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Ministerio

Proyecto COREMANS de Cultura


y Deporte

Criterios de intervención
en biopatrimonio
The COREMANS project
Intervention criteria for bioheritage
Proyecto COREMANS
Criterios de intervención
en biopatrimonio

The COREMANS Project


Intervention criteria
for bioheritage
Catálogo de publicaciones del Ministerio: www.culturaydeporte.gob.es
Catálogo general de publicaciones oficiales: https://cpage.mpr.gob.es

Edición 2020

Edita:
© SECRETARÍA GENERAL TÉCNICA
Subdirección General de Atención al Ciudadano,
Documentación y Publicaciones
NIPO: 822-20-044-3
ÍNDICE / INDEX

Proyecto COREMANS
Criterios de intervención en biopatrimonio

Presentación 9
Introducción 12
Marco normativo 16
Legislación 17
Normativa relativa al patrimonio histórico 17
Normativa relativa al patrimonio natural y la
biodiversidad 18
Normativa relativa a seguridad sanitaria,
bienestar animal y transporte 19

Convenios internacionales 20
Convenio de Diversidad Biológica (CDB) y
Protocolo de Nagoya (ABS) 21
Convenio sobre el Comercio Internacional
de Especies Amenazadas de Fauna y Flora
Silvestre (CITES) 22

Código deontológico 23

Colecciones biológicas de origen arqueológico o


paleontológico 32
Restos de vertebrados 33
Restos humanos 40
Restos humanos óseos 40
Tejidos blandos 45

Restos de invertebrados 47
Restos botánicos 48
Muestreo 50
Colecciones de fauna y flora obtenidos mediante
colecta 52

Colecciones de fauna 54

Colecciones botánicas 60

Conservación-restauración del patrimonio


biológico 65

Factores de deterioro 66

Tratamientos de restauración 73

Toma de muestras a partir de colecciones de


patrimonio biológico 80
Conservación preventiva 83

Innovación y sostenibilidad 90

Conclusiones 91

Bibliografía 171
The COREMANS Project
Intervention criteria for bioheritage

Foreword 94
Introduction 97
Regulatory Framework 101
Legislation 102
Regulations on historical heritage 102
Regulations on natural heritage and biodiversity 103
Regulations relating to health safety, animal
welfare and transport 104

International agreements 105


Convention on Biological Diversity (CBD) and
Nagoya Protocol (ABS) 105
Convention on International Trad in Endangered
Species of Wild Fauna an Flora (CITES) 106

Code of Ethics 107

Biological collections of archaeological or


palaeontological origin 115
Vertebrate remains 116
Human remains 122
Human skeletal remains 122
Soft tissues 127

Invertebrate remains 129


Botanical remains 130
Sampling 131

Recollections of fauna and flora obtained by collection 134


Wildlife collections 136
Botanical collections 141
Preservation and restoration of biological heritage 145
Deterioration factors 146
Restoration treatments 152

Sampling from collections of biological heritage 159

Preventive preservation 161


Innovation and sustainability 168

Conclusions 169

Bibliography 171
Proyecto COREMANS

Criterios de intervención en
biopatrimonio
Presentación
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

En 2012, el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) puso en


marcha el proyecto Coremans en honor de Paul Coremans (1908-1965),
fundador del Institut Royal du Patrimoine Artistique (IRPAH/KIK) y pionero
de una innovadora metodología de restauración para establecer criterios
y métodos de actuación en diferentes campos de la conservación del pa-
trimonio cultural. Hoy me complace tener la oportunidad de presentar un
nuevo volumen en esta serie de publicaciones, centrado en la conservación
del biopatrimonio.
La utilidad de instrumentos de esta naturaleza resulta incuestionable,
ya que pone a disposición de profesionales de distintas disciplinas una he-
rramienta que permite manejar términos y conceptos comunes y, con ello,
redunda necesariamente en una comunicación más eficaz y, por ende, en
una mejor conservación de nuestro patrimonio.
La elaboración de estos documentos se realiza en todos los casos a
partir del trabajo interdisciplinar de distintos profesionales ligados al patri-
monio. Esta colaboración resulta imprescindible a la hora de obtener una
visión rica y poliédrica del tema en cuestión. Asimismo, este sistema de
trabajo no solo garantiza un resultado final de calidad, sino que el proce-
so de gestación enriquece del mismo modo a los profesionales que en él
participan.
Hasta la aparición de este volumen, el IPCE había publicado ya cinco
monografías del proyecto COREMANS, dedicadas a categorías tradicional-
mente reconocidas dentro del terreno de la conservación-restauración del
patrimonio: materiales pétreos, materiales metálicos, retablos y escultura
policromada, arquitectura en tierra y pintura de caballete. Cada una de
estas publicaciones ha recibido una gran acogida y reconocimiento por los
distintos sectores ligados a este ámbito cultural, que reafirma la idoneidad
y necesidad de continuar desarrollando este proyecto.
La monografía que ahora se presenta está dedicada a una temática
emergente que, sin embargo, resulta difícil de encuadrar en las categorías
tradicionales o académicas: el biopatrimonio. Este neologismo integra en
su significado todos aquellos bienes de origen biológico que aparecen o
se conservan en distintos registros y contextos históricos y científicos; una
definición que liga indisolublemente el patrimonio cultural con el natural.
El interés y la complejidad de abordar cualquier trabajo sobre este in-
gente patrimonio no viene dado únicamente por sus infinitas variedades y
representaciones, sino también por cuestiones que normalmente no resulta
necesario abordar en otras categorías patrimoniales.
Destaca, en primer lugar, la particularidad de que buena parte de
los bienes integrantes de este patrimonio no son interesantes únicamente
per se, sino que resultan fundamentales para la investigación en distintos

10
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

ámbitos del conocimiento, al ser susceptibles de aportar información a nivel


molecular, genético, etc., a través de sistemas de análisis ya existentes o
futuros. Para garantizar que toda esta información no se pierde es necesaria
una conservación en condiciones inocuas o compatibles con su potencial
científico.
En segundo lugar, la propia naturaleza de los bienes integrantes de
este patrimonio obliga a que el trabajo técnico y científico que se desarrolla
en torno a ellos, así como sus condiciones de conservación, estén fuerte-
mente ligadas a cuestiones éticas, morales y deontológicas cada vez más
rigurosas y respetuosas, y que seguramente marcarán importantes aspectos
de la gestión cultural en un futuro cercano.
En último lugar, la ya mencionada variedad de esta categoría patri-
monial y su interés en numerosos ámbitos del conocimiento y la investi-
gación, hace que confluyan a su alrededor disciplinas profesionales muy
diversas y teóricamente alejadas. La propia elaboración de este volumen ha
sido fiel reflejo de tal circunstancia, ya que el grupo de trabajo ha contado
con la representación de instituciones con misiones diferentes y profesio-
nes con poco contacto entre sí a priori: arqueólogos, forenses, biólogos,
veterinarios y conservadores-restauradores.
El interés común por el patrimonio en todas sus vertientes ha unido
todas estas perspectivas y ha permitido elaborar este documento que de-
seamos sirva, cuanto menos, de punto de partida para el debate y conside-
ración sobre estos bienes.
Desde estas páginas quiero agradecer el esfuerzo del grupo de traba-
jo multidisciplinar que ha hecho posible la aparición de este sexto volumen
de la serie proyecto COREMANS.

Ana Cabrera Lafuente


Subdirectora General del Instituto del Patrimonio Cultural de España
Ministerio de Cultura y Deporte

11
Introducción
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

El patrimonio biológico o biopatrimonio1, objeto de esta monografía, está


compuesto por una gran variedad de tipos, categorías y familias que, de
manera resumida, pueden clasificarse en tres grandes grupos:
Restos humanos. Restos semifosilizados o momificados de dife-
rentes cronologías y culturas, procedentes de contextos funerarios o
conservados de manera fortuita; esqueletos y tejidos blandos de la
arqueología forense; ejemplares incorruptos de iglesias; colecciones
de restos conservados con interés científico-médico; etc. Se incluye
en este apartado la gestión de restos y muestras para la clasificación
de perfiles genéticos. Al hablar de restos humanos se hace referencia
a los homínidos de nuestra especie conservados parcial o totalmente.
Patrimonio de origen animal. A este grupo pertenecen los restos
de animales semifosilizados procedentes de excavaciones, coleccio-
nes de ejemplares disecados, especímenes conservados en fluidos,
colecciones de estudio entomológico, animales momificados artifi-
cial o espontáneamente, así como obras de artistas, y movimientos
de arte contemporáneo que han usado este tipo de materiales en la
ejecución de sus obras. También se incluyen aquí las cada vez más
numerosas muestras animales, que comprenden especies extintas o
en peligro de extinción.
Patrimonio de naturaleza vegetal. Se consideran aquí las colec-
ciones de flora con ejemplares vivos de los jardines botánicos, pero,
sobre todo, ejemplares herborizados, como restos fosilizados, carbo-
nizados o muestras arqueobotánicas; y los conservados en herbarios,
testigos también, en muchas ocasiones, de especímenes extintos o en
peligro de extinción.
Ante esta evidente variabilidad de tipos y circunstancias cabe señalar,
no obstante, algunas singularidades comunes que justifican su estudio con-
junto en esta publicación:
- Muchos de los ejemplares y restos, además de ofrecer información
indirecta sobre el contexto de las ciencias sociales y humanidades
–como sus sistemas de alimentación, relaciones comerciales, climato-
logía, etc.-, son susceptibles de ofrecer información directa, a través
de distintas técnicas analíticas, en diferentes disciplinas relacionadas
con las ciencias de la vida. Resulta por ello esencial que, en la medida
de lo posible, su naturaleza se mantenga intacta para conservar ese
potencial ahora, y en el futuro.

1
Neologismo tomado de la tradición científica, y de juntar dos vocablos con un significado preci-
so, que genera un término explicativo e identificable.

13
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

- En un gran número de casos, los restos y ejemplares son testigos a


distinta escala de la biodiversidad y de la evolución humana.
- El trabajo con estos bienes está regulado por una normativa muy va-
riada que responde a la doble naturaleza de este patrimonio, cultural
y natural. En el caso de las colecciones con restos humanos, espe-
cialmente, cualquier actuación sobre estos bienes debe realizarse,
además, atendiendo a los códigos deontológicos existentes.
Desde mediados del siglo pasado, la irrupción de la teoría de sis-
temas cambió radicalmente las ciencias fomentando su interrelación. En
patrimonio, estos cambios introdujeron conceptos novedosos como el de
patrimonio natural, hoy indisociable del cultural, pero ya antes existió una
relación entre las ciencias de la naturaleza y el patrimonio cultural.
Desde la Antigüedad, se acuñó el concepto «historia natural», que
englobaba toda una serie de disciplinas de manera similar a como ahora
volvemos a emplearlo.
Los primeros gabinetes de curiosidades se nutrieron de colecciones
de plantas, semillas, árboles y animales, naturalizados o no, venidos de ul-
tramar a través de misioneros y viajeros. Las colecciones reales españolas,
germen del Museo Nacional de Ciencias Naturales, o del Real Jardín Botá-
nico, marcaron un camino que luego seguirían las colecciones de universi-
dades, academias, etc. Nuestra tradición museológica es excepcionalmente
rica en este tipo de patrimonio.
Desde el siglo xix, sin embargo, el peso creciente de las colecciones
arqueológicas y el interés patrimonial preferente por la arquitectura des-
equilibró esta balanza hacia los objetos patrimoniales de naturaleza inerte.
No obstante, esto ha cambiado en los últimos tiempos: desde hace cien
años, la propia arqueología está cada vez más interesada en el registro
biológico, que va desde las recuperaciones de carbones, pólenes y semillas
en Escandinavia, en los años veinte del siglo pasado, al interés por los res-
tos óseos, humanos y animales de principios de siglo. A partir de los años
sesenta, se habla abiertamente de ecofactos como un concepto distinto al
de artefacto, y aparecen la antracología, la malacología, la palinología, etc.
En 1977, Jane E. Buikstra habla de la bioarqueología como el estudio de
los restos óseos, especialmente humanos. Desde los años setenta irrumpen
la física, la química biológica, o los estudios isotópicos, por ejemplo, que
enriquecen largamente las posibilidades de información aportadas por los
estudios tradicionales. Desde 1984, la irrupción de los análisis bioquímicos
y genéticos revoluciona del todo este panorama, hasta el punto de que se
habla con naturalidad de una arqueología a nivel molecular, de la que ya
solo queda esperar su generalización.

14
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

Los museos e instituciones de similar naturaleza no solo atesoran ob-


jetos excepcionales –tradicionalmente inertes, con excepciones etnológicas
o artísticas–, sino que también incluyen, cada vez más, muestras de análisis
cualitativos de investigación, las cuales piden ser guardadas para contras-
tación y contranálisis, hasta el punto de que muchas colecciones tienen en
estas muestras un objeto preferente de preservación y trabajo. En el futuro,
las colecciones de huesos se ampliarán y se tratarán de la misma manera
y empeño que el resto de las colecciones, y serán sometidas a las mismas
consideraciones y vaivenes que ellas: selección, política de ingresos, re-
enterramientos, exhibición o no, etc., y, junto a ellas, carbones, pólenes y
microfauna serán cada vez más importantes en ese registro museístico y en
la actividad científica.
Sin embargo, todos estos materiales orgánicos sufren, en general,
procesos de alteración y descomposición graves y drásticos, debidos a su
propia naturaleza y, frecuentemente, también a las circunstancias de su
hallazgo. Ante este hecho, la aplicación de técnicas de conservación pre-
ventiva y curativa para la pervivencia de los bienes resulta prioritaria, y es
en este ámbito donde se desarrolla esta monografía.

15
Marco normativo
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

Legislación
La legislación que afecta al patrimonio biológico es tan diversa como lo son
las colecciones y bienes que en él se incluyen. La recolección, extracción,
transporte, procesado, conservación y uso de especímenes o muestras bio-
lógicas está regulada por la normativa nacional y comunitaria relativa al pa-
trimonio histórico, al patrimonio natural y a la biodiversidad, a la seguridad
sanitaria, y al bienestar animal y su transporte, así como a los convenios y
protocolos internacionales suscritos por nuestro país.

Normativa relativa al patrimonio histórico


En un Estado social y democrático de derecho, los propósitos de desarro-
llo de la cultura se manifiestan desde el preámbulo de la Constitución de
1978. Los derechos relativos a la cultura se han introducido en sus artículos
44, 45 y 46. Asimismo, la Constitución española determina un modelo de
distribución de competencias y, en los artículos 148 y 149, se aborda el
reparto competencial en todos los ámbitos administrativos, entre ellos el
patrimonio histórico.
La Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español es
la que regula la definición, identificación, obligaciones y competencias,
en relación al patrimonio histórico, indicando en su preámbulo que su
protección y conservación constituye una obligación de todos los poderes
públicos. Esta ley define el patrimonio histórico español en su artículo 1:
«Integran el Patrimonio Histórico Español los inmuebles y objetos
muebles de interés artístico, histórico, paleontológico, arqueológico,
etnográfico, científico o técnico. También forman parte del mismo el
patrimonio documental y bibliográfico, los yacimientos y zonas arqueológicas,
así como los sitios naturales, jardines y parques que tengan valor artístico,
histórico o antropológico»
Todas las comunidades autónomas, en aplicación de sus competencias
exclusivas en materia de patrimonio cultural, han desarrollado una extensa
legislación al respecto.
En relación al tema que nos ocupa, encontramos referencias directas
en la Ley 1/2001, de 6 de marzo, del Patrimonio Cultural de la comunidad
autónoma del Principado de Asturias que, en su artículo 1.3, hace referen-
cia a los «elementos geológicos y paleontológicos de interés por su relación
con la historia del hombre y sus orígenes, y a los bienes de interés geoló-
gico, paleontológico, botánico o biológico que hayan sido separados de su
medio natural o deban ser conservados fuera de él», o en el preámbulo de
la Ley 4/2013, de 16 de mayo, de Patrimonio Cultural Castilla-La Mancha,
que indica que la aprobación de esta ley responde a la necesidad de ac-
tualizar y ampliar el concepto de patrimonio cultural para que «comprenda,

17
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

en un sentido amplio, el valor histórico, artístico, arqueológico, paleonto-


lógico, etnográfico, industrial, científico y técnico» de los bienes. En el caso
de la Ley 11/2019, de 25 de abril, de Patrimonio Cultural de Canarias,
quedan declarados específicamente como bienes de interés cultural con
la categoría de bien mueble de especial sensibilidad «las momias, fardos,
mortajas funerarias y restos antropológicos de las poblaciones aborígenes»,
los cuales se preservarán con «gran tacto y respeto por los sentimientos de
dignidad humana que tienen todos los pueblos». Por último, la Ley 5/2016,
de 4 de mayo, de patrimonio cultural de Galicia, en su artículo 102, en
relación con la protección del patrimonio cultural subacuático, señala que
un principio básico de actuación consistirá en el respeto hacia los restos
humanos situados en las aguas marítimas de la región.
A esta normativa estatal hay que añadir la normativa de la Comu-
nidad Económica Europea (CEE), tanto el Reglamento (CEE) n.º 3911/92
del Consejo, de 9 de diciembre de 1992, relativo a la exportación de bienes
culturales, como la Directiva 93/7/CEE del Consejo, de 15 de marzo de
1993, relativa a la restitución de bienes culturales que hayan salido de
forma ilegal del territorio de un Estado miembro de la Unión Europea, in-
corporado al ordenamiento jurídico español por la Ley 36/1994, de 23 de
diciembre. En el Anexo se definen los bienes que forman parte del patrimo-
nio nacional y se incluyen específicamente: «a) Colecciones y especímenes
procedentes de colecciones de zoología, botánica, mineralogía o anatomía.
b) Colecciones que tengan interés histórico, paleontológico, etnográfico o
numismático».
La Ley Orgánica 12/1995, de 12 de diciembre, de Represión del Con-
trabando, el Real Decreto 1649/1998, de 24 de julio, por el que se desarrolla
el Título ii de la Ley Orgánica 12/1995, y la Ley Orgánica 6/2011, de 30 de
junio, por la que se modifica la Ley Orgánica 12/1995, constituyen el marco
jurídico en relación al tráfico ilegal y, en concreto, en lo que se refiere a la
Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de
Fauna y Flores Silvestres (CITES), de la que se hablará más adelante.

Normativa relativa al patrimonio natural y la biodiversidad


La Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Bio-
diversidad, su modificación por la Ley 33/2015, de 21 de septiembre, por
la que se modifica la ley 42/2007, y el Real Decreto 1274/2011 de 16 de
septiembre, por el que se aprueba el Plan estratégico del patrimonio na-
tural y de la biodiversidad 2011-2017, en aplicación de la Ley 42/2007,
constituyen el marco jurídico para la conservación, uso sostenible, mejora
y restauración del patrimonio natural, así como de la biodiversidad. Esta
normativa establece la obligación de los poderes públicos de velar en sus

18
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

respectivos ámbitos por la utilización racional del patrimonio natural en


todo el territorio nacional, y en las aguas marítimas bajo soberanía o juris-
dicción española.
En el Título iii se «prohíbe la posesión, transporte, tráfico y comercio
de ejemplares vivos o muertos». Esta situación ha de ser contemplada en el
trabajo de biólogos y arqueólogos tanto en el transcurso de determinados
trabajos de investigación, como durante las colectas de especies silvestres
para ser usadas como ejemplares de referencia. La gestión de permisos
debe ser tramitada por las comunidades autónomas.

Normativa relativa a seguridad sanitaria, bienestar animal y transporte


Hay que tener en cuenta que una parte del trabajo con patrimonio bioló-
gico está relacionada con la manipulación y transformación de animales
muertos y los productos derivados, los Sandach –acrónimo de Subproduc-
tos de Origen Animal No Destinados al Consumo Humano–. Por esta razón,
es importante conocer la legislación nacional y comunitaria que regula la
gestión de estos restos desde el momento en que se generan hasta su uso
o destrucción final, a fin de evitar riesgos para la salud humana, sanidad
animal o medio ambiente.
En el ámbito europeo, el marco legal se desarrolla con el Reglamento
(CE) n.º 1069/2009 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 21 de octu-
bre de 2009, y el Reglamento (UE) n.º 142/2011 de la Comisión, de 25 de
febrero de 2011, por el que se establecen las disposiciones de aplicación
del Reglamento (CE) n.º 1069/2009. El Real Decreto 1528/2012, de 8 de
noviembre, establece las disposiciones específicas de aplicación en España
para gestionar de manera integral estos materiales en condiciones de máxi-
ma seguridad.
Los Sandach se clasifican en tres categorías según el grado de riesgo
que presenten. A partir de esta clasificación, se establece el modo de trans-
formación y las condiciones para su utilización o eliminación. El Regla-
mento (CE) n.º 1069/2009, en sus artículos 16 y 17, autoriza excepciones,
y una de ellas se refiere a materiales usados en investigación u otros fines
específicos, tales como exposiciones y actividades artísticas, así como con
fines de diagnóstico, educación o investigación, en las condiciones que
garanticen el control de los riesgos para la salud pública y la salud animal.
En su artículo 23, por otro lado, se establece la necesidad de esta-
blecer un registro de explotadores, establecimientos o plantas. Esto afecta
directamente al trabajo desarrollado en instituciones culturales, de investi-
gación o estudio que trabajen con este tipo de bienes, pues necesitan regis-
trar esta actividad y especificar la categoría de los subproductos animales o

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Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

productos derivados bajo su control, así como la naturaleza de las opera-


ciones realizadas que utilicen como materia prima subproductos animales
o productos derivados.
En relación al bienestar animal, el Parlamento Europeo y el Consejo
adoptaron la Directiva 2010/63/UE, de 22 de septiembre de 2010, relativa
a la protección de los animales utilizados para fines científicos. Años atrás,
la Comisión Europea había establecido la Recomendación de la Comisión,
de 18 de junio de 2007, sobre las líneas directrices relativas al alojamiento
y cuidado de los animales utilizados para experimentación y otros fines
científicos.
Para ajustar la legislación española a las directrices europeas se ela-
bora el Real Decreto 53/2013, de 1 de febrero, por el que se establecen las
normas básicas aplicables para la protección de los animales utilizados en
experimentación y otros fines científicos, incluida la docencia.
Cabe señalar, por último, que el manejo de bases de datos con la
información de usuarios, donantes o colectores es algo habitual en las
colecciones biológicas y, por lo tanto, no se puede obviar la legislación
al respecto. El 25 de mayo de 2018 entró en vigor el nuevo Reglamento
(UE) 2016/679 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 27 de abril de
2016, relativo a la protección de las personas físicas en lo que respecta al
tratamiento de datos personales y a la libre circulación de estos datos. La
aplicación de esta norma en cada uno de los Estados miembro requiere de
un desarrollo normativo interno que, en el caso de España, se ha cumplido
con la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos y
garantía de los derechos digitales.

Convenios internacionales
Dentro de la normativa hay que destacar los tratados internacionales que,
según lo dispuesto en el artículo 96.1 de la Constitución, el artículo 1.5 del
Código Civil, y la Ley 16/1985, de 25 de junio, en su disposición adicional
séptima, forman parte del ordenamiento interno, una vez publicados ofi-
cialmente. Por tanto, los convenios, acuerdos y convenciones suscritos por
España, que tengan relación con el patrimonio cultural y natural, serán de
aplicación en las mismas circunstancias que el resto de leyes de carácter
estatal.

20
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

Convenio de Diversidad Biológica (CDB) y Protocolo de Nagoya (ABS)


Durante la segunda mitad del siglo xx, se evidenció una importante pérdida
de biodiversidad a nivel mundial. Conscientes de ello, las Naciones Unidas,
después de varias reuniones, aprobaron, en 1992, el Convenio sobre la Di-
versidad Biológica (CDB).
Este convenio es un instrumento global que plantea tres objetivos prin-
cipales: la conservación de la diversidad biológica, la utilización sostenible
de los componentes de la diversidad biológica, y la participación justa y
equitativa de los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos
genéticos.
España ratificó el convenio en 1993 y, desde entonces, sus directrices
marcan el trabajo sobre patrimonio biológico. Resultan especialmente rese-
ñables los siguientes capítulos: el artículo 3, los países poseen el derecho
soberano sobre sus recursos naturales y el derecho a legislar sobre ellos, y
así evitar expolios históricos; el artículo 9, centrado en la conservación ex
situ, es decir, la conservación de componentes de la diversidad biológica
fuera de sus hábitats naturales, por ejemplo, en colecciones y museos, el
artículo 15, que establece que el acceso al contenido genético de estos
recursos está sujeto al consentimiento del país de procedencia, teniéndose
que acordar previamente la distribución de beneficios derivados de la utili-
zación comercial o de otra índole de estos recursos.
En la décima reunión del Órgano Rector del Convenio, celebrado en
Nagoya ( Japón) en 2010, se decidió adoptar un protocolo sobre el Acceso
a los Recursos Genéticos y Participación Justa y Equitativa en los Beneficios
que se deriven de su utilización (ABS), cuyo objetivo es proporcionar un
marco jurídico transparente para la aplicación efectiva del tercer objetivo
del CDB.
El ámbito de aplicación del protocolo son los recursos genéticos no
humanos ni de especímenes de alta mar –pues se encuentran fuera de la
jurisdicción nacional–, e incluye los conocimientos tradicionales asociados
a dichos recursos genéticos.
España ratificó este protocolo en 2014, mientras que, en el ámbito
europeo, la legislación ABS se recoge en el Reglamento (UE) n.º 511/2014
del Parlamento Europeo y del Consejo, de 16 de abril de 2014, y en el Re-
glamento de Ejecución (UE) 2015/1866 de la Comisión, de 13 de octubre
de 2015.
Los trabajos relacionados con patrimonio biológico no humano de-
ben asumir un código de conducta que asegure el cumplimiento de las
disposiciones del CDB reconociendo la soberanía nacional sobre la biodi-
versidad, y la utilización del patrimonio genético. Esta premisa debe estar

21
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

reflejada en un conjunto de buenas prácticas y de estándares de calidad,


motivo por el cual el grupo de trabajo de legislación del Consorcio Euro-
peo de Instalaciones Taxonómicas (CETAF)2 ha elaborado un código de
conducta y buenas prácticas para ABS.
En las bases de datos de las colecciones, se debe mantener la in-
formación sobre los acuerdos de acceso establecidos con los países de
origen de sus especímenes, puesto que las instituciones son responsables
de la gestión de las muestras, conforme a dichos requerimientos, y deben
garantizar su trazabilidad con constancia documental. La información rela-
cionada con el acceso deberá conservarse durante los 20 años siguientes al
vencimiento del plazo de utilización.
España ha legislado su acceso como país proveedor de recursos ge-
néticos por medio de la mencionada Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del
Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, modificada por la Ley 33/2015,
de 21 de septiembre. Esta ley regula el acceso a recursos genéticos españo-
les in situ y ex situ.

Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de


Fauna y Flora Silvestre (CITES)
Las siglas de este conocido convenio provienen de su nombre en inglés,
Convention on International Trade in Endangered Species of Wild Fauna
and Flora (en español Convención sobre el Comercio Internacional de Es-
pecies Amenazadas de Fauna y Flores Silvestres). Entró en vigor en el año
1975, y España lo ratificó en 1986.
CITES tiene como objetivo principal asegurar que el comercio de
determinadas especies animales, y vegetales, no ponga en peligro su su-
pervivencia. Esto supone, esencialmente, prohibir el comercio de especies
en peligro de extinción, y regular el comercio internacional de aquellas
amenazadas o en peligro de estarlo. Para conseguirlo, existe un sistema de
certificación que permite controlar el comercio internacional de especies
silvestres, y sus productos derivados, mediante la expedición de permisos
oficiales.
Ese sistema protege a los animales y plantas vivos o muertos, sus par-
tes o extractos –marfil, pieles, caparazones, semillas, muestras de tejido–, y
derivados o manufacturas que los contengan, como por ejemplo vestuario
o instrumentos musicales. Bajo su protección se amparan más de 33.000
especies –28.000 plantas y 5.000 animales–, todas ellas reunidas en listados
o apéndices con tres niveles que se revisan periódicamente, y se definen
según el grado de vulnerabilidad.

2 (Consortium of European Taxonomic Facilities).

22
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

El marco jurídico se aplica a través de legislación nacional. En el


caso español, la asignación de competencias como autoridad administrativa
principal es para el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Las listas
con el nombre de las especies y su nivel de protección se pueden encontrar
en la web. Se recomienda utilizar los listados oficiales actualizados.
El Apéndice i incluye las especies de animales y plantas en mayor pe-
ligro de extinción. El comercio de estas especies capturadas o recolectadas
en sus hábitats naturales está prohibido, y solo se permite bajo circunstan-
cias excepcionales, como, por ejemplo, la investigación científica.
El convenio es un acuerdo de mínimos y admite la posibilidad
de aplicar legislaciones nacionales más estrictas, como es el caso del
Reglamento (CEE) n.º 3911/92 del Consejo, de 9 de diciembre de 1992. En
España se regula mediante la Ley Orgánica 12/1995, de 12 de diciembre,
de Represión del Contrabando.

Código deontológico
El trabajo sobre los bienes objeto de esta publicación, especialmente aque-
llos de origen humano y material cultural delicado, debe responder de
manera especialmente firme y perseverante tanto a los aspectos jurídicos,
como a los aspectos éticos
recogidos en los códigos
deontológicos nacionales
e internacionales relacio-
nados. Esta filosofía de tra-
bajo debe guiar el proceso
desde la recuperación de
restos, su investigación y
estudio, hasta su eventual
musealización, en el caso
de que se trate de fondos
museográficos o fondos de
instituciones semejantes. Figura 1. Placa del Laboratorio de Investigaciones Bioló-
gicas del Doctor Santiago Ramón y Cajal. Museo Nacio-
El Código de Deon- nal de Antropología (Madrid). Fotografía: Arantxa Boyero
Lirón.
tología del ICOM para los
Museos –en adelante CdD– (aprobado en 1986 en Buenos Aires, modifica-
do en 2001 en Barcelona, y revisado en 2004 en Seúl) establece el modo
de actuación de los museos respecto a especímenes biológicos y restos
humanos.
Las reclamaciones sobre restos humanos protagonizadas por grupos
indígenas se enmarcan en el proceso de reconocimiento de sus derechos,

23
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

iniciado en la segunda mitad del siglo xx, con el trasfondo del fin del proce-
so de colonización y la Declaración Universal de Derechos Humanos de las
Naciones Unidas de 1948. Prueba de ello, por ejemplo, es la Ley de Objetos
Protegidos de 1975 de Nueva Zelanda, que persigue la devolución de restos
humanos sacados del país durante su período colonial3.
Fundamental en este sentido fue también la promulgación, en 1990,
de la Ley de Protección y Repatriación de las Tumbas de Americanos Na-
tivos (NAGPRA 101-601, de 16 de noviembre) que, a su vez, evidenció la
necesidad de establecer protocolos individualizados para cada caso en el
que se encuentren afectados grupos o comunidades existentes.
En el caso de España, además, para restos humanos procedentes de
la Guerra Civil y la posguerra, la aprobación de la Ley 52/2007, de 26 de di-
ciembre, conocida como Ley de Memoria Histórica, supone un marco legal
específico para la exhumación y tratamiento de los enterramientos, espe-
cialmente los realizados en fosas comunes, durante este periodo histórico.
En el ámbito de la antropología física y forense no existen códigos
deontológicos específicos que traten sobre los aspectos éticos relativos a
los restos humanos –ni en España, ni en los países de nuestro entorno.
Las asociaciones profesionales de antropología españolas, no obstante, se
han ocupado de este tema con diversos enfoques4. El Consejo General de
Ilustres Colegios Oficiales de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras
publicó, en 2014, el Código deontológico de la profesión de arqueólogo, en
cuyos artículos 15 y 16 trata sobre las obligaciones deontológicas de los
arqueólogos en relación con los restos humanos:
«Art. 15. Los restos humanos, en cuanto representan a personas
que vivieron en el pasado, deberán ser tratados con la mayor dignidad,
sensibilidad y respeto, con independencia de su antigüedad, significación
histórica, procedencia y demás atributos personales, étnicos o poblacionales.
Teniendo en cuenta que un trato respetuoso o digno varía en diferentes
contextos y situaciones, los profesionales deben ser particularmente
sensibles y atentos al medio sociocultural en el que desarrollan sus tareas
de investigación, conservación, gestión, difusión o exposición.
Art. 16. En el caso de la excavación de enterramientos humanos de
menos de cien años (Guerra Civil española y víctimas asociadas al conflicto),
se realizará una labor previa documental, que incluya la localización de
familiares de los restos. Caso de localizarse, se requerirá su autorización
para realizar los trabajos y se garantizará el depósito definitivo de los restos
y de los materiales que les acompañan. Se seguirán pautas de actuación

3
Desarrollando luego el Acta del Museo de Nueva Zelanda Te Papa Tongwarewa de 1992.
4
Asociación Española de Paleopatología [AEP]; Asociación Española de Antropología y Odonto-
logía Forense [AEAOF]; Sociedad Española de Antropología Física [SEAF].

24
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

de acuerdo a los protocolos reconocidos que desarrollan el Protocolo de


Minnesota de 1991, de la ONU» (Consejo General de Ilustres Colegios Oficiales
de Doctores y Licenciados en Filosofía y Le­tras, 2014: 5) (figura 2).

Figura 2. Momias egipcias apiladas y abandonadas entre escombros. Asuán (Egipto). Fotogra-
fía: Cristina Guerrero López.

Algunos autores se han ocupado extensivamente del tema y plantean


diversos dilemas éticos en todos los aspectos relacionados con el estudio
de los restos humanos, desde su recuperación hasta el depósito final y la
investigación científica. Algunos de estos dilemas tienen relación con las
siguientes cuestiones: ¿es ética la recuperación de restos humanos en todos
los casos?, ¿es ético el análisis de los restos humanos en todos los casos?, ¿es
ética la conservación de restos humanos fuera de los entornos funerarios?,
¿qué aspectos religiosos o culturales debemos tener en cuenta durante la
investigación con restos humanos?, etc.
Estas cuestiones, y otras muchas que se podrían plantear, no abren
sino un gran debate en la comunidad científica, muy complejo de resolver,
en el que intervienen una multiplicidad de elementos bioéticos –cultura,
religión, moral, ética profesional, peculiaridades del caso, etc. –, que pro-
bablemente llevará en nuestro país, y en los países de nuestro entorno, a
regular normativamente a medio plazo estos aspectos, y a generar códigos
de ética profesional en el campo de la antropología física y forense.

25
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

En síntesis, los principios éticos fundamentales que deben guiar toda


intervención con restos humanos, y objetos con carácter sagrado o de-
licados –incluida la conservación y restauración de los mismos–, son la
prudencia general que acompaña a toda actividad científica, el respeto
general al material humano con el que se trabaja, que incluye el respeto a
la cultura de la víctima y su familia, y la dignidad de estos restos en todo
lo relativo al tratamiento, conservación, exposición, investigación científica
o publicación.
Por otro lado, en 2013, el Grupo de Trabajo de Deontología del Co-
mité Internacional para los Museos y las Colecciones de Ciencias Naturales
del Consejo Internacional de Museos (ICOM NATHIST) publicó en 2013
el Código de Deontología del ICOM para los Museos de Ciencias Naturales,
entendidos como todas las instituciones que coleccionan, exhiben e inves-
tigan materiales recolectados o extraídos del mundo natural. Este código
completa y desarrolla el anterior de museos indicando las normas de reco-
lección, exhibición y almacenamiento de este material, así como los datos
asociados al mismo. También incluye invertebrados y plantas, y un código
de buenas prácticas para el cuidado de la taxidermia. Este texto hace re-
ferencia a colecciones de restos humanos y material etnográfico delicado,
aunque este último concepto es objeto de discrepancia, incluso dentro del
propio ámbito científico o museológico.
En el caso de animales y plantas, asimismo, se recomienda seguir el
Código Internacional de Nomenclatura Zoológica de 1999 (recomendación
72F), y el Código Internacional de Nomenclatura Botánica de 2006 (reco-
mendación 7A), desde 2011 llamado Código Internacional de Nomencla-
tura para Algas, Hongos y Plantas (Código de Shenzhen), respectivamente,
así como el Display and Use of Live Animals in Public Programs at the
Australian Museum, y el Australian Code of Practice for the Care and Use
of Animals for Scientific Purposes.
Igualmente, se recomienda atender el Código de Deontología formu-
lado por la Organización Mundial de Zoológicos y Acuarios (WAZA) en
2003. También son pertinentes el Standards 1 in the Museum Care of Ar-
chaeological Collections, elaborado por la Museums and Galleries Com-
mission de Reino Unido en 1992, y el Standards 2 in the Museum Care
of Biological Collections, también redactado en 1992 por la Museums and
Galleries Commission.
Siguiendo el CdD del ICOM, todas las adquisiciones de un museo,
institución cultural o científica deben ajustarse a la legalidad nacional e
internacional. No se debe adquirir ni trabajar con especies naturales obte-
nidas ilegalmente5, o sin los criterios científicos y éticos establecidos, que
5
Contraviniendo la legislación y los tratados internacionales sobre protección de las especies y
la naturaleza.

