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La salud en el ministerio sacerdotal

y la vida religiosa

Pbro. Dr. Pedro Astorga Guerra


Obra impresa en los Talleres Gráficos de Tradición Impresa
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27 de Enero de 2018
INTRODUCCIÓN

En el contexto bíblico, la palabra shalom expresa la


salud integral del israelita. Realidades de plenitud,
alegría, satisfacción y paz giran en torno a esta palabra
y la sitúan como una de las más importantes en la
Historia de la Salvación. Sin embargo, esto no quiere
decir que enfermedades, necesidades, tristezas, vacíos
y conflictos estén ausentes. Todo lo contrario, en
medio de estas situaciones, se abre paso la salvación de
Dios, que incluye precisamente la salud del alma y del
cuerpo.
En el presente libro queremos hablar sobre la salud
en el ministerio sacerdotal y en la vida religiosa,
basados en algunos estudios realizados y experiencias
de vida. Hoy en día, tenemos una fuerte necesidad de
promover la salud entre los sacerdotes y religiosas,
tanto en el período de formación inicial como en el
tiempo de la formación permanente después de la
consagración. Si queremos vivir la paz de Dios y la paz
que trae Jesús Resucitado, tenemos que velar con
esfuerzos redoblados por una salud integral de
presbiterios e institutos religiosos.
A este propósito, el Directorio para el Ministerio y
la Vida de los Presbíteros subraya como conveniente
que, el clero joven, crezca en un ambiente espiritual de
auténtica fraternidad, manifestada en la atención
2 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

personal, especialmente en lo que respecta a la salud


física y a los diversos aspectos materiales de la vida.
Salvando las circunstancias, estas afirmaciones bien
pueden aplicarse a todos los sacerdotes. Por su parte, el
Decreto Perfectae Caritatis exhorta a no omitir los
medios naturales, que favorecen la salud del alma y del
cuerpo de religiosas y religiosos.
Teniendo esto en cuenta, podrían haber diversas
formas de afrontar este tema. Para mayor claridad,
optamos por considerar diversos aspectos que puedan
dar una imagen, más o menos completa, de lo que
implica la salud en sacerdotes y religiosas. En este
sentido, podrían ser de utilidad las palabras de un
sacerdote jesuita español, José María Fernández
Martos, quien habla de diversos tipos de pobrezas y
enfermedades necesitadas de sanación en su libro
Cuidar el corazón en un mundo descorazonado. Una
es la pobreza vinculada a la humanidad, pues, lo
queramos o no, lo aceptemos o no, el ser humano es
frágil y pobre desde muchos puntos de vista. Por
supuesto, el más evidente es que es un ser para la
muerte, lo quiera o no. Otras son las duras
enfermedades, inesperadas o no. También están las
limitaciones psicológicas más o menos graves, como
depresión, adicción, obsesión, etc., que entristecen, y
muchas veces, oscurecen el alma casi
irremediablemente. En otros casos, son carencias
afectivas, en forma de soledad, desamor, desamparo,
ingratitud; Y también está la pobreza económica que
trae mil calamidades, por ejemplo falta de techo,
pérdida de salud, escasez de alimentación, etc., así
INTRODUCCIÓN 3

como la falta de cultura mínima para comprender la


vida o adquirir una profesión.
De acuerdo con esto, hablaremos de la salud
espiritual como una manera de vivir la pobreza integral
que experimentamos simplemente por ser humanos.
Enseguida trataremos de la salud física como una
forma de mantenernos sanos en cuerpo y alma.
Después dedicaremos la atención a la salud integral,
necesaria para conocer y reconciliarnos con las
limitaciones psicológicas de cada uno, así como vivir
en profundidad algunas realidades estrechamente
vinculadas al ministerio sacerdotal y a la religiosa.
Enseguida se presentarán los beneficios de una salud
cultural. Finalmente, se verán las oportunidades de
vivir de una manera más saludable y digna, en las
casas sacerdotales y de religiosas, verdaderos
santuarios de salud integral.
Agradezco la participación, aportaciones y
sugerencias de la Hermana Martha Magallón Trujillo,
mjh, y de los sacerdotes Rafael Villareal Ordaz y
Christian A. Contreras Jacquez. Dios recompense su
ayuda, generosidad y valioso tiempo.
SALUD ESPIRITUAL

1. Contar bien nuestros días

Dentro del Salterio solo hay un Salmo atribuido a


Moisés, el Salmo 90. Desde su nacimiento, Moisés
experimentó el peligro de muerte y durante el desierto,
mientras guiaba al pueblo de Dios, seguramente tuvo
conciencia de la caducidad humana. Contar los días de
la vida, como Moisés lo propone este Salmo, es el
inicio de una sabiduría, que aquí llamamos salud
espiritual. El salmista goza de salud espiritual porque
ha tomado conciencia de que vivir es un don de Dios, y
de que saciado de su amor por la mañana, podrá cantar
de alegría todos los días de su vida:

«Señor, tú has sido nuestro refugio generación tras


generación. Desde antes que nacieran los montes y que
crearas la tierra y el mundo, desde los tiempos antiguos
y hasta los tiempos postreros, tú eres Dios. Tú haces
que los hombres vuelvan al polvo, cuando dices:
“¡Vuélvanse al polvo, mortales!”. Mil años, para ti, son
como el día de ayer, que ya pasó; son como unas
cuantas horas de la noche. Arrasas a los mortales. Son
como un sueño. Nacen por la mañana, como la hierba
que al amanecer brota lozana y por la noche ya está
marchita y seca.
6 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

Tu ira en verdad nos consume, tu indignación nos


aterra. Ante ti has puesto nuestras iniquidades; a la luz
de tu presencia, nuestros pecados secretos. Por causa de
tu ira se nos va la vida entera; se esfuman nuestros años
como un suspiro. Algunos llegamos hasta los setenta
años, quizás alcancemos hasta los ochenta, si las
fuerzas nos acompañan. Tantos años de vida, sin
embargo, sólo traen pesadas cargas y calamidades:
pronto pasan, y con ellos pasamos nosotros. ¿Quién
puede comprender el furor de tu enojo? ¡Tu ira es tan
grande como el temor que se te debe!

Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro


corazón adquiera sabiduría. ¿Cuándo, Señor, te volverás
hacia nosotros? ¡Compadécete ya de tus siervos!
Sácianos de tu amor por la mañana, y toda nuestra vida
cantaremos de alegría. Días y años nos has afligido,
nos has hecho sufrir; ¡devuélvenos ahora ese tiempo en
alegría! ¡Sean manifiestas tus obras a tus siervos, y tu
esplendor a sus descendientes! Que la bondad del
Señor nuestro Dios esté sobre nosotros. Confirma en
nosotros la obra de nuestras manos; sí, confirma la obra
de nuestras manos».

Entre las expresiones de caducidad presentes en el


Salmo están: regresar al polvo; como las flores, brotar,
florecer y marchitarse; los afanes son fatiga inútil,
pasan pronto y desaparecemos. Las alusiones al libro
del Génesis son claras. Adán, el primer hombre, fue
formado del polvo de la tierra y ya en el capítulo 3 del
mismo libro se pronostica que al polvo ha de volver
(Gn 3,19). Se dice que Dios creó también todas las
flores, pero el tiempo pasa y se marchitan, pasó una
SALUD ESPIRITUAL 7

tarde, pasó una mañana, día tercero (Gn 1,13). Y paso


a paso que se recorren las páginas de este primer libro
de la Biblia, aparecen personajes que nacen, crecen,
engendran y mueren. Ellos experimentan la fuerza
(prosperidad de Jacob), pero también la debilidad
(ceguera de Isaac), y a pesar de todo, como melodía de
fondo, cuentan sus días reconociendo al Señor y
derramando bendiciones, manifestando así una gran
salud espiritual:

«El Dios en cuya presencia caminaron mis antepasados


Abraham e Isaac, El Dios que me ha guiado desde mi
nacimiento hasta hoy, el ángel que me ha librado de todo
mal, bendiga a estos muchachos; que se les llame con mi
nombre, y con el nombre de mis antepasados Abraham e
Isaac; que crezcan y se multipliquen en la tierra…Yo
estoy a punto de morir, pero Dios estará con ustedes y
los llevará de nuevo a la tierra de sus antepasados» (Gn
48,15-16.21).

