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Corrección
EstherC
Revisión Final
Bella’
Diseño
Tolola
Contenido
Sinopsis Capítulo 14
Prólogo Capítulo 15
Playlist Capítulo 16
Capítulo 1 Capítulo 17
Capítulo 2 Capítulo 18
Capítulo 3 Capítulo 19
Capítulo 4 Capítulo 20
Capítulo 5 Capítulo 21
Capítulo 6 Capítulo 22 4
Capítulo 7 Capítulo 23
Capítulo 8 Capítulo 24
Capítulo 9 Capítulo 25
Capítulo 10 Epílogo
Capítulo 11 Bonus
Una vez que me concentro en ella, no puedo apartar la vista de mi nueva obsesión.
Nunca.
Necesito saber todo sobre ella.
Su pasado. Su presente.
La forma en que toma su café.
Exactamente como huele después de un chorrito de perfume por las mañanas.
Ella
Pero,esDios,
perfecta
ahoraenlotodos
veo. los sentidos y yo estaba ciego.
***ADVERTENCIA***
Steve Maraboli.
Playlist
“Obsession (Cover)” by Golden State
“Violet” by Hole
“The Devil Within” by Digital Daggers
“Bad Intentions” by Digital Daggers
“The Monster” by Eminem
“I Will Possess Your Heart” by Death Cab for Cutie
“Six Underground” by Sneaker Pimps
“Stand By Me” by Ki:Theory
8
Prólogo
Hawk
24 de febrero de 1990
O
jos en el objetivo.
objetivo.
Siempre.
No tengo que cuidar mi espalda porque Bull lo hace.
Siempre.
Francotirador y observador.
Dos mejores amigos desde séptimo grado.
9
—El objetivo está fuertemente asegurado. A mi orden —dice Gunny en mi
auricular.
Parpadeo, pero no me muevo de mi posición. Estoy listo para poner la bala de
7.26 por 51 mm en el cráneo del consejero más confiable del Príncipe Heredero, Ahmed
Hakim. Un hombre cuyos lazos con Saddam Hussein son tan gruesos que necesitaría una
motosierra para cortarlos.
cortarlos. Mi objetivo es el enemigo número dos bajo Hussein. Un traidor
al Príncipe Heredero de Arabia Saudita. En el radar de los Estados Unidos y en el mío
propio.
Pero el cabrón siempre se esconde detrás de un muro de hombres. Hombres
armados y peligrosos. Cinco veces en la última semana, he tenido los ojos puestos en el
cobarde, pero me han dicho que me retire. El tiro tiene que golpear y eliminar el blanco
deseado. Herirlo sería considerado un fracaso. Hakim tiene que morir.
—Ese hijo de puta se esconde detrás del grandote todo el tiempo. Si tuviéramos
tiempo, podríamos eliminar a ambos. No me quites el sudor de la frente —murmura Bull.
Mastica su chicle, pero sabiamente permanece callado. El sonido constante de su
masticación es lo que me ayuda a mantenerm
mantenerme e en tierra. Puedo concentrarme debido
a su constante chasqueo, un pequeño truco que aprendimo
aprendimoss en la academia a la que
ambos asistimos en la escuela secundaria. Un año después de la graduación, y seguimos
trabajando mejor en equipo que separados.
Smack. Smack. Smack.
Estoy en posición y lo he estado durante las últimas cuatro horas y media, mucho
antes de que la gente llegara a la ceremonia donde el Príncipe Heredero está
hablando. Ya he establecido una buena posición de tiro. Sobre mi vientre con mi rifle
apuntando hacia abajo, estoy a la vista
v ista y listo para disparar.
Smack. Smack. Smack.
Una fresca brisa me recorre la nuca. El sudor gotea por el costado de mi sien, pero
no me atrevo a moverme. En cambio, estoy calculando el viento no solo desde mi
posición en la cima de un edificio abandonado, sino también dónde está mi objetivo.
El vientode
deslice hace que ely cabello
su hijab negro
sople con de unaNo
el viento. adolescente sentada
es una chica en una de
cualquiera, lashija
es la sillasde
se
dieciséis años del Príncipe Heredero. A pesar de que Hakim es un maricón que se
esconde detrás de la seguridad, sus ojos nunca dejan a la hija del Príncipe Heredero.
Adara. Guapa, joven y vulnerable. Hakim claramente se preocupa por ella, y eso es
decir algo para el cabrón egoísta.
Clic.
Hago un ajuste en la torreta de windage.
—¿Elevación? —me interroga Bull como si lo olvidara. Nunca lo olvido.
Reviso la torreta de elevación, pero está donde tiene que estar. Bull no necesita
una respuesta. Sabe cómo trabajamos. Cuando estoy en posición, no hablo. No me
muevo.
mejor Apenas puedo
francotirado
francotirador respirar.
r que tiene Cualquier
el Cuerpo movimiento
de Marines puede
por una afectar mi tiro. Soy el
razón.
Smack. Smack. Smack. 10
El viento se calla e ignoro el dolor en mis muslos. Tengo que mear, pero prefiero
hacerme en los pantalones antes de moverme. Desde mi posición sobre mi vientre con
las piernas separadas para absorber el retroceso del tiro, siempre me siento incómodo.
Y aun así, sigo sin moverme.
Smack. Smack. Smack.
Me tiemblan los muslos y me duelen los hombros, pero lo desconecto.
Concéntrate.
—Retírense, muchachos.
muchachos. por
No el
vamos a conseguir el disparo. Hakim sabe que está
siendo atacado —griñe Gunny audicular.
La irritación fluye a través de mí.
Siempre se rinde cuando sé que puedo disparar.
Puedo matar a Hakim.
Gunny solo necesita dejarme hacerlo a mi manera.
Mi manera va en contra de la moral y la ética de la mayoría de los hombres
normales. No soy normal. No he sido normal desde que le disparé a una codorniz cuando
tenía nueve años. Tan pronto como el disparo terminó de hacer eco a través del bosque
e hice que metieran su cuerpo en mi bolso, escuché un graznido.
Había matado a una madre.
Una pequeña cría gritaba por comida en un nido cercano. Lo sabía. En el fondo
sabía que había disparado a la madre de ese bebé. A pesar de la fría educación de mi
padre, algo dentro de mí se calentó y suavizó. Me rompí por ese pajarito.
11
Pero podría arreglarlo.
Podría cuidar de ese pájaro.
Recogí la pequeña cosa en mi pequeño puño y le acaricié la cabeza con el
pulgar en mi mano enguantada. Graznaba y graznaba. Y por primera vez en mucho
tiempo, sonreí.
—¿Me escucha, Cabo? —ladra Gunny.
Parpadeo mi pasado y me concentro en mi presente.
Mi objetivo.
Mi meta.
Lo que está justo enfrente de mí.
—Puedo hacer el tiro. Deme una oportunidad —murmuro, mi corazón latiendo
constantemente
constantemente en mi pecho.
Pronuncia una serie de maldiciones antes de conceder.
—Le doy cuatro minutos, Cabo.
Mis ojos están puestos en Hakim, mi objetivo, pero cuando mira a Adara, mi ritmo
cardíaco se acelera cuando ella lo mira. Su sonrisa es tímida pero amplia. Para él. Una
sonrisa que una mujer solo le da a su amante. Dieciséis y cincuenta y siete. Esas
matemáticas apestan.
Perro sucio, Hakim.
Esa sonrisa prueba que mi investigación era correcta. Mientras Gunny y el equipo
reunían información sobre Hakim, yo estaba haciendo mi propio reconocimiento. En
nuestro poco tiempo, aprendí mucho sobre la pequeña Adara. Sospechaba que ella y
Hakim tenían algún tipo de interés romántico.
Clic.
Ajustar.
Mis miras se han movido ligeramente para acomodar a mi objetivo. Un objetivo
que es claro. Fácil.
Concéntrate.
Smack. Smack. Smack.
—Retírese, Cabo...
A pesar del supresor de mi rifle, la grieta resuena en los edificios que me rodean
al momento en que aprieto el gatillo.
No respires.
Bull no se atreve a participar, a pesar de que he ido en contra de las órdenes
directas.
Parpadeo una vez y veo a la chica doblarse de rodillas agarrándose el pecho.
Espera ¿Pecho? Hombro. Debería estar agarrando
agarrand o su hombro. Apagando mi mente, me 12
concentro en su amante. Hakim. Ruge mientras se libera de la protección de sus
hombres para estar cerca de Adara. En el momento en que vea su gorda cabeza,
dispararé.
Crack.
—Joooooder —silba Bull a mi lado. Gunny está gritando en mi auricular, pero está
siendo ignorado por el momento.
Hakim cae sobre el cuerpo inmóvil de la chica con una herida mortal en la
cabeza, lo que hace que le salga sangre del cráneo. Objetivo eliminado.
—Mataste a la chica —se queja Bull, pero ya está recogiendo nuestra mierda
para que podamos huir. Todavía estoy en posición de asegurarme de que Hakim no se
mueva a pesar del enorme agujero en su cabeza.
—¡Hawk!
Parpadeo y levanto mi cuerpo rígido de mi posición.
Mierda.
Lanza granadas.
Lo veo un segundo antes de que me pase.
La explosión es ensordecedora.
ensordecedora.
El dolor es insoportab
insoportable.
le.
Mi corta vida termina antes de empezar.
13
1
Violet
Día Presente
T
ap. Tap. Tap. Tap. Tap.
—Pareces ocupada, Letty —interrumpe el señor Collins en un tono
ronco—. Pasaré a ver si Grayson quiere almorzar.
almorzar.
Violet.
Mis dedos con una perfecta manicura que escribían en el teclado, se detienen
mientras levanto la mirada hacia el anciano. Sus ojos brillantes revolotean sobre mi blusa 14
blanca de seda, hasta el punto que mis pechos llenos apenas encajan en la blusa
abotonada, agitándose ligeramente con el movimiento. Tranquilizo mi cuerpo a
propósito y para distraerlo; llevo las yemas de los dedos a mi esbelto cuello para tocar
el collar de perlas que mi madre me regaló hace mucho tiempo. La acción esconde
mis pechos del anciano que mira fijamente y arrastra su mirada de vuelta a mi cara.
Me pongo rígida, pero fuerzo una sonrisa educada en mis labios.
—En realidad, está en una reunión muy importante —miento mientras me pongo
de pie—. Le diré que se ponga en contacto con usted más tarde, señor.
Parece un poco irritado, pero le doy una sonrisa ganadora que es más
convincente que la primera.
—Usted es su cliente favorito —digo en un susurro conspiratorio—. Sé que él
preferiría estar comiendo sushi y bebiendo sake con usted antes que tener que pagar la
compra de ese hotel japonés al señor Adachi. Esos dos han pasado mucho tiempo
discutiéndolo. Me alegraré cuando decidan el precio, para que el señor Maxwell pueda
manejar su negocio menos complicado. —Hago un simple movimiento de mi mano
para hacerle un gesto.
Sus cejas blancas se fruncen y gira sus hombros, como si los movimientos lo
hicieran más alto. Más formidable. Poderoso. Pero con un metro ochenta, me elevo
sobre el hombre más bajo, especialmente
especial mente con mis tacones de punta que fácilmente
fácilme nte me
ponen por encima de los dos metros. Con un resoplido, lanza una mirada nerviosa a la
puerta de Grayson Maxwell.
—Dile que podemos salir a tomar unas copas en la semana. Aceptaré su oferta
en mi complejo. Asegú
Asegúrate
rate de que reciba el mensaje de inmediato.
Se aleja y mi falsa sonrisa se transforma en una genuina y triunfante. Con la
barbilla levantada en el aire, me pavoneo hacia la máquina de café en la cocina. Al
Sr. Maxwell le gusta el café de cierta manera. Dos cucharadas de azúcar y una
cucharada de crema. Y no olvido la pizca de canela. Incluso me agacho ligeramente
para poder ver cuánta azúcar se redondea en la cuchara antes de verterla en el líquido
humeante y luego removerla.
La pelea con el Sr. Collins solo solidifica lo que ya sé. Soy muy buena en mi trabajo.
Después de seis años, soy la mejor empleada que tiene Maxwell Subsidiaries. No hace
mucho tiempo yo era solo una fracción de mi yo actual. Un poco de lo que podría ser.
Cuando Vaughn tiraba de mis hilos. Mucho antes de que me separara de él y bailara
en mi propio espectáculo llamado vida.
La sonrisa anterior se desvanece al pensar en mi exnovio, Vaughn. Un hombre
peligroso. Tóxico y vil. Me había enamorado de un hombre que me manchó de todas
las maneras posibles. Se necesita retrospectiva para darse cuenta de la profundidad de
su sucio mundo en el que me había hundido.
Me sacude el terror de los recuerdos de Vaughn cuando escucho voces
masculinas detrás de mí.
—Esta es la sala de descanso —dice Clint de Recursos Humanos—. Casi nunca
entramos aquí. Nuestras asistentes hacen nuestro café. También se te asignará una 15
asistente.
Sacudo la cabeza para ver al nuevo socio, un hombre guapo, que asimila mi
apariencia con un ligero hambre en sus ojos.
—Ah, sí, Sr. Truman —dice Clint riéndose—. Esta es la asistente del dueño, Letty.
Violet.
—¿Ella también será mi asistente? —pregunta el Sr. Truman, la esperanza
parpadeando en sus ojos de comadreja.
Suprimo un escalofrío y fuerzo una sonrisa mientras agarro la taza de café
humeante. Si sigue mirándome fijamente como si me desnudara con los ojos, puede
que tenga que tirar accidentalmente
accidentalmente esta taza caliente en el frente de sus pantalones.
—No, ella pertenece al Sr. Maxwell.
Mi corazón deja de latir ante la elección de palabras de Clint. Tú me perteneces.
perteneces.
El dicho favorito de Vaughn todavía me persigue siete años después. Esta vez, el
escalofrío me recorre la columna vertebral y el café se derrama de la taza,
quemándome la mano cuando salpica.
Al alejarme de los pomposo
pompososs idiotas, que ahora se ríen de mi torpeza, agarro una
toalla de papel y limpio la salpicadura de café de mi carne. Se necesita todo en mí para
mantener mis labios apretados en una línea firme para evitar decir nada.
—No le pertenezco a nadie —murmuro en voz baja.
Cuando llego a la puerta del Sr. Maxwell, enderezo visiblemente la espalda y
pongo la misma sonrisa cálida que había usado antes para el Sr. Collins antes de entrar
en la oficina de mi jefe. Como siempre, su olor me golpea primero. Fuerte. Robusto.
Picante. Mentiría si dijera que no me gusta inhalar su olor único.
Me trago mi tontería y me concentro en no derramar más líquido caliente sobre
mi mano. Caminar en tacones de aguja mientras llevo el café a veces resulta ser un
desafío. Afortunadamente, es uno que he dominado mayormente.
La oficina es masculina y tiene vistas a la ciudad. Grayson Maxwell se sienta en la
silla de su escritorio de espaldas a la puerta. Puedo ver la parte superior de su
desordenada cabellera color espresso, pero cualquier otra parte de él está oculta por
su silla.
—Sr. Maxwell —digo, un temblor nervioso en mi voz. No estoy segura de por qué
se me traba la lengua con este hombre. Después de seis años, uno pensaría que sería
inmune a lo guapo que es y que no actuaría como una adolescente cada vez —. Le
traje un poco de café.
—Gracias —dice con un tono cálido mientras me acerco a su escritorio.
Me sorprende con la guardia baja y lucho con lo que tengo que decir. Sin
embargo, una sonrisa genuina embellece mis labios, y siento que mis mejillas se
calientan.
—De nada, señor. De todos los años que he trabajado aquí, creo que nunca me
dio las gracias. —Dejo salir una pequeña risa nerviosa. 16
—Eres un activo —dice, su voz firme.
Esta vez, es mi cuello el que está en llamas. Juego con mis perlas mientras dejo el
café en su escritorio.
—Es muy amable de su parte, señor. Mientras tengo su atención —empiezo a
decir, mi voz tambaleándose ligeramente—. El Sr. Collins…
—Sr. Collins —dice riéndose—. No tienes nada de qué preocuparte.
Empiezo a hablar cuando él gira alrededor de su silla, su teléfono presionado
ycontra
de la su oído.
parte El Sr. Maxwell
superior irradia poder
de los brazos estiranyelfuerza.
tejido Los
del sólidos músculos
traje hasta de los
el límite. Es hombros
ardiente
como el demonio: mandíbula cincelada, cejas marcadas, ojos azules helados, cabello
de recién follado y una sombra de una barba desaliñada. Sus labios llenos siguen
moviéndose mientras habla, labios con los que a menudo he fantaseado. Un aire de
arrogancia lo rodea. Y, Dios mío, huele bien. Sigue hablando con quien ahora me doy
cuenta que es el Sr. Collins y no conmigo. Vuelvo a tropezar, horrorizada.
horrorizada. Pensé que en
realidad me hablaba a mí.
Pero luego recuerdo que Grayson Maxwell no me habla. Diablos, ni siquiera me
mira. Me hace señas para que me vaya, como si que le trajera su café obligatorio de
las diez fuera una molestia.
Bueno, que se jodan él y su estúpido café program
programado.
ado.
Me alejo de su escritorio y no puedo evitar cerrar la puerta con un portazo. El
sonido tiene a varios otros empleados mirándome asombrados. Les doy una mirada
mordaz antes de alisar mi cabello.
Ya he tenido suficiente.
Nadie aquí aprecia nada de lo que hago. Y lo hago todo. El Sr. Maxwell no se
acercaría a uno de sus clientes más molestos si no fuera por mi interferenc
i nterferencia.
ia. Todo lo que
se necesitó
vendiera fue un poco de psicología inversa para que el Sr. Collins le rogara que
su resort.
Yo hice eso.
No Grayson Maxwell.
Yo.
Hace siete años, apenas podía mirarme en el espejo. Mucho menos bailar el vals
v als
alrededor de una oficina corporativa con la barbilla alta y confiada en lo que estaba
haciendo. Durante el primer año después de Vaughn, luché para encontrarme a mí
misma. El trabajo que conseguí en Maxwell fue el principio de ese cambio. Evolucioné
de la mujer rota que era a alguien fuerte y capaz. He invertido mi tiempo. Tengo
experiencia. Toda esta oficina funciona como una máquina bien engrasada porque me
ocupo de que así sea.
Absolutamente nadie reconoce nada de esto.
Debería haber sido la nueva asociada. No Truman el de ojos de comadreja. El 17
chico parece recién salido de la universidad, probablem
probablemente
ente este es su primer trabajo.
Sin embargo, con seguridad le están pagando el doble de lo que yo gano simplemente
porque tiene un par de pelotas entre sus muslos musculosos.
A la mierda con las pelotas.
A la mierda con el Club de Chicos.
Que se jodan todos.
—¿Adónde vas? —me dice Darlene, una mujer lo suficientemente mayor para ser
mi madre. Es la asistente de Jeff Barker, que es el director financiero
financiero..
—Me voy a casa —siseo sobre mi hombro—. Estoy enferma. —La mentira se siente
bien en mi lengua. Nunca me he tomado un día de baja por enfermedad. Seis años y ni
una sola vez he dicho que estaba enferma.
—Pero el Sr. Maxwell tiene la reunión de la junta a las tres. ¿Quién servirá los
refrescos? —pregunta, con su voz temblorosa porque, Dios no lo quiera, tiene que
pavonearse en esa habitación llena de monstruos y atenderlos de pies y manos.
Me trago la rabia amenazando con consumirm
consumirme.
e. Podría dar vueltas alrededor de
Truman, pero él es el que tiene la oficina cómoda. Con la atención de la junta. Todo lo
que consigo es preguntarles cómo les gusta su café. He estado aquí seis años de más.
—Violet —se queja Darlene, usando mi nombre completo, probablemente en un
intento a medias de ablandarme—. Por favor. Sabes que no puedo hacer lo que tú
haces. Me comerán viva.
Poco a poco, me doy la vuelta e inmovilizo su cuerpo que se aproxima con una
mirada molesta.
—¿Por qué tengo que ser arrojada a los lobos cada primer viernes de mes?
Se le llenan los ojos de lágrimas con mi tono grosero. Siempre he sido amable con
ella. Incluso hemos salido a almorzar en las raras ocasiones en que nuestros jefes han
salido. Me gusta Darlene. Sus nietos son lindos, y me gusta ver cómo se le iluminan los
ojos cuando habla de ellos. Mi ira extraviada contra ella hierve a fuego lento. Respiro
profundamente
profundame nte y me pongo las manos en llasas caderas.
—Bien —acepto—. Pero voy a almorzar temprano. También me iré por un tiempo.
Asegúrate de darle al Sr. Maxwell su café de la una.
Asiente enfáticamente como una cabeza de burbuja.
—Por supuesto. Disfruta tu almuerzo,
al muerzo, cariño.
Le hago un corto asentimiento antes de hacer resonar mis tacones en los pisos de
mármol hacia el ascensor. Finalmente voy a rendirme y volver a llamar a Hipotecas
Slante. Sean Slante lleva meses intentando reclutarme. Una parte de mí sospecha que
es porque le gustan las piernas largas y las morenas. Pero una gran parte de mí espera
que sea porque mi currículum es sólido.
Su razón para quererme allí no importa. La paga es mejor y al menos tendría la
capacidad de ascender en la compañía. No es anticuado. No hay techo de cristal en
el que tenga que golpear mis puños. 18
Ya no soy Violet Simmons, una víctima bajo el pulgar de Vaughn.
Y pronto dejaré de ser solo otra cara bonita que hace café en Maxwell
Subsidiaries.
Seré una empleada valiosa.
Eso es todo lo que siempre quise.
Ser apreciada y notada.
***
—Letty —me llama Ralph Darden, uno de los miembros de la junta —. Rellénalo,
por favor. Esta vez sin tanta azúcar —me reprende. Se lame los labios mientras mira
desvergonzadamente
desvergonzadamente mis pechos cuando me inclino para agarrar su taza.
Cuando sacudo la mirada a lo largo de las doce caras de la sala, todas y cada
una de ellas están enterradas en su papeleo. Nadie se da cuenta de las insinuaciones
sexuales de Ralph. Me pregunto si se darían cuenta si lo
l o golpeara en su calva cabeza.
Solo por una vez desearía que el Sr. Maxwell mirara, levantara la mirada y se diera
cuenta. He tenido incontables fantasías con él arremangándo
arremangándose se la camisa y revelando
sus venosos antebrazos antes de darle un puñetazo en la cara a Ralph. Es una estupidez.
Realmente es gracioso. Nadie puede salvarme excepto yo. Lo probé hace siete años
con Vaughn.
—El Loco Max no te rescatará, cariño —murmura Ralph con una risita cuando me
descubre mirando descaradamente
descaradamente al Sr. Maxwell. Por mucho que me moleste el apodo
de mi jefe, sé que tiene razón. Esa es una de las excentricidades de Grayson Maxwell. Es
hiper-enfocado hasta la médula. Cuando está trabajando en un trato, pone toda su
atención en él hasta que es sólido e indestructible. Es lo que lo hace uno de los hombres
más exitosos de América de la revista Forbes.
Ignorando a Ralph, hago su café y lo dejo frente a él con un golpe. Se queja
cuando salpica, pero empiezo a ir donde el Sr. Maxwell para ver cómo está su café.
Hemos estado aquí por casi dos horas mientras ellos se encargaban de la adquisición
del resort Collins. En cuanto termine esta reunión, obligaré a Grayson Maxwell a que me
mire a los ojos mientras pongo mi aviso de dos semanas en su escritorio.
Una llamada telefónica a Sean Slante esta mañana se convirtió en un almuerzo
donde finalmente acepté su oferta. Sean es un hombre bastante guapo, y en otra vida,
probablemente
probablement e habría ido tras él. Es el tipo de hombre que sería un buen marido y padre
algún día. Exitoso y guapo. Amistoso y educado. Su interés en mí es obvio, pero quiero
que este trabajo sea sobre mis habilidades, no sobre cualquier otra cosa. Quiero
probarme a mí misma que tengo lo que hace falta. Que soy más que unos buenos
pechos y un par de piernas suaves. Afortunadamente, Sean pareció haber sentido mi
conducta estrictamente profesional porque rápidamente se puso en el modo de
negocios. Al final de nuestro almuerzo,
almuerzo, acepté un puesto como asociada de ventas
v entas en
Slante Mortgages. Supuso muchos más golpes en el pavimento de los que estaba
acostumbrada,
acostumbr ada, pero estaba deseando que llegara el nuevo desafío.
19
—Disculpa —murmura un hombre mientras agarra mi muñeca.
Estoy impresionada con el presente mientras miro nada menos que al nuevo Guy
Truman. Sus ojos de comadreja se arrastran
arras tran sobre mi pecho y guiña el ojo. Dios,
Dios , encajará
perfectamente por aquí. Cuando empiezo a quitarle el brazo mi muñeca, lo aprieta y
me obliga a dar un grito ahogado. Me pregunto si tendré un moretón más tarde.
—Suéltame —siseo en voz baja.
El Sr. Barker se aclara la garganta y se pasa las gafas de montura negra por la
nariz para mirarnos.
—¿Hay algún problema?
Truman me libera y se encoge de hombros.
—Tomo Splenda en mi café, cariño.
Mis ojos se fijan en el del Sr. Barker. Frunce el ceño y mira entre
e ntre Truman y yo, pero
cuando el Sr. Maxwell empieza a hablarle, vuelve a prestar atención
atención a nuestro jefe.
Jefe.
No por mucho tiempo.
Casi me rio sabiendo que hoy será la última reunión de la junta en la que tendré
que servir. El próximo mes, será Darlene o alguna novata, quien tendrá que soportar los
comentarios sexistas y los avances no deseados. Será otra persona la que tenga que
sentir que ha
un adorno ensido destruida
el brazo de unenhombre
los añosdecincuenta,
éxito. cuando las mujeres no eran más que
Dos semanas y me habré ido.
Hasta luego, imbéciles.
20
2
Grayson
—N
o puedo creer que cedió. ¿Cuál crees que fue el factor decisivo?
—pregunta Bull desde el otro lado de mi escritorio. Mi mejor
amigo de treinta y dos años sentado con sus zapatos de vestir
apoyados en el borde de la superficie de caoba sólida, con una mirada sospechosa
sospechosa en
su rostro. Por un momento, mi atención se centra en el costado de su zapato. Un
desgaste descolora el cuero y me pregunto cómo lo consiguió. No estaba allí esta
mañana.
Encogiéndome
Encogiéndom e de hombros, vuelvo a centrar mi atención en el contrato firmado
y lejos de su insignificante zapato. 21
—No estoy seguro. He estado cortejando su culo por meses. Al idiota le gustaba
liderar el camino. Había planeado llevarlo a un juego de los Knicks, pero antes de que
pudiera contarle sobre las entradas, me llamó y me dijo que quería vender. —Paso mis
dedos por mi cabello oscuro y dejo escapar un suspiro—. Se siente demasiado fácil. No
me gusta.
Está tenso como la mierda, así que sé que no estoy fuera de línea aquí.
—Es hermético —murmuro mientras reviso el contrato. Las ruedas dentro de mi
cabeza hacen clic y zumban mientras todos los datos pasan volando. Nada destaca.
Pero Collins se rindió antes de lo
l o que esperaba por una razón.
Quiero saber esa razón.
—Adelante —vocifera Bull.
Ni siquiera escuché a nadie tocar. Él es mis ojos cuando estoy concent
concentrado
rado en lo
único que tengo enfrente, sea lo que sea. Hemos sido así desde que éramos flacos y
pequeños de trece años. Incluso entonces, yo estaba cegado a todo lo que me
rodeaba por lo que estaba justo en frente a mí y él siempre cubría mi espalda.
Mis ojos se entrecierran en el precio de venta. Justo. No demasiado alto y no
demasiado bajo. Tanto Collins como Maxwell Subsidiaries dejan la venta sintiéndose
bien. Nadie jodió al otro. Solo negocios. Pero esa vieja y obstinada mierda ha estado
tirando de mi cadena por meses. Ordeñando todo lo que podía. Él sabe que yo quería
ese complejo. No porque quisiera ararlo y vender la tierra. Solo porque lo quería. Un
hermoso complejo de lujo de New England con vistas al glorioso Atlántico. Me quedé
allí en un viaje de negocios y me enamoré. He destrozado las finanzas del propietario,
los registros de la tierra, cada constructor que contribuyó a la construcción, el personal,
el...
Slap.
Parpadeo mi aturdimiento y lanzo mis ojos a mi observador. Sus ojos se abren de
par en par y sus pies ya no están sobre mi escritorio. Algo está sucediendo, pero estoy
tan concentrado en mi cabeza que ni siquiera me doy cuenta. Es por eso que lo
necesito. Soy vulnerable sin él. Siempre lo he sido.
—Gray —dice entre dientes en un tono firme —. La señorita Simmons está aquí
para verte.
Le frunzo el ceño antes de dirigir mi atención a la mujer que respira pesadamente
de pie frente a mi escritorio. Su palma es plana contra un pedazo de papel que ha
clavado en la superficie de mi escritorio.
Mis ojos viajan por sus uñas bien cuidadas, más allá de su delicada muñeca, a lo
largo de su delgado brazo que aún es visible a pesar de la blusa blanca transparente
que lleva puesta. En el momento en que mi mirada está en su hombro, no puedo evitar
pasar por sus pechos y luego subir por su garganta. Un hilo de perlas viejas cuelga en la
base de su cuello. Estas no son el tipo de perlas que encuentras
encuentras en Tiffany's o en alguna
otra tienda de alta gama. Y seguro que no son baratas. Estas son una reliquia familiar,
probablemente le fueron heredadas. Algo que mi madre habría usado cuando era ella
misma.. Algo que hubiera pertenecido a su madre, abuela y bisabuela. Las perlas son
misma 22
únicas y…
—Renuncio.
Su garganta es de color rojo brillante y su pecho tiembla. Echo un vistazo al resto
del camino, pasando por alto sus rasgos femeninos, para encontrar la mirada ardiente
y ojos marrones de una mujer. La Srita. Simmons,
Simmons, como dijo Bull.
—¿Qué? —Mis cejas se fruncen en confusión. Esta mujer, que ni siquiera conozco,
está enojada conmigo. Como si yo personalmente la hubiera perjudicado. Soy
cuidadoso con las mujeres con las que me acuesto. Tengo ciertos requisitos. Ciertas
expectativas. Ni una vez ha regresado para morderm
morderme
e el culo.
—Tiene mi aviso —dice, sus ojos marrones se entrecierran hacia mí —. Dos
semanas.
Sus fosas nasales se ensanchan de ira y las piezas comienzan a juntarse. Ella
trabaja para mí. Creo. ¿Por qué diablos no le acaba de llevar esta tontería a Clint en
Recursos Humanos?
—Gray —dice Bull en un tono tranquilo, obligándom
obligándome
e a atraer mi atención hacia
él—. Esta es tu asistente. La Srita. Simmons. Ha estado trayéndote café y haciendo otras
tareas administrativas para ti durante seis años.
—Increíble —resopla.
Dirigiendo mi mirada hacia ella, esta vez la observo más a fondo. Es bonita.
Realmente bonita.
oscuro debido a suPómulos altos
aparente ira.espolvoreados en un color
Intensos ojos marrones querojo que puede
mantienen unaohistoria
no ser
encerrada con fuerza detrás de ellos. Una pequeña nariz respingada que se adapta
perfectamente
perfectament e a su rostro. Y los labios más suculentos que he visto en una mujer. Llenos.
Ligeramente divididos. Pintados de un color que me recuerda a la sangre. Su sedoso
cabello castaño tiene mechones brillantes de color dorado. Y cada vez que se mueve,
atrapan la luz. Ella malditamente
malditamente brilla.
¿Cómo no la había notado hasta ahora?
Bull se inclina hacia adelante y hace un gesto para que lol o mire. Lo hago. Siempre
lo hago. Sabe cómo me pongo. Y en este momento, toda la obsesión por el acuerdo
con Collins se hace a un lado
l ado cuando algo bonito y brillante toma su lugar.
—Concéntrate. —Su única palabra ayuda a aclarar mi mente. Lo miro hacia
abajo mientras él mete un chicle en su boca.
Slap. Slap. Slap.
—Hola —dice la Srita. Simmons en un tono exasperado, agitando sus manos para
llamar mi atención—. En caso de que se lo haya perdido, ya no estaré aquí para traerle
su café programado. No estaré aquí en la próxima reunión de la junta para que esos
malditos viejos me toquen y digan cosas groseras. Ya no estaré aquí para salvarlo.
salvarl o. Si no
fuera por mí —sigue haciendo un gesto con el contrato entre mis dedos —, ¡todavía
tendría que llevar a ese repugnante anciano a cenar y jugar al golf!
Clic.
Los golpes de Bull están ayudando a concentrarme.
concentrarme. Todas las piezas se conectan. 23
Mi constante neblina se levanta
l evanta como siempre cuando encuentro mi objetivo.
Ajustar.
Enfocar.
Sus ojos y los míos se encuentran nuevo. Está furiosa y yo estoy... curioso. Quiero
saber cómo huele su cabello. Quiero saber cómo suena su voz cuando tomo su placer.
Quiero saber cómo se siente la curva de su culo con mi polla presionada contra ella.
—Sr. Barker —resopla y hace un gesto con la
l a mano hacia mí mientras habla con
Bull—. ¿Hay algo mal con él?
Él suelta una risa.
—Por favor, Letty. Llámame Jeff. Y sí, hay muchas cosas mal con él. —No alejo mi
mirada de ella, pero puedo sentirlo sonriéndo
sonriéndome.me. Sin querer, aparto la mirada y recojo
su currículum.
¿Letty?
No me gusta el nombre Letty.
El currículum dice Violet O. Simmons.
¿Violet?
Me gusta el nombre Violet.
—Violet —murmuro y perforo mis ojos de nuevo a los de ella.
Su mirada fulminante se tambalea un poco cuando se abren sus sensuales labios.
Quiero esa boca. Quiero probarla y chuparla. Maldita sea, quiero follarla.
—¿Por qué no te tomas el fin de semana para pensar en ello? —interrumpe Bull
mientras se pone de pie. Su mano la toma del codo y ella se pone tensa. Como si su
toque la asustara. Bull nunca lastimaría a una mujer, pero no me gusta el miedo que se
propaga en ella.
—Suéltala —gruño. Las palabras son bajas y amenazantes.
Bull me lanza una mirada de asombro, pero la deja ir. La tensión en los hombros
de Violet se relaja. Si no estuviera prestando atención a cada detalle en su rostro, me
habría perdido el destello de gratitud en sus ojos. Me habría perdido el alivio.
—No hay nada en qué pensar —nos dice a ambos, levantando su barbilla con
valentía—. Me voy en dos semanas. Necesitará contratar a alguien que pueda hacer
todo lo que hago por esta empresa. De hecho, probablemente necesite contratar
contratar a tres
personas para que me reemplacen.
Bull deja salir un gruñido, pero mi boca se encuentra tirando hacia arriba.
Una sonrisa.
Violet Simmons, mi pequeña renunciante, hizo que mis labios hicieran algo que
realmente odian hacer. Y con eso, siento una extraña opresión en mi pecho. Me gusta
la forma en que se siente. El extraño dolor que coincide con el de mi polla junto con la
sonrisa tonta en mi rostro me hace sentir más vivo de lo que me he sentido en mucho 24
tiempo.
Oh, querida Violet.
No vas a ninguna parte.
parte.
Todavía la estoy mirando cuando sale echa una furia hacia la puerta. Su falda es
apretada y abraza sus curvas de una manera que deja poco a la imaginación. La
irritación me recorre porque probablemente cada hombre en este edificio ha estado
babeando sobre lo que ha sido mío durante seis años. Y mi estúpida mente de un solo
sentido la está viendo
vi endo ahora por primera vez.
Lo abro
Parpadeo para
varias encontrar
veces cientosque
para permitir o incluso
lo quemiles
estoydeviendo
correos
seelectrónicos
instale. Estospara mí.
correos
electrónicos simplemente se guardan como borradores. Nunca los envió. Algunos son
de ella diciéndome
dicié ndome algo. Esos hacen que rompa en otra sonrisa. Sin embargo, la mayoría 26
son de ella haciendo sugerencias. O proporcionando detalles analíticos sobre las
propiedades. Muchos de sus correos electrónicos podrían haber sido realmente útiles.
¿Por qué no los envió?
Presiono enviar a varios de los correos electrónicos que podrían ser útiles,
especialmente los datos de la empresa de Collins, cierro su correo electrónico y abro
Internet. Una vez que me conecto a Facebook, escribo SurViV0r. De inmediato se me
concede acceso a su cuenta.
El primer lugar donde hago clic es en sus amigos. Me muero por saber con quién
es amiga aquí en mi compañía. Escaneo a los treinta y seis amigos. Ninguno es Bull.
Ninguno es Clint de RH. Aparte de eso, no conozco a esta gente.
Aunque no soy su amigo.
Está bien porque quiero ser más que amigos. Seré más que amigos con ella.
Al examinar sus solicitudes de amistad, elimino a todos los hombres que solicitaron
ser sus amigos. No me gustan esos malditos pervertidos. Ella no tiene amigos en común
con ellos. Probablemente estén tratando de conseguir algunas fotos de desnudos. Sobre
mi maldito cadáver. Una vez que se eliminan, reviso sus mensajes. La mayoría son tontos
y aburridos. La gente le envía chistes, cadenas de cartas o memes divertidos. Su
Facebook no tiene sustancia real para eso. Todos sus publicaciones son memes de
motivación y la imagen
i magen ocasional del océano.
