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Kristen Ashley - Chaos 01 - Own The Wind-1
Kristen Ashley - Chaos 01 - Own The Wind-1
Tabitha Allen creció en medio del caos (Chaos), el Club de Moteros Chaos,
es decir. Su padre es el líder del Chaos, y el club siempre ha estado a su
espalda. Pero un jinete es diferente desde el principio. Cuando Tabby
estaba corriendo salvajemente, Shy Cage estaba allí. Cuando la tragedia
desgarró su vida por completo, él la ayudó a poner todo en su sitio. Y
ahora, Tabby piensa que eso es mucho más que una simple amistad…
Tabby es todo lo que Shy siempre quiso pero piensa que es todo los que
no puede tener. Ella es hermosa, inteligente y, como la hija de su amigo,
intocable. Shy nunca esperaba más que una amistad, así que cuando
Tabby indica que quiere más, mucho más, se siente como el hombre más
afortunado del mundo. Pero incluso los hombres afortunados pueden
estrellarse y arder…
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Prólogo
Tú no me conoces
—¿Estas ocupado?
—Ya no —respondió.
—Tabby Llamada.
—No, hermano. Recibí una llamada de Tug que recibió una llamada de
Speck. Está fuera, al acecho, como de costumbre. Se encuentra más
cerca de ti que de mí, así que sepárate de esas vaginas y sal de tu
habitación. Sería bueno que fueras a buscarla.
—De acuerdo. Bajo radar, ¿sí? —De nuevo Hop dijo algo que él ya sabía, y
Shy apretó los dientes.
Hacía tres años que habían estado haciendo esta mierda con Tabby. Tres
malditos años. Era un tiempo condenadamente largo, lo sabía, hasta que
no consiguiera una llamada de atención seria, esa chica nunca 5
aprendería.
Eso significaba que había que manejarlo con cuidado. Eso también
significa que cuando llegaran, las palabras estaban fuera de juego y
necesitaban a alguien que atrapara su culo y la llevarla a casa antes de
que ella se meta en problemas, y hacerlo bajo radar. En otras palabras,
sin decírselo a Tack. Y no se lo dirán a Tack porque la primera vez que
sucedió él perdió su mierda, y aún peor, su vieja fue para sacar Tabby de
una mala situación y casi consiguieron que le rompieran la cabeza con un
bate de béisbol.
Nadie quería que se repitiera ese tipo de desastre, por lo que los
hermanos mantenían un ojo en ella y se hacían cargo del negocio sin
involucrar a Tack.
—Bajo el radar —murmuró Shy antes de colgar—. Nos vemos más tarde
—y tocó la pantalla con el pulgar.
Mientras se movía a través del espacio común que vio a Brick, uno de los
miembros del Chaos, de espaldas sobre uno de los sofás. Tenía un pie en
el suelo y estaba muerto para el mundo. También tenía una mujer sobre
él, muerta para el mundo. Ella llevaba una falda de mezclilla corta y Shy
notó que Brick estaba durmiendo con la mano metida bajo el dobladillo,
ahuecada en su culo. También vio que la mujer no llevaba ropa interior.
Salió del Complejo, se acercó a su moto, lanzó una pierna por encima, y
voló pasando los seis bloques hasta su apartamento. Una vez allí, no se
molestó e subir a su casa. Él nunca se molestaba en ir allí.
Todo comenzó con la moto de cross que llegó cuando tenía catorce años, y
nunca se detuvo.
Al segundo en que sus ojos alcanzaron esa bandera, sintió que su vida
tomaba forma.
Nada en su vida hasta ese momento, excepto la primera vez que se montó
en una moto, había hablado con él como esa bandera. No entendió por
qué y no perdió tiempo intentándolo. Acababa de hablar con él. Tan
fuerte, que se metió en el estacionamiento y puso sus botas dirección a la
tienda.
No podía decir que los hermanos recibieran una Tabby Llamada cada
noche, pero estaban lejos de ser poco frecuentes.
Ella estaba estudiando para ser una jodida enfermera mientras su padre
pagando las facturas, por lo que necesitaba calmar su culo.
No era nada nuevo que le gustara ir de fiesta y dar un paseo por el lado
salvaje. Hace tres años, había sido su primera Tabby Llamada, cuando
con dieciséis años y su novio de veintitrés años, había sido grosero
porque ella quería irse. Esa era la situación en la que Cherry casi
consiguió que la golpearan con un bate de béisbol, y sucedió justo en
frente de Shy. Gracias a su rapidez de reflejos no terminaron en desastre.
A Shy le gustaba Cherry, a todo el mundo le gustaba, la mujer era la
mierda; divertida, bonita, atractiva, inteligente, fuerte, y buena para Tack
en todos los sentidos que podía ser.
Si pudieras escoger una vieja perfecta, Tyra "Cherry" Allen sería perfecta.
Ella tenía descaro pero con clase, influía a Tack, pero lo hacía de una
manera que no reventaba sus bolas. Ella era hilarante. Era dulce. Era un
miembro de la familia de moteros mientras que todavía se aferra a la
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mujer a la que siempre fue. Y, Cristo, nunca había visto a un hombre reír
y sonreír tan a menudo como Kane Allen. Tenía una buena vida, y no se le
escapó a ningún miembro del Club que Cherry había logrado eso.
Y él estaba tan enojado, que decidió que iba a ser él quien se la enseñara.
Esta noche.
Era la familia.
Cuando la vio sucedió lo que siempre sucedía. No sabía por qué no había
aprendido, por qué no se detenía. Él siempre esperaba superarlo,
acostumbrarse, pero no lo hacía.
No lo consiguió.
Ella era bonita. Jesús, era bonita. Todo ese pelo grueso y oscuro, ojos
azules como zafiros, su curvilíneo y menudo cuerpo, su piel perfecta color
oro todavía bronceada por el verano. Cualquier tipo, incluso si no se
metía con mujeres con el pelo corto oscuro, podía ver que era bonita.
Era más que eso y él había estado alrededor lo suficiente como para verlo
y con frecuencia. Su rostro era expresivo, ella se apresuró a sonreír y reír.
Estaba animada. Era solo una de esas chicas de las que era bueno estar
alrededor.
Sin embargo, la mayor parte del tiempo, ella tenía bien estado de ánimo,
pero sus buenos estados de ánimo eran del tipo de buen humor que 10
llenaban una habitación. Incluso si tenías un día de mierda, cuando
Tabby Allen entraba en la sala común del Complejo con una sonrisa, algo
de esa mierda desaparecería y el día mejoraría.
Pero ella era la hija de su hermano y esa era la razón número uno para no
ir allí. Además, ella era demasiado joven y demasiado inmadura. Hacía
mierdas estúpidas, como estar con esta gente, con menores de edad
bebiendo cerveza y riendo, en vez de estudiar en casa o salir con chicos de
la universidad. Así que, independientemente de que ella fuera
jodidamente bonita, tuviera un pequeño dulce cuerpo, y pudiera iluminar
una habitación con su estado de ánimo, él nunca iba a ir allí, pero incluso
si pudiera, no lo haría, porque ella era lisa y llanamente problemas.
Sin embargo, cada vez que la veía, que de alguna manera, lo sacudía.
Joder.
Y sandalias Follame que incluso siendo ella demasiado joven e hija de su
hermano, la vista de ellas todavía hizo que la polla de Shy saltara ante el
tacón alto.
Maldita sea.
Hizo caso omiso de esto también y pasó a través de la sala, con los ojos
fijos en ella, determinado.
Ella debió haber sentido que estaba cerca porque volvió la cabeza y miró
hacia arriba. La quemadura no disminuyó en absoluto cuando sus
increíbles ojos azules rodeados de largas pestañas oscuras lo golpearon.
—Shy… —comenzó ella, pero no terminó, sobre todo porque Shy agarró
su cerveza, la dejó a un lado, luego agarró la mano y sacó su culo del sofá.
Lo siguió.
—Cállate.
—Shy, en serio, esos son mis amigos. Todo está bien. Solo un par de 12
cervezas. Unos pocos canutos. No estaba fumando y yo no iba a conducir
así que no…
—Uh, sí, Tab. Son basura. Y tu no. Jesús. —Él negó con la cabeza—. No
te entiendo. Sé que tu madre es una perra, pero en los últimos tres años
has tenido a Cherry en tu vida. No es como si no tuvieras un buen modelo
a seguir. Por qué coño no puedes ser como ella está más allá de mí.
La oyó contener el aliento antes de que contestara.
—Tal vez sea porque yo debería ser como yo soy y, por cierto, Shy, Tyra
también querría que yo fuera como yo soy.
Los miembros del Club llaman a la mujer de Tack, Cherry, pero Tack la
llamaban Red. Sus hijos y todos los demás la llamaban Tyra o Ty-Ty.
—Es tu vida también, ya lo sabes. No hay nada malo con ella. Nunca lo
hubo, nunca lo habrá.
Correcto.
—¿Quieres esa vida —dijo en voz baja—, piensas que eso está bien, nena?
Entonces lo haremos.
Era el momento perfecto porque vio una señal para girar hacia Ride.
—¡Maldita sea! Shy! ¿Qué estás haciendo? —dijo con voz entrecortada.
Jesús. Mierda.
Mierda.
Con suerte, en unos dos segundos, ella estaría mucho más que un poco
asustada. Estaría asustado directamente fuera de esta mierda que seguía
haciendo.
—He visto la forma en que me miras, nena, así que si quieres desnudarte
e ir a por ello, me apunto para eso también. Ellas están dormidas, pero,
en un rato, no cabe duda de que se nos unirán. Suena extremo, pero,
confía en mí, cuando lo pruebes, te gustará.
—Esto es lo que eres o quién vas a ser. Bien podrías dejar de joder por
ahí, nena, e ir a por ello.
Sus ojos se deslizaron hacia un lado y luego a él antes de que ella dijera
en voz baja:
Dolor.
—Si no deseas audiencia, o quieres que solo seamos nosotros dos, puedo
despertar a esas perras —Él hizo un gesto con la cabeza a la cama—, y
decirles que se vayan.
Con un giro violento, apartó la mano de la suya, giró sobre sus pies, y
corrió fuera de la habitación.
—Eres una buena chica, Tabby. No dejes que tu madre te trate como
basura. Sal de ese camino.
Ella no habló, pero Shy imaginó que lo había entendido. Tabby conocía a
BeeBee, todo el mundo lo hacía. BeeBee estaba prohibida por abrir sus
piernas y difundir su talento por de todos los miembros del club después
de que ella estúpidamente enloqueciera por Cherry. Pero incluso cuando
se fue, no quedó en el olvido. En aquel entonces, Tabby era demasiado
joven para conocer a BeeBee realmente, aparte de ver la forma en que
BeeBee ligaba y abría las piernas. Pero no había forma de olvidad su
utilidad para el Club, incluso para un adolescente.
Su cuerpo se convirtió en una roca sólida ante la evidencia del dolor que
le causó con su lección. Merecido, lo sabía, pero aún le dolía presenciarlo.
Así que cuando ella se inclinó, él no se apartó.
Incluso con estas palabras, ella levantó las manos, las puso a cada lado
de su cabeza y se inclinó más cerca. Al presionar los labios contra los de
él, esa dulce lengua, rosa de ella se deslizó entre sus labios para tocar la
punta de su lengua antes de que lo dejara ir tan rápido como lo había
agarrado. Saltó de la cabina y corrió sin problemas sobre sus sandalias
de tacón alto hacia la cubierta lateral y entrando en la casa.
***
Shy llegó a Fortnum por una razón, y no era para comprar libros usados.
Era porque tenían una mesa de café y una zona de estar en la parte
delantera de la tienda, y todo el mundo en Denver sabía que el hombre
llamado Tex que trabajaba en la máquina de café era un maestro. A Shy
le gustaba la cerveza, bourbon, y el vodka, el tequila de vez en cuando, a
veces Pepsi, pero dada la forma en la que vivía sus noches, sus mañanas
siempre incluían un montón de café.
Los ojos de Tex se acercaron a él mientras se movía a través de las mesas
y sillones esparcidos frente al mostrador de café expreso y gritaba:
No la había visto desde aquella noche en que le dio esa lección y la llevó a
casa. Ella no se encontraba regularmente en Ride o en el recinto, pero
estaba cerca. Era cercana a Cherry; iban mucho de compras, y Tabby se
encontraba con Cherry allí cuando iban. A veces, ella estudiaba en la
oficina mientras Cherry trabajaba. Era amiga de algunos de los chicos,
particularmente los lugartenientes de Tack: Dog y Brick, y Big Petey, uno 19
de los miembros fundadores que se tomaba un descanso del club durante
unos años para ir estar con su hija mientras ella luchaba contra el
cáncer. Regresó cuando perdió esa pelea y Tab, siendo Tab, curó ese
dolor. Así que no era algo inaudito verla charlando incoherencias con Pete
frente al mostrador dentro de la tienda de coches, burlándose de él por su
Harley Trike en el patio delantero o sentada con él y hablando sobre una
de las mesas de picnic fuera del recinto.
Luego, durante cinco meses, ella había desaparecido. Sin una señal por
su parte. Shy no se encontraba en Chaos cada minuto de su día, pero
cuando él lo estaba, ella no estaba allí.
Shy pensó, allí estaba. Había llamado su atención. Ella había aprendido
su lección. Centrándose en lo que importaba. Tomando la oportunidad
que su padre le ofrecía para tener una buena vida, controlando ese lado
salvaje y eliminando la basura de su vida.
Sus ojos lo golpearon y vio algo que lo hizo incomodarse antes de que ella
lo escondiera. Su rostro se quedó en blanco, y sus ojos se deslizaron a
través de la habitación antes de volver a él.
—¿Estudias?
Su mirada se dirigió a sus libros como si nunca los hubiera visto antes,
volvió a él y respondió:
—¿Qué? —preguntó.
Ella miró hacia abajo a sus libros, giró su lápiz entre sus dedos y tocó su
bloc con el extremo del borrador antes de repetir.
Esa dulce lengua rosada salió para tocar su labio superior, el ardor en su
pecho se magnificó antes de que su lengua desapareciera y ella
respondiera:
—No, solo busco lugares donde pueda estudiar con tranquilidad. Se pone
un poco loco en casa.
Ella tenía dos nuevos hermanos: Rider, que acaba de cumplir tres, y
Cutter, que tenía uno, lo que significaba que su casa no era un lugar
donde pudiera tener tranquilidad. 21
—Sí, son niños pequeños pero también Allens, por lo que las cosas
pueden volverse escandalosas —murmuró.
Fue lo que dijo, el murmullo, y el hablar sobre su hombro lo que hizo que
Shy rodeara la mesa, levantara una mano, y le apartara el pelo de su
cara.
Su cabeza se echó hacia atrás mientras sus ojos se disparaban hacia él.
—Veo que entendiste lo que dije, pero sería genial saber que estamos
bien.
Joder.
Él la dejó ir y reiteró:
Él alzó la barbilla.
Shy salió de Fortnum sintiendo ese ardor familiar. Excepto que no estaba
en sus entrañas esta vez.
***
Tabby estaba en Chaos por primera vez en casi un año. Ella salía de la
oficina y se dirigía hacia las escaleras, la mano de Rider en la suya
sujetándose mientras él luchaba por conseguir que sus pequeñas piernas
alcanzaran las escaleras. Tenía a Cut en su cadera, y Shy podía ver que
Cut golpeaba su pequeño puño en la mejilla de ella mientras caminaba.
Ella llegó a salvo a la parte inferior de las escaleras, pero se detuvo, y Shy
observó mientras ella giraba la cabeza, se inclinaba, y metía el puño de
Cut en su boca. 23
Él chilló. Tabby dejó su pequeño puño ir, y su risa musical se disparó a
través del patio delantero y lo golpeó directamente en el estómago tan
fuerte que era un puto milagro que no gruñera.
Entonces sucedió.
A través de él.
Jesús.
Joder.
Jesús.
Llevó a los niños a su coche y los colocó en los asientos traseros, y Shy
siguió mirando, con el estómago apretado, ese ardor abrasador en su
corazón.
Ella tenía un gran coche. Su padre se lo dio cuando tenía dieciséis, y ella
lo cuidaba como si fuera uno de sus hermanos pequeños. Su pintura azul
eléctrica brillaba, limpia y prístina, bajo el sol de agosto.
Bonito coche pero Tabby, que llevaba un de holgado y florido vestido que
llegaba a sus pies con tanto material de mierda que no podrías adivinar lo
que había debajo de este, no parecía pertenecer a ese coche. El vestido se
salvaba por ser sin tirantes, la parte superior era esencialmente un tubo
elástico que cubría la cima de sus pechos, pero aún así.
Pete tenía un hijo, pero su hija estaba ahora bajo tierra. Cuando regresó
después de su funeral, estaba hecho añicos. El hombre no era joven, pero
después de haber perdido a su hija y volver a la hermandad, se veía
mucho más viejo.
Tab hizo eso. Lo trajo de vuelta. Juntó esas piezas y le dio a Pete algo por
lo cual sonreír.
Petey arrancó y él, Tab, Rider, y Cut se fueron donde Shy no tenía ni idea.
Escuchó a Cherry y a Tack hablar de él lo suficiente como para saber que
la hermana mayor de Rider y Cut los adoraba y los consentía. Así que
pensó en un helado, el parque, pero fuera lo que fuera, estaba lleno de
amor de su hermana.
***
Había pinchado.
Él la había visto solo una vez desde que se fue con Petey y sus hermanos,
y eso fue en navidad. Había aparecido con una mujer en su brazo. Se fue
quince minutos más tarde.
Cuando llegó hasta ella, a pesar de que había cruzado ni una palabra con
ella desde que se vieron en Fortnum hace más de un año, dijo
abruptamente:
—Sé cómo cambiar un pinchazo, pero no puedo conseguir que las tuercas
se muevan.
—¿Perdón? —preguntó.
—Roscoe llamó por teléfono. Está a diez minutos. Si esto parte tu horario,
dijo que él podría ayudarme.
—Puedo ser una chica, pero mi madre es motero y mecánico. Creo que sé
lo suficiente para no viajar con un repuesto —respondió.
—¿Qué mierda?
En serio.
—¿Qué mierda?
—¿Es necesario que llame una amiga o puedo hacerlo yo sola? —replicó.
—Es difícil que dos perras tengan sus bocas envueltas alrededor de mi
polla, pero si tienes una manera, cariño, me gustaría experimentarlo.
—No —cortó.
—Tab.
—Era como cosa entre amigos, y bueno... todo eso. Ahora, ¿estamos
bien?
Allí estaba.
Su remate.
Y lo iba a tomar.
—Estoy ocupada.
Él negó y se acercó más. Ella se mantuvo firme, pero vio como su cuerpo
se ponía rígido. Ignoró eso y continuó:
—Me estás evitando y ha sido desde que pasó esa mierda hace un tiempo.
—¿Qué mierda? —preguntó, y estaba intentando tomarle el pelo tan
obviamente, que casi sonrió porque era jodidamente linda.
Maldita sea.
—Fue difícil, nena, del modo duro, demasiado duro. Lo veo ahora, pero
fue hace más de un año y todavía me estás bloqueando. Esta mierda no
puede seguir así, Tabby. Somos familia.
Vio que su increíble boca se torció de una forma que hizo que su intestino
hiciera lo mismo antes de susurrarle:
—Nena...
—Mi familia me dijo lo que ocurrió con ese tipo después de que sucedió
hace años, Shy. Ty-Ty, papá, Rush estaban allí para mí. Cometí un error,
las cosas con mamá eran malas, siempre estaba encima de mí, incluso
cuando no hacía nada malo. Tenía dieciséis años y era estúpida, así que
pensé, ¿qué diablos? Si iba a estar en problemas de todos modos,
también podría hacer algo para meterme en problemas, y me encontré
con un chico que era demasiado viejo para mí. Él lo intentó conmigo,
enloquecí, y cuando le dije que no, no fue genial. Me golpeó, me dolió, y
llamé a Tyra para que me ayudara. Ella te llamó para que la llevaras de
regreso. Y, bueno, estabas allí. Ya sabes el resto.
***
Tabby.
—Jesús —murmuró.
Un tipo alto de buen aspecto, un macizo tipo rubio con traje se acercó,
sonriendo. Ella echó la cabeza hacia atrás, sin sonreír.
Jodidamente radiante.
Quería pero no podía apartar sus ojos cuando el hombre bajó la barbilla
hasta abajo, ahuecó su mandíbula con una mano, levantó la cara a la
suya, y se inclinó para tocar la boca de Tabby otra vez.
Y fue entonces, ignorando a los coches que tocaban el claxon y los gritos
de la ventanilla, maniobraba su motocicleta a través de los coches, casi
levantando sus piernas y su motocicleta.
***
—Jesús, Dios, por favor, que no sea ese chico rubio que tiene el cuerpo de
un linebacker1 y parece un policía —murmuró Bat.
Dog tomó un largo trago de su cerveza, pero asintió. Después dejó caer la
cerveza en la barra y miró a Brick.
Mierda.
Joder.
—Cherry también lo está. Cree que es de puta madre. No puedo decir que
no me guste pero él es malditamente normal. Tack está indeciso. El tipo
piensa que nuestra niña camina totalmente sobre el agua, ¿a qué padre
no le gustaría eso? Es demasiado genial. Sabe sobre nosotros, quieres
somos, de dónde viene ella, no nos juzga. Él la tomaría sin piernas y sin
brazos si siguiera siendo Tab, no le importa de dónde venga. Dicho esto,
no es de cualquier lugar de cerca, viene del maldito suburbio, y Tack
apura con eso.
—Ellos van a esperar a que ella se gradúe para casarse. Ella se está
divirtiendo con eso. El amigo quiere que se mude, ella dice después de la
boda. No sé por qué simplemente no vive con el chico. Prueba antes de 34
comprar. Comprueba si esa mierda funcionará. Pero no está de acuerdo
con eso, así que... lo que sea.
Tabby era de ellos, sus hermanos podrían hablar de esa mierda toda la
noche.
***
Shy se movía a través del patio delantero hasta el recinto con el fin de
tomar una ducha y salir. Sus manos estaban sucias de grasa. El coche en
el que estuvo trabajando durante los últimos tres meses se encontraba
finalmente listo.
Hora de celebrar.
—¿Qué sucede? —le preguntó a Roscoe, que se movía, al igual que todos
sus hermanos, hacia la puerta.
La fuerza de esa información golpeó a Shy con tanta fuerza que era un
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milagro que no se cayera de rodillas.
Jesús. Tabby.
—¿Qué? —susurró.
Roscoe negó.
DOA.
Muerto.
Perdida.
—Le echaré una mano —se ofreció Shy, volviendo, metiendo su mano
grasienta en sus pantalones vaqueros buscando sus llaves.
Él no era su familia.
Recordando los años días más tarde, cuando se encontró con Chaos y
pensó que, al fin, jodidamente al fin, su vida ya no sería una mierda, y
tenía razón.
Y pensar que, hace seis horas, probablemente vestida de negro y sin vida
en la mirada, igual que se veía ayer cuando la vio saliendo de la oficina
con Cherry, con su brazo alrededor, sosteniéndola cerca, con su cabeza
balanceándose como si estuviese de acuerdo con lo que estaba diciendo
Cherry, aún sabiendo con solo mirarla que ella no oía nada, Tabby estaba
de pie en un cementerio poniendo a su hombre bajo tierra.
La edad de Shy.
37
Capítulo 1
Soñé un sueño
—Soy Tabby.
—Yo... yo... bueno, estaba con este viejo amigo y nos fuimos a su casa.
Maldita sea, um —tartamudeó, mientras Shy equilibraba el teléfono entre
la oreja y el hombro, poniéndose sus pantalones vaqueros.
—Yo, eh... este chico es... um, no lo conozco, obviamente, pero creo que
él… —Otra toma de aliento antes de que le susurró, tan bajo que apenas
se oyó.
Mierda.
Joder.
Él agarró sus botas del suelo y se sentó en la cama para ponérselas, con
sus calcetines, mientras preguntaba:
—No quiero que nadie... —Hizo una pausa—. Por favor, no se lo digas a
nadie. Solo... ¿Puedes por favor mandarme un mensaje cuando estés
aquí? Me quedaré en el baño, puse mi teléfono en vibración para que
nadie lo escuchara, y voy a salir por la ventana cuando estés aquí.
—Tab, nadie va a pensar ninguna mierda. Solo dime como está el terreno.
¿Estás en peligro?
Él suavizó su voz aún más y dejó de ponerse las botas para darle toda su
atención.
Mierda.
—Sí.
—Claro que sí, cariño —murmuró la mujer despierta. Levantó una mano
para empujar la cadera de su amiga.
Jesús.
Pasando una mirada a través de ellas sabía que había terminado.
Algunos de los hermanos, mucho mayores que él, disfrutaban tanto como
podían conseguir, sin importar cómo, y no se limitaban a solo dos piezas
de culo.
Golpeó en él, en ese mismo momento, que así no llegaría a ninguna parte.
Nunca había habido, ni una sola vez, una mujer que se le hubiera
acercado como si pareciera perdida sin él, y que se encontrara en el
segundo en que lo viera. Quien se apoyaría en él al momento en que la
tocara. Quien lo hiciera reír con tanta fuerza, que su cabeza se echara
hacia atrás. Cuya boca podía tomar y el mundo se desvanecería, así como
que él hiciera que esa misma mierda sucediera para ella.
Unos minutos más tarde ella envió un mensaje nuevo. Esta vez fue,
“Todavía estoy bien, pero este baño es realmente asqueroso”.
Cuando Shy recibió eso, después de que sus ojos se dirigieran de nuevo a
la carretera, estaba de plano sonriendo.
Él, por desgracia, no tenía toda la noche para mirar su cara sombreada,
pero hermosa. No sabía con lo que estaba tratando. Tenía que sacarlos de
allí.
—Vamos.
Ella asintió con la cabeza y corrió a su lado, con la mano en la suya, sus
zapatos colgando de la otra mano. Se subió en su moto y ella subió detrás
de él. Como una niña recién nacida, envolvió sus brazos alrededor de él
sin dudarlo.
Gracias a Cristo que echó a esas perras. Solo esperaba que hubieran
seguido sus órdenes.
Él se detuvo, se volvió, puso las manos sobre la barra y la miró a los ojos.
—Ninguno, ahora que estoy fuera de esa ventana —respondió ella en voz
baja.
—Una vieja amiga. De la escuela secundaria. Solo ella. Los otros... —Se
interrumpió con otro encogimiento de hombros. 43
Shy miró sus manos.
—¿Qué?
—¿Vasos? —solicitó.
—Si quieres emborracharte rápido, estás jodido con los vasos —le
informó.
Por suerte, ella sacó su mente fuera de su lengua cuando tomó la botella,
lo miró, luego la puso en sus labios y echó hacia atrás un trago.
Puso la botella en sus labios y dio otro trago, antes de que él la pusiera a
la barra.
—¿Quieres hablar?
Ella no dejó ninguna línea para leer, lo dijo bien claro, por lo que le dio
eso.
—Bien, pues vamos a hacer eso. ¿Vas a estar sentada allí bebiendo y yo
sentado aquí mirándote, o vamos a hacer algo? Como jugar al Billar.
