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INDICE
Prologo
Introducción
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III.5.3. Las actuales tendencias migratorias (sur-norte); Las políticas
migratorias en los países desarrollados (migrantes del tercer mundo).
III.5.4. Deterioro ambiental y cambio climático.
Tendencias actuales en el escenario económico y político mundial.
IV.1. La crisis económica mundial presente desde el 2008.
IV.2. El orden político mundial y los nuevos conflictos y alianzas político-militares.
IV.3. Problemas actuales y perspectivas de la globalización.
Glosario
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PRÓLOGO
Para ello, y bajo la coordinación del autor de este Prólogo, los profesores de esa Academia
trabajaron a lo largo de más de diez meses –de mayo de 2015 a marzo de 2016– con
reuniones semanales, en las cuales se definió la estructura general del libro, así como la
extensión, la bibliografía de referencia, los contenidos básicos y la autoría de los distintos
capítulos, luego de lo cual se fueron presentando y discutiendo los avances de cada
capítulo, hasta llegar a la versión final que el lector tiene en su poder.
Por otra parte, en el tercer apartado del libro se analizan los ámbitos no directamente
económicos de la globalización, para lo cual se revisa lo referido al orden político-militar,
a la revolución científico-tecnológica, a las comunicaciones, cultura y educación, a los
cambios ocurridos en la actividad de los Estados y a los impactos sociales que el
desenvolvimiento de la globalización ha venido arrojando en aspectos tales como la
pobreza, las migraciones y el deterioro ambiental.
Además de esos dos apartados, que en conjunto constituyen lo principal del libro, se han
incluido un apartado inicial y otro final. En el apartado inicial, se describen las principales
tendencias económicas y político-militares que estaban presentes hasta los años setenta
del siglo pasado, y por tanto en el periodo inmediato previo a la globalización; y, en el
cuarto y último apartado del libro, se identifica para el periodo más reciente lo que ha
venido ocurriendo con la globalización, con énfasis en la actual crisis económica mundial,
en los cambios del orden político militar y en algunos de los restantes problemas que hoy
caracterizan al proceso globalizador
Según consideramos, el libro que ha resultado del esfuerzo colectivo de los profesores de
la Academia de Economía y Sociedad Mexicana, responde plenamente a la necesidad de
contar con un material básico de referencia para los alumnos de la materia La
Globalización y sus tendencias económicas y políticas, en el cual los distintos temas se
presentan de manera entendible y articulada, con una extensión y profundidad adecuada,
sirviendo así de guía para el aprendizaje. A ello, por una parte se agrega que el esfuerzo
de discusión detenida de los capítulos del libro durante los meses ocupados en su
elaboración, con seguridad ha fortalecido el manejo de los distintos temas por parte de
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los docentes y, por la otra, que el trabajo desplegado permite una identificación y
tratamiento actualizados de los temas abordados, atendiendo de ese modo a la necesidad
de que a través de la materia –y del uso en ella del presente material– los alumnos
efectivamente accedan a un panorama de las principales tendencias y problemas que
caracterizan a la sociedad contemporánea.
Jaime Estay
Profesor-Investigador de la
Facultad de Economía-BUAP
Abril de 2016
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CAPÍTULO I
PRESENTACIÓN
La prosperidad económica global duró de 1950 a 1970, periodo conocido como el plan
global; dicho plan fue diseñado por los Estados Unidos para controlar la economía
mundial mediante la exportación de sus excedentes de capital a los países protegidos en
forma de inversiones directas, pero al iniciar la década de los setenta se hace evidente, el
declive económico mundial y en 1971 el presidente norteamericano Richard Nixon
anuncia el abandono de la convertibilidad del dólar por el oro, poniendo fin al sistema de
tipos de cambio fijo y dando paso al cambio flexible, consecuencia de la nueva crisis.
Por último, analizaremos la guerra fría y el papel político militar de Estados Unidos, en
el escenario de un mundo bipolar: por un lado, el bloque capitalista liderado por Estados
Unidos; y, por el otro, la Unión Soviética liderando a los países socialistas europeos.
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Durante el periodo de auge Estados Unidos, Alemania y Japón fueron los países que más
dinamizaron la economía mundial, sustentando su crecimiento económico mediante el
gasto público, el control salarial y la represión a los movimientos laborales. A partir de
1980, las políticas económicas de corte keynesiano fueron sustituidas por políticas
restrictivas neoliberales.
Algunos de los antecedentes del comportamiento económico del periodo son la crisis
1929-1933 y la segunda guerra mundial. Estados Unidos salió favorecido por la primera
guerra mundial convirtiéndose en proveedor de materias primas, productos alimenticios
e industriales, así como en el principal acreedor del mundo, desarrollando su liderazgo en
Europa, lo que hizo posible el boom económico hasta mediados de los años veinte,
mediante la implantación del fordismo y el taylorismo1 como sistemas de producción y
dirección modernos.
En 1932 se cerraron masivamente las fábricas por no poder pagar sus cuentas, no poder
abastecerse de materias primas y no poder pagar los salarios de sus trabajadores; por otro
lado, el sector financiero también entró en picada: de los 23000 bancos estadounidense,
5000 quebraron, haciendo perder sus ahorros amillones de ciudadanos. Como resultado
de todo ello, se llegó a 40 millones de desempleados en todo el mundo y los empleos
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El fordismo es un sistema de producción industrial en serie, caracterizado por el incremento en la división
del trabajo, y el taylorismo se centró en el desarrollo el control de tiempos y movimientos, la especialización
y tecnificación del obrero con el objetivo de maximizar la eficiencia de la mano de obra y disminuir los
costos de producción y aumentar la competencia.
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existentes eran contratos de tiempo parcial y con salarios precarios, incrementándose la
mendicidad y las enfermedades. (López, 2009: 10)
Durante la década de los treinta, los partidos socialdemócratas replantearon sus principios
políticos e ideológicos, triunfando el comunismo Soviético. Después de que los países
europeos abandonaron el patrón oro, en plena guerra mundial, en 1944, 730 delegados se
reunieron en la ciudad de Bretton Woods, en New Hampshire, para ultimar los
lineamientos para el nuevo orden internacional de la posguerra y la reconstrucción de las
economías devastadas en Europa (Varoufakis: 2012). Al finalizar la guerra el mundo se
polarizaría por un lado el bloque socialista liderado por la Unión Soviética y por el otro
el bloque capitalista bajo la dirección de Estados Unidos (EE.UU.).
Una visión global dela primera mitad del siglo veinte, abarca tanto al deterioro
multidimensional a los años 30s, como a la recuperación posterior a la gran depresión,
cuando la economía estadunidense se acelera fuertemente, consecuencia de la utilización
de las reservas de tecnología no utilizadas en la década de los 1920 y la generación de
nueva tecnología, lo que llevó a la destrucción de capital obsoleto, acompañado del
rearme europeo que formó parte de los preparativos para la guerra. Entre 1940 y 1945 el
beneficio del sector privado alcanzó 50 por ciento en promedio, superior al de 1929 y un
60 a 70 por ciento más alto que la media del periodo 1900 – 1929. (Brenner, 2009: 169)
Entre 1938y 1950 en Estados Unidos el crecimiento dela tasa media anual de la inversión
bruta en el sector industrial alcanzó el 11 por ciento, en virtud de que fue la única de las
economías desarrolladas que no sufrió destrucción alguna en la guerra, y en dicho país la
producción por hora aumentó a una tasa media anual de 5.5 por ciento durante 1946-1950.
También en Estados Unidos, durante 1945-1949 las exportaciones alcanzaron un
promedio anual de 12 mil 500 millones de dólares, dos veces y media el nivel de 1929 y
el triple de 1940 (Brenner, 2009: 170) y durante 1945-1950 el sector de la construcción,
con inversión del sector privado, dinamizó la economía con el desarrollo de zonas de
vivienda popular y centros comerciales. (Falck, 2000: 2)
Entre 1950 y 1960 la tasa media anual de incremento de la producción japonesa fue del
16 por ciento y un crecimiento del 10 por ciento del PIB. El milagro japonés estuvo
impulsado por una fuerte innovación tecnológica en los sectores con inversión intensiva
de capital como la industria del acero, petroquímica y maquinaria pesada, apoyada por
políticas institucionales como créditos baratos, bajos niveles de riesgo para el inversor,
alto proteccionismo de la competencia externa, bajos costos salariales y amplia
construcción de infraestructura (Brenner, 2009: 216). A ello se agregó la reestructuración
administrativa, con la nueva modalidad gerencial del justo a tiempo y los círculos de
calidad como sustentos de la nueva administración y planeación estratégica que se logró
por la cultura de la disciplina de los trabajadores japoneses.
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Entre 1965 y 1973 finalizó el auge estadounidense y la tasa de beneficio de su sector
industrial cayó en 40.9 por ciento y un 29.3 por ciento en el conjunto del sector privado,
disminuyendo la productividad. El declive de la productividad fue consecuencia de la
incapacidad de los industriales para valorizar sus inversiones, debido al incremento de la
competencia extranjera con productos de menor costo que imponían sus competidores
japoneses y alemanes, lo que provocó una cuenta corriente deficitaria para Estados
Unidos y un superávit sin precedente para Alemania y Japón. (Brenner, 2009: 234)
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Tasas anuales de crecimiento
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-5
Fuente: Elaboración propia con datos de Madisoon (2006), Economistshelp (2014), TreasuryDirect (2013)
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El Estado de bienestar se entiende como la intervención del Estado a través del gasto público con
finalidades sociales y redistributivas mediante subsidios al desempleo o vejez, derecho al servicio de salud
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a los capitalistas para innovar y realizar nuevas inversiones, lo cual fue evidente en las
economías alemana y japonesa. En Estados Unidos la economía creció a un ritmo menor
que en esos países a pesar de tener una demanda subsidiada mediante el déficit público y
el decremento salarial, lo que impulso este breve crecimiento de la productividad en 1960
apoyado sobre la intensificación del trabajo. (Brenner, 2009: 225)
Entre 1946 y 1947, el general Douglas Mac Arthur, representante del SCAP, junto con
los gobiernos japoneses, acuerdan el control político laboral mediante represiones a los
movimientos obreros y a finales de 1948, las autoridades de ocupación tanto en Japón
como en Alemania, impusieron el plan Dodge, cuyo propósito era destruir los
movimientos obreros arrebatándoles todas sus conquistas logradas con anterioridad. En
1949 se impusieron nuevos contratos de trabajo, se eliminaron a los líderes sindicales
comunistas y se sustituyó el Congreso de Sindicatos Industriales de todo Japón por un
Consejo General de los sindicatos de Japón. Los resultados fueron el despido de 750,000
trabajadores y un total de más de 4 millones de personas desempleadas (Brenner, 2009:
208). Según Madisson (2006a: 134) el desempleo en promedio entre 1950 y 1973 fue de
universal, así como el derecho a la educación pública para todos los ciudadanos y la provisión de una
vivienda, alimentación y otros servicios asistenciales gratuitos que ofrezcan bienestar social.
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1.6 por ciento de la población y según Brenner (2009: 414) de 1969 a 1979 fue de 1.7 por
ciento.
Entre 1949 y 1950, la tasa de desempleo en Estados Unidos era de 5.6 por ciento, y entre
1951 a 1953 se redujo al 3 por ciento como consecuencia de haber iniciado la Guerra de
Corea, además de que en que en estos años aumento el porcentaje de sindicalizados y se
logró que los incrementos salariales se ajustaran al mínimo incremento de rentabilidad,
haciendo disminuir los beneficios y aumentando la pérdida de competitividad.
Durante los años 50 y 60 la organización sindical tuvo significativas derrotas, sus triunfos
laborales disminuyeron de 73.5 por ciento entre 1950-1955 al 56 por ciento entre 1960-
1965. La lucha de clases se agudizó, y entre 1958-1965 los patrones triunfaron sobre los
movimientos obreros y los salarios reales cayeron en un 40 por ciento, a pesar de que la
aceleración económica redujo de manera importante el desempleo, pero los despidos
ilegales fueron en aumento. Entre 1950-1973 el desempleo en Estados Unidos registro un
4.6 por ciento (Madisson, 2006a: 134) y entre 1969 y 1979, la tasa de desempleo fue de
6.2 por ciento (Brenner, 2009: 414), aunque los salarios reales se incrementaron en un
promedio de un 2.6 por ciento, lo que significó un aumento de la productividad y
beneficio empresarial. (Brenner, 2009: 175-187)
En Alemania el aumento de los salarios era muy lento debido a la relación entren
sindicatos y patrones. Los patrones estaban organizados apoyados por la Ley
Constitucional del Trabajo, esto les permitía contener los incrementos salariales y reducir
la influencia obrera en las negociaciones salariales. Entre 1951 y 1955 el nivel de
sindicalización cayó de 36 a 32 por ciento. En la década de 1960, el desempleo estaba por
debajo del 1 por ciento y los sindicatos lejos de aprovechar su capacidad de negociación
cedieron a las presiones patronales; hasta 1958 solo se había producido una huelga por
año tendiendo a desaparecer a finales de 1960. El desempleo registrado en Alemania entre
1950 y 1973 fue de 2.5 por ciento y durante el periodo de 1969 a 1979 fue de 2.1 por
ciento (Brenner, 2009: 202, 414) y el incremento de los salarios reales de 5.7 por ciento
en promedio (Madisson, 2006a: 134). El movimiento obrero alemán cedió
voluntariamente un modelo de sensibilidad a los requerimientos de rentabilidad del
capital. (Brenner, 2009: 102)
Las políticas económicas instrumentadas en Estados Unidos, Alemania y Japón desde los
años 40 se movieron en el marco del keynesianismo, el cual aparece durante la crisis de
1929 para dar respuesta a los problemas de la deflación, el alto desempleo y la reducción
de salarios, proponiendo una alta participación del gobierno a través del gasto público en
busca del pleno empleo aún con inflación. La preocupación de Keynes 4 era la caída de la
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Es la ley federal del Trabajo de Estados Unidos que además de fijar las bases que determinan los derechos
de los trabajadores a sindicalizarse en el sector privado, también invalidó la mayor parte de las leyes locales
y estatales que pretendieran regular esta área y cedió a los patrones el derecho a regular el salario.
4Si el gobierno incrementa el gasto público en periodos de recesión, el Estado incurrirá en déficit, pero la
demanda agregada crece incrementándose también el nivel de empleo, estimulando al mismo tiempo la
inversión. (Ornelas. 2010 :329)
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demanda efectiva5 y la reducción de la inversión, ante lo cual la inflación pasaba a
segundo plano y el objetivo principal era el pleno empleo.
Entre 1971 y 1973, Japón experimenta la crisis más severa del capitalismo de los países
avanzados, generada por la crisis del petróleo y la revaluación del yen, por lo que el
gobierno japonés opta por restringir el crédito para paliar la crisis del embargo petrolero
y el empleo industrial se reduce en 12 por ciento durante 1975, cayendo el salario real en
2.8 por ciento. Entre 1975-1979 se dio un aumento de la productividad debido a “una
dedicación de los trabajadores más eficiente e intensiva, las empresas dejaron de sustituir
personal jubilado, redujeron las horas extraordinarias, remplazaron los varones por mano
de obra femenina peor pagada” (Brenner, 2009: 325). También se implementaron los
círculos de calidad y el justo a tiempo, como una nueva forma de organización gerencial
para facilitar la aceleración de la producción y la competencia.
Otro importante elemento que se debe tener presente, es que, al finalizar la segunda
guerra, Estados Unidos se convierte en la potencia hegemónica mundial a nivel militar,
económica y política. En lo económico, la hegemonía comercial, industrial y financiera
se sustentaba en las nuevas funciones del dólar y la creación de los nuevos organismos
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La demanda efectiva, es el consumo de un país durante un tiempo determinado (un año), que es igual a la
demanda total de bienes de consumo, la demanda de bienes de inversión, la demanda del sector público y
la demanda neta de bienes del exterior (exportaciones menos importaciones).
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El círculo virtuoso empieza con el crecimiento de la productividad que propulsó al crecimiento salarial,
lo que hace crecer la demanda generando el pleno empleo y como consecuencia el crecimiento de la
inversión, lo que a su vez impulsa nuevamente el crecimiento de la producción. (Palley, 2011: 247). Este
modelo se aplicó en varios países del mundo, entre ellos Estados unidos, Alemania y Japón.
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El “nuevo trato”, es la política intervencionista del Estado, implementada por el presidente Roosevelt para
paliar los efectos de la gran depresión en Estados Unidos, cuyo objetivo era apoyar a los grupos sociales
más pobres de la población, reformar los mercados financieros y reanimar la economía afectada por el
desempleo y quiebras en cadena por el crack de 1929.
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internacionales, así como en el desarrollo tecnológico y el uso de los nuevos
conocimientos en la industria de bienes. A partir de la década de los setenta con la
constitución de los tres grandes bloques económicos en el mundo “(el de América del
Norte, liderado por EE.UU.; la Unión Europea, con liderazgo de Alemania y Francia; el
bloque del Sudeste asiático, con fuerte presencia de Japón y China, pero sin integración
institucional), comparte la hegemonía económica. La hegemonía financiera que empezó
a retroceder en los sesenta se retoma en los ochenta, con el dólar fuerte y la liberalización
de los mercados financieros mundiales, bajo la influencia del FMI y los intereses de
EE.UU. Así, EE.UU. es el principal beneficiario de la liberalización financiera y es el
mayor receptor de capitales desde 1980; y en la industria armamentista mantiene su
hegemonía hasta la actualidad”. (Couriel, 2004: 168)
Estados Unidos, durante la guerra fría, se caracterizó por ser el líder del bloque capitalista
encabezando el objetivo de frenar o de ser posible derrocar al comunismo, y de esta
manera mantener libre el proceso de la acumulación internacional del capital y controlar
al grupo del tercer mundo, grupo que sería disputado por Estados Unidos y por la URSS,
ya que el mundo se había divido en primer mundo representado por los Estados Unidos,
el segundo mundo dirigido por la Unión Soviética y el tercer mundo por todos los países
que no integraban ninguno de los bloques y que económicamente tenían cierto grado de
dependencia con respecto a las grandes potencias. (Zurita, 2007)
Estados Unidos mantenía un dominio sobre los restantes países desarrollados, incluidos
tanto Alemania y Japón -que estaban intervenidos por Estados Unidos- como el resto de
Europa, debilitada por la guerra, la cual dependía de los dólares y de las importaciones
norteamericanas (Gowan, 2003: 57). Por ello Estados Unidos se convirtió en el protector
de los países aliados, incapaces de defenderse de una invasión comunista 8, al menos hasta
que duró el plan Marshall, 1951, para dar paso a la segunda fase del plan americano, que
8Para Hobsbawm la guerra fría era una guerra ideológica (1997: 5), en este contexto se era capitalista o
comunista, los países del tercer mundo pertenecían o estaban dentro de algún bloque, pasando a ser países
periféricos o colonias de cualquier bando (Zurita: 2007a).
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sería el proceso de integración comercial e industrial europea, que serían las premisas que
darían origen a la Unión Europea.
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La demanda agregada la podemos definir como la suma de los gastos planeados de un país en bienes y
servicios que los consumidores, las empresas y el Estado están dispuestos a comprar a un de precio
determinado durante un periodo determinado.
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I.1.2. El orden internacional de posguerra: los acuerdos de Bretton Woods y ruptura
(1970 en adelante).
En Julio de 1944, un año antes de que terminara la Segunda Guerra mundial, se reunieron
delegados de 44 países en la ciudad de Bretton Woods, New Hampshire, en donde
debatieron en torno a las características de las medidas y de las instituciones que regularan
el nuevo orden monetario global de la postguerra.
Los delegados enviados “por orden del presidente Roosevelt, cuya administración del
New Deal estaba decidida a ganar la paz, después de haber perdido la guerra contra la
gran depresión. La lección que los partidarios del New Deal habían aprendido era que el
capitalismo no se puede dirigir de manera efectiva a un nivel nacional”. (Varoufakis,
2012: 91)
Eran 2 aspectos de acuerdo a Varoufakis, los que fueron esenciales para la conferencia:
El diseño del sistema monetario de postguerra y la reconstrucción de las economías de
Europa y Japón, destrozadas por la guerra, que sin embargo, para el autor en referencia,
la verdadera cuestión radicaba en quien controlaría este marco institucional que se
derivara de Bretton Woods.
Por su parte “los Estados Unidos, para crear la confianza necesaria en el sistema
internacional, se comprometía a vincular el dólar al oro al tipo de cambio fijo de 35
dólares por onza de oro y a garantizar la completa conversión a oro a cualquier persona,
americana o no, que quisiera cambiar sus dólares por oro”. (Varoufakis, 2012: 93)
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• Como fuente crediticia, orientada a proporcionar asistencia financiera a los países
miembros para solucionar problemas de balanza de pagos.
• Como consultor y asesor para la discusión de los problemas monetarios
internacionales.
A la etapa posterior a los acuerdos de Bretton Woods, algunos autores como Eric
Hobsbawm lo denominaron como “los años dorados”:
“Para los Estados Unidos, que dominaron la economía mundial tras el fin de la
segunda guerra mundial, […] apenas supuso la prolongación de la expansión de los
años de la guerra, que fueron de una benevolencia excepcional para con el país: no
sufrieron daño alguno, su PNB aumentó en dos tercios y acabaron la guerra con casi
dos tercios de la producción industrial del mundo.
“La recuperación tras la guerra era la prioridad absoluta de los países europeos y de
Japón, y en los primeros años posteriores a 1945 midieron su éxito simplemente por
la proximidad a objetivos fijados con el pasado, y no el futuro, como referente. En
los estados no comunistas la recuperación también representaba la superación del
miedo a la revolución social y al avance comunista”. (Hobsbawm, 1998: 261)
A esta etapa de prosperidad de la postguerra, Varoufakis la ha llamado “la era del Plan
Global”, que permitieron una etapa de crecimiento económico global, bajo la hegemonía
de los Estados Unidos, aunque con un circuito monetario diseñado por Estados Unidos,
que de acuerdo al autor el incremento de la actividad comercial se traducía en una mayor
necesidad de contar con dólares ¿Cómo se puede asegurar un cambio en oro si cada vez
hay más dólares en circulación?
“El plan global duró de 1950 hasta 1971, se reducía a una idea: un sistema de tipos
de cambio fijos que vinculaban las economías capitalistas, completado con un tipo
particular de mecanismos global de reciclaje de los excedentes, que garantizaba la
inmunidad del sistema frente a fuerzas centrifugas que, de otra forma lo harían
trizas.
“La idea era que los Estados Unidos retendrían su gran superávit comercial de
postguerra, pero a cambio exportarían sus excedentes de capital (o beneficios) a sus
protegidos en forma de inversiones indirectas, apoyos o asistencias y
permitiéndoles poder seguir comprando los productos americanos”. (Varoufakis,
2012: 122)
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signos de crisis. Se percibió en la mitad de la década de los sesenta que el largo periodo
de desarrollo de las fuerzas productivas estaba a punto de agotarse. Todos los países
capitalistas desarrollados se encontraban en una onda de crecimiento sin precedente, que
a partir de la segunda mitad de la década de los sesenta mostraría el agotamiento de las
fuerzas que le dieron impulso y difusión.
Pronto EE.UU., notó que, debido al estatus de liderazgo del dólar, podían imprimir tantos
billetes como querían, y hacen uso abundante de ese privilegio, cayendo en un déficit en
su rendimiento económico.
Estados Unidos venía registrando, a partir de la segunda mitad de los sesenta, problemas
para sostener equilibrada su balanza de pagos; los gobiernos de otros países percibían que
el dólar ya no representaba una moneda sólida y reclamaban el pago en oro. La tasa de
inflación se duplicaba en relación con la primera mitad de la década, se incrementaba el
déficit fiscal, se presentaban conflictos sociales, se alargaba el crecimiento del producto
con políticas expansivas y de crédito privado, llegaba a su punto máximo la tasa de
ganancia y se mostraba debilidad en la productividad del trabajo.
Estados Unidos no fue el primer país que presentó problemas con su moneda, pero sí
quien provocó los mayores estragos en el resto de los países cuando la devaluó. Se había
roto completamente uno de los principios básicos del sistema de Bretton Woods, la
estabilidad monetaria internacional; no era posible seguir con el sistema de tipos de
cambio fijo, ahora, la inestabilidad provocaría mayor crisis, que se retroalimentaría, hasta
llegar a la comprensión del fenómeno y la adopción de medidas efectivas para
solucionarla.
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de la década de los setenta, la inflación. El objetivo fue acabarla con mecanismos
monetarios y fiscales a corto plazo; pero, posteriormente, se percibió que la inflación y
los desequilibrios mundiales eran expresiones del agotamiento de estructuras económicas.
La segunda guerra mundial culmina con la derrota del fascismo alemán, los países
vencedores conforman dos bloques dirigidos por las URSS y los Estados Unidos,
iniciando un periodo, caracterizado por la confrontación entre las dos superpotencias, que
se ha llamado “guerra fría”. El presente apartado analiza este periodo de la historia
mundial, las acciones militares, económicas y políticas de las superpotencias y tres
escenarios de conflicto regional que pudieron ser detonantes de una nueva guerra
mundial.
Desde la invasión alemana en 1941, la URSS había soportado todo el peso de la guerra
contra el ejército alemán, cuatro años más tarde, después de grandes sacrificios y casi 20
millones de muertos, los soviéticos habían expulsado a los alemanes del territorio ruso,
más tarde los desplazaron de los países de Europa Central y los Balcanes, para finalmente
en una ofensiva fulminante, lograr la derrota militar de Alemania.
El ejército rojo había llegado a la capital del Tercer Reich, antes que las tropas de Estados
Unidos, Gran Bretaña, Francia y otros países aliados, las cuales con la invasión de
Normandía en junio de 1944 se habían propuesto la derrota total alemana.
Desde antes de que culminará la guerra, y ante la cada vez más probable derrota de
Alemania, en las conferencias de Teherán (diciembre de 1943) y Yalta (febrero de 1945)
se reunieron los “tres grandes”-Franklin D. Roosevelt, Joseph Stalin y Winston Churchill,
líderes de EE.UU., la URSS y Gran Bretaña respectivamente-, con la finalidad de regular
la suerte del mundo al terminar la guerra, en un ambiente de distensión. Sin embargo, ya
para la siguiente Conferencia, realizada en Potsdam (julio 1945), en la que Harry Truman
se incorpora tras la muerte de Roosevelt, se percibe un ambiente de desconfianza y
confrontación.
El bloque unificado aliado contra las potencias del eje, devino un mundo bipolar: “desde
el verano de 1945, la degradación de las relaciones entre los antiguos aliados no cesó, la
victoria había hecho desaparecer el único lazo que los unía (la derrota militar de
Alemania). A partir de entonces todo oponía a los Estados Unidos y a la Unión Soviética,
que se habían convertido en las potencias dominantes en términos de economía, de
organización militar e ideología”. (Aracil, Oliver y Segura 1995: 22 y 23)
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Se iniciaba un periodo, caracterizado por la confrontación entre las dos superpotencias,
que se ha llamado “guerra fría”
En palabras de Aracil, Oliver y Segura: “Los nuevos grandes, los verdaderos vencedores
fueron los Estados Unidos y la Rusia soviética, En 1945, su supremacía se medía por la
presencia de sus tropas por todo el globo. Los norteamericanos estaban en todas partes,
tanto en Europa como en Asia; los rusos en Europa Oriental y en el extremo Oriente. Para
un gran número de habitantes del planeta, Norteamérica y la Unión soviética se
convirtieron en modelos”. (Aracil et al, 1995: 22)
La aprobación del Plan Marshall, por parte del Congreso norteamericano, fue en abril de
1948. Ese mismo mes se creó la OECE (Organización Europea de Cooperación
Económica), para repartir y concretar la ayuda.
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Se calcula que en total el Plan supuso una ayuda de 13.000 millones de dólares entre 1947
y 1952. El éxito del plan fue esencial para la recuperación económica y el asentamiento
de los regímenes de los países de Europa Occidental bajo la influencia de los EE.UU. Así
como para detener la “amenaza comunista” en países como Italia, Grecia, y Francia, entre
otros.
Sin embargo, dicho plan fue financiado por fondos de dólares que no contaban con
respaldo en oro, lo que empujó a la multiplicación de los dólares en circulación en la
economía internacional.
Desde la parte opuesta, dentro del bloque socialista los planes quinquenales y el Consejo
de Ayuda Mutua Económica (CAME) fueron sin duda el primer intento de planificación
económica a nivel mundial. En lo que respecta a los planes quinquenales, en los años 20
el gobierno soviético, tras sortear un periodo inicial de grandes dificultades, fue
definiendo planes con duración de cinco años cada uno, los cuales llegaron a ser la
insignia de la burocracia soviética, ayudando al desarrollo rápido de la industria, y en
especial de la industria pesada.
En lo que respecta a la OTAN, ella atravesó varias fases. En 1947, franceses y británicos
habían firmado el Tratado de Dunquerque teniendo aún como objetivo mantener un
control sobre Alemania. En marzo 1948, bajo la tutela norteamericana, Francia, Gran
Bretaña firman el Tratado de Bruselas, con el cual nace la Unión Europea Occidental, y
que estaba ya claramente dirigido contra la amenaza soviética.
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Durante los años de 1947 y 1948, se da la división de Alemania. La parte occidental queda
bajo influencia de EE.UU. y sus aliados, creándose la República Federal de Alemania, en
tanto que en los territorios alemanes ocupados por la Unión Soviética se crean los
cimientos de lo que será la República Democrática Alemana, constituida formalmente en
1949. Este proceso de separación de Alemania, constituye el primer episodio de grave
tensión entre las dos potencias hegemónicas. Ambas potencias violan los acuerdos de
Postdam, de coexistencia pacífica y de reparto de Alemania entre los vencedores. Los dos
grandes bloques comienzan a formarse.
Los objetivos del pacto de Varsovia eran: la modernización de las Fuerzas Armadas de
los miembros, a través de la ayuda soviética; la realización de maniobras comunes; la
integración de los dispositivos de defensa aérea de los países de la Europa oriental con el
de la URSS; y, un sistema común de entrenamiento de las Fuerzas militares de los países
del Pacto y "planes comunes de acción coordinada".
Desde mediados de la década de 1950 hasta la de 1980, dos fueron los órganos que
ejecutaron las funciones del Pacto de Varsovia: el Comité Político Consultivo y el Mando
Unificado de las Fuerzas Armadas, ambos con sede en Moscú. Según los términos del
22
tratado, el Comité Político Consultivo coordinaba todas las actividades, excepto las
puramente militares, y el Mando Unificado de las Fuerzas Armadas ejercía la dirección
sobre las tropas asignadas al Pacto por los estados miembros.