27
3
Violet
M
e siento más ligera.
Resuelta.
Como si debiera celebrar.
Y esa es la única razón por la que acepté reunirme con Sean Slante en un pub
irlandés para una ronda de cervezas. Pronto será mi nuevo jefe y me tomará un tiempo
acostumbrarme a que realmente me acepte, sepa mi nombre y me reconozca como
un activo.
A diferencia de él
él.. 28
Mis pensamientos vuelven a más temprano. Cuando con valentía golpeé mi aviso
en el escritorio de Grayson Maxwell. Cómo, por primera vez en seis años, me miró. Un
escalofrío me recorre ante ese pensamiento. Sus helados ojos azules se entrecerraron,
pero curiosos. Sentí como si él me estuviera quitando la ropa con cada segundo que
pasaba. Con solo una mirada. Fue desconcertante y un poco satisfactorio.
Espero que le haya gustado lo que vio.
Espero que se diera cuenta de lo
l o idiota que fue por no notar lo trabajadora que
era.
Sin embargo, en el momento en que tuve su atención; fue extraño. Muy intenso.
Demasiado. Tal vez fue una verdadera bendición que no me haya prestado nada de
atención todos estos años. Creo que si él me hubiera mirado así desde el principio, mi
trabajo habría sido muchísimo más difícil.
Podría haberme perdido en esa mirada.
Tragando mi irritación, examino el bar en busca de Sean. Todavía no está aquí.
Tomo mi cerveza y me preocupo por mi atuendo. No quería vestir
v estir ropa de trabajo, pero
tampoco quería parecer demasiado informal para mi nuevo jefe. Al final, me había
decidido por un vestido ajustado negro y un par de botas de tobillo a juego. Mis largas
piernas están desnudas, a diferencia de cómo las uso para trabajar, pero aún mantengo
algo de elegancia. Una parte de mí se había iinclinado
nclinado hacia los pantalones vaqueros,
pero todavía estoy tratando de causar una buena impresión, a pesar de que acepté su
oferta.
—¡Letty! —dice una voz profunda.
Cuando veo a Sean, sonrío y salgo de la cabina. Se ve guapo con sus vaqueros
oscuros y su camisa plisada color azul. Las mangas están enrolladas y ha venido sin
corbata. Dejo escapar un suspiro de alivio por el hecho de que no estaba demasiado
abrigada ni mal vestida en comparación con él.
—Hola —saludo y extiendo mi brazo.
El hombre amistoso esquiva mi apretón de manos y me atrae para un abrazo.
Huele bien, pero no puedo decir si es porque realmente lo hace o el hecho de que no
he estado tan cerca de un hombre en mucho tiempo. Le devuelvo un educado abrazo.
Cuando se aleja, al principio no me suelta. Sus labios se levantan en una media sonrisa.
—Estoy muy feliz de que pudiéramos encontr
encontrarnos
arnos —me dice, sus ojos parpadean
con preocupación—. Conozco al Loco Max. Puede ser bastante irritante a veces.
¿Estaba bien con tu renuncia? ¿El loco bastardo arrojó su escritorio?
De nuevo con Loco Max.
Intento no sentirme a la defensiva por el hombre que me ignoró durante seis años.
Sean es un buen tipo. No está tratando de ser malicioso. En todo caso, parece
emocionado de tenerme, que es un gran cambio de lo que estoy acostumbrada
acostumbrada..
Alejándome, me deslizo de su agarre y vuelvo a sentarme. Afortunadamente,
Afortunadamente, él
se desploma frente a mí. Sus largas piernas rozan contra las mías debajo de la mesa.
—Parecía sorprendido —admito antes de beber mi cerveza—. No creo que 29
realmente lo haya entendido. Probablemente no lo haga hasta que me haya ido.
Sean sonríe y le hace señas a una camarera. Una vez que ella toma su orden,
dirige sus ojos verdes a los míos.
—Por allá; eres solo un número, Letty. En Slante, eres una persona. Todos en mi
compañía son reconocidos por su arduo trabajo. Sé que encajarás perfectamente.
Una sonrisa tira de mis labios.
—Gracias por arriesgarse conmigo.
con migo. Sé que no soy la persona más experimen
experimentada,
tada,
pero aprendo rápido.
Me guiña un ojo.
—Lo harás bien. Y si alguna vez tienes algún problema, ve a verme. Lo
solucionaremos. —Cuando comienza a hablar sobre toda la mierda en la que está
trabajando para obtener un préstamo, algo atrapa mi mirada en la ventana. La sombra
de una figura se apoya contra una pared entre dos edificios. Parece ser una figura
masculina. Es alto y de hombros anchos. El hombre simplemente nos mira directamente.
A veces mi imaginación
i maginación me juega trucos. Va
Vaughn
ughn está en mis pesadillas así que es lógico
que también esté en mi realidad.
Pero sé que no sabe dónde estoy.
He sido cuidadosa.
Además, si fuera Vaughn, no se sentaría a mirarme tomar una cerveza con otro
hombre. Él habría venido aquí literalmente con pistolas ardiendo y abordándome justo
en frente de todos.
Un escalofrío me recorre. Cuando miro hacia afuera, la figura se ha ido. Otro
producto de mi imaginación. Siempre lo es.
—Oye —dice Sean con una risa ronca, su rodilla rozando la mía debajo de la
mesa—. Creo que te perdí.
Llama mi atención. Sus cejas están fruncidas como si estuviera tratando de
comprenderme. Nunca imaginará mi cabeza desordenada.
—Lo siento —dije con una risa forzada. Mi mano acaricia la suya sobre la mesa —
. Fue un día largo
l argo y estresante.
Travesura baila en sus ojos verdes.
v erdes.
—¿Qué tal si decidimos no tener más de esos tipos de días? Tengo lo justo para
ponerte en el camino correcto
correcto..
Lo que resulta ser shots de tequila. Y aunque al principio dudaba en beber con
mi nuevo jefe, inmediatamente me rendí cuando me dio unos exagerados ojos de
cachorrito. Sean es amigable y divertido. He estado pavoneándome durante tanto
tiempo con un palo por el culo y es agradable relajarse por una vez. En el tercer shot,
estoy caliente y risueña.
Sean desaparece para ir al baño y reviso mi teléfono. No estoy segura de por 30
qué, pero esperaba algún tipo de mensaje de “por favor no renuncies” del sexy Grayson
Maxwell. A pesar de su aparente sorpresa y su irritación por mi renuncia, seguro que no
ha intentado que me quede.
—¿Me extrañaste? —pregunta Sean con una risita cuando regresa caminando
con más shots en sus manos. Se sienta en la cabina a mi lado y empuja dos shots hacia
mí—. Por los nuevos comienzos—. Su sonrisa es amplia y coqueta —. Por los nuevos
empleados valiosos.
Lo golpeo.
—Ahora solo estás siendo ridículo. —Pero estoy sonriendo. La verdad es que es
bueno que él vea ese potencial en mí.
Su brazo se extiende detrás de mí a través de la parte posterior de la cabina y se
inclina.
—No lo soy. Lo supe desde el momento en que leí tu currículum. Ahora
Ahora bebe o lo
consideraré insubordin
insubordinación.
ación.
Riendo, agarro mi shot y lo vacío.
—Buena chica —bromea y pasa los dedos por la parte exterior de mi brazo.
Me estremezco y tomo el segundo shot. Una vez que lo vacío, lo miro con una
ceja levantada.
***
A veces el amor
amor no es neg
negro
ro o blan
blanco.
co. A veces el amor no es un colo
colorr uniforme
uniforme..
Para mí, el amor es rojo.
Sangriento, goteante, brillante y carmesí.
Violento.
Desordenado pero brillante contra mi mundo aburrido.
—Dime que me amas —murmura Vaughn, la leve barba de su barbilla
arrastrándose
arrastrándose a lo largo de mi vientre inferior—. Dímelo.
Cuando nuestros ojos se encuentran, los suyos están inyectados
i nyectados en sangre, pero
no enojados. No, en este momento, está de un humor raro. Contemplativo y casi dulce.
Solo Vaughn. No es el hombre desquiciado en el que ha evolucionado lentamente.
―Te amo. —Porque ahora mismo, lo amo. En este momento exacto, es verdad.
Mi amor por Vaug
Vaughn
hn camb
cambia.
ia. Se levanta y se pone como el sol en ffunción
unción de su estado
de ánimo. Cuando está cálido y brilla su brillante sonrisa sobre mí, me deleito en todo lo
que es él. Pero cuando se nubla y sus rasgos se oscurecen, mi amor parpadea y se
atenúa. A veces mi amor se desvanece por completo.
—¿Sabes? Ojalá pudiera ser así siempre —dice en un susurro antes de besar mi
cadera—. Desearía que mi vida no fuera un jodido caos.
También lo deseo.
—Me tienes a mí —digo con una sonrisa. Todo mi cuerpo está zumbando con
energía. Lo deseo como siempre. Incluso cuando él me hace odiarlo. Siempre lo deseo.
Sus ojos de color gris se vuelven de acero duro, causando un escalofrío de
ansiedad que se desliza por mi columna.
—Por supuesto que te tengo a ti. Siempre te tendré.
No siempre.
No cuando me quites mi último aliento.
33
Ese momento se acerca.
Como si leyera mis pensamientos,
pensamientos, me separa las rodillas. Estoy desnuda y mojada
y mi cuerpo acomoda el suyo. Como siempre. Empuja su dureza dentro de mí mientras
agarra mis muslos. El frío acero en sus ojos se suaviza un poco mientras mira mi
temblorosa complexión. Estoy temblando con partes iguales de deseo y miedo. El
brebaje que solo Vaughn Brecks puede mezclar.
Su boca se encuentra con la mía y su poderoso cuerpo se frota contra mí con
cada embestida. Soy impotente con este hombre. Él es la tormenta perversa y no soy
más que un pedazo de escombros arrastrado
arrastrado en él. Floto en su estela, siguiéndolo a lo
largo de su camino de destrucción.
—Dulce Letty —murmura contra mi boca mientras su fuerte mano se envuelve
alrededor de mi cuello. Mi ritmo cardíaco se acelera en mi pecho, pero no lo detengo.
No detienes a Vaughn. Simplemente dejas que ocurra —. Eres mía. Siempre mía. Nada
va a cambiar eso. —Sus dedos se clavan en mi carne pálida mientras aprieta. Mi aliento
se aloja en mi garganta y no tengo dónde escapar. Sus suaves labios se ciernen sobre
los míos cuando me folla mientras siempre amoroso me exprime demasiado mi cuello.
Alguna que otra
otra vez, luché contra él. Y en esas histo
historias,
rias, siempre he perdí. Pero cuando
no peleo, cuando cedo a la oscuridad que me traga entera. Cuando dejo a Vaughn
hacer lo que sea que él quiera hacer. Soy libre. Mi mente se separa de mi cuerpo y se
desplaza a otro lugar. Un lugar oscuro y cálido. Sin rojo confuso. Sin color. Solo el gris
oscuro y el mío.
—Letty.
Cuando regreso, su agarre se ha ido. Sus ojos parpadean brevemente con
preocupación
preocupac ión antes de que llo
o persiga con satisfacción. Está de rodillas entre mis muslos
y ya no está dentro de mí. Esperma espeso y cálido cubre mi vientre y corre por mi
costado, mojando la cama. No recuerdo que él se haya venido. Ciertamente no
recuerdo venirme.
venirme.
—Vístete, Letty Spaghetti —chilla, derritiéndome con una de sus encantadoras
sonrisas—. Tenemos cosas que hacer. —Mi derretimiento se enfría rápidamente. Estoy
congelada. Cosas que hacer. Las cosas que hacer significan problemas. Las cosas que
hacer significan dolor.
siento tan bien —digo, mi voz todavía ronca por estar inconsciente.
―No me siento
Su mirada es severa mientras me arroja un trozo de material de spandex rosado.
—No fue una solicitud. Fue una demanda. Ponte bonita. Pareces una puta
desquiciada.
Me estremezco ante sus palabras más que por su tono. Me veo como una puta
desquiciada porque él me puso de esa manera. Si me mirara en el espejo en este
momento, mi rostro pálido y atormentado me miraría de regreso. Mis ojos marrones
normalmente brillantes
que me desnudara. seríanoscuros
Círculos opacosalrededor
por la píldora que
de mis metió
ojos enfalta
por la mi lengua antes
de sueño de
o por
una de las “lecciones” de Vaughn. Y mis labios llenos estarían agrietados por el uso
excesivo junto con la desnutrición. 34
He pasado once meses con este hombre y parece que no puedo sacar mi
cabeza de la niebla roja que lo sigue el tiempo suficiente para enderezar
enderezar mi vida. No es
que me dejara ir de todos modos.
Su mano se enreda en mi cabello y me saca de la cama justo en frente de él.
Incluso furioso e impaciente y al borde de la ira psicótica, Vaughn es una visión gloriosa.
Me clava en mi lugar con su penetrante mirada, una mirada que promete dolor y
castigo y un día, la muerte.
—Te amo —murmura. Le creo. Realmente lo hago—. Pero en este momento, me
estás haciendo enojar. —Su mano libre agarra mi culo magullado y desnudo,
arrastrándome contra su erección—. Tenemos mierdas que hacer, así que deja de
arrastrar los pies.
Intento asentir hacia él, pero su agarre en mi cabello me impide hacerlo. Un
pequeño grito de sorpresa se me escapa cuando me arrastra a la mesa al lado de la
cama. Revuelve alrededor hasta que encuentra lo que está buscando. Pequeña pastilla
feliz. No puedo evitar sonreír.
—Buena chica. —Sonríe antes de meterla en mi boca. Me atraganto, pero la
trago. En cuestión de minutos, estoy necesitada y el vestido que me ayuda a poner es
demasiado. Demasiado pegajoso. Demasiado áspero. Demasiado. La necesidad de
buscar placer me consume. Le agarro el pecho y le suplico que me folle de nuevo. Su
beso es gentil, pero la forma en que me ahueca entre mis piernas no lo es —. Te van a
follar. —Me asegura con un fr io gruñido—. Te dije que teníamos cosas que hacer.
frio
No puedo encontrar la tristeza que generalmente me atormenta. No hay lágrimas
en mis ojos. Ni siquiera estoy molesta, porque me guía desde su casa de mierda hasta
su deportivo
deportivo que no encaja b bien
ien en el barrio d
del
el ghetto. Es el tipo de auto que debe ser
robado o allanado, pero nadie lo toca. Nadie toca nada que pertenezca a Vaughn
Brecks a menos que él diga que sí. A menos que le paguen lo que sea su precio de
venta. De lo contrario, no vivirán para ver otro día.
36
4
Grayson
L a miro fijamente mientras se toca a sí misma entre las piernas. Sus gemidos
hacen que mi polla se retuerza en mis pantalones, pero lo ignoro por el
momento. Por ahora, estoy preocupado por ella. Por cuán poco cuidadosa
fue al marcharse y emborracharse con ese imbécil, Slante. Jesús, estuvo a segundos de
follarla contra la maldita cabina si no hubiera iintervenido
ntervenido cuando lo hice. Violet estaba
agotada. La pobre mujer durmió durante todo el camino a su casa, murmuran
murmurando do de vez
en cuando incomprensiblemente. Hice que el taxista nos llevara a su edificio de
apartamentos, donde procedí a subirla por tres tramos de escaleras porque la mierda
del ascensor estaba rota. Cuando había visto que tenía tres cerraduras, la furia burbujeó
en mi interior. Ella no debería de estar viviendo en un pedazo de mierda de edificio. No
37
con lo que le pago. Después de irrumpir en su computadora, me tomé la libertad de
echarle un vistazo a su archivo en el gabinete de Clint. Después de todo, soy el
presidente ejecutivo, así que su archivo personal es de mi incumbencia si digo que lo es.
Dirección.
Edad.
Antecedentes.
Encontré todo lo que necesitaba, incluyendo su sueldo. Su salario es bastante
como para que no tuviera que vivir en un agujero de mierda como este. Descubriré este
pequeño misterio. Descubriré a dónde va el dinero. Sin embargo, hasta entonces,
simplemente la miraré.
Tener a una mujer inconsciente, desnuda y bajo las sábanas es difícil, incluso para
un hombre calificado y capaz como yo. Sus flácidas extremidades y su débil cuerpo los
hicieron unos frustrantes veinte minutos. Al final, conseguí desnudarla.
Quité las sábanas y di otro vistazo antes de salir a cazar. Sus alegres tetas tienen
los más sexys y mordisqueables pezon
pezoneses justo en el centro de cada una. Solo mirarlas me
tiene cerca de correrme en mis pantalones. Algún día voy a darme un festín con ellos.
No hoy. Algún día. Su estómago es plano y muestran los huesos de su cadera. La mujer
podría comer un poco más. Hago una nota mental de ocuparme de ese problema
también. Su coño esta afeitado y liso. La necesidad de empujar mi dedo dentro de ella
es arrolladora, pero cierro la mano e ignoro la urgencia.
Noto todo de ella.
Su cabello liso disperso en la almohada color crema bajo su cabeza. Sus follables
labios están separados mientras duerme. Largas y oscuras pestañas descansan sobre sus
rosas mejillas.
Quiero sacudirla por los hombros y gritarle. Despertarla y describirle cuán estúpida
está siendo. Una mujer que se ve como ella no necesita salir tarde por la noche con
hombres que apenas conoce. Hombres como Sean Slante podrían aprovecharse de
ella.
Un gruñido retumba en mi garganta ante el recuerdo de sus manos sobre ella. Les
había observado a través de la ventana del bar. Obviamente, interpretó el papel de
chico bueno, pero yo podía ver el deseo en sus ojos. Vi la manera en que la
l a agarró del
culo como si le
l e perteneciera.
Ella no le pertenecía.
Violet suelta un gemido antes de murmurar un nombre.
Vaughn.
¿Quién demonios es Vaughn?
Una vez
despertarla más, cierro
diciéndola cuánla mano en es.
ingenua un puño para evitar agarrarla por la mandíbula y
La acecho desde lejos para no hacer exactamente eso y empiezo a revisar sus
cajones. Todo está impoluto y tiene su lugar. No hay ni una pizca de desorden. Al igual
38
que su escritorio en la oficina. Me hace preguntarme qué está escondiendo. Las
personas que son minimalistas lo hacen para ocultar algo grande sobre ellos. Si tienen
todo en su lugar no tienen que estresarse por su pasado o defectos colándose por las
grietas en medio del desorden. Son capaces de vigilar minuciosamente cada detalle
de sus vidas manteniéndo
manteniéndololo todos bajo la tapa de donde pertenecen.
Lo sé porque yo soy de esta manera.
Mi casa está impoluta.
Sentándome
Fotos, de regreso
notas con alfemenina,
caligrafía pie de la cama, saco ladel
una pulsera tapa de la caja
hospital. y comienzo
Las notas a hurgar.
no son suyas. Ya
antes pasé horas en su escritorio y me aprendí su caligrafía. Estas notas son de alguien
que la ama. 39
Te amo, Letty.
Siempre serás mi Letty Espagueti.
Disfruta de tu almuerzo, nena.
Me doy cuenta de que todas las notas deben de ser de su madre. Todas están
escritas en el mismo tipo de papel. Las hojas con renglones y números en la parte
superior, y las palabras “gracias” estampadas en la parte de atrás parecen del tipo del
que usan los camareros para tomar los pedidos. Hago una nota mental con el nombre
del restaurante impreso en la parte superior antes de hacerla a un lado.
l ado. La primera foto
en la que me fijo es de ella
el la y de una mujer que se parece mucho a ella. Cuando le doy
la vuelta, sonrío ante la caligrafía que sé que es de Violet.
Mamá y yo, 04.
Lleva puesta una toga de graduación y una sonrisa que nunca antes he visto.
Radiante y optimista. Orgullosa. La sonrisa de su madre es igual de grande. Igual de
hermosa. Hacen una hermosa pareja. Desafortunadamente, me pregunto si su madre
murió. Pero entonces, eso me hace pensar en mi propia madre. El enfado se filtra a
través de mí y empujo la foto en el montón de las notas. La mayoría de las demás fotos
son de Violet haciendo cosas. Entonces encuentro una única foto de ella con un
hombre.
Un destello de odio se despierta en mi interior.
El hombre de ojos verdes y mirada seria con su brazo colocado posesivamente
en torno a Violet es una amenaza. Lo siento. Casi puedo jodidamente saborearlo. Me
amarga el estómago y con un gruñido empujo todo de regreso a la caja. Ella se revuelve
en la cama, pero vuelvo a meter todo en el armario donde pertenece.
Cuando vuelvo a salir, tiene de nuevo la mano entre sus piernas. Mientras duerme,
se toca y gime. No hay razón para sus movimientos. Me acerco y me cierno sobre la
estructura de su cama. Me muero por empujar sus torpes dedos y hacer el trabajo por
ella. Cuando lloriquea por la frustrac
frustración,
ión, tomo una decisión. Envuelvo mi mano en torno
a su delicada muñeca y la ayudo. Usando su mano, le doy la velocidad que necesita
para alcanzar su orgasmo. Su coño seguramente esté caliente contra la punta de sus
dedos. Mi polla se endurece y se empuja contra mis bóxers, rogando por su propia
degustación de ella.
Después.
Esto es sobre ella, no sobre mí.
Con movimientos mesurados, sigo mi ritmo guiando su propia mano para
presionar entre los labios de su coño y masajear su palpitante clítoris. Sus sexys lloriqueos
se convierten en gemidos. Más y más altos. Su cuerpo se retuerce y se sacude en sueños
mientras la toco. Cuando jadea una vez antes de temblar, sé que ha encontrado su
liberación, incluso en sueños. Con otra sonrisa dibujándose en mis labios, una sonrisa que
solo ella puede sacarme, me permito la única cosa que me he denegado antes. Una 40
simple probada. Saco sus empapados dedos de su cuerpo hacia mis labios. Froto sus
jugos por toda mi boca y me pongo extremadament
extremadamente e duro por la necesidad de
empujarte dentro de su precioso cuerpo. En vez de eso, chupo sus dedos eliminando
toda huella de su orgasmo con mi lengua. Dios, huele exquisitamente.
Suavemente descanso su mano de regreso sobre su estómago antes de volver a
taparla con la sábana. Su esencia permanece sobre mis labios e inhalo. Un día cercano,
tendré mi cara enterrada entre sus muslos. Me deleitaré ante la vista de su perfecto coño
siempre que quiera. Suplicará por ello. La recompensaré porque es tan malditamente
preciosa y se lo merece. Con un golpecito de mi lengua, lentamente lamo mi labio
inferior. Sabe apor
pero la ignoro pecado.
ahora.Dulce y exquisito
El sol de la mañanapecado. Mi polla ansía
está empezando hundirse enasu
a asomarme interior,
través de
las persianas. Es hora de que la deje en paz por un rato.
Me pongo de rodillas y después me pego a lla
a apagada alfombra que apesta a
inquilinos y a cigarrillos rancios. Toma algunas maniobras, pero me las arreglo para
deslizarme bajo la cama. Cuando estoy cómodo, con mi cara apuntando hacia el
armario, me relajo. Cierro los ojos y duermo. Y por primera vez en meses, duermo
jodidamente bien.
Te veo pronto, Violet.
5
Violet
M e levanto con un sobresalto y me incorporo en la cama. El sol me ciega,
haciéndome gemir antes de protegerme los ojos de los rayos brillantes.
Estoy un poco desorientada y con una resaca seria. La vergüenza me
recorre la columna cuando empiezo a recordar los eventos borrosos de la noche
anterior.
estabaMe había
llena arrojado sobre
de recuerdos Sean enyun
de Vaughn bar. Me de
borracha arrojé sobreDebido
tequila. mi futuroa jefe
queporque
no he
estado con un hombre en años, anhelaba su toque. El coraje líquido fue el catalizador
de una noche llena
ll ena de remordimientos. 41
Pero tan pronto como me rendí a mis deseos, fueron apagados como una sola
vela en una habitación sin ventanas. Sean me depositó en el taxi y luego...
Ahí es donde todo se volvió confuso.
No puedo recordar una sola cosa desde ese momento.
Bajando la mirada, me estremezco al descubrir que estoy desnuda. El pánico
sube por mi garganta, pero lo obligo a retroceder rápidamente. Vaughn
Vaughn no estaba aquí.
Era solo yo. Me había desvestido por mi cuenta. Una rápida mirada alrededor de mi
habitación me dice que al menos tampoco me arranqué la ropa antes de follar con
algún extraño al azar. No hay pistas que indiquen que seguí la fiesta anoche. Fiel a mí
misma, incluso
inclus o en un estado de desmayo, habría puesto mi ropa en el cesto. Mis zapatos
en el armario. La necesidad de probar esto me abruma, así que me levanto de la cama
con los pies temblorosos. Me agarro a la mesita de noche en busca de apoyo cuando
la habitación gira a mi alrededor.
Mi coño se siente un poco sensible. Debo haberme tocado en el medio de la
noche. Una olisqueada a la punta de mis dedos me dice que estoy en lo cierto en esa
suposición también. Al menos siempre puedo contar conmigo misma, incluso cuando
estoy jodida más allá de la memoria.
Un rápido vistazo al cesto y al armario me dice que no estoy loca. Regresé a casa
y me desnudé como de costumbre. Con un suspiro de alivio, tomo la ducha más larga
conocida por el hombre. Mis pantorrillas están doloridas y el resto de mi cuerpo también
debido a mi resaca del infierno.
i nfierno.
Mi teléfono zumba desde mi mesita de noche, donde me las arreglé para
acordarme de conectarlo anoche. Ahora recién duchada y seca, con una toalla
envuelta en mi cabello mojado, camino desnuda hasta el lado de la cama. Un
escalofrío me recorre. La sensación de ser observada por Vaughn en realidad nunca se
ha ido. Parpadeo para leer mi mensaje.
Aparentemente
Aparentemente me he perdido varios.
Sean: Me divertí anoche. Lo siento si las cosas se salieron de control.
c ontrol.
Sean: Déjame compensarte. ¿Cena esta noche?
Ya estoy sacudiendo la cabeza en desacuerdo. Me rehúso a pasar otro momento
a solas con Sean. Estoy horrorizada por mi comportam
comportamiento
iento de anoche.
Sean: No fui exactamente un caballero, así que no te culpes de esto.
Me muerdo el labio y regreso al baño. Tirando de mi toalla y dejándola caer al
piso, miro mi reflejo. A pesar de mi estupidez de anoche, todavía me parezco a la mujer
a la que eventualmente le di forma. Ya no soy ella. La mujer envuelta en el pequeño
mundo retorcido de Vaughn. Soy saludable, educada y exitosa.
Respira, Violet.
Ayer parecía haberse dado cuenta de lo que estuvo en su rostro todo el tiempo.
Y ahora él está, ¿qué? Curioso. Uno podría incluso concluir que se siente mal. Me
dan ganas de restregárselo en la cara. Hacerle entender que no soy algo que pueda
ser pasado por alto u olvidar. Soy alguien
alguien.. Alguien especial y hermosa y digna de
conocer.
Desconocido: Querida Violet, nunca estarás sola en lo que a mí respecta. Veinte
minutos. Estaré esperando.
—No me gusta usar uno con este vestido. Como puedes ver.
—Puedo ver tus tetas, Violet. —Estoy furioso cuando me siento frente a ella. Mi
mirada recorre la gente del desayuno tardío, pero afortunadamente nadie nos está
prestando atención. Por el momento sus tetas están a salvo de las miradas lascivas de
los otros clientes.
—Esas son palabras elegantes viniendo de mi jefe. Hmmm —dice antes de
olisquear el aire—. ¿Huelo un pleito por acoso sexual?
Poniendo los ojos en blanco, le entrego el menú con la esperanza de que cubrirá
sus perfectas tetas de cualquier espectador.
—Si alguien está acosando sexualmente a alguien, eres tú quien me está
acosando. Vine aquí para el desayuno. El espectáculo es gratis.
Nuestros
desafiante ojos tiene
en ellos se encuentran y los de ella
mi polla hinchada conparpadean
sangre y la con desafío.de
necesidad Laempujar
mirada
dentro de ella es en todo lo que puedo pensar.
—¿Qué quiere, Sr. Maxwell? —exige, su voz dulce como caramelo.
46
Estiro mi pierna debajo de la mesa, colocándola entre las suyas una vez que le
he separado los tobillos con mi pie. Sus ojos se abren, pero no intenta alejarse. Solo con
la idea de que sus muslos se hayan abierto un poco, mi mandíbula se aprieta. Me
pregunto si está usando bragas. Mi boca está a punto de soltar una mierda que no está
lista para salir. Ella no está lista para lo que tengo que decir. Entonces, en cambio, la
miro fijamente. Descaradamente. La miro fijamente porque claramente eso es lo que
ella quería cuando se puso ese vestido. Su garganta se mueve mientras traga y levanta
temblorosamente
temblorosam ente el menú como si quisiera esconderme esas tetas.
Con mi dedo, empujo el menú hacia la mesa y luego deslizo mi mirada por sus
hermosos montículos. Prolongo mi mirada antes de lamer mis labios y luego darle una
petulante sonrisa.
—¿Q…qué es lo que quiere? —pregunta nuevamente, esta vez sin ocultar el
veneno.
Mis ojos se fijan en los de ella.
—¿No es obvio lo que quiero?
—Tomé mi decisión y comenzaré en Slante
Sl ante Mortgages en menos de dos semanas
—murmura y toma el vaso de agua de su lado de la mesa. Toma unos pocos tragos
impropios de una dama—. Me estoy yendo de tu compañía.
Mientras no me deje a mí.
Una vez que tengo mi mira puesta, adquiero mi objetivo.
Violet O. Simmons no irá a ningún lado.
—Sean Slante es un cerdo pervertido —gruño mientras abro el botón de la manga
de mi camisa de vestir. De repente, estoy jodidamente caliente. Y enojado. Después de
enrollar ambas mangas en mis antebrazos, entrelazo mis dedos sobre la mesa y miro
hacia ella. Sus ojos marrones están mirando mis brazos. Pasa su lengua rosa por el labio
inferior antes de levantar la mirada.
—Así como lo eres tú —me desafía con una ceja levantada.
Sonrío.
—No soy yo el que olvida usar parte de mi guardarropa para encontrarme con
mi jefe. Tal vez tú eres la pervertida, Violet.
La ira surge a través de ella
el la y sus fosas nasales se ensanchan.
—¿Siempre es tan imbécil? Para ser sincera me alegro de que me haya ignorado
hasta ahora.
Ignorar no es la palabra correcta. Simplemente
Simplemente no la vi hasta ayer. Ahora, ella es
todo lo que veo.
El camarero interrumpe nuestro tenso momento para tomar nuestro pedido.
Cuando nomenú
todo en el puede decidir
del qué comer,
desayuno. de repente
Ver el calor de su le digoen
cuello al hombre que color
un perfecto traigacarmesí
uno de
tiene otra de esas extrañas sonrisas tirando de mis labios.
—Así que no solo eres un imbécil pervertido, sino que también eres un cerdo
47
chovinista que ordena por tu cita
ci ta —dice bruscament
bruscamente
e—. Lo tengo.
Levanto una ceja.
—¿Cita?
Esto obtiene otra reacción ruborizada de ella. También me da un suspiro frustrado.
—Sabe a lo que me refiero.
—En realidad, no. ¿Quieres que esta sea una cita? Porque si fuera una cita,
ci ta, más
tarde encontraría
perfectas unaente
completam manera
completamente de sacarte
a la vista debajoese la tela. —digo mientras señalo sus tetas
de vestido
Cruza sus brazos sobre su pecho.
—No es una cita. Y no verás lo que hay debajo de este vestido.
Oh, pero ya lo hice, cariño.
Dejo que gane por ahora y cambio de tema.
—¿A dónde va todo tu dinero?
La sonrisa en su rostro se borra de inmediato. El miedo se refleja en sus ojos
brevemente antes de que ajuste su mirada.
¿De qué estás hablando?
—Busqué tu dirección. —Y luego dormí debajo de tu cama mientras dormías —.
Vives en un maldito gueto.
Su labio se curva.
—¿Realmente me vestí un sábado por la mañana para que mi futuro ex jefe idiota
me regañara por cada parte de mi vida?
—Solo responde la pregunta. El alquiler en esos lugares es como doscientos
dólares al mes o una mierda como esa. Ahí vive la escoria. No... —Agito la mano como
para dar a entender exactamente lo que quiero decir. No es un lugar para diamantes
como ella. Diamantes como ella necesitan ser pulidos y cuidados. Los diamantes como
ella deben brillar sin temor a ensuciarse siempre—. No personas como tú.
Desvía su mirada a la ventana. Su mandíbula se tensa mientras la cierra y la
aprieta desesperadamente como si estuviera luchando contra la emoción dentro de
ella. Una lágrima precipitadamente baja por su mejilla, pero discretamente la limpia.
Con sus ojos en otra parte, responde con voz ronca:
—Me gusta allí, ¿de acuerdo? ¿Puede dejarlo ir?
No.
No puedo dejarlo.
No hasta que sepa por qué.
Si solo lo supiera.
Antes de que pueda responder, el camarero vuelve con varios
v arios platos cargados.
No todos cabrán en la mesa, así que los arrastra a otra. Durante unos buenos cinco
minutos, Violet apuñala su comida asegurándose de mantener su boca llena,
probablemente
probablement e para que no tener que hablar. Cuando traga, hablo de nuevo.
—¿A dónde va todo tu dinero?
Me mira.
—Eso no es asunto suyo. Gracias por el desayuno, pero tengo que irme.
Antes, revolví su escritorio en su casa mientras ella dormía. He hojeado sus retiros
bancarios. Rastreando
Rastreando donde iba su dinero. Durante cada período de pago, retira más
de mil dólares en efectivo. Mil doscientos dólares de su dinero duramente ganado, cada
dos semanas. Sé que al menos unos cientos de ellos se destinan al edificio cutre que ella
alquila. El resto... Necesito averiguarlo. Mis ojos se entrecierran mientras se para y tira de
su abrigo en la silla. Sé a dónde irá. Al mercado de agricultores cerca de la oficina.
Como un reloj. Sus recibos muestran una compra de allí todos los sábados.
—Violet. —Mi voz es ronca con pesar. No pretendo molestarla, pero ella es un
rompecabezas bastante bonito que acabo de tener en mis manos. Quiero unirla y ver
la imagen que hace.
—Sr. Max…
—Gray.
Sus ojos marrones se endurecen mientras se pone su abrigo.
—Solo déjame en paz. Dos semanas y estaré fuera de tu vista.
v ista. Agradecería que
las cosas volvieran a la normalidad. Cuando ni siquiera sabías mi nombre.
La culpa surge a través de mí. Desde que tengo memoria, he sido así. No soy
como la mayoría de los hombres. No hago relaciones. No me mezclo y trato de llevarme
bien con la gente. Todo lo que hago tiene un propósito. Todo tiene una razón. Todas las
otras tonterías en el camino son complicadas y desordenadas
desordenadas.. Altamente innecesario.
¿Pero Violet?
Ella es necesaria. ¿Para qué? No estoy seguro. Todo lo que sé es que necesito
saber cada
general, detalle
cuando mesobre ella.
enfoco Si no desenredo
demasiado, todas
es en un sus partes,
proyecto. me volveré
Un trato. loco.Analizo
Un trabajo. Por lo
datos y me concentro en mi objetivo. Hago que la mierda suceda. Mi enfoque solo ha
estado en una mujer antes. Y esa era Adara. Cuando hice mi misión de conocerla para 49
poder completar una de las tareas más difíciles que había enfrentado en mi vida. La
desmenucé. La estudié. Entonces la usé.
Pero se suponía que ella no debía morir.
Mis pensamientos son oscuros y furiosos cuando me doy cuenta de que Violet ya
no está. Echo un vistazo a su brillante cabello antes de que se deslice en su taxi. Una
sensación de vacío se instala en mis entrañas. Siento una sensación real de pérdida sin
que ella me arroje miradas mordaces.
Conseguiré que se acostumbre a mí.
Verá que solo quiero lo mejor para ella.
Le hago una señal al camarero para que me traiga la cuenta y saco la llave extra
que saqué de uno de sus cajones. Una llave de su apartamento
apartamento.. Hoy haré una copia y
luego la devolveré antes de que se dé cuenta. Entonces, podré vigilarla de cerca. Mi
mente vuelve a la forma en que su cuerpo desnudo se retorcía con la necesidad del
orgasmo cuando mi teléfono zumba.
Bull: Estás demasiado callado. No me gusta. Gracias por respaldarme anoche.
Me froto la cara y dejo escapar un suspiro.
Yo: ¿Te acuerdas de Adara?
Bull: ¿Es esta una pregunta capciosa? Por supuesto que recuerdo a Adara. Ella
casi consigue que te maten.
Yo: Tengo que conocerla.
Bull: Violet se va en dos semanas, hombre. No tienes que conocerla. Solo olvídate
de ella.
Su dulce aroma persiste en el aire y ya estoy deseando verla de nuevo.
Yo: Eso es imposible. Tú lo sabes.
Bull: No estoy diciendo que me gusta, pero te cubro la espalda. Al menos ven a
casa y cena con Sadie y conmigo. Joshua extraña a su tío.