No tenía ni idea de lo que había hecho o lo que había dicho, pero fuera lo
que fuera, lo haría y lo diría una y otra vez, hasta su último aliento, solo
para poder ver su risa.
—Tu funeral.
Ella asintió con la cabeza, cogió la botella, tomó un trago, y la dejó caer a
la barra accidentalmente, dejando escapar un lindo jodido "Ah" antes de
que ella dijera:
—¿Eso es todo?
Joder.
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Lo estaba haciendo para evitarlo. Todavía.
Mientras hablaba, vio las lágrimas acumulándose en sus ojos, pero siguió
halando, y cuando se detuvo, él no se movió a pesar de que casi lo mata.
No la tocaría, ni siquiera su mano.
—Lo tienes, pero las galletitas también son por un año —replicó.
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—Está bien, pero no digas que no te lo advertí —respondió ella.
Tabby lo siguió.
***
Estaba fundida.
También le hizo olvidar la fea historia pasada y confiar en él, con todo lo
que le importaba en este momento en su mundo.
—Lo sé. Ty- Ty me lo dijo —ella lo sorprendió otra vez diciendo eso—. Eso
fue genial. Son problemáticos. Sheila lo intenta pero los únicos que
realmente pueden manejarlos son papá, Tyra, Rush, Big Petey, y yo.
Shy no respondió.
Se rompió.
—Sí —respondió ella—. Es la segunda vez que tenía que hacer eso. Ese
tipo, Elliott no estaba muerto cuando ella tuvo que hacerlo por Lanie,
pero aun así… Dos veces. Dos bodas. No vale la pena. Toda la
planificación. Todo ese dinero... —dio un suspiro tembloroso— no vale la
pena. No voy a hacerlo de nuevo. Nunca me voy a casar.
Ante eso, Shy rodó hacia su lado, extendió la mano y encontró la suya
tendida en la cama.
—No digas eso, niña. Tienes veintidós años. Tienes toda tu vida por
delante.
—Como él.
Puso sus manos en la cama y se movió un poco más cerca, antes de que le
dijera suavemente:
No dijo nada, pero escuchaba, con los ojos cerrados, los sonidos de su
pena que le quemaba el corazón.
—Soñé un sueño.
—¿Qué, dulzura?
51
Capítulo 2
Despertando en sus brazos
Lindo.
¡Estúpido!
Mi madrastra.
En especial papá.
Kane Allen, conocido como Tack por todos, pero papá por mí, no era para
nada tonto, lo cual estaba bien la mayor parte del tiempo pero no cuando
estaba intentando engañarlo, algo que nunca en mi vida, tuve éxito en
lograr.
—¿Disculpa? —preguntó.
Ella no parpadeó. Sus ojos se abrieron tanto de par en par que pensé que
explotarían en su cabeza.
Otra pausa mientras ponía los ojos en blanco, luego, más suave:
Papá estaba preocupado, pude notarlo. No era una sorpresa. Era el tipo
de padre que te amaba tanto que sufría cuando tú sufrías, y cuando
perdías algo precioso, él lo perdía contigo.
Con ese pensamiento, noté que vi mucho cuando Tyra estaba hablando
con papá.
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Incluso aunque ella bajó la barbilla y giró la cabeza para que yo solo viera
su perfil, aún así vi el rostro de Tyra suavizarse antes de decir en voz baja:
Entonces noté algo más que veía mucho cuando Tyra hablaba con papá:
su rostro suavizarse y supe que papá le estaba diciendo que también la
amaba.
Tyra era lo más, así que me alegraba que recibiera eso de papá y me
alegraba todavía más que ella se lo diera.
Entonces preguntó:
Como dije, papá no era para nada tonto. Siendo como era, por alguna
razón que no llego a comprender, se casó con mi madre, que era la mayor
tonta que existe. Sin embargo, siendo para nada tonto, papá recibió un
disparo de ella y no cometió el mismo error dos veces. Por eso, Tyra
también era para nada tonta, algo que funcionaba a mi favor la mayor
parte del tiempo.
A veces, no.
—Correcto, cuéntame.
—Bien, bueno, lo que voy a decirte no va a ponerte feliz, pero aquí va.
Hace seis semanas salí con Natalie.
Por lo tanto, Tyra no era una gran admiradora de Natalie, e incluso papá,
que era el presidente de un club de moteros y esencialmente tenía como
lema de vida de “vive y deja vivir”, tenía problemas con ella. Resumiendo,
a ellos no les gustaba que saliera con ella.
Pero cuando Jason murió, ella dio un paso adelante. Estuvo allí por mí.
No susurró siquiera una palabra en contra de Jason y mantuvo esa
basura separada. Todo se trataba de apoyarme.
Cuando las cosas se torcieron, llamé a Shy porque él no era como los
otros chicos. No conocía a Jason y yo no le gustaba. Pensé, que como
cualquiera de los hermanos de mi padre haría, él iría a por mí, me
pondría a salvo, y eso sería todo. No me miraría con ojos amables,
instaría a hablar, o me daría un sermón sobre salir con Natalie. No
necesitaba nada de eso. De hecho, salí con Nat en primer lugar para
apartarme de eso.
—No estoy segura de porqué no hablar por seis semanas, pero Shy es
increíble —declaró, y yo parpadeé.
Tyra no sabía lo que Shy me hizo, nadie lo sabía. Compartí todo con Tyra
menos lo que él me había hecho. Ni siquiera le había hablado a Natalie
sobre eso, y compartía todo con ella.
Lo había amado. Era joven, amor distante, pero a veces ese era el tipo
más intenso de amor, o lo era cuando eras joven y amabas a alguien
desde lejos. Él me había aplastado, tanto que no pude siquiera volverlo a
experimentar al compartirlo.
—Dice que es leal al Club de una manera que no son los reclutas que no
vivieron lo que los otros hermanos cuando tu padre estaba limpiando el
Club, porque ellos no fueron puestos a prueba. Ellos no saben cómo es.
Shy sí, según Tack. Shy está muy comprometido con sus hermanos, el
Club, la familia, así que no me sorprende que se ocupara de ti, Tab.
Cualquiera de esos chicos haría eso por ti, no solo tu padre. —Ella
sonrió—. Sin embargo, no sé si alguno de los chicos toleraría que les
cantaras una canción de Les Misérables. Eso demuestra que tu padre
tiene razón. Shy es más leal que el resto si aguanta eso.
Pero Jason tenía una madre y tres hermanas que estaban interesadas en
los musicales. Lo arrastraban con ellas y Jason iba, pero hacia esto bajo
coacción. Pero no Les Misérables.
—Cariño —había dicho él—. Vi The Pajama Game cuando tenía once años
y tuve pesadillas hasta los quince. No nos internaremos en lo que Cats
me hizo. Pero Les Misérables, Tab, todo el mundo tiene que ver eso.
Significaba mucho para él que fuera, aunque tenía que admitir que no
entendí el primer acto. Jason había decidido que necesitaba
“experimentarlo”, así que no me contó nada, y ya que cantaban todo el
tiempo, incluso en el dialogo, no pude cogerlo todo y no tuve ni idea de lo
que estaba sucediendo. Por suerte, había algunas canciones
arrolladoras, o el primer acto habría sido un desperdicio.
¿Ven?
—Por supuesto que te sentiste bien, cariño. Shy es un buen tipo que te
respaldo y te escuchó cantar una canción triste. Era lo que necesitabas y
él te lo dio.
—Oh, Taby —repitió con un susurro, y yo puse las manos sobre mi cara.
Detrás de ellas dije:
—Fue jodido, loco, malo —aparte las manos, mire hacia su rostro afligido,
y deje que todo colgara—. Fue malo, Ty-Ty. Fue… joder. Lo olvidé.
—Sí —siseé.
—Tab —comenzó, pero estaba en racha así que parloteé, hablé por
encima de ella.
Culpa.
Vergüenza.
Traición.
Allí estaba.
—Fue una traición a Jason —susurré, y admitirlo en voz alta dolía más.
—Lo es, cariño —presionó—. Esto apesta, apesta a lo grande, tan grande
que no hay palabras para lo mucho que apesta, y diría que eres muy
joven para procesarlo, perder a Jason de la manera en que lo hiciste. Pero
honestamente, podrías tener ciento tres años y no habrías vivido lo
suficiente para ser capaz de procesar ese tipo de perdida. Jason era un
buen hombre y te amaba. Él merece tu dolor. Pero te amaba y querría que
sanaras, que siguieras adelante, que encontraras la felicidad.
Sacudí la cabeza otra vez y ella agachó su rostro más cerca y continuó.
—No estás jodida, Tabby. Eres una mujer y Shy es un hombre, uno bien
parecido que estaba ahí para ti cuando lo necesitabas, y te atendió con
cuidado. Tus sentimientos son naturales. Son hermosos. Son correctos.
No hay nada malo en olvidar. Quiero ser gentil contigo, cariño, sé que no
quieres perder a Jason ahora, incluso quieres el dolor, pero con toda
honestidad, irás olvidándolo por días, luego semanas —apretó mi mano
al igual que mi corazón se apretaba, y terminó.
Tenía que admitir, que ella tenía razón con respecto a eso. Jason me
amaba y yo lo amaba, y aunque apestaría mucho para él como lo hacía
para mí, si él me perdiera, lo amaba lo suficiente para esperar que con el
tiempo fuera feliz.
Está bien, tenía que admitir que podría tener razón sobre eso también.
—Está bien —repetí en voz baja, y una pequeña sonrisa curvó su boca.
Luego soltó mi mano pero la levantó para meter mi cabello tras mi oreja
antes de que pasara un dedo amorosamente por mi mandíbula y su mano 63
cayera lejos.
—No puedo imaginar que alguna vez Shy fuera allí contigo, pero Shy es
Shy y todos conocen como es, lo bueno y, para una mujer, lo malo. No
confundas el sentir esos buenos sentimientos que tuviste por él o por
cualquier hombre. Evalúa dónde estás y solo avanza en aquella parte de
la sanación cuando realmente estés lista. No vayas por ese impacto que
no tiene sentido, porque se siente bien y te hace olvidar. ¿Tiene sentido lo
que digo?
Tenía sentido.
Totalmente.
Pero Shy era Shy, y eso no era donde me dirigía. No era eso para él. Él se
había asegurado de curar la brecha, pero eso fue lo más lejos que fue. No
podía realmente estropearlo y confundirlo con otra cosa.
—Cállate.
—Tal vez Shy no es tan hosco como Tack cree que es —comentó ella.
Eso fue hace tres meses pero iba a comérmelo igual. Lo llevé al sillón,
ordené mi maratón de Hitchcock, y me asusté tontamente a través
Rebbeca y Rear Window antes de quedarme dormida entre una montaña
de papel de aluminio de color verde, rojo, dorado, y plata durante The
Birds. 65
Capítulo 3
Era Familia
¡Mierda!
Oh Dios.
¿Qué hice?
—¡Ya voy!
Está bien, no sabía qué hacer, pero mis pies y boca lo hacían, y
aparentemente actuaba como una idiota.
Mierda. 67
—¿Qué estás haciendo? —empecé pero no terminé.
—Cariño, Cherry dijo que te sentías como una mierda. ¿Te sientes mejor?
—preguntó en mi cabello.
—Oh, Tab, simplemente dilo. Si te sientes como una mierda, comer una
montaña de dulces de navidad de hace tres meses no puede ser la
manera de seguir adelante.
—¿Enfadado contigo?
68
Se veía perplejo y me pregunté, si estaba confundido acerca de por qué él
debería estar molesto, si debería iluminarle.
—Porque no, um... cuando fuiste tan bueno conmigo esa noche, no te
llamé para agradecértelo, lo cual estuvo mal.
Y buena.
Y dulce.
Mierda.
—¿Desayuno?
¿Me llevaría?
¿Por el desayuno?
—¿Perdón? —pregunté.
—Uh... —Me di cuenta de que, por una vez, mi boca no podía seguir
adelante. 70
—Tab, nena. —Vino hacia mí—. Vamos. Una vez que te vistas, nos
iremos. —Lo hizo por mí, agarró mi mano y me llevó a la entrada del
pasillo.
Cuarenta y cinco minutos más tarde, decidí no solo que no debería, sino
que no podía.
Y un error.
Mierda.
Era un lugar tan bueno como cualquier otro para esperar hasta que mi
nueva vida comenzara. No iba a estar allí mucho tiempo (o eso creía yo), el
72
alquiler era super accesible, ¿por qué no?
Jason vivía en una casa de tres dormitorios que compró para que nos
mudáramos cuando comenzáramos nuestra vida juntos. La casa en la
ciudad no estaba usada, ni era vieja, y los electrodomésticos eran
impresionantes.
Me gustaba esto.
Tenía que admitir, por mucho que me matara que eso era algo que había
perdido con Jason.
Motos.
—Cariño, sé lo que fue tu vida, cómo has crecido. Solo que no es lo mío y,
sin ánimo de ofender a tu familia, tampoco es verdaderamente seguro.
Libre.
Correcto.
No dejé que mi mente fuera a lo libre y correcto que me sentía o por qué.
Solo me dejé sentirlo, dejé que el látigo del viento alejara mis
preocupaciones, dejé que el tubo de escape ahogara cualquier cosa en mi
cabeza. Me aferré y disfrutamos del paseo.
Llegamos a Racine demasiado pronto. Shy estacionó, pasé una pierna por
encima, él pasó una pierna por encima, y agarró mi mano. La sostuvo
mientras caminábamos hacia el restaurante, y mantuvo el agarre
mientras íbamos hacia nuestra mesa. Solo me soltó cuando nos
sentamos.
—No fue nada. Tyra puso excusas por mí. Simplemente no tenía ganas de
un asado de cerdo y no tenía ganas de que se entrometiera y empujaran
sobre por qué no tenía ganas para un asado de cerdo. Así que me quedé
en casa.
Y dulce.
Él era tan genial y dulce, decidí que era el momento así que me fui por
ello.
—Ahora que te tengo, solo quería decir, tardíamente, que gracias por
dejar todo y venir a sacarme esa noche. Tú... yo... bueno, necesitaba esa
noche sentirme segura, iba por el camino equivocado, y estuviste ahí para
mí. Yo... todos... bueno, necesitaba emborracharme, jugar al billar,
cantar canciones de musicales y lo hiciste para mí. Era lo que necesitaba,
y desde que me lo diste, he querido agradecértelo y ahora... bueno, ahora
puedo. Así que gracias.
Ya está.
Bueno.
Por fin tenía la oportunidad de decir lo que tenía que decir, y aunque en
su mayoría tartamudeé, aún así lo dije y me alegraba el haberlo hecho.
Shy no lo hizo.
—Dios, Shy. Dios. No lo sabía. Eso es una mierda, enorme, tan grande
que es imposible medir lo enorme que es de mierda, es así de enorme.
Sonrió.
Se reclinó más en su silla, moviendo sus caderas para que sus piernas 77
salieran a un costado. Las extendió, cruzando sus tobillos, fresco, casual,
como esto podría ser cualquier conversación.
—No sé qué decir —le dije, y no lo hice. Quiero decir, realmente quería
decir algo, simplemente no sabía qué.
—No hay nada que decir, Tabby. La vida era una mierda. Perdí a mi
familia, años más tarde, encontré una nueva familia. Entonces la vida ya
no fue una mierda.
Mi vida era una mierda. Perdí a Jason. Pero algún día, la vida ya no sería
78
una mierda.
Perder a Jason ante todo, y mucho menos a su edad y tres semanas antes
de nuestra boda, apestaba enormemente. Tan enorme que era imposible
de medir.
—Correcto.
Ya era hora de comer y salir del drama, y sabía que Shy estaba de
acuerdo, porque se metió en ello, así que lo hice también.
Nunca debería haber tenido dudas sobre salir con Shy porque era de
Chaos. Yo era de Chaos. Y Chaos era familia.
Así que salir con Shy era correcto, porque era de la familia.
Shy se río.
Sonaba hermoso.
Bueno.
Correcto.
Lo puse en mi oído, sonó una vez y luego dijo lo que siempre decía cuando
me contestaba.
—Cariño.
—Tú casa. Veinte —estuvo de acuerdo, aún con humor en su tono, que
continué ignorando sabiamente.
Luego colgó.
Esto fue en parte porque no me trató tan frágilmente como todo el mundo
lo hizo. Shy me trataba como yo y mientras los días pasaban con Shy en
mi vida, me sentí más yo de lo que me había sentido en mucho tiempo.
Esto también fue en parte porque hubo momentos en que tenía que ser
tratada como si fuera frágil y con un agudo sentido que era un poco
extraño (y algo que estaba enterrando en mi pozo de negación, un lugar
que creé después del desayuno con Shy y que estaba viendo un montón
de acción en estos días), Shy sabía cuándo eran esos tiempos y me
trataba en consecuencia.
Dos veces, me había quedado dormida en sus brazos llorando por Jason.
Como nos habíamos vuelto cercanos, sucedió que sin decirlo, pasamos
juntos un montón de tiempo. Venía y arruinaba la cena, hablamos,
entonces veíamos televisión. Íbamos al Complejo y jugamos billar o nos
sentábamos en un sofá, platicábamos y a veces reíamos, o nos
sentábamos en el bar con algunos de los chicos y chismorreábamos.
No nos veíamos todos los días, solo cuatro o cinco veces a la semana, pero
hablamos todos los días por teléfono, a veces más de una vez, solo
saludando o charlando, Shy mantenía el dedo en mi pulso (algo que
también estaba enterrando en mi pozo de negación).
Mientras los días pasaban, con Shy en ellos, también me estaba dando
cuenta, de una manera que no podía enterrar en mi pozo de negación,
que había sido un largo tiempo desde que no he sido yo, verdaderamente
yo, incluso antes de que Jason muriera.
Papá lo sabía y estaba preocupado por eso. Antes de que Jason muriera,
había hablado conmigo al respecto, compartiendo que no era una
elección fácil dar un paso fuera del mundo que conocía y vivir en otro.
Pero entonces, había tenido a Jason y era el único para mí. Lo sabía. No
tenía preguntas, ni dudas, ni una sola. Así que no me replanteé mi
decisión porque sabía que era la correcta.
Había utilizado su llave. No le di una llave, había confiscado una con el fin
de cerrar la primera noche que me llevó a la cama después de llorar.
Una vez que hizo eso, se trasladó hacia mi refrigerado de dónde sacó dos
cervezas frías, hizo estallar las tapas y colocó una a mi lado. Luego se
paseó alrededor de la barra, sentó su trasero en un taburete y niveló sus
hermosos ojos verdes, con sus gruesas y oscuras pestañas, en mí.
Cuando la bajé y miré hacia su cara, sabía que no estaba de acuerdo. Sus
ojos brillaron con humor y apretó juntos sus labios. Había comido mi
comida. Sabía que podía arruinar lo que fuera. Era su turno de actuar
con prudencia, porque a pesar de que sus ojos no estaban de acuerdo, su
boca permaneció cerrada.
—Habla conmigo.
—Por suerte, el error no fue tan malo para que terminara en trauma,
lágrimas, demandas y la pérdida del empleo, solo explicaciones
incómodas y yo aplastando mi deseo de cometer homicidio, pero aun así.
—Es solo que mintió sobre mí. Eso me molesta. De acuerdo, todo sobre él
me molesta pero, hoy, esto fue la parte superior de la lista de todas las
ciento siete mil cosas sobre él que me molestan.
Mierda.
85
Sentí el ajo sacado de mi mano e incline mi cabeza de regreso para
encontrar a Shy, cerca.
—Ten.
—La vida puede ser una mierda, Shy, así que por desgracia a veces hay
que comerla —le dije.
Le sonreí.
—Está bien, ¿qué te parece esto? —Comencé—. Como mierda hasta que
haya terminado y luego voy con el administrador del hospital, comparto
mis preocupaciones en una forma oficial y espero.
Me detuve y lo miré.
—Solo porque las compraste para mí, el otro día —le contesté.
También enterré la forma que me hizo sentir. Aun así, todavía me paseé
sonriendo hacia mi dormitorio.
Sí, eso fue lo que salió de mi boca y supe que mis palabras no fueron un
producto de mi imaginación (por desgracia), cuando sus ojos llegaron a
mí.
Estaba ahí, tenía que ir a por ello. Y de todos modos, este era Shy. Había
demostrado durante los últimos dos meses que podía tomarlo, tomar
cualquier cosa de mí y manejarla con cuidado.
—Jason no quería que lo enterrara, para que lo sepas. No era ese tipo de
persona. Fui yo quien lo enterró. Todo yo. Ahora, mirando hacia atrás, me
pregunto si hubiera salido a la superficie. Me pregunto si estaba
preocupado por eso. Me pregunto si podríamos haber…
—¿Perdón?
—Como lo dijiste, estabas por este chico y él estaba por ti. No hagas
preguntas que nunca tendrán respuesta. Te vas a volver loca con esa
mierda. Solo recuerda que estabas por él, él estaba por de ti, todo era
bueno y no jodas los buenos recuerdos con preguntas que no tienen
respuesta y nunca lo harán.
***
No sabía qué hora era pero sentía que era tarde. Lo que sabía era que me
había quedado dormida con mi cabeza sobre el pecho de Shy, mis piernas
dobladas detrás de mí en el sofá, mi brazo apoyado sobre su abdomen, su
brazo alrededor de mí.
Quería ir con él porque me gustaba pasear. Quería ir con él, porque era
Shy y yo era yo y eso es lo que hacíamos. No era raro, no era frecuente,
pero le gustaba estar en su moto y no dudó en ofrecerse a llevarme con él.
No dudé en decir que sí.
Me moví, diciendo.
—Estoy viva. Estás vivo. Tengo que trabajar para vivir, así que hago eso y
voy a tener que hacerlo por un largo tiempo. Pero cuando no estoy
trabajando, estoy viviendo. Así que vamos a pasear.
Sus ojos se movieron sobre mi cara y luego una lenta, perezosa, sexy
como el infierno y hermosa sonrisa se dibujó en su rostro en una
milésima de segundo antes de que se levantara del sofá, llevándome con
él y me pusiera sobre mis pies.
—Vamos de paseo.
Era.
El paraíso.
Capítulo 5
Apocalíptico
—¿Estás loca?
Eso vino de mi mejor amiga Natalie, que no solo hizo la pregunta, sino
que también me miraba como si estuviera loca.
Yo era yo.
92
Lo que no estaba era loca.
Iba a salir de nuevo con Tyra, ir de compras, reunirme con amigos para el
almuerzo, quedando con los chicos, actuando como una loca, como solía
hacerlo.
Incluso encontré tiempo para llegar a la familia de Jason, ver si había allí
relaciones para salvar.
Mi vida con Shy no había cambiado. Nos veíamos todo el tiempo, arruiné
la cena, él me llevaba en su moto, nos llamamos el uno al otro con
frecuencia, y yo río y sonrío aún más.
—Mal —declaró.
—No he dicho que fuera a salir a cazar el hombre que mató a los padres
de Shy.
Esta fue la razón por la que Natalie pensó que estaba loca.
Su pérdida le molestaba.
Era más que eso, sin embargo. Estaba claro que tenían una buena
familia, pero era una familia interrumpida, y el hecho de que el hombre
que asesinó a sus padres nunca fue capturado y Shy todavía estaba
hablando de eso significaba que no tenía ningún cierre. Él no tenía una
manera de ponerlo detrás de él, y yo quería ayudarlo a sanar y seguir
adelante como lo había hecho para mí.
—Cinco —repliqué.
Natalie no me hizo caso, levantó la mano otra vez, y sacudió dos dedos
hacia mí.
—Dos, él es lo mejor de lo mejor, y lo mejor de lo mejor es caro. Tienes un
curro dulce como enfermera, pero aún así, no tienes ese tipo de ahorros.
Dicho esto, había estado pensando en este plan por un tiempo, y había
llamado hace más de un mes para conseguir una cita con Lee Nightingale
de Investigaciones Nightingale, el servicio de investigación privada de
primera clase en Denver o, tal vez, de su reputación, el mundo. Ellos me
dejaron con el culo al aire, pero mi cita era la semana que viene. Fue así
como fue la demanda de este tipo. Y por lo general ese tipo de cosas se
refleja en las tasas.
95
—Tres —siguió Natalie y me centré en ella—. No sé, es una suposición ya
que nunca fui lo suficientemente estúpida como para contratar a un tipo
duro, pero, yo diría que, cuando un macarra envía una factura y no se les
paga, se pone irritable.
—Cuatro y cinco, porque, chica, cuando digo que vas a saber esto vale la
pena dos números, te las arreglas para contratar a Lee Nightingale, se las
arregla para encontrar a este tipo, y, Tabby, sabes que Nightingale es tan
bueno, en ese caso podrías ser fría como el ártico y él todavía va
encontrará a este tipo, estamos hablando de Shy Cage y los Chaos aquí.
El tipo que golpeó a sus padres es desenterrado, va a ir apocalíptico en su
culo. Estamos hablando tomando a este chico en algún lugar que nadie
conoce, mojándolo durante unos años, entonces probablemente lo
lancemos en un hoyo, rociándolo con líquido para encendedores, y
prendiéndole fuego al igual que el frío-como-piedra tipo negro le hizo a la
hija de Tig en Sons of Anarchy.
—Tab, puedo verlo. Mi chica está de vuelta y no quiero que vuelvas a ese
oscuro lugar que estás dejando atrás, pero Shy Cage no es un terapeuta
físico.
—Está bien —empecé—. Tal vez pueda hacer un trato con Nightingale
que encuentre suficiente evidencia de que cuando este chico va dentro,
nunca sale.
La miré.
—No es así.
—Nat, no es así.
—Natalie, no es así.
—Tal vez no para ti, pero a ese chico solo le importan los coños. ¿Crees
que ser contigo siendo todo descardo y caliente y dulce y gracioso, él no lo
está haciendo con el afán de obtener algo a cambio?
Genial.
Inhalé fuertemente.
—Te creo.
Asentí.
99
—¿Pero me escuchaste? —presionó.
Sonrió.
Sonreí de vuelta.
—¡Yo! ¡Cheque!
Mi sonrisa se intensificó.
—De nada, Tab, estará listo en alrededor de media hora —dijo Lenny de
vuelta.
¿Qué carajos?
¿Qué carajos?
¿Qué carajos?
Me estaba ahogando.
Lo sabía.
Era de Shy.
—¿Estás bien?
Oh Dios.
Oh Dios.
Tres meses.
¡Tres meses!
¿Cómo?
También me sacó de ahí antes de que Shy regresara con esta mujer.
Capítulo 6
Influenciado por ti
Por desgracia, por la razón que fuera, él estaba descargando esta basura
en mí y (en su mayoría) solo en mí. Yo había ganado de alguna manera su
atención. Tal vez porque era la más nueva y la más joven enfermera en la
guardia y además carne fresca. Tal vez solo lo tenía contra mí porque era
un imbécil.
—¿Estás bien?
Todo apestaba.
No, aparta eso, yo sabía por qué lo estaba haciendo. Solo dejando esa
úlcera en ese lugar profundo dentro de mí al que nunca, jamás iba de
visita.
