218 Somos felices, naturalmenre

Por eso, a juicio de estos autores, adoctrinar a los niños en cuestio- Tema?
nes de conciencia y contra las convicciones de sus padres es algo Ideología de género
tan grave como obligar a unos padres musulmanes a que sus hijos
participen en una Misa católica.
La revista The Ecologist para España y Latinoamérica dedicó
su número 43, correspondiente a octubre-diciembre de 2010, a la
familia. Extraigo algunos párrafos del editorial de ese número:

«¿Qué tienen que ver las altas tasas de agresiones a docentes con
el despilfarrador gasto energético de las sociedades modernas? ¿Qué
tienen que ver las brutales estadísticas de enfermedades mentales con
Se ha dicho que hasta el momento han existido tres grandes
el aumento de la violencia doméstica? ¿Qué tienen que ver las sectas,
revoluciones contra el hombre a lo largo de la historia:
los principales dogmas comunistas, los paradigmas de la sociedad
La primera sería el ateismo, que elimina a Dios de la vida del
moderna y las principales teorías de la Next Age? ¿Yqué une la falta
de cohesión social con una economía globalizada que sacrifica los ser humano.
recursos y las poblaciones autóctonas?». La segunda el materialismo, en todas sus formas, que elimi-
«Uno de los factores que están presentes en todos estos asuntos na del hombre cualquier dimensión espiritual o la reduce a
es la desestructuración familiar o, dicho de otra manera, el actuar simples parámetros cientifistas.
contra la institución familiar y las consecuencias de ese proceso. Y, finalmente, la ideología de género, que niega la existencia
Dedicamos un monográfico a la familia a pesar de que les pueda de una naturaleza humana objetiva. Esta tercera revolución
extrañar a los ecologistas clásicos. No nos importa. Para nosotros, contra el hombre es la última posible, pues después de la ne-
como para la mayoría de los ecólogos que han profundizado en un gación de la naturaleza humana no cabe nada más l.
concepto esencial de la ecología, el respeto por el mundo natural va
mucho más allá de proteger los bosques primarios, las ballenas del
1. ¿QuÉ ES LA «IDEOLOGÍA DE GÉNERO»?
Ártico y/o el lince ibérico. ¿Cómo reintegramos a ese mundo na-
tural si seguimos destruyendo la familia, que es el núcleo ecológico
La ideología de género es una revolución cultural, una de las
por excelencia de la especie humana? Ya solo nos quedan, al meno
más insidiosas y destructoras que puedan pensarse, para la que no
en Occidente, familias cada vez más atomizadas y desestructurada
existe naturaleza humana, verdad objetiva sobre el ser humano.
La familia nos conecta con el pasado y nos recuerda que, sin pre-
sente, no hay futuro. Sin familias, solo queda soledad, negocios y
tristeza». 1. Cfr. J. ]. MARTíN, «Modelos de familia en el cine contemporáneo»,
Carthaginensia 2007; 23(44):415-430, 432 ss. También se ha afirmado que el
La conclusión parece clara: si no cuidamos la familia, la edu- marxismo quería inventar un hombre nuevo; el nazismo, un hombre puro; y la
cación de sus miembros, no sabremos cuidar de lo que nos rodea. teoría de género, un hombre liberado de la diferencia sexual.
 220 Somos felices, naturalmente
La teoría de género sostiene que el hombre es el resultado de la
cultura, que se construye con independencia de la naturaleza hu-
mana y de las leyes universales inherentes a su condición.
Las diferencias entre el hombre y la mujer, a pesar de las ob-
vias diferencias anatómicas 2, no corresponden a una naturaleza
fija. Tales diferencias son construcciones meramente culturales y
convencionales, elaboradas según los roles y estereotipos que cada
sociedad asigna a los sexos.
Su presupuesto es este: el sexo sería el aspecto biológico del
ser humano, y el género la construcción social o cultural del sexo.
Es decir, que cada uno sería absolutamente libre -sin condiciona-
miento alguno, ni siquiera el biológico-, para determinar su propio
género, dándole el contenido que quiera y variándolo cuantas veces
se le ocurra. O dicho con otras palabras, el género es una cons-
trucción cultural totalmente independiente del sexo. Por tanto, la
sexualidad no es constitutiva del hombre, sino que el ser humano es
el resultado de su propia voluntad, de su propia elección 3.
En definitiva, la ideología de género pretende cambiar lo que
biológica y constitutivamente se es, la realidad (el ser hombre o
mujer), por lo que libremente se decide ser, por lo que se construye
cultural y socialmente. Se intenta separar el sexo del género, enten-
diendo el primero como dato natural y el segundo como opción
cultural; el uno como hecho atribuido y el otro como interpreta-
ción construida.
2. Para este posicionamiento las diferencias genitales entre los seres huma-
nos son consideradas como meros accidentes biológicos, que no importarían
culturalmenre,
3. «La teoría de género supone que la persona puede disociar y dejar de
lado su cuerpo real, en beneficio de un cuerpo ideal. La filosofía de género
participa de la desencarnación del cuerpo y de la sexualidad en nombre de la
supremacía del deseo». T. ANATRELLA, «Las diversas formas de la homosexuali-
dad», en L. MELINA- S. BELARDINELLI (eds.), Amar en fa diferencia. Las formas
de fa sexualidad y el pensamiento católico, BAC, Madrid 2013, pp. 27-67, p. 43.
Ideología de género 221
La ideología de género no admite la sexualidad como constitu-
tiva del hombre, ya que defiende que el ser humano es el resultado
de su propia voluntad, de su elección y de su construcción cultural
y social. El género es algo construido por la cultura, no por la na-
turaleza (que es dada, estable y permanente) 4.
2. ¿Qu~ PRETENDE ESTA IDEOLOGíA?
Esta ideología propone la búsqueda de la «liberación total» del
ser humano en todos los órdenes a través de la de-construcción del
lenguaje, de la sexualidad, de las relaciones familiares, de la repro-
ducción, de la educación, de la religión, de la cultura, etc. Cuando
el ser humano se libere de todo eso, será libre (se creará a sí mismo
y será su propia referencia) 5. Por eso se ha afirmado que la teoría del
género es una perspectiva de la antropología del posthumanismo,
en la que la identidad humana tiene que ser de-construida.
* * *
Como tantas veces ha sucedido a lo largo de la historia, el deba-
te de fondo se sitúa entre quienes consideran que las formas de con-
vivencia y las decisiones humanas han de fundarse en principios
4. «Hoy estamos asistiendo a la puesta en discusión de la noción de natu-
raleza como reveladora de normatividad, y a la negación de la existencia de un
logos en la sexualidad humana como horizonte de sentido previo a la experien-
cia subjetiva del propio sujeto sexual». M. FAGGIONI,«Acritud y práctica de la
Iglesia en la época medieval y moderna sobre la homosexualidad», en L. MELI-
NA- S. BELARDINELLI (eds.), Amar en fa diferencia. Las formas de fa sexualidad y
el pensamiento católico, o. c., pp. 189-233, p. 232.
5. Como señaló Benedicto XVI en la Encíclica Caritas in veritate, el hom-
bre ya no se concibe como un don ofrecido a sí mismo con una ontología que le
es propia, sino como un ser que se crea y forma a sí mismo (n. 34). En el fondo,
es una nueva versión del «seréis como dioses» (Génesis 3, 5).
222 Somos felices, naturalmente
de orden natural, y quienes falazmente arguyen que es la libertad
de cada uno (libre de ataduras a verdades objetivas) la que decide
arbitrariamente sus referentes.
Es ya una opinión generalizada sostener que la ideología de gé-
nero es un sistema cerrado contra el cual no hay forma de argumen-
tar, porque según ésta todo lo humano es socialmente construido.
También se piensa que esta ideología conecta con una vieja aspira-
ción que está en el núcleo de la cultura moderna: el dominio abso-
luto, tanto de la realidad física como de la social, y ahora también
de la personal. No hay nada que merezca respeto y consideración,
todo debe quedar disponible, manipulable según el interés propio".
La teoría queer' sostiene que la base del género es la voluntad
individual del sujeto. Propone una absolutización de la voluntad
individual, que no solo niega lo recibido por la naturaleza, la socie-
dad y la cultura, sino que es capaz de transgredirlo todo. Así, cada
individuo puede de-construir, hacer, deshacer, libremente su propia
identidad de género. El género queda convertido en una creación
activa y autodeterminación individual, que sigue la lógica del «ac-
túo, luego soy» 8.
6. A muchas personas les ha sorprendido el poco espacio que Benedic-
to XVI ha dedicado a hablar directamente de la ideología de género en su ma-
gisterio pontificio. Aunque es cierto que en algunos de sus escritos -como se
verá más adelante- se ha referido a la revuelta contra la naturaleza humana que
esta ideología propone, da la impresión de que el Papa engloba la ideología de
género dentro del problema más amplio del relativisrno moral.
7. La teoría queer es una hipótesis sobre el género que afirma que la orien-
tación sexual y la identidad sexual o de género de las personas son el resultado
de una construcción social, y que, por tanto, no existen papeles sexuales esen-
ciales o biológicamente inscritos en la naturaleza humana, sino formas social-
mente variables de desempeñar uno o varios papeles sexuales.
8. Cfr. L. PALAZZINJ, «Teorizzazione del «Cender»: Tra filosofía e diritto»,
en Á. APARISIMIRALLES (coord.), Persona y género, Thomson Reuters-Aranzadi,
Pamplona 2011, pp. 95-110.
Ideología de género 223
El ser humano sería capaz de reinventarse a sí mismo y de elegir
hasta su propia identidad sexual. Para alcanzar este propósito las
teorías queer abogan por la destrucción de lo que denominan «or-
den heteronorrnativo»; es decir, la sexualidad y los modos o prác-
ticas sexuales no pueden en ningún caso estar sometidos a una
normativa, que, por eso mismo, sería excluyente".
3. UNA NUEVA REVOLUCIÓN SEXUAL
Por todo lo dicho, se entiende que a esta corriente se le haya
llamado también «la segunda revolución sexual». La primera tuvo
por objetivo la liberación sexual, la generalización del amor libre,
es decir, la eliminación de todas las represiones que, según sus par-
tidarios, la sociedad había impuesto a la práctica de la sexualidad
a través de normas morales y prohibiciones 10. La relación sexual
9. Cfr. CONFERENCIA EPISCOPAL EspAÑOLA,La verdad del amor humano.
Orientaciones sobre el amor conyugal la ideología de género y la legislación fami-
liar, 2012, n. 63.
10. Doce años después de proclamar el logro de la igualdad entre hombre
y mujer con El nuevo feminismo, la periodista, escritora y activista londinense
Natasha Walter ha regresado para reconocer su error. «Antes creía que solo te-
níamos que establecer las condiciones necesarias para la igualdad, y entonces el
sexismo desaparecería de nuestra cultura. Hoy estoy dispuesta a admitir que esta-
ba completamente equivocada. No me imaginaba que acabaríamos así».Natasha
Walter se lamenta: «Hombres y mujeres siguen sin encontrarse en igualdad de
condiciones en la vida pública. y la normalización de la industria del sexo refleja
esa desigualdad. Son las mujeres las que hacen dietas draconianas y someten
sus cuerpos a la cirugía, son las mujeres las que se desnudan en las discotecas
mientras los hombres las jalean y aplauden; son las mujeres, y no los hombres,
quienes piensan que su capacidad para acceder a la fama y al éxito depende de lo
bien que respondan a una única y reducida imagen de la sexualidad. Si esta es la
nueva liberación sexual, se parece demasiado al viejo sexismo como para conven-
cemos de que se trata de la libertad a la que aspirábamos». Sería sano plantearse
si la revolución, con millones de abortos a cuestas, ha sido tan pacífica y si no es
224 Somos felices, naruralmenre Ideología de género
225

