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Ó R G A N O DE L A S S O C IE D A D E S
■ V E G E T A R IA N A ESPAÑO LA» Y ‘ N A T U R IS T A IB É R IC A »
D IR E C T O R E S PR O PIETA R IO S Y FUNDADORES
Dr. Ruiz Ibarra. Dr. Enrique Jaramillo. Dr. Eduardo Alfonso.
Fa eacB rr al. n ú m .l3 6 - M adr id. PerrBZ, núm. 86. - Madrid. Arenel, cúrn. S6. « M adr id.
¡S eam o s n a tu r is ta s !
El papel modesto que llevo en el mundo naturista no me autoriza
a ponerme como árbitro en ciertas cuestiones para discutir todas las
particularidades de los defectos de' una sociedad incoherente, ni tam
poco de dar lecciones a otros naturistas que buscan como yo el ca
mino de la verdad sobre el terreno peligroso de la evolución univer-'
sal. Sin embargo, creo útil y oportuno para el movimiento naturista
de España, expresar, con la humildad de un simple miembro de la
Sociedad naturista mundial que yo soy, la opinión que conmigo
profesan numerosos de nuestros hermanos en este Ideal, acerca de
cierta propaganda violenta de tendencia política que vienen haciendo
varios naturistas desde hace algún tiempo. ^
to d a actitud, toda propaganda cuyo espíritu está en oposición con '
la acción bienhechora y pacifica de las leyes naturales, no puede cali-'
ficarse de naturista.
Labor de la Sociedad
Vegetariana Española
D e u n a c o n f e r e n c i a d a d a a la S o c ie d a d V e g e t a r i a n a
E s p a ñ o la d u r a n t e e l p a s a d o c u r s o i p o r s u p r e s i>
d e n t e D r. R u iz I b a r r a .
( c o n c l u s ió n )
-dadero pasto de los microbios, cumplamos estas leyes, sigamos los con*
sejoB tan repetidos aquí de la vida natural, y cuanto más nos aproxi
memos, más evitaremos la acción de estos seres que como a cosa muer*
ta nos tratan.
La escuela artificíalista que solamente en el microbio se ha fijado y
solamente de descubrirlo y estudiar su biología artificial muchas veces se
preocupa, ha pretendido llegar a evitar su acción nefasta por distintos
medios que no pueden satisfacernos. Primeramente con la utópica des
trucción de microbios, cosa imposible por su número y porque como
liemos visto son necesarios en el ciclo evolutivo de la materia organi
zada: después buscando una adaptación, sufriendo su influencia más o
menos modificada, la profilaxis por medio de sueros y vacunas, que
muy pronto decaerá cuando se crea haber conocido más especies bacte
rianas y se quiera someter a la influencia de todas a los organismos,
pues no habrá ninguno que lo resista ni quien a ello se preste, y si es
cierta la evolución y cambio que sufren las mismas especies en el tiem
po y en las distintas condiciones, basta el punto de comportarse como
nuevas especies con propiedades distintas, las vacunaciones tendrían
que multiplicarse al infinito; y sí estas vacunaciones fueran inocentes,
si ellas no llevaran consigo una alteración en el organismo con el con
siguiente detrimento y gasto de su energía integral, podían tolerarse,
pero no es así, nosotros no podemos admitir nunca como inocente la
penetración en nuestros tejidos y nuestra sangre de substancias que no
pueden ser preparadas para la asimilación de'lo útil y eliminación de lo
inútil por las funciones normales, para las que el organismo tiene que
crear nuevas funciones, tiene que enfermar en una palabra.
Esperamos que no han de pasar muchos años para que la reacción
se efectúe y los directores de las campañas sanitarias se convenzan de
que en vez de dirigir los esfuerzos y los gastos al campo del microbio»
se dirijan al campo del hombre y en vez de intoxicar a éste con los ve-
henos de aquél, se le dé medios de que coma alimentación pura y respi
re siempre el mejor aire, de que viva en ciudades jardines en vez de en
jaulas y pocilgas, de que pueda asearse en debida forma, de que no ten
ga necesidad de grandes preocupaciones morales, de que no vea ai ene
migo en su hermano y viviendo así limpio y libre de venenos su orga-
tiismo, alegre y tranquilo por su porvenir, la acción nefasta de las epi
demias será despreciable, sin necesidad de sueros ni vacunas.
C a s t r o d e l R ío .
Es Castro del Río, un pueblo grande (13.000 habitantes), bordeado-
por el río Guadajoz. cuyas riberas, asiento de riquísimas e innumera
bles huertas, producen una enorme cantidad de exquisitas frutas, sien
do las más abundantes las granadas. (¡Qué colonia naturista podía ha
cerse en aquellos paradisiacos lugares de suave temperatura!).
El éxito de nuestra propaganda superó a todo cuanto nos pudimos-
figurar... Una legión de vecinos del pueblo, ansiosos de nuevas luces
y hartos de los remedios usuales e infructuosos (jpobres enfermos de
os pueblosl) desfiló por nuestra consulta en pocos días. El trabajo fué
xcesivo. Convencidos estamos de que un 80 por 100 de ese trabaja
B u ja la n c e .