A pesar de que el Pacto de Varsovia fue oficialmente renovado en 1985 para otros veinte
años, la transformación política de la Europa Oriental, a fines de la década de 1980,
debilitó profundamente a la organización. La URSS inició la evacuación de sus tropas
asentadas en otros países del Pacto de Varsovia y la República Democrática Alemana
abandonó la alianza para unirse a la República Federal de Alemania, en octubre de 1990.
Todas las funciones militares conjuntas cesaron a finales de marzo de 1991, y en julio los
dirigentes de los seis países miembros restantes acordaron la disolución de la alianza.
La Guerra Fría no estuvo exenta de conflictos casi directos entre los dos bloques, en
particular entre las dos superpotencias (EE.UU. y la URSS). De esos conflictos, interesa
destacar los tres más relevantes: la guerra de Corea, la crisis de los misiles y la guerra de
Vietnam.
Al otro lado de la península de Corea, Mao Zedong proclama la República popular China,
tras décadas de guerra civil, instaurando el 1 de octubre de 1949 un régimen de tipo
comunista. La URSS reconoció de inmediato al nuevo gobierno de Pekín como único
representante legítimo de China, con lo que se reforzaba enormemente el bloque socialista
23
a nivel mundial. Este acontecimiento fundamental en la historia del siglo XX, por el hecho
de compartir una frontera con la nueva potencia mundial, le proporcionó una enorme
cobertura a Corea del Norte.
El 25 de junio de 1950, el ejército de Corea del Norte invade Corea del Sur, en un avance
fulminante que le permitió ocupar Seúl, la capital, en apenas tres días. El Norte era, en
ese momento un país más industrializado que el Sur, que vivía de la agricultura y tenía
un retraso económico considerable con relación a su vecino. Desde el punto de vista
militar, Corea del Norte, respaldada por la URSS y China, tenía una supremacía militar
para afrontar un conflicto que se preveía de escasa duración y de baja intensidad.
Súbitamente, Corea se convirtió en el frente más grave e importante de la guerra fría, ya
que el bloque socialista confiado por la reacción de aparente resignación, con la que EE.
UU., tomó la “pérdida de China” ante el triunfo comunista de Mao Zedong unos meses
antes, y previendo además una victoria rápida que habría de ser presentada al mundo
como un hecho consumado, no se esperaba una vigorosa respuesta estadounidense como
la que se presentó.
EE.UU. y aliados mandaron sus mejores tropas al mando del general MacArthur, que
ocuparon en pocos días toda la península de Corea; el conflicto se agravó con la presencia
militar de millones de “voluntarios chinos”, que recuperaron nuevamente el territorio
perdido por el norte, convirtiendo la confrontación en una guerra brutal. MacArthur
propuso el uso de bombas nucleares contra China, siendo destituido de inmediato por el
presidente Truman, lo cual suavizó un poco la situación en los frentes de batalla,
estancándose el conflicto alrededor del paralelo 38, que marca la frontera originaria de
las dos Coreas. Durante largos meses se realizaron complejas negociaciones, que no
llegaron a ningún acuerdo en concreto. Los planes de los estadounidenses de sumar
fuertes contingentes procedentes de Europa y el Sudeste Asiático para iniciar una nueva
ofensiva, se frenaron ante la decisión de la Unión Soviética (que ya contaba con bombas
nucleares) de participar en el conflicto lo que pudo iniciar la tercera guerra mundial.
En Julio de 1953, las partes firmaron un armisticio, que hasta el día de hoy no ha sido
refrendado en un plan de paz.
Tras un breve periodo de distención y cordialidad, las relaciones entre EE.UU. y la Cuba
revolucionaria se enfriaron cuando Castro inició medidas radicales como el reparto de los
latifundios a los campesinos, la clausura de los casinos en la Habana y la nacionalización
24
de empresas. En 1960, el presidente Eisenhower eliminó las favorables cuotas de
importación del azúcar cubano, pensando que esta drástica acción motivaría al gobierno
de Castro a modificar su política socialista, ya que la estructura económica cubana se
basaba en el monocultivo del azúcar.
Lo que siguió fue un estrechamiento en las relaciones políticas y económicas entre Cuba
y la URSS, que se comprometía a adquirir una buena parte de la producción azucarera de
la isla, a precios mayores a los del mercado internacional, y a suministrarle el petróleo
necesario.
A partir de ese momento, el mundo asistió a la crisis más aguda de la guerra fría, al borde
del enfrentamiento nuclear; las dos superpotencias se enfrentaban. Kennedy declaró un
cerco naval y comercial a la isla y la situación se tensó cuando la flota naval
estadounidense se puso en posición de combate ante los barcos soviéticos que viajaban
hacia Cuba, obligándolos a retroceder; el presidente del Consejo de ministros de la URSS,
Nikita Khrushchev, declaró con firmeza que “la Unión Soviética no reconocía derecho a
los norteamericanos para establecer un cerco naval alrededor de Cuba y veía al bloqueo
como una agresión, por lo que advirtió que los barcos soviéticos no tenían por qué
respetarlo”. (Linares, 2009: 98)
Días más tarde el mundo vivió horas de pánico cuando un avión estadounidense
supersónico U2, en labores de espionaje, fue derribado en la isla, por un misil soviético.
Las fuerzas armadas de EE.UU., fueron declaradas en una situación de alerta máxima.
25
Khrushchev contribuyó a la distención, al enviar una carta a Kennedy, proponiéndole el
desmantelamiento de las bases soviética de misiles nucleares en Cuba, a cambio de la
garantía de que Estados Unidos no invadiría a Cuba ni apoyaría operaciones con ese fin.
Más tarde, los norteamericanos adoptaron una ley que estableció la prohibición a las
empresas norteamericanas de comercializar con Cuba, bloqueo que continua hasta la
fecha. Sin embargo, el régimen de Castro logró consolidarse e integrarse al bloque
socialista, ante la promesa del presidente estadounidense de no intervenir militarmente en
Cuba.
Tras los acuerdos de Ginebra en 1954, la península de Vietnam quedó dividida en cuatro
naciones, Laos, Camboya y Vietnam separado en dos territorios. El norte de Vietnam
sería una zona para la reagrupación del Viet Minh, y el sur sería una zona bajo influencia
de EE. UU., en la que colocaron al emperador Bao en el poder, que un año más tarde fue
reemplazado mediante un golpe de Estado encabezado por el general NgoDinh Diem.
26
A finales de la década de los 50s, estalla la guerra civil en Vietnam del Sur, cuando el
FNL emprende la guerra de guerrillas contra objetivos militares del régimen de Diem,
apoyado desde el Norte a través de un entramado complejo de comunicaciones que se le
denominó la “ruta Ho Chi Minh”, a partir del cual recibía pertrechos y tropas.
Se iniciaba una guerra muy costosa y compleja, porque los Estados Unidos no se
proponían doblegar a Vietnam del Norte, ni ocupar militarmente su territorio, ya que no
tenían la menor intención de enfrentarse a la cada vez más poderosa China (con la que
Vietnam del Norte compartía una gran frontera), como había sucedido en la guerra de
Corea. Ésta era una guerra diferente, donde no existiría una capital o un territorio por
ocupar. Más bien, los estadounidenses querían demostrar a Vietnam del Norte y al
VietCong que no podían ganar la guerra, por las numerosas bajas que les infringirían; la
flota estadounidense bloquearía las rutas marítimas e intensificaría las acciones de sus
marines en territorio de Vietnam del Sur y contra la “ruta Ho Chi Minh” para cortar el
abastecimiento al VietCong.
El primer año de intervención, fue de victorias de los EE.UU. en casi todas las batallas,
gracias a su potencia de fuego y a su poder de abastecer a sus soldados por aire, sin sufrir
los numerosos ataques que tantas pérdidas les habían costado antes a los franceses, lo cual
les hizo pensar a los estadounidenses en una victoria rápida. Sin embargo, en los
siguientes dos años los guerrilleros del VietCong empezaron a llevar la iniciativa, y a
provocar cada vez más bajas a los estadounidenses; Westmoreland, el comandante en jefe
del ejército estadounidense, solicitaba cada vez más soldados, sin que las victorias se
presentaran.
27
Los guerrilleros del VietCong encontraban en sus aldeas su espacio vital de subsistencia,
moviéndose en ellas como un “pez en el agua”. Ante esa situación y para contrarrestar
esa influencia, los asesores estadounidenses crearon “aldeas estratégicas”, construyendo
miles de nuevos núcleos urbanos para desplazar a los habitantes, con el doble propósito
de controlar a la población y separarla de los guerrilleros, a los que alimentaban y
protegían. Este programa fracasó ante los abusos de los soldados del Sur, que se
enemistaron con la población al trasladarla por la fuerza.
Los estadounidenses y el ejército de Vietnam del Sur, luchaban tanto contra los
guerrilleros del FNL, como contra un ejército regular, el del Vietnam del Norte, que
contaba con la enorme ventaja de tener protegidas sus fronteras por una superpotencia,
China, además de contar con el apoyo militar y económico de otra, la URSS, lo que le
permitía destinar prácticamente todos sus recursos a realizar infiltraciones en el Sur. En
la guerra de Vietnam se utilizó el armamento más moderno en ambas partes beligerantes.
A principios de 1968, en la celebración del “Tet” (año nuevo vietnamita), casi todas las
capitales provinciales de Vietnam del Sur fueron atacadas, y muchas fueron tomadas por
el VietCong. Saigón (capital del Vietnam del Sur) estuvo sitiada, la embajada de Estados
Unidos fue atacada por un comando suicida, y la importante ciudad de Hué cayó en poder
de los rebeldes. La sorpresa fue total para los estadounidenses y el ejército de Vietnam
del Sur; con esta ofensiva, el Norte y el VietCong esperaban que la población del Sur
apoyara dicho levantamiento, hecho que no ocurrió. En unas semanas el territorio ganado
por los guerrilleros fue recuperado ante el poder aéreo de los norteamericanos.
Militarmente dicha ofensiva fue un fracaso, ya que cobró aproximadamente unos 50 mil
muertos para el VietCong, la gran mayoría asesinados una vez que se habían rendido. Sin
embargo, este hecho tuvo un alcance propagandístico mundial, ya que la opinión pública
en Estados Unidos y en el mundo se escandalizó ante los excesos de los soldados
norteamericanos contra la población civil.
Lyndon Johnson, renunció a competir por una reelección a mediados de ese año, relevó
al general Westmoreland y ordenó los primeros planes de retirada de las tropas. En 1969,
ya con la administración de Richard Nixon, se iniciaron negociaciones secretas con
Vietnam del Norte, y se retiraron paulatinamente las tropas norteamericanas de Vietnam.
La guerra se había empantanado, los costos tanto humanos, como políticos eran cada vez
más altos.
28
Finalmente, en enero de 1973 la delegación de Vietnam del Sur, la de Vietnam del Norte,
la estadounidense y la del Gobierno Provisional de la República de Vietnam del Sur
(FNL) firmaron los Acuerdos de paz de París, en los cuales se establecía la implantación
de un alto al fuego, el retiro de las tropas estadounidenses y la celebración de elecciones
en el Sur.
Vietnam del Sur se quedaba solo en la guerra, aunque contaba el apoyo financiero y
logístico de los EE.UU., Vietnam del Norte se preparó para la ofensiva final que
reunificaría al país, la cual se inició en 1974 cuando su ejército invadió el Sur; avanzó
lentamente al principio, pero para los inicios de 1975 su marcha era fulminante, ante la
desbandada del ejército del Sur, carente de moral y de espíritu de lucha.
Junto con la estampida del ejército del sur, una multitud despavorida huía hacia los puntos
por los cuales podía salir del país. Todo era el caos. Saigón, cayó en manos de las fuerzas
de Vietnam del Norte y simultáneamente el personal de la embajada de Estados Unidos
quemaba todos sus archivos, para posteriormente ser evacuados por los helicópteros
apostados en las azoteas del edificio. Así, Vietnam quedó unificado bajo el control del
régimen comunista del Norte y con ello concluyó uno de los episodios más significativos
de la guerra fría.
Durante las décadas de los setentas y ochentas persistió la guerra fría, aunque sin los
puntos álgidos que hemos descrito anteriormente, en los cuales las potencias mundiales
estuvieron cerca del enfrentamiento directo.
En 1985, al ascender de Mijaíl Gorbachov como líder de la URSS, echa a andar dos planes
que serán decisivos para el fin del bloque socialista: la perestroika (apertura económica)
y la glasnost (apertura política). Con ello, se estaba liberando a fuerzas muy poderosas,
que Gorbachov fue incapaz de controlar, lo que a la postre provocarían el derrumbe (por
sí mismo) de un imperio, con lo cual terminaba la guerra fría, al dejar de existir uno de
los dos protagonistas de esta guerra.
CAPÍTULO II
PRESENTACIÓN
Este capítulo inicia con un análisis sobre el contexto en el que se lleva a cabo el proceso
de globalización económica, analizando algunas conceptualizaciones y su avance, y trata
de dar a conocer cómo se desenvuelve la globalización y su vínculo con los patrones de
acumulación de capital y el neoliberalismo.
En uno de los apartados de este capítulo, se aborda la lucha por la hegemonía y los
cambios por el posicionamiento económico global, que implica la participación de las
grandes potencias económicas, en ese sentido, se aborda la hegemonía estadounidense en
el ámbito económico y su posición entre los países desarrollados.
29
Más adelante, se analiza la creciente presencia de las economías emergentes y el papel
que están teniendo en la economía global, donde los cambios se dan de manera eslabonada
y a una gran velocidad. También se analiza el comercio internacional, los cambios y las
negociaciones comerciales multilaterales, y el papel del GATT y de la OMC.
En el extremo opuesto para José María Vidal Villa, la globalización –que él denomina
mundialización– todavía no se ha concretado, ya que ella “representa la etapa final de la
culminación a escala planetaria del proceso de expansión capitalista” (Vidal, 1999).
Dicha expansión, se inició hace poco más de dos siglos, al crearse los primeros mercados
locales de empresas capitalistas en algunas ciudades de Europa, seguido de un segundo
momento donde se da la constitución de mercados interiores de cada Estado, nacional o
no; a la vez dice, que paralelo a esto, se da un proceso de expansión “exterior” del
capitalismo que origina el imperialismo.
30
Para Jan Aart Scholte, la globalización como fenómeno significativo aparece hasta la
primera mitad del S. XX, en tanto que el concepto “globalización” ha recorrido una larga
historia que describe así: “el adjetivo ‘global’ entra en circulación a finales del S.XVII,
empezando a querer decir a ‘escala global’. El verbo ‘globalize’ apareció en los años
cuarenta del siglo pasado, junto con el término ‘globalism’. La palabra ‘globalization’
emergió del idioma inglés en 1959 y entró en el diccionario dos años después. El concepto
de ‘globality’, como una condición, surgió en los ochenta del siglo pasado. El vocabulario
de la globalización se ha extendido a otras lenguas en las décadas pasadas. Entre los
muchos ejemplos existentes pueden citarse los términos lil ’alam en árabe, quanqiuhua
en chino, mondialisation en francés, globalizatsia en ruso y globalización en español”.
(Scholte, 2007: 18)
En este sentido, Scholte hace hincapié en que tanto las definiciones como los conceptos
que han prevalecido hasta ahora son redundantes y conducen a confusiones, que
empantanan el esclarecimiento de qué es la globalización, al grado de identificarla
erróneamente con aspectos como internacionalización, liberalización, universalización y
occidentalización, todos los cuales tienen como idea principal la supresión de
restricciones, la apertura de la economía, la homogeneización de patrones culturales y la
occidentalización como americanización, que destruye los patrones culturales pre-
existentes. En oposición a esas definiciones, él considera que la globalización desde una
perspectiva histórica se identifica con la extensión de las conexiones transplanetarias y
supra-territoriales entre la gente. Desde esta perspectiva, la globalización implica
reducciones en las barreras para generalizar a través del planeta los contactos sociales. La
gente es cada vez más capaz, en términos físicos, legales, lingüísticos, culturales y
psicológicos, de conectarse e implicarse con los demás, sean de donde sean.
Esa perspectiva histórica, toma en cuenta a la Tierra como un todo, donde la gente se
encuentra inmersa en el sistema social (sociedad total), que es cambiante según su devenir
histórico, contemplando no sólo un aspecto sino todos los aspectos -económico, político,
social, cultural, religioso, ecológico, filosófico- que modifican su ser, como globalización
a gran escala. El problema que se presenta es la resistencia para cambiar desde lo
establecido tradicionalmente hacia una nueva visión global.
La gente empieza a adquirir una conciencia global, que nada tiene que ver con los
conceptos de homogeneidad y universalidad arriba mencionados; el mundo sigue
31
marcando fronteras, de tal manera que la territorialidad sigue siendo importante en la
actualidad, impidiendo el comienzo de un globalismo que disminuya la desigualdad de
oportunidades que se derivan del carácter político (relaciones de poder) de la
globalización actual.
La complejidad de la globalización, no sólo tiene que ver con sus múltiples definiciones
sino también con los intereses que ella expresa y con los múltiples ámbitos en que ella se
desenvuelve. Así, por ejemplo, Boaventura de Sousa Santos, identifica cuatro tipos: por
una parte, los “localismos globalizados” y los “globalismos localizados”, que son las
formas retrogradas y conservadoras de la globalización; y, por otra parte, el
“cosmopolitismo” y la “herencia común de la humanidad”, que son las formas avanzadas
de la globalización (De Sousa, 2005: 275-277). Define esos cuatro tipos de globalización
de la siguiente manera:
Así también dicho autor destaca que la globalización es un fenómeno multifacético, cuyas
distintas dimensiones están relacionadas entre sí de modo complejo, arrojando
consecuencias diversas en esas distintas dimensiones.
En lo que respecta a sus consecuencias económicas, según De Sousa, en la década de los
ochentas, emerge una nueva división social del trabajo, basada en la globalización de la
producción por parte de las empresas multinacionales como actores principales de la
economía mundial y con los organismos internacionales jugando un papel central en la
imposición de políticas neoliberales; él sintetiza esa situación en los siguientes términos:
“La globalización económica es sostenida por el consenso económico neoliberal,
cuyas tres principales innovaciones institucionales son: las restricciones drásticas
a la regulación estatal de la economía; los nuevos derechos de propiedad
internacional para inversiones extranjeras, invenciones y creaciones susceptibles
de entrar dentro de la regulación de la propiedad intelectual; (…) y la subordinación
de los Estados nacionales a las agencias multilaterales tales como el Banco Mundial
(…), el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial del Comercio.
Dado el carácter general del consenso, los recursos que de él de desprendieron
fueron aplicados, algunas veces con extremo rigor (lo que he llamado el modo de
la jaula de hierro), otras veces con una cierta flexibilidad (el modo de la jaula de
32
goma). (…) Los países periféricos y semiperiféricos son los que están más sujetos
a las imposiciones del recetario neoliberal, una vez que éste es transformado por las
agencias financieras multilaterales en condiciones para la renegociación de la deuda
externa a través de los programas de ajuste estructural. Pero ante el creciente
predominio de la lógica financiera sobre la economía real, incluso los Estados
centrales, cuya deuda pública ha venido aumentando, se encuentran sujetos a las
decisiones de las agencias financieras de rating, esto es, de las empresas
internacionalmente acreditadas para evaluar la situación financiera de los Estados
y los consecuentes riesgos y oportunidades que ofrecen a los inversionistas
internacionales”. (De Sousa, 2005: 240-241)
En lo que se refiere a las consecuencias sociales, el impacto de las empresas
multinacionales en la estratificación social, da como resultado el nacimiento de nuevas
clases que son producto de las alianzas con la élite capitalista local y la burguesía estatal,
y que gozan de un sistema de privilegios sociales, económicos, de poder político y control
social, acentuando aún más la inequitativa distribución del ingreso y la concentración de
la riqueza, propios de la economía capitalista. En tal sentido De Sousa plantea:
“En lo que respecta a las relaciones sociopolíticas, se ha sostenido que, aunque el
sistema mundial ha sido siempre estructurado como un sistema de clases, hoy día
está emergiendo una clase capitalista transnacional. Su campo de reproducción
social es el globo como tal, el cual sobrepasa fácilmente las organizaciones
nacionales de trabajadores, así como los Estados externamente débiles de la
periferia y la semiperiferia del sistema mundial (…). Las Empresas multinacionales
son la principal forma institucional de esta clase capitalista transnacional y la
magnitud de las transformaciones que ellas están suscitando en la economía
mundial se evidencia en el hecho de que más de un tercio del producto industrial
mundial es producido por ellas (…) y un porcentaje más elevado es manejado por
ellas”. (De Sousa, 2005: 241)
“La nueva división internacional del trabajo, a la que se añade la nueva economía
política <promercado>, trajo también algunos cambios importantes en el sistema
interestatal, la forma política del sistema mundial moderno. Por un lado, los Estados
hegemónicos, por ellos mismos o a través de las instituciones internacionales que
controlan (especialmente las instituciones financieras multilaterales) redujeron la
autonomía política y la soberanía efectiva de los Estados periféricos y
semiperiféricos con una intensidad sin precedentes, a pesar de que la capacidad de
resistencia y de negociación por parte de éstos últimos puede variar enormemente”.
(De Sousa, 2005: 246)
33
El debate sobre la fuerza que tienen los cambios en el ámbito cultural y su importancia
en relación con los demás ámbitos de la globalización, es planteado por De Sousa en los
siguientes términos:
“La globalización cultural adquirió una especial importancia con el llamado <giro
cultural> de la década de los ochentas, es decir, con el desplazamiento del énfasis
en las ciencias sociales y en los fenómenos socioeconómicos hacia los fenómenos
culturales. El <giro cultural> vio renacer la cuestión de la primacía causal en la
explicación de la vida social, así como la cuestión del impacto de la globalización
cultural. La problemática consiste en saber si las dimensiones normativa y cultural
del proceso de globalización desempeñan un papel primario o secundario. Mientras
que para algunos estas dimensiones juegan un papel secundario, dado que la
economía mundial capitalista está más integrada por el poder político-militar y por
la interdependencia del mercado que por el consenso normativo y cultural, para
otros el poder político, la dominación cultural y los valores y normas
institucionalizadas preceden a la dependencia del mercado en el desarrollo del
sistema mundial y en la estabilidad del sistema interestatal”. (De Sousa, 2005: 254)
34
impactado sólo en el aspecto económico, sino que tiene repercusiones en el conjunto de
la vida en el aspecto político y social, repercusiones que se intensifican con la caída del
socialismo real.
Asimismo, nos dice que los factores geopolíticos y tecnológicos fueron derribados para
hacer del mundo una “aldea global”, dando como resultado la formación de un mercado
mundial unificado y liderado por los Estados que afirman su control sobre los recursos
estratégicos y desprovistos de legitimación política, poniendo en crisis el concepto de
soberanía absoluta de los Estados (entendida como plena autodeterminación), que se verá
en un apartado posterior.
Por otro lado, la existencia de un mercado mundialmente unificado, lleva a que las
beneficiarias directas de la globalización neoliberal sean las empresas transnacionales
financieras e industriales, que crean una red propia de control y de mandato sobre todo el
mundo. El poder económico en manos de estas empresas, que son también las
responsables de reforzar la globalización, rebasó las iniciativas de los Estados para llevar
a cabo un libre mercado, tanto a través de los compromisos de liberalización en la OMC,
como por los bloques comerciales formalmente constituidos: la Unión Europea, los
bloques comerciales en América Latina y los Tratados de Libre Comercio.
Un importante elemento en el escenario de deterioro que toma cuerpo desde los años
setenta –al cual se ha hecho referencia en el primer bloque de este libro-, fueron los
efectos inflacionarios por los altos precios del petróleo, provocados por la crisis
35
energética de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP): “En 1973
estalló la crisis del petróleo, provocada por las maniobras de los saudíes en los países
productores de petróleo, con los EE.UU. promoviendo y bendiciendo la operación: el precio
del petróleo se disparó a niveles nunca conocidos. Los EE.UU. provocaron el alza de precios
porque no dependían excesivamente del petróleo del Medio Oriente; y así, el alza del precio
del petróleo afectó sobre todo a las economías europeas y japonesa, que eran las competidoras
directas de los norteamericanos”. (Giribets, 2009)
Otro factor importante del deterioro fue el quiebre del sistema monetario internacional de
Bretton Woods, dado que desde 1971 EE.UU. formalizó su incapacidad de seguir
manteniendo la paridad dólar-oro, trasladando su déficit al resto de los países. Se inició
así un período de "recalentamiento" de la economía en los primeros años de la década,
acelerado por una inflación en ascenso y un crecimiento del circulante por el aumento del
déficit fiscal de EE.UU.
El conjunto de elementos recién señalados puso en entredicho la capacidad de respuesta
del Estado de Bienestar, por un lado, frente a la clase empresarial que quiere seguir
manteniendo altas tasas de ganancia, y por otro frente a las demandas sociales de la
población para mejores condiciones de vida. Con todo ello se abrió paso el desarrollo de
las teorías Neoliberales, uno de cuyos precursores fue Friedrich Hayek, que pregona el
regreso a una economía abierta, el libre mercado, el Estado mínimo y la privatización de
la empresa pública; este modelo de funcionamiento económico, si bien apareció desde los
setenta en algunos países latinoamericanos, recibió su principal impulso durante la década
siguiente, del gobierno de Ronald Reagan en Estados Unidos y de Margaret Thatcher en
Inglaterra.
La caída del Estado de Bienestar y la puesta en marcha del Neoliberalismo y la
globalización, trajo consigo el fortalecimiento de las mayores empresas, las cuales
encabezaron un profundo proceso de concentración y centralización10 del capital dentro
de los distintos países. De entre esas grandes empresas destacan las transnacionales 11 las
cuales adquieren un fuerte protagonismo y liderazgo económico. Esto es posible porque
las Empresas Transnacionales (ETN) –cuya presencia en la economía mundial se revisará
en un capítulo posterior de este bloque del libro– encarnan los intereses del capital, son
productoras y detentadoras de la tecnología, manejan los mercados, los flujos financieros
y comerciales, y controlan gran parte de la economía mundial, lo que además les permite
tener una gran influencia política en los países donde operan, influencia que les permite
incidir tanto en el gobierno como en el marco jurídico y su adecuación para el logro y
protección de sus intereses económicos.
Este liderazgo de las empresas transnacionales es propiciado por organismos
internacionales como el FMI, la OMC y el BM, y alentado por el nuevo rol del Estado,
Estado que pretende minimizar su importancia como Estado-nación y con ello se ve sujeto
10 Se entiende por concentración del capital el aumento del volumen del capital como resultado de la
capitalización, de la acumulación de plusvalía. La centralización del capital consiste en el crecimiento del
volumen del capital por la unión de varios capitales en uno solo o por la absorción de uno de ellos por otro;
este proceso significa que entre los capitalistas se redistribuyen capitales ya acumulados.
11
Se denominan transnacionales, a las empresas que producen en más de un país, que exportan e importan
capital, por lo que traen como consecuencia el incremento de los flujos de inversión extranjera directa. Son
empresas que rebasan las fronteras nacionales, instalando activos productivos, asumiendo el control de ellos
en más de un país.
36
a una pérdida de su sentido, vulnerándose la soberanía del mismo en grados que dependen
de la fortaleza del país donde se encuentre. A decir de Massimo Salvadori:
“El concepto de soberanía total presupone, en suma, que el Estado sea capaz de
hacer valer eficazmente su mandato en el interior y que, al mismo tiempo, pueda
hacer efectiva su política exterior.
“Se tiene soberanía en sentido pleno únicamente cuando ella puede hacerse valer
tanto en el interior cuanto hacia el exterior (…) Cuando un Estado logra ejercer con
eficacia la soberanía en su interior, pero no en el exterior, con base en decisiones
de otros Estados, entonces se tiene una soberanía demediada. Cuando un Estado
actúa tanto en el interior como en el exterior, con base en decisiones de otros
Estados la suya es, una soberanía solo aparente”. (Salvadori, 1998: 72-73)
Antonio Gramsci, teórico marxista, es uno de los autores que más trabajó el concepto de
hegemonía, enfatizando que la hegemonía no se puede concebir sólo como dirección
política, sino también como dirección moral, cultural e ideológica, y que en tal sentido es
el poder adicional que goza el grupo dominante para hacer coincidir sus intereses con el
interés general, dado que el poder sólo se puede garantizar mediante la cohesión si los
37
gobernados tienen confianza en los gobernantes se puede gobernar, se puede ejercer el
poder sin acudir a la represión; por el contrario, cuando la confianza se desvanece lo que
se tiene en todo caso es una dominación sin hegemonía.
Antonio Gramsci define hegemonía como aquello que se ejerce sobre el conjunto de
grupos de la sociedad, donde el grupo dominante establece un liderazgo moral, político e
intelectual sobre sectores subordinados, haciendo que sus intereses sean los intereses de
la sociedad. Por lo que hegemonía sería “La formación progresiva de alianzas centradas
alrededor de un grupo social determinado, donde gracias a la dirección moral e intelectual
éstos se van convirtiendo en aliados”. (Kanoussi, 2001: 19)
Otro autor que define la hegemonía es Robert Cox, para el cual ella consiste en una
estructura histórica, en la que las ideas, capacidades militares e instituciones sean
congruentes. (Cox, 1986)
38
su vez, no necesariamente tiene que derivar en guerra, invasión y conquista, sino que bien
puede expresarse sólo en amenaza, chantaje o presión, de manera pasajera o permanente,
sutil o descarada.
Siempre ha existido históricamente una nación líder, un poder hegemónico que permite
la existencia de un orden internacional y a pesar de sus problemas, durante una buena
parte del siglo XX, EE.UU. gozó de supremacía sobre el resto del mundo, y es un hecho
irrefutable que una vez finalizada la II Guerra Mundial, emerge como la potencia
hegemónica, teniendo como único opositor a la Unión Soviética, principalmente en el
terreno militar, e incluso esa oposición desaparece con el fin de la Guerra Fría, con lo
cual en opinión de algunos autores como Zbigniew Brzezinski (2008: 11), Estados Unidos
queda como la única y primera potencia realmente global.