26
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

evitan la destrucción o el deterioro de los sitios o hábitats naturales. En las


donaciones se debe probar la posesión legal del bien. La inexistencia de
este documento de propiedad impide su aceptación, pues podría encon-
trarse en situación de expolio o tráfico ilícito, sea dentro del país, o expor-
tado ilícitamente desde el país de origen. Si un museo adquiere un bien
ilícitamente exportado, y tal circunstancia se demuestra jurídicamente, debe
devolver el objeto al país de origen.
En el caso de enterramientos de individuos pertenecientes a comu-
nidades religiosas, que consideran la excavación de los restos una pérdida
de los valores rituales y sagrados, se deberá comunicar su aparición a
las comunidades o grupos interesados. El inicio de los trabajos se hará
respetando sus creencias y, en la medida de lo posible, tras su estudio y
documentación, se practicará un nuevo ritual de enterramiento según sus
parámetros.
El Estado deberá promover acuerdos y protocolos de devolución
y reinhumación con los representantes de estas comunidades, como por
ejemplo se ha hecho con la Federación de Comunidades Judías en España
(FCJE)6, al reconocer los antiguos cementerios como lugares de culto. De
esta manera, será posible el respeto a las creencias sin menoscabar el dere-
cho a la investigación, y el valor y conocimiento histórico.
Cuando los restos humanos excavados pertenezcan a individuos con
familiares directos vivos, estos deberían autorizar su exhumación y ser con-
sultados sobre la posible musealización de alguno de los elementos que
formen parte del enterramiento y el lugar del hallazgo. Prevalecerá la le-
gislación nacional vigente, así como el respeto y la dignidad del individuo.
La extracción de restos humanos deberá realizarse según la metodo-
logía arqueológica de documentación in situ y registro detallado de todo
el proceso. Es necesario el concurso de especialistas en arqueología y en
antropología forense para su análisis e, igualmente, es conveniente que en
dicho procedimiento esté presente un conservador-restaurador con expe-
riencia en el tratamiento de este tipo de restos. Garantizar la estabilidad
de este material tan delicado y frágil, conservando su unidad potencial, su
integridad física y toda la información que como documento puede aportar,
es de vital importancia para el tratamiento posterior. Todo ello debe hacer-
se desde el respeto y la dignidad (figura 3).
Las investigaciones sobre bienes considerados patrimonio biológico
se realizarán conforme a la legislación vigente, ética y deontología institui-
das, y se establecerán relaciones entre los profesionales con los propios
fondos, con otros profesionales y con los usuarios finales.

6
En este caso, como órganos interlocutores existen, además, el Comité para la Preservación
de Cementerios Judíos de Europa (CPJCE), así como el Consejo Superior Rabínico de España
(CSRE).

27
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

Figura 3. Momia egipcia cubierta tras su extracción del sarcófago y durante la excavación de la
cámara. Asuán (Egipto). Fotografía: Cristina Guerrero López.

Cuando se recurra a técnicas de análisis destructivas, el resultado e


investigaciones, incluidas las publicaciones, deben consignarse en el regis-
tro documental permanente del objeto, evitando en todo momento la pér-
dida de información o disociación. La mayoría de las veces, la validez del
resultado del análisis y estudio está vinculada a la conservación del origen
de la muestra, como en el caso de estudios genéticos.
Todos los bienes englobados en el concepto de patrimonio biológico
deben tratarse, y almacenarse, en condiciones ambientales y de seguridad.
Respecto a los restos humanos, deberá aplicarse toda la legislación compe-
tente que regule su uso y exposición. El CdD especifica que las colecciones
de restos humanos –ya sean esqueletos, momias u objetos elaborados con
restos humanos–, y material etnográfico delicado, deben almacenarse con
idénticos parámetros de seguridad y dignidad. Deberán tenerse en cuenta,
de existir, los deseos de los descendientes de las personas representadas
por estos bienes. Una de las funciones de las instituciones culturales es la
de permitir y facilitar el acceso a su contenido, lo cual, en ocasiones, puede
resultar contradictorio y enfrentar criterios.
El CdD del ICOM indica expresamente que las colecciones de restos
humanos u objetos con carácter sagrado deben conservarse y ser tratadas
con respeto, conforme a las normas profesionales, pero también a los in-

28
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

tereses y creencias de las comunidades, o grupos étnicos o religiosos de


donde provienen, si es que se conocen.
Como ejemplo, po-
demos citar varias piezas
de la colección permanen-
te del Museo Nacional de
Antropología (MNA). La
primera es una cesta de
boda de los diné, más
conocidos como navajo,
almacenada con el shi-
papu o «camino que co-
munica el mundo de los
ancestros con el mundo
presente», orientado ha-
cia el este. El shipapu
Figura 4. Cesta de boda de los diné orientada hacia el este.
debe tener siempre esta Museo Nacional de Antropología (Madrid). Fotografía: Mª Do-
orientación y, por ello, lores Hernando Robles.
el borde de la cesta pre-
senta una protuberancia para facilitar su colocación si la cesta es utilizada
durante una ceremonia nocturna (Alonso, 2012). Respetando sus creencias,
el MNA almacena la pieza con dicha orientación, y la acompaña con un
cartel que explica cómo debe ser colocada (figura 4). Otro ejemplo ilus-
trativo es una pipa de uso ceremonial de origen siux formada por dos
elementos: una caña y una cazoleta (Alonso, 2015). Los nativos americanos
consideran una falta de respeto que la pieza esté montada si no va a ser
usada, y por eso en el MNA se encuentra almacenada con ambas partes
separadas. La pieza, además, no debe tener ningún otro objeto por encima
porque se consideraría igualmente irrespetuoso. Por todo ello, la pieza se
encuentra depositada en la parte más alta del mobiliario de almacenamien-
to del museo (figura 5).

Figura 5. Pipa ceremonial siux. Museo Nacional de Antropología (Madrid). Fotografía: Mª Dolo-
res Hernando Robles.

29
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

La exposición del patrimonio biológico debe estar condicionada por


la dignidad humana y natural, así como por los criterios de conservación.
Siguiendo el CdD del ICOM, los restos humanos y los objetos de carácter
sagrado deben exponerse con sumo tacto, en un lenguaje inclusivo, multi-
lingüe, tolerante y respetuoso con todos los pueblos a los que concierne,
o de donde provienen, y en conformidad con sus creencias. Si los bienes
pertenecen a comunidades existentes se debe respetar la tradición y cultu-
ra de quienes las usan. Cuando existan representantes vivos de los grupos
culturales, toda exhibición, representación, investigación o enajenación de
los restos humanos debe realizarse consultando a los grupos implicados.
Los objetos elaborados, o que incluyan restos humanos, deberán ser tra-
tados con la misma dignidad que cualquier tipo de resto humano. Para
los museos que exhiben especímenes vivos, el CdD del ICOM NATHIST
amplía las normas establecidas por la Organización Mundial de Zoológicos
y Acuarios.
La exposición de personas muertas, u objetos elaborados con restos
humanos, con la autorización de las sociedades o grupos que las represen-
tan en su caso, o sin ella porque no estuvieran representadas, debe reali-
zarse desde el respeto, pero sin perder de vista el enfoque científico. Gran
parte de los testimonios de la muerte de los seres humanos han dejado de
estar expuestos al público, y han sido o bien restituidos, o bien reubicados
en los almacenes de los museos. Si esta situación se plantea con los restos
de otros seres vivos, podrá prevalecer la consideración de ítems destinados
al estudio con fines científicos y divulgativos.
Algunos objetos de origen biológico tienen, o han tenido, una alta
significación cultural o religiosa que la manipulación o el almacenamien-
to pueden desvirtuar. Muchos de ellos conservan elementos añadidos en
rituales u ofrendas: sangre, sudor, pelo o uñas, y es importante evitar el
riesgo de disociación.
En los últimos años, han aumentado las solicitudes de repatriación de
bienes de patrimonio biológico, en especial las adquiridas en el contexto
colonial. Al respecto, ICOM publicó en 2018 un artículo sobre la repatria-
ción internacional de restos humanos indígenas (Consejo Internacional de
Museos [ICOM], 2018), en el que señala, enraizando con la Carta de las
Naciones Unidas (1945), la Declaración Universal de Derechos Humanos
(1948), y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los
Pueblos Indígenas (DNUDPI), la importancia de garantizar la integridad
moral, así como de corregir los errores históricos. Siguiendo la DNUDPI,
«los pueblos indígenas tienen derecho a practicar y reavivar sus costumbres
y condiciones culturales, el derecho al uso y control de sus objetos ceremo-
niales y el derecho a la repatriación de sus restos humanos» (Organización
de las Naciones Unidas [ONU], 2007:6). Estas peticiones deberán conside-

30
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

rarse individualmente, siendo conveniente la constitución de comisiones


mixtas que representen a las comunidades de origen, y a la institución que
los custodia, iniciando así un diálogo y un programa de cooperación. La re-
patriación es pertinente cuando los objetos siguen teniendo valor espiritual
o cultural, cuando se puede demostrar que han sido robados o ilícitamente
adquiridos, o cuando este patrimonio se haya perdido o apenas existan
representaciones en sus lugares o comunidades de origen.
Cabe decir, por último, que los restos humanos han sido, son y
probablemente seguirán siendo objeto de controversia en cuanto a su
tratamiento como instrumento científico, recurso educativo o patrimonio
cultural. La misma problemática puede llegar a existir con el material cultural
delicado, donde encontramos piezas con una alta significación simbólica por
su carácter sagrado y su vinculación con el rito de la muerte y otros.

31
Colecciones biológicas de origen
arqueológico o paleontológico
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

Las intervenciones arqueológicas suelen recuperar un gran número de es-


pecímenes y material orgánico, que forman parte del patrimonio biológico:
restos óseos de vertebrados y de seres humanos, restos de invertebrados
y restos botánicos. En este apartado, se incluirán los tejidos blandos, es-
pecialmente de humanos, que frecuentemente se recuperan también con
técnicas arqueológicas.
Las condiciones de extracción y conservación del material orgánico
requieren de un protocolo de actuación, que va desde la planificación de
la excavación incluyendo, por ejemplo, la participación de especialistas en
paleobiología –arqueozoólogos, arqueobotánicos, tafónomos, etc.–, hasta
la descripción de las condiciones de depósito del material en los museos
o centros designados por la administración competente. Por un lado, el
objetivo es preservar el bien, y, por otro, la información que este pueda
contener –ADN, proteínas, grasas, talla, edad, sexo y patologías en vida
del ente vivo–, garantizando las condiciones óptimas de rescate de cara a
futuros análisis científicos. Esta doble condición del registro arqueológico
biológico confiere un valor extraordinario a los miles de huesos, conchas,
fibras, semillas, frutos, granos de polen, fitolitos, etc., que se extraen de las
excavaciones arqueológicas, y que pueden explicar, entre otras, las condi-
ciones actuales de biodiversidad del planeta.
Es importante tener en cuenta la naturaleza de estos materiales sub-
fósiles o arqueológicos a la hora de manejarlos y conservarlos. En el caso
de toma de muestras, por ejemplo, habrá que evitar la contaminación que
pueda producir errores en los resultados, y los procedimientos de restaura-
ción deberán adaptarse a esta dualidad patrimonial y documental.
Estas buenas prácticas, por último, deben ser asumidas por todos
los profesionales implicados: arqueólogos, investigadores, restauradores,
conservadores de museos, comisarios de exposiciones, etc., para garantizar
una correcta conservación del registro arqueobiológico.

Restos de vertebrados
Se consideran aquí los especímenes fósiles tanto faunísticos como de ho-
mínidos de especies extintas. Los códigos deontológicos distinguen entre
restos humanos de nuestra especie y de homínidos de especies distintas a
la actual. Si bien para determinadas comunidades humanas esta distinción
en cuanto al tratamiento no es tan evidente, en nuestro entorno las inter-
venciones sobre los homínidos fósiles se guían por los mismos principios
que rigen las de restos óseos de otras especies.
El registro arqueológico y paleontológico de los vertebrados está,
mayoritariamente, formado por dientes y por huesos. Entre estos últimos,

33
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

se incluyen también elementos externos como cuernos y astas. Los tejidos


blandos en este caso son muy excepcionales.
Todos estos elementos contienen tejidos celulares mineralizados o
calcificados, ricos en una forma de fosfato cálcico de origen biológico,
la hidroxiapatita. Este componente inorgánico hace que estos elementos
sean resistentes a la degradación. Todos los tejidos calcificados contienen
colágeno, además de hidroxiapatita, a excepción del esmalte dental. Con
sus dos componentes principales, el hueso puede compararse a la fibra de
vidrio con resina, en la que dos componentes poseen propiedades diferen-
tes a las del compuesto. Mientras la elasticidad del compuesto ocupa una
escala intermedia entre la del colágeno y la de la hidroxiapatita, su fuerza
de tensión es mayor que la de los dos componentes por separado.
La estructura de huesos y dientes es distinta: los huesos tienen un
tejido compacto y esponjoso, y los dientes dentina, cemento y esmalte. En
los dientes, el contenido en materia orgánica es mucho más bajo, llegando
a valores mínimos en el caso del esmalte. Su composición, prácticamente
mineral, los hace más resistentes, frente a otros tejidos en los que abunda
la materia orgánica. El cemento es, de todos los tejidos del diente, el más
parecido al hueso en sus características físicas y químicas.
Los cuernos, aunque recubiertos de queratina, son núcleos óseos
ricos en hidroxiapatita, pero, por el contrario, las astas presentan mayor
diferencia con otros elementos, y son más ricas en fracción orgánica que
mineral.
En vida, estos tejidos están en permanente transformación, por lo
que puede variar la composición en función de la edad y el estado de los
individuos. Todas estas diferencias influyen, de entrada, en el grado de
conservación de los distintos elementos. Posteriormente, toda una serie de
procesos previos y posteriores al enterramiento causa que se pierdan, y se
preserven, algunos elementos en grados muy distintos de conservación.
Las alteraciones de los huesos pueden haberse producido ante mor-
tem –enfermedades que afectan al hueso en vida del individuo, y que pro-
ducen diversas alteraciones morfológicas–, peri mortem –trastornos que se
producen en un momento cercano al momento de la muerte, y que suelen
estar relacionados con sus causas–, y post mortem –alteraciones del hueso
que se producen claramente después de la muerte–. Se considerarán aquí
solo las alteraciones post mortem, que son las que tienen un mayor interés
en el ámbito de la conservación y restauración. Del estudio de estas altera-
ciones post mortem se ocupa la disciplina llamada tafonomía.
A partir de la muerte del organismo, empiezan a actuar numerosos
agentes –naturales o antrópicos– antes y durante el enterramiento. La
tafonomía los ha agrupado en bioestratinómicos y fosildiagenéticos,

34
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

respectivamente. El estado de preservación de un hueso depende de su


historia tafonómica, y cualquier interpretación en este sentido debe tener
una justificación individual, y específica, ante el número de variables que
intervienen en el proceso. Estas variables se han dividido en:
- Agentes físicos y mecánicos, con capacidad de producir alteraciones
morfológicas en los restos.
- Agentes químicos, con capacidad de alterar la composición de los
restos.
- Agentes biológicos, que alteran la morfología y la composición.
La transformación más elemental de los esqueletos es la desarticu-
lación, por lo que resulta difícil encontrarlos completos. Lo mismo ocurre
con los elementos óseos, y los dientes ya individualizados, entre los que
abundan los elementos incompletos. A partir de aquí, las modificaciones
pueden ser muy diversas (Fernández-Jalvo y Andrews, 2016):
- Modificaciones en la superficie: marcas varias, incluyendo marcas de
corte, mordeduras o marcas producidas por raíces, decoloraciones y
manchas.
- Modificaciones que afectan a la forma, como el redondeo o el pulido.
- Modificaciones que penetran en el tejido, como fisuras o desconcha-
dos.
- Modificaciones por pérdida de tejido o desarticulación de elementos
esqueléticos, como fracturas y deformaciones.
Los especímenes paleontológicos, y también los restos óseos arqueo-
lógicos, superan en antigüedad a cualquier otro tipo de bienes arqueoló-
gicos. Esta larga historia hace que
hayan sufrido procesos muy va-
riados y duraderos, que producen
una variabilidad muy amplia en
cuanto a estados de preservación
(figura 6).
La intervención sobre restos
óseos debe complementarse con
el conocimiento de los métodos
de investigación de la zooarqueo-
logía y la tafonomía, para enten-
Figura 6. Costilla de mamífero de talla media de der los agentes y mecanismos de
Gran Dolina (TD6.2).Sierra de Atapuerca (Burgos).
En el corte transversal de esta costilla fracturada,
alteración que han actuado sobre
se aprecian restos de sedimento y de carbonato ellos. De esta manera, será posi-
cálcico. Fotografía: Lucía López-Polín. ble establecer criterios de inter-

35
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

vención más respetuosos con las modificaciones susceptibles de análisis, y


mejorará la calidad de los tratamientos. Es necesario tener en cuenta que no
todos los cambios producidos en los restos óseos son alteraciones nocivas
que haya que paliar mediante tratamientos de conservación-restauración.
Entre otras, pueden darse pérdidas de materia o pueden ganarse elementos
procedentes del entorno que no provocan ningún problema, como man-
chas o cambios de coloración, así como presencia de minerales exógenos.
En definitiva, no todas las modificaciones debilitan el material o di-
ficultan la visión de los fósiles. Por lo tanto, para valorar el estado de
conservación y diseñar un tratamiento de conservación-restauración, las
alteraciones se deben separar claramente en dos bloques:
- Modificaciones que no ocasionan ninguna inestabilidad ni dificultad
en la apreciación de los especímenes. Hay que tener en cuenta que,
precisamente, algunas de estas modificaciones son objeto de estudio,
y hay que recuperarlas y preservarlas –por ejemplo, evidencias de
modificaciones antrópicas, o presencia de determinados agregados
minerales–.
- Alteraciones que suponen un riesgo para la integridad del fósil o que
dificultan su estudio y apreciación. Entre las alteraciones que hay que
remediar en el registro fósil, se encuentran con frecuencia fisuras,
fracturas, o falta de consistencia. También se observa la presencia de
un determinado tipo de sedimento, o concreción, que hay que retirar
porque impide la apreciación, o porque supone un riesgo.
Antes de comenzar un tratamiento, tiene que hacerse una buena
descripción de patologías basada en el examen visual, auxiliado si fuera
necesario por una lupa binocular. Los análisis instrumentales, químicos o
con toma de muestras son, en general, propios de trabajos de investigación
más extensos, y no siempre son imprescindibles para diseñar una interven-
ción de conservación-restauración. Este nivel descriptivo es el primero y
esencial, viable sin necesidad de medios más complejos (figura 7).
Los tratamientos de restauración o intervenciones directas sobre fó-
siles se han abordado también desde el campo de la denominada «prepa-
ración paleontológica». La preparación es una especialidad centrada en el
tratamiento de especímenes fósiles que, en algunos países, se encuentra
claramente separada de la restauración de bienes culturales, especialmente
por lo que respecta a la formación de los profesionales que la ejercen. No
obstante, coincide inevitablemente en muchos de sus objetivos, procedi-
mientos y técnicas con la conservación-restauración. Por este motivo, se
propone aquí unificar la terminología, y no generar nuevas divisiones, es-
pecialmente en entornos donde aún no se han consolidado.

36
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

Figura 7. A la izquierda (a) húmero de Homo antecessor procedente de Gran Dolina, Sierra
de Atapuerca (Burgos), con sedimento carbonatado, compacto y estable. A la derecha (b)
hueso largo de mamut del Barranc de la Boella, La Canonja (Tarragona), con sedimento poco
cohesionado y con raíces. En el primer caso, el sedimento no genera ningún problema y no
es imprescindible retirarlo. En el segundo, provoca inestabilidad mecánica e impide recom-
poner bien el fósil. Fotografía: Lucía López-Polín.

Donde el término y el oficio se encuentran consolidados, la prepara-


ción paleontológica es la especialidad que tiene por objetivo principal, el
tratamiento de los especímenes fósiles para permitir su estudio científico
y su exhibición. Se trata, habitualmente, de fósiles que proceden directa-
mente de yacimientos o que no han sido previamente tratados y, aunque
puede tener también por objetivo preservar a largo plazo los especímenes,
este aspecto está, en general, menos magnificado que en las actuaciones
descritas como de conservación-restauración. Es decir, la preparación es
siempre sinónimo de intervención directa, y las medidas preventivas, si se
llegan a diseñar, son complementarias. La preparación incluye, normalmen-
te, tratamientos que consisten en terminar de excavar, limpiar, consolidar y
reconstruir los fósiles. Esto puede realizarse de manera idéntica sobre otros
elementos como, por ejemplo, los artefactos líticos recuperados junto a los
fósiles. Sin embargo, en tal caso, el trabajo no se denomina preparación,
sino restauración o conservación-restauración. Por lo tanto, la diferencia no
está ni en el procedimiento ni en el objetivo de las intervenciones, sino en
el tipo de elemento intervenido o, más bien, en el tipo de estudio –paleon-
tológico o arqueológico– que se lleva a cabo sobre este.
Considerando que la metodología y los criterios empleados en las
intervenciones sobre especímenes fósiles deberían ser, en realidad, los mis-
mos, independientemente de si se denomina preparación o restauración,
lo ideal sería unificar la terminología. Esto debería acordarse teniendo en
cuenta los usos en las diversas zonas geográficas. En cualquier caso, es ex-
traño utilizar denominaciones diferentes y, sobre todo, generarlas de nuevo
si la tradición no lo ha hecho, como ocurre en España, donde no está tan
arraigada la denominación de «preparación» como en otros territorios. Por

37
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

lo tanto, es recomendable referirse como intervenciones de restauración y


conservación, tal y como se hace para otros elementos patrimoniales.
Existe un registro material, en el que se encuentran especies extintas
faunísticas y de homínidos, junto a evidencias de ocupaciones humanas, y,
por lo tanto, se estudia simultáneamente desde la arqueología y la paleon-
tología. En función de la perspectiva de análisis, los objetivos y metodo-
logías de estudio pueden ser diferentes, de modo que también puede ser
distinto el grado de intervención de restauración requerido.
No se puede estandarizar pero, en general, los estudios paleontológi-
cos requieren un mayor grado de intervención de restauración en cuanto a
niveles de limpieza y reconstrucción. La restauración de un fósil para un es-
tudio taxonómico, por ejemplo, requiere una reconstrucción bastante com-
pleta y, a ser posible, la eliminación de deformaciones post mortem. Esto
permite análisis morfométricos en los que se miden determinados puntos
que tienen que estar accesibles –bien reconstruidos y limpios–, para per-
mitir la máxima precisión en las medidas. Sin embargo, este requerimiento
puede ser irrelevante, o hasta contraproducente, para otro tipo de estudios.
Sería el caso de un estudio zooarqueológico en el que se evaluaran las
modificaciones antrópicas sobre el fósil. En tal caso, se analizarían, entre
otras cosas, los patrones de fracturación de los huesos, por lo que puede
ser preferible no reconstruir los fósiles para poder estudiar los ángulos de
los bordes fracturados. Así, cuando el conservador-restaurador se dirija a
uno u otro especialista para acordar el nivel de intervención necesario, las
respuestas pueden ser diferentes y no siempre será fácil saber qué hacer.
En conservación-restauración, los tratamientos se diseñan tras un es-
tudio de la composición, las alteraciones, y las necesidades de los bienes
considerando el entorno en el que se encuentran. No existe un tratamiento
único para cada tipo de objeto. Del mismo modo, no hay una directriz
única a la hora de intervenir sobre un fósil. En cualquier caso, los requeri-
mientos de los estudios, considerando la gran diversidad de perspectivas,
métodos y objetivos buscados, tienen que incluirse en el diseño de los tra-
tamientos. En caso de contradicción, el papel del conservador-restaurador
pasa por encontrar una solución que equilibre esos requerimientos con las
necesidades del material (figura 8).
El estudio macro, y especialmente microscópico, de las superficies
óseas, por último, puede verse claramente afectado por procesos de limpie-
za y por la presencia de consolidantes. Estos estudios son diversos, desde
el análisis de los tejidos óseos, y del desgaste de las superficies dentales, a
los estudios tafonómicos de marcas en la superficie –mordeduras, marcas
de corte, etc. –, y a cómo los consolidantes pueden interferir en los resul-
tados al crear películas en la superficie. En cuanto a las limpiezas, tanto
mecánicas como químicas, pueden modificar también la microtopografía

38
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

de los huesos erosionando, o depositando partículas, y rellenando marcas


o rasgos, que entonces dejarán de observarse.

Figura 8. Mandíbula de félido de Gran Dolina (TD4.2). Sierra de Atapuerca (Burgos). El pequeño
fragmento del cóndilo restaurado (señalado por los círculos) permite tomar medidas más precisas.
Fotografía: Lucía López-Polín.

Mientras no parece que los procedimientos de restauración puedan


perjudicar a los análisis de isótopos estables como el 15N o 13C, sí que pue-
de haber interferencias en los análisis basados en el 14C. Del mismo modo,
en estudios sobre ADN, las llamadas a la precaución son muchas, pero
hay que huir de las recomendaciones genéricas. La máxima de «no tocar
los fósiles» puede servir en casos concretos, sean estos descubrimientos
excepcionales, o conjuntos seleccionados a priori para análisis específicos.
Teniendo en cuenta el principio de mínima intervención, y el marcado
carácter de interdisciplinariedad de la conservación-restauración, las inter-
venciones tienen que diseñarse con el mayor conocimiento de los requeri-
mientos de los estudios. Sin embargo, establecer restricciones excesivas de
manera genérica –no tocar, no lavar, no consolidar–, no ayuda.
No se puede paralizar una investigación completa en aras de un tipo
de estudio determinado. Por el contrario, se puede recomendar de manera
genérica:
1. Obtener documentación previa sobre posibles estudios e interferen-
cias.
2. Guardar muestras intactas de bienes o de conjuntos.
3. Incidir en la importancia de que los investigadores reciban, junto
a los fósiles, la información sobre los tratamientos a los que se les
ha sometido, para que así puedan considerar retirar algún producto
antes del análisis o considerar, en cualquier caso, la existencia de
posibles contaminaciones u otras interferencias.

39
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

Restos humanos
Muchas son las disciplinas que se ocupan del estudio de los restos huma-
nos –huesos y partes blandas–: antropología física y forense, anatomía,
patología clínica, patología forense, antropología biológica, biología, radio-
logía clínica y forense, anatomía humana, etc. Este capítulo se desarrolla
desde el punto de vista de las ciencias forenses, y se analizan tanto los
restos óseos, localizados fundamentalmente en los registros arqueológicos,
como los restos de tejidos blandos, que pueden aparecer en circunstancias
más variadas.

Restos humanos óseos


La semiótica en el lenguaje científico es aún más importante que en el len-
guaje coloquial o formal, por ello, resulta imprescindible acordar conceptos
y terminologías comunes para intercambiar, de manera eficaz, información.
De acuerdo a esta necesidad, para los restos humanos óseos se ha estable-
cido un vocabulario sobre la lesión elemental del hueso dependiendo de si
se describe a nivel macroscópico, o radiológico.
A nivel macroscópico, las lesiones más comunes responden a los
siguientes términos:
- Erosión. Pérdida de sustancia superficial que supera la cortical.
- Cavidad. Pérdida de sustancia, más o menos voluminosa, a expensas
del tejido óseo.
- Perforación. Pérdida de sustancia que atraviesa el hueso.
- Osteolisis. Pérdida de sustancia que provoca la desaparición de un
segmento del hueso.
- Fisuración cortical. Solución de continuidad lineal de la cortical del
hueso.
- Periostosis. Osteoformación periférica que modifica la morfología
normal de la superficie de un hueso.
- Osteofitosis. Producción ósea irregular localizada y desarrollada en la
proximidad a la superficie articular de un hueso.
- Exostosis. Producción ósea localizada y desarrollada sobre la super-
ficie de un hueso.
- Eburnación. Aumento de la densidad de un hueso, donde una parte
es compacta como el marfil.
- Osteopenia. Reducción volumétrica del tejido óseo.

40
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

- Deformación axial. Modificación del eje de un hueso por angulación,


incurvación o desviación.
- Deformación volumétrica. Aumento o disminución de la longitud, del
calibre, o del espesor de toda o de una parte de un hueso.
- Pseudoartrosis. Articulación accidental en el seno de un hueso o en-
tre dos huesos.
- Anquilosis. Supresión de la movilidad de una articulación resultante
de la fusión por osificación de los extremos de dos o varios huesos.
- Cuerpo extraño. Elemento ajeno que se encuentra en un lugar del
tejido óseo.
Estas lesiones elementales del hueso deben ser descritas, a su vez,
con arreglo a criterios macroscópicos tales como fondo o superficie, bor-
des, volumen, cualidad, textura, forma, topografía y extensión.
Respecto a los términos utilizados para describir las lesiones visibles
en el análisis radiológico de estos restos, destacan los siguientes términos:
- Hipertransparencia. Disminución de la densidad de la imagen de un
hueso.
- Lacunar o geoda. Hipertransparencia circunscrita de la imagen de un
tejido óseo.
- Osteocondensación. Aumento de la densidad de la imagen del tejido
óseo.
- Rasgo o trazo. Hipertrasparencia u osteocondensación lineal.
- Condensación periférica. Aumento de la densidad de imagen del te-
jido óseo alrededor de una geoda o espacio lacunar.
o Medular. En relación a la cavidad medular de un hueso.
o Endosteal. En relación con la pared de la cavidad medular de un
hueso.
o Cortical. En relación con la cortical de un hueso.
Un hueso, por sí mismo, no tiene un significado si no es dentro de un
contexto de interpretación, en el que se tiene que centrar todo el esfuerzo
de investigación. El estudio en el lugar del hallazgo adquiere tanta impor-
tancia como el específico y posterior en el laboratorio (figura 9).

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Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

Figura 9. Desarticulación y dispersión en el suelo de una cripta. Fotografía: Francisco


Etxebarría Gabilondo.

Los agentes de deterioro actúan, especialmente, sobre la superficie


de los huesos, que es altamente susceptible de evidenciar cualquier acción
que les afecte de algún modo. Se trata, por lo tanto, de conocer estos pa-
trones, o huellas, para orientar el proceso dinámico que se ha producido.
Las alteraciones de los huesos humanos, tal y como se ha comentado para
los restos de vertebrados, pueden haberse producido ante mortem, peri
mortem y post mortem, siendo las más frecuentes:
- Meteorización por insolación y otros agentes atmosféricos. Esta alte-
ración está relacionada con el tiempo transcurrido entre la muerte y
el enterramiento.
- Alteraciones posdeposicionales. Se inician con anterioridad al ente-
rramiento de los restos, y desde que los mismos se incorporan a la
matriz sedimentaria.
o Destrucción in situ, que puede estar provocada por la acción de
animales u otros agentes biológicos e incluso por la acción de
agentes físicos:
• Marcas de dientes de carnívoros. Surcos sinuosos que se inter-
calan unos sobre otros de un modo caótico y no responden
a ningún patrón regular. La mayor destrucción se produce en
las epífisis por su mayor contenido de materia esponjosa.
• Marcas de dientes de roedores, normalmente los incisivos,
que causan un desgaste o raspado con pérdida importante
de sustancia a modo de estriaciones paralelas, o en forma de
abanico.

42
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

• Marcas de actividad bioquímica por la actuación de bacterias


y hongos saprófitos, y por las raíces de los vegetales. Tam-
bién puede estar provocada por la acción de otros agentes
biológicos.
. Los hongos producen un gran número de ácidos orgá-
nicos, y en grandes cantidades, que provocan una activa
disolución de los fosfatos de calcio del hueso formando
canales de perforación.
. Las bacterias forman cavidades redondeadas, u ovaladas,
aprovechando las lagunas de los canalículos propios del
hueso.
. Las raíces de la cubierta vegetal secretan ácidos, como el
carbónico, y otros orgánicos, como el cítrico, que generan
la disolución de la sustancia mineral del hueso. Se mani-
fiestan como improntas o surcos de adaptación, con las
raíces repartidas en forma de red por la superficie de los
huesos. Pueden cambiar, además, la coloración del hueso.
• Marcas de pisoteo, o trampling, por la presión ejercida sobre
o dentro del sustrato en el que se encuentran los huesos. Se
producen unas estrías de anchura variable, que se presen-
tan en grupo y obedecen al efecto del roce con otros ele-
mentos más duros del sedimento. Sus características varían,
dependiendo del tamaño y de la composición de los granos
del sedimento. Asimismo, pueden producirse roturas por el
efecto de la compresión y dilatación continuada del sedimen-
to a lo largo del tiempo. La respuesta del hueso frente a la
aplicación de una fuerza directa o indirecta exterior está muy
condicionada por dos factores: la humedad y la temperatu-
ra. El comportamiento es distinto si nos referimos al hueso
fresco, o al seco: el hueso fresco posee una gran capacidad
para absorber la energía proporcionada por un golpe, ya que
conserva la humedad debido a la presencia de grasa en su es-
tructura, y se fractura a favor de las líneas de debilidad de su
propia arquitectura, que condicionan las fibras de colágeno,
a las que siguen en paralelo. El hueso seco es poco elástico
y poco flexible, por lo que pierde su capacidad de defor-
mación plástica ante un golpe. Al no poseer su componente
orgánico completo, se fractura siguiendo la organización mi-
croestructural de sus componentes minerales, en grietas per-
pendiculares al eje longitudinal de las fibras de colágeno. Si
el hueso está fosilizado, la fractura es netamente transversal
a su longitud.

43
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

Por otra parte, a mayor temperatura, mayor dureza, menor


elasticidad y mayor fragilidad. La exposición del hueso a altas
temperaturas, y al secado al aire libre, produce un agrieta-
miento espontáneo y una exfoliación, que favorecen la pos-
terior degradación acelerada del tejido.
• También se pueden provocar desplazamientos posdeposicio-
nales en horizontal, o vertical, por la acción intencionada del
hombre, de animales, o de causas naturales relacionadas con
la filtración y arrastre de aguas.
o Desarticulación y dispersión. Los procesos de desarticulación y
dispersión visibles en los restos humanos pueden ser:
• Desarticulación antrópica. La intencionalidad puede obede-
cer a varias circunstancias: criminales, rituales y de carnicería
–antropofagia–. Habitualmente se identifican marcas de útiles
y patrones de fracturación por huellas de cortes, de raspado
y de percusión.
• Desarticulación natural. Puede estar producida por agentes
naturales, como son los físicos, químicos y biológicos. Infor-
man de las condiciones ecológicas y medioambientales que
han experimentado los restos.
La secuencia de desarticulación natural ha sido ampliamente
descrita por algunos autores. Cuando se completa la separa-
ción, y aun antes de ello, los restos experimentan el efecto de
la degradación. La piel retarda la desarticulación, sobre todo
en ambientes secos, en los que la deshidratación es rápida, y
se instaura inmediatamente después de la muerte –fenóme-
no cadavérico–. Los tendones y ligamentos, en definitiva, así
como algunas fibras musculares y aponeurosis, persisten más
tiempo a la degradación natural, y por ello fijan en conexión
anatómica algunas porciones esqueléticas. La regularidad del
proceso de desarticulación, condicionado por la fuerza con
la que se relacionan las articulaciones, depende del medio
ambiente y sedimento donde se desarrolla, y puede quedar
completamente alterada si existen acciones antrópicas. En
la desarticulación natural, y también en la dispersión subse-
cuente de los restos, juegan un papel de gran importancia los
carnívoros.
o Fosilización. Este fenómeno supone el cambio en la materia mi-
neral de los huesos. Estas modificaciones dependen de la com-
posición del agua y del contexto en el que se encuentran. Hay
dos tipos de variables:

44
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

• Alteraciones del material fosfático. Los huesos absorben iones


de flúor del sustrato, que sustituyen a los iones hidróxilos de
la hidroxiapatita. Los huesos se hacen, así, más insolubles,
por lo que perduran más tiempo y se ligan más al sustrato.
• Adición de nuevas sustancias minerales en los poros del hue-
so. Esto produce un aumento de peso y su asimilación al sus-
trato, del que puede resultar muy complicada su extracción
–materiales brechados–. Resulta muy frecuente la formación
de carbonatos que, además de infiltrarse en la profundidad
del hueso, pueden manifestarse como finas películas sobre
la superficie del mismo. En esta
última situación, el carbonato
cálcico puede desprenderse es-
pontáneamente cuando todo el
conjunto experimente una cierta
deshidratación (figura 10).