se desligó de la procreación, pero -atención- no dejó de ser una judirh Butler, una ideóloga de género, afirma:
relación biológica, psíquica y somática. Esta segunda revolución
sexual, sin embargo, es de otro orden: cada uno se construye a sí «El género es una construcción cultural; por consiguiente, no es
mismo con independencia de su naturaleza sexuada II. el resultado causal del sexo, ni tan aparentemente fijo como el sexo
La ideología de género pretende difundir un modelo de socie- (... ). Al teorizar que el género es una construcción radicalmente in-
dad en el que la autonomía del individuo no esté limitada, en lo dependiente del sexo, el género mismo viene a ser un artificio libre
relativo a la identidad sexual y a su ejercicio, ni por la opinión pú- de ataduras. En consecuencia varón y masculino podrían significar
blica, ni por la legislación, ni siquiera por la propia corporalidad. La tanto un cuerpo femenino como uno masculino; mujer y femenino,
tanto un cuerpo masculino como uno femenino» 12.
«liberación» sexual es entendida como la separación radical entre
los comportamientos sexuales y la dimensión sexual.
¿Por qué no utilizan los términos «varón (hornbre)» y «mujer»?
Porque el gran enemigo para la ideología de género es la diferencia
hombre-mujer. Esa ideología afirma que no existen sexos sino solo
4. ¿POR QU"tSE UTILIZALAPALABRA
«G"tNERO»
orientaciones sexuales, que se pueden cambiar en la vida todas las
EN VEZDE «SEXO»?
veces que se quieran. El «género» se refiere a las relaciones entre
mujeres y hombres basadas en roles definidos socialmente, cons-
Porque para la ideología de género el término «sexo» hace refe-
trucciones sociales sujetas a cambio. El «género» es una construc-
rencia a la naturaleza, e implica dos posibilidades: varón y mujer,
ción social que crea la «verdadera naturaleza» de todo individuo.
que son las únicas posibilidades derivadas de la dicotomía sexual
Ser hombre o ser mujer, según esta definición, no tiene nada que
biológica. Mientras que el término «género» procede de la lingüís-
ver con la realidad biológica, sino con las funciones que se asignan
tica, y permite tres variantes: masculino, femenino y neutro.
socialmente a uno u otro sexo.

más lógico que esta hipersexualización que se vuelve hoy contra las muj.eres s~
la excrecencia e incluso la metástasis de aquel amor libre, sin compromisos, sm 5. EL NUEVOLENGUAJEDE LAIDEOLOGÍADE G"tNERO
tabúes, sin frenos. Cfr. C. ABAD CADENAS, reseña del libro de Natasha Walter,
Muñecas vivientes (Livingdolls. The return ofsexism), Turner, Madrid 201?, Ac~-
Como señala Lucetta Scaraffia 13, en las últimas décadas del
prensa, 1 diciembre de 2010. De la misma opinión es Mary Ebe~stadt, ~nvest1-
gadora del Hoover Institute y miembro del consejo asesor de PoLtCJ.Reuieu/. ~n siglo XXhemos asistido en los países occidentales a una revolución
su libro Adam and Eve after the pill: Paradoxes of the Sexual Revolutton (Ignauus conceptual fundada sobre manipulaciones del lenguaje.
Press 2012) se muestra muy crítica. En un arúculo publicado el 24 de marzo de
2012 en el Wall Street Journal (<<Hasthe sexual revolution been good for women?
No»), Eberstadt se pregunta si la revolución sexual ha sido buena para las muje-
12. l· BUTLER, Gender trouble: Feminism and the subversion of identitiy,
res. Y responde, ya desde el titular, con un escueto «no». Rouclege, New York 1990, p. 6.
11. Cfr. l. TRlLLO-FIGUEROA, Una revolución silenciosa. La política sexual
13. L. SCARAFFIA,<<Ala caza de la utopía de la igualdad», L'Osservatore
del feminismo socialista, Ed. Libros Libres, 2008.
Romano, domingo I3 de febrero de 2011, p. 8; fDEM., Riflessioni sul contesto
226 Somos felices, naturalmente
Sexualmente polimorfo: La ideología de género parte de un
principio inamovible: los hombres y las mujeres no sienten
por naturaleza atracción por personas del sexo opuesto; eso
solo es fruto de un condicionamiento cultural de la sociedad.
Por el contrario, el deseo sexual se puede dirigir a cualquiera.
Preferencia u orientación sexual: Esta corriente afirma que
existen diversas formas de sexualidad, tan válidas como la
heterosexualidad. Por eso hablan de «preferencias» 14.
Homofobia: Rechazo a los homosexuales, propio de los que
defienden la heterosexualidad.
«Lo natural». Lo natural es un concepto que, para esta ideo-
logía, hay que superar. No hay nada «natural», afirman. Lo
natural no es necesariamente un valor humano. La humani-
dad ha comenzado a sobrepasar a la naturaleza. Ya no pode-
mos justificar la continuación de un sistema discriminatorio
de clases por sexos sobre la base de sus orígenes en la natura-
leza. De hecho, por la sola razón de pragmatismo empieza a
parecer que debemos deshacemos de ella.
Rol. Es un término tomado del ámbito teatral, que indica que
una persona, vestida especialmente y maquillada, representa
un papel de acuerdo con un libreto escrito. El uso del término
«rol» o de la frase «roles desempeñados» indica que hay algo
artificial que se impone a la persona. Para la ideología de géne-
ro, por ejemplo, Id maternidad solo es un rol; una mujer, cuan-
do tiene un hijo, representa el papel de madre, no es madre.
Género. El término «género» puede usarse desde una pers-
pectiva científica como una categoría de análisis social, que
storico culturale in cui nasce la teoría del gender, en A. APARISI MlRALLES (coord.),
Persona y género, Thomson Reuters-Aranzadi, Pamplona 2011, pp. 39-75.
14. En este mundo sin límites en e! que todo vale, la homosexualidad
aparece como una posibilidad más de vivir la sexualidad entre otras.
Ideologla de género
227
permite identificar los roles socioculturales que varón y mu-
jer han desempeñado a lo largo de la historia. El género per-
mite distinguir lo natural, que otorga la biología a los sexos,
del componente cultural y social, que la sociedad asigna a
varones y mujeres. En mi opinión, esta perspectiva de gé-
nero es legítima y necesaria. Se trata de una herramienta de
análisis social para construir una sociedad más justa, a través
de políticas de igualdad. Pero cuando la distinción entre lo
natural y lo sociocultural degenera en una oposición entre
naturaleza y cultura, y en una rebelión hacia lo recibido (el
cuerpo, el sexo), el género se transforma en una ideología
con pretensiones de transformación social, en un «sistema de
deconstrucción».
6. Los ORíGENES
A partir de la segunda mitad del siglo XX una parte de las fe-
ministas ya no aspiraba simplemente a una equiparación de dere-
chos jurídicos y sociales entre el varón y la mujer -como defendían
algunas mujeres en el siglo XVIII (por ejemplo, Olympe Marie de
Gouges o Mary Wollstonecraft)-, sino a una igualdad funcional
de los sexos. Comenzaron a exigir la eliminación del tradicional
reparto de papeles entre varón y mujer -que les parecía arbitrario-;
y a rechazar la maternidad, el matrimonio y la familia. Se basaron
fuertemente en la filosofía existencialista de Simone de Beauvoir
(1908-1986), cuya voluminosa obra Le deuxiéme sexe (1949) fue un
éxito mundial 15.
15. Los orígenes de esta ideología se remontan al debate de! siglo XVIII sobre
la relación entre naturaleza y culrura, y sus premisas se asientan en e! existencia-
lismo de Sartre, e! pansexualismo de Freud, la dialéctica marxista, e! deconstruc-
228 Somos felices, naruralmente
Por tanto, la teoría de género nace desde el ftminismo radical. Y
se impuso en todo el mundo en la IV Conferencia Mundial de las
Naciones Unidas sobre la Mujer, desarrollada en Pekín (septiembre
de 1995). En esa cumbre hubo una posición muy activa por parte
de los defensores de esta ideología. Muchos países les apoyaron,
pues creyeron que se trataba de una lucha a favor de los derechos
de la mujer.
¿ Qué táctica utilizaron los promotores de esta ideología? La cla-
ve de la revolución del género fue el lenguaje. Difundieron entre los
delegados de la conferencia unos textos con las definiciones de «se-
xualmente polimorfo», «preferencias sexuales», «horno fobia», «pro-
genitor», «parentalidad», etc. En esos textos se evitaba las palabras
marido, mujer, esposa,padre, familia, etc. Bella Abzug, de Estados
Unidos y defensora de esta ideología, explicó el término «género»:
«El sentido del término género ha evolucionado, diferenciándose de
la palabra sexo, para expresar la realidad de que la situación y los
roles de la mujer y del hombre son construcciones sociales sujetas a
cambios». Y para conseguir su objetivo utilizó un discurso cargado
de radicalidad, haciendo creer que la diferencia es sinónimo de dis-
criminación: «El concepto de género está enclavado en el discurso
social, político y legal contemporáneo (... ). Los intentos actuales
de varios Estados miembros de borrar el término género en la Plata-
forma de Acción y reemplazado por sexo es una tentativa insultante
y degradante de revocar los logros de las mujeres, de intimidarnos
y de bloquear el progreso futuro».
La utopía de la igualdad, que había animado la lucha política
de los siglos XIX y XX, renace en sectores antes marginales, como
tivismo de Derrida y Foucault, la separación sexo-género de la psiquiatría, los
movimientos gais, la revolución sexual de mayo del 68, entre otros. Cfr. B.
CASTILlA DE CORTÁZAR, «Cultura, naturaleza y persona: género y estructura
personal», en Á. APARlSIMIRALLES(coord.), Persona y género, o. c., pp. 423-465.
Ideología de género
229
el feminismo, que se vuelve así una forma ideológica central capaz
de llenar el vacío dejado por el fracaso de las ideologías comunis-
tas. La teoría del gender es una ideología de fondo utópico basada
en la idea, ya propia de las ideologías sociocomunistas y fracasada
míseramente, de que la igualdad constituye el camino real para la
realización de la felicidad. Si las identidades sexuales son solo cons-
trucciones culturales es posible deconsrruirlas, yeso es lo que se pro-
ponen hacer los movimientos feministas y homosexuales radicales.
7. ¿QUÉ RAtCES TIENE LA IDEOLOGíA DE GÉNERO?
La teoría del feminismo de género se basa en una interpretación
neomarxista de la historia. Se apoya en la afirmación de Marx (1818-
1883) de que toda la historia es una lucha de clases, de opresor
contra oprimido; una batalla que se resolverá cuando los oprimidos
se percaten de su situación, se alcen en revolución e impongan la
dictadura de los oprimidos. La sociedad será entonces totalmente
reconstruida y emergerá la sociedad sin clases, libre de conflictos,
que asegurará la paz para todos 16.
Fue Friedrich Engels quién sentó las bases de la unión entre
marxismo y feminismo. En su libro El origen de lafamilia. La pro-
piedad privada y el Estado (1884), escribe: «El primer antagonismo
de clases de la historia coincide con el desarrollo del antagonismo
entre el hombre y la mujer unidos en matrimonio monógamo; y la
primera opresión de una clase por otra, con la del sexo femenino
por el masculino» 17.
16. No le faltaba razón a Andre Frossard cuando dijo que «Karl Mane no
ha muerto, está en hibernación».
17. F. ENGELS, The origin 01 the fomily. Property and the State, Internacio-
nal Publishers, New York 1972, pp. 65 ss.
 Somos felices, naturalmente Ideología de género 231
230

