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El Paraiso

Dante en la obra nos da una descripción muy simbólica de el Paraíso,


se centra más en lo espiritual y filosófico, usando un lenguaje poético y
metafórico, en lugar de darnos una imagen física o detallada de como
se ve el Paraíso como lo haría un autor describiendo un lugar físico en
la Tierra.
El describe el paraíso como un lugar de luz y armonía perfecta, donde la
gracia divina impregna todo. También usa metáforas para transmitir la
belleza y la perfección del Paraíso. Por ejemplo, describe a las almas
como gemas preciosas y joyas radiantes, lo que nos da una idea de que
las almas están pulidas y purificadas. Se representa como un lugar de
orden y armonía, en comparación a la confusión y el sufrimiento que
caracterizan al infierno y al purgatorio.
Jerarquía espiritual del paraíso.

En el paraíso, Dante nos describe una serie de cielos, cada uno es


habitado por diferentes almas que alcanzaron diferentes niveles de
virtud y conocimiento.
El primero es el Cielo de la Luna: Este cielo se relaciona con la virtud
de la obediencia y con aquellos que hicieron votos monásticos en la
Tierra pero no los cumplieron adecuadamente.
Las almas que están en el cielo de la luna representan la búsqueda de
la perfección espiritual y las promesas incumplidas. A pesar de sus
fallas en la Tierra, encontraron la gracia divina y están en un estado de
salvación en el Paraíso.
En este cielo de la Luna, Dante aprende lecciones sobre la importancia
de cumplir los compromisos espirituales y la necesidad de la obediencia
en la búsqueda de la perfección espiritual.

El segundo es el Cielo de Mercurio: Este cielo está relacionado con la


virtud de la fama y la búsqueda de poder político.
Las almas que están en este cielo con aquellas que en la Tierra
buscaron la fama y el reconocimiento público. A pesar de su deseo de
popularidad terrenal, encontraron la gracia divina y la salvación en el
paraíso y las describen como puntos de luz que parecen destellar y
centellear.
Dante aprende lecciones sobre la vanidad de la búsqueda de la fama y
la importancia de enfocarse en la virtud y la búsqueda de la gloria divina
en lugar de la gloria terrenal.

El tercero es el Cielo de Venus: En este cielo Dante encuentra una


representación de las almas que amaron de manera desordenada en la
Tierra pero que, a través del amor divino, encontraron la redención y la
gloria en el paraíso.
A medida que Dante describe el Cielo de Venus, usa imágenes poéticas
y simbólicas para representar la belleza y la perfección de este lugar.
Las almas que habitan este cielo son descritas como brillantes y llenas
de amor divino y el amor es el tema central de este cielo.
En ese cielo Dante aprende lecciones sobre la naturaleza del amor y
como el amor divino puede salvar incluso a aquellos cuyos amores
terrenales fueron desordenados. El enfoque de esta sección está en la
idea de que el amor puede ser transformado y salvador cuando se dirige
hacia lo divino.

El cuarto es el Cielo del Sol: En este cielo Dante se encuentra con las
almas de los sabios filósofos y teólogos que adquirieron sabiduría y
conocimiento divino.
En este cielo, Dante describe a las almas como estrellas brillantes que
giran en una danza celestial. La imagen de las almas como estrellas
refleja la idea de que estas almas están llenas de luz divina y la
sabiduría que han adquirido a lo largo de sus vidas terrenales.
El cielo del sol se centra en discusiones teología y filosóficas, donde
Dante tiene conversaciones con las almas sabias sobre temas
profundos de la fe, la filosofía y la teología.

El quinto es el Cielo de Marte: Este cielo se relaciona con la virtud del


heroísmo en la fé cristiana y las almas de los guerreros y mártires que
lucharon por la fé.
Dante describe este cielo como lleno de destellos y destellos, similar a
la visión de las estrellas en el cielo nocturno. Las almas que están en
este cielo son representadas como corales luminosos que simbolizan el
sacrificio en nombre de Dios.
En este cielo él tiene la oportunidad de hablar con las almas heroicas,
incluidos los guerreros y mártires que dieron sus vidas en defensa de la
fe cristiana. Dante aprende lecciones sobre el valor de la fé y cómo el
sacrificio en la búsqueda de la verdad y la justicia es una virtud digna de
recompensa divina.

El sexto es el Cielo de Júpiter: Este cielo representa la virtud del


liderazgo justo y la sabiduría en la toma de decisiones.
Dante describe este cielo como un lugar donde las almas aparecen
como puntos de luz , representando la justicia y el liderazgo virtuoso.
Aquí, las almas forman patrones en el cielo, que son un símbolo de la
organización y la armonía que rigen el reino divino.
Dante aprende lecciones sobre la importancia de la justicia en el
gobierno y como los líderes virtuosos pueden ganar la recompensa
divina.

El séptimo es el Cielo de Saturno: Este cielo representa la virtud de la


renunciación terrenal en busca de la espiritualidad y la sabiduría divina.
Dante describe este cielo como un lugar de tranquilidad y tranquilidad,
donde las almas están en un estado de contemplación y renunciación
del mundo terrenal. Las almas son representadas como estrellas
brillantes, cada una con un coro de almas.
Dante aprende lecciones sobre la importancia de la contemplación y la
renuncia a los placeres mundanos en búsqueda de la verdad espiritual

El octavo es el Cielo de las Estrellas fijas: Este cielo representa la


virtud de la fe inquebrantable y la promesa de la vida eterna.
Dante describe un lugar lleno de estrellas brillantes que son inmóviles y
fijas en su posición en el cielo. Las almas que están en este cielo son
las almas de aquellos que murieron en la fe cristiana y están destinadas
a convertirse en estrellas que adornan el cielo eterno.

El noveno es el Cielo del Primer Motor: Este cielo simboliza el


movimiento divino y la voluntad de Dios como el primer motor de todo el
universo.
Dante describe este cielo como un lugar lleno de luz divina y radiante
que fluye desde un punto central, que representa a Dios como el motor
primordial y la causa primera de todo.

Y el último es el Empíreo: Dante lo describe como un lugar de


perfección y belleza inefables, lleno de una luz divina que supera toda
descripción terrenal. Es un lugar de Paz y armonía absolutas, donde las
almas que están en este reino están en un estado de unión mística con
Dios.
El empíreo es la culminación de la búsqueda espiritual de Dante y su
deseo de unión con lo divino. Aqui, experimenta la visión beatífica de
Dios, lo que significa que tiene una visión directa y contemplativa de la
divinidad

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