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“SIGLO XX”
Área tecnología -ingeniería civil
“ECONOMÍA POLÍTICA”
INFORME: LA INFLACIÓN EN BOLIVIA.
MATERIA: Economía Política
DOCENTE: LIC. Carlos Chumacero Gonzales
UNIVERSITARIO: Kevin Ambrocio Pascual
Alex Aira Coyo
Jose Armando Espejo Caricari
Alex Janco Huanca
En el contexto actual, los costos laborales –canal a través del cual las presiones de demanda
podrían impactar sobre los precios– no contribuyeron al aumento de la inflación, sino por el
contrario evitaron que sea mayor, al actuar como amortiguador de los choques externos.
Esto se manifestó en una caída de los salarios reales en la mayoría de los países
estudiados, tanto en aquellos que se beneficiaron por la mejora de los términos de
intercambio, como en los que no. De esta manera, el aumento de la inflación tendió a
profundizar el impacto negativo sobre la participación asalariada en el ingreso (distribución
funcional) generado por la crisis de los dos años previos.
Inflación en América Latina: por qué es la región del mundo con los
precios de los alimentos más altos. - El promedio de la inflación interanual de los
alimentos en América Latina ha sido del 43,9% a septiembre de 2022.
Mientras el mundo avanza de manera lenta pero sostenida hacia la recuperación de los
precios de los alimentos a los niveles previos a la guerra de Rusia en Ucrania, América
Latina y el Caribe lo hace a un ritmo más lento.
El promedio regional de la inflación anualizada de los alimentos fue del 43,9% en septiembre
de 2022, mientras que a nivel global no superó el 23%, según la base de datos de la
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Si bien el promedio de la inflación de los alimentos a nivel mundial indica una baja del 20,5%
del récord alcanzado al inicio de la guerra, Haití con 48,6%, Surinam con 58,3%, Argentina
con 110% y Venezuela con 158%, según los últimos datos registrados por país en Trading
Economics, hacen que a América Latina le resulte mucho más trabajoso revertir la curva
negativa.
Por otro lado, en varios países de América Latina, el incremento del valor de los alimentos
supera a la media de la inflación general. "En la mitad de los países la inflación de
alimentos más que duplicó a la inflación general", dice a BBC el economista Gabriel
Sánchez, profesor de Comercio Internacional y Regionalismo en la maestría de Políticas
Públicas de la Universidad Torcuato Di Tella de Buenos Aires.
Cuáles son los países con mayor inflación de alimentos
El último registro comparativo a nivel global de la inflación de alimentos en el mundo (desde
septiembre de 2021 hasta el mismo mes de 2022), publicado por el Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en base a los datos de la FAO, muestra
que Venezuela ocupa el primer lugar con el 110,39%.
2022
2021
Impacto distributivo
La subsección anterior se mostró que el componente externo fue el que más incidió en el
aumento de la inflación entre 2021 y 2022 en un conjunto de países de América Latina, y que
otros factores internos asociados al ciclo económico tuvieron una gravitación menor. A
continuación, se analiza su impacto distributivo, y en particular cómo se reflejaron estos
cambios en los ingresos reales de los trabajadores.
Haití, con el 32,85%, se ubica en cuarto lugar. En un país sumergido en una profunda crisis
política, agudizada desde el asesinato del presidente Jovenel Moise, el 40% de la población
experimenta una situación de inseguridad alimentaria grave, según la Oficina de las
Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Le siguen Colombia con el 26,6% y Chile con el 22%.
Bolivia y Panamá son los países con menor inflación en los precios de los alimentos.
Panamá tuvo un 5% en el interanual. Si bien el país pasó a mediados del año pasado por un
duro ciclo de protestas, en las que el principal reclamo fue el creciente aumento de los
precios de los combustibles y de los alimentos, es el segundo con la inflación más baja de
Latinoamérica.
Panamá registró una variación interanual en alimentos en marzo de solo el 0,1%, según
datos del Instituto Nacional de Estadística y Censo de Panamá.