Tejidos blandos
Los restos humanos blandos7
Figura 10. Formas macroscópicas de degradación. pueden conservarse, esencial-
Fotografías: Francisco Etxeberría Gabilondo.
mente, en dos grandes tipos de
procesos: los procesos naturales y los artificiales. Los procesos naturales,
a su vez, se clasifican en dos grandes grupos: los procesos conservadores
naturales, que dependen de la deshidratación rápida de los tejidos, pro-
ducidos en condiciones de baja y muy baja humedad, y los procesos de
saponificación producidos en condiciones de alta y muy alta humedad.
En general, los procesos conservadores de cadáveres tienen un eleva-
do interés forense porque permiten la valoración de lesiones que, de otro
modo, no podrían valorarse. Estos procesos, brevemente, son:
- Procesos naturales de conservación de tejidos humanos:
o Momificación natural. Proceso de desecación rápida de los tejidos
corporales que se produce cuando el cadáver se encuentra, esen-
cialmente, en condiciones de baja y muy baja humedad, aunque
está condicionado también por otros factores secundarios, como
la aireación, la causa de la muerte, el retardo de la putrefacción,
la limitación del acceso al cadáver por insectos y carroñeros, etc.

7
Aunque este apartado se centra fundamentalmente en los restos blandos de humanos, la infor-
mación puede extrapolarse a la conservación de tejidos blandos de otros animales.

45
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

o Saponificación. La saponificación cadavérica es, esencialmente,


un proceso de esterificación de los ácidos grasos que compo-
nen la grasa corporal –fundamentalmente triglicéridos–, y que se
produce en condiciones de alta y muy alta humedad –cadáveres
enterrados o en el agua–. La hidrólisis que produce el manteni-
miento del cadáver en estas condiciones da lugar a la formación
de ácidos grasos libres que, por reducción, y con la intervención
de algunos cationes, elevan su punto de fusión transformando la
grasa corporal en una sustancia cérea, jabonosa y quebradiza. En
la actualidad, se considera que la saponificación es un proceso
más de la descomposición cadavérica. Restos de saponificación
pueden hallarse en casi todos los cadáveres en descomposición,
y puede afectar a algunas partes corporales, o estar extendida a
todo el cuerpo.
o Corificación. La corificación se describe como un proceso con-
servador semiartificial que se produce en los cadáveres que son
depositados en cajas de zinc herméticas. El aspecto general de la
piel es parecido al cuero recién curtido, y puede producirse en
todo el cuerpo, o solo en algunas zonas.
o Congelación. En algunas latitudes, los cadáveres se conservan
congelados debido a las bajas temperaturas ambientales. Al tras-
ladar el cadáver a lugares con temperaturas superiores a 0 ºC la
descomposición se acelera de forma importante.
- Procesos artificiales de conservación cadavérica:
o Embalsamamiento. Egipcios, incas, guanches, persas, y otras cul-
turas han practicado el embalsamamiento del cadáver mediante
distintas técnicas. En la actualidad, aún los toraja, en Indonesia,
y los anga, en Nueva Guinea, practican el embalsamamiento ri-
tual. También se practica como una exigencia legal en el traslado
internacional de cadáveres, por iniciativa privada de la familia,
o debido a la condición del cadáver. La técnica consiste en la
inyección intraarterial de soluciones conservadoras basadas en
el formol mezclado con otros productos. También se emplea la
parafinación y plastinación del cadáver.
o Conservación con fines docentes. Suele practicarse un
embalsamamiento modificado con vaciado de sangre del sistema
circulatorio, y sumersión del cadáver en líquido conservador.
o Refrigeración. El mantenimiento del cuerpo entre 0 y 4 ºC permite
el retraso de la aparición de fenómenos de putrefacción.
Como en otro tipo de restos, los factores físico-mecánicos, químicos y
biológicos condicionan la aparición, fragmentación, licuefacción de tejidos,
o destrucción completa de los mismos. Las alteraciones características de

46
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

los tejidos blandos momificados son: concreciones, depósitos de suciedad,


polvo, adherencias, eflorescencias grasas y/o salinas, y manchas; además
de colonización biológica; e incluso grietas, fracturas, fisuras, descamados,
orificios y pérdidas matéricas –pelo, piel, huesos, etc.–, marcas casuales o
intencionadas, cortes, y extracciones; así como pérdidas de elementos o
disociación.

Restos de invertebrados
En este apartado, cabe mencionar las ramas de la paleología y arqueozoo-
logía, que se ocupan de la recuperación e identificación de los restos de los
animales invertebrados, donde destacan tanto la arqueoentomología como
la arqueomalacología.
La arqueoentomología es una ciencia relativamente reciente que se
encarga de identificar restos de insectos, aunque frecuentemente incluye
también el estudio de otros artrópodos a partir de sus exoesqueletos. El es-
tudio de estos restos proporciona información ambiental indirecta del con-
texto inmediato de los fósiles, y complementa territorialmente la imagen
más amplia proporcionada por la palinología. Del mismo modo, informa
sobre ciertas condiciones, como los niveles de higiene, hábitos de consu-
mo, o evidencias de conexiones comerciales. En este apartado entrarían,
además, los restos de insectos saprófitos y necrófagos desarrollados a partir
de materias orgánicas descompuestas o en descomposición.
Las posibilidades de localización de restos de este tipo aumentan en
condiciones anaeróbicas y húmedas o muy húmedas. También es posible,
por el contrario, su conservación en condiciones extremas de humedad. Su
recuperación ha de hacerse mediante cribado y flotación. La identificación,
por último, se realiza a partir de la comparación con colecciones de refe-
rencia, pues suelen aparecer sumamente fragmentados o dislocados.
Respecto a la arqueomalacología, es la rama encargada del estudio
de los restos de moluscos. Estos pueden aparecer en contextos arqueológi-
cos tanto de forma aislada, como en acumulaciones o «concheros». El estu-
dio de estos restos ofrece, al igual que en la rama anteriormente comenta-
da, información sobre economía, aprovechamientos de recursos, aspectos
medioambientales y climáticos, etc.
Dada la composición de estos especímenes, en los que destaca la
gran cantidad de carbonato cálcico, es frecuente encontrar grandes depó-
sitos en un estado de conservación relativamente bueno. Para la recupe-
ración, o documentación de estos restos en la excavación arqueológica,
hace falta definir, en primer lugar, el sistema de extracción o muestreo y,
a continuación, realizar cribados con luces de malla progresivamente más
pequeñas.

47
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

Restos botánicos
El registro arqueobotánico está integrado por todos aquellos restos vegeta-
les recuperados en un yacimiento arqueológico. Estos se pueden clasificar
en dos grandes grupos en función de su tamaño:
- Macrorrestos. Englobarían la madera –carbonizada o no–, los tallos,
las hojas, las raíces, los tubérculos y otros órganos subterráneos, así
como los frutos y las semillas.
- Microrrestos. Entre los que se encuentran el polen, los fitolitos, las
esporas, las diatomeas y los almidones.
Cada tipo de resto requiere de una metodología de muestreo, análi-
sis, e interpretación distinta, si bien tienen elementos comunes. Estos restos
presentan distintas formas de conservación en un yacimiento arqueológico:
- Carbonizados. Es la forma de conservación más habitual. La carbo-
nización puede ser el resultado de incendios naturales o de fuego
humano. El contexto sedimentario marcará la diferencia, y será im-
portante para la interpretación del conjunto carbonizado desde un
punto de vista cultural o biológico, o ambos.
- Embebidos en medios húmedos con condiciones anaeróbicas que
posibilitan la conservación, al igual que sucedía con los restos
entomológicos. En especial, el polen, las esporas y otros órganos
vegetales se conservan muy bien en estos contextos sedimentológicos.
Excepcionalmente, las maderas arqueológicas también pueden
conservarse en condiciones extremas de humedad.
- Desecados. Se sitúan en condiciones de extrema aridez.
- Mineralizados. Las estructuras orgánicas celulares han sido sustituidas
por soluciones minerales que penetran y se precipitan en los tejidos
vegetales. Para ello, es necesario una fuente de minerales, la degra-
dación de los restos orgánicos y una circulación irregular de agua.
Esta mineralización también puede producirse al entrar en contacto
los restos vegetales con objetos metálicos.
El fin último del estudio de los restos botánicos es la reconstrucción
de las relaciones de las sociedades del pasado con las plantas (Mata et alii,
2010), además de conocer la propia historia de las especies vegetales, y los
cambios ambientales acaecidos a lo largo del tiempo. Estos son algunos
ejemplos de los estudios o vías de investigación derivados del análisis:
- Fuente de combustible, cuyo residuo más frecuente son los carbones
arqueológicos. Su estudio tiene como objetivo conocer los usos, y
gestión del fuego y el combustible, a lo largo de la historia humana.

48
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

Además, la identificación botánica de los carbones permite conocer


la flora local, los cambios a través del tiempo por causas climáticas o
culturales, así como la ocurrencia de incendios naturales.
- Materia prima. Los vegetales son esenciales en la cultura material de
todas las sociedades humanas, en especial durante la Prehistoria, ya
que fueron el componente principal de la cultura material, como han
demostrado los yacimientos lacustres. La identificación botánica de
los objetos, enseres, o elementos constructivos aporta conocimientos
sobre el patrimonio biológico y cultural.
- Alimentación, recolección, agricultura, y especies de interés econó-
mico. Las semillas y frutos recuperados en contextos arqueológicos
sirven para documentar la alimentación vegetal a lo largo del tiempo,
así como para estudiar la introducción de cultivos y técnicas agrícolas
de unas zonas a otras.
- Uso químico. Aprovechamiento de las propiedades químicas de las
plantas de uso medicinal, venenos, etc.
- Reconstrucción ambiental y climática. La flora identificada en los ya-
cimientos facilita una interpretación sobre los ecosistemas, y el clima
imperante, en el momento de la formación de los sitios de acuerdo
a criterios actualistas.
- Datación. Los restos vegetales tienen una doble información: botáni-
ca y cronológica. Su contenido en carbono facilita la datación por ra-
diocarbono. Toda datación debe hacerse sobre material identificado,
ya que, de este modo, las fechas ayudan a conocer la historia de las
plantas, los refugios, la distribución en el pasado, los endemismos,
las extinciones, la introducción de especies, etc.
- Dendrocronología. El estudio de los anillos de crecimiento de los ár-
boles de las regiones templadas es un método exacto de datación. Sin
embargo, más allá de la obtención de la fecha, su estudio permite,
además, analizar el crecimiento de los árboles y, a partir de este, reali-
zar inferencias climáticas, o detectar particularidades que pueden ser
causadas por sistemas humanos de manejo del bosque, como podas,
talas, descortezado, etc.
- Estudios de ADN y de isótopos. En casos excepcionales, las semi-
llas arqueológicas conservan ADN, cuyo análisis permite obtener una
precisa identificación botánica, así como la reconstrucción de la filo-
genética de la especie, definiendo orígenes de domesticación e, in-
cluso, la adaptación al medio mediante variaciones en el fenotipo. En
el caso del análisis isotópico, permite definir las condiciones en las
que se desarrolló la planta, como, por ejemplo, la fertilidad del suelo,
o la disponibilidad de agua, especialmente interesante en el caso de
los primeros momentos de la agricultura.

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Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

Muestreo
Uno de los principales problemas que existe en la recogida de restos ar-
queobotánicos, así como arqueoentomológicos y arqueomalacológicos, es
que durante el proceso de excavación se tiende a recoger «aquello que
se ve» –materiales más grandes, concentraciones, etc. –, lo que genera un
enorme sesgo en la composición del conjunto por tamaño o visibilidad. La
aplicación de un muestreo riguroso y exhaustivo es la única forma de evitar
ese sesgo, y recuperar la mayor cantidad de restos de flora y fauna. Dicho
muestreo debe adaptarse a cada yacimiento con la recogida de un volumen
constante de sedimento y, si es posible, su procesado mediante el sistema
de flotación, así como el posterior triado del material utilizando lupas para
la recuperación de los restos de muy reducido tamaño.
Con este protocolo, se pueden recuperar muchos de los restos
anteriormente descritos: madera carbonizada o fresca, restos entomológicos,
etc., que amplían sensiblemente las posibilidades de interpretación del
registro.
Durante el proceso de extracción y análisis de carbones, madera
y semillas, los materiales no precisan de ningún tratamiento químico, al
contrario, es recomendable no utilizarlo, ya que el material puede servir,
posteriormente, para la datación por radiocarbono u otro tipo de análisis. Si
fuera necesario utilizar consolidante sobre alguna pieza –por ejemplo, ob-
jetos de madera–, por su escasa consistencia, es recomendable contar con
la presencia de un especialista que pueda realizar antes una extracción de
parte de la pieza, adecuada al tipo de análisis que se pretende, –que suele
ser de muy pequeño tamaño–.
Posteriormente, en el laboratorio, se procede al análisis óptico del
material para su identificación botánica. Para ello, se utilizan colecciones
de referencia en cada una de las disciplinas comentadas –madera, semillas,
hojas y otros materiales–, que constituyen uno de los recursos fundamen-
tales para la investigación, disponibles en diversos centros formativos y de
investigación, y que generan un patrimonio para dichas instituciones.
La musealización de los vegetales no es frecuente, con excepción de
objetos excepcionales. Sin embargo, estos intervienen de forma significati-
va en la vida cotidiana desde la Prehistoria y, por ello, merecen un puesto
en las exposiciones públicas y permanentes de los museos. Es fundamental
su integración en el discurso didáctico y científico de los museos para que
se entienda el enorme aporte al conocimiento de las sociedades del pasado
(gráfico 1).

50
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

Gráfico 1. Recogida y análisis de macro y micromuestras. Autoras: Yolanda Carrión, Carmen M. Martínez
Varea y Ernestina Badal García.

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Colecciones de fauna y flora
obtenidos mediante colecta
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

Gran parte del trabajo científico relativo a la fauna y flora, así como un por-
centaje muy alto del incremento de colecciones de esta naturaleza, tanto
para especies silvestres como domésticas, se hace a partir de sistemas de
recolecta altamente normalizados mediante cada una de las disciplinas im-
plicadas. Esta sistematización garantiza que no se pierdan datos esenciales
y ayuda a interpretar el contexto de recolección.
Las recolecciones taxonómicas –muestra o espécimen– han sido una
constante en la construcción de las colecciones, bien por recolección di-
recta en el campo, bien por donación o intercambio. En las instituciones
de mayor tradición suelen convivir, al menos, dos tipos de colecciones: las
patrimoniales de historia natural, formadas en época del coleccionismo, los
gabinetes de curiosidades, las exploraciones, etc., y las más modernas de
investigación.
La extracción o colecta involucra las técnicas por las que los espe-
címenes, muestras o restos son obtenidos con el objetivo de crear colec-
ciones de referencia, estudiar un yacimiento, o hacer el inventario de la
biodiversidad de una zona. Tal y como se comentó en el apartado de legis-
lación, para estas recolectas hay que atender a distintos aspectos jurídicos
y normativos, entre ellos la obtención de los correspondientes permisos.
Existen numerosas técnicas de muestreo de fauna y flora, y copiosa
bibliografía sobre los sistemas de colecta de los diferentes grupos de orga-
nismos. Cabe hacer mención del trabajo de recopilación efectuado durante
el proyecto de EDIT «Toward the European Distributed Institute of Taxo-
nomy» entre 2006 y 2010 (referencia de Conformidad Europea: 018340-2),
donde un grupo de expertos realizó la tarea de conjugar un manual, conte-
nido en dos volúmenes, que incluye las técnicas de colecta de invertebra-
dos, vertebrados y plantas desde los ambientes terrestres hasta los marinos
(figura 11).
Los especímenes
o muestras, al ser de na-
turaleza orgánica y, por
tanto, perecedera, tie-
nen que ser sometidos
obligatoriamente a pro-
cesos de preparación,
fijación o congelación,
para evitar su deterioro
o pérdida. En el medio
natural, puede haber un
acceso limitado a mate-
riales y equipos, por lo Figura 11. Planta seca antes de montarla sobre el pliego de
que se suele recurrir a papel. Fotografía: Gloria Pérez de Rada.

53
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

una preservación provisional o temporal con métodos más simples, que


son útiles in situ y durante el transporte hasta las instituciones o laborato-
rios, donde se procederá a su preservación definitiva.
La preservación provisional o temporal de animales se suele hacer en
fluidos –utilizando tampones de preservación de campo–, o bien en condi-
ciones de refrigeración (máximo 5 ºC), o de congelación –hielo, hielo seco
o nitrógeno líquido–, mientras que la de plantas suele ser en seco.
En la actualidad, las colecciones aumentan por la obtención de ejem-
plares sacrificados –eutanasia–, toma de muestras invasivas –como biop-
sias, piel, sangre, semen, etc.–, o muestras no invasivas, en especial, si
afectan a especies en peligro de extinción.
El uso de nuevas técnicas moleculares, para el estudio del ADN, por
ejemplo, está incrementando el uso de ejemplares conservados en ins-
tituciones, es decir, también se habla de extracción y muestreo sobre el
patrimonio biológico clásico. Estas muestras, además de ser utilizadas para
la finalidad para la que son solicitadas, se deben considerar el origen de
nuevas colecciones de referencia, asimismo patrimoniales.
Durante su ciclo vital, la integridad celular y molecular se mantie-
ne por procesos fisiológicos y homeostáticos, pero, cuando un organismo
muere, estos mecanismos cesan. Ante la imposibilidad de mantener la in-
tegridad celular, se produce la rotura de membranas y orgánulos citoplas-
máticos, y comienza la desnaturalización de moléculas, como ocurre con
proteínas y ácidos nucleicos. Por ello, es recomendable que el muestreo
de tejido se realice lo antes posible, y previo a que sobrevenga la muerte
celular y la degradación molecular.

Colecciones de fauna
La tipología de las colecciones faunísticas es tan variada como la diversidad
de los organismos catalogados en el mundo animal. El origen de este tipo
de colecciones se remonta a la Prehistoria, donde su uso en ajuares está
ampliamente constatado. No obstante, es el coleccionismo desarrollado en
la Edad Moderna el que hizo crecer enormemente los conjuntos de este
tipo, siendo habitual encontrar especímenes muy diversos en los gabinetes
de curiosidades y maravillas de la época. Muchas de estas antiguas colec-
ciones son testigos de especies extintas y, por tanto, su estudio concierne a
distintas disciplinas científicas.
La conservación de estos ejemplares plantea cuestiones éticas y lo-
gísticas, e implica muchos problemas técnicos debidos a la fragilidad del
material. Los sistemas empleados para la preservación de especímenes son,
fundamentalmente:

54
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

- Colecciones de vertebrados. Mamíferos, aves, herpetología –anfibios


y reptiles–, e ictiología.
o Naturalizados –piel o esqueleto–.
o En fluidos o soluciones conservantes.
- Colecciones de invertebrados. Insectos, moluscos, artrópodos no in-
sectos –arácnidos y crustáceos especialmente–, esponjas, medusas y
corales.
o La conservación prioritariamente se realiza en seco.
- Colecciones de tejidos y ADN.
o Ultracongelación (-80 ºC)
o Liofilización
o En fluidos
La naturalización o taxidermia es la técnica por la que los ejemplares
conservan su apariencia vital y orgánica. Se mantiene, de esta manera, el as-
pecto externo del animal, que, más allá de cuestiones estéticas o artísticas,
permite el estudio de los ejemplares desde un punto de vista taxonómico
y anatómico. La piel se trata con distintos métodos y productos –vegetales,
minerales o salinos– para conseguir su fijación y frenar el deterioro, y en
algunos casos se realizan procesos de curtido, entre ellos, especialmente
complejo es el tratamiento de las plumas. Tras el tratamiento de preser-
vación de la piel, se realiza su montaje sobre esculturas o rellenos en los
que se combinan múltiples materiales, que sirven como refuerzo estructu-
ral, y otros complementos –ojos de vidrio, por ejemplo–. Esta convivencia
de materiales hace muy complejo el mantenimiento, pues, en ocasiones,
tienen especificaciones de conservación diferentes, y hasta incompatibles.
Los productos utilizados para la preservación de los tejidos –por ejemplo,
arsénico– son, además, sumamente tóxicos, incluso a largo plazo, lo que
supone un riesgo no solo intrínseco para las piezas, sino también para el
entorno en el que estas piezas se mantienen, y para el personal en contacto
con ellas. También es frecuente documentar en todos los tipos problemas
relacionados con los depósitos de polvo, suciedad y ataques de plagas.
Los esqueletos, tanto montados como desarticulados, también necesi-
tan de una preparación de los huesos, que pasa por la eliminación de todos
los tejidos adheridos. Para ello, se ha hecho uso de muy distintos sistemas,
tales como maceración natural o química –enzimas–, ataque de dermésti-
dos u hormigas, o por cocido en ebullición.
Otro sistema de preservación es la liofilización, un método de dese-
cación por deshidratación. El material se congela y, por medio de la presión
circundante, el agua se sublima desde la fase sólida. Es un proceso natural

55
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

en algunas zonas geográficas –tales como las cumbres andinas–, y actual-


mente se utiliza, sobre todo, en la industria alimentaria.
Las colecciones conservadas en seco, como las entomológicas, se
preparan con métodos de desecación forzada y, frecuentemente, con fija-
ción mediante alfileres o similares, lo que puede provocar daños mecánicos
en los especímenes y manchas de óxido.
La conservación en fluido, por otro lado, hace referencia a guardar
en soluciones conservantes ejemplares completos, o parte de estos, con
el fin de evitar su degradación. La tradición de la conservación en líquido
nace de la necesidad de conservar alimentos a largo plazo, comienza en el
siglo xvi, y se conseguía introduciendo los alimentos dentro de las bebidas
alcohólicas. Posteriormente, a principios del siglo xx, se empezó a utilizar
el formaldehído, pasando a ser el más empleado en este campo hasta la
década de los 90 por su bajo coste frente a disoluciones de alcohol. Las
disoluciones de formol o formalina (disolución acuosa al 40 % de formal-
dehído) constituyen un ejemplo representativo, aunque se sabe que el uso
de este tipo de disoluciones imposibilitaba, o hacía muy penosa, la ampli-
ficación de ADN. En la actualidad, las soluciones empleadas en todas las
colecciones de los grandes museos del mundo son disoluciones de alcohol
etílico diluido con agua, principalmente al 70 %, aunque estas pueden va-
riar dependiendo del grupo animal que se conserve. Algunos grupos de
invertebrados deben ser conservados en disoluciones específicas.
La bibliografía existente sobre la conservación en líquido es diversa
y, en determinados casos, fruto de la falta de consenso, una disolución con
un mismo nombre sufre modificaciones tanto en el número y tipo de com-
ponentes, como en la concentración de los mismos. Aun así, en los últimos
años están apareciendo publicaciones que integran la gran diversidad de
«recetas» y estrategias de conservación en fluidos.
Un factor que se ha de considerar a la hora de decidir la disolución
de conservación, es la toxicidad de los compuestos que se utilizan. Como
se ha comentado, una de las sustancias empleadas en mayor medida es el
formaldehído, que resulta irritante y carcinogénico. Por lo tanto, su empleo
está prohibido por su efecto sobre la salud, a lo que se suma el riesgo que
supone su presencia en el entorno.
El formaldehído –junto al acetaldehído, así como el ácido fórmico y
acético– está considerado uno de los compuestos orgánicos volátiles (COV)
más dañinos frente al patrimonio cultural: su reactividad puede provocar
alteraciones en materiales como metales, cerámicas, piedras calcáreas o,
incluso, conchas. Debido a ello, la evaporación del formaldehído de piezas
en exposición, o almacenadas en museos, puede suponer un riesgo para
el personal y para el resto de materiales que compongan las colecciones.
Es necesario que, en la medida de lo posible, las colecciones que
dispongan de especímenes en líquido tengan identificada la composición

56
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

de las soluciones conservadoras, con el fin de poder tomar medidas en el


ámbito de la seguridad, o el replanteamiento de los sistemas de conserva-
ción. Toda esta información deberá quedar recogida, junto con el resto de
la información de cada ejemplar, en las bases de datos y registro de cada
institución.
En caso de plantearse el cambio de los líquidos de conservación, se
deberá realizar siempre hacia sistemas no tóxicos y, de manera progresiva,
a concentraciones superiores.
Otro aspecto destacado a la hora de valorar el método de conserva-
ción es la finalidad para la que los ejemplares son conservados. Tradicio-
nalmente, el mantenimiento de los especímenes en fluido ha perseguido el
mantenimiento de las características macroscópicas –principalmente mor-
fológicas– lo más intacto que sea posible. Progresivamente, se ha ido incre-
mentando el interés por el efecto de las soluciones conservadoras sobre las
estructuras microscópicas.
Teniendo esto en cuenta, a la hora de valorar la solución conservante
que se va a emplear, hay que considerar los siguientes aspectos:
- El uso que se le vaya a dar a los ejemplares –expositivo, didáctico,
investigador, de conservación permanente o temporal–. En función
del uso y del plazo se buscará la solución con la adecuada capacidad
biocida.
- Establecer el interés –macroscópico, microscópico, bioquímico o de
material genético–, por el el que se desea preservar la muestra, para
decantarse por aquellas soluciones conservantes que mantengan me-
jor las características deseadas.
- La toxicidad de la composición, intentando decantarse por soluciones
menos tóxicas, y estableciendo medidas para su uso con todas las
garantías de seguridad.
- Emplear en las soluciones solventes y reactivos de calidad adecuada,
sobre todo en material de interés genético.
Otro aspecto que se debe tener en cuenta en la conservación de
especímenes en fluidos es el recipiente a utilizar. Tradicionalmente, y aún
hoy, se utilizan sobre todo recipientes de vidrio. Este material destaca por
su estabilidad, y resistencia química, siendo su mayor inconveniente el
riesgo de fractura.
En las últimas décadas, se han ido incorporando recipientes plásticos,
con los que se solventa el problema de la fragilidad del vidrio. Sin embar-
go, los plásticos no son tan estables ni resistentes químicamente, ya que
presentan problemas de conservación a largo plazo, tanto endógenos –la
degradación progresiva del propio material, con la aparición de fisuras,

57
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

por ejemplo–, como por efecto de las sustancias utilizadas como líquido de
conservación. Por ello, a la hora de valorar el empleo de estos recipientes,
hay que tener en cuenta la resistencia química del polímero que lo confor-
ma, frente a los productos que constituyen la solución conservadora que
almacenará.
Hay que destacar la gran importancia que tiene la hermeticidad de
los envases. Para dicho fin existen distintos tapones y sistemas de sellado.
Ambos componentes, además de ser inertes, deben evitar la evaporación y
la contaminación del contenido. La exposición de los ejemplares al ambien-
te exterior, ocasionada por la pérdida de la solución conservadora, provoca
deshidratación y deterioro químico y biológico.
En caso de tener indicios de evaporación de los líquidos de conser-
vación (figura 12), será necesario disponer de sistemas de extracción de ga-
ses. Si esto no fuera posible, será necesario favorecer la ventilación, sobre
todo en espacios cerrados, como vitrinas o depósitos, para evitar incendios,
entre otras circunstancias.
En el caso de colecciones conservadas en líquido que sufran eva-
poraciones, será necesario desarrollar un protocolo de trabajo de carácter
periódico para la revisión, y el recambio de los recipientes de conserva-
ción. Para llevar a cabo este procedimiento, hay que tener en cuenta que,
posiblemente, los componentes de la solución se encuentran en concen-
traciones distintas a las de origen, debido a las diferencias en cuanto a la
facilidad de la evaporación.

Figura 12. Evaporación de la solución de conservación (etanol 70 %) por sellado in-


adecuado. Fotografía: Museo Veterinario de la Universidad Complutense de Madrid.

58
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

Antes de finalizar el apartado dedicado a la fauna, hay que hacer una


mención especial a las distintas materias de origen animal que han sido
utilizadas, desde la Antigüedad, como material noble con fines artísticos:
ornamentación de muebles, fabricación de varillas de abanicos, peines y
peinetas, joyería, bisutería, etc.
- Carey extraído de los caparazones de tortuga. Este material es una
sustancia córnea con una gran proporción de queratina. Es translú-
cido, y reacciona a la luz ultravioleta con una ligera fluorescencia.
Es un material muy sensible a la humedad y la temperatura, por lo
que estas deben estar muy controladas. Su base de queratina resulta
nutritiva para insectos y microorganismos. Las plumas de aves, garras,
picos y pezuñas, además de las espinas del puercoespín, el pelo, las
astas y los cuernos, e incluso las placas córneas de algunos tipos de
ballena, pertenecen también a este tipo de compuestos.
- El marfil –de las defensas de los elefantes, dientes de hipopótamo,
morsa, jabalí, narvales y cachalotes–. Tiene una estructura radial mu-
cho más compacta que la de los huesos y dientes. Tiende a oscure-
cerse por su exposición a la luz. Las fluctuaciones de la humedad re-
lativa (HR) y la temperatura resultan muy dañinas, y pueden causarle
movimientos dimensionales o aparición de grietas. Se tiñe y mancha
con facilidad.
- Conchas. Las conchas de los moluscos están formadas por aragonita
y calcita –de origen mineral–, y una matriz proteínica (del 1 al 10 %),
en forma de proteínas, péptidos, polisacáridos y lípidos. Esta proteína
está estructuralmente cerca de la quitina que produce la cutícula de
los insectos, y de la queratina en los vertebrados. Tiene un aspecto
córneo característico. Es frágil y relativamente flexible cuando está
húmeda, pero, al secarse, las proteínas pierden sus propiedades
elásticas, y el periostraco se vuelve frágil, pudiendo aparecer fisuras y
fracturas. Suelen tener una estructura de tres capas, la más interna, en
contacto con el molusco, está formada por el carbonato cálcico y la
matriz orgánica dispuesta de manera laminar, que la torna iridiscente.
Debido a esta característica, el nácar también ha sido ampliamente
utilizado como material ornamental. Las conchas y otros elementos
formados mayoritariamente por carbonato cálcico, como la capa
externa de los huevos de vertebrados, o algunos exoesqueletos
de crustáceos, son extremadamente sensibles a los vapores ácidos
orgánicos, que provocan su destrucción. Con una HR alta, los ácidos
orgánicos, como el acético, fórmico, o el formaldehído reaccionan
con el carbonato de las conchas produciendo eflorescencias
salinas y dióxido de carbono, un tipo de cristalización irreversible,
conocido como el mal o enfermedad de Byne. Estas sales son muy
delicuescentes, y pueden contaminar piezas similares que estén
cercanas o en contacto.

59
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

Mención aparte merecen las obras artísticas contemporáneas, en las


que se utilizan materiales efímeros de origen orgánico no solo faunístico,
sino también humano o vegetal –alimentos, por ejemplo–. Los criterios de
conservación en estos casos han de convivir no solo con los planteamien-
tos convencionales de la disciplina, sino también con la «intención artística»
que puede buscar, incluso, una degradación intencionada.
Una forma de presentación y preservación artística es la plastinación,
creada en 1977 por Gunter von Hagens. Se trata de una técnica de conser-
vación basada en el reemplazo de los fluidos corporales por un polímero
de aceite de silicona, y una resina acrílica –epoxy, poliéster, etc.–. Los
tejidos orgánicos conservan estables su aspecto, color y dimensiones por
medio de un proceso de curado –directo o en fase vapor–. Su uso no se
reserva únicamente al arte contemporáneo, sino que también es muy útil
en medicina y medicina forense, así como en tratamientos de restauración,
tal y como se verá en el apartado correspondiente.

Colecciones botánicas
Dentro de este capítulo, cabe hablar, por un lado, de los herbarios, y, por
otro, de los bancos de germoplasma o semillas. Los herbarios son coleccio-
nes de plantas preparadas y catalogadas sistemáticamente para su estudio
e investigación. Los bancos de
germoplasma son repositorios
de recursos fitogenéticos que
permiten la conservación ex
situ de semillas. Ambos tipos
están formados por especíme-
nes que se conservan secos,
deshidratados, congelados o
en fluidos (figura 13).

Figura 13. Pliego de Herbario con la


planta montada y sus etiquetas iden-
tificativas. Fotografía: Gloria Pérez de
Rada.

60
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

Entre otras finalidades, dichas colecciones son utilizadas para:


- Identificación de especímenes de plantas desconocidos hasta enton-
ces.
- Inventario de la flora de una determinada área.
- Reconstrucción de la vegetación de una zona determinada.
- Comparación en el tiempo de la flora existente y de la actual, como
baremo de la valoración de la permanencia o extinción de especies.
- Estudio de los cambios en el área y la distribución de las especies.
- Como apoyo para la elaboración de listas rojas de las especies ame-
nazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Natu-
raleza (UICN), y los informes elaborados por la Agencia Europea del
Medio Ambiente.
- Intercambio de especímenes con otros herbarios o centros de inves-
tigación.
A la hora de elegir qué especímenes colectar, los botánicos se apoyan
en distintos criterios, como completar una colección, el interés científico
especial de algún espécimen, o que este forme parte de un proyecto de
investigación. Las colectas deben facilitar la consulta y el estudio por cual-
quier tipo de investigadores y profesionales científicos.
La localización de especímenes se hace a través de bases de datos,
contactos con jardines botánicos o centros de investigación, referencias de
hallazgos en publicaciones u otros medios, y mediante el reconocimiento
de hábitats.
Para conseguir los objetivos propuestos en la recolecta, los requisi-
tos del muestreo variarán dependiendo del grupo taxonómico y del lugar
donde se realice, de si son especies protegidas por la legislación local o
nacional, de si se recolecta en lugares protegidos como parques naturales
o reservas de la biosfera, de si es dentro de la UE o fuera, de si los ejem-
plares se quedan en el país o se pretende su exportación, o de si se van a
utilizar para fines comerciales o de investigación. Es importante conocer en
el marco de qué convenio o proyecto se llevan a cabo estas acciones. Todo
esto tendrá que tenerse en cuenta para solicitar y contar con los permisos
adecuados, que a su vez conllevan condiciones y limitaciones asociadas,
como, por ejemplo, contar con expertos o guías locales, o limitar el número
de ejemplares que se va a recolectar.
La preparación de las plantas y semillas, una vez recolectadas, pasa
por varias fases. La primera, y más importante de cara a su posterior con-
servación en buenas condiciones, es la que se hace in situ, sobre todo en
los países en los que el clima es muy húmedo y en campañas largas.

61
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

En la fase de preparación se anotan, además de todos los datos de


la recogida, las primeras observaciones de las características organolépti-
cas del espécimen: su color, olor, sabor, textura y otros aspectos que pue-
dan perderse al secar o preparar el material, y que, posteriormente, puedan
ayudar a identificar el espécimen. Las pruebas complementarias también se
recogen en estos momentos, lo que incluye dibujos y anotaciones en los
cuadernos de campo, o por medio de fotografías.
Las plantas se preparan siguiendo un protocolo ya muy contrastado,
con prensado entre papel absorbente –el más accesible hasta hace poco
tiempo era el de periódico–, y un secado con secadores de campaña para
conseguir una deshidratación controlada. De entre todo el material recogido,
también hay una parte desechable porque no se recogió bien, o porque no
resulta el material más adecuado para el proyecto o investigación en curso.
En cuanto a las semillas o frutos, se recogen en sobres de papel, se
etiquetan, y se anotan los datos de recolección en un cuaderno de campo.
Conviene que estén a temperaturas inferiores a 15 ºC. Posteriormente, se
limpian y encapsulan.
Todos los ejemplares que cumplan unas condiciones determinadas,
como puedan ser la madurez, o la ausencia de hongos y malformaciones
visibles, se procesan y se acompañan de la información de recolección
completa. También se le asocia un pliego de herbario de la planta, que
indica de dónde se ha sacado el material, en el caso de semillas y frutos.
Para el retorno a los países de origen, se intenta que los materiales
recolectados lleguen en las mejores condiciones posibles, por lo que han
de viajar debidamente envueltos y protegidos. Por lo general, el sistema de
embalaje dependerá del tipo de muestras y del medio en el que van a ser
transportados.
En el caso de los pliegos, deberán viajar en plano en cajas o en so-
bres acolchados. Al llegar al lugar de origen, han de pasar por un proceso
de congelación inmediato de, al menos, -19 ºC durante dos semanas. Antes,
el material tiene que estar completamente seco o, de lo contrario, este que-
dará inservible para su uso.
Ya en destino, el siguiente paso será clasificar e instalar los materia-
les recolectados. En las bases de datos se recogen todos los datos de cada
accesión: el país de recogida, localidad, la fecha, el recolector, el nombre
científico –si se conoce–, etc. Si no se ha podido identificar completamente
en el campo, se recoge un pliego de herbario de referencia con todas las
muestras complementarias que se conozcan para su posterior identificación.
Para incorporarse al herbario, las plantas se montan en unas carpeti-
llas de papel, llamadas pliegos, con base semirrígida y papel cubriente de

62
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

protección. La planta se sujeta a ella con tiras de cinta de lino impregnada


con almidón, que se activa con agua.
En general, se trata de mantener el material en condiciones que no
afecten a su conservación. Así, tanto los papeles, como los adhesivos, las
tintas y otros materiales empleados han de cumplir las especificaciones de
«calidad de archivo» (figura 14).

Figura 14. Prensa/secadora de plantas. Fotografía: Antonello Dellanotte.