En este sentido, aunque las expresiones de


caducidad sean frecuentes en el Salmo, estas siempre
son contrastadas con una fuerza divina que hace
aparecer con claridad la luz de la salud espiritual. Por
eso, el salmista pide sabiduría de parte del Señor:
«enséñanos a contar nuestros días». De alguna forma,
es el Señor quien enseña al hombre a valorar los días
de vida, quererlos, disfrutarlos, y vivirlos con felicidad.
Esta es la motivación más importante para buscar la
salud espiritual. Basta que el Señor nos sacie de su
amor por la mañana para que se tenga alegría todos los
días de la vida.
8 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

El fundamento para que el salmista ore de esta


forma es el siguiente: «desde los tiempos antiguos y
hasta los tiempos postreros, tú eres Dios». El orante no
sólo mira su fragilidad, sino reconoce que Dios es
desde siempre y para siempre. Es decir, hay un
fundamento que sostiene precisamente su fragilidad.
Lo que el salmista experimenta como mil años, apenas
es un día para Dios, más aún, una hora de la noche.
Aparece aquí la dimensión temporal, la experiencia
psicológica del tiempo, tiempo largo para el hombre,
tiempo brevísimo para Dios. Esto lo conduce a pensar
en el tiempo de su vida, setenta años, y hasta ochenta
los más fuertes, pero reconoce que pasan aprisa. No
obstante, no se trata de una mera reclamación, como si
se quisiera vivir para siempre, sino de una oportunidad
para pedir a Dios poder disfrutar cada día de la vida
que conceda.
Finalmente, el Salmo destaca la situación de pecado.
Hombres y mujeres son humanos, y también
pecadores. El salmista no duda en reconocer que Dios
ha puesto las culpas de su pueblo ante Él, y que todos
los secretos están descubiertos a la luz de su mirada.
Por eso, pide la compasión de Dios. El salmista
experimenta que con el pecado se ha debilitado, es
decir, ha perdido salud. Y pudiéramos decir que por la
culpa ha perdido sobretodo la salud espiritual. Esto lo
expresa hablando de Dios en términos de ira. El enojo
de Dios ante lo que no está bien, provoca la debilidad y
también trastornos. El salmista ha descubierto que
vivir en el pecado no es una situación que traiga
bienestar espiritual. Y como consecuencia, son muy
importantes estas peticiones: «Compadécete ya de tus
SALUD ESPIRITUAL 9

siervos»; «que el favor del Señor nuestro Dios, esté


sobre nosotros».
Esta petición del favor del Señor conecta con el
Salmo 27, lleno de expresiones de salud espiritual:
«Una cosa pido al Señor; esto es lo único que busco:
vivir en la casa del Señor todos los días de mi vida,
disfrutar de la bondad del Señor frecuentando su
templo» (v. 4). La palabra hebrea ~[n traducida por
«favor» en el Salmo 90 y por «bondad» en el 27
también podría traducirse como «dulzura»,
«amabilidad» «ternura» «gozo» «placer», lo cual
manifiesta la riqueza de esta palabra. Si en el Salmo 90
se pide que descienda el favor del Señor para tener
salud espiritual, en el 27 se responde diciendo que eso
sucede en la casa del Señor. En el templo se encuentra
la mayor salud espiritual. Hay hombres malvados,
adversarios, enemigos, pero a pesar de esto, no hay
temor, y aunque surja la guerra, el salmista se siente
seguro. Dios le da refugio, Dios lo oculta en lo más
escondido de su tienda, y Dios le concede la victoria.
Inclusive el salmista habla de la posibilidad de ser
abandonado por su padre y madre, signo de la mayor
pobreza y fragilidad, pero insiste: «El Señor me
recibirá» (v. 10). Estar con el Señor se revela como la
mayor fuente de salud espiritual, y por eso el orante
termina proclamando su esperanza: «Espero gozar de
los bienes del Señor en la tierra de los vivos». Ya
desde ahora, habiendo recibido la bondad del Señor,
espera gozar de los bienes del Señor. Y anima también
a los demás a continuar en esta misma tónica de
oración: «Espera en el Señor, sé fuerte; ten ánimo,
espera en el Señor» (v. 14).
10 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

2. Crecer en salud y espiritualidad

En el Nuevo Testamento quien mejor refleja lo que


significa la salud espiritual es San Pablo. Las imágenes
que utiliza el apóstol, manifiestan que el encuentro con
Jesús Resucitado ha redimensionado toda la salud que
el hombre puede tener gracias a su esfuerzo y cuidado.
Ya no se trata sólo de nacer y crecer, sino de hacerlo
espiritualmente. «Yo, hermanos, no pude dirigirme a
ustedes como a espirituales sino como a inmaduros,
apenas niños en Cristo. Les di leche porque no podían
asimilar alimento sólido, ni pueden todavía, pues aún
son inmaduros. Mientras haya entre ustedes celos y
contiendas, ¿no serán inmaduros? ¿Acaso no se están
comportando según criterios meramente humanos?»
(1 Cor 3,1-3).
La Carta a los Hebreos y la Primera de Pedro
continúan con esta tradición iniciada por San Pablo:
«El que sólo se alimenta de leche es inexperto en el
mensaje de justicia; es como un niño de pecho. En
cambio, el alimento sólido es para los adultos, para los
que tienen la capacidad de distinguir entre lo bueno y
lo malo, pues han ejercitado su facultad de percepción
espiritual» (Heb 5,13-14); «Por lo tanto, abandonando
toda maldad y todo engaño, hipocresía, envidias y toda
calumnia, deseen con ansias la leche pura de la
palabra, como niños recién nacidos. Así, por medio de
ella, crecerán en su salvación, ahora que han probado
lo bueno que es el Señor» (1 Pe 2,1-3).
A la luz de estos textos se puede percibir que
avanzar en salud espiritual significa madurar en la fe.
Un cristiano saludable no se deja dominar por celos y
SALUD ESPIRITUAL 11

contiendas, es capaz de distinguir entre lo bueno y lo


malo, y se decide a abandonar toda maldad, engaño,
hipocresía, envidia y calumnia. Este cristiano saludable
está atento y con inteligencia descubre la Verdad y
razonablemente se conduce por ella hasta
responsabilizarse de su vida y de la de los demás.
Parece difícil alcanzar una vida saludable
espiritualmente, teniendo en cuenta que, casi
naturalmente, se tiende a realizar lo que critica San
Pablo y las otras Cartas. Pero no hay que darse por
vencido y mejor hay que seguir entrenando, como
indica San Pablo:

«Entre los débiles me hice débil, a fin de ganar a los


débiles. Me hice todo para todos, a fin de salvar a
algunos por todos los medios posibles. Todo esto lo
hago por causa del evangelio, para participar de sus
frutos. ¿No saben que en una carrera todos los
corredores compiten, pero sólo uno obtiene el premio?
Corran, pues, de tal modo que lo obtengan. Todos los
deportistas se entrenan con mucha disciplina. Ellos lo
hacen para obtener un premio que se echa a perder;
nosotros, en cambio, por uno que dura para siempre»
(1 Cor 9,22-25).

Esta exhortación a correr la carrera también es


reafirmada por la Carta a los Hebreos:

«Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de


una multitud tan grande de testigos, despojémonos del
lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos
asedia, y corramos con perseverancia la carrera que
12 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el


iniciador y perfeccionador de nuestra fe» (Heb 12,1-2).

Como indican los textos, para el cristiano hay toda


una carrera por delante y por eso es necesario
despojarse de ese “lastre” acumulado a lo largo de la
vida. La mejor manera de hacerlo, será trabajando
mucho la dimensión humana del ministerio sacerdotal
y de la vida religiosa. Esta vinculación entre el
crecimiento saludable, tanto en lo humano como en lo
espiritual, también se presenta en otros escritos del
Nuevo Testamento. Por ejemplo, en el saludo de la
Carta de Judas, donde aparecen estrechamente unidos
la salud y la espiritualidad:

«El anciano, al querido hermano Gayo, a quien amo en


la verdad. Querido hermano, oro para que te vaya bien
en todos tus asuntos y goces de buena salud, así como
prosperas espiritualmente. Me alegré mucho cuando
vinieron unos hermanos y dieron testimonio de tu
fidelidad, y de cómo estás poniendo en práctica la
verdad. Nada me produce más alegría que oír que mis
hijos practican la verdad» (Jud 1-4).

Gayo, goza de buena salud y prospera


espiritualmente, ¿cuál es su método? Ser fiel y poner
en práctica la verdad. Efectivamente, la fidelidad y la
verdad son fuente de salud espiritual. El engaño y la
mentira cansan, debilitan, exigen un esfuerzo muy
grande para vivir como entre dos mundos, entre dos
vidas, hasta que la salud se deteriora. Se podría decir
incluso que se trata de bombas de tiempo que es
necesario desactivar lo más pronto posible. Siempre
SALUD ESPIRITUAL 13

será mejor vivir en fidelidad y verdad en lo poco y en


lo mucho que el Señor Jesús haya encomendado, pues
traerá como consecuencia mucha paz y salud
espiritual, como al querido hermano Gayo.
De acuerdo con esto, si practicar la verdad está
estrechamente relacionado con el cuidado de la salud,
entonces hay que hacer el esfuerzo de unificar lo más
que se pueda la vida. Con esto se hace referencia a
tratar de servir al Señor con una unidad de vida interior
y exterior, de pensamientos y acciones, de realidad y
de ideales, de recepción y de don. Muchas veces, por
mantener una doble vida, y no vivir la verdad, llega la
enfermedad.
Anselm Grün, O.S.B., y Christiane Sartorius,
Dominica misionera, a propósito de esto, señalan que
la doble vida no es necesariamente moral, como si se
viviera entre vida de pecado y vida de gracia, sino
psicológica, entre una vida ideal y una vida real.
Ciertamente que un componente moral también a veces
puede estar implicado, pues sacerdotes y religiosas
están llamados a integrar en su vida vocacional lo que
no se puede y que bien es legítimo en otros estados de
vida. Pero aquí más bien se habla de la doble vida
como una experiencia de separación entre el ideal
espiritual y la dimensión humana y realista de
sacerdotes y religiosas 1.
Numerosas enfermedades en sacerdotes y religiosas,
incluso entre los más jóvenes, proceden de haberse
propuesto o de proponerles ideales espiritualizados
hostiles al cuerpo y a la vida. Si el ideal espiritual y la

