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Universidad Técnica de Manabí

Facultad de Ciencias Matemáticas Físicas


Y Química
CARRERA DE INGENIERÍA CIVIL

Estudiante:

Bazurto Vélez Stephany Daniela

Materia:
IMPACTO AMBIENTAL

Paralelo:
“B”

Docente:

Ing. Irene Caballero


Fecha:
10 de noviembre del 2023

Periodo:
Octubre 2023-Enero 2024
BACTERIAS, HONGOS Y VIRUS, CON FIN CONSTRUCTIVO EN
LA CONTRUCCION CIVIL
El desgaste de los materiales de construcción se inicia tan pronto como una piedra es
extraída de una cantera o un mortero se coloca en una edificación. Éste se debe a factores
ambientales naturales como sol, nieve, viento, lluvia, etc., los cuales contribuyen
gradualmente a la descomposición de los materiales en partículas más pequeñas y,
finalmente, en los minerales constituyentes. No obstante, la actividad microbiana puede
tener un impacto importante en la durabilidad de los materiales de construcción, siendo
relevante entender esta actividad con el fin de seleccionar apropiadamente las estrategias
de control y tratamiento para la reparación y restauración de edificios y monumentos.
Muchos microorganismos (algunos aún sin clasificar) han sido observados en los
materiales de construcción, pero los estudiados más frecuentemente son hongos
(levaduras), algas (incluyendo diatomeas) y bacterias (incluyendo actinomicetos y
cianobacterias).

Factores que influyen en el crecimiento microbiano sobre los materiales de


construcción.

Todos los materiales de ingeniería son colonizados por microorganismos (principalmente


bacterias y hongos) en cuestión de horas después de su exposición en aguas naturales y
en muchos ambientes atmosféricos. Los microorganismos crecen y producen una capa
viscoelástica o biopelícula. La colonización y el biodeterioro de los materiales de
construcción generalmente están vinculados a condiciones ambientales. Los parámetros
más importantes que afectan el crecimiento microbiano están representados por factores
físicos (principalmente la humedad, la temperatura y la luz), así como la naturaleza
química del sustrato.

CONTRUCCIONES VIVAS

El uso de materiales de construcción y técnicas de construcción más sostenibles


representa una contribución importante a la sostenibilidad de la industria de la
construcción. Para ello, deben considerarse, los flujos de energía y materiales,
satisfaciendo las demandas de la sociedad con recursos localmente disponibles y material
y energía mínimos. Un enfoque innovador para resolver esto, consiste en percibir el
potencial de los sistemas naturales como un recurso de mejora, que ha llevado a materiales
y "tecnologías" totalmente biodegradables que presentan un rendimiento excepcional. El
término biomimético fue utilizado por primera vez por Otto Schmitt durante la década de
1950 y se relaciona con el desarrollo de nuevas tecnologías a través de la destilación de
principios del estudio de sistemas biológicos. Otros términos como 'biomimética',
'bioinspiración' y 'bioinspirado' son palabras derivadas de 'biomimético'. Otros autores
han informado que el estudio de los sistemas biológicos como estructuras, se remonta a
las primeras partes del siglo XX con el trabajo de D'Arcy W. Thompson, publicado por
primera vez en 1917. El análisis de materiales bioinspirados, requiere el conocimiento de
principios tanto biológicos como de ingeniería que son parte de una gran área de
investigación denominada biotecnología.

Materiales constructivos modificados con microorganismos vivos

Microorganismo en convivencia con el material constructivo.


Hormigón como soporte biológico

Este material se introduce como un nuevo concepto de jardín vertical ya que, no requiere
soportes estructurales muy complejos como las actuales fachadas vegetales o ajardinadas
que necesitan algún tipo de montaje grapante, recipientes o contenedores, y un tipo
específico de sustrato orgánico o sustratos hidropónicos que permitan el crecimiento de
la planta. En el caso del hormigón como soporte biológico, los organismos crecen
directamente sobre la superficie del hormigón, si necesidad de sustratos y prácticamente
sin mantenimiento.
Modificación de propiedades. La capa de “hormigón biológico” permite que se cree en la
superficie un bio-film, para que esto pueda ser posible, el hormigón debe de ser muy
propenso a la carbonatación lo que supone que el hormigón sea más ácido que los
hormigones a base de cemento Portland (OPC). Los hormigones a base de
conglomerantes OPC sometidos a carbonatación acelerada pueden llegar a tener un pH
en torno a 9. En hormigones con conglomerantes a base de magnesio-fosfato (MPC) se
han conseguido niveles de pH entre 6’5 y 7, a priori, los más idóneos para la proliferación
de musgos y líquenes 6. Por lo tanto, para producirlo, se utiliza un cemento rico en fosfato
de magnesio, lo cual permite la reducción del pH a los niveles requeridos. Esto junto con
una humedad relativa del 60%, permiten unas condiciones idóneas para el crecimiento de
organismos como hongos, musgos y líquenes. El hormigón con soporte biológico,
consiste básicamente en tres capas de las cuales, solo la última capa es lo que se considera
el hormigón biológico.
- Capa estructural: es la capa que soportará a las posteriores, y está compuesta por
hormigón convencional.
- Capa impermeabilizante: esta capa dirige la humedad fuera de la capa estructural y
protegerá a la misma de posibles filtraciones.
- Capa biológica: esta capa contendrá las sustancias químicas necesarias para el
crecimiento de los musgos y líquenes. Esta capa formada por cemento rico en fosfato de
magnesio, permite la proliferación de los microorganismos, de manera que se creará un
biofilm que se encargará de controlar la humedad, y también actuará como aislante
térmico.
Estos tipos de musgos o líquenes son capaces de absorber el polvo y dióxido de carbono
(CO2) atmosférico y lo convierten en oxígeno (O2), lo que hacen del “hormigón
biológico” un buen bio-indicador de calidad ambiental, ya que también colabora con la
reducción de la contaminación.