Así que no tenía a nadie con quien hablar acerca de mi mierda de trabajo,
y no tenía a nadie con quien hablar de cómo me estaba sintiendo sobre
Shy, porque yo ni siquiera me admitiría a mí misma cómo me estaba
sintiendo acerca de Shy.
Estaba jodida.
Shy estaba sentado en el sofá, las largas y delgadas piernas estiradas, los
pies calzados con botas sobre mi mesa de café, los brazos extendidos y
apoyados en el respaldo del sofá, los ojos en mí.
—¿Perdón?
—¿Me. Estás. Evitando? —Enunció cada palabra con precisión, y eso era
aún más aterrador.
—He estado ocupada —le dije, y mi corazón dio un salto cuando vi saltar
el músculo de su mandíbula.
—No —admití.
—Sé sobre ella —susurré, y sí, eso salió directo, y sí, sonaba como una
acusación.
—¿Y?
¿Y?
¿Y?
—Lo siento, Tab, no sabía que tenía que informarte acerca de a quién follo
—disparó en respuesta.
Ay.
Eso dolió, pero sin otra opción, pasaré a través de esto y me recuperé.
—Está bien, Shy, lo entiendo y es genial. Todo eso está bien. Tú estabas
allí para mí y lo agradezco. Ayudaste mucho. Ahora estás libre de
responsabilidad.
—Puedo hacer lo que sea que hago —repitió él, y yo deseaba que dejara de
hacer eso, repetir las cosas que yo decía. 108
Me estaba volviendo loca.
—Sí.
—Déjame ver si entiendo esto bien, nena. Averiguas que tengo una mujer,
me despides, y cuando voy a señalar, que estás haciendo esa maldita
mierda de nuevo, no me hablas sobre eso. No me llamas. No tomas mis
llamadas. No contestas mis mensajes. Ni siquiera estás la maldita mitad
del tiempo en casa para que yo pueda verte. Y ahora ¿me das órdenes
para que me marche?
—No tienes el tiempo para imprimir documentos, pero, cariño, hiciste esa
mierda de todos modos.
—¿Y? —se volvió y ante su palabra cortante, lancé una mano, empezando
ponerme cabreada.
—Lo que no está bien es esta mierda, Tab. Si tienes un problema… —se
inclinó hacia mí— habla conmigo. Si tienes algo que decir… —se acercó
más— me lo dices. Lo que tú jodidamente no haces es despedir mi culo.
—Vale, está bien, Shy. Tienes razón —concedí—. Debería haber hablado
contigo.
Oh-oh.
No, eso no era cierto, pero esa respuesta yacía profundamente dentro.
Tan profundo que ni siquiera yo admitiría para mí misma lo que era, así
que sin duda no podía admitírselo a Shy.
Él no se perdió mi reacción.
Por otra parte, Shy nunca se perdía nada. No cuando esto tenía que ver
conmigo.
—¿Tienes un calambre?
—No. 110
—Tabby, bebé, ¿qué coño?
—No puedo hacer esto —anuncié, sin saber de dónde estaban viniendo
esas cuatro palabras, solo sabiendo que venían de algún lugar profundo,
y quise decir todas y cada una como yo nunca había querido decir algo
más en mi vida.
—Esto.
Tú y yo.
Luego susurró:
—Yo sí —dijo entre dientes—. Estás parada allí diciéndome, que años, 111
hace malditos años tú estabas conmigo, jodí eso, estuviste resentida
también por malditos años, perdiste todo, y solo entonces me dejaste
entrar de nuevo. Ahora, averiguas que conseguí una vida sin ti con una
mujer, y no puedes intentarlo. Por malditos meses te escuché hablar de
él. Te sostuve mientras llorabas por él. Ahora ¿me estás soltando esta
mierda?
Fallé.
Espectacularmente.
Con eso, sacó las llaves de sus pantalones vaqueros, separó mi llave del
aro, y mi corazón se retorció cuando la dejó caer sobre la mesa de café.
Entonces se dirigió a la puerta y la cerró de golpe detrás de él.
112
Capítulo 7
No te irás
Corrió por las escaleras, salió al sol, y vio a Roscoe sentado a horcajadas
en su moto. Su hermano estaba allí porque tenían algunos negocios de
Chaos que revisar.
—¿Qué es horrible?
Roscoe asintió.
Esa perra.
114
Esa maldita perra.
Ella se iba.
Yéndose.
Dejándolo.
—No haré esto —gruñó justo antes de que su moto rugiera a la vida.
—Hacer ¿qué? —gritó Roscoe por encima de las tuberías y Shy miró hacia
él.
Antes de que Roscoe pudiera decir algo, Shy se retiró y rugió fuera de la
zona de estacionamiento.
Yéndose.
Dejándolo.
¡Mierda!
Pero el vehículo azul eléctrico de Tabby que ella cuidaba como si fuera su
bebé, relucía en el sol.
—Por Dios, Shy, ¿cuál es el problema? —espetó Tabby, mirando hacia él.
115
No la había visto en un mes.
Haciendo las cosas aún peores, detrás de ella todo excepto el mobiliario
estaba empacado.
—Shy, ¿qué…?
Él la interrumpió:
—No te irás.
Él siguió hablando.
—Tienes que ordenar tus pensamientos, lo haces aquí donde pueda llegar
a ti, no en un lugar donde tenga que arrastrar mi culo en un avión para
llegar a ti. ¿Me entiendes?
—No te irás.
—¿Por qué?
—Por esto —se acercó, acortando los tres pasos que los separaban,
deslizó un brazo alrededor de su cintura, llevó una mano a la parte
posterior de su cabello, y la arrastró a sus brazos.
Hermosa.
Tomó más y ella se lo dio, su cuerpo fundiéndose con él, sus pies
levantándose en sus dedos, los brazos rodeando sus hombros,
aferrándose a él, una mano deslizándose hacia arriba en su cabello,
acercando su boca a la de ella.
Fenomenal.
—No te irás.
—Está bien —ella exhaló, y él cerró los ojos, dejó caer su frente contra la
de ella y tomó aire para obtener el control sobre el ardor en su pecho.
Bueno. Lo entendía.
—Dos horas.
Finalmente.
Jodido finalmente.
—Está bien.
Sí.
Allí estaba.
Finalmente.
Esa dulce lengua, rosa suya se deslizó entre sus labios y tocó la punta de
la de él.
Su lengua empujó en respuesta en su boca y él se hizo cargo del beso. Fue
una repetición del primero, pero más largo, más húmedo, más profundo,
no mejor, pero mucho más caliente.
Sus mejillas estaban de color rosa, con la boca hinchada, ojos soñadores,
y esa era una buena mirada.
119
Capítulo 8
Fuera por ti
Ese beso.
Al menos había podido lidiar con la agencia que me enviaba a Cape Cod.
Les llamé y les dije que tenía una emergencia familiar que podría
significar que tendría que retirarme, lo que era una completa mentira,
pero después de ese beso…
¡Ese beso!
Después de ese beso sabía una cosa con seguridad, no podría marcharme
y estar separada de Shy durante seis meses o ni siquiera durante otro
día. Había estado un mes sin él en mi vida y me sentí más perdida que
cuando Jason murió.
Sabía por qué era. A diferencia de Jason, no tuve a nadie con quién
hablar sobre ello e incluso yo me estaba negando a mí misma por qué
nuestra separación me había afectado muy profundamente. Ambas cosas
lo hicieron más difícil, tan difícil que no pude llevarlo sin escapar. Por lo
tanto, a Cape Cod fue.
Una cosa que había podido hacer en esas dos cortas horas era llamar al
Gran Petey. Intenté tirar del hilo, bailar alrededor del tema, pero estaba
pensando en que lo descubrió cuando intenté confirmarlo sin ir al grano y
preguntando si Shy aún veía a Rosalie.
Pete me dio la mala noticia como si me estuviera dando una mala noticia,
por lo que pensé que no estaba tirando del hilo. La mala noticia, me dijo
Pete, era que Rosalie había llegado al Complejo hace tres días y se habían
ido juntos en la moto de Shy.
Antes de seguir adelante con ese beso, tenía que saber qué estaba
pasando con Rosalie.
Y por último, pero oh, no menos importante, teníamos que hablar sobre
su pérdida de cabeza cuando se enfadó conmigo.
Por lo que podía saber, había tres opciones para mantener la distancia
con un motero y después de ese beso era lo que estaba en mi cabeza.
Las opciones eran una, abandonar y dejar que te pasaran por encima.
La última opción era la manera en la que Tyra era con papá. No sabía
cómo hacía balance, pero eran quienes eran y de alguna manera eso hizo
click. No dejaba que la pasara por encima aunque tuviera una
personalidad dominante, de la clase que echa para atrás el resto de
personalidades a menos que puedas mantener la tuya en su contra. Aún
así, Tyra tuvo que encontrar una zona segura donde le dio a mi padre lo
que necesita ser, bueno… papá. Un poco más, y te aplastaría la cabeza y
los resultados no serían bonitos. Un poco menos, tendría ventaja y
entonces perdería interés, sobre todo con las mujeres, porque aunque mi
padre tuviera control, no quería controlar a su mujer. Le gustaba un
desafío. Pero no un gran desafío.
Funcionaban.
Espectacularmente.
Con eso dicho, a veces las cosas se ponían intensas, las cosas se salían
por la ventana, todo valía, y Tyra no soportaba mucha mierda de él.
Jamás olvidaré esa noche hace años cuando vino a rescatarme después
de que mi ex novio demasiado-mayor-para-mí me golpeara y entonces mi 122
ex casi aplastara la cabeza de Tyra con un bate de béisbol. Papá se había
enfadado con ella, por haberse puesto en esa situación, y aún les
recuerdo oírles gritar.
Así que antes de echarlo a perder y empezar algo con Shy después de toda
nuestra historia y que fuera mi primera relación tras Jason (que fuera, es
importante hacer notar, mi otra relación única de verdad), teníamos que
hablar. Aclarar algunas cosas.
Lo siguiente que supe es que tenía sus labios sobre los míos y una lengua
en mi boca.
Con eso, no supe nada más. No quería saber nada más. Lo único que
quería saber era Shy.
Sus manos dejaron mis lados pero siguió empujándome al mismo tiempo
que se quitaba su sudadera.
Quería más de él. No, borra eso, necesitaba más de él. Coloqué mis
manos en su cuerpo, y el toque de esa suave piel, suave al tocar pero duro
por dentro me golpeó tan fuertemente que parecía que empezaba en mi
pelo y terminaba en las uñas de los pies.
Me miraba, la cara oscura con el mismo hambre que había sentido sobre
mi cuerpo, y sus dedos se estaban moviendo hacia mis bragas hasta que
se detuvieron tras mis rodillas curvadas.
Cuatro palabras.
Me quería allí.
El paraíso. 125
Tan pronto como le tuve, le perdí y mi cabeza se disparó, pero solamente
se movió para deslizarme las bragas por las piernas. Cuando ya no
estaban, regresó nuevamente a entre mis piernas, abriéndolas sobre sus
hombros, y entonces le tuve, simplemente su boca contra mí sin nada en
medio.
Estaba equivocada.
—La primera vez que te haga correrte para mí, lo harás conmigo dentro de
ti —dijo, y casi me corrí simplemente con sus palabras.
Una cosa que sabía en mi loco mundo, estaba bien con eso.
Regresó con un condón y se puso allí pero yo mantuve mi boca sobre él,
su barriga, sus costillas, mis manos sobre él por todos lados que podía
tocar, pero seguí mirando hacia abajo para ver sus manos trabajar,
encendiéndose más y más simplemente al observarle desenrollar un
condón.
Hermoso. 126
Esto era lo que había estado esperando.
No durante meses.
Durante años.
Con Shy.
Adecuada.
Por lo tanto sabía que era seguro compartir lo que había en mi corazón.
Nunca habíamos tenido esto, no así, pero lo que dije era cierto. Le había
echado de menos.
Con mis palabras, cerró los ojos, agachó la cabeza para descansar su
frente contra la mía, y siguió moviéndose, más rápido, más dulce, más
profundo.
Abrió los ojos pero no alzó la cabeza incluso cuando el poder de sus
caderas se incrementó, aumentó el calor, y su mano en la mía apretó
fuerte.
Oh, Dios.
127
Me había echado de menos.
Me encantaba eso.
—Shy.
Oh, Dios.
—No sé si…
Vale, antes, el paraíso, pero estar bajo el calor de Shy no era nada
lamentable. 128
—No me dejes jamás —dijo con tono áspero.
¿Qué dije?
Alcé la cabeza dejándolo bajar la mandíbula para que sus ojos verdes
pudieran capturar los míos.
Vale, mirando esos ojos, esos hermosos ojos que parecían saciados y
calientes pero intensos y serios, todo caliente, todo precioso, quizás pensé
que a lo mejor no era demasiado pronto.
—Sí, Tab, tenemos mucho de qué hablar. Tienes razón. Esto no va a ser
fácil.
Uh-oh.
—Tenemos mucho que sortear. Tengo que contarte cómo pasé las dos 129
horas desde que estuve en tu casa. Tenemos que averiguar cómo perdí la
cabeza cuando tú necesitas armar la tuya y no dejarme fuera. Tenemos
que trabajar por qué me dejas fuera cuando armas tu cabeza. Y, cariño
—su mano subió de mi hombro para ponerse en la parte de atrás de mi
cuello—, sé que lo sabes y también estoy seguro que tu padre o Cherry
también, que tengo una reputación. Si descubren que estamos juntos, no
veo cosas buenas. Joder, la mitad de los hermanos del Club no van a
pensar cosas buenas. Pete ya me está dando miradas y así ha sido
durante un tiempo. Cuando dejemos este apartamento, tú y yo tenemos
que estar en la misma página. Pero diciendo eso, cariño —su voz se
cayó—, lo que acaba de pasar fue algo más grande que todo eso. Fue más
grande que todo. Te probé hace cuatro años y no me he podido quitar el
sabor de mi lengua. Ahora, he probado más de ti, con más que mi boca y
sé que quiero que sea algo que no se olvide. No en unas semanas. No en
unos meses. Quizás nunca.
Oh, vaya. Podría decirse que todo eso era demasiado pronto, pero
también tenía que decirse que me gustó.
—Shy.
Él continuó.
—Así que prométeme, ahora mismo, con mi polla aún dentro de ti,
contigo desnuda sobre mí en mi cama, compartiendo lo que acabamos de
compartir, sabiendo lo que es estar separados y sabiendo que estamos
mejor juntos, que no me dejarás. No te meterás en tu cabeza y te
marcharás sin importar el qué. Quédate conmigo hasta que no haya nada
con lo que quedarse, si eso pasa alguna vez.
Una vez que le había perdido, me puso sobre mis espaldas, se acostó y
besó mi pecho, luego besó la parte inferior de mandíbula y se salió de la
cama.
Rodé hacia el borde de la cama, extendí una mano, agarré mis bragas, y
ya que la camiseta de Shy estaba cerca, la agarré también. Me contoneé
para ponerme las bragas mientras estaba acostada sobre mi espalda, me
senté, me puse la camiseta por encima de la cabeza, y mi sonrisa regresó.
Shy vivía en un apartamento que era solo un poco más viejo y más
desgastado que el mío. La alfombra no estaba bien. Las paredes
necesitaban una nueva capa de pintura, y necesitaban esa capa desde
hace unos siete años. Había cajas por todos lados y nada de toques
personales en absoluto. Era como si en realidad él no se hubiera mudado
todavía.
131
Nunca había estado en su apartamento, y sabía que él pasaba mucho
tiempo en el recinto, pero también sabía que había tenido su propio lugar
por un largo tiempo.
Nada.
Shy, con sus ojos en mí, su rostro suave, hizo exactamente lo que quería
de él hiciera. Caminó directamente hacia mí.
Encantadora.
Correcta. 132
Quité mis labios de su piel y puse allí mi barbilla, viendo el tatuaje de “El
amor muere”.
Había visto los dos tatuajes que tenía en el interior de los antebrazos y
había sospechado, que como los hermanos, tenía el emblema de Caos en
su espalda. Estos tres tatuajes todos los hermanos los tenía, los dos que
Shy tenía tatuados en el interior de los antebrazos los hermanos los
ponían donde querían. El emblema en su espalda, todos los chicos lo
tenían en sus espaldas. Conseguía la espalda tatuada en el momento en
que el club votaba por ellos como miembros.
Como nunca había visto su pecho, nunca había visto el único tatuaje que
parecía tener además de los de Caos.
—Era joven, estaba enojado y era estúpido, cariño. Ya no creo más en esa
mierda. Pero la tinta es la tinta, ya no se quita. Desafortunadamente, eso
me recuerda un momento de mierda en mi vida cada vez que lo veo.
—Sonrió—. También me recuerda no hacer nada permanentemente 133
estúpido cuando estoy enojado.
Le sonreí de regreso.
Oh, mierda.
Siguió hablando:
—¿Perdón?
Recordaba esa noche. Esa fue la noche en que Jason me llevó a ver a Los
Miserables.
—Estabas sola, te veías hermosa pero perdida. Lo viste, él fue hacia ti, te
inclinaste hacia él, lo besaste, lo hiciste reír y entonces él te besó. Lo vi.
Todo.
135
Guau, él realmente vio esto, y lo recordaba mejor que yo, incluso
simplemente me recordaba.
Eso era hermoso, asombroso, correcto, y la mejor parte acerca de eso era,
si no estaba equivocada, él quería dármelo a mí.
136
Abrí mis ojos de nuevo cuando continuó hablando.
—Lamento que tuve que mencionarlo, pero tienes que saber que ahí es
donde estoy. Por eso fue que me alejé del sexo vacío, las fiestas y busqué
algo que significara algo. El problema fue que te encontré un mes antes
que a Rosalie y sabía que significaba algo. Solo no pensé que me quisieras
de esa manera y me gustaba pasar el tiempo contigo, estaba dispuesto a
aceptar lo que pudieras darme. —Sus ojos se volvieron cálidos—. Ahora
estás dispuesta a darme más y voy a aceptar eso también.
Basta decir, estaba dispuesta a darle más a Shy, pero él sabía eso y yo
tenía que darle vueltas a algunas de las cosas más importantes que dijo.
—¿Te habías ido por mí? —pregunté suavemente y obtuve una sonrisa de
vuelta mientras su cabeza se acercó.
—No.
Sus ojos se movieron por mi rostro antes de encontrarse con los míos y
susurró de vuelta:
Asentí.
—¿Por qué?
—Sí, Shy, ¿por qué? ¿Por qué yo? ¿Por qué nosotros? Pareces bastante
seguro, y yo…
—No estoy segura del por qué estás compartiendo esto conmigo, Shy —le
dije—. Estoy igual de insegura y de satisfecha con lo que estás
compartiendo.
Wow.
—Te tenía contra la cabecera, bebé, pero eso no era follar y eso llegó
natural. Es lo que tenemos. No sabía que eso era lo que iba a obtener,
pero estoy complacido como el infierno que me lo hayas dado. Solo eso
responde tu por qué cuando se refiere a la parte de nosotros. En cuanto a
por qué eres tú, no lo sé, no me importa. Solo es. Puede ser porque eres
hermosa. Puede ser porque eres graciosa. Podría ser porque me gusta la
manera en la que te ocupaste de Pete cuando perdió a su hija. Puede ser
porque tú y yo tenemos a Chaos en común, es nosotros, está en nuestra
sangre y estaba destinado a ser. Podría ser porque me gusta la manera
que eres con tu familia. Puede ser porque disfrutas estando en la parte de
atrás de mi moto casi tanto como disfruto montarla. Imagino que es eso y
más. No voy a analizarlo. Voy a sentirlo porque me gusta y eso es todo lo
que hay.
—¿No quieres saber por qué eres tú? —pregunté calladamente, mi mano
deslizándose sobre su brazo hasta su pecho.
—No quiero hacerte enojar, Tab, pero no me importa una mierda. Estoy
feliz solo regocijándome con lo que es.
Sacudí mi cabeza.
—Es una suerte para ti que yo no viva en ese mundo —replicó Shy y mi
estómago se sacudió.
Uh-oh. Sabía lo que eso significaba, y lo que eso significaba era tiempo de
control de daños.
—Sin retrasos.
Genial.
Los chicos decían esa palabra todo el tiempo y luego pasarían cosas,
como hace unos años, cuando secuestraron y apuñalaron a Tyra, como
un millón de veces. Concedido, ese gran drama no era culpa de papá.
Sucedió porque el loco prometido de Lanie, la mejor amiga de Tyra,
bueno… totalmente desquiciado. Tan desquiciado, que arrastró a ambas,
Tyra y Lanie. También, papá se enredó, y nadie me dijo nada, pero aún
así enojó tanto a mi hermano mayor Rush que se rehusó a acercarse al
Club y convertirse en un recluta. Esto me hizo saber que el
involucramiento de Papá hizo que aumentara la vulnerabilidad de Tyra.
Sobrevivió y era una luchadora y no dejó que lo que le pasó la arrastrara
hacia abajo, ni siquiera un poco.
—Lo haré bien, Tab, no vas a sentir nada en absoluto, y mi marca, cariño,
hará que las cosas sean correctas.
Fabuloso.
Lo miré fijamente.
Puede que haya vivido en el mundo motero toda mi vida, pero hasta que
tuve dieciséis años y ella desapareció, mi madre era mi mentora y ella no
era buena en eso.
Yo hablaría con Tyra sobre cómo manejar a Shy después de hablar con
Tyra acerca de que era una buena idea estar con Shy, y luego esperaría
que superara el hecho de que yo ya estaba con Shy y creía en nosotros (o
fingiré que ella realmente cree en nosotros), y entonces hablaría con Tyra
sobre como Shy se metió en mi mundo laboral.
Él sonrió y murmuró:
Maravilloso.
—Shy.
Parpadeé y le pregunté:
Él no contestó.
Luego hicimos las cosas que teníamos que hacer que, para explicarlo en
pocas palabras, fue tomar algunos viajes al paraíso.
142
Capítulo 9
Reunión familiar
Era por la mañana, podía ver la luz del sol entrando al apartamento de
Shy y yo estaba en su cama.
Por otro lado tampoco tenía ni idea como yo podía haber dormido así,
viendo que estaba desnuda y podía sentir las sabanas arropándome justo
debajo de mi trasero, pero mayoritariamente las tenía todas colgando.
A pesar de que el sexo que tuve con Jason siempre fue bueno debido a
144
que él hacia grandes esfuerzos, esfuerzos que disfrutaba, para hacerlo de
esa manera, y podía volverse salvaje, nos divertíamos, no era nada
parecido a lo que Shy y yo hicimos anoche.
Solo nos tomamos un descanso, para ordenar una pizza. Cuando llego,
Shy camino hacia la cama y arrojo la caja en ella. Se movió hacia la
cocina, y tomo un par de cervezas frías de la cocina y tendió una para mi,
luego se recostó de costado a lo ancho de los pies de la cama, abrió la caja
u comenzó a comer.
Nunca había hecho un montón de cosas que hice con Shy ayer.
Y la mejor parte era, que era natural, se sentía correcto. Nunca me sentí
graciosa o aprensiva, o preguntándome si lo que estaba haciendo bien.
Era todo acerca de él, sus manos, boca, polla y cuerpo, las que me
hicieron sentir y cuando podía conseguir de ellas, ir por ello, construirlo
en él, dando mi todo para recibir un gemido o un gruñido, sintiendo como
si conquistase el mundo cuando ganaba uno.
Dulce. 145
Muy dulce.
Alcé una sonrisa hacia él. Me frunció el ceño y luego me beso bajo la línea
de mandíbula antes de rodar sobre mí y salir de la cama.
Me tomó una salvaje estocada mental y decidí que este era Landon Cage,
el hermano de Shy, en casa desde su despliegue.
Diablos.
Increíble.
El problema era, que al instante que Shy dijo mi nombre, algo paso a
través de los ojos de Lan y la claramente genuina sonrisa que tenía en su
boca se volvió directamente falsa.
Oh, no.
Shy había estado hablando acerca de mí, y parecía que lo que sea que
haya dicho no era bueno.
Lo que sentí fueron los ojos de Shy venir hacía mi. Los sentía demasiado,
gire mi cabeza para mirar hacía el.
—Shy, cariño, no has visto a Lan en un año. Quizás ustedes dos pueden
ir por un café. Yo saldré, conseguiré algunas cosas, y me encontrare con
ustedes para el almuerzo. —sugerí.
Sonrió.
—De verdad necesitas llevarlo por un café así tengo bastante tiempo para
planear tu asesinato. No puedo planear un asesinato distraída por dos
apuestos tipos, y ahora tengo a los dos en mis manos.
—El punto ahora es, que me gustaría estar más cubierta, Shy —repliqué.
Shy sonriendo.
Espeté:
—Algo que saber acerca de mí es que uso cepillo eléctrico, siempre, por lo
que si estoy en una situación, como ahora, tienes que dirigirte a
Walgreens. Quiero un cepillo de dientes rosa y una pasta de dientes
blanqueadora. —Dirigí mi mirada a Lan y comencé —No me tomaré
mucho tiempo e iremos por tu café. Estoy realmente feliz que regresaras a
casa a salvo. Shy estaba muy preocupado.
Luego mire hacía Shy y termine de tropezarme fuera del cuarto y hacía el
baño.
Estaba tirando mis cosas sobre el tocador cuando la puerta se abrió, Shy
caminando dentro, jalándome hacia sus brazos, y susurrando contra mis
labios.
Cuando alejo su boca de la mía, sonrió hacia mí, aun susurrando, dijo.
Sonrió, me dio un apretón, me dejó ir, y camino fuera del baño, cerrando
la puerta detrás de él.
Me giré hacia el espejo y vi que tenia salvaje cabello de sexo que incluso 151
yo tenía que admitir se veía bien, mejillas sonrojadas que ayudaban al
aspecto en general, y los inflamados labios lucían sensuales mientras
todo queda junto.
Y ojos felices.
Esto fue gritado por el enorme tipo de greñudo pelo rubio y barba rojiza
que se encontraba detrás del mostrador espresso en Libros Usados de
Fortnum.
Solo había estado allí una vez hace años, la vez que me encontré con Shy. 152
Pero cuando él me dijo que era un cliente habitual, nunca volví por temor
a encontrarme con él.
—Bienvenido a casa.
El rubio loco dio un paso hacia el mostrador y declaró, mucho más fuerte:
—El café es gratis para ti. Hacemos eso por los héroes. —Sus ojos azules
se abrieron hacia Shy—. Lo siento, viajero, tú y tu chica tienen que pagar.
Si fuera por mí, les daría café gratis a las familias del héroe también, pero
cuando hago esa mierda, Indy arroja un ataque de histeria.
Eso fue hasta que estábamos esperando en el otro extremo del mostrador
por las bebidas, y el tipo loco de repente arqueó el filtro de la máquina de
café espresso al aire, que estaba por suerte mayormente (pero no
completamente) libre de residuos de café. Lo utilizó para apuntar hacia el
sofá delante de la ventana y totalmente ignoró el pequeño salpicadura de
café molido que dejó caer y se deslizó por barra de pedidos.