Noam Chomsky (1997: 9), menciona que las relaciones entre Estados Unidos y otros
países datan desde los orígenes de la historia norteamericana, pero fue a partir de la
segunda guerra mundial, y sobre todo al término de la misma, que EE.UU. se vio
beneficiado enormemente de ella; al no ser atacado su territorio, tuvo la oportunidad de
que su producción se triplicara, además de que hasta antes de la guerra ya EE.UU. era la
primera nación industrial del mundo. Es así como desde los años 30 y la primera mitad
de los 40 del siglo pasado, se completará el tránsito del dominio inglés al dominio
estadounidense, el cual emerge ya consolidado al finalizar la segunda guerra mundial.
“De 1945 a 1965, los Estados Unidos fueron la potencia hegemónica indiscutible
del mundo capitalista. Su fortaleza económica, política y militar al fin de la segunda
guerra mundial le permitió constituirse en el polo organizador y cohesionador de la
economía mundial. En el plano económico su posición privilegiada no se debía
solamente al volumen de su producción, a su desarrollo tecnológico, al papel de su
economía como acreedor mundial, a la importancia de sus inversiones y de sus
empresas, sino también al hecho de que el dólar era el principio único de
organización monetaria”. (Gutiérrez, 1992: 21)
Para este autor, “la presencia e identidad del dólar como dinero mundial no era
simplemente la coronación de la hegemonía estadounidense, sino el principio mismo a
través del cual la ejercía, ya que el dinero mundial es siempre el eje centralizador de un
modo de organización jerarquizado de las relaciones económicas, mediante la
confrontación de las diversas monedas nacionales, y el patrón dólar no fue la excepción”.
(Gutiérrez, 1992: 21)
Entre otros autores, Immanuel Wallerstein destaca que EE.UU. llegó a controlar el
mercado mundial, además de no tener competencia en materia de hacer guerras e
igualmente “se convirtió en el centro cultural del mundo” (Wallerstein, 2004: 476). Para
Giovanni Arrighi, han existido varios ciclos de acumulación hegemónicos y menciona
que esos ciclos, constituyen un fenómeno inherente al capitalismo, registrando tanto la
continuidad de los procesos de acumulación de capital a escala mundial en los tiempos
modernos, como también las rupturas fundamentales en las estrategias y estructuras que
han conformado estos procesos a lo largo de los siglos; para este autor, los ciclos destacan
la alternancia de fases de cambio continuo con fases de cambio discontinuo. (Arrighi,
1999: 15)
39
A partir de la revolución tecnológica y de la informática y con el apoyo de la globalización
EE.UU. ha creado valores alrededor del mundo. La urbanización, la interrelación y la
interactividad humana van haciendo más pequeños y permeables los puntos donde no ha
llegado la cultura de esa nación. Por otra parte, la difusión del idioma inglés ha llevado a
la americanización del mundo, ya que se ha convertido en idioma base global. Muchos
de los productos que se utilizan: desde el manual de funcionamiento de los
electrodomésticos, hasta la operación de líneas áreas están en inglés. La industria del cine,
series televisivas, grupos o solistas musicales, canales de televisión, Internet y juegos,
entre otros, son vistos, escuchados y usados a nivel global, pero hay algo inevitable y
quizá más importante que lo anterior: el mundo tiende a la imitación de la cultura
norteamericana, con lo que se confirma que EE.UU. se convirtió en el centro del mundo.
(Toro, 2007: 44)
Dicho deterioro, hace más de una década, era sintetizado por Joseph Nye en los siguientes
términos:
40
En el presente siglo XXI, las enormes transformaciones globales y cambios en las
relaciones de poder que tienen lugar desde hace varios años, y que parecen haber sido
canalizados por la crisis financiera mundial que inició en 2008, han llevado a
significativas modificaciones en la estructura piramidal de los países en el sistema
mundial. El gran peso relativo de las economías avanzadas ha venido siendo desafiado
por el resto del mundo, de tal manera que dichas economías han perdido notoriamente su
presencia en el funcionamiento económico global.
En tal sentido, en la Gráfica II.1 se observa que la brecha entre países desarrollados y
países atrasados se ha ido reduciendo de manera importante, para las distintas variables
que se presentan en dicha gráfica. En lo que respecta a la producción global, la
participación de los países desarrollados ha caído de casi 80 por ciento en los inicios del
presente siglo, a menos de 60 por ciento en los años recientes, en tanto que para las
exportaciones mundiales y los ingresos totales de Inversión Extranjera Directa (IED) la
caída de participación es incluso mayor, llegando esos países a una participación en los
totales mundiales igual o inferior al 50 por ciento en el periodo reciente.
Gráfica II.1. Países desarrollados y atrasados, participación de los totales
mundiales
100
90
80
70
60
Participación porcentual
50
40
30
20
10
PIB P. Des. PIB P. Atras. Exportac. P Des. Export. P. Atras. Ing. IED P. Des Ing IED P. Atras.
Fuente: UNCTADStat
Dentro del conjunto de países atrasados, algunos de ellos por su rápido ascenso
económico se han categorizado con el término de economías emergentes (flat teens). En
tal sentido, distintos autores -como García-Herrero, Navia y Nigrinis (2011: 8) y
Navarrete (2013: 5)- definen a las economías emergentes con base en los siguientes
criterios: crecimiento económico rápido y sostenido anterior a la crisis; magnitud
económica significativa en el conjunto del mundo en desarrollo; mejoramiento sostenido
y apreciable del producto real por persona; superficie territorial superior a los 500 mil
Km2; masa poblacional superior a 40 millones, y esperanza de vida al nacer de por lo
menos 70 años. Según esos y otros autores, se trata de más de cincuenta economías
emergentes 12, todas las cuales culminaron en 2007 un periodo de expansión rápida y
12
Argentina, Bahrain, Bangladesh, Brasil, Bulgaria, Colombia, Corea del Sur, Chile, China, República
Checa, Egipto, Eslovaquia, Estonia, Filipinas, Hungría, India, Indonesia, Irán, Jordania, Kuwait, Latvia,
41
sostenida, con tasas medias anuales de crecimiento real superiores a 3.5 por ciento y
promedio aritmético no ponderado de 5.2 por ciento. Posteriormente al estallido de la
crisis que estalló en el año 2008, la mayoría de esas economías han mantenido
crecimientos superiores al promedio mundial y al de los países desarrollados.
A su vez, dentro del conjunto de economías emergentes, han sido objeto de una especial
atención Brasil, Rusia, India, China y recientemente Sudáfrica, por ser –sobre todo los
cuatro primeros– las mayores y más dinámicas economías dentro del total de países
atrasados. El término inicial BRIC –que no incluía a Sudáfrica– surge a partir de un
informe realizado en 2001 por el economista Jim O’Neal de Goldman Sachs, que es uno
de los grupos de inversión más grande del mundo, y que sugirió que esas cuatro
economías podrían superar en el futuro a las principales de Occidente. Ese informe
mencionaba que para el año 2050, sólo dos economías, EE.UU. y Japón, podrían superar
a los BRICS. Es importante mencionar que esas cuatro economías, suman la mitad de la
población mundial y más del 40 por ciento de la superficie del planeta. (Corvalán, Del
Barco y Del Barco, 2011: 2)
La importancia de este grupo de países se sustenta en que China e India son los grandes
proveedores mundiales de tecnología y servicios, en tanto que Brasil ocupa una posición
de liderazgo en biodiversidad, mineral de hierro, etanol y alimentos, y Rusia posee una
desarrollada industria de armamento y es importante proveedor de petróleo y gas. Sin
embargo, estos países se enfrentan a distintos problemas tales como la indiferencia de
Rusia y China hacia los derechos humanos y la democracia, el que India y China
favorecen el proteccionismo agrícola mientras que Rusia y Brasil están en contra, y el que
China e India tienen gran cantidad de poblaciones empobrecidas en tanto que la población
de Rusia está disminuyendo de forma alarmante. (CESEDEN, 2011: 8)
Lituania, Malasia, Mauricio, México, Marruecos, Nigeria, Omán, Pakistán, Perú, Polonia, Qatar, Rumania,
Rusia, Sri Lanka, Sudáfrica, Sudán, Taiwán, Tailandia, Túnez, Turquía, Ucrania, Venezuela y Vietnam.
Así también, se considera como economías industrializadas a las siguientes veintiocho: Australia, Austria,
Bélgica, Canadá, Chipre, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Gracia, Hong Kong, Islandia, Israel,
Italia, Japón, Luxemburgo, Malta, Holanda, Nueva Zelanda, Noruega, Portugal, Singapur, Eslovenia,
España, Suecia, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos.
42
Gráfica II.2. PIB per cápita, BRICS y promedio mundial
16000
14000
12000
10000
Dólares corrientes
8000
6000
4000
2000
En el ámbito de acuerdos económicos por parte de los BRICS, los principales avances se
han plasmado en el “Nuevo Banco de Desarrollo” y en el “Fondo Monetario BRICS”. En
lo que respecta al “Nuevo Banco de Desarrollo”, está dirigido mancomunadamente y en
términos de igualdad por los cinco BRICS y abrió puertas en julio de 2015 en Shanghái,
teniendo un capital autorizado inicial de 100 mil millones de dólares y un capital inicial
suscrito de 50 mil millones de dólares, aportados de forma equitativa por cinco países del
grupo. En lo que se refiere al fondo monetario de los BRICS, es ya completamente
operativo con la reunión inaugural de su consejo de gobernación, celebrada tras la reunión
en el mes de septiembre de 2015 en Ankara, en paralelo a la reunión de ministros de
Economía y Finanzas del G-20; dicho fondo conocido como CRA –por las siglas en inglés
de “Acuerdo de Reservas Contingentes”–, aspira a ser una alternativa al FMI para la
financiación de emergencia de los países miembros, los cuales han constituido el fondo
con los siguientes montos: China 41 mil millones de dólares, Sudáfrica 5 mil millones,
Rusia 18 mil millones, Brasil 18 mil millones, e India 18 mil millones. (SELA, 2015)
De los miembros del grupo BRICS, China merece una mención especial, ya que se ha ido
afianzando como una gran potencia, constituyéndose en una de las principales variables
geopolíticas del presente siglo XXI, lo cual se sustenta –entre otros factores– en su gran
43
territorio y volumen de población, en el crecimiento que su economía ha tenido en las tres
últimas décadas, en su presencia como potencia militar y en el relevante papel que ha
venido adquiriendo en el comportamiento económico mundial; su PIB, en apenas dos
generaciones, se ha convertido en el segundo mayor del planeta, sumando así su peso
económico a su estatus como potencia nuclear y como miembro permanente del Consejo
de Seguridad de Naciones Unidas.
China no sólo ha venido desempeñando un papel importante en Asia, ya que su influencia
se ha extendido a Oriente Próximo, África, América Latina e incluso los Estados Unidos
–país éste en el cual está una buena parte de las reservas internacionales de China, las
cuales son las mayores del mundo y en la actualidad alcanzan un monto superior a 3,9
billones de dólares– , y el auge de China como gigante económico y militar ha provocado
un inevitable debate sobre sus implicaciones para el sistema internacional.
En plena crisis global, China registró un crecimiento cercano al 9 por ciento en el año
2008 y un 8.7 por ciento en el año 2009, cifras muy por encima de las de EE.UU. y de la
Unión Europea (UE) y si bien en los años recientes dicho crecimiento ha disminuido a
alrededor de 7 por ciento, aun así, continúa siendo superior al de dichos países.
La Gráfica II.3 muestra la participación de la economía China en los totales mundiales,
respecto de la producción global, el comercio internacional y los flujos de envío y
recepción de IED. Allí se observa que en todas esas variables su participación ha
aumentado muy rápidamente, sobre todo a partir del inicio de los años noventa, pasando
de porcentajes de participación marginales –cercanos o inferiores al 2 por ciento de los
totales mundiales–, a porcentajes superiores al 8 por ciento en el PIB, e incluso superiores
al 12 por ciento en el comercio internacional.
Gráfica II.3. Participación de China en los totales mundiales
14
12
10
Dólares corrientes
Fuente: UNCTADStat
44
Aicela Fernández Zamora
En este apartado se analiza el comercio internacional, como uno de los aspectos centrales
de la globalización, analizamos el dinamismo que logra el comercio internacional, y la
tendencia a la regionalización. También se comenta sobre el papel de las organizaciones
multilaterales: GATT, OMC, para hablar de las negociaciones en la lucha por controlar
los mercados. El comercio internacional es la base sobre la cual se levanta la
globalización, donde su principal soporte es el desarrollo científico y tecnológico y los
organismos multilaterales.
El gran aumento del comercio internacional en lo que va del siglo XXI, es uno de los
componentes más representativo de la globalización, la cual además se caracteriza por la
velocidad con que se desplazan los capitales y por el proceso de acumulación de capital
que avanza constantemente.
El desarrollo en las actividades del comercio internacional está relacionado con el uso de
los avances científicos y tecnológicos. “El Siglo XX fue pródigo en inventos que
derivaron en nuevas tecnologías en beneficio de la humanidad (fibra óptica, Internet,
computadora, satélites, láser), que influenciaron decisivamente en el comercio
internacional, con menores costos y mayor seguridad en las transacciones”. (Viteri, 2008:
104)
Respecto del comportamiento del comercio internacional, Galo Viteri (2008: 109)
presenta la siguiente síntesis: “Espino y Azar (…) afirman que una de las manifestaciones
más características de la globalización ha sido el crecimiento extraordinario ocurrido en
el comercio internacional: desde 1950, su volumen ha crecido 12 veces, que significa el
doble de lo que ha aumentado la producción mundial. Frente al intercambio comercial
tradicional Norte-Sur de bienes manufacturados por materias primas o alimentos que
asiste a un nuevo patrón de comercio emergente en las últimas décadas, consistente en la
especialización de los países en distintos tipos de manufacturas y servicios”.
Estos cambios, se deben a que las empresas monopólicas intervienen la cadena de valor
en el proceso productivo, en la producción de un determinado producto donde son líderes.
Cada eslabón del proceso productivo es intervenido para asumir el control, desde la
materia prima hasta que el producto esté terminado, en cada eslabón se va agregando
valor; si una empresa controla todo el proceso de producción venderá más caro y obtendrá
mayor beneficio.
Las cadenas de valor mundiales no son un fenómeno nuevo. Sin embargo, su importancia
en el comercio internacional ha aumentado con el paso del tiempo, y también se ha
incrementado la participación de los países atrasados en dichas cadenas: “Si se mide la
participación en las cadenas de valor mundiales en términos de contratación externa de
servicios de tecnología de la información y empresariales, los países en desarrollo
aumentaron su participación en las exportaciones globales de esos servicios del 25% en
2005 al 31% en 2012”. (OMC, 2014: 7)
En el Cuadro II.1 se observa la evolución histórica del comercio. Ahí se ve que a partir
de la década de 1980 el comercio internacional se despliega rápidamente: se duplican las
exportaciones de mercancías entre 1983 y 1993 y luego, de 2003 a 2013, dichas
45
exportaciones crecen más del doble, a tal punto que entre 1983 y el año 2013, se
multiplicaron por casi diez veces.
Cuadro II. 1
Exportaciones mundiales de mercancías entre 1948 y 2013
(miles de millones de dólares)
1948 1953 1963 1973 1983 1993 2003 2013
Mundo 59 84 157 579 1838 3684 7380 18301
Fuente: Elaborado con base en OMC, Estadísticas del comercio internacional, (2014a:
24)
La OMC al igual que el GATT funciona sobre la base de rondas de negociación, cada una
de las cuales abordan una agenda con una lista de temas que se van negociando, y finaliza
al agotar los temas. En el caso del GATT fueron 8 rondas de negociación y en la OMC se
ha definido una ronda, la ronda de Doha, celebrada en Qatar e iniciada en 2001, la cual
debía haber terminado en 2005.
A la Ronda de Doha, se le asignó por objeto lograr una importante reforma del sistema
de comercio internacional mediante el establecimiento de medidas encaminadas a reducir
los obstáculos al comercio y revisar distintas normas comerciales. La Declaración
Ministerial de Doha, en la cual se definió la agenda de la ronda, establecía el mandato
para negociar distintos temas, entre ellos los relativos a la agricultura, los servicios y de
la propiedad intelectual.
46
concluir las negociaciones, a lo cual se agrega que después de la crisis de 2008 dicha
ronda ha quedado prácticamente suspendida. Lo cual, tiene a la OMC en una situación de
crisis.
La primera ola de regionalismo, a fines de los años cincuenta y principios de los sesenta,
tuvo como eje a la integración continental de Europa Occidental, que llevó al
establecimiento de la Comunidad Económica Europea en 1957 y de la Asociación
Europea de Libre Comercio en 1960. La ola posterior de regionalismo, ocurrida alrededor
de mediados de los años ochenta, estuvo marcada por una adopción cada vez mayor de
ACP en las Américas, Asia y África, al igual que en Europa.
“La ‘oleada’ más reciente de regionalismo abarca una red mucho más amplia de
participantes -comprendiendo iniciativas bilaterales, plurilaterales e interregionales- y a
países con distintos niveles de desarrollo económico, incluyendo alianzas entre ‘países
desarrollados y subdesarrollados’, entre ‘países en desarrollo y en desarrollo’ entre ‘países
desarrollados y en desarrollo” (OMC, 2011: 53). En el Cuadro II.2 se muestra los distintos
tipos de ACP que sumados para 2010 dan un total de 586.
Cuadro II. 2
Número de ACP bilaterales y tipos de ACP plurilaterales en vigor, 2010,
notificados y no. Grupos de países y tipos regionales
Bilaterales Plurilate- Plurilaterales; al
rales menos una parte
es un ACP
Desarrollados-Desarrollados 6 9 8
Desarrollados-En desarrollo 29 6 41
En desarrollo-En desarrollo 135 36 18
Intrarregionales 81 39 26
Interregionales 89 12 41
Total 340 102 134
Fuente: Elaborado con base en OMC (2011: 61)
Según se puede ver en la última columna del cuadro, numerosos acuerdos bilaterales se
han consolidado en acuerdos plurilaterales a través de adhesiones o de negociaciones
entre ACP existentes. Paralelamente a las negociaciones de la OMC y a los problemas
que han estado presentes en esas negociaciones, también en América Latina desde la
posguerra se han presentado oleadas de acuerdo comerciales regionales, de los cuales, tal
vez el ejemplo más destacado es el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), el cual fue
47
pensado, desde su creación en 1991, como una unión aduanera plena entre la Argentina,
el Brasil, el Paraguay y el Uruguay.
Otra organización que se creó, fue la Asociación de Asia Meridional para la Cooperación
Regional; los países que la integran son: Afganistán, Bangladesh, Bután, India, Maldivas,
Nepal, Pakistán, Sri Lanka. Su objetivo es reducir las tensiones políticas entre la India y
el Pakistán, pero más adelante se transformó en la Zona de libre comercio del Asia
Meridional. En ese mismo sentido, una de las iniciativas más ambiciosas “(…) fue la
creación de la Organización de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico (APEC) en
1989, con la finalidad de ‘practicar el comercio y la inversión libres y abiertos’ entre sus
doce miembros fundadores sobre una base no preferencial (es decir, ‘regional abierta’)”.
(OMC, 2011: 53)
48
En las décadas recientes, “También en África se adoptaron iniciativas para revitalizar las
agrupaciones regionales existentes y crear otras nuevas, como el Mercado Común de
África Oriental y Meridional (COMESA), la Comunidad del África Oriental (CEDEAO),
la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental y la Comunidad de
_Desarrollo del África Meridional (SADC), con el objetivo de acelerar la
industrialización, diversificar las economías, desarrollar la infraestructura regional,
promover posiciones comunes de negociación y fomentar la paz y la seguridad en el
continente”. (OMC, 2011: 53)
Este nuevo régimen financiero está profundamente anclado en las estructuras económicas
contemporáneas, donde los inversores institucionales son los actores dominantes de estas
nuevas finanzas. A continuación se presentan algunas notas que nos permiten
comprender mejor la naturaleza de la etapa actual de la internacionalización del sector
financiero y el disparo de los flujos internacionales del capital a través de las fronteras en
el último tercio del siglo XX; básicamente con relación al crédito y finanzas en el
funcionamiento económico, la relación entre lo financiero y lo productivo, el componente
especulativo en los mercados financieros, la crisis financiera y su relación con la
economía real, y el orden financiero internacional y sus problemas.
49
La globalización financiera tuvo sus inicios entre finales del siglo XIX y principios del
XX, aunque la consolidación de dicha globalización demoró casi medio siglo a lo largo
del cual la exportación de capitales se transformó en el vehículo que extendió las
relaciones capitalistas de producción, llevando adelante el proceso de
internacionalización de dichas relaciones, incluyendo las financieras.
En el último cuarto del siglo XX, tanto en América Latina, como en todo el resto de los
países atrasados, sus relaciones de dependencia fueron acentuándose a medida que las
exigencias de su desarrollo lo imponían. Las relaciones de dependencia en el ámbito
comercial empezaban por la importación de maquinaria y equipo, y las transferencias de
capital, es decir, créditos e inversiones, así como la transferencia de tecnología, lo que
propiciaba una cuantiosa corriente de pagos al exterior.
Por otro lado, para la década de los setenta, la Banca Privada Internacional en menos de
diez años multiplicó sus préstamos a los países en desarrollo en general, lo que a
comienzos de los años ochenta dio lugar a la capacidad de pago de las deudas acumuladas
y a la llamada “crisis de la deuda” que rápidamente se transformó en un deterioro
profundo y generalizado de esos países y en particular de los latinoamericanos.
“Se considera que una de las consecuencias más negativas de la apreciación del
dólar fue el aumento brusco y automático de la deuda nominada en dólares de
América Latina. Esta consecuencia es conocida como crisis de la deuda de América
Latina. El problema de la deuda externa de los países africanos y latinoamericanos
preferentemente ha sido presentado como un resultado de la implementación por
parte de sus gobiernos de políticas económicas desacertadas; este criterio está
presente en el enfoque del BM y el FMI en sus informes de esa etapa. Está claro
que este es un factor causal que estuvo presente en el momento en que se contrajo
esa obligación financiera, no obstante, es necesario tener en cuenta que no tiene
nada que ver con la apreciación que sufrió la deuda en los primeros años de la
década de los 80s. La deuda ya existía y se pagaba en sus plazos normales. Ahora
el fenómeno conocido como crisis de la deuda surgió en los inicios de la década de
los 80s, asociado con el comportamiento de las finanzas a nivel internacional. No
es tampoco una situación única. Existe una relación entre el ciclo económico
capitalista y las crisis de la deuda que han afrontado los países latinoamericanos”.
50
El crédito puede ser definido desde muchos puntos de vista, pero aquí se identifica como
un préstamo que puede ser otorgado por un banco o por un particular; por lo tanto, es la
entrega de un bien o de una determinada cantidad de dinero que se hace a una persona o
conjunto de personas con la promesa de que su pago se haga en un futuro determinado.
El crédito en el capitalismo es la forma en que se mueve el capital de préstamo 13.
• Permite la formación de capital, o sea que una parte del dinero existente se capitalice.
• Facilita el comercio, lo que hace que se estimule el consumo de mercancías y acelera
la circulación de las mismas.
• Estimula la producción, ya que los créditos se invierten en buena medida en
actividades productivas.
• Contribuye a que el capital se concentre en pocas manos, porque sólo los que tienen
recursos suficientes pueden respaldar créditos cuantiosos que incrementan su capital.
• Incrementa la competencia entre los capitalistas, porque el crédito permite introducir
innovaciones tecnológicas en las plantas productivas.
• Facilita la existencia de grupos financieros que obtienen intereses y dividendos debido
a que son los dueños del capital de crédito, es decir, los prestamistas.
• Contribuye al anonimato del capital, ya que los préstamos se hacen con base en la
solvencia y confianza que se le tenga a la persona o a la empresa y no es necesario
que se manejen los nombres de los que piden el crédito.
• El movimiento de capitales se hace más rápido, por lo que se reduce el tiempo que
demora en pasar por distintas formas.
• El capital circulante se moviliza ampliamente, lo que contribuye al desarrollo del
mercado de dinero y de capitales. (Mandel, 1974)
El desarrollo del capital genera que éste se diversifique, por ejemplo, el capital de
préstamo es la base de los créditos, del cual el prestamista o dueño del capital cede por
un tiempo, mediante un interés, una cantidad de dinero, que los capitalistas industriales
invierten en la producción.
13Capital de préstamo se entiende como aquel que existe en forma monetaria y su propietario lo presta
para obtener una remuneración, a la que se denomina interés.
51
capital de crédito y le incrementamos el interés entonces el proceso se puede representar
de la siguiente manera:
Donde D’’’ es el capital de crédito incrementado con los intereses recibidos y así se
puede continuar la relación porque el interés se capitalizará en forma continua.
En los países altamente desarrollados, así como en los países de economías emergentes,
existe una tendencia hacia la integración, vinculación y/o fusión del capital industrial,
comercial y bancario. El predominio de las grandes agrupaciones de empresas en varios
sectores económicos constituye uno de los rasgos fundamentales del capitalismo
moderno.
Este nuevo régimen financiero está profundamente anclado en las estructuras económicas
contemporáneas. Las fuerzas determinantes que le han dado origen se vinculan con una
evolución sociodemográfica de largo alcance. En los países desarrollados esta evolución
hace aparecer un capitalismo patrimonial en el cual una parte creciente de los asalariados
se transforma en accionistas de las empresas a través de la mediación de los inversores
institucionales. La influencia preponderante de estos actores imprime su marca en la
competencia financiera, en la asignación de créditos y de capitales y en los
comportamientos de las empresas. Estos efectos microeconómicos tienen repercusiones
macroeconómicas. La globalización financiera actúa sobre las condiciones de crecimiento
de las economías, y se acompaña asimismo de una alta inestabilidad que alimenta las
crisis financieras recurrentes. Estas crisis acompañan la extensión de la liberalización
financiera en los países en desarrollo.
Durante la década de los setenta, las presiones sobre el dólar, los choques petroleros, el
desigual aumento de la inflación en los países de la OCDE, se conjugaron para
52
transformar el sistema monetario internacional. Se pasó de un sistema en que los
gobiernos controlaban los movimientos de capitales a un sistema mucho más definido por
los mercados, que liberó los flujos internacionales de capital, desapareciendo los
condicionamientos de Bretton Woods respecto de dichos movimientos, donde el déficit
se financiaba con las reservas oficiales en condiciones de cambio fijo. En el sistema
actual, el déficit es financiado por el crédito internacional de los bancos y mercados de
títulos.
Los mecanismos financieros cada vez más sofisticados tejen una integración financiera
de la economía mundial cada vez más estrecha. Pero tanto la diversificación de los
instrumentos de colocación y préstamo como la aparición de mercados de derivados 14,
son procesos que se originan en la mutación de los sistemas financieros nacionales.
Hay, sin duda, un proceso de globalización real, aunque también existen discursos que se
pueden denominar como ideología de la globalización centrada en la concepción
neoliberal. Se plantea, por ejemplo, que la globalización obliga a la necesidad de las
privatizaciones, también se dice que la globalización requiere de la apertura y
liberalización del comercio exterior.
Estas operaciones adquieren un alto grado de autonomía e inclusive, las grandes empresas
transnacionales obtienen mayores ganancias por la vía de operaciones financieras que de
sus propias actividades productivas.
14 Así se le conoce donde se negocian instrumentos financieros, valorados estos en función de una o más
variables relacionadas con el activo en cuestión, (moneda, materias primas, producto, tasa de interés,
divisas, acciones, etc.), con el objetivo de proteger a los tenedores, (empresarios, productores, consumidores
de materias primas, bancos, seguros, etc.), contra los riesgos financieros del mercado, provocado por la
volatilidad en el tipo de cambio, tasa de interés, divisa, acciones, etc. Permitiéndoles a estos tomar
decisiones con un alto grado de certidumbre con respecto a sus planes futuros.
53
La propia globalización financiera les otorga un enorme poder nacional e internacional a
las grandes instituciones financieras que influyen, nítidamente, en las políticas
económicas de los distintos países.
Entre distintos economistas, hay consenso en que, durante los últimos dos decenios, la
fracción financiera del capital mundial ha adquirido unas dimensiones que le dieron la
posibilidad de comandar en el proceso de globalización, adaptándolo a sus intereses
peculiares. Tarassiouk (1997: 2) menciona a L. Abalkin, quien considera que "en la
práctica mundial se dio una clara separación entre el capital que tiene profundas raíces en
la economía y el capital especulativo, que juega en el mercado cambiario y de valores y
se identifica como el capital-migrante". Y que dicha separación es un "rasgo sistémico
del mercado financiero contemporáneo".
Tarassiouk plantea que los intereses (y las políticas que concretizan) al capital financiero
y al capital que opera en el sector real de la economía son opuestos; por ejemplo:
El denominador común de las políticas económicas del capital financiero consiste en sus
orientaciones a la creación de varios mecanismos de redistribución del ingreso a su favor,
en detrimento de la esfera real de la economía y de la población. Esta distribución se da
a través de la retención del crecimiento salarial; de las altas tasas de interés bancario; de
la reducción de créditos para el sector real; del aumento de los precios de los servicios
públicos; de los recortes presupuestales; de los pagos crecientes de los intereses sobre la
deuda; de las cuantiosas intervenciones del Banco Central en el mercado de divisas para
mantener la estabilidad cambiaria; etc.
54
A nivel mundial, esta tendencia se manifestó en tres procesos simultáneos: el
robustecimiento del capital ficticio 15, la desaceleración de la producción y la explosión
de la pobreza. Lo más alarmante de estos procesos es que pierden su dinamismo la
producción e inversión en capital fijo, y la actividad económica tiende a ubicarse en el
ámbito financiero.
Es así que, dentro del mercado financiero uno de los componentes especulativos es la tasa
de interés jugando un papel fundamental, cuyos factores determinantes son la inflación,
el riesgo y la tasa real de interés. El riesgo es el grado de variabilidad y contingencia para
el retorno de una inversión y es valorado arbitrariamente. La valoración del riesgo es
subjetiva, basada en la premisa de ¿pagará o no pagará?
Sin embargo, toda esta actividad inversionista escasamente se refleja en las estadísticas
sobre incrementos en la inversión neta y la producción real. En tal sentido Paul M.
Sweezy, según lo menciona Puyana (1999: 64), “cuando analiza la actual hipertrofia en
todo el orbe de las inversiones de tipo especulativo, identifica dos tipos de actividades en
una economía capitalista desarrollada. Una es la compra de pedazos de papel con valor -
por cuanto contienen promesas de pagar sumas fijas o variables de dinero según
15
Según la concepción marxista, capital ficticio son todo tipo de títulos financieros (bonos, acciones) que
proporcionan rentabilidad a quienes los poseen. Se sostiene que, a diferencia del capital real, el ficticio no
constituye riqueza social, ya que los títulos no poseen valor intrínseco.