Los marxistas clásicos creían que el sistema de clases desapa- ferente es siempre desigual, y desigual es siempre opresor. Se busca
recería una vez que se eliminara la propiedad privada y la religión. establecer una igualdad total entre hombre y mujer sin considerar
Sin embargo, para la ideología de género los marxistas fracasaron las naturales diferencias entre ambos, especialmente las diferencias
por concentrarse en soluciones económicas sin atacar directamente sexuales. Más aún se intenta relativizar la noción de sexo, de tal
a la familia, que es la verdadera causa de las clases. En este sentido, manera que ya no existen dos sexos sino más bien muchas orienta-
Shulamith Firestone (1945-2012) afirma la necesidad de destruir ciones sexuales.
no solo la diferencia de clases, sino la diferencia de sexos. Dice esta Según esta opinión, se ha estado forzando a las personas a pen-
ideóloga: sar que el mundo está dividido en dos sexos que se atraen sexual-
mente el uno al otro. En realidad, los hombres y las mujeres no
«.•. asegurar la eliminación de las clases sexuales requiere que la
sienten atracción hacia personas del sexo opuesto por naturaleza,
clase subyugada (las mujeres) se alce en revolución y se apodere del
sino más bien por un condicionamiento de la sociedad: se nos ha
control de la reproducción; se restaure a la mujer la propiedad sobre
enseñado que los hombres sienten atracción por las mujeres, y vice-
su propio cuerpo, como también el control femenino de la fertili-
dad humana, incluyendo tanto las nuevas tecnologías como todas versa. En consecuencia, desde ahora el deseo sexual puede dirigirse
las instituciones sociales de nacimiento y cuidado de niños. Y así a cualquiera 19.
como la meta final de la revolución socialista era no solo acabar con
el privilegio de la clase económica sino con la distinción misma entre
clases económicas, la meta definitiva (... ) debe ser igualmente -a 8. COMIENZA LA DE-CONSTRUCCI6N y LA RE-CONSTRUCCI6N
diferencia del primer movimiento feminista- no simplemente acabar
con el privilegio masculino, sino acabar con la distinción misma de Lo que los promotores de esta ideología intentan promover
sexos: las diferencias genitales entre los seres humanos ya no impor-
para llegar a una aceptación universal de estas ideas es un gradual
tarían cultural mente» 18.
cambio en la cultura, la llamada «de-construcción» de la sociedad.
Esta ideología parte del convencimiento de que la mujer ha sido
explotada por el hombre a lo largo de la historia mediante la impo-
19. Tales pretensiones han encontrado un ambiente favorable en la antro-
sición de roles y estereotipos sociales totalmente injustos y arbitra- pología individualista del neoliberalismo radical. Se apoyan, por un lado, en di-
rios, que la han mantenido apartada de la vida pública, privada de versas teorías marxistas y estructuralistas (Engels) y, por otro lado, en los postu-
derechos y recluida en el ámbito familiar. lados de algunos representantes de la «revolución sexual», como Wilhelm Reich
(1897-1957) y Herbert Marcuse (1898-1979), que invitaban a experimentar
Lo que se busca es una sociedad sin clase de sexos. No se deben
todo tipo de situaciones sexuales. También Virginia Woolf(1882-1941), con su
hacer distinciones, porque cualquier diferencia sería sospechosa, obra Orlando (1928), puede considerarse un precedente influyente: el protago-
mala, ofensiva, discriminatoria. El enemigo es la diferencia, y di- nista de aquella novela es un joven caballero del siglo XVI que vive, cambiando
de sexo, múltiples aventuras amorosas durante varios cientos de años. Más di-
rectamente aún se ve el influjo de Simone de Beauvoir, que ya en 1949 anunció
18. S. FlRESTONE, The dialectic ofsex, Bantarn Books, New York 1970, p. 12. su ya conocido aforismo: «No naces mujer, te hacen mujer».
 Somos felices,naturalmenre
232
La meta consiste en demoler lo que existe y «re-construir» un mun-
do nuevo y arbitrario 20.
¿ Cuáles son los roles a de-construir para la ideología de género?
Señalan la urgencia de de-construir los siguientes roles socialmente
construidos.
Roles de la masculinidad y feminidad
Los ideólogos de género defienden que el ser humano nace se-
xualmente neutro y que luego es socializado en hombre o mujer.
Según este punto de vista no se nace hombre o mujer, sino que esta
división es resultado de una asignación social. Al nacer, la sociedad
nos introduce en uno u otro género en función de nuestra configu-
ración genital. Tras esta asignación inicial los niños son educados en
la masculinidad y las niñas en la feminidad. En conclusión: hom-
bres y mujeres no existen como tales en estado natural, sino que son
únicamente resultado de esos procesos o construcciones sociales.
Los defensores de esta ideología insisten en que las diferencias
de comportamiento entre niños y niñas responden solo a estereo-
tipos sociales. Si ellos juegan con pistolas y ellas con muñecas es
porque sus padres les regalan esos juguetes desde pequeños. Em-
piezan a reproducir así los roles que la sociedad transmite de modo
incuestionable.
En efecto, la corriente de género sostiene que un niño es un
niño porque su padre le da juguetes de niño, le ha puesto nombre
de niño y le trata como un niño. De ahí que la re-construcción
deba comenzar por romper los clichés sociales: educar a los niños
20. Aunque los postulados de la ideología de género pueden parecer exa-
gerados para el ciudadano de a pie, su influjo es visible en la cultura actual: la
proliferación de guías escolares con una visión sesgada de la sexualidad, leyes
como la del matrimonio entre personas del mismo sexo y la promoción de los
llamados «derechos de salud sexual y reproductiva» son algunos ejemplos.
Ideologíade género 233
y niñas sin juguetes o tareas «sexo-específicas», sin «estereotipos»21.
Las niñas deben ser orientadas hacia áreas no tradicionales, no ex-
poniéndolas a la imagen de la mujer como esposa o madre, ni invo-
lucrarlas en actividades femeninas tradicionales 22.
«La educación es una estrategia importante para cambiar los
prejuicios sobre los roles del hombre y la mujer en la sociedad. La
perspectiva de género debe integrarse en los programas de educa-
c.ió~: Deben eliminarse los estereotipos en los textos escolares y sen-
sibilizar en este sentido a los maestros, para asegurar así que niñas y
niños hagan una selección profesional informada, y no sobre la base
de tradiciones llenas de prejuicios sobre el género»23.
. 21. Una pareja sueca ha decidido no «imponen> a su hijo un género sexual.
SI~plemente no le dirán si es masculino o femenino, para que sea él quien lo
decida cuando sea adulto. Cfr. Noticia aparecida en e! diario The Local (23 de
junio de 2009).
22. El 2:>de septiembre de 2008 e! Ministerio de Igualdad español, que
entonces presidía la Sra. ministra Bibiana Aído, solicitó al Ministerio de Econo-
mía que retirara, por considerarlo «sexista»,un anuncio publicitario que fomen-
taba.la compra de Letras de! Tesoro. Una voz femenina decía: «Como psicóloga
te digo que deberías dejar ese trabajo y olvidarte de tu mujer, que te absorbe
toda la energía positiva». Entonces, una voz de hombre contesta: «'Dejar a mi
Puri? ¡Pero tú estás loca, si mi Puri es lo más grande! Cómo se nota que no
has ~robado las croquetas de mi Puri!». La tercera voz remata e! mensaje: «Si
tu VIdaes como tÚ,e!i?es que ~ea, ¿tu inversión no debería ser igual? Compra
Letras del Tesoro Público. Gobiemo de España». El audio puede escucharse en:
http://www.youtube.com/watch?v=4dMOw_xMJyg. El que Puri hiciera croquetas
es, según algunos, discriminatorio.
23. COUNCIL OF EUROPE, Equality and democracy: Utopia or cballenge?
Palais d~ I'Ew:ope, Strausbourg, Febrero 9-11, 1995, p. 38. En una pequeñ~
escuela infantil de Estocolmo llamada Nicolaigarden los cuidadores han de-
cidido, por e! bien de la libertad de género de sus alumnos, no utilizar los
pronombres personales «él»o «ella»,ni usar referencias masculinas o femeninas.
A los niños y a las niñas se les llama por su nombre, o con e! colectivo «ami-
gos» o, en todo caso, se emplea e! pronombre «hen», una palabra artificial sin
género que muchos suecos evitan, pero que es muy popular en algunos círcu-
234 Somos felices,naturalmente
Como se puede apreciar, para esta ideología la realidad de la
naturaleza incomoda, estorba y, por tanto, debe desaparecer. La
sexualidad no se acepta como una dimensión constitutiva del
hombre. El ser humano sería el resultado del deseo de elección.
Una consecuencia de este intento de re-construcción de la mascu-
linidad-feminidad es el pretendido derecho a determinar la propia
identidad sexual. No existirían ya dos sexos, sino cinco: mujeres he-
terosexuales, mujeres homosexuales, hombres heterosexuales, hom-
bres homosexuales, y bisexuales. Lo que se busca es una sociedad
sin diferencias de sexos en la que cada uno, independientemente de
sus características biológicas, escoja su propia identidad de género
y su propia orientación sexual.". Lógicamente, también se deberá
de-construir la reproducción humana, que igualmente estaría deter-
minada socialmente+'.
De-construir la maternidad
Muchas mujeres apoyan los postulados de la ideología de géne-
ro porque piensan que son avances en beneficio de la mujer. Pero
no es así. El sano feminismo defiende la igualdad entre la mujer y
el hombre, la ideología de género va más allá: trata de borrar esa
distinción.
La teoría de género sigue un esquema parecido al del marxismo,
que pregona la necesidad de la igualdad económica y la redistribu-