Entonces bramó:
Lo que sabía era que él era ruidoso y autoritario, y que apreciaba los
sacrificados miembros de nuestros militares hecho por nosotros, así que
podría aceptar las fuertes, mandonas, y locas partes.
—Ve, siéntate antes de que Tex te diga que lo hagas de una manera en
que la gente de Walgreens a una cuadra escucharán. Sacaré estas.
Nada importante.
Sin mencionar, que nunca había visto a Shy así. Obviamente feliz de que
su hermano estaba en casa a salvo. Obviamente feliz de que él y yo nos
habíamos movido a otro nivel de nuestra relación. Obviamente feliz de
una manera que hizo que mi estómago se sienta cálido de que él estuviera
en compañía de dos personas que le importaba.
Era solo que ayer había dejado que un beso cambiara el curso de mi vida
entera. Tuve una mierda que hacer, y sentarme y escuchar a dos patea
traseros darle a la lengua no era una prioridad.
Miró por encima del hombro hacia Shy antes de inclinarse hacia adelante
en el sillón, colocando sus codos sobre sus rodillas. Su expresión cambió
y yo me agarré.
Uh-oh.
No podía saber con certeza lo que venía, pero eso no significaba que no
tenía un sentimiento.
—Está bien —le dije con cautela, aspirando, queriendo que acabe e
invitándolo a compartir lo que tenía en mente.
—Lo último que oí de ti, Tabby, era que estabas a punto de casarte y fue
un par de semanas después de que todo... —Hizo una pausa y sabía que
él estaba tratando de encontrar las palabras adecuadas cuando
terminara—... se jodió.
—Lo siento, cariño —susurró, y la forma en que lo dijo era casi tan dulce
como su hermano podría ser. Me gustó eso a pesar de que no me gustaba
nuestro tema de conversación. Aún así, asentí.
—Sé que fue un idiota contigo. Cuando se lo dijiste, me lo dijo y puedo ver
por qué pensaste que era un idiota. También sé que él hablaba mucho de
sus hermanos en su Club, y habló sobre algunos pero la mayor parte de
esa familia de la que él hablaba eras tú y ni siquiera estabas hablándole.
Él no me dijo por qué, pero eso no quiere decir que no pudiera leer que él
estaba loco por ti. Verlo contigo, de la manera en que yo nunca lo he visto
con otra mujer, entiendo ahora que él no está loco por ti. Él está
enamorado de ti.
Lan asintió.
—No es un rebote.
Seguí hablando.
—Pero no negué el hecho de que sabía cuando estaba con Shy o incluso
hablando con él, que sentía más de lo que había sentido en años, después
de que Jason muriera, antes de que Jason muriera, incluso antes de que
conociera a Jason. Así que puedo asegurar que no estoy con Shy ahora
como agradecimiento por su amabilidad. Tampoco estoy con él porque me
sienta sola. Además, no estoy con él para calmar las aguas y salir al
mercado de nuevo.
—Yo estoy con él porque cuando estoy con él, soy libre de ser yo. Estoy
con él porque es caliente. Estoy con él porque me permite parlotear, ya
que soy propensa a decir tonterías, y él me deja despotricar cuando tengo
un mal día. Estoy con él porque cuando despotrico, él me hace sentir
mejor y lo hace sin esfuerzo. Estoy con él porque yo vivo para los
momentos en los que estoy en la parte trasera de su moto y estamos
volando juntos, sin siquiera hablar, solo siendo libres.
—Espero que lo sepas, no tenías que decir 'le daré a mi hermano eso’
—contestó.
—Podríamos tener suerte y ellos nos aceptaran con los brazos abiertos.
Por desgracia, no veo que esto ocurra. Sabes quién soy, por lo que
también sabes que mi padre es el presidente del Club, y si él no se siente
con ganas de darle la bienvenida a Shy en mi vida con una sonrisa y un
apretón de manos, puede hacer las cosas difíciles para él. Así que si Shy
te confiesa lo que podría suceder, te pido ahora que no dejes que tus
recelos sobre nosotros oscurezcan el apoyo que le darías a él.
Esto me consiguió otro destello en sus ojos y un bajo, un poco como un
gruñido:
No es bueno.
Uh-oh.
Shy deja las tazas de café sobre la mesa y se giró hacia su hermano.
—Lo que haría es tener un cuidado por la pérdida que tuvo, incluso si no
sigue fresca y entender que mi hermano no es un maldito idiota.
¡Uh-oh!
—Park, no creo que seas un idiota, pero creo que sabes de dónde vengo.
El brazo de Shy serpenteó, sus dedos se cerraron alrededor del lado de mi
cuello y me encontré volando hacia él, mi parte frontal aterrizó con fuerza
contra el costado de su cuerpo. Su mano se movió para que su brazo
pudiera curvarse fuertemente alrededor de mis hombros, su otra mano
cruzaba en su cuerpo por lo que sus dedos podían enroscarse en mi
cintura y durante de todo esto, su mirada no dejó la de su hermano.
—¿Qué ves?
Oh Dios.
—No me ofendí por nada, Shy, honestamente —le dije rápidamente, con
la esperanza de calmar su ira, incluso mientras sentía la cálida actitud
protectora de sus palabras instalarse directamente en mi alma.
—Bueno, yo sí.
Mensaje claro.
Se quedó mirando mi boca luego su mirada fue a mis ojos luego volvió a
mirar a su hermano.
Y yo también y lo vi sonriendo.
—No encuentro nada por lo que valga la pena estar sonriendo —Shy
advirtió.
—Lo siento, Park, pero, tengo que admitir que estoy sonriendo intentando
no partirme el culo de la risa, ya que si lo hacía, tengo el presentimiento
de que intentarías golpearme.
—No encuentro nada por lo que valga la pena reírse tampoco —Shy
declaró.
162
—Eso es porque no puedes verlos a los dos. En serio, Park, tengo que
decirlo. Están jodidamente lindos juntos.
Apreté los labios en otro esfuerzo para no lamer mi labio, bastante segura
de Shy nunca querría ser descrito como lindo.
Me equivoqué.
—Sí, lo haré, pero para estar bien, tengo que hacer un par de llamadas,
así que ¿podemos seguir adelante con nuestra mañana? —disparé de
nuevo, y sus labios temblaron.
Él me devolvió la sonrisa.
—¡Hombre viajero! —Tex el tipo loco del café tronó—. Tu bebida se está
enfriando. Saca tu culo de allí y ven a por ella porque no voy a hacer otro
a menos que pagues por él. 163
Shy me dio un apretón luego le dio a su hermano una mirada que le dijo
que se comportara los treinta segundos que Shy se iría, y caminó a
conseguir el último café.
—Uh, Tab, para que lo sepas —comenzó—. El tiempo que va a tomar para
que puedas demostrar que tienes la intención de llegar lejos con Park
ahora es jodidamente mucho más corto.
Y feliz.
***
Miré a Shy mientras Shy me miraba.
Dios.
Dios.
—Tengo que decir, cariño —murmuré de nuevo con voz ronca—. Eres
guapo siempre, pero eres en verdad guapo, cuando me lo estás dando.
Dirigió mis ojos medio cerrados hacia él, su rostro se oscurece, sus ojos
tan calientes que me pareció que la cama se quemaría, y él tenía razón.
Belleza, increíble.
No yo.
Él.
Su pulgar presionó más profundo, hizo círculos más rápido mientras sus
caderas bombearon con más fuerza, y susurré con urgencia:
—Shy.
—Vente sin mí, cariño. Esta vez quiero verte.
Fue solo cuando me estaba viniendo que su pulgar me dejó. Él nos rodó
así que él estaba de espaldas, yo estaba a horcajadas sobre él, y sus dos
manos enmarcaban mi cabeza, moviéndola para que pudiera mirarme.
Al sentir su orgasmo, caí sobre él, pecho con pecho, mis dedos a la deriva
sobre su piel, mi boca en su cuello, mi lengua revoloteando para probar.
Después de eso, mi mente se trasladó a mi día, post café con los dos
hermanos patea traseros.
—Esperé por ti durante cuatro años, Tabby, bebé. Cuatro. Pasé mucho de
ese tiempo pensando que nunca te tendría. Ahora te tengo no te voy a
soltar, ni siquiera por un día, no soy bueno en dejarte ir. Dame eso por
ahora, ¿sí? Haz tus llamadas aquí.
Entonces él me colgó.
No me gustaba el sonido de eso pero dejé ir esa parte. Hablaría con Shy
sobre esto más adelante.
Lo miré.
—Apuesto que tu papá hace esa mierda —Lan continuó. Papá lo hacía,
por mí, Rush, Ty-Ty, cualquiera de sus hermanos, cualquiera por el que
diera una mierda.
Dios.
168
Yo estaba jodida.
En el viaje a King Soopers, decidí dejarlo ir y pelear otro día. Hoy tenía
que ser un buen día para todos y de todos modos, mes a mes funcionaba
para mí y dudaba que Shy atrapara a mi casero con un cuchillo, así que
decidí que todo está bien que termina sin derramamiento de sangre.
Su respuesta fue:
Cerré los ojos cuando Shy apretó sus brazos alrededor de mí y se quedó
de esa manera, pero no dijo nada. Por otra parte, la cosa del brazo lo decía
todo.
—Yo también.
—Solo para que conste, antes de ir a jugar al motero rudo en algo que me
afecta a mí, preferiría si hablamos de esa cosa que me afecta en primer
lugar. Había otras maneras de resolver el problema de hoy. Si decidimos
que mes-a-mes era el camino a seguir y ellos no lo aceptaban, me hubiera
quedado con papá y Tyra o Natalie hasta que mi vida volviera a la pista y
encontrara un lugar que me gustara o, si estábamos allí cuando llegara 169
ese momento, encontraríamos un lugar que quisiéramos.
Suspiré.
Luego murmuró:
—Deslízate fuera, Tabby, pero hazlo despacio. Me gusta que sea así.
Sus brazos me dieron otro apretón, pero este se sentía reflexivo, así que
me levante para mirarlo.
Entonces tomé otro aliento y empecé con cuidado.
Él no me hizo terminarlo.
—Siempre.
—Bien, vamos a hacer esto rápido y espero que sin dolor —comenzó
ominosamente—. Durante tres meses, solo he estado con Rosalie. El mes
antes de eso, nadie. No mentí, nena, siempre cuidadoso. Siempre. Pero
voy a hacerme la prueba para que sepas que no estoy dando nada excepto
yo, cuando sea solo tú y yo con nada en el medio. Esperaremos los
resultados y entonces será solo tú y yo. ¿Estás bien con eso?
Sonreí.
Shy me besó.
Y feliz.
171
Capítulo 11
En las buenas y en las malas
—Shy, oh Dios mío. ¡Shy! —grité, mis manos, curvadas alrededor del
borde del mostrador de la cocina, se dirigieron a su cabeza metida entre
mis piernas. Sus manos ahuecaban mi trasero empujándome más a su
hambrienta boca. Mi cabeza salió volando, se chocó contra la barra
elevada y me vine realmente y malditamente con fuerza.
Fue estupendo.
—Vas a venirte otra vez para mí, Tabby —gruñó, empujando más
profundo.
Sin dudarlo, me subí el camisón que tenía puesto, lo único que usaba
desde la mañana. Shy y yo habíamos estado moviéndonos por la cocina
preparando el café y yo por alguna razón me había lamido el labio. Mi
lengua apenas había pasado antes de que su boca se estrellara contra la
mía para luego encontrar mi trasero contra el mostrador, mis bragas
siendo retiradas, y la boca de mi hombre entre mis piernas y yo
viniéndome.
—Shy —susurré, cerca una vez más, el primero fue impresionante, este
parecía que podría ser capaz de matarme y no me importaba en lo más
mínimo. 173
—Espérame —gruñó, yendo más rápido, conduciéndose más profundo.
—Espérame, cariño.
—Yo…
Eché la cabeza hacia atrás y grité con fuerza cuando la ola se estrelló
sobre mí mientras sentía a Shy enterrar su cara en mi pecho y gemir en
mi piel.
—Me gusta eso, cariño, y lo entiendo, ¿mi boca entre tus piernas a la
mañana después de ocho horas completas sin mí llevándote hacia allí,
pero después de dártelo, consigues llegar una vez más. ¿Qué diablos
sucede?
Fue una suerte porque generalmente se vestía solo con sus calzoncillos y
a veces no usaba nada.
Y Shy estando con los pantalones puestos fue una suerte porque en ese
preciso momento una llave se escuchó siendo introducida en la
cerradura.
Solo podía tratarse de una de cinco personas: papá. Tyra. Rush. Gran
Petey. O Natalie.
Era algo sencillo dado que los chicos estaban acostumbrados a que Shy
pasara tiempo conmigo, y él había empezado a pasar el tiempo en su
apartamento en los estertores finales de su relación con Rosalie, por lo
que también estaban acostumbrados a que no estuviera en el Complejo.
Shy había compartido con el Club que había roto con Rosalie, pero eso
fue todo.
Por eso, cuando la puerta se abrió y se trataba de Natalie, eso quería decir
que el peor escenario posible estaba por desarrollarse.
Nada bueno.
Prioridades.
—No os mováis, ninguno de los dos, y tampoco habléis. Tengo que hacer
algo. Volveré en menos de un minuto y, juro por Dios que si se la agarran
entre sí antes de que regrese, no estaré contenta.
—Te quiero, lo sabes. Pero una palabra más, Nat, y confiscaré tu llave, te
patearé el trasero, y nunca más me volverás a ver. ¿Lo pillas? —pregunté
con suavidad.
Sus ojos quedaron fijos en los míos, su mandíbula apretada, y luego alzó
la barbilla.
Uh-oh.
Oh mierda.
¡Mierda!
—¿Y si hablamos del hecho de que ni hace dos semanas sé que estaba
follándose a una perra llamada Rosalie? —regresó ella.
—¿Así que él deja a esa perra y ahora tu eres su mujer? —miró a Shy—.
Felicidades, buen chico. Un tiempo record. Una se va y la otra
preparándose, lista para salir. ¿Cuánto va a durar Tab?
—No.
—Tab…
Negué con la cabeza, ella proceso la mirada que supe tenía en mi rostro, y
calló la boca.
Seguí hablando.
Vi su mandíbula flexionarse.
Seguí adelante.
—Él significa algo para mí, lo sabes eso, pero lo que él significa para mí ha
cambiado. La razón por la cual no sabes cómo ha cambiado se
demuestra, precisamente, con como entraste embistiendo hoy y como te
comportaste.
Me quedo mirando, sus ojos se deslizaron hacia Shy luego volvieron hacia
mí, y alzó de un tirón la barbilla.
—Estas hasta las cejas de coca. Eso no indica estar bien para mí.
—Oh —se echó hacia atrás, agitando una mano en frente de ella en un
amplio movimiento circular—. ¿Ahora eres mejor que yo porque tienes tu
título? —negué con la cabeza y miré a Shy, esperando encontrar un
indicio de calma para así poder seguir lidiando con ella. Según las
apariencias, estaba mirando en la dirección equivocada. Shy parecía feliz
de arrancarle la cabeza.
Mierda.
—Tal vez debería frotarme con Chaos. Invitarme a un trío, ya que a Shy
aquí le gustan tanto —movió una mano hacia él mientras me quedaba sin
aliento ante el inoportuno recuerdo de hace mucho tiempo que sus
palabras trajeron—. Tal vez tendré suerte, actuando como potro de
premio, llamando la atención y consiguiéndome un viejo. Eso funciona
para ti, ¿Tabby?
—Eres increíble.
No siseé, susurré:
—Y tú estás en negación.
Finalmente, habló:
—Puedes luchar contra viento y marea e irte a la mierda con ello, Tab.
Hemos terminado.
—Esperemos que cuando ella haga esa llamada para limar asperezas, no
esté en una situación donde este jodida de una manera u otra y tengamos
que salvar su culo.
—Necesito café.
Me gustaba así.
185
Capítulo 12
Yendo a través del movimiento
Luego me dijo:
—Hemos terminado.
Realmente podía permitirme solo un par, pero como Shy los compró (tras
un breve forcejeo verbal en el mostrador), tengo dos. Parte de dejar pasar
esto fue que compré para Shy tres pares de sus nuevos pantalones
vaqueros y dos de sus cuatro térmicas, así que pensé que funcionaba en
compensación. De todos modos, sabía que estaba empujando mi suerte
justo con él aceptando ir de compras, por lo tanto, no empujé más.
Las cosas eran todavía grandes, incluso después del fracaso con Natalie.
Ella no había llamado y no respondía ninguna de mis llamadas o devolvía
ninguno de mis mensajes, pero cuando expresé mi preocupación a Shy, él
solo dijo:
—Sigo diciéndotelo, cielo, ella va a volver a ti. Solo dale tiempo para que lo
queme.
En ese momento, había estado ensayando lo que iba a decirle a Tyra y eso
era lo que estaba haciendo, revisando en mi mente mi discurso, cuando
ella salió de una tienda y nos dirigíamos directamente a ella.
Rosalie.
Ella tenía los ojos dirigidos hacia otro lado y se volvió hacia nosotros,
comenzando con:
Mierda.
Que Shy rompiera con ella la había marcado. Incluso después de más de
un mes, el dolor estaba cerca de la superficie, allí mismo para que
cualquiera lo viera. Ella ni siquiera tenía que ocultarlo.
Oh Dios.
Sus ojos se movieron sobre su cara, cabello, los hombros, los collares
patea-culos que llevaba puesto, y ella tampoco trató de ocultar el anhelo
que infundía su mirada durante ese viaje.
Yo era selectiva sobre escuchar música country y una de los artistas que
hacían heridas era Jana Kramer. Nunca me habían dejado, pero ella lucia
exactamente como la canción de Jana "¿why you wanna?” apagada.
Horrible.
—Rosalie.
188
Ella comenzó, y lanzó sus ojos a mí y luego de vuelta a Shy.
Ella me miró y, sin saber cómo manejar esto, decidí tratar de sonreír una
gentil sonrisa. No estaba segura de si me las arreglé para sacar esto
adelante antes de que ella hablara.
Esto estaba matándola, pero tuve que admitir, que lo estaba haciendo
bien.
¡Error!
Sabía, y estaba segura que si la cantante de música country patea-culo
Jana Kramer estuviera allí lo confirmaría, que era lo peor que podía
decir. El tipo de cosas que harían a una chica preguntarse, si su ex
pensaba que se veía bien, por qué rompió con ella en primer lugar.
Pensé que estaba en lo cierto cuando ella bajó la barbilla para ocultar una
mueca de dolor, colocó su cabello detrás de su oreja y murmuró:
—Uh... tengo que estar en alguna parte —Deslizó su mirada entre Shy
y yo, todavía murmurando y también, supuse, mintiendo—. Es bueno
verte Shy, y conocerte, Tabby.
Luego se marchó.
—No quiero venir otra vez aquí, ninguna mierda de compras de nuevo.
Nunca.
Decidí que la respuesta más sabia a ese comentario era no responder en 189
absoluto. Solo metí mi mano en su bolsillo de nuevo y fui tan cerca de él
como pude.
—Está bien, cariño —le contesté. Pude ver que el encuentro con Rosalie le
cortó profundo. Tuve que admitirlo, viendo que no estaba realmente
cómodo.
Uh-oh.
—Otro de esos.
190
Consiguió otro, lo bebió y siguió con cerveza. Luego miró a su vaso.
—Yo tenía diez años. Lan tenía ocho. Llegamos a casa de la escuela, ella
había empacado las maletas para nosotros, nos dijo a Lan y a mí que
estaríamos con los abuelos por un tiempo. Lan preguntó si papá venia, y
nunca voy a olvidar su maldita cara cuando ella dijo “No, cariño, verás a
tu padre el fin de semana pero mamá necesita un poco de tiempo a solas
con los abuelos y sus chicos. ¿Está bien?”
Uh-oh de nuevo.
—A día de hoy, pensaba que era una estúpida mierda. Él no le fue fiel,
jugando, bebiendo, tomando la mano de ella, escondiendo dinero de ella.
Y desde que ellos murieron, siempre tuve este hoyo, este hoyo venenoso
en mis entrañas causado cuando estuvimos en casa de los abuelos
durante tres semanas. Ella perdió tres semanas de papá justo dos años
antes que terminaran y, mierda, la razón porque fue tan malditamente
estúpido.
—Lo que era, lo sé ahora, era la mierda de la mujer. Lo que era estúpido
para mí, no lo era para ella. La alejó de él. Significaba algo para ella. Lo
suficiente como para poner todo lo bueno que tenían en peligro. Así que
en realidad no era estúpido. Era grave como la mierda.
—Shy, yo no…
—Lo culpaste a él y debí ser sincero en ese entonces. No lo hice pero seré
sincero ahora.
—Dijiste que volvías a ser tú, te conduje allí, no eras así con él o antes. No
fuiste tú misma por mucho tiempo. Me diste crédito por ayudarte a
encontrarte de nuevo sin contar en el hecho de que yo fui el que te llevó
allí en primer lugar.
193
Parpadeé y le pregunté:
—¿Qué?
—Esa mierda, Tab, que nos separó hace cuatro años, cuando me
comporté como un idiota y lo hice y te dije cosas estúpidas que te alejaron
de mí. Cambiaste después de eso. Yo te hice eso y no quiero que esa
mierda vuelva, la descubras y…
Lo entiendo entonces.
—No te voy a dejar, Shy —lo interrumpí para decir con firmeza, dando a
su muslo un apretón firme.
—Sí.
—Pero Shy, cariño, eso habría ocurrido de todos modos. Tal vez de
manera diferente, pero cualquiera a esa edad inicia un viaje para
descubrir quiénes son. Tu lo hiciste y te llevó a Chaos. Yo lo hice y, de una
manera indirecta, me trajo de vuelta a casa y a ti.
—En primer lugar, tengo que vivir con que te aparté de mí y te llevé a ese
chico. Sí, nena, te llevé de nuevo a mí, pero casi te perdí y, mientras tanto,
tuviste que sufrir la pérdida de todo eso. En segundo lugar, y lo que está 194
en mi mente ahora mismo, es que no quiero que vuelvas allí por ninguna
razón y dejar que lo que te hice te moleste.
Negué con la cabeza y me incliné tan cerca que mis pechos rozaron su
brazo y una mano a descansó en su pecho.
Allí estaba.
—Ellos murieron —anuncié y ese dolor que pensaba que escondía detrás
de sonrisas o conversaciones casuales, apareció en sus ojos. Aún así,
seguí adelante.
—Lo sé —le dije alegremente con otra sonrisa—. Mi hombre me dice eso
todo el tiempo.
—Bésame, nena.
Todo Shy.
Todo mío.
Todo increíble.
***
Era su hija, pero papá era sexy de una manera que ni siquiera yo sabía.
Era en serio caliente. Cabello oscuro con un poco de canas. Una barba de
motero que llevaba tanto tiempo en su barbilla, que también tenía un
poco de canas en la misma. Él me dio mis ojos, azul zafiro, los suyos,
sabía, podrían ser caliente o perforantes. Tenía un cuerpo grande que sus
buenos genes mantenían en forma, ya que seguro que no ejercitaba y
bebía y comía lo que quería. Él también tenía líneas en sus ojos que
amaba porque se profundizaban cuando reía.
Él no se reía ahora.
Él lo sabía.
Oh Dios.
—Papá —empecé, dando dos pasos hacia él.
Tomé una respiración y abrí la boca para decir algo, pero papá lo hizo
antes que yo.
—Nosotros solo…
—Mentiste. Te lo dije, Tab, hace mucho tiempo, que si hacías esa mierda
de nuevo, no te gustarían las consecuencias. —Señaló al suelo—. Ahora
tendrás las consecuencias. —Comenzó a caminar y su mirada se trasladó
a Shy—. Y tú también.
—Mi hija, hermano. Eso no está bien. Lo sabes. Es por eso que lo
escondiste. No pienses por un segundo que esta mierda se me va a
olvidar. Prepárate, hermano porque no estoy contento. Si lo arruinas,
incluso menos, voy a saltar sobre ti para sacarte... de.... aquí.
Él no ocultó su disgusto.
Dios mío.
¡Dios mío!
199
Capítulo 13
Ya no es más hogar
Este mal humor tenia parte que ver con el hecho que acabada de salir del
200
trabajo y, durante mi ausencia, el Dr. Imbécil no se había tomado el
tiempo para reflexionar sobre los errores en sus modales (no que fuese
una sorpresa). Ya no era su único objetivo pero era peor que antes, así
que aún se sintió igual. El problema era que ahora que había actuado
como una lunática a su alrededor, sentía que tenía que probarles que
estaba estable, que podían contar conmigo, y parte de hacer eso no era
murmurar acerca de un estúpido doctor justo después de haberlos hecho
atravesar el tedioso y costoso proceso de una innecesaria contratación.
Este mal humor también tenía que ver con el hecho de que Natalie aún no
me había llamado, aún cuando yo la había telefoneado todos los días
desde que se había marchado.
Y por último, este mal humor tenía que ver con el hecho de que ni papá ni
Tyra habían devuelto mis llamadas, llamadas que había hecho
repetidamente, y eso me sobrepasó.
¡A mí!
Había llamado a Big Petey y le pregunté por qué demonios había hablado
con papá antes de hablar conmigo.
—Pete, esta clase de mierda, ¿Crees que quizás hay una razón por la que
él no lo sepa y las únicas personas quienes pueden explicar esa razón
serían Shy o yo?
Los hermanos estaban tan contentos como papá una vez que las noticias
de que había un Shy y yo se extendieron. Y cuando esos hombres se
sentían molestos acerca de algo, no iban a desahogarse con sus
psicólogos. Así que todo el infierno se desató.
Por lo que para el momento en que conseguí hablar con Pete por teléfono,
estaba cansada de ello.
Si, está bien, Shy era un hermano y yo era la hija de presidente, esto tenía
un efecto dominó en la familia.
¡En serio!
Lo malo era que Tyra se giro hacia la puerta con una sonrisa hasta que
vio que era yo. Entonces su rostro se quedó en blanco, su boca se apretó
y levantó una mano y anunció:
De ninguna manera.
Mire hacía ella en su lindo y pequeño top, y sabía que tenía puesta una
delgada y profesional pero apretada falda y tacones altos detrás del
escritorio que la escondía. Aun después de años como encargada de la
oficina de Ride, un taller dirigido por moteros, ella no renunciaba a su
apariencia de sexy gatita profesional. Sabía que papá y todos los otros
chicos, se aprovechaban totalmente de ello. También sabía, mirándola en
ese momento, que tenia la mirada que una vez había adoptado yo. Otra
fase, la fase en la que estaba cuando estaba con Jason. Una fase en la que
estaba Tyra, no yo.
Su cabeza se agitó con enojo antes de que sus ojos se abrieran y comenzó.
—No te hagas la lista, sabes que mentir por omisión es la misma cosa que
mentir.
—Está bien, ahora estás hablando conmigo, dime, cuando viajamos atrás
en el tiempo, porque hasta donde yo sé, tengo veintitrés, tengo un título
universitario, un trabajo, un apartamento, un prometido muerto, y un
hombre en mi cama. Así que quiero saber porqué me estás hablando
como si tuviese dieciséis años.
