Shakespeare la inspiración
para su obra más famosa.
¿Existieron de verdad Romeo y
Julieta?
Muchos son los visitantes que acuden año tras año a la
famosa Casa de Julieta, situada en la ciudad de Verona. La
mayoría de ellos, sin duda, saben que se trata de un
personaje ficticio, salido de la pluma de William
Shakespeare. Luego, ¿qué sentido tiene visitar la casa de
una persona que nunca existió?

Puede que lo hagan arrastrados por la fuerza de una


historia que nunca muere y que rebasa los límites del
tiempo. Porque Romeo y Julieta de Shakespeare es,
efectivamente, la obra más famosa sobre los amantes,
pero no es la única, como veremos a continuación.

Una trágica historia de amor


He aquí la primera sorpresa: la historia de Romeo y
Julieta no fue inventada por William Shakespeare. La del
poeta inglés fue una más de las muchas versiones que
circularon sobre los dos amantes, algunas de ellas muy
anteriores en el tiempo.

Pero antes de indagar en estas versiones anteriores, es


necesario explicar por encima el argumento que ha pasado
a la fama, el que salió de la pluma de Shakespeare.
Prácticamente todo el mundo se sabe de memoria la
historia de Romeo y Julieta, pero, por si todavía no la
conoces, debemos advertirte que en este artículo puedes
encontrar spoilers.
Sentado esto, resumiremos diciendo que la historia gira
alrededor de Romeo, perteneciente a la familia de los
Montesco, y Julieta, de la familia de los Capuleto. Ambas
familias viven en Verona y son rivales. A pesar de esta
rivalidad, los jóvenes se enamoran y desean casarse, pero
el padre de Julieta ya ha proyectado el matrimonio de su
hija con otro hombre. Julieta y Romeo se ven a escondidas
y, con la ayuda de un fraile, consiguen casarse en secreto.

Los acontecimientos se precipitan y, en venganza por la


muerte de su amigo Mercucio, Romeo mata en duelo al
primo de Julieta, por lo que debe huir de la ciudad.
Entretanto, la joven ha urdido un plan con el fraile: beberá
una pócima que la dejará en coma durante cuarenta y dos
horas, tiempo suficiente para que la crean muerta. En
cuanto Romeo regrese a la ciudad, ella despertará y ambos
huirán, libres.

Pero el mensaje con el plan de la joven no llega a Romeo,


por lo que el muchacho cree que su esposa ha muerto
realmente. Así que, decidido a seguirla, compra un veneno
y se lo toma ante la tumba. Cuando Julieta despierta y ve
el cadáver de su amado, coge la daga de su esposo y se la
hunde en el corazón.

Esa es, a grandes rasgos, la historia que nos presenta


Shakespeare en su obra. Sin embargo, existen claros
antecedentes de la misma en textos anteriores al del
dramaturgo inglés, como veremos a continuación.

Las otras versiones de la leyenda


En verdad, podemos rastrear la historia de Romeo y
Julieta hasta la antigüedad griega, lo que nos da una pista
sobre la poca autenticidad de los hechos que narra. En el
prólogo de la edición de Romeo y Julieta de la colección
Austral (editorial Espasa), Ángel-Luis Pujante comenta
que Las efesíacas de Jenofonte presenta un argumento
parecido: la protagonista de este relato, para conseguir
escapar de un hombre que la desea, toma un narcótico que
la hace parecer muerta. La droga hace su efecto y la
muchacha regresa a los brazos de su amado.

Quizá es de las pocas versiones que tiene un desenlace


feliz. Ya en época moderna, encontramos la historia de
Mariotto y Gianozza de Siena, narrada por Masuccio
Salernitano en su obra Cinquante Novelle (1476). El
argumento es extraordinariamente parecido al de William
Shakespeare: unos jóvenes que se aman son casados en
secreto por un fraile, puesto que sus familias se oponen al
enlace. Mariotto, que ha matado a un hombre, debe huir de
la ciudad. Para evitar un matrimonio impuesto, la joven
Gianozza toma una falsa pócima que la hará parecer
muerta. Tras ser depositada en la tumba, el fraile la
desentierra, y Gianozza acude a reunirse con su amado.
Pero este, enterado de la muerte de su esposa, ha
regresado a Siena para llorar ante su tumba. Mariotto es
rápidamente arrestado y ejecutado.

Como podéis ver, el parecido de la historia es increíble.


Mucho más parecida es la de Giulietta e Romeo de Luigi
da Porto, escrita en 1524 y cuyo título ya es, de por sí,
bastante explícito. Da Porto introduce algunas
innovaciones en el relato, como el nombre de las familias
rivales, que extrae directamente de la Divina Comedia de
Dante Alighieri. Más tarde, Matteo Bandello escribirá su
versión, titulada también Romeo e Giulietta (aquí,
curiosamente, con el orden de los nombres ya invertido),
que verá la luz en 1554. La historia, la misma. En 1562, la
narración se convierte en poema de la mano de Arthur
Brooke (posiblemente, la fuente directa de William
Shakespeare), pero también tendrá tiempo de pasar por
España, donde el mismísimo Lope de Vega escribirá su
propia versión de la historia, Castelvines y
Monteses (1647).
Como podemos ver, el recorrido de Romeo y Julieta es
largo. Para nuestra mentalidad actual, esta sucesión de
obras con un mismo argumento es un plagio flagrante; pero
no era así para la época. El concepto de “plagio” es
relativamente moderno, y con anterioridad al siglo XIX los
autores y artistas se “copiaban” unos a otros sin ningún
tipo de problema. Así, tomaban ideas de otros, las
reelaboraban e introducían elementos nuevos, más acordes
con la realidad del público que iba a disfrutar de la obra o,
simplemente, más acordes con los gustos del autor.

