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ACTO I

Escena I
Los narradores están parados delante del telón cerrado.

NARRADOR 1 (Parado delante del telón, saluda amablemente al público, presenta al


cuerpo de narradores y luego comienza su parlamento)
Dios le anunció a María que quería que fuera la madre de Jesús, y ella aceptó la
propuesta de todo corazón. Sabía que era pequeña, pero con la ayuda de Dios
sabía también que lo podría todo. Fue valiente en aceptar esa responsabilidad
tan grande con todo lo que implicaba tal decisión para el resto de su vida.

NARRADOR 2 (Parado delante del telón junto a sus otros compañeros)


Hace ya más de dos mil años, Dios se hizo humano en el vientre de María, se hizo
uno más de nosotros; se convirtió en compañero nuestro, en nuestro amigo.
A este hecho tan importante en la historia humana se le llama la “ENCARNACIÓN
DE DIOS”. Encarnación es una palaba que viene de “CARNE” y significa “HACERSE
O CONVERTIRSE EN CARNE”.

NARRADOR 3 (Parado delante del telón igual que los demás narradores)
Dios, siendo Dios, se humilló a sí mismo haciéndose un humano y eso lo hizo por
amor a nosotros. Este gran misterio de la encarnación de Dios es el misterio central
de la fe cristiana, nunca acabaremos de entenderlo del todo, precisamente
porque es consecuencia del amor de Dios, que es algo que nunca terminaremos
de comprender en nuestra vida.

Los narradores se retiran y se abre el telón. La escena se desarrolla en el cielo, se sugiere


una escenografía con mucha luz y tonos blancos.

DIOS (Solo se escucha la voz mientras la escena está bien iluminada)


Gabriel, Gabriel.

ÁNGEL (Arrodillándose con expresión de felicidad)


Aquí estoy mi Señor.

DIOS
Gabriel, escúchame bien lo que te voy a decir, necesito que vayas a una ciudad
de Galilea, a Nazaret, allí vive una joven virgen que está comprometida con José,
él es un buen hombre de la familia de David. Ella se llama María, dile que ante mis
ojos ha sido encontrada llena de gracia y la he elegido para que sea madre de mi
Hijo, quiero que le ponga por nombre Jesús. Que no tenga miedo de cómo va a
suceder, el Espíritu Santo la va a asistir en todo. Ese Hijo será grande y Él me dará a
conocer ante el mundo. Ve en seguida Gabriel, no tardes más.

ÁNGEL (Levantándose con actitud de victoria)


Enseguida lo haré mi Señor. Así como lo has ordenado, así lo cumpliré.

El escenario va quedando a oscuras.

Escena II
El escenario se ilumina de nuevo y en esta oportunidad la escena se desarrolla en la cocina
de la casa de María, donde esta se encuentra concentrada en los oficios domésticos.

ÁNGEL (Saludando con entusiasmo a María)


¡María!...

María reacciona muy asustada pero no dice nada.

ÁNGEL
¡Alégrate María, pues para Dios eres una mujer llena de gracia! ¡El Señor está
contigo!

María, muy asustada se sorprende al oír estas palabras y le pregunta:

MARÍA
¿Quién eres tú?... ¿Qué significa todo esto?… ¿y este saludo…?

ÁNGEL (Tratando de tranquilizarla)


No temas, María, porque has encontrado el favor de Dios. Concebirás en tu vientre
y darás a luz un hijo, al que pondrás el nombre de Jesús. Él será grande sobre todos
y justamente será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su
antepasado David; gobernará por siempre al pueblo de Jacob y su reinado no
terminará jamás.
MARÍA (Sorprendida sin casi poder creer lo que oye)
¿Cómo puede ser eso, si yo no convivo con ningún hombre?