También Ecuador, un país con la economía dolarizada, registró uno de los índices más bajos
de la región con 7,14%.
América Latina tiene el costo más alto de una dieta saludable en comparación con otras regiones
del mundo.
Además, como Rusia ha sido tradicionalmente un gran exportador de fertilizantes, la
disminución de sus exportaciones impactó directamente la capacidad productiva de muchos
países de la región.
Por otro lado, la guerra también provocó un gran aumento en el precio del petróleo, otro
factor clave en el aumento del precio de la comida.
Eso ocurre porque cuando sube el precio de los combustibles, resulta más caro transportar
los alimentos y, en consecuencia, impacta el valor de su precio.
Otro factor clave en la inflación alimentaria es la sequía que ha afectado a vastas zonas de
América Latina. Cuando se dañan las cosechas, hay menos producción de alimentos y, por
lo tanto, sube el precio.
Así, dicen los expertos, el cambio climático es una de las razones que tiene un efecto directo
en el costo de la comida, dado que aumenta la frecuencia de las sequías y de las
inundaciones.
Una de las consecuencias de la inflación alimentaria es que golpea más fuerte a los hogares
con menores ingresos.
Las familias vulnerables gastan una gran parte de sus ingresos en alimentos y, como los
ingresos reales han caído, les alcanza para comprar menos productos.
"La inflación obliga a las personas a adoptar mecanismos de supervivencia cada vez más
severos, como reducir la cantidad, la frecuencia y la diversidad de los alimentos consumidos
o tomar decisiones irreversibles, como la de emigrar", dice a BBC Lola Castro, la directora
regional para América Latina y el Caribe del Programa Mundial de Alimentos, un programa
de las Naciones Unidas.
Vivir con una inflación alta no es algo nuevo para los argentinos.
Aunque ahora el país está atravesando por un histórico incremento de los precios -de más
del 100%-, esta no es la primera vez que la tercera economía más grande de América Latina
supera los tres dígitos de inflación.
Hace 30 años, de hecho, la situación era aún peor: el Índice de Precios al Consumidor (IPC)
llegó a registrar un alza del 3.079% anual en 1989 y de 2.314% al año siguiente, en medio
de una grave crisis financiera y altos niveles de pobreza entre su población.
Pero sólo cinco años después, durante el segundo período presidencial de Carlos Menem, el
IPC se redujo hasta el 0%.
¿Qué hizo Argentina en ese momento para contrarrestar la
hiperinflación? ¿Se podría recurrir ahora a la misma solución? Aquí te
lo explicamos.
Ley de Convertibilidad
A principios de la década de 1990, el espiral inflacionario que afectaba a Argentina parecía
imparable.
Para hacer frente a esta crisis financiera, el entonces ministro de Economía de
Menem, Domingo Cavallo, llevó adelante un profundo cambio de la organización económica
del país, que incluyó la famosa Ley de Convertibilidad.
La medida -que comenzó a regir en abril de 1991 tras su aprobación en el Parlamento-
establecía una paridad fija del peso argentino al dólar estadounidense. Es decir, un peso
argentino pasó a valer lo mismo que un dólar. A este período se lo llamó popularmente el
"uno a uno".
Para hacer esto posible, el Banco Central de ese país se convirtió en una virtual "caja de
conversión", que tenía la obligación de respaldar cada peso en circulación por un dólar
estadounidense.
Así, al poco tiempo Argentina logró reducir drásticamente su inflación y estabilizar su
economía, a lo que siguió un largo período de consistencia en los precios.
"(La convertibilidad) contribuyó a que el país estabilizara su déficit -aunque no totalmente-,
recibiera inversiones y aumentara su productividad", le explica a BBC Mundo el economista y
académico argentino Eduardo Levy-Yeyati.