55
condiciones establecidas-, y la otra es comprar activos físicos reales que permitan
producir bienes y servicios que se vendan para obtener ganancia.”
Alguna vez en el pasado distante se dio por hecho que estas formas de inversión estaban
vinculadas: el ahorrador compraba el pedazo de papel del productor, quien usaba los
recursos para adquirir activos reales. Desde luego, ésta no es la manera en la que hoy
funciona el proceso de inversión. De hecho, no hay conexión necesaria entre inversión
financiera e inversión real.
En efecto, como apunta Jaime Puyana, durante la mayor parte del siglo pasado las
finanzas estaban supeditadas a la inversión y sólo adquirían cierta autonomía y dinámica
propias al final de las fases expansivas, cuando se presentaban excesos especulativos. En
la actualidad, y en particular desde los años ochenta del siglo pasado, el sector financiero-
especulativo relativamente independiente ha cobrado relevancia mundial, básicamente
cuando la rentabilidad de la agricultura y la industria no alientan su expansión. Esto
explica el relativo estancamiento de la inversión privada real.
Por lo menos en estos últimos treinta años, nos encontramos en una nueva etapa
económica caracterizada por el poder desmedido del capital financiero (el que se mueve
principalmente en las bolsas de valores) sobre el resto del sistema. Hoy el capital
financiero domina sobre los capitales comercial, industrial, etc.; este poder mundial
parece invencible y se muestra de forma descarnada.
El libre movimiento de capitales derivado de las reformas financieras de los 70, unido al
aumento de la polarización de la riqueza, traería consigo el aumento desmesurado del
capital total que se dedica a las transacciones financieras, realizadas por los inversores-
especuladores que se encuentran incrustados en las bolsas de valores -casinos financieros-
. “Entre 1990 y 2000 la cantidad de capitales en las bolsas con relación al PIB se duplicó
en Estados Unidos y se multiplicó por cuatro en Francia. Los beneficios para los
especuladores fueron astronómicos, entre 1999 y 2005, los 30 grupos industriales más
importantes de la bolsa de París, vieron como los dividendos por acción se duplicaron.
En los primeros años del siglo XXI el movimiento diario de estos capitales se cifraba en
cerca de 2 billones de dólares, de ellos el 90% no son inversiones productivas, sino
movimientos especulativos (que se vuelven a mover en menos de una semana)”. (Climent
y Meneu, 2007: 5)
En resumen, el actual orden financiero global con su espíritu antiético, por su decisiva
influencia en la vida económica de los países y fundamentalmente en los países
subdesarrollados, impide el desarrollo económico por su naturaleza especulativa.
56
II.5.2. La crisis financiera y su relación con la economía real.
“Los orígenes de las crisis y los momentos en los cuales han estallado están íntimamente
ligados al ritmo de la economía mundial y principalmente a la de los países
industrializados. Las fases preparatorias de los estallidos, durante las cuales la deuda ha
aumentado fuertemente, corresponden en cada caso al final de un largo ciclo expansivo
de los países más industrializados lo que es generalmente provocado por una recesión o
por un crack que golpea a las principales economías industrializadas”. (Toussaint, 1989:
1)
De hecho, por los altos rendimientos que ofrecen la enorme variedad de instrumentos
financieros disponibles, las corporaciones y sus accionistas, los fondos de pensiones, los
bancos y las instituciones financieras en general vierten enormes sumas de dinero en los
mercados mundiales.
Tal es el caso de México, donde la cartera vencida ascendía a 18.65 por ciento de la cartera
total, y su "rescate por parte del gobierno ascendió a un total de 37 230 millones de
dólares, es decir, 14% del PIB de 1996". (Puyana, 1999: 65) El caso de los países de Asia
entre 1998 y 1999, llegó a ser aún más dramático.
Hoy es posible desplazar sumas enormes de dinero de un país a otro en brevísimos lapsos
de tiempo, con lo que en muchos casos se provoca que las reservas internacionales se
agoten y las monedas nacionales se colapsen en cuestión de días. Esto ocurrió en México
cuando del 16 al 20 de diciembre de 1994 se esfumaron las reservas del Banco de México.
Algunos años después, también fue el caso de los países asiáticos en crisis. Obviamente,
tales circunstancias cuestionan la idea misma de una política monetaria independiente y
de una moneda nacional soberana. En términos generales, en la actualidad se presenta una
fase transicional de restructuración del sistema capitalista mundial; en ella la acumulación
de capital, proceso central de dicho sistema, transita por un camino tortuoso: una
acumulación de capital realmente inestable, por una parte, acompañada de finanzas
hipertrofiadas relativamente autónomas con un carácter cada vez más especulativo.
57
fueron financiados por los excedentes de la OPEP reciclados por la Banca Internacional,
de esta forma el crecimiento en los países en desarrollo fue mantenido en todo el decenio
de los setentas, superficialmente esquivando a la vez la recesión mundial que se cocinaba,
pero con un costo general de alto endeudamiento absorbido por la mayoría de países de
América Latina.
El alza de los precios del petróleo en los años setenta provocó inflación en los países
desarrollados que en réplica redujeron la demanda agregada, por medio de políticas
restrictivas de impuestos y gastos en la mayor parte de Europa, y a través de políticas
monetarias restrictivas en EE.UU. y el Reino Unido, cuyos resultados para los países
atrasados fueron:
“a) Un aumento en la tasa real de interés que los países en desarrollo afrontaron con
graves consecuencias, ya que la tasa de interés real subió de 4,1% entre 1970-1980
a más de 14.5% entre 1981 y 1985; b) una convulsión en el crecimiento del
comercio internacional y los mercados de exportación de los países en desarrollo;
y c) una disminución del crédito externo a los países en desarrollo, después de un
tiempo de préstamos fáciles”. (Girón y Correa, 1997: 24)
Ugarte (2000: 2) menciona con referencia a la década de los ochentas, que “la evolución
de la deuda externa era alarmante, en 1979 América Latina adeudaba 100,000 millones
de dólares, en 1996 el monto de la deuda externa total desembolsada de 22 países de la
región superó los 600,000 millones de dólares; como lo señalaban los indicadores de
desarrollo humano, un continente en que cada niño nacía endeudado con un promedio de
1,000 dólares. En general había en 1985 más de 1,100 millones de pobres en el mundo,
la mayor parte en Asia Meridional y Oriental (unos 800 millones, de los cuales 420
millones en la India, 210 millones en China y 60 millones en Bangladesh). En el África
subsahariana había 180 millones de pobres, con una incidencia del 47% de la población,
casi tan alta como en la India o en Bangladesh (55%), pero con indicadores sociales
mucho más desfavorables. En América Latina, incluido el Caribe, la incidencia era menor
(70 millones, equivalente al 19% de la población) pero con indicadores sociales muy
desfavorables.”
58
En la actualidad el sistema financiero se caracteriza por dominar a la economía real, por
el mayor valor y la mayor inmediatez de sus transacciones, en un contexto en el que los
dos compiten en el mismo terreno (uso de los mismos medios de cambio, concretamente
el mismo sistema monetario).
A raíz de esta crisis, un número cada vez mayor de autores concuerdan en la necesidad
de dejar atrás el modelo financiero actual, caracterizado por el corto plazo y la
especulación, y entrar en otro que recupere su función original de apoyo a la eficacia de
la economía productiva como uno de los factores generadores de bienestar social.
Desde hace 50 años las Instituciones Financieras Internacionales (IFI) han atravesado una
larga historia económica y política. El contexto en que trabajan y su verdadero rol han
evolucionado radicalmente sin que su mandato y su modo de funcionamiento hayan
evolucionado paralelamente. Las IFI han mantenido una estructura básicamente no
modificada a pesar de la evolución radical de su entorno.
Las IFI han promocionado remedios contra productivos: la receta más ampliamente
generalizada para combatir tanto a la pobreza (BM) como a las crisis financieras (FMI),
ha sido la liberalización de los mercados, y en la práctica ésta ha favorecido en la mayoría
de casos inversiones financieras de tipo especulativo en lugar de inversiones de tipo
productivo. Como ejemplo de las ventajas de no atender a esas imposiciones se puede
citar Malasia, país que sufrió en mucha menor medida las consecuencias de la crisis
financiera asiática en 1997-1998, por no haber seguido la receta de la liberalización y
aplicar en su lugar una política intervencionista.
59
servicios; poseen sucursales o filiales en otros países diferentes a su país de origen (casa
matriz).
Según Veloz, citado en Viteri (2008: 163) las ETN:
“[…] son consideradas los principales agentes de la globalización, ya que, como
portadoras de la vocación universal del capital, integran producción, tecnología,
mercados, flujos comerciales y financieros, y decisiones políticas, es decir, son las
responsables del despliegue económico de las naciones y concentran buena parte
de la actividad económica internacional, tanto en el comercio, finanzas e inversión
foránea, lo que se traduce en una amplia capacidad de gestión mundial”.
A través de ellas la acumulación de capital se vuelve más ágil, circula con gran velocidad,
modificando el entorno natural mediante la explotación de recursos naturales,
transforman los espacios físicos, así como a la organización del trabajo, además controlan
los mercados e imponen sus reglas donde quiera que lleguen, con ello logran expandir su
influencia económica a nivel global.
Otra característica es que tienen acceso a la tecnología, a las comunicaciones, la red de
internet, la robótica, la nanotecnología, la fibra óptica, y cuentan con sus propios grupos
o centros de investigación, por ello las empresas transnacionales son el vehículo para la
internacionalización del capital.
“La internacionalización del capital se expresa en los múltiples flujos de inversión
directa e indirecta que circulan a través de las fronteras. Entre los primeros,
encontramos todos aquellos efectuados por las empresas transnacionales, que se
proponen ejercer un control sobre el funcionamiento, administración y gestión de
las firmas filiales establecidas en uno o varios países fuera de su país de origen. La
inversión indirecta, por su parte, se refiere a los títulos o contratos de deuda, a los
que habría que agregar las inversiones internacionales en portafolio, ya sea en
acciones o en títulos de deuda o derivados. Estas últimas no se proponen ejercer un
control directo sobre la gestión y administración de las empresas. Como se vio en
el párrafo anterior, se interesan más bien en el rendimiento, y cada vez más en el
rendimiento de corto plazo y la especulación”. (Viteri, 2008: 165)
16
En la Bolsa, son operaciones de compra y venta con objeto de lograr un beneficio aprovechando las
diferencias de precio, por las imperfecciones del mercado.
60
por tanto, bajar los costos transfronterizos de incertidumbre y volatilidad. Además,
las empresas transnacionales realizan inversiones en portafolio, ya sea a través de
la matriz o de cualquiera de sus filiales”. (Viteri, 2008: 165)
Las empresas transnacionales son las que dominan a la economía mundial, tienen una
fortaleza que va en aumento, a pesar de que su actividad implica devastación del medio
ambiente por el uso intensivo de agua, petróleo y minerales, así como fomentan la
desigualdad regional, por todo lo cual muchos las asocian al capitalismo salvaje.
El Cuadro II.3 resume diferentes indicadores que permiten observa el nivel de crecimiento
de las empresas transnacionales. Según dicho cuadro, las ventas de las filiales de ETN en
todo el mundo pasaron de 4 723 millones de dólares en 1990 a 36 356 en 1914, lo que
significa que en sólo 14 años sus ventas crecieron 7. 6 veces, en tanto que las
exportaciones de las filiales extranjeras pasaron de 1 444 millones de dólares en 1990 a
7803 en 1914 creciendo 5.4 veces; en lo referente a la tasa de rentabilidad de la IED, ésta
aumentó del 6.1 por ciento en 2013 al 6.4 por ciento en 2014. No obstante, estas cifras
siguen siendo inferiores al promedio del período anterior a la crisis (2005-2007) durante
el cual dicha tasa era de 7.6 por ciento.
Cuadro II.3
Indicadores de la IED y la producción internacional, 2014 y años seleccionados.
(valor a precios corrientes en miles de millones de dólares)
2005-2007
(promedio
1990 2012 2013 2014
anterior a
la crisis)
Ingresos por concepto de entradas de 82 1 024 1 467 1 517 1 575
IED
Rentabilidad de las entradas de IED 4.4 7.6 7.0 6.1 6.4
Ventas de filiales extranjeras 4 723 21 469 31 687 33 775 36 356
Activos totales de las filiales extranjeras 3 893 42 179 88 536 95 230 102 040
Activos totales de las filiales extranjeras 3 893 42 179 88 536 95 230 102 040
Exportaciones de las filiales extranjeras 1 444 4 976 7 469 7 688 7 803
Puestos de trabajo en las filiales
20 625 53 306 69 359 71 297 75 075
extranjeras (en miles)
Memorando PIB 22 327 51 799 73 457 75 453 77 283
Formación bruta de capital fijo 5 592 12 219 17 650 18 279 18 784
Exportaciones de bienes y servicios 4 332 14 927 22 407 23 063 23 409
Fuente: UNCTAD (2015: 14)
61
empresas transnacionales son altamente maquinizadas y por tanto su aporte a la
generación de empleos es más bien escaso.
Las empresas transnacionales prosperan por la acumulación de capital, pero también por
la unión de dos empresas (fusión), o por la compra de una empresa por parte de otra
(adquisición), siendo éstas las formas más comunes en la globalización para que las
empresas adquieran fortaleza en el mercado.
En el Cuadro II.4, se muestra como han estado evolucionando las fusiones y adquisiciones
transfronterizas.
Cuadro II. 4
Fusiones y adquisiciones transfronterizas. 1990-2014
Promedio 2006-
1990 2007 (antes de 2011 2012 2013 2014
la crisis)
Fusiones y
111 780 556 332 349 399
adquisiciones
Fuente: Elaboración propia con base en UNCTAD (2014: 11) y (2015: 14)
Otro aspecto que se debe contemplar es que las fusiones y adquisiciones traen consigo la
desaparición de empresas grandes y pequeñas, por la incapacidad que tienen de sobrevivir
62
en el mercado. Las empresas transnacionales, aprovechan esta circunstancia para
controlar el mercado, pasan a controlar precios y en muchos casos ofrecen productos con
menor calidad quitando al comprador capacidad de elección. Pero lo más grave se da
cuando una economía en desarrollo se va desestructurando poco a poco por la llegada de
grandes capitales extranjeros, dándose una tendencia a la desindustrialización y orillando
a este tipo de economías a la especialización como proveedores de fuerza de trabajo barata
y de materia prima.
Este proceso, no se podría realizar sin una profunda liberalización de los movimientos de
capitales a nivel global, cuya promoción se ha realizado mediante las políticas generales
contempladas en el modelo neoliberal. Con la liberalización de los movimientos de
capitales, se abren las economías a un comercio libre que beneficia al gran capital
financiero internacional. Así, las economías de los países con menor desarrollo permiten
libremente el ingreso de inversiones, recibiendo grandes volúmenes de productos y
servicios de las transnacionales de los países más industrializados.
Las inversiones se dirigen hacia los países que ofrecen mayor posibilidad de beneficio y
a las ramas de la producción donde sean más rentables como ocurre en los países menos
desarrollados, donde se apropian de empresas y consumen fuerza de trabajo barata y los
recursos naturales.
Al respecto, cabe destacar que según la UNCTAD (2014: 4) “la IED de las ETN de países
en desarrollo alcanzó 2013 la cifra de 454,000 millones de dólares, lo que constituye un
récord. Junto con las economías en transición en ese año representaron el 39 por ciento
de las salidas mundiales de IED, en comparación con solo el 12% a principios de la década
de 2000. Así también, las empresas transnacionales de países en desarrollo están
adquiriendo cada vez más filiales extranjeras de ETN de países desarrollados ubicadas en
los países en desarrollo.”
Según esa fuente, para ese mismo año de 2014 y a pesar de la disminución global de
inversiones extranjeras, “las entradas de IED en las economías en desarrollo aumentaron
un 2% y registraron un nivel sin precedentes de 681,000 millones de dólares. Así, las
economías en desarrollo reforzaron su posición como principales receptoras de las
corrientes mundiales. China se convirtió en el mayor receptor mundial de IED. De los
diez principales receptores de IED en el mundo, cinco son economías en desarrollo”.
63
II.7. México y América Latina ante los contenidos económicos de la globalización.
En este apartado se revisa el periodo de transición del modelo ISI al modelo neoliberal,
se analizan las posturas de diversos autores que descartan que se haya presentado un
agotamiento del primer modelo, ya que existían soluciones para hacer reformas
estructurales que permitirían su vigencia, lo que no se logró dada la urgencia de la crisis
de la deuda de América Latina de los 80, aunado a las condiciones sociales y económicas
que permitieron la imposición del modelo neoliberal.
La década de los setentas se caracterizó por una moderación del crecimiento y una
aceleración de la inflación, variables que influyeron negativamente en el comportamiento
de otros desequilibrios macroeconómicos, especialmente el desequilibrio externo, que A.
Guillén (2008: 18) denomina como “la contradicción básica que le es inherente [al modelo
ISI] entre las necesidades de crecimiento y la barrera que representa la capacidad para
importar”.
“El desequilibrio externo se vio agravado, además, por el descuido relativo del sector
agropecuario. Mientras que la estructura productiva se modificó, constituyéndose la
64
industria en el eje del proceso de acumulación de capital, las exportaciones siguieron
descansando en los productos primarios”. (A. Guillén, 2008: 27)
Por lo que toca a los ingresos corrientes del sector público, se puede decir que durante esa
década, el modelo ISI descansó sus políticas fiscales en una estructura tributaria regresiva,
de bajos impuestos y subsidios a los grandes empresarios, situación que obligó a captar
recursos en menor proporción a los gastos públicos, por lo que se presentaban déficit
presupuestales, que se compensaban con los ingresos que generaban las empresas de
propiedad estatal y la moderada deuda pública. Sin embargo, el Estado ante el
estancamiento de la inversión privada, utilizó la política fiscal expansiva de aumento a
los gastos públicos, y de la inversión pública, que compensara la renuencia de los
empresarios privados a invertir y de esta manera continuar con un crecimiento económico
similar al de los años anteriores.
Es así que, de acuerdo a A. Guillén (2008: 29), el modelo ISI “se vio enfrentado a sus
contradicciones internas, los gobiernos de la época sin la base política para recuperar
autonomía frente al exterior y emprender las reformas necesarias para ampliar los
horizontes del modelo, atrapados nuestros países en una crisis estructural que apareció al
mismo tiempo, a finales de la década de los sesenta, se recurrió a la opción más fácil del
endeudamiento externo para financiar las crecientes desequilibrios externos y
presupuestales y a profundizar la intervención estatal de la economía para contrarrestar la
contracción de la inversión privada”.
65
Grafica II.4 Evolución de América Latina, países seleccionados. Millones de dólares
5734
Brasil 71527
87580
6999
México 57378
84800
5810
Argentina 27157
43634
1422
Venezuela 29356
31000
3211
Perú 9386
11097
2236
Colombia 6491
9421
2977
Chile 12081
17153
0 10000 20000 30000 40000 50000 60000 70000 80000 90000 100000
66
De esta manera, desde el lado del pensamiento estructuralista, y en contraposición a lo
que señalan hoy los defensores del pensamiento neoliberal, portavoces del pensamiento
único, de que la teoría latinoamericana del desarrollo se empeñó en sostener una estrategia
de industrialización estatista e inviable que la aisló el mercado mundial, autores como A.
Guillén (2008) plantea que las contradicciones que enfrentaba el desarrollo del Modelo
ISI podían superarse a partir de la puesta en marcha de reformas estructurales profundas
para atacarlas y alcanzar niveles superiores de desarrollo. “Estas reformas, incluían, entre
otras, la revisión de la protección y el aliento de las exportaciones de manufacturas, así
como reformas redistributivas como la reforma fiscal o la postergada reforma agraria”.
(A. Guillén, 2008: 36)
A decir de Héctor Guillén (1997: 84-85), “no hay que olvidar que los esfuerzos del
gobierno estadounidense de derribar el gobierno de Salvador Allende, gracias a un
sangriento golpe de Estado […] que favoreció el surgimiento de las políticas ortodoxas
de estabilización [que se encargaron, por medio de la represión, de imponer la disciplina
a los trabajadores], el autoritarismo surgió como una condición de imponer las políticas
ortodoxas [...] estas políticas apuntaron al largo plazo, se intentó modificar de manera
fundamental el funcionamiento de la economía […] después de un periodo de represión
sangrienta, la junta de Pinochet escogió sus medios de luchar contra la inflación,
desincorporar el estado de la vida económica y liberalizar esta última”.
La decisión de los acreedores externos de subir las tasas de interés y restringir los flujos
de crédito, así como la rigidez de los programas de ajuste impuestos por FMI, orillaron a
los países latinoamericanos a encauzar sus economías hacia el exterior y a financiar el
pago del servicio de la deuda mediante la obtención de cuantiosos superávit en la balanza
comercial, lo que se tradujo en una y de los niveles de inversión y empleo.
67
abrupta de la economía nacional, transitando a un modelo de economía abierta,
caracterizado por el vuelco hacia las exportaciones manufactureras como el eje del
régimen de acumulación.
Cuando en agosto de 1982, México anunció que era incapaz de cumplir con los pagos
estipulados de su deuda pública, por el tamaño de la economía mexicana, ello marcó el
comienzo de la crisis de la deuda latinoamericana (si bien países más pequeños con
deudas exorbitantes ya eran incapaces de pagar). A medida que la crisis fue agudizándose
más, muchos de los problemas del sistema bancario internacional se hicieron evidentes.
Los resultados del proceso de transición al nuevo modelo neoliberal, permiten ver, que
siguió dos rutas diferenciadas. “Por un lado, en los países del Cono Sur, se gestó una
cierta ‘reprivatización’ de sus economías, (basada en las exportaciones de materias
primas) y por el otro lado, México y otros países centroamericanos y del Caribe se
convirtieron en plataformas de exportación hacia Estados Unidos, mediante
maquiladoras: en la región se generaron procesos de desindustrialización y de ruptura de
cadenas productivas internas”. (A. Guillén, 2008: 22)
El modelo neoliberal fue una consecuencia de las tendencias mundiales que empujaban a
proyectar los sistemas productivos hacia el exterior, como resultado de la crisis estructural
iniciada a finales de los años sesenta en los principales países desarrollados. Esa crisis
desde los años ochenta, coincidió con el agotamiento del Modelo ISI en América Latina.
Según puede verse en el Cuadro II.5, la tasa media de crecimiento del PIB durante la
década de los 80, fue cero durante el primer lustro y de apenas 2 por ciento en los
siguientes cinco años, dicho incremento en promedio fue menor al crecimiento de la
natalidad en la región. Después del período de continuo crecimiento económico posterior
a la II Guerra Mundial, América Latina se hundió en la “década perdida” de los años
1980, en la cual, el PIB por habitante de América Latina descendió -0.8 por ciento.
Cuadro II. 5.
América Latina: Producto Interno Bruto Total (tasa media de variación anual)
1978/81 1982/84 1985/90 1991/94
América Latina 4.2 -0.0 2.0 3.6
Argentina 0.1 0.8 -09 7.6
Brasil 4.1 1.0 2.8 2.3
Chile 7.2 -3.4 5.6 6.8
Colombia 4.9 2.2 4.7 4.0
México 9.2 -0.5 1.6 2.6
Venezuela -1.2 -2.7 2.4 3.0
FUENTE: CEPAL (1996: 237)
La manera en que se desencadenó la crisis de la deuda externa, fue una de las razones
principales de la drástica caída de las tasas de crecimiento económico y del PIB per cápita
en la región. Durante la década perdida, los gobiernos continuaron con la espiral de
68
endeudamiento, los préstamos eran tentadores para los países latinoamericanos que
confrontaban problemas de una balanza de pagos deficitaria por la enorme sangría de la
salida de capitales, lo cual los obligaba a adquirir nuevos préstamos para pagar el
endeudamiento previo. Los gobiernos de estos países, al mismo tiempo que aplicaron
severas políticas de ajuste económico (una decisión políticamente impopular) contrataron
créditos con altos intereses bancarios, ofrecidos por banqueros agresivos.
Por su parte, los bancos comerciales impusieron condiciones aún más severas para la
concesión de préstamos o renegociación de la deuda, estos préstamos y subvenciones se
negociaron y concedieron solamente bajo condiciones y arreglos draconianos. Como se
esperaba, los países deudores fueron exigidos a reformar sus políticas económicas bajo
estas condiciones restrictivas.
Con el pretexto de reducir el déficit público y liberar divisas para el pago de la deuda
externa, durante los siguientes años comenzaron a aplicarse en la región los dogmas
neoliberales. “Los llamados planes de ajuste estructural […] produjeron una gran
transferencia neta de capitales desde la región hacia el Norte económico (más de 200 mil
millones de dólares). En concepto de ‘servicio de la deuda’, entre 1982 y 2000 América
Latina devolvió más de cuatro veces el stock total de su deuda. El endeudamiento,
incluyendo la estatización de la deuda privada de las oligarquías nacionales, creció sin
parar desde entonces”. (Fernández, 2013: 4)
A finales de esa década de los ochenta, se renegoció la deuda externa bajo los auspicios
del Plan Brady, lo que produjo un cierto alivio en la carga de su servicio. Las balanzas de
pagos de los principales países, tuvieron un impulsó en apertura de la cuenta de capitales,
lo que permitió el ingreso de capitales foráneos, el libre acceso de la inversión extranjera
directa (IED), que creció en este periodo y de los flujos privados de capital de cartera,
todo lo cual permitió financiar el desequilibrio de la cuenta corriente.
69
El remate de la primera generación de reformas neoliberales, se puede ver con la firma
del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en 1992, que implicó un
acuerdo entre gobiernos y grupos empresariales oligopólicos, que veían en la integración
una palanca importante para ampliar sus mercados y zonas de operación e influencia, así
como para maximizar sus beneficios. Por su parte, que el gobierno de Estados Unidos
logró con el TLCAN “llevar a la práctica un conjunto de reglas para la operación de las
inversiones extranjeras que conceden a estas una libertad irrestricta, así como un conjunto
de prerrogativas: propiedad intelectual, tratamiento nacional a los inversores extranjeros,
eliminación de normas de comportamiento, etc.), que se han impulsado en diversos foros
multilaterales y tratan de aplicar en escala”. (A. Guillén, 2008)
En los noventa, ya en pleno “Consenso de Washington”, el crecimiento del PIB per cápita
en América Latina, fue bastante mediocre, del 1.3% anual, lo que contrasta negativamente
con el 2.54% conseguido en los sesentas y el 3.3% de los setentas (A. Guillén, 2008). A
pesar de lo que sostenían los representantes del “pensamiento único” en el sentido de que
la apertura se traduciría en un mayor crecimiento económico, sucedió exactamente lo
contrario. De acuerdo a Arturo Guillén (2008) los países que tuvieron resultados exitosos
en materia de crecimiento económico durante los años noventa y la primera década del
presente siglo, fueron aquellos que no siguieron al pie de la letra el decálogo del Consenso
de Washington (Taiwán, Corea del Sur, China o India), mientras que los que obtuvieron
los peores resultados fueron los que se apegaron dogmáticamente al libreto neoliberal,
como Argentina, Brasil o México.
A su vez, los grupos privados internos y los gobiernos de los países endeudados de la
periferia, esperaban que la globalización neoliberal, era una opción para reconvertir sus
empresas y enfocarlas hacia el mercado externo, principalmente hacia el mercado
norteamericano, como componente central del nuevo modelo de desarrollo basado en una
economía industrial–exportadora.
El fracaso del “ajuste ortodoxo” de los ochenta, postró a América Latina en una situación
de estancamiento en la “década perdida”, sin resolver los desequilibrios que estaba
llamado a superar. A esa estrategia de ajuste, que consistía en diez medidas de política
económica que abarcaban desde la disciplina fiscal hasta la liberalización comercial y
financiera, se le bautizó como el “Consenso de Washington” a partir del artículo de John
Williamson, que ya ha sido mencionado, este documento no consistió meramente en un
decálogo de política económica impuesto desde Washington, sino que expresó un
compromiso político, un entramado de intereses, entre el capital financiero globalizado
del centro estadounidense y las élites internas de América Latina. (Martínez y Soto, 2012:
48- 49)
Durante la etapa del “ajuste ortodoxo” de los ochenta, se consolidó en los gobiernos
latinoamericanos un grupo de funcionarios educados en las universidades
estadounidenses del establishment (Yale y Harvard), dispuestos a aplicar religiosamente
las “verdades” del nuevo decálogo neoliberal.
70
A nivel político, se dio una recomposición del bloque dominante, en el cual la hegemonía
fue conquistada por los grupos oligárquicos internos que lograron reconvertir sus
capitales hacia el exterior, estrechamente vinculados con las ETN, así como los capitales
ubicados en los circuitos financieros globales. Con el avance del modelo, algunos
miembros de las oligarquías internas se convirtieron en rentistas o socios menores del
capital transnacional, todo ello en detrimento de la planta productiva nacional, la cual se
vio fuertemente debilitada.
CAPÍTULO III.
PRESENTACIÓN.
71
Más adelante se comenta sobre la revolución de las comunicaciones, la cultura y la
educación, se destaca el papel del Estado en la globalización, los cambios que ha tenido,
como la pérdida de soberanía e imposición de políticas económicas, políticas, sociales y
culturales.
En este apartado se analiza el fin de la llamada “guerra fría”, originado por el colapso del
bloque socialista, que se dio durante la última década del siglo XX, acontecimiento
histórico que permitió la formación de un mundo unipolar, dominado por los Estados
Unidos. Se analiza el desenvolvimiento de otros ámbitos de la hegemonía estadounidense
en el terreno militar, económico y geopolítico.
El periodo conocido como “guerra fría”, caracterizado una obstinada lucha por la
supremacía mundial entre los bloques capitalista y socialista, llegó a su final iniciar la
última década del siglo XX, sin que mediara entre ellos una gran conflagración bélica.
