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LEMA DEL AÑO: “CAMINAMOS COMO PUEBLO DE DIOS, ESCUCHANDO A JESUS Y ANUNCIANDO SU REINO”

Lema de octubre: Para caminar con Jesús: “Hazte compañero del camino de tu prójimo”. (Lucas 24,13)

Señor, haz de mí un instrumento de tu paz. Oh Maestro, que no busque yo tanto en ser


donde haya odio, ponga yo amor. consolado, como consolar,
donde haya ofensa, ponga yo perdón. en ser comprendido, como comprender,
donde haya discordia, ponga yo unión. en ser amado, como amar.
donde haya error, ponga yo verdad. Porque dando, se recibe,
donde haya duda, ponga yo la Fe. olvidándose, se encuentra,
donde haya desesperación, ponga yo esperanza. perdonando, se es perdonado,
donde haya tinieblas, ponga yo la luz. y muriendo se resucita a la vida eterna.
donde haya tristeza, yo ponga yo alegría. AMÉN.

PROPÓSITO: Reflexionar el lema con la Lectio Divina y propone una acción de cadena de favores

I. OBSERVA Y REFLEXIONA:

1. ¿Cuál es el lema y de qué trata?


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2. ¿Qué entiendes por caminar juntos?
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3. ¿Qué haces cuando entras más en confianza con un
amigo?
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4. ¿Es posible evangelizar en lo cotidiano? SI – NO ¿Por
qué?
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II. LEE Y PROFUNDIZA:


1. NOS ILUMINAMOS CON LA PALABRA DEL SEÑOR:
 “Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que está a unos doce kilómetros de Jerusalén” Lc 24,13
 “Jesús dijo, además: «Escuchen esta comparación del Reino de Dios. Un hombre esparce la semilla en la tierra, y ya duerma o
esté despierto, sea de noche o de día, la semilla brota y crece, sin que él sepa cómo. La tierra da fruto por sí misma: primero la
hierba, luego la espiga, y por último la espiga se llena de granos. Y cuando el grano está maduro, se le mete la hoz, pues ha
llegado el tiempo de la cosecha.»” Mc 4,26-29

Sólo el Evangelio de Jesús transformará los corazones de los hombres y mujeres.


Apostemos por el compromiso de ser misioneros; es decir, “discípulos y enviados”
tratando de llegar hasta la otra orilla, más allá de lo que acostumbramos recorrer en
nuestras faenas pastorales y en nuestras procesiones. Llevemos a Cristo Morado a los
lugares que menos hemos imaginado, cuando lleguemos a ellos, nos daremos cuenta
que nos estaban esperando.
Seamos los primeros en tomar parte en esta reacción, emprender marcha con los
hombres y mujeres de hoy es una buena motivación para buscar iniciativas misioneras.
Hagamos de nuestro servicio pastoral una verdadera acción misionera. Promovamos la
conversión a Jesucristo y a su Evangelio, pues como dice el Concilio Vaticano II: La Iglesia “está al servicio del mundo”.
Tal vez en muchos lugares hay un pequeño grupo de seguidores que pueden llegar a ser “semilla”, “levadura”, “sal” y “luz”.
Nuestra verdadera tarea es colaborar para que el Reino de Dios sea acogido y crezca dentro y fuera de la Iglesia.
Prof. Rosario Rodriguez Rosas
LEMA DEL AÑO: “CAMINAMOS COMO PUEBLO DE DIOS, ESCUCHANDO A JESUS Y ANUNCIANDO SU REINO”
Lema de octubre: Para caminar con Jesús: “Hazte compañero del camino de tu prójimo”. (Lucas 24,13)