los feministas y gais. Cfr. «Swedish school's big lesson begins with dropping
personal pronouns», The New York Times, November 13, 2012: http://www.
nytimes. com/20 12/11114/world/europe/swedish-school-de-emphasizes-gender-Lines.
btml? r=O. Consultado el 30 de abril de 2013.
24. Norrie May-WeIby, de 48 años, ha sido reconocido por las autorida-
des australianas como un individuo «neutro», pues no se siente de ningún sexo.
En su pasaporte el «sexo»aparece como «not specified».
25. Véase el caso de Thomas Beatie, un transexual «embarazado».
Ideologíade género
235
ción de la riqueza. Para el marxismo, si se quiere llegar a la sociedad
sin clases -una sociedad perfecta-, hay que pasar necesariamente
por la dictadura del proletariado. Para la ideología de género ese
paso necesario es impedir que la mujer se dedique a su hogar y al
cuidado de sus hijos, porque eso la hace «desigual».
Para esta posición la igualdad femi nista radical significaría no
simplemente una igualdad bajo la ley y ni siquiera una igual satis-
facción de necesidades básicas, sino más bien que las mujeres -al
igual que los hombres- no tengan que quedarse embarazadas y
dar a luz. Ya Simone de Beauvoir (1908-1986) previno contra la
«trampa de la maternidad», que sería utilizada de forma egoísta
por los varones para privar a sus esposas de su independencia. En
consecuencia, una mujer moderna debería liberarse de las «ataduras
de su naturaleza» y de las funciones maternales 26.
La ideología de género propone la destrucción de la familia bio-
lógica, que permitirá la emergencia de mujeres y hombres nuevos,
diferentes a los que han existido.
Rechazo de la institución familiar
Esta ideología rechaza la familia porque, así lo aseguran sus
seguidores, esta institución crea y apoya el sistema de clases sexo/
género. Cuando la mujer cuida a sus hijos en el hogar y el espo-
so trabaja fuera de casa las responsabilidades son diferentes y, por
tanto, no igualitarias. Esta desigualdad en el hogar es la causa de
la desigualdad en la vida pública, ya que la mujer, cuyo interés pri-
mario sería el hogar, no siempre tendría tiempo y energía para de-
dicarse a otras actividades en la vida pública.
26. También Shulamith Firestone exige en su obra The dialectic sex (1970)
la liberación de la mujer de la «tiranía de la procreación» a cualquier precio:
«Quiero decido con toda claridad: el embarazo es una atrocidad».
 Somos felices, naturalmente
236
Además, no solo se insiste en la de-construcción de la familia
porque en ella se «esclaviza» a la mujer, sino. ~orque co~dici~na
socialmente a los hijos para que acepten la famlha, el matnmoruc y
la maternidad como algo natural.
Como se puede apreciar las responsabilidades de la mujer e~ la
familia son supuestamente enemigas de la realización de la mujer.
La familia y el trabajo en el hogar se consideran como una «c.arga»
que afecta negativamente los proyectos profesionales de la mujer, su
realización y felicidad.
De-construcción de la religión
La religión es vista como un elemento principal de o~resión ~e
la mujer. «El surgimiento de toda forma de funda~entahsmo reli-
gioso se considera como una especial amenaza al disfrute por parte
de la mujer de sus derechos humanos, y a su plena participación en
la toma de decisiones a todo nivel en la sociedad»27.
Una idea muy implantada en esta ideología es que las reli.gi~-
nes principales fueron inventadas por los hombres p~ra opnrrur
a las mujeres (entre otras, esa es la tesis central del libro y de la
película El Código da Vinci). Por eso piensan que la «de-construc-
ción» de la religión es el medio imprescindible para llega.r a .un.a
sociedad sin sexos, sin tabúes, libre de desigualdades y discrirni-
naciones.
La argumentación es conocida: el modelo de familia compues-
to por un hombre y una mujer es una construcción cultura~ p~odu-
cida por la Iglesia y tomada por un Estado laico que ~a SUStltUI~Oel
derecho divino por el orden natural. Este planteamIento convler~e
la realidad en una construcción social a la que los sujetos se adheri-
27. COUNCIL OF EUROPE, Equalíty and democracy: Utopía of chal/enge?,
o. c., p. 13.
Ideología de género 237
rían por su condición cultural, reforzada por una posible sumisión
institucional.
9. EL CASO ESPAÑOL28
La ideología de género está queriendo ser implantada en la so-
ciedad occidental, también en la española. Veamos algunas leyes
promulgadas en los últimos años.
Identidad sexual
Ley 3/2007, de 15 de marzo, reguladora de la rectificación regis-
tral de la mención relativa al sexo de laspersonas.
Esta ley contiene un apartado que regula el cambio de sexo en
el Registro Civil cuando este no se corresponda con su identidad
de género.
Es una ley que banal iza de manera alarmante la cuestión de la
identidad sexual, pues entre otras cosas -y sorprendentemente- no
requiere un estudio psiquiátrico en profundidad, sino que permite
que se cambie la inscripción registral con un simple informe psico-
lógico. Tampoco exige cirugía de reasignación sexual ni establece
como estrictamente obligatorio el haber seguido un tratamiento
médico para acomodar las características físicas a las correspon-
dientes del sexo reclamado.
Como se aprecia, se margina la naturaleza humana. La identi-
dad sexual se convierte en una variable subjetiva de la persona; cada
uno se «inventa» a sí mismo. La libertad personal es una fuerza om-
nipotente y auto creadora, liberadora de lazos y condicionamientos.
28. Para una mayor información: J. L. REQUERO, «La ideología de género
en el derecho español», en Á. APARlSI MlRALLES (coord.), Persona y género, o. c.,
pp. 205-243.
238 Somos felices,naturalmente
Maternidad
Como ya se ha expuesto, uno de los principales objetivos de
la ideología de género es la distorsión de la maternidad. La mujer,
para liberarse completamente y alcanzar la plena igualdad con el
hombre, debe controlar por completo su fecundidad, liberándose
de la «tiranía» de la naturaleza biológica.
La maternidad es considerada como una maldición, una carga
pesada que la sociedad ha impuesto a la mujer para someted~ y
reducida al ámbito privado; para que no pueda prosperar profesio-
nalmente. De ahí que se reclame el acceso a la anticoncepción y al
aborto sin restricciones de ningún tipo.
Una manifestación de esta mentalidad es la Ley Orgdnica
2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la inte-
rrupción voluntaria del embarazo.
La reproducción
Otro de los objetivos de la ideología de género es la generación.
La nueva vida ya no es considerada un don, sino que se convierte
en un derecho. Esto justificaría su eliminación cuando la mujer lo
considere oportuno u obtened a a como dé lugar, a través de las téc-
nicas de reproducción humana asistida, cuando se desee. El deseo
de descendencia, como se aprecia, se convierte en derecho.
Ley 14/2006, de 26 de mayo, sobre técnicas de reproducción hu-
mana asistida. En esta ley se redefine la paternidad y la maternidad
como derecho que la sociedad debe satisfacer. La ley reconoce el
derecho de acudir a estas técnicas a toda mujer mayor de edad,
independientemente de su estado civil y orientación sexual. Si es
una mujer casada con un hombre, la ley «presume» que el padre es
el marido de la mujer; si es una mujer casada con otra mujer, la ley
las considera a ambas «progenitoras», y si es una mujer sola, el niño
legalmente no tiene padre, porque según la ley el donante no es un
Ideologíade género
239
padre sino «el lugar» donde se ha producido el material genético.
Por la misma razón, al ser la paternidad y la maternidad un rol so-
cial y nada más, se defiende la adopción por parte de personas con
inclinación homosexual o lésbica.
Violencia en el hogar
Ley Orgdnica 1/2004, de 28 de diciembre, de medidas de protec-
ción integral contra la violencia de género.
En su Preámbulo se lee que «la violencia se dirige contra las
mujeres por el hecho de ser mujeres, y que es consecuencia de la
desigualdad histórica de la mujer en la sociedad». En esta ley, la re-
lación hombre-mujer se define como «necesariamente conflictiva»,
en términos de lucha, de rivalidad, de antagonismo.
En asunto tan delicado como el de las agresiones domésticas con-
viene ser precisos. A lo mejor no es muy justo generalizar la violencia
a todo un género determinado. Son mucho más numerosos los ejem-
plos de armonía y buen entendimiento en las relaciones entre hom-
bre y mujer que los casos escandalosos e intolerables de violencia".
29. Algunas soluciones a la violencia de género se pueden encontrar en T.
BAVlERA PU1G, «La lucha de géneros», publicado en el periódico Las Provincias
(2 de noviembre de 2009): http://www.lasprovincias.eslprensaI20091102Iopi_
nionllucha-generos-20091102.html. Consultado e17 d enero de 2013. El trabajo
de ]AVlER BARRACA, El lenguaje de género como violencia y promotor de la misma
(Comunicación y Hombre 2011, nO 7, pp. 173-182), corrobora lo contrapro-
ducente de este lenguaje e ideología para una convivencia familiar pacífica,
exenta de violencia. Su estudio ha establecido que existe una relación entre el
empleo de este lenguaje y la generación de estructuras o conductas violentas
en el ámbito afectivo-sexual. Lejos de erradicar tal violencia, el empleo de este
lenguaje de género la fomenta, pues concibe las relaciones afectivas y sexuales
sobre una base mudable o resbaladiza, sin consistencia real fuera del capricho o
la voluntad individuales y cambiantes, que engendran un esquema de relación
dialéctico o de confrontación. y esto porque niega la fecunda realidad de la
240 Somos felices, naturalmente Ideología de género
241