Eric Hobsbawm (1998) explica el derrumbe del sistema socialista desde la perspectiva
económica de la siguiente manera:
72
“Estos resultados minaron la confianza en el socialismo quizás más que cualquier
otra cosa, porque su capacidad para mejorar las vidas de la gente común mediante
una mayor justicia social no dependía básicamente de su capacidad para generar
mayor riqueza”. (Hobsbawm, 1998: 468 – 469)
A nivel geopolítico, desde casi tres décadas antes, en el campo socialista algunos intentos
democratizadores fueron reprimidos militarmente: experiencias como las
manifestaciones antisoviéticas en Hungría en 1956, o la llamada “primavera de Praga” en
1968, culminaron con invasiones militares soviéticas a esos países, lo que dejo claro que
muchos de los regímenes comunistas aliados a la URSS habían perdido su legitimidad,
aunque en 1980 el triunfo en Polonia del sindicato Solidaridad, que contaba con una
enorme base social, tuvo como respuesta un mayor endurecimiento del régimen sin que
se llegara a una invasión militar de la URSS. (Hobsbawm, 1998)
Lo anterior significaba, simplemente, que los reformistas querían tener las ventajas del
capitalismo sin perder las del socialismo, aunque “lo que condujo a la Unión Soviética
con creciente velocidad hacia el abismo fue la combinación de glasnost, que significaba
la desintegración de la autoridad, con una perestroika que conllevó la destrucción de los
viejos mecanismos que hacían funcionar la economía, sin proporcionar ninguna
alternativa, y provocó, en consecuencia, el creciente deterioro del nivel de vida de los
ciudadanos. El país se movió hacia una política electoral pluralista en el mismo instante
en que se hundía en la anarquía económica”. (Hobsbawm, 1998: 479)
Entre agosto de 1989 y el final de ese mismo año, el poder comunista abdicó o dejó de
existir en Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Rumania y Bulgaria; poco después,
siguieron los Estados balcánicos de Albania y Yugoeslavia (que se fragmentó
posteriormente en varios estados). La República Democrática Alemana sería muy pronto
anexionada por la Alemania Occidental. El mundo occidental siguió fascinado este
proceso de desintegración del socialismo europeo, que no logró avanzar a otros
continentes; así, en julio de 1989 el gobierno chino decidió, tras semanas de desacuerdos
internos y dudas, restablecer su autoridad y disolver violentamente la manifestación
estudiantil en la plaza Tiananmen.
El derrumbe del socialismo real, en más de un sentido no se puede considerar una victoria
del llamado “mundo capitalista occidental” dominado por los EE. UU., dado que no
73
correspondió a una derrota militar, no hubo actos de represión por parte de los gobiernos
en contra de las fuerzas sociales que los derrocaban (salvo en Rumania), ni fue una
victoria de la exigua oposición (intelectuales, activistas).
“El derrocamiento del sistema soviético y todos los otros fenómenos que
acompañaron el fin de la guerra fría […] posibilitó el surgimiento de un alto grado
de unipolarización, sin precedente en la Historia moderna […] actualmente, el
poderío de los Estados Unidos, en lo referido a los grandes problemas
internacionales, resulta en la práctica, incontrastable. Hoy en día, no hay crisis
internacional que pueda ser resuelta sin la participación, o por lo menos el
consentimiento de los norteamericanos.”
“Así, aunque sea un exceso de optimismo afirmar que el fin de la bipolaridad dio
lugar a un mundo multipolar, tampoco es irreal afirmar que el unipolarismo que
caracterizó, y de cierta forma todavía caracteriza, el período de la posguerra fría,
puede no ser más que un breve interludio entre la bipolaridad y la multipolaridad.”
(Amorín, 1998: 89)
En ese escenario de desaparición del bloque socialista, los atentados a las Torres Gemelas del
complejo del Word Trade Center (WTC) de Nueva York el 11 de Septiembre de 2001, de
acuerdo a Jorge Hernández, propiciaron en los centros de poder estadounidenses “la
consolidación una plataforma ideológica, en el que se focaliza un ‘nuevo enemigo’ –el
terrorismo–, que viene a ocupar el lugar del eje articulador de la política exterior que
durante la guerra fría lo constituía el comunismo internacional”, con lo cual se hacen
presentes “elementos de continuidad que están en la base de la cultura política
estadunidense y que al mismo tiempo brindan legitimidad a la política interna”.
(Hernández, 2007: 108)
74
a ese país como una “fortaleza sitiada” que debe protegerse de los sentimientos
antiestadunidenses.
La estrategia de Bush fue más allá, al lograr que el Congreso Estadounidense aprobara en
2001 la Ley conocida como “Acta Patriótica”, que bajo el argumento del combate al
terrorismo, otorga mayores facultades al Estado en aras de combatirlo, mejorando la
capacidad de las distintas agencias de seguridad estadounidenses, dotándolas de mayores
poderes de vigilancia. También se promulgaron nuevos delitos de terrorismo y endureció
las penas a quienes los cometieran.
Esta ley fue de inmediato criticada dado que vulnera los derechos de privacidad y
confidencialidad de la información tanto al interior de EE.UU. como de manera
extraterritorial.
75
Dicho autor concluye que, “el terrorismo es un fenómeno sembrado deliberadamente para
poner espectacularidad en la vida criminal del Estado Policial con práctica de seguridad
securitizada, que visibiliza las capturas para sembrar el terror y la angustia, deja en
zozobra a la sociedad porque todos pueden ser endilgados de terrorista, institucionaliza
el crimen, la violencia, la impunidad y el terror de Estado con la figura del terroristas
indefinida jurídicamente y carente de significado en las leyes pero muy importante para
desmantelar derechos en ciudadanías reprimidas y eliminar con lujo de violencia e
instrumentos de guerra a grupos y comunidades que están en resistencia y desean cambiar
su situación de explotación inmisericorde”. (Salazar, 2012: 241)
Para Piñeyro (2012) el discurso del gobierno norteamericano de que luchó durante la
guerra fría a favor de un mundo libre y democrático frente al comunista y totalitario, y
actualmente promueve el respeto de los derechos humanos, la democracia y el libre
mercado internacional, es un mito; su apoyo a dictaduras militares o regímenes
autoritarios y la negación de tales derechos, ha sido una actitud constante, lo del libre
mercado es libertad para la inversión y el comercio de sus corporaciones multinacionales.
Para Ceceña (2002), el dominio de los recursos estratégicos, “es objeto de un cuidado y
una política especial por parte de las agencias gubernamentales que tienen a su cargo la
seguridad nacional de Estados Unidos. Capaz de desatar guerras como la del Golfo
Pérsico, el petróleo es responsable de algunas de las decisiones de movilización de tropas,
financiamientos y personal de inteligencia de Estados Unidos y de organismos
internacionales que, hasta ahora, han respondido puntualmente a sus sugerencias.
76
La autora también señala que la política de dominio de los recursos estratégicos no se
limita a los energéticos, al existir otros campos
77
descubrimientos que son la base de los cambios que vigorizan al modo de producción
capitalista. A partir de todo esto el capitalismo se desarrolla.
Como es de esperarse, los avances científicos se centran en las áreas más rentables: la
biotecnología, la informática, las comunicaciones y la robótica. En la producción se
utilizan robots, programas de computación, maquinaria digital. La introducción de
tecnología de punta modifica el papel del hombre en la producción; el hombre realiza un
trabajo, pero la base para la producción son las maquinas, y el hombre supervisa y
programa.
78
En las comunicaciones existe una profunda revolución, surgen las redes sociales, el
conocimiento se ve favorecido a partir de su difusión por la red de internet, también ahora
se puede comprar y vender desde lugares lejanos.
79
“Este proceso de globalización, por lo tanto, aumenta la brecha tecnológica entre los
países desarrollados y ‘en desarrollo’, multiplicando las oportunidades de concentración
de la riqueza producida en manos de fuertes Estados nacionales, con impresionantes
masas humanas y procesos educativos capaces de aumentar rápidamente la capacidad
intelectual, política y económica de los polos más avanzados del sistema”. (Dos Santos,
2015: 2)
En las regiones menos avanzadas se están modificando las formas de vida de los sectores
más pobres, pues están desapareciendo formas de producción artesanal y comunitaria.
Los pobres se están volviendo más pobres. “Estos cambios provocan un éxodo masivo de
la población rural a las zonas urbanas, y crean una grave y compleja interacción entre la
alta tecnología, concentración de la riqueza y condiciones de vida miserables. Esta nueva
realidad se convierte en una fuente de tensiones sociales y ambientales cuyos límites aún
no pueden ser establecidos”. (Dos Santos, 2015: 2)
“Otro aspecto fundamental que muestra una gran brecha, se refiere a las disparidades
respecto de la capacidad de generar innovaciones científico tecnológicas y, por
consiguiente, a los muy distintos niveles de propiedad intelectual existentes entre países
y regiones, con la mayor parte de dicha propiedad concentrada en los países
desarrollados”. (Díaz, 1998: 2)
Cuadro III. 1
Derechos de propiedad intelectual
en vigor, 2013
Patente 9,45 millones
Modelo de utilidad 2,29 millones
Marca 26,30 millones
Diseño industrial 2,98 millones
Fuente: elaboración propia con base en: Datos y cifras de la OMPI sobre P.I.
(2014: 12)
De acuerdo a la OMPI (2014: 12), “En 2013, China superó por primera vez el millón de
patentes en vigor. Además, correspondió a China el 85% del total de modelos de utilidad
en vigor. En 2013, hubo un total de 26.300.000 marcas activas en unas 90 oficinas
repartidas por todo el mundo. China contó con el mayor número de marcas en vigor, con
7.200.000. Los Estados Unidos de América (1.800.000) y el Japón (1.700.000) presentan
cifras similares, y la India, con casi 980.000, también se encuentra en las primeras
posiciones. Estaban en vigor casi 3.000.000 de registros de diseños industriales, de los
cuales 1.200.000 en China.”
80
En el Cuadro III.2 se puede observar de manera clara como se encuentra la participación
de las regiones del mundo en torno a los avances científicos y tecnológicos, pues a final
de cuentas estos se concretan en propiedad intelectual de: Patentes, modelos de utilidad,
marcas, y diseños industriales.
Cuadro III. 2
Porcentaje de solicitudes sobre propiedad intelectual por región 2013
(porcentaje)
Modelo de Diseños
Región Patentes Marca
utilidad industriales
África 0,6 0,02 2,4 1,2
Europa 13,5 5,4 29,3 24,0
América del Norte 23,6 0,0 8,9 3,3
Asia 58,4 93,9 48,2 69,4
América Latina y el Caribe 2,5 0,5 8,9 1,3
Oceanía 1,4 0,2 2,2 0,8
TOTAL 100 100 100 100
Fuente: Elaboración propia con base en: Datos y cifras de la OMPI sobre P.I.
(2014: 10 y 11)
Según la misma OMPI, la distribución por regiones de las solicitudes sobre propiedad
intelectual -ver Cuadro III.2- está fuertemente concentrada en aquellas regiones de países
desarrollados, la región de Asia participa con 58.4 por ciento en patentes; 93.9 por ciento
en modelos de utilidad; 48.2 por ciento en marcas y el 69.4 por ciento en diseños
industriales; EE.UU. le sigue solo en patentes con el 23.6 por ciento; en contraste, la
región de América Latina y el Caribe, se observa escasa participación en solicitudes de
patentes, participa con el 2.5 por ciento; en modelos de utilidad tiene 0.5 por ciento; en
diseños industriales el 1.3 por ciento solo supera a África; aunque se iguala en solicitud
de marcas con América del Norte, con el 8.9 por ciento; pero debemos observar que la
región de A. L. y el caribe agrupa a muchos países, por lo que éstos datos vienen a reforzar
lo que se ha dicho anteriormente, los países en desarrollo siguen en el atraso y la
dependencia.
Por consiguiente, queda claro que, si bien hay una revolución científica y tecnológica en
expansión, esa revolución está distribuida desproporcionadamente, se haya concentrada
y al servicio de los países imperialistas, mismos que, han dejado al margen y en la pobreza
los países atrasados.
En el presente apartado se abordarán temas que hoy por hoy, están generando cambios
nodales en el contexto Norte-Sur. Estos cambios que cada vez son más acelerados en el
ámbito de la comunicación, la cultura y la educación, han llevado a la creación de nuevas
formas en el pensamiento occidental y oriental, conformado una nueva arquitectura que
está impactando socialmente, políticamente y económicamente. El mundo ha pasado de
una integración a cada vez más a una inclusión, en el que tanto la multiculturalidad, la
interculturalidad y la transculturalidad son expresión del proceso de globalización y del
actual modelo neoliberal.
81
III.3.1. Revolución de las comunicaciones.
No es nuevo que en pleno siglo XXI, las redes de comunicación en tiempo real están
configurando el modo de organización del planeta. Lo que se convino denominar
mundialización/globalización, hoy en día ha llevado a una generalización de la
interconexión de las economías y las sociedades y más aún a una integración mundial de
los dispositivos de comunicación, al ampliar progresivamente el ámbito de circulación de
personas y mercancías, lo que ha acelerado la disminución de fronteras físicas,
intelectuales y mentales. (Mattelart, 1998)
Hoy en día, solamente el 11 por ciento de la población mundial tiene acceso a Internet y
en los países industrializados viven el 90 por ciento de las personas “conectadas”: 30 por
ciento en América del Norte, 30 por ciento en Europa y 30 por ciento en Asia y el Pacífico.
Estas estadísticas sitúan de entrada, en su verdadero contexto, la repercusión de la
revolución de las nuevas tecnologías en el mundo, en la sociedad mundial de la
información y el impacto de la red extendida por todo el mundo (World Wide Web). En
realidad, sólo un 10 por ciento de las conexiones con Internet del planeta provienen del
82 por ciento de la población mundial; esta brecha digital se debe a la falta de
infraestructura, ya que existen 2000 millones de seres humanos que ni siquiera disponen
de corriente eléctrica, que por el momento es la condición básica del acceso masivo a las
nuevas tecnologías. (UNESCO, 2005: 32 -33)
En un sentido semejante, las cifras que se presentan en el Cuadro III.3 sobre estadísticas
mundiales del Internet y la población, permiten tener un panorama general sobre el acceso
diferenciado a las nuevas tecnologías de la comunicación. En dicho cuadro, se observa
que la penetración de Internet en Norte América es más del triple que en África, y ello a
pesar de que entre 2000 y 2015 el crecimiento del uso de Internet en este continente ha
sido notablemente superior al crecimiento en Norte América, así también los usuarios de
Facebook, etc.
Cuadro III. 3
82
Estadísticas mundiales del internet y de la población, 2015 (1)
Usuarios Usuarios Crecimien- Penetra- Facebook
Población
Regiones Dic. 31, Jun. 30, to % (2000- ción (% Dic. 31,
(2015 Est.)
2000 2015 2015) Población) 2012
África 1,158,355 4,514 313,257 6,839.1 27.0 51,612
Asia 4,032,466 114,304 1,563,208 1,267.6 38.8 254,336
Europa 821,555 105,096 604,122 474.8 73.5 250,934
Oriente
236,137 3,284 115,823 3,426.1 49.0 23,811
Medio
Norte
357,172 108,096 313,862 190.4 87.9 182,403
América
América
Latina/ 617,776 18,068 333,115 1,743.6 53.9 198,039
Caribe
Oceanía/
37,157 7,620 27,100 255.6 72.9 14,806
Australia
TOTAL
7,260,621 360,985 3,270,490 806.0 45.0 975,943
MUNDIAL
NOTAS: (1) Las Estadísticas de Usuarios Mundiales del Internet fueron actualizadas a junio
30, 2015.
Fuente: Éxito Exportador, tomado de http://www.exitoexportador.com/stats.htm
Castells plantea:
“Como toda tecnología, Internet es una creación cultural: refleja los principios y
valores de sus inventores, que también fueron sus primeros usuarios y
experimentadores. Es más, al ser una tecnología de comunicación interactiva con
fuerte capacidad de retroacción, los usos de Internet se plasman en su desarrollo
como red y en el tipo de aplicaciones tecnológicas que van surgiendo. Los valores
libertarios de quienes crearon y desarrollaron Internet, a saber, los investigadores
académicos informáticos, los hackers, las redes comunitarias contraculturales y los
emprendedores de la nueva economía, determinaron una arquitectura abierta y de
difícil control”. (Castells, 2003: 2)
De acuerdo con Castells (2003), Internet y libertad, se hicieron -para mucha gente y
especialmente para los jóvenes-, sinónimo en todo el mundo. Para los detentores del
poder en las teocracias, la reacción fue de hostilidad y rechazo ante la transformación
tecnológica y cultural, no así para las economías democráticas en donde Internet “se
consolida como un instrumento esencial, de expresión e información y comunicación
horizontal entre los ciudadanos” y se convierte “en una estrategia en el desarrollo
económico dentro del marco de la globalización”. (Castells, 2003: 2)
83
Castells menciona que para comprender el proceso de cambio en la era de la
comunicación e información se debe conceptualizar una nueva forma de sociedad, la
sociedad red, formada por configuraciones concretas de redes globales, nacionales y
locales en un espacio multidimensional de interacción social. Para este autor en la vida
social las redes son estructuras comunicativas: “Las redes de comunicación son las pautas
de contacto creadas por el flujo de mensajes entre distintos comunicadores en el tiempo
y en el espacio”. (Castells, 2010: 45)
Para Flores y Flores (2000) “la coincidencia del auge de Internet, así como de la telefonía
móvil y las tecnologías digitales, con la tercera revolución industrial y con la actual
revolución cibernética, conduce de hecho a la integración al mercado de prácticamente
todas las dimensiones de la actividad humana”. (Flores y Flores, 2000: 363)
“Si bien es cierto que la comunicación es la base de las relaciones humanas, también
incluye el proceso, así como los mecanismos, que hacen posible y estimulan los
intercambios entre personas. Todo ser humano se comunica, al hacerlo, transmite y
reproduce la cultura, de ese modo, la comunicación, une a los individuos entre ellos
y permite la vida colectiva; sin comunicación, no puede concebirse la vida en
comunidad, en sociedad. Sin embargo, los medios de comunicación y las industrias
culturales 17 se han convertido en generadores del consumo de masas de bienes o
productos estandarizados sin finalidad pedagógica y cuyo éxito se mide no por la
calidad sino por la cantidad, por el rating de su aceptación, es así como los medios
de comunicación y las industrias culturales se convierten en nuevas supersticiones
y hasta en nuevos oscurantismos al contener mensajes prefabricados y tendientes a
difundir sólo una verdad: la del mercado y la de ciertas formas políticas occidentales
basadas en el liberalismo económico que contribuyen a la expansión de su poderío
y a liquidar la diversidad de pensamientos, creencias y por supuesto de la cultura
en el mundo”. (Flores y Flores, 2000: 365 a 371)
17Entenderemos por industrias culturales a aquellas que se especializan en producir mercancías simbólicas;
incluyen a la industria editorial, la discografía, la publicidad y otras, además de los ya citados medios de
comunicación masiva.
84
ligado a los regímenes de los aparatos políticos de todas las naciones en el mundo,
convirtiéndose así en un enorme obstáculo para el surgimiento de la democracia, que sin
embargo hacia el fin del siglo XX, cede ante el reclamo democrático de la población, al
tiempo que se convierte en la principal arena donde se redefine el espacio público de
discusión, convirtiéndose en la acompañante ambigua de la modernización política y en
el presente siglo XXI, en su carácter de industria cultural torna la política en espectáculo
y escándalo, más que en deliberación racional sobre los diversos proyectos de interés para
los países. (Sedeño, 2011)
Para Shein, citado en (Días, 2012: 49), “la cultura determina las percepciones, los
pensamientos, los sentimientos y, en cierta medida, el comportamiento”, proviene del
latín cultus, que hace referencia al cultivo del espíritu humano y de las facultades
intelectuales del hombre”.
Para Días, la defensa de una cultura es una defensa cognitiva, ya que, en esta sociedad de
avances científicos y tecnológicos, todo cambio que no es asimilado por los distintos
actores sociales, desde un simple software o la interrelación con los procesos de trabajo
donde operan robots y sistemas especialistas, surge el miedo, la inseguridad y el conflicto.
El trabajo solo cambia con las interacciones entre los seres humanos y sus subjetividades.
(Días, 2012: 49)
El concepto de cultura es uno de los más difíciles de entender porque tiene múltiples
abordajes desde diversas disciplinas científicas que tratan de integrar una definición
común; sin embargo, no se puede hablar de la existencia de una cultura, sino de una
diversidad de culturas que conviven e interactúan en un espacio. (Álvarez, 2014: 14)
Para Franz Boas, cada cultura está dotada de un estilo particular y original; abraza todas
las manifestaciones de la cotidianidad social de una comunidad, las reacciones de un
individuo afectado por las costumbres del grupo en el que vive, y el producto de la
actividad humana definida por esas costumbres.
85
ambiente. Por tanto, la cultura es para la sociedad lo que la memoria es para el individuo.
Se habla de una abstracción, es la manera en que Occidente construye su conocimiento
sobre el otro.
En el siglo XX, uno de los máximos exponentes del concepto de cultura es Claude
Levi-Strauss, quien relanzara la idea de cultura en la antropología francesa proponiendo
que cada cultura repite un modelo y que los tipos de culturas posibles son limitados. Cada
cultura puede ser considerada, según Levy, como un conjunto de sistemas simbólicos en
los cuales se coloca el lenguaje, las reglas matrimoniales, las relaciones económicas, el
arte, la ciencia, la religión, que tiende a exprimir todos los aspectos de la realidad física y
de la realidad social. Para el antropólogo Clifford Geetrz, la cultura no es simplemente
un repertorio de modelos de comportamiento empíricamente descubierto y atribuido a la
naturaleza humana, sino un sistema simbólico y un mecanismo de control. (Giménez,
2002: 27)
Para Smith, Antony (citado en Giménez, 2002: 27) la cultura es simplemente manejada
como un repertorio de creencias, estilos, valores y símbolos, y para Bourdieu (citado en
Giménez, 2002: 27) la cultura como “formas simbólicas” y estructurales mentales
interiorizadas, por un lado, y símbolos objetivados bajo la forma de prácticas rituales y
de objetos cotidianos, religiosos, artísticos, etc., por otro.
Para Giménez (2002), concebir la cultura implica no disociarla nunca de los sujetos
sociales que la producen, la emplean o la consumen. No existe cultura sin sujeto, ni sujeto
sin cultura o todas las manifestaciones culturales tendrían que referirse siempre a un
espacio de identidad.
Debido a los desafíos que presenta el siglo XXI, como son las nuevas realidades
económicas, políticas, ecológicas, educativas y tecnológicas, las poblaciones requieren
actitudes y conductas que les permitan reconocer y promover la interdependencia y
cooperación entre naciones.
86
Por el contrario, el prefijo “inter”, en el término “interculturalidad” va más allá, haciendo
referencia a la relación e intercambio, y, por ende, al enriquecimiento mutuo entre las
distintas culturas. La interculturalidad asume que la diversidad es una riqueza de manera
que se entiende, no sólo como necesaria, sino como algo virtuoso. Es la base que permite
la comprensión y el respeto entre miembros de diferentes culturas.
87
En el marco territorial, la idea de ese conflicto entre culturas diferentes, por una parte y
la tendencia a la homogenización cultural por otra, presenta en el contexto actual varias
maneras de manifestarse y que se deben considerar: la prepotencia del occidentalismo; el
sentimiento de pérdida de la identidad de la cultura de las poblaciones; el sentimiento de
pérdida de la identidad cultural de poblaciones autóctonas amenazados por este proceso
de homogenización, así como el sentimiento de pérdida de identidad que lleva a que
grupos de inmigrantes se opongan a la asimilación y que mantengan sus hábitos y
costumbres.
Actualmente, las tensiones entre la globalidad estandarizada que impone el mercado, los
medios de comunicación y las industrias culturales, así como el tiempo-espacio
fragmentado que se asume como originalidad y capacidad creativa se define como las
conductas culturales, sociales y políticas del presente siglo. La cuestión de las identidades
sociales, políticas, étnicas y culturales surge en ciertos casos con fuerza extraordinaria; la
cuestión de la identidad como lucha por la propia personalidad, como resistencia a las
fuerzas disgregadoras del mercado, la comunicación, la mercadotecnia y la publicidad
van llevando a la fragmentación de la personalidad”. (Flores y Flores, 2000: 412 - 413)
88
Provoca desacuerdos y reacciones contrarias en todas las razas y etnias, la falsa
universalidad que los medios masivos de comunicación y los órganos de poder tienden al
difundir valores idénticos “para todos”, y se reafirman los valores de “lo propio”, de su
tradición histórica y de su propia personalidad cultural.
En el presente siglo XXI, el papel de los medios de comunicación y las nuevas tecnologías
de la información y la comunicación presenta cambios en la diversidad de ámbitos
sociales, sin que la educación sea ajena a esta nueva realidad y se enfrente a estos retos.
Renato Días (2012: 49), citando a Hopenhayn, expone que “existe la noción de que la
educación puede unirse a la revolución de la tecnología de la información y la
comunicación y del aumento de los trabajos ‘inteligentes’ y unirse a redes de
conocimiento”; para este autor, existen obstáculos causados por la falta de simetría entre
los sistemas educativos y las nuevas tecnología en América Latina, además de que se le
ha considerado por mucho tiempo a la educación como instrumento de movilidad social
y un medio de integración a la cultura y desarrollo productivo.
Actualmente, educación, ciencia, cultura y comunicación, se han visto impactados, no
sólo por la tercera revolución tecnológica, la de las tecnologías de información y
comunicación, que están creando nuevas dinámicas, porque desde mediados del siglo
pasado, la formación de las personas y grupos, así como los adelantos científicos y
89
técnicos y las expresiones culturales, están en constante evolución, sobre todo hacia una
mayor interdependencia. (UNESCO, 2005: 5)
Con base en lo antes mencionado, este cambio no ha impactado sólo el ámbito económico
y a las estructuras productivas, también está determinando un nuevo orden ideológico,
político, social y cultural. Las redes informáticas han incrementado la universalización de
los intercambios políticos, tecnológicos, económicos, culturales, personales, etc. La aldea
global se ha convertido en realidad en el mundo globalizado en donde la información y
el conocimiento están al alcance del mayor número de personas, sin embargo, presenta
las siguientes repercusiones (Bahillo y Gómez, 2014):
Cómo se desprende de los puntos anteriores, el mercado laboral demanda un nuevo perfil
de profesionales y trabajadores en los que se valoran positivamente no sólo los
conocimientos, sino las actitudes, competencias, habilidades y aquellas cualidades
personales que permitan y faciliten la adaptación a los cambios que se producen en el
contexto económico, social y cultural y por ende en el entorno productivo y empresarial.
Por tanto, los contenidos formativos deben adecuarse a estos cambios sociales y a las
necesidades del sistema económico y del mercado laboral. (Jordán, 1992: 2)
De acuerdo con Jordán (1992) la educación multicultural, es una forma de entender y
vivir la educación, es un enfoque educativo que tiene un carácter inclusivo, donde la
diversidad – considerada como un valor que nos enriquece-- es un ingrediente
indispensable y positivo para una educación integral y de calidad. Se entenderá como a
la educación intercultural como un modelo educativo que busca fomentar el
enriquecimiento cultural de los ciudadanos, partiendo del reconocimiento y respeto a la
diversidad, a través del intercambio y el diálogo, que tienen por finalidad la participación
activa y crítica en aras a cimentar el desarrollo de una sociedad democrática basada en la
igualdad, la tolerancia y la solidaridad.
En autores como Jordán (1992) la finalidad de la educación intercultural en el mundo,
supone una relación y la cualifica, implica que la relación se construye desde planos y en
condiciones de igualdad entre culturas que interactúan, conceptualmente niega la
existencia de asimetrías debidas a las relaciones de poder; en cambio, admite que la
diversidad es una riqueza potencial, de tal forma que se debe entender no sólo como algo
dado en términos de hecho social, sino como posibilidad de vida, como conocimiento,
reconocimiento y valoración de la otredad.
Para Krishna Kumar (1982: 160), es habitual considerar los programas de estudios como
un conjunto de textos independientes de los que se puede suprimir lo que no resulte
satisfactorio ya que la transmisión de ideologías sociales no depende de textos aislados,
pero el poder general de una ideología proviene de su infiltración en el propio sistema.
La distribución de los estudiantes en diversos tipos de escuelas san estás públicas,
90
privadas, urbanas, rurales, etc., así como el proceso docente actual y el método de
exámenes desempeñan papeles importantes en la determinación del mensaje
socioeconómico del sistema educativo actual.
Las condiciones económicas de un país se relacionan con carácter nacional, más que con
las experiencias históricas, señala críticamente Kumar, y es así como la norma del
progreso y la cultura se atribuye a Europa y América del Norte, mientras que los países
atrasados constituyen ejemplos de rezago y exotismo cultural. Es así como la educación
y los medios masivos de comunicación “se convierten a la vez en un medio de difusión
cultural y de dominio político, tanto nacional como internacional y de manera conjunta
constituyen el sector de comunicaciones culturales del sistema mundial con el que se
introducen en los países pobres las ideologías sociales que sostienen el presente orden
internacional”. (Kumar, 1982: 160 -161)
Para autoras como Hidalgo (2010) menciona que, en tanto que institución y espacio del
saber, la universidad se convierte hoy, en sujeto y objeto de cambios trascendentales en
su estructura, forma, en la organización de sus contenidos curriculares, en los tiempos
que implican la validación de los conocimientos, en el reconocimiento del ser o ethos
universitario, en su relación con su medio, en el ambiente para avanzar en el conocimiento
y en sus respuestas a la sociedad. Actualmente, se le está exigiendo transformarse a la
universidad y estos cambios tienen origen externo.
Estos cambios están básicamente basados en: los grandes y rápidos avances en la ciencia
y la tecnología que han transformado la estructura del conocimiento y de la producción;
la dinámica económica del capital a escala mundial y la protección que ha adquirido el
capital financiero, a través de una de sus formas, la globalización; la recomposición del
poder político, ideológico y económico mundial, en un nuevo orden mundial; y, los
clamores humanitarios que genera la desigualdad y la inequidad en la distribución de la
riqueza. (Hidalgo, 2010)
Los aspectos importantes que constituyen aquellos mecanismos que le dan cuerpo al
sistema o Espacio Europeo de Educación Superior son: movilidad, aseguramiento de la
calidad, la promoción de la cooperación, sin embargo, éste ha tardado en consolidarse y
aun cuando hay avances en algunos puntos aún es limitado el acceso de todos los
estudiantes sobre todo latinoamericanos, asiáticos y africanos. (Vargas y Rojas, 2005)
En tal sentido destaca el Proyecto Tuning y el proyecto EEES de la Unión Europea, cuyo
propósito es fijar puntos de referencia, convergencia y comprensión mutua entre las
universidades. Dicho propósito Tuning lo abordó de manera específica mediante la
construcción de competencias genéricas y específicas 18 de cada disciplina para el primero
y segundo ciclo como criterios de referencia, en diversos ámbitos temáticos: estudios
empresariales, ciencias de la educación, geología, historia, matemáticas, física y química
18
Las competencias describen los resultados de aprendizaje, lo que un estudiante sabe o puede demostrar
una vez completado el proceso de aprendizaje. Las competencias se describen como puntos de referencia
para la elaboración y evaluación de los planes de estudio, sin pretender ser modelos rígidos, permitiendo
flexibilidad y autonomía en la elaboración de los planes de estudio, pero introduciendo un lenguaje en
común para describir los objetivos de los planes. Ello se aplica a las competencias específicas y a las
genéricas, como pueden ser las capacidades de comunicación. La construcción de las competencias
genéricas y específicas, se definen como todo aquello que debe aprehender y saber un estudiante al final de
cada curso y ciclo.