En la etiqueta que se adhiere a cada pliego de herbario, se detalla el


país de recogida, la fecha, el recolector, el nombre, género y especie, y se
le asigna un número identificativo que, en algunas instituciones, se com-
plementa con un sistema de identificación automática, como los códigos
de barras.
Una vez identificados y montados los pliegos, se clasifican en carpe-
tas o cajas, y se incorporan a las colecciones. Frecuentemente, estas cajas
se almacenan en armarios compactos de metal, ordenados según países o
continentes.
Las semillas se deben desinsectar, desecar hasta un 5 % de humedad,
y encapsular en recipientes herméticos. En bancos de semillas no activas,
es decir, que no tengan que regenerarse periódicamente, se conservan en
neveras congeladoras a -10/-15 ºC.

63
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

Para ello, es interesante conocer el Global Biodiversity Information


Facility, o Infraestructura Mundial de Información en Biodiversidad (GFIB),
que es una organización internacional, y una red de investigación financia-
da por gobiernos de todo el mundo, destinada a proporcionar a cualquier
persona, en cualquier lugar, acceso abierto y gratuito a datos sobre cual-
quier tipo de forma de vida que hay en la Tierra.

64
Conservación-restauración
del patrimonio biológico
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

Aunque en apartados anteriores se han descrito ciertos aspectos particulares


de la conservación-restauración de los principales conjuntos del patrimonio
biológico, se analizarán ahora aquellas circunstancias generales que afecten
a todos estos bienes.

Factores de deterioro
En general, los bienes culturales de naturaleza orgánica son sumamente
vulnerables por sus propias características compositivas y su carácter pe-
recedero. Junto a estas circunstancias intrínsecas, los factores de alteración
externos tienen, además, diferente impacto sobre estas colecciones:

Condiciones ambientales inadecuadas


En la conservación de estos bienes resulta determinante la relación que
establecen con el medio directo en el que se encuentran, así como su reac-
tividad o resistencia a la interacción con dicho entorno.
- Humedad. Estos bienes son sumamente higroscópicos, por lo que
reaccionan con facilidad ante cambios en la humedad ambiental, o
ante el contacto directo con el agua.
Un exceso de humedad puede causar un aumento de volumen con
presencia, por tanto, de grietas y fisuras, y reblandecimiento del sus-
trato por hidrólisis. Esta circunstancia también facilita el desarrollo de
agentes bióticos.
La ausencia de humedad, por el contrario, causa desecación, lo que
da un aspecto rígido a los materiales, además de provocar descama-
ciones, fracturas y fisuras por cambio de volumen.
En el caso de bienes extraídos de yacimientos arqueológicos, las mo-
dificaciones drásticas en los valores de humedad pueden provocar
eflorescencias salinas según la composición del suelo.
- Temperatura. Otra de las características de los materiales orgánicos es
que combustionan con relativa facilidad. Una temperatura muy alta
puede originar también grietas, reblandecimientos, deformaciones y
pérdidas del soporte. Estas deformaciones pueden verse agravadas
por el carácter anisótropo de muchas de las fibras orgánicas. La tem-
peratura, por otro lado, favorece las fluctuaciones de humedad por-
que actúa sinérgicamente con esta.
En el caso de bienes procedentes de excavaciones, la combinación
de estos parámetros, unida a otros aspectos, como la composición del
suelo de deposición, marca indefectiblemente el estado de los ecofac-
tos y, por tanto, también su tratamiento y conservación posteriores.

66
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

Los restos orgánicos, por ejemplo, desaparecen normalmente en el


medio subacuático y en contextos de enterramiento por la humedad,
presencia de sales, desarrollo de biodeterioro, etc. Excepcionalmente,
se conservan en zonas frías, congelados o liofilizados por efecto del
frío y la presión atmosférica –momias andinas–, y también enterrados
en un medio seco –desértico o semidesértico–. Las zonas pantanosas,
ligeramente ácidas, son contextos adecuados para la conservación
de los tejidos proteínicos –momias de las turberas–, pero no de los
restos vegetales, que se pudren. En espacios anaeróbicos, como fon-
dos marinos o zonas arcillosas, el deterioro es más lento. En el medio
atmosférico, cuevas, abrigos y zonas ventiladas con baja presencia de
microorganismos, los especímenes se desecan y suelen conservarse
en buenas condiciones. Estos son algunos ejemplos de situaciones
extremas en las que el entorno resulta determinante para la conser-
vación o desaparición de los distintos materiales (figura 15).
- Luz. Los materiales orgánicos son muy sensibles a la luz, y reaccio-
nan fundamentalmente mediante reacciones fotoquímicas, que tienen
consecuencias de índole mecánico con debilitamiento de fibras, por
ejemplo, y estético, fundamentalmente por decoloraciones (figura 16).
- Contaminantes. Se in-
cluyen en este apartado
tanto contaminantes at-
mosféricos como com-
puestos orgánicos volá-
tiles (COV).
Los contaminantes at-
mosféricos –dióxido de
nitrógeno, ozono o dió-
xido de azufre, entre
otros– están presentes,
principalmente, en ciu-
dades y áreas con una
elevada contaminación.
En su mayoría, son fru-
to de la combustión de
carburantes fósiles.
Por otro lado, los COV
son compuestos quími-
cos altamente volátiles
a temperatura ambiente
–por ejemplo, el formal- Figura 15. Fractura de canino por cambios volumétricos.
dehído, el acetaldehído, Fotografía: Juan Aceituno Limón.

67
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

y los ácidos fórmico y acético– que son emitidos por todo tipo de
materiales, como los empleados en embalajes, almacenamientos o
exposición –madera, pintura, silicona, plástico, etc.–. A su vez, los
COV también pueden ser producidos por los propios bienes, tanto
por procesos naturales de envejecimiento, como por la emisión de
productos utilizados en la restauración, la naturalización, y la pre-
paración o la conservación en fluido. Hay que señalar, por ejemplo,
que hasta los años treinta del pasado siglo se hicieron fumigaciones
en bienes de esta naturaleza con pesticidas altamente tóxicos, como
el arsénico, el mercurio y el lindano, que aún siguen presentes en las
piezas tratadas, tal y como demuestran estudios recientes.

Figura 16. Pico de cigüeña negra con descamación de la capa de queratina, y pérdida de color
por incidencia lumínica. Fotografía: Juan Aceituno Limón.

Para el control de los COV, conviene seleccionar materiales con po-


cas emisiones de contaminantes y favorecer la ventilación, con el fin
de reducir su concentración en los espacios de exposición y almace-
naje.
Las alteraciones provocadas por los contaminantes químicos pueden
ser muy variadas, así como el riesgo para la conservación: alteracio-
nes de tipo mecánico, tales como friabilidad o pérdida de resistencia
estructural; de tipo químico, por la presencia de sales; y de tipo esté-
tico, por la aparición de manchas, etc.

68
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

Biodeterioro
El biodeterioro se podría definir como cualquier cambio indeseable en las
propiedades de un material causado por la actividad de los seres vivos. Se
trata de un fenómeno complejo que implica alteraciones en las propieda-
des físico-químicas y mecánicas del material por la acción, fundamental-
mente, de microorganismos e insectos.
- Microorganismos, principalmente bacterias y hongos. Su aparición
está ligada a una ausencia de ventilación y a una humedad relativa
ambiental o microclimática8 superior al 65 %, en el caso de los hon-
gos, y por encima del 80-90 % para las bacterias. Suelen presentarse
como manchas de diversos colores que, en algunos casos, pueden te-
ner superficies algodonosas. Los hongos que aparecen principalmen-
te sobre el patrimonio biológico son especies fúngicas ambientales
tales como Penicillium o Aspergillus.
Otro elemento específico que hay que considerar en el biodeterioro
del patrimonio biológico son los procesos de degradación, que sue-
len iniciar los microorganismos endógenos, que pueden alterar la
conformación del espécimen nada más suceder la muerte. También
pueden encontrarse especies relacionadas con la micología forense y
los procesos de pudrición.
- Insectos. Son múltiples los casos que pueden aparecer sobre el
patrimonio biológico debido a la gran diversidad de materiales
compositivos. Los más frecuentes en estas colecciones son:
o Orden Coleoptera:
• Familia Dermestidae (derméstidos). Deterioran soportes
proteicos como elementos presentes en momias, plumas,
cabellos o piel, entre otros. Las principales especies de
derméstidos son Anthrenus, Dermestes y Attagenus (figura 17).
• Familias Anobiidae, Lyctidae y Cerambicidae (anóbidos,
líctidos y cerambícidos, grupo de las carcomas). Pueden
aparecer atacando la madera o el papel presente en elementos
de la museografía, o en los sistemas de sujeción interna de
las piezas de taxidermia. Algunos ejemplos son: Anobium
punctatum o Lyctus brunneus.
o Orden Lepidoptera, familia Tineidae –conocida en España como
polillas–. Se alimentan de soportes proteicos como piel, cuero,

8
Microclima: clima sobre una escala pequeña. Normalmente, se refiere al microentorno que
interactúa con los objetos considerados (Herráez, Enríquez de Salamanca y Pastor et al., 2014:
126).

69
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

pelo, lana o seda, siendo las principales


especies la Tinea pellionella y la Tineola
bisselliella.
o Orden Mallophaga (malófagos, del
griego «comer-lana»). Son también conoci-
dos como «piojos masticadores» por su ca-
pacidad de rasgar pieles y plumas.
o Orden Pscoptera (conocidos como
piojos del libro). Se alimentan de restos de
hongos, por lo que aparecen en combina-
ción con ataques activos, o antiguos, de
microorganismos.
o Orden Blattodea, familia Blattidae
(cucarachas). Su presencia suele estar rela-
cionada con una limpieza deficiente.
o Orden Isoptera (termitas). Su apari-
ción en las colecciones de museos está re-
lacionada con la presencia en el edificio, o
Figura 17. Esqueleto de sapo con res- su entorno, de algún termitero, lo que pue-
tos de plaga de derméstidos. Fotogra-
fía: Juan Aceituno Limón. de suponer un riesgo para las colecciones
de naturaleza orgánica.
Estos insectos son los más habituales en colecciones biológicas «mu-
sealizadas».
Como sucede con los microorganismos, en determinados contextos
es posible encontrar otros tipos de artrópodos relacionados con los
procesos de putrefacción o necrófagos –dípteros, como moscas, o
coleópteros distintos a los antes enunciados–. Su presencia puede
indicar que existe un ataque de biodeterioro reciente, que el bien
se encuentra en proceso de descomposición, o que los insectos se
introdujeron en el tiempo transcurrido entre el fallecimiento y la apli-
cación del tratamiento de conservación –embalsamamiento, conge-
lación, etc. –. Aspectos como las especies identificadas, o la fase
del ciclo biológico en la que se encuentren, aportan información
importante de la historia material de animales o restos humanos de
entornos arqueológicos o enterramientos. Por todo esto, a diferencia
de lo que sucede con el resto del patrimonio cultural, en el cual el
biodeterioro se ve solo como una amenaza, en este caso puede su-
poner una fuente de información relevante.
- Los roedores, aves y murciélagos son otros de los agentes causantes
de biodeterioro relacionado principalmente con inmuebles (figura 17).

70
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

Existen distintos estudios de laboratorio que permiten identificar los


agentes responsables del biodeterioro para determinar el método de in-
tervención más idóneo de cara a su eliminación y control. Las principales
técnicas empleadas son:
- Microbiología convencional. Consiste en la realización de cultivos
en diversos medios para, posteriormente, cuantificar e identificar los
microorganismos presentes. La toma de muestra para este tipo de es-
tudios suele consistir en el frotado de la superficie afectada mediante
torunda estéril. La microbiología convencional destaca por su bajo
coste en comparación con otras técnicas de análisis microbiológico.
Su principal inconveniente es que solo se detectan aquellos microor-
ganismos que sean capaces de crecer sobre medios de cultivo.
- Luminómetro. Se trata de un sistema portable que, gracias al complejo
enzimático luciferín-luciferasa, y su interacción con el triofostato de
adenosina (ATP), detecta la presencia de microorganismos mediante
la emisión de luz.
- Biología molecular. El principal beneficio de la biología molecular es
su capacidad para la identificación de microorganismos no cultiva-
bles, y la poca cantidad de muestra necesaria para ello. Frente a ello,
el principal inconveniente es su alto coste, y la necesidad de contar
con laboratorios específicos, que no suelen encontrarse en institucio-
nes encargadas de la conservación del patrimonio cultural.
En cuanto a la identificación de insectos, la metodología de trabajo
consiste, principalmente, en la detección de las patologías características
–galerías, raspados, etc.–, la toma de muestras de cualquier resto –exuvias,
especímenes adultos, etc.–, y su caracterización al estereosmicroscopio.

Factores antrópicos
- Manipulación inadecuada. Muchos de los daños existentes en este
tipo de colecciones, tales como pérdidas, fracturas, manchas, o ero-
siones superficiales se producen de manera acumulativa por manipu-
laciones incorrectas desde su hallazgo hasta su depósito en la institu-
ción responsable de su custodia. Estos aspectos son fácilmente extra-
polables a colecciones históricas, a las que se les pueden añadir otro
tipo de movimientos comprometidos para la conservación, como la
participación en exposiciones temporales, etc. (figura 18).
- Intervenciones antiguas. Son innumerables las técnicas y productos
aplicados sobre este tipo de bienes que, por falta de seguimiento, o
por incompatibilidad entre materiales, han alterado irreversiblemente
muchos restos. Ceras, aceites, resinas, y otros productos que tradi-
cionalmente se han utilizado para la conservación de este tipo de
bienes son, en ocasiones, el origen de las patologías actuales. Estas
alteraciones pueden acelerarse incluso al combinarse con reactivos,
como los contaminantes anteriormente señalados (figuras 19 y 20).

71
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

Figura 18. Ejemplar de mariposa con pérdidas por manipulación inade-


cuada. Fotografía: Juan Aceituno Limón.

Figura 19. Cuerna de ñu con cuar- Figura 20. Detalle de ave naturalizada y montada sobre
teamiento y debilitación estructural materiales incompatibles. Fotografía: Mª Isabel Herráez.
por tratamientos de preparación in-
adecuados. Fotografía: Juan Acei-
tuno Limón.

72
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

Tratamientos de restauración
Las intervenciones de conservación-restauración de un bien cultural deben
realizarse bajo el ámbito de la normativa vigente, y los criterios que con-
forman el código de deontología profesional. La acción ha de enmarcarse
en un plan de conservación integral, además de ser un proceso holístico
desarrollado con una visión multidisciplinar. Los materiales biológicos son
extremadamente sensibles, por eso deberá tratarlos un técnico especiali-
zado, un conservador-restaurador que conozca el comportamiento de las
estructuras materiales, con una formación específica reglada que le permita
realizar una toma de decisiones apropiada para aplicar el tratamiento de
conservación del bien.
Se ha de ser consciente de que toda intervención implica un riesgo, y
que este tipo de tratamiento se limitará a los casos estrictamente necesarios
aplicando siempre criterios de mínima intervención.
Para la manipulación directa de estos restos es obligatorio el uso de
guantes –de látex o nitrilo, sin talco ni lubricantes–, mascarillas con filtros
High Efficiency Particulate Air (HEPA), y un mono desechable por motivos
de higiene. El uso de estas protecciones impedirá la contaminación cruza-
da: agentes patógenos o tóxicos de las muestras, y alteración en las mismas
por un manejo incorrecto.
Los materiales contaminados, antes de comenzar su intervención, de-
berán aislarse, pasar una cuarentena, y ser tratados para la extinción de
contaminantes o plagas.
Antes de iniciar el tratamiento de restauración en cualquier bien, es
necesario realizar un exhaustivo informe preliminar en el que se determine
el estado y la condición de los restos. Este informe ha de incluir el diag-
nóstico de las alteraciones, la extensión de estas, así como una evaluación
de la fragilidad del bien. Se deberá comprobar, del mismo modo, si existen
cambios o procesos de degradación en activo que desaconsejen la manipu-
lación, o elementos que se puedan desprender.
En el caso de bienes procedentes de excavación, es frecuente que el
estado de conservación obligue a recibir un tratamiento de estabilización
previo al tratamiento que permita, entre otras cosas, la propia extracción,
manipulación y transporte. Estas actuaciones in situ deben ser las mínimas
imprescindibles para la estabilidad de los materiales –es ineludible aplicar
aquí el criterio de mínima intervención–.
Los materiales empleados deben ser químicamente compatibles y de
fácil reversibilidad. Las limpiezas serán mínimas, preferiblemente en seco,
mediante brochas, etc.

73
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

Los restos orgánicos que han sufrido procesos de calentamiento o


cremación parcial, presentan alteraciones prácticamente irreversibles, y alta
fragilidad en los sustratos, por lo que su manipulación deberá ser muy
cuidadosa.
Para los materiales congelados resulta imprescindible que no se rom-
pa la cadena de frío, por lo que la temperatura de los contenedores será
siempre de bajo cero.
Los materiales que presenten fuerte contaminación biológica se
embalarán por separado, y se trasladarán rápidamente al laboratorio para
recibir el tratamiento adecuado en función del tipo y estado del material.
Previamente, se habrá comunicado al centro el traslado del material
contaminado para su aislamiento y cuarentena.
Si resulta necesario reforzar el objeto –fijaciones o consolidaciones
previas–, se utilizará un consolidante conocido y reversible, empleando la
mínima cantidad necesaria que asegure su función, pero que actúe solo en
superficie.
Los engasados, soportes semirrígidos o rígidos serán estables, se
adaptarán a las dimensiones y peso de la pieza, y proporcionarán a los
objetos la seguridad requerida para su conservación.
La manipulación, en todos los casos, se minimizará y atenderá a las
convenciones sobre el movimiento de bienes culturales evitando cogerlos
por las zonas más frágiles, tanto por morfología como por estado de conser-
vación, y usando siempre las dos manos. Preferiblemente, se manipularán
los especímenes con elementos de apoyo, como bandejas o soportes debi-
damente acolchados y protegidos para evitar deslizamientos y abrasiones.
En el caso concreto de cráneos, no se introducirán los dedos en los
orificios oculares, ni se cogerán por los dientes, que podrían estar sueltos.
Las manos se colocarán de tal forma que la mandíbula inferior quedará
apoyada durante el movimiento evitando ejercer presión en los dientes y
la zona occipital.
Para colocar los bienes en una posición determinada para estudiar-
los, realizar fotografías, o trabajar sobre ellos sin que se desplacen, se re-
comienda ayudarse de soportes sintéticos espumados, o bolsitas realizadas
con laminados sintéticos, o algodón sin apresto, rellenas de espumados
amortiguadores inertes.
El embalaje debe ofrecer una protección física que evite desplaza-
mientos y rozamientos del objeto, y que, en caso de golpe, absorba el
impacto. Este tipo de embalaje mecánico puede realizarse con materiales
económicos, pero estables.

74
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

En función del estado de conservación de los bienes recuperados en


yacimientos arqueológicos, se puede categorizar de manera sencilla el tipo
de embalaje (tabla 1):
BUENO REGULAR CRÍTICO
El material se en- Se prestará atención Materiales altamente
cuentra estable. Se a su manipulación. degradados con pér-
procede a una reco- Se asume que la es- dida de propiedades
gida segura del ma- tructura y composi- físicas y químicas. En
terial sin que existan ción interna se pre- estos casos, se reco-
riesgos específicos. sentan modificadas y, mienda la presencia
por tanto, muestran de un profesional es-
carencias que ha- pecializado en mani-
brán de ser suplidas pulación, extracción
con manipulaciones y embalaje de bienes
especiales, y/o un culturales –conserva-
embalaje especial dor-restaurador es-
adecuado a sus nece- pecialista en materia-
sidades. les arqueológicos–.
Tabla 1. Esquema de la propuesta de valoración del estado de conservación de los bienes, y las
especificidades de la manipulación y embalaje correspondientes.

Con el embalaje se consigue también una protección climática que


aísla el objeto de fluctuaciones medioambientales. Los materiales saturados
en agua, por ejemplo, hay que mantenerlos húmedos durante el transporte
por medio de materiales especiales, o soluciones más caseras, como espon-
jas o paños empapados, siempre escurridos y sin contacto directo con los
bienes. Los materiales congelados se trasladarán y conservarán en cámaras
congeladoras, a -0 ºC, con un dispositivo de alarma para solventar los casos
de corte de luz.
De forma general, tanto si se hace referencia a grandes contenedores
de embalaje compartidos, o embalajes más pequeños individualizados, se
trata de ajustar el ambiente al objeto a través de sistemas de humectación y
desecación, crear un ambiente anaeróbico, etc., todo con el objetivo de su
conservación a corto, medio o largo plazo.
Es importante valorar el tipo de embalaje, y que este se ajuste a las
dimensiones de los materiales que se han de conservar. Para el embalaje de
piezas pequeñas, se recomienda guardar los envases individuales dentro de
otro mayor para evitar pérdidas.
En algunos museos de Reino Unido, se han realizado estudios de
las muestras de aire del interior de los contenedores plásticos y pruebas
del test de Oddy dentro de estos recipientes, en busca de compuestos or-

75
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

gánicos COV. Los resultados obtenidos certifican que los contenedores de


polipropileno no resultan inertes, y que tanto este material como los con-
tenedores de polietileno –en menor medida– pueden emanar compuestos
orgánicos durante largo tiempo. Se recomienda mantenerlos abiertos varios
meses entre la adquisición y su uso con las colecciones. En nuestro país,
desde 2009, el proyecto de «Evaluación de Productos utilizados en Con-
servación y Restauración de Bienes Culturales» (POLYEVART) se desarrolla
en torno a la evaluación de los productos poliméricos de origen sintético
adecuados a los bienes patrimoniales9.
El área de trabajo debe ser un espacio amplio, bien iluminado y lim-
pio. En el caso de restos sensibles, conviene que se pueda trabajar de ma-
nera aislada. La superficie de apoyo ha de estar preparada con un material
acolchado cubierto por una superficie no rugosa, para evitar la abrasión
superficial de los tejidos, o que partes salientes del ejemplar se enganchen
en algún punto. Asimismo, es importante tener a mano todo el instrumental
de trabajo e inspección.
Antes de intervenir, hay que delimitar el área de intervención, realizar
pruebas puntuales con los materiales y el utillaje menos lesivo, evitando
dejar huellas superficiales, y utilizar materiales químicamente compatibles,
estables y reversibles. La documentación de las fases del proceso es obli-
gatoria, y está recogida en la normativa de desarrollo de la Ley 16/1985, de
25 de junio.
Algunos materiales, en un estado de fragilidad extrema, requieren de
la realización previa de soportes para su manipulación y tratamiento, tal y
como se ha apuntado.
Respecto a las tareas comunes en los tratamientos de restauración,
destaca la limpieza, se trata de un proceso irreversible que debe realizarse
tras seleccionar el método más adecuado según las características y altera-
ciones que presente el objeto.
La limpieza superficial se realizará siempre tras un análisis de
conveniencia que permita hacer la elección del procedimiento. Se reco-
mienda la aplicación de sistemas de aspirado controlado a baja potencia, o
insuflado de aire para bienes culturales de extrema fragilidad. La boquilla
del aspirador debe estar protegida con una redecilla, o gasa, para evitar la
absorción de pequeños fragmentos –existe equipamiento específico dise-
ñado para el patrimonio con control de potencia–. En el caso concreto de
las momias, se recomienda no desenfardar.

9
(Ministerio de Cultura y Deporte).

76
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

Las limpiezas de tipo mecánico en seco son, en general, las más


apropiadas. En este grupo se incluiría el uso de espátulas de ultrasonidos,
puntas vibroincisoras, microtornos y microabrasivos, que son herramientas
útiles para desconcrecionar algunas superficies de fósiles y huesos semifo-
silizados, por ejemplo.
Se desaconsejan las limpiezas húmedas con fuertes reactivos quími-
cos ácidos o básicos, excepto cuando se controlan y realizan con sistemas
gelificados, que permiten actuar únicamente en superficie, y pueden neu-
tralizarse con garantía.
Para eliminar suciedad superficial de origen orgánico, especialmente
manchas y restos de colas, son efectivas las limpiezas enzimáticas.
Las limpiezas físicas fotónicas láser resultan muy efectivas para algu-
nos materiales, pero su uso continúa en fase de estudio para los tratamien-
tos de óseos, textiles y piel.
Para la unión de elementos, o fragmentos, se seleccionarán adhesi-
vos que no interactúen químicamente con los soportes, que sean estables
y compatibles, así como fácilmente reversibles, y que proporcionen una
unión sólida sin crear tensiones o fracturas en los soportes.
Se recomienda utilizar adhesivos que tengan unas características me-
cánicas similares a la de los soportes para evitar tensiones. También es
recomendable conocer las características del soporte para evitar una absor-
ción excesiva.
Se utilizan normalmente en disolución, aunque también pueden
usarse adhesivos semisólidos o sólidos. Los planos de fractura deben estar
limpios y secos antes de proceder a su adhesión.
Las consolidaciones se limitarán a aquellos bienes que no presenten
resistencia estructural, bien mediante sujeciones mecánicas –papel japo-
nés, fibras, tul, crepelina–, o bien con un material de reintegración inerte
que no genere tensiones. En el caso de utilizar consolidantes líquidos, se
tendrá en cuenta la estructura del material y su compatibilidad química y
física, penetrabilidad y aspecto final. Junto a las características del conso-
lidante, hay que evaluar el disolvente y el modo de aplicación: goteo, in-
mersión, aspersión, inyección, etc. Es necesario insistir en el hecho de que
este tipo de acciones puede interferir en los resultados de posibles estudios
de laboratorio, por lo que se recomienda dejar zonas sin intervenir. Hay
que hacer notar, no obstante, que esta solución no siempre será efectiva,
dada la posible dispersión del producto, visible solo a nivel microscópico.
Comienza a generalizarse el uso de las técnicas de plastinación, en
las que los fluidos corporales son reemplazados por distintos polímeros,
con buenos resultados hasta el momento, si bien no son reversibles, y aún

77
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

es pronto para determinar su envejecimiento. El polímero empleado deter-


minará la propiedad óptica –transparencia u opacidad–, y el movimiento
–flexibilidad o rigidez– de la pieza. Este sistema ha resultado óptimo para
tejidos blandos, al no modificar sus dimensiones, aspecto o color. Asimis-
mo, se han tratado con éxito huesos y marfiles arqueológicos, menos poro-
sos, que no conservan la parte orgánica.
En ocasiones, se colocan refuerzos estructurales parciales con papel
japonés, o injertos con materiales sintéticos, que pueden dar rigidez a las
piezas y evitar, así, la consolidación. En algunos materiales, como cestería
y textil, el uso de soportes –refuerzos, parches, reentelados, cosidos de
sujeción, etc. – es suficiente para dar estabilidad a la obra. Se realizarán
con materiales estables, de características similares o sintéticas, y preferi-
blemente sin teñir.
A la hora de plantear un tratamiento frente al biodeterioro, hay que
valorar el estado de conservación y la capacidad de los bienes de resistir
el tratamiento. Otro aspecto que se ha de tener en cuenta es el motivo por
el cual se desea conservar –características morfológicas, estructuras mole-
culares, material genético, etc.–, debido a que determinados sistemas de
eliminación del biodeterioro pueden alterar alguna de las cualidades del
espécimen.
Dada la incidencia de este factor de alteración sobre los bienes objeto
de estudio, se explican a continuación, con mayor extensión, los sistemas
empleados en patrimonio biológico, y las ventajas y desventajas sobre sus
características específicas10:
- Anoxia/tratamiento con gases inertes/atmósferas modificadas. Este
tratamiento consigue una efectividad total en la eliminación de insec-
tos, y reduce la actividad microbiológica paralizando el desarrollo de
microorganismos aerobios. La anoxia consiste en la introducción del
bien que se va a tratar en una cámara, o bolsa realizada con plástico
de barrera, donde se alcanzan niveles de oxígeno inferiores al 0,1 %,
mediante la introducción de un gas inerte, siendo el nitrógeno11 el
más utilizado. El tratamiento ha de realizarse siempre a temperaturas
superiores a los 15 ºC, y suele tener una duración aproximada de 20
días, dependiendo de la especie de insectos que se quiera eliminar.
La anoxia no produce ningún cambio macroscópico ni microscópico
y no deja ningún residuo. Cabe destacar, del mismo modo, que las
atmósferas de gases inertes pueden emplearse como sistemas ex-

10
En el anexo E de la norma europea UNE-EN 16790:2018 se especifican los principales trata-
mientos frente al biodeterioro en bienes culturales.
11
El nitrógeno se encuentra incluido como biocida en el anexo I del Reglamento (UE) n.º
528/2012 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 22 de mayo de 2012, relativo a la comer-
cialización y uso de los biocidas.

78
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

positivos permanentes –vitrinas de anoxia– para piezas de carácter


orgánico altamente sensibles al biodeterioro, como por ejemplo las
momias.
- Tratamiento a baja temperatura/congelación. Es un sistema amplia-
mente empleado en la eliminación de ataques de insectos. El princi-
pal inconveniente es el riesgo de aparición de condensaciones y la
deshidratación.
- Radiaciones gamma. Es una radiación de tipo ionizante, con el consi-
guiente peligro que puede suponer su uso. En el caso del patrimonio
biológico, hay que tener en cuenta que el empleo de esta técnica con
una finalidad biocida puede alterar el ADN de los especímenes que
se van a conservar.
- Productos biocidas. La norma UNE-EN 16790:2018 específica que
los productos biocidas deberán emplearse en el patrimonio cultural
solo cuando no exista alternativa. Durante décadas, se han venido
empleando sustancias con elevada toxicidad que han supuesto un
riesgo para las personas, pero también sobre los bienes culturales,
debido a las interacciones químicas y cambios físicos que, a la larga,
han ido apareciendo. A todo ello cabe sumarle los residuos que estos
productos dejan sobre los bienes culturales, y su posterior difusión
en el ambiente durante largos periodos de tiempo. Por ello, es reco-
mendable decantarse por otras técnicas.
Estos tratamientos son altamente efectivos frente a insectos, pero, en
el caso de microorganismos, su efecto consiste principalmente en la re-
ducción de su actividad o la paralización del crecimiento. Frente a ataques
localizados de microorganismos sobre piezas, la aplicación de etanol al 70 %,
mediante nebulización, o hisopo, ha demostrado ser un sistema efectivo
sobre distintos soportes del patrimonio cultural. Antes de su aplicación, es
necesario efectuar las consiguientes pruebas de solubilidad y resistencia
del material, y también controlar que las piezas que se han de tratar no
se resequen en exceso. Tras la aplicación del etanol, es necesario efectuar
una minuciosa microaspiración para la eliminación de restos de micelio o
esporas.
Las reintegraciones volumétricas se limitarán a la realización de so-
portes o elementos estructurales, no justificándose hoy en día una reinte-
gración meramente estética. En ocasiones muy puntuales, será necesario
para la correcta lectura de la pieza una reintegración estructural del soporte
y/o cromática, que estará integrada, pero resultará discernible.
Hay que tener en cuenta la morfología de las obras para seleccionar
los materiales más apropiados de reintegración. Los rellenos de lagunas
con estucos magros, de cera o sintéticos deberán limitarse a pequeñas la-

79
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

gunas, nivelarse con la superficie, y reintegrarse cromáticamente con la téc-


nica más apropiada en cada pieza. Los pigmentos, colorantes y aglutinantes
deberán ser estables, resistentes y preferiblemente reversibles.
Para finalizar, cabe destacar que la innovación en nuevas tecnolo-
gías y materiales permitirá incorporar nuevos sistemas y equipamientos a
la restauración de estos bienes –láser, sistemas gelificados y emulsiones,
nanomateriales, etc.–, y presenta un futuro lleno de posibilidades, con
tratamientos más efectivos y menos invasivos para la conservación de los
materiales orgánicos.
La metodología general para determinar y evaluar la idoneidad de
cualquier tipo de técnica, y producto de tratamiento, es independiente del
tipo de obra que se esté estudiando, y debe centrarse en los siguientes
aspectos:
- Compatibilidad de los productos y técnicas empleados con los ma-
teriales originales de la obra, o con otros productos o técnicas de
tratamiento que se vayan a utilizar. En el caso concreto del patrimo-
nio biológico, además, habrá que considerar la compatibilidad con
posibles análisis científicos.
- Eficacia del tratamiento, es decir, que con él se consiga el fin que se
persigue.
- Resistencia del material tratado a los agentes de alteración, que actua-
rán sobre la obra una vez restaurada.

Toma de muestras a partir de colecciones de patrimonio


biológico
Las colecciones, tanto científicas como de exhibición, mantenidas por mu-
seos, herbarios, instituciones de investigación, institutos o universidades se
utilizan con mucha frecuencia para obtener material genético en estudios
moleculares, entre otros.
El muestreo de este tipo de material supone una agresión, y una
destrucción parcial o total del espécimen, ya que se tiene que retirar un
fragmento de piel, hueso, pelo, pluma, músculo seco o en fluido, que le
afectará, en mayor o menor medida, dependiendo del tamaño del ejemplar.
Se recomienda que, cuando se haga una intervención sobre un espé-
cimen histórico, las condiciones del acceso y del préstamo sean más riguro-
sas, y se requiera a los prestatarios los fragmentos sobrantes de tejido o los
remanentes de ADN extraído. Además, siempre que sea posible, habrá de
tomarse la suficiente cantidad de muestra, primero para satisfacer este tipo

80
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

de solicitudes, y segundo para dejar su custodia a una colección nacional


de referencia, por las siguientes razones:
- Se disminuye el riesgo de deterioro del espécimen morfológico al
conseguir suficiente material para ulteriores solicitudes. Además,
puede ser utilizado como testigo, o dirimente, en caso de protestas o
incongruencias por parte de los investigadores solicitantes.
- Se garantiza que, si contiene ácidos nucleicos u otras moléculas, estas
se conserven en condiciones idóneas y específicas para este tipo de
material, independientes de los procesos curativos o de restauración
que puedan sufrir los especímenes morfológicos.
- Puede servir para mejorar la información de la propia colección, por
ejemplo, identificando el sexo de los especímenes si no se conoce, o
identificando especies crípticas aún por descubrir.
Se recomienda que los colectores de cualquier tipo de resto, espéci-
men o muestra contacten primero con las personas al cargo de su futura
conservación, o con las que van a realizan los análisis concretos, para esta-
blecer el tipo y el número de muestras o especímenes, y los métodos preci-
sos de recolección y conservación requeridos. Por ejemplo, la congelación
es un buen método de preservación de especímenes para la extracción
de proteínas, sistemas enzimáticos biopolímeros o ácidos nucleicos, pero
puede arruinar el tejido para un examen histológico detallado. La fijación
en formol al 10 % tamponado es adecuada para numerosas técnicas histoló-
gicas, pero a partir de dichas muestras no se puede aislar ningún patógeno
vivo para la identificación de enfermedades, y resulta complicada la ampli-
ficación de ácidos nucleicos. El tipo de envase utilizado, por último, puede
invalidar los resultados de algunos análisis toxicológicos.
Establecer un plan de muestreo depende de la hipótesis que se quie-
ra comprobar. Es muy útil estimar el número concreto de muestras, pues
facilita la organización de material fungible, e infraestructura precisas para
su preservación y análisis posterior. Cuando las capturas se coordinan con-
juntamente con la futura colección hospedante, se puede planificar la co-
lecta utilizando los estándares definitivos de dicha colección para reducir el
esfuerzo de asimilación y, por lo tanto, la inversión económica.
La toma de muestras se debe realizar siempre con los permisos es-
pecíficos exigidos por la legislación vigente en cada lugar, y también debe
cumplir con los códigos éticos correspondientes.
Las condiciones de préstamo de muestras también deben normali-
zarse, y deberían ser asumidas como un contrato por el que ambas partes
acuerdan la transferencia de un material con unas condiciones concretas.