Cómo la inflación del 70% en Argentina está generando a la vez un boom del
consumo y un aumento de trabajadores pobres
Levy agrega que esta política económica se benefició directamente del plan Brady, que
reestructuró la deuda contraída por países en desarrollo -entre ellos, Argentina, Brasil,
Ecuador, México y Venezuela- con los bancos comerciales estadounidenses.
También se benefició de otras reformas lideradas por el ministro Cavallo, como la apertura
comercial o la privatización de empresas públicas, y del ciclo global del dólar.
Es necesario recordar que por esos años (principios de los 90) muchos países de América
Latina estaban sacando adelante programas de estabilización de sus economías luego de
la crisis de la deuda de los 80, que ha sido calificada como uno de los "episodios económicos
más traumáticos" para la región y que tuvo fuertes implicaciones sociales, entre ellas, un
aumento considerable de la pobreza.
La convertibilidad establecía una paridad fija por ley del peso argentino con el dólar
estadounidense.
No por nada a esta etapa se le llamó la "década perdida".
Pero, para la economista y directora de la consultora Eco Go, Marina Dal Poggetto,
Argentina fue el único país latinoamericano que para sobrevivir a este caos utilizó como
"ancla rígida" el dólar a través de su paridad cambiaria.
Y eso, afirma a BBC Mundo, es una de las principales razones que explican por qué la
convertibilidad terminó siendo un fracaso y provocando uno de los colapsos económicos,
políticos y sociales más graves de la historia de Argentina.
¿Por qué fracasó?
"Pasamos de una economía cerrada, con alta inflación y muy protegida, a una economía
abierta, con muy baja inflación pero que entró en problemas a partir de 1996", explica Dal
Poggetto.
¿Qué pasó entonces con el modelo de la convertibilidad que parecía tan exitoso pero que
poco a poco comenzó a mostrar sus primeras fisuras?
Son varias las razones que explican el colapso, pero los economistas coinciden en que
los "shocks externos" jugaron un papel clave, entre ellos, la fortaleza del dólar.
"La fortaleza del dólar, generada por un aumento de la tasa de interés en Estados Unidos,
terminó provocando crisis en países emergentes como Argentina", señala Dal Poggetto.
Al mismo tiempo, la crisis asiática -que se extendió rápidamente a otras regiones del
mundo- y la fuerte devaluación del rublo, la moneda nacional de Rusia, también impactaron
al sistema económico del país sudamericano.
Pero el golpe más importante vino desde Brasil en 1999 cuando, tras una fuerte crisis
caracterizada por la fuga de capitales y una caída en el nivel de la actividad, se decidió
devaluar su moneda -el real- con respecto del dólar.
El "corralito"
En 2001, la demanda de dólares había superado ampliamente la capacidad del país
sudamericano de generar esas divisas.
Con su economía estancada y un peso caro y poco competitivo, Argentina dependía cada
vez más de la financiación extranjera: el 97% de su deuda externa era en dólares.
Preocupados por la asfixiante situación económica, muchos argentinos empezaron a
desconfiar de la solidez del sistema y a enviar sus dólares a cuentas en el exterior, en
particular a la vecina Uruguay.
Con las reservas del Banco Central en caída, el gobierno de Fernando de la Rúa pidió ayuda
al Fondo Monetario Internacional (FMI), negociando una reestructuración de su deuda.
Pero ante la creciente fuga de capitales y el descalabro económico, pocos meses después el
FMI decidió suspender sus desembolsos, lo que provocó una corrida bancaria aún más
masiva.
Fue en este contexto que el 3 de diciembre De la Rúa firmó el decreto 1570, ideado por
Domingo Cavallo -el "padre de la convertibilidad"-, para intentar frenar la sangría de dólares.
La medida, que poco después sería bautizada como el "corralito", impuso restricciones a la
retirada de depósitos bancarios, asfixiando aún más a la población, paralizando el comercio y
dejando al vasto sector informal de la economía sin posibilidades de subsistir.