1
Cf. A. GRÜN – C. SARTORIUS, Para gloria en el cielo y en la tierra, 91-92.
14 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

realidad humana no van juntas, siempre se correrá el


riesgo de la doble vida, que llevará involuntariamente a
una mentira ambulante, y a una vida falsa que
destrozará a la persona internamente. Se ha notado,
que una reacción frecuente por parte del cuerpo a esta
doble vida, es la sensación de vértigo, sufrida
principalmente por sacerdotes y religiosas, o también
continuos dolores de cabeza, espalda, estómago,
piernas, etc.
Se podrían enumerar otros síntomas, pero lo más
importante es captar que en determinados momentos
de la vida el cuerpo está revelando una especie de
mareo existencial, es decir, un estrés de tipo espiritual
o eclesial con manifestaciones somáticas. El sacerdote
y la religiosa están presionados por el ideal espiritual,
que en sí no está mal, pues ayuda a crecer, pero el
problema está en el contraste implacable que se puede
crear en la conciencia entre el ideal y la realidad. Aquí
está el núcleo del asunto y esos vértigos físicos son los
mensajeros de que es necesario cuanto antes, para vivir
la verdad, empezar a reconciliarse con la realidad
humana de la vida, tal cual es, tal como la vivo, tal
como me sale al encuentro, teniendo en cuenta
espiritualidad y corporalidad; y, a partir de ahí, volver
a mirar nuevamente el ideal, esa parte alta de la
montaña, pero convencido de lo que se es, de lo que se
tiene y de cómo se podría ir subiendo 2.
Además de lo mencionado, vivir la verdad conlleva
la aceptación de uno mismo y de los demás, así como
la práctica de la humildad. En un mensaje de Cuaresma

2
Cf. Ibid., 92.
SALUD ESPIRITUAL 15

al Clero de Roma decía el entonces Papa Benedicto


XVI:

«Esto es el inicio del ser cristiano: vivir la verdad. Y


sólo vivo bien viviendo la verdad, el realismo de mi
vocación por los demás, con los demás, en el cuerpo de
Cristo. Vivir contra la verdad siempre es vivir mal.
¡Vivamos la verdad!

Aprendamos este realismo: no querer aparentar, sino


agradar a Dios y hacer lo que Dios ha pensado de mí y
para mí, aceptando así también al otro. Aceptar al otro,
que tal vez es más grande que yo, supone precisamente
este realismo y amor a la verdad; supone aceptarme a
mí mismo como “pensamiento de Dios”, tal como soy,
con mis límites y, de este modo, con mi grandeza.

Aceptarme a mí mismo y aceptar al otro van juntos:


sólo aceptándome a mí mismo en el gran entramado
divino puedo aceptar también a los demás, que forman
conmigo la gran sinfonía de la Iglesia y de la creación.
Yo creo que las pequeñas humillaciones que día tras
días debemos vivir son saludables, porque ayudan a
cada uno a reconocer la propia verdad, y a vernos libres
de la vanagloria, que va contra la verdad y no puede
hacernos felices y buenos.

Aceptar y aprender esto, y así aprender y aceptar mi


posición en la Iglesia, mi pequeño servicio como grande
a los ojos de Dios. Precisamente esta humildad, este
realismo, nos hace libres. Si soy arrogante, si soy
soberbio, querré siempre agradar, y si no lo logro me
siento miserable, me siento infeliz, y debo buscar
siempre este placer. En cambio, cuando soy humilde
16 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

tengo la libertad también de ir a contracorriente de una


opinión dominante, del pensamiento de otros, porque la
humildad me da la capacidad, la libertad de la verdad.

Así pues, pidamos al Señor que nos ayude, que nos


ayude a ser realmente constructores de la comunidad de
la Iglesia; que crezca, que nosotros mismos crezcamos
en la gran visión de Dios, del «nosotros», y que seamos
miembros del Cuerpo de Cristo, que pertenece así, en
unidad, al Hijo de Dios» 3.

¿A dónde pudiéramos acudir para vivir en la verdad,


para crecer y ser de verdad constructores saludables de
la comunidad? Es necesario revisar los programas de
formación inicial y permanente para que la salud
espiritual se haga una realidad y efectivamente
sacerdotes y religiosas puedan llevar a cabo de mejor
manera la nueva evangelización.

3. San Agustín y la salud espiritual

Entre los santos que destacan por su experiencia de


salud espiritual está San Agustín. En las Confesiones,
se dirige a Dios como fuente de salud desde que nació
y era pequeño:

« Y ¿qué es lo que quiero decirte, Señor, sino que no sé


de dónde he venido aquí, a esta, digo, vida mortal o
muerte vital? “No lo sé. Mas recibiéronme los

3
Encuentro del Santo Padre Benedicto XVI con el Clero de Roma por el
inicio de la cuaresma. Lectio divina Aula Pablo VI Jueves 23 de febrero de
2012. Cursiva mía. [Consultado 12.12.2017]
SALUD ESPIRITUAL 17

consuelos de tus misericordias, según tengo oído a mis


padres carnales, del cual y en la cual me formaste en el
tiempo, pues yo de mí nada recuerdo. Recibiéronme,
digo, los consuelos de la leche humana, de la que ni mi
madre ni mis nodrizas se llenaban los pechos, sino que
eras tú quien, por medio de ellas, me daban el alimento
aquel de la infancia, según tu ordenación y los tesoros
dispuestos por ti hasta en el fondo mismo de las cosas»
(I,6,7).

San Agustín, también recuerda el momento de su


bautismo como un acontecimiento de salud, y su
retraso, como experiencia de la enfermedad:

«Mas quisiera saber, Dios mío, te suplico, si tú gustas


también de ello, por qué razón se difirió entonces el que
fuera yo bautizado; si fue para mi bien el que aflojaran,
por decirlo así, las riendas del pecar o si no me las
aflojaron. ¿De dónde nace ahora el que de unos y de
otros llegue a nuestros oídos de todas partes: “Dejadle;
que obre; que todavía no está bautizado”; sin embargo,
que no digamos de la salud del cuerpo: “Dejadle; que
reciba aún más heridas, que todavía no está sano”?
¡Cuánto mejor me hubiera sido recibir pronto la salud y
que mis cuidados y los de los míos se hubieran
empleado en poner sobre seguro bajo tu tutela la salud
recibida de mi alma, que tú me hubieses dado! Mejor
fuera, sin duda; pero como mi madre preveía ya cuántas
y cuan grandes olas de tentaciones me amenazaban
después de la niñez, quiso ofrecerles más bien la tierra,
de donde había de ser formado, que no ya la misma
imagen» (I,11,18).
18 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

Asimismo, cuenta San Agustín, que al escuchar la


predicación de San Ambrosio, entonces Obispo de
Milán, era como recibir enseñanzas saludables de salud
eterna:

«Aquel hombre de Dios me recibió paternalmente y se


interesó mucho por mi viaje como obispo M. Yo
comencé a amarle; al principio, no ciertamente como a
doctor de la verdad, la que desesperaba de hallar en tu
Iglesia, sino como a un hombre afable conmigo. Oíale
con todo cuidado cuando predicaba al pueblo, no con la
intención que debía, sino como queriendo explorar su
facundia y ver si correspondía a su fama o si era mayor
o menor que la que se pregonaba, quedándome colgado
de sus palabras, pero sin cuidar de lo que decía, que más
bien despreciaba. Deleitábame con la suavidad de sus
sermones, los cuales, aunque más eruditos que los de
Fausto, eran, sin embargo, menos festivos y dulces que
los de éste en cuanto al modo de decir; porque, en
cuanto al fondo de los mismos, no había comparación,
pues mientras Fausto erraba por entre las fábulas
maniqueas, éste enseñaba saludablemente la salud
eterna. Porque lejos de los pecadores anda, la salud, y yo
lo era entonces. Sin embargo, a ella me acercaba
insensiblemente y sin saberlo» (V,13,23).

Sin embargo, a pesar de esto, San Agustín se resistía


a la conversión. Y todo esto lo experimentaba como
una enfermedad:

« Es verdad que podía sanar creyendo; y de este modo,


purificada más la vista de mi mente, poder dirigirme de
algún modo hacia tu verdad, eternamente estable y bajo
ningún aspecto defectible. Mas como suele acontecer al
SALUD ESPIRITUAL 19

que cayó en manos de un mal médico, que después


recela de entregarse en manos del bueno, así me sucedía
a mí en lo tocante a la salud de mi alma; porque no
pudiendo sanar sino creyendo, por temor de dar en una
falsedad, rehusaba ser curado, resistiéndome a tu
tratamiento, tú que has confeccionado la medicina de la
fe y la has esparcido sobre las enfermedades del orbe,
dándole tanta autoridad y eficacia» (VI,4,6).