Está tratando de distraerme. No tiene sentido.
Yo: Dale a la familia mi amor. Te veo el lunes. Tengo algo de trabajo
t rabajo por hacer.
Bull: Trata de no ser arrestado.
Ante eso, sonrío.
Yo: No sería la primera vez que tienes que rescatarme.
Todavía estoy sonriendo con satisfacción, pero rápidamente se convierte en una
mueca. Bull siempre de alguna manera ha tenido que cuidarme. El día en que la mierda
se fue al sur con esos saudíes, me salvó la vida y sacó mi cuerpo inconsciente a un lugar
seguro. Mis pensamientos se desvanecen en la oscuridad.
***
50
MTV? —pregunta la enfermera—. Videos musicales todo el tiempo.
―¿Quieres ver MTV?
¿Puedes creerlo? El hospital finalmente obtuvo el cable. Nunca antes había tenido
cable, así que el único momento en el que puedo verlo es mientras estoy en el trabajo.
Alejo mi mirada
mirada del libro que estoy leyendo para verla
verla..
—Estoy leyendo. Vete.
Se ríe de mí y de todos modos entra a la habitación. La última enfermera que
entró, la hice cerrar las persianas. Esta maldita mujer tira del cordón para permitir que el
sol entre. Entrecierro
Entrecierro lo
loss ojos co
contra
ntra eso y tiro mi libro a
all suelo.
—Cierra las malditas persianas —le digo.
La maldita e irritante enfermera me ignora y hojea su tabla, tarareando una
canción semi-familiar que estoy seguro escuchó en su querido MTV.
—Parece que es hora de cambiar tus vendajes.
Me estremezco porque odio eso. No solo es doloroso como el infierno, sino que
también es un claro recordatorio de todo lo que salió mal.
—Bien. Pero no estés tan ansiosa.
—Me encanta ver a un hombre aullar de dolor —bromea—. Pero lo manipularé
solo para ti.
ti. ¿Suena bien
bien,, chico gran
grande?
de?
piensoDejo de Adara.
en ella. verla y Sus
entierro mi e
amplios cara en la almohada.
inocentes PeroLacuando
ojos marrones. cierro
forma en que los ojos,
se paró
en el momento exacto en que apreté el gatillo. Se suponía que debía permanecer
sentada. Todo
Todo giraba alrededor dde
e ella perman
permaneciendo
eciendo en ssu
u asiento. La herida h
habría
abría
dolido, pero habría sobrevivido. Se suponía que sería un simple roce, una distracción. Si
solo se hubiera
hubiera quedado en su maldita silla. Esa pequ
pequeña
eña variable fu
fue
e el catalizador de
todo lo que salió mal.
La maldita, irritante y risueña sádica enfermera pasa la próxima hora quitándome
los apósitos
por el dolor.sucios
Cuandode vuelvo,
la espalda, las nalgas
ella me y las
revuelve piernas. Me desmayo un par de veces
el cabello.
—¿Necesita algo para el dolor, soldado?
Gruño y pronto algo frío entra en mi vena. Por lo menos, la maldita, irritante y
risueña sádica enfermera me saca de mi miseria por un par de horas. Pero a pesar de
mi neblina inducida por las
l as drogas, no puedo quitarme la imagen
i magen de esos ojos marrones,
pertenecientes a la adolescente a la que disparé tan brutalmente. Fue un error. No
cometo errores. Pero ese día, lo hice.
Nunca volveré a cometer un error así.
51
7
Violet
A ntes de dirigirme al mercado de agricultores, me detengo en mi
apartamento y me pongo ropa cómoda. Todavía estoy temblando de
furia. ¡Cómo se atrevió a volverse tan malditamente curioso acerca de mi
vida! He trabajado mucho para mantener ciertas cosas para mí misma. Y ahora, siento
que está fisgoneando en algo que necesita permanecer cerrado. Si él abre las partes
de mi pasado que mantengo contenidas, voy a perder la cabeza.
No quiero recordar los años que pasé con Vaughn.
No quiero recordar cómo pasó de ser un novio posesivo, a un monstruo, a mi peor
pesadilla. No quiero pensar en las cosas que él me hizo hacer. Cosas que todavía me 52
avergüenzan y me horrorizan. Cosas que destrozarían todo por lo que tanto he
trabajado para lograr
lograr si alguna vez salieran a la luz.
Las lágrimas calientes y furiosas se derraman de mis ojos. Las alejo bruscamente
mientras me apresuro para hacer mis compras semanales. Gray, mi estúpido jefe, ha
agarrado mi vida normal y le ha dado un fuerte apretón. No me gusta que haya
sacudido algunos recuerdos dentro de mí que prefiero mantener ocultos.
En un esfuerzo por bloquear su rostro irritantemente guapo de mi mente, pienso
en mi nuevo trabajo. Estoy ansiosa por aprender algo diferente. En el camino al
mercado, paso por la oficina de correos donde se encuentra mi apartado postal. Lo
reviso, pero no encuentro ninguna correspondencia. Eso me lastima y me alivia. En las
últimas pocas tarjetas que envié, tontamente incluí mi dirección de apartado postal.
Saco del sobre sellado que contiene diez billetes de cien dólares dentro de una tarjeta
graciosa y lo meto en la caja de los salientes.
Solo una vez me gustaría recibir una carta de vuelta. Para ser reconocida. Pero
eso podría invitar a problemas
problemas.. Problemas que no necesito, no importa cuánto me duela
el corazón.
El camino al mercado es frío. Dudo que tengamos nieve, pero parece que una
lluvia fría es inminente. Tendré que darme prisa con mis compras hoy.
Normalmente, paso varias horas en el mercado mientras me tomo mi tiempo y
disfruto el día. Pero hoy, estoy demasiado agotada. Mi tensión es como la fría lluvia
invernal que probablemente golpeará antes de regresar a casa. Azotando a mi
alrededor y estresándome.
estresándome. Gruño todo el camino de regreso a mi edificio con mi botín.
En tiempos como estos, desearía tener amigos reales. Gente con la que pudiera
conversar y hablar sobre mi día. Una amiga con la que quejarme sobre mi jefe molesto,
mi terrible noche de borrachera con mi futuro jefe, el temor de que mi ex psicópata me
persiga, y todas las otras cosas horribles en mi vida.
Lamentablemente, no los tengo.
En el momento en que siento la primera gota de lluvia fría en mi frente, un
escalofrío de derrota me recorre. En este gran mundo malo, estoy sola. Por naturaleza,
normalmente no soy una quejosa. Pero hoy, lo dejo ir. Lloro mientras corro tres largos
bloques bajo la lluvia con mis brazos llenos de comida. Mis dientes castañean cuando
llego a mi edificio. Delante se encuentra un Range Rover blanco que parece brillar en
la lluvia torrencia
torrencial.l. De repente desearía tener un auto. De repente, me hubiera gustado
vivir en algún lugar con un garaje, calefacción confiable e inquilinos que no son
traficantes de drogas.
Pisoteo los charcos y busco refugio en el ruinoso edificio. Gray tenía razón. Vivo
en el ghetto. Este lugar
l ugar es todo lo que puedo pagar cuando envío la mayor parte de mi
salario. Es triste. Toda mi vida es patética.
Eventualmente, llego al tercer piso, pero estoy agotada y empapada hasta los
huesos. Entonces, cuando veo una cara familiar, estoy demasiado cansada para luchar.
De alguna manera estúpida, siento una sensación de alivio. 53
—¿Qué estás haciendo aquí? —murmuro mientras hurgo en mi bolso buscando
mis llaves.
Gray me frunce el ceño. Sostiene una carpeta debajo de un brazo y un paraguas
que gotea en el otro. El hombre todavía se ve tan sexy como lo hacía en el desayuno.
Lástima que sea un imbécil.
—¿Podemos hablar un minuto?
Dejando escapar un suspiro, abro mi puerta y le hago un gesto para que entre.
Mi lugar huele instantáneamente a él. Limpio y masculino con un toque de canela.
Una vez dentro, me dirijo hacia la cocina para dejar caer mis bolsas. Él me sigue
al pequeño espacio haciéndolo parecer aún más pequeño con su imponente
presencia.
—Déjame descargar esas mientras tomas una ducha caliente y te cambias. Te
estás poniendo violeta, Violet. —Sonríe a su tonto juego de palabras. El hombre es
ridículamente guapo y me enoja. Odio reaccionar tan fácilmente a él. Mi estúpido
corazón palpita en mi pecho por la forma en que me mira. Como si quisiera lamer cada
gota de lluvia. Reprimo un gemido porque suena mucho mejor de lo que quiero.
—Gracias. Volveré en diez minutos. No robes nada —lo amenazo.
Se ríe mientras comienza a descargar las bolsas.
—No me atrevería.
Dieciocho minutos después, estoy vestida con una cálida sudadera con capucha
y un par de pantalones de yoga. Mis pantuflas cubren mis dedos congelados y he
recogido mi cabello mojado en un moño desordenado para mantenerlo fuera de mi
cuello. Cuando entro a la sala de estar, Gray está sentado en el medio del único mueble
que tengo mientras sorbe un poco de café. Se ve como si perteneciera aquí. Como si
este fuera su lugar. La idea me irrita.
—No lo hagas.
quien trabajar. Sé que
—Vuelve soy difícil
su aguda miradade entender y aparentemente
hacia la mía. alguien
Veo la forma en difícil
que sus ojoscon
se
posan sobre mi rostro, inspeccionando cada rasgo de cerca como si estuviera bajo la
lupa. Me pone nerviosa, pero el calor de mi cuerpo se eleva por su estrecha 55
inspección—. Dime cómo sabes estas cosas, Violet.
Me pongo rígida y dejo escapar un pequeño suspiro.
—Soy perspicaz. Una de esas personalidades de observar y aprender. Además,
investigo muchas cosas. Si estoy interesada, trato de aprender más al respecto. Incluso
tomé algunas clases nocturnas. La mayoría de ellas estaban relacionadas con los
negocio. Algunas eran de economía e inversiones. Realmente no puedo decir que lo
aprendí todo de un lugar. Fue más o menos la acumulación de muchas cosas. ―Sus ojos
están en mi boca mientras hablo. Me gusta lo concentrado que está en mí, pero al
mismo tiempo, estoy disgustada.
Vaughn me vigilaba de cerca y yo lo odiaba.
Sorbo mi café, dirigiendo mi atención a la ventana.
v entana. La lluvia cae afuera. Debería
despedir a Gray y esperar que se empape por ser tan idiota. Como si estuviera
sintonizado con mis pensamientos, habla.
—Lo siento por el desayuno. No quería entrometerme
entrometerme…
—¿Pero? —Siempre hay un pero.
Se restriega la cara y me mira con una vulnerabilidad que aún no he visto en el
poderoso Grayson Maxwell.
—Pero en este momento, estoy muy curioso acerca de ti.
Su respuesta honesta me hace verlo con ojos más amables. Sé que a veces soy
una perra fría y dura. Tal vez parte de la razón por la que no tengo amigos es porque
me niego a dejar entrar a nadie. Mis paredes son siempre erguidas e impenetrables.
—Simplemente no me gusta hablar sobre mi pasado o la razón por la
l a que hago
las cosas —admito mientras dejo la taza.
Imita mis acciones y me da una sonrisa torcida que envía un enjambre de
mariposas revoloteando
revoloteando a mi estómago.
—¿Podemos empezar de nuevo? ¿Podemos ser amigos?
Con él sentado en mi sala de estar, pareciendo como si perteneciera aquí y
desplegando su encanto, siento que algo de mi hielo interno se derrite.
—Solo estaré aquí por dos semanas más, Gray. Tal vez ser amigos no es una buena
idea. Me iré antes de que te des cuenta, ya no estaré en tu radar.
Sus ojos se oscurecen y noto un tic en su mandíbula.
—Generalmente no hay una línea de tiempo en la amistad. Tal vez todavía quiero
ser tu amigo, incluso después de que te vayas.
Me muerdo mi labio inferior por un minuto contemplando sus motivos. Realmente
no hay una razón oculta por lal a que él quiera que seamos amigos. Quiero decir, tal vez
su definición de amistad se inclina hacia el territorio de los amigos con derechos, pero
puedo frustrar sus avances.
Sabe que me voy y no necesariamente ha tratado de evitar que lo haga.
56
—Por favor. —Su palabra no es una súplica, sino más una rama de olivo.
—Me temo que sería una amiga terrible —admito con una sonrisa avergonzada—
. No tengo ninguno porque nunca quise ninguno.
Me mira, sus ojos hacen esa cosa extraña que hace ahora, desde que pareció
salir del modo intimidante ayer, donde se deslizan por cada parte de mi cara como si
estuviera tratando de memorizar cada peca en mi carne.
—Soy el peor amigo que jamás conocerás. Solo pregúntale a Bull. —Hace una
mueca al decir el nombre, lo que solo me hace querer saber por qué.
—¿Quién es Bull?
—Jeff.
Esbozo una sonrisa por la manera tímida en que Gray se está comportando.
Normalmente, veo al poderoso, arrogante,
arrogante, loco de una sola pista que dirige la empresa
para la que trabajo. Nunca he visto otros lados de él. Tímido y vulnerable. Juguetón y
sonriente.
—¿Qué hacen exactamente los amigos? —pregunto, cambiando de tema—. No
vamos a dormir juntos.
Una hermosa sonrisa curva sus labios y todo su hermoso rostro se ilumina como
nunca antes. Con solo mirarlo así, me tengo que regañar. No le mientas al dios del sexo,
cariño. Ambos sabemos que eventualmente vas a dejar que ese hombre entre a tu
cama.
Sus ojos se entrecierran mientras caen a mi garganta. El calor está pintado en mi
piel, puedo sentirlo. Aclaro la garganta y toco el papel para distraerlo.
—¿Has estado en el complejo?
—Una vez antes. En el momento en que me instalé en mi suite con una copa de
brandy y me senté en el sillón que daba al frío Atlántico, sabía que lo quería para mí. —
Su mano cubre la mía mientras la aleja de la imagen. Está mirando hacia el
impresionante complejo
complejo boutique, pero estoy concentrada en la forma en que su gran
mano se queda en la mía. Juro que mi corazón está latiendo tan fuerte que
seguramente puede oírlo.
—¿Solo tomas todo lo que quieres? —Mis palabras están destinadas a provocar,
pero aparecen en un tono acusatorio.
Se inclina hacia mí mientras su mano aprieta la mía. Labios cálidos rozan la mi
oreja y su cálido aliento me hace cosquillas cuando habla.
—Siempre. Cuando quiero algo, hago lo que sea necesario para conseguirlo.
Ya no estamos hablando de adquisiciones.
O tal vez sí.
—¿Y qué pasa cuando finalmente lo obtienes? —No puedo evitar darle un poco
más.
Suelta una exhalación pesada que envía escalofríos de necesidad corriendo a
través de mí. Si me pidiera que me desnude en este momento, probablemente
probablemente lo haría.
57
—No lo dejo ir —dice finalmente. Se aleja y me quita la carpeta. Estoy congelada
en mi lugar, suponiendo que está a punto de recoger mi cuerpo derretido y llevarme a
mi habitación donde pasará horas deslumbrándome.
deslumbrándome. Estoy decepcionad
decepcionadaa cuando se
para y se aclara la garganta. Mis ojos se dirigen a la gran erección abultada en sus
pantalones.
—¿Hemos terminado aquí? —murmuro antes de apartar la mirada de mala gana
de su pene para encontrar su mirada endurecida.
ahora.Corre
Podríaesos largos
pensar dedos
en un buenotra vez aesos
uso para través de…su ahora desordenado cabello
dedos
—Por ahora. Te recogeré a las siete para la cena. —No espera una respuesta
antes de acercarse a la puerta—. Hasta entonces, toma una siesta. Te ves agotada.
Me levanto con las piernas temblorosas y lo sigo.
—¿Cena? Pensé que solo éramos amigos.
—¿Los amigos no cenan juntos? —pregunta con una sonrisa traviesa.
Pongo mis ojos en blanco, pero también estoy sonriendo.
—La última comida que tuvimos juntos fue mal. Fuiste un asno.
Su sonrisa cae y una mirada feroz me encuentra. Su mano se levanta para
ahuecar mi mejilla.
—Lo siento. Estuve fuera de línea. No volverá a suceder. Tú solo... —Deja caer la
mano y mira hacia atrás, hacia las ventanas —. Te veías demasiado malditamente
bonita para brincar sin un sujetador para que todos esos pervertidos te vieran. —Sus ojos
se clavan en los míos con bengalas encendidas en ellos. Definitivamente me estoy
derritiendo bajo su mirada.
—Oh.
—Usa algo casual. Vaqueros o algo así —dice.
—¿Y un sujetador? —me burlo, mis labios se levantan para darle una sonrisa
malvada.
Su risa es encantadora y borra años de su edad.
—La ropa siempre es opcional cuando estás cerca de mí. Puede que tenga que
golpear a algunos hijos de puta por mirar, pero no me opongo a la idea, pequeña
desertora.
Ya está girando sobre sus talones y abriendo la puerta.
—Adiós, Gray. —Hace unas horas odiaba el terreno en el que él caminaba, y
ahora, no quiero que se vaya.
—Adiós, Violet.
58
8
Grayson
E l día empezó como una mierda, pero hacer más temprano que Violet se
rindiera a mis caprichos, en verdad lo hizo mejor. También logré devolver su
llave mientras se duchaba. Ya se está suavizando conmigo. Pronto, se
suavizará debajo de mí mientras toma cada centímetro de mi dureza. Puedo imaginar
sus labios carnosos rogando. Por favor fóllame, Gray. Oh Dios…
contraMis
la ojos
paredse cierran de golpe
de azulejos colorcuando
pizarra.mi
Noliberación
li beración sale ade
había forma borbotones en la
que pudiera ducha
caminar
durante la cena con mi polla a media asta. No me gusta cómo responde mi cuerpo
como si tuviera quince años otra vez y me masturbara por primera vez. Y, sin embargo; 59
esta vez, es lo más estimulante que he sentido en dos décadas.
Me visto rápidamente, intentando mantenerlo casual. Vaqueros oscuros y un
suéter de cachemira gris pálido. Le dije que usara vaqueros, pero me encantaría verla
con vestido. Para deslizar mi palma áspera por su muslo liso y sedoso y...
—¡Gray!
La voz suave y femenina al otro lado de la puerta de mi habitación me sacude
de mi visión caliente como el infierno. La culpa se abre paso a través de mí. Me he
estado escondiendo de una de las pocas personas que me importa en mi vida.
Mintiéndole. Diciéndole que me han inundado de trabajo.
Mientras camino hacia la puerta, hago mi mejor esfuerzo para poner una sonrisa
fácil. Cuando la abro, encuentro la otra parte de mi corazón que me mira con curiosos
ojos azules. Amables, dulces e inocentes. Yo soy todo para ella.
—Gwen.
El pequeño duende en cuerpo
cuerp o de mujer se lanza a mis brazos. Es mucho más baja
que yo, solo llega a la cima de mi pecho. Su cabello castaño salvaje ha sido
domesticado en un moño. La pintura mancha su cabello y cuando me mira, veo que
también lo está su nariz pecosa.
—El trabajo debe haber sido demasiado. Nunca volviste a casa anoche. —Hay
un toque de acusación en su voz. Una vez más, la culpa me inunda.
Acaricio su cabello y encojo mis hombros.
—Simplemente inesperado, eso fue todo. ¿Cómo te fue anoche?
Se aleja y se deja caer en la cama con un suspiro.
—Estaba sola sin ti. Tuve que cenar sola. Ya sabes —gruñe—. Una llamada
telefónica hubiera sido agradable.
Mantengo mi expresión impasible. Es difícil llamar cuando te escondes debajo de
la cama de una mujer.
—Perdí la noción del tiempo. —Eso es mayormente la verdad.
Sus ojos se entrecierran mientras busca respuestas. Hemos estado así durante
todo el tiempo que recuerdo. Yo, diligentemente cuidándola; pero nunca dejando que
vea más allá de mis propias barreras. Soy el hombre de esta casa y tengo la intención
de mantener mis debilidades protegidas de ella. Siempre.
—Pensé que tal vez podríamos cenar esta noche y tú sabes... —arrastra las
palabras, sus mejillas se ponen sonrosadas. Sé lo que quiere, pero no lo pedirá. Quiere
que vaya ahí con ella. Reprimo el escalofrío que amenaza con superarme. Hasta que
pregunte, no diré nada. No echo de menos el amor que brilla en sus ojos, suplicándome
que se lo dé.
a su lugarlos
descifrar favorito
númerospara molestarme
clave y se desploma.
de la cerradura Cruza
que se une a la sus piernas
caja mientras intenta
de cedro.
—¿Quién es ella? —exige con su espalda hacia mí.
—Ya basta de esto, Gwen —digo furioso mientras camino al final de la cama —.
Mañana pasaremos el día juntos. Solo dame un descanso.
Como siempre se da por vencida con la cerradura y se pone de pie.
—Tengo una parte de ti dentro de mí. Parece que lo olvidas. Nos vincula, Gray.
Un tipo extraño de sexto sentido. Lo siento. Algo está mal. Me estás ocultando algo.
Prometiste que nunca lo harías.
Nos miramos el uno al otro durante un largo par de minutos antes de ceder.
—Está Bien. Encuéntrame donde Bull y Sadie. Joshua no te ha visto en años. Ahora
le gusta la caricatura PAW Patrol,
Patrol, así que asegúrate de buscar el idioma en Google
porque te va a sacar de quicio.
Chilla antes de lanzarse
l anzarse a mis brazos. La abrazo e inhalo su reconfortante aroma.
—Gracias. Me estaba volviendo loca encerrada en esta casa.
—Siempre tan dramática —bromeo antes de despeinar su cabello —. Asegúrate
de lavar este desastre antes de esta noche. También cenará con nosotros una de mis
empleadas. Sin indiscreciones.
***
64
9
Violet
G
wen Maxwell.
No puedo creer el descaro de ese idiota.
Haciendo desfilar a su posible amante delante de su esposa.
El dolor que me abrasa es similar a la primera vez que Vaughn me informó que
compartiría
furiosa. Perocon otro hombre
cuando lo que
me rehusé yopetición,
a su consideraba sagrado.
descubrí Estaba
quién era eldevastada.
devas
fuertetada. Incluso
en nuestra
relación. Vaughn me puso de rodillas esa noche con el dorso de su mano. Y a través de
mis lágrimas y mi petición no tan silenciosa, supliqué a Vaughn que se despertara y viera 65
lo que me estaba haciendo. A nosotros. En una sola noche, arrancó de mi corazón el
amor ganado con tanto esfuerzo y lo reemplazó con algo oscuro y enfermo.
—Eres una persona callada —murmura Sadie, la atractiva rubia; mientras agarra
mi plato vacío—. ¿Quieres ayudarme en la cocina?
Estoy ansiosa por escapar del comedor donde su hijo balbucea sobre dibujos
animados de los que no sé nada y la esposa de Gray me mira como si fuera algo
podrido. Ella había sido todo sonrisas hasta que no pude obligarme a estrechar su mano.
¿Cómo puede uno estrechar la mano de otra mujer cuando momentos antes estaba
deseando a su marido?
Bilis me sube por la garganta y desearía tener más vino para lavarla.
Afortunadamente,
Afortunada mente, una vez en la cocina, Sadie parece sentir mis niveles de estrés. Saca
una botella de ron del armario y vierte algo en una taza de café. Entonces, inicia a la
cafetera. Vierte café caliente en la taza junto con el licor. Estamos calladas mientras se
llena. Una vez que está hecho, lo empuja a lo largo del mostrador hacia mí.
—Te gusta Gray —dice en voz baja.
Usualmente, me gusta una pizca de azúcar en mi café, pero esta noche busco el
líquido entumecedor que tendrá que ser suficiente como sustituto.
—Es mi jefe ―murmuro tan educadamente
educadamente como pue
puedo,
do, a pesar de la furia
furia que
hay dentro de mí. Y no me gusta. De ningún modo. Especialmente ahora.
—Él no trae a las mujeres. Nunca. Entonces debes ser especial —dice y me ofrece
Entonces
una pequeña sonrisa.
Aprieto la mandíbula e intento
i ntento desesperadamente
desesperadamente no decir nada de lo que me
arrepienta mañana.
—No me siento muy especial. Me siento horrible y avergonzada. Pobre Gwen. —
Aunque Gwen parece odiarme, no puedo evitar sentir remordimiento por ella. Su marido
es un idiota infiel. Había calor y deseo en sus ojos. El hombre quería follarm
follarme
e y si lo hubiera
dejado, lo habría hecho.
―Ah, ¿así que lo sabes? —pregunta, frunciendo el ceño—. ¿No sientes pena por
ella?
—Bueno, si tuviera que vivir con Gray, también sentiría pena por mí —le susurro a
la mujer aparentemente agradable. Mi enojo está fuera de lugar. Quiero agarrarlo por
su estúpido cuello y sacudirlo por haberme llevado a eso.
—No es tan malo —bromea Sadie—. Incluso si él es un bicho raro. Creo que eso
es lo que más molesta a Gwen.
La miro boquiabierta como si hubiera perdido la cabeza. ¿La pulcritud es el
problema de Gwen con su marido? ¿Qué hay de su impaciente pene? La maldita cosa
estaba dura por mí.
—¿Se divierten sin mí? —pregunta Gwen en un tono frío detrás de nosotras.
Ambas nos damos la vuelta para mirar a la pequeña mujer. Sadie me mira y la culpa
brilla en sus ojos.
—No me siento tan bien —les digo a ambas mientras abandono la humeante
66
taza de café caliente con alcohol—. Creo que tomaré un taxi a casa.
Gwen entrecierra sus ojos hacia mí.
—Podría haber jurado que llegaste con Gray. ¿No te llevará a casa?
Tragando, sacudo la cabeza
—No.
Ante esto, frunce el ceño.
—Bueno, entonces yo te llevaré a casa.
Antes de que pueda discutir, entra pisando fuerte en el comedor y se lo anuncia
a los dos hombres. Puedo escucharlos a ella y a Grayson discutiendo en siseos. Sadie
simplemente me ofrece una sonrisa comprensiva.
—Lamento que no te sientas bien —dice Sadie y me da palmaditas en la mano—
. Por favor ven de nuevo.
Asiento diciéndole que lo haré mientras agarro mi abrigo del gancho. Las voces
en el comedor aumentan y salgo por la puerta principal para escapar de ellas.
Momentos después, Gwen baja por la escalera y golpea el mando, haciendo que las
luces de un Camaro rojo se enciendan. Cuando echo un vistazo a la casa, Gray se
encuentra en la entrada con los brazos cruzados sobre su enorme pecho. Está enojado,
pero no tiene derecho a estarlo. Si no fuera por no querer causar una escena, iría
i ría allí y
le diría lo que pienso.
Gwen y yo no hablamos más allá de mí dirigiéndola en dirección a mi edificio.
Cuando se detiene frente a el, ni veinte minutos después, apaga su auto. Busco la
manija de la puerta, pero me toca el brazo para detenerme. Dando media vuelta,
encuentro su mirada y temo por un momento que me va a dar una bofetada por algo
que yo no hice.
—Lo siento —dice y muerde su labio
l abio inferior. El movimiento la hace parecer joven,
casi infantil.
—¿Por qué?
—Por empezar con el pie izquierdo. Estaba siendo una cascarrabias
cascarrabias y eso no fue
justo. Me sorprendió al invitarte. Una compañera y una mierda —gruñe, pero me
interrumpe cuando empiezo a hablar—. Claramente, lo amo. Solo quiero que sea feliz.
Ojalá me hubiera hablado de ti, de que estaba saliendo con alguien...
—No estamos saliendo —discuto.
—Follando. Lo que sea. Lo que estoy diciendo es…
—¡No estamos follando! —chillo horrorizada de tener esta conversación.
Se ríe y eso me confunde.
—Tranquila, chica. Todo lo que digo es que, si le gustas, entonces quiero que
haga lo que lo hace feliz.
La miro boquiabierta, mi mente intenta procesar sus palabras antes de que salgan
de ella.
67
—Cualquiera sea el tipo de relación enferma que tengan, es asunto de ustedes.
En dos semanas, estaré fuera de sus vidas. Lo siento, casi me involucré en el medio de
su... lo que sea que sea. Adiós, Gwen —balbuceo antes de salir del auto y correr hacia
el edificio.
La puerta del auto se cierra y ella
ell a grita detrás de mí:
—¡Violet, espera!
Ignorando a la loca, corro a mi edificio. Veo a un hombre que mira desde las
sombras y me detengo en seco.
—¿Vaughn?
El pánico me atraviesa y dejo escapar un sollozo confuso mientras retrocedo
hacia la puerta. Casi derribo a Gwen en el proceso.
—¡Aléjate de mí! ―le grito al
al hombre que
que se esconde en las sombras.
sombras.
Cuando sale, me estremezco y me cubro la cara con las manos. ¡No! ¡No! ¡No!
Gwen hace lo que parece un grito de batalla. Entonces, un hombre
hombre comienza a gritar:
—¡Mis ojos! ¡Perra!
Muevo mi mirada para ver que ahora el hombre ha salido por completo de las
sombras. No es Vaughn. Solo uno de los hombres lascivos habituales que rondan por
estas partes. Me agarra del codo y me hace pasar al hueco de la escalera. Una vez que
la puerta se cierra detrás de nosotros, ella me impulsa a subir los escalones rápidamente.
—¿Qué acaba de pasar? —pregunta cuando llegamos al primer rellano.
—Tercer piso —gruño y señalo—. Pensé que era... pensé que era otra persona.
—¿Grayson?
Parpadeo hacia ella con confusión.
—No. ―No pasa nada
nada con decirle―.
decirle―. Pensé que
que era mi ex. Su nombre es Vaughn.
Destellos de entendimiento brillan en sus ojos azules mientras me ayuda a llegar
al tercer piso. Mis rodillas tiemblan y estoy muy mal. Tira de mis llaves cuando parece
que no puedo meter la llave en la ranura. Una vez que entramos, pongo todos los
seguros del cerrojo
cerro jo en su lugar. Sus grandes ojos azules me miran como
c omo si fuera un animal
herido que podría morder a la persona que intenta ayudarlo.
—¿Te está acosando esta persona? ¿Vaughn? —pregunta, preocupación
mostrándose en sus bonitas facciones. Quiero odiarla, pero ahora ella es la única
persona que tengo.
—No. Yo solo... ―Me alejo y me recorre un escalofrío—. Pensé que podría
haberme encontrado
encontrado y me ha estado estresando. Estoy segura de que todo está en mi
cabeza. Él no puede saber dónde estoy. Me he asegurado de eso.
Sus ojos revolotean alrededor del pequeño apartamento mientras comprende lo
que quiero decir.
—¿Puedo hacerte algo para beber?
68
Lágrimas vienen a mis ojos cuando la miro. Horas atrás, su esposo estaba en mi
sillón sintiéndose en casa. Ahora, ella está aquí, ofreciéndose para servirme como si
fuera su invitada y no al revés.
—Vodka. Congelador —digo.
Asiente y desaparece en la cocina mientras me dejo caer en el sofá. La manta a
crochet en la parte posterior fue una de las que mi terapeuta hizo para mí. La envuelvo
a mi alrededor y trato de calentarme. Estoy temblando de adentro hacia afuera.
Cuando regresa, tiene dos vasos llenos con lo que parece agua helada. Sé lo que es.
Puedo oler esa gasolina desde un kilómetro de distancia.
—¿Sedienta? —Sus ojos parpadean con una leve maldad mientras me da mi
vaso.
Bebo mi vodka en las rocas y hago una mueca. Pero el fuego corriendo por mi
garganta instantáneamente
instantáneamente me calienta.
—Siento todo esto. —Me pregunto si puede oler el aroma de su marido que
persiste en mi apartamento. Yo puedo hacerlo y me molesta que todavía me guste el
olor.
—Así que estás teniendo un mal día —dice con una sonrisa y se sienta a mi lado
como si fuéramos mejores amigas —. Los tengo a menudo. —Sus ojos se oscurecen y
aleja su mirada de mí. La culpa surge a través de mí. Me pregunto con cuántas otras
mujeres
con ella.ha
Es estado
hermosaGray mientras ha
y luchadora. estado
¿Por casadode
qué pasaría con esta mujer. No hay nada malo
ella?
—¿Por qué te quedas con él? —pregunto, mi garganta de repente se atraganta.
La confusión nada en sus ojos.
—¿Con Grayson?
Asiento y su mirada se suaviza.
—Porque lo amo —dice como si fuera suficiente razón —. Y porque no enfrento
bien las cosas.
—¿Enfrentar?
—Cuando era una niña, sufría de problemas renales. Mi riñón izquierdo se estaba
muriendo y trataba de envenenarme en el proceso. —Ambas observamos
observamos el alcohol en
su mano y ella lo deja sobre la mesa —. Se supone que no debo beber eso. —Se ríe y las
lágrimas brillan en sus ojos —. Hay muchas cosas que se supone que no debo hacer
ahora. Pero no estaría aquí si no fuera por Gray. —Amor puro se refleja en su mirada.
—Es por eso que aguantas sus... —Ni siquiera puedo decir la palabra.
—¿Travesuras? —Deja salir otra risa.
Trago el vodka mientras ella se recompone.
—Reduce la velocidad, asesina, o voy a tener que limpiar el vómito. A mi hermano
le daría un ataque si dejo que su novia se emborrache —dice, resopla y me roba el vaso.
La habitación gira cuando la miro boquiabierta.
—Espera. ¿Qué? 69
Sus labios se arquean hacia un lado y me recuerda a un hombre loco que
recientemente decidió irrumpir toda mi vida.
—Grayson es mi hermano mayor. Yo fui el bebé no planeado que tuvieron mis
padres quince años después.
Estoy tan aturdida que no tengo palabras para decir.
Hermano.
Hermano.
Hice el tonto porque pensé que Gwen era su esposa.
—Oh, Dios mío... —gimo y agarro mi estómago que realmente está revuelto―.
Pero estabas tan enojada conmigo.
—¡Me estabas mirando como si fuera una serpiente venenosa! —argumenta con
una risa y acaricia mi muslo. El calor me atraviesa. Mi amiga Lisa de la escuela
secundaria solía ser de esa manera. Una bofetada en la rodilla es como la llamamos.
l lamamos.
—¡Porque pensé que Gray me traería a una cita para conocer a su esposa!
Esto la lleva a un ataque de risa que la hace doblarse. Una vez que le encuentro
sentido a la estupidez de todo, empiezo a reír también. Entonces las dos estamos
tratando de hablar con lágrimas corriendo por nuestras mejillas.
—¡Me m-m-mirabas como una perra!
—¡Eres tan... tan guapa y pensé que eras su esposa!
—¡Pensé que mi hermano se había encontrado una mega perra!
—¡Pensé que iba a tener que castrarlo frente a su esposa!
Las dos nos reímos tanto cuando alguien golpea la puerta. Al principio lo
ignoramos, pero cuando los golpes se hacen más fuertes, las dos nos callamos.
—Quédate allí —instruye mientras busca sus llaves. Levanta una lata de gas
pimienta que está en su llavero mientras se dirige hacia la puerta. Debe haber sido lo
que ella le dio a ese tipo espeluznante de abajo. De repente, quiero abrazar a esta
chica y nunca dejarla ir.
Cuando se pone de puntillas y mira por la mirilla de la puerta, deja escapar un
resoplido.
—Oh Dios. ¿Quieres hablar con él?
—¿Por qué estás aquí, Gwen? —gruñe Gray desde el otro lado.
Me mira y pone los ojos en blanco.
—Consolando a tu novia. Heriste sus sentimientos
sentimientos..
—No soy su novia —siseo, pero ella solo me guiña un ojo.
—No sé qué diablos pasó —ruge desde el otro lado—. En un momento todo el
mundo está malditamente loco y al siguiente mi hermanita se escapa con mi... —El
silencio cae y Gwen y yo parecemos contener el aliento—. Violet —dice finalmente con 70
un bufido.
—¿Tu Violet? —desafía Gwen con una ceja arqueada hacia mí.
Niego con la cabeza hacia ella.
—No soy suya. —Pero la calidez se extiende por todo mi cuerpo con esa idea.
—Déjame entrar para que pueda asegurarme de que esté bien —suplica.
Algo en la manera vulnerable en que lo dice que me tiene mordiéndom
mordiéndome
e el labio
ya asintiendo.
mi lado. SusTan prontoojos
helados como abreparecen
azules el últimogirar
pasador, él empuja
con dolor la puerta y pasa
y preocupación. Haceal que
sofá
mi corazón revolotee. Corazón estúpido. Su cálida mano envuelve la mía y la aprieta.
—¿Está todo bien? —Su voz es ronca y cruda.
—Sí.
—¿Qué pasó?
Gwen arroja sus llaves en su bolso.
—Falta de comunicació
comunicación.
n.
Gray frunce el ceño hacia mí, pero no profundiza en el problema.
—¿Quieres que me quede contigo?
—Estaré bien. Acabo de tener un largo día. De verdad. Ustedes deberían irse.
Aprecio la... —Me detengo, porque no sé cómo llamar a esta pareja intensa.
—En el mundo real, lo llaman amistad. Me alegro de que nos hayamos hecho
amigas —dice Gwen, poniendo la misma maldita sonrisa que su hermano usó antes
cuando hizo también una declaración de amistad.