Microorganismo como conglomerante

Suelo estabilizado con bacterias.


La biomineralización busca aprovechar la biodiversidad presente, en este caso en el suelo,
para mejorar sus propiedades, por medio de la acción bacteriana. El uso de la
biomineralización para aumentar la resistencia y rigidez de las arenas y gravas no
consolidadas interesa a la industria de la construcción con fines geotécnicos y de
mampostería.
Este proceso permite la reducción de los agentes estabilizadores tradicionales como el
cemento Portland y la cal, lo que se puede relacionar con la reducción de los niveles de
emisiones de CO2. También sustituye el uso de productos químicos tóxicos y peligrosos,
que pueden ser responsables de la intoxicación de las personas a través del agua. A
diferencia de otros ensayos realizados en otras ocasiones, que introducen
microorganismos, la técnica que se utiliza en este ensayo consiste en la estimulación de
los microorganismos nativos presentes en el suelo, a través de la adición de un medio
nutriente.
Microorganismo como adicción.
En este caso el microorganismo se incluye dentro de las materias primas en pequeñas
cantidades, de manera que pueden quedar latentes y no provocar cambios en el material
hasta el momento en el que se produzcan unas condiciones específicas o bien pueden
actuar desde el primer momento que se incluyen en la mezcla.

Hormigón autorreparable.
El hormigón es uno de los materiales más utilizados en la construcción gracias a su
resistencia y trabajabilidad, sin embargo, la fisuración es uno de los problemas más
frecuentes y perjudiciales para el hormigón. Debido a la aparición de grietas, agentes
agresivos de tipo químico pueden filtrarse en la estructura ocasionando efectos negativos
en ciertas propiedades tales como la durabilidad, la sustentabilidad, la reducción del
tiempo de vida útil y los altos costes de mantenimiento y/o reparación. Por esta razón el
microbiólogo Henk Jonkers, de la Universidad tecnológica de Delft, Países Bajos,
desarrolló un hormigón capaz de autorrepararse. La composición del hormigón
autorreparable consiste, al igual que el hormigón convencional, en la mezcla de cemento,
agua, agregados finos y gruesos, aditivos y además se añade un componente que son las
bacterias. Estas bacterias tienen que estar muy bien seleccionadas ya que el pH del
hormigón convencional oscila entre 12’5 y 13’5, teniendo así que encontrar un tipo de
bacterias capaz de sobrevivir en estas condiciones. Por ello se ensayó con varios tipos
diferentes de bacterias, todas ellas bacterias alcalófilas formadoras de esporas, Bacillus
cohnii DSM 6307; Bacillus halodurans DSM 497 y Bacillus pseudofirmus DSM 8715, B.
sphaericus.

REFERENCIAS
B. Little, R.I. Ray, P. Wagner. Biodegradation of Nonmetallic Engineering Materials.
(Chapter 3): p. 3.1-3.9. C.

Saiz-Jimenez. The Biodeterioration of Building Materials. (Chapter 4): p. 4.1-4.6. C.


Gaylarde, M. Ribas Silva, Th. Warscheid. “Microbial impact on building materials: an
overview”. Materials and Structures. Vol.36, (2003): p. 342-346.

J.V. Perfettini, E. Revertegat, N. Langomazino, Experientia 47 (1991): p. 527.


P.A. Wagner, R.I. Ray, B.J. Little, and W.C. Tucker, MP 33, 4(1994): p. 46.
Bernardi, D., DeJong, J.T., Montoya, B.M. y Martinez, B.C. (2014). Biobricks:
Biologically cemented sandstone bricks. Constructions and Building Materials 55, 462-
469.
Chen, H. X., Xu, Q. W., Chen, S.F. y Zhang, Z. Q. (2009). Evaluation and design of fibre-
reinforced asphalt mixtures. Materials & Design 30(7), 2595-2603.
Gaylarde, C., Silva, M.R. y Warscheid, T. (2003). Microbial impact on building materials:
an above: overview. Mater. Struct. 36, 342–52.

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