Matrimonio se logrará una educación más democrática. La legislación también

Para la ideología de género la familia (tradicional) es la princi- se entro~e~e en el derecho de los padres a educar a sus hijos según
pal fuente de opresión de la mujer. De ahí el propósito de desvir- sus convicciones.
tuada, desprotegeda, atacada y sustituida. . Algunos autores piensan que desde el poder legislativo se está
Dos leyes son significativas al respecto: Intentando minimizar la autoridad de los progenitores. Minar la
1. Ley 13/2005, de 1 de julio, sobre la modificaci6n del C6digo autoridad de los padres es necesario para manipular libremente a
Civil en materia del derecho a contraer matrimonio, para dar cabida los niños y así configurar sus conciencias, la visión del mundo y de
a las uniones homosexuales y lésbicas. las cosas.
Para obtener el reconocimiento social de este tipo de uniones se Veamos brevemente algunos ejemplos.
redefine el matrimonio, privándole así de sus elementos esenciales. 1. Supresián del apartado 3 del artículo 154 del C6digo Civil que
El matrimonio, en cuanto unión de un hombre y una mujer abierta reconoce la facultad de lospadres de corregir moderada y razonable-
a la vida y con vocación de permanencia, ya no existe en el ordena- mente a sus hijos.
miento jurídico español. Con esta ley se contempla el matrimonio Comparemos los textos, anterior y actual, del artículo 154 del
como un «invento social», que va cambiando y adaptándose a las Código Civil.
circunstancias históricas.
2. Ley 15/2005, de 8 de julio, por la que se modifican el C6digo Redacción anterior Redacción actual
Civil y la Ley de Enjuiciamiento Civil en materia de separaci6n y Los hijos no emancipados están bajo la Los hijos no emancipados están bajo la
divorcio. En esta ley se regula el llamado «divorcio exprés», que potestad de sus progenitores. potestad de los padres.
codifica el divorcio unilateral y sin causa. La patria potestad se ejercerá siempre La patria potestad se ejercerá siempre
en beneficio de los hijos, de acuerdo en beneficio de los hijos, de acuerdo
Si cada uno se construye e inventa a sí mismo y puede construir
con su personalidad, y comprende los con su personalidad, y con respeto a su
su relación como quiera, también se le debe reconocer la capacidad
siguientes deberes y facultades: integridad fisica y psicológica.
de destruida a capricho.
1. Velar por ellos, tenerlos en su compa- Esta potestad comprende los siguientes
La ley se centra en el deseo y en la libertad individual, prescin- ñía, alirnenrarlos, educarlos y procurar- deberes y facultades:
diendo de la función social del matrimonio. les una formación integral.
1. Velar por ellos, tenerlos en su com-
2. Representarlos y administrar sus bie- pañía, alimentarlos, educarlos y procu-
Educaci6n nes. rarles una formación integral.
Desde las instancias gubernamentales se ha pretendido impo- Si los hijos tuvieren suficiente juicio de- 2. Representados y administrar sus
ner los «estudios de género» en los programas educativos, pues así berán ser oídos siempre antes de adop- bienes. Si los hijos tuvieren suficiente
tar decisiones que les afecten. juicio deberán ser oídos siempre antes
Los padres podrán en el ejercicio de su de adoptar decisiones que les afecten.
complementariedad recíproca entre los sexos masculino y femenino, y dificulta potestad recabar el auxilio de la autori- Los padres podrán, en el ejercicio de su
así un encuentro armónico encaminado al enriquecimiento mutuo de las per- dad. Podrán rarrrbrén C011Cgit razona- potestad, recabar el auxilio de la auto-
sonas desde su real diversidad sexual. bIt y rrroderadarrrerrre a los hijos. ridad.
242 Somos felices, naturalmente
2. Ley Orgdnicade Educaci6n (LOE) 2/2006 de 3 de mayo.
Esta ley está impregnada de ideología de género. Afirma que
son fines de la educación el desarrollo de las capacidades afectivas
del alumnado, el reconocimiento de la diversidad afectivo-emocio-
nal y la valoración crítica de las desigualdades que permita superar
los comportamientos sexistas.
3. Asignatura de Educacián para la Ciudadanía (2008).
Se rechaza cualquier diferenciación entre varón y mujer, lle-
gando a identificar «diferencia» con «discriminación». Se insiste
machaconamente en la diversidad afectivo-emocional, en la posibi-
lidad de elegir la propia identidad y orientación sexual. Aparece el
término «homofobia».
En esta asignatura subyace una antropología basada en la fi-
losofía de género, que sostiene que cada uno puede elegir su pro-
pia identidad y orientación sexual con independencia de su sexo
biológico.
La ley parte de una antropología dualista, que separa en la per-
sona su dimensión corporal de su dimensión psicológica, cultural
y espiritual. Se defiende que la identidad genérica no está determi-
nada por la identidad sexual, sino que depende de la psicología de
cada uno y de la cultura en la que vive. Además, la persona es com-
pletamente autónoma y la libertad una fuerza absoluta. En con-
secuencia, cada uno puede «construirse» como quiera. No existe
naturaleza, no existe verdad del hombre, solo libertad omnímoda.
10. VARÓN y MUJER: ¿NATURALEZA O PRODUCTO CULTURAL?
ALGUNAS RESPUESTAS A LA IDEOLOGíA DE GÉNERO
¿Puede aceptarse que no exista ninguna naturaleza «dada», que
todo sea expresión de nuestra libre voluntad y que incluso la biolo-
gía no sea más que cultura?
Ideología de género 243
Con un mínimo de experiencia y de sentido común es fácil
detectar que esta ideología no puede ser un camino óptimo para al-
canzar la felicidad. Reactiva -sin decido y, quizás, incluso sin que-
redo-la vieja equivocación del maniqueísmo-", porque se muestra
hostil al cuerpo, al que manipula profunda y arbitrariamente.
Es evidente que no todo es naturaleza, ni todo es cultura. Pero
si el ser humano no acepta su corporeidad -con todo lo que impli-
ca-, entonces no se acepta a sí mismo y terminará en un terrible
desequilibrio emocional, psíquico y espiritual.
La necesidad de aceptar la propia corporeidad
Hace algún tiempo la prensa internacional recordó un terri-
ble experimento médico de los años setenta del siglo pasado. En
aquel entonces, el psiquíatra norteamericano John Money preten-
dió demostrar la teoría de que el sexo depende más que nada de la
forma en que una persona es educada. Sus «conejillos» fueron los
gemelos Bruce y Brian Reimer. Como Bruce había tenido un acci-
dente después de nacer, el doctor Money aprovechó la ocasión para
transformar su cuerpo -a través de cirugía plástica- en un cuerpo
aparentemente femenino. A la vez, dijo a los padres que debían
criar al bebé como si fuera una chica y mantener todo el episodio
en estricto secreto. Bruce pasó a ser Brenda.
Aunque los padres siguieron las instrucciones del médico al pie
de la letra, las cosas no marchaban como estaban previstas: a Bren-
da no le gustaban los vestidos, no era bien aceptada en la escuela, y
pronto manifestó tendencias lésbicas. Cuando cumplió trece años
su padre no tuvo más remedio que confesade lo que había ocurri-
do. Entonces, Brenda decidió someterse a otro proceso quirúrgico
y vivir como chico. Tomó el nombre de David. Con el paso de
30. Recordar que para la doctrina maniquea el cuerpo es malo y, por tan-
to, se debe despreciar.
244 Somos felices, naturalmente
los años recordaría las frecuentes sesiones terapéuticas con Money
como una tortura, que le provocaron heridas profundas y siempre
abiertas. En 2004, se suicidó:".
Se trata de un ejemplo emblemático de que la naturaleza re-
clama sus derechos. El hombre es verdaderamente su cuerpo; no se
reduce simplemente a poseerlo o habitado. Existe en el mundo no
solamente «a través de su cuerpo», sino «siendo su cuerpo». Por su
constitución intrínseca es su cuerpo y, a la vez, lo sobrepasa ".
En la persona humana el sexo y el género -el fundamento bio-
lógico y la expresión cultural- ciertamente no son idénticos, pero
tampoco son completamente independientes. Para llegar a esta-
blecer una relación correcta entre ambos conviene considerar pre-
viamente el proceso en el que se forma la identidad como varón o
mujer. Los especialistas " señalan tres aspectos de este proceso que,
en el caso normal, se entrelazan armónicamente: el sexo biológico, el
sexo psicológico y el sexo social":
31. O. BURKEMAN,G. YOUNGUE, «David no aguantó ser Brenda». Noticia
de prensa aparecida en e! diario El Mundo, 15.V2004: http://www.elmundo.es/sa-
lud/2004/572/1084572003.html. Consultado el? de enero de 2013. Como están
señalando últimamente algunos movimientos ecologistas es importante preservar
e! «principio de precaución», que debería constituir un correlativo con e! princi-
pio de responsabilidad tantas veces reclamado cuando se habla de las transforma-
ciones de! ecosistema, pero que se deja a un lado siempre que e! sistema que hay
que mantener en equilibrio ya no es e! de la naturaleza sino e! de! ser humano.
32. Gracias a la unidad sustancial cuerpo-espíritu que es la persona humana,
todo lo que afecta al cuerpo afecta a la persona. Si yo le doy una bofetada a una
persona, no solo provoco una inflamación en e! carrillo, sino que agredo y ofendo
a toda la persona. Por eso se dice que e! cuerpo es la persona en su visibilidad.
33. Una buena ilustración de este tema se puede encontrar en J. SCHLAT-
TER, «Psicoparología de la sexualidad», en M. A. MONGE (ed.), Medicina pas-
toral. Cuestiones de Biología, Antropología, Medicina, Sexología, Psicologia y Psi-
quiatria de interés para formadores, EUNSA, Pamplona 2002, pp. 302 ss.
34. El sexo biológico suele denominarse simplemente «sexo», mientras
que e! sexo psicológico y e! social están unidos en e! término «género».
Ideología de género 245
El sexo biológico describe la corporeidad de una persona. Se sue-
len distinguir diversos factores. El «sexo genético» (o «crornosó-
rnico») -determinado por los cromosomas XX en la mujer, o XY
en el varón- se establece en el momento de la fecundación y se
traduce en el «sexo gonadal», que es responsable de la actividad
hormonal. El «sexo gonadal», a su vez, influye sobre el «sexo somá-
tico» (o «fenotípico»), que determina la estructura de los órganos
reproductores internos y externos. Conviene considerar el hecho
de que estas bases biológicas intervienen profundamente en todo
el organisrno ",
El sexo psicológico se refiere a las vivencias psíquicas de una per-
sona como varón o como mujer. Consiste, en concreto, en la con-
ciencia de pertenecer a un determinado sexo. Esta conciencia se
forma, en un primer momento, alrededor de los 2 o 3 años y suele
coincidir con el sexo biológico. Puede estar afectada hondamente
por la educación y el ambiente en el que se mueve la persona.
El sexo sociológico (o civil) es el sexo asignado a una persona
en el momento del nacimiento. Expresa cómo es percibida por las
personas a su alrededor. Señala la actuación específica de un varón
o de una mujer. En general, se le entiende como el resultado de
procesos histórico-culturales. Se refiere a las funciones y roles (y los
estereotipos) que en cada sociedad se asignan a los diversos grupos
de personas.
Estos tres aspectos no deben entenderse como aislados unos
de otros. Por el contrario, se integran en un proceso más amplio
que consiste en la formación de la propia identidad. Una persona
adquiere progresivamente, durante la infancia y la adolescencia, la
conciencia de ser «ella misma». Descubre su identidad y, dentro de
35. La ciencia médica indica, incluso, diferencias estructurales y funciona-
les entre un cerebro masculino y otro femenino. Para este interesante asunto se
ha reservado e! último apartado de este tema.
246 Somos felices, naturalmente
ella, cada vez más hondamente la dimensión sexual de su propio
ser. Adquiere gradualmente una identidad sexual (se da cuenta de
los factores biopsíquicos del propio sexo y de la diferencia respecto
al otro sexo) y una identidad genérica (descubre los factores psícoso-
ciales y culturales del papel que las mujeres o varones desempeñan
en la sociedad). En un correcto y armónico proceso de integración
ambas dimensiones se corresponden y complementan.
Si se consideran sin prejuicios los datos anatómicos, fisiológicos
y psíquicos no es difícil admitir que la naturaleza humana mascu-
lina y femenina se expresa de manera diferente. Las diferencias en-
tre varón y mujer no son ni irrelevantes ni adicionales, y tampoco
es un mero producto social. No es una condición que igualmente
podría faltar, y tampoco es una realidad que se pueda limitar so-
lamente al plano corporal. El varón y la mujer se complementan
en su correspondiente y específica naturaleza corporal, psíquica y
espiritual. Ambos poseen valiosas cualidades que les son propias, y
cada uno es, en su propio ámbito, superior al otro.
Se acaba de señalar que para la ideología de género la diferencia
sexual entre el hombre y la mujer no es tomada en serio. La identi-
dad sexual estaría modelada por la cultura y la subjetividad, donde
cada uno se construye su propia identidad sexual. La diferenciación
sexual del cuerpo humano sería solo un hecho secundario. Como
se puede apreciar, se propone una concepción de la sexualidad
completamente desarticulada y disociada de la persona.
Para el pensamiento fundado en una antropología trascenden-
te la diferenciación sexual (hombre y mujer) debe ser tomada ple-
namente en serio; la sexualidad afecta a todas las dimensiones de
la persona, en su unidad de alma y cuerpo. Las diferencias y las
complementariedades físicas, psicológicas, culturales y espirituales
están orientadas al bien de la persona, de la familia y de la sociedad.
Hombre y mujer tienen necesidad el uno del otro para desa-
rrollar la propia humanidad. Es en la relación recíproca donde arn-
Ideología de género 247
bos se vuelven conscientes de que la plenitud puede ser alcanzada
solo entregándose desinteresadamente al otro. En esta perspectiva