Mis ojos se vuelven hacia Gray y él me está sonriendo.
—Nos iremos, pero vete a la cama temprano.
***
78
11
Violet
P use la alarma el domingo por la mañana, como lo hago todos los domingos
d omingos
por la mañana. Lo llamo mi día de reinicio. El día en que trato de calmarme
un poco antes de someterme a una semana de frustración en el trabajo.
Normalmente, me pongo unos pantalones de yoga y voy a hacer pilates antes de
perder el tiempo en Starbucks por un par de horas, planificando vacaciones que nunca
tomaré.
Pero hoy…
Hoy se siente diferente.
79
Me siento diferente.
Anoche, soñé con Grayson Maxwell. Fantaseé que éramos íntimos. Pensé en él
calentando mi cama. Se sentió seguro. Por una vez en mucho tiempo, no estaba
absolutamente aterrorizada de estar cerca de un hombre. Me desperté con su olor
todavía atrapado en mi nariz por haberlo visto la noche anterior, y me masturbé
pensando en él. Por una vez, no fue en Vaughn, ese bastardo enfermo,
enfermo, en lo que pe
pensé
nsé
mientras me vine. Tal vez no estoy tan rota como pensé.
El pensamiento me emociona. Casi me apuesto a que, si me descongelara un
poco, Gray y en
había puesto yolapodríamos tener ese delicioso estruendo en las sábanas. Pero ya lo
zona de amigos.
Una chica todavía puede soñar con su jefe sexy como el pecado a quien le
gustaría follar si esta fuera otra vida y no fuera ella misma.
—Disculpe —dice una mujer irritada, sacándome de mi ensoñación —. ¿Está
ocupado ese asiento?
Había estado tan perdida en mis pensamientos, que había olvidado que me salté
el pilates por completo y fui directamente a Starbucks después de una larga ducha
donde terminé usando el cabezal de la ducha para aliviar otro dolor. Parecen seguir
viniendo. Literalmente.
―Oh, uh… ―empiezo pero una voz masculina me interrumpe.
asegurarme de que
infantil me hace estabas bien. —Sus mejillas se tornan ligeramente rosadas. El gesto
descongelarme.
Me muerdo el labio inferior
i nferior cuando veo su apariencia. Está un poco despeinado.
Me hace preguntarme si tenía prisa por venir a verme. El pensamiento es cálido. ¿Cómo 80
es que el viernes este hombre era frío y estaba en su propio mundo, pero para el
domingo es alguien con quien no me importa pasar el tiempo?
—Estoy bien. Es muy amable de tu parte que me revises. Aunque… ―digo con un
leve movimiento de cabeza—. Está muy lejos del idiota al que entregué mi aviso de
renuncia el viernes.
Su sonrisa le da a la habitación la sensación de que la temperatura ha subido.
—Digamos que alguien señaló mis defectos. Ahora estoy haciendo todo lo
posible para que se dé cuenta de que no soy un completo imbécil.
A pesar de que estamos rodeados por un montón de gente en esta ocupada
mañana de domingo, siento como si estuviéramos solos. Perdidos en nuestro pequeño
mundo.
—Todo esto de tener amigos es raro —admito con una sonrisa.
Su larga pierna roza contra la mía debajo de la mesa y una chispa de electricidad
se abre camino hacia mi núcleo. Intento no estremecerme de placer.
Amigos.
Solo somos amigos.
—Quiero llegar a conocerte, Violet —murmura, su mano audazmente cubriendo
la mía sobre la mesa. Me pongo rígida pero luego me relajo cuando agrega —: Como
amigos.
Una sonrisa juega en mis labios.
—Bueno. Supongo que no veo el daño en eso.
—Ven conmigo el miércoles al complejo —murmura y se inclina más cerca, su
pierna una vez más rozando contra la mía.
Mis mejillas brillan de color carmesí cuando recuerdo mis sueños de anoche.
Sueños donde él me tocó y me abrazó. Sueños donde estábamos desnudos y
enredados.
—Yo, eh ...
Se ríe.
—Tranquila chica. Quise decir como colegas. Necesito viajar a la propiedad
ahora que la he adquirido del Sr. Collins. Hay algunas cosas de negocios de las que
necesito ocuparme. Necesitaré la ayuda de mi trabajador
trabajadora
a asistente.
La vergüenza me inunda. Por supuesto, quiere mirar la propiedad. Supuse que
quería decir que quería llevarme a un fin de semana romántico. Dios, soy un copo de
nieve alrededor de él. Si no fuera tan guapo, no se me enredaría tanto la lengua. Todo
esto de amigos tomará algo de práctica. Supongo que la mayoría de los amigos no se
sienten tan severamente atraídos por el otro, como yo lo estoy de él.
—Sí, iré. Sabía lo que querías decir —digo con firmeza, a pesar del calor ardiente
que aún persiste en mis mejillas y garganta.
Me muestra una sonrisa torcida.
—Vamos. Toma tu café para llevar.
81
Una vez que estamos afuera en la fría llovizna, abre un paraguas y lo sostiene
sobre nosotros. Es pequeño, así que tengo que apoyarme en su costado para no
mojarme. Juntos, comenzamos a caminar por la acera ocupada.
—Gwen y yo vemos fútbol los domingos por la noche. A ella
el la le gusta cocinar. Pasa
horas haciendo toda está comida para picar, a pesar de que somos los únicos que la
comemos —dice riéndose—. Deberías venir esta noche y ver el juego. Como amigos,
por supuesto.
Mi intuición es decirle que no, pero luego recuerdo que estoy tratando de probar
cosas nuevas aquí. La amistad es una. Y estaría mintiendo si dijera que no quiero intentar
conocer a Gwen un poco mejor.
—Está bien —acepto—. ¿Qué debería llevar?
Me guía a su Range Rover blanco.
—Solo a ti. Eso es todo lo que quiero. —La forma ronca en que lo dice me hace
fruncir el ceño.
—Gray…
Abriendo la puerta del auto, se ríe.
—Deja de leer tanto en todo. Los dos queremos que estés allí. —Me deslizo en su
auto,
no erahuele
parteigual que
de mi él ydominical.
plan reflexiono sobre lo que estoy haciendo en este momento. Esto
—¿A dónde vamos? —le pregunto una vez que se desliza en el asiento del
conductor.
Se encoge de hombros mientras baja por la carretera.
—Necesito hacer algunas compras. ¿Estás lista para una visita rápida al centro
comercial?
***
―Prueba esto
esto ―dice con una
una sonrisa lobuna. Sostiene un vestido corto apropiado
sonrisa lobuna.
para ir a un club.
Frunzo el ceño porque me había prometido que me llevaría a comprar más
vaqueros.
escatimaba,Después de estuviéramos
para que haber crecido en es
bien, unlindo
hogar donde
tener mi madre
un novio ahorraba
con dinero y quey
quiera derrocharlo en ti. El problema es que nunca me siento bien al pedirle lo que
necesito. Solo dejo que compre lo que él quiere.
84
Y hoy, él quiere un vestido rojo dos tallas demasiado pequeño.
Me muestra una sonrisa ardiente que me hace tirar de la tela de sus dedos.
Camino hacia el probador frunciendo mis labios. A veces Vaughn es todo lo que siempre
quise en un novio.
Otras veces, es intenso.
Muy intenso.
intenso.
Con cada día que pasa, su gusto por mí se convierte en algo al límite de lo
obsesivo.
no siempreY aunque creo
creo que estaque es ardiente
ardiente cuandocuando mira mal
me critica a míapor
los otros
eso. chicos por mirarme,
—Voy contigo —gruñe detrás de mí mientras me agarra del culo a través de mi
vestido.
Me estremezco y miro por encima del hombro. Sus ojos grises son duros como el
acero, y su perfecta mandíbula es como la piedra. Entro al probador y cuelgo el vestido
en el gancho. Cierra la puerta detrás de él y se sienta en la única silla.
Vaughn es más caliente que cualquier chico con el que haya salido. No es que
haya salido con muchos. Definitivamente está fuera de mi alcance. Soy simple y sencilla
y bastante inocente. Vaughn está lejos de ser simple. Es complejo, complicado y
tramposo. Y se come a inocentes en la cena.
Mi mirada
tela blanca caede
estirada sobre su pechoSéesculpido
su camiseta. que
que detrás deapenas se justo
la camisa esconde
sobredetrás de la
su corazón
hay un tatuaje anatómicamente correcto de un corazón negro con mi nombre en el
medio.
Me horroricé cuando me mostró el tatuaje solo tres semanas después de que
empezamos a salir. Mi madre siempre estuvo en contra de los tatuajes. Crecí siendo
sermoneada acerca de que nunca deberías marcar permanentem
permanentemente
ente tu piel.
Especialmente no con el nombre de alguien. Si supiera que Vaughn tenía 'Letty'
garabateado en su carne para siempre, tendría un ataque.
Muevo mis ojos hacia el vestido rojo y le doy la espalda. Me mira con los ojos
entrecerrados en el espejo. Intento no enfocarme en él, pero me distraigo con el
moretón oscuro en mi garganta que había tratado desesperadamente de cubrir con
maquillaje. En momentos como estos, empiezo a arrepentirme de mi relación de dos
meses con él. Por mucho que amo que me compre cosas y le muestre a mi cuerpo un
placer que jamás había conocido, no puedo evitar sentirme un poco atrapada.
Quiero decir, tiene mi nombre tatuado en él para gritarlo en voz alta.
—Nena —gruñe—. No tenemos todo el día. Tengo cosas de negocios de las que
ocuparme más tarde.
Le lanzo una rápida sonrisa en el espejo que no llega a mis ojos cuando empiezo
a quitarme
cosas duras.los vaqueros
Intenté y la blusa.pero
no participar, Por negocios, quiere
en ocasiones decir drogas.
ha hecho Sé que
tratos frente él vende
a mí.
Deslizo el material rojo por mi cuerpo y lo ubico. Es un vestido de tubo y se amolda
a cada curva de mi cuerpo. Me veo como una zorra. Mi labio se curva para decirle esto, 85
pero luego su calor está contra mí desde atrás. Su erección se clava en mi espalda
mientras agarra mis pechos. Nuestros ojos se encuentran en el espejo y su mirada
ardiente me debilita.
—Te ves tan jodidamente caliente —me elogia.
—Está un poco apretado ―suspiro.
poco apretado
Sonríe y me relajo. Pero eso es hasta que empiezo a preocuparme de que otros
hombres me vean vestida de esta manera. Odia cuando me miran y es por eso que no
juego demasiado
cuandodem
soyasiado
simplecon mi maqu
maquillaje
y aburrida. illaje
No o lindosdisfrazarme
necesito a
atuendos.
tuendos. Vaughn piensa
para otros que soy hermosa
hombres.
Sus palmas se deslizan por los lados externos de mis muslos y empuja el vestido
hasta mis caderas. Cuando comienza a bajar mis bragas, dejo escapar una risa
nerviosa.
—No aquí, Vaughn ―siseo,
―siseo, mi garganta
garganta se calienta con vergüenza.
vergüenza.
Sus ojos se vuelven duros en el espejo. Pellizca mi pecho a través del material
haciéndome gritar de dolor. Mis ojos se llenan de lágrimas. De vez en cuando, se pone
rudo conmigo, pero por lo general
general term
termina
ina c
con
on él besa
besando
ndo el do
dolor
lor y ssiendo
iendo ssúper
úper dulce.
Agarra un
un puñ
puñado
ado de mi cabello y tira de mi cabeza h hacia
acia atr
atrás.
ás. Su aliento ca
caliente
liente me
hace cosquillas en la oreja mientras escupe la palabra.
—Aquí.
Su otra mano me pasa las bragas por los muslos. Cuando comienza a inclinarme
hacia adelante, lucho contra él. ¿Qué pasa si alguien escucha y nos echan?
¡Bang!
Mi frente golpea contra el espejo y me desmayo. Cuando vuelvo, me está
follando por detrás. Un dolor de cabeza masivo está resonando en mi cabeza y me
duele el sexolaspor
temblorosas, no haber
presiono estado
contra mojada
el espejo y me cuando
alejo para él mirar
entrómiencara.
mí. La
Con manos
sangre se
escurre desde el lado izquierdo de mi frente hacia abajo sobre mi ceja. Una ola de
mareos me invade. Comienzo a colapsar, pero el poderoso brazo de Vaughn me
sostiene. Gruñe y luego se retira en el ú
último
ltimo minuto. SSu
u semen dispara contra el vestido
vestido
mientras sisea de placer.
No puedo mirarlo.
Lo que acaba de hacer es...
Eso es violación, ¿verdad?
¿Mi novio acaba de violarme?
De nuevo.
La bilis se arrastra por mi garganta y una lágrima se escapa de mis ojos. Todavía
estoy mirando mi rostro demacrado cuando escucho rasgarse la tela. Hace trizas el
vestido cuando lo saca de mi cuerpo. Me horrorizaría, pero estoy demasiado mareada
para pensar sobre eso. Me gira, por lo l o que me veo obligada a mirarlo a los ojos fríos. Se 86
ablandan rápidamente
rápidamente mientras usa el vestido rojo para limpiar la sangre de mi herida.
Es su lengua la que usa para limpiar mis lágrimas.
—Lo siento —murmura
murmura,, su aliento caliente contra mi mejilla. Arrastra suaves besos
a mi boca entreabierta. Sus besos son dulces y arrepentidos, pero estoy entumecida. No
entiendo por qué sigue haciéndome esto.
—Yo... yo... ¿por qué? —pregunto, un sollozo atrapado en mi garganta.
Apoya su frente cont
contra
ra la mía y acaricia mi ca
cabello.
bello.
—A veces te amo
amo tanto que pierdo la cabeza. M
Mii mente se vue
vuelve
lve negra.
Su simple confesión me ablanda. Me ama. En cierto modo pensaba que sí, pero
esta es la primera vez que habla de eso.
—Vaughn...
—Nena —susurra mientras me abraza fuerte—. Déjame amarte. No luches en
todo momento.
Me desplomo contra él. Me duele el corazón porque la persona que puede
destruirme sin ayuda es también la persona que me arregla. Estoy cálida y segura en su
amoroso abrazo.
—Me lastimaste —lo acuso, se filtran más lágrimas.
pastilla—
—Lo siento.
. Aquí Lo sabes.
—dice —. Toma―Empuja su mano
esto para quitar en el bolsillo de su pantalón y saca una
el dolor.
No soy adicta a las drogas, pero me duele la cabeza y me duele mucho el
corazón. Abro la boca y trago la pastilla en seco.
Es amable, ya que me ayuda a vestirme. El ser tierno en este momento es casi
peor como que sea rudo. Una vez más, limpia un poco de sangre con el vestido que nos
metió en este lío y luego
l uego me tira el cabello delante del ojo para cubrir la herida.
—Tan
tener que lindaa—
volver me elogia.
verlo Arroja el vestido sucio al suelo y estoy agradecida de no
nunca más.
Con un firme agarre en mi codo, me guía fuera del probador. Varias mujeres que
están de compras nos miran mientras me arrastra por la tienda. Comenzamos a pasar
por los estantes de vestidos rojos y la bilis se eleva. Gracias a Dios que nunca más tendré
que volver a mirarlos. Pero luego saca uno de la percha antes de llevarme a la caja
registradora.. El cajero no hace co
registradora contacto
ntacto vvisual
isual mientras cobra el vest
vestido.
ido.
—Pensé que no te gustaba —murmuro, las lágrimas una vez más amenazantes.
Suelta su agarre mortal en mi codo para sacar su billetera.
—Pero te ves francamente follable cuando te lo pones, nena —dice con una
amplia sonrisa que hace una hora me habría vuelto loca con la necesidad. Ahora todo
lo que logra es hacerme estremecer.
—Gracias —suspiro.
El cajero hace un sonido de desaprobación, pero no lo miro. No puedo. Estoy
avergonzada. Si mi madre supiera que me trató de esta manera, probablemente lo 87
mataría.
La medicina comienza a abrirse camino a través de mi sistema con mi estómago
vacío y la habitación gira. Cuando me tambaleo, Vaughn se ríe y me tira contra él.
―Te tengo, Letty.
Letty. Siempre
Siempre te tendré.
12
Grayson
D espués de que pago y le doy la dirección de mi oficina, busco a Violet.
Sus ojos están atormentados mientras mira fijamente hacia adelante.
Tiene los hombros rígidos y la piel pálida.
¿Qué carajo?
Me acerco y me arrodillo delante de ella. Sus bonitos ojos marrones están
perdidos. Esos labios rosados son positivamente besables, pero está en una zona.
Atrapada en un recuerdo. Sé muy bien lo que se siente. Es una puta mierda.
Acuno su cara con mis palmas e inclino su cabeza para mirarme. 88
—Violet, cariño, ¿qué pasa?
Sus ojos brillan con lágrimas, y un sonido de desesperación sale desde su
garganta. Sin pensarlo, le doy un beso en la mejilla y luego en la nariz. Luego en la frente
contra una cicatriz blanca pálida. Cuando arrastro mi nariz contra la de ella, su aliento
ali ento
se engancha. Nuestras bocas están tan cerca de besarse que me vuelve loco. l oco.
—Gray —murmura, su voz muy suave.
Me alejo y la miro con el ceño fruncido.
—¿Qué acaba de pasar?
Todo su cuerpo tiembla mientras la vergüenza se cruza sobre sus facciones. Mira
más allá de mí mientras se mete el labio entre los dientes.
—Nada.
Maldita mentira.
Me abstengo de poner los ojos en blanco.
En vez de eso, le doy el gusto.
—Está bien —digo con un suspiro—. Vamos a comer algo.
Ella no se resiste cuando tomo su mano en la mía y la guío fuera de la tienda.
Quiero llevarla a un lugar bonito, pero el lugar más bonito del centro comercial es un
restaurante mexicano. Afortunadamente, nos encuentran un puesto redondo en la
esquina trasera, lejos de todo el mundo. Puedo sentarme cerca de ella con mi mano
todavía agarrando la suya.
Odio lo perturbada que está. Lo que sea que tenga su pasado, pretendo
sacudirlo para poder inspeccionarlo.
inspeccionarlo. Alguien la lastimó. Y le haré daño a ese alguien.
No es hasta después de que he pedido nuestra comida y bebida que parece
que ella se recupera. Su mano intenta tirar de la mía, pero yo la agarro.
—Estás bien —le aseguro y le doy un apretón de manos—. Ahora estás a salvo.
Sus ojos se dirigen hacia los míos y sus mejillas arden de rojo.
—Oh, Dios mío. Lo siento mucho por eso.
—¿Ataque de pánico?
Se muerde el labio inferior y se encoge de hombros.
—Algo así.
Suelto un fuerte suspiro y busco una tortilla frita.
—Los amigos se abren el uno al otro.
No me importa si lo hago.
Aunque esperaré
esperaré hasta que estés do
dormida
rmida y desnu
desnuda.
da.
***
Resoplo
hermana y mis ojospara
balbuceando encuentran
mirarmeloscon
de curiosidad.
Violet. Ella ha
Le llamado su atención
muestro una de mi
sonrisa derrite
bragas que le pone la garganta roja. Cuando se vuelve hacia Gwen, respondo a Bull.
Yo: Ella es tan jodidamente hermosa. Pronto voy a hacerla mía.
Bull: Mierda.
Vuelvo a dirigir mis ojos hacia ella y mi mirada permanece en sus cremosos muslos
que son visibles ahora que su vestido se ha subido. Me muero por probarla allí, por
probarla en todas partes.
Bull: Tal vez deberías llamar a Elisha. Estás perdiendo contacto aquí.
Gruño y escribo mi respuesta.
Yo: Elisha no es nada comparado con ella. Nadie lo es.
Bull: ¿Por qué no puedes salir con ella como una persona normal? ¿Es necesario
acosarla?
Yo: Lo estoy intentando. Y hasta entonces, sí. 93
Se pone de pie y le pregunta a Gwen dónde está el baño. Gwen la guía y miro
fijamente a mi mujer mientras se aleja. Su culo es redondo y delicioso en su vestido.
v estido.
Bull: Te das cuenta de que, si alguna vez se entera, estás jodido. Como
seriamente jodido. Como si pudieras perder tu compañía e ir a la cárcel de jodido.
j odido.
Sonrío con suficiencia.
Yo: Vale la pena que me joda.
Responde con emoji sacando el dedo medio. Gwen empieza a limpiar su
desastre en la cocina, así que me pongo de pie y meto el teléfono en el bolsillo. Acecho
por el pasillo porque quiero robar un momento a solas con Violet. Me ha estado
molestando con su vestido sexy toda la noche. Pero cuando me acerco al baño, la
puerta está entreabierta y ella no está adentro.
Mierda.
Primero me apresuro a entrar en mi habitación porque me preocupa haber
dejado el cofre abierto. Una vez que me doy cuenta de que aún está cerrado, pero
ella no está allí, el miedo me llena el pecho.
Oh, Dios, no.
Salgo por el pasillo hacia el otro lado de la casa. El lado que no quiero que vea
Violet. Ninguna otra mujer que he traído a casa se ha atrevido a salir de mi habitación
o del salón. Estaban allí por una sola razón. Pero como Violet está aquí “como amiga”,
supongo que se ha encargado de explorar.
—Violet —grito mientras acecho por el largo pasillo de mi casa gigante. Hay una
razón por la que Gwen se queda en el otro lado. Cuando me acerco a sus habitaciones,
el hedor me golpea. Casi nunca vengo aquí, y a la ama de llaves se le ha prohibido
pasar a pie por mi dormitorio.
dormitorio. La bilis se me mete en lla
a garganta cuando descubro que
una de las puertas está abierta. Su dormitorio. Lo peor de todo.
Me subo la camisa para cubrirme la nariz y la boca. Violet está justo dentro de la
puerta. Todo su cuerpo está congelado mientras mira.
—Mierda.
94
13
Violet
L a voz de Gray queda amortiguada mientras maldice detrás de mí. Mi
estómago se revuelve mientras veo la escena delante de mí. Locura. Caos
absoluto Estoy tan sorprendida porque las otras partes de la casa son
inmaculadas y prístinas. Pero esto ... esto es enfermo.
—Violet —sisea Gray mientras me agarra del codo.
Saco mi brazo de su agarre y miro el vertedero. Basurero es una buena palabra.
Es una pocilga absoluta. Apenas unos años atrás había superado un episodio de
Acumuladoress. Después de que encontraron un gato muerto debajo de algunos
Acumuladore
escombros en la casa de una anciana, lo apagué y restregué mi bañera hasta que 95
pude ver mi reflejo.
Esto es peor.
El hedor es repugnante. Putrefacción. Moho. Agrio... algo. Qué asco. Las pieles
de papa que comí momentos antes, antes de ir a explorar, amenazan con reaparecer.
Del piso al maldito cerca del techo, esta habitación está llena de trastos. No solo trastos
sino basura. ¡Basura! En algún lugar en medio del caos hay una cama. La mierda
también ha sido amontonada en la cama. Solo una pequeña porción permanece
descubierta. Donde esa persona duerme. ¿De quién es este cuarto?
—Gwen —murmura Gray como para responder mi pregunta no formulada.
Él me dijo que estaba enferma, pero no así. Esto es otra cosa. Veo algo corriendo
por su cama y dejo escapar un grito. Una mano fuerte cubre mi boca desde atrás. Me
sacan de la habitación y la puerta se cierra de golpe. El olor persiste en mi nariz, y siento
si ento
que vomitaré en cualquier momento. Caigo sin fuerzas en el agarre de Gray mientras se
retira rápidamente por el pasillo. Espero que me arrastre de vuelta a la sala de estar,
pero en su lugar, me lleva a lo que debe ser su habitación, de ahí el familiar aroma
masculino. Lo inhalo con la esperanza de librar mi nariz del asqueroso hedor de la
habitación de Gwen.
Mi cuerpo tiembla y me abraza fuertemente contra él. Con mi espalda
presionada contra su pecho y su fuerte brazo alrededor de mi cintura, la conciencia me
atraviesa. Lentamente,
Lentamente, él retira su mano de mi boca.
—Lo siento.
La culpa se apresura a través de mí.
—Y-yo reaccioné de forma exagerada.
Acaricia su nariz contra mi cabello y gime.
—No lo hiciste. Es... No es algo que la gente aparte de ella y yo veamos. No te
preparé. Es asqueroso. Lamento que hayas tenido que verlo.
—Cosas estaban viviendo allí —siseo, mi voz tiembla en la línea entre la histeria y
la calma. Estoy bastante segura de que era un gran ratón, pero no puedo confirmarlo.
—Lo sé —gruñe—. Créeme. Le pago a un maldito exterminador para que venga
todas las semanas y trate de lidiar con eso.
—Sacas todo y lo tiras. Así es como lidias con eso —exclamo.
Me suelta y cuando me vuelvo para mirarlo, sus palmas frotan con frustración su
hermoso rostro.
—Si fuera así de fácil, la mierda habría sido sacada hace mucho tiempo. Esto es...
esto es algo que ella aprendió. Ha estado arraigado en ella desde su nacimiento.
Le frunzo el ceño cuando se acerca a un cofre en la habitación. Se sienta
si enta y luego
me mira con una mirada abatida.
—Nuestra madre es peor —murmura, la vergüenza cubre sus facciones.
El grande, poderoso y pulcro como el infierno Grayson Maxwell está rodeado por
una familia de acumuladores. 96
—¿Tu padre? —pregunto, mi voz suave.
Sacude la cabeza.
—Honestament
Honestamente,
e, él es la causa. Mamá siempre coleccionaba cosas en nuestro
sótano. Pero cuando Gwen se enfermó, ella
ell a comenzó a tratar de grabar y guardar todos
sus momentos. Ambas se obsesionaron con coleccionar cosas. Eso volvía loco a mi
padre. Terminó pasando más y más tiempo en su apartament
apartamento o en la ciudad cerca de
su oficina. Finalmente, nunca regresó a casa.
Se me revuelve el estómago cuando imagin
imagino
o la casa de su madre. ¿Cómo podría
ser peor que eso?
—Entonces, ¿están divorciados?
Suspira.
—No. Pagó la casa y siempre se encargó de que tuviera suficiente dinero. —Hace
una pausa y sus ojos se alejan, pero no me pierdo la tormenta en ellos —. Aunque ella
nunca saldrá de la casa. Me he hecho cargo de pagar los servicios públicos y enviar
víveres allí. Papá no vendrá a vverla.
erla. Están casados, pero probablemente no la haya visto
en veinte años.
Lo miro boquiabierta. Supongo que todos tienen esqueletos en sus armarios. El
suyo aparentemente está lleno de esqueletos acumuladore
acumuladores.
s.
—Ella necesita ayuda —digo en voz baja—. Eso no puede ser seguro.
Se pone de pie y camina hacia mí, la ira escrita en todo su rostro. Me estremezco
cuando levanta su mano. La acción hace que sus duras características se arruguen.
Vaughn me ha arruinado para siempre.
—Solía ver a un terapeuta cada semana, pero finalmente se enojaba con el Dr.
Ward y dejaba de ir. Hemos intentado todo. Al principio, era solo su habitación. Luego,
se hizo cargo de dos habitaciones más. Me rehúso a dejar que ella se haga cargo de
todo. A veces, ella lleva sus cosas a casa de mamá. Encuentran espacio en ese basurero
de alguna manera.
Trago y cierro los ojos cuando toca mi mejilla. Su otra mano agarra mi cadera y
me arrastra más cerca. Me encanta que su olor masculino está alejando rápidamente
al horrible olor de la habitación de Gwen. Descansa su frente contra la mía y me
sostiene. Algo sobre este tipo me afecta.
Su boca está tan cerca de la mía y si tuviera que inclinar mi cabeza hacia arriba,
podría besarlo. Quiero besarlo. Pero un beso conducirá a más. Ciertamente no estoy
lista para más con él.
—Debería irme —murmuro, tratando de ignorar la forma en que su pulgar frota
mi cadera.
—Desearía que no tuvieras que hacerlo.
Pongo mis manos sobre su firme pecho que me encantaría explorar más y lo alejo.
—¿Puedes llevarme, por favor? —Me muerdo el labio y frunzo el ceño—. Y por
97
favor no le digas que... lo vi.
Sacude la cabeza.
—No lo haré. La pondría en una encrucijada con la que no puedo darme el lujo
de lidiar mentalmente. Tengo mucho más en mente.
Me recuerda que es un hombre exitoso de negocios que se pasa el día
adquiriendo hoteles y negocios de izquierda a derecha. Pero una pequeña parte de mí
espera que yo también esté en su mente.
***
—¿Sí?
—Gr-Gray, e-él está a-aquí —sollozo mientras comienzo a encender
frenéticamente cada luz en el apartamento.
—¿Quién? —gruñe.
—Va-Vaughn. Tenía que haber sido él. Lo escuché cerrar la puerta de golpe
cuando se fue. —Mis dientes comienzan a castañetear mientras otra sacudida de miedo
me atraviesa.
—Enciérrate en el baño y no salgas hasta que llame para decirte que estoy allí —
instruye mientras se mueve—. Estaré allí en veinte minutos.
Cuelgo y corro hacia el baño. Saco mi bata del gancho y me la pongo antes de
cerrar con llave la puerta. Veinte minutos se siente como veinte años. Pero en dieciséis
minutos, un fuerte golpe en la puerta me hace gritar.
Gray: Estoy aquí.
Arrojo el teléfono, pero todavía tengo miedo de renunciar a mi arma. Desbloqueo
la puerta del baño y corro hacia la puerta delantera. Una vez que miro a través del
agujero y me aseguro de que es él, desengancho las tres cerraduras. Cuando apenas
tengo el último abierto, Gray está entrando con una mirada frenética en su rostro.
—Violet —sisea mientras casi salto en sus brazos. Es cálido y seguro y está aquí
para protegerme. Eso es lo que hacen los amigos—. Está bien, nena —dice—. Estoy aquí
ahora. —Su voz me cubre como una manta de seguridad. Se aleja brevemente para
cerrar el departamento y sacar suavemente el arma de mi agarre. Luego, me rodea
con un brazo y me guía hacia el sofá. Juntos nos sentamos y prácticamente me arrastro
a su regazo buscando seguridad—. Dime todo lo que pasó de principio a fin —me dice,
su voz tensa.
Le digo sobre cómo desperté de una pesadilla y escuché un sonido. Dejo el
vergonzoso hecho
hech o de que no sé cómo me desnudé. Estoy segura de que no fue Vaughn
quien me dejó de esa manera. Él no habría podido desnudarme y resistirse a tocarme.
Me habría despertado con su polla dentro de mí si fuera él quien me hubiera quitado la
ropa. Esa fui toda yo.
—Las pesadillas han vuelto y ahora... —Me alejo y me estremezco.
—¿Y
cabeza, ahora
para quequé?
pueda—pregunta, sus dedos
verlo. Su bello rostro encuentran mi barbilla
está estropeado por lapara inclinar mi
preocupación
mientras me mira. Me pierdo en su feroz mirada azul glacial antes de que mis ojos se
posen en su boca.
99
—Vaughn ha vuelto.
—¿Vaughn quién?
Me estremezco solo de pensar en él. Mis ojos se cierran, pero luego lo veo
mirándome con odio en sus ojos, así que los vuelvo a abrir rápidamente.
—No podemos ir a la policía —susurro—. Él matará a mi madre. Me matará.
Sus ojos se abren demasiado por un momento antes de que un asesino ceño
frunza sus facciones.
—No te tocará, pero quiero su nombre.
Cuando empiezo a temblar de nuevo, Gray agarra mis caderas y me guía más
hacia su regazo. Las líneas de amistad se están difuminando porque me ubico sobre sus
muslos. Sus palmas acunan mi cara mientras busca respuestas.
—Brecks. Su apellido es Brecks —murmuro—. Él no puede saber dónde estoy.
Nunca.
Un temblor recorre mi cuerpo mientras otro sollozo se atraganta en mi garganta.
—Ven aquí —gruñe y desliza una mano hacia mi trasero para atraerme más
cerca. La bata de seda apenas oculta el hecho de que estoy desnuda. Su palma
permanece en mi trasero mientras me frota de una manera reconfortante. Entierro mi
cara contra su cuello. Dios, huele delicioso. Mis pechos se presionan contra su pecho
firme y se siente bien estar así contra él.
Su otra mano descansa sobre mi muslo desnudo y hace círculos con ella justo
debajo de mi bata. Todo mi cuerpo comienza a temblar por una razón diferente. La
adrenalina que corre por mi cuerpo se ha canalizado a otra cosa. Algo caliente y
hambriento.
—¿Cómo crees que entró? —pregunto, mi cálido aliento contra su carne.
Sude
a través polla
mí. comienza a endurecerse
Estoy presionada contra sudebajo de mí, enviando
impresionante ondas
longitud en de necesidad
sus vaqueros.
—Esos cerrojos son baratos y fáciles de romper —dice con la voz ronca —. Llamaré
mañana al cerrajero que usamos para la oficina y tendremos tu puerta equipada con
algo impenetrable.
Me siento para poder mirarlo. Sus ojos azules se han oscurecido con lujuria. Me
pregunto si los míos reflejan la mirada. Suelta mi trasero y audazmente tira de la cuerda
que sostiene mi bata. Se abre y sale un jadeo de sorpresa de mi lengua.
—Gray —murmuro en advertencia.
Arquea una ceja y eso lo hace diez veces más sexy.
—¿Qué? —pregunta, fingiendo inocencia.
Una sonrisa tira de mis labios.
—Los amigos no intentan desnudar a los amigos.
Se ríe y me calienta todo el camino hasta mi núcleo. Encuentro mis ojos fijos en 100
sus labios carnosos.
—Necesito besarte —admite, su voz llena de deseo.
Vuelvo a encontrar mis ojos con los suyos.
—Un beso tampoco es lo que hacen los amigos.
Sus dedos se deslizan hacia mi cuello y los envuelve en la parte posterior de mi
cabeza.
—Tal vez no quiero ser amigos. Tal vez quiero cuidarte de muchas maneras que
van más allá de la amistad.
Cuando me arrastra hacia adelante, comienzo a protestar con mis palmas contra
su pecho. Pero luego su otra palma ahueca mi pecho de una manera suave y reverente
que me hace gemir. Termino encontrándome con él en el medio y presionando mis
labios contra los suyos. El beso es suave y dulce al principio. Todo lo que se necesita es
un gemido mío y él desliza su lengua en mi boca, buscando algo más profundo.
Mi clítoris palpita con necesidad y mis pezones duelen por ser tocados. Como si
tuviera acceso directo a mis pensamientos, su pulgar roza mi pezón erecto,
causándome un escalofrío.
—Te veo, Violet —murmura contra mi boca, sus dientes mordiendo mi labio
inferior—. Te veo.
Sus palabras me excitan. Después de tantos años de existencia como una mera
sombra, en su sombra,
sombra, me encanta que estoy en su centro de atención. Sin vergüenza,
me aprieto contra su erección, lo que lo hace gemir de placer.
—Gray —gimo cuando me balanceo contra él —. Deberíamos parar.
Se ríe y resuena hasta mi centro.
—¿Por qué querríamos hacer eso?
—Porque somos amigos. —Lo intento, pero luego decido que me gusta besarlo
más que hablar. Mi boca devora la suya.
Su palma se desliza por mi costado, peligrosamente baja por mi estómago y mi
aliento se detiene.
—Los amigos todavía pueden follar —gruñe.
Dejo escapar un sonido embarazoso cuando su pulgar roza mi clítoris. El placer
de un toque tan simple me atraviesa como un fuego ardiente. Masajea mi clítoris de
una manera lenta y tortuosa que me hace temblar con cada movimiento. Un orgasmo
decide apoderarse de mí de la nada. Y, santo infierno, es delicioso. El placer eléctrico
se estremece a través de mí justo cuando empuja un dedo dentro de mi centro húmedo.
La repentina intrusión junto con el subidón de mi orgasmo envía otro orgasmo justo sobre
sus talones. Echo la cabeza hacia atrás y grito de placer. Cuando mi cuerpo deja de
temblar, desliza su dedo hacia afuera y se inclina
i nclina hacia adelante para presionar un beso
entre mis pechos. El cosquilleo de su cabello me recuerda a Vaughn, y me alejo de él 101
con un grito que cae de mis labios.
No echo un vistazo en su dirección hasta que estoy a salvo al otro lado del sofá.
Todavía se sienta con sus poderosas piernas ligeramente separadas y su erección
descaradamente obvia a través de sus vaqueros. Su cabello está desordenado, debo
haberlo agarrado en algún momento y su pecho jadeando. La lujuria en sus ojos casi
me tiene arrastrándome de nuevo a su regazo.
—Y-yo no puedo —murmuro con lágrimas amenazado con salir.
Se acerca y se agarra mi tobillo desnudo.
—Está bien. —Su mirada se dirige a mi pecho desnudo antes de aclarar su
garganta y retirar su mano—. Me quedaré esta noche para asegurarme de que no
venga de nuevo. ¿Tienes una almohada y una manta?
Trago saliva y asiento mientras me pongo de pie. Con movimientos rápidos,
vuelvo a atar mi bata.
—Gracias. Y lo siento. —Mis ojos se posan en su erección y frunzo el ceño.
Se ríe.
—Estoy bien, pequeña desertora. —El calor y la diversión brillan en sus ojos,
difuminando efectivamente el incómodo momento—. Duerme un poco. Hablaremos
más por la mañana.