V a le n c ia .
AGRADECIDOS
Estamos hondamente satisfechos y agradecemos como cosa propia,
las atenciones, obsequios y agasajos de que ha sido objeto nuestro di
rector Sr. Alfonso por parte de los miembros de la Sociedad Vegetaria
na de Valencia, durante su estancia en esa población, y asimismo noB
procuraré ser completo dentro de los limites que me imponen las pá
ginas de esta revista.
La Naturaleza misma nos dá el ejemplo, dando más al más inteli
gente. Su preferencia es para el hombre más evolucionado.
La Naturaleza dà sus hermosos secretos, y el inefable goce de sus
armonías y divinos encantos, solamente al hombre que tiene suficien
te inteligencia para comprenderlos y sentirlos; no al pobre hombre que
lOtura la tierra con un azadón (que por excepción puede comprender
la), el que por su inteligencia ha llegado a saber las leyes físicas, quí
micas, biológicas... de la Naturaleza, cuenta con un rrlundo, que por sí
solo puede darle la felicidad (el sublime placer de conocer) y que le ha
sido cedido por la propia Naturaleza, fuente de todo conocimiento.
¿Qué duda cabe también, de que la Naturaleza, dá más fruto y me
jor, al que por su mayor inteligencia, ha sabido escoger sitio, terreno,
y ha sabido cultivar ese terreno con mayor conocimiento e inteligen
cia que los otros? ¿No responde la Naturaleza con más y mejor, a la
mayor inteligencia? Esto es evidente. La ignorancia, la estulticia y la
tontería, no pueden obtener de la Naturaleza más que precarios frutos
físicos y morales (si bien los físicos por ley natural no deben faltar a
nadie.
Sabrá usted, que en los mismos animales que viven en manadas
{sobre todo en animales superiores) existe un jefe que suele ser el más
viejo y de más experiencia, al cual todos obedecen y acatan (¿no es
ésto por ventura—irónicamente hablando—el triunfo de la aristocracia
del talento?) E) más inteligente o superior—que por de contado puede
y debe roturar la tierra todos los dias—debe ser guía de los menos -n* •
teligentes, para el bien común. ¿No tiene este hombre más dereciios
puesto que su saber redunda en beneficio de los demás? La función
del pensar, no necesita más comodidades que el ejercicio físico. ¿No
son por tanto mayores las necesidades?
¿Un hombre que como fruto de su^inteligencia ha llegado a hacer
que los campos de sus compatriotas produzcan cuatro veces más, no
tiene por ese enorme favor colectivo más derechos que los otros? Si
hubiese confiado egoistamente a su propio terreno, el resultado de sus
estudios, la Naturaleza le hubiese respondido con una mayor produc
ción para él solo. Imitemos, pues, a la Naturaleza. Es ley natural que
el más inteligente tiene más derechos. Además con la inteligencia au
mentan las necesidades espirituales; y al hombre culto le es imprescin
dible—como alimento de su espíritu— (sin el cual todo progreso sería
nulo) escuchar música, gustar de las obras de pintura, poseer libros de
ciencia, etc., etc. Todo esto requiere más gasto, y por tanto, la inteli
gencia debe ser mejor recompensada. Ya hemos visto cómo la Natura
leza es la primera que la recompensa mejor.
Un hombre inteligente que es capaz de gobernar un país, mante
niendo la paz y la armonía entre los paisanos, llega al raáximun de
derechos y necesidades por el supremo bien que realiza. Pocos pueden
xealizar este magno papel, mientras que cualquiera es capaz de exten
der unas simientes de trigo por un campo. ¿Es comparable una labor
a la otra?
Precisamente en España, país rico de producción, estamos en per
petua lucha por la carestía de los alimentos, a pesar del útilísimo tra
bajo de los campesinos. ¿No merecería comer gratis toda la vida, el go
bernante que por su inteligencia, lograra reducir el coste de las subsis
tencia al precio que deberían tener en nuestro país?
La única Igualdad que la Naturaleza admite —y que la sociedad
COCINA VEGETARIANA
CUATRO COMIDAS PARA EL MES DE NOVIEMBRE
P r i m e r a c o m id a . S e g u n d a c o m id a .
Sopa de setas pequeñas. Sopa Veloute.
Remolacha a la campesina. Acelgas con patatas.
Tortilla con queso. Calabaza a la madrileña.
Pastel de harina y lentejas. Pisto manohego.
Buñuelos de monja. Soplillo al minuto.
T e r c e r a c o m id a . C u a r t a c o m id a .
Sopa Villalbina. Sopa de hierbaa.
Judías verdes en salsa de huevo. Repollo rehogado.
Setas al horno. Croquetas de zanahorias.
Pimientos rellenos con tomates, Judías verdes con calabacines.
Millasones de Bigorre. Pudding de coco y leche.
Ensalada do eS'^arola y tomate. Frutas frescas y secas.