ÁNGEL
El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra;
por eso tu hijo será santo y con toda razón lo llamarán Hijo de Dios. Para que creas
que en verdad Dios es el que hará esta maravilla te digo que también tu parienta
Isabel, a pesar de ser ya anciana, está esperando un hijo en su vejez, y aunque no
podía tener familia, se encuentra ya en el sexto mes del embarazo. Porque para
Dios, nada es imposible.

MARÍA (Arrodillándose y ya tranquila)


Yo soy la servidora del Señor, hágase en mí todo tal como has dicho.
El Ángel se retira y María queda sola y con actitud de reflexión maravillada ante lo que le
ha ocurrido.
El telón poco a poco va cerrándose mientras se oye algún tipo de música apropiada para
la escena, preferiblemente instrumental.

ACTO II
Escena I
Inicia al igual que el primer acto con los narradores interactuando ante el telón cerrado.

NARRADOR 1
A María la pintan como una mujer rica, con trajes espectaculares, tipo
extranjera. Pero ella era una mujer sencilla, del pueblo. No vestía joyas, ni ropas
costosas, ni coronas. Dios escogió por madre de su Hijo a una joven de un pueblito
del interior de la nación hebrea; de Nazaret específicamente. No era una chica
ingenua y despistada, al contrario, ella conocía muy bien a Dios y se conocía muy
bien a sí misma y sabía reconocer, con humildad, las grandes cosas que Dios
estaba haciendo en ella.

NARRADOR 2
Fue una mujer normal como todas las mujeres, natural, pero con un corazón
maravilloso, lleno de Dios y de un espíritu de servicio; por eso, después de quedar
embarazada, no se preocupó sólo de sí misma, fue a servir a una anciana prima
suya, Isabel, que también estaba esperando familia; Isabel y su esposo Zacarías
vivían en una ciudad que estaba ubicada en las colinas de Judá, y el niño que iban
a tener era nada más y nada menos que Juan, conocido después como Juan el
Bautista, primo de Jesús.

La escena se desarrolla en la casa de Isabel


MARÍA (Entrando feliz a la casa de Isabel, deja su equipaje en el piso y abre los brazos
para abrazar a su prima)
¡Querida prima! ¿Cómo estás? Supe que estás esperando un bebé y he venido
para acompañarte en este tiempo delicado de tu embarazo.

ISABEL (Sorprendida se lleva las manos a su vientre haciendo ver que el niño dentro de
ella se ha movido y luego feliz abraza a su prima)
¡María!... ¡María!... ¡Bendita eres tú entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu
vientre! ¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor? Apenas
llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de alegría en mis entrañas. ¡Dichosa tú
María, por haber creído que se cumplirían las promesas del Señor!

MARÍA (Llena de gran fuerza y entusiasmo)


Proclama mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador.
Porque se fijó en su humilde esclava, y desde ahora todas las generaciones me
dirán que soy la mujer más feliz. El Todopoderoso ha hecho grandes cosas por mí,
¡Santo es su Nombre! Él muestra su misericordia siglo tras siglo a todos aquellos que
viven en su presencia. Dio un duro golpe con todo su poder y deshizo a los soberbios
con todo y sus planes, derribó a los poderosos de sus tronos y exaltó a los humildes.
Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías.
Socorrió a Israel, su siervo, se acordó de su misericordia como lo había prometido a
nuestros padres, a Abraham y a sus descendientes para siempre.

Las dos primas se abrazan felices mientras el telón se cierra lentamente y aparece el
narrador caminando delante del mismo hasta llegar al centro desde donde dice su
parlamento.

NARRADOR 1
María se quedó unos tres meses con Isabel, y después volvió a su casa en Nazaret.

El narrador se retira mientras el telón termina de cerrarse.

ACTO III
Escena I
Con el telón cerrado, los narradores se paran de frente al público delante del telón.

NARRADOR 1
En aquella época, como era costumbre, María, como todas las chicas de
entonces, primero se comprometió y más tarde, se casó. Su prometido fue un joven
de su pueblo llamado José, de oficio carpintero, un hombre que por su profesión
era fuerte pero sencillo y humilde, lleno de sabiduría, y muy devoto a Dios pues era
descendiente de una familia muy antigua e importante en Israel, nada más y nada
menos que de la familia del rey David. ¡Así que María y José eran la pareja perfecta!