102
14
Grayson
¡G rayyyy!!
rayyyy
La forma en que dijo mi nombre la noche anterior detrás de su
puerta me había enloquecido de lujuria. Había estado sacudiendo mi
pene por alivio debajo de la manta, así que cuando escuché el
gemido, me envió al borde. Habíamos estado tan cerca de follar, pero luego algo la
asustó.
—Hay un nuevo cliente del que quiero hablar más tarde, una vez que mi asistente
reúna más información cuando llegue aquí —gruñe Bull desde mi puerta.
103
Le hago señas para que entre.
—Cierra la puerta.
Frunce el ceño cuando cierra la puerta y se acerca a la silla frente a mi escritorio.
Violet llegara en media hora más. Salí de su casa temprano esta mañana por su
demanda. Había vuelto a ser feroz y había prometido que dispararía a todo lo que
entrara por la puerta.
La única razón por la que la dejé fue porque no era Vaughn quien había estado
en su casa.
su voz. Fui se
Ella no yo.despertó
Había estado revisando
cuando uno de
me deslicé en sus
su otros armarios cuando
departamento. escuché
No se despertó
cuando la desnudé. Y no se despertó cuando le froté el coño mientras me masturbaba.
De nuevo.
nuevo. Fue como la noche anterior. Hasta que no lo fue.
Casi me atraparon.
—¿Qué paso? —pregunta Bull.
—Ella casi me atrapa.
Sus rasgos se oscurecen.
—¿Debajo de su cama?
—Estaba mirando el armario de la habitación de la entrada. Pensó que era
Vaughn, su ex. Aparentem
Aparentemente,
ente, era bastante psicótico —gruñí.
Se ríe.
—Ella realmente sabe cómo elegirlos.
Lo ignoro.
—Que te jodan. Ya llamé al cerrajero para cambiar sus cerraduras, pero, hombre,
ella estaba aterrorizada. Quiero que llames a Dusty y le pidas que vea lo que pueda
encontrar de Vaughn Brecks. Todo, no importa cuán grande o pequeño. Quiero
encontrar a este cabrón.
Todo el humor es borrado de la cara de Bull. Solo llamamos a nuestro ex
compañero militar, Dusty, para emergencias cuando necesitamos información sobre un
gran cliente. Esta es una jodida emergencia.
—Estás llevando esto muy lejos —dice con un gemido y tira del nudo de su
corbata.
—Lo sé. La quiero. La quiero a ella. Tenemos una conexión. Tanto consciente
como subconsciente. Su cuerpo responde al mío. Nos pertenecemos —digo.
Sus ojos me miran casi tristemente por un momento antes de alejar esa mirada.
—Muy bien. Lo comprobaré. Ten cuidado.
Asiento y luego dejo escapar un profundo suspiro.
—También quiero que descubras cada mierda enferma que ha puesto sus manos
sobre Violet y tráemelas.
Sus ojos se abren ampliamente. 104
—¿Cómo en toda su vida?
Gruño.
—Aquí.
Aprieta la mandíbula y asiente.
—Tengo un par de nombres justo en mi cabeza. Te conseguiré una lista
comenzando con nuestro vicepresidente, Brent Adams.
—Quiero que se vaya. Y el hecho de que haya una “lista” me hace querer ir de
puta casería —digo empuñando mis manos—. De todos modos ¿quién diablos es Brent
Adams?
—Te lo he mencionado
mencionado antes,
antes, pero…
Lo miro con furia.
—¿Qué?
—¿Recuerdas cuando despedí a Jack Langston?
El nombre no suena absolutamente
absolutamente ninguna campana en mi cabeza.
—Él solo trabajó aquí durante tres años —lo intenta.
Me encojo de hombros.
—No lo conozco.
—Bueno, lo vi golpear el culo de Letty una vez en la sala de descanso, así que lo
eché. Para salvarla de la vergüenza, les dije a llos
os empleados que consiguió un trabajo
en otro lugar.
—Su nombre es Violet —gruño.
Levanta sus manos en defensa.
—Muy bien. Violet. De todos modos, Truman lo reemplazó, pero aparentemente,
Clint contrata pura mierda porque
porque es el número uno en la lista al lado de Brent Adams.
Golpeo mi puño en el escritorio de caoba y lo miro.
—Quiero que Adams y Truman se larguen. Pero no antes de hablar con ellos.
La ceja de Bull se levanta y sonríe.
—No puedes patearles el culo.
—No, pero puedo asustar la mierda de sus pequeños penes.
Suspira y se pone de pie.
—Supongo que ya es hora de que hagamos limpieza por aquí.
formas—deTenemos once
hacer que días
eso para hacer
suceda. Que me se quede —
quecondenen si digo, miirse
la dejo mente
conzumbando
Slante, quecon
no
es mejor que Adams, Truman o cualquiera de estos otros cabrones.
—¿Qué pasa si ella no quiere quedarse? —pregunta. 105
Mis fosas nasales se ensanchan.
—Esa no es una maldita opción, hombre.
***
Se da vuelta y me mira. Su afilada nariz se abre con ira. Muerdo la esquina interior
de mi labio mientras miro sus labios entreabiertos. Dios, necesito esos labios como
necesito el aire. Sabían a miel cuando nos besamos ayer en la noche.
—Gray —sisea—. Enfócate.
Enfócate.
Enfócate.
Mis ojos están en los de ella.
ell a.
Bloqueados.
Ella está en mi punto de mira.
Y voy directo a ella.
Voy a arrasar su corazón.
Ella es mi objetivo y yo soy la maldita bala.
La bala para perforarlo y alojarme en el. 108
—Gray. —Esta vez, su voz es más suave. Esas cejas oscuras ya no están arrugadas
por la ira. Están fruncidas con preocupación—. ¿Por qué me compraste una silla? Pensé
que esto era para ti.
Le lanzo una sonrisa petulante.
—Prácticamente te dormiste en eso. ¿Por qué crees que te hice probarla?
Simplemente no te duermas en el trabajo. Mis métodos para despertarte son... —Me
rasco la mandíbula con el dedo y la miro mientras me lamo el labio inferior —. Poco
convencionales. Probablemente ilegales.
La vergüenza le pinta las mejillas y la garganta mientras sus ojos giran
rápidamente para asegurarse de que nadie oiga. Simplemente me encojo de hombros.
¿Quién me va a decir algo? Soy el maldito dueño.
—Gray —murmur
murmura,
a, su voz espesa con la emoción que quiero. Algo que mis oídos
equivalen a necesidad y lujuria. Quiero bañarme en la forma en que dice mi nombre—
. Me iré en menos de dos semanas. No deberías haberme comprado
comprado una silla.
Como si el agua fría me bañara, me sobresalto por sus palabras.
—No importa. La silla que tenías era una porquería. Te la mereces.
Sus mejillas se ponen ligeramente rosadas mientras deja su bolso sobre el
escritorio.
—No deberías haberlo hecho.
—Lo hice —la desafío en un tono bajo.
Me muestra una sonrisa que hace que mi corazón casi estalle en mi pecho.
Cuando se sienta y se inclina hacia atrás, deja escapar un suspiro de aprobación.
—Está bien, entonces tal vez deberías haberlo hecho hace seis años.
Sonrío y me siento en el borde de su escritorio.
—Después de que te pongas al corriente esta mañana, tendremos una reunión.
Sus cejas se juntan mientras frunce el ceño y de inmediato odio la pérdida de su
sonrisa.
—¿Qué tipo de reunión?
—Una que he prolongado desde hace mucho tiempo —digo con un suspiro.
—Señor —grita Truman mientras se acerca con una humeante taza de café —.
Como lo ha pedido.
No me perdo la ligera inhalación de aire de Violet. El orgullo llena mi pecho,
porque ya estoy haciendo cambios que la harán más feliz. Y hacer que este imbécil
haga tareas domésticas la hará marear.
—Gracias —gruño mientras acepto el café. Tomo un sorbo y es una mierda, pero
al menos no tuvo que hacerlo ella—. Oh…
La molestia revolotea en sus ojos, pero aprieta sabiamente su mandíbula para
mantener esas palabras bien apretadas. 109
—¿Sí?
—Violet también necesita café.
Sus fosas nasales se abren cuando la mira.
—¿Cómo te gustaría tu café?
Ella se sienta y se inclina hacia adelante con una sonrisa maliciosa que nunca le
había visto antes.
—Tomo Splenda en mi café, no azúcar.
Estrecho mis ojos hacia ella. Sé de hecho que no toma su café de esa manera,
pero algo me dice que está diciendo algo que tiene la
l a intención de enojarlo. Y, hombre,
realmente funciona. Suelta un bufido enojado y se va rápidamente.
Su sonrisa se convierte en una hermosa con la que estoy familiarizado y sus ojos
marrones brillan de triunfo. Me encanta esta mirada en su perfecto rostro.
—Déjame adivinar —le digo, mis ojos persisten en sus jodidos labios que estoy
desesperado por mordisquear—. A Truman le gusta su café con Splenda.
Se ríe, el sonido resuena en su camino directo a mi polla.
—Es un imbécil. Se lo merece.
—Me avisas si te mira raro —le digo en un tono firme—. Quiero saber todo.
El alivio transforma sus rasgos y una vez más me hace sentir como un puto ciego.
Ha estado lidiando con esta mierda durante seis largos años. Podría haberlo detenido.
Todo lo que tenía que hacer era notarla...
—Estaré en mi oficina. Ven a verme cuando estés instalada —digo antes de
alejarme involuntariamente de ella.
***
—Tu madre quiere que te quedes con ella para que pueda cuidarte —dice mi
padre frente a la ventana del hospital. Sus brazos están cruzados sobre su pecho y se
niega a mirarme.
—Papá —gruño haciendo una mueca ante el fuego interminable que parece
desgarrarme la espalda cada vez que me muevo, a pesar de que llevo semanas
recuperándome
recuperándome—. No puedo ir allí. Sabes que no puedo.
Se da vuelta, un profundo suspiro en sus labios, y me mira con el desdén
parpadeando en sus ojos. Es un golpe directo a mi corazón. No importa cuánto haya
intentado convertirme en mi padre, para complacerlo, nunca es suficiente. Nunca soy
suficiente.
—Bueno, estoy seguro de que no tengo tiempo para ocuparme de un inválido —
gruñe, sus rasgos normalmente fríos arruinados
arruinados por la ira. 110
Un dolor se forma en mi pecho, pero lo ignoro.
i gnoro.
—Podemos contratar una enfermera. Por favor, no me hagas quedarme allí. Ya
nunca más estás allí y...
—¡Porque tengo que trabajar duro para mantener a esta ingrata
i ngrata familia! —ruge.
Parpadeo ante él en estado de shock. Mi enfermera más nueva, Sasha, asoma la
cabeza y me pregunta si estoy bien. Una vez que se ha ido, miro a mi padre.
—Ella no es ingrata
i ngrata —siseo—. Ella está enferma. Tienes que llamar a un terapeuta.
Resopla y sacude la cabeza.
—Tu madre no está enferma. Es una adicta a las compras y a sus hijos. No es una
enfermedad, es un defecto de personalidad.
Tiemblo como si me hubiera golpeado.
—Ella nos ama. La última vez que lo comprobé, amar a tus hijos y tu marido no
era un defecto de personalidad. Se llama ser “normal”. Pero lo que no es normal es que
te quedes en la ciudad todo el tiempo. Gwen no lo entiende.
La culpa brilla en sus ojos por un breve momento. Mi hermanita acaba de cumplir
cinco años y está enferma. Mamá intenta
i ntenta decir que tiene algo que ver con su cuerpo,
pero mi padre siempre argumenta que es el asqueroso hogar de mi madre lo que la
está enfermando. De todos modos, nadie ha descubierto aún qué es lo que la está
enfermando.
—Gwen es solo una niña. Ella no entiende estas cosas —dice.
—Pero yo no. No explicas nada ¿Por qué no vuelves a casa con ellas?
Su labio se curva ligeramente.
—Ya te dije. Mi compañía está en la ciudad. Es un largo viaje. No tengo tiempo
de correr a casa en todo momento y cuidar de ellas. Puedo cuidar de ellas
financieramente así que eso es lo que hago. Tu madre no necesita un terapeuta, solo
necesita su propio espacio.
—Papá, eso es un pretexto —respondo.
Me mira furioso mientras se acerca torpemente a mí, moviendo su dedo en mi
cara.
—No vengas a actuar como si supieras todo, Grayson. Estuve casado con esa
mujer durante más de dos décadas. Confía en mí cuando digo que funciona mejor de
esta manera. Ella puede... puede comprar... puede recolectar lo que sea que quiera, y
yo puedo trabajar. Nos mantenemos alejados el uno del otro y todos está felices. Nadie
necesita una puta terapia.
Lo miro con incredulidad. ¿Cómo puede convencerse a sí mismo de que todo
menos abandonar a mamá y a Gwen está bien? Últimamente, mamá está cada vez
más obsesionada con las compras en línea. Compra todas estas cosas para hacer feliz
a Gwen. Juntas, escogen cosas en línea y actúan jodidamente felices cuando llega la
mierda por correo. Pero es extraño. No es normal. Y está empezando a acumularse. 111
—Somos una familia —murmuro—. Se supone que debemos permanecer juntos.
Papá gruñe.
—Eres un hombre maduro. Dado de baja del servicio militar debido a sus lesiones,
claro, pero tiene un futuro brillante por delante que no tiene que involucrar a los militares.
Eres inteligente y continuarás tu educación. Hice lo que pude para guiarte por el camino
correcto. Gwen es el problema de tu madre. Son muy parecidas. Nunca sabré cómo
manejar a esa pequeña niña. Ya es hora de que aceptes que son más felices ellas dos
solas y finalmente
finalmente seguir con tu pro
propia
pia vida.
—Una vida que no te involucra —aclaro, mi voz tiembla de ira—. ¿Quieres que
mamá me ayude a recuperar la salud solo para que las abandone una vez que esté
bien como lo hiciste tú? Solo me estoy asegurando de que eso es lo que quieres que
haga, papá. ¿Eso te hará sentir orgulloso? De tal palo, tal astilla…
El fuego explota en mi espalda cuando mi padre me golpea. Me arranca un grito
de agonía y las lágrimas brotan de mis ojos por su propia cuenta. Papá me mira
conmocionado por un momento al darse cuenta de lo que acaba de hacer. Me
retuerzo con un dolor insoportable cuando sale de la habitación, ladrándole a una
enfermera para que venga a verme mientras él se va.
Vete a la mierda, papá.
Vete. A. La. Mierda.
***
¿A quién le importa si la gente nota que finalmente la estoy apreciando por todo
lo que ella es?
—Escucha —digo mientras me acerco a ella. Me encanta la forma en que sus
pechos se agitan debajo de la tela mientras toma una bocanada de aire—. Te lo debo. 112
Te debo mucho.
Su cuerpo se relaja cuando la alcanzo y tomo su mandíbula con mi mano. Me
encanta lo pequeña que se siente en mi poderoso agarre. Pronto podré adorar cada
parte perfecta de ella desde que salga el sol hasta el atardecer. Me acerco hasta que
sus pechos llenos se rozan contra mi pecho. Mi pulgar acaricia a lo largo de su
mandíbula mientras miro en sus grandes ojos marrones que ya no tienen furia en ellos.
Hay un parpadeo de calor, pero es el tipo de calor por el que quiero quemarme.
—Voy a besarte —murmuro, mis ojos se posaron en sus labios ahora separados —
. Un día, voy a besar cada parte de ti.
Un pequeño maullido suena desde su pecho.
—Gray…
Froto mi nariz contra la suya e inhalo el aroma persistente de café en su aliento.
Quiero saber si sabe tan bien como huele.
—¿Es esto acoso? ¿Es esto no deseado?
—N-No —admite—. Me gusta esto. Demasiado.
Mis labios rozan los suyos y se agarra a las solapas de la chaqueta de mi traje
como si quisiera anclarse en ella. Te tengo, pequeña desertora. Deslizo mi mano libre
sobre su cadera y presiono mi cuerpo duro contra su suave cuerpo. Cuando deja
escapar un pequeño gemido, lo ahogo con un beso. Un beso que consume el alma.
Mi lengua se sumerge en su boca. Espero vacilación o resistencia. En cambio, su
lengua se encuentra ansiosamente con la mía. Me devuelve un beso igual de
hambrienta. Mi pene esta duro como una roca en mis pantalones y no puedo evitar
presionarlo contra ella, para que pueda sentir lo que me hace. Esto envía otro gemido
complacido de su parte. Lo tomo como una invitación para frotar mi erección en su
estómago mientras la beso lo suficiente como para robarle el aliento.
—No deberíamos —gime, girando la cabeza para romper nuestro beso.
Sonrío mientras busco su cuello. Mordisqueo la carne y luego arrastro mi lengua
hasta su oreja, disfrutando de la forma en que su cuerpo tiembla en mi agarre.
—Sabes que deberíamos.
—No puedo tener sexo contigo aquí —dice, su voz es solo un susurro.
Me rio y esta vez
v ez mordisqueo el lóbulo de su oreja esta.
—Cuando te tome por primera vez, seguro que no será un rapidito en mi oficina.
Voy a inmovilizarte en tu cama y darte tantos orgasmos que olvidarás tu nombre. Y
luego, deslizaré mi polla dentro de tu coño húmedo.
Deja escapar otro sonido estrangulado.
—Estás tan seguro de que dormiré contigo.
Sonrío y me alejo para poder mirarla. Dios, ella es tan jodidamente hermosa.
—Estoy seguro de que tus bragas están empapadas. 113
Ante esto, arquea una ceja depilada hacia mí.
—Seguro, ¿eh?
—Estás prácticamente temblando con la necesidad de follarme —afirmo con
una sonrisa de mierda.
Pone los ojos en blanco.
—Y si mis bragas no están “empapadas”, ¿entonces qué?
115
15
Violet
E stoy nerviosa, caliente y excitada. Apenas puedo concentrarme en el
expediente que tengo delante mientras Gray divaga felizmente sobre los
valores de la tierra. Hace dos horas, me hizo sexo oral. En su oficina. En el
trabajo. Y se lo permití.
Estoy mortificada, pero sobre todo no puedo dejar de repetirlo en mi cabeza.
Era tan bueno en eso. Su lengua y ¡Dios mío!, esos dientes sabían exactamente lo
que hacían. Recuerdo haber disfrutado del sexo oral con Vaughn, pero estaba medio
jodida cuando él lo hacía.
116
Esto fue diferente.
di ferente.
Esto fue real.
Disfruté cada segundo, no importaba lo equivocado que estuviera el lugar.
—Veo que alguien está un poco distraída —dice con una sonrisa de satisfacción
desde el otro lado de su escritorio.
Al ser atrapada, siento que mis mejillas se calientan.
—Nada.
Cruza el escritorio y toma mi mano.
—Quiero hacerlo de nuevo pronto. Tu sabor es adictivo, pequeña desertora.
Hace un par de días, me enfadé con el apodo, pero está empezando a
gustarme. Especialmente
Especialmente junto con las palabras que dijo antes.
—Creo que también quiero eso. —Mis ojos caen en nuestras manos que ahora
están entrelazada
entrelazadas.
s.
—Pero también quiero mucho más que eso —me dice, con una voz profunda e
insinuante.
Me atrevo a echarle un vistazo. Sus helados ojos azules están agudos y enfocados
en mí. Me encanta la forma en que parece concentrarse en mí. Es como si yo fuera su
objetivo principal. Después de todo lo que pasó con Vaughn, uno pensaría que me
opondría a ese tipo de atención. Pero... aparentemente tengo problemas porque me
gusta.
—¿Cuánto más? —respiro, incapaz de evitar provocarle con palabras más
traviesas.
Sus ojos caen en mis labios.
—Para empezar, no puedo esperar a sentir esos labios carnosos alrededor
alrededor de mi
polla. No estoy seguro de que tu pequeña boca pueda soportar mi polla. —Me muestra
una sonrisa engreída que me hace apretar los muslos —. Y no puedo esperar a
desnudarte para poder saborear cada centímetro de tu carne. Quiero correr mi lengua
a lo largo de cada zambullida y curva que tengas. La quiero en cada agujero. 117
Mis ojos se abren de par en par. Había hecho sexo anal muchas veces con
Vaughn, pero nunca tuve su lengua en mi trasero. El pensamiento me disgusta y me
deleita.
—Tampoco puedo esperar a separar tus muslos sexys para poder ver tu coño
necesitado. Apuesto a que siempre gotea por mí —musita y se rasca la mandíbula con
los dedos libres—. Sé que querrás que use un condón, porque no me conoces, pero
estoy fantaseando sobre cómo te sentirías si estuviera sin nada. Apuesto a que mi polla
se deslizaría en tu coño apretado y te vendrías solo por la forma en que te estiro hasta
la capacidad. Casi puedo ver tus jugos corriendo por mi eje y…
—Pa-para —respiro y me retuerzo en mi silla —. No puedo pensar en eso ahora.
—¿Mi polla dentro de ti?
Dejo salir un suspiro agudo.
—Sí. Dios mío. Deja de hablar de ello. —Mi voz suena quejumbrosa, pero en
realidad es porque también estoy necesitada de todas esas cosas—. Por favor…
favor…
Sus ojos azules se oscurecen por la lujuria, pero asiente.
—Retomaremos esta conversación más tarde esta noche.
La promesa de placer envía emoción a través de mí.
—Más tarde —estoy de acuerdo con una sonrisa —. Ahora hablemos de números.
***
Después de cuatro horas de mostrarle a Gray mis muchas ideas sobre cómo
mejorar no solo la forma en que hace las cosas, sino la compañía en general, me
anuncia que me va a llevar a almorzar. Se pone de pie y me ofrece su mano para
ayudarme a levantarme de la silla una vez que haya rodeado su escritorio. La tomo,
pero inmediatamente odio lo afectada que estoy por su toque. Todos los pensamientos
se disipan cuando él se convierte en mi único pensamiento. Mi mente se tambalea con
todas las cosas que dijo antes, todas las cosas que quiere hacerme. Dios, cómo las
quiero también.
Me guía hasta la puerta y cuando intento apartar mi mano de la suya, se vuelve
hacia mí y me frunce el ceño.
—¿Qué pasa?
—No podemos dejar esta oficina tomados de la mano —le digo, mi voz
temblorosa.
Frunce el ceño.
—¿Y por qué no?
—¡Porque eres mi jefe!
Me siento atraída hacia él y ataca mis labios con los suyos. En unos momentos,
me pierdo en su profundo beso. Eventualmente se aleja y me mira con una expresión
118
oscura que me envía un escalofrío por la espina dorsal.
—Que se jodan todos. Eres mía. —Sus labios están de vuelta en los míos.
Poseyéndome. La posesividad que transmite debería asustarme. Debería estar corriendo
hacia las colinas. ¿Cómo es que me siento atraída por estas personas severamente
intensas?
No es como Vaughn.
Al menos espero que no.
—Escúchame —murmura contra mis labios mientras me acaricia el pelo de una
manera tan reverente que creo que me derretiré—. Voy a cuidar de ti ahora. Déjame
entrar, nena.
Dios, qué atractivo suena eso.
—Esto es demasiado —susurro.
Ahoga mis palabras con un beso que me tiene mareada y débil. Una vez que
vuelvo a ser masilla en sus manos, acaricia su nariz contra la mía.
—Te lo mereces todo. Nunca será suficiente.
Años y años de soledad amenazan con abrirme el corazón. Por primera vez desde
que hui de Vaughn, siento el deseo de estar con otra persona. No tengo que ser tan
dura y cuidadosa con Gray. A su alrededor, me siento relajada. Incluso a salvo. Y
considerando que Vaughn podría estar acechándome en este momento, me alegra
que la presencia de Gray me oculte.
—Tengo miedo —admito con el ceño fruncido—. Y Vaughn podría ser...
Un gruñido me silencia.
—No es una amenaza para ti. No mientras yo tenga algo que decir. Tienes que
confiar en que cuidaré de ti.
Miro fijamente sus serios ojos azules. Su mandíbula se aprieta como si realmente
creyera que tiene el poder de protegerme de mi psicópata ex. Casi me rio porque
Vaughn no se detendrá ante nada. Espero por Dios que haya sido un intruso de mi
miserable edificio quien irrumpió en mi apartamento, y no él. Si realmente fue mi ex,
estoy más que jodida. Ni siquiera el gran y poderoso Gray podría salvarme.
—¿Qué tal si empezamos con que primero me invites a almorzar?
al morzar? —me burlo en
un intento de alegrar el ambiente. Intenso es bueno en el dormitorio. Pero a veces
intenso es demasiado para la vida diaria. Me preocupa que Gray tenga las mismas
tendencias que Vaughn. Las obsesivas. Sin embargo, Gray no comparte la mirada vacía
y sin alma
al ma que siempre tuvo Vaughn. Los ojos de Gray bailan con secretos y curiosidad
sobre mí y con deseo. Siento que son normales para una relación incipiente entre dos
personas. Y probablemente reflejen las mías.
—Primero el almuerzo —está de acuerdo con una sonrisa brillante que me hace
apretar los muslos—. Pero estoy sosteniendo tu maldita mano.
Todavía me rio de su ferocidad mientras me arrastra por la puerta de la oficina.
Está en una misión, pero mis ojos se fijan en Truman, que está parado cerca de mi
escritorio. Sus ojos se estrechan y sacude la cabeza con asco. 119
Gray no se fija en él y me saca del edificio en poco tiempo. Una vez que estamos
afuera, me pone un brazo alrededor de los hombros y me tira a su lado mientras bajamos
por la acera. Se siente bien estar así con alguien. Me cuesta creer que hace unos días
Gray ni siquiera me viera. Ahora, siento que soy todo lo que ve. No soy estúpida. No lo
llaman Loco Max sin razón. Pero sus excentricidades son entrañables ahora que estoy
en su radar.
—¿Adónde vamos? —le pregunto mientras paseamos por la calle.
—Algún lugar bueno. —Su tono es seguro y petulante. No puedo evitar reírme.
Cuando caminamos hasta Ziggy's, la pizzería más popular de la ciudad, me
detengo en mi camino. Los aromas celestiales del ajo y otras delicias invaden mis
sentidos.
—Ahh —gimo y lo miro fijamente—. Eres tan malo al burlarte de mí con este lugar.
Sabes que no podemos entrar. Siempre hay una espera de tres horas. —Hago un gesto
a la larga fila de gente que rodeaba el edificio para dejar claro mi punto de vvista.
ista.
Se ríe mientras agarra mi mano.
—Qué bueno que conozco gente.
—No —jadeo, la emoción revoloteando a través de mí—. Dime que puedes
hacernos entrar.
Me roba un beso casto y mueve la ceja.
—Puedo hacer que entremos.
Chillo todo el camino más allá de la fila, ignorando las miradas molestas y casi
muero cuando entramos. El lugar es pequeño con solo unas pocas cabinas en las
paredes. Todos los asientos están ocupados excepto una cabina en la esquina. Cuando
empieza a hacerlo, me entra un poco de pánico.
—¿Estás seguro?
—Positivo —me dice, mostrándome otra sonrisa engreída.
Nos deslizamos juntos dentro de la cabina por el lado que mira hacia la pared,
en lugar de la multitud de personas, conm
conmigo
igo en el interior y él en el exterior.
—Alguien probablemente estaba esperando este puesto —le digo, mis nervios
aún me comen viva.
—El dueño —dice encogiéndose de hombros mientras coge
coge un menú de la mesa.
—Entonces deberíamos de irnos...
—Yo soy el dueño.
Sacudo la cabeza para mirarlo. La sonrisa come-mierda que usa tan bien a veces
es molesta. Bien, así que no es molesto en absoluto. Lo que es molesto es cómo me
derrito cada vez que lo hace.
—¿Eres el dueño de este lugar?
l ugar?
—Y esta es mi cabina. Bull y yo venimos aquí todo el tiempo. Saben que deben 120
mantenerla abierta para mí —me dice, con la maldad brillando en su mirada.
—Vaya —pronuncio y robo el menú—. Estás lleno de sorpresas, ¿no?
Su palma descansa en mi muslo, justo debajo del dobladillo de mi falda, de modo
que las puntas de sus dedos rozan mi carne sensible, enviando temblores de deseo
bailando a través de mí.
—No tienes ni idea, pequeña desertora.
El resto
que era del almuerzo
el dueño del lugar.vaEl increíblemente bien. No
personal de servicio estaba mintiendo
lo conocía y parecía cuando
ansioso dijo
por
complacerlo. Nos trajeron
trajeron los elementos favoritos de Gray, así como algunas cosas que
quería probar. Al final, estaba llena.
—Estoy tan llena —me quejo y me doy palmaditas en el estómago.
Su palma cubre mi mano y se inclina
incli na hacia adelante, su cálido aliento en mi oreja.
—Y yo todavía podría comer.
El deseo me atraviesa y aprieto mis muslos juntos.
—Estás loco —digo con un respiro, pero no lo detengo cuando desliza su palma
bajo mi falda, entre mis piernas. Su boca me besa lentamente a lo largo del lóbulo de
mi oreja y a lo largo de mi cuello. Todos sus toques me están haciendo perder la
cabeza—. Ojalá no tuviéramos que ir a trabajar —admito mientras inclino mi cabeza
hacia la izquierda para darle más acceso a mi garganta.
—Podemos irnos a casa —sugiere, sus dientes rozando mi tierna carne.
Dios, cómo quiero hacerlo.
—Pasos de bebé —le recuerdo cuando roza mi coño con la punta de su dedo.
Muevo la mirada para ver si alguien puede vernos. Desde nuestra posición, estamos
ocultos de miradas indiscretas. Qué es exactamente por lo que me encuentro abriendo
mis piernas. Se me escapa un maullido en el momento en que su dedo vuelve a estar
dentro de mí—. Demasiado rápido —digo—. Todo esto es demasiado rápido.
Succiona mi cuello y luego me da un suave beso en la piel.
—No puedo ir más despacio contigo. Todo en mí grita
gri ta para devorarte. No pararé
hasta tenerte por completo, Violet.
Su dedo me folla lentamente, lo que me vuelve casi loca. Todo mi cuerpo tiembla
con la necesidad de tener un orgasmo aquí mismo en un restaurante lleno de gente.
Me está corrompiendo.
—Gray... —Me muerdo el labio para contener un gemido.
—Dame lo que quiero —gruñe y desliza su lengua por mi oreja. Junto con su cálido
aliento en uno de mis lugares más sensibles y la forma en que su dedo me posee, me
vengo como él quiere. Me vengo duro y no tan silenciosamente. Afortunadamente, el
restaurante es bastante ruidoso y mis sonidos son ahogados por los tenedores haciendo
ruido en los platos y la gente hablando. Cuando bajo de mi subidón, desliza su dedo
fuera de mí y arrastra mi humedad a lo largo de la parte interior de mi muslo. 121
—Lo limpiaré después —me asegura antes de darme un beso en la mejilla.
Estoy aturdida porque paga la cuenta. Nadie sabe que este hombre; mi jefe por
menos de dos semanas más, acaba de follarme con los dedos en esta cabina. Estoy
casi mareada por mi orgasmo y el hecho de que acabamos de hacer algo super malo.
Gray parece fresco y sereno mientras que yo siento como si todo el mundo en el
restaurante supiera lo que estábamos haciendo. Toma mi mano, su dedo todavía
húmedo de mis jugos y me tira de la cabina. Sus ojos azules están oscuros por la lujuria y
el hambre. Ojalá pudiera devolverte el favor.
Esta noche.
Me estremezco ante sus promesas. Quiere continuar con esto más tarde. En mi
cama. Estoy casi delirando con la idea de tener sexo después de tanto tiempo. Después
de todo lo que pasó antes, uno pensaría que me opondría al sexo. Y tal vez, durante
varios años, lo hice. Pero después de una terapia intensa, pude superar las cosas que
Vaughn me obligó a hacer. Soy normal de nuevo.
—¿Qué pasa? —pregunta Gray una vez que estamos afuera. El cielo se ha
oscurecido a medida que se avecina una tormenta. El viento aúlla entre los edificios y
tiemblo. Sus cejas se fruncen mientras pone sobre mis hombros la chaqueta de su traje
y me envuelve en ella. Huele como él e inhalo
i nhalo el aroma masculino.
—Estaba pensando
pensando en…
en…
Se detiene y me empuja contra un edificio para bloquear el viento. Su palma
acuna el lado de mi cuello mientras me mira con preocupación. La mirada en sus ojos
hace que mi corazón se caiga. Podría enamorarme fácilmente de Grayson Maxwell.
—Somos amigos —me dice, sus ojos buscando en los míos —. Y vamos a
evolucionar en más. Ya lo
l o estamos haciendo. Quiero que me cuentes cosas.
*** 123
Tan pronto como regresamos del almuerzo, Gray quedó atrapado en una
llamada telefónica, así que me ocupé de algunos análisis de costos. A pesar de que me
dijo que no tenía que hacerle un café, no puedo dejar de notar la hora. Una hora de
café programada. Y normalmente, me molestaba cada segundo de tener que ir al
descanso para hacerlo para él.
Hoy es diferente.
Quiero hacerle una taza de café.
Él no ha sido más que bueno conmigo desde que me presenté el vviernes.
iernes. Cariñoso
y atento. Un buen amigo.
amigo. Y más. Una sonrisa tira de mis labios mientras entro al cuarto
de descanso y saco una taza del armario.
Cuando el calor me enmascara por detrás y dos manos descansan en la
encimera a cada lado de mí, dejo escapar un chillido
chilli do de sorpresa.
—Veo que has vuelto a hacer tu trabajo —dice Truman.
Me congelo y lo miro por encima de mi hombro.
—Aléjate de mí.
Sus ojos son maníacos y furiosos. El terror se abre camino dentro de mí, pero lo
aplasto. Él no es Vaughn. Nadie será tan atemorizante como Vaughn.
—Así que ayúdame, si no te apartas de mí, gritaré muy fuerte —lo amenazo.
Me clava contra el mostrador y su mediocre erección presiona en mi culo. Estoy
aturdida por un momento en cuanto a qué hacer.
—Gritas y lo negaré todo. ¿Crees que le creerán a la zorra de la oficina que
claramente está follándose al jefe para salir de hacer su maldito trabajo?
Le doy un codazo en el estómago y se tambalea. Cuando vuelve a acercarse a
mí, giro y rompo la taza de café contra un lado de su cara. Nos miramos el uno al otro
durante un largo momento, sorprendidos. Entonces sus dedos tocan su ceja. En el
momento en que los aparta, me doy cuenta de que están manchados de sangre.
—Jodidamente me golpeaste —sisea con incredulidad.
i ncredulidad.
Agarro el mango de la taza y me preparo para usarla de nuevo.
—Jodidamente me has tocado —contesto.
Todavía estoy presionando mi culo contra el mostrador y mi brazo listo para
balancearse si es necesario cuando siento una presencia reconfortante.
reconfortante. Mis sentidos son
correctos porque
porque un segundo después, Truman es empujado lejos de mí.
—¿Qué demonios está pasando aquí? —grita Gray, su está cuerpo entre Truman
y yo. De espaldas a mí, no puedo evitar sentir que ha elegido esta postura como una
actitud protectora. Mi corazón se agrieta y se rompe porque no puedo tomar su
bondad. Es demasiado. Muy adictivo. Voy a ansiarlo como un alcohólico necesita su
bebida para sobrevivir. Quiero emborracharme de él. Dejar que me sostenga y luche
contra todas mis batallas que ya estoy demasiado cansada para luchar. 124
—Ella me golpeó —acusa Truman en un tono lleno de veneno mientras toma una
toalla de papel junto al fregadero—. Con una taza de café.
—Sala de juntas —gruñe Gray—. Los dos.
Me pongo rígida y quiero estrangular a Truman cuando me lanza una sonrisa
satisfecha antes de que salga corriendo de la habitación. Una vez que se ha ido, Gray
vuelve su atención asesina hacia mí. Casi me encojo bajo su mirada dura, pero pronto
se ablanda y acaricia mi mejilla.
—¿Estás bien? —pregunta, sus ojos azules evaluándome.
Asiento y sostengo la taza.
—Tuve un poco de ayuda de mi amiga.
—Lo siento mucho. —Su disculpa es una cuchillada para mi corazón. Me da
coraje.
—Se puso grosero y amenazante. Me hice cargo de él —digo, la confianza
sangrando en mi voz—. Esto no es tu culpa.
Sus dedos recorren su cabello desordenado y gruñe:
—Lo es, pero voy a compensarlo. Lo juro. —Entonces, su mirada se posa en mis
labios por un momento—. Vamos a la sala de juntas.
—¿Estoy en problemas?
—Demonios, no —gruñe—. Tenemos una reunión. Una reunión de la que querrás
ser parte.
—¿Qué? —Lo miro confundida, pero agarra la taza y la deja, su mirada se
estrecha
—No necesitarás eso porque me tienes a mí. —Sus labios se levantan de un lado
de manera sexy y juguetona—. Ahora vamos.
Dejo que tome mi mano, ya no me preocupa que la gente vea. No estaré aquí
después de dos semanas de todos modos. Además, él es el dueño. ¿Qué van a hacer
al respecto? Le sonrío a Clint de Recursos
Recursos Humanos cuando lo paso en el pasillo.