81
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

Pueden variar entre las diferentes instituciones, pero sería recomendable


que, al menos, se especificaran las siguientes condiciones:
- El receptor del préstamo se compromete a conservar el material reci-
bido en las condiciones adecuadas.
- El beneficiario se compromete a cumplir con todas las regulaciones,
y leyes nacionales e internacionales, aplicables al proyecto de in-
vestigación y al manejo del material de investigación, incluyendo la
obtención de permisos de acceso a los recursos genéticos.
- El préstamo se considera personal e intransferible, y se hace a insti-
tuciones, no a individuos.
- Todos los trabajos –publicaciones, informes, etc.–, en los que se utili-
cen las muestras harán referencia a la institución que envía el présta-
mo, y en ellos aparecerá el número de catálogo y el acrónimo.
- Para hacer evidente que el análisis se ha concluido, se remitirá a la
colección de la que proviene el préstamo una copia de la publicación
(PDF), y el número de acceso en Genbank o en cualquier otra base
de secuencias de nucleótidos.
- En caso de descripción de nuevos taxones, se devolverá todo el ma-
terial tipo, salvo acuerdo previo sobre los paratipos.
- Concluido el trabajo, los remanentes de tejido y extractos de ADN
deberán ser devueltos cuidadosamente etiquetados y empaquetados.
- Los préstamos se conceden por un tiempo definido, con posibilidad
de prórroga, que será evaluada caso por caso por la institución per-
tinente.
- Si las muestras prestadas no fueran utilizadas en el proyecto para el
que fueron solicitadas, deberán ser adecuadamente conservadas y
devueltas a la institución que envió el préstamo.
Al hablar de colecciones moleculares, hay que admitir ciertos matices
en la definición del préstamo, puesto que se envía un pequeño fragmento
de tejido que será devuelto como ADN o, en el caso de enviar ADN, se de-
volverá una secuencia completa, o parcial, de un gen que será incorporada
al registro del espécimen en la base de datos. Este aspecto se podría ase-
mejar a lo que ocurre con muchos invertebrados que, para ser identifica-
dos correctamente, precisan la extracción, disección, tinción y preparación
sobre el soporte adecuado de piezas bucales o genitalias.
La toma de muestras en colecciones museísticas, o similares, por
último, ha de ser controlada tomando conciencia de que se maneja un
bien científico, pero también patrimonial. Para obtener muestras genéticas
en hueso, por ejemplo, hay que agujerearlo u obtener un fragmento del

82
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

mismo. En este caso, se debería considerar la zona a muestrear, de manera


que no se interfiera con la toma de datos biométricos, y mantener, en la
medida de lo posible, el aspecto estético del bien, que podría ser expuesto
en algún momento. En el caso de aplicación de productos de conservación,
además, se debería considerar dejar sin intervenir una pequeña muestra
para permitir la aplicación de técnicas actuales y futuras.

Conservación preventiva
Los materiales orgánicos son de naturaleza perecedera, por lo que solo
se puede ralentizar el proceso de deterioro. La aplicación de técnicas y
estrategias de conservación preventiva es, por tanto, imprescindible para
garantizar la durabilidad de este patrimonio.
Una evaluación inicial de los indicadores de riesgo es esencial porque
nos va a permitir establecer prioridades de actuación, elaborar prácticas de
prevención, y mejorar la gestión de los recursos. El impacto de cada uno
de estos riesgos varía según su intensidad, grado de frecuencia, naturaleza
de los bienes, ubicación geográfica, características del edificio contenedor,
y recursos materiales y humanos disponibles. Para el caso del patrimonio
biológico, como ya se ha comentado, son las condiciones ambientales in-
adecuadas –temperatura, humedad, radiación lumínica, y contaminantes–,
el biodeterioro y las acciones antrópicas incontroladas, los riesgos a los que
se debe hacer frente con mayor empeño.
Antes de la incorporación de cualquier elemento a una colección
o museo, es necesario que se efectúe un detenido análisis e inspección
del estado de conservación, especialmente del posible biodeterioro que
presente. Para ello, es recomendable que en las instituciones, o centros
de investigación, se cuente con un espacio aislado del resto de bienes cul-
turales, que sirva como sala de cuarentena, y que cuente con el material
necesario para la obtención de muestras biológicas –guantes, mascarillas,
hisopos, etc.–. En caso de que se identifique un ataque activo, tendrá que
ser tratado convenientemente. A diferencia de la mayoría del patrimonio
cultural, el patrimonio biológico, en muchos casos, permite la obtención
de más de un espécimen o muestra, por lo que, en caso de encontrarse en
mal estado de conservación, o pudrición avanzada, se valorará el descartar
su entrada en la colección.
Posteriormente, la mejor manera de prevenir el biodeterioro es evitar
la aparición de microclimas, y desarrollar estrategias de control de plagas
mediante revisiones periódicas, e instalación de trampas en las instalacio-
nes y colecciones. Este control microclimático no solo ayudará a combatir
el biodeterioro, sino que también evitará algunos de los daños anterior-

83
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

mente descritos para estos bienes producidos por cambios de humedad,


temperatura, y exposición inadecuada a la luz o a contaminantes.
El espacio de exposición o almacenaje de bienes patrimoniales
biológicos, ya sea de nueva creación o preexistente, debe planificarse y
gestionarse atendiendo a tres criterios básicos:
- Eliminar o minimizar los riesgos de daño, o pérdida, a los que se
encuentran sometidos estos bienes.
- Garantizar la accesibilidad a estos bienes tanto del personal técnico
del museo, o institución que los salvaguarda, como de las personas
que soliciten su estudio, y del público, en caso de exposición. Los
bienes patrimoniales biológicos tienen un enorme valor científico y
social no siempre comprendido. La accesibilidad está estrechamente
conectada al uso que se quiera dar a estas colecciones, facilitándolo
o impidiéndolo, y no se puede implementar sin un buen sistema
de identificación de cada espécimen, así como de los contenedores
y dispositivos del almacén. Independientemente del intercambio de
información, que hay que promover y favorecer en todo caso, es im-
prescindible establecer un protocolo de permisos y restricciones de
acceso a estos espacios, en aras de una correcta conservación.
- Mantener un entorno o microentorno seguro para la preservación a
largo plazo. Un espécimen degradado pierde valor, mientras que uno
bien conservado puede incrementarlo.
Para la identificación de los bienes, resulta fundamental etiquetarlos y
marcarlos con garantías de perdurabilidad, ya que la disociación o pérdida
de información es una causa habitual de alteración de estos fondos, tal y
como se ha comentado. Existen dos métodos de siglado de colecciones:
el marcado directo, que es aquel en el que el código de identificación se
aplica físicamente sobre la pieza, y el marcado indirecto, en el que este
código identificador no se coloca de manera fija y permanente sobre ella.
El marcado directo es el sistema más estable y discreto, pero su uti-
lización dependerá del estado de conservación del espécimen y de deter-
minadas características formales, tales como el tamaño, el tipo de soporte,
el tipo de recubrimiento, etc. Aunque no se puede describir ningún sistema
de marcado absolutamente inocuo y eficaz para cualquier tipo de bien, sí
conviene señalar la necesidad de evitar en todo caso soluciones «caseras»,
como uso del esmalte de uñas o la cinta correctora –tipo típex–, dado que,
habitualmente, se trata de productos cuya composición no está testada.
Tampoco se emplearán rotuladores comerciales de tipo permanente o in-
deleble, ya que, por su composición, existe riesgo de migración irreversible
de tintas hacia el objeto.

84
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

Con el marcado indirecto existe un mayor riesgo de pérdida de vin-


culación entre el objeto y su código identificador, pero resulta preferible
fuera de la exposición por su rápida visualización, a la vez que evita posi-
bles daños por manipulación inadecuada. Los materiales utilizados en estos
casos también tienen que ser seguros y compatibles con los bienes. Según
las circunstancias, se decidirá marcar con uno u otro sistema, aunque, siem-
pre que sea factible, se aconseja que se utilicen los dos.
Los especímenes de colecciones científicas tienen como norma de
seguridad que nunca se sustituyan las etiquetas antiguas, de recolección,
colector o de institución que pudieran acompañar al ejemplar, salvo que
la permanencia de estas junto al ejemplar pudiera suponer un riesgo de
deterioro, ya sea del ejemplar o de la propia etiqueta. En ese caso, lo que
se suele hacer es colocar una etiqueta nueva junto a las primeras. Evitar la
disociación entre el espécimen y su información es imperativo, y hay que
asegurar la durabilidad de las etiquetas dependiendo de las características
del método de preservación utilizado –seco o fluido–.
En cuanto a las condiciones ambientales, si bien son varios los au-
tores que apuntan rangos estrictos de humedad, temperatura y luz para la
conservación de las colecciones biológicas y bioantropológicas, establecer
a priori estos parámetros puede ser contraproducente y generar riesgos en
los materiales.
Tal y como se ha señalado, los materiales son altamente higroscó-
picos y en muchas ocasiones anisotrópicos, por tanto, las tensiones pro-
ducidas por los ciclos termo higrométricos de absorción-desorción alteran
irreversiblemente su estabilidad, aspecto, dimensiones y, especialmente, su
resistencia estructural. Ante estos riesgos, el mantenimiento de una HR y
temperatura óptimas y estables en el entorno es lo único que garantizará
su estabilidad.
Hay que ser conscientes de que, si las fluctuaciones son mínimas
tanto en rangos diarios como en los estacionales, el objeto muy probable-
mente se adaptará. Si las condiciones cambian bruscamente, el riesgo de
alteración será elevado. Siempre que sea posible, se recomienda adoptar
enfoques más sostenibles, como la adaptación de las colecciones a la clima-
tología de la zona, compartimentación, o el uso de materiales de almacena-
je y exposición que tengan la capacidad de regular la humedad.
Algunos materiales, no obstante, solo tienen unas condiciones posi-
bles de conservación, que deben mantenerse sin discusión: materiales con-
gelados como «la momia del hielo», por ejemplo, que deberán almacenarse
con una temperatura inferior a 0 ºC, o algunas muestras colecciones de
tejidos y ADN, que se conservan en ultracongelación (-80 ºC).

85
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

Se debe minimizar la exposición a la luz. Se recomienda que los al-


macenes permanezcan a oscuras, salvo cuando sea necesario entrar para
realizar tareas de inspección, mantenimiento o entrada/retirada de espe-
címenes. Su iluminación debe ser artificial, diseñada de forma que facilite
las referidas tareas de almacenaje sin incidir de forma directa sobre los
bienes. Es beneficioso contar con una triple instalación lumínica: general,
de trabajo y de emergencia. En el caso de exposición, la iluminación tiene
que adaptarse al flujo de visitantes. En todo caso, se recomienda el uso de
fuentes de luz artificial con baja emisión de radiaciones ultravioleta (UV) e
infrarroja (IR), como son las lámparas led.
La limpieza del aire es igualmente importante. En la medida de lo
posible, los espacios deben estar libres de polvo, partículas y volátiles con-
taminantes. Esto debe conseguirse sin impedir una cierta circulación del
aire, ya sea mediante sistemas pasivos o convencionales de ventilación. No
olvidemos que muchos de estos bienes pueden emitir ácidos orgánicos,
formaldehídos y otros volátiles orgánicos nocivos para otros bienes y para
la salud humana, por lo que no conviene que se concentren.
Las zonas de trabajo deben estar siempre separadas de los almace-
nes, ya que dificultan enormemente su control ambiental. No obstante, si se
considerase necesaria, esta debería limitarse a una zona acotada, con una
mesa y las lámparas requeridas, y dedicarse únicamente a tareas derivadas
de la gestión de las colecciones almacenadas.
Conviene que los sistemas expositivos y de almacenaje estén cons-
truidos con materiales químicamente estables, durables y flexibles, para
poder adaptarlos a distintos espacios y colecciones biológicas, que sean
resistentes al biodeterioro, agua o humedad, fuego o a los fluidos usados
en la preservación de algunos especímenes, y cómodamente accesibles. La
inversión en sistemas que cumplan con estos requisitos puede ser elevada,
pero supone un ahorro a medio o largo plazo.
Entre los sistemas de almacenaje disponibles, destacan las estanterías
metálicas tipo picking, que se acomodan a cualquier espacio y tienen una
gran capacidad de carga; los gabinetes de cajones y los armarios, ideales
para colecciones tipo o de pequeño tamaño, con requisitos de conserva-
ción o seguridad más estrictos, o que requieran un acceso rápido; y los
compactos que, aunque solo se puedan instalar en almacenes con gran
capacidad de carga y costosos, ahorran mucho espacio y suponen una pro-
tección extra para los bienes.
Los contenedores de plástico o cartón, bolsas, bandejas, soportes,
gomaespumas para acolchar, carpetas, y separadores usados en el alma-
cén deben ser lo más durables y químicamente estables que sea posible.
De ahí la conveniencia de usar materiales de conservación, o calidad ar-

86
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

chivo, y, solo si no se dispusiera de ellos, de una estabilidad razonable.


Una inversión en materiales de conservación es, a la larga, rentable tanto
desde el punto de vista económico, como desde el de conservación de las
colecciones, pues previene muchos tipos de degradación. De igual forma,
se debe tener en cuenta que no existen materiales imperecederos, o que
no se deterioren por el uso, por lo que se recomienda tener una previsión
presupuestaria para adquirir nuevo material que cubra reemplazos y am-
pliaciones (figura 21).
Las momias, y obje-
tos especialmente vulnera-
bles expuestos en museos
e instituciones de naturale-
za similar, pueden alojarse
en contenedores realizados
con distintos materiales y
en diferentes momentos,
que no siempre garantizan
las adecuadas condiciones
de conservación de estos
bienes.
Al tratarse de bienes
altamente frágiles frente a
un gran número de factores
de deterioro, unido a los
aspectos morales y deon-
tológicos que es preciso
respetar, especialmente en Figura 21. Ejemplo de sistema de almacenamiento. Fotogra-
estos casos, se recomienda fía: María García Morales. Museo Arqueológico de Tenerife.
tener en cuenta las siguientes cuestiones en el diseño de los contenedores
tanto de almacenaje como de exposición:
- Los materiales constitutivos de la vitrina deben ser resistentes, estables
y no emitir contaminantes. Por tanto, deben ser testados y validados
antes de decidir su empleo.
- Tanto en la estructura, como en los elementos museográficos de
soporte, es recomendable usar metal, como aluminio anodizado o
acero inoxidable, y acabados con pintura al horno para evitar la
emisión de COV.
- No deben utilizarse materiales como madera, tableros de fibra de
densidad media (DM) o derivados plásticos, cuyas alteraciones y emi-
siones afectan a las piezas expuestas.

87
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

- En la unión de los elementos que componen la vitrina y los soportes


museográficos, se debe evitar el uso de adhesivos o silicona. Si es
imprescindible usarlos, debe elegirse el menos nocivo.
- Como alternativa para conseguir la estanqueidad de las vitrinas en las
juntas, existe el neopreno, sin embargo, con el tiempo acusa el des-
gaste, lo que implica la renovación del mismo a largo plazo. Hay que
valorar las características de diferentes neoprenos hasta encontrar el
más adecuado.
- No debe introducirse gráfica, debido a que las tintas con que se im-
primen generan una alta cantidad de COV.
- Los vidrios deben ser de seguridad y, si es necesario, incorporar filtros.
- Las vitrinas deben contar con un sistema de filtrado del aire incor-
porado que permita realizar mediciones, y análisis a través de las
válvulas para evitar, así, tener que abrirlas.
- No son recomendables las vitrinas estancas sin puertas practicables,
porque no permiten acceder al interior de la vitrina de forma ágil
cuando la ocasión lo requiera, y su apertura y cierre suelen ser com-
plejos y costosos. Es deseable contar con una puerta practicable que
sea compatible con la hermeticidad. En cualquier caso, la vitrina solo
se abrirá cuando la acción que se vaya a realizar en su interior este
bien fundamentada.
- Los cajones o bandejas técnicas deben contar con las dimensiones
y capacidades acordes al volumen de la vitrina, y tienen que estar
conectados adecuadamente con el interior para que resulten útiles. El
sistema de apertura de los mismos debe ser sencillo, y eficaz, tenien-
do en cuenta que se comunican interiormente con la vitrina. Dentro
de los cajones, se dispondrán los productos que sean necesarios para
la conservación de las piezas: reguladores de humedad, equipos de
muestreos, sistemas de medición de biodeterioro o contaminación
química, etc.
- Las vitrinas tienen que estar dotadas de sensores que permitan co-
nocer las condiciones de T º y HR en su interior. Los parámetros
recomendables tendrán en cuenta las circunstancias y características
de cada espécimen, así como las condiciones ambientales a las que
esté adaptado.
- Es recomendable que las luminarias de las vitrinas no se incluyan
en el interior, sino que se dispongan en el exterior de la misma. En
caso de que se encuentren dentro, lo más conveniente será utilizar
fibra óptica y leds, fuentes sin emisión de IR o UV, por lo que se
incorporarán filtros, en caso de que sea necesario. También es im-
portante controlar dónde se disponen las fuentes de alimentación de
las luminarias.

88
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

- Las vitrinas deben disponerse en salas en las que se pueda controlar


la iluminación, que estén libres de vibraciones, y que tengan condicio-
nes ambientales estables para evitar alteraciones en los especímenes.
Por otro lado, mantener las salas y el almacén en orden y con un
buen mantenimiento evita, o reduce, los efectos perniciosos de la mitad de
los agentes de riesgo. Esto solo se consigue con un mantenimiento progra-
mado de las instalaciones que incluya su limpieza regular, la revisión de
los sistemas de previsión de incendios, la climatización, la detección de in-
trusos y la iluminación; las reparaciones oportunas, y el establecimiento de
procedimientos de revisión que se ocuparán de monitorizar la temperatura
y humedad relativa; comprobar el grado de limpieza; supervisar el cumpli-
miento de las normas de manipulación, acceso al almacén, y prevención
de ataques biológicos; cambiar los reguladores de humedad si no existe un
sistema mecanizado, y los inhibidores de oxígeno o filtros de carbono usa-
dos en contenedores especiales; y verificar el nivel de fluido de los especí-
menes preservados en alcohol, o detectar posibles indicios de degradación
en los bienes o sus contenedores, entre otras cosas.
Dada su naturaleza mayormente orgánica, los daños causados por el
fuego a los bienes biológicos o bioantropológicos son, por lo general, irre-
parables. Por esa razón, en la construcción o elección de las zonas con bie-
nes deben primar los elementos arquitectónicos –paredes, techos, puertas–,
y un mobiliario resistentes al fuego, dispuestos, además, de forma que no
faciliten su propagación. Asimismo, debe prestarse una atención especial
a los sistemas de detección y erradicación. Los especímenes conservados
en alcohol, sobre todo si se almacenan en gran número, deberían estar
separados del resto, debido a la inflamabilidad de los fluidos preservantes,
posibilidad de escapes, o a la consecuente acumulación de vapores, que
aumentan el riesgo de incendio.
Aunque estos bienes sean, en general, poco apetecibles para ladro-
nes y vándalos, no por ello hay que descuidar las medidas de protección,
ya sean de carácter estructural –cierres y puertas de seguridad, control de
los accesos al exterior–, mediante la instalación de sistemas de seguridad,
o la implantación de normas internas de acceso, y manipulación de obliga-
do cumplimiento. Las negligencias cometidas por el personal en contacto
con las colecciones y los investigadores son una de las mayores causas de
daños a las colecciones, de ahí la importancia de contar con estas normas.
Como ya se ha apuntado, los bienes biológicos pueden ser fuente de
compuestos volátiles y sustancias nocivas para la salud. Restos de pestici-
das actualmente prohibidos, como el arsénico, mercurio, o asbestos usados
en taxidermia; antiguos tratamientos de conservación, gel de sílice con
cloruro de cobalto, vapores de los fluidos de preservación; o compuestos
volátiles, resultantes de la degradación natural de estos bienes, hacen ne-
cesario contar con normas de acceso, y manipulación, que protejan a las
personas en contacto con estas colecciones.

89
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

Todos los museos e instituciones que alberguen estos bienes pa-


trimoniales, por último, deberán contar con un plan de salvaguarda de
colecciones en caso de emergencias. Este plan, ya se trate de normas bá-
sicas de actuación en caso de incendios, o de normas más complejas que
incorporen la evacuación de los bienes, y las intervenciones de emergencia
tras la catástrofe, ha de ser conocido por los técnicos responsables de las
colecciones, y puesto en práctica mediante simulacros para comprobar su
eficacia y mejorar su implantación.

Innovación y sostenibilidad
La innovación y la sostenibilidad ambiental aparecen recogidos en la Agen-
da 2030 de la Unesco, la Estrategia 21 del Consejo de Europa, y los Planes
Nacionales de gestión del patrimonio en nuestro país. La cultura surge
como nexo de cohesión social, y la conservación del patrimonio resulta
fundamental en los escenarios participativos de la cultura democrática, tal
y como recomienda la Convención de Faro de 2005, firmada por España
en 2018.
Los proyectos de investigación, con la aparición de las nuevas tecno-
logías, los aparatos de análisis transportables, los nuevos materiales nano-
particulados, y la gestión más eficaz de tratamientos convencionales, como
los geles utilizados en limpiezas, el uso de reactivos cada vez menos tóxi-
cos que influyen en la sostenibilidad medioambiental, así como el auge de
la conservación preventiva o la prevención de riesgos en patrimonio, son
avances y estrategias a las que no se les puede dar la espalda.
Los proyectos de investigación en materiales y nuevas tecnologías
resultan fundamentales para el avance en la conservación del patrimonio
biológico, al igual que lo es su difusión.

90
Conclusiones
Proyecto COREMANS Criterios de intervención en biopatrimonio

A lo largo de este texto, se ha ido describiendo un patrimonio sumamente


rico y variado, cuyo valor no es solo intrínseco a su naturaleza, rareza o
representatividad, sino que debe ser entendido en su doble faceta patrimo-
nial y de recurso científico, por lo que todas las acciones deben respetar
esta dualidad.
Cabe incidir en el hecho de que muchas de las categorías de bienes
incluidos en este patrimonio han de regirse por normativa nacional e inter-
nacional, así como por códigos deontológicos que han de guiar siempre el
trabajo en cualquiera de sus múltiples perspectivas.
Toda esta herencia biocultural se ha recuperado, y sigue incremen-
tándose, a partir de excavaciones arqueológicas, hallazgos casuales, expe-
diciones científicas, campañas de colecta, así como por distintas actividades
rituales. Hoy se pueden encontrar restos y especímenes en colecciones de
museos, e instituciones de naturaleza similar, entidades científicas y recin-
tos religiosos.
El patrimonio biológico es susceptible de sufrir procesos de altera-
ción y descomposición graves y rápidos. Ante tal circunstancia, para garan-
tizar la conservación de estas colecciones, deben adoptarse unas medidas
de estabilización y tratamiento, unas pautas precisas de uso, de almacenaje
y de exposición, y un factor de sensibilización del espectador, según los
casos. La gestión de una colección de ejemplares y restos biológicos, por
tanto, es una tarea compleja para cualquier institución.

92
The COREMANS Project
Intervention criteria for
bioheritage
Foreword
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

In 2012, The Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) launched


the COREMANS project in honour of Paul Coremans (1908-1965), founder
of the Belgian Royal Institute for Cultural Heritage (IRPAH/KIK) and pioneer
of a leading methodology of restoration, to establish criteria and methods of
action across different fields of cultural heritage conservation. Today I am
pleased to have the opportunity to present a new volume in this series of
publications, focused on Biocultural heritage.
It is not doubt that these tools are needed allowing the professionals
from different disciplines to handle common terms and concepts benefits
effective communication and understanding for the Cultural heritage con-
servation.
In all cases, these guidelines are based on interdisciplinary work by
different cultural heritage professionals. In this case, the collaboration is cri-
tical for obtaining rich and multifaceted insights into this subject, ensuring
its quality and enriching the professionals engaged in this process.
To date, the IPCE has published five guidelines of the COREMANS
project on subjects traditionally recognised in the field of cultural herita-
ge conservation and restoration: stone, metal, polychrome altarpieces and
sculpture, architecture on land and easel painting. Each publication had
a great reception from the Cultural heritage professionals, reinforcing the
need to continue with these types of publications.
This book is devoted to an emerging theme that sits in traditional
and academic categories: Biocultural heritage. All the cultural property of
biological origin from different historical, scientific records and contexts
is covered in this category; a definition that inextricably links cultural and
natural heritage.
The interest and complexity of addressing any work on this important
heritage are due to its infinite varieties and representations, but also to the
issues that generally do not require addressing in other Cultural heritage
categories.
Firstly, one of the peculiarities that many biocultural heritage items
have is that they are not only interesting by themselves but key to research
in different knowledge areas, since they can provide information at a mo-
lecular and genetic level thanks to existing or future analysis systems. This
source of information needs to be preserved under conditions that are
harmless or compatible with the biocultural heritage items as a scientific
resource.
Secondly, the nature of this heritage binds that the technical and
scientific work developed around them, as well as their conservation con-
ditions, be strongly linked to increasingly rigorous and respectful ethical,

95
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

moral and deontological considerations. This will surely distinguish impor-


tant aspects of cultural management in the near future.
Lastly, the variety of this heritage and its interest in numerous fields
of knowledge and research bring together very diverse and theoretically
distant professional disciplines. The working group engaged in this volume
reflects this diversity, comprising institutions with different missions and
professionals such as archaeologists, forensic scientists, biologists, veterina-
rians and conservators/restorers.
The common interest in Cultural heritage, in all its aspects, united
these perspectives enabling to compile this publication that we hope can
be a starting point for discussion and consideration of biocultural heritage.
I would like to acknowledge the effort of the multidisciplinary wor-
king group that made the release of this sixth volume of the COREMANS
project series possible.

Ana Cabrera Lafuente


Deputy Director-General, Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE)
Ministerio de Cultura y Deporte

96
Introduction
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

Biological heritage or bioheritage1, the subject of this monograph, compri-


ses a wide variety of types, categories and families which, in summary, can
be classified into three main groups:
Human remains. Semi-fossilized or mummified remains from di-
fferent time periods and cultures, from funerary contexts or sponta-
neously preserved, skeletons and soft tissues from forensic archaeo-
logy, uncorrupted specimens from churches, collections of preserved
remains of scientific/medical interest, etc. This section includes the
management of remains and specimens for the classification of gene-
tic profiles. Human remains refer to hominids of our species that are
partially or totally preserved.
Animal heritage. This group includes the remains of semi-fossilized
animals from excavations, collections of taxidermied specimens, spe-
cimens preserved in fluids, entomological study collections, artificia-
lly or spontaneously mummified animals, as well as works from artists
and contemporary art movements that have used this type of material
in the execution of their works. An increasing number of animal sam-
ples, including extinct or endangered species, are also included here.
Plant heritage. This includes collections of flora with living speci-
mens from botanical gardens, but above all herborized specimens,
such as fossilised remains, carbonized remains or archaeobotanical
samples, and those preserved in herbaria, which are also often evi-
dence of extinct or endangered specimens.
Despite this evident variability in types and circumstances, some
common singularities that justify their joint study in this publication should
be noted:
- Many of the specimens and remains, in addition to providing indirect
information on the context of the social sciences and humanities,
such as: food systems, commercial relations, climatology, etc., are
able to provide direct information through different analytical techni-
ques in the different disciplines of life sciences. It is therefore essen-
tial that, as far as possible, their properties remain intact to retain that
potential now and in the future.
- In a large number of cases, remains and specimens embody different
levels of biodiversity and human evolution.
- Working with these assets is governed by highly varied regulations
which respond to the dual nature of this heritage: cultural and
natural. In the case of collections with human remains in particular,
any action on these assets must also be performed in accordance
with the existing deontological codes.

1
Neologism taken from the scientific tradition of joining two words with a precise meaning, gene-
rating an explanatory and identifiable term.

98
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

Since the middle of the last century, the emergence of systems theory
has radically changed science, fostering its interrelationship. For heritage,
these changes introduced novel concepts such as natural heritage, which is
now inseparable from cultural heritage. But before then, there was a link
between the natural sciences and cultural heritage.
The concept of «natural history» was coined in Antiquity, encompas-
sing a series of disciplines in a way similar to how we are now using it again.
The first curio cabinets displayed collections of plants, seeds, trees
and animals, naturalised or otherwise, brought from abroad by missionaries
and travellers. The Spanish royal collections, the origin of the Museum of
Natural Sciences or the Royal Botanical Gardens, marked a path that would
later be followed by collections of universities, academies, etc. Our mu-
seum tradition is exceptionally rich in this heritage.
Since the nineteenth century, however, the growing weight of ar-
chaeological collections and the preferential heritage interest in architecture
tipped this balance towards inert heritage objects. But this has changed
in recent times, archaeology itself has become increasingly interested in
biological registration over the last hundred years, from the recoveries of
coal, pollen and seeds in Scandinavia in the 1920s, to interest in skeletal,
human and animal remains from a century earlier. Since the 1960s, ecofacts
are openly referred to as a separate concept from artefacts; anthracology,
malacology, palynology, etc. appear. In 1977, Jane E. Buikstra spoke of
bioarchaeology, like the study of bone remains (especially human). The
1970s bore witness to the emergence of physics, biochemistry and isotopic
studies, for example, which have long enriched the information possibilities
provided by traditional studies. Since 1984, the surge of biochemical and
genetic analysis has completely revolutionized this landscape, to the extent
that we comfortably speak of molecular-level archaeology, for which all
that remains is for it to become common knowledge.
Museums and institutions of a similar nature not only hold exceptional
objects (traditionally inert, with ethnological or artistic exceptions), but also
boast an increasing number of qualitative research analysis samples, which
these institutions are asked to store for verification and contra-analysis, to
the extent that in many collections, these samples represent a preferential
object for preservation and work. In the future, bone collections will be
expanded and treated in the same way and with the same focus as the rest
of the collections, subject to the same considerations and ups and downs
as the rest: selection, income policy, re-burials, exhibition or otherwise, etc.
Together with them, coals, pollen and microfauna will become increasingly
important in this museum record and in scientific activity.

99
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

But all these organic materials generally undergo serious and drastic
alteration and decomposition processes due to their very nature, and often
also due to the circumstances of their discovery. Against this backdrop,
the application of preventive and curative preservation techniques for the
survival of assets is a priority, and it is out of this specific context that this
monograph has been developed.

100
Regulatory framework
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

Legislation
The legislation affecting biological heritage is as diverse as the collections
and assets it encompasses. The collection, extraction, transport, processing,
conservation and use of specimens or biological samples is regulated by:
national and community regulations on historical heritage, natural heritage
and biodiversity, health security, animal welfare and transport, and the in-
ternational conventions and protocols signed by our country.

Regulations on historical heritage


In a social and democratic State of law, the aims of cultural development
have been manifested since the Preamble of the 1978 Constitution. Rights
relating to culture have been introduced in articles 44, 45 and 46. In ad-
dition, the Spanish Constitution establishes a model for the distribution of
powers, and articles 148 and 149 address the distribution of powers in all
administrative fields, including that of historical heritage.
The Spanish Historical Heritage Act 16/1985 of 25 June 1985 sets
down the definition, identification, obligations and competencies with re-
gard to historical heritage, indicating in the Preamble that its protection
and conservation constitute an obligation of all public authorities. This Act
defines Spanish historical heritage in article 1:
«Spanish Historical Heritage comprises movable and immovable
property of artistic, historical, palaeontological, archaeological,
ethnographic, scientific or technical interest. It also includes documentary
and bibliographical heritage, archaeological sites and zones, along with
natural sites, gardens and parks with artistic, historical or anthropological
value».
All the autonomous regions, in accordance with their exclusive com-
petencies regarding cultural heritage, have developed extensive legislation
in this regard.
With regard to the issue which here concerns us, we find direct
references in Act 1/2001 of 6 May 2001, on Cultural Heritage of the
autonomous region of Principality of Asturias, article 1.3 of which
refers to «geological and palaeontological elements of interest due to
their relationship with the history of man and his origins, and assets
of geological, palaeontological, botanical or biological interest which
have been separated from their natural environment or which must be
preserved outside of it», or in the Preamble to Act 4/2013 of 16 May 2013,
on Cultural Heritage of Castilla-La Mancha, indicating that the approval
of this act fulfils the need to update and extend the concept of cultural
heritage in order «to encompass, in a broad sense, the historical, artistic,
archaeological, palaeontological, ethnographic, industrial, scientific and
technical value» of the assets. In the case of Act 11/2019 of 25 April 2019, on

102
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

the Cultural Heritage of the Canary Islands, the «mummies, funeral bundles,
funeral shrouds and anthropological remains of Aboriginal populations»
are specifically declared assets of cultural interest, with the category of
movable property of particular sensitivity, which must be preserved with
«utmost tact and respect for the feelings of human dignity of all peoples».
Lastly, article 102 of cultural heritage Act 5/2016 of 4 May 2016, of Galicia,
with regard to the protection of underwater cultural heritage, indicates that
a basic principle of action will comprise respect for human remains located
in the maritime waters of the region.
In addition to these national regulations are the European Econo-
mic Community (EEC) regulations, both Regulation (CEE) 3911/92, on the
export of cultural goods, and Directive 93/7/EEC on the return of cultural
objects unlawfully removed from the territory of a member State of the Euro-
pean Union, incorporated into Spanish law by Act 36/1994 of 23 December
1994. The annex defines the goods forming part of the national heritage
and specifically includes: «a) Collections and specimens from zoology, bo-
tany, mineralogy or anatomy collections. b) Collections of historical, pa-
laeontological, ethnographic or numismatic interest».
Organic Act 12/1995 of 12 December 1995, on the Suppression of Smu-
ggling, Royal Decree 1649/1998 of 24 July 1998, developing Title ii of Organic
Act 12/1995, on administrative infringements of smuggling, and Organic Act
6/2011 of 30 June 2011, constitute the legal framework on illegal traffic-
king and, specifically, as regards the Convention on International Trade
in Endangered Species of Wild Fauna and Flora (CITES), which will be
discussed below.

Regulations on natural heritage and biodivesity


Act 42/2007 of 13 December 2007, on Natural Heritage and Biodiversity,
its modification by Act 33/2015 of 21 September 2015 and Royal Decree
1274/2011 of 16 September 2011, approving the 2011-2017 Strategic Plan
for natural heritage and biodiversity, constitute the legal framework for
the conservation, sustainable use, improvement and restoration of natural
heritage, as well as biodiversity. This regulation establishes the obligation of
the public authorities to oversee in their respective spheres the rational use
of natural heritage throughout the country and in maritime waters under
Spanish sovereignty or jurisdiction.
Title iii «prohibits the possession, transport, trafficking and trade of
live or dead specimens». This situation must be considered in the work of
biologists and archaeologists both in the course of certain research projects
and during the collection of wild species for use as reference specimens.
Permit management must be processed by the autonomous communities.

103
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

Regulations relating to health safety, animal welfare and transport


It should be noted that part of the work with biological heritage is related
to the handling and processing of dead animals and their by-products, the
SANDACH (Animal By-Products Not Destined for Human Consumption). It
is therefore important to be aware of the national and EU legislation gover-
ning the management of these remains from the time they are generated
until their final use or destruction, in order to avoid risks to human health,
animal health or the environment.
At the European level, the legal framework is developed through Re-
gulation (EC) n.º 1069/2009 of the European Parliament and of the Council
of 21 October 2009, and Commission Regulation (EU) n.º 142/2011 of 25
February 2011. Royal Decree 1528/2012 of 8 November 2012 establishes
the specific provisions applicable in Spain to comprehensively manage the-
se materials in conditions of maximum safety.
The Sandach are classified into three categories based on the degree
of risk they present. Based on this classification, the transformation mode
and the conditions for its use or disposal are established. Regulation (EC)
n.º 1069/2009 in articles 16 and 17 authorizes exceptions, and one of these
refers to materials used in research or other specific purposes, such as ex-
hibitions and artistic activities, and for diagnostic, educational or research
purposes, under conditions which ensure the control of risks to public and
animal health.
Article 23 furthermore establishes the need to establish a register
of contract operators, establishments or plants. This directly affects work
carried out in cultural, research or study institutions working with this type
of goods, since they need to register this activity and specify the category of
animal by-products or derived products under their control, as well as the
nature of the operations carried out that use animal by-products or derived
products as raw material.
With regard to animal welfare, the European Parliament and the Council
adopted Directive 2010/63/EU of 22 September 2010 on the protection of
animals used for scientific purposes. Years ago, the European Commission,
through Recommendation of 18 June 2007, established guidelines for the
accommodation and care of animals used for experimental and other
scientific purposes.
In order to bring Spanish legislation into line with European guideli-
nes, Royal Decree 53/2013 of 1 February 2013, establishing the applicable
basic standards for the protection of animals used for experimental and
other scientific purposes, including teaching, was issued.

104
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

Finally, it should be noted that the processing of databases with the


information of users, donors or collectors is common in biological collec-
tions and therefore legislation in this regard cannot be ignored. On 25 May
2018, new Regulation (EU) 2016/679 of the European Parliament and of the
Council of 27 April 2016 on the protection of natural persons with regard
to the processing of personal data and on the free movement of such data
entered into force. The application of this regulation in each of the member
States requires internal regulatory development, which in the case of Spain
has been complied with by Organic Act 3/2018 of 5 December, on Data
Protection and the Guarantee of Digital Rights.

International agreements
Among the regulations, particular mention should be made of international
treaties which, pursuant to the terms of article 96.1 of the Constitution, ar-
ticle 1.5 of the Civil Code and additional provision seven of Act 16/1985,
of 25 June 1985 form a part of the internal regulations following their offi-
cial publication by Spain. As a result, conventions, agreements and treaties
signed by Spain regarding Cultural and natural heritage shall apply in the
same circumstances as all other national laws.

