Y en su reino, en los cielos, me ha aceptado Yo soy una hija amada de Dios Una pequeña parte de tu divina creación Que siente total admiración en su dulce corazón Tan bella como una delicada flor ¡Es mi identidad hacia ti, Señor! Siento una gran renovación espiritual ¡Otorgado por ti¡, amado Padre Celestial! Miles de sonrisas hay en mi rostro acogedor Las inmensas nubes lloran de alegría sin algún dolor Pues tú, no tienes comparación en el amor Siguiendo firmemente el camino de la fe Al paso de Cristo continuo en pie Mi corazón de piedra siempre fue Ahora mi interior es luz, en su máximo esplendor Hasta en las estrellas proclamo tu palabra, salvador En mi alma se alberga la absoluta felicidad Cuando Dios me dio aquella oportunidad De vivir con él en plena fraternidad Y junto a Jesús vivir en libre unidad Fortaleciendo nuestra cristiana identidad Mi orgullo está roto,