el sexo no se presenta como privilegio o como discriminación, sino
como oportunidad de realizar la propia humanidad 36.
Orden sociológico-legislativo
En las encuestas que mensualmente realiza el Centro de Inves-
tigaciones Sociológicas (CIS), ni la homosexualidad ni el género
aparecen dentro de los primeros treinta problemas que preocupan
a los ciudadanos españoles3?
Vaya por delante en la redacción de este apartado la necesidad
de pelear, desde el punto de vista legislativo, por la igualdad de
oportunidades para la mujer, y por la superación de aquellos roles
36. Cfr. A. APARISIMlRALLES (coord.), Persona y género, o. c. Este volumen
apuesta por la complementariedad o la corresponsabilidad entre varón y mujer.
Hay suficientes datos científicos que fundamentan la diferencia existente entre
varón y mujer, sin que ello implique una jerarquización antro pológica, política
o social. El modelo de igualdad en la diferencia concibe armónicamente las
relaciones entre lo biológico (sexo) y lo cultural (género), admitiendo que al-
gunas funciones son, cierto, meramente culturales y, por tanto, tienen carácter
intercambiable; pero también que existen otras fundadas biológica o psicoló-
gicamente.
37. Por este motivo, entre otros, me resulta sorprendente la nueva titu-
lación que ha aprobado el Gobierno español: «Técnico superior en promo-
ción de Igualdad de género». ¿De qué se ocupará este nuevo trabajador?: «Su
competencia general consiste en programar, desarrollar y evaluar intervenciones
relacionadas con la promoción de la igualdad de trato y de oportunidades entre
mujeres y hombres, aplicando estrategias y técnicas del ámbito de la interven-
ción social, detectando situaciones de riesgo de discriminación por razón de
sexo y potenciando la participación social de las mujeres». Cfr. Real Decreto
por el que se establece el título de «técnico superior en promoción de igualdad
de género» y se fijan sus enseñanzas mínimas, Referencia del Consejo de Mi-
nistros, Madrid, 11.x.20 13: http://www.lamoncloa.gob.es/ComejodeMinistros/
ReferenciasC20 13/refc20 131011. htm.
248 Somos felices, naturalmente
que son fruto de factores culturales y que pueden resultar arbitra-
rios e injustos.
Pero la solución a los problemas de la mujer no es el victirnis-
mo, ni el enfrentamiento con el hombre, ni su total autonomía;
sino el entendimiento, el respeto, la cooperación, la mutua ayuda
entre mujer y varón. La verdadera «liberación» de la mujer nunca se
alcanzará negando su feminidad e igualándola con la del hombre,
sino logrando que sea ella misma. Sí a la igualdad, pero defen-
diendo que mujer y hombre son diferentes. Ya lo decía un antiguo
proverbio chino: «la sabiduría comienza perdonándole al prójimo
el ser diferente» 38.
El Derecho (junto con los poderes legislativo y judicial) no
debe negar las diferencias ni enturbiar las relaciones entre hombres
y mujeres. No puede ignorar la originalidad de lo femenino y lo
masculino, y su natural complementariedad. El Derecho tiene que
dar respuesta adecuada a las dos únicas formas en que existe el ser
humano: como mujer y como hombre.
Se ha dicho arriba que el feminismo de antaño luchaba por la
igualdad ante la ley y por la igualdad de derechos y oportunida-
des. La ideología de género, por el contrario, parte del prejuicio
de seguir considerando al hombre opresor y a la mujer oprimida,
necesitada de ventajas para ser igual, colocándola en una posición
incómoda de tutela por parte del Estado e imponiendo cuotas de
paridad sin tener en cuenta que la valía de la persona no depende
de su sexo ".
38. Hay un libro interesante que ilustra acertadamente y con humor las
diferencias entre las mujeres y los hombres. Cfr. A. PEASE,B. PEASE,Por qué
los hombres no escuchan y las mujeres no entienden de mapas, Planeta, Barcelona
2010.
39. La vicepresidenta de la Comisión Europea y Comisaria de Justicia,
Derechos Fundamentales y Ciudadanía, Viviane Reding, está dando una parti-
cular batalla para lograr que aumente la presencia de mujeres en los consejos de
Ideología de género 249
Hombres y mujeres son diferentes física, psicológica y espiri-
tualmente, pero esto no significa que legal y socialmente haya que
favorecer a uno o a otro. Además, la ideología de género ha conse-
guido que se aprueben leyes discriminatorias para los varones, que-
dando el significado de igualdad menoscabado. En lo referente a
las cuotas, muchas personas piensan que los dirigentes de cualquier
ámbito, ya sea institucional o laboral, han de ser los más capaci-
tados, sea cual sea su sexo. No es admisible que una persona pase
por encima de otros compañeros más expertos o capacitados solo
por ser mujer. Además, esta situación puede crear aversión hacia las
mujeres que han conseguido éxito profesional por méritos propios,
al convertidas en «sospechosas» de haber recibido trato de favor.
Por otro lado, y en referencia a la legislación contra la violencia
de género, la presunción de inocencia para el hombre desaparece
con esta ley. En muchos casos un testimonio «creíble» de una mujer
es suficiente para procesar y/o condenar a un varón. Además, la
violencia en el ámbito doméstico no solo tiene víctimas femeninas
y de una edad determinada; también hay víctimas masculinas, me-
nores y ancianos.
Feminismo de género y feminismo de la igualdad
Considero necesario diferenciar entre «feminismo de género»
(que busca esencialmente la paridad) y «feminismo de igualdad» (o
administración de las grandes empresas. Los números indican que hay mucho
que avanzar en este campo. La presencia femenina es solo el 13,7% en estos
consejos, porcentaje que crece lentamente. A fin de darle un acelerón, y tras re-
bajar sus pretensiones iniciales, Reding ha conseguido que la Comisión apruebe
su plan para imponer una cuota femenina del 40% en los consejos de adminis-
tración de las empresas de más de 250 trabajadores y que coticen en bolsa. El
porcentaje debería alcanzarse de aquí a 2020, y correspondería a cada Estado
el diseño de las medidas necesarias para lograrlo, así como la penalización en el
caso de las empresas que no lo cumplan.
250 Somos felices, naturalmente
de la diferencia, es decir, un feminismo que sostiene y defiende que
mujer y hombre son iguales en dignidad, pero diferentes y comple-
mentarios en el resto) 40.
El «feminismo de género» tiene un gran peligro, pues intenta
dividir y separar realidades humanas que están destinadas a unirse
y complementarse. Tiende a considerar la masculinidad convencio-
nal como una patología y como el origen de muchos de los males
del mundo actual. Pero, gracias a Dios, la mayoría de los hombres
no son unos brutos, ni unos opresores, ni unos maltratadores. Sin
duda algunos son unos despreciables neandertales, pero confundir-
los con la mayoría de los hombres resulta, cuanto menos, injusto.
Este feminismo escoge los casos extremos de masculinidad patoló-
gica y los considera como la norma en el varón.
«Feminismo de la igualdad». Este feminismo quiere para la
mujer lo que quiere para todos: un trato justo, respeto, dignidad e
igualdad de oportunidades y de trato. Pero acepta y defiende que
mujeres y hombres son distintos (igualdad en la diversidad). Este
feminismo sano, como se comprueba, promueve la armonía y la
buena voluntad entre los sexos para contribuir a que en el mundo
haya más cordura y felicidad.
JUAN PABLOII, Carta Apostólica Mulieris dignitatem,
sobre la dignidad Y la vocación de la mujer (1988)
El papa Juan Pablo II trazó en este documento las raíces antro-
pológicas y teológicas de la verdad de la persona humana. Clave de
40. Cfr. C. H. SOMMERS, La guerra contra los chicos. Como un feminismo
mal entendido estd dañando a los chicos, Palabra, Madrid 2006; S. PINKER, La
paradoja sexual: de mujeres, hombres y la verdadera frontera del género, Ed. Paidos,
Barcelona 2009; J. L. GuZMAN, "Nuevas tecnologías reproductivas y postferni-
nismo de género», en Á. APARlSI MlRALLES(coord.), Persona y género, o. c., pp.
265-288.
Ideología de género 251
lectura del texto pontificio es que el ser humano ha sido creado por
Dios, que los hizo hombre y mujer.
El texto parte del libro del Génesis: el hombre -varón y mu-
jer- ha sido creado por Dios, no se ha hecho a sí mismo; es la
«culminación de la creación que vio Dios que era buena». El gé-
nero humano, que tiene su origen en la llamada a la existencia del
hombre y de la mujer, corona toda la obra de la creación. Ambos,
mujer y varón, son seres humanos en el mismo grado: «ser hombre»
y «ser mujer» son realidades «queridas por Dios»; «en su igualdad y
en su diferencia uno y otro tienen una común dignidad». También
la descripción bíblica habla de la institución del matrimonio -el
hombre es para la mujer y la mujer para el hombre- por parte de
Dios, institución destinada a la ayuda mutua y a la transmisión de
la vida.
La Carta de Juan Pablo II señala que hombre y mujer «son
creados como personas a imagen de Dios Amor para vivir en co-
munión». De ahí su reciprocidad y vocación a la donación. No es
que Dios haya hecho «incompletos» al hombre y a la mujer, sino
que los ha creado «para una comunión de personas, en la que cada
uno puede ser «ayuda» para el otro porque son a la vez iguales en
cuanto personas y complementarios en cuanto masculino y feme-
nino». El amor, por lo tanto, es lo que define la verdad de la persona
-hombre y mujer-, la esencia y el cometido de la familia; «por eso
la familia recibe la misión de vivir, custodiar, revelar y comunicar
el amor como reflejo vivo de Dios, que es amor».
Desde estas ideas se entiende mejor el despropósito de la ideolo-
gía de género -querer desprenderse de ser criatura- y la crítica que
hizo el entonces cardenal Ratzinger: «Yano se admite que la natu-
raleza tenga algo que decir; es mejor que el hombre pueda mode-
larse a su gusto (... ). Todo esto, en el fondo, disimula una insurrec-
ción del hombre contra los límites que lleva consigo en cuanto ser
biológico. Se opone, en último extremo, a ser criatura. El hombre
252 Somos felices, naturalmente
tiene que ser su propio creador, versión moderna de aquel «seréis
como dioses». 41.
CONGREGACIÓNPARA LA DOCTRINA DE LA FE, Carta a los
Obispos de la Iglesia católica sobre la colaboración del hombre
y la mujer en la Iglesia y en el mundo (31 de mayo de 2004)
En los primeros cuatro números el documento plantea el pro-
blema y señala su propuesta. El núcleo de la problemática es la
cuestión femenina: buscar el lugar de la mujer en la sociedad y en
el mundo. Pero sobre todo es el intento del ser humano de des-
prenderse de su condición de criatura, de sus condicionamientos
biológicos, que tendría consecuencias también en algunos dogmas
de la doctrina católica.
Para dar una respuesta adecuada a estas cuestiones la Iglesia
propone la colaboración activa de la mujer y del hombre. Para ello,
en el segundo apartado (nn. 5-12) expone los datos de la antropolo-
~ía bíblica señalados, sobre todo, en los tres primeros capítulos del
libro del Génesis. El hombre creado a imagen y semejanza de Dios
está en la base de la antropología cristiana. «y dijo Dios: Hagamos
al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra (... ).
Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le
creó, hombre y mujer los creó» (Gn 1,26-27). De aquí se desprende
también que la humanidad es descrita como articulada, desde su
primer origen, en la relación de lo masculino con lo femenino. Es
esta humanidad sexuada la que se declara explícitamente «imagen
de Dios».
La segunda narración de la creación (cfr. Gn 2,4-25) confirma
de modo inequívoco la importancia de la diferencia sexual. Adán
se sentía solo en el jardín del Edén; era necesario que entrara en
41. P. SEEWALD, La sal de la tierra, Palabra, Madrid 1997, p. 142.
Ideología de género 253
relación con otro ser que se hallase a su nivel. Ningún animal lo
podía conseguir. Solamente la mujer, creada de su misma «carne»,
ofrece a la vida del hombre un sentido y un porvenir.
Desde el principio aparecen (el hombre y la mujer) como «uni-
dad de dos», significando la superación de la soledad original. La
diferencia vital está orientada a la comunión. En la «unidad de los
dos» el hombre y la mujer son llamados desde su origen no solo a
existir «uno alIado del otro», o simplemente «juntos», sino que son
llamados también a existir recíprocamente, el uno para el otro.
De todo esto se pueden deducir, al menos, dos consecuencias
importantes. La primera es que la antropología bíblica sugiere
afrontar desde un punto de vista relacional, como en los orígenes de
la humanidad, no competitivo ni de revancha, los problemas que a
nivel público o privado suponen la diferencia de sexos. La segunda,
hacer notar la importancia y el sentido de la diferencia de los sexos
como realidad inscrita profundamente en el hombre y la mujer. La
sexualidad caracteriza al hombre y a la mujer no solo en el plano
físico, sino también en el psicológico y espiritual, con su impronta
consiguiente en todas sus manifestaciones. La sexualidad no puede
ser reducida a un puro e insignificante dato biológico, sino que es
un elemento básico de la personalidad, un modo propio de ser, de
manifestarse, de comunicarse con los otros, de sentir, expresar y
vivir el amor humano.
El pecado original ha alterado el modo con el que el hombre
y la mujer acogen y viven la Palabra de Dios, su relación con el
Creador, la relación entre ambos -que era de pura armonía- y la
relación con el mundo. Como consecuencia, se tergiversa el modo
de vivir su diferenciación sexual: «Hacia tu marido irá tu apetencia,
y él te dominará» (Gn 3, 16). En esta trágica situación se pierden
la igualdad, el respeto y el amor que, según el diseño originario
de Dios, exige la relación del hombre y la mujer. Tal alteración
no corresponde, sin embargo, ni al proyecto inicial de Dios sobre
254 Somos felices, naturalmente Ideología de género 255