El "corralito" generó una serie de estallidos sociales y saqueos, con miles
de personas que reclamaban que les devolvieran su dinero.
La historia que sigue es conocida: estallaron las protestas sociales y los saqueos, que
terminaron por provocar la renuncia (y huida en helicóptero) del presidente De la Rúa,
abriendo una crisis política e institucional sin precedentes.
Ante esta compleja situación, a comienzos de 2002 se puso fin a la paridad entre el dólar
y el peso, y a la "pesificación" de los depósitos en dólares. Esto provocó una severa
devaluación que hizo que se disparara la pobreza, que llegó a afectar a dos de cada tres
argentinos.
El país también dejó de pagar su deuda externa, declarando lo que en ese momento fue el
default más grande de la historia: US$144.000 millones.
El abrupto final del modelo de la convertibilidad hace que sea difícil pensar en él como una
solución viable a la actual crisis inflacionaria que vive Argentina. Sin embargo, hay quienes la
han vuelto a poner sobre la mesa.
Uno de ellos es Javier Milei, el economista y diputado de la derecha libertaria que aspira a
ser presidente del país sudamericano.
Milei ha dicho que la paridad cambiaria fue uno de los procesos más exitosos del país para
controlar las variables macroeconómicas y por lo tanto implementar un modelo similar sería
clave para cambiar el rumbo actual de la economía.
"La convertibilidad se lanzó el 1 de abril de 1991, en enero de 1993 éramos el país con
menos inflación del mundo. Yo propongo la libre competencia de monedas, reforma del
sistema financiero. Así, lo más probable es que los argentinos elijan el dólar y ahí dolarizas",
ha señalado.
Actualmente, los precios en el supermercado aumentan cada semana en Argentina.
Los economistas consultados por BBC Mundo, sin embargo, ven esta opción poco viable.
"Un régimen cambiario no te resuelve el problema. Si no tienes una corrección de las
cuentas fiscales y un ordenamiento de los precios relativos, no vas a parar la inflación.
Entonces necesitas un programa de estabilización", dice Marina Dal Poggetto.
"¿Cuál es el régimen monetario cambiario óptimo? Para mí, no es un tipo de cambio fijo, no
es una caja de conversión. La convertibilidad terminó mal porque el shock fue tan duradero
que no sobrevivió".
Para Eduardo Levy-Yeyati, en tanto, en términos prácticos una nueva ley de convertibilidad
"sólo sería posible si previamente se acumularan reservas internacionales".
"Si hay una corrida, como la que vemos hoy en Credit Suisse, no habría manera de frenarla,
salvo que el gobierno o los bancos atesoraran reservas líquidas. En los 90, tanto el Banco
Central de Argentina como los bancos comerciales mantenían fondos de liquidez en dólares".
En términos económicos, Levy-Yeyati afirma que "la convertibilidad probó que sirve para
estabilizar, pero no reemplaza la necesidad de equilibrio fiscal y políticas de desarrollo".
Impacto distributivo
La subsección anterior se mostró que el componente externo fue el que más incidió en el
aumento de la inflación entre 2021 y 2022 en un conjunto de países de América Latina, y que
otros factores internos asociados al ciclo económico tuvieron una gravitación menor. A
continuación, se analiza su impacto distributivo, y en particular cómo se reflejaron estos
cambios en los ingresos reales de los trabajadores
Entre los seis países seleccionados se pueden identificar dos tipos de economías: las que
importan en términos netos alimentos y/o energía, y las que producen y exportan estas
materias primas. En el primer grupo están Chile y Perú, países mineros que son
importadores de energía y de alimentos con origen agrícola (pese a que ambos exportan
otros alimentos como pescado). En el segundo grupo están Brasil y Uruguay, cuya principal
fuente de ingresos externo son las exportaciones de alimentos agropecuarios; y Colombia y
México cuya principal materia prima de exportación son los hidrocarburos.
