SIPNOSIS

Margarita y Julio son una pareja de esposos que viven tranquilamente en su propio mundo,
el cual han creado pacientemente a través de numerosos y largos años juntos. Una noche
como cualquier otra, Julio nota un cambio para mal en la sazón de Margarita al sentarse a la
mesa y probar la cena. La vida ya no volverá a ser igual para ellos. Después de tantos años,
se ven obligados a replantearse por completo su relación y sus vidas, mientras usan el amor
como espada y escudo para enfrentarse a una amenaza imparable y que tiene al tiempo de
su lado: el Alzheimer que ahora padece Margarita.

PERSONAJES
Nombre: Julio
Este personaje es un hombre adulto de 65 años. La edad se hace notar a primera vista
debido a sus cabellos blancos y a las arrugas que enmarcan sus ojos y adornan de nobleza su
frente. Ojos color café y midiendo 1.75 metros de altura, es una persona austera que suele
vestir prendas confeccionadas con tejidos suaves y frescos al contacto con la piel pero que
le hacen ver elegante e impecable como camisas, pantalones de tela a la vieja usanza,
mocasines, sombrero y alguna chaqueta para completar el clásico estilo de traje. Su ropa
hecha a la medida hace que destaque su figura de complexión ancha y fuerte. Pese a ser
alguien que disfruta de los placeres y ventajas del buen vestir, su sobriedad le limita al
momento de implementar algún accesorio a su atuendo salvo un reloj que resalta aún más
si cabe su buen gusto al momento de cubrir las miserias que deja el paso de la vida sobre el
cuerpo. Es un hombre inteligente, de palabras escasas pero certeras además de honrado,
trabajador, responsable, protector, cariñoso y, en resumen, un caballero romántico educado
en las formas de antaño. Podemos decir que su arquetipo de personalidad es el del héroe,
aunque también tiene mucho de sabio y no permite que sus defectos, los cuales son la
impotencia desmesurada que siente al no poder proteger a los que ama y su incapacidad
para aceptar que no puede tenerlo todo bajo control, le tomen ventaja, porque reconoce
que estos provienen de sus mismas virtudes y son un precio que hay que pagar.
Nombre: Margarita
Margarita es una mujer dedicada de forma religiosa a las cosas que ama y a las personas
que conforman su pequeño pero agradable universo particular. A sus 63 años, la belleza y el
vigor de la juventud perdida para siempre todavía se asoman tímidamente entre los
pliegues oscuros de las arrugas que se abren paso en su rostro cual sombras obstinadas en
presagiar pesares. Ella no es muy alta, pero su metro con sesenta y nueve centímetros le
han bastado para poder mirar a los ojos a cualquiera y para hablar de frente sólo cuando la
situación lo amerita, pues por lo general es una persona reservada, que detesta la
exposición fuera de su círculo más íntimo y que prefiere evitar todo tipo de conflictos y
confrontaciones innecesarias. Dama prudente, acostumbrada a luchar y a lidiar con los
tropeles del día a día en multitud de escenarios complicados, siempre es extremadamente
diligente con sus labores y exigente cuando solicita el cumplimento de ciertos menesteres.
Solamente con verla es fácil deducir que se trata de una señora fuerte, curtida como el
cuero de sus zapatos, pero capaz de ondear su espíritu libremente como la falda de su
vestido que se ciñe ligeramente a su cuerpo robusto y moreno o como su melena blanca,
pero sin embargo larga como en sus mejores días. Sus ojos color marrón a menudo hacen
juego con sus accesorios para el cabello o las muñecas, los pendientes en las orejas y el
color de su piel. Luego del diagnóstico, todas estas características se han transformado un
poco, pero ahora su mirada refleja un halo de misterio y melancolía que, combinado con la
dignidad que otorga la vejez bien habida, le da una nueva dimensión a su belleza siempre
presente. Margarita es, no obstante, y a pesar de las circunstancias, una persona amorosa,
que se preocupa en exceso por los demás y que intenta luchar contra la enfermedad con
todas sus fuerzas, poniendo de manifiesto una vez más lo testaruda que ha sido siempre.