el hombre y la mujer ni a la verdad sobre la relación de los sexos. Por tanto, y esta es la conclusión de este apartado, distintos des-
De esto se deduce, por tanto, que esta relación, buena pero herida, de el principio de la creación y permaneciendo así en la eternidad,
necesita ser sanada. el hombre y la mujer, injertados en el Misterio Pascual de Cristo,
¿Cuáles pueden ser las vías para esta curación?, se pregunta el ya no advierten pues sus diferencias como motivo de discordia que
documento. Considerar y analizar los problemas inherentes a la hay que superar con la negación o la nivelación, sino como una po-
relación de los sexos solo a partir de una situación marcada por el sibilidad de colaboración que hay que cultivar con el respeto recí-
pecado llevaría necesariamente a recaer en los errores mencionados. proco de la distinción. A partir de aquí se abren nuevas perspectivas
Hace falta romper, pues, esta lógica del pecado y buscar una salida para una comprensión más profunda de la dignidad de la mujer y
que permita eliminada del corazón del ser humano pecador. Una de su papel en la sociedad humana y en la Iglesia.
En el apartado III (nn. 13-14) el documento enumera algunos
orientación clara en tal sentido se nos ofrece con la promesa divina
valores femeninos presentes en la sociedad. Uno muy importante
de un Salvador (Jesucristo), en la que están involucradas la «mujer»
es la «capacidad de acogida del otro». No obstante el hecho de
y su «estirpe» (cfr. Gn 3, 15); promesa que, antes de realizarse,
que cierto discurso feminista reivindique las exigencias «para sí
tendrá una larga preparación histórica (Noé, Abraham, Moisés, los
misma», la mujer conserva la profunda intuición de que lo mejor
profetas, etc.).
de su vida está hecho de actividades orientadas al despertar del
Injertados en el Misterio Pascual de Jesucristo y convertidos
otro, a su crecimiento y a su protección. Esta intuición está unida
en signos vivientes del amor de Cristo por su Iglesia, los esposos
a su capacidad física de dar la vida. Sea o no puesta en acto, esta
cristianos son renovados en su corazón y pueden así huir de las
capacidad es una realidad que estructura profundamente la perso-
relaciones marcadas por la concupiscencia y la tendencia a la sumi-
nalidad femenina.
sión que la ruptura con Dios, a causa del pecado, había introducido
Por lo tanto, la promoción de las mujeres dentro de la sociedad
en la pareja primitiva. O expresado en otros términos: en la gracia
tiene que ser comprendida y buscada como una humanización,
de Cristo, que renueva sus corazones, el hombre y la mujer se ha-
realizada gracias a los valores redescubiertos por las mujeres. Se debe
cen capaces de librarse del pecado y de conocer la alegría del don
recibir el testimonio de la vida de las mujeres como revelación de
recíproco. En Cristo, la rivalidad, la enemistad y la violencia, que
valores, sin los cuales la humanidad se cerraría en la autosuficien-
desfiguraban la relación entre el hombre y la mujer, son superables
cia, en los sueños de poder y en el drama de la violencia. También
y superadas.
la mujer, por su parte, tiene que dejarse convertir, y reconocer los
El celibato por el Reino quiere ser profecía de esta forma de
valores singulares y de gran eficacia de amor por el otro del que su
existencia futura de lo masculino y lo femenino. Para los que viven
femineidad es portadora.
el celibato este adelanta la realidad de una vida que, no obstante
Los valores femeninos en la vida de la Iglesia son señalados en
continúa siendo aquella propia del hombre y la mujer, ya no estará
el apartado IV (nn, 15-16).
sometida a los límites presentes de la relación conyugal (cfr. Mt 22,
30: «En la resurrección ni los hombres ni las mujeres se casarán,
sino que todos serán como ángeles en el cielo»).
 Somos felices, naturalmente
256
BENEDICfO XVI, Discurso con motivo del XX aniversario de
la Carta Apostólica Mulieris dignitatem (9 de febrero de 2008)
«Ante corrientes culturales y políticas que buscan eliminar o,
al menos, ofuscar y confundir las diferencias sexuales inscritas en
la naturaleza humana, considerándolas una construcción cultural,
es preciso hacer patente el diseño de Dios, que ha creado al ser hu-
mano hombre y mujer, con una unidad y al mismo tiempo con una
diferencia original y complementaria. (... ) La naturaleza humana y
la dimensión cultural se integran en un proceso amplio y complejo
que constituye la formación de la propia identidad, donde ambas
dimensiones, la masculina y la femenina, se integran y se comple-
tan». (... ) «persiste todavía una mentalidad machista -recordó
el Papa- que ignora la novedad del cristianismo, el cual reco-
noce y proclama igual dignidad y responsabilidad de la mujer
respecto al hombre. Hay lugares y culturas donde la mujer vive
discriminada o minusvalorada por el solo hecho de ser mujer,
donde se recurre incluso a argumentos religiosos y a presiones
familiares, sociales y culturales para sostener la desigualdad de
los sexos, donde se consuman actos de violencia contra la mu-
jer, convirtiéndola en objeto de maltrato y de explotación en
la publicidad y en la industria del consumo y de la diversión».
También indicó que «se precisa una renovada investigación
antropológica que, sobre la base de la gran tradición cristiana, in-
corpore los nuevos progresos de la ciencia y el dato de las actuales
sensibilidades culturales, contribuyendo así a profundizar no solo
en la identidad femenina, sino también en la masculina, que no po-
cas veces es objeto asimismo de reflexiones parciales e ideológicas».
BENEDICfO XVI, Encíclica Caritas in veritate (2009)
El Santo Padre subraya que el hombre no puede reducirse a un
mero dato cultural, como sostiene la ideología de género. En concre-
Ideología de género 257
to, destaca el riesgo de separar la cultura de la naturaleza humana.
«El eclecticismo y el bajo nivel cultural coinciden en separar la cultu-
ra de la naturaleza humana. Así, las culturas ya no saben encontrar
su lugar en una naturaleza que las trasciende, terminando por redu-
cir al hombre a mero dato cultural. Cuando esto ocurre, la humani-
dad corre nuevos riesgos de sometimiento y manipulación» (n. 26).
La alteridad tiene su origen en la alteridad de Dios Uno y Tri-
no: « ... solo el encuentro con Dios permite no ver siempre en el
prójimo solamente al otro, sino reconocer en él la imagen divina,
llegando así a descubrir verdaderamente al otro y a madurar un
amor que es ocuparse del otro y preocuparse por el otro» (n, 11).
En la teoría de género se está en las antípodas del auténtico sentido
de la alteridad para instalarse en la similitud, vista desde una visión
medible de la paridad en todo punto entre el hombre y la mujer.
«La caridad en la verdad pone al hombre ante la sorprenden-
te experiencia del don. La gratuidad está en su vida de muchas
maneras, aunque frecuentemente pasa desapercibida debido a una
visión de la existencia que antepone a todo la productividad y la
utilidad. El ser humano está hecho para el don, el cual manifiesta
y desarrolla su dimensión trascendente» (n. 34). Pero el don no
puede realizarse más que en el reconocimiento, la aceptación y la
interiorización de la alteridad (y de la alteridad sexual).
Algunas reflexiones desde la ciencia'?
Hombre o mujer «se es», y no solo «se construye socialmente»,
aunque ciertamente la cultura es un gran moldeador del ser humano.
Ya se ha dicho que mujeres y varones son diferentes en todas
las células del organismo. La persona humana es hombre o mujer,
42. La ciencia no es fuente de la ética, pero ayuda a conocer la realidad de
las cosas, porque permite saber de qué se está hablando. Y sin tener claro de qué
se está hablando no hay juicio ético que se sostenga seriamente.
258 Somos felices, naturalmente
y lleva inscrita esa condición en todo su ser. El programa genético
(XX o XY), el sistema endocrino, los órganos genitales internos y
externos, el cerebro y la figura corporal son sexuados. Por eso se
puede afirmar que el ser humano es biofisiológicamente sexuado.
Señalemos algunas características del cerebro humano 43. Existe
un cerebro de mujer y un cerebro de varón. Gracias a las técnicas
actuales de neuroimagen, como la tomografía de emisión de posi-
trones (PET) o las imágenes funcionales de resonancia magnética
(fMRI), es posible observar y estudiar mejor este hecho. El cerebro
de la mujer es más pequeño respecto al cuerpo; tiene más apretadas
las conexiones nerviosas; los dos hemisferios son muy similares,
con una distribución de tareas bastante uniforme; y comunica muy
bien de un lado a otro. Esto, en cierta medida, está en la base de su
capacidad de tener una empatía, un conocimiento más directo de
la realidad y menos racionalizado (esto no quiere decir que tenga
menos capacidad de razonamiento, sino que tiene facilidad para
percibir de forma más intuitiva).
En las mujeres existe una mejor simetría y una mayor interco-
nexión de ambos hemisferios, que se parecen más entre sí. El del
varón es más asimétrico y presenta más diferencias entre ambos
hemisferios en lo que se refiere a centros responsables de funcio-
nes similares, y está más polarizado hacia el hemisferio izquierdo;
además, la comunicación entre ambos hemisferios es menos fuer-
te. Esto hace, por ejemplo, que la capacidad analítica o la orienta-
ción espacial sea, por término medio, mayor en los varones. Por
43. Cfr. Apartado «El cerebro es un órgano sexuado: identidad varón-
mujer» (pp. 357-359), en N. LOPEZMORATALLA, La identidad sexual: Personas
transexuales y con trastornos del desarrollo gonadaL "No existen sexos, solo roles»:
un experimento antropológico necesitado de la biotecnología, en Cuadernos de
Bioética XIII, 2012l2a, pp. 347-371; fDEM., «Una aproximación científica a
la ideología de género: cerebro de mujer, cerebro de hombre», en A. APARlSI
MlRALLES(coord.), Persona y género, o. c., pp. 323-355.
Ideología de género
259
e! contrario, la capacidad de comunicación verbal y empatía (por
ejemplo, la capacidad de interpretar estados de ánimo al observar
rostros), es mayor en las mujeres. A igualdad de coeficiente intelec-
tual hay tareas que, por término medio, resuelven mejor las mujeres
y otras los varones. Estas diferencias se observan incluso a edades
donde los factores socioculturales no han podido actuar todavía.
Recientemente se ha publicado en la revista PLoS One un ar-
, 1 . 44
ticu o sumamente interesante . Los autores señalan que existe
una acuciante necesidad de estimaciones empíricas precisas sobre
las diferencias de sexo en la personalidad. Con este objetivo, han
realizado una investigación que tiene en cuenta más rasgos de los
habitualmente utilizados en esta clase de trabajos, y han llegado a
la conclusión de que las divergencias psicológicas «resultan ser ex-
tremadamente grandes bajo cualquier criterio razonable». «Las ma-
yores diferencias entre sexos se han hallado en sensibilidad, calidez
y aprensión (más altas en mujeres); yen estabilidad emocional, do-
minio, adherencia a las reglas y vigilancia (más altas en hombres)»,
En todo caso admiten que su investigación no es concluyente, e
invitan a otros expertos a que realicen sus propias mediciones de las
diferencias psicológicas entre sexos.
10. CONCLUSION
El recurso a la categoría del género nos permite distinguir al
menos tres modelos de relación varón-mujer, que han cristalizado
a lo largo de la historia: el modelo de la subordinación, el modelo
igualitarista y el modelo de la reciprocidad y corresponsabilidad.
44. M. DEL GIUDICE,T. BOOTH,P. IRWING, «The distance berween Mars
and Venus: Measuring global sex differences in personality», PLoS ONE 2012;
7(1):e29265.doi: 10. 1371/journal.pone.0029265.
260 Somos felices, naturalmente