Sin embargo, me pongo nerviosa cuando ingresamos a la sala de juntas. Ocho
hombres están sentados alrededor de la mesa. Los ocho hombres que más odio en esta
compañía. Pero luego mis ojos se encuentran con los de Jeff, o Bull como Gray lo llama
y me da una sonrisa tranquilizadora que tiene todo el aire en mi pecho corriendo con
alivio. Es uno de los pocos que no odio. Grey saca una silla en la
l a cabecera de la mesa,
su silla y me hace señas para que me siente. Todos los ojos están puestos en mí mientras
tomo mi asiento. Levanto mi mirada hacia él y le doy una mirada de interrogante.
En lugar de responderme, su voz retumba al dirigirse al grupo.
—Hoy fueron llamados aquí porque tenemos algo muy importante para discutir.
Pero primero, quiero preguntarles todo lo que Violet Simmons hace por Maxwell. —Su
voz es baja y mortal.
125
Jeff me guiña un ojo antes de volverse para mirar a Ralph Darden a su izquierda.
—¿Qué piensas, Ralph?
Ralph resopla y se encoge de hombros.
—Ella es una secretaria. La secretaria de Grayson.
Gray cruza sus brazos sobre su pecho y camina hacia Ralph.
—Incorrecto.
Ante
sea que esto,
esté arrugo la nariz
sucediendo, conGray
sé que confusión, pero no No
me respalda. me me
atrevo a interrumpir.
trataría como me Lotrató
que
durante todo el fin de semana y hoy para de repente arrojarme debajo del autobús.
—Ella hace favores especiales para el Director Ejecutivo —bromea Truman, asco
en su tono de voz.
El puño de Gray golpea con fuerza contra la mesa al lado de Ralph, es
sorprendente que no se rompa los huesos o la mesa. Todos lo miran asombrados. Luego,
coloca ambas palmas sobre la caoba y se inclina hacia adelante para mirar a Truman
desde el otro lado de la mesa.
—Eso —recorta en el tono más frío que jamás haya escuchado—. Es acoso sexual.
Los ojos de Truman se abren con sorpresa y Ralph comienza a protestar.
—¡No! —grita Gray—. Todos ustedes escucharán muy bien. Jeff y yo nos dimos
cuenta de que muchos de ustedes están acosando sexualmente a nuestras empleadas.
Específicamente a Violet Simmons. Y en caso de que no lo supieran, el acoso sexual no
se tolerará en mi compañía.
Clint asoma la cabeza por la puerta y aclara su garganta. Se ve asustado como
el infierno.
—Eso es correcto —dice con voz tembloros
temblorosa
a—. De acuerdo con nuestra política
de recursos humanos, muchos de ustedes han violado las reglas.
—Esto es ridículo —sisea Ralph—. Solo espera a que la junta escuche…
Jeff desliza una hoja de papel hacia Ralph.
—En realidad, la junta ya sabe. La moción ha sido aprobada para quitarte a
través de una conferencia telefónica el día de hoy. A partir de ahora, ya no eres un
miembro activo de la junta directiva.
—Tienes que estar bromeando —dice Brent Adams, el vicepresidente.
Gray se eleva a su altura y clava al vicepresidente con una mirada feroz que lo
tiene encorvado en su silla.
—Yo no bromeo sobre el acoso sexual.
Brent tiene la sensación de cerrar la boca. Su rostro se vuelve rojo brillante. Tengo
que contener una sonrisa. Ese imbécil ha sido una de las espinas más grandes en mi
costado.
—Ralph, puedes irte —dice Gray despectivamente—. En cuanto al resto de 126
ustedes, están despedidos.
Un rugido de voces discutiendo comienza todo a la vez, pero Gray una vez más
los silencia con un puño golpeando la mesa de la sala de juntas.
—Esto no está sujeto a negociación. Clint y el Sr. Barker lo manejarán desde aquí.
Quiero que desaparezcan en menos de una hora —sisea, su feroz mirada se encuentra
con todos y cada uno de ellos.
Truman, el arrogante imbécil, simplemente no puede irse lo suficientement
suficientemente
e bien
solo porque se levanta bruscamente y me señala con el dedo acusador.
—El acoso sexual no está bien, pero está bien que esta perra te haga una
mamada en tu oficina. Doble moral, hombre.
Gray comienza a caminar alrededor del lado de la mesa, un fuerte gruñido
retumbando de él, pero Jeff se pone de pie y lo bloquea.
—Basta, Truman —grita Jeff—. Hablar mierdas después de ser despedido no
cambia el hecho de que ya no trabajas para esta compañía.
Gray empuja a Jeff y saca mi silla antes de ofrecerme su mano. Una vez que estoy
de pie, se dirige a Clint esta vez.
—Violet es ahora nuestra vicepresidenta. Eso es lo que hace por esta compañía.
Te enviaré un correo electrónico con los detalles, pero entiende esto —le dice al chico
de Recursos Humanos que está con los ojos muy abiertos —. Ella es tu jefa. Te reportará
reportaráss
con ella. Y si alguna vez más esta mierda de acoso sexual vuelve a pasar, el próximo
será tu trabajo.
—Le dije que haría cualquier cosa por ella —gruño—. Incluso matar a ese cabrón
de Vaughn.
Sus ojos se abren con sorpresa.
—¿Y no salió
sali ó corriendo?
—No.
—Bueno, Jesucristo, Hawk, creo que encontraste a la mujer perfecta —bromea.
—Absolutamen
Absolutamente
te sí.
—Bien por ti —dice riéndose—. No lo arruines. Tal vez deja de lado la mierda de
acosador ahora que está contigo.
Pero hay mucho más que aprender sobre ella...
—Mmm.
Resopla de nuevo.
***
Ha estado encerrada en su baño durante unos cuarenta minutos. Después de
que comimos una buena cena de filete en uno de mis restaurantes favorito
favoritos,
s, la llevé a
su casa. Y tal como lo había planeado, sus cerraduras habían sido reemplazadas. Le
pedí al cerrajero que me dejara la llave adicional debajo de su tapete. La saqué
cuando escuché correr la ducha.
armarioMientras se toma
que había una eternidad
estado buscandoenlael noche
baño, utilizo el tiempo
anterior. para
Abrigos rebuscar
cuelgan deenlos
el
bastidores y las cajas se alinean en los estantes. Había estado en el proceso de revisar
los bolsillos cuando se despertó.
Localizo una carta en el bolsillo de una chaqueta dirigida a “Mamá”. No está
sellada, pero ya está dirigida. Con mi teléfono, tomo una foto para una investigación
posterior. Lo abro y lo leo rápidamente cuando escucho encenderse el secador de
cabello.
Mamá,
Te extraño. Un día tal vez las cosas puedan ser diferentes. Sabes que te quiero.
Todo acaba de ponerse tan mal, y necesitaba alejarme. Lo sabes. Por supuesto que lo
sabes. Te he estado diciendo
diciendo lo mismo por años.
años. Espero que el dinero ayude. Es todo llo
o
que puedo permitirme enviar, pero espero que sea suficiente para que no tengas que
romperte la espalda todas las noches en el restaurante.
Te ama siempre 131
Soltando mi polla, me acerco a ella y capturo su rostro en mis manos. Dejo besos
en sus labios suaves y mandíbula hasta que me está arañando. Mi polla está caliente y
palpitante y tan jodidamente impaciente entre nosotros. Cuando su mano se extiende
entre nosotros y agarra mi polla, dejo escapar un gemido gutural de placer.
133
Ella es mi fantasía hecha realidad.
Un sueño hecho realidad.
Con cada caricia de su mano, me siento más cerca de llegar. Así que después
de otro momento egoísta de tener su pequeña mano alrededor de mí, me alejo y la
miro con avidez.
—Sube a la cama y enséñame tu coño.
Sus ojos ampliamente se abren ante mis palabras descarada
descaradas, s, pero se sienta en
el borde y se recuesta. Una vez que se acuesta y su cuerpo está listo para mi
degustación visual, tomo sus rodillas y la separo. Su coño brilla con su excitación, y no
puedo esperar para tener mi nariz enterrada en él. Quiero chupar su sabor hasta que
ella no pueda hablar o pensar.
—Toca tus pezones —gruño.
Deja salir un gemido, pero me obedece. Me arrastro hacia ella e inhalo su dulce
aroma. Cuando arrastro
arrastro mi lengua a lo largo de su hendidura, se sacude en la cama.
—Grayyyy...
Me rio y presiono un beso en su clítoris.
—¿Mmmmm?
Violet,
Anoche fue increíble. Eres increíble. Quiero llevarte
llevarte a almorzar.
almorzar.
Gray
compañeros entrometidos.
Se encoge de hombros.
—¿Qué? Solo estoy siendo honesto. ¿Qué tan ocupada estás ahora mismo?
Esto parece una pregunta capciosa y como la chica ingenua que soy, lo sigo
hasta la proverbial camioneta blanca donde promete caramelos y cachorros.
—No muy ocupada.
—Bien —dice con una sonrisa lobuna que tiene a mis bragas mojándose entre mis
muslos—. Necesito tu ayuda en mi oficina.
Se pone de pie y se da la vuelta para volver a su habitación. Mi mirada deambula
por su cuerpo en forma que luce demasiado perfecto en un traje. Es bueno que me
vaya pronto de esta compañía porque tener que mirarlo fijamente todos los días con un
aspecto lo suficientemente bueno para comer me distrae bastante.
Me iré pronto.
Hace varios días, habría estado encantada.
140
Pero eso fue antes de que Gray finalmente se fijara en mí.
Culpa e indecisión tienen una guerra dentro de mí. Ya ha hecho mucho por mí.
Hemos pasado de compañeros de trabajo a amigos a amantes en cuestión de días.
Grayson Maxwell es tan intenso
i ntenso que fácilmente he sido arrastrada a su vórtice.
¿Cómo se sentirá cuando finalmente salga arrastrándome?
¿Seré yo la misma?
Levantándome de mi silla, aparto esos pensamientos
Levantándome pensamientos por ahora mientras entro en
su oficina y cierro la puerta detrás de mí.
—Bloquéala.
Su dura orden provoca escalofríos en mi cuerpo. Le doy la vuelta a la cerradura
y lo miro con las manos en las caderas.
—¿Con qué necesitas ayuda? —pregunto, mi ronca y temblorosa.
Se deshace de su chaqueta y la cuelga en el respaldo de su silla. La camisa de
vestir de color azul pastel que lleva hoy en día se amolda perfectame
perfectamente
nte a su piel. Puedo
ver sus tatuajes a través de la tela y envía otra emoción disparando a través de mí.
—Gray —lo intento de nuevo, mi voz se eleva—. ¿Qué necesitas?
Me arquea una ceja y me golpea con una mirada ardiente.
—Sabes lo que necesito.
Mientras me ahogo con mis palabras, se desabrocha la camisa de la muñeca y
comienza a arremangársela. Las venas de su antebrazo sobresalen y los músculos se
flexionan con su movimiento. Me encuentro mirando fijamente a su muñeca de todas
las cosas con la boca llorando por un poco de su sabor. Continúa con el otro lado.
Luego, comienza a trabajar en el nudo de su corbata de color azul marino.
Mi cuerpo
Mis pezones está a punto
endurecidos de arder.
rasguñan Entre mis
mi sostén. muslos,
Y un fuegomis bragasquema
interno están empapadas.
mi carne de
adentro hacia afuera. Se deshace de la corbata y desabrocha los dos primeros botones
antes de colocar las manos en las caderas para imitar mi posición.
—Necesito que revises algunos contratos conmigo. Quiero un consejo —dice
mientras se acerca a sentarse en su silla. Estoy tan sorprendida por el rápido giro de los
acontecimientoss que me toma un segundo para que mi mente se ponga al día con sus
acontecimiento
palabras.
—¿Contratos? —murmuro.
Su ceja oscura se arquea de nuevo y me sonríe torcidamente.
—Contratos. —Entonces su mirada se estrecha mientras deambula por mi
cuerpo—. No pensaste que íbamos a follar aquí, ¿verdad? ¿Con todo el mundo
escuchando?
Trago y sacudo la cabeza antes de apresurarme a sentarme frente a su escritorio.
Al agarrar la carpeta más cercana de su escritorio, la abro y miro fijamente las palabras
de una página. Mi cerebro está corriendo a cien millas por hora. Nada en la página 141
tiene sentido.
Alcanza el escritorio y me engancha la muñeca. Me sobresalto cuando pone mi
mano en su cara. Luego, en un movimiento sorprendente, me chupa el dedo medio.
Dirijo mi mirada a su mirada, mis labios abiertos, sorprendida. Su lengua se burla de la
parte inferior de mi dedo como lo ha hecho con mi clítoris que hace que se me escape
un gemido bajo.
—Nena —gruñe y me muerde juguetonamente la carne antes de irse —.
Definitivamente quierosobre
que tu vagina gotee follarte. Justoarchivos
estos aquí en este escritorio.
y manche QuieroViolet,
la tinta. hacerte gritar.miQuiero
quiero polla
enterrada en tu coño dolorido hasta que me ruegues que pare —otro gruñido—. Pero
esa es la cosa, preciosa, no sería capaz de parar. Te follaría todo el día una y otra vez.
Tú estarías débil por todos los orgasmos y yo no valdría nada para dirigir esta compañía.
Juntos, somos explosivos.
expl osivos. —Me besa la punta del dedo—. Por eso los fuegos artificiales
tienen que quedarse fuera de este edificio.
Trago y asiento.
—Me vuelves loca con la forma en que hablas...
—Lo sé. —Me guiña el ojo y me muestra una sonrisa conocedora antes de
soltarme.
festín Ahora
como que sé que
si fuera no me
una voyde
cena a extender
Acción sobre el escritorio
de Gracias, puedoy meconcentrarme.
voy a dar un
Concéntrate. Concéntrate.
Concéntrate
Concéntrate Violet.
***
***
144
—Por aquí, Letty Spaghetti —gruñe Vaughn mientras me arrastra por la muñeca
por el pasillo del edificio de apartamento
apartamentoss en ruinas que encontramos.
Tomo el dobladillo corto de mi vestido, pero es tan apretado que apenas se
mueve. Me conformo con tocar de una forma nerviosa mis perlas que le pertenecían a
mamá. Vaughn y yo hemos estado jugando a este juego durante meses. La parte sana
de mi cerebro que sobrevive cuando las pastillas desaparecen, me dice que soy una
prostituta. Este no es mi novio. Es mi proxeneta. Pero a las prostitutas se les paga, ¿no?
¿Qué es lo que me hace si me obliga a tener relaciones sexuales y no veo nada a
cambio?
Una esclava.
Me convierte en
en su maldita esclava sexual.
La ira comienza a burbujear dentro de mí. Antes, cuando me metió la píldora en
la boca, la metí en el costado de la boca entre los dientes y la mejilla. Está tan
acostumbrado a que trague sin quejas que cuando miró, realmente no observó. Solo
una simple mirada. Me las arreglé para sacarla en el camino hacia el auto y la arrojé a
los arbustos.
Mi cerebro está
está claro.
Mi corazón está enoja
enojado.
do.
Mi alma está rota.
rota.
Se detiene frente a una puerta y golpea fuerte. Un hombre negro grande
responde a la puerta con un aj
ajustado
ustado pañ
pañuelo
uelo blanco de mujer, un gorro en la cabez
cabeza
a
y un holgado par de pantalones vaqueros que cuelgan a varios centímetros de sus
caderas mostrando sus bóxers azules.
—V, mi hombre —saluda con una voz profunda—. Conseguí tu dinero, hombre.
—Tira de un fajo de billetes y se lo da a Vaughn.
Vaughn asiente y golpea al tipo con el puño.
—Sabía que eras bueno para eso, Fuzz.
El tipo llamado Fuzz deja que su mirada viaje hacia mí.
—¿Tu novia? Maldita sea, ella está buena.
—Podría ser tuya por la noche si tienes más efectivo —le dice Vaughn.
Las características relajantes de Fuzz se endurecen cuando se hace a un lado
para inspeccionarme mientras me encojo detrás de Vaughn. Deja escapar un silbido de
apreciación.
—Mierda, V, ella
ella tiene un bu
buen
en culo y piernas. ¿Su co
coño
ño es apr
apretado?
etado?
Me estremezco ante sus crudas palabras. Normalment
Normalmente,
e, estoy muy excitada
cuando llegamos a estos hombres a los que me vende. La conciencia me pica. Ojalá
estuviera drogada ahora mismo.
—Lo más apretado —se jacta Vaughn, una persistente muestra de posesividad 145
en su tono.
—¿Cuánto? —pregunta Fuzz mientras descaradamente folla mis tetas con su
mirada.
—¿Cuánto conseguiste?
Fuzz se ríe.
—Tomaste todo mi dinero, hombre.
—bultos
lleno de Tienes yveinte
buscaminutos con de
la bandeja —le dice
elladrogas Vaughn
—. No anal. mientras se sienta en el sofá
Fuzz deja escapar un silbido antes de agarrarme por detrás. Grito cuando me
levantan del piso y me llevan al dormitor
dormitorio.
io. La risa de Vaughn envía hielo por mis venas.
Esto es lo más bajo que ha hecho. Muchas veces me lastimó, pero esta traición es
profunda.
Una vez dentro de la habitación que apesta a olor corporal, me empujan al piso.
Fuzz cierra
músculo la puerta
sólido. Es el detrás de él y comienza
brillo malvado a arrancarse
en sus ojos la camisa.
lo que me tiene Es gigante
alejándome. y de
Estoy a
medio camino de la ventana cuando me agarra del cabello y me lleva a la cama. Los
gritos que me arranca son de otro mundo mientras me empuja por el borde del colchón
maloliente y manchado. Rasga mi vestido sobre mis caderas exponiendo mi trasero
desnudo.
—No anal —repite mientras
mientras comienza a desabro
desabrochar
char sus pa
pantalones.
ntalones.
Las lágrimas corren por mis mejillas y una vez más intento agarrarme para
alejarme de él. Es fuerte mientras presiona la parte de atrás de mi cabeza contra el
colchón con su enorme mano. Me estoy retorciendo, pero no le impide empujar su
erección gruesa en mi coño seco. Sollozo y clavo mis uñas en el colchón sucio, pero es
en vano. Se desliza brutalmente dentro de mí. Sus gruñidos y gemidos son como el
alcohol en un corte, que me pica desde el exterior.
—Este culo es tan jodidamente
j odidamente caliente —me dice mientras golpea contra mí—.
Voy a follarlo también.
Comienzo a gritar por Vaughn. Rogándole
Rogándole que me salve. Fuzz se sale de mi coño 146
y comienza a empujar la cabeza de su polla contra mi ano. El fuego me quema a través
de la pequeña intrusión. Tengo miedo cuando se las arregle para llegar hasta el final.
—V-Vaughn, p-por favor —lloro.
El dolor, insoportable y agotador, explota dentro de mí cuando Fuzz empuja todo
el camino. Me desmayo, pero el fuego no me deja ir. Me mantiene fuera del alcance
de desmayarme todo el camino. Un juego tortuoso y enfermo.
Me obligo a mí misma a pensar en otra cosa que no sea la brutalidad, pero no
puedo. Todomis
novio ignora lo que puedo pensar es en la polla gigante
gritos. gi gante de Fuzz en mi culo mientras mi
Comienzo a desmayarme realmente cuando escucho un golpe. Entonces un
gruñido. El dolor parece disminuir en el momento en que Fuzz se retira.
¡Crack! ¡Crack! ¡Crack!
Me las arr
arreglo
eglo para rodar a mi
mi lado
lado,, haciendo una mueca de dolor. Vaughn tiene
Fuzz por la garganta mientras golpea su puño una y otra vez en la cara del hombre.
—Dije. No. Anal —ruge Vaughn, agarrando a Fuzz por la garganta y luego
golpeando su cabeza contra el borde de una cómoda.
¡Pop! ¡Pop! ¡Pop!
LosLasonidos
vomitar. bilis serepugnantes
esparce porde los el
todo huesos crujiendo
colchón y carne
mientras perforada
las lágrimas me hacen
desdibujan la
escena que tengo delante. Vaughn no se detiene por lo que parece ser para siempre.
Suelta a Fuzz que golpea el piso con un ruido sordo. Cuando los ojos de Vaughn
se encuentran con los míos, están dilatados
dilatados y descontrolados por las drogas. Me guiña
un ojo antes de salir de la habitación. Estoy temblando mucho, pero logro sentarme de
mi lado. Cuando miro fuera de la habitación, me horroriza ver a Vaughn preparando
otra jeringa. Arrastro mi mirada al suelo. Fuzz, o lo que queda de él, mira al techo. Su
rostro está aplastado y no está res
respirando
pirando n
nii moviéndose.
Vaughn lo mató.
Algún día me
me matará a mí también.
Sé que eso es verdad con cada parte de mi ser. Y sin que las drogas me
confundan, puedo tomar
tomar medidas. Me levanto de la l a cama y me paro con mis piernas
temblorosas.. Todo duele, especialmente mi trasero, pero logro arrastrar mi vestido hacia
temblorosas
abajo para cubrirme. La sangre roja brillante corre
corre por mi muslo más allá de mi rodilla.
Oh Dios.
Me sorprendo ver la sangre, pero dirijo mi mirada a la ventana. Con la urgencia
recién descubierta, me dirijo a la ventana y empiezo a juguetear con la cerradura. La
abro y levanto la ventana. Me lleva algo de trabajo, pero logro alzarla lo
suficientemente
suficientement
salida neceesito.
altoCon
que necesito. como para
cada pasar.
segund
segundo La escalera
o que pasa de incendios
pasa,, encuentro me proporciona
más claridad
claridad.
. la
Debo escaparme.
Y necesito asegurarme de que nunca me encuentre otra vez. 147
Abandonando mis tacones para poder correr más rápido, bajo la escalera de
incendios lo más rápido que puedo. Cuando llego al final, salto el resto del camino
directamente a un charco. El callejón del edificio de apartamentos está vacío, pero al
final de un lado hay una calle concurrida. Salgo, corriendo hacia los autos que siguen
pasando.
—Oye, cariño, quédate un rato —me grita un tipo que está fumando.
Lo ignoro y corro más rápido justo en medio del tráfico. Un auto para en seco. Mi
mirada
la partese encuentra
delantera decon la dechoca
su auto una mujer alrededor
contra de laTiene
mi cadera. edaduna
de adolescente
mi madre cuando
en el
lado del pasajero con ella, que lleva una reacción similar de aturdimiento.
—Por favor —suplico a través
través de mis lágrimas—. Necesito ayuda.
Sigue mirándome fijamente cuando doy la vuelta al lado del auto. Otros autos
giran alrededor del suyo, que se detiene en medio de la calle y tocan la bocina. Golpeo
su ventana mientras el terror amenaza con consumirme. Una rápida mirada sobre mi
hombro me dice que aún no está tras de mí.
—Por favor —le suplico de nuevo—. Acabo de ser violada.
Esto parece sacudirla en acción. Con una mano temblorosa, pulsa el botón de
desbloqueo de su auto. Me subo al asiento trasero y me encuentro mirando a un niño
***
Giro en su agarre para poder enfrentarlo. Mis palmas encuentran sus mejillas sin
afeitar y niego con la cabeza.
—De ninguna manera. Antes estaba
e staba siendo desconsiderada con la enfermedad
de tu familia. Pero ahora... —Me detengo y me pongo de puntillas para besar sus
labios—. Quiero ayudar. Me has escuchado descargar mi pasado sobre ti. Esto es lo
menos que puedo hacer.
La emoción brilla en sus ojos.
—¿De verdad?
—De verdad —le aseguro con una sonrisa—. Vamos a ayudar a tu mamá.
18
Grayson
T odavía estoy furioso mientras nos dirigimos a casa de mamá. Las cosas que
Vaughn le hizo... enfermas. Las cosas que le voy a hacer... más enfermas.
Desde el asiento del pasajero, Violet se mordisquea nerviosamente la uña. Es
parecida a mí en la forma de ser limpia y ordenada. Debido a su pasado, se ha visto
impulsada a mantener su vida bastante organizada. Odio tener que llevarla a casa de
mamá, pero parece tan dispuesta a ayudar.
Eso me emociona.
El viernes cuando fijé los ojos en ella,
el la, supe que nos había sentenciado a muerte.
Después de toda una vida de amor, por supuesto. Pero sería mía hasta el final. Una pieza 150
torcida dentro de mí pareció enderezarse en el momento en que ella se convirtió en el
elemento principal de mi vida.
Estoy tratando desesperadamente de no avanzar demasiado rápido. Lo último
que quiero hacer es ahuyentarla. Pero mantener a mi pequeña y brillante Violet en su
pedestal frente a mí es donde pertenece. Quiero cuidarla para siempre.
Extiendo la mano y agarro su muslo a través de sus vaqueros. Su mano cubre el
dorso de la mía, dándole un reconfortante apretón. Esta mujer es la que llena el vacío
que está
ahora. dentro
Voy de mihasta
a trabajar pecho desde que
lo profundo detengo memoria.
su corazón, Mi querrá
nunca vida seque
siente
mecompleta
vaya.
Mientras conducimos, no puedo evitar sentirme decepcionado sobre lo de antes
cuando quiso usar un condón. ¿No sabe que quiero poner mi semilla dentro de ella?
¿Qué quiero que quede embarazada de mi hijo? Le propondría que nos casáramos
mañana si no creyera que me mandaría al diablo. Violet es como un cachorro
maltratado. Tomará tiempo ganar su confianza. Quiero abrazarla y ponerle un collar
alrededor de la garganta que diga que me pertenece.
—¿En qué estás pensando? —pregunta, su pulgar acariciando el dorso de mi
mano.
En lo loco que me vuelves.
En cómo voy a dejar escapar que te amo mucho antes del tiempo socialmente
aceptable porque los incendios internos que arden por ti están fuera de control.
—En lo hermosa que eres —le digo con una sonrisa.
Se ríe.
dulce. —De alguna manera siento que hay más, pero lo dejaré pasar ya que eres muy
No tiene idea de cuánto más...
—Estamos aquí —le digo, mi sonrisa desvaneciéndose cuando la ansiedad se
establece mientras aparco junto al Camaro de mi hermana.
—Esta es una casa agradable —murmura.
Es más que agradable por fuera. La casa de mi infancia se encuentra al final de
la calle en un barrio costoso. Las casas en el área se venden en millones.
El césped perfectamente cuidado y el trabajo de pintura fresca esconden los
horrendos secretos que se encuentran al interior. El caos y el desorden. La locura
absoluta. Los empleados contratados para el césped ayudan a mantener las
pretensiones.
—¿Quieres quedarte en el auto? —pregunto.
Ella ya está saliendo.
—No. Puedo manejar esto. Tu mamá te necesita. 151
Me froto el rostro con la palma de la mano y tomo una respiración fortalecedora.
Esto va a ser difícil. La última vez que vine fue cuando uno de las repisas de mamá cayó
sobre ella. Todavía se me eriza la piel por tener que sacar toda esa mierda de encima
de ella.
Salgo del auto y corro por el césped hacia la puerta principal. Detrás de mí, Violet
está callada, pero sé que tengo su apoyo. Estoy avergonza
avergonzado,
do, pero ya ha visto a Gwen
y ha sido advertida.
—Respira por la boca —murmuro mientras paso a través de la puerta abierta.
Una de las pocas habitaciones limpias en esta casa es el vestíbulo, pero puedo
decir que eso pronto cambiará. Su desorden se está comenzando a esparcir por las
puertas del espacio. Pronto, no habrá manera de esconder esto de las personas. Me
estremezco al pensar en el día en que un cartero o un vecino
v ecino curioso difunda las noticias
sobre lo que hay en esta casa.
Inmediatamente, me sofoca un olor que es una parte por heces y por otra parte
basura en descomposición. A pesar de respirar por la boca, no puedo evitar
atragantarme por el desagradable olor. Violet no da indicios de repulsión porque está
callada.
—»¿Gwen? —grito.
—En el sótano —grita desde el interior de la casa.
—Mierda —siseo en voz baja—. El sótano es el peor.
Avanzo por el pasillo hasta llegar al comedor que conduce a la cocina donde
está la puerta del sótano. Tan pronto como el comedor aparece a la vista, me
estremezco. Hay un pequeño sendero para caminar, pero la basura, las bolsas de
compra y las cajas están apiladas a la altura de la cintura. No puedes ver la mesa del
comedor, la misma mesa en la que mi padre me hizo comer Qauil. Toda la habitación
es un mar de basura.
—Por aquí —digo, agarrando la mano de Violet. La guío detrás de mí para que
no se caiga.
—Oh. —Suspira al llegar a la cocina. Más de lo mismo aquí. La basura y una pila
de platos apestosos están sobresaliendo desde el fregadero. Hay un pequeño sendero
hacia la nevera y uno más hacia la puerta del sótano que ha sido abierta. Agarro la
manija y la abro más para poder pasar. La luz ilumina
il umina el hueco de la escalera, pero hay
tanta basura acumulada en las escaleras que no es de extrañar que se caiga. Al final
del hueco de la escalera, Gwen está sentada en una pila de basura con la cabeza de
mamá sobre su regazo.
—Mamá —digo—. ¿Estás bien?
Mueve su mano despectivament
despectivamente.
e.
—Por supuesto, cariño. Solo siendo torpe de nuevo. Le dije a tu hermana que no
te llamara y que cuando recuperara el aliento me levantaría.
—Tonterías —gruño—. Te sacaré de allí.
152
—¿Necesitas ayuda? —pregunta Violet, su respiración es tan solo un susurro.
Miro por encima de mi hombro y sacudo la cabeza.
—Solo mantén la puerta abierta cuando vuelva a subir. —Una vez que asiente en
señal de confirmación, paso por la puerta y comienzo mi descenso—. Protégela de todo
lo que caiga —le digo a Gwen.
Mi hermana se pone de pie y se mueve frente a nuestra madre.
—Está bien. Listo.
Soy más grande que las dos así que cuando empiezo a bajar, las cajas, bolsas y
basura comienzan a caer al fondo. Casi derribo una pila de revistas, pero la torre se
tambalea justo antes de caerse.
El olor empeora cuanto más bajo. Apesta a aguas residuales sin procesar. Mierda.
No sé qué hacer cuando se trata de mamá y Gwen. Una vez, traté de traer gente aquí
para limpiar y ambas estaban tan consternadas que lo suspendí de inmediato. Pero me
preocupa el pensamiento de que mamá se enferme por las tuberías con fugas que
crean moho o algo.
Cuando llego al final, Gwen me abraza con fuerza.
—Gracias por venir, hermano mayor.
Le beso la parte superior de la cabeza y gruño.
—Solo me usas por mis músculos —bromeo.
Mamá se ríe.
Oh…
—¿Violet? —grita Gwen sorprendida cuando sale del hueco de la escalera del
sótano—. ¿Qué estás haciendo aquí? —El terror en su voz hace que mi ritmo cardíaco
se acelere.
—Estábamos juntos cuando llamaste —le digo a Gwen suavemente—. Ella quiso
ayudar.
Los rasgos del rostro de Gwen se endurecen y pasa junto a mí desapareciendo
de la cocina. Le lanzó a Violet una mirada de disculpa.
—Disculpa mis modales —le dice mamá a Violet—. Y los de Gwen. Es solo que no
estamos acostumbradas a tener visitantes. Si hubiera sabido que vendrías, habría
arreglado un poco.
Le lanzo una mirada de gratitud antes de abrirme paso a través del montón de
basura hacia el cuarto de servicio. Una vez dentro, me irrita encontrar que mi madre
dobló un montón de mantas para hacer una cama improvisada encima de la lavadora
y la secadora de lado a lado. Incluso el cuarto de servicio está lleno de basura. Hace
tiempo que supere el hecho de que mamá no lavaba la ropa, ni los platos ni nada. Pago
a la ciudad por sacar la basura dos veces por semana, pero mi instinto me dice que
mamá nunca tiene nada que poner en la acera.
Violet pasa por mi lado hacia el cuarto de servicio, alisa las mantas y ubica las
almohadas. Pongo a mamá sobre su cama y Violet procede a cubrirla. Mamá, ya sin
estar avergonzada, mira a Violet como si fuera lo más hermoso que haya visto en su
vida.
Le echo un vistazo a mi mujer.
Sin duda es lo más hermoso de que he visto en mi vida.
—Voy a ver como está Gwen. ¿Puedes quedarte y asegurarte de que esté bien?
—le pregunto a Violet. —Cuando sonríe y asiente, me inclino hacia adelante y beso su
frente—. Gracias nena. 154
Puedo escuchar a mamá hablando con ella cuando salgo del cuarto de servicio.
La simple idea de subir las escaleras me hace estremecer, pero sé que Gwen está arriba,
en mi antigua habitación. Es el único lugar en la casa que no llenarán de basura por
alguna razón. Cada vez que le digo a mamá que debería dormir allí, simplemente me
descarta y dice que está guardando la habitación en caso de que alguna vez necesite
regresar.
Toma varios minutos y un par de momentos de nauseas hasta que paso por uno
de los baños,
respiración pero eventualmente
profunda. llegoloa dejé.
Todo está como mi habitación.
Papá, eseUna vez que
imbécil, entro,
había tomo
tenido una
razón.
Necesitaba alejarme. Había permitido que mamá me cuidara hasta que me recuperara
después de mis grandes quemaduras, pero en el momento en que estuve curado, me
fui.
Gwen yace en la cama dándome la espalda. Con un suspiro, me arrastro a su
lado y la abrazo.
—No te enojes, hermanita.
Resopla.
—Pensará que somos repugnantes. ¿Cómo pudiste traerla aquí?
La culpa se dispara a través de mí.
—Violet es diferente. Va a ser parte de esta familia algún día. No quiero comenzar
algo con secretos. Todo queda al descubierto.
descubierto.
Rueda sobre su espalda y me mira con un rostro manchado por lágrimas que me
recuerda cuando ella era más joven.
—¿Sabe lo que hay en el cofre?
Frunzo el ceño.
Le sonrío.
—Te hago enojar todo el tiempo y no me despides.
—A veces desearía poder hacerlo —se burla, diversión parpadeando en sus ojos.
—Llamaré a la Doctora Ward y lo arreglaré. —Me inclino hacia adelante y beso
su frente—. Gracias.
Asiente y sorbe de nuevo.
—Sin embargo, no puedo mirar a Violet en este momento.
—Está bien —le aseguro—. ¿Puedes cuidar a mamá esta noche por mí? Me
gustaría ir a casa y terminar lo que empecé con mi novia. —Muevo las cejas para
molestarla.
Un chillido se escapa de ella.
—Asqueroso. Y, ¿novia? —Sus cejas se levantan juguetonamente—. Eso fue
extremadamente rápido.
Me encojo de hombros mientras vuelvo a escalar lo malo.
El dolor destella en sus ojos. Por mucho que quiera abrirme a ella,
ell a, no quiero hablar
de esto. Al menos no tan pronto.
—Ábrelo —susurra.
—No.
Para necesitado.
un gemido probar mi punto, guío
Enredo mismidedos
peneen
en susu cabello
interior. Agarra
mojado,eltirando
cofre y de
deja
suescapar
cabeza
hacia atrás, mientras entro con fuerza en ella.
—Gray —sisea.
Mis bolas chocan contra su vagina con cada embestida. Está apretada y limpia
y es jodidamente mía. Mientras la follo, meto el pulgar en mi boca para mojarlo. Cuando
lo empujo contra su culo apretado, deja escapar un gemido.
—Toca tu clítoris —ordeno, mi voz es baja y ronca.
Obedece, pero su culo se aprieta.
—Eso va a doler.
—Lo que sucedió fue hace mucho tiempo —le aseguro, mi tono dulce—. Voy a
hacerte sentir bien.
La confianza, un pajarito tan hermoso, es liberado de su jaula. Se relaja y me
permite acceder. Como lo prometí, deslizo mi pulgar dentro de su estrecho canal. Mis
embestidas se ralentizan hasta que tengo todo el pulgar dentro de ella.
—¿Estás bien, pequeña desertora?
—Sí…
—Sí, ¿pero?
—Todavía estoy asustada.
Comienzo lentamente deslizando mi pulgar dentro y fuera de ella al unísono con
mi pene dentro de su coño. Pronto, se está moviendo contra mí, muy metida en nuestro
pequeño jugueteo anal.
—Cuando se trate de mí, no tienes nada que temer. Nada —le juro—. Cada
pensamiento. Cada maldita acción gira en torno a ti. No creo que entiendas cuánto te
has metido dentro de mí.
Gime en respuesta.
—Gray…
—Nunca nadie más te tendrá porque eres mía —escupo mientras el placer
inminente comienza a asentarse en mis bolas—. Dilo, nena. Dime a quién perteneces.
—A ti —susurra sin dudarlo.
El orgullo se eleva a través de mí. No soy el chico más normal con dinero. Soy 158
obsesivo en exceso y jodidamente posesivo. No entiendo muy bien su rapidez para
ceder ante mí, pero me alimento de ello.
—Voy a protegerte y cuando me lo permitas, voy a amarte. Voy a poner mi sello
en todo tu corazón y en tu coño. Vas a usar mi anillo y tomar mi apellido. ¿Por qué,
Violet?