NARRADOR 2
Pero… Cuando apenas estaban comprometidos oficialmente a contraer
matrimonio, antes de haber vivido juntos, María había quedado embarazada por
obra del Espíritu Santo.
Esto pues, era un grave problema y es que, según las leyes judías de ese tiempo,
una mujer comprometida que quedara embarazada antes del matrimonio le
podía ocurrir una de dos cosas: la primera, si el embarazo era del prometido, se les
amonestaba a ambos muy fuertemente y se aceleraba la fecha de la boda; el
varón podía renunciar a casarse dándole una carta de divorcio a la mujer o podía
casarse quedando los dos como una pareja de pecadores ante toda la sociedad
y la consecuente vergüenza pública.

NARRADOR 3
La segunda cosa que pasaría es que, si el embarazo no era del prometido, la mujer
debía ser asesinada a pedradas en la plaza pública por todos los varones del
pueblo.
La solución a este conflicto no sería nada fácil, ambos debían conversar, con
mucha oración y entendimiento, con mucho respeto y amor y encontrar la salida
más acertada.

La escena se desarrolla en el dormitorio de José

JOSÉ: (Angustiado y entre sollozos)


¿Cómo es posible que María me haya engañado? ¿Cómo hago para salir de esta?
¡Tengo que hacer algo para que no la maten! Sé que el niño no es mío, pero si la
delato la asesinarán y por otro lado no puedo casarme con ella sabiendo que el
bebé es de otro… no estoy muy seguro de lo que me ha contado sobre el ángel y
el Espíritu Santo… eso es muy difícil de creer, aunque sé que ella no es loca y
tampoco es mentirosa… ¡Dios mío!… ¿Qué haré?... ¡Ilumíname!... ¡Ya sé!... la voy a
abandonar en secreto. Voy a darle carta de disolución de nuestro compromiso, así
pensarán que yo la embaracé, pero la abandoné, no me importa que piensen lo
peor de mí, ni que digan que soy un mal hombre por hacerle algo así, lo importante
para mí es salvarle la vida.

José muy angustiado y triste se va quedando dormido mientras ora y en sueños se le


aparece el ángel.

ÁNGEL (Entrando y parándose al lado del lecho donde José está dormido)
José, tú eres un descendiente de David, no tengas miedo de llevarte a María a tu
casa como esposa; si bien está esperando un hijo, no es porque te ha engañado,
sino que es obra del Espíritu Santo, tú eres el elegido por Dios para criar al niño y el
que pondrás el nombre al hijo que ella dará a luz, lo llamarás Jesús, porque él
salvará a su pueblo de sus pecados. Él será el más grande de los hombres.
El ángel al terminar de dar el mensaje a José, se retira del dormitorio dejando a José
dormido en su lecho.
Entra el narrador caminando al tiempo que el escenario va quedando a oscuras y queda
parado delante de este.

NARRADOR 1
Cuando José se despertó, hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado y tomó
consigo a su esposa. Por todas sus características personales José era el hombre
ideal para cuidar de María y educar al Hijo de Dios, tanto así que Dios le da a José
la instrucción de que sea él el que le ponga el nombre al niño al nacer, cosa que
en ese tiempo era señal de autoridad familiar y poder legal.

El narrador de retira y se va iluminando el escenario nuevamente al paso del narrador en


su retirada.

Escena II
Se desarrolla en la casa de María

JOSÉ: (Llegando a la casa de María y abrazándola)


María, ven, siéntate, tengo que pedirte perdón porque he dudado de ti, pensé que
me habías engañado y no sabía qué hacer, pero ahora no dudo que el Señor
actuó en ti, y estoy decidido a colaborar con la obra del Señor.