Convention on Biological Diversity (CBD) and Nagoya Protocol (ABS)


During the second half of the 20th century, there was a significant loss
of biodiversity worldwide. Aware of this, the United Nations, after several
meetings, approved the Convention on Biological Diversity (CBD) in 1992.
This agreement is a comprehensive instrument with three main ob-
jectives: conservation of biological diversity, sustainable use of the com-
ponents of biological diversity and fair and equitable sharing of benefits
arising from genetic resources.
Spain ratified the convention in 1993, and its guidelines have since
guided the work on biological heritage. The following chapters are parti-
cularly noteworthy: article 3, countries have a sovereign right to their natu-
ral resources and the right to legislate on them, thus preventing historical
plundering; article 9, focusing on ex situ preservation, i.e. the preservation
of biological diversity components outside their natural habitats, for exam-
ple in collections and museums; article 15, which states that access to the
genetic content of these resources is subject to the consent of the country
of origin, and the sharing of benefits arising from the commercial or other
use of these resources must be previously agreed upon.
At the tenth meeting of the Governing Body of the Convention, held
in Nagoya ( Japan) in 2010, a decision was made to adopt a Protocol on

105
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

Access to Genetic Resources and the Fair and Equitable Sharing of Benefits
Arising from their Utilization (ABS), whose objective is to provide a transpa-
rent legal framework for the effective implementation of the third objective
of the CBD.
The scope of application of the protocol is the genetic resources that
are non-human and not specimens from the high seas (as they fall outside
national jurisdiction), and includes the traditional knowledge associated
with such genetic resources.
Spain ratified this protocol in 2014, while, at the European level, ABS
legislation is enshrined in Regulation (EU) 511/2014 of the European Par-
liament and of the Council of 16 April 2014, and in Implementing Regula-
tion (EU) 2015/1866 of 13 October 2015.
Tasks related to non-human biological heritage must adopt a code of
conduct to ensure compliance with the provisions of the CBD, recognising
national sovereignty over biodiversity and the use of the genetic heritage.
This premise must be reflected in a set of good practices and quality stan-
dards, which is why the legislation working group of the Consortium of
European Taxonomic Facilities (CETAF) has developed a code of conduct
and good practices for ABS.
Information on access agreements established with the countries of
origin of their specimens must be maintained in the collection databases,
as the institutions are responsible for the management of the samples in
accordance with these requirements, and must guarantee their traceability
with documented evidence. Access-related information must be retained for
20 years after the expiration of the usage period.
Spain has legislated its access as a supplier country of genetic resour-
ces through the aforementioned Act 42/2007 on Natural Heritage and Bio-
diversity, modified by Act 33/2015 of 21 September 2015. This law regulates
access to Spanish genetic resources in situ and ex situ.

Convention on International Trade in Endangered Species of Wild Fauna


and Flora (CITES)
CITES took effect in 1975, and Spain ratified it in 1986. Its primary aim is
to ensure that international trade of specimens of wild animals and plants
does not threaten their survival. This essentially requires the prohibition of
trade of endangered species and regulates international trade of threatened
or potentially endangered species. To achieve this, a certification system is
in place to monitor international trade of wild species and their by-products
by issuing official permits.

106
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

This system protects living or dead animals and plants, and any ex-
tracts, parts, derivatives or products (i.e., ivory, skins, shells, seeds, tissue
samples), and derivatives or manufactured items containing them, such as
clothing or musical instruments. Under its protection, more than 33,000
species (28,000 plants and 5,000 animals) will be protected, all of which are
gathered in lists or Appendices with three levels that are regularly reviewed
and defined according to the degree of vulnerability.
The legal framework is implemented through national legislation. In
the Spanish case, the assignment of competences as the main Administrati-
ve Authority lies with the Ministry of Industry, Trade and Tourism. The lists
of species names and their level of protection can be found on the website.
Updated official lists should be used.
Appendix i includes the most endangered species of animals and
plants. Trade in these species captured or collected in their natural habitats
is prohibited and only allowed under exceptional circumstances, such as
scientific research.
The Convention is a minimum agreement and allows for the option
of implementing stricter national legislation, such as Council Regulation
(EEC) No 3911/92 of 9 December 1992. In Spain, it is regulated by the Or-
ganic Act 12/1995 of 12 December 1995, on the Repression of Smuggling.

Code of Ethics
The work on the objects concerned in this publication, especially those of
human origin and sensitive cultural material, must fulfil, in a particularly
firm and persistent manner, both the legal and ethical aspects set out in the
related national and
international codes of
conduct. This working
philosophy must guide
the process from the re-
covery of remains, their
research and study, to
their eventual musea-
lization in the case of
museographic funds or
funds from similar ins-
titutions.
The ICOM Code
Figure 1. Plaque of the Doctor Santiago Ramón y Cajal Biolo-
of Ethics for Museums gical Research Laboratory. National Museum of Anthropology
(CoE) (Buenos Aires, (Madrid). Photograph: Arantxa Boyero Lirón.

107
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

1986; Barcelona, 2001; Seoul, 2004) establishes the way in which museums
act with regard to biological specimens and human remains.
The claims regarding human remains lodged by indigenous groups
are part of the process of recognition of their rights that began in the se-
cond half of the 20th century, against the backdrop at the end of the co-
lonization process and the 1948 United Nations Universal Declaration of
Human Rights. Proof of this, for example, is New Zealand’s 1975 Protected
Objects Act, which seeks the return of human remains removed from the
country during its colonial period2.
Fundamental in this regard was also the enactment in 1990 of the
Native American Graves Protection and Repatriation Act (NAGPRA 101-601
of 16 November 1990), which in turn demonstrated the need to establish
individualised protocols for each case in which existing groups or commu-
nities are affected.
In the case of Spain, furthermore, for human remains from the Civil
War and the post-war period, the approval of Act 52/2007 of 26 December
2007, known as Act of Historical Memory, represents a specific legal fra-
mework for the exhumation and treatment of burials, in particular those
performed in mass graves, during this historical period.
In the field of Physical and Forensic Anthropology, there are no speci-
fic codes of conduct dealing with ethical aspects relating to human remains
(in Spain or in neighbouring countries). The professional associations on
anthropology in Spain, however, have addressed this issue with different
approaches3. The General Council of the Official Colleges of Doctors and
Graduates in Philosophy and Letters published in 2016 the Code of Ethics
for the profession of Archaeologist, articles 15 and 16 of which deal with the
deontological obligations of Archaeologists in relation to human remains:
«Art. 15. Human remains, insofar as they represent people who lived
in the past, must be treated with the greatest dignity, sensitivity and respect,
regardless of their age, historical significance, origin and other personal,
ethnic or population attributes. Given that respectful or decent treatment
varies in different contexts and situations, professionals must be particularly
sensitive and attentive to the socio-cultural environment in which they
perform their tasks of research, conservation, management, dissemination
or exhibition.
Art. 16. In the case of the excavation of human graves less than
one hundred years old (Spanish Civil War and victims associated with the
conflict), prior documentary work shall be performed, including contacting

2
Later implementing the Museum of New Zealand Te Papa Tongarewa Act 1992.
3
(Asociación Española de Paleopatología [AEP]; Asociación Española de Antropología y Odon-
tología Forense [AEAOF]; Sociedad Española de Antropología Física [SEAF]).

108
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

family members. If the family is located, their authorisation to carry out


the work will be required, and the final disposition of the remains and
materials accompanying them shall be guaranteed. Guidelines for action will
be followed in accordance with recognized protocols developed by the UN
1991 Minnesota Protocol» (Consejo General de Ilustres Colegios Oficiales de
Doctores y Licenciados en Filosofía y Le­tras, 2014: 5) (figure 2).

Figure 2. Egyptian mummies piled and abandoned among rubble. Aswan (Egypt).
Photograph: Cristina Guerrero López.

Some authors have dealt extensively with the issue and have presen-
ted various ethical dilemmas in all aspects related to the study of human
remains, from recovery to final disposition and scientific research. Some
of these dilemmas relate to the following issues: is the recovery of human
remains ethical in all cases? Is the analysis of human remains ethical in all
cases? Is the preservation of human remains outside funeral environments
ethical? What religious or cultural aspects should be considered during re-
search on human remains?, and the list goes on.
These issues and many others that could be raised open up a major
debate in the scientific community, which is very complex to resolve, in-
volving a multitude of bioethical elements (culture, religion, morality, pro-
fessional ethics, peculiarities of the case, etc.) which will probably lead, in
the medium term, our country and neighbouring countries to regulate these
aspects in their legislation and to generate codes of professional ethics in
the field of physical and forensic anthropology.
In summary, the fundamental ethical principles that should guide any
intervention with human remains and objects of a sacred or delicate nature

109
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

(including their conservation and restoration) are the general prudence that
accompanies any scientific activity, the general respect for the human ma-
terial being worked on, which includes respect for the culture of the victim
and his/her family, and the dignity of these remains in all matters relating
to treatment, conservation, exposure, scientific research and publication.
On the other hand, in 2013, the Ethics Working Group of the Inter-
national Committee for Museums and Collections of Natural History of the
International Council of Museums (ICOM NATHIST) published the ICOM
Code of Ethics for Natural Sciences Museums, understood as all institutions
that collect, display and research materials collected or extracted from the
natural world. This code complements and further develops the previous
code on museums, indicating the standards for collecting, displaying and
storing this material, as well as the data associated with it. It also includes
invertebrates and plants, and a code of best practice for the care of taxider-
my. This text refers to collections of human remains and delicate ethnogra-
phic material, the latter concept being subject to discrepancy even within
the actual scientific or museological sphere.
In the case of animals and plants, it is also recommended to follow
the International Code of Zoological Nomenclature 1999 (recommendation
72F) and the International Code of Botanical Nomenclature 2006 (recom-
mendation 7A), known from 2011 as International Code of Nomenclature
for Algae, Fungi, and Plants (ICN), respectively, as well as the Display and
Use of Live Animals in Public Programs at the Australian Museum and the
Australian Code of Practice for the Care and Use of Animals for Scientific
Purposes.
Compliance with the Code of Ethics issued by the World Organisation
of Zoos and Aquariums (WAZA) in 2003 is also recommended. Standards
1 in the Museum Care of Archaeological Collections, elaborated by the Mu-
seums and Galleries Commission of the United Kingdom in 1992, and Stan-
dards 2 in the Museum Care of Biological Collections, also elaborated by
the Museums and Galleries Commission of the United Kingdom in 1992,
are also relevant.
Following the ICOM CoE, all acquisitions of a museum, cultural or
scientific institution must comply with national and international law. It
prohibits the acquisition and work with natural species4 unlawfully obtai-
ned, or without established scientific and ethical criteria, and destroying or
damaging natural sites or habitats. Donations must prove legal possession
of the property. The non-existence of this ownership document prevents
its acceptance, since it could be subject to plundering or unlawful trade,
whether within the country or illicitly exported from the country of origin.

4
In line with international legislation and treaties on the protection of species and nature.

110
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

If a museum acquires an unlawfully exported property, and this is legally


proven, it must return the object to the country of origin.
In the case of burials of individuals belonging to religious commu-
nities who consider excavating the remains a violation of ritual and sacred
values, their appearance must be reported to the communities or interested
parties. The work will begin in accordance with their beliefs, and, as far
as possible, after the study and documentation, a new burial ritual will be
performed in accordance with their parameters.
The State must promote agreements and protocols for the return and
re-inhumation with the representatives of these communities, such as the
Federation of Jewish Communities in Spain5, recognising ancient cemete-
ries as places of worship. This will make it possible to respect beliefs wi-
thout undermining the right to research or historical value and knowledge.
When excavated human remains belong to individuals with living
direct relatives, these relatives must authorise their exhumation and be con-
sulted on the possible museological nature of any of the elements that form
part of the burial and the location of the discovery. Current national legisla-
tion and respect and dignity for the individual shall prevail.
The extraction of human remains must be performed in accordance
with the archaeological methodology of in situ documentation and detailed
recording of the entire process. It is necessary that specialists in archaeolo-
gy and forensic anthropology work together in its analysis, and it is equally
appropriate that a conservator-restorer with experience in the treatment of
this type of remains be present during this procedure. Guaranteeing the
stability of this delicate and fragile material, preserving its potential unity,
physical integrity and all the information that as a document it can provide,
is of vital importance for subsequent treatment. All this must be done with
respect and dignity (figure 3).
Research on assets considered to be biological heritage shall be con-
ducted in accordance with the legislation in force, ethics and deontology
instituted, and relationships will be established between professionals with
the funds themselves, with other professionals and with end users.
When destructive analysis techniques are used, the results and research,
including publications, must be recorded in the permanent documentary
record of the object, preventing the loss of information or disassociation
at all times. Most of the time, the validity of the results of the analyses and
study is linked to the preservation of the origin of the sample, as in the case
of genetic studies.
5
In this case, as interlocutory bodies, there is also the Committee for the Preservation of Jewish
Cemeteries in Europe (CPJCE), as well as the Consejo Superior Rabínico de España (CSRE) [the
Superior Council of Rabbis in Spain].

111
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

Figure 3. Egyptian mummy covered after extraction from the sarcophagus and during the excava-
tion of the chamber. Aswan (Egypt). Photograph: Cristina Guerrero López.

All goods encompassed in the biological heritage concept must be


processed and stored under environmental and safety conditions. For hu-
man remains, all relevant legislation governing their use and exposure
should be applied. The CoE specifies that collections of human remains
(skeletons, mummies or objects made from human remains), and sensitive
ethnographic material should be stored with identical parameters of safety
and dignity. The wishes of the descendants of the persons represented by
these assets, if any, must be taken into account. One of the functions of
cultural institutions is to permit and facilitate access to their content, which
can sometimes be contradictory and subject to certain criteria.
The ICOM CoE expressly states that collections of human remains
or objects of a sacred nature must be preserved and treated with respect,
according to professional standards, but also in line with the interests and
beliefs of the ethnic or religious communities or groups from which they
come, if known.
We could cite, as an example, several pieces from the permanent co-
llection of the National Museum of Anthropology (MNA). The first is a wed-
ding basket from the diné, better known as navajo, stored with the shipapu
or «road connecting the world of the ancestors with the world of the living»,
facing east. The shipapu must always face east, and, therefore, the edge
of the basket has a protuberance to facilitate its placement if the basket is

112
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

used during a nocturnal ceremony (Alonso, 2012). Respecting their beliefs,


the National Museum of Anthropology stores the piece with such eastward
orientation and together with a sign explaining how it should be positioned
(figure 4). Another illustrative example is a ceremonial pipe of sioux ori-
gin consisting of two elements, a shank and a bowl (Alonso, 2015). Native
Americans consider it disrespectful to have the piece assembled if it is not
in use, so it is stored with the parts separated at the museum. This piece
cannot have any other
object on top of it, be-
cause it would be con-
sidered disrespectful.
Therefore, the piece
is found in the highest
part of the museum’s
storage structure (fi-
gure 5).
The display of
biological heritage
must be conditioned
by human and natural
dignity, as well as by
conservation criteria.
Figure 4. East-facing diné wedding basket. National Museum of An- Following the ICOM
thropology (Madrid). Photograph: Mª Dolores Hernando Robles.
CoE, human remains
and objects of a sacred nature must be displayed with extreme tact, in a
language that is inclusive, multilingual, tolerant and respectful to all peoples
concerned or from whom they originate, and in accordance with their beliefs.
If the articles belong to existing communities, the tradition and culture of
those who use it must be respected. Where there are living representatives
of cultural groups, any exhibition, representation, research or disposal of
human remains must be performed in consultation with the groups involved.
Objects made or containing human remains must be treated with the
same dignity as any type of human remains. For museums displaying live
specimens, the ICOM NATHIST CoE complements the standards set by the
World Organisation of Zoos and Aquariums .

Figure 5. Sioux ceremonial pipe. National Museum of Anthropology (Madrid). Photograph: Mª


Dolores Hernando Robles.

113
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

The display of dead people or objects made from human remains,


with the authorisation of the societies or groups they represent, where
applicable, or without it because they were not represented, must be ca-
rried out with respect, but without losing sight of the scientific approach. A
large part of the testimonies of human death has ceased to be exposed to
the public and has either been returned or relocated to museum warehou-
ses. If this situation arises for the remains of other living beings, the con-
sideration of items intended for scientific study and informative purposes
may prevail.
Some objects of biological origin have or have had a major cultural or
religious significance that manipulation or storage could counteract. Many
of them retain elements added in rituals or offerings; blood, sweat, hair or
nails, and it is important to avoid the risk of dissociation.
In recent years, applications for the repatriation of biological heritage
assets have increased, especially those acquired in the colonial context. In this
regard, in 2018, ICOM published an article about the repatriation of human
remains of indigenous peoples (International Council of Museums [ICOM],
2018), in which it notes, rooted in the United Nations Charter (1945), the
Universal Declaration of Human Rights (1948) and the United Nations De-
claration on the Rights of Indigenous Peoples (UNDRIP), the importance of
ensuring moral integrity while correcting historical mistakes. According to
the UNDRIP, «indigenous peoples have the right to manifest, practise, de-
velop and teach their cultural customs and conditions and the right to the
use and control of their ceremonial objects; and the right to the repatriation
of their human remains» (United Nations, 2007: 6). These requests should
be considered individually, and mixed committees should be created re-
presenting the communities of origin and the institution holding them, thus
initiating a dialogue and programme for cooperation. Repatriation is perti-
nent when objects continue to have spiritual or cultural value, when it can
be proven that they have been stolen or unlawfully acquired, or when this
heritage has been lost or is barely represented in their places or communi-
ties of origin.
It should lastly be stated that human remains have been, are and will
probably remain, the subject of controversy as regards their treatment as
a scientific instrument, educational resource or cultural heritage. The same
problem may even exist with delicate cultural material, where we find pie-
ces with high symbolic significance due to their sacred nature and their link
to the ritual of death and others.

114
Biological collections
of archeological
or palaeontological origin
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

Archaeological interventions often recover a large number of specimens


and organic material that form part of the biological heritage: skeletal re-
mains of vertebrates and humans, remains of invertebrates and botanical
remains. This section will include soft tissues, especially of humans, which
are often recovered using archaeological techniques.
The conditions for extraction and conservation of organic material
require an action protocol that ranges from the planning of the excava-
tion, including, for example, the involvement of palaeobiology specialists
(archaeozoologists, archaeobotanists, taphologists, etc.), to the description
of the conditions of the placement of the material in museums or centres
designated by the competent authority. The aim is to preserve, on the one
hand, the object and, on the other, the information that it may contain
(DNA, proteins, fats, size, age, sex and pathologies in the life of the living
entity), guaranteeing optimal rescue conditions for future scientific analy-
sis. This dual condition of the biological-archaeological record places an
extraordinary value on the thousands of bones, shells, fibres, seeds, fruit,
pollen grains, phytoliths, etc., extracted from archaeological excavations
and which may explain, among others, the planet’s current biodiversity
conditions.
It is important to consider the nature of these subfossil or archaeo-
logical materials when handling and preserving them. In the case of sam-
pling, for example, contamination that could lead to errors in the results
must be avoided, and restoration procedures must be adapted to this heri-
tage and documentary duality.
Lastly, these good practices must be assumed by all professionals
involved: archaeologists, researchers, restorers, museum conservators, exhi-
bition curators, etc., in order to guarantee the preservation of the archaeo-
biological record.

Vertebrate remains
Fossil specimens of both faunistic and hominids of extinct species are con-
sidered here. Codes of ethics distinguish between human remains of our
species and hominids of species other than the current one. While this
distinction in treatment is not so evident for certain human communities,
in our context, interventions on hominid fossils are guided by the same
principles that govern skeletal remains of other species.
The archaeological and palaeontological record of vertebrates is
mainly made up of teeth and bones. These also include external elements
such as horns and antlers. Soft tissues in this case are very exceptional.

116
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

All these elements contain mineralised or calcified cellular tissues,


rich in a form of calcium phosphate of biological origin, hydroxyapatite.
This inorganic component makes them resistant to degradation. All calcified
tissues contain collagen, in addition to hydroxyapatite, with the exception
of tooth enamel. With its two main components, bone can be compared to
fibreglass with resin, in which two components have different properties
than the composite. While the elasticity of the compound occupies an in-
termediate scale between collagen and hydroxyapatite, its tensile strength
is greater than that of the two components separately.
The structure of bones and teeth is different: bones have compact,
spongy tissue and teeth have dentine, cement and enamel. The organic
content of the teeth is much lower, reaching minimum values in the case
of enamel. Its virtually mineral composition makes it more resistant than
other tissues in which organic matter abounds. Cement is, of all the tissues
of the tooth, the closest to bone in its physical and chemical characteristics.
Horns, although coated with keratin, are bone nuclei rich in hydrox-
yapatite, but, in contrast, antlers are less similar to other elements, being
richer in organic matrix than in mineral composition.
In life, these tissues are constantly transforming, so the composition
may vary depending on the age and condition of the individuals. All these
differences influence the degree of preservation of different elements. Sub-
sequently, a whole series of processes before and after burial cause some
elements to be lost and maintained in varying degrees of preservation.
Bone alterations may have occurred ante mortem (diseases that affect
the individual’s living bone and cause various morphological alterations),
peri mortem (disorders that occur near the time of death and are usually
related to their causes) and post mortem (bone alterations that occur clearly
after death). Here we address only the post mortem alterations, which are
of the greatest interest in conservation and restoration. The field of tapho-
nomy covers the study of these post mortem alterations.
From the time of death of the organism, numerous agents (natural
or anthropic) begin to work before and during burial. Taphonomy has
grouped them into biostratinomic and fossildiagenetisch, respectively. The
preservation status of a bone depends on its taphonomic history, and any
interpretation in this regard must have an individual and specific justifica-
tion for the number of variables involved in the process. These variables
have been divided into:
- Physical and mechanical agents, capable of causing morphological
alterations in the remains.

117
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

- Chemical agents with the capacity to alter the composition of the


remains.
- Biological agents, which alter morphology and composition.
The most basic transformation of skeletons is disarticulation, making
it difficult to find them whole. The same applies to bone elements and
teeth that have already been individualised, including many incomplete ele-
ments. From here, the modifications can be very diverse (Fernández-Jalvo
& Andrews, 2016):
- Surface modifications (miscellaneous marks, including marks from
cutting, bites or marks caused by roots, discolorations and stains).
- Shape modifications (such as rounding or polishing).
- Changes that penetrate the tissue (such as fissures or chipping).
- Changes due to loss of tissue or disarticulation of skeletal elements
(including fractures and deformations).
Palaeontological specimens, as well as archaeological skeletal re-
mains, out-age any other any other type of archaeological item. This long
history means that they have undergone highly varied and long-lasting
processes that result in an extensive variability in their preservation status
(figure 6).
Intervention on skele-
tal remains must be comple-
mented by knowledge of the
research methods in zooar-
chaeology and taphonomy
to understand the agents and
mechanisms of alteration that
have acted upon them. This
will make it possible to esta-
blish intervention criteria that
Figure 6. Medium-sized mammalian rib from Gran
is more respectful in terms of Dolina (TD6.2). Atapuerca Mountains (Burgos). The
the modifications for analysis cross-section of this fractured rib reveals traces of
and will improve the quality of sediment and calcium carbonate. Photograph: Lucía
the treatments. One must also López-Polín.
consider that not all changes to bone remains are harmful alterations that
must be mitigated by conservation-restoration treatments. Among others,
losses of matter or gaining of elements from the environment may take
place that do not cause any problems, such as stains or discolouration, or
the presence of exogenous minerals.

118
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

In short, not all modifications weaken the material or hinder the


viewing of the fossils. Therefore, to evaluate the state of preservation and
design a conservation-restoration treatment, the alterations must be clearly
separated into two blocks:
- Modifications that do not cause any instability or difficulty in the
appreciation of the specimens. It should be borne in mind that preci-
sely some of these modifications are the object of study, and must be
recovered and preserved (for example, evidence of anthropic modifi-
cations or the presence of certain mineral aggregates).
- Alterations that pose a risk to the integrity of the fossil or make it
difficult to study and assess. The alterations to be remedied often in-
clude fissures, fractures, lack of consistency in the fossil record. These
also include the presence of a certain type of sediment or concretion
that has to be removed because it impedes appreciation or because
it poses a risk.
Before starting treatment, a solid description of the pathologies, ba-
sed on visual examination, must be made, assisted if necessary by a binocu-
lar magnifying glass. Instrumental, chemical or sample-taking analyses are,
in general, inherent in more extensive research tasks, and always essential
in order to design a conservation-restoration intervention. This first des-
criptive level is the critical level, viable without the need for more complex
means (figure 7).

Figure 7. Left (a) humerus of Homo antecessor from Gran Dolina, Atapuerca Mountains (Burgos), with
carbonated, compact and stable sediment. Right (b) long bone from a mammoth from Barranc de la Boe-
lla, La Canonja (Tarragona), with sediment with minor cohesion and roots. In the first case, sediment does
not pose any problems, and it is not essential to remove it. In the second, it causes mechanical instability
and prevents a proper recomposition of the fossil. Photograph: Lucía López-Polín.

119
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

Restoration treatments or direct interventions on fossils have also


been addressed in the field of «palaeontological preparation». Preparation
is a speciality focused on the treatment of fossil specimens which, in some
countries, is clearly separate from the restoration of cultural assets, especia-
lly with regard to the training of the professionals who practice it. Howe-
ver, it inevitably coincides with preservation and restoration in many of its
objectives, procedures and techniques. For this reason, we have decided to
unify the terminology and not generate new divisions, especially in envi-
ronments where they have not yet been consolidated.
Where the term and the trade are well established, palaeontologi-
cal preparation is the speciality whose main purpose is to process fossil
specimens to enable their scientific study and exhibition. These are typi-
cally fossils that come directly from sites or that have not previously been
treated, and although it may also be intended to preserve specimens in
the long term, this aspect is, in general, less magnified than in actions des-
cribed as conservation-restoration. In other words, preparation is always
synonymous with direct intervention, and preventive measures, if designed,
are complementary. Preparation usually includes treatments consisting of
finishing the excavation (or cleaning), consolidating and rebuilding fossi-
ls. This can be done identically on other elements such as, for example,
lithic artifacts recovered alongside fossils. However, in such a case, the
work is not called preparation but restoration or conservation-restoration.
Therefore, the difference is neither the procedure nor the objective of the
interventions, but the type of element involved or, rather, the type of study
(palaeontological or archaeological) carried out on it.
Considering that the methodology and criteria used in interventions
on fossil specimens should actually be the same, regardless of whether it is
called preparation or restoration, the terminology should ideally be unified.
This should be agreed taking into account its uses in different geographical
areas. In any case, it is strange to use different names and, above all, to
generate them again if tradition has not done so, as in Spain, where the
term «preparation» is not as entrenched as in other territories. It is therefore
advisable to refer to restoration and preservation interventions, as is the
case for other heritage elements.
There is a material record containing extinct faunistic and hominid
species, together with evidence of human occupation and, therefore, it is
studied simultaneously in archaeology and palaeontology. Depending on
the analysis perspective, the study objectives and methodologies may be
different, so the degree of the restoration intervention required may also
be different.
It cannot be standardised, but, in general, palaeontological studies
require a greater degree of restoration intervention in terms of levels of

120
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

cleanliness and reconstruction. Restoration of a fossil for a taxonomic study,


for example, requires a rather complete reconstruction and, if possible, eli-
mination of post mortem deformities. This allows morphometric analyses,
which measure certain points that need to be accessible - well-reconstruc-
ted and clean - to allow maximum measurement accuracy. However, this
requirement may be irrelevant or even counterproductive for other types
of studies. This would be the case of a zooarchaeological study evaluating
anthropic modifications to the fossil. In this case, bone fracture patterns, for
example, would be analysed, so it may be preferable not to reconstruct the
fossils in order to study the angles of the fractured edges. As such, when
the conservator-restorer approaches one specialist or another to agree on
the level of intervention needed, the answers may differ, and it is not always
easy to know what to do.
In preservation and restoration, the treatments are designed after a
study of the composition, alterations and needs of the goods, considering
their surroundings. There is no single treatment for each type of object.
Likewise, there is no single guideline for intervening on a fossil. In any
case, the study requirements, considering the wide diversity of perspec-
tives, methods and objectives sought, must be included in the design of
the treatment. In the event of discrepancy, the role of conservator-restorer
involves finding a solution that balances these requirements with the needs
of the material (figure 8).

Figure 8. Feline mandible from Gran Dolina (TD4.2). Atapuerca Mountains (Burgos). The small frag-
ment of the restored condyle (marked by the circles) allows more precise measurements to be
taken. Photograph: Lucía López-Polín.

The macroscopic, and particularly microscopic, study of bone surfa-


ces may, lastly, be clearly affected by cleaning processes and the presen-
ce of consolidators. These studies range from bone tissue analysis, dental
surface wear to taphonomic surface marking studies (bites, cutting marks,
etc.), and consolidators can interfere with results by creating a film on the
surfaces. As for mechanical and chemical cleanings, they can also modify
the microtopography of bones, eroding or depositing particles and filling
marks or features that will no longer be visible.

121
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

While it does not appear that restoration procedures affect stable


isotope analyses such as 15N or 13C, there may be interference in analyses
based on 14C. Similarly, in DNA studies, numerous precautions must be
taken. However, it is important to avoid generic recommendations. The
maxim of «don’t touch the fossils» may apply in specific cases, which may
be exceptional discoveries or sets selected a priori for specific analyses.
Taking into account the principle of minimum intervention and the marked
interdisciplinary nature of conservation-restoration, interventions must be
designed with the greatest knowledge of the study requirements. However,
generically establishing restrictions (no touching, no washing, no consoli-
dating) is not helpful.
A full investigation cannot be stopped for the sake of one particular
type of study. On the contrary, we can generically recommend the fo-
llowing:
1. Obtain prior documentation on possible studies and interference.
2. Keep samples of goods or sets intact.
3. Stress the importance of the researchers receiving, together with the
fossils, all the information on the treatments to which they have been
subjected, so that they can consider removing any product before the
analysis or, in any case, consider the existence of possible contami-
nation or other interference.

Human remains
Many disciplines deal with the study of human remains (bones and soft
tissue): physical and forensic anthropology, clinical pathology, forensic pa-
thology, biological anthropology, biology, clinical and forensic radiology,
human anatomy, etc. This chapter is developed from the point of view of
the forensic sciences and analyzes both the skeletal remains, located main-
ly in archaeological records, and the remains of soft tissues, which may
appear in more varied circumstances.

Human skeletal remains


Semiotics in scientific language is even more important than in colloquial
or formal language, so it is essential to agree on common concepts and
terminology to effectively exchange information. Based on this need, a
vocabulary for elementary bone damage has been established for human
skeletal remains, depending on whether it is described at the macroscopic
or radiological level.

122
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

At the macroscopic level, the most common lesions fall under the
following terms:
- Erosion. Loss of surface substance beyond the cortical bone.
- Cavity. Loss of more or less bulky substance at the expense of bone
tissue.
- Perforation. Loss of substance through the bone.
- Osteolysis. Loss of substance that causes a segment of bone to disa-
ppear.
- Cortical fissure. Linear solution of continuity of the cortical layer of
bone.
- Periostosis. Peripheral osteoformation that modifies the normal mor-
phology of the surface of a bone.
- Osteophytosis. Production of an irregular, localized bone production
developed in the vicinity of the articular surface of a bone.
- Exostosis. Bone production that is localized and developed on the
surface of a bone.
- Eburnation. Increase in the density of a bone, where a portion is
compact like ivory.
- Osteopenia. Volumetric reduction of bone tissue.
- Axial deformation. Modification of the axis of a bone by angulation,
incurvation or deviation.
- Volumetric deformation. Increase or decrease in length, calibre, or
thickness of all or part of a bone.
- Pseudoarthrosis. Accidental joint in a bone sinus or between two
bones.
- Ankylosis. Suppression of mobility of a joint resulting from fusion by
ossification of the ends of two or more bones.
- Foreign body. A foreign element found in a site of bone tissue.
These elementary lesions of bone should be described, in turn, accor-
ding to macroscopic criteria such as background or surface, edges, volume,
quality, texture, shape, topography and extent.
The terms used to describe the lesions visible in the radiological
analysis of these remains include:
- Hypertransparency. Decreased density of the image of a bone.

123
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

- Lacunar or geode. Well-defined hypertransparency of the image of a


bone tissue.
- Osteocondensation. Increased density of the image of bone tissue.
- Trait or line. Hypertransparency or linear osteocondensation.
- Peripheral condensation. Increased density of the image of bone tis-
sue around a geode or lacunar space.
o Medullary. Relating to the medullary cavity of a bone.
o Endosteal. Related to the wall of the medullary cavity of a bone.
o Cortical. Related to the cortical bone.
A bone by itself has no meaning if it is not within an interpreted
context in which all research effort has to be focused. The study at the site
of the finding is as important as the specific and subsequent study in the
laboratory (figure 9).

Figure 9. Disarticulation and dispersion on the ground of a crypt. Photograph: Fernando


Serulla.

Deterioration agents act particularly on the surface of the bones,


which is highly susceptible to showing any action affecting them in any
way. It is therefore a question of knowing these patterns or signs to unders-
tand the dynamic process that has taken place. Human bone alterations,
as discussed for vertebrate remains, may have occurred ante mortem, peri
mortem or post mortem, the most common being:

124
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

- Meteorisation by insolation and other atmospheric agents. This alte-


ration is related to the time between death and burial.
- Post-depositional changes. These start before the burial of the re-
mains and from when they are incorporated into the sedimentary
matrix.
o Destruction in situ, which may be caused by the action of ani-
mals and other biological agents, or by physical agents:
• Carnivore tooth marks. Winding grooves that intersect with
each other in a chaotic manner and do not follow any regular
pattern. The greatest destruction occurs in epiphyses because
of their higher content of spongy matter.
• Rodent tooth marks, usually incisor teeth, that cause wear or
scraping with significant loss of substance, such as parallel or
fan-shaped striations.
• Marks of biochemical activity due to the action of bacteria
and saprophytic fungi, and the roots of plants.

. Fungi produce a large number of organic acids and in lar-


ge quantities, resulting in an active dissolution of calcium
phosphates in the bone, forming perforation channels.

. Bacteria form rounded or oval cavities by taking advanta-


ge of the lacunae of the canaliculi typical of the bone.

. The roots of the plant cover secrete acids such as carbonic


acid and other organic acids, like citric acid, which cause
the mineral substance of bone to dissolve. It manifests as
imprints or grooves of adaptation with the roots branching
over the surface of the bones. They can also change bone
colour.
• Trampling marks, because of the pressure placed on or wi-
thin the soil in which the bones are found. Striations of var-
ying width occur, present in groups and due to the effect of
friction with other harder elements of the sediment. Their
characteristics vary depending on the size and composition
of the sediment grains. Breakage can also occur due to the
effect of continued sediment compression and dilation over
time. The response of bone to the application of an external
direct or indirect force is highly conditioned by two factors:
humidity and temperature. The behaviour is different for fresh
and dry bone: fresh bone has a great capacity to absorb the
energy provided by a blow as it retains moisture due to the

125
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

presence of fat in its structure; it fractures following the lines


of weakness of its own architecture, which condition they co-
llagen fibres they follow in parallel. Dry bone is unelastic and
unflexible, so it loses its plastic deformation capacity when
impacted. As it does not have its complete organic compo-
nent, it is fractured following the microstructural organization
of its mineral components in cracks perpendicular to the lon-
gitudinal axis of the collagen fibres. If the bone is fossilized,
the fracture is completely transverse to its length.
On the other hand, at higher temperatures, greater hardness,
lower elasticity and greater fragility. Exposure of bone to high
temperatures and to open-air drying results in spontaneous
cracking and exfoliation, which promotes subsequent accele-
rated tissue degradation.
• Lateral or vertical post-disposition movements may also be
caused by the intentional action of man or animals, or by na-
tural causes related to water filtration and trawling.
o Disarticulation and dispersion. The disarticulation and dispersion
processes visible in human remains can be:
• Anthropic disarticulation. Its intentionality can be due to se-
veral circumstances: criminal, ritual and slaughter (anthropo-
phagy). Marks from tools and fracture patterns due to cutting,
scraping and percussion marks are usually identified.
• Natural breakdown. Caused by natural agents, such as physi-
cal, chemical and biological agents. They provide information
on the ecological and environmental conditions experienced
by the remains.
The sequence of natural disarticulation has been extensively
described by some authors. When separation is completed,
and even before that, the remains undergo the effect of de-
gradation. Skin slows disarticulation particularly in dry envi-
ronments where dehydration is rapid and immediately institu-
ted after death (cadaver phenomenon). In short, tendons and
ligaments, as well as some muscle fibres and aponeurosis,
persist for longer than natural degradation and therefore fix
some skeletal portions in anatomic connection. The regulari-
ty of the disarticulation process, conditioned by the strength
with which the joints connect, depends on the environment
and sediment where it takes place and can be completely
altered if there are anthropic actions. Carnivores play a major
role in the natural disarticulation and subsequent dispersion
of the remains.