Después de varios años de búsqueda, San Agustín


finalmente se convirtió. Surge la pregunta: ¿gracias a
su esfuerzo? ¿Gracias a Dios? Más bien gracias a las
lágrimas de su madre que Dios recogió. San Ambrosio
lo había intuido: «Vete en paz, mujer; ¡así Dios te dé
vida!, que no es posible que perezca el hijo de tantas
lágrimas» (III,12,21). Y ciertamente esas lágrimas
fueron las que le consiguieron la salud espiritual que
tanto anhelaba San Agustín:

«¿Habías tú de despreciar las lágrimas con que ella te


pedía no oro, ni plata, ni bien alguno frágil y mudable,
sino la salud de su hijo? ¿Habrías tú, digo, por cuyo
favor era ella tal, de despreciarla y negarle tu auxilio?
De ningún modo, Señor; antes estabas presente a ella, y
la escuchabas, y hadas lo que te pedía, mas por el modo
señalado por tu providencia» (V,9,17).

4. Importancia de la vida espiritual para la salud

A la luz de algunos estudios realizados a sacerdotes


y religiosas, básicamente se puede decir que a mayor
vida espiritual, mayor es la salud que se puede tener.
20 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

Por supuesto que no se trata solamente de salud física,


sino de la salud entendida de manera integral. Así se
puede evitar el malentendido que podría dar lugar a
relacionar de tal forma vida espiritual y salud que no
haya lugar para la enfermedad. Hay que decir que la
enfermedad forma parte de la vida espiritual, y es
posible vivirla de forma cristiana.
Lo que se pretende al relacionar la vida espiritual
con la salud es motivar a los sacerdotes y religiosas a
recuperar una auténtica vida espiritual para mejorar su
salud integral.

«La religiosidad intrínseca, la madurez espiritual y la


auto-trascendencia han demostrado ser factores
predictores de un mejor bienestar físico y emocional,
salud mental y funcionamiento positivo, tanto en
población normal, de la que los sacerdotes forman parte,
como en personas que presentan diferentes
enfermedades»4.

Por el contrario, sacerdotes y religiosas agotados


física y emocionalmente, corresponden, por lo general,
a presbíteros y religiosas con una vida espiritual
deficiente. Un estudio del Centro de Investigación
Social CISOC-Bellarmino, con sacerdotes en Santiago
de Chile, muestra que un número significativo de
sacerdotes declara sentirse sobre-exigido en su trabajo
pastoral y no pocos declaran estar “vacíos”, “fundidos”
y “agobiados”. La frecuencia es mayor entre los
párrocos de tiempo completo, comprendidos entre los

4
Cf. M. P. VICENTE-GALINDO, et al., «Estimating the Effect of Emotional
Intelligence in Wellbeing among Priests», 48.
SALUD ESPIRITUAL 21

cuarenta y cuarenta y nueve años de edad.


Normalmente cuando los sacerdotes se sienten así,
también es porque lleva consigo una vida de oración
pobre, desencanto de la función sacramental, descuido
de la vida personal, de la vida comunitaria y del
ministerio en general 5.
A la luz de esto, es necesario que la vida espiritual
ocupe el lugar de primacía que debe tener en el
ministerio sacerdotal y en la vida religiosa. Es muy
importante que la espiritualidad sea algo que forme
parte de manera natural de la vida del sacerdote y de la
religiosa. Atención, no se trata de usar la vida
espiritual como arma de lucha contra crisis, desánimos,
desamores y desesperanzas, pues estudios también
demuestran que hay sacerdotes y religiosas que debido
al agotamiento emocional y las crisis, incrementan las
actividades espirituales. Salen altos en espiritualidad,
pero también altos en desilusión y desgaste. Esto
sugiere que sacerdotes y religiosas emocionalmente
agotados pueden estar recurriendo a la espiritualidad
para enfrentarse a dicho desgaste 6.
Más bien, en lugar de seguir haciendo vida espiritual
dando prioridad a las actividades espirituales, lo que
habría que hacer es dotar de sentido espiritual a las
actividades que sacerdotes y religiosas realizan. Esto
significa que la vida espiritual no se limita a lo que
pueda suceder en las actividades espirituales, sino que
ha de permear todo el ministerio y la vida religiosa. Se

5
Cf. G. ROBLERO CUM, «Conflictos y resoluciones en el sacerdocio
ministerial jesuita», 164.
6
Cf. M. P. VICENTE-GALINDO, et al., «Estimating the Effect of Emotional
Intelligence in Wellbeing among Priests», 48.
22 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

trata sobre todo de tener la certeza de la presencia del


Señor. El sacerdote y la religiosa nunca están solos. El
Señor acompaña su vida. La salud espiritual brota de
esta conciencia de la presencia actuante del Señor.
Entonces el sacerdote y la religiosa se llenan de
confianza, de esperanza, de fe, y consciente de que el
Señor está presente en su vida, le habla, le ora, y le
rinde adoración en el Santísimo Sacramento.
En definitiva, una vida espiritual saludable exige
una revitalización constante del encuentro con el
Señor. Descansar con el Señor, contarle cómo va
avanzando la misión, ofrecer la propia vida para que el
Señor la transforme y haga de ella un instrumento
digno de salvación. La verdadera salud espiritual brota
de la profunda intimidad con Dios, consigo mismo y
con la sacramentalidad del amigo, el confesor y el
director espiritual. El Papa Francisco lo resume así:

«Queridos hermanos, os exhorto a mantener el equilibrio


entre la salud física y espiritual. Sobre todo, os animo a
crecer cada día en la oración y en la experiencia del
amor reconciliador de Dios, porque es la base de vuestra
identidad sacerdotal, la garantía de la solidez de vuestra
predicación y la fuente de la caridad pastoral con la que
conducís al Pueblo de Dios por senderos de santidad y
de verdad. Con gran afecto invoco la gracia del Señor
sobre vosotros, los sacerdotes, los religiosos y todos los
laicos de vuestras Iglesias locales. Os pido, por favor,
que no os olvidéis de rezar por mí» 7.

7
PAPA FRANCISCO, Viaje apostólico de su santidad Francisco a Myanmar y
Bangladés (26 de noviembre - 2 de diciembre de 2017) encuentro con los
obispos de Myanmar. Complejo de la Catedral, Rangún Miércoles, 29 de
noviembre de 2017.
SALUD FÍSICA

1. La salud de Naamán

Entre los personajes más necesitados de la salud


física en la Biblia, está Naamán, enfermo de lepra:

«Naamán, jefe del ejército del rey de Siria, era un


hombre de mucho prestigio y gozaba del favor de su rey
porque, por medio de él, el Señor le había dado
victorias a su país. Era un soldado valiente, pero estaba
enfermo de lepra. En cierta ocasión los sirios, que salían
a merodear, capturaron a una muchacha israelita y la
hicieron criada de la esposa de Naamán. Un día la
muchacha le dijo a su ama: “Ojalá el amo fuera a ver al
profeta que hay en Samaria, porque él lo sanaría de su
lepra”. Naamán fue a contarle al rey lo que la muchacha
israelita había dicho. El rey de Siria le respondió:
“Bien, puedes ir; yo le mandaré una carta al rey de
Israel”. Y así Naamán se fue, llevando treinta mil
monedas de plata, seis mil monedas de oro y diez
mudas de ropa. La carta que le llevó al rey de Israel
decía: “Cuando te llegue esta carta, verás que el
portador es Naamán, uno de mis oficiales. Te lo envío
para que lo sanes de su lepra”. Al leer la carta, el rey de
Israel se rasgó las vestiduras y exclamó: “¿Y acaso soy
Dios, capaz de dar vida o muerte, para que ese tipo me
pida sanar a un leproso? ¡Fíjense bien que me está
24 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

buscando pleito!”. Cuando Eliseo, hombre de Dios, se


enteró de que el rey de Israel se había rasgado las
vestiduras, le envió este mensaje: “¿Por qué está Su
Majestad tan molesto? ¡Mándeme usted a ese hombre,
para que sepa que hay profeta en Israel!”. Así que
Naamán, con sus caballos y sus carros, fue a la casa de
Eliseo y se detuvo ante la puerta. Entonces Eliseo
envió un mensajero a que le dijera: “Ve y zambúllete
siete veces en el río Jordán; así tu piel sanará, y
quedarás limpio”. Naamán se enfureció y se fue,
quejándose: “¡Yo creí que el profeta saldría a recibirme
personalmente para invocar el nombre del Señor su
Dios, y que con un movimiento de la mano me sanaría
de la lepra! ¿Acaso los ríos de Damasco, el Abaná y el
Farfar, no son mejores que toda el agua de Israel?
¿Acaso no podría zambullirme en ellos y quedar
limpio?”. Furioso, dio media vuelta y se
marchó. Entonces sus criados se le acercaron para
aconsejarle: “Señor, si el profeta le hubiera mandado
hacer algo complicado, ¿usted no le habría hecho caso?
¡Con más razón si lo único que le dice a usted es que se
zambulla, y así quedará limpio!” Así que Naamán bajó
al Jordán y se sumergió siete veces, según se lo había
ordenado el hombre de Dios. ¡Y su piel se volvió como
la de un niño, y quedó limpio» (2 Re 5,1-14).