MARÍA: (Llena de felicidad)


¡Ay José!... ¡Gracias! ¡Muchas gracias por comprender y creer! ¡Te amo tanto!

Ambos se abrazan y el telón comienza a cerrarse metras suena de nuevo un fondo musical
apropiado para la escena que acaba de finalizar.

ACTO IV
Escena I
Los narradores se ubican de nuevo delante del telón cerrado. Una vez posicionados,
empiezan su narración.

NARRADOR 1
Jesús no se presentó en la historia como un gran potentado, que desde las alturas
de su poder le ordena a todo el mundo lo que tiene que hacer como el emperador
romano del tiempo en el que él nació. Él bajó al barro de la vida, se hizo pequeño
y conoció en carne propia lo que es el sufrimiento humano.
Su padre, un carpintero, su madre una sencilla mujer campesina, así que Jesús, hijo
de gente común y de limitados recursos como la inmensa mayoría de esa época,
desde su nacimiento conoce las privaciones de los pobres.

NARRADOR 2
Jesús no tiene donde nacer.
Su familia no encuentra a nadie que los reciba en su casa, ni tampoco hay un
espacio para ellos en la posada pública; pero el amor le hizo compartir el
nacimiento de los más pobres de este mundo. Jesús nació en la última miseria: en
un establo, es decir, un corral de animales y por si acaso no sabes lo que es un
pesebre, es el recipiente donde le ponen la comida al ganado, esa fue su cuna.

NARRADOR 3
Una cuna con un montón de heno. Esa fe su condición al nacer.
Jesús, desde el inicio mismo de su vida empieza a sentir en carne propia el
desprecio que la sociedad siente por los pobres, el fruto amargo del egoísmo
humano.
Parece difícil entender por qué siendo Él el Rey de Gloria, se antojó en nacer en
esas condiciones, y es que Él quiso que supiéramos que es un Dios que está cercano
en todo momento a nosotros, tomó nuestra miseria para que sepamos que nos
comprende y quiere ayudarnos.

En Roma, en el palacio del Emperador.

EMPERADOR AUGUSTO (Con tono autoritario)


¡General!

GENERAL (Con voz fuerte y firme)


¡Ave César!

EMPERADOR AUGUSTO
Me ha parecido necesario saber cuántos súbditos hay en nuestro imperio, cuántas
ciudades dominamos, cuántas naciones están a mis pies y hasta donde llegan sus
riquezas y valor. ¡Quiero saber hasta dónde se extiende el poder de Roma, cuán
grandes somos, cuántas almas están en mis manos!

GENERAL
¡Tu imperio es para siempre oh César y tu poder es eterno!

EMPERADOR AUGUSTO
¡Que se realice de inmediato un censo en todo el imperio! Todos tienen que ser
registrados en su ciudad natal.

GENERAL
¡Se hará como su excelencia lo desea y de inmediato! ¡Ave César!
El emperador sale y los guardias se retiran haciéndole escolta.
El escenario queda a oscuras al salir todos.

Escena II
Se ilumina de nuevo el escenario y en esta oportunidad la escena se desarrolla en Nazaret,
en la casa de José y María.

JOSÉ (Hablando mientras corta un pedazo de pan y se lo come)


María, tenemos que ir a Belén para censarnos.

MARÍA (Manifestando en su voz algo de preocupación y sirviéndole un vaso de agua a


José)
¿Justo ahora, que ya estoy por dar a luz? ¿Por qué a Belén?

JOSÉ (Mientras come del pan o toma del vaso)


La orden que hay de parte del emperador Augusto César es que todo el mundo
debe viajar a la ciudad donde nació para censarse allí.

MARÍA (Molesta)
¡Que arrogante y caprichoso!... ¿Qué hay de la gente que se ha ido a vivir a otras
naciones? ¿Tienen que hacer el largo viaje y regresar? ¿Qué de los que están
enfermos? ¿Qué de los que como yo tienen alguna dificultad para viajar?