91
(Vargas y Rojas, 2005). En concepto de la UNESCO (2005), el negocio de la educación
a nivel mundial representó para 2005, más de dos billones de dólares, es decir, la vigésima
parte del PIB mundial, pero no se muestra de manera clara los ingresos que perciben las
instituciones privadas.
En EE.UU. existe una corriente en pro de la privatización, por lo que ya existen empresas
privadas que administran centros educativos públicos. En la enseñanza superior, punta de
lanza de la mercantilización, la universidad pública ha dejado el camino a la alianza entre
universidades privadas y los proveedores de software y los grupos de telecomunicaciones
que atraen en el mundo entero a estudiantes dispuestos a pagar por la obtención de un
diploma. En tal sentido, para autores como Vargas y Rojas (2005: 220 - 221), en los
inicios del siglo XXI, en EE.UU. se ha propagado y consolidado la idea de asumir y mirar
la educación como como un campo para ‘los buenos negocios’ y en tal sentido muchas
universidades participan en la bolsa de valores, obteniendo índices de rentabilidad muy
superiores a los obtenidos por otras empresas que cotizan en la bolsa
Sin embargo, tal como lo mencionan esos autores, si bien el negocio de la educación ha
sido y es muy redituable, sus resultados en término de calidad no resultan iguales. La
UNESCO (2005) reconoce que para los países en los que la educación se ha convertido
en foco de atracción de grandes empresas los resultados obtenidos de esta
mercantilización son más que dudosos.
Debe ser claro que la función de la Universidad es ser portadora del saber. Si bien la
globalización del conocimiento ha intersectado con la globalización del capital, el
mercado global de las corporaciones ofrece a la venta los conocimientos generados por
la investigación y los convierten en productos comercializables, mediante la
globalización de las universidades, el conocimiento social es empaquetado como
conocimiento de mercado y vendido como un producto, con lo que se afecta las funciones
sustantivas de docencia, investigación y difusión de la cultura, además de la pérdida cada
vez más de su autonomía, el financiamiento, y gobierno.
Es así como hoy por hoy las universidades públicas han perdido espacio en las políticas
públicas del Estado como resultado de la pérdida general de la prioridad de las políticas
sociales inducida por el modelo neoliberal de desarrollo económico; a pesar de las
declaraciones políticas contrarias y de algunos gestos reformistas, subyace en el discurso
de las autoridades gubernamentales que sólo queda como alternativa la creación de un
mercado universitario. (De Sousa, 2010)
III.4. El Estado en la globalización.
María del Carmen Reyes Ugarte
En este apartado se aborda el impacto de la globalización tanto en los países centrales
como periféricos en la función del Estado nación, desde la perspectiva de autores como
Boaventura de Sousa y Massimo Salvadori, para quienes el Estado no tiende a
desaparecer y van a desempeñar nuevas funciones. En caso contrario para Vidal Villa y
Kenichi Ohmae el estado se vuelve obsoleto y da paso a una nueva organización que
conducirá la economía a nivel mundial.
Existen distintas definiciones de la palabra “Estado”, que van desde la hegeliana que
considera que todo lo que el hombre es, se lo debe al Estado, hasta la marxista que lo
concibe como instrumento de la clase dominante para subordinar y explotar a la clase
92
dominada. Etimológicamente, el término nace de la voz latina status, la cual toma sentido
político de unidad “política moderna” con Nicolás Maquiavelo que introduce la palabra
Estado en su obra “El Príncipe”, en la que identifica los Estados y soberanías como las
repúblicas o principados, analizando las causas de la grandeza y caída de los mismos y a
su vez propone una serie de medidas a seguir por los gobernantes para la conquista y
retención del poder. Es por esto, que al Estado también se le puede definir como poder
soberano e independiente que no admite un poder superior; este razonamiento
posteriormente convierte el poder en la soberanía que le da origen al Estado moderno.
Estanislao Fernández nos dice que según Hermann Heller, es a partir del Renacimiento
cuando se produce de una forma más clara la consolidación de estructuras institucionales,
que configurarán la verdadera génesis del Estado en su sentido moderno y que en los
últimos cinco siglos ha constituido la principal forma de organización política de las
sociedades sometidas a la evolución institucional del Estado. En tal sentido, Fernández
(Fernández, 2007: 2-15) plantea que el Estado como entidad jurídico-política surge bajo
los procesos de modernización que se producen en el continente Europeo en los siglos
XV y XVI de la organización medieval, la cual debido a la rigidez de su estructura política
dan paso a las monarquía autoritaria, que precede al proceso de formación de los Estados
nacionales, los cuales impulsan por una parte el orden soberano mediante el monopolio
de la coacción física legítima como instrumento de dominio y, por otra parte, una
burguesía política y económicamente fuerte que precisaba una nueva forma de
organización social, el capitalismo. Dicho orden social precisó de un nuevo marco
jurídico, económico y político para asentar la idea de soberanía o de razón de Estado,
dotándolo de legalidad y legitimidad, que dará paso al Estado liberal, mínimo, o
interventor que se caracterizará por tres supuestos básicos como son el imperio de la ley,
el reconocimiento de derechos fundamentales inherentes al ser humano y representar la
traducción política del sistema de producción capitalista. Según Adam Smith las
funciones del Estado son: garantizar el orden social, asegurar la defensa frente a las
agresiones externas y la realización de obras y servicios públicos no acometidos por la
iniciativa privada. Los decenios de 1920 y 1930 serán testigos de la crisis del Estado
liberal, manifestándose desde tres dimensiones fundamentales: crisis política, crisis
económica y crisis del orden internacional; dicha situación es enfrentada a través del
Estado keynesiano o Estado de bienestar.
La crisis del Estado liberal que se presentó en los años del 29 al 33 del siglo pasado, se
caracterizó por: la sobreproducción que rebasó la capacidad de consumo de la sociedad;
el desplome de la demanda agregada; la inequitativa distribución del ingreso; la actividad
especulativa de la bolsa de valores; y, el desorden monetario en Wall Street como centro
financiero mundial. Esos problemas entre otros, trajeron como repercusión el crecimiento
del desempleo por las quiebras en empresas tanto productivas como financieras, así como
el colapso del sistema de pagos internacionales y un prolongado periodo de deflación,
93
poniendo en entredicho la teoría de la mano invisible y la capacidad de autorregulación
del mercado.
Ante esta situación, se miró hacia el Estado de Bienestar para que interviniera
directamente en la economía a fin de modificar la distribución del ingreso proporcionando
sistemas de seguridad social y generando servicios y bienes públicos de uso generalizado,
asignándole además la tarea de crear los marcos de regulación de las actividades
económicas a través del proteccionismo, así como de intervenir en la composición de la
oferta y la demanda agregadas, beneficiando la acumulación del capital privado. De ahí
que la participación estatal en el financiamiento y la ejecución de programas sociales o
en la actividad industrial o el fomento agrícola, además de considerarse como una
obligación del poder público, daba una imagen progresista a las acciones públicas y
legitimaba el ejercicio del poder político. Esto facultó al Estado para hacer valer su
posición hegemónica frente a las distintas clases e incorporar a la población, por medio
de la participación colectiva, en la toma de decisiones y en el ejercicio del poder mediante
“procesos democráticos”.
Este Estado que tiene su “época de oro” durante los años del 50 y 60 llega a una
progresiva etapa de agotamiento en la década de los 70. Se ve fuertemente cuestionada
su actividad tanto en los aspectos económicos y políticos, como en los ideológicos,
planteándose que cualquier intervención que perturbe el ajuste automático del mercado
hace imposible la realización del cálculo empresarial y elimina la eficiencia económica
de la sociedad.
Al respecto Mássimo Salvadori (1998), sugiere que en las actuales condiciones el Estado
es "depotencializado" con respecto a sus funciones tradicionales y parece estar destinado
a ejercer funciones de regulación y administración del mercado unificado, en calidad de
titular de un poder de "mediación y contratación de los recursos puestos a disposición de
ese mismo mercado", pasando de un Estado soberano absoluto al Estado administrativo.
94
Para el caso de los países atrasados el neoliberalismo ha significado que el Estado pierda
la capacidad de controlar y regular el mercado, de participar activamente en los procesos
de producción, programas sociales de educación, salud, cultura, así como el
fortalecimiento de un sistema político que permita el avance de la democracia, poniendo
en marcha políticas macroeconómicas populistas e instaurando programas de
estabilización restrictivos, homogeneizados por organismos internacionales como el FMI,
el BM, la OMC, que han impuesto el modelo neoliberal y la globalización, que favorecen
los intereses de las empresas multinacionales en detrimento de los países
subdesarrollados.
Debemos precisar que en los países atrasados lo que se generó antes del neoliberalismo
fue un Estado intervencionista y no el Estado de Bienestar, concebido como en los países
centrales; no logró instaurarse como tal debido a factores macroeconómicos así como
factores en torno a las grandes diferencias sociales, la acumulación de riqueza e inequidad
en la distribución. Como resultado de esto, se generó una clase de altos ingresos que
propició grandes disparidades con las otras clases sociales. En este sentido, los gobiernos
latinoamericanos iniciaron procesos populistas, desde lo político, económico y social, que
buscaban una solución a la inequitativa distribución de la riqueza. Otro problema que se
suma a lo anterior es la crisis del petróleo y el desmesurado crecimiento de la deuda
externa de los países del tercer mundo para la puesta en marcha de las políticas estatales
de bienestar y consecuentemente el Estado contrajo su participación y dio paso a un
mercado internacional de flujo de materias primas y capitales liderado por grandes
corporaciones, lo que facilitó la imposición de políticas neoliberales y de la globalización,
que vulneran aún más la maltrecha soberanía del mundo subdesarrollado.
Ante la crisis del Estado de bienestar y el arribo del Estado neoliberal y sus implicaciones,
se presenta la interrogante de ¿cuál es el destino del Estado nación?
Para autores como De Sousa Santos, Massimo Salvadori el Estado está llevando a cabo
transformaciones para desempeñar un nuevo papel para seguir existiendo y para autores
como José María Vidal Villa y Kenichi Ohmae el Estado nación desaparece.
Así tenemos que para De Sousa Santos la soberanía de los Estados más débiles
actualmente se encuentra amenazada por las agencias financieras internacionales y por
las empresas multinacionales más que por los Estados más poderosos, nos dice:
“la nueva división internacional del trabajo, a la que se añade la nueva economía
política <<promercado>>, trajo también algunos cambios importantes en el sistema
interestatal, la forma política del sistema mundial moderno. Por un lado, los Estados
hegemónicos, por ellos mismos o a través de las instituciones internacionales que
controlan (especialmente las instituciones financieras multilaterales) redujeron la
autonomía política y la soberanía efectiva de los Estados periféricos y
semiperiféricos con una intensidad sin precedentes, a pesar de que la capacidad de
resistencia y negociación por parte de estos últimos puede variar enormemente. Por
otro lado, se acentúo la tendencia a establecer acuerdos políticos interestatales
(Unión Europea, TLCAN, MERCOSUR). En el caso de la Unión Europea, estos
acuerdos evolucionaron hacia formas de soberanía conjunta o compartida. Por
último, aunque no por ello menos importante, El Estado Nación parece haber
perdido su centralismo tradicional como unidad privilegiada de iniciativa
económica, social y política”. (De Sousa, 2005: 246)
95
Ante este escenario de debilitamiento del Estado nación De Sousa menciona a Bob Jessop
que identifica tres tendencias generales en la transformación del poder de Estado que son:
“En primer lugar, la desnacionalización del Estado, una cierta desarticulación del
aparato estatal nacional que proviene del hecho de que el conjunto de capacidades
del Estado está siendo reorganizado tanto territorial como funcionalmente a nivel
subnacional y supranacional. En segundo lugar, la desestatalización de los
regímenes políticos, reflejada en la transición del concepto de gobierno estatal
(government) hacia un concepto de gobierno más amplio (governance). En otras
palabras, se trata del paso de un modelo de regulación social y económica fundado
en el papel central del Estado a una forma que reposa en las sociedades y en otras
formas de asociación entre organizaciones gubernamentales, paragubernamentales
y no gubernamentales, en las cuales el aparato estatal tiene apenas funciones de
coordinación en tanto que primus interpares. Y finalmente, una tendencia hacia la
internacionalización del Estado nacional, expresada en el aumento del impacto
estratégico del contexto internacional en la actuación estatal, lo cual puede
engendrar la expansión del campo de acción del Estado nacional siempre que fuere
necesario adecuar las condiciones internas a las exigencias extraterritoriales”. (De
Sousa, 2005: 246 - 248)
Para Vidal Villa y Kenichi Ohmae la tendencia es que el Estado nación como tal tiende a
desaparecer para dar paso a una nueva era de la economía mundial.
Vidal Villa nos dice el capitalismo seguirá desarrollándose a nivel mundial de forma
desigual pero ya no será entre países sino entre clases sociales a nivel mundial, donde el
mayor obstáculo para la mundialización (así se refiere a la globalización) es la pervivencia
de los Estados <<nacionales>> y sus condiciones internas diferentes en cada país como
son:
96
“La existencia de legislaciones <<nacionales>> diferentes que impiden la igualdad
de oportunidades y la libre competencia efectiva a nivel mundial. (…) La existencia
de condiciones económicas <<nacionales>> diferentes que afectan a la moneda, al
tipo de interés, al nivel de salarios, al tratamiento fiscal, a la legislación laboral.
(…) La pervivencia de intereses <<de Estado>>, tales como la defensa del propio
pueblo o de fracciones de él (…) la defensa de intereses capitalistas nacionales o
multinacionales de origen en el propio país; el mantenimiento o incremento del
<<prestigio nacional >>; el fomento de la <<riqueza nacional >> frente a la
<<inversión extranjera>>, etc., son otros tantos de los elementos que se oponen a
la plena libertad de movimiento del capital y, en definitiva, a la mundialización
económica”. (Vidal, 1996: 105)
Son estos los obstáculos que a decir del autor llegado el momento de la culminación de
la mundialización y cuando el gran capital lo decida el Estado nacional desaparecerá.
En el análisis, que hace Oscar Viloria del libro de Ohmae “El próximo escenario global.
Desafíos y Oportunidades en un Mundo sin Fronteras”, 2005 nos dice que hay cuatro
argumentos a resaltar: a) el fin de la economía; b) la “región-Estado”; c) las plataformas
para el progreso y d) la reinvención del gobierno, y para cada argumento nos dice:
“a. El fin de la economía. La economía global es, pues, una realidad y no una teoría.
Rebasa las fronteras de la economía y es algo más que un análisis del entorno que
deba ser considerado en el análisis de una economía nacional. (…) b. la ‘región-
Estado’ para Ohmae debemos buscar los nuevos centros de crecimiento en las
“regiones”. Algunas de estas regiones son partes componentes de un Estado nación
y otras se extienden más allá de sus fronteras. Piensa que el desarrollo continuo de
la economía global terminará por socavar al Estado-nación y favorecerá a la región.
Crea el concepto de ‘región-Estado’ y recalca que no es una unidad política sino
económica, aunque algunas regiones-Estado pudieran ser equivalentes a unidades
políticas. (…) c. Las plataformas para el progreso Ohmae describe las plataformas
como ‘un apoyo a la comunicación y una mejora de la entrega de información’
suerte de normas aceptadas originadas por estándares comunes. Una plataforma
tiene dos características: es abierta, lo cual significa que está a disposición de una
amplia gama de usuarios; y es común, lo cual significa que puede ser utilizada por
terceros que tienen las mismas necesidades. Las plataformas deben ser flexibles
para permitirles una gran capacidad de adaptación, de suerte que su importancia
radica en el amplio margen de aplicabilidad para resolver problemas de la vida real
y en tiempo real. Resuelven problemas, no los crean. Plataformas tecnológicas Las
plataformas tecnológicas son necesarias para un mundo interconectado. Veamos
algunas: las computadoras, el sistema operativo Microsoft Windows, Internet,
página Web, transacciones comerciales, descarga de música y de videos, video
conferencias, auto-edición, programas educativos y tecnológicos, etc. En otras áreas
como la medicina, la industria, las comunicaciones, las plataformas tecnológicas
son fundamentales: los instrumentos médicos, la robótica, los teléfonos. Otras
plataformas. El idioma. Cualquier idioma es una plataforma de comunicación, pero
el inglés se ha convertido en una plataforma de comunicación en la globalización.
97
El Dólar norteamericano. También el euro se ha venido convirtiendo en los últimos
años en una plataforma de la globalización. Las marcas de fábrica. Es este un campo
que había estado dominado por las firmas norteamericanas, pero en los últimos años
se han venido imponiendo marcas japonesas, coreanas y europeas en las ramas de
automóviles y bienes de consumo de uso durable. La subcontratación de procesos
empresariales y las industrias maquilas; el cajero automático, la tarjeta de crédito,
la tarjeta de débito, la comunicación por satélite, el teléfono celular, las entregas a
domicilio, etc. (…) d. La reinvención del gobierno. Ohmae plantea que no es
posible escapar a la realidad de que en el escenario global el papel de los gobiernos
debe ser completamente diferente. Tradicionalmente los gobiernos se han
considerado a sí mismos, dice Ohmae, como depositarios del poder, pero los
gobiernos centrales encuentran que gran parte de su poder ha desaparecido en un
mundo sin fronteras, y que un gobierno central fuerte y poderoso es cosa del pasado.
Añade que los gobiernos que traten de aferrarse a las ilusiones persistentes del
poder, se verán más impotentes”. (Viloria, 2007: 373- 379)
98
hacer frente a necesidades básicas para la supervivencia: padecen hambre crónica, no
tienen acceso a la asistencia médica, no tienen servicios de agua potable ni de
saneamiento, no pueden costear la educación de sus hijos y carecen de elementos
rudimentarios para proteger sus viviendas; la segunda se refiere a que las necesidades
básicas están cubiertas, pero sólo de modo precario; y la última se interpreta como un
nivel de ingresos familiares situado por debajo de la renta nacional media, lo que implica
que los relativamente pobres en países de renta alta, no tienen acceso a bienes culturales,
actividades de esparcimiento y diversión y educación de calidad. (Sachs, 2005: 51)
Tal y como señala el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 2005:
62), “las disparidades de ingreso al interior de muchos países compiten en magnitud con
la desigualdad en la distribución de ingreso mundial. En Brasil, el 10% más pobre de la
población obtiene el 0,7% del ingreso nacional y el 10% más rico el 47%. Las
desigualdades dentro de África Subsahariana también son inmensas. En Zambia, por
ejemplo, la relación entre el ingreso de los más ricos y el de los más pobres es de 42 a 1”.
Con base en esas cifras, Bernal (2008: 134) agrega: “Más aún, según datos del Banco
Mundial (2005: 4), los gastos de consumo anual promedio varían entre 270 dólares en
Nigeria y 7.232 en Luxemburgo, lo que significa que el ciudadano promedio
luxemburgués disfruta de unos ingresos 62 veces mayores que el nigeriano”.
Gráfica III.1. Ingreso Nacional Bruto per cápita de algunos países, 2014
70,000
60,000
50,000
40,000
Dólares
30,000
20,000
10,000
99
Lo anterior, revela que la riqueza mundial se concentra cada vez más en manos de una
pequeña élite rica. Los datos de Credit Suisse revelan que, desde 2010, el 1 por ciento de
los individuos más ricos del mundo ha incrementado rápidamente su participación en el
conjunto de la riqueza a nivel mundial; para dicho año las 80 personas más ricas del
mundo, poseían una riqueza neta de 1,3 billones de dólares; la cual se ha ido
incrementando pues para el año 2014 dicho monto ascendía a 1,9 billones de dólares, lo
cual supone un incremento de 600.000 millones de dólares en sólo cuatro años. Mientras
tanto, aunque la mitad más pobre de la población mundial incrementó su riqueza total
(expresada en dólares estadounidenses) más o menos al mismo ritmo que los
milmillonarios entre 2002 y 2010, a partir de ese año su riqueza ha ido reduciéndose.
(Hardoon, 2015: 2-3)
Los resultados de la desigualdad de ingresos para el 2014, indican que el 1 por ciento más
rico poseía el 48 por ciento de la riqueza mundial, mientras que el 99 por ciento restante
debía repartirse el 52 por ciento. Si se mantiene esta tendencia de incremento de la
participación de las personas más ricas en la riqueza mundial, en sólo dos años el 1 por
ciento más rico de la población acaparará más riqueza que el 99 por ciento restante; y el
porcentaje de riqueza en manos del 1 por ciento más rico superará el 50 por ciento en
2016; lo que hace aumentar la brecha entre las personas muy ricas y el resto. (Hardoon,
2015: 2-3)
Las mayores y más exitosas empresas que generan beneficios extremadamente elevados
están ubicadas en los sectores: financieros, seguros, farmacéutico y de atención sanitaria.
Dichas empresas disponen de considerables recursos que dedican a compensar a sus
propietarios e inversores, contribuyendo al incremento de su fortuna personal. Sin
embargo, es posible que estos recursos se estén utilizando también para ejercer influencia
a nivel económico y político. La vía más frecuente para ejercer esta influencia es el
cabildeo directo con los Gobiernos, especialmente en ámbitos y políticas que afectan a
sus intereses económicos y comerciales. (Hardoon, 2015: 7)
En Estados Unidos, los dos ámbitos a los que se dirigen la mayoría de las actividades de
cabildeo son el presupuesto federal y la asignación de fondos federales y los impuestos.
Las empresas intentan así influir directamente y en su propio beneficio sobre recursos y
políticas públicas, valiéndose de las considerables sumas de dinero que tienen a su
disposición. Las actividades de cabildeo sobre cuestiones fiscales pueden especialmente
socavar de forma directa el interés general, en la medida en que una reducción de la
contribución fiscal de las empresas se traduce en una disminución de los recursos
disponibles para financiar los servicios públicos básicos. (Hardoon, 2015: 9)
La desigualdad entre los países sigue siendo muy elevada, como puede verse en la Gráfica
III.2 que presenta cifras referidas al Índice de Desarrollo Humano (IDH, cuantificado en
el eje derecho de la gráfica) y dos de los componentes principales de dicho índice
(cuantificados en el eje izquierdo), como son la esperanza de vida al nacer y los años
promedio de escolaridad, todo ello para los cinco países mejor posicionados y para los
cinco que están en la peor situación.
100
Gráfica III.2. Índice de Desarrollo Humano (IDH)
y sus componentes, 2014
100 1.0
90 0.9
80 0.8
70 0.7
60 0.6
Años
50 0.5
40 0.4
30 0.3
20 0.2
10 0.1
0 0.0
Los Objetivos del Desarrollo del Milenio -los cuales son ocho y tuvieron como
antecedente distintas cumbres celebradas a lo largo de los años noventa 19- fueron
agrupados y definidos en el año 2000, a través de la Declaración del Milenio emitida por
la Asamblea General de las Naciones Unidas, celebrada en septiembre, que fue aprobada
por la mayor concentración de jefes de Estado de la historia. En dicha declaración, se
comprometió a los países -ricos y pobres- a cumplir un conjunto de objetivos y metas,
teniendo como fecha límite de cumplimiento al año 2015. (PNUD, 2003: 1)
19Dichos objetivos se habían ido definiendo en: la Cumbre Mundial sobre la Alimentación
celebrada en 1996 y 2000+5; la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Social llevada a cabo en
1995 y 2000+5; la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo
(Cumbre para la tierra) en 1992; el Periodo extraordinario de sesiones de la Asamblea General
para el Examen y la Evaluación de la Aplicación del Programa 21 en 1997; la Cumbre Mundial
sobre el Desarrollo Sostenible en 2002 Rio+10; la Reunión de mediados del decenio del Foro
Consultivo Internacional sobre Educación para Todos en 1996; el Foro Mundial sobre la
Educación realizado en el 2000; las Conferencias Mundiales sobre la Mujer celebradas en 1995
en Beijing y en 2000 en Nueva York (Beijing+5); la Cumbre Mundial en favor de la Infancia en
1990; el Periodo extraordinario de sesiones de la Asamblea General en favor de la infancia en
2001; y la Primera, Segunda y Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Países
menos adelantados (PMA) en 1981, 1990 y 2001 respectivamente. (Estay, 2003)
101
1. Erradicar la pobreza extrema y el hambre. Este objetivo se desglosaba en 2 metas y
5 indicadores.
2. Lograr la enseñanza primaria universal. Comprende 1 meta y 3 indicadores
3. Promover la igualdad de género y la autonomía de la mujer. Incluye 1 meta y 4
indicadores.
4. Reducir la mortalidad infantil. Abarca 1 meta y 3 indicadores por cumplir.
5. Mejorar la salud materna. Se identifica 1 meta y 2 indicadores.
6. Combatir VIH/SIDA, paludismo y otras enfermedades. Este objetivo implica lograr
2 metas y cumplir 7 indicadores.
7. Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente. Incluye 3 metas y 8 indicadores.
8. Fomentar una asociación mundial para el desarrollo. Es uno de los objetivos más
amplios, ya que incluye 7 metas y 16 indicadores.
La definición de los ODM tiene una gran importancia, porque con el apoyo de la ONU,
desde sus inicios pretendió convertirse en el nuevo paradigma de las políticas para el
desarrollo, sustituyendo en alguna medida al Consenso de Washington por algo que se ha
llamado “Consenso del Milenio”. (Bernal, 2008: 141)
Algunas críticas que se han planteado con relación a los ODM son las siguientes:
• Las propuestas planteadas han sido aportadas más por los países del norte que los
países del sur.
• Se cuenta con poca información para llevar a cabo un seguimiento de los ODM.
• Una buena parte de las metas no se cumplieron.
Realizando un balance de los ODM se observa que, si bien algunos de ellos lograron
cumplirse en otros los resultados no fueron los esperados. En tal sentido en el informe del
2015 presentado por el PNUD se identifican los siguientes incumplimientos:
En África subsahariana, Oceanía y Asia occidental las niñas todavía enfrentan barreras
para ingresar a la escuela primaria y a la secundaria, la disparidad entre los géneros
predomina en los niveles más altos de la enseñanza y las variaciones más notables se
observan en las regiones en desarrollo; ha aumentado la participación política de las
mujeres, pero continúa habiendo barreras invisibles.
102
La tasa de mortalidad materna ha disminuido en todo el mundo un 45 por ciento, pasando
de 380 a 210 muertes por cada 100,000 niños nacidos vivos, pero estos resultados no
alcanzan la meta; las causas están relacionadas con el embarazo o por su atención.
Una vez cumplido el plazo de los ODM, en septiembre del año 2015 se celebró la Cumbre
para el Desarrollo Sostenible en la cual los Estados Miembros de la ONU aprobaron la
Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que incluye un conjunto de 17 Objetivos de
Desarrollo Sostenible (ODS), algunos de los cuales se repiten respecto de los ODM y
otros más se agregan.
103
8. Estimular el crecimiento económico sostenible mediante el aumento de los niveles
de productividad y la innovación tecnológica. Promover políticas que estimulen el
espíritu empresarial y la creación de empleo pleno y productivo.
9. Construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y
sostenible y fomentar la innovación.
10. Reducción de las desigualdades incluye mejorar la regulación, el control de los
mercados y las instituciones financieras, fomentar la asistencia para el desarrollo y
la inversión extranjera directa para las regiones que más lo necesiten, facilitar la
migración y movilidad segura de las personas.
11. Ciudades y comunidades sostenibles implica garantizar el acceso a viviendas seguras
y asequibles, el mejoramiento de los asentamientos marginales, invertir en transporte
público, crear áreas públicas verdes y mejorar la planificación y gestión urbana de
manera que sea participativa e inclusiva.
12. Producción y consumo responsables implica reducir la huella ecológica mediante un
cambio en los métodos de producción y consumo de bienes y recursos.
13. Acción por el clima se refiere a adoptar medidas urgentes para combatir el cambio
climático y sus efectos
14. Preservar la Vida Submarina es ordenar y proteger de manera sostenible los
ecosistemas marinos y costeros de la contaminación terrestre, así como abordar los
impactos de la acidificación de los océanos.
15. Vida de ecosistemas terrestres es conservar y recuperar el uso de ecosistemas
terrestres, promover la ordenación sostenible de los bosques y detener la
deforestación, tomar medidas para reducir la pérdida de hábitats naturales y la
biodiversidad, que son parte del patrimonio común de la humanidad.
16. Paz, Justicia e Instituciones Sólidas se refiere a promover sociedades pacíficas e
inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y
crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles
17. Alianzas para lograr los objetivos tiene como finalidad mejorar la cooperación Norte-
Sur y Sur-Sur, apoyando los planes nacionales en el cumplimiento de todas las metas.
Promover el comercio internacional y ayudar a los países en desarrollo para que
aumenten sus exportaciones.
Si bien tanto los ODM como los ODS apuntan a una buena parte de los problemas
económicos y sociales del mundo actual, sigue estando en el aire la interrogante referida
a las posibilidades de efectivamente alcanzar los objetivos en un contexto como el que
hasta hoy ha caracterizado a la globalización. En particular, ¿Existen condiciones para
poder cumplir los objetivos?, ¿Qué posibilidades hay de disminuir la pobreza y la
desigualdad?
104
• Factores económicos: la creciente diferencia en los niveles de vida y de salarios entre
los países actúa como un imán (“factor de empuje”), que atrae a los migrantes hacia
los países que tienen niveles de vida más altos.
• La gobernanza y los servicios públicos: la mala gobernanza, la corrupción y una
carencia de servicios de educación y de salud de buena calidad en los países de origen.
• Desequilibrios demográficos: pueden adoptar varias formas, por ejemplo,
disminución de las tasas de fecundidad y aumento de la esperanza de vida en muchos
países de ingresos altos, lo que contribuye a un desequilibrio en la oferta y la demanda
de mano de obra entre las regiones desarrolladas y las regiones en desarrollo.