Al leer este texto de sanación, lo primero que llama


la atención es la participación de una criada.
Aparentemente un personaje de rol inferior no tendría
por qué tener una influencia tan grande. Sin embargo,
las palabras que dirige a su señora, esposa de Naamán,
son decisivas en el relato: «¡Ojalá mi señor fuera
donde está el profeta que hay en Samaría! Él lo curaría
de la lepra» (2 Re 5,3). Aquí la cuestión de la salud se
SALUD FÍSICA 25

convierte en una cuestión de acatar órdenes y ponerse


en camino. Naamán podría haber dado poca o ninguna
importancia a la muchacha, no era al fin y al cabo más
que una criada extranjera. Pero Naamán obedece. Y
pide permiso al rey de Siria para visitar al profeta. El
rey apoyó la propuesta de Naamán: «Bien, puedes ir;
yo le mandaré una carta al rey de Israel» (2 Re 5,5). El
rey, de alguna manera, ratifica el modo propuesto por
la muchacha para obtener la salud: seguir órdenes y
ponerse en camino hacia Israel.
Naamán, poniéndose en camino, llegó con el rey de
Israel y más tarde a casa del profeta Eliseo. Hasta
ahora, Naamán ha hecho todo lo que se le ha indicado.
Sin embargo, sucede algo que enfurece a Naamán.
Eliseo no sale a recibirlo, sino que manda un
mensajero para decir a Naamán: «Ve y zambúllete
siete veces en el río Jordán; así tu piel sanará, y
quedarás limpio» (2 Re 5,10).
Aquí se encuentra el punto importante del relato en
cuanto a la salud, pues habiendo visto la actitud de
Naamán, uno esperaría que se dirigiera a cumplir lo
que dice el profeta. Pero para sorpresa del lector,
aparece una faceta desconocida de Naamán. Se niega a
cumplir esta orden. El narrador ofrece la perspectiva de
Naamán y entonces se pueden conocer las razones de
su negativa.
Lo primero que dice Naamán es que Eliseo no salió
a recibirlo. Aquí aparece un problema de hospitalidad.
Según Naamán, Eliseo debería haber salido a recibirlo.
Llama la atención que Naamán se fije en este aspecto.
Aunque está enfermo de lepra, también se nota que
quiere recibir atención.
26 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

Luego, lo que dice Naamán, es que la forma de curar


de Eliseo no es la que esperaba. Según él, el profeta
debería haber invocado a su Dios, enseguida tocarlo y
así sanarlo de la lepra. Quizá esta sería la forma
conocida de Naamán para curar este tipo de
enfermedad, pero la propuesta de Eliseo es otra. De ahí
que, si Naamán quiere curarse, tendrá que acatar lo que
le dice el profeta y no lo que él cree que sería la mejor
forma de curarse. Entonces Naamán está ante dos
tareas por cumplir: aceptar no haber sido recibido
personalmente por el profeta y acatar la orden de ir al
Jordán.
Además de esto, Naamán revela algo muy llamativo
en este proceso de curación. Él está orgulloso de los
ríos de Damasco, el Abaná y el Farfar, a tal grado que
los considera mejores que todas las aguas de Israel.
Naamán cree que si sus ríos son mejores, allí es donde
debería recobrar la salud. En definitiva, minimiza las
aguas de Israel y esto es el último obstáculo a vencer si
desea ser sanado de la lepra. A este respecto, debería
recordar Naamán que si no despreció las palabras de la
muchacha por ser joven y criada de su esposa, tampoco
debería haber motivo para despreciar las aguas de
Israel. Desde lo que considera pequeño o peor,
Naamán también debería de esperar salud. A este
punto, son de alta relevancia las palabras de los
siervos, nuevamente personajes de rango inferior, para
cambiar la perspectiva de Naamán: «“Señor, si el
profeta le hubiera mandado hacer algo complicado,
¿usted no le habría hecho caso? ¡Con más razón si lo
único que le dice a usted es que se zambulla, y así
quedará limpio!” (2 Re 5,13).
SALUD FÍSICA 27

Aquí está el punto más importante para el tema que


se está considerando acerca de la salud física. Naamán
está en la encrucijada de querer hacer o no hacer lo
necesario para sanar. No se trata de nada
extraordinario, pero Naamán tendrá que vencer su
orgullo, motivarse con las palabras de los siervos e ir a
bañarse al Jordán. Y Naamán lo logró, se puso en
camino dejando de lado sus expectativas, su orgullo, y
sus molestias internas, para concentrarse en lo
realmente importante: «Así que Naamán bajó al Jordán
y se sumergió siete veces, según se lo había ordenado
el hombre de Dios». Y efectivamente quedó curado,
pero después de ponerse en camino y obedecer al
profeta: «¡Y su piel se volvió como la de un niño, y
quedó limpio!». El ejemplo de Naamán manifiesta que
recobrar la salud física implica hacer camino, acatar
órdenes, motivación, esfuerzo, permanencia,
constancia, perseverancia, fuerza de voluntad y
sacrificio, a veces ante situaciones extraordinarias, y en
otras, más bien sencillas, pero no menos importantes.

2. La salud dentro de la Dimensión humana

En este apartado se presenta básicamente lo que


Armando de León Rodríguez, sacerdote diocesano de
la Arquidiócesis de Monterrey ha venido exponiendo
en diversos encuentros ante el clero de México. Desde
su perspectiva, la salud y el desarrollo físico
constituyen la base de un crecimiento armónico para
que el presbítero pueda desempeñar de la mejor
28 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

manera su ministerio sacerdotal en vistas a la


evangelización 1.
Una primera pregunta importante es: ¿Por qué debo
cuidar la salud? Entre las posibles respuestas está el
hecho de verlo como un acto de amor a los fieles. Otra
sería mayor disponibilidad a las mociones del espíritu.
Sin embargo, entre las fundamentales, está concebir el
cuidado de la salud como un acto de aceptación de sí
mismo, de cómo se siente alguien consigo mismo y de
cómo quisiera estar.
Por eso, antes que nada, conviene comenzar por un
proceso de aceptación de la propia constitución física
externa: estatura, forma de cuerpo, facciones de la
cara, nariz, orejas, dientes, ojos, color de la piel,
genitales, senos, espalda, glúteos, brazos, piernas y
pies. Después conviene que cada persona acepte su
propia constitución física interna: funcionamiento de
su organismo, aparatos digestivo, circulatorio y
respiratorio; así como de su mente, es decir, sus
capacidades intelectuales.
Cuando ya se ha avanzado en este proceso, es
necesario tener en cuenta también las formas de
valoración que maneja cada persona. Por ejemplo, si
ve objetiva y realísticamente su situación, cómo
considera su pasado y presente, si percibe las
posibilidades de cambio que tiene y, sobre todo, las
áreas de oportunidad. Si por caso alguien tiene una
enfermedad física o una infección y solo observa, o
reconoce que la ha tenido desde antes, incluso percibe

1
Cf. A. DE LEÓN RODRÍGUEZ, Dimensión Episcopal del Clero. Arquidiócesis
de Durango. Salud y Desarrollo Físico. Enero 2016; La formación humana
sacerdotal.
SALUD FÍSICA 29

que puede mejorar su situación, pero no hace nada,


esto no se puede convertir en un área de oportunidad.
Llega a ser esto cuando la persona reflexiona sobre su
enfermedad, cuando analiza la situación que está
viviendo y cuando busca medios adecuados para
superar tal situación.