JOSÉ (Dándole la razón a su esposa y al mismo tiempo animándola)


Así es María, estamos en manos de un hombre cruel y maniático, Belén Queda a
más de cien kilómetros de aquí de Nazaret donde vivimos, (Se acerca a ella y la
abraza) pero no nos preocupemos, porque Dios estará con nosotros. Preparemos
todo para el viaje.

El escenario va quedando a oscuras.

Escena III
El escenario se va iluminando poco a poco mieras aparece el narrador quien se ubica en
medio del mismo. Se desarrolla en Belén, donde José y María buscan un lugar donde pasar
la noche.

NARRADOR 1
José y María emprenden el largo viaje desde Nazaret hasta Belén acompañados
por una multitud de personas que debían hacer lo mismo que ellos: ir a censarse en
su ciudad natal. Es así como al final del viaje, los dos esposos se encuentran en
Belén.
El narrador se retira del escenario.

MARÍA (Entra acompañada y sostenida por José caminando lentamente y hablando con
voz angustiada y adolorida)
¡José! ¡José! creo que estoy por dar a luz, busquemos pronto un lugar para
hospedarnos.

José y María se acercan a varias personas para saludar y pedir ayuda, pero sin ningún
resultado.

JOSÉ (Después de hablar con varias personas que le decían que no podían ayudarle, se
acerca a uno de los hombres que estaban ahí en el pueblo)
Buen día, Señor, ¿Tendrá alojamiento para mí y mi esposa que está por dar a luz?

HOMBRE DEL PUEBLO


No, Señor, lo lamento mucho, pero no tengo…

JOSÉ (Desesperado, acercándose a María preocupado por el estado de sus esposa)


María, no tenemos suerte, no hay lugar en ningún lado, ¿Qué vamos a hacer?

MARÍA
José, no te desesperes. Sigamos buscando por otro lado, seguro que vamos a
encontrar algo…

Finalmente se acercan a la posada y hablan con el posadero.

JOSÉ (Angustiado, pero con voz pausada)


Buen día, Señor, mi esposa y yo hemos buscado alojamiento en todo Belén y no
hemos encontrado nada, mi esposa está por dar a luz y estamos en la
calle. ¿Usted no tendrá un lugar para nosotros?

POSADERO
No tengo lugar, Señor, no queda ni una habitación. Pero… Mmm… si no se
ofenden, sólo les puedo ofrecer un lugar no muy cómodo. No sé si les gustará.

JOSÉ (Con decisión y firmeza)


No importa, Señor, lo que sea, lo que tenga para nosotros se lo vamos a agradecer.

POSADERO
Pero no es muy cómodo. Es una cueva donde están los animales, un establo,
pero…es un lugar calentito y está limpio, si no les importa pueden ir allí.

JOSÉ Y MARÍA (Agradecidos)


Muchas gracias señor. Que el Señor nuestro Dios le bendiga por esto.
José y María caminan tras el posadero muy lentamente a causa de los dolores de María
y así salen de la escena. El telón se cierra mientras va sonando alguna música de fondo
apropiada para la ocasión.

ACTO V
Escena I
El telón cerrado y los narradores se ubican delante de él.

NARRADOR 1
Cuando Jesús nació, ese gran acontecimiento fue anunciado en primer lugar a
unos pastores. Sí, gente muy sencilla y trabajadora que estaban en los campos de
Belén cuidando a las ovejas en la noche como era su costumbre en esa época del
año. El oficio de pastor era un oficio con el que la gente se sentía muy conectada
porque en las escrituras sagradas hebreas Dios se presentaba a sí mismo como un
pastor, el pastor que cuidaba a su pueblo Israel. Los más importantes hombres de
la historia judía habían sido pastores, Abraham, Moisés, David; así que un pastor
inspiraba la sensación de espiritualidad, de gente que vivía en sintonía con Dios.