Grita cuando le doy una nalgada.
hacerlaSusestallar
palabrasde me envían
nuevo al borde,
porque gritaymi
menombre
vengo con un gruñido
mientras salvaje.
su cuerpo Esto parece
es apoderado
salvajemente por el placer. Deslizo mi pulgar fuera de su trasero y admiro cómo su
agujero se aprieta de nuevo con fuerza. Un día le mostraré lo bien que se sentirá todo
de mí ahí. Mi pene palpita sacando el resto de mi liberación. Tan pronto como le he
dado todo lo que tenía, me deslizo fuera y miro con un maldito júbilo mientras mi semen
sale de su brillante coño rojo. Gotea sobre el piso, acumulándose entre sus rodillas.
—Dios bendito, eres sexy —le digo, el orgullo saliendo de mi voz.
—Cuando hablas sucio, también eres muy sexy —admite, mirándome por encima
del hombro. Sus ojos están entrecerrados y sus mejillas están sonrosadas por el esfuerzo.
La sujeto con una mirada seria.
—Dije en serio cada palabra, nena.
Sus labios regordetes se abren. Comienza a decir algo, pero luego cierra la boca.
—Estoy cansada.
Levanto su toalla y la limpio. Cuando la tomo en mis brazos, me observa con una
mirada suave que me da ganas de meterme dentro de su cabeza.
159
—Esto está sucediendo —le digo, mi frente descansando contra la suya —.
Nosotros estamos sucediendo. Quiero esto. —Sus ojos permanecen ligeramente
cautelosos, pero veo el destello de esperanza.
También quiere esto.
19
Violet
—N
o puedo creer lo hermoso que es aquí —murmuro mientras sorbo
mi vino. Todavía estoy en mi traje de baño, pero mis pies están
apoyados en el borde del balcón mientras miro hacia el océano
sin preocuparme por el mundo. Se suponía que esto sería por trabajo, pero durante los
últimos cuatro días, no hemos hecho más que jugar.
—Seguro que lo es —responde Gray, con voz ronca.
Cuando me vuelvo para mirarlo, lo encuentro mirándome. Mi cuerpo comienza
a calentarse desde adentro hacia afuera. Nos hemos estado viendo por poco más de
una semana. Es tal torbellino que pierdo todo sentido del tiempo y la realidad. Se siente 160
mucho como si fuera más tiempo.
—Siempre soñé con tener un lugar como este. Un lugar para llevar un día a mi
familia. Un lugar donde la madre esté involucrada y el padre no sea un idiota gigante.
Un lugar que los niños desearían visitar cada verano. —Pasa sus dedos detrás de su
cabeza mientras mira hacia el océano. Su cabello oscuro esta desordenado y revolotea
con el viento. Me encuentro obsesionada con la forma en que sus bíceps sobresalen en
esa posición—. Ahora poseo un lugar así.
—Lo haces —le digo, un toque de ensoñación en mi voz.
Vuelve su mirada intensa y acalorada hacia mí.
—Todo lo que necesito es la familia.
Una vez más, mi garganta y mejillas se calientan. Cuando me dice estas cosas
poderosas, me hundo más en un agujero que él ha cavado para mí. Solo espero que
no me entierre un día.
—Algún día lo harás —ofrezco y trago el resto de mi vino.
vi no.
—Ven acá.
Acaricia su muslo y me muestra una sonrisa que se ve demasiado bien en él. A
pesar de ser mucho más viejo que yo, se mantiene en forma y tiene una veta joven y
vulnerable que me atrae. Sin embargo, su intensidad es la de un dios antiguo.
Inquebrantable
Inquebrantable y dominante.
—Soy tuya —digo mientras me balanceo sobre su dedo que me acaricia solo por
el exterior a pesar de mi necesidad de tenerlo en el interior.
—Dime que esto es más que algo de diversión —gruñe, mordiendo mi piel—. Dime
que este es nuestro mundo y lo quieres tanto como yo.
Cuando me habla así, pierdo el sentido de lo correcto y lo incorrecto. No hay
realidad con él.
—Sí —le aseguro, mi cuerpo temblando de placer
pl acer—. Es nuestro mundo.
Su dedo acelera su movimiento hasta que lo pierdo. El mundo se oscurece a mi
alrededor cuando un orgasmo explosivo surge a través de mí, borrando todas las
terminaciones nerviosas de mi cuerpo. Todavía estoy temblando cuando aparta su
mano de mi bikini para sacar su polla de su traje de baño. Ya que está fuera y erecta
entre nosotros, levanta mis caderas y una vez más empuja mi bikini hacia un lado. Esta
vez, me empala con su polla. Sus fuertes manos sobre mis caderas controlan nuestro
ritmo. Todo lo que puedo hacer es enganchar mis labios a los suyos y disfrutar el viaje.
Nuestro beso es todo duro y poderoso.
Nos besamos como si el otro tuviera la llave de nuestro futuro y nuestra felicidad.
Sería una mentirosa si dijera que no quiero lo que Gray está ofreciendo
ofreciendo.. Me muero
por dejar que me succione en su tormenta y nunca me suelte. Cuando él me posee
desde adentro, la respuesta siempre es sí.
—Eso es todo, nena —gime contra mi boca—. Toma esta gruesa polla porque te 162
pertenece a ti.
Maldito sea él y su alocada charla sucia que me vuelve loca.
Como la buena chica que soy, lo
l o monto como si fuera su dueña. Utilizo su pene
para sacar el placer que anhelo y necesito. Arqueando la espalda, me coloco en
posición para que golpee contra mi punto G. Siseos de dicha pulsan a través de mí.
—Ruégame que me venga dentro de ti, Violet. Mierda, ruégame que ponga un
bebé dentro de ti —gruñe, sus dientes mordiendo mis pechos —. Ruégame.
Sus palabras son una locura. Un juego de simulación. Aparentemente, me gustan
estos juegos.
—Sí —suplico—. Lo quiero. Lo quiero todo.
—Vas a llevar a mi hijo en tu pequeño y sexy estómago, ¿no? —exige.
—Mmm-hmmm.
—Di las palabras, Violet.
—Quiero a tu bebé.
Me pellizca de nuevo.
—Vamos a ser una familia. Prométemelo.
—Sí —gimo mientras mi cuerpo se tensa con otro orgasmo inminente —. Lo
prometo.
***
—En dos meses, tengo que ir a Hong Kong por negocios —dice Gray, su dedo
trazando suavemente
suavemente arriba y abajo de mi estómago desnudo en la oscuridad.
—Estoy celosa —bromeo y sonrío.
—Quiero que vengas conmigo —me dice con una sonrisa—. Después de todo, tú 163
eres la vicepresidenta.
Me pongo rígida.
—En ese entonces ya no trabajaré para ti. Solo me queda una semana.
Su mano deja de moverse y me alegro no poder ver su expresión
—Pero pensé…
—¿Qué solo porque nos estamos viendo ahora mismo renunciaría a mis
compromisos anteriores?
Se aleja y enciende la lámpara. Cuando se da la vuelta, sus fosas nasales están
abiertas de ira.
—Yo te promocioné. Supuse que te estabas quedando.
El dinero es mucho mejor de lo que Sean está ofreciendo.
Y estaría haciendo lo que sé.
Pero pasaría cada momento de mi vida con toda la atención de Gray sobre mí.
¿Qué sucederá cuando esta llama ardiente se apague? ¿Seré desechada y olvidada
nuevamente? Si es así, y elegí quedarme en Maxwell, habría dejado pasar la
oportunidad de un cambio de carrera.
***
—Felicidades —dice una mujer llamada Deb cuando pasa junto a mi escritorio—
. Qué logro.
Sonrío hasta que ella se marcha. ¿Por qué diablos me felicitan todos? Ella es al
menos la quinta persona en hacerlo hoy. Pensé que mi promoción era una noticia vieja.
Mis ojos saltan a la
l a puerta de Gray, pero está cerrada. Después de la rareza del sábado
en el complejo, me trajo a casa el domingo donde me dejó. No lo invité a entrar para
quedarse. El camino a casa fue cortés, pero en su mayoría silencioso. Prácticamente
podía ver los engranajes girando en su cabeza, pero tuvo cuidado de no decir nada
para asustarme más.
Y, chico, estoy asustada.
He tomado una decisión horrible después de otra desde que presenté mi aviso.
Mi teléfono suena y me sorprende ver que es Gwen.
Gwen: ¡Hola, chica! Deberíamos almorzar un día. Quisiera disculparme en
persona por cómo me comporté la semana pasada.
Cuando pienso en la casa de la l a mamá de Gwen y Gray, me estremezco. Era una
mujer agradable pero definitivamente era un poco espacial. Me alegré cuando Gray
me dijo que había arreglado que fuera a una casa de vivienda asistida. Fue Gwen quien
fue con ella y lo preparó todo, pero fue él quien encontró la instalación de la mejor línea
yalgunas
desembolsó el dinero
personas paraentraran
para que ello. Unay vez que selainstaló,
revisaran casa. Éldijo
meque iba confiado
había a pagarles
quea
esperaba que pudiera hacer que Gwen también limpiara su desorden, pero él solo
estaba lidiando con un problema a la vez.
Yo: Está bien. Estabas estresada. El almuerzo suena genial. 165
—Felicidades, Letty —dice otra persona mientras pasa frente a mi escritorio—.
Primera plana, increíble.
Esto llama mi atención.
—¿Disculpa? ¿De qué estás hablando?
El tipo golpea el New York Times en mi escritorio. En la portada está mi cara.
Parpadeo una vez en estado de shock. Entonces, parpadeo una vez más mientras se
instala el horror. Mi edad. Mi ubicación. Todo mi maldito nombre. Todos los datos
esparcidos en la portada. El artículo no solo habla de mi promoción para una de las
firmas de adquisición más grandes del país, sino que también habla de mi superación
del acoso sexual y de romper el techo de cristal. Pero es lo que está al final del artículo
que me hela la sangre.
Maxwell Subsidiaries compró Slante Mortgages.
Una oración simple, atrapada al final.
Pero me hace ver rojo. Tanto es así, que eclipsa por el momento que mi
anonimato se ha ido. Arranco el papel y me dirijo a la puerta de Gray. Cuando entro y
cierro la puerta detrás de mí, lo encuentro sentado en su escritorio con los dedos abiertos
como si estuviera esperándome. Incluso Jeff usa una mirada expectante.
de ellas.
Resoplo.
—Tú te follas a tus empleadas.
Esto me gana un gruñido.
—No, solo te follo a ti
ti..
La vergüenza hace que mi cuello se caliente. ¿Este pobre tipo acaba de perder
su compañía porque mi nuevo novio está celoso y no quiere que renuncie? Increíble.
—Esa era su compañía —murmuro, el disgusto filtrándose en mi tono—. ¿Acabas
de hacer algunas llamadas y comprarle su compañía por casi nada?
—Yo no llamaría casi nada a veinte millones, no es un mal negocio. Dupliqué su
atraerlo.
No he podido trabajar en todo el día. No sin Violet cerca. En vez de eso, me he
sentado en mi auto al otro lado de la calle, frente a su edificio, en busca de idiotas
espeluznantes que podrían estar vigilando el lugar. Cuando es pasada la medianoch
medianoche,e,
me bajo del auto y estiro las piernas. No he comido ni me he movido en horas. 168
Una vez que estoy en su piso y mi frente está presionada contra su puerta,
escucho. El apartame
apartamento
nto está tranquilo. Probablem
Probablemente
ente esté durmiendo, pero necesito
hablar con ella.
Yo: Lo siento.
Ella responde inmediatamente lo que hace que mi ritmo cardíaco se acelere.
Violet: Yo también.
Yo: ¿Puedo verte?
Violet: Soy un desastre.
Yo: ¿Y si te dijera que estoy esperando en la puerta de tu casa?
Violet: Te he estado observando desde la ventana todo el día. Te dejaré entrar.
Enderezo mi cuerpo y deslizo mi teléfono en mi bolsillo. Unos minutos más tarde,
escucho que se desbloquean los cerrojos. En cuanto abre la l a puerta, no puedo esperar
más. La tiro a mis brazos, donde pert
pertenece
enece y beso la parte superior de su cabeza.
—Lo siento.
Esnifa, pero su agarre sobre mí es fuerte.
—Yo también lo siento.
Me alejo para cerrar bloquear la puerta con las cerraduras antes de recoger en
mis brazos su ligera figura. Apoya su cabeza contra mi hombro mientras la llevo a través
del oscuro apartamento hasta su dormitorio. Me quito los zapatos y la dejo en la cama.
La lámpara al lado de su cama proyecta sombras sobre su rostro, resaltando los
círculos oscuros bajo sus ojos. Su cara está hinchada y roja por el llanto. Me acerco y le
quito un brillante mechón de cabello marrón de la cara. Arrodillándome frente a ella,
abrazo su cintura y apoyo mi mejilla contra su muslo. Sus dedos acarician mi cabello.
Tocarla me tranquiliza el corazón. Espero arreglarla como ella me arregla a mí.
—No sé qué hacer —murmura, su voz es temblorosa—. Él va a venir por mí.
Le beso el interior del muslo.
—Voy a mantenerte a salvo, como te lo prometí.
Cuando me levanto para mirarla, las lágrimas corren por sus mejillas hinchadas.
No me gusta verla llorar. Quiero poner sonrisas en su cara. Y una vez que ese cabrón
esté muerto, nunca más tendrá que temer por su vida.
Me siento de rodillas y jalo su camiseta. Levanta los brazos, permitiéndome que la
despoje de la prenda.
—Acuéstate, nena —le digo mientras me quito la ropa.
Se mueve hacia atrás y luego se saca las bragas. Me despojo del resto de mi ropa
antes de apagar la luz. Una vez que la oscuridad nos envuelve, reclamo a mi mujer. En
el momento en que nuestra piel desnuda se toca, la conexión usual que compartimos 169
parece resplandecer a la vida con una sacudida. Nuestras bocas se encuentran en un
beso desesperado. Me envuelve con sus suaves piernas y en el siguiente iinstante,
nstante, estoy
enterrado en su interior. En lugar de moverme, simplemente acuno su mejilla con una
mano y la beso hasta que se queda sin aliento.
Dejo besos a lo largo de su mejilla a su oído donde le susurro todas las cosas que
necesito que escuche.
Estoy obsesionado contigo.
No puedo vivir sin ti.
Moriría sin ti.
ti.
Mis palabras la excitan porque se mueve, gime y ruega por más. Poco a poco,
me muevo contra ella. Su cuerpo está apretado y lo acepta. Caliente. Mía. Sigo
murmurando las palabras que claramente también necesita escuchar.
Tú eres mía.
Haré lo que sea para retenerte.
Cueste lo que cueste.
Mía.
Ella gime
necesidad deque
de ella placer. Mi empuje se
mis movimientos sonha acelerado. Estoy
descoordinados tan abrumado con mi
y desiguales.
No puedo pasar otro día como los últimos dos días lejos de ti.
una manera burlona—. No quiero romper la regla número uno cinco minutos después
de esto.
—No te detengas, Gray.
171
***
Cumplió con la regla número tres. Después de hacer el amor y hablar hasta altas
horas de la noche, me echó. Dulcemente, por supuesto, pero me obligó a salir.
Afortunadamente,
Afortunadamente, para mí, tengo una llllave.
ave.
Y una vez que estoy seguro de que es muy probable que se haya quedado
dormida, vuelvo a entrar.
Abro la cortina de su habitación para poder verla apropiadamente. Se ve
positivamente angelical durmiendo profundamente y acurrucada en la cama. Su brazo
está envuelto alrededor de la almohada en la que he estado acostad
acostado.
o.
Estoy completamente consumido por ella.
He permitido que ciertas cosas en mi vida tomen el control.
Violet controla todos mis pensamientos y acciones. Todo lo que hago ahora está
bajo consideración de cómo impactará en ella. El artículo del periódico no fue un
accidente. Cuando se trata de ella, nada es un accidente.
No estaba mintiendo cuando le dije que quería que mi apellido borrara el suyo.
Quiero que mi diamante cuidadosamente elegido y raro (como ella) pese en su
pequeña mano.
despedí Esedehijo
mi de putacompañía.
propia Sean Slante no la habría
Al principio, tratado
cuando mejorel que
lo llamé los idiotas
domingo, que
se había
resistido. Pero cuando ofrecí una suma impía frente a él, estaba mareado como la
mierda por vender. Ella es excelente en su trabajo, en mi compañía. En una compañía
que algún día será suya también cuando lleve el apellido Maxwell.
Me inclino hacia adelante sobre la cama y le aparto el cabello de sus ojos
mientras duerme. Es adorable como el infierno y estoy orgulloso de que sea mía. Solo
tengo que eliminar toda la mierda que se iinterpone
nterpone entre nosotros.
nosotros.
Sean Slante se ha ido.
Vaughn Brecks es el siguiente.
Debería estar durmiendo, pero estoy conectado en su presencia. Ella es tan
vigorizante como
yo mismo. Por el cafédespués
supuesto, que solíade
tomarme.
que ellaEstoy orgulloso
me mostró cómode hacerlo.
decir queViolet
ahorame
lo hago
hace
una mejor persona. Incluso Bull se dio cuenta de eso.
Retiro las mantas y frunzo el ceño para ver que se puso una camiseta después de
que me fui. Con movimientos cuidadosos
cuidadosos,, elimino eso y sus bragas. Cuando se rinda por 172
completo a nuestra relación, insistiré en que duerma desnuda todas las noches. En el
tiempo que pasamos en el complejo, no tuvo problemas para dormir con nuestros
cuerpos desnudos presionados. Era la perfección.
Una vez que deposito su ropa en el cesto, busco un poco en su armario e
inspecciono sus joyas. Tomo un inventario mental para saber qué comprarle. Esta mierda
de bisutería está siendo descartada y la reemplazaré con piezas de alta calidad que
pertenecen colocadas sobre ella. Una vez que he catalogado todo lo que posee en
cuantoaami
pronto joyas,
casa,compruebo
la llenaré deelregalos,
tamañoincluido
de sus zapatos
un nuevoy guardarropa.
su ropa. Cuando la traslade
Me encuentro con la caja escondida y saco la foto de su madre. Cuando Dusty
investigó, localizó a su madre y pudo investigar sus finanzas por mí. De hecho, ella recibe
el dinero que Violet le envía. La mujer ya no trabaja en el restaurante, porque Dusty dijo
que estaba enferma. Las montañas de facturas del hospital sobresalen de su buzón
cada día. Le pedí que me enviara los totales y los acreedores para que pudiera pagarlos
inmediatamente.
La familia de Violet es mi familia.
Sus cargas son mis cargas.
Algún día voy a eliminar a su ex para que pueda reunirse con su madre. Ese es el
último regalo que prometo darle. Quiero que Violet sea feliz. La haré feliz.
Guardo todo en el armario y salgo de nuevo. Ella aún duerme profundamente.
Sus tetas llenas son preciosas a la luz
l uz de la lluna.
una. Mi polla se despierta en mis pantalones.
Y vamos a malditament
malditamente
e tomarlo.
Dejo mi teléfono y agarro mi polla. Siempre estoy duro con Violet. Su aroma sube
dentro de mí, arañando mis sentidos. Es como si fluyera por mis venas con la misma
naturalidad que mi sangre. Y como mi sangre, ella inunda todo directamente a mi polla
todo el tiempo.
Con su dulce olor que me domina y sabiendo que ella duerme profundamente
sobre mí, agarro mi polla, deleitándome en el placer. Estoy abrumado por la necesidad
de acelerar mi liberación en todo el maldito lugar. Una parte de mí anhela salir desde
debajo de la cama para separar sus rodillas y acomodar mi polla dentro de su cuerpo
apretado. La idea de estar nuevamente desnudo dentro de ella me hace perder el
control. No puedo contener el gemido mientras disparo mi carga en mi vientre. Todavía
estoy volando alto con mi corazón martilleando en mi pecho cuando mi sangre se
congela.
—¿Quién está ahí?
Mierda.
174
21
Violet
P arpadeo mi somnolencia y fuerzo mis oídos. Escuché algo. Una voz. Fue lo
suficientemente fuerte como para despertarme. Si mi corazón no estuviera
tronando en mi pecho, podría escuchar mejor.
—¿Quién está allí? —grito de nuevo mientras saco mi arma de entre el colchón y
el somier. Retrocedo contra la cabecera y entrecierro los ojos en la oscuridad. Mi mirada
viaja hacia la ventana.
Alguien abrió la cortina.
No me estoy volviendo loca.
l oca. 175
Antes de acostarme, recuerdo haberla cerrado. Me sentía expuesta, como si
Vaughn estuviera mirando desde el otro lado de la calle. Había sentido la necesidad de
esconderme de él si lo estaba.
La conciencia fría se filtra a través de mí.
Estoy desnuda.
Estoy jodidamente desnuda.
El terror trepa por mi garganta junto con un grito que apenas sofoco. Alguien me
desnudó. Esas otras veces,
veces , aunque me convencí de lo contrario, no era yo. Una reali
realidad
dad
que había elegido ignorar porque no podía lidiar
li diar mentalmente con que fuera verdad.
Había estado demasiado aterrorizada para admitirlo, así que lo pasé a un segundo
plano.
Trago saliva cuando alcanzo la lámpara. La piel en mis pechos está reseca. Como
si algo pegajoso se hubiera secado en mi carne. Una lágrima corre por mi mejilla y gotea
de mi mandíbula. Enciendo la lámpara y mis pensamientos se confirman cuando bajo
la mirada a mis pechos desnudos.
Semen.
Tengo el semen de alguien seco en mis pechos.
Vaughn está jugando conmigo.
—¿Va-Vaughn? —lloriqueo.
Buzzzzz.
Estoy congelada cuando me doy cuenta de que los sonidos provienen de debajo
de mi cama. Es como si fuera la protagonista de una película de terror. Con las lágrimas
en los ojos, las
l as aparto cuando no responde. Dejo caer mi teléfono sobre la cama y me
inclino sobre el borde para mirar. La punta de un zapato negro se asoma.
No.
No.
¡Mierda, no!
Salto de la cama lo más lejos que puedo y apunto el cañón del arma en la
sombra entre el piso y el armazón de la cama.
—Te seguiré hasta los confines de la tierra, Violet. ¿No lo ves? Te he entregado mi
corazón y nada, jodidamente nada, se interpondrá en mi camino.
¿Por qué atraigo psicópatas?
Además, ¿por qué los amo?
—Por favor... —Ni siquiera sé a qué me refiero en este punto. En las sombras de mi
mente, lo sé. Mi cordura se niega a admitirlo—. Por favor…
favor…
—¿Por favor quédate? —pregunta, su polla deslizándose lejos de mi clítoris y
hacia mi apertura. No entra en mí, solo se frota contra mí.
—Te odio.
—Te amo.
Sus burlas y frases de amor me tienen tan confundida. Mi corazón está tronando
tanto en mi pecho. Quiere huir con él y nunca mirar hacia atrás. Sin embargo, mi mente
está en guerra. No puedo entender lo que ha hecho. Es retorcido. Jodidamente loco.
—Déjame hacerte el amor —suspira contra mis labios. Perdí la sensación en mis
manos donde me agarra fuerte. La idea de que empuje dentro de mí tiene un débil
gemido en mi garganta. Todo palpita por él a pesar de la ira que explota a través de
mí—. Di las palabras y eres mía otra vez. Ha sido todo sobre ti desde el momento en que
te vi. No puedo sacarte de mi cabeza. Lo único que me impedirá amarte, de
jodidamente consumirte, es una bala en el cráneo. ¿Es eso lo q que
ue quieres?
Gimo y susurro:
178
—Sí.
—Mentirosa —gruñe, su polla apenas presionando dentro de mí —. Quieres que
mi pene te estire bien. Odias que no puedas odiarme. Odias que quieras
quieras que te folle. Te
encanta que estoy obsesionado contigo. Quieres mis hijos y mi apellido. Maldita sea,
admítelo, Violet.
—No puedo —me ahogo—. No puedo admitirlo.
—Eres hermosa incluso cuando estás en negación.
Tiemblo y suplico una vez más.
Por favor.
—¿Esto? —pregunta. La punta de su pene se desliza más dentro de mí.
No puedo respirar, él es demasiado. Es abrumador.
—S-Sí.
Un grito sale de mí porque antes de pronunciar la palabra, entra en mí con la
fuerza suficiente para partirme en dos. Gray es un tornado categoría cinco que me
destruye con cada toque. Y, sin embargo, no puedo apartarme de su camino. Permito
que me consuma.
—Te amo —dice una y otra vez como si fuera una oración.
180
22
Grayson
—E
sto está jodido —gruñe Bull en el teléfono.
Me pellizco el puente de la
l a nariz y asiento.
—Lo sé, pero es la realidad.
Beso su boca.
—No va a suceder. En todo caso, cada segundo que pasa, me vuelvo peor. Mi
cerebro está revuelto contigo. No puedo pensar con claridad. No puedo trabajar. No
puedo dormir. No cuando me preocupo por ti. Cuando duermes en mis brazos o a mi
lado, mi vida parece nivelarse. La forma en que me enfoco en la mierda parece 183
desvanecerse. Sí, estoy completamente concentrado en ti, pero también de alguna
manera veo el mundo a mí alrededor por primera vez. Me haces ser mejor.
Sus mejillas se enrojecen levemente.
—Quiero que seas mejor.
—Soy mejor contigo.
Estamos tranquilos por un momento, simplemente felices de abrazarnos.
—¿Qué quieres hacer? Sé que bienes raíces no lo son. —La miro con una ceja
levantada en forma de pregunta.
Suelta una pequeña sonrisa.
—En realidad, lo estoy haciendo. Me encantan las cosas que hago en Maxwell.
Especialmente ahora que mi trabajo no gira en torno a hacer café. Me encanta analizar
cada aspecto de las propiedades y negocios que deseas adquirir. Es como un
rompecabezas que tengo que armar para asegurarme de que es un buen ajuste para
la compañía.
Le sonrío.
—Eres casi tan buena como yo en eso —bromeo—. ¿Qué te gusta hacer para
divertirte? ¿Sabes... cuando no estoy metiéndome en cada segundo de tu vida?
Se pone pensativa y mira más allá de mí hacia la ventana. —Me encanta ver esos
programas en ese canal HGTV. Ya sabes... aquellos en los que remodelan casas y
espacios viejos. Nunca he tenido un hogar propio para hacer ese tipo de cosas. Me
***
184
Bull está a mitad de la frase explicando acerca de un nuevo cliente cuando mi
teléfono zumbo en mi bolsillo. Violet está desconectada en el desayuno-almuerzo con
Gwen, así que de hecho he podido concentrarme en el trabajo para un cambio.
Suponiendo que sean sus mensajes de texto, saco mi teléfono para asegurarme de que
todo está bien.
Dusty: Encontré al cabrón escurridizo.
Le lanzo una mirada a Bull que lo hace callarse. Con un movimiento de cabeza,
sabe qué hacer. Se levanta de su silla y sale de mi oficina.
Yo: ¿Aquí o allá?
Dusty: Aquí. No te va a gustar esto.
Me rasco la barba que crece a lo largo de mi mandíbula. Con Violet, nunca
tengo tiempo ni medios para afeitarme. Una vez que la tenga en mi casa
indefinidamente, puedo establecerme
establecerme en una rutina normal, una que no me obligue a
pasar la noche debajo de su cama.
Yo: Escúpelo.
Dusty: Lo vi a él y a dos hombres entrar a la casa de su madre. Entonces, el
objetivo quedó solo. Ahora estoy en persecución ahora. Se dirige hacia allí.
Mi ritmo cardíaco se acelera. Sabía que atraería al pequeño chupapollas.
Yo: Ojos en él. Dame la ubicación de la casa de su madre. Necesito fotos. Envía
a uno de tus hombres para que me consiga el diseño. Necesito saber todo hasta el
maldito clima.
Dusty: En ello, Hawk.
Es difícil
escurridizo hastamantener la no
ahora, pero calma,
dejarépero tengo
que se que hacerlo.
me escape. Vaughn
Piensa que hausar
puede estado
a su
madre para encontrarla ahora que sabe dónde vive y trabaja. Estaré condenado si
alguna vez la lastima de nuevo.
Rápidamente le mando a ella un mensaje de texto. No hay tiempo para que yo
intervenga. Todo lo que puedo hacer es seguir el plan.
Enfocar.
Ajustar.
Esperando que vea mi mensaje de texto antes de que sea demasiado tarde,
envío un mensaje.
Yo: Sé valiente por mí. Voy a recuperar tu vida, pero necesito que seas valiente.
Te amo.
Cuando no responde, me preocupa que sea demasiado tarde. Salgo
rápidamente de mi oficina justo cuando Bull está caminando hacia mí. Juntos, sacamos
el culo de allí.
Tenemos un plan.
185
Enfoque.
23
Violet
M
iro mi teléfono confundida.
¿Sé valiente?
Las palabras crípticas de Gray envían disparan una alarma que
me atraviesa.
Me he sentido protegida Con él,incluso
de Vaughn, me olvido
olvisido de estar
Gray siempreacechando
me estaba atenta a micomo
entorno.
un
acosador.
Un sexy acosador.
Dios mío, tengo problemas. 186
—Entonces, de todos modos, la Dr. Ward cree que debería asumir la tarea con
un amigo o un familiar. Gray siempre me ha ofrecido ayuda para cuando estuviera lista,
pero me gustaría que fueras tú —dice Gwen mientras hurga en sus huevos —. Quiero
decir, si quieres.
La miro y sonrío.
—Me encantaría ayudarte. Lo sabes.
—Sé qué piensas que soy repugnante —murmura, con lágrimas en los ojos —.
Simplemente se salió de control.
La alcanzo a través de la mesa y tomo su mano.
—Juntas podemos trabajar en ello. Amo limpiar y organizar cosas. Cuando eché
un vistazo, vi algunas
al gunas cosas útiles y salvables. Apuesto a que podrías donar muchas cosas
a los necesitados.
Sus labios se levantan hacia un lado.
—Creo que me gustaría eso. La Dr. Ward dice que necesito conectarme con la
gente, no con las cosas. Ella piensa que debería preguntar a algunas iglesias locales
para ver si nos pueden ayudar a limpiar la basura.
—Creo que es una gran idea —le digo suavemente—. Y solo piensa, una vez que
hayas limpiado tus habitaciones, tal vez puedas ayudar a tu madre con su casa.
Gwen resopla y aparta su mano de la mía para limpiar una lágrima.
—Gray dijo que una vez que la casa este limpia, podemos traer a mamá a casa.
Que podemos contratar una enfermera para cuidarla.
cuidarla. Y con él siendo serio contigo... —
se queda callada—. Pensé que yo podría regresar para cuidarla.
—Creo que le gustaría eso —le aseguro—. Entonces quizás podamos arreglarlo.
Redecorar y hacer que se vea bien.
Asiente.
—¿Crees que papá volverá a casa entonces? —Sus ojos se ablandan y me mira
de una forma tan inocente que me daña el corazón. Todo lo que puedo pensar es en
la forma en que obligó a Gray a comerse a su mascota. La ira se hincha dentro de mí,
pero no la dejo verlo. Aparentemente, ella era demasiado joven para saber lo imbécil
que era su padre con su hermano.
—Tal vez —digo para calmarla.
Ella comienza a balbucear acerca de una de las pinturas en las que está
trabajando.. Asiento y participo, pero mi mirada sigue corriendo por la ventana.
trabajando
Sé valiente.
mí. Todo lo que Gray hace y dice tiene una razón. Todo lo que hace gira en torno a
Gwen continúa divagando. Mis ojos siguen deambulando por la calle cuando
aterrizan en algo que hace que se me hiele la sangre. Al otro lado de la calle, un hombre
se apoya en un elegante vehículo. Lleva una gorra de béisbol y baja la cabeza, 187
ocultando su rostro, pero algo en su postura es familiar. Su cuerpo es más grande y está
más lleno, como si hubiera pasado seis años haciendo ejercicio.
También sé exactamente cómo me encontró.
El artículo de periódico.
periódico. Mi promoción fue salpicada
salpic ada en uno de los periódicos más
grandes del país. Claro como el día, lel e dijeron dónde trabajaba. Todo lo que le tomaría
sería una llamada telefónica. Le dije a la recepcionista esta mañana que estaba
tomando un brunch con Gwen en la mejor casa de waffles de la ciudad. Nuestra
recepcionista parlotea demasiado y probablemente haya mencionado eso. Tantos
momentos descuidados
descuidados llevaron a esto.
Cuando él levanta su cabeza y veo a los malvados familiares que conozco, lo sé,
me doy cuenta de que tengo que largarme de aquí. Lejos de Gwen. Vaughn la destruiría
como una vez me destruyó a mí.
—Gwen, cariño —digo, moviendo mis ojos a los suyos—. Necesito irme. Tienes que
quedarte aquí por mí. ¿Bien?
Su nariz se arruga en confusión.
—¿Por qué? ¿Qué pasa? Estás blanca como un fantasma.
—Dile a Gray que lo necesito.
—Violet —se queja—. Me estás asustando
asustando..
Mis ojos se mueven hacia la ventana y veo a Vaughn caminando
caminando por la calle con
una mirada decidida en sus ojos.
—Solo prométeme que lo llamarás justo después de que me vaya para que me
encuentre. —Me meto el teléfono en el sujetador y le doy mi bolso con mano
temblorosa —. Guarda esto por mí, por favor.
No espero una respuesta. Salgo corriendo del restaurante, empujando a la gente
en el camino. En el momento en que salgo y la cálida brisa me azota, me da escalofríos
una voz.
—Letty Spaghetti —reprende—. Sabes que odio las escondidas.
El terror trepa por mi garganta, pero no peleo contra él cuando me agarra del
codo. De buena gana, camino con él al otro lado de la calle. Abre la puerta del
pasajero y la cierra detrás de mí una vez que estoy sentada. Mi mirada cruza la calle y
estoy agradecida de ver a Gwen quedarse de su lado de la calle, con su teléfono
presionado contra su oreja. Vaughn se desliza en el asiento del conductor y no pierde
tiempo saliendo al intenso tráfico.
El silencio es ensordecedor
ensordecedor..
Tengo demasiado miedo de mirarlo o hablar con él. Cuando finalmente tengo la
oportunidad de echar un vistazo, está agarrando el volante con tanta fuerza que sus
nudillos están blancos. Su mandíbula está tensa y los gruesos músculos de su cuello
siguen haciendo tic.
Esto es malo.
Esto es tan malo. 188
Aspiro en un aliento frenético, pero es para calmarme. Necesito pensar y planear.
Aún no sabe que tengo mi teléfono, así que, si mi novio acosador me está siguiendo,
cosa que no tengo ninguna duda, entonces tal vez me encuentre.
—Te he buscado por mucho tiempo —me dice, su voz es tan fría como
recuerdo—. Tu estilo ha cambiado desde que te vi por última vez. —Su mirada recorre
mis piernas desnudas mientras observa mi elegante falda lápiz y una blusa de cachemir
color rosa brillante—. Te ves como una maldita bibliotecaria traviesa.
Miro hacia mi regazo, pero no hablo. Tengo mucho miedo de hacerlo explotar.
En este momento está tranquilo, pero sé que su monstruo levantará su fea cabeza antes
de lo que me gustaría.
—Sabes… — Aprieta los dientes—. Esa noche, estaba tan jodidamente enojado
cuando descubrí que te largaste. Quiero decir, lo entiendo. No debería haberte
prestado a ese imbécil. Pero, ángel… ―dice mientras
mientras su fuerte mano
mano descansa
descansa sobre
sobre mi
muslo—. Lo maté por ti. Deberías haberme visto como un héroe.
Mi cuerpo comienza a temblar y como respuesta fisiológica a este monstruo, mi
pierna comienza a adormecerse cuando me toca. En un momento, pude adormecer
todo. Incluso mi mente.
—Siempre fuiste tranquila, Letty Spaghetti, pero nunca tan callada. ¿Qué tiene
apretada tu garganta? —gruñe—. Estoy seguro como el infierno no soy yo. Pero pronto
lo seré.
—¿Sigues prostituyénd
prostituyéndote?
ote? —pregunta y golpea con el puño el volante.
No quiero provocarlo diciéndole que mi novio me los dio. Pero no puedo evitar
darle un golpe.
—Aprendí del mejor.
Su mano vuela sobre el auto tan rápido que ni siquiera lo veo venir. Duros nudillos
crujen mi pómulo, causando que millones de estrellas exploten frente a mí. Mi cabeza
se inclina hacia un lado
l ado mientras lucho por la conciencia después del golpe en la cara.
—Veo que también te has convertido en una perra mientras te escondías —
gruñe—. Es tiempo de bajarte un poco los humos.
Un pinchazo agudo en mi pierna me sacude despierta. Miro con horror a la jeringa
que sobresale de mi muslo.
—¿Qué acabas de hacer? —me ahogo.
Él se encoge de hombros, pero su cuerpo se relaja.
—He mejorado mucho para mantener dóciles a mis chicas, eso es absolutamente
seguro. Duerme, Letty. Verás pronto a mamá.
La oscuridad se nubla a mí alrededor mientras un millón de pensamientos nadan
en mi cabeza. Él dijo chicas. Como en más como yo. Siempre supe en el fondo que no
iba a ser solo yo.
Y luego pienso en mi madre. 190
Voy a verla.
***
Cuando llegamos a mi vieja habitación, empiezo a llorar más fuerte. Mamá dejó
todo como estaba cuando hui con Vaughn. Mi corazón se rompe en un millón de
pedazos. Nunca debería haber
haber ido a ninguna parte con él. Entré en una pesadilla.