3. Educación en el cuidado de la salud

Entre sacerdotes y religiosas un área de oportunidad


que es necesario recalcar y promover de la mejor
manera es el peso y la alimentación. En este sentido,
hay que tener en consideración que se trata de una
situación biológica, voluntaria y sintomática. Biológica
porque muchas veces el propio organismo es y
funciona de una forma determinada (constitución
física) que es difícil saber hasta qué punto puede ser
modificado el peso que se tiene. Voluntaria porque
sigue habiendo momentos en que la persona puede
decidir de alguna u otra forma qué peso quiere
mantener, cuál peso desea alcanzar, cuánto y qué va a
comer, ya sea por experiencia o ayudado de los
especialistas. Finalmente, sintomática porque el peso y
la alimentación manifiestan si la persona está bien no
sólo física sino psíquica, emocional y espiritualmente.
Con respecto a la situación biológica del peso (o
constitución física de la persona), sería recomendable
consultar con un especialista si la falta de peso no es
debido a problemas de salud, pues es probable que, a
pesar de tener un bajo peso, esto sea parte de la
estructura corporal y no existan problemas de salud.
30 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

También sería deseable tratar los problemas de


sobrepeso con un especialista para que contemple si no
se trata de una obesidad endógena, provocada por
problemas endocrinos o metabólicos del individuo.
La que es más importante en el caso de sacerdotes y
religiosas es la parte voluntaria que existe en la
cuestión del peso y la alimentación. Conviene que cada
sacerdote y religiosa revise sus hábitos alimenticios.
Entre los criterios a tener en cuenta están la cantidad
de alimentos que se ingieren, la selección de los
mismos, los horarios en que son consumidos, así como
las formas de gastar la energía, principalmente en el
trabajo, deporte y descanso2.
En relación con la cantidad de alimentos, se trata de
tomar únicamente la que el cuerpo necesite. Algunos
síntomas, pero no los únicos, de que el cuerpo no
necesita de alimento son malestar estomacal, reflujo,
acidez, gastritis, entre otros. Obviamente, siempre es
recomendable consultar a los especialistas para
descubrir si efectivamente los problemas de salud
derivan de la ingesta de alimentos o son otras las
causas.
Con respecto a la selección de alimentos hay que
potenciar la ingesta de agua, muchas veces natural, y
otras, distribuida entre las bebidas que se beben
durante el día: té, café, jugos, etc. Hay que tomar
carbohidratos (más o menos 40%): pan y cereales,
arroz y pastas. También consumir verduras y frutas
(más o menos 30%). Casi en la misma proporción

2
Cf. ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD. Informe de expertos
independientes sobre dieta, nutrición y prevención de enfermedades crónicas
[consultado 01.08.2009].
SALUD FÍSICA 31

alimentos con proteínas (más o menos 20%): leche,


yogurt, queso, pollo, carne, huevos, frutos secos.
Finalmente, en menor cantidad, alimentos grasos (más
o menos 10%): dulces, mantequilla, aceite, pasteles,
helados. Cada persona puede balancear estas
cantidades ayudada por los expertos o en la medida de
sus posibilidades en vistas a la salud física. A veces no
es tan sencillo, pero siempre puede motivarse la
voluntad para elegir y comprometerse con un estilo de
vida.
Sin lugar a dudas, una de las dificultades más
comunes entre sacerdotes y religiosas es el horario de
las comidas. Muchos logran llevar una vida ordenada,
pero hay quienes encuentran dificultades por una u otra
razón para establecer un ritmo saludable. Contar con
un horario facilita los procesos de digestión y evita las
infecciones gastrointestinales. Por supuesto, en el caso
de sacerdotes y religiosas estos horarios no sólo están
relacionados con la comida, sino que algunas veces
tienen que ver con la comunión con la comunidad, el
buen desempeño laboral, la actividad física y mental, y
el descanso adecuado durante la noche.
Entre las motivaciones para mantener un estilo de
vida saludable están los resultados de los exámenes
clínicos, pues allí se indican niveles de hipertensión
arterial, diabetes, colesterol, triglicéridos, así como el
estado de salud del organismo en órganos vitales como
corazón, cerebro, riñones, ojos, arterias, estómago,
intestinos.
Otros exámenes importantes hoy en día son los
relacionados con la posibilidad de cáncer y otras
enfermedades (teniendo en cuenta edades y
32 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

circunstancias que indiquen los especialistas). En el


caso de los hombres es importante realizar el examen
rectal digital y de antígeno prostático específico en
sangre, exámenes para evitar cáncer de testículo,
examen cropológico, colonoscopía, sigmoidoscopía,
exámenes de la piel para evitar melanoma, y
densitometría ósea. Y en el caso de las mujeres,
mastografías, papanicolaou, histerosalpingografía,
ecografía genital, ecotomografía, examen de colon y
recto, citología,y densitometría ósea. Sin olvidar, por
supuesto, los cuidados indispensables de higiene
personal, higiene bucal y visitas al dentista, y el
cuidado indispensable para vivir saludablemente.
A partir de estos exámenes se pueden tomar muchas
decisiones para lograr un estilo de vida saludable, pero
es fundamental que sacerdotes y religiosas valoren
realmente sus motivos, criterios y convencimientos
sobre por qué se quiere o no se quiere poner empeño
en un estilo de vida saludable. Si la persona encuentra
dificultad para motivarse a sí misma, se puede recurrir
a un equipo interdisciplinar que pueda ayudar en el
convencimiento para un mayor cuidado y atención de
la salud. A veces todo este proceso empezará por la
alimentación, pero en otros casos será necesario
organizar mejor la rutina diaria, revisar la jornada
laboral, manejar el estrés, revisar los malestares
emocionales y psicológicos, atender a la confianza, la
autoestima, la imagen personal, y sobre todo, realizar
ejercicios físicos y respetar el descanso.
Particularmente entre los sacerdotes y las religiosas
resulta cada vez más complicado comprometerse a la
realización de los ejercicios físicos. Cada quien podría
SALUD FÍSICA 33

expresar los motivos por los cuales no realiza o


abandona el ejercicio físico, pero lo más importante es
recobrar una motivación para llevarlo a cabo siempre e
implementar todo lo que sea necesario para que se
cumpla con este compromiso. Es muy importante que
tanto el sacerdote como la religiosa incluyan dentro de
su rutina diaria, al menos 30 minutos de ejercicio
físico.
Entre los ejercicios físicos los hay de muchas formas
y tipos, pero el básico es caminar y respirar de forma
beneficiosa, es decir, lentamente y acelerando,
lentamente y acelerando, lentamente y acelerando,
hasta que el sistema neuroquímico se purifique y
mejore los procesos perceptivos, mentales,
emocionales, y se prevengan infartos cardiacos,
enfermedades cerebro vasculares, insuficiencia renal,
así como problemas digestivos, musculares y
articulares. Si se practica algún deporte, sea el futbol,
basquetbol, frontenis, beisbol, atletismo, taekwondo,
natación, voleibol, gimnasio, etc., es recomendable que
haya un responsable que motive a los demás a hacer
equipo y participar.
Además es necesario contar con los espacios
necesarios para la realización de estas actividades. En
la construcción o remodelación de edificios, sacerdotes
y religiosas han de prever que se destinen espacios
para el ejercicio físico. Si no es posible, habría que
aprovechar los espacios en los colegios de religiosas o
incluso los espacios públicos destinados para ello en
bien de la salud. Téngase en cuenta que siempre será
limitado un plan de formación inicial y permanente
que no incluya el ejercicio físico o la práctica de algún
34 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

deporte. Procúrese, por lo tanto, no anteponer a la


salud criterios relacionados con la falta de tiempo,
ganas, vestido, calzado, pudor, etc., y otras tantas
excusas que surgen con tal de no hacer ejercicio físico.
Sobre el descanso, la mejor forma que el organismo
tiene para descansar es dormir, por lo menos de 7 a 9
horas diarias. Investigaciones sobre el sueño, han
establecido una clara relación entre la cantidad y la
calidad del sueño y el estado de salud de las personas.
Sobre todo se trata de una reparación psíquica y en la
medida que el cuerpo ya obtuvo un descanso
significativo podrá desarrollar mejor sus actividades y
relacionarse de mejor manera con las personas de su
entorno. Lamentablemente, por un motivo u otro,
sacerdotes y religiosas, se desvelan o se levantan muy
temprano, lo que trae como consecuencia un estado de
salud muy precario: falta de energía, falta de
concentración, alteración del sistema nervioso central,
debilitamiento del sistema inmunológico, dispersión
espiritual y desgaste vocacional:

«Hoy día, más que en el pasado, se debe tener en cuenta


el ritmo de la vida, el estrés, la mayor fragilidad
psíquica, que se da especialmente en los jóvenes. Estas
situaciones crean una necesidad de distensión que puede
ser debidamente satisfecha con el sueño o con la
creación de una atmósfera acogedora y serena en la
comunidad. Con frecuencia se encuentran religiosas que
reducen las horas de sueño, y acumulan así un
permanente estado de cansancio y tensión nerviosa que,
a su vez, hace cada vez más difícil conciliar el sueño. Se
crea así un círculo vicioso que agrava la situación hasta
SALUD FÍSICA 35

llevar al derrumbamiento de las energías y al conocido


estado de agotamiento nervioso»3.

«Además de la necesidad de dormir las horas necesarias,


hay que tener también en cuenta el reposo físico y
psíquico. Esta necesidad varía con la edad y con el
estado de salud y presenta un ritmo personal a lo largo
de la jornada, de la semana, del mes y del año. Es
necesario tomar nota del ritmo propio de vida y
concederse el tiempo y la modalidad para el conveniente
reposo, para evitar que la fatiga vaya acumulándose
hasta poner en peligro el equilibrio psíquico y
orgánico»4.

Por último, también es indispensable que, además


del descanso nocturno, se encuentren diversas formas
de descanso individual y comunitario. Por ejemplo,
acudir al parque, campos, montañas, playas, leer libros,
escuchar música, convivir con amistades, siesta,
levantarse más tarde, rezar con serenidad, comer con
tranquilidad, festejar cumpleaños, aniversarios,
celebrar fiestas importantes sacerdotales y de los
diversos institutos. Todo esto creará un clima favorable
de comunión, diversión y salud física.