NARRADOR 2
Pues bien, la gran noticia de la historia, que es el nacimiento del Redentor, no se
comunicó en primer lugar a los ricos y poderosos, a las autoridades, ni a los
sacerdotes, ni a la gente estudiada, sino a unos sencillos pastores de ovejas, de
modo que los pastores son los representantes de todos los humildes de corazón y
de aquellos que buscan a Dios, los que quieren conocer su voluntad y cumplirla,
Dios lo hizo así para enseñarle a la humanidad con qué clase de personas él quiere
tratar.

NARRADOR 3
Los pastores al ver aquella aparición celestial se aterran, pero el ángel les tranquiliza
y les da instrucciones para encontrar al Mesías. El Hijo de Dios no vino al mundo con
señales de poder ni grandeza humana, el que destronará a los poderosos, vino
como un niñito indefenso.

Se abre el telón y la escena se desarrolla en el campo. Los pastores están durmiendo y al


aparecer el ángel se aterrorizan.

ÁNGEL
No tengan miedo, pues yo vengo a comunicarles una buena noticia, que será
motivo de mucha alegría para todo el pueblo. Hoy, en Belén, que es la ciudad de
David, ha nacido para ustedes un Salvador, que es el Mesías y el Señor. Presten
atención para que sepan cómo lo reconocerán: hallarán a un niño recién nacido,
envuelto en pañales y acostado en un pesebre.

El ángel se retira y se empiezan a oír las voces de otros ángeles que cantan: ¡Gloria a
Dios en las alturas, paz en la tierra a los hombres de buena voluntad! Mientras los
pastores sorprendidos y alegres escuchan este canto celestial.

PASTOR 1 (Asombrado y alegre)


¡Esto es algo increíble!

PASTOR 2 (Gritando de la alegría)


¡Somos los más afortunados de toda la tierra!

PASTOR 3 (Con voz conmovida)


¡Realmente somos bendecidos pues es a nosotros a quien Dios ha anunciado este
hecho tan maravilloso!

PASTOR 4 (Alzando sus manos al cielo)


¡Gracias a Dios que se ha acordado de nosotros y nos ha enviado al Salvador!

PASTOR 5 (Poniéndose en marcha)


¿Qué hacen ahí inmóviles? ¡Vayamos hasta Belén, y veamos lo que ha sucedido!
¡Veamos esto que el Señor nos ha dado a conocer!

Se va oscureciendo el escenario mientras los pastores van saliendo

Escena II
Se ilumina el escenario y la escena se desarrolla en el establo donde están José, María y
el niño. Los pastores llegaron y hallaron todo como el ángel se los indicó. Se van acercando
lentamente como no creyendo aun lo que ha sucedido y también con cierto temor.

JOSÉ (Ayudándoles a acercarse)


¿Qué buscan hermanos?

PASTOR 1 (Dirigiéndose a José con voz entrecortada)


Un ángel se nos apareció y nos contó de este gran acontecimiento que es el
nacimiento de su niño.

PASTOR 2 (Al borde de las lágrimas)


¡Su niño es el Mesías que Israel ha esperado por tantos siglos!
PASTOR 3 (Emocionado)
Nosotros sin perder tiempo hemos venido a conocerlo.

PASTOR 4 (Suplicando)
Señor, por favor, permítanos adorarlo.

José les permite acercarse y los pastores se arrodillan y le rinden adoración al Mesías.

PASTOR 5 (Alzando las manos al cielo y con mucha alegría en su voz)


¡Gracias Dios de Abraham, Isaac y Jacob! ¡Gracias por acordarte de tu pueblo
Israel y darnos a nosotros el privilegio de ver cumplida tu promesa!

El telón se va cerrando mientras todos permanecen adorando al Mesías. Al fondo se oye


alguna música apropiada para la escena que acaba de culminar.

ACTO VI
Escena I
Los narradores se ubican delante del telón cerrado. Habiendo ocupado sus posiciones dan
inicio a su narración.