Pero en esta instancia, teniendo días para pensar en ello (está bien,
procesarlo), sabía que ella estaba equivocada y yo estaba en lo correcto.
No respondí a su sorpresa.
Mi mano la calló.
—Detente allí —declaré—. Te advierto ahora que no digas nada de lo que 204
puedas arrepentirte. Rush ya derramó esa mierda sobre mí, y el rencor
que tendrá que soportar de m parte durará años. No tienes ni idea de lo
que Shy es. ¿Sabes quién lo sabe? —jalé mi pulgar hacía mi pecho—. ¡Yo!
—Sí, Tyra, hace un año. Tuve una gran pérdida hace un año. Ahora me
he encontrado.
Sacudió su cabeza.
La corté de nuevo.
—Tú no tienes que creer nada. Papá no tiene que creer nada. Big Petey,
Dog, Brick, Boz, Natalie. Todos ustedes… —alcé una mano e hice un
circulo en el aire antes de dejarla caer—. No tienen que creer nada. Yo
vivo mi vida, sin importar que tú o papá o cualquiera me amé, o cuánto yo
los amé a ustedes. No tienen que vivir mi vida por mí, decirme como debo
vivir mi vida o juzgarme por las decisiones que tomo. Yo sé lo que tengo
con Shy. Shy sabe lo que tiene conmigo. Si pensara que no podría
enfrentar esto, justo aquí, y explicarte porqué me enamoré del hombre
que amo, lo habría compartido contigo mientras me estaba enamorando
del hombre al que amo. Y, francamente, Tyra, eres mi madrastra, pero
también eres mi amiga, y pensé que una verdadera amiga me entendería,
y no solo extraño compartir cosas contigo, duele cuando el tiempo nos
estaba forzando a compartir cosas y no me dejas.
Ella se estremeció.
—Pero te voy a dar un dato. Él es bueno para mí. Cuando digo que él es
bueno para mí, Tyra, significa que él es bueno para mí. Él es bueno para
mí. No le importa si arruino la cena. No le importa que hable demasiado.
Piensa que soy lo máximo y ¿Sabes cómo sé eso? —me incline hacía ella
sin esperar una respuesta—. Porque me lo dice. Todo el maldito tiempo.
Soy preciosa para él y lo sé porque me lo demuestra y me lo dice. Es
hermoso. Es correcto. Y, si haces memoria, sabrás todo eso y que lo
compartí contigo cuando comenzó a pasar. Era demasiado pronto
entonces, eso es verdad. No estaba lista. Pero no quiere decir que no
pasara.
¿En serio?
Yo no.
Entendiendo.
—Me entiendes —dije suavemente. Captó que no soy la única de Shy pero
aún… diablos… lo soy.
—Te dejaré con esto, desde que estas involucrada en los asuntos de Shy.
¿Con cuantas mujeres a follado desde que entró en mi vida? Puedes
pensar bastante y puedes responderte, pero sabes la respuesta. Dos. Una
mujer llamada Rosalie y yo. La gente cambia, Tyra, él ha cambiado, y
parte de ese cambio ha sido por mí. Si tú no ves eso como algo hermoso,
entonces estas jodidamente ciega.
Pasé por la entrada y sentí la vibra al minuto que abrí la puerta del
Complejo. Los moteros tenían aura, y aún que el resto forzaran a salir
otras auras, eran dominantes y rudos.
Todos ellos.
—El Complejo está cerrado para todos excepto para hermanos —gruñó
Dog, moviéndose hacía mi.
—Como me pongas una mano encima, lo juro por Dios, Dog, que nunca
volveré a mirar en tu dirección de nuevo. Y pregúntale a Shy, él sabe que
puedo sostener una molesta riña —le dije, mi voz era letal.
—¿Estás bien?
—Entonces no, no estoy bien —me dio la respuesta que ya sabía—. Así 207
que hazme un favor, cariño. Vete a casa. Estaré allí en un rato.
—¿Y qué asuntos del Club hacen que Shy no esté bien? —pregunté.
—Asuntos del Club, Tabitha, mueve tu trasero hacia afuera —cortó papá.
Luego dijo.
Nunca.
Por nada del mundo. No a menos que fueran forzados. Deben hacer algo
terrible para ser expulsados del Club.
—No. No, no, no —resopló Tyra detrás de mí, pero no podía moverme o
hablar.
—Absoluta-jodida-mente.
Dios.
¡Dios!
Oh mi Dios.
—Yo no me meto en sus asuntos. Quizás pueda tener una pista de lo que
hacen o a quien se follan pero mantengo esa mierda para mí mismo. Y
alguna de su mierda está muy cerca de casa —sus ojos apuntaron a
Hop—. Y lo sabes.
—Ni una vez este Club se ha sentado a discutir acerca de cómo se sienten
acerca de a quien tiene en su cama un hermano. Tack llama a sentarse, y
ustedes chicos se sientan, y lo digo ahora, no importa como la votación
resulte. Si se sientan, su mensaje estará claro. Ustedes obtendrán mi
navaja. Parte de la razón para estar en esta familia es el poder ser libre
siendo yo. No respondiendo a mis hermanos acerca de la mujer de la que
me enamoré o, en realidad, cualquier jodida cosa. Si me quitan mi
libertad, ya no habrá ninguna razón para quedarme. Así que no me 210
quedaré.
—Solo para dejarlo claro, si me haces elegir entre Tab o mi navaja, elegiré
a Tab. Tu obtendrás mi navaja y tu, personalmente, nunca más,
hermano, nunca más me volverás a ver.
—Bueno, jodido infierno —una voz familiar que no había oído en años y
deseaba que hubiesen sido décadas dijo detrás de mí—. Me voy por un
jodido tiempo y parece que Tabby aún está causando alboroto y
corazones rotos.
Sabía por qué. Aun cuando pasó mucho antes de que Shy y yo nos
involucráramos, todos los hermanos sabían que mi madre y yo no nos
llevábamos bien. Ellos sabían como ella me tiraba al suelo. Ellos sabían
cuan implacable era ella en eso. Ellos sabían las odiosas cosas que ella
me había dicho y hecho, y como me hacían sentir, como me hacía
comportarme cuando era más joven.
Era mi decisión, mi culpa, pero fue mi madre quien me hizo sentir como si
no fuera nada. Y luego me encontré a mi misma a los dieciséis con un
novio demasiado mayor para mi quien me golpeo cuando no me acosté
con él.
No era solo yo. Mamá tuvo un altercado con Tyra, ellas incluso tuvieron
una pelea de gatas en la entrada de Ride, y ella siempre estaba gritando
como una perra a papá.
Así como para mí, todos en el Club sabían que si no hubiese sido por su
amor, el amor de papá, el de Tyra, las cosas podrían haber sido diferentes
para mí. Comportándome contra la implacable crueldad de mamá, tomé
un camino equivocado y si no hubiese tenido sus cuidados, justo ahora,
podría a ver sido Natalie, drogada o haciendo hielo7, juntándome con
personas que no eran buenas para mí.
O peor.
Y mi hombre me amaba.
—Tabby —La voz estruendosa de papá venía detrás de mí, y yo giré hacia
él.
Levanté la vista hacia el hermoso rostro que adoraba, en los ojos que veía
todos los días en el espejo, y antes de que pudiera decir otra palabra, le
hablé yo a él.
—Te amo. No podría vivir sin ti. Pero si alejas la única familia que Shy
tiene a parte de su hermano… —saqué el aliento y terminé— yo nunca,
jamás, te perdonaré.
En eso, me di la vuelta y corrí hacia mi coche a toda velocidad en mis
Crocs (lo cual, sinceramente, no era fácil). Después entré en él, no perdí el
tiempo, y me alejé conduciendo de un lugar que siempre había sido un
hogar para mí.
La moto de Shy estaba allí, y yo tenía que ser fuerte por mi hombre.
***
Oh, sí.
Yo no.
Él.
Increíble.
Tenía razón. Su cabeza se echó hacia atrás pero sus caderas seguían
estrellándose, incluso más fuerte. Él siguió empujando mientras yo veía
su cabeza caer hacia adelante y sus dientes hundirse en su labio inferior
y, de verdad, verlo correrse casi me llevó allí de nuevo.
—Bueno, no tenía control sobre eso jefe —repliqué en voz baja—. Salió de
la nada, sin embargo, algunas veces también me gusta mirar.
Después preguntó:
—¿Jefe?
215
—Jefe motero es muy largo.
—Ya sabes, sin condones significa que no tengo que arrastrar mi culo
fuera de la cama después de acabar de correrme duro y tratar con eso.
Voy a ponerme perezoso.
Él se estaba burlando.
—Si —susurré.
Hice lo que me dijo. Su cuerpo se movió un poco pero sus ojos nunca
dejan mi rostro, y sentí el paño caliente entre mis piernas.
—Sí.
Su cabeza se deslizó aún más cerca, sus labios alcanzaron los míos, y su
lengua se deslizó en mi boca. El paño se movió entre mis piernas,
entonces Shy lo desplazó de alguna manera y no había paño, solo sus
dedos entre mis piernas. Él deslizó un dedo adentro y gemí en su boca,
mis caderas sacudiéndose. Gemí de nuevo cuando su dedo se deslizó
afuera y se movió ligeramente sobre mi clítoris.
Me recosté allí, felizmente, viéndolo salir y volver, pero esta vez, cuando él
se deslizó junto a mí, se puso sobre su espalda. Me tiró encima de él por lo
que mi pecho estaba en su pecho, mi mejilla en su hombro, mi rostro en
su cuello, y su brazo a mí alrededor, ahuecando una nalga de mi trasero.
Busqué algo más de qué hablar, y vino algo a mi mente que le quería
preguntar desde que mencionó a su abuela hace algunos días. Tal vez no
sea la mejor táctica de conversación, pero al menos no se va a hablar de lo
que estaba sucediendo en Chaos.
—Puede que no sea divertido —le advertí en voz baja y sus brazos me
dieron un apretón.
—¿Por qué no fuiste con tus abuelos después de que murieron tus
padres?
—Hasta que mencionaste a tus abuelos el otro día, nunca había 218
escuchado de ellos —señalé.
—No hay ninguna razón para eso, cariño. Simplemente nunca surgió.
—Él envolvió su brazo alrededor de mis hombros y ofreció—. Si consigues
tomarte unos días voy a llevarte a conocer a mi abuelo. Le gustarás.
—Tal vez, si Lan puede obtener tiempo, podemos ir todos a Arizona este
invierno. Escapar del frío. Ver a la abuela.
Sonreí de nuevo.
Sí, lo era.
—No quieres hablar sobre eso y no lo haremos. Solo voy a decir, que voy a
tener una charla con papá…
Él cerró sus brazos apretados a mí alrededor y me interrumpió diciendo:
Viví ahí toda mi vida, entendía lo suficiente para saber que era verdad, así
que asentí.
219
Shy siguió.
—Más aún, él tiene que llegar a un acuerdo con el hecho de que su única
chica es toda una adulta y él tiene que darle libertad para vivir su propia
vida. Lo que él me está haciendo es malo. Lo puse furioso. Él pensó que
nos estábamos escondiendo por las razones equivocadas. Pero lo que él te
está haciendo a ti es aún peor. Lo que él tiene que entender es que ahora
hay partes de tu vida que no son de su incumbencia. No soy padre. No sé
lo que se siente al dejar ir a tu hijo de esa forma, especialmente a su única
niña. Lo que sí sé es que, actué en suposiciones de la mierda sobre ti años
después de que sucediera, estuvo mal y… justificadamente… te perdí.
Ahora, él está haciendo lo mismo siete jodidos años después de que
ocurriera, y no tiene ni idea de que tú ya no eres esa chica que pierde los
nervios porque las cosas con su madre sean extremas. Eres una adulta
tomando decisiones sobre tu futuro, y tienes que decidir lo que vas a
compartir.
—Está bien, lo voy a dejar estar —me di por vencida, y sus labios se
curvaron mientras sus ojos se suavizaron y sus brazos me dieron un
apretón.
—Gracias, nena.
Parpadee.
Lanie era la mejor amiga de Tyra. Lanie fue la que perdió a su prometido
cuando todas esas cosas locas sucedieron y que eventualmente consiguió
que secuestraran a Tyra y la apuñalaran. Lanie se había mudado a
Connecticut para lamer sus heridas después de que Elliot, su prometido,
fuera golpeado y a Lanie le dispararan. Ella hasta hizo que Tira volara allí,
le dio algo de honestidad, y después Lanie regresó.
220
Lanie era alta, delgada, y una modelo preciosa. Ella también hizo un
montón de dinero y tenía su propia agencia de publicidad, era de clase
pura, y podía ser (con frecuencia) drama puro.
—Yo… no sé qué hacer con eso —le dije—. ¿Lanie ha estado con alguien
desde Elliot?
Hop era un buen chico. Yo lo amaba. Todos lo hacían. Pero también tenía
una ex, Mitzi, y cuando se convirtió en su ex, se puso feo. Yo no era uno
de sus hermanos, así que no sé por qué pero se puso tan feo que era difícil
pasarlo por alto.
—Lo que le pasó Mitzi fue merecido por Mitzi. Ella era un dolor en el culo
—devolvió Shy.
—¿Fue malo?
—¿Hop vagaba?
Su misión, tan jodida como parecía, era coleccionar a todos los miembros
del Club, convertirse en una muesca en los postes de sus camas,
mientras más muescas, mejor.
Eso hasta que BeeBee se pasó con Ty-Ty. Me molestó saber que mi padre
estaba allí (aunque, ciertamente, ella era hermosa con un cuerpo
fabuloso, solo puta) y desde el argumento que escuché de Tyra peleando
con papá, él y BeeBee habían estado juntos antes de que llegara Tyra.
Pensar que BeeBee siquiera miró a Tyra, y mucho menos que le dijera
222
una palabra (cosa que hizo), envió a papá sobre el borde.
Adiós a BeeBee.
Para siempre.
Ella también fue el ejemplo que Shy tiró en mi cara de regreso, esa noche
que él fue un idiota conmigo. Nada de esa noche fue agradable, aunque se
había terminado y yo no iba a regresar allí. Sin embargo, recordé muy
claramente que incluso que él sugiriera que yo iba por el camino de
BeeBee dolía profundamente.
—Sí. Ya pensaba que eso era jodido, pero les sucedió a Hop y Mitzi
cuando estaban en una ruptura, en una mala, en la pausa justo antes de
que explotara todo el infierno y Hop terminara con Mitzi para siempre.
BeeBee, podía oler esa mierda como nadie. ¿Por qué Hop readmitió a
Mitzi? No lo sé. Solo sé que no la admitió por mucho tiempo antes de que
estuviera realmente terminado.
—No estoy segura de que nada de esto sea bueno —le dije.
—Sí —susurré, después dejé caer la cabeza para tocar mi boca con la
suya.
—¿Qué, nena?
—Soñé un sueño.
***
Shy
Después, sin importar la mierda que pasó ese día, Shy se durmió
sonriendo.
224
Capítulo 14
Hazla feliz
La boca de Shy trabajaba entre mis piernas, mi espalda dejó la cama, mis
tacones se enterraron en sus costados, puse mis caderas en su cara, y me
corrí fuertemente.
—Otra vez, Tabby, las manos entre tus piernas —gruñó, con las manos
en mis caderas, tirándome hacia atrás mientras se echaba hacia adelante
y me tomaba. 225
Aún me estaba corriendo pero me las ingenié para colocar mi mano entre
mis piernas. Gemí en las almohadas ante mi toque y sus estocadas.
—Espérame —gruñó.
—Espera. Me.
Oh, Dios.
Gracias a Dios.
Mis manos se movieron con sus manos mientras una de ellas se deslizaba
para apretar mi pecho y la otra bajó para ponerme entre sus piernas
donde aún estaba enterrado.
Después del día anterior, no sabía lo que ese día iba a traer.
***
Shy y yo estábamos en la cocina, yo con la bata, Shy con sus vaqueros.
Bebíamos café, comiendo cereales, hablando, tocándonos, besándonos,
nuestra rutina habitual, cuando sonó mi teléfono.
Por suerte, no empezó tan mal. El problema con eso es que cuanto más
alto estés, mayor es la caída.
Tenía razón.
Mierda.
—Tyra —saludé.
—Soy Shy. Lo que tengas que decir a partir de ahora, me lo vas a decir a
mí.
Asentí.
—Odiaba a mi madre, fue mala con ella, pero aunque podía hacer cosas
estúpidas, normalmente solía ser genial con Rush y conmigo.
Asintió.
—Sabía que este día se convertiría en una mierda —susurré—. Sabía que
con lo genial que había empezado, no tardaría en caer.
—Puede parecer que estás cayendo, Tabby, pero recuerda, estoy abajo
para atraparte.
Ahí estaba.
Y era hermoso.
***
Shy
—Podría ser guay —empezó en el momento en el que Tuck se giró hacia 230
él—, si pudiéramos mantener bien las cosas mientras Tab se las apaña.
Sabes más que yo que no estaba unida a su abuela, pero aún así lo
siente. No he tenido la oportunidad de hablar con ella sobre ello, pero
también siente el hecho de que su madre apareciera para compartir esto
ayer pero en lugar de eso se echara sobre Tabby. También sabes que tiene
más mierda en su cabeza. Tú, yo, el Club. Un último favor que te pediré es
que no la hagas sentir eso hasta que haya terminado de sentir esto.
—¿Estamos bien con eso? —dijo Shy cuando Tack no dijo nada, y Tack
alzó la barbilla.
—Has dicho tus palabras, Tack. Si tienes algo más que decir, escucharé.
Pero he escuchado cada palabra que has dicho en los cuatro últimos días.
Los ojos de Tack eran intensos pero sus labios se estaban retorciendo
nuevamente cuando murmuró:
—Lo sentirá.
—Espero que así sea —le dijo Shy y observó la cabeza de Tack levantarse
sorprendido, y no escondió su mirada de dolor paternal. El pensamiento
de su niña como una mujer era claramente algo que aún no había
procesado, incluso si alguna vez estuvo prometida.
Tack sostuvo los ojos de Shy nuevamente. Luego alzó la barbilla y dijo:
—Si Rush o tú habláis con esa zorra de nuevo, advierto que reiteraré mi
mensaje, porque no estoy jodidamente bromeando.
—Eso está bien, porque Tab no está bien con su madre, pero no creo que
le gustara lo que he planeado.
—Hazla feliz.
Shy mantuvo la mirada mientras, por primera vez en unos jodidos meses,
empezó a respirar con facilidad.
Su bendición.
—Jesús.
***
—Estoy bien, Lan, gracias. Mola que estés dispuesto a venir, pero estaré
bien —Shy escuchó a Tab, que estaba acurrucada en el sofá a su lado,
con la cabeza en su garganta y hablando por teléfono con su hermano—.
Aunque si quieres venir, a Shy le encantaría verte y te prometo que no
cocinaré. Restaurante y comida para llevar siempre.
Estaba bien.
Su chica tuvo una caída esta mañana pero, tal y como era, había caído en
un cojín al aterrizar.
Sin sorprenderle, no habría voto. Shy llamó y habló con los hermanos que
querían arreglar los problemas. No les hizo trabajar demasiado. Si fuera
asolo él, pensaría las cosas. Incluso respeto y lealtad hacia Tack y, de una
manera retorcida, Tabby no dejaba escapar el hecho de que ninguno de
ellos le habría cubierto las espaldas. Ahora mismo, necesitaba
tranquilidad para su chica. El tiempo pasaría y se ganarían de nuevo su
confianza.
O no.
Tad había arreglado las cosas con el padre de ella, y cuando llamó a Shy
para decirle que había hablado con Tack, parecía que habían pasado
cinco segundos antes de que todo estuviera bien. No le sorprendía esto.
Amaba a su padre, y había llevado la conversación en que no había
perdido tiempo para ondear la bandera blanca con Shy. Shy le había
dicho a Tack que él estaba bien si Tab estaba bien. Ella estaba bien
porque Shy iba a estarlo.
Había hablado con su abuelo y explicó que no podía irse del trabajo. Él
también había estado bien, le preguntó su agenda, y le dijo que planearía
el funeral cuando tuviera dos días libres. Shy y Tab volarían para el
funeral y regresarían al día siguiente.
Se había encontrado con Cherry para tomar algo y también había estado
bien. Nuevamente, no es una sorpresa. Sabía que en Cherry no estaba ser
una zorra, ser rencorosa, o joder algo bueno. Y ella y Tabby tenían algo
bueno.
La única persona con la que no había arreglado las cosas era con su 236
hermano Rush. Había llamado repetidas veces y ella no había aceptado
sus llamadas. Esto sí era una sorpresa.
—Shy…
—Has perdido familia, los dos lo habéis hecho. No dejes que se pudra.
—Me importa una mierda. Las repite y le importa una mierda lo que
hagan los demás, tienes razón para estar enfadada y ser rencorosa.
Ahora, ambos habéis perdido a vuestra abuela. No tiene ninguna mujer.
Solamente tiene una hermana. Honestamente, ¿mi chica va a quitarle eso
ahora?
—De hecho, no, pero es una buena idea —respondió, aún sonriendo.
Sus ojos se fueron a la marca que había dejado en su cuello esa mañana,
y luego a sus ojos.
Shy estalló en carcajadas. Cuando paró, vio que ella le estaba sonriendo.
Y le golpeó.
Todo.
Despertarse con ella. Irse a la cama con ella. Hacerle el amor. Comer con
ella. Reír con ella. Besarla. Ir de compras con ella, y cuando estaba en
una tienda y caminaba, verla mirar las estanterías, buscándole, y cuando
él iba a por ella por la espalda, ella se giraría, perdida, y se echaría sobre
él en el momento en el que le viese, de repente encontrada.
Jesús, lo tenía.
Todo.
Ella le entendió.
—Shy…
Vio sus ojos azules llenos de lágrimas, sintiendo sus dedos en sus
hombros, su peso en su regazo, el olor de su pelo, el sabor de ella aún en
su lengua.
Todo.
Todo.
Ella tuvo una sonrisa tambaleante y se fue de sus brazos mientras salía
de su regazo.
Increíble.
239
Capítulo 15
Suerte
Un mes después…
—Jesús, Tab, ¿qué está pasando con eso? Es como un hippie teniendo
una cita en una fiesta de té.
240
Mis ojos se dirigieron a donde apuntaba, vi a Lanie y Hop, no muy
disimulado por los pasos que dirigían a la oficina en la que se
encontraban detrás, pero en su mayoría ocultos por la oscuridad de la
noche de noviembre. Se veía glamorosa, como de costumbre, su brillante,
espeso cabello oscuro brillaba incluso en el fuego distante e iluminador.
Conversé con ella antes y vi que estaba informal para ser Lanie, vistiendo
jeans, pero con asesinas, costosas botas, un elegante suéter y la
pashmina que se envolvía alrededor de su cuello gritaba clase.
Hop, por otra parte, estaba en unos maltratados, Jeans desgastados (que
todavía se veían bien en él), una camiseta térmica negra, y su corte
magullado, una chaqueta de cuero negro con la insignia de Chaos en la
parte posterior. Su oscuro cabello se hallaba demasiado largo, cayendo
en su rostro, y su asombroso bigote motero que corría abundantemente
por su labio y caía por los lados de su boca, necesitaba un recorte. Algo,
conociendo a Hop por siglos, sabía que follaba con cualquiera cuando le
daba la gana, tenía una dama con clase en su cama o no. Este podría ser
el próximo día. Este podría ser el mes siguiente.
Después, con sus brazos alrededor de sus hombros, la arqueó aún más
en las sombras, torciendo su torso así que no pude ver nada más que el
borroso emblema de Chaos en su espalda, y sabía que ellos estaban
follando.
Mis ojos se movían por el patio delantero de Ride, donde actualmente nos
ocupábamos de beber y comer un cerdo asado a lo Chaos. La parte del
escándalo vendría en cerca de media hora después de que el cerdo fuese
repartido y había más botellas bacías alrededor que vasos de plástico
llenándose en los barriles.
Espié a papá, sus ojos se fijaron en las escaleras y por lo tanto en Lanie y
Hop; sus ojos se estrecharon.
Ay no.
Aléjense.
241
—No lo sé, cariño, pero que eso va en contra de todo lo que es santo
—murmuró Lan, y se echó a reír.
Basta con decir, que Landon fue fiel a su palabra. El tiempo que tomó
para probarse que confiaba en mí con su hermano no duró mucho.
Ocurrió cerca de después de que todo el infierno se vino abajo en Chaos.
Eso fue dulce y todo, ¿pero volar a Arizona para asistir al funeral de una
mujer que no conocía y, obviamente, considerando que ella falleció,
nunca conocerá?
Por lo tanto, tuve que sobrellevar el funeral de la abuela sin tener que
soportar mi madre siendo una perra. Ni siquiera tuvo la oportunidad de
lanzarme una mirada maliciosa. Se quedó muy lejos.
Eso es lo que hizo por mí Lan. Me habían dejado entrar. Cuando llamaba
Shy, o Shy hablaba con él y me encontraba a su alrededor, le pedía que
me pasara el teléfono y hablábamos. No siempre y no profundamente,
pero era amable, cálido y dulce. Y ahora que estaba hasta el fin de
semana aquí, bromeó y se burló, completamente genuino,
completamente real, nada alerta, nada falso.
También a mí.
La parte buena de esa horrible visita a Arizona fue que Shy y Lan tuvieron
la oportunidad de ver a su abuela. Nos reunimos con ella en la cena. La
amé en el acto. Esto fue porque estaba fuera de sí de la alegría ante la
sorpresiva oportunidad de pasar tiempo con sus chicos y no lo ocultaba.
Esto también era porque coqueteó audazmente con Rush. Fue divertido.
Ella era divertida, y algo más que no ocultaba era que ella registró que
Shy me amaba y me unió a la familia inmediatamente.
—Es bueno saber que te ríes, Tab. Has estado tranquila —observó
Landon. Le di Shy una sonrisa y luego miré a su hermano.
—Estoy bien.
—¿Segura?
Por lo tanto, no fue una sorpresa que Lan supiera sobre el Doctor Imbécil,
porque el Doctor Imbécil no se había calmado. Los chismes, resultaron
exactos a su estado de ánimo. La chica del chisme de su cuarto de
suministros saltó, llamó a la esposa del Doctor Imbécil y le dio la noticia
de que su marido era un infiel. Esto parece no le cayó muy bien a su
mujer y estuvo durmiendo en el sofá de su oficina por una semana
mientras que encontraba un nuevo apartamento.
Para mí, eso significaba que era otra vez, por alguna razón
incomprensible, su objetivo, y que aumentó su la maldad muy
significativamente.
Basta con decir, que las partes buenas en la que Shy y yo construíamos
una amistad en la que nos enamoramos y comenzamos a establecer una
relación había terminado. Esto no quiere decir que las cosas todavía no
fueran impresionantes. Era simplemente que la vida era la vida y no todo
era perfecto todo el tiempo.
Por ejemplo, Shy tiraba su ropa por todo el suelo, y eso me volvía loca.
Decidí tolerarlo, pero luego, después que los juntara y los ponía en el
cesto, Shy desaparecía siempre que iba a la lavandería.
—No.