En el primer grupo de países un aumento del precio internacional de los alimentos y la
energía tiene un impacto negativo transversal sobre el saldo externo y sobre los ingresos
reales: este incremento implica una ganancia para el resto del mundo, y una pérdida para los
sectores locales. En cambio, en el segundo grupo puede haber una mejora del saldo externo
con un impacto distributivo asimétrico, esto es, un incremento en la renta de los sectores
exportadores que no necesariamente se refleje en una mejora de los salarios reales. Como
se mostró en la sección 1, con una tasa de retorno que tendiera a ser homogénea entre
sectores, el aumento del precio de las materias primas de exportación podría implicar una
caída de los salarios reales en la medida que no intervengan mecanismos redistributivos y el
derrame sobre la actividad y el empleo no alcance a compensar los efectos (negativos) de
primera ronda sobre el poder adquisitivo ocasionados por el aumento del nivel de precios al
consumidor.
El efecto redistributivo de un aumento de los precios internacionales de los alimentos y la
energía también se puede dar a través del tipo de cambio, dado el impacto sobre los
términos del intercambio: en aquellos países importadores netos (como Chile y Perú), el
deterioro externo podría presionar al alza los tipos de cambio; y en los países exportadores
netos (como Brasil, Colombia, México y Uruguay) la mejora del saldo externo para estos
productos podría aliviar las presiones al alza o incluso llevar a una apreciación de la moneda.
BOLIVIA
La economía de Bolivia tiene su base principal en la extracción y en la exportación de sus
recursos naturales, principalmente gasíferos y mineros (en menor medida también petroleros,
manufactureros y alimenticios), pero a la vez, en la actualidad Bolivia se encuentra
desarrollando un proyecto estatal para la generación y exportación de energía (electricidad)
mediante un programa gubernamental de construcción de diferentes plantas hidroeléctricas,
termoeléctricas, geotérmicas, fotovoltaicas y eólicas. Actualmente la economía boliviana es la
décima cuarta economía de América Latina en términos de producto interno bruto (PIB)
nominal,20 y la décima tercera en cuanto al PIB a precios de paridad de poder adquisitivo
(PPA).
Según lo muestran los estudios internacionales, se tiene previsto que para el año 2019 la
economía total de Bolivia ascendió a los 43.087 millones de dólares (producto interno bruto).
Dividiendo este producto interno bruto por la cantidad de población que tiene Bolivia (más de
11 millones de habitantes) el país posee un PIB per cápita de más de 3 mil dólares (en
nominal) y un PIB per cápita de más de 8 mil dólares (en PPA),22 esto mencionando también
que desde el año 2010, Bolivia dejó el grupo de países de ingresos bajos, y pasó a
pertenecer a la categoría de países de ingresos medios según estudios del Banco Mundial.
Desde 1995 hasta la actualidad (2020), Bolivia introdujo a la castaña como “uno de los
principales productos no tradicionales de exportación”.
La industria del turismo en Bolivia fue creciendo rápidamente en los últimos años,
convirtiéndose en un símbolo de turismo internacional en América Latina, con más de 880 mil
viajeros entrantes, según la Organización Mundial de Turismo, esto debido también a que
Bolivia es un país de contrastes profundos ubicado entre las altas cumbres de los Andes y
las selvas tropicales del Amazonas.
En 2014, según la fundación Getulio Vargas, Bolivia ocupa el cuarto lugar (después de
Paraguay, Colombia y Perú) en el clima favorable para emprendimiento de negocios,
llegando a obtener 124 puntos.
Según la CEPAL, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, durante los años
2009, 2014, 2015, 2016 y 2018 Bolivia (en Sudamérica) junto a Panamá (en Centroamérica),
lideró en el crecimiento económico de América Latina, creciendo a un ritmo mayor de 3,4 %,
5,5 %, 4,8 %, 4,3% y 4,5% anual y respectivamente en relación al tamaño de su producto
interno bruto, pese también a la rebaja y caída del precio mundial del barril de petróleo al
cual esta indexado el precio del gas natural.444546474849 Aunque la crisis mundial azotó
muy fuertemente a la economía Sudamericana, Bolivia aún sigue manteniéndose como un
país atractivo para la inversión pública como también privada.