3
B. GIORDANI, La formación de las consagradas, 38-39.
4
Idem.
SALUD INTEGRAL

Por salud integral entendemos la relación que se


establece entre la situación interna y las reacciones que
se manifiestan al exterior. En otras palabras, sacerdotes
y religiosas están llamados a tener una salud emocional
y mental que les permitan interiorizar sus vivencias
espirituales, físicas y psicológicas de tal forma que se
conozcan, se reconcilien y puedan atender
favorablemente la misión que se les ha encomendado.
Sacerdotes y religiosas experimentan muchas veces
una serie de crisis, pero eso no quiere decir que
necesariamente las cosas estén mal. Todo lo contrario,
las dificultades son más bien una exigencia intrínseca
de una verdadera vocación. Factores como avanzar en
edad, experimentar diversos cambios emocionales,
hacer cambios en el ministerio o en la misión, lograr
relaciones estables y otras menos estables, hacen que la
crisis sea algo inevitable. De ahí que sea necesario
mantener una fortaleza para no decaer ante las diversas
situaciones que afectan la vida emocional y mental.
Esto se puede lograr sobre todo trabajando en
unidad aspectos como la dimensión humana y la
espiritual, la naturaleza y la gracia, el cuerpo y el alma.
Por eso, aúnense todos los esfuerzos posibles para que
la madurez humana pueda ser un reflejo de la madurez
38 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

espiritual y viceversa 1. Que el cuerpo, las emociones, y


la mente trabajen juntamente con el espíritu, y en el
caso de sacerdotes y religiosas, sobre todo con el
Espíritu Santo, recibido en la consagración y que
trabaja incesantemente para hacernos hijos e hijas de
Dios llamados a la santificación.
Primero fijémonos en algunos aspectos de salud
integral que aparecen en dos textos de la Sagrada
Escritura y después desarrollemos algunos aspectos de
salud integral que sean relevantes en el ministerio
sacerdotal y la vida religiosa.

1. Buscar el agua viva

Un encuentro muy importante con Jesús aconteció


en el pozo de Jacob, así lo relata el evangelista san
Juan:

«Llegó, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar,


cerca de la parcela de tierra que Jacob dio a su hijo José;
y allí estaba el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado
del camino, se sentó junto al pozo. Era como la hora
sexta. Una mujer de Samaria vino a sacar agua, y Jesús
le dijo: “Dame de beber”. Pues sus discípulos habían ido
a la ciudad a comprar alimentos. Entonces la mujer
samaritana le dijo: “¿Cómo es que tú, siendo judío, me
pides de beber a mí, que soy samaritana?” (Porque los
judíos no tienen tratos con los samaritanos). Respondió
Jesús y le dijo: “Si tú conocieras el don de Dios, y quién

1
Cf. E. PAROLARI – A. MANENTI, «Disagio dei preti e coscienza ecclesiale: è
ora di voltare pagina», 59-61.
SALUD INTEGRAL 39

es el que te dice: ‘Dame de beber’, tú le habrías pedido a


Él, y Él te hubiera dado agua viva”.

Ella le dijo: “Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo


es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva? ¿Acaso
eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio el
pozo del cual bebió él mismo, y sus hijos, y sus
ganados?” Respondió Jesús y le dijo: “Todo el que beba
de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del
agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el
agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de
agua que brota para vida eterna”.

La mujer le dijo: “Señor, dame esa agua, para que no


tenga sed ni venga hasta aquí a sacarla”. Él le dijo: “Ve,
llama a tu marido y ven acá”. Respondió la mujer y le
dijo: “No tengo marido”. Jesús le dijo: “Bien has dicho:
‘No tengo marido’, porque cinco maridos has tenido, y
el que ahora tienes no es tu marido; en eso has dicho la
verdad. La mujer le dijo: “Señor, me parece que tú eres
profeta. Nuestros padres adoraron en este monte, y
vosotros decís que en Jerusalén está el lugar donde se
debe adorar”. Jesús le dijo: “Mujer, créeme; la hora
viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis
al Padre. Vosotros adoráis lo que no conocéis; nosotros
adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene
de los judíos. Pero la hora viene, y ahora es, cuando los
verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en
verdad; porque ciertamente a los tales el Padre busca
que le adoren. Dios es espíritu, y los que le adoran deben
adorarle en espíritu y en verdad”.

La mujer le dijo: “Sé que va a venir el Mesías, el


llamado Cristo. Cuando venga nos lo desvelará todo”
Jesús le dijo: “Yo soy, el que habla contigo”. En esto
40 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

llegaron sus discípulos y se admiraron de que hablara


con una mujer, pero ninguno le preguntó: ¿Qué tratas de
averiguar? o: ¿Por qué hablas con ella? Entonces la
mujer dejó su cántaro, fue a la ciudad y dijo a los
hombres: “Venid, ved a un hombre que me ha dicho
todo lo que yo he hecho. ¿No será éste el Cristo?” Y
salieron de la ciudad e iban a Él» (Jn 4,5-30)

En este texto evangélico destacan varios aspectos


relacionados con la salud integral. Indudablemente que
la imagen del agua viva es la más relevante, porque
aúna el don de Jesús con los más profundos anhelos
humanos. Sacerdotes y religiosas tienen sed, y beben
agua para calmar la sed. Es interesante constatar en
este texto cómo Jesús mismo experimenta esta sed.
Jesús estaba cansado de tanto caminar y tenía sed. Esto
es muy importante desde el punto de vista de la salud.
Una salud integral parte de lo más básico, de las
necesidades más inmediatas. Y es aquí precisamente
donde Dios se hace presente, en lo más básico: calmar
la sed. Sacerdotes y religiosas, como la samaritana,
también tienen sed, después de tanto caminar. Este
cansancio y esta sed, hacen posible el encuentro. El
Catecismo de la Iglesia Católica explica:

«“Si conocieras el don de Dios” (Jn 4,10). La maravilla


de la oración se revela precisamente allí, junto al pozo
donde vamos a buscar nuestra agua: allí Cristo va al
encuentro de todo ser humano, es el primero en
buscarnos y el que nos pide de beber. Jesús tiene sed, su
petición llega desde las profundidades de Dios que nos
desea. La oración, sepámoslo o no, es el encuentro de la
SALUD INTEGRAL 41

sed de Dios y de la sed del hombre. Dios tiene sed de


que el hombre tenga sed de Él» (CEC 2560).

La sed de Jesús da lugar al encuentro con la


samaritana, pero poco a poco el diálogo pasa a otros
niveles de profundidad, como si se descendiera a las
profundidades del pozo de Jacob, imagen en realidad
de las profundidades que tienen cada uno de los
personajes. «Si conocieras el don de Dios y supieras
quien es el que te dice “dame de beber” tú se lo habrías
pedido a él y él te habría dado agua viva» (v. 10). Jesús
pidió de beber, ese fue el punto de partida, pero ahora
revela que también puede dar agua viva, si se le pide.
Basta conocer el don de Dios y quién es el que pide de
beber para que esto se haga realidad. Se necesita saber
primero quién es Jesús, para pedirle después el agua
viva.
Conocer a Jesús en este texto tiene algunas
características. Jesús, por ejemplo, no revela su
identidad hasta que el corazón de la samaritana queda
al descubierto y con esto, su situación emocional y
mental. El inicio de todo este proceso está en las
interrogantes de la samaritana: «¿Cómo es que tú,
siendo judío, me pides de beber a mí, que soy
samaritana?» (v. 9). Luego: «Señor, no tienes con qué
sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa
agua viva?». Y enseguida: «¿Acaso eres tú mayor que
nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo del cual bebió
él mismo, y sus hijos, y sus ganados» (v. 12).
Estas preguntas de la mujer giran en torno a lo que
ella sabe, es decir, según esquemas establecidos: judíos
y samaritanos, pozo hondo para sacar el agua, nuestro
42 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

padre Jacob, etc. De acuerdo con esto, podemos decir


que la mujer está saludablemente bien, al menos en sus
esquemas mentales. Pero de repente, mientras dialoga,
Jesús rompe esta aparente normalidad: «Vete, llama a
tu marido y vuelve acá» (v. 16). Aquí es donde
pasamos a las profundidades de la mujer. Digamos que
hasta este momento ha hablado desde la mente, desde
los conocimientos. Ahora entramos en terrenos del
corazón.

«El corazón es la morada donde yo estoy, o donde yo


habito (según la expresión semítica o bíblica: donde yo
“me adentro”. Es nuestro centro escondido, inaprensible,
ni por nuestra razón ni por la de nadie; sólo el Espíritu
de Dios puede sondearlo y conocerlo. Es el lugar de la
decisión, en lo más profundo de nuestras tendencias
psíquicas. Es el lugar del encuentro, ya que a imagen de
Dios, vivimos en relación: es el lugar de la Alianza»
(CEC 2563).