Me acuesta en la cama y luego se cierne sobre mí. Intento mover mis brazos y
piernas, pero siento como que no están unidos a mi cuerpo. Entonces, cuando
desabrocha el costado de mi falda y comienza a tirar de ella hacia abajo, no puedo
hacer nada más que mirarlo fijamente. La retira, junto con mis bragas. Mis zapatos
desaparecieron hace mucho tiempo. Estoy desnuda y a su merced. Como todos esos
años atrás.
Gray, estoy tratando tan duro de ser valiente...
Otra lágrima se escapa cuando palmea mi muslo. Sus dedos suben por mi carne
lentamente hasta que alcanza mi sexo. Lo golpea fuerte y afortunadamente no lo
siento.
—Esto no es tuyo para regalar, Letty Spaghetti.
—No... no lo regalé —susurro.
—¿Así que lo cambiaste por algo? —pregunta, una ceja rubia levantada a modo
de pregunta.
―No es-estoy en venta ni a ca-cambio.
Se ríe. El sonido oscuro y siniestro se desliza a través de mí y se instala
i nstala en mis huesos.
—Me perteneces. Puedo hacer lo que sea que quiera con eso. Si quiero
191
cambiarlo o tu maldito trasero por algo de metanfetamina, lo haré. ¿Me entiendes?
Cuando se quita la camisa, cierro los ojos para no tener que ver mi nombre
tatuado en su pecho. No quiero ver ninguna parte de él. Mis pensamiento
pensamientoss van a Gray.
Me había sentido tan abrumada al encontrarlo debajo de mi cama. Todo lo que
habíamos creado juntos en tan poco tiempo se sentía como si fuera un fraude. Tenía
toda la intención de sacarlo de mi vida para siempre.
Pero él me consumió.
Atravesó mi corazón como siempre parece hacer.
Me hizo el amor en el piso de mi habitación y lo perdoné tan fácilmente.
Mirando hacia atrás, fui demasiado dura con él. Gray no se parece en nada a
Vaughn. Loco, sí. Abrumador, definitivamente. Obsesionado, claro que sí.
¿Pero malvado?
Nunca.
Dedos fuertes agarran mi mandíbula y abro mis ojos. Vaughn está desnudo y su
polla esta dura con una goma envuelta alrededor y se balancea entre nosotros. Gracias
Gracias
a Dios que no voy a sentir esto.
—Vas a volver a casa conmigo, Letty —me dice mientras suelta mi mandíbula
para agarrar su polla.
Lo miro con furia.
—No.
La furia se enciende en sus ojos.
—¿Recuerdas la primera vez que me dijiste que no?
Y así, me lanzo a un pasado que es peor que el presente.
***
―No estoy lista —le digo a mi nuevo novio. Mamá siempre me sermon
sermonea
ea que los
chicos solo quieren sexo. Que se supone que no debes dárselo porque te dejarán una
vez que obtengan lo que quieren. Me gusta Vaughn. No quiero que me deje.
―Por favor —suplica, sus
sus dientes mor
mordisqueando
disqueando mi labio inferior
inferior.. Me folla con los
dedos dentro de mis bragas debajo de mi vestido. Se siente bien, demasiado bien.
—Me gusta lo que estamo
estamoss haciendo —gimo—. Solo esto.
Arrastra besos hast
hasta
a mi garganta
garganta.. Cuando muerde m
mii carne, me quejo
quejo..
—Quiero más. Saca mi polla.
Sus palabras me calientan. Extiendo la mano y tironeo desesperadamente de sus
vaqueros. Una vez que su impresionante polla es liberada, la acaricio como lo he hecho
muchas veces. 192
—Ven y siéntate —murmura, su dedo se desliza con fuerza dentro y fuera de mí.
—Vaughn —lloriqueo—. Sin sexo.
Saca su dedo de mí.
—¿Por qué diablos no?
—Porque no estoy lista.
—Bueno, yo estoy más que listo. —Se retuerce, su mano golpeándome como una
li sto.agarra
serpiente. Estoy sorprendida cuando mi garganta. Su agarre es tan fuerte que
dejo de tocarlo para intentar agarrarle la muñeca para que deje de estrangularme.
Estoy sorprendida por su comportamiento agresivo. Él siempre ha sido muy bueno
conmigo.
Su agarre se aprieta mientras me empuja hacia abajo en su sofá. Todo mi
enfoque está en el hecho de que está cortando mi suministro de aire. Le doy una
bofetada en la cara para que pare. La oscuridad come el borde de mi visión. Mi mundo
se inclina y gira.
Y luego dolor explosivo.
Me desmayo
desmayo completame
completamente
nte cuando mi mente se a
apaga.
paga.
Él está dentro de mí.
Ese es mi único pensamiento cuando com
comienzo
ienzo a perder el conocimiento
conocimiento..
de que esté incluso fuera de mi punto máximo, se desliza y se viene por todo mi vientre.
—Sabía que te encantaría —dice en un tono lúdico que solía ser sexy. Ahora hace
que se me hiele la
l a sangre.
—N-no deberías haber hecho eso —murmuro—. Eso fue violación.
Quita mi cabello de mi frente sudorosa y frunce el ceño.
—Cuando te vienes así y suplicas, no es una violación. Lamento estallar tu
burbuja, cariño.
La confusión me inunda.
Me gustó hacia el final.
Tuve un orgasmo.
—Oh.
—Es hora de llevarte a casa —dice bruscamen
bruscamente
te—. No seré acusado de ser un
jodido violador.
violador.
***
194
24
Grayson
O
jos en el objetivo.
objetivo.
Siempre.
No tengo que guardarme las espaldas porque eso ya lo hace
Bull.
Siempre.
Francotirador y observador.
Dos mejores amigos desde séptimo curso.
195
—Han caído dos de sus hombres. ¿Todavía puedes ver a tu chica? —pregunta
Bull mientras masca su chicle.
No respondo, pero la veo. Mis ojos nunca la abandonan si puedo evitarlo. El
objetivo, que está posicionado para violar a mi mujer, sale de la cama de un salto.
Rápidamente se pone los pantalones y la
l a señala con acusación.
Clic. Clic. Clic.
Unano
sien, pero brisa
mefría me roza
atrevo la parte trasera
a moverme. En vez del cuello.
de eso, El sudor
estoy gotea de
calculando un ladonodesolo
el viento mi
aquí arriba desde mi posición sobre lo alto de la colina al otro lado de la carretera, sino
que también lo estoy haciendo de en donde se encuentra mi objetivo. Se levanta viento
y un trueno retumba en la distancia.
Clic.
Hago un ajuste para la deviación de la torreta.
—¿Elevación? —pregunta Bull como si lo hubiera olvidado. Nunca lo olvido.
Vuelvo a revisar la elevación de la torreta, pero está donde tiene que estar. Bull
no necesita una respuesta. Sabe cómo trabajamos. Cuando estoy en posición, no
hablo. No me muevo. Difícilmente respiro. Cualquier movimiento podría afectar a mi tiro.
De ninguna manera puedo permitirme fallar. No fallaré.
Smack. Smack. Smack.
El objetivo se sigue moviendo. Yo sigo ajustando.
196
25
Violet
—¿Q
ué has hecho? —me pregunta Vaughn, de manera
acusatoria de nuevo.
Está en una rabia furiosa que una vez me habría
asustado, pero ya no tengo miedo. Gray me pidió que
fuera valiente. Gray sabía que esto pasaría.
—La respuesta siempre fue no —susurro—. Nunca se te permitió tomarme. Y ahora
pagarás.
Otro pop. 197
Mis ojos se cierran por un momento y luego
l uego Vaughn está atacándome.
atacándome. Grito y me
retuerzo, pero detengo mis movimientos en el momento en que la sangre caliente brota
sobre mi pecho desnudo. Cuando vuelvo a abrir los ojos, estoy horrorizada y eufórica en
un solo suspiro.
Él está muerto.
Vaughn Brecks, el monstruo de mis pesadillas y realidad, no es más que un cráneo
reventado sentado sobre un cuerpo inmóvil. Me desconcierta cómo en un momento la
sala se llena de maldad y al momento siguiente se apaga por completo.
Es pesado, pero logro alejarlo de mí.
Mi madre grita con voz áspera desde el pasillo. Sobre piernas temblorosas,
mientras la sangre gotea por mi cuerpo desnudo, me dirijo a su habitación. La tristeza se
apodera de mí en el momento en que veo su frágil figura acurrucada en la cama.
Cuando me ve, se acerca a mí como si tratara de aferrarse a un sueño que se desliza
rápidamente por sus dedos.
—Mamá —sollozo mientras me tambaleo hacia ella. Me arrastro en la cama junto
a ella mientras nos abrazamos frenéticament
frenéticamente.
e.
—E-estás realmente aquí —llora—. Él me dijo que vendrías, pero que no viviría lo
suficiente para verte. Oh, niña.
—É-Él dijo que te mataría. Eso es p-por qué me fu-fui hace todos esos años —
tartamudeo a través de mis lágrimas.
—Shh, cariño. Shh. Estás aquí ahora. Eso es todo lo que importa —me dice.
Todavía la estoy abrazando cuando dos fuertes brazos me agarran por detrás.
Comienzo a gritar como una loca alma en pena, pero luego me quedo sin fuerzas
cuando lo huelo.
Gray.
Vino por mí.
Mató al monstruo como lo prometió.
—Estoy aquí, Violet —murmura, sus labios presionando besos sobre mí. Me cubre
con una manta y me abraza fuertemente —. Siempre estoy aquí.
—Yo-yo fui va-valiente —castañeo.
—Sé que lo fuiste. Nunca tuve duda.
***
199
***
es que su preocupación
bienestar, me hace
no estaríamos hoy aquí. sentir segura. Si no
Probablemente fueradrogada
estaría por él obsesionado con mi
en algún almacén
una vez más bajo el pulgar de Vaughn.
—Tengo dos de qué preocuparme ahora. —Una voz profunda retumba detrás de
mí justo cuando sus fuertes brazos se envuelven en mi cintura. Me recuesto contra su
sólido pecho. Palmea mi estómago hinchado y besa un costado de mi cuello.
—¿Cómo fue la pintura? —cuestiono.
—Bull no puede pintar por la mierda —se queja. Nuestro hijo rueda en mi vientre
v ientre—
. Ups, creo que desperté al pequeño hombre.
Me rio y Gwen suelta un bufido.
—Umm, hola? ¿Notaste algo?
—¿Qué? ¿Te cortaste el cabello? —se burla Gray de ella. Sé que ve la pintura en
la pared, pero le gusta tomarle el pelo.
—Eres un idiota —se queja y señala con exageración la pintura del halcón.
—Luce bien —le dice en un tono ausente—. Iré a inspeccionarlo más tarde una 200
vez que me ocupe de que esté bien mi esposa.
Gwen finge arcadas.
—Asqueroso. Váyanse. Adiós.
Estoy atrapada en los fuertes brazos de Gray y finalmente le echo un buen vistazo
a su rostro. Manchas blancas de pintura cubren su frente y mejillas. Incluso hay motas en
su cabello. Se ve totalmente adorab
adorable.
le.
—Eres un desastre —bromeo mientras me carga hacia nuestra habitación.
Sonríe y patea la puerta de golpe.
—Y tú eres hermosa.
Cuando me pone en la cama, no pierde el tiempo quitándome la ropa. Una vez
que estoy desnuda, retrocede y deja escapar un gemido.
—Maldita sea, qué caliente eres cuando tu vientre está redondeado con mi hijo.
—Observa, mostrándome
mostrándome una sonrisa ardiente.
Me recuesto para que pueda disfrutar de la vista. Él estaba en lo cierto, sobre
todo. Al ser su esposa llena uno de esos agujeros que tenía dentro de mí. Llevar a su hijo
llena otro agujero. Esta vida que forjó para nosotros es una que no quiero perder nunca.
—TanGray
mis muslos. es tan—meticuloso.
hermosa me elogia mientras
Apenas se arrodilla
pierde un díaen en
el suelo
el quey no
comienza a besar
esté adorando
cada parte de mi cuerpo. Su aliento hace cosquillas a lo largo de mi carne mientras
hace su camino hacia la parte de mí que palpita por él. Una vez que llega a su destino,
T
coinciden exactamente con los míos. Una tormenta que necesita controlar.
Sus tres hermanas menores son ruidosas, juguetonas y graciosas.
Es como si sobresaliera como un pulgar dolorido en su propia familia con el ceño
fruncido y el enfado.
202
Sé que molesta a Violet, pero ella no lo entiende. Soy el único que entiende lo
que pasa por su mente. Y ya ha pasado mucho tiempo para que yo le ayude a ganar
el control.
—¡Papá! —grita Emily, mi hija menor mientras viene corriendo por el pasillo. Recojo
a mi hija de cuatro años y la abrazo fuerte.
—¿Dónde está tu hermano? —pregunto con una sonrisa.
Hace un puchero.
—-Escondido en su habitación. Me dijo que me fuera.
La beso la frente.
—Thomas se está convirtiendo en un niño grande ahora. Le gusta hacer cosas de
adulto. ¿Por qué no vas a jugar con tus hermanas? Después caminaremos hasta el
arroyo detrás de la casa.
—¡Sí! —grita—. Quiero atrapar un insecto relámpago.
La pongo de pie y le
l e revuelvo el cabello.
—Tal vez Thomas pueda ayudarte a atrapar uno.
como siFrunce
fuera la nariz como
famosa si no me creyera. Luego cambia de tema en un momento,
por hacerlo.
—¿Cuándo podemos ir a la playa otra vez? Quiero construir un castillo de arena.
A los niños les encanta el resort. Pasamos al menos tres semanas allí durante el
verano. Es un lugar donde mi familia puede reír y jugar sin preocupaciones. La madre
está involucrada y el padre es amable. Es lo que siempre quise.
—Iremos pronto —le prometo.
Va por
dirección toda hacia
opuesta la casalaen busca dede
habitación susThomas.
hermanas. Me doy
Cuando la la
giro vuelta y avanzo
perilla y entro,en la
una
punzada familiar se instala en mi pecho. Su habitación está inmaculada. Me recuerda
mucho a mi infancia. Se sienta en la
l a silla de su escritorio encorvado mira
mirando
ndo en una caja
de zapatos en su regazo.
—¿Qué estás haciendo, chico?
Levanta la vista de la caja y se encoge de hombros.
—Encontré esto.
Me acerco a él y me pongo de rodillas para mirar en la caja. Cuando veo un
viejo cráneo de ardilla, le sonrío.
—¿La encontraste en el bosque?
—Sí. ¿Puedo quedármela?
—Por supuesto. —Me encuentro con su mirada aguda—. ¿Cómo crees que
murió?
Algo parpadea en sus ojos. Curiosidad. El hecho de que algo parpadee en él me 203
sorprende. Camina por ahí sin emociones todo el tiempo.
—No lo sé. ¿Quizás se la comió un puma?
Sonrío.
—Tal vez se comió una nuez mala o se murió de hambre.
—¿Y si un perro le arrancó la cola de un mordisco y se desangró? —pregunta
mientras levanta el pequeño cráneo.
Me lo da y le doy vuelta en la palma de la mano.
—Sabes, Thomas, te pareces mucho a mí.
Sus hombros se ponen rígidos.
—Supongo.
—Me obsesiono con las cosas. Gente. Cosas. Ideas. ¿Te ha pasado alguna vez?
Nuestros ojos se encuentran, y por un momento, parece tan vulnerable y perdido.
Me aplasta.
—Tal vez a veces.
—Puede dar un poco de miedo. Pensando en algo hasta el agotamiento, ¿eh?
—pregunto.
Asiente y me quita el cráneo de la palma de la mano antes de volver a meterlo
en la caja.
—Sí.
—Quiero contarte una historia.
Durante los siguientes treinta minutos, mi hijo pasa de ser un niño melancólico a
alguien que una vez más tiene luz en sus ojos. Las obsesiones secretas que había estado
albergando fueron liberadas.
con quien compartirlas. SiempSeguro
re tuve que
Siempre hace
a Bull. unatengo
Ahora diferencia cuando
a Violet. tienesme
Y Thomas a alguien
tiene a
mí.
—Lo odio —gruñe, su voz sorprendent
sorprendentemente
emente profunda. Unos años más y mi hijo
crecerá. Se convertirá en un hombre ante mis propios ojos.
—Yo también lo odio.
Mi padre era un hombre horrib
horrible.
le. Después de pasar todo ese tiempo en el hospital
y una vez que mi querida madre me devolvió la salud, fui a verlo a la ciudad. Lo seguí y
lo observé. Mi padre se convirtió en mi obsesión.
Era un monstruo.
No solo conmigo, sino con todos.
Un mentiroso. Un infiel. Un ladrón.
Descubrí cómo malversó su compañía. Cómo se acostaba con cualquier cosa
que fuera femenina. Y su computado
computadora
ra que estaba llena de mierda enferma que ningún
ojo debería ver.
204
No me gustaba verlo a través de la ventana, pero lo hice.
Odié la forma en que se tocaba mientras miraba las fotos de mi hermana.
Así que me encargué del problema.
Me fijé en él.
—¿Quieres ver? —le pregunto a Thomas.
Asiente. Juntos
la combinación. vamos
Una vez quealibera
mi habitación y noslevanta
la cerradura, paramos frentecon
la tapa a laun
bóveda.
crujido.Le digo
—Este debe ser Qauil. —Señala una bolsa de plástico con cremallera llena de
huesos de mi mascota.
—Es él.
Sus dedos atraviesan el plástico y me sonríe con tristeza.
—Lo siento, papá.
—Está bien.
Se niega a tocar al otro. Enrollado en una posición fetal está un esqueleto
completo en condición prístina. Aparte del enorme agujero que falta en el cráneo. Un
cráneo humano. Mi padre.
—¿Cómo lo hiciste?
Me arrodillo a su lado y paso mi dedo por el agujero dentado.
205
FIN
Bonus
Historia Corta 206
THOMAS
207
Sinopsis
Thomas Maxwell no es como la mayoría de los chicos de su edad.
Él es diferente.
Atento. Enfocado. Alerta.
Siempre vigilando.
Y exactamente como su padre.
208
Thomas 18 años
—G
racias, papá —digo mientras sostengo los binoculares en la
mano—. Estos son más bonitos que mi último par.
Papá asiente y me da una cálida sonrisa. Observación de
aves. Eso es lo que le decimos a mamá. Pero lo único que veo es a ella
ella..
—¿Vas a ver a unos amigos esta noche? —pregunta.
Siempre pregunta. Por las apariencias.
Siempre miento. Por las apariencias.
Grayson Maxwell, mi padre, es el rey de las apariencias y le ha enseñado bien a
su principito.
—Sí, AJ y Britney. Una fiesta en el centro. Estaremos fuera hasta tarde. Incluso 209
podría pasar la noche.
Papá sonríe.
—Suena divertido. Disfruta tu cumpleaños, Thomas. Asegúrate de estar en casa
mañana para la cena. Tu madre y tu tía tienen planeada una comida de cumpleaños.
En cuanto sale de mi habitación, apago todas las luces y me siento en mi silla
junto a la ventana. Me quedan unas semanas de escuela y luego me iré al campo de
entrenamiento. Estoy más que listo para servir a nuestro país como un Marine como lo
hizo mi padre a pesar del horror de mi madre cuando me alisté. Pero la expresión de
orgullo en la cara de papá fue suficiente para que no tuviera que dudar de mi decisión.
Después de unos meses en el campo de entrenamiento
entrenamiento,, empezaré el entrenamiento de
tiro. Durante los últimos tres años, papá me ha enseñado todo lo que sabe. Quiero ser
un francotirador como él.
Me acerco los binoculares a los ojos y observo hacia su casa. La misma casa que
he estado vigilando durante tres años. Mi papá me dijo que estaba bien vigilar a la
gente, que no era un maldito bicho raro por eso.
Clic.
Clic.
Ajustar.
Concentrarse.
Una luz está encendida en su habitación. Puedo decir que él está ahí porque ella
no está sonriendo. Thalia Davis, sé que este es su nombre porque miré en su buzón hace
años para confirmar, nunca sonríe cuando su esposo Antoine está en casa. Cuando él
está viajando a Dios sabe dónde durante semanas, su sonrisa vuelve y ella es feliz.
Ahora, ella es todo menos eso.
Sus cejas oscuras se aprietan mientras frunce el ceño, su mirada en la puerta del
baño donde él está adentro es problemática. Como si pudiera sentirme, su mirada de
ojos marrones se dirige hacia la ventana. No hay manera de que ella pueda verme
desde esta distancia en mi cuarto oscuro, pero sus ojos suplican a los míos.
Ayúdame..
Ayúdame
Una lágrima corre por su mejilla y estoy agradecido por mis nuevos binoculares.
Los otros también eran de calidad militar, pero estos, realmente puedo ver detalles
como las lágrimas y la forma en que sus fosas nasales se abren con cada respiración
aterrorizada que toma.
Tiene miedo porque él es malo con ella.
He visto
ha bebido la forma la
demasiado, enempuja
que la
l a agarra deltocador
contra el brazo yolacontra
sacude. Cómo Ya cómo
la pared. veces,secuando
la folla
cuando ella claramente no lo quiere cerca de sí.
Pero toda esa ira que tiene hacia ella desaparece en el momento en que tienen
sexo. Parece que lo relaja porque entonces está calmado. A la mañana siguiente, los 210
veo charlando mientras toman café en el patio trasero, como si no la hubiera golpeado
la noche anterior.
La rutina es siempre la misma.
Una vez le pregunté a papá. Pregunté si debía intervenir. Dijo que algunas
personas no quieren un héroe. Algunas personas quieren ser el héroe. Que primero
debería asegurarme de que no puede arreglárselas sola. Y hasta ahora, parece que
calma las cosas por su cuenta. Que un adolescente acosador aparezca para salvar el
día puede hacer más daño que bien.
Así que espero.
Espero el momento en que necesite un héroe.
La puerta del baño se abre y Antoine se tambalea. Es enorme. Un monstruo. Su
piel de color marrón chocolate envuelve los músculos hinchados después de años de
golpearlos con fuerza en el gimnasio. Papá dice que es un ex-militar. Que ahora está
contratado por el gobierno en forma privada para trabajar para ellos en el extranjero.
La habilidad de papá de saber todo sobre una persona es una habilidad que aún tengo
que dominar. No quiero sentarme frente a una computadora a aprender sobre alguien.
Quiero estar ahí mismo. Vigilándolos. Oliéndolos. Tocándolos.
Antoine se tambalea contra una pared y un cuadro se estrella contra el suelo.
Thalia se estremece
que duerme. y se tira
En cambio, ellade las sábanas
lo mira con los hasta la barbilla.
ojos muy abiertos.Quiero implorarle
La toalla quede
alrededor finja
su
cintura se desenreda de sus caderas y cae al suelo. Tiene el cuerpo como un maldito
caballo. Una pizca de celos se apodera de mí. Una mujer como Thalia, que está
LaYabofetea,
a mi ira. la golpea
aun así, ella y la
no lucha asfixia.
contra él.Cada acción
Lo soporta contraesella,
porque un rocío
valiente de gasolina
o jodidamente
estúpida, no sé qué. A pesar de todo, lo toma porque por ahora, es su propio héroe. La
bestia comienza a follarla poderosam
poderosamenteente mientras la reclama. Eso me enfurece. Quiero
arrancarle la garganta.
211
Necesita un héroe porque no es muy buena.
Papá dijo que no interviniera a menos que ella necesitara un héroe.
Estoy a segundos de intervenir.
i ntervenir.
La folla rápido y no creo que ni siquiera termine antes de que se desmaye. Tan
pronto como ella está segura de que está dormido, se desliza por debajo de él y se va
a limpiar. Veo su culo redondo menearse mientras camina hacia el baño. Thalia tiene
un gran y bonito culo que me pasaría toda la vida adorando si ella fuera mía.
Aprieto los dientes.
Una mujer como Thalia, al menos cinco años mayor que yo, no estaría interesada
en un tipo como yo.
Ella lo mira mientras él duerme. Odio rebosante en sus ojos marrones. Sus labios
articulan las palabras. Te odio. Como si esto la satisficiera por ahora, deja escapar un
profundo suspiro.
Camina hacia la ventana, coloca las palmas de las manos contra los cristales y
apoya la frente contra el cristal. Mi polla se endurece en mis vaqueros. La he visto cientos
de veces a lo
l o largo de los años. Nunca me ha presentado su cuerpo desnudo como un
regalo. Con mi mano libre, me desabrocho los pantalones vaqueros, los envío al suelo
alrededor de mis tobillos y saco mi palpitante polla. La acaricio mientras admiro su
perfección. Las dobles D gigantes son el objeto de mi atención. Sé que son dobles D
porque he estado en el cajón de su ropa iinterior
nterior cuando no estaba en casa. He tocado
***
emborrachándose, pero sé que no pasará mucho tiempo antes de que esté afuera,
dándole el infierno otra vez.
¿Por qué lo soporta?
Desearía que ella lo dejara.
Pero entonces, ¿quién cuidaría de ella?
La irritación hierve a fuego lento en mis venas mientras contemplo cómo ser el
héroe que ella necesita.
Sonrío y toda la molestia se desvanece cuando ella se para en la piscina y pasa
sus dedos por su suave cabello castaño, retorciéndo
retorciéndolo
lo en un moño para que no se moje.
Nunca he visto a una mujer más bella en toda mi vida. Las chicas con las que salí en la
escuela son flacas y huesudas. Como si pudiera romperlas si me soltara completamente
sobre ellas.
Thalia parece como si pudiera manejar una follada dura, una follada donde la
haría venirse una y otra vez, a diferencia
di ferencia de su despreciable esposo.
Su mirada apunta hacia la ventana de mi habitación. Mi fiesta terminó hace
mucho y mi familia está durmiendo. No sabe que estoy en el patio trasero mirándola.
Una sonrisa tira de sus labios mientras ajusta su parte superior del bikini. La tela blanca
mojada no hace nada para esconder sus oscuros pezones que están erectos debajo
del pequeño trozo de tela. Me dan ganas de caminar y llevar mi culo hasta allí,
sumergirme y morder cada pezón hasta que ella chille. 213
Me pongo duro con ese pensamiento, pero mi fantasía se arruina en el momento
en que Antoine sale y le quita la sonrisa. Hijo de puta. Le grita para que salga de la
piscina, palabras que oigo desde aquí, sus brazos agitando a su alrededor con rabia.
Aprieto mi puño y deseo atravesarle la puta nariz. Antoine puede ser un monstruo que
es más grande y aterrador que yo. Pero soy una pantera al acecho. Rápido, furtivo y
feroz. Un día voy a darle una paliza y él ni siquiera lo verá venir.
Ella sale de la piscina a regañadientes, goteando agua de su curvilíneo cuerpo.
Como el chocolate derretido contra su piel morena. Quiero lamer cada gota de ella.
Una vez más, sus ojos se lanzan a mi ventana.
Un héroe.
Ella quiere un héroe.
Me levanto de la silla de jardín y abandono mis binoculares para acecharlos.
Somos una de las tres casas aquí, nuestra casa está situada
situada en el medio y lla
a longitud de
un campo de fútbol separa cada casa con gruesas maderas que cubren la parte
posterior de las tres propiedades. Sus gritos son más fuertes a medida que me acerco.
Estoy casi allí cuando él levanta la mano para golpearla. Ella se estremece, pero
no hace nada para protegerse del golpe en su abdomen. Él la tira al suelo con ese
puñetazo y ella se golpea la cabeza contra la silla de jardín.
Furia.
Maldita furia.
Con un rugido, corro hacia él. Ya está agachado, con el puño hacia atrás para
golpearla de nuevo cuando me conecto con él. Mis manos lo empujan fuerte. Puede
que solo tenga dieciocho años y no sea tan grande como él, pero he jugado al fútbol
durante toda mi carrera de bachillerato y sé cómo hacer frente a bestias como él.
—¿Qué mierda? —gruñe, sus cejas fruncidas por la confusión mientras trata de
acercarse al borde de la piscina—. Maldito chico raro. Te he visto mirándonos.
Empiezo a alcanzar a Thalia para ayudarla a levantarse, pero este imbécil está
corriendo hacia mí como si ahora fuera a golpearme a mí. Que se joda. Cuando se
acerca, uso su impulso en su contra. Soy más joven y más ágil. Al alejarme, corro detrás
de él y lo empujo una vez más.
¡Splash!
¡Pop!
Cae en la piscina. Eso lo distraerá
di straerá un poco. Sin mirar atrás para ver lo furioso que
está, me apresuro a ir donde Thalia. Está llorando mientras se aferra a su estómago. Mi
pobre cosita dulce. Me mata que le ponga las manos encima. Jodidamente me mata.
—Hola,
negro de preciosa
su cara —murmuro,
—. ¿Estás bien? mi voz baja y ronca mientras alejo su cabello casi
Vuelve su cara manchada de lágrimas para mirarme. La sorpresa baila en su
mirada.
—Viniste. 214
Un héroe.
Thalia necesitaba un héroe.
Por supuesto que jodidamente vine.
—Está bien —le aseguro—. No dejaré que te vuelva a tocar. —Sacudiendo mi
cabeza sobre mi hombro, escaneo el área de la piscina buscando a ese cabrón. Va a
estar listo para patearme el trasero en este momento. Puede intentarlo, maldita sea —.
Se ha ido.
Me vuelvo hacia ella a tiempo para captar su bonita sonrisa. Agradecida y
conmocionada. Está temblorosa, pero me las arreglo para ayudarla a ponerse de pie.
Me alzo sobre su figura más pequeña que me gusta. Me hace sentir que puedo cuidar
de ella. Yo me encargaré de ella.
—¿Adónde se fue? —pregunta, preocupación bailando en sus ojos marrones
mientras mira a la casa.
—No sé... —arrastro las palabras cuando lo veo todavía en la piscina.
La sangre lo rodea mientras Antoine flota en el agua bajo la superficie.
—Oh, mierda —siseo—. ¡Mierda!
Empiezo a zambullirme, aunque el imbécil abusivo no se lo merece, pero las uñas
de Thalia se clavan en mi bíceps.
—Por favor... —Las palabras salen como un grito ahogado—. No lo hagas. Está
muerto.
Dirijo mi mirada a la de ella.
—Todavía podría estar vivo...
—No lo está —susurra—. No lo está. —Levantando la barbilla, me mira con
expresión de alivio. Su labio
l abio tiembla y me pregunto si no sería inapropiado besarla con
su marido “muerto” cerca—. Tienes que irte. Date prisa. Antes de que alguien te vea.
Quiere ser mi heroína.
—¿Estás segura?
—Nunca he estado más segura en toda mi vida. Ahora vete. —Suspira.
Y entonces ella sonríe.
Y yo también sonrío.
***
Han pasado tres semanas desde que maté accidentalmente a Antoine Davis.
Quería añadir su cráneo a mi colección de huesos de animales que he coleccionado a
lo largo de los años. Desafortunadamente, la vida no siempre te permite conservar tus 215
recompensas. Mi recompensa es cada noche, cuando ella sonríe y mira hacia la
oscuridad. Cuando toca su coño y piensa en mí. Sé que piensa en mí porque soy su
héroe. Su jodido salvador.
Desde que murió, de un desafortunado accidente en la piscina donde “resbaló
y se cayó”, me he vuelto más atrevido. Cada noche, mientras ella duerme, me meto en
su casa. A veces, me gusta pensar que me deja la puerta abierta porque quiere que
vaya a verla. Esta noche, como todas las noches, la puerta no está cerrada. Me cuelo
en su bonita
su dulce casa
aroma a ymiel,
subo las escaleras.
siento Tanme
que el alivio pronto como entro en su habitación e inhalo
inunda.
Su respiración es suave mientras duerme. La luz de la luna brilla desde la ventana
y cubre su piel de color chocolate con un resplandor brillante. Está durmiendo desnuda
en medio de la cama, con la sábana enredada alrededor de sus muslos. Sonrío
sabiendo que le di este espacio. Esta libertad. Como todas las noches, me quito la ropa
y me acuesto a su lado. Su cuerpo es cálido y acogedor. Mi polla dura presiona contra
su cadera desnuda. Se siente bien frotarla contra su suave piel. A veces puedo venirme
así, con mi pene deslizándose contra su carne.
Ansioso por tocarla, le quito el cabello oscuro de la garganta y le doy un beso.
Cada noche, adoro a mi diosa. La beso y la pruebo mientras duerme. Acaricio sus
enormes tetas y pellizco sus pezones. Meto mi dedo en su coño y la
l a hago gemir.
Nunca abre los ojos.
Su respiración sigue siendo la misma.
Pero a menudo, me pregunto si está despierta.
Empujome
Lentamente, la insto
punta a de mi polla
entrar en su coño
por completo, empapado. con
deleitándome Ella gime, lo que
la forma mesu
en que anima.
coño
parece abrazarme. He estado dentro de un sinnúmero de chicas antes, pero nunca una
que haya sentido tan increíble. Estoy desnudo y enterrado profundamente dentro de
esta mujer y nunca me he sentido tan malditamente bien en toda mi vida.vi da.
Su cuerpo parece apretarse alrededor de mi polla y todavía no me he movido.
Estamos conectados. Ella es mía.
mía. Corro mi lengua por el lado de su cuello que sabe
salado por el sudor y dulce por su olor. Mis dedos masajean su clítoris y todavía no me
meto en ella. Disfruto la forma en que su coño aprieta mi polla cuando el placer
comienza a hacerse cargo.
—Tan hermosa —murmuro contra
contra su carne y lluego
uego arrastro mis dientes a lo largo
de su cuello hasta que encuentro su oreja . Tan hermosa y mía.
Otro gemido.
Jodidamente necesitada.
El agarre que su coño sigue teniendo alrededor de mi polla me hará venir mucho
antes de que esté listo. Le froto el coño más rápido, ansioso por tener su orgasmo en
toda mi polla. Quiero que ella me empape con eso.
Ella gime y grita, el placer es demasiado intenso. Ese maldito marido nunca se
tomó el tiempo para tocarla, no de una manera que la hiciera sentir bien. Él dejó que
alguien como ella se fuera insatisfecha. Me gustaría pensar que la estaba guardando
para mí.
—Eso es —murmuro—. Vente por toda mi polla, nena. Si te vienes, te follaré tan
fuerte que gritarás.
Ella se estremece en mis brazos cuando un orgasmo la atraviesa. A diferencia de
esas chicas de la escuela, ella se suelta. No trata de ocultar la forma en que la afecto.
Su cuerpo tiembla y se revuelve de placer. Empiezo a bombearla, mis embates son duras
y atronadoras. Mi mano se vuelve codiciosa por sus grandes pechos y agarro el más
cercano. Clavo mis dientes en su garganta y casi me vengo por el sonido de su grito de
sorpresa.
—Tú. —Su palabra murmurada no es una acusación, es una oración. Unas
—Miré pero no toqué —murmura—. A diferencia de ti. —Esta vez, su tono es una
acusación, pero está lleno de dolor. Como si no fuera justo que ella no pudiera
corresponder.
Sonrío ante sus palabras.
—¿Cuánto tiempo hace que sabes que te he estado tocando mientras dormías?
—La primera vez que me tocaste. Es como si despertaras a la mujer ardiente que
solía ser. La hizo ver que la vida podía ser diferente. Fingí estar dormida —admite, con
una voz tan suave que apenas escucho—. Yo lo quería.
Deslizo mi polla empapada y ablandada de su cuerpo y paso mis dedos por
nuestros orgasmos, agotados. Después de cubrir mis dedos, los llevo a su boca.
—Si lo querías tanto, deberías haberlo dicho. —Empujo mis dedos sucios en su
boca—. Debiste decírmelo.
Ella chupa nuestros jugos con tanto entusiasmo que mi polla está lista y dispuesta
para ir una vez más. Cuando retiro mis dedos, ella deja escapar un suspiro.
—Tenía miedo.
Me incorporo sobre mi codo y agarro su mandíbula para empujar su cara hacia
la mía. En las oscuras sombras de la habitación
habitación,, apenas puedo distinguir sus rasgos. Pero
puedo sentir sus respiraciones rápidas haciéndome cosquillas en la cara.
—¿Miedo de mí?
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—No, Thomas —dice, mi nombre en sus labios haciendo que mi polla palpite de
emoción—. Tenía miedo de lo desconocido. Tengo miedo de ello.
—¿Y ahora?
—Ahora soy libre.
Libero su mandíbula y me subo encima de ella. Instalándome entre sus muslos
abiertos, una vez más, empujo mi erección profundamente dentro de su coño perfecto.
Mis labios rozan los de ella en un suave beso.
—Sabes mi nombre.
—También sé cosas...
—¿Te lo han dicho mis hermanas?
Gime cuando empujo con fuerza.
—Tu papá. Está muy orgulloso de ti.
Aplasto mis labios con los de ella y la beso apasionadamente. He esperado
siempre lo que se siente que esta mujer me devuelva el beso. Y ahora lo hace. Sus uñas
se están clavando en mis musculosos hombro
hombross y sus talones empujando en mi culo. Ella
me anima a follarla. Mi dulce Thalia me necesita. Nuestras lenguas bailan juntas
juntas de una
manera familiar, como si cada uno de nosotros hubiera estado practicando en nuestros
sueños. Devoro a mi mujer mientras me conduzco dentro de ella. Duro. Implacable.
Desesperado.
Quiero llenarla con cada parte de mí.
FIN
Sobre la Autora
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