Los sectores más favorables para la inversión externa e interna en Bolivia se encuentran en
el rubro de la construcción, en la agroindustria, en el turismo, en el comercio y en la industria
liviana.
A comienzos del año 2011 el superávit público del país se constituyó en un elemento
importante para la política monetaria, dado que esta acumulación de recursos fiscales redujo
el crecimiento de la base monetaria, relajando la inflación; sin embargo, pese a estos
esfuerzos, la inflación acumulada hasta finales del 2011 fue de 6.9%3, tasa superior al
crecimiento del PIB registrado (5%). Adicionalmente, la inflación importada también
contribuyo a incrementos de la inflación. Hasta mediados de 2011 la inflación importada en el
área de alimentos fue la más importante, para luego descender gradualmente. Sin embargo,
esta alcanzo un crecimiento de 13.1% en toda la gestión. Los bienes duraderos, por su parte,
sufrieron un incremento en los últimos meses del año.
En este contexto, el articulo tiene el objetivo de pronosticar la inflación para los siguientes
trimestres del año, mostrando las posibles causas de dicho crecimiento. En segundo lugar,
se plantean escenarios de la posible evolución de la tasa de inflación en Bolivia ante shocks
de un incremento en el nivel de precios de los hidrocarburos. El documento está estructurado
de la siguiente manera. En la segunda seccion se brinda una breve explicación teórica de lo
que es la inflación y las causas de la misma. La tercera seccion describe las características
de la inflación boliviana durante el periodo 1995-2011, abarcando también el primer trimestre
2012; en este apartado se trata de identificar las divisiones que contribuyeron en mayor
medida en el alcance de dicha tasa inflacionaria.
Inflación anual
A continuación, se muestra la evolución histórica de las inflaciones anuales en Bolivia desde
1968 hasta la actualidad (2019).144 Entre las gestiones 2006 al 2019 se destaca el
adecuado control de la inflación por parte del gobierno de Evo Morales Ayma, en dicho
periodo se logró la mayor estabilidad económica alcanzada por el país en toda su historia.
Evolución histórica de la Economía Boliviana (Producto interno bruto)
Cabe destacar el crecimiento acelerado del Producto interno bruto de Bolivia en los últimos
años, donde su economía creció 343% en el periodo 2000 al 2019. La razón del crecimiento
económico en Bolivia durante los últimos 14 años (2006 -2019) se debe al impulso del
mercado interno, la inversión en infraestructura y la nacionalización de los recursos
naturales, logrando un crecimiento económico promedio de 5% anual.86
Década de 1960
A comienzos de la Años 60, Bolivia poseía un producto interno bruto (nominal) de USD 563
millones. Para el año 1969, el PIB del país llegó a los USD 964 millones. La economía
boliviana tuvo un crecimiento del 71,2 % durante esta década con respecto al PIB del año
1960.
Década de 1970
A comienzos de la Años 70, Bolivia poseía un producto interno bruto (nominal) de USD 1.017
millones. Para el año 1979, el PIB del país llegó a los USD 4.421 millones. La economía
boliviana tuvo un crecimiento del 334,7% durante esta década con respecto al PIB del año
1970.
Década de 1980
A comienzos de la Años 80, Bolivia poseía un producto interno bruto (nominal) de USD 3.589
millones. Para el año 1989, el PIB del país llegó a los USD 4.716 millones. La economía
boliviana tuvo un crecimiento del 31,4% durante esta década con respecto al PIB del año
1980.
Década de 1990
A comienzos de la Años 90, Bolivia poseía un producto interno bruto (nominal) de USD 4.868
millones. Para el año 1999, el PIB del país llegó a los USD 8.269 millones. La economía
boliviana tuvo un crecimiento del 69,8% durante esta década con respecto al PIB del año
1990.