2. DECRETO AD GENTES DIVINITUS: Sobre la actividad misionera de la Iglesia, Papa PABLO VI en 1965
1. La Iglesia, enviada por Dios a las gentes para ser "el sacramento universal de la salvación", obedeciendo
el mandato de su Fundador (Cf. Mc, 16,15), por exigencias íntimas de su misma catolicidad, se esfuerza en
anunciar el Evangelio a todos los hombres. Porque los Apóstoles mismos, en quienes está fundada la Iglesia,
siguiendo las huellas de Cristo, "predicaron la palabra de la verdad y engendraron las Iglesias". Obligación
de sus sucesores es dar perpetuidad a esta obra para que "la palabra de Dios sea difundida y glorificada" (2
Tes, 3,1), y se anuncie y establezca el reino de Dios en toda la tierra.
Mas en el presente orden de cosas, del que surge una nueva condición de la humanidad, la Iglesia, sal de la
tierra y luz del mundo (Cf. Mt, 5,13-14), se siente llamada con más urgencia a salvar y renovar a toda criatura
para que todo se instaure en Cristo y todos los hombres constituyan en El una única familia y un solo Pueblo de Dios.
3. ENCICLICA “REDEMPTORIS MISSIO” Sobre el Mandato Misionero – JUAN PABLO II - 1990
1. La misión de Cristo Redentor, confiada a la Iglesia, está aún lejos de cumplirse. A finales del
segundo milenio después de su venida, una mirada global a la humanidad demuestra que esta
misión se halla todavía en los comienzos y que debemos comprometernos con todas nuestras
energías en su servicio. Es el Espíritu Santo quien impulsa a anunciar las grandes obras de Dios:
«Predicar el Evangelio no es para mí ningún motivo de gloria; es más bien un deber que me incumbe:
Y ¡ay de mi si no predicara el Evangelio!» (1 Cor 9, 16).
El misionero es el hombre de las Bienaventuranzas. Jesús instruye a los Doce, antes de mandarlos a
evangelizar, indicándoles los caminos de la misión: pobreza, mansedumbre, aceptación de los
sufrimientos y persecuciones, deseo de justicia y de paz, caridad; es decir, les indica precisamente las
Bienaventuranzas, practicadas en la vida apostólica (cf. Mt 5, 1-12). Viviendo las Bienaventuranzas el misionero
experimenta y demuestra concretamente que el Reino de Dios ya ha venido y que él lo ha acogido. La característica de
toda vida misionera auténtica es la alegría interior, que viene de la fe. En un mundo angustiado y oprimido por tantos
problemas, que tiende al pesimismo, el anunciador de la «Buena Nueva» ha de ser un hombre que ha encontrado en Cristo
la verdadera esperanza.
4. EXHORTACIÓN APOSTOLICA “EVANGELII GAUDIUM” Sobre el Anuncio en el mundo actual – FRANCISCO
- 2013
1. La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús.
Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del
aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría. En esta Exhortación quiero dirigirme a
los fieles cristianos para invitarlos a una nueva etapa evangelizadora marcada por esa alegría, e indicar
caminos para la marcha de la Iglesia en los próximos años.
3. Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo
su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de
intentarlo cada día sin descanso. No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para
él, porque «nadie queda excluido de la alegría reportada por el Señor»[1]. Al que arriesga, el Señor no
lo defrauda, y cuando alguien da un pequeño paso hacia Jesús, descubre que Él ya esperaba su llegada con los brazos
abiertos. Éste es el momento para decirle a Jesucristo: «Señor, me he dejado
engañar, de mil maneras escapé de tu amor, pero aquí estoy otra vez para renovar mi alianza contigo. Te necesito.
Rescátame de nuevo, Señor, acéptame una vez más entre tus brazos redentores»
9. El bien siempre tiende a comunicarse. Toda experiencia auténtica de verdad y de belleza busca por sí misma su
expansión, y cualquier persona que viva una profunda liberación adquiere mayor sensibilidad ante las necesidades de los
demás. Comunicándolo, el bien se arraiga y se desarrolla. Por eso, quien quiera vivir con dignidad y plenitud no tiene otro
camino más que reconocer al otro y buscar su bien. No deberían asombrarnos entonces algunas expresiones de san Pablo:
«El amor de Cristo nos apremia» (2 Co 5,14); «¡Ay de mí si no anunciara el Evangelio!» (1 Co 9,16).
5. LA MISIÓN DE EVANGELIZAR: Cadena de favores
“Llamados a ser luz en mitad de las tinieblas”, Yo soy siempre una misión; tú eres siempre una misión; todo bautizado
y bautizada es una misión. “Esta felicidad es de todos, para todos los días”, la misión es: para que a nadie le falte el
anuncio de su vocación a hijo adoptivo, la certeza de su dignidad personal. “Vivo para dar no para quedarme
conmigo”, la misión nos ayuda a salir de nosotros mismos: «Quien ama se pone en movimiento, sale de sí mismo,
es atraído y atrae, se da al otro y teje relaciones que generan vida. Hermano ponte en pie y sal ahí fuera” nuestros
hermanos nos necesitan, por eso se necesita que: «la misión llegue hasta los últimos rincones de la tierra». Nuestros
«últimos rincones» son los lugares donde nos parece imposible que el amor de Dios pueda entrar y transformar. Pero
hay que animarse, dar el paso, no esperar que otro lo haga sino darlo nosotros.
https://www.youtube.com/watch?v=AbE_81IpLoU&t=2s

III. RETO:
Estudiante resalta lo más importante, luego reflexiona el lema con la Lectio Divina en una cruz categorial.
IV. EXPLORACION DE TU APRENDIZAJE:
¿Qué aprendí? ¿Para qué me sirve lo que aprendí? ¿Cómo lo practicaré en mi vida?
V. CELEBREMOS AL SEÑOR en nuestra vida:
https://www.youtube.com/watch?v=QJqUzKvRtUI&t=1s

Prof. Rosario Rodriguez Rosas


LEMA DEL AÑO: “CAMINAMOS COMO PUEBLO DE DIOS, ESCUCHANDO A JESUS Y ANUNCIANDO SU REINO”
Lema de octubre: Para caminar con Jesús: “Hazte compañero del camino de tu prójimo”. (Lucas 24,13)

VI. AUTOEVALUACIÓN DE TU APRENDIZAJE:


Se te evaluara con los siguientes indicadores:
Asume la experiencia del encuentro personal y comunitario con Dios en su proyecto de vida en coherencia con su creencia religiosa.
INDICADORES Lo logré En Inicio
proceso
Reflexioné el lema con los pasos de la Lectio Divina
Propuse una acción para continuar la cadena de favores
Autorregule mi comportamiento en clase y participe dando respuestas correctas.

Prof. Rosario Rodriguez Rosas


LEMA DEL AÑO: “CAMINAMOS COMO PUEBLO DE DIOS, ESCUCHANDO A JESUS Y ANUNCIANDO SU REINO”
Lema de octubre: Para caminar con Jesús: “Hazte compañero del camino de tu prójimo”. (Lucas 24,13)

¿Qué dice el texto?

¿Qué me dice Dios, a mí, a través de


LEMA OCTUBRE: ¿Qué me invita este texto a
este texto? decirle a Dios?
PARA CAMINAR CON
JESÚS: “HAZTE
COMPAÑERO DEL
CAMINO DE TU
PRÓJIMO”. (LUCAS
24,13)
Contempla unos minutos en silencios
para escuchar la respuesta de Dios

¿Qué vivencia o gesto asumirías para ser


compañero del camino de tu prójimo?

Prof. Rosario Rodriguez Rosas

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