• Conflictos: en 2011, el número de refugiados de acuerdo al Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) superó los 10 millones, mientras que
el número de desplazados internos se aproximó a los 29 millones. (OIM, 2013: 33)
105
Norte- Origen Destino Número de % del total de
Sur migrantes migrantes N-S
1 Estados Unidos de México
América 563.315 7,8
Para Bustamante (2010), los países de destino o receptores presentan una amplia demanda
de la fuerza laboral de los migrantes, en donde se encuentra un patrón desafortunado, que
no responde a factores económicos sino ideológicos, de resistencia de los países de
acogida a reconocer oficialmente la naturaleza endógena de su demanda de emplear a los
inmigrantes, particularmente a aquellos que son indocumentados.
En lo referente a la cuestión migratoria de EE.UU., en 2008 George W. Bush planteó,
ante el poder legislativo la posibilidad de llevar adelante una reforma migratoria,
orientada principalmente a controlar los flujos de migrantes sin documentos que
diariamente cruzan por la porosa frontera sur estadounidense. Esta discusión se empalmó
con la política a favor de la guerra y en contra del terrorismo y en contra de los “enemigos”
de Estados Unidos.
Sin embargo, de acuerdo a una investigación realizada por el diario Los Ángeles Times,
señalada por Bustamante (2010: 215):
En el mismo sentido, para Hernández (2008), uno de los grupos de interés más conspicuos
en el tema migratorio, ha sido el de los empresarios, particularmente en el sector agrícola,
quienes favorecen la migración que provee mano de obra a bajo costo. Manifiestan este
interés mediante cabildeo y presión directa tanto al Presidente como a los legisladores.
Estas presiones, a su vez, se traducen en posiciones políticas con respecto a la migración,
106
que buscan asegurar un flujo de mano de obra, sin que este se convierta necesariamente
en ciudadanía.
En el caso específico de la migración de México hacia Estados Unidos, Hernández (2008)
señala que la política pública de Estados Unidos, que pretende controlar la frontera y
reducir la migración indocumentada, ha tenido, más bien, el efecto de interrumpir en el
funcionamiento de la máquina perfecta, alimentada por un flujo migratorio que atiende a
un mercado laboral transnacional.
De esta manera, se ha ido configurando una cultura antiinmigrante en los países
receptores. La condición social básica de los migrantes indocumentados en el país de
destino es su vulnerabilidad como sujetos de derechos humanos y laborales. La ONU los
definió como “grupo vulnerable” en voz de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas
para los Derechos Humanos, la señora Mary Robinson, al afirmar que los derechos
humanos tienen por esencia su calidad de “empoderamiento” 20, entendiendo por
consiguiente a la vulnerabilidad como la condición impuesta a un inmigrante extranjero
de extrema carencia de poder, que debe verse a su vez como una construcción social que
se impone como una etiqueta sobre los inmigrantes. (Bustamante, 2010)
“los grupos cuya posición social les proporciona armas y poder son los que mejor
pueden conseguir que se cumplan sus normas. […] el carácter cultural de la
vulnerabilidad se deriva del conjunto de elementos culturales (estereotipos,
prejuicios, racismo, xenofobia, ignorancia y discriminación institucional) con
significados despectivos que tienden a justificar las diferencias de poder entre los
nacionales y los extranjeros o inmigrantes. […] La combinación de: a) las
diferencias de poder basadas en una estructura en la que el inmigrante es colocado
en un nivel inferior a los nacionales, y b) el conjunto de elementos culturales que
lo justifican, tiene por resultado diversos grados de impunidad en casos de violación
de los derechos humanos de los inmigrantes.”
20El término “empoderamiento”, de acuerdo al educador Paulo Freyre, consiste en un proceso que
revierte la “vulnerabilidad”, visto como el reconocimiento social y el incremento de las propias
capacidades de los sectores pobres y marginados, que conduce a promover entre ellos un desarrollo
humano y sostenible; a tal definición es necesario agregar su reconocimiento en el terreno político y
laboral, como es su derecho a la salud, a la vivienda digna y a participar en las decisiones políticas.
107
de 2001, al considerar el control de sus fronteras como un tema de seguridad nacional. Al
asunto migratorio se le agrega la amenaza de ingreso de grupos terroristas, aunado al
control del contrabando, particularmente de drogas.
Esta política, ubica a la frontera sur como la fuente del ingreso de drogas; por
consiguiente, México es el responsable de incremento del flujo por su territorio y, por lo
tanto, está obligado a detenerlo. En esta visión, Estados Unidos se percibe entonces como
la víctima y no como parte del problema, lo cual agudiza la cultura antiinmigrante que se
señaló anteriormente.
“La interpretación de que la fuente del problema es externa y que, por lo tanto,
Estados Unidos es la víctima, también se utiliza en el tema migratorio. En esa
visión, la demanda de mano obra como parte del mercado laboral transfronterizo,
es tratada como elemento solamente menor de la causa del problema de la
migración indocumentada, y la causa mayor es la invasión de migrantes por la
pobreza que resulta de la incapacidad de los gobiernos de México y de América
Latina de proveer fuentes de empleo en sus países”. (Hernández, 2008: 197)
Algunos estudios calculan que el flujo neto de migración indocumentada mexicana hacia
Estados Unidos, supera las 600, 000 personas por año y el saldo acumulado es de
aproximadamente 11 millones de indocumentados, actualmente residiendo en ese país.
(Hernández, 2008: 200)
Poco después del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos empezó a examinar con sus
vecinos del norte y del sur la posibilidad de construir un perímetro de seguridad de
América del Norte, lo cual, en el caso de México significaba que el territorio nacional se
convirtiera en un espacio de freno de los migrantes centro y sudamericanos en su camino
hacia territorio estadounidense. A partir de ahí, el gobierno mexicano respondiendo a los
intereses estadounidenses, ha desplegado una política antiinmigrante en el territorio
nacional, afectando a ciudadanos de distintos países latinoamericanos.
Al respecto el sacerdote Alejandro Solalinde, coordinador de la organización no
gubernamental protectora de migrantes llamada “Hermanos en el Camino”, citado por
Guardiola (2014), ha señalado que “el sistema migratorio nacional es simulador con fines
políticos y económicos en donde no caben los derechos humanos”, enfatizando que
“México es un infierno, porque tiene el primer lugar en secuestros, desapariciones,
feminicidios, da los peores sueldo de hambre a los trabajadores”. Solalinde cuestiona la
dilación y apatía que autoridades y organismos internacionales defensores de los derechos
humanos muestran ante las violaciones a los derechos de los migrantes centroamericanos
que en su camino hacia Estados Unidos sufren en el territorio nacional.
A la denuncia anterior se agrega el reforzamiento de las fronteras estadounidenses
terrestres con sus vecinos inmediatos, lo cual es resumido por Hernández (2008: 209) en
los siguientes términos:
“En el combate a la migración indocumentada, el gobierno de Estados Unidos ha
venido endureciendo el uso del espacio discrecional en la aplicación de la Ley, por
ejemplo, utilizando más la deportación formal en lugar de la llamada salida
voluntaria que tiene menos consecuencias jurídicas para el migrante clandestino,
castigando al máximo el uso de documentación falsa, vetando permanente de su
territorio a quien declare en falso en una solicitud de visa o al ingreso al país, etc.
Adicionalmente, ha incrementado la vigilancia de la frontera, ampliando y
108
fortaleciendo los muros existentes, multiplicando los recursos paramilitares como
sensores terrestres, cámaras de visión infrarroja con alcance visual de varios
kilómetros, centros de monitoreo con tecnología de punta, más recursos materiales
y humanos en las áreas de inteligencia contra el tráfico de personas, incremento de
la vigilancia de la franja fronteriza con aviones de control remoto”.
Una de las razones por las que la migración es un fenómeno fundamental en la sociedad
actual, radica en que genera a los migrantes la oportunidad de mejorar no solo su nivel
inmediato sino el nivel de vida de su familia de donde proceden, que no puede obtener en
su país de origen.
El dinero ganado en el extranjero que se transfiere al país de origen se le denomina
remesas. De acuerdo a la OIM (2013) los desplazamientos de remesas de Sur a Norte son
los más importantes, ya que en 2010 representaron alrededor de las dos terceras partes
del total de las remesas mundiales (267.000 millones de dólares EE.UU. El Cuadro III.5
nos permite visualizar la gran importancia que tienen las remeses en la economía de
muchos países del sur, en algunos de los cuales representan el componente fundamental
de su ingreso nacional.
Cuadro III.5
Principales países receptores de remesas en el mundo (2013)
(millones de dólares y porcentajes)
País Remesas (mdd) Porcentaje del PIB
India 69696 3,70
China 60000 0,70
Filipinas 25351 9,80
Francia 22862 0,80
México 21587 2,30
Nigeria 21000 2,00
Egipto 17000 7,50
Pakistán 14626 6,10
Bangladesh 13776 12,20
Vietnam 11000 7,10
Guatemala 5104 14.2
El Salvador 3969 18.9
Fuente: países de América Latina, Maldonado y Hayen (2014: 22); restantes
países: OIM (2013: 73)
Es importante destacar que, en 2015, ante la caída de los precios petroleros a nivel
internacional y la privatización de los recursos energéticos, las remesas de los
trabajadores mexicanos en el extranjero se convirtieron en la principal fuente de divisas
de la economía nacional, superando los ingresos de las exportaciones petroleras y la
entrada de IED.
109
Sur-Norte Norte-Sur
Clasificación (remesas N-S) Norte-Norte Sur-Sur (remesas S-N)
1 Estados Unidos de Francia →Bélgica India →Bangladesh Turquía →Alemania (994)
América →México (3.148) (3.769)
(22.190)
2 Emiratos Árabes Francia →España Malasia →Indonesia Argentina →España (927)
Unidos →India (2.743) (3.430)
(13.821)
3 Estados Unidos de España →Francia Federación de México →Estados
América →China (2.302) Rusia →Ucrania Unidos de América (655)
(12.205) (2.720)
4 Estados Unidos de Estados Unidos de Bangladesh →India Bielorrusia →Polonia
América →India América →Alemania (1.899) (578)
(11.977) (2.154)
5 Estados Unidos de Australia →Reino Ucrania →Federación de
Kazaj Kazajstán→Alemania (570)
América →Filipinas Unido (1.939) Rusia (1.788)
(10.117)
Nota: Se ha excluido de esta clasificación el corredor de remesas de Hong Kong (China) a China (que ocupa el tercer lugar).
Fuente: OIM (2013: 75)
La crisis surgió como consecuencia del creciente número de migrantes por causas
económicas y de refugiados solicitantes de asilo por causas políticas, que abandonaron
sus países y llegaron ―o intentaron llegar― a la Unión Europea, a través de peligrosas
travesías en el mar Mediterráneo y el sudeste de Europa, procedentes de países de Oriente
Medio, África, los Balcanes Occidentales y Asia del Sur.
110
solicitudes de asilo de la UE en 2014, en tanto que los gobiernos de otros países como
Hungría declaraban delito cruzar sus fronteras e instalaban vallas a los migrantes.
En el periodo reciente, la situación de la migración europea se torna aún compleja, a partir
de los atentados terroristas en París del 13 de Noviembre de 2015, que pueden exacerbar
los ánimos xenofóbicos y antiinmigrantes de los sectores más conservadores de Europa
como la ultra derecha francesa, representada por el Frente Nacional, que se ha fortalecido
y ha tenido avances en los comicios del último bimestre de 2015, cuya líder es Marine Le
Pen, con un discurso en que identifica la seguridad nacional de su país con una política
antiinmigrante. En el mismo sentido en Estados Unidos, algunos gobernadores del partido
republicano se apresuran a cerrar las puertas de sus estados a refugiados sirios, en tanto
el pre candidato de ese partido a la presidencia multiplica sus declaraciones xenofóbicas
y antiinmigrantes.
III.5.4. Deterioro ambiental y cambio climático.
A lo largo de la historia de la humanidad, el deterioro de los ecosistemas y de sus recursos
naturales se consideró como un mal necesario para obtener a cambio los beneficios que
trae consigo el desarrollo y el progreso. De acuerdo a esta lógica se acepta que se
deforesten los bosques y las selvas para construir espacios a la agricultura y la ganadería,
y que se interrumpan los cauces de los ríos para construir carreteras. El daño que los seres
humanos provocamos a los ecosistemas al utilizarlos para satisfacer nuestras necesidades
se le conoce como deterioro ambiental.
El deterioro ambiental es el resultado del mal uso que los seres humanos hemos hecho de
los ecosistemas, de su biodiversidad y de los servicios ambientales que nos prestan.
Para Carabias, Meave, Valverde y Cano-Santana (2009), los efectos del deterioro no solo
se presentan en la localidad en que se producen si no que, por el carácter global de la
naturaleza, afectan a todo el planeta, a lo que se agrega que no solamente perjudican a las
generaciones presentes sino también a las generaciones futuras. Señalan igualmente que
el deterioro ambiental no se limita solo al ambiente, en sentido estricto, pues produce
efectos en la salud humana, la economía y el bienestar social
Dichos autores ubican algunos factores de deterioro. En primer lugar el crecimiento
demográfico, ya que la creciente población del planeta demanda cada vez más recursos
de los ecosistemas; en segundo término a los patrones de consumo, ya que el impacto a
la naturaleza depende de las costumbres en cuanto a la producción y el consumo de
alimentos y otros satisfactores, así como del uso de la energía, agua y otras materias
primas; y, un tercer factor que tiene un efecto muy notable sobre el deterioro del ambiente,
son las tecnologías en las que está fincado el funcionamiento de la sociedad, refiriéndose
los autores tanto a la tecnología usada en la agricultura como a la usada en la industria y
en actividades domésticas. Y finalmente el cuarto factor depende de las reglas que adopte
una sociedad, es decir, las leyes y las normas que la rijan, así como las instituciones que
dirijan las políticas ambientales y la manera en que se organiza la gente para tener una
mayor calidad de vida. (Carabias et. al., 2009: 129)
Los ecólogos analizan los efectos del deterioro ambiental a varias escalas espaciales; dos
son las más evidentes ya que afectan a los seres vivos: por una parte, la escala local, que
representa la dimensión circunscrita a una localidad en la que los efectos se dejan sentir;
y, por otra parte la escala global, que corresponde a la dimensión espacial, en la que los
efectos del deterioro se presentan a nivel de todo el planeta, en relación a esta última
111
escala, las principales formas en las que se presentan sus efectos son el cambio climático,
el adelgazamiento de la capa de ozono en la atmosfera, la desertificación y la perdida de
la biodiversidad.
Desde la perspectiva ecológica, la mayor preocupación fundamental actual, es el Cambio
Climático Global, que se agudizará en los próximos años. Este fenómeno consiste en el
aumento de la temperatura del planeta, que ha acelerado el derretimiento de los polos,
originando lluvias más abundantes y ha elevado el nivel del mar, amenazando la vida
terrestre en los litorales costeros. Se han determinado, entre las principales causas del
cambio climático, a la concentración de gases de efecto invernadero como el dióxido de
carbono, el metano, los óxidos nitrosos y los gases clorofluorocarbonados que se liberan
a la atmosfera como resultado de actividades industriales y de los asentamientos
humanos; estos elementos amenazan la viabilidad de la vida en el planeta. El cambio
climático no puede verse solo como un asunto de interés para los expertos de las ciencias
naturales, por lo que su estudio y propuestas de solución requieren de un análisis
multidisciplinario.
De acuerdo a Pérez (2005), hasta antes de los años ochenta la preocupación por el
deterioro del medio ambiente y la defensa de la biodiversidad, era tema casi exclusivo de
estudiosos de las ciencias naturales, en tanto que los economistas ponían el acento en el
crecimiento económico como generador del progreso social y político, algunos no
negaban que esa búsqueda ocasionaría inevitables costos sociales. En cambio, los
impactos ambientales o los límites ecológicos no eran tenidos en cuenta; respecto de la
naturaleza, se insistía, en su enorme disponibilidad de recursos, en la existencia de
espacios vacíos que debían ser “civilizados” y en una capacidad infinita de amortiguación
de cualquier daño ambiental.
Uno de los primeros aportes de importancia sobre temas ambientales fue el Informe
preparado por Deanis Meadows y colaboradores (1972) denominado Los límites del
crecimiento, donde se alertaba que el daño al ambiente y la biodiversidad que la actividad
económica global generaba, agotaría los recursos naturales y el agotamiento de la casi
infinita capacidad de la naturaleza de absorber los impactos ambientales, lo que
agudizaría las contradicciones capitalistas y el conflicto social.
En 1987 la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo publicó Nuestro
Futuro Común (conocido también como “Informe Brundtland”), a partir del cual se
popularizó el concepto de “Desarrollo Sustentable”, además de que dicho documento se
pronuncia por la preservación y salvaguarda de los recursos naturales del planeta y un
crecimiento económico continuado y definiendo al desarrollo sustentable, como un
modelo de desarrollo en que debían satisfacerse las necesidades del presente sin por ello
comprometer la capacidad de las generaciones futuras para la satisfacción de sus propias
necesidades.
La Cumbre de la Tierra, realizada en Río de Janeiro en 1992, aprobó la adopción de la
Agenda 21, en la que se impulsó la aplicación de una legislación ambiental que combinara
el uso de medidas tanto de regulación directa o correctiva, como indirectas o preventivas;
también se acordó que los países designaran a las autoridades públicas encargadas de la
gestión sobre el medio ambiente; además de incorporar la evaluación del impacto
ambiental como uno de los instrumentos de gestión de las políticas públicas.
112
Si bien existe consenso para valorar la relevancia actual de la sustentabilidad y la
preocupación por la defensa de la biodiversidad, E. Gudynas enfatiza que en las distintas
Conferencias y Cumbre a las que se han hecho referencia,
“se repitió un hecho similar, en todas las declaraciones se mantiene el apego por el
desarrollo material y el crecimiento económico continuo se mantiene en pleno
vigor. De hecho, en las últimas décadas se mantiene el sesgo de concebir a la
Naturaleza como fuente de recursos que deben ser aprovechados en beneficio de la
economía y de la obtención de ganancias pecuniarias”. (Gudynas, 2002: 37)
En el Protocolo de Kyoto se aprobaron medidas para frenar las emisiones de gas de efecto
invernadero que causan el calentamiento global y se trasladó la mayor parte de esta
responsabilidad a los países ricos que con sólo el 16 por ciento de la población mundial,
generan el 51% de dichas emisiones. El documento compromete dichos países a reducir
las emisiones de dióxido de carbono en al menos un 5 por ciento de los niveles de 1990
para los años 2008- 2012. (Pérez, 2005)
Los defensores del Protocolo, aseguraron que se trataba de un paso importante para
atenuar el cambio climático. Sus detractores lo criticaron duramente, por los
innecesariamente elevados costos de implantación del mismo y por no establecer límites
a las emisiones de los países pobres.
Estados Unidos y China, durante varios años se negaron a ratificar el protocolo: sin la
participación de ambas naciones, que conjuntamente arrojan más del 50 por ciento de las
emisiones mundiales de gas de efecto invernadero, ningún acuerdo internacional sobre el
cambio climático tendría posibilidades de reducir significativamente la amenaza del
calentamiento mundial. En las siguientes conferencias sobre el cambio climático, se fue
imponiendo la propuesta de Estados Unidos y otros países emergentes como India, de que
el compromiso de disminuir las emisiones de carbono dejara de ser vinculante y se
convirtiera en voluntario, lo cual significaría un fracaso y retroceso de los acuerdos del
Protocolo de Kyoto, imponiéndose en los hechos la visión en contra de la regulación
ambiental, a pesar de que la amenaza de catástrofe ecológica crece permanentemente.
Finalmente, en noviembre de 2014, EE.UU. y China firmaron un acuerdo en que se
comprometen, para el periodo 2025 a 2030, a reducir sus niveles de emisiones y a utilizar
de fuentes de energía limpias y renovables
En noviembre diciembre de 2015, en París, Francia, se llevó a cabo la XXI Conferencia
Internacional sobre Cambio Climático, mejor conocida como COP21, organizada por la
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, con el objetivo
de asumir un compromiso mundial para reducir las emisiones de gases de efecto
invernadero, logrando un acuerdo universal sobre los métodos para reducir el cambio
climático, que fue aprobado por aclamación por casi todos los estados, dicho Acuerdo
113
asumirá un carácter vinculante si lo ratifican por lo menos 55 países que representen al
menos el 55 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero en cuyo
caso se aplicará a partir de 2020, con tales medidas los países que en mayor medida
arrojan este tipo de gases, anunciaron que apoyarían una meta global de máximo 1.5
grados centígrados en 2010.
Respecto de dicho acuerdo, Martínez Alier (2015) hace el siguiente balance:
Según se ha visto en partes anteriores de este libro, las últimas décadas han marcado un
crecimiento sin precedente de los volúmenes de la producción industrial mundial, que ha
sido alentada por los impresionantes flujos mundiales de capitales y mercancías que la
globalización y el desarrollo tecnológico han arrojado, dichas tendencias, desde la
perspectiva ambiental representa una enorme presión sobre los recursos naturales a nivel
mundial y un incremento potencial de los problemas ambientales, amenazando no
solamente la viabilidad de continuar con los patrones de dicha expansión económica, sino
también con el equilibrio de los ecosistemas y la biodiversidad.
Este hecho ha llevado a los círculos intelectuales a una profunda reflexión con respecto a
los patrones de producción, buscando alternativas racionales respecto a la relación con la
naturaleza, en lo referente a consumo de recursos naturales, la utilización de energía y la
emisión de desechos que la actividad productiva implica.
114
los agentes económicos, pero imponen costos al conjunto de la sociedad”.
(Wallerstein, 2001: 89)
Wallerstein señala que, desde el punto de vista de los capitalistas, el objeto de aumentar
la producción es multiplicar los beneficios, y ante todo para ellos es absolutamente
indispensable que alguna parte importante de sus costos continúe siendo pagada por algún
otro. En esa lógica una solución al deterioro ambiental está en la absorción de estos costos,
por otros agentes económicos: el Estado o la sociedad. El arreglo puede ser mediante
subsidios para reparar los daños ambientales, o de tipo político, ya que los gobiernos de
manera fácil, deciden “no actuar”, permitiendo a las empresas no asumir muchos de los
costos de reparar los daños al entorno, no obligándolas a hacerlo y, por lo tanto, no
exigiendo que toda operación productiva incluya el costo de restaurar el medio ambiente,
de manera que su preservación recaiga en el conjunto de los ciudadanos. (Wallerstein,
2001: 90)
Por lo tanto, la preservación del medio ambiente se enfrenta a tres alternativas: 1) que los
gobiernos podrían exigir a las empresas que internalicen todos los costos ambientales,
con una compresión de sus beneficios; 2) los gobiernos podrían pagar la cuenta de las
medidas ecológicas, utilizando para ello el dinero de los impuestos o 3) no hacer
prácticamente nada, lo cual llevaría a las diversas catástrofes ecológicas sobre las que nos
advierten los movimientos de la sociedad civil. Hasta ahora la tercera alternativa es la que
va ganando.
CAPÍTULO IV
PRESENTACIÓN
El presente capítulo, con el cual se cierra el libro, está estructurado en tres apartados: en
el primero se aborda la crisis del capitalismo moderno que se presentó en 2008 teniendo
como epicentro la economía de Estados Unidos y que se extendió en poco tiempo a todo
el mundo, analizando las causas que originaron dicha crisis, así como el rescate financiero
en Estados Unidos y Europa. Por otro lado se analizan las estrategias que los gobiernos
115
del G20 han implementado para hacer frente a la crisis y evitar que se pueda volver a
repetir con la misma magnitud que en el 2008. Por último, en el primer apartado se
abordan las diferentes manifestaciones actuales de la crisis del capitalismo que en autores
como Wallerstein, son síntomas de una fase terminal.
En el tercer apartado, se abordan los problemas actuales y las perspectivas del capitalismo
global, haciendo énfasis en que la globalización no solo es económica, sino que abarca la
cuestión política, educativa, comunicativa y cultural con contenidos que no han
favorecido hasta ahora al sector más pobre de todos los países del mundo y mucho menos
en favor del medio ambiente, ya que el rumbo de la globalización se ha definido a favor
de grupos minoritarios de la población mundial que concentran la riqueza global.
La crisis del capitalismo moderno explotó en septiembre del 2008, tuvo su origen en los
Estados Unidos, y pronto se extendió a Europa y a los países emergentes. Fue una crisis
financiera que se convirtió en una crisis económica mundial provocando despidos
masivos, cierres de empresas y caídas de la actividad económica de diferentes países del
mundo.
• La crisis “punto com”, en 2001-2002, que consistió en empresas que operaban a través
de la red punto “com” en portales de internet como Yahoo, Amazon y AOL, que
falsearon y especularon con información bursátil, provocando fuga de capitales.
• El excesivo gasto con crédito barato. A finales de la década de los noventa, los
estadounidenses gastaron más que en años anteriores. El promedio del ahorro personal
como porcentaje del ingreso, entre el 2000 y el 2007, fue de 1.5 por ciento frente a
5.2 por ciento de la década de los noventa o 9 por ciento en los ochenta. Al finalizar
116
el 2008 la tasa de ahorro de los estadounidenses repuntó al 2.6 por ciento promedio
en octubre y noviembre. (Zurita, Martínez y Rodríguez, 2009: 18) El incremento del
ahorro significó que el consumo se reduciría, teniendo un efecto negativo en el
crecimiento económico en el corto plazo, aunque a largo plazo pudiera impactar
positivamente en una mayor acumulación de capital.
Muchos inversionistas compraron estos títulos y armaron otros para formar activos
financieros más grandes y los vendieron a otros inversionistas. Cada vez que
aumentaba el precio de la vivienda, se incrementaban los préstamos subprime, ya que
eran más atractivos para los inversionistas (Greenspan, 2010: 18). La mayoría de los
inversionistas desconocen quien respalda estos instrumentos, los bancos y los
intermediarios dependen de la calificación de las grandes calificadoras como Moodys
o Standar&Poors que en esos momentos calificaron dichos activos como los más
rentables con una clasificación AAA, y que se vendieron a inversionistas nacionales
y extranjeros, sobre todo europeos. Estos activos tienen un riesgo muy alto por lo que
la tasa de interés que cobra el prestamista es muy superior a la del mercado. (Zurita,
Martínez y Rodríguez, 2009: 20)
21
La caída de las tasas de interés fue a nivel mundial, lo que significó que la intención al ahorro era mayor
que la intención a invertir. El Banco de Canadá, en un estudio concluyó que el debilitamiento de la inversión
mundial fue el principal determinante de la caída de la tasa de interés mundial de largo plazo. (Greenspan,
2010: 17)
22Una hipoteca subprime o basura es una hipoteca de alto riesgo y que por lo general no cuenta con ningún
aval, por lo que la probabilidad de que el adquiriente de la hipoteca no pague su deuda, es muy elevada.
Los bancos asumían que sus clientes harían hasta lo imposible por pagar, y no perder su casa, ya que esta
es un activo vital para la familia.
117
En 2006 la Reserva Federal incrementó las tasas de interés hasta 5.25 por ciento
impactando en el mercado inmobiliario, lo que significó que la crisis de las hipotecas
subprime, frenara el dinamismo del sector de la construcción, al mismo tiempo que el
precio de las casas disminuía. La cartera vencida de los créditos subprime comenzó a
incrementarse, y muchos acreedores no pudieron pagar y las empresas constructoras
se declararon en quiebra, como la empresa New Century Financial, una de los
prestamistas más importantes de Estados Unidos. La economía de Estados Unidos se
desacelera, la oferta de viviendas nuevas y usadas supera la demanda, los precios
bajan y se genera una incertidumbre en los mercados, explotando la burbuja
inmobiliaria.
En el corto plazo, la crisis hipotecaria y el contagio del sistema financiero fueron las
causas más significativas de la crisis de la economía mundial con epicentro
norteamericano. En 2007 se colapsan los fondos de cobertura de la empresa Bear Stearns
en virtud de gozar de un fuerte posicionamiento en las hipotecas suprime, ya que
comerciaba activos con denominación AAA –es decir, con un nivel de solvencia
supuestamente alto- y que en realidad no lo eran, siendo activos tóxicos.
En marzo de 2008, la Reserva Federal rescató a Bear Stearns de la bancarrota con 30 mil
millones de dólares en obligaciones y Bear Stearns se vendió a la compañía JP Morgan
Chase. En agosto de 2008 el Departamento del Tesoro tomo el control de la GSEs Fannie
Mae y Freddie Mac por la caída abrupta del precio de sus acciones, quiebra también
Lehman Brothers, poniendo al sistema financiero al borde del colapso. Merrill Lynch para
evitar el colapso se vendió al Bank of America. El 6 de septiembre de ese mismo año, la
empresa AIC es rescatada por la Reserva Federal tras su colapso, con un crédito de 85
mil millones de dólares que resultaron insuficientes, y posteriormente se le agregaron 38
mil millones de dólares al rescate.
118
Dicha crisis en Estados Unidos provocó que el sistema bancario suspendiera los flujos de
crédito y se incrementara la volatilidad de los precios de los comodities23 en los mercados
de valores, que el tipo de cambio fortaleciera al dólar frente a todas las monedas del
mundo, y que disminuyera el precio del petróleo, lo que redujo las presiones inflacionarias
en el resto del mundo y se transformó en crisis de la producción y el empleo.
Europa fue la más afectada por la crisis, primero por su vinculación financiera y comercial
con los Estados Unidos, su similar debilidad ante la competencia China y su capitalismo
neoliberal; segundo, desde la crisis del 2001-2002, bajo el impacto de la competencia
internacional, la eurozona se fractura en dos regiones, expresando los niveles de
productividad y costos laborales unitarios: un Norte superavitario, encabezado por
Alemania; y, un sur deficitario compuesto por España, Italia, Portugal, Grecia y Francia
(Dabat, 2012: 92). A esos dos factores, una vez estallada la crisis se agregó el alto costo
del rescate de los bancos europeos.
México al igual que Europa, fue de los países más afectados por la crisis a pesar de que
las empresas calificadoras, evaluaban a México como un país en desarrollo modelo y
exitoso. Aunque todo lo anterior fuera cierto, las políticas ortodoxas habían llevado a un
escenario económico de apertura extrema (en 2010 la apertura comercial, medida como
la suma de las exportaciones más importaciones en relación al PIB, era de 62 por ciento)
y profunda privatización, con un 92 por ciento de todo el comercio exterior concentrado
con Estados Unidos y con una fuerte dependencia tecnológica y empresarial como
consecuencia de la adopción del modelo neoliberal.