Los Cappelletti y los Montecchi de Dante


Esta lista de obras basadas en la historia de Romeo y
Julieta nos sirve para entender que Shakespeare no partió
de cero, pero indudablemente no esclarece para nada el
enigma de si Romeo y Julieta existieron realmente. ¿Quizá
se basaron los primeros autores en personajes reales?

Ya hemos dicho que Luigi da Porto toma de la Divina


Comedia de Dante Alighieri los nombres de las familias
rivales de la historia. Efectivamente; en el Canto VI
del Purgatorio aparecen nombrados los Cappelletti y los
Montecchi. La mención es muy breve y no se da más
información al respecto. ¿Quiénes eran estas familias?
¿Por qué las cita Dante en su Purgatorio? ¿Existieron
realmente?

Parece ser que los Cappelletti eran una familia originaria


de Cremona y pertenecían a los gibelinos, la facción
política de la época de Dante que apoyaba al emperador
del Sacro Imperio en su disputa con el Pontificado. Por otro
lado, los Montecchi provendrían de Verona y serían güelfos,
es decir, darían su apoyo político al Papa. Esta sería, pues,
una de las posibles explicaciones sobre la rivalidad entre
ambas familias. Pero hay un detalle que no acaba de
encajar: de las dos, solo una de las familias era de Verona,
la ciudad donde se sitúa la tragedia. ¿Quizá Luigi da Porto,
al ver ambos nombres citados en la misma frase, supuso
que residían en la misma localidad?

La enigmática “Posada del Cappello”


Ahora nos debemos trasladar al siglo XVIII, época en que
los europeos de buena familia realizaban lo que se conocía
como el “Grand Tour”, que no era otra cosa que un
recorrido por los lugares más interesantes de Italia. El
viaje fue muy popular entre los artistas del Romanticismo
(Goethe fue uno de sus más ilusionados viajeros), y atrajo a
multitud de jóvenes inquietos a las ciudades más
importantes y bellas de Italia. Verona, por supuesto, era
una de ellas.
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Entre los viajeros del Grand Tour empezó a correr la voz


de que una casa de la ciudad, conocida como Posada del
Cappello, había sido el hogar de la famosísima Julieta. El
rumor estaba fundado, probablemente, en el nombre de la
casa, “Cappello”, en el que los viajeros quisieron ver un
eco del apellido “Capuleto”, la familia a la que Julieta había
pertenecido según Shakespeare y Da Porto, entre otros. Así
que, poco a poco, la posada se empezó a llenar de
románticos apasionados que deseaban pernoctar en la
casa “donde había vivido Julieta”.

Pero ¿era en realidad esa casa el hogar de los Capuleto?


¿Tenía alguna relación el nombre de la posada con el
apellido de la heroína shakesperiana? Pues, en realidad…
no. La posada recibía el nombre de la familia que la
regentaba, los Cappello, y está documentada desde el siglo
XIV. Estos Cappello no son los Cappelletti que cita Dante ni
tenían nada que ver con ellos. Sin embargo, la fama que la
“Casa de Julieta” había contraído durante el siglo XVIII
siguió durante el siglo siguiente y llegó a las puertas del
XX, hasta el punto de que, en 1905, el Ayuntamiento de
Verona compró el edificio. En 1973, y tras una serie de
reformas (en las que se “potenció” el estilo gótico del
mismo), Verona abrió “la Casa de Julieta” para el gran
público.

Una historia sin fin


Por tanto, si nos ceñimos a la (escasa) documentación
histórica que poseemos, tenemos que concluir que no, que
Romeo y Julieta nunca existieron, y que sus familias
respectivas (los Capuleto y los Montesco) se basan
confusamente en dos familias citadas por Dante y de las
que apenas se conoce nada.

La historia de amor de los jóvenes hunde sus raíces en una


tradición antigua de relatos medievales, que fueron
pasando de boca en boca hasta que, finalmente, fueron
plasmados por escrito por los distintos autores que hemos
citado anteriormente. Y la historia no murió con William
Shakespeare, puesto que encontramos múltiples versiones
para cine e incluso musicales y óperas, que no hacen sino
ampliar los horizontes de la famosa historia. Una historia
trágica; bella, si se quiere, pero que nunca fue real.
Referencias bibliográficas
 Shakespeare, W. (2012). Romeo y Julieta, prólogo de
Angel-Luis Pujante. Barcelona: Espasa.
 Alighieri, D. (2001). Divina Comedia. Barcelona: Espasa.
 De Vega, L. (2005). Castelvines y Monteses. Madrid:
Editorial Fundamentos.

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