126
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

o Fossilization. This phenomenon involves a change in the mineral


matter of bones. These changes depend on the composition of
the water in the context in which they are found. There are two
types of modifications:
• Changes in phosphate material. Bones absorb fluoride ions
from soil, which replace the hydroxyl ions of the hydroxya-
patite. The bones become more insoluble, so they last longer
and bind more to the soil.
• Addition of new mineral substances in bone pores. This leads
to weight gain and assimilation into the substrate from which
it can be very difficult to extract (bristled materials). The for-
mation of carbonates is very common, which, besides infiltra-
ting the depth of the bone, may manifest as fine films on the
surface of the bone. In this latter situation, calcium carbonate
can detach spontaneously when the whole assembly expe-
riences a certain degree of dehydration (figure 10).

Soft tissues
Soft human remains6 can
essentially be preserved
by two main types of pre-
serving processes: natural
and artificial processes.
Natural processes, in turn,
are classified into two
main groups: natural pre-
servative processes that
depend on rapid tissue
dehydration, produced in
low and very low humi- Figure 10. Macroscopic alteration. Photograph: Francisco
Etxeverría Gabilondo.
dity conditions, and sapo-
nification processes produced in high and very high humidity conditions.
In general, preservation processes for cadavers are of great forensic interest
because they make it possible to evaluate lesions that otherwise could not
be assessed. These processes, briefly, are:Natural processes for preserving
human tissue:

6
Although this section focuses mainly on soft tissue remains of humans, the information can be
extrapolated to the preservation of soft tissues of other animals.

127
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

o Natural mummification. The process of rapid desiccation of body


tissues that occurs when the body is essentially in conditions of
low and very low humidity, although it is also conditioned by
other secondary factors such as aeration, cause of death, delayed
putrefaction, limited access to the cadaver by insects and scaven-
gers, etc.
o Saponification. Cadaver saponification is essentially a process of
sterilization of the fatty acids that make up body fat (mainly tri-
glycerides) and that occurs under high and very high humidity
conditions (cadavers that have been buried or are in water). The
hydrolysis caused by the maintenance of the cadaver under these
conditions leads to the formation of free fatty acids which, by re-
duction and with the intervention of some cations, increase their
melting point, transforming body fat into a waxy, soapy and brittle
substance. Saponification is now regarded as another process of
cadaver decomposition. Remains of saponification can be found
in almost every decomposing body. It can affect some body parts
or be spread throughout the body.
o Corification. It is described as a semi-artificial preserving process
that occurs in corpses that are disposed in sealed zinc boxes. The
overall appearance of the skin looks like freshly tanned leather
and can occur all over the body or only in some areas.
o Freezing. At some latitudes, the cadavers are kept frozen due to
low ambient temperatures. When the cadaver is moved to pla-
ces with temperatures above 0 ºC, the decomposition accelerates
significantly.
- Artificial cadaver preservation processes:
o Embalming. Egyptians, Incas, Guanches, Persians and other cul-
tures have practised embalming corpses using various techni-
ques. Even today, the Torajans in Indonesia and Anga in New
Guinea practice ritual embalming. It is also practised as a legal
requirement in the international transfer of cadavers, on the pri-
vate initiative of the family or due to the condition of the corpse.
The technique consists of the intraarterial injection of preserva-
tive formalin-based solutions mixed with other products. Body
paraffination and plastination are also used.
o Conservation for teaching purposes. Modified embalming with
blood drainage from the circulatory system and submersion of
the cadaver in preservative fluid.

128
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

o Refrigeration. Maintaining the body between 0 and 4 ºC allows


for delayed appearance of putrefaction phenomena.
As with other types of remains, physical-mechanical, chemical and
biological factors determine the appearance, fragmentation, liquefaction of
tissues or their complete destruction. The characteristic changes in mummi-
fied soft tissues are: concretions, deposits of dirt, dust, adhesions, fatty and/
or saline efflorescences, and stains; biological colonisation; cracks, fractu-
res, fissures, scaling, holes and material losses (hair, skin, bones, etc.), and
casual or intentional marks, cuts, extractions; loss of elements or dissocia-
tion is also common.

Invertebrate remains
This section includes branches of paleo or archaeozoology that perform
the recovery and identification of invertebrate animal remains, including
archaeoentomology and archaeomalacology.
Archaeoentomology is a relatively recent science tasked with iden-
tifying insect remains, although it often also includes the study of other
arthropods from their exoskeletons. The study of these remains provides in-
direct environmental information from the immediate context of the fossils,
and territorially complements the broader image provided by palynology.
Likewise, it provides information on certain conditions such as hygiene le-
vels, consumption habits or evidence of commercial connections. This sec-
tion would also include the remains of saprophyte insects and necrophages
developed from decomposed or decomposing organic materials.
The probabilities of locating such remains increase under anaerobic
and moist or very wet conditions. Their preservation can also be stored in
conditions of extreme humidity. Its recovery must be performed by scree-
ning and flotation. Its identification is ultimately performed on the basis of
comparison with reference collections, since they typically appear highly
fragmented or dislocated.
Regarding archaeomalacology, this is the branch responsible for stud-
ying the remains of molluscs. These can appear in archaeological contexts
both in isolation and in accumulations or «shell piles». As in the aforemen-
tioned remains, the study of these remains provides information on the
economy, use of resources, environmental and climate aspects, etc.
Given the composition of these specimens, in which the large amount
of calcium carbonate is notable, large deposits are often found and relati-
vely well preserved. For the recovery or documentation of these remains
during archaeological excavation, the extraction or sampling system must
first be defined, followed by screening with progressively finer mesh.

129
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

Botanical remains
The archaeobotanic record is made up of all the plant remains recovered
at an archaeological site. These can be classified into two main groups ac-
cording to their size:
- Macro-remains. Which would include wood (carbonized or not),
stems, leaves, roots, tubercles and other underground organs, as well
as fruits and seeds.
- Micro-remains. Including pollen, phytoliths, spores, diatoms and starches.
Each type of these remains requires a different methodology for sam-
pling, analysis and interpretation, though they do have common elements.
These remains reveal different forms of conservation at an archaeological site:
- Carbonized. The most common form of conservation. Carbonization
can be the result of natural fires or human fires. The sedimentary
context will make a difference and will be important for the inter-
pretation of the carbonized set from a cultural or biological point of
view or both.
- Embedded in moist environment with anaerobic conditions for pre-
servation, similarly to entomological remains. In particular, pollen,
spores and other plant organs are very well preserved in these sedi-
mentological contexts. Exceptionally, archaeological wood can also
be preserved in extreme humid conditions.
- Desiccated. Placed in in conditions of extreme aridity.
- Mineralized. The cellular organic structures have been replaced by
mineral solutions that penetrate and precipitate in plant tissues. This
requires a source of minerals, degradation of organic remains and
irregular water circulation. This mineralization can also occur when
plant remains come into contact with metallic objects.
The ultimate aim of the study of botanical remains is to reconstruct
the relationships of societies of the past with plants (Mata, Badal y Colla-
do et al., 2010), as well as to learn about the plant species’ own history
and environmental changes that have occurred over time. These are some
examples of the studies or research lines derived from the analysis:
- Fuel source, the most common residue of which is archaeological
coals. Their study aims to understand the uses and management of
fire and fuel throughout human history. The botanical identification
of wood charcoal fragments also provides an understanding of local
flora, changes over time due to climatic or cultural causes, and the
occurrence of natural fires.

130
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

- Raw materials. Plants are essential in the material culture of all human
societies and, especially during prehistory, would be the main com-
ponent of material culture, as demonstrated in lacustrine sites. The
botanical identification of objects, fixtures or constructive elements
provides knowledge of biological and cultural heritage.
- Food, harvesting, agriculture, species of economic interest. The seeds
and fruits recovered in archaeological contexts document plant nutri-
tion over time and the introduction of crops and farming techniques
from one area to another.
- Chemical use. Exploitation of the chemical properties of plants with
medicinal use, poisons, etc.
- Environmental and climatic reconstruction. The flora identified in the
sites provides an understanding of the ecosystems and climate pre-
vailing at the time of site formation based on actualist criteria.
- Dating. Plant remains offer dual information: botanical and chrono-
logical. Its carbon content facilitates radiocarbon dating. All dating
should be done on identified material, as this helps to understand the
history of plants, refugia, distribution in the past, endemism, extinc-
tions, introduction of species, etc.
- Dendrochronology. The study of the tree growth ring in temperate
regions is an exact dating method. But beyond obtaining the date,
their study also allows us to make climate inferences or detect parti-
cularities that can be caused by human forest management systems,
such as pruning, felling, debarking, etc.
- DNA and isotope studies. In exceptional cases, archaeological seeds
retain their DNA, whose analysis allows for accurate botanical identi-
fication, as well as reconstruction of the phylogenetics of the species,
defining origins of domestication and even adaptation to the envi-
ronment through variations in the phenotype. In the case of isotopic
analysis, this allows for defining the conditions in which the plant
was developed, such as soil fertility or water availability, which is
particularly interesting in the case of early agricultural times.

Sampling
One of the main problems in the collection of archaeobotanical, archaeoento-
mological and archaeomalaecological remains is that during the excavation
process, the tendency is to collect what you can see (larger materials, con-
centrations, etc.), generating a huge bias in the composition of the whole
by size or visibility. Rigorous and thorough sampling is the only way to
avoid this bias and to recover the greatest quantity of traces of flora and

131
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

fauna. This sampling must be adapted to each site, with the collection of
a constant volume of sediment and, if possible, its processing by means of
the flotation system, along with subsequent grading of the material using
magnifying glasses, for the recovery of very small remains.
With this protocol, many of the remains described above can be reco-
vered which significantly increase the interpretation possibilities of the record.
During the process of extraction and analysis of the charcoals, wood
and seeds, the materials do not require any chemical treatment; on the con-
trary, it is advisable not to use it, as the material can subsequently be used
for radiocarbon dating or other analysis. If it is necessary to use consolida-
ting agent on a specimen (e.g. wooden objects) due to its poor consistency,
it is advisable to have a specialist who can first extract part of the specimen,
suitable for the type of analysis intended (which is usually very small).
Then, in the laboratory, the optical analysis of the material is per-
formed for its botanical identification. For this task, reference collections
are used in each of the aforementioned disciplines (wood, seeds, leaves
and other materials), which constitute one of the fundamental resources
for research, available at various training and research centres, and which
generate wealth for such institutions.
The musealization of plants is rare, except for exceptional objects.
However, they have played a significant role in everyday life since Prehis-
tory and therefore deserve a place in the public and permanent exhibitions
of museums. Its integration into the didactic and scientific discourse of mu-
seums is essential in order to understand the enormous contribution to the
understanding of the societies of the past.

132
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

Graph 1: Collect and analysis of samples macro and micros. Authors: Yolanda Carrión, Carmen M. Martínez
Varea and Ernestina Badal García.

133
Recollections of fauna and flora
obtained by collection
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

Much of the scientific work on fauna and flora, along with a very high per-
centage of the increase in collections of this nature, for both wild and do-
mesticated species, is based on highly standardised collection systems for
each of the disciplines involved. This systematization ensures that critical
data is not lost and helps interpret the context of the collection.
Taxonomic collections (sample or specimen) have been a constant in
the construction of collections, either through direct collection in the field,
or through donation or exchange. In institutions with the greatest tradition,
at least two types of collections typically coexist: natural history heritage
collections, formed during the period of collection, curio cabinets, explora-
tions, etc., and the more modern forms of research.
Extraction or collection involves the techniques by which specimens,
samples or remains are obtained in order to create reference collections,
study a site or inventory the biodiversity of an area. As mentioned in the
section on legislation, these collections have to fulfil different legal and
regulatory requirements, including obtaining the corresponding permits.
There are numerous techniques for sampling fauna and flora, and
extensive literature on the systems for collecting the different groups of
organisms. Mention should be made of the compilation efforts during the
project «Towards the European Distributed Institute of Taxonomy» (EDIT)
between 2006 and 2010 (reference of the EC: 018340-2), where a group of
experts carried out the task of creating a manual, contained in two volumes,
including techniques for collecting Invertebrates, Vertebrates and Plants
from both terrestrial and marine environments (figure 11).

Figure 11. Dry plant prior to its mounting on the specimen folder. Photograph:
Gloria Pérez de Rada.

135
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

The specimens or samples, being organic in nature and therefore


perishable, must be subjected to preparation, fixation or freezing processes
to prevent their deterioration or loss. In the natural environment, there may
be limited access to materials and equipment, so provisional or temporary
preservation is often used with simpler methods, which are useful in situ
and during transportation to institutions or laboratories where definitive
preservation will take place.
Provisional or temporary animal preservation is usually done in fluids
(using field preservation buffers), or under refrigerated (maximum 5 ºC) or
freezing conditions (ice, dry ice or liquid nitrogen), while plant preserva-
tion is usually dry.
Currently, collections are grown through: the collection of sacrificed
specimens (euthanasia), collection of invasive samples (such as biopsies,
skin, blood, semen, etc.), or non-invasive samples, especially if they affect
endangered species.
The use of new molecular techniques, for the study of DNA, for
example, is increasing the use of specimens preserved in institutions, and
extraction and sampling on classical biological heritage is also being dis-
cussed. These samples, in addition to being used for the purpose for which
they are requested, should also be considered the origin of new reference
collections and heritage.
During life cycle, cellular and molecular integrity is maintained by
physiological and homeostatic processes, but when an organism dies, these
mechanisms cease. Due to the impossibility of maintaining cell integrity,
cytoplasmic membranes and organelle rupture occurs, and denaturation of
molecules such as proteins and nucleic acids begins. It is therefore recom-
mended that tissue sampling be performed as soon as possible and before
cell death and molecular degradation take place.

Wildlife collections
The typology of faunistic collections is as varied as the diversity of the
organisms catalogued in the animal world. The origin of these collections
dates back to prehistoric times, where their use in trousseaux is widely con-
firmed. But it is the collectionism developed in the Modern Age that made
such collections grow enormously, with many different specimens often
found in the curio cabinets and marvels of the time. Many of these ancient
collections provide evidence of extinct species, so their study involves di-
fferent scientific disciplines.
The conservation of these specimens raises ethical and logistical is-
sues and entails numerous technical issues due to the fragility of the mate-
rial. The systems employed for the preservation of specimens are essentially:

136
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

- Vertebrate collections. Mammals, birds, herpetology (amphibians and


reptiles) and ichthyology.
o Naturalised (skin/hides or skeleton).
o In fluids or preservative solutions.
- Invertebrate collections: insects, molluscs, non-insect arthropods
(arachnids and crustaceans especially), sponges, jellyfish and corals.
o Preservation is primarily performed dry.
- Tissue and DNA collections
o Ultra-freezing (-80 ºC).
o Lyophilisation.
o In fluids.
Naturalisation or taxidermy is the technique by which specimens re-
tain a living appearance. This maintains the external appearance of the
animal which, beyond aesthetic or artistic questions, allows for the study
of specimens at the taxonomic and anatomical level. The skin is treated
using different methods and products (plant, mineral and saline) to ensure
its fixation and halt any deterioration. In some cases, tanning processes
are carried out, but the treatment of plumage presents certain complica-
tions. After skin preservation treatment, it is assembled on sculptures or
stuffing in which multiple materials are mixed, which serve as structural
reinforcement, together with other accessories (glass eyes, for example).
This coexistence of materials makes maintenance very complex, as they so-
metimes have different and even incompatible preservation specifications.
The products used for tissue preservation (e.g. arsenic) are also extremely
toxic even in the long term, posing a risk not only to the pieces but to the
environment in which these parts are maintained and to the personnel in
contact with them. Problems related to dust deposits, dirt and pest infesta-
tions are also common in all types.
Skeletons, both assembled and disarticulated, also require bone pre-
paration that involves the removal of all adhered tissues. To this end, very
different systems have been used, such as natural or chemical maceration
(enzymes), dermestid or ant attack, or boiling.
Another preservation system is lyophilisation, a dehydration drying
method. The material is frozen and by means of the surrounding pressure
the water is sublimated from the solid phase. It is a natural process in some
geographical areas (such as Andean summits) and is currently used mainly
in the food industry.

137
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

Dry preserved collections, such as entomological collections, are pre-


pared using forced drying methods and often with fixation with pins or the
like, which can cause mechanical damage to specimens and rust stains.
Fluid storage, on the other hand, refers to keeping full specimens or
part of them in preservative solutions in order to prevent their degradation.
The tradition of fluid preservation stems from the need to preserve food in
the long term, beginning in the sixteenth century and achieved by using
alcoholic beverages into which food was introduced. Formaldehyde was
later used in the early 20th century and became the most widely used in
this field until the 1990s, due to its low cost compared to alcohol solutions.
Formaldehyde or formalin solutions (40 % aqueous solution of formalde-
hyde) are a representative example, although it is known that the use of
these types of solutions impairs or makes DNA amplification very difficult.
Today the solutions used in all the collections of the world’s great museu-
ms are solutions of ethanol diluted with water, mainly 70 %, although they
may vary depending on the animal group being preserved. Some groups of
invertebrates must be preserved in specific solutions.
The literature on fluid preservation is diverse, and in certain cases, as
a result of a lack of consensus, a solution with the same name undergoes
changes in both the number and type of components and their concentra-
tion. Yet, in recent years, publications have emerged that encompass the
great diversity of «recipes» and fluid conservation strategies.
One factor to consider when deciding on the preservation solution
is the toxicity of the compounds used. As mentioned above, one of the
substances most commonly used is formaldehyde, which is an irritant and
carcinogenic. Therefore, its use is forbidden due to its effect on health, ad-
ding to the risk of its presence in the environment.
Formaldehyde (together with acetaldehyde, as well as formic and
acetic acids) is considered one of the most damaging volatile organic com-
pounds (VOCs) against cultural heritage: its reactivity can cause alterations
in materials such as metals, ceramics, limestone or even shells. As a result,
the evaporation of formaldehyde from pieces on display or stored at mu-
seums could pose a risk to personnel and to the other materials comprising
the collections.
To the extent possible, collections containing specimens in fluid must
indicate the composition of the preserving solutions so as to be able to
adopt measures for the safety or redirection of the preservation systems. All
this information must be gathered together with the rest of the information
of each specimen in the databases and record of each institution.

138
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

If a change in preservation fluids is considered, this must always be


performed towards non-toxic systems and progressively at higher concen-
trations.
Another important aspect when assessing the preservation method is
the purpose for which the specimens are preserved. Traditionally, the aim
of the maintenance of fluid-preserved specimens has been to maintain the
macroscopic (mainly morphological) characteristics as intact as possible.
There has been growing interest in the effect of preserving solutions on
microscopic structures.
Taking this into account, the following aspects must be considered
when assessing the preservative solution to be used:
- The use to be given to the specimens (exhibition, educational, re-
search, permanent or temporary conservation). Depending on the
use and timing, the solution with the appropriate biocidal capacity
will be sought.
- Establish the interest (macroscopic, microscopic, biochemical or ge-
netic material) by which the sample is to be preserved in order to
opt for preserving solutions that better maintain the desired charac-
teristics.
- The toxicity of the composition, attempting to opt for less toxic so-
lutions and establishing measures for use with all safety guarantees.
- Use suitable quality solvents and reagents in all material of genetic
interest.
Another aspect to be taken into account when storing specimens in
fluids is the container used. Traditionally, and even today, glass containers
are most commonly used. This material stands out for its stability and che-
mical resistance, its greatest drawback being the risk of breakage.
Plastic containers have been added in recent decades to solve the
problem of glass fragility. However, plastics are not as stable or chemi-
cally resistant, presenting long-term conservation problems that are both
endogenous (the progressive degradation of the material itself, with the
appearance of fissures, for example) and due to the effect of substances
used as a preservation liquid. Therefore, when considering the use of the-
se containers, it is necessary to take into account the chemical resistance
of the polymer of which it is made against the products that make up the
preserving solution it will store.
Highlight the great importance of the air- and water-tightness of the
containers. There are different caps and sealing systems for this purpose.
Both components, in addition to being inert, must prevent evaporation and
contamination of the contents. Exposure of the specimens to the outside

139
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

environment, caused by the loss of the preserving solution, causes dehy-


dration and chemical and biological deterioration.
If there is evidence of evaporation of the preserving fluids, gas ex-
traction systems will be required. If this is not possible, ventilation must
be favoured, especially in enclosed spaces such as showcases or tanks, to
prevent fires or other circumstances.
In the case of collections stored in liquid that undergo evaporation,
a periodic work protocol will need to be developed for the inspection and
replacement of the storage containers. For this procedure, it should be
taken into account that the solution components are potentially at diffe-
rent concentrations than at
baseline due to differences
in the ease of evaporation
(figure 12).
Before concluding the
section on wildlife, special
mention must be made of
different materials of animal
origin that have been used
since ancient times as noble
material for artistic purposes:
decoration of furniture, ma-
nufacture of fan montures,
Figure 12. Evaporation of the preservation solution (70 %
ethanol) due to inadequate sealing. Photograph: Veteri- haircombs and picks, jewe-
nary Museum of the Complutense University of Madrid. llery, costume jewellery, etc.
- Extracted tortoiseshell. This material is a corneal substance with a
high proportion of keratin. It is translucent and reacts to ultraviolet
light with slight fluorescence. It is very sensitive to humidity and tem-
perature, so these aspects must be very well controlled. Its keratin
base is nutritious for insects and microorganisms. Plumage, claws,
beaks and hooves, porcupine quills, fur, antlers and horns, as well
as corneal plates of some types of whale, also pertain to this type of
compound.
- Ivory (from elephant, hippopotamus, walrus, wild boar and
narwhal tusks and sperm whale teeth). It has a much more com-
pact radial structure than bones and teeth. It tends to darken
due to its exposure to light. Relative humidity (RH) and tempe-
rature fluctuations are very harmful and can cause dimensio-
nal movements or cracking. It is easily stained and discoloured.

140
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

- Shells. Mollusc shells are made up of aragonite and calcite (of mine-
ral origin) and a protein matrix (1 to 10 %), in the form of proteins,
peptides, polysaccharides and lipids. This protein is structurally close
to the chitin that produces the insect cuticle and keratin in vertebra-
tes. It has a distinctive corneal appearance. It is fragile and relatively
flexible when wet, but when the proteins dry, they lose their elas-
tic properties and the periostracum becomes fragile, and cracks and
fractures may appear. They usually have a three-layer structure, the
most internal in contact with the mollusc, formed by the calcium car-
bonate and the organic matrix arranged in a laminar manner, which
makes it iridescent. Due to this characteristic, the nacre or mother
of pearl has also been widely used as a decorative material. Shells
and other elements consisting mostly of calcium carbonate, such as
the outer layer of vertebrate eggs or some crustacean exoskeletons,
are extremely sensitive to organic acid vapours, which cause their
destruction. At high RH, organic acids such as acetic acid, formic
acid, or formaldehyde react with the carbonate of the shells produce
saline efflorescences and carbon dioxide, a type of irreversible crys-
tallization known as Byne’s disease or decay. These salts are highly
deliquescent and can contaminate similar parts that are in contact or
nearby.
Separate mention should be made of contemporary artistic works
using ephemeral materials of organic origin, not only faunistic but also of
human or plant origin (food, for example). The conservation criteria in these
cases must coexist not only with conventional approaches of the discipline,
but also with the «artistic intent» that may even seek intentional degradation.
One form of artistic presentation and preservation is plastination,
created in 1977 by Gunther von Hagens. This is a preservation technique
based on the replacement of body fluids with a silicone oil polymer and an
acrylic resin (epoxy, polyester, etc.). Organic tissues keep their appearance,
colour and dimensions stable through a curing process (direct or vapour
phase). Its use is not only reserved for contemporary art, but is also very
useful in medicine and forensic medicine, as well as in restoration treat-
ments, as will be seen in the corresponding section.

Botanical collections
This chapter covers, on the one hand, herbaria, and germoplasma and seed
banks on the other. Herbaria are collections of plants systematically pre-
pared and catalogued for study and research. Germoplasma banks, on the
other hand, are repositories of phytogenetic resources that enable the ex
situ preservation of seeds. Both types consist of specimens that are preser-
ved dry, dehydrated, frozen or in fluids (figure 13).

141
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

Among other purposes, said


collections are used for the:
- Identification of previously
unknown plant specimens.
- Inventory of flora in a given
area.
- Reconstruction of vegetation
in a given area.
- Comparison of existing and
current flora over time, as a
scale of assessment of per-
manence or extinction of
species.
- Study of changes in the dis-
tribution area of the species
Figure 13. Herbarium specimen folder with the
- As support for the Internatio- mounted plant and identification labels. Photo-
nal Union for Conservation graph: Gloria Pérez de Rada.
of Nature’s (IUCN) Red List
of threatened species and reports produced by the European Envi-
ronment Agency.
- Exchange of specimens with other herbaria, or research centres.
In choosing which specimens to collect, botanists rely on different
criteria such as completing a collection, due to the special scientific interest
of a specimen or because it forms part of a research project. Collections
should facilitate consultation and study by all types of researchers and
scientific professionals.
Specimens are located through databases, contacts with botanical
gardens or research centres, references of findings in publications or other
media, and by habitat recognition.
To achieve the objectives proposed in the collection, the sampling
requirements will vary depending on the taxonomic group and where it is
carried out, whether it is a species protected by local or national legislation,
whether it is collected in protected sites such as Natural Parks or Biosphere
Reserves, whether it is within or outside the EU, whether the specimens
remain in the country or are intended for export, or whether they are to
be used for commercial or research purposes. It is important to understand
the agreement or project under which these actions are carried out. All this
must be taken into account to apply for and have the appropriate permits
in place, which in turn entail associated conditions and limitations, such as

142
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

having local experts or guides, or limiting the number of specimens to be


collected.
The preparation of plants and seeds once harvested goes through
several stages. The first and most important step for their subsequent pre-
servation in good condition is that it is done in situ, especially in countries
where the climate is very humid and in long campaigns.
In the preparation phase, in addition to all the data on the collection,
the first observations of the organoleptic characteristics of the specimen are
recorded: its colour, smell, taste, texture and other aspects that may be lost
once the material is dried or prepared, and which may subsequently help
identify the specimen. The complementary evidence is also included at this
time, including drawings and notes in the field notebooks or by means of
photographs.
The plants are prepared following an already highly consolidated
protocol, with pressing between absorbent paper (the most accessible until
recently was newspaper) and drying with field dryers to achieve controlled
dehydration. Of all the material collected, part is disposable, due to inco-
rrect collection or because the resulting material is not the most appropriate
for the project or research in question
Seeds and fruits are collected in paper envelopes, labelled and the
collection data is recorded in a field notebook. They should be at tempera-
tures below 15 ºC. They are then cleaned and encapsulated.
All specimens meeting certain conditions such as ripeness or absen-
ce of visible fungi and malformations are processed and accompanied by
complete information on the collection. A herbarium specimen folder is
also included with the plant from which the material was taken in the case
of seeds and fruits.
For their return to the countries of origin, the materials collected must
arrive in the best possible conditions, so they must travel properly wrapped
and protected. Generally, the packaging system will depend on the type of
samples and the medium in which they are to be transported.
The specimen folders must be transported flat, in boxes or padded
envelopes. Upon arrival at the place of origin they must undergo an imme-
diate freezing process of at least -19 ºC for two weeks. The material must
first be completely dry, otherwise it will be unusable.
At the destination, the next step is to sort and install collected mate-
rials. The databases include all data for each entry: the country of collec-
tion, location, date, collector, scientific name (if known). If it cannot be fully
identified in the field, a reference herbarium specimen folder is collected
with all the known complementary samples for subsequent identification.

143
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

To be incorporated in the herbaria, the plants are mounted on paper


sleeves called herbarium specimen folders, with a semi-rigid base and pro-
tective cover paper. The plant is attached to it with strips of starch-impreg-
nated linen tape that is activated with water.
In general, the aim is to keep the material in conditions that do not
affect its preservation. Thus, the paper, adhesives, inks and other materials
used must meet the «archive quality» specifications (figure 14).
The label attached to each herbarium specimen folder details the
country of collection, the date, the collector, the name, genus and species,
and assigns an identification number which, in some institutions, is supple-
mented by an automatic identification system such as bar codes.
Once the specimen folders have been identified and mounted, they
are classified into folders or boxes and incorporated into the collections.
Often, these boxes are stored in compact metal cabinets, sorted by country
or continent.
Seeds should be disinsected, dried up to 5 % moisture, and encapsu-
lated in airtight containers. In non-active seed banks, i.e. they do not have
to be regenerated periodically, they are stored in freezers at -10/-15 ºC.
Worth mentioning is the work of the Global Biodiversity Information
Facility (GBIF), an international organisation and research network funded
by governments around the world, aimed at providing anyone, anywhere,
with open and free access to data on any kind of life on Earth.

Figure 14. Plant press/dryer.


Photograph: Antonello De-
llanotte.

144
Preservation and restoration
of biological heritage
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

Although certain specific aspects of the conservation and restoration of


the primary groups of biological heritage have been described in previous
sections, the general circumstances affecting all these properties will now
be analysed.

Deterioration factors
In general, cultural assets of an organic nature are highly vulnerable be-
cause of their inherent compositional characteristics and perishable nature.
Together with these intrinsic circumstances, external alteration factors also
have a different impact on these collections:

Unsuitable environmental conditions


In the preservation of these assets, the relationship they establish with the
direct environment in which they are located is decisive, along with their
reactivity or resistance to interaction with said environment.
- Humidity. These articles are extremely hygroscopic, so they react ea-
sily to changes in ambient humidity or direct contact with water.
Excessive humidity may cause increased volume, with the resulting
presence of cracks and fissures, and softening of the substrate due to
hydrolysis. This also facilitates the development of biotic agents.
The absence of humidity, on the other hand, causes drying, which
gives the materials a caked appearance, as well as causing flaking,
fractures and fissures due to a change in volume.
In the case of goods extracted from archaeological sites, drastic chan-
ges in humidity values may cause efflorescence depending on the
composition of the soil.
- Temperature. Another characteristic of organic materials is that they
combust relatively easily. A very high temperature can also cause
cracks, softening, deformations and loss of support. These deforma-
tions can be aggravated by the anisotropic nature of many of the or-
ganic fibres. Temperature, on the other hand, favours humidity fluc-
tuations because it acts synergistically with humidity.
In the case of assets from excavations, the combination of these pa-
rameters together with aspects such as the composition of the dispo-
sition soil, unfailingly marks the state of the ecofacts and, therefore,
their subsequent treatment and preservation.
Organic remains, for example, normally disappear in underwater en-
vironments and burial contexts due to humidity, presence of salts,

146
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

development of biodeterioration, etc. In exceptional cases, they are


preserved frozen in cold areas, or freeze-dried by the effect of the
cold and atmospheric pressure (Andean mummies), and also buried
in a dry environment (desert or semi-desert). Slightly acidic wet-
lands are suitable settings for the preservation of protein tissues (peat
mummies), but not of plant remains, which rot. In anaerobic spaces
such as seabeds or argillaceous areas, deterioration is slower. In at-
mospheric environments, caves, coves and ventilated areas with low
presence of micro-organisms, specimens are desiccated and usually
kept in good condition. These are some examples of extreme situa-
tions where the environment is decisive for the preservation or disa-
ppearance of different materials (figure 15).
- Light. Organic materials are hi-
ghly sensitive to light and react
mainly through photochemical
reactions, which have mechani-
cal consequences, with weake-
ning of fibres, for example, and
aesthetic consequences due pri-
marily to discolouration (figure
16).
- Contaminants. Both atmospheric
and volatile organic compounds:
VOCs.
Air pollutants (nitrogen dioxi-
de, ozone or sulphur dioxide,
among others) are mainly pre-
sent in cities and areas with high
pollution. They are mostly the Figure 15. Canine fracture due to volumetric
result of burning fossil fuels. changes. Photograph: Juan Aceituno Limón.

On the other hand, VOCs are chemical compounds that are highly
volatile at room temperature (e.g. formaldehyde, acetaldehyde, for-
mic and acetic acids), emitted from all types of materials, such as
those used in packaging, storage or exhibition (wood, paint, silico-
ne, plastic, etc.). In turn, VOCs can also be produced by the goods
themselves, both by natural ageing processes and by the release of
products used for restoration, naturalisation, preparation and preser-
vation in fluid. For example, up until the 1930s, fumigations were
performed on goods of this nature with highly toxic pesticides such
as arsenic, mercury and Lindane, which are still present in the pieces
treated, as recent studies show.

147
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

To control VOCs, materials with low pollutant emissions and that


promote ventilation should be selected to reduce their concentration
in the exhibition and storage spaces.
The alterations caused by chemical contaminants can vary greatly, as
can the risk for preservation: mechanical alterations such as friability
or loss of structural strength, chemical alterations due to the presence
of salts, and aesthetic alterations due to the appearance of stains, etc.

Figure 16. Black stork’s beak with peeling of the keratin layer and discolouration due
to light incident. Photograph: Juan Aceituno Limón.

Biodeterioration
Biodeterioration could be defined as any undesirable change in the proper-
ties of a material caused by the activity of living things. This is a complex
phenomenon that involves alterations in the physical-chemical and me-
chanical properties of the material due primarily to micro-organisms and
insects.
- Micro-organisms, mainly bacteria and fungi: their appearance is
linked to an absence of ventilation and relative environmental or
microclimatic humidity7 greater than 65 % in the case of fungi and
greater than 80-90 % for bacteria. They are usually present as stains
of various colours, which, in some cases, may have cottony surfaces.
The fungi that mainly appear on biological heritage are environmen-
tal fungal species such as Penicillium or Aspergillus.

7
Microclimate: climate on a small scale. It usually refers to the microenvironment that interacts
with the objects considered. (Herráez, Enríquez de Salamanca y Pastor et al., 2014: 126).

148
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

- Another specific element to be considered in the biodeterioration of


biological heritage are the degradation processes usually started by
endogenous micro-organisms that can alter the make-up of the spe-
cimen immediately at the time of death. Species related to forensic
mycology and rotting processes can also be found.
- Insects: multiple can appear on biological heritage due to the great
diversity of compositional materials. The most common in these co-
llections are:
o Order Coleoptera:
• Family Dermestidae (dermestids). They damage protein su-
pports, such as the elements present in mummies, feathers,
manes or skin, among others. The main species of dermestids
are Anthrenus, Dermestes and Attagenus (figure 17).
• Families Anobiidae, Lyctidae and Cerambycidae (carcoma
group). They may appear by attacking the wood or paper
present in museographic elements or in the internal support
systems of taxidermy pieces. Examples include: Anobium
punctatum or Lyctus brunneus.
o Order Lepidoptera, Family Tineidae (known in Spain as moths).
They feed on protein media such as skin, leather, hair, wool or
silk, the primary species being: Tinea pellionella and Tineola
bisselliella.
o Order Mallophaga (from the Greek «eat-wool»). They are also
known as «chewing lice» for their ability to tear skins and feathers.
o Order Psocoptera (known as booklice). They feed on fungal
remains and appear in combination with active or ancient mi-
cro-organism attacks.
o Order Blattodea, family Blattidae (cockroaches). Their presence
is usually related to poor cleaning.
o Order Isoptera (termites). Their appearance in museum collec-
tions is related to the presence in the building or its surroundings
of a termite mound, and this could pose a risk to collections of
an organic nature.
These insects are the most common in «museumized» biological co-
llections. As with micro-organisms, other types of arthropods related
to rotting processes or necrophages (diptera, such as flies, or cho-
leoptera other than those mentioned above) can be found in certain
contexts. Their presence may indicate that there has been a recent
biodeterioration episode, that the asset is in the process of decom-

149
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

position, or that the insects were introduced in the time between


death and the application of the preservation treatment (embalming,
freezing, etc.). Aspects like the species identified or the phase of the
biological cycle in which they are found provide important infor-
mation on the material history of animals or human remains from
archaeological or burial environments. Given all this, unlike what
happens with the rest of cultural heritage, in which biodeterioration
is seen only as a threat, in this case, it could represent a source of
relevant information.
- Rodents, birds and bats are another cause of biodeterioration mainly
related to buildings.
Multiple laboratory studies identify the agents responsible for biodeteriora-
tion to determine the most suitable method of intervention for its elimina-
tion and control. The main techniques employed are:
- Conventional microbiolo-
gy. Consists of performing
cultures in different media
in order to subsequently
quantify and identify the
micro-organisms present.
Sampling for this type of
study usually involves ru-
bbing the affected surface
with a sterile swab. Con-
ventional microbiology
stands out for its low cost
compared to other micro-
biological analysis techni-
ques. Its main drawback
is that only micro-organis-
ms capable of growing on
culture media are detec-
ted.
- Luminometer. This is a por-
table system which, thanks
to the luciferin-luciferase
enzyme complex and its in-
teraction with the adenosine
triphosphate (ATP), detects
the presence of micro-or- Figure 17. Skeleton of toad with residue from der-
ganisms by light emission. mestid attack. Photograph: Juan Aceituno Limón.

150
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

- Molecular biology. The main benefit of molecular biology is its ability


to identify non-culturable micro-organisms and the small amount of
sample required for this. In contrast, the main drawback is its high
cost and the need for specific laboratories not typically found in
institutions responsible for the preservation of cultural heritage.
With regard to the identification of insects, the working methodology
essentially comprises the detection of characteristic pathologies (galleries,
scrapes, etc.), the sampling of any remainder (exuviae, adult specimens,
etc.) and their characterisation under stereo microscope.

