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POR CAUSA DE NUESTRO TESTIMONIO

para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin tacha


en medio de una generación torcida y perversa, en medio de la
cual resplandecéis como luminares en el mundo, Filipenses
2:15

Introducción. Corresponde en el presente estudio, realizar un análisis de


nuestro comportamiento, frente a Dios, a uno mismo y con nuestros
semejantes. Entendiendo que esta conducta, constituye la base para mostrar
a Cristo en nuestro diario vivir a quiénes no lo conocen todavía.
Estudiaremos dos formas de ver nuestra conducta.

I. DESDE LA PERSPECTIVA DEL CAMBIO.


NUESTRA VIDA DEBE SER DISTINTA.

Efesios 4:22 En cuanto a la pasada manera de vivir,


despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los
deseos engañosos, 24 y vestíos del nuevo hombre, creado
según Dios en la justicia y santidad de la
verdad.

APRENDIENDO QUÉ ES UN PARADIGMA. -En el pasado pecaminoso


nuestro, vivíamos según paradigmas de nuestros antepasados. - Estos
paradigmas son, aquellas estructuras mentales firmes, resistentes al cambio y
casi siempre negativas, que gradualmente reducen la visión, la esperanza y la
fe. Los paradigmas están formados por pensamientos que se aglutinan en
conceptos y van dando forma a nuestra manera de pensar, para culminar
afectando directamente nuestra conducta.

HAY UN CAMBIO DE PARADIGMAS.


(Efesios 4: 24-32) En este pasaje, Hay 19 paradigmas; unos que se tienen que dejar de
hacer porque son dañinos y otros que, hay que hacerlos porque son correctos, veamos: (1)
Por lo cual, desechando la mentira, (2) hablad verdad cada uno con su prójimo; porque
somos miembros los unos de los otros. 26 (3) Airaos, pero no pequéis; (4) no se ponga el
sol sobre vuestro enojo, 27 (5) ni deis lugar al diablo. 28 (6) El que hurtaba, (7) no hurte
más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué
compartir con el que padece necesidad. 29 (8)Ninguna palabra corrompida salga de
vuestra boca, (9)sino la que
sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. 30
(10)Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados
para el día de la redención. 31 (11)Quítense de vosotros toda amargura,
(12)enojo, (13)ira, (14)gritería y (15)maledicencia, y (16)toda malicia. 32
(17)Antes sed benignos unos con otros, (18)misericordiosos,
(19)perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en
Cristo. ¿Has desechado ya, estos paradigmas negativos de tu vida? Creo que
hoy, es un buen momento para examinarnos.

II. DESDE LA PERSPECTIVA DE LA OBEDIENCIA.


RECONOCEMOS EL SEÑORÍO DE DIOS SOBRE
NUESTRAS VIDAS.
Juan 20:28 Respondió Tomás y le dijo: ¡Señor mío y Dios
mío!
Efesios 1:22 Y todo sometió bajo sus pies, y a Él lo dio por cabeza sobre
todas las cosas a la iglesia, ¿Reconoces al Señor Jesucristo como tu Señor?
¿Él manda en tu vida? Conversemos sobre esto un momento.

ESTAMOS DISPUESTOS A ESCUCHAR Y OBEDECER SU


VOZ.
Lucas 11:28 Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la
palabra de Dios, y la guardan.
Santiago 1:22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan
solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Mirémonos hacia adentro de
nosotros y veamos, si ya hemos aprendido a escuchar su voz y a obedecer. Conversemos
un momento.

III. CONCLUSIÓN.
para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin tacha en medio de
una generación torcida y perversa, en medio de la cual resplandecéis como
luminares en el mundo, Filipenses 2:15.

Cuán indispensable resulta mostrar la obra de Dios hecha en nosotros. Ya


nuestro pasado dejó de ser y hemos venido a ser nuevas personas por la gracia
del Señor. Sepamos corresponderle, con una vida de completa sujeción a él y
su preciosa palabra. Que el mundo vea en nosotros, que somos verdaderos
hijos de Dios, y ellos también desearán serlo.

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