NARRADOR 1
El pasaje de los “REYES MAGOS” es uno de los más populares en nuestro ambiente
cristiano. Vamos hoy a reflexionar sobre ellos, prestando especial atención a lo que
dice la narración del Evangelio y a lo que no dice.
En primer lugar, tenemos que darnos cuenta de que el pasaje bíblico no dice nada
de que fueran “REYES” y tampoco especifica que eran tres. Sólo habla de unos
“MAGOS DE ORIENTE”. Se trata de astrónomos, hombres cultos que estudiaban el
movimiento de las estrellas y conocían la historia y los relatos religiosos y proféticos
de los pueblos, de modo que en cierta forma tenían un conocimiento bastante
claro del destino del mundo.

NARRADOR 2
Además, muy probablemente eran más de tres, posiblemente un gran número de
miembros de un colegio de sabios, pues en aquellos tiempos, por motivos de
seguridad, los viajes largos se hacían organizándose en grandes caravanas que
mientras más nutridas eran, más tranquilas y exitosas resultaban.
Al especificar que vienen de oriente se quiere destacar el hecho de que son
extranjeros y por consiguiente unos paganos.
En la narración bíblica se presenta al rey Herodes, quien sí era judío y supuesto
creyente en Dios, en contraposición a los Magos que no conocían directamente a
Dios; los habitantes de Jerusalén, no se dan cuenta del nacimiento de su Salvador,
pero los paganos sí; la gente de Herodes se asustó del anuncio del nacimiento de
Jesús, pero los magos, que eran extranjeros, se alegran.

NARRADOR 3
Herodes es un hipócrita malvado y al saber del cumplimiento de la profecía del
nacimiento del Mesías teme ser destronado y manda a matar a todos los niños de
Belén que fueran menores de dos años, lo que indica que esta era la edad
aproximada de Jesús al llegar los magos a buscarlo.
Los sabios de oriente representan a todos los hombres que son capaces de
reconocer y darse cuenta de la acción de Dios en la historia, vienen a aceptar a
Jesús como Rey Universal.
Los regalos que le ofrecen, según las costumbres de entonces, incienso, oro y mirra,
simbolizan sometimiento y alianza.

La escena se desarrolla en una calle del pueblo de Belén, un área similar a un mercado.
Hay personas yendo y viniendo en sus faenas propias de un día de trabajo. Los magos y
sus siervos entran por el medio de la sala caminando hacia el escenario mientras suena
una música de fondo que sirva para el momento.

MAGO 1 (Alzando la voz llamando la atención de la gente del pueblo)


¡Por favor óigannos, tenemos algo importante que preguntarles!

HOMBRE DEL PUEBLO 1


Evidentemente ustedes no son de aquí. ¿De dónde vienen?

MAGO 2
Venimos de muy lejos, del oriente, hemos atravesado desiertos y ciudades para
llegar hasta aquí con la intención de encontrar al más grande de todos los
hombres.

MUJER DEL PUEBLO 1 (Con sarcasmo)


¡Para eso entonces debieron llegar hasta Roma y conocer al emperador Augusto
César!

La gente del pueblo se ríe por las palabras de la mujer.

MAGO 3 (Calmando a la gente y pidiéndoles su atención)


No, con todo respeto señora, pero a quien buscamos se encuentra aquí, en su
tierra.

HOMBRE DEL PUEBLO 2 (Con seria curiosidad en su voz)


¿Y de quién se puede tratar? ¿Qué personaje tan importante puede estar aquí en
Belén?

MAGO 4
¡El rey de los judíos! ¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido?
Todo el pueblo se asombra y empiezan a preguntarse entre ellos cómo es posible eso que
este hombre acaba de decir escuchándose un fuerte rumor de asombro.

MUJER DEL PUEBLO 2 (Muy asombrada sin poder creer lo que ha escuchado)
¿Un rey que ha nacido? ¡El único rey judío es Herodes a quien el emperador
Augusto César puso sobre el trono!