Anthropic factors
- Inadequate handling. Much of the existing damage to these types of
collections, such as losses, fractures, stains or surface erosion, oc-
curs cumulatively through incorrect manipulations from the time of
discovery to the time storage at the institution responsible for their
safekeeping. These aspects can easily be extrapolated to historical
collections to which other types of compromised movements for con-
servation can be added, such as incorporation in temporary exhibits,
etc. (figure 18).

Figure 18. Butterfly specimen with losses due to improper handling. Photograph: Juan Acei-
tuno Limón.

151
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

- Ancient interventions. There are countless techniques and products


applied to this type of assets which, due to lack of monitoring or
incompatibility between materials, have irreversibly altered many re-
mains. Waxes, oils, resins and other products that have traditionally
been used to preserve this type of property are sometimes the ori-
gin of today’s pathologies. These alterations can be accelerated even
when combined with reagents such as the above-mentioned pollu-
tants (figures 19 and 20).

Figure 19. Gnu horn with cracking Figure 20. Detail of naturalized bird mounted on incompati-
and structural weakening due ble materials. Photograph: Mª Isabel Herráez.
to inadequate preparation treat-
ments. Photograph: Juan Aceitu-
no Limón

Restoration treatments
Conservation-Restoration interventions on Cultural Property must be per-
formed within the context of the regulations in force and the criteria com-
prising the code of professional ethics. The action must be part of a com-
prehensive conservation plan and be a holistic process developed with a
multidisciplinary vision. Biological materials are extremely sensitive, and
as such, must be treated by a specialized technician, a conservator-restorer
who is familiar with the behaviour of material structures, with specific, for-
mal training allowing appropriate decisions to be made for implementing
the preservation treatment for the asset.
It is essential to beware that every intervention involves a risk, and
that this type of treatment will be limited to the cases strictly necessary and
always applying minimum intervention criteria.
The use of gloves (latex or nitrile, without talc or lubricants), masks
with High Efficiency Particulate Air (HEPA) filters and a disposable cove-

152
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

ralls for hygiene purposes is mandatory for the direct handling of these
remains. The use of these protections will prevent cross contamination:
pathogens or toxic agents of the samples, and alteration thereof due to
incorrect handling.
Contaminated materials must be isolated, quarantined and treated for
the extinguishing of contaminants or pests before starting their intervention.
Before restorative treatment is started on any object, a thorough pre-
liminary report is required to determine the status and condition of the
remains. This report must include the diagnosis of the alterations, their
extent, and an evaluation of the fragility of the property. It must likewise be
ascertained whether there are any changes or active degradation processes
that would make manipulation inadvisable, or elements that could become
detached.
In the case of excavated assets, it is common for the preservation
status to require a stabilizing treatment prior to treatment, allowing, among
other things, its extraction, handling and transport. These actions in situ
must be the essential minimum for the stability of the materials (the mini-
mum intervention criterion must be applied here).
Materials used must be chemically compatible and easily reversible.
Cleaning will be minimal, preferably dry using brushes, etc.
Organic remains that have undergone heating processes, or partial
cremation, have practically irreversible alterations and high fragility in the
substrates, so their handling must be very careful.
For frozen materials, it is essential that the cold chain is not broken,
so the temperature of the containers must always be below zero.
Materials with strong biological contamination will be packed sepa-
rately and quickly transferred to the laboratory for appropriate treatment
depending on the type and condition of the material. The site will have
previously been informed of the transfer of the contaminated material, for
its isolation and quarantine.
If it is necessary to reinforce the object (previous fixings or consoli-
dations), a known and reversible consolidator will be used, using the mi-
nimum amount necessary to guarantee its function but acting only on the
surface.
The gauze wraps, semi-rigid or rigid supports, must be stable, adap-
ted to the size and weight of the part, and provide the objects with the
security required for their preservation.
Manipulation in all cases will be minimized and the conventions for
the movement of cultural assets will be met, avoiding gripping of fragile
areas due to both morphology and state of preservation, and always using
two hands. Specimens shall preferably be handled with support elements

153
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

such as properly padded and protected trays or supports to avoid slippage


and abrasions.
In the specific case of skulls, fingers shall not be inserted into the eye
holes, nor shall it be held by the teeth, which may be loose. Hands shall
be positioned so that the lower mandible is supported during movement,
avoiding pressure on the teeth and the occipital area.
To place the objects in a specific position to study them, take photo-
graphs or work on them without them moving, it is advisable to use synthe-
tic foamed supports or pouches made of synthetic laminates or starch-free
cotton, filled with foamed inert buffers.
The packaging must offer physical protection that prevents move-
ment and friction of the object and that, in the event of a blow, absorbs any
impact. This type of mechanical packaging can be performed with econo-
mical but stable materials.
Depending on the state of preservation of the assets recovered at ar-
chaeological sites, the type of packaging can be easily categorised (table 1):
GOOD POOR CRITICAL
The material is stable. Attention will be paid Highly degraded ma-
The material can be to their handling. It terials with loss of
collected safely, with is assumed that the physical and chemi-
no specific risks. structure and internal cal properties. In the-
composition are mo- se cases, the presence
dified and, therefore, of a professional spe-
presents deficiencies cialising in the hand-
that must be suppor- ling, extraction and
ted, either with spe- packaging of cultural
cial handling and/or assets is recommen-
by means of special ded (conservator-res-
packaging, adapted torer specialising in
to the needs of the archaeological mate-
situation. rials).
Table 1. Schematic of the proposed assessment of the state of preservation of the goods and the
specificities of the corresponding handling and packaging.

The packaging also provides climate protection, which isolates the


object from environmental fluctuations. Water-saturated materials, for exam-
ple, must be kept moist during transport by means of special materials or
more homemade solutions such as soaked sponges or wipes, but wrung
out and without direct contact with the objects. The frozen materials will be
transferred and stored in freezers at -0 ºC, with an alarm device to resolve
cases of power failure.

154
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

In general, whether it refers to large shared packaging containers or


smaller individualised packaging, the aim is to adjust the environment to
the object through wetting, drying, creating an anaerobic environment, etc.,
all with the aim of preserving them in the short, medium or long term.
It is important to assess the type of packaging and ensure it matches
the dimensions of the materials to be stored. For the packaging of small
pieces, it is recommended to store individual containers inside a larger one
to avoid misplacing objects.
In some museums in the United Kingdom, studies have been carried
out on the air samples inside plastic containers and Oddy tests have been
performed inside these containers, in search of VOCs. The results obtai-
ned certify that polypropylene containers are not inert and that both this
material and polyethylene containers (to a lesser extent) can emanate or-
ganic compounds for a long time. It is recommended to keep them open
for several months between acquisition and use with collections. In Spain,
since 2009 the project «Evaluation of Products Used in the Conservation
and Restoration of Cultural Assets» (POLYEVART) has been developed on
the basis of the evaluation of polymeric products of synthetic origin suita-
ble for heritage assets8.
The work area must be a large, well-lit and clean space. For sensitive
remains, it is advisable to work in isolation. The support surface must be
prepared with a padded material covered by a smooth surface to prevent
surface abrasion of the tissues or fabrics or of protruding parts of the speci-
men catching on the work surface. It is also important to have all work and
inspection instruments on hand.
Before intervening, the area of intervention must be marked off, spot
tests must be carried out with the least damaging tools and materials, avoi-
ding leaving surface marks and using chemically compatible, stable and
reversible materials. The documentation of the process phases is mandatory
and is set out in the implementing regulations of Spanish Historical Herita-
ge Act 16/1985 of 25 June 1985.
Some materials in a state of extreme fragility require the prior moun-
ting of supports and braces for their handling and treatment, as noted.
Cleanliness is particularly important in terms of the common tasks in
restoration treatments. This is an irreversible process that must be perfor-
med after selecting the most appropriate method based on the characteris-
tics and alterations of the object.

8
(Ministerio de Cultura y Deporte).

155
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

Surface cleaning shall always be performed following an analysis of


convenience allowing the choice of procedure to be made. The application
of low-power controlled suction systems or air insufflation is recommended
for cultural assets of extreme fragility. The vacuum nozzle must be protected
with a mesh or gauze to prevent the absorption of small fragments (specific
equipment designed for heritage with suction power control is available).
In the specific case of mummies, it is advisable to not unwrap them.
Dry mechanical-type cleaning is generally the most appropriate. This
group would include the use of ultrasonic spatulas, vibrating incising picks,
microlathes and microabrasives, which are useful tools for de-concreting
some surfaces of fossils and semi-fossilised bones, for example.
Wet cleaning with strong acidic or basic chemical reagents is discou-
raged, except when controlled and performed with gelled systems, which
allow for surface action only and can be safely neutralised.
Enzymatic cleanings are effective for removing organic surface dirti-
ness, especially stains and glue residue.
Physical laser photonic cleanings have been very effective for some ma-
terials, but their use is still being studied for bone, textile and skin treatments.
To bind elements or fragments, select adhesives that do not chemica-
lly interact with the supports, that are stable, compatible, and easily rever-
sible, and which provide a solid joint without creating stress or fractures in
the supports.
Adhesives with similar mechanical characteristics to the supports are
recommended to avoid stresses. It is also advisable to understand the cha-
racteristics of the support to avoid excessive absorption.
They are commonly used in dissolution, although semi-solid or solid
adhesives may also be used. Fracture planes must be cleaned and dried
before adhering.
Consolidations will be limited to those goods that do not have struc-
tural strength, either through mechanical fasteners ( Japanese paper, fibres,
tulle, crepeline), or with an inert reintegration material that does not gene-
rate stress. If liquid consolidators are used, the structure of the material and
its chemical and physical compatibility, penetrability and final appearance
will be taken into account. Along with the characteristics of the conso-
lidating agent, the solvent and the application mode must be evaluated
(dripping, immersion, spraying, injection, etc.). It is necessary to emphasise
the fact that this type of action may interfere with the results of possible la-
boratory studies, so it is advisable to leave areas without intervening. Note,
however, that this solution will not always be effective given the possible
dispersion of the product, visible only at microscopic level.

156
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

The use of plastination techniques begins to become widespread,


with body fluids being replaced by different polymers, with good results
so far, although they are not reversible and it is still too early to determine
their aging. The polymer used will determine the optical property (trans-
parency or opacity) and movement (flexibility or rigidity) of the part. This
system has been found to be optimal for soft tissues, as it does not change
its dimensions, appearance or colour. Archaeological bones and ivory, less
porous and not preserving the organic part, have also been successfully
treated.
Partial structural reinforcements are sometimes fitted with Japanese
paper, or grafts with synthetic materials, which can stiffen the parts to pre-
vent consolidation. In some materials, such as basketwork and textiles, the
use of supports (reinforcements, patches, remounting, fastening stitches,
etc.) is sufficient to give stability to the work. These will be performed
with stable materials of similar or synthetic characteristics, and preferably
without dyeing.
When considering treatment against biodeterioration, the state of pre-
servation and the capacity of the assets to resist the treatment must be
assessed. Another aspect to be taken into account is the reason for the pre-
servation itself (morphological characteristics, molecular structures, genetic
material, etc.) because certain biodeterioration elimination systems may al-
ter some of the qualities of the specimen.
Given the impact of this alteration factor on the objects under study,
the following are explained to a greater extent by employees in biological
heritage and the advantages and disadvantages for their specific characte-
ristics9:
- Anoxia/treatment with inert gases/modified atmospheres. This treat-
ment achieves total effectiveness in the elimination of insects and
reduces microbiological activity, halting the development of aerobic
micro-organisms. Anoxia consists of the insertion of the piece to be
treated in a chamber or bag made of barrier film where oxygen levels
below 0.1 % are reached by introducing an inert gas, with nitrogen10
being the most commonly used. Treatment should always be perfor-
med at temperatures above 15 ºC and usually last for approximately
20 days depending on the insect species to be removed. Anoxia does
not produce any macroscopic or microscopic changes and does not
leave any residue. It should be noted in the same way that inert gas

9
Annex E of European Standard UNE-EN 16790:2018 specifies the primary treatments against
biodeterioration in cultural assets.
10
Nitrogen is included as a biocidal product in Annex I of Regulation (EU) n.1 528/2012 of the
European Parliament and of the Council concerning the making available on the market and
use of biocidal products.

157
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

atmospheres can be used as permanent exhibition systems (anoxia


cabinets) for pieces of an organic nature highly sensitive to biodete-
rioration, such as mummies.
- Low temperature/freezing treatment. This is a system widely used to
eliminate insect attacks. The main drawback is the risk of condensa-
tion and dehydration.
- Gamma radiation. This is an ionising type of radiation with the con-
sequent danger its use may involve. In the case of biological heritage,
it must be taken into account that the use of this technique for a bio-
cidal purpose may alter the DNA of the specimens to be preserved.
- Biocidal products. Standard UNE-EN 16790:2018 specifies that bio-
cidal products should be used in cultural heritage only when there
is no alternative. Substances with high toxicity have been used for
decades, posing a risk to people but also to cultural assets due to the
chemical interactions and physical changes that have emerged over
time. In addition to all this, one must take into account the residue
that these products leave on cultural assets and their subsequent di-
ffusion into the environment over long periods of time. It is therefore
advisable to opt for other techniques.
These treatments are highly effective against insects, but in the case
of micro-organisms, their effect is mainly to reduce their activity or stop
growth. Faced with localised attacks by micro-organisms on objects, the
application of 70 % ethanol by misting or swab has proven to be an effec-
tive system for different cultural heritage media. Prior to application, it is
necessary to carry out the subsequent solubility and resistance tests on the
material, and it is necessary to check that the pieces do not overdry. After
ethanol is applied, a thorough microsuction must be carried out to remove
traces of mycelium or spores.
Volumetric reintegrations shall be limited to the making of supports
or structural elements, with there being no justification today for purely aes-
thetic reintegration. On very specific occasions, structural and/or chromatic
reintegration of the support will be necessary for the correct reading of the
piece, which will be integrated but will be discernible.
The morphology of the works must be taken into account to select
the most appropriate reintegration materials. The filling of lacunae with
oily, wax or synthetic stucco must be limited to small lacunae, levelled with
the surface, and chromatically integrated with the most appropriate tech-
nique for each piece. Pigments, dyes and binders must be stable, resistant
and preferably reversible.

158
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

Finally, it should be noted that innovation in new technologies and


materials will allow the incorporation of new systems and equipment to the
restoration of these goods (lasers, gelled systems and emulsions, nanomate-
rials, etc.), and presents a future full of possibilities with more effective and
less invasive treatments for the conservation of organic materials.
The general methodology for determining and assessing the suitabi-
lity of any type of technique and treatment product is independent of the
type of work being studied and should focus on the following aspects:
- Compatibility of the products and techniques used with the original
materials of the site or with other treatment products or techniques to
be used. In the specific case of biological heritage, compatibility with
possible scientific analyses must also be considered.
- Efficacy of the treatment, i.e. it achieves the intended purpose.
- Resistance of the treated material to the alteration agents acting on
the site after restoration.

Sampling from collections of biological heritage


Both scientific and exhibition collections, maintained by museums, her-
baria, research institutions, institutes or universities, have been used very
often to obtain genetic material in molecular studies, among others.
Sampling of this type of material involves aggression, partial or total
destruction of the specimen, as a fragment of skin, bone, hair, feather, mus-
cle, dry or in fluid has to be removed, which will negatively affect it to a
greater or lesser extent, depending on the size of the specimen.
It is recommended that when an intervention is carried out on a
historical specimen, the conditions of access and of the loan be the most
stringent and that borrowers are required to return any leftover fragments
of tissue or remnants of the extracted DNA. Whenever possible, it is advised
they take a sufficient amount of sample, first to fulfil the type of request,
and second, to leave its safeguarding to a national reference collection, for
the following reasons:
- The risk of deterioration of the morphological specimen is reduced
by obtaining sufficient material for subsequent requests. It can also
be used as evidence or diriment in the event of complaints or discre-
pancies by the requesting investigators.
- It must be guaranteed that, if it contains nucleic acids or other mo-
lecules, they be kept under suitable conditions specific to this type
of material, independent of the curative or restorative processes that
morphological specimens may undergo.

159
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

- It can be used to improve the information on the collection itself, for


example by identifying the sex of specimens, if not known, or by
identifying cryptic species yet to be discovered.
It is recommended that the collectors of any type of remains, speci-
men or sample should first contact the persons responsible for their future
storage or with whom the specific analyses will be performed, in order to
establish the type and number of samples or specimens and the precise
methods of collection and preservation required. For example, freezing is
a good specimen preservation method for extracting proteins, biopolymer
enzyme systems or nucleic acids, but it can ruin tissue for detailed histolo-
gical examination. Fixation in 10% buffered formalin is suitable for many
histological techniques, but from these samples no living pathogen can be
isolated for disease identification, and nucleic acid amplification is com-
plicated. Finally, the type of packaging used may invalidate the results of
some toxicological analyses.
Establishing a sampling plan depends on the hypothesis to be tested.
It is very useful to estimate the specific number of samples, as it facilitates
the organisation of precise consumables and infrastructure for their preser-
vation and subsequent analysis. When captures are co-ordinated with the
future host collection, the collection can be planned using the definitive
collection standards to reduce the assimilation effort and, therefore, the
economic investment.
Sampling must always be performed with the specific permits requi-
red by the legislation in force in each place and in compliance with the
corresponding ethical codes.
Sample lending conditions should also be standardized and should
be assumed as a contract whereby both parties agree to transfer a material
under specific conditions. They may vary between the different institutions,
but it would be advisable at least to specify the following:
- The recipient of the loan agrees to keep the material received under
the appropriate conditions.
- The beneficiary undertakes to comply with all national and interna-
tional regulations and laws applicable to the research project and
the handling of research material, including obtaining permission to
access genetic resources.
- The loan is considered personal and non-transferable and is made to
institutions, not to individuals.
- All works (publications, reports, etc.) in which the samples are used
shall make reference to the institution sending the loan, displaying
the catalogue number and acronym.

160
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

- To make it clear that the analysis has been completed, a copy of the
publication (PDF) and the access number in Genbank and in any
other nucleotide sequence database will be sent to the collection.
- In the event of a description of new taxa, all standard material will be
returned, unless there is a pre-agreement on paratypes.
- At the end of the work, the remaining tissue and DNA extracts should
be returned, carefully labelled and packaged.
- Loans are granted for a defined period of time with the possibility
of extension, which will be assessed on a case by case basis by the
relevant institution.
- If the samples provided are not used in the project for which they
were requested, they must be properly preserved and returned to the
institution that sent the loan.
When referring to molecular collections, certain nuances must be ac-
cepted in the definition of the loan, since a small fragment of tissue is sent
that will be returned as DNA or, in the case of sending DNA, a complete or
partial sequence of a gene will be returned that will be incorporated into
the sample record in the database. This could be similar to what happens
with many Invertebrates that, in order to be properly identified, require
extraction, dissection, staining and preparation on the appropriate support
of teeth or genitalia.
The collection of samples in museum collections or similar must,
lastly, be controlled by taking into account that the object being handled is
not only a scientific asset, but also heritage. To obtain genetic samples in
bone, for example, holes need to be drilled in it or a fragment needs to be
obtained. In this case, the area to be sampled should be considered so that
it does not interfere with the collection of biometric data while maintaining,
to the extent possible, the aesthetic aspect of the object, which could be
put on exhibit at some point. In the case of the application of preserving
products, consideration should furthermore be given to leaving a small
piece unprocessed, in order to allow the application of current and future
techniques.

Preventive preservation
Organic materials are perishable, so the deterioration process can only be
slowed down. The application of preventive preservation techniques and
strategies is therefore essential to guaranteeing the durability of this heri-
tage.

161
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

An initial assessment of risk indicators is essential because it will


allow us to establish action priorities, develop prevention practices and
improve resource management. The impact of each of these risks varies
according to their intensity, degree of frequency, nature of the goods, geo-
graphical location, characteristics of the containing edifice and available
material and human resources. In the case of biological heritage, as mentio-
ned above, inadequate environmental conditions (temperature, humidity,
light radiation and pollutants), biodeterioration and uncontrolled anthropic
actions represent the risks that must be addressed with the greatest effort.
Prior to the incorporation of any element within a collection or mu-
seum, a thorough analysis and inspection must be performed of the state
of preservation, paying special attention to any possible biodeterioration.
For this purpose, it is recommended that the research institutions or centres
have a space isolated from the other cultural assets that serves as a qua-
rantine room and that has the necessary material for obtaining biological
samples (gloves, masks, swabs, etc.). If an active attack is identified, it will
have to be treated appropriately. Unlike most cultural heritage, biological
heritage in many cases allows for more than one specimen or sample to
be obtained, and as a result, if it is in a poor state of preservation or ad-
vanced rot, consideration will be given to ruling out its acceptance into the
collection.
Subsequently, the best way to prevent biodeterioration is to prevent
the appearance of microclimates and to develop pest control strategies
through periodic reviews and the installation of traps in facilities and co-
llections. This microclimate control will not only help to combat biodete-
rioration, but will also prevent some of the damage previously described
for these goods caused by changes in humidity, temperature, inadequate
exposure to light or contaminants.
The exhibition space or storage of biological assets, whether newly
created or pre-existing, must be planned and managed according to three
basic criteria:
- Eliminating or minimizing the risks of damage or loss to which these
assets are subjected.
- Guaranteeing the accessibility to these assets both of the technical
staff of the museum or institution that safeguards them, and of the
persons requesting their study, and of the public in the event of ex-
hibit. biological heritage assets have enormous scientific and social
value that is not always understood. Accessibility is closely connected
to the intended use of these collections, facilitating or preventing this,
and cannot be implemented without a good identification system
for each specimen, as well as for the containers and devices in the

162
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

warehouse. Regardless of the exchange of information, which must


be promoted and favoured in all cases, it is essential to establish a
protocol of permissions and restrictions on access to these spaces in
order to ensure proper preservation.
- Maintain a safe environment and microenvironment for long-term
preservation. A degraded specimen loses value, while a well-preser-
ved specimen can increase it.
For the identification of assets, it is essential to label and mark them
with guarantees of durability, since disassociation or loss of information is a
common cause of alteration of these funds, as mentioned above. There are
two collection coding methods: direct marking, which is where the identi-
fication code is physically applied to the part, and indirect marking, where
this identifier code is not fixed and permanently placed on it.
Direct marking is the most stable and discreet system, but its use will
depend on the state of preservation of the work and on certain formal cha-
racteristics such as size, type of support, type of coating, etc. Although no
marking system can be described that is absolutely harmless and effective
for any type of good, it is appropriate to point out the need to avoid «ho-
me-made» solutions such as the use of nail polish or correction tape (tippex
type), as these are usually products whose composition is not tested. Nor
shall commercial permanent or indelible markers be used, since given their
composition, there is a risk of irreversible migration of inks into the object.
With indirect marking, there is a greater risk of loss of the link be-
tween the object and its identifier code, but it is preferable outside the
exposure due to its rapid viewing, while avoiding possible damage due
to mishandling. The materials used in these cases must also be safe and
compatible with the objects. Depending on the circumstances, a decision
will be made to use one marking system or the other, although, wherever
possible, it is advisable to use both.
Specimens from scientific collections have, as a safety rule, that old,
collection, collector or institution labels that could accompany the speci-
men never be replaced, unless their presence alongside the specimen could
entail a risk of damage, either to the specimen or to the label itself. In this
case, a new label is usually placed next to the original labels. Avoiding
dissociation between the specimen and its information is imperative, and
label durability must be ensured depending on the characteristics of the
preservation method used (dry or fluid).
As for environmental conditions, although several authors point to
strict humidity, temperature and light ranges for the preservation of biolo-
gical and bioanthropological collections, establishing these parameters a
priori can be counterproductive and generate risks in materials.

163
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

As indicated above, the materials are highly hygroscopic and often


anisotropic, and the stresses produced by the hygrometric thermal cycles of
absorption-desorption irreversibly alter their stability, appearance, dimen-
sions and, in particular, their structural strength. Given these risks, main-
taining an optimal and stable RH and temperature in the environment will
guarantee its stability.
One must be aware that if any fluctuations are minimal in both daily
and seasonal ranges, the object will most likely adapt. If conditions change
abruptly, the risk of alteration is high. Wherever possible, more sustainable
approaches, such as the adaptation of collections to the local climate, com-
partmentalisation or the use of storage and exposition materials with the
capacity to regulate humidity are recommended.
Some materials, however, only have certain preservation conditions
that must indisputably remain: frozen materials such as «the ice mummy» for
example, which must be stored at a temperature below 0 ºC, or some sam-
ples of tissue and DNA collections that are stored in ultra-freezers (-80 ºC)
Exposure to light should be minimized. Warehouses are recommen-
ded to remain dark, except when entry is necessary to perform inspection,
maintenance or entry/removal of specimens. The lighting must be artifi-
cial, designed to facilitate the aforementioned storage tasks without directly
affecting the goods. It is helpful to have three light installations: general,
work and emergency. In the event of exhibits, the lighting must be adapted
to the flow of visitors. In any case, the use of artificial light sources with
low ultraviolet (UV) and infrared radiation emissions is recommended, such
as led lamps.
Air cleanliness is equally important. As far as possible, the spaces
should be free of dust, particles and pollutants. This should be achieved
without preventing certain air circulation, either through passive or con-
ventional ventilation systems. Let’s not forget that many of these assets can
emit organic acids, formaldehydes and other volatile organic compounds
that are harmful to other pieces and to human health, so their concentration
is inadvisable.
Work areas must always be separated from warehouses because they
make their environmental control extremely difficult. However, if deemed
necessary, this should be confined to a defined area, with a table and the
required lamps, and dedicated only to tasks resulting from the management
of the stored collections.
The exhibition and storage systems should be built with chemically
stable and durable materials, be flexible in order to adapt them to different
biological spaces and collections, resistant to biodeterioration, water (or
humidity), fire or the fluids used in the preservation of certain specimens,

164
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

and be conveniently accessible. The costs of investing in systems that meet


these requirements can be high, but will result in savings in the medium to
long term.
Available storage systems include picking metal racks that fit any
space and have a large load capacity; drawer cabinets and armoires, ideal
for small or type collections, with stricter conservation or security require-
ments, or that require quick access; and compact racks that, although only
can be installed in high-capacity, costly warehouses, save a lot of space and
provide extra protection for goods.
Plastic or cardboard containers, bags, trays, holders, foam pads for
padding, folders, dividers used in the warehouse must be as durable and
chemically stable as possible. Hence the desirability of using preservation
materials or archival quality, and only if they are not available, reasonable
stability. An investment in preserva-
tion materials is, in the long run, pro-
fitable from the economic standpoint,
as well as in terms of the preserva-
tion of collections, since it prevents
many types of degradation. Likewise,
it must be taken into account that no
materials are impervious or undama-
ged by use, so it is recommended
to have a budget set out to purcha-
se new material that covers replace-
ments and extensions (figure 21).
Mummies and particularly vul-
nerable objects on display in museu-
ms and institutions of a similar nature
can be housed in containers made of
different materials at different times,
which do not always guarantee the Figure 21. Example of a storage system. Pho-
proper preservation conditions of tograph: María García Morales. Archeological
these goods. Museum of Tenerife.

As these goods are highly fragile in the face of a great number of de-
terioration factors, combined with the moral and ethical aspects that must
be respected in particular in these cases, it is recommended that conside-
ration be given to the following issues in the design of both storage and
exhibit cases:
- The materials constituting the case must be resistant, stable and free
of contaminants. Therefore, they must be tested and validated before
deciding on their use.

165
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

- In both the structure and the supporting museographic elements it is


advisable to use metal, such as anodised aluminium or stainless steel,
and finished with oven-baked paint to avoid the emission of VOCs.
- Materials such as wood, WD or plastic derivatives whose alterations
and emissions affect the exhibited pieces should not be used.
- The use of adhesives or silicone must be avoided when joining the
elements that make up the display case and the museographic su-
pports. If they must be used, the least harmful must be chosen.
- As an alternative to achieving the air-tightness of the joints of the ca-
ses, neoprene can be used, although with time it is subject to wear,
which means that it must be replaced in the long term. The characte-
ristics of different neoprenes must be assessed until the most suitable
one is found.
- No writing should be added, since inks used generate a high number
of VOCs.
- The glass must be safe and, if necessary, include filters.
- The cases must have a built-in air filtering system that allows mea-
surements and analysis to be carried out through the valves to avoid
having to open them.
- Sealed display cases without functioning doors are not recommended
because they do not allow easy access to the interior of the display
case when the occasion so requires, and their opening and closing
are often complex and costly. It is preferred to have an adjustable
door compatible with air-tightness. In any case, the display case will
only be opened when the action to be carried out inside it is well
justified.
- The technical drawers or trays must have the dimensions and capaci-
ties in line with the volume of the case and must be properly connec-
ted to the interior in order for them to be useful. Their opening sys-
tem must be simple and effective, considering that they communicate
internally with the case. The products necessary for the preservation
of the pieces will be placed inside the drawers: humidity regulators,
sampling equipment, biodeterioration or chemical contamination me-
asurement systems, etc.
- The display cases must be fitted with sensors to ascertain the T and
RH conditions inside. The recommended parameters will take into
account the circumstances and characteristics of each specimen, as
well as the environmental conditions to which they are adapted.

166
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

- It is recommended that the display lighting not be inside the case


but outside of it. Where they are inside, it is best to use fibre optic
lights and leds, sources without IR or UV emission, so filters shall be
installed if necessary. It is also important to control where the light
sources are located.
- The display cases must be positioned in rooms in which the lighting
can be controlled, that are free of vibrations and that have stable en-
vironmental conditions to avoid alterations in the specimens.
On the other hand, keeping the rooms and warehouse in order and
well maintained prevents or reduces the harmful effects of half of the risk
agents. This is only achieved by scheduled maintenance of the facilities that
includes regular cleaning, inspection of systems for fire prevention, air con-
ditioning, intruder detection and lighting; appropriate repairs, and establi-
shment of review procedures that would monitor temperature and relative
humidity; checking the degree of cleanliness; monitoring compliance with
handling standards, access to the warehouse and prevention of biological
attacks; changing humidity regulators if there is no mechanised system,
oxygen inhibitors or carbon filters used in special containers; verifying the
fluid level of specimens preserved in alcohol or detecting possible signs of
degradation in the goods or containers, among other things.
Given its mostly organic nature, fire damage to biological or bioan-
thropological property is generally irreparable. For this reason, in the cons-
truction and choice of areas with objects, architectural elements (walls, cei-
lings, doors) and fire-resistant furnishings are essential, and they must also
be arranged in such a way that they do not facilitate the propagation of fire.
Special attention should also be paid to detection and eradication systems.
Specimens stored in alcohol, particularly if stored in large numbers, should
be separated from the rest due to the flammability of preserving fluids, the
possibility of leakage or the consequent accumulation of vapours, which
increase the risk of fire.
Although these assets are in general unappealing to thieves and van-
dals, protective measures must not be overlooked, whether of a structural
nature (security locks and doors, control of external access), through the
installation of security systems or the implementation of internal mandatory
access and handling standards. Negligence committed by staff in contact
with collections and researchers is one of the biggest causes of damage to
collections, hence the importance of having these standards in place.
As noted above, biological assets can be sources of volatile com-
pounds and substances harmful to health. Remains of currently prohibited
pesticides, arsenic, mercury or asbestos used in taxidermy, old preserva-
tion treatments, silica gel with cobalt chloride, vapours from preservation

167
The COREMANS Project Intervention criteria for bioheritage

fluids or volatile compounds resulting from the natural degradation of these


goods, make it necessary to have standards for access and handling that
protect people in contact with these collections.
All museums and institutions housing heritage assets should, finally,
have a plan to safeguard collections in case of emergencies. This plan,
whether basic fire action guidelines or more complex rules that include the
evacuation of assets and emergency interventions following a disaster, must
be known by the technicians responsible for the collections and implemen-
ted through simulations and drills to check their effectiveness and improve
their implementation.

Innovation and sustainability


Innovation and environmental sustainability are set out in Unesco’s 2030
Agenda, Europe’s Council Strategy 21 and Spain’s National Heritage Ma-
nagement Plans. Culture emerges as the nexus of social cohesion, and the
preservation of heritage is fundamental in the participatory scenarios of de-
mocratic culture, as recommended by the Faro Convention of 2005 signed
by Spain in 2018.
Research projects with the emergence of new technologies, portable
analysis devices, new nanoparticulate materials, more effective manage-
ment of conventional treatments such as the gels used in cleaning, the use
of increasingly less toxic reagents for environmental sustainability, as well
as the rise of preventive preservation or the prevention of risks to heritage,
are advances and strategies that cannot be overlooked.
Research projects on materials and new technologies are essential for
progress in the preservation of biological heritage, as is their dissemination.

168
Conclusions
Over the course of this text, a highly rich and varied heritage has been
described, the value of which is not only intrinsic to its nature, rarity or
representativeness, but which must be understood in its dual facet as both
a heritage and scientific resource, and all actions must therefore respect
this duality.
It should be emphasised that many of the categories of assets inclu-
ded within this heritage must be governed by national and international
regulations, along with ethical codes which must, at all times, guide the
work in any of its many perspectives.
This entire biocultural heritage has been recovered, and continues
to grow, through archaeological digs, casual discoveries, scientific expedi-
tions, collection campaigns and various ritual activities. Today, remains and
specimens can be found in collections of museums and institutions of a
similar nature, scientific entities and religious sites.
Biological heritage is susceptible to serious and rapid processes of al-
teration and decomposition. Given this circumstance, in order to guarantee
the preservation of these collections, stabilisation and treatment measures
must be adopted, along with precise usage, storage and exposure guideli-
nes, and a factor of raising awareness of the viewer in each case. As such,
managing a collection of biological specimens and remains is a complex
task for any institution.

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Coordinación científica / Scientific Coordination
Soledad Díaz Martínez
Ángel Fuentes Domínguez
Cristina Villar Fernández

Coordinación editorial / Publishing Coordination


Carolina Aguado Serrano

Comisión científica / Scientific Committe


Clara Alonso López. Conservadora-restauradora experta en biopatrimonio
Ernestina Badal García. Universitat de València. Facultat de Geografia i Història
Eloísa Bernáldez Sánchez. Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico
Yolanda Carrión Marco. Universitat de València. Facultat de Geografia i Història
Soledad Díaz Martínez. Instituto del Patrimonio Cultural de España
Francisco Etxeberria Gabilondo. Universidad del País Vasco. Facultad de Medicina
Ángel Fuentes Domínguez. Universidad Autónoma de Madrid. Facultad de Filosofía y Letras
María García Morales. Museo Arqueológico de Tenerife
Alexander Gaztañaga Garabieta. Instituto del Patrimonio Cultural de España
Teresa Gómez Espinosa. Museo Arqueológico Nacional
Cristina Guerrero López. Museo Nacional de Antropología
Lucía López-Polín Dolhaberriague. Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social
Carmen Mª Martínez Varea. Universitat de València. Facultat de Geografia i Història
Ana Carmen Pascual Díez. Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Junta
de Castilla y León
Leonor Peña Chocarro. Consejo Superior de Investigaciones Científicas-Centro de Ciencias Humanas
y Sociales
Gloria Pérez de Rada Cavanilles. Real Jardín Botánico-Consejo Superior de Investigaciones Científicas
Isabel Rey Fraile. Museo Nacional de Ciencias Naturales
Beatriz Robledo Sanz. Museo de América
Mónica Ruiz de Infante. Subdirección General de Museos Estatales
Marta Sameño Puerto. Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico
Joaquín Sánchez de Lollano Prieto. Museo Veterinario de la Universidad Complutense de Madrid
José Luis Sánchez Sánchez. Centro de Restauración y Conservación de Castilla-La Mancha
María del Mar Sanz García. Museo de América
Isaac Sastre de Diego. Instituto del Patrimonio Cultural de España
Fernando Serrulla Rech. Instituto de Medicina Legal de Galicia
Cristina Villar Fernández. Instituto del Patrimonio Cultural de España
Consejo editorial del IPCE / IPCE editorial board
Elena Agromayor Navarrete
Ana Cabrera Lafuente
Soledad Díaz Martínez
Daniel Durán Romero
Guillermo Enríquez de Salamanca González
José Vicente Navarro Gascón
Belén Rodríguez Nuere
Ana Ros Togores
María Pía Timón Tiemblo
Cristina Villar Fernández

Coordinación de textos / Proofreading


Everyoneplus, S.A.
Héctor Tarancón Royo – Beca FormArte 2019 de Gestión Cultural en el Instituto del Patrimonio
Cultural de España

Traducción / Translation
Ubiqus Spain, S.L.U.

Maquetación / Layout
Lastura Ediciones

Fotografía de la cubierta / Front cover photography


Almacenaje de restos humanos óseos. / Human skeletal storage.
Fotografía: Departamento de Conservación-Restauración, Museos de Tenerife. / Photograph: Con-
servation Department of Archeological Museum of Tenerife.

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