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Debido a la situación económica, por la que atraviesa en la actualidad el país, en varias

empresas se ha disminuido el flujo de efectivo, por lo que ha sido necesario recurrir a la


obtención de financiamiento externo, con el fin de cumplir el proceso productivo.

Así, dependiendo del giro y las necesidades particulares de la empresa, existen distintas fuentes
de financiamiento externas, entre las cuales se encuentran los créditos de habilitación o avío y
refaccionarios, cuyos aspectos principales se presentan a continuación.

Tanto los créditos de habilitación o avío como los refaccionarios se otorgan sobre todo en
zonas rurales en apoyo a campesinos o ganaderos para favorecer su desarrollo y crecimiento,
lo cual permite otorgar mayores fuentes de empleo entre la población, así como lograr mayor
captación de recursos.

En ambos créditos existen dos figuras fundamentales:

1. El acreditado, es la persona física o moral que recibe el crédito y que está obligada a
devolver al acreditante el monto que éste proporcionó, así como a pagarle los intereses y
gastos convenidos; y

2. El acreditante es la institución que otorga al acreditado la suma convenida en el contrato, y


se encarga de vigilar la inversión de éste.

Crédito de habilitación o avío


De acuerdo con el artículo 321 de la Ley General de Títulos y Operaciones de
Crédito (LGTOC) al celebrar un contrato de crédito de habilitación o avío, el acreditado
queda obligado a invertir el importe total del crédito en la adquisición de las materias
primas y materiales, así como en el pago de los jornales, salarios y gastos directos de
explotación indispensables para los fines de su empresa.
Los créditos de habilitación o avío estarán garantizados con las materias primas y
materiales adquiridos, y con los frutos, productos o artefactos que se obtengan con el
crédito, aun cuando éstos sean futuros o pendientes, de acuerdo con el artículo 322 de
la LGTOC.
Cabe destacar que estos créditos tienen como objetivo dotar de los elementos
indispensables para una producción normal a las empresas, por lo que se pueden conceder
para la producción agrícola, la industria o incluso para empresas comerciales ligadas a los
sectores rural y pesquero.

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