—Así que alguien lavó tú ropa, porque tú ropa estaba usada pero no
sucia, antes de que la llevara.
Oh Dios.
Fui allí y así lo hice al poner mis manos en mis caderas y decirle:
—Te dije que no vayas allí —murmuró, sus ojos volvieron a la pantalla del
televisor.
—Shy —lo llamé. Suspiró y me miró—. En vista de que estás aquí, tu ropa
está aquí, duermes en mi cama cada noche, regresas a mi casa todas las
noches y esencialmente estamos viviendo juntos, tenemos que encontrar
la manera de hacer eso sin que lo arruine.
—Sí, cariño, también irías a la cama sola sin nadie que te comiera el coño
—replicó.
Hice esto, agarrando las asas del cesto, despotricando, cerrando la puerta
de la habitación detrás de mí, haciendo mucho ruido cuando quité la
ropa y luego encerrándome en el baño con mi teléfono.
—No, tú no eres yo, pero Shy es Tack más joven, y sé que esto no es lo que
quieres oír pero tampoco está mal. Has vivido toda tú vida con tú padre y
tus hermanos, cariño, así que también lo sabes.
Ella tenía razón, por supuesto. Shy ya hizo que valga la pena, por
supuesto. Pero era demasiada terca para admitir la derrota (aún), por
supuesto.
Corté con Ty-Ty, llamé a Natalie (otra vez), no obtuve respuesta (otra vez),
y evité a Shy pasando el rato en la habitación hasta la hora de acostarse.
Luego se inclinó hacia mí, con sus manos sobre la encimera a cada lado
de mí, y ordenó:
Una promesa.
Absolutamente.
Esa mirada intensa dejó su rostro, sus ojos brillaban con el calor,
entonces estaba fuera del tocador, en el dormitorio, tirada en la cama,
mis bragas se habían ido, y Shy comió algo antes de ir a dormir.
Otras mujeres podrían no creer que valió la pena saber que era la que
limpiaría los baños sin descanso por el resto de su vida, pero funcionó
para mí.
Ese fue el peor pleito que tuvimos. Aunque discutíamos un par de veces,
no era nada que me hiciera irme enfadada sola a mi dormitorio. 249
Y en un esfuerzo por continuar está carrera, no hablaba con Shy sobre el
Doctor Imbécil.
Shy, al igual que todos los miembros del Club, tiene un beneficio mensual
del taller de coches y motos, así como de las tres tiendas de automóviles
que hacían funcionar, una en Denver, una en Colorado Springs, y otra en
Fort Collins. Los chicos cambiaban para trabajar en el mostrador, llenar
los estantes, llevar el inventario, y los que, como Shy, eran competentes,
trabajaban en el taller de coches y motos. Nadie lo programaba, pero tal
era la lealtad a la hermandad, por no hablar de su medio de vida, que
nadie tampoco se aprovechaba.
Cada miembro tenía que prometer al Club y soportar toda la mierda que
los hermanos le hicieran pasar durante todo el tiempo que decidieran que
durara. Chaos no tenía reglas, así que no era como si ellos lo
prometieran, estarían enfrentando seis meses o un año y los chicos
sabían cuando cesarían las torturas, obtendrían beneficios, la tinta de su
tatuaje en su espalda y podían salir para verse como cabrones de pleno
derecho. Nunca bajaba de seis meses, pero podría ser más de un año
antes de que los chicos se sentaran y votaran por ingresar a un nuevo
hombre.
Y por basura que tenían que pasar, quiero decir lo que sea necesario.
Aún así Shy, como todos los hermanos, hacía su parte en la tienda y
también trabajaba en el garaje. Tan lejos como podía ver, hacía más o
menos ambos en igual medida. Por lo tanto, no tenía un horario, iba 250
cuando iba, llegaba a casa cuando terminaba de trabajar, pero estaba
siempre en Ride.
También hacía cosas con sus hermanos y para el Club durante el día y a
veces durante la noche que no compartía conmigo, y sabía lo suficiente
acerca de la vida para no preguntar. No, tachar eso, nunca preguntar. Si
quería que yo me enterara, entonces me lo contaría. Había escuchado a
mi madre y mi padre peleando lo suficiente para aprender esa lección.
Sabía que el Club estaba limpio, papá peleó para que fuera así.
Pero la regla dorada para una mujer con mucho años en Chaos era
apoyar a su hombre cuando fuera necesario, permanecer a su lado
cuando fuera necesario, no preguntar nada para no obtener mentiras, y
saber que la bondad de su hombre sobrepasaba las cosas que necesitaría
hacer para mantener prosperando al Club. Si no seguía la regla dorada,
entonces ya no sería una de esas mujeres.
—¿Mejor o peor?
—No está bien, estás callada, distraída por el trabajo, en una fiesta con tu
hombre y su familia, y está en tu mente —presionó Landon.
No estaba equivocado.
—Así es la vida.
—Haz eso, cariño, pero renunciaste por cómo estaban las cosas con Shy,
pero también porque ya no podías soportar a ese idiota. No sé si les
dijiste, pero aún si te molesta, la vida es demasiado corta para esa
mierda. Si debes buscar otro trabajo, hazlo sin arrepentirte. Si fueran
leales a ti, no dejarían que este tipo jodiera tu mente. Solo sé leal a ti
misma, ¿sí? Encuentra algo que no te haga quedarte callada cuando
deberías estarte divirtiendo. ¿Estás conmigo? —Terminó con una
pregunta gentil.
—Por suerte, Shy está en mi casa todo el tiempo o preveo que tendría que
cambiar sus sábanas —murmuré a través de una sonrisa mientras Lan
deslizaba su brazo alrededor de mis hombros y empezaba a caminar
hacia mi hombre.
Su brazo cayó.
—Atrápala, tigre.
—¿Qué?
Pero también vi a papá, y sabía que él tenía una idea ya que estaba
siguiendo a Hop y Lanie con los ojos, su boca apretada. Conocía las
miradas de mi padre y esa no decía enojado, decía impaciente.
Mi mirada se dirigió de nuevo a las puertas del Recinto para ver que Hop
y Lanie habían desaparecido en el interior.
Además, no creí que no hubiera tenido un solo hombre desde que perdió
a Elliott. Ni uno solo. Y habían sido años. Para una mujer tan hermosa,
loca, divertida, sin mencionar dulce, eso era triste. Se merecía un buen
hombre en su vida que pudiera hacerla feliz.
Además, al igual que las buenas mujeres, los hombres buenos merecían
felicidad. Así Hop merecía toda la locura, diversión, dulzura y belleza que
Lanie podría darle.
—¿Cuando?
Sería el paraíso.
Sonreí.
***
—A riesgo de enojarte, tengo que compartir esto. Más de una vez en los
últimos cinco años, me tiré en esta cama con mi polla en mi mano,
pensando en ti haciendo lo que acabas de hacerme.
Me encendió.
Levanté la cabeza de su hombro y miré a sus ojos verdes.
—Bien, antes de que nos rompamos el uno al otro de nuevo, tengo que
hablar contigo de algo.
—¿Perdón?
Sonreí y lloré:
—Sí.
Asentí.
—Brick and Dog, ambos dicen que ya quieren estancia en las montañas
por un tiempo, un cambio de escenario.
Mi corazón se volcó.
—El trato está hecho. Esos dos hermanos están yéndose y estarán
desaparecidos al menos un año, probablemente más. Así es que Tack
tomará las decisiones. Le pidió a Hop subir cuando se vayan.
—Sí. Lo es —Él estuvo de acuerdo—. Pero tienes entender esto, para ti,
esto también significa que no podría estar tanto contigo. No es como Dog
y Brick que son llamados al servicio diario, pero ellos tienen mierda extra
para hacer que los otros hermanos no hacen.
—Está bien.
Parpadeé.
Luego pregunté:
—¿Qué?
—Absolutamente no.
—De acuerdo, entonces, ¿por qué? —Le cuestioné— ¿Por qué estas
cuestionándote tu compromiso con los hombres?
El negó con la cabeza y miró hacia la almohada al lado mío.
Volvió a mirarme.
—Joder no.
—Tenía su razón y era una buena. Pero ninguno habló por mí. Eso se vino
abajo, yo no era un recluta. No es como si hubiera estado en el Club dos,
tres años, sino cerca durante una década. ¿Me conocían y nadie habló
por mí?
—Tengo que decir que tu padre me alagó, pensar que tengo todo lo
necesario para manejar la mierda del Club en su lugar, hablando por él,
cuando el Club me necesite, eso es fuerte. Me gusta. Es un homenaje que
no esperaba, no a mi edad. Conozco la historia de él y High. High en serio
chocó contra él cuando Tack intentaba limpiar el Club.
Afortunadamente, esa mierda se ordenó pero sé que Tack no olvida, así
que sé por qué no va ahí cuando High tiene más tiempo con el Club que
yo. Sé que Hound puede ir por uno, no tiene la disposición para la
diplomacia. Aun así, podía seguir con Hop, tiene solo un hombre al que
llamar y me llamó. Me gusta eso. Pero estoy pensando que necesito más
tiempo con los hermanos, necesito volver a sentirlo sólido antes de que
entregue más.
—Te entiendo —le dije. —No es como si estuvieras siendo un idiota. Estás
siendo sincero. Tienes razón, eso no fue genial. Hop habló por ti cuando
fuiste reclutado. Él también está totalmente arrodillado ante Lanie, y, por
cierto, papá los vio peleando en el garaje, así que eso se va a desatar
pronto. Así que él sabe donde te estás metiendo. Roscoe y Tug se
condenaron a tu lado, ninguno de esos tres habló por ti cuando deberían
haberlo hecho, especialmente Hop. Si necesitas sentirte más sólido,
hazlo. Tómate tu tiempo. Si papá elige a otro teniente, High no es
confiable, Hound esta posiblemente loco, pronto papá podría estar
buscando a alguien y Chaos lo sentirá si esos hombres no representan
bien a sus hermanos. Cuando sea tu turno otra vez, van a estar listos
para ti, pero tienes que estar listo para dárselo.
Sonreí.
Sonreí y respondí.
—Sip.
Shy continuó.
Bueno, eso podría explicar por qué estaban guardando cosas en secreto.
Shy continuó:
—Mierda, no. Lanie es hermosa pero es un loca. No hay garantías con ella
en la mezcla, y Hop no lo está diciendo, pero está loco por ella. Una noche
tuve un avistamiento de ellos de pie en su bicicleta y no puedo decir que
sea un experto en leer a las perras pero, por el lenguaje corporal, ella está
loca por él también. Cherry o Tack lo encararán, el trasero de Cherry irá
contra Lanie, y ahí habrá fuegos artificiales.
—Tener a un padre que amaba a su esposa. Ver lo que Tack tiene con
Cherry. Dog y Sheila. Sentir lo que tengo contigo. Cuando están juntos y
no se están gritando el uno al otro, eso es lo que veo.
O al menos lo esperaba.
—Y me gusta eso para Hop, nena. Mitzi era una perra. Lanie lo
mantendrá en sus pies, pero si tienen esos momentos tiernos, vale la
pena.
Así fue.
—Definitivamente.
Podría hacerlo.
262
Capítulo 16
Soy yo
El Dr. Imbécil estaba parado ahí, con los ojos en mi hombro, su rostro
263
horriblemente arruinado. Hablábamos de algo grande. Ambos ojos
negros, azules, y muy hinchados, un vendaje en el puente de su hinchada
y enrojecida nariz, labio partido con tres cortes inflamados y moretones
amarillentos alrededor de sus pómulos.
Oh Dios.
—Yo, um… por supuesto —dije en voz baja, mi mirada voló a mi colega,
Peggy, quien estaba sentada detrás del escritorio en el puesto de
enfermería y quien también estaba mirando al Dr. Imbécil con una
expresión en su rostro que de seguro reflejaba el mío.
Me volví hacia el Dr. Imbécil para verlo extender un brazo para que yo
procediera. Me moví, él se movió para dejarme pasar, y noté que estaba
moviendo su cuerpo con mucho cuidado.
Oh dios.
¡Que tonta!
No sabía qué hacer con esto, y no sabía que sentir al respecto. Solo sabía 264
que, es este mismo instante, se sentía extraño y no de una buena
manera. También sabía que tenía tres horas hasta que terminara mi
turno y no podía hacer nada al respecto hasta entonces.
Cuando llegue al puesto de enfermería, Peggy seguía ahí, con los ojos
todavía bien abiertos, se inclinó y preguntó.
Ella miró por el pasillo, obviamente donde había visto al Dr. Imbécil y
preguntó.
—No compartió eso —le dije. Afortunadamente era la verdad (de algún
modo) y ella me miró y sonrió.
Estaba amando esto. Sí, eso era lo gran idiota que él era.
—Cariño.
—¿Dónde estás?
Me había leído.
—Estoy aquí.
—¿Estás bien?
—Claro —mentí.
—Tabby… —comenzó.
—¿Quieres una?
—Shy…
—Tab, lo escuché en tu voz, lo veo por toda tu cara. Algo sucede y creo 266
que sé que es ese algo. Ahora, háblame. ¿Por qué me estás mirando cómo
me estás mirando en este momento?
Está bien, basta decir que no había conseguido ordenar mi cabeza antes
de que él llegara a casa.
Habría sido bueno tener la oportunidad de hacer eso, pero con la manera
en que Shy me estaba mirando, sabía que no iba a tener esa oportunidad.
Parpadeé.
Eso era discutible, pero decidí que lo mejor en ese momento era no
debatirlo.
—No, no lo hice —me dijo—. Pero te dije a todo pulmón lo que le haría a
ese imbécil si no te dejaba en paz.
Mierda.
267
—No sé cómo sentirme al respecto, Shy. Esto me afecta, es mi trabajo...
Shy me interrumpió-
—¿Se disculpó?
Shy cruzo los brazos sobre su pecho y su voz se volvió baja cuando
contestó.
—Shy...
Con eso, me dio una larga mirada y paseó su alta y desgarbada gracia de
motero saliendo por la puerta.
Respiré profundamente.
Luego me trasladé hacia el teléfono con solo una persona en mi mente. 268
La voz áspera de mi padre vino a mi después de un timbre.
—¿Tienes cena?
—No.
¿Los tres?
Me incliné y siseé:
—Sip.
No me di por vencida.
Allí estaba otra vez. Repercusiones. Una palabra que estaba empezando a
270
pensar que ellos no sabían lo que significaba, pero dado que era una
palabra nueva acuñada por, supongo, Hollywood, quizás todavía no
había logrado llegar al diccionario.
—¿Pidió disculpas?
¡Oh-Dios-Mío!
—Bueno, Tyra no está aquí, así que vas a tener que guiarme a través de
eso, papá —señalé, y la mirada de papá se trabó en la mía.
—Te ama.
—Te ama, Tabby. El chico está completamente perdido por ti. No le gusta
que pases malos tragos. Él podía hacer algo al respecto, así que lo hizo. Te
dio tiempo para que lo arreglaras, te dio tiempo para que lo consultaras,
pero no hiciste ningún movimiento, así que él lo hizo.
Alguien podría decir que no me gustaban sus palabras (tan locas como
parecieran), pero aún así, aparté mi cabeza y le di un trago a mi cerveza.
Suspiré.
Supuse que eso era todo, así era cómo iba a ser, y supe que mi suposición
era correcta.
Tomé mi decisión y así era cómo iba a ser, y sentada junto a papá me di
cuenta, que realmente, después de que la sorpresa se disipara, que no lo
querría de otra manera.
***
Dos horas más tarde, entré en mi apartamento para ver a Shy acostado
sobre el sofá, una pierna doblada, los pies desnudos en el asiento, la otra
pierna a un lado del sofá por lo que su pie estaba apoyado en el suelo.
Fui allí.
Cuando llegué, tomó mi mano, me acercó, así que puse una rodilla en el
sofá entre sus piernas, me moví dentro y me acomodé sobre él, caderas
entre sus piernas, pecho a pecho, mejilla a hombro.
Entonces me murmuró:
—Buena elección.
Suspiré.
—Sí —respondí.
274
Se quedó en silencio por un instante, luego envolvió sus brazos con
fuerza a mí alrededor y declaró:
Uh-oh.
Shy continuó:
Shy continuó:
—Entiendo que todo eso eres tú. Te amo, por lo que decidí, en vez de
encontrarlo molesto, lo veo de manera bonita. Porque se trata de ti. De
eso se trata. Salvo la parte donde eres una perra porque te está por venir
el período, pero eso tiene más que ver con el hecho de que voy a perder tu
coño, por unos días y esa no es mi parte favorita del mes.
Aspiré una bocanada de aire con el fin de que ese pensamiento penetrara.
Cuando penetró, me removí y besé su garganta.
—Te estaba molestando, Tabby. Con cualquiera que se meta contigo, voy
a meterme en el medio y voy a hacer lo que sienta que tiene que ser
hecho. Esta vez, te di tiempo. Te lo advierto a partir de ahora, podría no
darte tiempo si vuelve a suceder. Todo lo que necesito es que entiendas
donde estoy y lo enfrentes conmigo.
—¿Lograste entenderlo?
—Sí —respondí.
Yo también.
Entonces le dije:
Ciertamente lo hizo.
—Peggy pensó que era gracioso —compartí—. No sabía que ella estaba
tan sedienta de sangre. Se lo dijo a todo el mundo. Se está muriendo por
saber cómo sucedió.
276
Shy estaba hablando con humor ahora cuando dijo:
—Sí —murmuré.
—¿Estamos bien?
—Bien —murmuró.
Nuevamente, suspiré.
Al igual que cualquier otra cosa en la vida, existía el bien y el mal. Para
llegar al primero, tenías que aportar el último. Así que decidí, en pocas
palabras, que el Sr. Cabeza de idiota claramente no iba a meterse más
conmigo, y aunque el camino a eso estuvo pavimentado con cosas que no
me hacían querer dar volteretas, ese viaje, al menos, había acabado.
—¿Dulce?
—¿Disculpa?
—Sí —respondió.
—Eh… no tengo…
—Yo sí.
—¿Un anticipo?
—Sí, y lo suficiente como para conseguir cosas, para convertir una de las
habitaciones en una oficina, otra habitación de invitados para cuando
Lan aparezca, muebles de terraza, una parrilla. El refrigerador no es muy
bueno, así que conseguiré uno nuevo.
—Shy, yo…
—Este lugar es muy pequeño —me dijo.
—Bien.
Sonaba bien para mí.Allí estaba otra vez. Repercusiones. Una palabra
que estaba empezando a pensar que ellos no sabían lo que significaba,
pero dado que era una palabra nueva acuñada por, supongo, Hollywood,
quizás todavía no había logrado llegar al diccionario.
—¿Pidió disculpas?
¡Oh-Dios-Mío!
—No lo sé, quizá porque soy yo… —Clavé mi pulgar en mi pecho—, quien
trabaja con este tipo.
—Apuesto a que irá mejor —murmuró.
—Bueno, Tyra no está aquí, así que vas a tener que guiarme a través de
eso, papá —señalé, y la mirada de papá se trabó en la mía.
—Te ama.
—Te ama, Tabby. El chico está completamente perdido por ti. No le gusta
que pases malos tragos, él puede hacer algo al respecto, así que lo hizo.
Te dio tiempo para que lo arreglaras, te dio tiempo para que lo
consultaras, pero no hiciste ningún movimiento, así que él lo hizo.
Alguien podría decir que no me gustaban sus palabras (tan locas como
parecieran).
Suspiré.
Supuse que eso era todo, así era cómo iba a ser, y supe que mi suposición
era correcta.
Tomé mi decisión y así era cómo iba a ser, y sentada junto a papá me di
cuenta, de verdad, luego de que la sorpresa se disipó, que no lo querría de
otra manera.
***
Dos horas después más tarde, entré a mi apartamento para ver a Shy
acostado sobre el sofá, una pierna doblada, los pies desnudos en el
asiento, la otra pierna a un lado del sofá por lo que su pie estaba apoyado
en el suelo.
Cuando llegué, tomó mi mano, me acercó, así que puse una rodilla en el
sofá entre sus piernas, me moví dentro y me acomodé sobre él, caderas
entre sus piernas, pecho a pecho, mejilla a hombro.
Entonces me murmuró:
—Buena elección.
Suspiré.
—Sí —respondí.
Se quedó en silencio por un instante, luego envolvió sus brazos con
fuerza a mí alrededor y declaró:
Uh-oh.
Shy continuó:
—Bueno.
283
Shy continuó:
—Entiendo que todo eso eres tú. Te amo, por lo que decidí, en vez de
encontrarlo molesto, verlo de manera bonita. Porque se trata de ti. De eso
se trata. Salvo la parte donde eres una perra porque te está por venir el
período, pero eso tiene más que ver con el hecho de que voy a perder tu
coño, per por unos días y esa no es mi parte favorita del mes.
Aspiré una bocanada de aire con el fin de que ese pensamiento penetrara.
Cuando penetró, me removí y besé su garganta.
—Sí —respondí.
Yo también.
Entonces le dije:
Ciertamente lo hizo.
—Peggy pensó que fue gracioso —compartí—. No sabía que ella estaba
tan sedienta de sangre. le dijo a todo el mundo. Se está muriendo por
saber lo que sucedió.
—Sí —murmuré.
—¿Estamos bien?
—Bien —murmuró.
Nuevamente, suspiré.
—¿Dulce?
—¿Disculpa?
—Sí —respondió.
—Eh… no tengo…
—Yo sí.
—¿Un anticipo?
—Shy, yo…
—Bien.
287
Capítulo 17
Contraproducente
Decidí dejar las cosas así, ya que la forma en que Shy lo dijo significaba
que tenía que dejar las cosas así.
La mala noticia fue que, me encantó el primer lugar pero Shy lo odió, e
incluso en ese primer momento crítico, había empezado a desesperarme
porque no encontraríamos un feliz término medio.
No hacía falta decir que dado que la vida no era buena en la casa de la
perra de su tía, las navidades no eran mucho mejores. Así que tenía que
darle algo para Navidad, no solo a Shy sino también a Lan, quienes no
habían tenido un regalo en mucho tiempo.
—¿Dónde estás?
Mi estómago cayó.
Él sonaba molesto.
—En mi coche, lista para volver a casa —le dije con cautela—. ¿Todo está
bien?
—Ahora —y colgó.
No entendía esto. Las cosas estaban bien. No había hecho nada que
pudiera pensar que lo haría enojarse o al menos no enojarse así. Desde la
tarea pendiente con Shy y los chicos sobre darle una paliza al Dr. Imbécil,
todo estaba genial.
No tomé esto como una buena señal tampoco. Tyra debería estar en el
trabajo, a menos que se le hubiera dicho, por alguna razón, que lo dejara.
Todos.
Una vez dicho esto, yo estaba allí así que seguí adelante, le di mi historia
y su rostro se volvió algo aterrador. Entonces me dijo que conocía a mi
padre, conocían a Shy y él “buscaría la mierda” (sus palabras). Le dije que
no estaba cómoda con él “buscando la mierda” a menos que le pagara. Así
que hicimos un trato. Le di un anticipo que era la totalidad de mis
ahorros, y eso no era poco. Había estado ahorrando dinero desde que
papá me llevó al banco para hacer mi cuenta de ahorros cuando tenía
once años. Había querido usarlo para ayudar a hacer la casa que
compartiría con Jason, lo cual no sucedió. Entonces lamenté perderlo
porque habría ayudado con el pago inicial de la casa que compré con Shy
y me habría sentido mejor, haciendo mi parte. Por desgracia, para
entonces, ya se había ido.
Así que hicimos nuestro trato, Lee me dijo que revisarían la mierda, no
perderían el tiempo y controlaría los gastos, y me llamarían cuando el
dinero se acabara.
No era de extrañar, ya que el caso era muy antiguo, hace años que me
había llamado y me dijo que el dinero se había agotado.
Por lo tanto, pensé que había terminado. Fue decepcionante y quizás una
estúpida pérdida de dinero, pero me aferraría al hecho de que traté de
hacer algo importante para Shy, algo enorme, a pesar de que no funcionó
y que él nunca sabría que lo hice.
Solo que no entendía por qué Shy, y todos los demás, estaban tan
malditamente enojados.
—Bueno, umm… no. Quiero decir, obviamente sabes que contrate a Lee
para, uh… que averiguara unas cosas que, por cierto… —Me atreví a
darle una mirada de desaprobación a Nightingale esperando que no lo
tomara como una ofensa—. … pensé que era confidencial.
—¿Pensaste que estabas qué? —Cortó Shy, sus palabras eran duras,
viniendo de algún lugar feo.
Tenía que hacer un control de los daños. Solo que no tenía ni idea de
cómo.
—Yo… tú… —Miré alrededor y luego de regreso a Shy, sabiendo lo que 293
tenía que decir, necesitando decirle lo que expresaba cuando hablaba de
su familia y pensando que no querría audiencia, le pregunté—: ¿Podemos
hablar de esto en otro lugar?
—No, cariño, vas a hablar de esta mierda aquí —gruñó papá, y giré
sorprendida mis ojos hacia él para ver que parecía tan enojado como
sonaba—. Después de que Shy consiga lo que necesita de ti, te
preguntaré algunas cosas sobre por qué llevaste mierda como esta fuera
de la familia.
¿Qué?
—Yo… —empecé.
—Tabby, los ojos en mí —ordenó Shy secamente y cuando miré hacia él,
repitió:
—¿Qué demonios?
Luego lo intenté:
—Tú… estabas haciendo mucho por mí. Yo quería hacer algo por ti.
No lo entendía.
Entonces lo entendí.
Tal y como Natalie dijo, el Club quería a este tipo para que así la pérdida
de Shy pudiera ser vengada, y Lee Nightingale lo sabía y podría no estar
dispuesto a involucrarse, incluso en la periferia, de lo que ellos habían
planeado.
Shy lo miró.
Está bien, ahí estaba otra vez. ¡Ahora esto era aún peor!
—Las autoridades le harían pagar por más tiempo, Cage —dijo Lee en voz
baja.
—Me lo vas a entregar. Pase lo que pase, sea cual sea el efecto
contraproducente, está en mí, no en ti, y esto no tiene una mierda que ver
con Chaos.
Volví mis suplicantes ojos hacia papá, pero papá tenía sus ojos fijos en
Dog. Luego movió su mirada hacia Lee.
¡Peor!
¡Caramba!
Nunca.
—Ve a casa, cariño, espera allí. Todo estará bien —dijo en voz baja.
—Creo que él va a…
El rostro de papá bajó más cerca, sus ojos eran oscuros, intensos, estaba
sintiendo un montón de cosas, pero aun así su mirada de alguna manera
parecía gentil sobre mí, y reiteró:
—A ti tampoco —continué.
—O a nadie —seguí.
Entonces asentí.
Él tenía esto.
Esperaba.
Asentí.
Planeando.
Tenían esto.
Miré a papá:
***
Tack
—Cada centavo.
Nightingale asintió.
Entonces preguntó:
El acuerdo se cerró.
Lee Nightingale se subió a su camioneta.
Tack rondó hacia su motocicleta, lanzó una pierda por encima, la hizo
rugir y luego se dirigió a cuidar la espalda de su hermano.
300
Capítulo 18
Rompiendo el círculo
—¿Él rogó?