El modelo de la subordinación se caracteriza por la desigualdad

entre varón y mujer. Se entiende que el sexo biológico determina el Tema 8
género, es decir, las funciones o roles que la persona debe desem- Algunas notas sobre la homosexualidad
peñar en la sociedad. Por ello, este modelo, también denominado
patriarcal, cae en un determinismo biologicista.
El segundo modelo, el igualitarista, ha contribuido positiva-
mente a la superación de la discriminación de la mujer a lo largo de
la historia. Sin embargo, su característica fundamental es la nega-
ción de cualquier diferencia entre varón y mujer. En sus formula-
ciones más radicales separa el sexo biológico del género, cayendo en
un reduccionismo culturalista. La persona se entiende, solamente,
como un producto cultural. En este contexto se sitúa la denomina-
da «ideología de género».
El tercer modelo, el de la reciprocidad y corresponsabilidad, in- 1. INTRODUCCIÓN
tenta hacer compatible la igualdad y la diferencia entre varón y mu-
jer. Por una parte, es evidente su igualdad en dignidad y derechos.
La homosexualidad no es un fenómeno nuevo, como atesti-
Por otra, son manifiestas las diferencias a nivel genético, hormonal
gua la historia de diversas épocas y culturas l. Su aparente mayor
e incluso psicológico, que les hacen iguales y distintos en todos los
frecuencia en la actualidad parece depender, en cierta medida, de
niveles físicos y psíquicos, en el modo de ver la realidad y de solucio-
circunstancias del entorno y del rnomenro".
nar los problemas. La experiencia muestra que cuando actúan com-
De acuerdo con las diferentes normas morales y culturales la
plementariamente masculinidad y feminidad se consigue una gran
sociedad mantiene diferentes posturas frente a la homosexualidad,
fecundidad y riqueza, tanto en la familia como en el ámbito laboral.
calificándola como «delito», «pecado», «enfermedad», «condición»,
En definitiva, una profundización antropológica en la digni-
«opción», «forma alternativa de comportamiento sexual», etc. Para
dad humana y sus consiguientes derechos fundamentales no puede
unos, se trata de una irregularidad de la personalidad, un trastorno
alcanzarse solo teniendo en cuenta los datos de las ciencias empí-
mental; mientras que para otros no es más que una opción adop-
ricas y humanas. Se precisa una superación de los reduccionismos
biologicistas y culturalistas para entender al ser humano desde su
radical unidad entre cuerpo y espíritu, naturaleza y cultura, biolo- 1. Cfr. M. FAGGIONI,«Acritud y práctica de la Iglesia en la época medieval
gía y libertad 45. y moderna sobre la homosexualidad», en L. MELINA,S. BELARDINELLI (eds.),
Amar en la diferencia. Las formas de la sexualidad y elpensamiento católico, BAC,
Madrid 2013, pp. 189-233.
2. En realidad no es que haya aumentado su frecuencia, sino que es más
45. Cfr. Á. APARISIMlRALLES(coord.), «Persona y género: ideología y rea-
visible. Además, se tratan como normales conductas patológicas y se tratan
lidad», en Persona y género, o. C., pp. 19-36; 467-469.
como patológicas conductas que no son elegidas.
Serie: Familia JOSÉ MARÍA PARDO SÁENZ ..

SOMOS FELICES,
NATURALMENTE
CUESTIONES
DE SEXUALIDAD Y FAMILIA

eUNSA
EDICIONES UNIVERSIDAD DE NAVARRA, S.A.
PAMPLONA
o ro 10tg
Primera edición: Abril 2014

© 2014. José María Pardo Sáenz

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ta de los titulares del Copyright. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de
delito contra la propiedad intelectual (Artículos 270 y ss. del Código Penal).
y bien que he aprendido de ellos

Tratamiento:
IToM. 31014 Pamplona

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