MAGO 5
Sabemos que Herodes reina en Judea por voluntad del César, pero buscamos al
rey que ha nacido y sabemos que está aquí porque hemos visto su estrella en el
oriente, la hemos seguido, nos ha traído hasta aquí y hemos venido a adorarlo.

Todos se asombran y de nuevo empiezan a murmurar entre ellos.

HOMBRE DEL PUEBLO 3 (Alzando la voz y llamando la atención de los demás)


¡Señores! Yo sé a quién buscan y sé dónde hallarlo.

Todos quedan pasmados al oír esta afirmación y empiezan a acercarse al hombre


preguntándole por lo que ha dicho.

MAGO 1 (Abriéndose paso entre la gente hasta llegar al hombre mostrando mucho
interés por saber dónde encontrar al niño)
Dinos… ¿Le has visto? ¿Conoces al rey que ha nacido?

MAGO 2 (Con la misma actitud que su compañero)


¿Se encuentra aquí? Dinos por favor. Hemos venido desde muy lejos con la
esperanza de encontrar al Salvador; te rogamos que no nos ocultes su paradero.

HOMBRE DEL PUEBLO 3 (con voz fuerte, clara y llena de alegría)


¡No señores! ¡No les negaré algo tan importante! Dios nos ha enviado al fin lo que
prometió a nuestros antepasados. Mi padre lo vio al nacer, él estuvo allí cuando los
ángeles cantaron sus alabanzas, nos contó todo lo que el ángel les dijo sobre ese
maravilloso niño y… ¡Aquí está el Salvador! vengan, pasen, está con sus padres en
su casa, pasen y vengan a adorarlo.

El hombre conduce a los magos y les indica la puerta de la casa donde se encuentra José
con su familia, se acercan a ella y hablan con José que ha salido a ver lo que sucede.

MAGO 3
¿Es usted el padre del niño?

JOSÉ
Así es, yo soy su padre.

MAGO 4
Óiganos señor. Nosotros somos estudiosos de las profecías y los astros.
Venimos desde lejos buscándolo porque hemos visto su estrella en el oriente que
empezó a brillar cuando el nació, hemos seguido su ruta, su luz nos trajo hasta aquí
y venimos a adorarlo.

JOSÉ
Los entiendo señor. Pueden pasar, aquí está el niño con su madre.

José llama a María y ella viene con el niño. Al salir ellos, todos se admiran y se oye un
murmullo de sorpresa, quedando José, María y el niño en medio del escenario y todos los
demás a su alrededor ordenados como si fueran un cuadro.

MAGO 5 (Con una actitud que evidencia mucha alegría y entusiasmo)


Esperamos que acepten lo que hemos preparado para él, le traemos unos regalos
en señal de adoración porque es un niño destinado a reinar.

MAGO 1 (Acercándose con respeto e inclinándose ante el niño)


Le hemos traído oro, porque es un rey, el Rey de Gloria.

Los sirvientes que vinieron con los sabios se acercan y ponen el oro a los pies del niño Jesús
y sus Padres y se arrodillan quedándose así.

MAGO 2 (Acercándose y levantando las manos al cielo alabando a Dios)


Incienso, porque es Dios, el Dios de toda salvación.

Otros sirvientes se acercan y ponen el incienso a los pies de la familia. Igualmente se


arrodillan y permanecen arrodillados.

MAGO 3 (Acercándose, le da un beso al niño, y luego habla con voz quebrantada y


pausada)
Y mirra, porque será un varón de dolores, experimentado en todo quebranto y
sufrimiento por nuestra causa.

El resto de los sirvientes vienen y ponen la mirra a los pies de la familia. Al instante todos
los presentes se arrodillan y adoran a Jesús, menos José y María. La escena termina de
tal manera que quedan todos estáticos mientras el telón va cerrándose al mismo tiempo
que empieza a sonar la música de fondo.

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