—¿Tuvo tiempo para decirte que tenía dos hijos con una niñera, jugando
y comiendo comida chatarra y mirando películas hasta tarde, sin tener
idea… ni… puta… idea de que despertarían por la mañana sin familia?
El hombre abrió sus ojos, mantuvo su cabeza hacia el suelo pero sus ojos
se deslizaron hacia Shy.
—Estoy limpio ahora —le dijo el hombre de nuevo, a toda prisa—. Salí de
eso, hermano, te lo digo, no ha pasado ni un día donde no haya recordado
cuán lejos llegué y me atormentaba constantemente.
—Cada noche, hombre, todas las noche. Los veo cada noche.
—Le conseguía pendientes, cada Navidad —le dijo Shy—. No cualquier 302
mierda, eran diamantes, esmeraldas, rubíes. Después de que le
disparaste, rebuscaste por mi casa, pero no encontraste una mierda, ¿o
sí… —Vaciló antes de terminar con un disgustado—: hermano?
—No.
—No —susurró Shy—. Lo sé. Mi puta tía los tenía. La tía con la que mi
hermano y yo nos fuimos después de que mataras a mi familia. La tía que
nos hizo sus esclavos. La que nos trató como mierda. La que nos odiaba y
nos lo hacía saber cada puto día por seis malditos años. Ella tenía los
pendientes de mi madre.
—No.
—¿No sufrieron?
—¿Tienes familia?
—Te llevaste tres vidas, destruiste todo lo que conocía. ¿No crees que
deberían saberlo? —preguntó Shy.
—Así que mis padres murieron para que pudieras aprender una lección y
tener una buena vida. ¿Crees que soy feliz con esa compensación? ¿Y mi
hermano? ¿Crees que eso significa una mierda para él? ¿Crees que eso
significa una mierda para mí?
—No, no lo hago. Es que... no lo sé, hombre, solo, desde entonces, me
puse las pilas. Tengo familia. Tengo una razón para permanecer limpio.
Ellos me necesitan y solo estoy diciendo que te entiendo, haz lo que
tengas que hacer pero no quiero morir.
—Era demasiado joven, los policías no dicen esa mierda a los niños y mi
tío y tía no compartieron malditamente nada con nosotros. Así que dime.
¿Dónde le disparaste a mi padre?
305
—Hombre, no te hagas esto a ti mismo.
Luego declaró:
***
Shy montó rápido, con la mente en blanco, excepto por una cosa.
Todo lo mismo.
Era tarde, oscuro, tenía que ser bien pasada la medianoche por lo que
golpeó. Fuerte. Duro. Y no se detuvo.
Vio una luz salir por la ventana en lo alto de la puerta, las cerraduras
giraron y la puerta e abrió de golpe.
—Park, hijo, por Dios. ¿Qué diantres? ¿Estás bien? —preguntó su tío y
Shy lo miró fijamente mientras la saliva le llenaba la boca.
Allí estaba ella, en su camisón sin forma, con el cabello alborotado por
dormir, de pie en la puerta de su dormitorio mirándolo fijamente, con el
rostro pálido y los ojos ensanchados por la sorpresa.
—No quién, sino qué —acortó Shy y no se detuvo. Empujó más allá de
ella, ignorando su sobresaltado chillido ahogado—. ¿Dónde están?
—Park —llamó su tío, con voz aguda—. Hijo, ¿qué demonios estás
haciendo?
Shy vio la caja de las joyas en su tocador y fue directo hacia esta.
—¡Oh, Dios mío! —Exclamó su tía—. Timmy, él busca mis joyas.
—Lo sabía —siseó ella, con los ojos en él mientras su tío se le acercaba—.
Estás metido en las drogas, ¿verdad?
Exactamente.
—¿Hijo? —Su tío atrajo la atención de Shy hacia él así que Shy le dio su
atención.
—¿Dónde están?
—Park, por favor. Vuelve a una hora decente. Obviamente tienes algo en
mente. Hablaremos.
—No vamos a hablar. Nunca en mi puta vida voy a volver a verte, ni a esa
perra después de que me vaya. Pero me voy a ir de aquí con los
pendientes de mi madre.
—Aunque puedo ver que estás de mal humor —dijo su tía con ira
contenida, y Shy la miró—, y no me gusta ir en contra de ese mal humor
considerando quién eres y con quién pasas tu tiempo, tengo que decir que
esto no es solo sumamente inadecuado, irrumpirnos a tu tío y a mí en
mitad de la noche, sino también lo es que pidas esos pendientes.
—Los pendientes de mi madre —corrigió Shy, y ella se inclinó hacia
adelante.
—No —susurró su tío. Él respiró hondo, con los ojos pegados a su mujer,
y luego continuó—: Durante años, me dominaste respecto a esto. Dame
un poco de maldita paz. Dale a Parker un poco de paz. Solo dale los
pendientes de su madre.
Sus ojos se movieron hacia los suyos, ella los miró y se acobardó.
—Quiero que, por una vez, guardes esos malditos colmillos, y con esto
quiero decir, que cierres la maldita boca.
—¿En serio? —preguntó ella con sarcasmo—. Oh. Cierto. En los círculos
en los que te mueves, las visitas amenazadoras en mitad de la noche
probablemente son obligatorias.
Ella resopló.
—¿Hay algo que motivara la visita de esta tarde, Parker? —le preguntó su
tío, y Shy lo miró.
—Sí —respondió.
Shy no contestó.
Pasaron segundos.
—Y tal vez eso nunca va a suceder —respondió Shy—. Tal vez me gustaría
más saber que mi hermano es un soldado, un hombre valiente, que pone
su culo en peligro por este país. Tal vez me gusta saber que tengo una
mujer, una casa, y pronto vamos a formar una familia. Tal vez me gusta
saber que tú sabes que no tuviste nada que ver con lo bien que nos ha
ido, lo bien que lo hicimos, lo bien que nos lo merecemos, las cosas
buenas que vamos a hacer. Tal vez me gusta saber, que teníamos que
escapar de esta prisión para forjar esa bondad. Tal vez me gusta saber,
que tus hijos no dan una mierda por ti porque piensan, como yo, que eres
absolutamente débil, y solo tienen tiempo para su madre, porque saben
que va a darles la mierda que pidan.
Los ojos de su tío brillaron y Shy supo que su puntería había sido certera.
—Apuesto a que esos gilipollas ni siquiera envían tarjetas de cumpleaños
—continuó Shy.
—No creas que no he pensado en todas esas cosas, los muchachos se han
ido, y…
Observó a su tío cerrar los ojos derrotado al oír a su tía venir por el
pasillo. Shy se movió hasta la puerta, deteniéndose y volviéndose hacia
su tío.
***
Montó a casa sintiendo algo que no entendía, algo que no había sentido ni
una sola vez en dieciséis años.
Se sentía libre.
Sentirse libre.
Jodidamente libre.
No lo estaba.
Ella se puso de pie en el instante en que lo vio. Sus ojos sobre él, su
expresión preocupada, cautelosa, incluso con miedo, susurró:
—Shy. 314
Cerró la puerta, se volvió, echó la llave, y luego se volvió hacia ella.
Libre.
Era libre.
Le sostuvo la mirada.
—Te amo.
Shy respiró, cerró los ojos, los abrió, tiró la bolsa con los pendientes de su 315
madre a los pies de la cama, tiró de su propia camiseta, y luego se
abalanzó, empujando su espalda a la cama.
—Sí —Respiró.
Luego tomó su boca, tomó su coño, la tomó allí. Ella gritó su orgasmo,
conduciéndolo hacia abajo por su garganta mientras su coño se
convulsionaba alrededor de su polla, luego él metió la cara en su cuello y
gimió su clímax contra su piel.
Lentamente, salió, le gustó el pequeño “mew” que ella dio, sonaba dulce
al oído mientras ella lo perdía. Él se movió de nuevo, la dejó en la cama.
Alargando un brazo, agarró la bolsa.
—¿Shy?
Ella hizo lo que le pidió mientras Shy se sentaba, con cuidado se sostuvo
sobre su codo mientras sus manos se movían al lóbulo de su oreja. Lo
deslizó a través de la oreja y luego colocó el cierre. Él se trasladó al otro
lado e hizo lo mismo. Luego se levantó, con un antebrazo a cada lado de
ella, y miró hacia abajo, con los ojos moviéndose de un lado a lado, los
diamantes centelleaban contra su brillante cabello oscuro.
Él la miró.
—Por primera vez en años, la última vez. —Vio como ella levantó una
mano para tocar la joya en su oído—. Diamantes. —Terminó.
Una lágrima que ella no pudo contener, se deslizó por el lado de su ojo.
Pero se oyó.
—Lo estaba —le dijo, vio sus labios temblar. Se acercó más a ella, su
mano fue al lateral de su cabeza, su pulgar se deslizó y terminó en su
pendiente—. También estaba equivocado —le dijo suavemente—. Estaba
sintiendo demasiadas cosas sabiendo que lo había encontrado. Pero
perdí los papeles y la pagué contigo. No debería haberlo hecho, pero tenía
tanta mierda persiguiéndome, bebé, tenía que sacarlo. Así que lo hice
contigo.
—Está bien —dijo en voz baja.
—Está bien —le dijo ella, con las manos golpeando su pecho,
presionándolo.
—No, no lo está. Pero lo que está, está hecho. Espero por Dios aprender
de este error, no ponerte como loca y asustarte. —Su pulgar se movió a
través de la humedad en su sien y su voz bajó—. No hacerte llorar. No
puedo prometerte que no lo vaya a hacer de nuevo, pero puedo
prometerte que intentaré no hacerlo.
—Me alegro de que lo prometas, amor, pero también necesitas saber que
lo entiendo. Tenías mucho que asimilar. No esperaba que te pillara de
sorpresa, esperaba poder hablarte de Lee. Pero entiendo por qué
reaccionaste como lo hiciste, y tengo que estar ahí para ayudarte a lidiar
con todo eso cuando la vida te de un golpe bajo. Incluso si soy yo quien
involuntariamente lo provocó.
—Eso está bien, nena, eso es dulce y tienes razón. Pero cuando lo hagas,
no tienes que tomar mi mierda. Y lo que hiciste fue darme algo hermoso.
Yo no lo entendí en ese momento. No lo entendí hasta que todo estaba 318
hecho y estaba sentado fuera de este apartamento. No me lanzaste un
golpe bajo, y no quiero que pienses en esa mierda.
—¿El qué?
—Cierre. Libertad.
—Significa que golpeé la mierda fuera de él, descubrí que tenía familia,
me enteré de cómo mató a mis padres, descubrí que no quería su vida a
cambio de la de mis padre y que no quería estar en un círculo de
venganza. No quería arrastrarte a eso. No quería estar en tu cama,
tocándote con mis manos manchadas de sangre. —Hizo una pausa, con
los ojos mirando hacia los de ella y compartió—. Mis hermanos me
cubrieron la espalda y me ayudaron a encontrar el camino.
Shy dejó caer su peso sobre ella, curvando sus brazos a su alrededor y
llevándola con él, quedando de costado.
—Me lo diste, Tabby —le recordó, y ella le dio otra sonrisa temblorosa.
—Te perdonaré antes esta vez, como —su mano se deslizó hacia arriba
hasta que sus dedos pudieron acariciar su mandíbula—, ahora.
—Bien.
Llamó a su hermano.
Shy le contó a Lan toda la historia, no dejó nada fuera, lo que significó 320
que Tabby escuchó la historia. Ella se presionó más y más mientras
hablaba, pero no hizo ningún ruido.
—¿Estás bien?
—Está hecho.
—Sabes que te quiero, Parker, y esa mierda es profunda —le dijo Lan. 321
—Siento lo mismo, Landon.
Shy inclinó la barbilla hacia abajo para ver la parte superior de la cabeza
de Tabby, su perfil, sus ojos mirando fijamente su garganta, con la mano
en su pecho, con los dedos a la deriva sin rumbo pero con dulzura,
dándole su tiempo con su hermano, pero sin darle espacio, algo que en
este momento no era necesario.
—Sí... ¿y Park?
—¿Sí?
—Sí. 322
—Nos vemos en un par de semanas.
—Libre.
Aun así, lo sabía sin lugar a dudas, ya que sostenía uno en sus brazos.
323
Capítulo 19
La cuerda floja
Luego miró hacia abajo a Cutter y haló las mantas hasta su hombro. 324
—Como tú y como Rush, ambos sacaron el cabello de su papá, así que sé
de dónde sacaron su temperamento.
—Sucedió de nuevo esta noche —dije. Tyra se enderezó y me miró con las
cejas levantadas, así que continué:
Fue impresionante.
Por supuesto, rompí a llorar, pero por suerte hacer eso en Navidad con la
familia cerca significaba que tenía los brazos de Shy a mi alrededor para
consolarme, a mi pequeño hermano Cutter subiéndose a mi regazo para
hacer lo mismo y, no mucho después, a mi padre agachándose para rozar
sus labios contra mi cabello para hacer lo mismo.
Shy dijo que le importaba una mierda el hielo picado pero que sí le
importaba su moto. Asimismo aprovechó la oportunidad para señalar
que a mí también me importaba su moto, como, de una gran manera.
Por lo tanto, no tenía una respuesta rápida, y mientras estaba tratando 326
de conseguir una, Shy soltó que tampoco le importaba un carajo lo
equitativo. Me dijo que, aunque yo no hubiese recuperado ese dinero,
estábamos a mano. Que lo que era suyo era mío, que lo mío era la suyo,
que él no guardaba un registro o llevaba la cuenta, y que tampoco íbamos
a comenzar una vida donde yo lo hiciera.
Por supuesto, ante esto, mi cabeza casi explotó, así que terminé
rápidamente la conversación volviendo atrás y evadiéndolo durante tres
días, lo cual era difícil dado que estábamos viviendo juntos. Dicho esto,
puse mucho esfuerzo en ello, así que tuve éxito. Esto, como es lógico, lo
volvió loco. Mi profunda evasión terminó en una explosión que finalizó
con un muy buen sexo y, justo después de eso, Shy contándome una
historia que me resolvió el problema.
Había veces que odiaba cuando él estaba en lo cierto, como, por ejemplo,
cuando estábamos gritándonos el uno al otro.
No lo habíamos hecho y ella lo sabía. Ahora sabía (casi) todo sobre Shy y
yo.
Así que tenía la sensación de que este tema de conversación venía por
otra cosa. También tenía la sensación de que sabía lo que era ese algo
más, ya que Shy y yo estábamos de niñeras porque papá y Tyra salieron
con Hop y Lanie esa noche.
Ella sonrió con una pequeña sonrisa, conocedora. Hop está dispuesto a
hacer cualquier cosa para que su mujer sea feliz. Él caminaría por la
cuerda floja sin red si ella estuviera al otro lado, animándolo. Acaba de
demostrar lo que ya sabíamos, y lo hizo a lo grande.
Esto, lo había notado viendo a esos dos, era la pura verdad de Dios.
—Volviendo a ti, sin embargo, solo para repetirlo: es crucial que tú y Shy
se pongan de acuerdo sobre las cosas importantes de la vida.
Tyra enganchó su brazo con el mío, se acercó y nos movió lentamente por
el pasillo hacia la cocina.
—No tienes nada de qué preocuparte —dijo—. Sé que otro hombre te hizo
ser muy cautelosa, que jugó seriamente con tu cabeza. Puede que tengas
que compartir tus pensamientos sobre el santo matrimonio y lo que
prevés en el futuro para la construcción de tu familia.
—Ya lo sé, cariño, pero él podía estar pensando en seis hijos mientras tú
estás pensando en dos.
Sí, Shy y yo teníamos que tener esta conversación, porque no hay manera
de que vaya a tener seis hijos y él echaba de menos a su familia tanto que
esto era una posibilidad. 329
Asentí.
Ella sonrió y ambas nos movimos por el pasillo. Una vez allí, vi a papá y
Shy en la cocina, ambos tomándose sus cervezas. Ambos llevaban
camisetas negras, vaqueros desgastados y botas de motero. Ambos
exudando rudeza. Ambos amados por mí.
Esperaba, por la forma en que hablaba de ella, que Shy sintiera lo mismo.
Miré a papá y a Tyra y vi que Tyra tenía una pequeña sonrisa jugando
alrededor de su boca. Su expresión cálida.
Un hermano.
—Gracias por cuidar de los chicos —murmuró en mi pelo, cerré los ojos y
asentí.
—Cielo, sé que lo perdiste todo justo antes del gran día, y que dijiste que
no ibas casarte de nuevo. Solo estoy diciendo, que significa algo para mí
por lo que vas a hacerlo.
Ese tipo.
Ese tipo.
—¿Qué?
—Su nombre era Jason —repetí—. Él quería dos hijos. Nunca tuvo una
Harley aunque tenía planes para encontrar maneras de conseguir que
comprara una. Él me amaba. Nos íbamos a casar y ahora está muerto.
—Tabby…
—Dulzura…
—Eso era cuanto me amaba. Te querría para mí. Él querría que yo fuera
feliz.
Dejé que siguiera de esa manera durante un largo tiempo antes de mirar
hacia la carretera y decirle: 332
—Tres niños es perfecto y quiero una gran fiesta, así que todo está bien.
—¿Perdón?
—No hay nada que hacer con eso. No siempre conseguimos lo que
queremos, Tabby, y la vida sigue. Sé que vas a amarlo siempre. Sé que
siempre sentirás su pérdida. Tengo que vivir con eso. Pero por suerte, el
amor no tiene límites, tú eres tú, y tienes mucho amor para dar. Así que
me quedo con lo que tengo, ya que es todo. Pero, Tabby, bebé, el punto
que estoy haciendo es que esta es la única conversación que tendremos
donde para mí, “ese tipo” es Jason. Él es “ese tipo”. No estoy siendo un
cretino, es algo que necesito y necesito que des, porque él tiene un pedazo
de ti que nunca podré tener. Así que tomo lo que necesito de él. —Su voz
se convirtió en baja y dulce—. ¿Me entiendes, bebé?
333
—Te entiendo, cariño.
—Bien.
Miré al parabrisas.
Todo eso.
—¿Sí?
—Sí —repitió.
Fuimos tranquilamente.
—¿Shy?
—Te amo.
Levantó la mano, me tocó los labios con los dedos, y luego me soltó la
mano en el muslo.
Allí estaba.
334
Él también me quería.
Capítulo 20
Atascado conmigo
—Natalie —saludé.
Era la primera vez que había oído de ella desde que tuvimos nuestra gran
pelea.
Oh, no.
Parpadeé para ajustar mis ojos y luego miré a su cara la cual era muy
aterrorizante.
Oh, no.
¡No!
¿Así de grande?
Dio dos pasos largos hacia mí, levantó las manos y tomó mi mandíbula,
con una mano aún sosteniendo mi teléfono. Luego bajó su rostro para
que él fuera todo lo que pudiera ver.
—Shy…
Luego dijo:
Mierda, lo sabía.
—No puedo perder el tiempo en explicarte eso —contestó. Me tiró hacia él,
besó la parte superior de mi pelo y me dejó ir. Se volvió, se puso sus
botas, su camiseta, y salió por la puerta del dormitorio.
Sheila había tomado esa foto y yo la había ampliado hasta casi tamaño
cartel, enmarcada en un marco de cromo y negro, y estaba colgada sobre
la cómoda. Puede parecer presuntuoso tener una gran foto de nosotros
viéndonos impresionantemente geniales en la pared de nuestra
habitación, pero no me importaba. Pensé que era la bomba.
Shy salió sin una palabra de mi parte. Solo fue a salvar a Natalie,
arrastrando a los hermanos con él.
Con temblorosas pero rápidas manos, me vestí pensando que si Shy salía
herido, si alguno de mis muchachos salía herido porque mi mejor amiga
era una idiota, iba a ir apocalípticamente sobre su culo.
***
Dos horas más tarde, estaba en el desierto recinto, bebiendo café y
luchando contra el impulso de inyectarme tequila cuando Rush entró.
Para empeorar las cosas para Rush, solo tenía a otro recluta para ayudar
a soportar la carga. Los chicos habían bautizado al nuevo chico como
“Joker” sobre todo porque él no sonreía a menudo y nunca se echaba a
reír.
Los nombres del club eran al azar y con frecuencia irónicos. Como Shy
que fue nombrado Shy (Tímido) por el Club porque en su día, con las
mujeres en especial, era cualquier cosa menos tímido.
Esta era una noticia positiva, así que lo dejé así, lo cual era bueno,
porque sabía que Shy no tenía la intención de darme más aún si yo lo
quería.
Él, también al igual que papá, tenía mal genio, y mirando su cara, yo
sabía que las chispas estaban cerca de la dinamita.
—No.
¡Mierda!
Él también tenía una confianza natural que era de alguna forma extraña,
teniendo en cuenta que era más joven que Rush, quien tenía veintiséis
años. Tenía una espesa mata de pelo negro. Lo llevaba largo, colgando
sobre la cara y hasta los hombros. También tenía una barba completa
que, a diferencia de la mayoría de los hermanos que lucían pelo facial,
mantenía recortada. La barba lo hacía parecer más viejo de lo que era. El
bronceado que tenía lo hacía parecer curtido y otra vez mayor de lo que
era.
Pero eran sus ojos grises como el acero los que contaban la historia. Ese
acero era como un escudo, manteniendo a todo el mundo detrás de los
misterios que yacían dentro. Esta era una especie de extraña
coincidencia, ya que su nombre era Carson Steele. Y yo no lo conocía,
pero sabía por esos ojos sin lugar a duda que había misterios yaciendo
dentro.
En ese momento presente, sin embargo, también era más que un poco
342
atemorizante.
Luego gruñó.
Oh-oh.
La buena noticia era, que sus ojos pasaron a través de mí, y pareció que
estaba enojado en general, no enojado conmigo específicamente porque
mi mejor amiga era adicta a las drogas. Por desgracia eligió a un
distribuidor que también hacia películas porno y también por desgracia
me llamó con el fin de liberarse de una mala situación que involucraba
cámaras, estudios, disfraces, y estimuladores.
La mala noticia era, que yo no sabía lo que estaba pasando, pero sabía
que no era bueno.
Oh-oh, de nuevo.
Elvira.
Había conocido a Elvira por años. Era una mujer negra menuda,
curvilínea, que sobresalía en tres cosas. Ella realmente sabía cómo
vestirse. Juntaba cosas llamadas “tablas”, las cuales eran bandejas 343
llenas con fruta, queso, verduras, y otras cosas que no sonaban tan
emocionantes, pero de la forma en que Elvira lo hacía, lo eran. Y si ella se
preocupaba por ti, sangre, color, religión, política todo se desvanecía, te
convertías en su hermana con todo lo que eso implicaba y dejaba que lo
supieras. Yo lo sabía porque Tyra tenía eso con ella. No me había sido
permitido entrar por completo pero, de nuevo, Elvira generalmente
realizaba sus adopciones cuando estabas en medio de un drama serio.
También era importante saber que ella trabajó para Hawk Delgado.
—¿Su cubierta?
Dios, Natalie.
—Te dije que ella era un dolor en el culo —murmuró Rush.
—Sí, es bueno que estés arrastrando tu culo fuera de allí, Hawk. Las
chicas en traje de enfermera zorra y los chicos con grandes pollas
vestidos de pacientes se estaban apresurando. Ellos sentían el ambiente
deteriorarse pero por otro lado, esa mierda era difícil de pasar por alto. 345
—Ella dejó de hablar con Hawk y me miró—. En verdad, ¿No pueden ser
más originales con esta mierda? ¿Enfermeras y pacientes? Eso se ha
hecho hasta el cansancio. Si yo estuviera haciendo porno, y no es que me
gustaría hacer porno, pero, solo estoy diciendo, que si lo hiciera, sería
todo sobre el ring de la UFC8, con calientes chicos sudorosos con una
cinta en sus manos y pantaloncillos cortos que se desenganchan fácil,
con esa cosa de Velcro a los laterales. Un tirón y se va. ¿Entiendes lo que
estoy diciendo?
Parpadee.
Uh-oh.
Me olvidé de mencionar que Elvira era tan atrevida que casi servía como
definición de la palabra. Cuando las mujeres eran atrevidas, los hombres,
sin importar lo calientes que estuvieran, no amenazaban con azotar sus
culos. Tampoco importaba cuán molestos estuvieran, esto no debería
conocer la amabilidad, las palabras calmantes. Se reuniría con fuegos
artificiales e incluso los chicos altos y de constitución caliente no podrían
controlar un fuego artificial.
Sabía que estaba en lo cierto cuando Elvira se bajó del taburete el cual
pensé que era un error táctico mientras ella era más alta en él.
Uh-oh de nuevo.
—No tienes que decir cuál es mi trabajo, Malik. Hawk y yo decidimos cuál
es mi trabajo. —disparó Elvira de regreso.
Tuve que admitir, no en voz alta por supuesto, que él tenía un punto y
también, el desayuno en la cama sonaba dulce. Además, ahora que
estaba claro que ese chico era el hombre de Elvira, pensé que ella se lo
tomaría en serio.
Él respondió:
—Sí, nena. Haz eso. Si lo haces, tal vez Delgado lo leerá y tendrá en su
puta cabeza que no envíe a mi mujer a hacer locuras de mierda con
productores de pornografía traficantes de droga. No puedo creer que
guardaras esta mierda de mí. —Él dejó escapar un suspiro y sus ojos
fueron hacia Rush—. ¿Lo percibes? ¿Esta mierda es jodida?
—Eso funciona para mí pero, para a ti solo te diré que lo que necesitas
para empezar tu día va a cortarse por un periodo indefinido de tiempo.
—Ya veremos.
—Lo que sea —lo cual, traducido por una chica que entendía a las chicas,
significaba que él tenía razón y ella estaba guardando las apariencias.
Después ella se deslizó de nuevo en su taburete, con la mirada entrenada
en Rush, y chasqueó—. ¿Tequila?
—Cuidado con lo que deseas, chica. Mis chicas cayeron una por una con
cabrones, lo vi y pensé, ´No me importaría meterme un poco con un
carbón´. —Ella golpeó su vaso en la barra para otra recarga, Rush se la
dio, ella la apuró, después me miró de nuevo y chasqueó con énfasis—.
Un error. 349
—Yo tengo un carbón —le recordé.
—Sí —ella respondió—, Tyra me dijo que se pelearon por días por una
maldita nevera. Los cabrones son capaces de eso y no dudan en tirarlo
por una nevera. Y a los frikis no les importa qué tipo de nevera compras.
Un friki en informática solo agradece su suerte de que esté obteniendo lo
normal. Un friki en informática diría, ´Lo que sea que quieras, cariño´
aunque le dijeras que estaban pavimentando el camino de entrada con
oro.
Sospechaba que esto era cierto, pero aún así me recosté y pillé a Malik,
quien ahora estaba apoyado en la barra. Era una complexión alta,
caderas esbeltas, un vientre plano, manos grandes, hombros anchos, piel
perfecta, calientes ojos marrones, y una sonrisa brillante, incluso si
estaba dirigida hacia la barra mientras él negaba con la cabeza en una
forma que decía claramente que él pensaba que su mujer estaba loca,
pero lindo de todas las formas.
