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"La Semillita Dormida"

Había una vez una pequeña semilla que vivía en el suelo de un hermoso jardín. Esta
semillita se llamaba Lola. Durante el día, el sol brillaba sobre ella, y por las noches, la luna
le susurraba secretos .
Aunque Lola era una semilla pequeña, tenía grandes sueños. Soñaba con crecer y
convertirse en una planta fuerte y hermosa, con hojas verdes y flores de colores. Pero, por
algún motivo, Lola no podía despertar de su sueño profundo.

Un día, una gota de lluvia cayó sobre la tierra y salpicó a Lola. La pequeña semillita sintió la
frescura del agua y algo dentro de ella comenzó a moverse. ¡Finalmente, Lola estaba
despertando!

Con cada gota de lluvia que caía, Lola crecía un poco más. Sus raíces se extendieron por la
tierra en busca de nutrientes, y su tallo comenzó a asomarse tímidamente sobre la
superficie. La luz del sol acarició su pequeña hoja, dándole energía para seguir creciendo.

Día tras día, Lola crecía más y más. Se sentía feliz de estar viva y emocionada por su
nueva aventura en el jardín. Pronto, sus hojas se volvieron verdes y saludables, y sus raíces
se hicieron fuertes y profundas.

El jardín se llenó de color a medida que las flores de Lola se abrían al mundo. Mariposas y
abejas vinieron a visitarla, y los niños que jugaban en el jardín la admiraban con asombro.

Lola se dio cuenta de que había cumplido su sueño de convertirse en una planta hermosa, y
estaba agradecida por la lluvia, el sol y la tierra que la habían ayudado a crecer.

"Beto el Tucán y su Aventura en la Selva Misionera"

Había una vez un tucán llamado Beto que vivía en lo profundo de la mágica selva
misionera. Beto tenía un pico largo y colorido que lo hacía especial entre todos los pájaros.
Un día, Beto decidió hacer una aventura y volar lejos, lejos de su hogar en busca de nuevos
amigos. Voló sobre los ríos y entre los árboles gigantes e hizo muchísimos amigos.

En un momento de su gran aventura, Beto se encontró con una escuela y decidió quedarse
en la escuela para poder compartir con los niños sobre su hogar en la selva misionera.

Beto, emocionado, dijo: "¡Vamos a hacer algo especial! Durante los próximos días, les voy a
llevar en un viaje mágico a mi hogar en la selva. Conocerán a mis amigos, aprenderán
sobre sus nombres, los sonidos que hacen y las cosas asombrosas que hacen todos los
días".

Y así comenzó la emocionante aventura de Beto y los niños en la selva misionera.


Pasaron Durante los próximos días, descubriendo los secretos de la selva, se hicieron
amigos del yaguareté, se alzaba como el rey silencioso de la selva, también del mismísimo
oso hormiguero, con su largo hocico, cazaba insectos con una precisión asombrosa.
De Los coatíes, traviesos y juguetones, de las serpientes, con colores vibrantes y
movimientos sinuosos.
De los charlatanes los loros que llenaban el aire con sus voces. Del pájaro carpintero,que
creaba obras maestras en los troncos de los árboles.
Del elegante tapir, que se desplazaba por la selva.
Los lagartos, con sus escamas relucientes, que se ocultan entre la vegetación. En los ríos,
el surubí y el dorado, peces gigantes de fuerza. Y en las aguas, el yacaré, con su piel
escamosa y dientes afilados.

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