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Se debe comprender que el color es producido por la onda de luz creada sobre el objeto.
Por lo tanto, la iluminación que pones sobre las obras de arte repercute en su apariencia,
esta puede influir en un cambio de tonos a simple vista.
Se recomienda exponer los cuadros en cuartos oscuros (donde el factor lumínico natural
no sea un constante en el deterioro de la obra) con iluminación LED (ya que está no emite
calor ni rayos ultravioleta).
La luz visible está compuesta por fotones (del vocablo griego phos, “luz”), un tipo
de partículas elementales que carecen de masa. Los fotones se comportan de manera
dual: como ondas y como partículas. Esta dualidad dota a la luz de propiedades físicas
singulares.
Características
La luz es una emisión ondulatoria y corpuscular de fotones, es decir, al mismo tiempo se
comporta como si estuviera hecha de ondas y de materia.
Aunque la luz en general (tanto del Sol como la de una lámpara), se vea blanca, contiene
ondas con longitudes de onda que corresponden a cada color del espectro visible.
Fenómenos de la luz
Los fenómenos de la luz son alteraciones que experimenta al someterse a determinados
medios o determinadas condiciones físicas. Muchos de ellos son visibles a diario, incluso si
no sabemos bien cómo operan.
Ya sea para dirigir la mirada a las piezas o resaltar sus formas, la luz es un elemento
esencial para cualquier tipo de exhibición museográfica. Sin embargo, es un hecho que
existe el riesgo de un gradual deterioro de las piezas ya sea por su antigüedad o la
sensibilidad de sus materiales debido a la exposición directa de la luz.
La apariencia visual y el daño son dos criterios a tomar en cuenta, y aunque la iluminación
óptima para la conservación sería la oscuridad total (que minimizaría el daño irreversible
de las obras de arte), sabemos que es poco viable en este tipo de espacios.
Se dice, que una de las razones más importantes del deterioro en las pinturas se debe a
la exposición extendida a la iluminación de los museos. A lo largo del tiempo, las
pinturas expuestas a la luz pueden provocar un deterioro gradual pero permanente. Este
daño gradual es causado debido a la pintura y a los marcos de las pinturas absorbiendo la
luz a lo largo del tiempo, proceso conocido como deterioro fotoquímico.
Pero por desgracia, el modo más destructivo de luz es invisible al ojo humano. Tanto la
energía ultravioleta (UV) o la energía infrarroja (IR) no son visibles al ojo humano
pero sus efectos pueden provocar muchos daños a las obras de arte, Los rayos UV
tienen longitudes de ondas cortas y provocan la destrucción fotoquímica que se manifiesta
a menudo con el desgaste.
Está impuesto que en los museos es en donde mejor y más seguros están situadas las
obras de arte, pero la realidad es que dependiendo de la iluminación que tenga éste, las
obras de arte de pintores como Van Gogh, se verán de una forma muy diferente a su
exposición con luz natural, ya que muchas de las pinturas sufren desgaste y otros
signos de deterioro a lo largo del tiempo.
Se dice, que una de las razones más importantes del deterioro en las pinturas se debe a
la exposición extendida a la iluminación de los museos. A lo largo del tiempo, las
pinturas expuestas a la luz pueden provocar un deterioro gradual pero permanente. Este
daño gradual es causado debido a la pintura y a los marcos de las pinturas absorbiendo la
luz a lo largo del tiempo, proceso conocido como deterioro fotoquímico.
Pero por desgracia, el modo más destructivo de luz es invisible al ojo humano. Tanto la
energía ultravioleta (UV) o la energía infrarroja (IR) no son visibles al ojo humano
pero sus efectos pueden provocar muchos daños a las obras de arte, Los rayos UV
tienen longitudes de ondas cortas y provocan la destrucción fotoquímica que se manifiesta
a menudo con el desgaste.
Los rayos infrarrojos tienen una longitud de onda más larga, haciéndonos una fuente
común de destrucción radiante. El daño típico ocurre a partir del calor radiante
causando un aumento en la temperatura. Esto genera una reacción en la superficie de
un objeto como puede ser rotura, movimiento o cambio de color en la pintura usada para
crear la pieza de arte que vemos expuesta en el museo. El problema es que cualquier luz
visible afecta y causa un importante deterioro fotoquímico.
La humedad del aire es la causa que decolora 'El Grito' de Edvard Munch, uno de los
cuadros más importantes del siglo XX. Esta es la conclusión a la que ha llegado un grupo
de expertos tras analizar micro-muestras de la pintura con ayuda de un sincrotrón, un tipo
de acelerador de partículas.
"Los resultados de este estudio aportaron nuevos conocimientos que pueden llevar a
nuevas prácticas en la estrategia de la conservación", explicó Irina C. A. Sandu, científica
de conservación del Museo de Munch.
3. Como ideal es no tenerlas expuestas a rayos UVA del sol o lámparas fluorescentes,
se recomienda el uso de LED pero con moderación. En caso de ser imposible el no
exponerlas a estos rayos los niveles de estos no deben pasar los 75
micro/vatios/lumen. La cantidad y la calidad de la luz de analizan mediante estos
aparatos:
Luxómetro: es el destinado a la medición de los niveles de radiación visible,
más concretamente la iluminancia. Su unidad de medida se expresa en lux.
Radiómetro: se utiliza para la medición de las radiaciones ultravioletas. Su
unidad de medida es el µwatt por lumen.
Sondas de temperatura: utilizadas en pequeñas dimensiones para medir la
elevación de la temperatura. Su unidad de medida es el C.
Son aparatos que se ponen bajo el foco o dentro del espacio a analizar su iluminación
y en ellos marca la intensidad la cual nos ayudará a controlar la luz y evaluarla para
evitar defectos en las obras de arte.
4. También hay que tener en cuenta que para poder apreciar debidamente los colores de
la obra se debe tener cierto grado de iluminación, está puede ser de 50 luxes, pero en
obras con tonalidades oscuras estos pueden presentar problemas para ser apreciados
correctamente.
5. El correcto equilibrio para graduar la luz es analizar el tiempo de exposición de la obra
en función de cuando se requiera una mayor intensidad de luz sobre esta, por ello
también el incrementar el factor lumínico debe ser únicamente en momentos
imprescindibles y no durante largos periodos.
LED en el arte
Se dice que las bombillas LED son las ideales para ponerlas sobre obras de arte, pero
como todo, estás deben usarse con moderación.
Los pigmentos amarillos usados hace décadas, vistos comúnmente en las obras de
arte, pueden volverse verdes o azules debido a la luz LED por el proceso de oxidación
al ser expuestos constantemente a este tipo de iluminación.