—Buen punto.
Rush sirvió otro trago, ella lo apuró, yo estiré el brazo y le quité la botella.
Yo era una chica motorista y no me importó ponerme la botella en la boca
y sorber, así que eso es lo que hice.
Elvira tenía razón. Toda esa actuación se había hecho hasta el cansancio,
y como enfermera, lo tomé como una ofensa personal.
Ni Shy.
Ni papá.
Salté del taburete y miré a Boz a los ojos, sin confiar en mí misma para
mirar a Natalie. Todavía no. No hasta que supiera que todos estaban
bien.
—¿Dónde están?
—¿Mi hombre… —me incliné, por lo que estaba nariz con nariz con mi ex
mejor amiga, después me perdí por completo—… o mi padre? —terminé
en un chillido.
—Shy terminó herido en el brazo por una bala —ella susurró, y el hielo se
hizo añicos, colapsando desde el interior y el dolor era insoportable. Tan
insoportable que tenía que hacer algo. Tenía que tratar de dejar ir algo.
Tenía que arremeter contra alguien.
Retrocedí una mano y la golpeé con todo lo que tenía. Al parecer, todo lo
que tenía era demasiado, ya que no solo su cabeza sino que todo su
cuerpo se lanzó a un lado y ella volvió a perder el equilibrio en sus botas
de desnudista. Solo permaneció de pie porque Rush la tenía agarrada y la
mantuvo de esa manera.
—Cortado. No está tan mal. Tack lo llevó a Baldy para que le echaran un
vistazo y lo suturaran de ser necesario —respondido Boz.
—Mírame —le susurré y tomó un par de latidos antes de que sus ojos se
levantaran hacia los míos—. Me has llamado esta noche sabiéndolo.
Sabiendo que iban a meter el culo por ahí por ti. Sabiendo que esto era
mierda mala. Sabiendo que estarían en peligro. Y sin pensárselo, Shy
metió su culo ahí por ti. Llamó a sus hermanos y metieron el culo ahí por
ti. Mi hombre, mi padre, mi hermano, mi familia, todos saliendo de la
cama para tomar tu mierda. Ahora, mi hombre está sangrando por ti.
Ahora, mi familia tiene un problema por... por ti.
—Tabby…
Miré a Hound, pero incluso enojado observé la mirada en sus ojos y supe
que podía lanzar un ataque y no salirme con la mía. De todos modos,
tenían mierda que hacer y no era una Mujer si evitaba que la hicieran.
Dado que era la Mujer de Shy y mi comportamiento se reflejaba en él,
retrocedí.
—Necesito un trago.
—No es que sea una perra, ni nada, pero ¿qué eres, un consejero de
drogas? —Le pregunté.
Elvira, que terminó con el café, ahora estaba sirviendo tragos de tequila.
Echó un vistazo a Malik y luego me miró.
—Lo estaba.
Me volví hacia Malik para verlo sonreírle a Elvira como si pensara que era
adorable.
Lo que ella no hizo, señalaré, fue rodar sus ojos o hablar de Malik como si
no estuviera allí.
Seguí bebiendo café.
***
—Soy una enfermera, Shy Cage. También soy tu mujer. Quiero verlo.
—Está todo bien —respondió Shy—. Baldy sabe lo que está haciendo.
Había regresado hacía unos diez minutos, lo que era unos diez minutos
después de que Malik hiciera un milagro, consiguiera que Elvira perdiera
la actitud, y para el momento en que Shy, papá, y el resto de los chicos se
acercaron, todos seriamente cabreados, Elvira estaba de pie entre sus
piernas abiertas mientras estaba sentado en su taburete y ambos
estaban acariciándose.
Fue lindo.
Los chicos no mintieron. Era solo un rozón que tomó solo unos pocos
puntos de sutura. Mi hombre estaba bien. 357
Gracias a Dios.
—¿Con que mi mejor amiga sea una idiota que llevó a mi hombre a una
situación que incluyó un intercambio de balas y problemas para Club?
—Le pregunté de vuelta—. No.
—Por mucho que no quiera tener nada que ver con esa perra, el Club ha
estado teniendo problemas con Benito por un tiempo. Conseguimos que
el territorio Chaos alrededor de Ride esté libre de drogas y prostitución.
Este mensaje está claro para todo el mundo, pero últimamente Benito ha
estado invadiéndolo.
Shy asintió.
—Shy…
—No eres idiota, lo sabes, pero todavía tengo que decirlo. Cariño, no
tienes que hacer nada. Es asunto del Club. Solo sé que tu padre no es
ningún tonto. Lo tiene desarrollándose. Pero Rush es hijo de su padre. No
vivió la pesadilla que tu padre vivió con el Club, pero eso no significa que
no tenga una misión. Tack dirigió el Club a través de alguna mierda seria,
pero sigue siendo Chaos y está acostumbrado a hacerlo a su manera,
haciéndose cargo de los asuntos del Club, cuidando de lo que es nuestro.
Rush piensa que el trabajo de Tack no está hecho. Quiere que protejamos
lo que es nuestro y tengamos nuestras manos limpias de toda la suciedad
que tenemos que frotar para mantener nuestro camino limpio. Rush
piensa que es el trabajo del Departamento de Policía de Denver y que
nuestro trabajo es cuidar de nosotros mismos, no de todo lo que hay
dentro de un radio de cinco millas. Mi conjetura es que habló con tu
padre acerca de esto, Tack sabe que esa mierda puede invadirnod si no
mantienen un perímetro de seguridad y no lo ven como ojo por ojo. Mi
otra conjetura es que en lugar de mantener su distancia y hacer su
declaración de mantenerse fuera del club, decidió tomar su oportunidad
de hacer el cambio uniéndose a nosotros.
En absoluto.
359
—¿Quieres decir, derrocar a papá? —Le pregunté, mi voz temblorosa.
Lo hacía.
—¿Cómo de grande es ese problema con el chico porno? —Le pregunté en 360
voz baja y obtuve lo que esperaba.
—Tu puta es un desastre. Tocó fondo pero, las cosas en las que está, no
significarán nada. Podría ser sacudido y conseguir hacer las cosas bien,
pero puede que no. No estuvo bien que te llamara, te asustara y,
recurriera a ti y a Chaos, pero esto iba a suceder. Solo que antes de lo que
esperaba. Fuiste arrastrada, ahora lo sabes. Pero eso es todo lo que sabes
y no debes preocuparte por nada más.
—Si crees que este Club no ha resistido peores tormentas que este tipo,
estás equivocada.
—Tab, bebé, después de lo que has perdido, ¿crees por un segundo que
haría cualquier cosa, que tu padre haría cualquier cosa, para que me
pierdas?
—Pero…
—Pero, Shy…
Entonces le dije:
Shy me estudió, entonces bajó la cabeza, rozó sus labios contra los míos
y luego rodó sobre su espalda, llevándome con él, metiéndome a su lado.
—Estará fuera un rato, pero todavía quiero tener esta mierda hecha y
volver con ella antes de que despierte. —Se encendió Shy.
Tack alzó la barbilla, Hop se bajó del taburete, y salieron hacia sus motos
con Tack al teléfono.
Shy vio a los hombres salir del coche y acercarse, no pasó desapercibido
para Shy que ambos hombres, incluso detrás de sus lentes negras,
notaron el vendaje en su cuello.
—¿Aprendió la lección?
Cuando se detuvo ante el grupo con los ojos fijos en Tack, declaró:
—No soy un gran fan de los daños colaterales —contestó Tack, era su
manera de decir que no habría palabras después de la reunión. Hizo lo
que hizo y Hawk tenía que lidiar con ello.
—Sin mencionar que Malik está todo cabreado porque Elvira estaba en
medio antes de que hicieras lo que sea que te pagaron para hacer, no
discutiste su participación con él y ahora ella fue seriamente vulnerable.
—Guerra.
—Lo que está diciendo es que no sabes que ahora esto es un trabajo de
equipo —anunció Tack—. Es por eso que hicimos esta reunión. Eres un
objetivo. Elvira es un objetivo. Chaos es un objetivo. Para Benito todo
vale, así que en este momento es todo ojos, todo oídos, todo manos, todo
artillería —Tack miró a Lucas y a Lawson y completó: —, todo.
Lucas y Lawson podían ser policías, pero su vínculo con Tack era tal que
no era sobre solo derribar a un distribuidor porno traficante de drogas.
Con Chaos en la mira de Benito, era más.
Así, sin más palabras, la reunión terminó. Jorge y Delgado se fueron en el 366
Camaro, y Lucas y Lawson se subieron al coche de policía de incognito.
—Rush no va a estar feliz con esta mierda —señaló Hop, y Tack suspiró.
—Ya no lo está. Tuvimos unas palabras —les dijo Tack—. Piensa que
deberíamos acabar con Lucas y Lawson y dar marcha atrás. Le dije que
eso no va a pasar, sabe que esto va a causar problemas. Dice que mostró
su punto.
—Todos lo veremos.
Tenían guerra.
—Es tuya, Tack, lo que significa que no eres estúpido. Esa perra la llamó
directamente. —Shy levantó una mano para tocar el vendaje en su
cuello—. Ayer por la noche no estaba pérdida, sabe que compramos
problemas.
—Lo entiendo, hermano. No estoy diciendo eso. Estoy diciendo, que llevas
la carga y la dejes respirar tranquila ¿Me estás entendiendo?
***
Tack
Benito Valenzuela era duro. Nulo. Vacío. Sin ninguna emoción. Sin
lealtad. Sin nada.
Un hombre que sentía más que codicia, tenía solo una opción en la cual
ejercer presión.
No había terminado.
***
Shy
—¿Tabby?
Allí estaba ella, su chica, después de una noche como la de ayer, sentada
en su cama, en su habitación... riendo.
Oh sí.
—Shy, cariño, acabo de hablar por teléfono con Ty-Ty —se interrumpió
sacudiendo la cabeza, riendo un poco más, pero antes de que pudiera
incitarla, continuó—. Me dio la última primicia sobre Lanie y Hop y,
cariño, tú... no lo... creerás.
Cada palabra.
Epílogo
Empieza ahora
Me moví hasta el filo de la montaña, con las mejillas punzantes del frío
que pasaba mientras subía la elevación con Shy, donde pertenecía.
370
En la parte de atrás de la moto de mi hombre.
Le sentí moverse tras de mí. Me abrazó con sus brazos alrededor del
pecho, luego sentí sus labios en lo alto de mi cabello.
No duró mucho.
Después de eso, rompí lazos. No podía salvarla por lo que tenía que salvar
mi paz mental. El problema con eso era que no estaba funcionando.
—Sé que gastar tu energía y tu cabeza preocupándote por una zorra que
estuvo a unos minutos de convertirse en un coño malgastado, no vale la
pena.
Tragué.
Me quedé mirándolo.
Y lo que decía era lo que los pendientes de zafiro en mis orejas decían:
Era querida.
—Dijo que era lo tuyo así que eso es lo que tienes —terminó.
Me sonrió.
—Y es lo que tienes.
—Buen trabajo, cielo. El sabor fue tan dulce, que pasaron los años y no
podía quitármelo de la lengua.
No le besé. Dije:
—Vamos a casarnos.
Mi cabeza se echó hacia adelante, mi frente tocó la suya. Curvé mis dedos
sobre su cintura y lo apreté fuertemente.
—¿Sobre qué?
—Empieza ahora.
—¿Perdona? —pregunté.
—Shy…
Me quedé mirando sus ojos mientras otra lágrima salía de los míos.
—Cállate y bésame.
No me callé. Otra lágrima salió de mi ojo y mi voz era ronca cuando repetí:
Cambió para que sus labios estuvieran contra los míos y su voz ahora era
374
tosca cuando ordenó:
—Tuve un sueño donde tenía dieciséis años y aquí estoy, con mi sueño,
haciendo que se haga realidad.
—Fóllame —farfulló.
Entonces supe que había perdido la paciencia, pero Shy inclinó su cabeza
y me besó.
Sí.
Y era hermoso.
***
No teníamos chica de las flores, ya que Rider y Cutter llevaban nuestros 375
anillos.
Me perdí cuando lo dijo Shy, pero me imaginé que no pasaba nada ya que
podía escuchar a Tyra llorar conmigo.
Solo escuché lo que susurró con una voz extrañamente ronca pero
increíblemente hermosa:
Aunque no entendí por qué había dicho esas palabras e incluso más
tarde, cuando le pregunté, no contestó. Simplemente me sonrió.
Y la mejor parte fue que después de que tuviéramos nuestro primer baile
como marido y mujer con una canción que había elegido, Shy no me dejó
escapar de nuevo.
Fue el mejor día de mi vida, y mucho de eso tuvo que ver con mirar a los 376
ojos de mi marido y ver que, claramente, era el mejor día de la suya.
***
El paraíso.
Échale un vistazo a las primeras páginas de
Fire Inside
377
Lanie Heron.
Jesús, ella se lo tomaba en serio. Incluso cuando venía a una barbacoa, 378
al Complejo para jugar al billar, para un asado de cerdo, o a una reunión
de los hermanos del Club de Moteros Chaos, ella no se vestía de cualquier
manera. Ropa de diseño, de la cabeza a los pies. Parecía una puta modelo
incluso mejor, porque ella era real y estaba justo ahí, caminando
directamente hacia él, con sus ojos clavados en los suyos.
No, Lanie Heron era perra de mierda porque estaba junto a su hombre.
Por flores.
Antes de que todo se fuera abajo, ella se enteró de que él trabaja para la
mafia. Siendo una mujer, por supuesto, en primer lugar, rompió sus
bolas. Luego tomó una decisión tremendamente mala y se quedó junto a
él, incluso después de que su mierda consiguiera que la secuestraran.
Luego lo vio morir y casi consiguió ser asesinada en el proceso.
Jodido. Tu viejo se involucra con la mafia rusa, esto hace que tu culo sea
secuestrado y una vez que te rescatan tienes darle una patada en el culo.
Sin dudar. Solo hazlo.
La vio moverse caminando hacia él, pensando en todo esto al mismo 379
tiempo que pensaba en la primera vez que la vio. Fue la noche en la que
se enteró de que su viejo estaba tomando malas decisiones con el fin de
comprar flores. A pesar de que, en ese momento, ella estaba en el modo
drama en toda regla, por una vez su drama era comprensible, la segunda
vez que Hop la vio años atrás, él había pensado que era sin duda un buen
pedazo de culo.
A medida que se acercaba, Hip arrancó los ojos de ella y los movió a
través de la multitud.
Esto tampoco era una sorpresa. Tyra tenía buenas las tetas, buen culo,
un montón de pelo, y una seria cantidad de descaro. Una mujer
construida para estar en la cama y, a menudo, y Tack aprovechó. Por otra
parte, por eso Tack aceptó su bola y cadena. En realidad, no tanto
aceptado tanto como la obligó a sujetar su grillete en el tobillo. Dada la
opción de despertar a Tyra Allen todas las mañanas, no muchos hombres
no lo haría.
—Hey —oyó a Lanie saludarlo y sus ojos se trasladaron de nuevo a ella.
—Hey —respondió.
Mierda.
—¿Quieres follar?
Cuando reguntó, la mirada de él volvió nuevo a ella mientras sentía que 381
su cuerpo se sacudía en estado de shock.
—¿Quieres follar?
—No estoy seguro de que sea una buena idea, Lanie —le dijo con voz
amable cuando le contestó con honestidad.
—No va a complicarse.
Bueno, tal vez ella estaba mal , jodida, una reina del drama.
Se acercó más, y Jesús, ese olor, ese pelo, esos ojos, todos tan cerca, si se
acercaba más tendría que alejarse o recogerla y llevarla a su habitación.
Una pequeña sonrisa torció su bonita boca y sabía que estaba jodido
porque le pareció que era linda y jodidamente sexy como todo el puto
infierno.
Mierda.
Ella se acercó y rodeó Hop. Más cerca y que estaría contra él. Ella estaba
a centímetros de distancia.
—No te estoy preguntando por todo el mundo, Hip —le dijo ella , y sostuvo
sus ojos.
—No quiero ser un idiota, señora —advirtió en voz baja—, pero las perras
dicen mierda como esa todo el tiempo. Después, a la mañana siguiente,
esperan el desayuno, café, y al volver a casa desde el trabajo unas rosas
con una nota diciendo que el chico nunca tuvo nada mejor. ¿Tienes un
hombre que te compre rosas y te diga que nunca ha tenido nada mejor?
También tienes grandes posibilidades de que esté mintiendo. Él solo
quiere lo usual y lo tomará como llegue.
Ella lo tenía . Su viejo muerto era un imbécil y ella pagó por su mierda de
la peor manera posible. Su lealtad le consiguió nada más que dolor,
heridas de bala, y dolores de cabeza. Por no hablar, de que su hombre
podría haber sido bueno en lo que hacía para ganarse la vida, un friki del
los ordenadores, pero decidió no tomar ese camino.
Así que, sí, Elliott Belova era un imbécil, y ella lo eligió . Podía verla con
ganas de volver a montar pero estaba asustada sobre la compra del 384
caballo.
Hop comenzó a levantar sus manos para coger sus brazos y ponerla lejos
pero ella se movió rápido, levantó sus brazos y le rodeó el cuello con ellos.
Se sentía caliente. Su perfume le atacó de frente y él se quedó quieto.
—Yo no quiero a otro —continuó—. Lo que quiero es… a ti. Por una
noche. Solo una noche.
Que me jodan.
Que me jodan.
—Señora —murmuró, pero antes de que pudiera decir algo más, ella
siguió hablando.
—Fue... Sé que sabes dónde estaba en ese entonces y que yo estaba con
alguien. Sabía que tenías una mujer entonces también, Hop, pero aún
así, esa noche que te conocí, no pude dejar de notar que eras atractivo.
Pero ahora no estás con nadie , y de verdad que yo no estoy con nadie, y
he estado pensando en ello durante mucho tiempo, demasiado asustada
para hacer nada al respecto. Ahora he decidido que voy a hacer algo al
respecto.
—Debo decir, que me gusta que te intereses por mí, nena —regresó
suavemente—. Ya te he dicho que eres hermosa, y en cualquier otra
circunstancia, no dudaría en tomar esta dulce oferta. Tienes que saber
que me estás matando, así como que tienes que confiar en mí cuando
digo que esto no es una buena idea.
—Lanie, cariño —murmuró, sin tener ni puta idea de qué más decir.
—He pensado en ello y decidí que serías tú. —Las manos en su cuello le
dieron un apretón y que le jodan, que le joda, pero lo acercó aún más.
Con eso, no le dio la oportunidad de decir una palabra más, dio media
vuelta y pavoneó su estrecho culo de vuelta a través de los fuertes y
ruidosos moteros borrachos y sus perras, moviendo pelo y sus brazos con
gracia, dejándole su olor todavía en sus fosas nasales.
—Mierda —susurró una vez más, justo antes de dirigirse hacia la puerta.
***
Hopper rompió el contacto con los ojos entornados de Lanie, ojos que
estaban malditamente más sexys desde que acababa terminar en ella,
largo y con fuerza y metió la cara en su cuello.
Todo lo que podía oler era ella. Todo lo que podía sentir era su cuerpo
cálido, suave debajo de él, una de sus piernas envuelta alrededor de la
parte posterior de sus muslos, el otro levantado alto, su muslo presionó
su lado pero su pantorrilla estaba enterrada, su talón descansando en la
parte baja de su espalda. Tenía los brazos apretados alrededor él, una en
sus hombros, doblada, descansando a lo largo de su columna. Por
último, podía sentir su polla enterrada en su coño increíblemente
apretado, mojado. 386
No sabía lo que era. Tal vez era que ella nunca había tenido hijos. Tal vez
era porque había pasado tanto tiempo desde que había tenido un
hombre. Fuera lo que fuese, su coño estaba cerca de virgen, era muy
apretado. Por suerte, también estaba liso. Más suerte, sabía como la
maldita miel.
Él abrió los ojos, movió su cabeza para que sus labios quedaran en su
oído, y murmuró:
Era mejor ahora porque podía sentirlo. A pesar de que no podía ver 387
mucho, lo poco que vio aún era pura belleza.
Totalmente complicado.
Esperó hasta que ella dejó de reír antes de deslizar la mano de su cabello
a su mandíbula y luego frotó la yema del pulgar por los labios mientras le
preguntó:
—¿Cómo te sientes?
Él sabía lo que significaba ese cambio, incluso antes de que su voz llegará
a él, entrecortada.
—¿Otra vez?
—Vas a tener que trabajarme para que suba, señora, pero... sí. Tan
pronto como esté listo, mi boca quiere más de ese coño.
—Sí, estoy, um... bien para otra vez —dijo ella, su dulce voz aún
entrecortada.
¡Mierda.
Complicado.
***
Hop salió del baño y vio a Lanie sentada a un lado de la cama, de espaldas
a él, poniéndose su sujetador.
Gruñó.
Totalmente incrédula.
—Sí, es posible.
Jodidamente excelente.
Deslizó sus manos por sus costados mientras dejaba caer su boca en la
de ella.
—No digas eso ahora —ordenó—, puedes decirlo luego, como cuando lo
hiciste después de que hice esa cosa con mis dedos la segunda vez.
—Vaya.
—Cuatro —corrigió.
—Ah, sí —ella murmuró, sus manos moviéndose en una línea hacia abajo
por la piel de su espalda—. Me olvidé de uno porque vino tan cerca
inmediatamente de ese otro.
Movió la cabeza, deslizando sus labios por él, bajando por su mejilla a su
mandíbula y finalmente a su oído.
—Dame un “vaya”.
***
Hop salió del baño para ver a Lanie de pie al otro lado de la cama, en
bragas, con las manos detrás de su espalda poniéndose su sujetador.
—¿Cuarta?
—Hay un montón mas que quiero hacerte —le informó y observó sus ojos
ir suaves y sexys, sus dientes salieron a rozar su exuberante labio
inferior, también jodidamente sexy, y sus brazos se deslizaron alrededor
de él.
Mierda.
Complicado.
—Se supone que solo sería una noche —le recordó ella en voz baja, pero él
lo vio en sus ojos. Ella ni siquiera trató de ocultarlo. Mordió más de lo que
podía masticar.
—Cambio de planes. Una noche y una mañana y, tal vez, una tarde y,
posiblemente, otra noche —añadió, y sus ojos se pusieron más suaves
mientras su mano se deslizaba ahuecando su mandíbula.
—Hop, yo no…
A él simplemente no le importaba.
—¿Dónde están tus llaves? —preguntó.
—Hop…
Ella sonrió.
Maravilloso.
Ella tenía razón, no debían dormir juntos. Dormir sugería algo más. Una
intimidad que ninguno de los dos quería. Dormir así con ella, sintiéndose
tan bien, junto con todo lo demás, era suficiente para hacerte querer
jodidamente mucho más.
Así que fue bueno, pensó Hop, que no estuvieran durmiendo, solo
descansando.
***
394
Tres horas más tarde, Hop despertó y no sonrió.
***
No tenía ni idea de lo tarde que era, él solo sabía que estaba oscuro y que
había estado allí por jodidamente mucho tiempo.
Demasiado tiempo.
Oyó la puerta del garaje subir y no se movió cuando oyó el dulce ronroneo
de su coche. Un Lexus LFA rojo perla. De acuerdo a la palabra de Chaos,
su padre lo compró para ella.
—¡Eh! —Llamó cuando ella cerró la puerta. La vio saltar y girar hacia él,
con el rostro pálido y los ojos enormes.
Él no respondió.
395
Cuando no lo hizo, su rostro perdió su palidez, inclinó la cabeza hacia un
lado, y alzó las cejas cuando preguntó:
—Hop… —empezó.
Ella dio un paso hacia él, su cuerpo se movió como si ella fuera a
acercarse más, pero se detuvo de repente.
—¿Has cenado?
Su cabeza se sacudió con sorpresa, entonces ella respondió:
Ella lo deseaba.
Malo.
—No creo…
Vio su aliento salir rápido, su pecho se movía con él, y Jesús, que se joda,
podía saborear su emoción y la tenía a cinco metros de distancia.
—Nosotros no deberíamos…
—Voy a volver a follarte. Al igual que voy a volver a mirarte a los ojos
cuando esté dentro de ti. Ya he hecho eso. Ahora, además, te quiero de
rodillas, voy a joder tu cara y tu coño, y yo no puedo hacer eso en el patio.
Sería un shock de mierda. Si te desnudo, eres toda mía. Yo no comparto
con los vecinos.
Ella se quedó inmóvil, con los ojos clavados en él, lo único que se movía
en su cuerpo era su pecho que subía y bajaba con sus respiraciones
rápidas.
Entró y vio que tenía una gran cocina, salón y comedor. El reloj del
microondas le dijo que eran las 10:42.
No hizo más.
Entonces su boca fue hasta su pecho, sus manos con ella, moviéndose,
lamiendo, chupando, tocando y luego bajando.
Mierda.
Mierda.
398
Su cabeza cayó hacia atrás, sus dedos se deslizaron por su pelo y su voz
era ronca cuando ordenó:
—Hop…
—Pero…
Movió sus caderas hacia atrás, sacó la polla de su boca, y metió sus
manos bajo sus brazos. Tiró de ella hacia arriba y luego la hizo girar en
sus brazos. Dio cuatro pasos y la arrojó sobre la cama.
Se inclinó, se quitó las botas, los calcetines, los vaqueros y se unió a ella.
—Volveré a lo que estaba haciendo más tarde —dijo ella y él sonrió al ver
la expresión en su rostro. Ella todavía parecía encendida y también
molesta.
Lindo.
Adorable, en realidad.
Mierda. Iba a tomar una seria cantidad de trabajo para que esto no se
complicara.
—Porque quiero tu promesa que podré terminar lo que empecé más tarde
—explicó.
—Nunca he tenido a nadie con clase. Nunca he tenido la una belleza. Voy
a repetir, nunca he tenido a nadie... con... clase. No voy a joder más a
Cherry, que me importa, o a Tack, que es mi hermano, y sé que tú no
quieres hacer eso tampoco. Esto es lo más limpio, bello y puro que he
tenido nunca y voy a respetarlo como siento que tengo que hacerlo y me
vas a dejar.
Ella se quedó allí y lo miró fijamente, sin decir una palabra, por lo Hop le
dio una opción alternativa.
—Creo que voy a estar aquí y mirar por unos treinta segundos más
—susurró ella y Hip sintió sus labios temblar.
—Aunque, mientras estoy acostada aquí mirándote, solo voy a decir que
me gusta mucho tu bigote —le dijo ella.
Mintió.
***
—Sí —susurró.
—¿Esta noche?
Levantó los labios hasta su sien, la besó allí, después se movieron hasta
su oído y le dijo en voz baja:
—Lo tienes.
402
Serie Chaos
Own the Wind (Chaos #1) Tab y Shy -2 de Abril del 2013-
Ride Steady (Chaos #3) Carissa y Carson -30 de Junio del 2015- 403
Walk Through Fire (Chaos #4) Millie y High -27 de Octubre del 2015-
Sobre la autora…
404
Créditos
Moderadora
Pimienta
Staff de Traducción
Correctora
Pimienta
Recopiladora
Pimienta
Diseño
Jane
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