23
Commodity: es un término que generalmente se refiere a bienes físicos de tipo genérico que no tienen una
diferenciación entre sí, por ejemplo las materias primas o bienes primarios como el trigo, el petróleo, la
electricidad, el cobre, la celulosa, la farmacéutica, etc. que se produce en cualquier parte del mundo y que
tendrá el mismo precio y la misma calidad.
119
Las estrategias que los gobiernos del G20 24 utilizaron para enfrentar la crisis y atenuar
sus repercusiones, consistieron principalmente en acuerdos surgidos de las cumbres
realizadas en varios países del mundo. En dichos acuerdos, se ha asignado un importante
papel a la intervención del Estado en Estados Unidos y en Europa para los rescates
financieros de los bancos y empresas privadas significativas para la economía mundial.
Algunos de los principales acuerdos de las cumbres del G20, desde 2008 en Washington
hasta 2015 en Turquía fueron los siguientes:
24Conformado por Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur,
Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica, Turquía
y la Unión Europea
25
Conformado por Alemania, Estados Unidos, Francia, Japón, Alemania, Canadá y Reino Unido
120
las esferas del comercio, de las inversiones y de la introducción de nuevas limitaciones
de las exportaciones hasta finales de 2013; reducción del déficit presupuestario y de los
volúmenes de deuda pública que inició en 2011; proteger a los contribuyentes en
situaciones de bancarrota de las instituciones financieras privadas; y, se decreta la
institucionalización de un grupo de trabajo que se encargaría de la elaboración de medidas
de la lucha contra la corrupción y su efecto negativo en la economía mundial”. (Sputnik,
2012)
La séptima cumbre fue realizada el 18 y 19 de junio de 2012 en los Cabos México. “En
esta cumbre se decidió asignar otros 450.000 millones de dólares para el aumento de los
fondos del FMI que se podrían aprovechar para garantizar la estabilidad financiera y
ayudar a los países afectados a superar las secuelas de la crisis económica global”.
(Sputnik, 2012)
121
control de los regímenes sobre patentes y traslado de ganancias. Así como racionalizar el
consumo de combustibles fósiles para enfrentar el cambio climático”. (G20, 2014)
Para Leal Villegas (2015), la regulación efectiva del capital, se sustentaría en regular los
flujos financieros, eliminar los paraísos fiscales, que el sector financiero cumpla su
función de intermediar entre los ahorradores y el sector productivo. Así también se
requiere fortalecer las finanzas públicas mediante una reforma fiscal progresiva que grave
a la empresa capitalista. El Estado debe ser una institución social con un proyecto de
nación que genere una correspondencia en favor de la empresa productiva y de la
inclusión social y que ponga costos al capital financiero internacional. Por otro lado
Tomas Piketty plantea que la regulación financiera debe ser mediante la “transmisión
automática de la información bancaria”, cuyo objetivo es regular el libre flujo de capitales
financieros a nivel internacional. Esta regulación debe iniciar con el 1 por ciento sobre
las fortunas de los más ricos del mundo según los informes de Forbes. (Piketty, 2015:
582)
Si bien hay diferentes perspectivas de apreciación de la crisis, casi todos los autores
coinciden que se trata de un fenómeno de gran envergadura de tal manera que la crisis del
capitalismo, es una crisis estructural y múltiple, de orden civilizatorio, que abarca el nivel
ecológico, alimentario, energético y cultural.
En particular, Wallerstein (2015) plantea que las estructuras constitutivas del capitalismo
han entrado en fase terminal desde la década de los sesentas del siglo pasado: “El sistema-
mundo se está autodestruyendo. El sistema-mundo se encuentra en lo que los científicos
de la complejidad llaman una bifurcación. Éste significa que el sistema actual no puede
sobrevivir, (…). Aunque no podemos predecir qué clase de nuevo sistema emergerá,
podemos afectar la decisión entre las alternativas sustantivas disponibles. Pero sólo
podemos esperar hacerlo mediante un análisis realista de los vaivenes caóticos existentes
sin esconder nuestros esfuerzos políticos tras espejismos acerca de reformar el sistema
existente o mediante intentos deliberados por ofuscar nuestro entendimiento”.
122
Un síntoma de lo profundo de los problemas del capitalismo es la crisis ecológica: la
contaminación del aire y del agua de los ríos y mares; la reducción de la capa de ozono;
el crecimiento de los cementerios atómicos; la destrucción de selvas y bosques; el cambio
climático global que está conduciendo a la extinción de especies enteras de fauna y flora;
etc., y, aunque la ciencia ha generado los medios tecnológicos para resolver y revertir
estos problemas y frenar dicha catástrofe de dimensiones planetarias, dicha tecnología no
se pone en práctica porque su aplicación no es rentable para la lógica de la acumulación
de capital. (Aguirre, 2007: 248)
Otro de los síntomas del deterioro del capitalismo, es la crisis alimentaria. El sector
agrícola está en peligro de extinción; la producción agrícola, incluida la de los países
subdesarrollados, se desmantela en beneficio de las empresas trasnacionales y se especula
con el precio de los productos básicos empujando a un crecimiento de la pobreza extrema
de la población. Por ejemplo: “Entre marzo de 2007 y mayo de 2008, el precio de los
productos lácteos se incrementó en 80%; la soya 87%, el trigo200% y el de los alimentos
en general 75 por ciento, dicho aumento sigue siendo grave para millones de
consumidores pobres”. (BM, 2008)
De acuerdo con la FAO (2009) al finalizar el decenio del siglo XXI 1020 millones de
personas padecían hambre en el mundo, como consecuencia de la crisis económica, la
reducción de los ingresos y los elevados precios de los alimentos, que se han convertido
en mercancía especulativa en el mercado de futuros 26, lo que ha sido devastador para la
población más vulnerable.
Según el Banco Mundial en 2050, el mundo necesita producir 50 por ciento más de
alimentos para alimentar a 9000 millones de personas, por lo que es necesario tener en
cuenta que el cambio climático es un factor que puede frenar la producción alimentaria
hasta en un 25 por ciento si no se modifican los métodos de cultivo de los alimentos. En
1914 los precios internacionales de los alimentos disminuyeron en un 14 por ciento y un
19 por ciento en 2015, este descenso se explica por la caída en los valores internacionales
de los alimentos, por lo que entre agosto de 2014 y mayo de 2015los precios de los
aceites y las harinas disminuyeron en un 16 por ciento, otros alimentos en un
14 por ciento y los cereales en un 10 por ciento. (Banco Mundial, 2015)
26
El Mercado de Futuros es aquel en el que se realizan contratos en los cuales las partes se comprometen a
comprar o vender en el futuro un determinado bien (producto agrícola, mineral, activo financiero o
moneda), definiendo en el presente la cantidad, precio y fecha de vencimiento de la operación.
123
extractivo (Márquez, 2009: 200). Lo anterior es consecuencia del agotamiento de las
reservas recuperables de petróleo y la concentración de los últimos remanentes por el
mundo musulmán, lo que se acompaña de los precios de la “titularización” del petróleo
como arma política por parte de grupos del fundamentalismo islámico, poniendo en
peligro la supervivencia de la civilización basada en los combustibles fósiles, debido a
que se da un descenso de la producción y un déficit en la oferta de combustibles líquidos
a corto y mediano plazo. (López, 2005)
Así también, la crisis cultural está representada por los medios de comunicación que se
utilizan para poder difundir la ideología neoliberal, menospreciando la cultura como
espacio de crítica, creación y educación, reduciéndola a su mínima expresión como
simple entretenimiento y desinformación. La hegemonía cultural global está centralizada
en ocho corporaciones transnacionales: AOL, Time Warner, Viacom, Sony, News
Corporation, Vivendi Universal, Disney, Bertelsmann y Liberty Media. La hegemonía
cultural estadounidense está en Hollywood, así como en la comercialización de los bienes
culturales el 40 por ciento lo acaparan China, Estados Unidos y Reino Unido y el 60 por
ciento se concentra en 117 países. (Márquez, 2009: 207)
Es así que para distintos autores, la crisis del capitalismo es una crisis terminal, es el fin
de la actividad humana que nació en la antigua Grecia, porque el fin del capitalismo es el
fin de la política como actividad humana, y de un largo período histórico en el cual la
lógica dominante en la relación hombre naturaleza es la lógica de la ganancia, de la
acumulación de capital. En tal sentido, Harvey (2007) plantea que solo hay dos caminos:
unirse a los grupos de activistas y opositores al neoliberalismo y plantear propuestas desde
el punto de vista revolucionario, o dedicarnos a la investigación política y teórica sobre
las condiciones existentes del capitalismo neoliberal para su reestructuración. En el
extremo opuesto, los teóricos del capitalismo piensan que la crisis neoliberal es pasajera,
que el modelo está bien y que solo necesita ser más humano, cuando es bien sabido que
el capitalismo es inhumano por naturaleza, y que su existencia se sustenta en la generación
y reproducción de la desigualdad y la pobreza.
En este apartado, se abordan los distintos conflictos armados surgidos en el nuevo orden
global, como la invasión a Afganistán ya Irak, la revolución de Georgia, el conflicto en
Ucrania y la guerra civil en Siria. También se analiza lo relacionado con las armas
nucleares en Irán y los últimos acuerdos que se han firmado en este tema, así como el
papel que han desempeñado los organismos internacionales como la ONU y la OTAN en
el nuevo orden mundial y, por último, se analizan los resultados, la credibilidad y la
eficacia de dichos organismos para imponer la paz y la seguridad mundial, influenciados
desde luego por EE.UU.
En el nuevo orden global, lo que destaca es sobre todo el conflicto, la discordia, la guerra,
el distanciamiento y el odio o resentimiento entre culturas, sociedades e individuos; nos
encontramos en la visión conflictiva de la cultura a nivel global, tal y como ha sido
expuesta por Luis Díaz G. Viana, quien sostiene lo siguiente:
124
Las diferencias raciales, los odios étnicos que parecen resurgir con fuerza en el reino
de lo global, no son más que excrecencias de un régimen de intolerancia más
profundo que hunde sus raíces en el pasado –en un sistema de representación del
mundo basado como el occidental en la exclusión– y tiende sus tentáculos hacia el
futuro que promete más la amalgama, la hibridación cultural, la neutralización de
las diferencias que el respeto de las mismas. (Díaz, 2003:72)
Esta visión conflictiva se observó en los brutales atentados terroristas yihadistas del 11
de septiembre de 2001 en Nueva York, los cuales como señala Massimo Borguesi
representaron el retorno a la visión conflictiva de la cultura. Después del 11 de septiembre
el mundo aparece nuevamente dividido, marcado por el conflicto y la guerra. (De Haro,
2012: 195)
Como señaló entonces la Administración Bush, a partir de ese momento será cada misión
la que determine la coalición con la que prefiere intervenir, resistiéndose a supeditar su
libertad de acción a la toma de decisiones por consenso en la OTAN.
La guerra de Irak también puso en duda, aún de manera más grave la credibilidad de la
OTAN, ya que se produjo de forma unilateral y pese a la oposición abierta de destacados
miembros de la Alianza, como Francia y Alemania, ésta inició en marzo de 2003 e implicó
un giro drástico en la política militar y geoestratégica de Estados Unidos en razón de que
se emprendió con base en el principio del “ataque preventivo”, el cual fue invocado por
Bush Jr. con el pretexto de una supuesta posesión de armas de destrucción masiva por
parte del régimen de Saddam Hussein, lo cual se comprobó que era falso. De esa forma
se impuso, en el mundo un crudo “globalismo unilateral”, como lo calificó Huntington
(1999), por lo que EE.UU., tuvo que buscar la colaboración de otras potencias para
compartir los objetivos y sobre todo los costos de esa guerra, todo con la complicidad de
la comunidad internacional encarnada en la ONU.
Durante este periodo se empleó armamento sofisticado, sistemas de uso dual o armas
sencillas y asequibles usadas de forma novedosa; explotación de las tecnologías de la
información para obtener inteligencia, garantizar el mando y control de las operaciones,
difundir eficazmente su mensaje político o planear ciber ataques contra las redes civiles
125
y militares del adversario; una organización interna flexible, adaptable y articulada en
red; su completa indefinición normativa y total desprecio a los usos y costumbres de la
guerra tradicionalmente aceptados por la comunidad internacional; la variedad de fuentes
de financiación manejadas o el eficaz empleo de todos los medios que estén a su
disposición para infligir el máximo daño a su adversario; ilustrar sobre los peligros que
plantean las formas de guerra asimétrica sobre unos ejércitos que todavía no han superado
el paradigma bélico de la Guerra Fría y favorecer un proceso de “Transformación” que
proporcione a las fuerzas armadas del país las capacidades requeridas para enfrentarse a
cualquier adversario, en cualquier ambiente y en toda la gama de las operaciones. (Colom,
2013: 686 y 687)
Para resolver los conflictos antes señalados, la ONU, como instrumento supranacional
encargada de salvaguardar la paz y seguridad entre las naciones, se mostró bastante
ineficaz. Parte de estos resultados tuvieron que ver con el Consejo de Seguridad que
mantiene el estatus de las naciones ganadoras del conflicto bélico mundial, lo que facilita
la parálisis de la acción internacional, a causa de las diferencias existentes entre las
potencias miembros con derecho a veto. Ello facilita que Estados Unidos actúe con
independencia hegemónica, al margen de Europa que no tiene representación específica,
si bien Francia y Gran Bretaña están en el Consejo. (Sintes, 2009)
Lo anterior, mostró la necesidad de que la ONU, se someta a una revisión para adaptarse
a las circunstancias actuales, reconociendo que tal reorganización ya fue iniciada hace
años, pero que no termina de superar la fase de proyectos. En el año 2005, se celebró una
cumbre mundial de la ONU que dejó claro el desinterés de las grandes naciones por las
reformas. Sobre ello, un informe de Kofi Annan –en ese entonces Secretario General de
la ONU-, decía: “En los últimos años esta cuestión ha dividido profundamente a los
Estados miembros”. Pero se refería al derecho de los Estados a emplear la fuerza militar
de manera anticipada (Documento ONU A/60/LI), lo que demuestra claramente que la
ONU es utilizada para los intereses de las grandes potencias. (Sintes, 2009)
126
Uno de estos episodios fuertes fueron las discrepancias y los enfrentamientos con Estados
Unidos al tratar temas como la ampliación de la OTAN, la defensa contra misiles o los
intentos norteamericanos de aumentar su influencia en lo que Rusia consideraba su
“dominio reservado”, el espacio post‐soviético. Con Putin, Rusia parecía situarse de
nuevo como rival de occidente pero no sobre una base ideológica –como ocurrió durante
la Guerra Fría– sino desde un planteamiento fuertemente nacionalista que actuó como
aglutinante de la mayoría de los ciudadanos rusos en torno a su líder. (Cámara, 2010: 4)
La guerra entre Rusia y Georgia en el verano de 2008, puso de manifiesto la alianza con
las políticas de la administración estadounidense, ya que un líder con firme apoyo de
Washington y perspectivas de una pronta admisión en la OTAN, el presidente
Saakashvili, no vaciló en tomar la decisión de emplear la fuerza para recuperar el control
del territorio de Osetia del Sur, aun sabiendo que Moscú aprovecharía este hecho para
responder con una intervención militar abrumadoramente superior. Una vez finalizadas
las hostilidades, en un breve plazo gracias al papel de la Unión Europea como mediadora,
los resultados arrojaban un saldo negativo para los intereses y la credibilidad internacional
de ambas partes; aunque, tanto los separatistas surosetios como los abjasios pudiesen
aprovechar la guerra para justificar su declaración de independencia. (Morales, 2010:
206)
La revolución naranja que llevó a la presidencia a Yúshenko, anuló los motivos políticos
que dieron lugar a abastecer en condiciones preferenciales de gas a Ucrania por parte de
Rusia, las cuales se habían heredado del antiguo bloque soviético. La compañía gasista
Gazprom quería que las tarifas pagadas por Kiev reflejaran la nueva situación, sin lograr
un acuerdo, hasta que en los primeros días de 2006 se decidió a cortar el suministro, lo
que hizo que un pequeño número de clientes europeos perdiera el suministro, esto fue
suficiente para alertar sobre las consecuencias de una escalada del conflicto. (Moré, 2006:
2)
127
calculado que Gazprom terminará ingresando 880 millones de dólares más en 2006
gracias al acuerdo. (Moré, 2006: 2)
Esta crisis tiene una dimensión política porque provocóla caída del Gobierno ucraniano
y pone de manifiesto la situación de indefensión en que se encuentra Europa frente a otra
crisis semejante, es decir, la necesidad de reconsiderar su estructura y fuentes de
abastecimiento energético, ahora lideradas precisamente por Rusia. (Moré, 2006: 4)
El Presidente de Siria, Basar Al-Assad, heredó el poder de su padre Hafiz Al-Assad, quién
desde 1970 gobernó en forma dictatorial logrando mantener la estabilidad política, hasta
su fallecimiento en junio del 2000. Los Al-Assad pertenecen a una minoría alauí, -o
seguidores de Ali-, vinculada con los chiitas, y han logrado controlar Siria, pese a ser solo
el 12 % de una población estimada en 21 millones de habitantes. En el año 2009 Al-Assad
prometió un proceso de democratización que no cumplió. Sin embargo, superó el
aislamiento occidental que se le impuso a consecuencia de su intervención en el Líbano,
su vinculación con el asesinato del ex Primer Ministro Rafiq Hariri y sus relaciones con
Irán, situación que ha mutado con la “Primavera Árabe”, la que abre un nuevo capítulo
en la historia de su país y de la región. (Molteni, 2013: 171)
La posibilidad de alcanzar una solución política mediante una acción decidida del
Consejo de Seguridad, chocó con la posición rusa y china las cuales vetaron varios
proyectos de resolución. Los Estados Unidos han buscado un acuerdo con Rusia para
intentar ponerle fin a la violencia pero, Moscú se ha opuesto a una solución que desplace
a Al-Assad del poder, argumentando que el conflicto debe resolverse a través de
negociaciones y que se lo debería incluir en cualquier arreglo. (Molteni, 2013: 173)
128
representada, entre otros, por los Estados Unidos, Francia y el Reino Unido, pero también
por Turquía, Jordania, Arabia Saudita y los demás integrantes del CCG. Washington, en
su momento sostuvo que los días de al-Assad estaban contados, ha sido reacio a una
opción militar, entre otras razones, por sus propias experiencias en Irak y Afganistán y su
interés prioritario en la agenda interna, pero la extrema prudencia del Presidente Obama
que se funda también en el convencimiento de que los acontecimientos en Siria están
fuera de su control, fue criticada por políticos y medios de prensa que la interpretaron
como una falta de liderazgo y, en cambio, favorecen una intervención por razones
humanitarias y estratégicas. (Molteni, 2013: 173 y 174)
Otra amenaza y riesgo son las armas nucleares, sobre todo en Irán. En agosto de 2002,
trascendieron las investigaciones secretas de Irán para el enriquecimiento de uranio, no
informadas al Organismo Internacional de Energía Atómica. Así se supo que en el año
2000, Teherán había comenzado la construcción en Natanz de una planta de
enriquecimiento para aumentar el porcentaje del isotopo U-235 en el uranio natural y se
conoció también la construcción de otras instalaciones para la producción de Agua Pesada
y un reactor de ese tipo en Arak, que también puede utilizarse en armas nucleares. Estos
desarrollos no hubieran sido ilegales de acuerdo al artículo IV del Tratado de No
Proliferación Nuclear, que otorga el derecho inalienable a todos los estados partes de
desarrollar, investigar, producir y utilizar la energía nuclear con fines pacíficos. (Molteni,
2013: 176)
Con el objetivo de que Irán abandonara las implicancias militares de su programa nuclear,
se adoptó una combinación de sanciones y negociaciones, que en este caso, están a cargo
del P5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia más Alemania). En una
primera etapa, se ofrecieron una serie de beneficios condicionados nuevamente a la
suspensión del enriquecimiento pero Irán las rechazó, especulando con la no imposición
de sanciones, donde se le pide a Irán la suspensión de sus actividades de enriquecimiento
y reprocesamiento, como una forma de ganarse la confianza de la comunidad
internacional de que sus actividades no constituyen una amenaza para la paz y la
seguridad. Asimismo hacen referencia a numerosos incumplimientos por parte de Irán y
cuatro de ellas, le imponen obligaciones adicionales y sanciones limitadas dentro del
marco del Capítulo VII de la Carta. Cabe recordar que todos los Miembros de la ONU
han convenido en aceptar y cumplir las decisiones del Consejo de Seguridad. (Molteni,
2013: 177 y 178)
129
que puedan lesionar su fuerza, legitimidad y cohesión social. En consecuencia, su política
ha sido dilatar las negociaciones, considerando a su plan nuclear como un objetivo
nacional legítimo, aun cuando en el horizonte se perciba la posibilidad de una acción
militar. (Molteni, 2013: 186)
Finalmente en Lausana, Suiza, el dos de abril del 2015 Irán y el grupo P5+1 alcanzaron
un acuerdo marco preliminar denominado Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA)
sobre el futuro de las actividades nucleares desarrolladas por el país persa y el
levantamiento de las sanciones económicas. En dicho documento Irán se comprometió a:
reducir a más de la mitad el número de centrifugadoras que posee, permitir el acceso de
los inspectores de la OIEA a todas sus instalaciones nucleares sin restricciones de ningún
tipo, no enriquecer uranio por encima del 20 por ciento y a no construir nuevas
instalaciones nucleares por un período de 15 años. A cambio de ello, Estados Unidos, la
Unión Europea y sus aliados se comprometieron a levantar las sanciones económicas
impuestas al país a medida que Irán cumpla con lo pactado. (OETEC, 2015: 3 y 4)
Como se puede observar, los conflictos después de la guerra fría continúan siendo muy
graves y de ninguna manera se ha llegado al fin de éstos; un aspecto relevante es el gasto
militar mundial, el cual en 2014 fue de 1,776 billones de dólares, cifra que representa un
2,3% del producto interior bruto mundial o 245 dólares por persona. (SIPRI, 2015: 14)
Durante 2014 el gasto militar se ha incrementado rápidamente en África, Europa del este
y Oriente Medio por los numerosos conflictos regionales como los de Ucrania, Iraq y
Siria, entre otros; también ha aumentado en Asia y Oceanía, aunque esto se deba
exclusivamente a China; en América Latina y el Caribe prácticamente permaneció
invariable en relación con 2013, por la lucha contra los cárteles de la droga en América
Central, a pesar de que Brasil, el líder regional, recortó su gasto debido a las dificultades
económicas. (SIPRI, 2015: 14)
La siguiente gráfica, nos muestra los miles de millones que por región de manera general
y después por países se gastaron militarmente durante 2014, destacando que el país que
más ha gastado ha sido EE.UU.
130
Gráfica IV. 1 Gasto Militar Mundial , 2014
800
700
500
400
300
200
100
0
Norte de África
oceanía
Sudeste asiático
EUROPA
Occidental y Central
ÁFRICA
África Subsahariana
AMÉRICA
Este asiático
Europa oriental
América del Sur
ASÍA Y OCEANÍA
ORIENTE MEDIO
Región
Fuente: SIPRI (2015)
Por otra parte, hay pruebas que demuestran que los estados con medidas más estrictas
sobre la igualdad de género tienen menos probabilidades de caer en una guerra civil, en
una guerra con otros estados o en abusos generalizados de los derechos humanos que los
estados con medidas poco importantes. De hecho, las guerras de 2014 mencionadas
anteriormente parecen coincidir con las zonas donde las relaciones de género han
empeorado ostensiblemente, sobre todo en partes de África y Oriente Medio. Por ello, el
empeoramiento de la opresión de las mujeres es especialmente inquietante debido a la
relación entre la igualdad de género y la paz. Por tanto, es probable que las políticas de
exclusión social dirigidas principalmente contra las mujeres generen tensiones en la
sociedad y hagan presagiar guerras dentro de los estados y entre estados. Estas políticas
sirven como indicadores de alerta temprana para una comunidad internacional
preocupada por la paz y la seguridad. (SIPRI, 2015: 6)
En el presente apartado se desarrolla una serie de ideas, en torno a los problemas actuales
y perspectivas de la globalización que acontece en el mundo actual, lo que ha llevado a
varios autores a generar propuestas de cambio ante la situación de crisis permanentes en
el sistema capitalista y ante los desequilibrios económicos, financieros, sociales, políticos
y culturales que se expresan en los indicadores de desarrollo humano y en que parece, en
131
ocasiones, no haber salida a las condiciones de marginación y pobreza en que hoy vive la
mayoría de la población.
Como se ha podido constatar a lo largo de los diversos apartados del presente texto, la
globalización no sólo es económica, también tiene una dimensión política, comunicativa,
educativa y cultural. Después de la segunda guerra mundial, el mundo quedó dividido en
el bloque soviéticos y el estadounidense, dando pie a la llamada guerra fría, misma que
terminó entre fines de los años 80, con la caída del Muro de Berlín, en noviembre de
1989, e inicios de los años 90 –con la desintegración de la Unión Soviética en diciembre
de 1991-, abriendo paso a diversos anuncios referidos a una supuesta eternización del
capitalismo y a un dominio absoluto de los EE.UU. sobre el conjunto del sistema mundial.
(Calvo, 2001)
Es en ese escenario, de fin de la guerra fría, que el proceso globalizador se despliega con
mucha fuerza, apuntando en distintos sentidos a la unificación económica del mundo
acompañada del despliegue de diversos instrumentos de la política, la diplomacia y las
armas, a través de los cuales se ha vivido una globalización bajo los marcos del patrón
neoliberal.
Bajo esos marcos, la globalización ha dado lugar a mayores niveles de vinculación entre
los diferentes espacios del mundo, a través de la reducción de costos de transporte y, el
desmantelamiento de barreras a los flujos de bienes, servicios y capitales, y la mayor
movilidad de personas, tecnologías, ideas y conocimientos.
Así también, tal como se revisó a lo largo del presente texto, la globalización implica
cambios significativos en las comunicaciones, la educación y la cultura, si bien todo ello
ocurre en un contexto que difícilmente se corresponde con los frutos positivos que se
esperaban del avance de la globalización, ya que dicho avance ha ido arrojando ganadores
y perdedores, mejoras en algunos aspectos de la vida humana y empeoramiento en otros
aspectos, así como una fuerte acentuación de las desigualdades económicas y sociales.
Esos rumbos de la actual globalización no han sido definidos por motivos técnicos-
económicos ni por consideraciones de pertinencia social; por el contrario su definición,
ha surgido de intereses que poco tienen que ver con lo socialmente necesario y que más
bien responden a estrategias políticas y de poder definidas por sectores claramente
minoritarios de la población mundial.
132
La globalización no responde a situaciones económicas inevitables que fuerzan un
camino único, sino a situaciones originadas en decisiones políticas respondiendo a
relaciones de poder específicas, es así como el capitalismo financiero y el poder
económico-militar de EE.UU se impone al resto de los países.
El G-7, la OTAN, el FMI, la OMC y el BM, son instituciones dedicadas a ejecutar las
órdenes del poderío de la oligarquía financiera internacional así como del poderío
estadounidense, organizando la economía global para beneficio de esa minoría y
perjudicando a la mayoría por explotación o por exclusión, generando desigualdades, que
en esencia son un problema político. Esta situación económica en la que se defiende al
capitalismo salvaje es ignominiosa ya que el empobrecimiento de los sectores populares,
genera un mayor enriquecimiento de los sectores privilegiados y elitistas. Es así como el
imperio de EE.UU ha conseguido organizar la economía mundial a través del mercado
mundial único y el neoliberalismo es el dogma de esta forma de comprender el mundo de
hoy.
En el caso de los países como Suecia, Noruega, Finlandia y Dinamarca, aun perteneciendo
al mercado global neoliberal, han sido históricamente menos reacios intervenir sus
Estados en asuntos económicos, y en regular los mercados locales, sin embargo, en estos
países las diferencias entre personas con rentas altas y con rentas bajas es bastante menor
que en los países anglosajones, que aun siendo más ricos en términos absolutos,
distribuyen su riqueza entre menos que en el caso de esas economías. (Stiglitz, 2006)
Se debe dar un paso hacia un nuevo paradigma social, político, económico y cultural, en
el que prime la dimensión social y la dimensión ecológica, ya que el consumo de los
países industrializados; ya que tal como se ha dado a conocer en diversos foros, que el
ratio de consumo de los países industrializados, se necesitan hasta cuatro planetas Tierra
para poder soportar un crecimiento simétrico sostenido del conjunto de la humanidad. No
se puede mantener el ratio a costa del grupo de países en vías de desarrollo, que hablando
133
estrictamente en términos demográficos, representan hasta el 85% de la población
mundial. Se debe buscar un nuevo tipo de modelo en el que la maximización del beneficio
no se al único y principal objetivo. (Stiglitz, 2006)
Sólo de esa manera, desde abajo, desde lo particular a lo general, desde lo micro a lo
macro, se puede avanzar conjuntamente para alcanzar los objetivos que garanticen la
existencia de una verdadera democracia y de una verdadera justicia social.
Aunque el cambio debe ser principalmente desde afuera, no se puede dejar de lado la
posibilidad de ampliar el liderazgo y la cooperación entre los estados y en las
organizaciones internacionales, se requiere un enfoque coherente que establezca
prioridades, un compromiso más sistemático con la sociedad civil, se debe tomar en
cuenta el G-20 que incluye potencias emergentes como Brasil, China, la India y México,
que se convierten en portavoz de gobernanza mundial y en el que no sólo se hagan
propuestas, sino se den procesos de democracia participativa.
134
los problemas y proponer soluciones ya sea de forma individual o de forma colectiva, a
partir de la experiencia que se han vivido en los movimientos sociales y desde las
organizaciones sociales, se tiene que trabajar juntos, formular ideas y trabajar
comunitariamente, la participación ciudadana, es una forma democrática que se está
desarrollando, son los grupos populares, la cultura que es tan tradicional como emergente,
quienes reinventan la vida al mismo tiempo que contextualizan sus aspiraciones, y esta
es una lección universal, que es importante para los países del Norte, donde las
democracias son, en este momento, de baja intensidad, y sobre todo en el país que domina
el mundo y en donde el dinero es el que decide quién es presidente.
Es así como una propuesta de salida a la globalización que hace De Sousa es:
135
Glosario
ACNUR. Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
136
MERCOSUR. Mercado Común del Sur.
SAFTA (sigla en inglés). En español: Zona de libre comercio del Asia Meridional.
137
UE. Unión Europea.
138
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