Década de 2000
A comienzos de la Años 2000, Bolivia poseía un producto interno bruto (nominal) de USD
8.385 millones. Para el año 2009, el PIB del país llegó a los USD 17.464 millones. La
economía boliviana tuvo un crecimiento del 108,2% durante esta década con respecto al PIB
del año 2000.
Década de 2010
A comienzos de la Años 10, Bolivia poseía un producto interno bruto (nominal) de USD
19.786 millones. Para el año 2019, el PIB del país llegó a los USD 41.196 millones. Hasta la
actualidad (2019) la economía boliviana tuvo un crecimiento del 108,2% durante esta década
con respecto al PIB del año 2010. A nivel latinoamericano, cabe resaltar el acelerado
crecimiento del PIB boliviano, duplicando su economía en solo 10 años (2010-2019).
El termino inflación se refiere al aumento sostenido del nivel general de precios de bienes y
servicios en un periodo de tiempo determinado. Este fenómeno involucra una disminución del
poder adquisitivo del dinero respecto a la cantidad de bienes o servicios que se pueden
adquirir con dicho dinero (Mankiw, 2002).
Causas de inflación
Teoría monetaria
Según datos presentados por el Fondo Monetario Internacional (FMI), en 2011 el crecimiento
general de precios a nivel mundial fue de 4.9 % en promedio, superior al registrado el 2010
(3.7%). Por su parte, las economías avanzadas mostraron un crecimiento.
IPC en Bolivia
La tasa de variación anual del IPC en Bolivia en mayo de 2023 ha sido del 2,9%, 2 décimas
superior a la del mes anterior. La variación mensual del IPC (Índice de Precios al Consumo)
ha sido del 0,6%, de forma que la inflación acumulada en 2023 es del 0,6%.
Hay que destacar la subida del 1,7% de los precios de Alimentos y bebidas no alcohólicas,
hasta situarse su tasa interanual en el 6,1%, que contrasta con el descenso de los precios de
Transporte del -0,6%, y una variación interanual del 1,1%.
En esta página te mostramos la evolución del IPC en Bolivia. Puedes ver la inflación en otros
países en IPC y ver toda la información sobre Bolivia en Economía de Bolivia.
Conclusiones y recomendaciones
El traspaso histórico de los precios internacionales de las materias primas a los precios al
consumidor en América Latina, y el fuerte aumento que han tenido los primeros en el bienio
2021-2022, revelan la fuerte gravitación del incremento del costo de los alimentos y de la
energía en la suba de la inflación en ese mismo período. El impulso inflacionario de 2021-
2022 también ha tenido una característica que se diferencia de otros episodios asociados a
la suba de los precios de las materias primas: las presiones financieras (UNCTAD, 2022b).
En la mitad de los países analizados los tipos de cambio nominales subieron y tuvieron un
aporte positivo sobre la inflación, en contraste con lo observado en 2008 —cuando los tipos
de cambio cayeron de forma generalizada y tendieron a contrapesar la rápida suba de los
precios de las materias primas—. Las presiones cambiarias de 2021-2022 tuvieron lugar con
mayor intensidad en los países cuyos términos del intercambio se deterioraron, pero también
en un contexto de menor liquidez internacional —por el cambio en el signo de la política
monetaria de Estados Unidos— y de mayor vulnerabilidad financiera de los países de la
región frente a 2008, asociada a un creciente endeudamiento externo.
El primero periodo de alta inflación (2007q04 – 2009q01) se explica por choques climáticos
severos11, aumento de la inflación importada12, continuidad de las expectativas
inflacionarias y dinamismo de la demanda interna. Además, a ello se suma los buenos
precios de las materias primas, alimentos, productos agrícolas y metales preciosos (tal es el
caso del oro, plata, y estaño), lo anterior en alguna medida trajo un fuerte componente de
inflación importada