Cuando se instaura el diálogo desde el corazón,


entonces se revelan otras profundidades. Dijo la
samaritana: «No tengo marido» (v. 17). Desde el punto
de vista bíblico, especialmente en los libros históricos,
el marido está relacionado con el Dios que Israel tiene.
Especialmente en el profeta Oseas aparece la
insistencia de Dios por ser el marido de Israel. Allí se
muestra como el que da el trigo, el mosto y el aceite
virgen, así como quien multiplica la plata y da el oro
(Os 2,10). Si interpretamos esto en un contexto de
salud integral, podemos decir que tener un marido
genera un contexto saludable. Israel, sin trigo, mosto,
aceite virgen, plata y oro, está vacío. En el contexto del
SALUD INTEGRAL 43

encuentro con la samaritana, sería tener sed. En


cambio, si se tiene marido, en definitiva, si se tiene a
Dios, hay todo lo necesario para vivir saludablemente.
La mujer samaritana reconoce que algo falta en su
vida para estar bien: está sin marido. Sin embargo, para
sorpresa de lector, Jesús, que conoce el corazón de la
mujer, le revela que no sólo no tiene marido sino que
ha tenido cinco. Los antecedentes veterotestamentarios
del número cinco hacen recordar a los cinco príncipes
filisteos con los que Israel estuvo en lucha (Jos
10,16ss; Jue 3,3; 1 Sam 6,16ss), o la descendencia de
varios israelitas famosos del libro de las Crónicas, en
los que se repite continuamente «cinco en total» (1 Cro
2,4ss). Teniendo esto en cuenta, se puede decir que la
samaritana ha vivido luchas y al mismo tiempo ha
generado vida.
Pero ahora, en el momento del encuentro con Jesús,
hay un vacío: «no tengo marido». Más aún, desde el
punto de vista de la salud integral, se ha llegado a un
punto que no parece nada bueno, pues le dice Jesús:
«el que ahora tienes no es marido tuyo» (v. 18). Estas
palabras hacen pensar no sólo en el vacío de la mujer
al no tener marido, sino en la falsa vida que se puede ir
creando. Eso de tener un marido que no es marido
suscita toda la problemática emocional y mental que se
puede generar durante las crisis en el ministerio
sacerdotal o en la vida religiosa. Esta frase de Jesús
sintetiza la situación en la que sacerdotes y religiosas
pueden estar. Puede haber dioses, príncipes enemigos,
frutos, etc., que se consideren maridos cuando en
realidad no lo son. Fuentes de agua que en realidad no
sacian. La samaritana no niega lo que dice Jesús, está
44 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

efectivamente con alguien que no es su marido. Ha


llegado el momento en que se abre el corazón a Jesús y
se revela realmente la situación que se está viviendo.
Es aquí entonces cuando comienza el camino de
sanación y de adoración al único Dios verdadero:
«Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos
adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad
Llega la hora, ya estamos en ella, en que los
adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y
en verdad» (v. 23). Estas dos últimas palabras
culminan todo el proceso de recuperación de salud
integral por parte de la samaritana. Los que tienen a
Dios por marido, lo adoran en espíritu y en verdad. En
este sentido, hacia el final del encuentro, se manifiesta
realmente de dónde procede en definitiva el agua viva
y cuáles son las disposiciones más importantes para
saciarse: adorar en espíritu y verdad.
Entonces, escuchando esto, la samaritana abre de
nuevo su corazón a Jesús y le comparte su esperanza
en el Mesías: «Sé que va a venir el Mesías, el llamado
Cristo. Cuando venga nos lo desvelará todo» (v. 25).
Todo está listo para que Jesús se dé a conocer: «Yo
soy, el que habla contigo» (v. 26). Entonces, «la mujer
dejó su cántaro, fue a la ciudad y dijo a los hombres:
“Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo lo que
yo he hecho. ¿No será éste el Cristo?” Y salieron de la
ciudad e iban a Él» (v. 28-29). Ahora la samaritana
suscita una pregunta entre sus contemporáneos,
comenzando así de nuevo la búsqueda de otros
sedientos que quieran abrir su corazón al Mesías y
entonces también pueda decirles todo lo que han hecho
y alcanzar así entonces la salud integral.
SALUD INTEGRAL 45

2. Al partir el pan

Otro encuentro apasionante entre Jesús y sus


discípulos donde se pone de relieve la salud integral
aconteció camino a Emaús. San Lucas lo narra de la
siguiente manera:

«Y he aquí que aquel mismo día dos de ellos iban a una


aldea llamada Emaús, que estaba como a once
kilómetros de Jerusalén. Y conversaban entre sí acerca
de todas estas cosas que habían acontecido. Y sucedió
que mientras conversaban y discutían, Jesús mismo se
acercó y caminaba con ellos. Pero sus ojos estaban
velados para que no le reconocieran. Y Él les dijo:
“¿Qué discusiones son estas que tenéis entre vosotros
mientras vais andando?”

Y ellos se detuvieron, con semblante triste.


Respondiendo uno de ellos, llamado Cleofas, le dijo:
“¿Eres tú el único visitante en Jerusalén que no sabe las
cosas que en ella han acontecido en estos días?”
Entonces Él les dijo: “¿Qué cosas?” Y ellos le dijeron:
“Las referentes a Jesús el Nazareno, que fue un profeta
poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo
el pueblo; y cómo los principales sacerdotes y nuestros
gobernantes le entregaron a sentencia de muerte y le
crucificaron. Pero nosotros esperábamos que Él fuera
quien iba a liberar a Israel. Pero además de todo esto,
éste es el tercer día desde que estas cosas acontecieron.
Y también algunas mujeres de entre nosotros nos
asombraron; pues cuando fueron de madrugada al
sepulcro, y al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que
también habían visto una aparición de ángeles que
decían que Él vivía. Algunos de los que estaban con
46 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

nosotros fueron al sepulcro, y lo hallaron tal como


también las mujeres habían dicho; pero a Él no le
vieron”.

Entonces Jesús les dijo: “¡Oh insensatos y tardos de


corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!
¿No era necesario que el Cristo padeciera todas estas
cosas y entrara en su gloria?” Y comenzando por
Moisés, y continuando con todos los profetas, les
explicó lo referente a Él en todas las Escrituras. Se
acercaron a la aldea adonde iban, y Él hizo como que iba
más lejos. Y ellos le instaron, diciendo: “Quédate con
nosotros, porque está atardeciendo, y el día ya ha
declinado”. Y entró a quedarse con ellos. Y sucedió que
al sentarse a la mesa con ellos, tomó pan, y lo bendijo; y
partiéndolo, les dio. Entonces se les abrieron los ojos y
lo reconocieron; pero Él desapareció de la presencia de
ellos. Y se dijeron el uno al otro: “¿No ardía nuestro
corazón dentro de nosotros mientras nos hablaba en el
camino, cuando nos abría las Escrituras?” Y
levantándose en esa misma hora, regresaron a Jerusalén,
y hallaron reunidos a los once y a los que estaban con
ellos, que decían: “Es verdad que el Señor ha resucitado
y se ha aparecido a Simón”. Y ellos contaban sus
experiencias en el camino, y cómo le habían reconocido
al partir del pan» (Lc 24,13-35).

Como en el caso de la samaritana, tampoco aquí


Jesús revela inmediatamente su identidad. De alguna
forma, es como si lo más importante no fuera la
identidad de Jesús sino lo que experimentan los
discípulos en su mente y corazón. En este episodio, dos
discípulos comentan entre sí, camino a Emaús, todo lo
que ha pasado. El diálogo inicial no es entre Jesús y los
SALUD INTEGRAL 47

discípulos, sino entre los discípulos. Esto quiere decir


que un paso importante de la salud integral pasa por el
diálogo entre los discípulos. De alguna forma, es
necesario que cuando Jesús se presente ya haya habido
un diálogo entre sus discípulos. El lector no sabe los
contenidos de este diálogo, pero puede imaginarlo:
gozos, esperanzas, alegrías, tristezas, cambios,
inconformidades, satisfacciones, proyectos, etc.
Sin embargo, el diálogo entre los discípulos no lo es
todo. Esto es llamativo, porque el diálogo podría ser un
paso importante en la salud integral, especialmente con
otro sacerdote o religiosa, pero no lo es todo. En este
episodio se refleja que la presencia de Jesús puede
hacer que efectivamente ese diálogo sea sanador. Para
esto hay que tener en cuenta la ceguera de los
discípulos y la tristeza que tienen por lo sucedido.
Estos elementos dan la clave para entender este relato
desde un punto de vista de salud integral.
La ceguera para reconocer a Jesús apunta a una
dificultad de salud mental de los discípulos. En
cambio, la tristeza tiene que ver más bien con un
problema de salud emocional. En este sentido, la
situación de los discípulos exige una sanación a un
doble nivel: mental y emocional. Ellos tenían ciertas
ideas sobre Jesús, y lo mismo puede suceder con
sacerdotes y religiosas. Tener ciertas ideas, pero que
no se corresponden con la realidad, o ciertas ilusiones,
pero que no son realmente las que Jesús quiere o
desea: «Nosotros esperábamos» (v. 21). Esta frase es la
más importante para la interpretación en clave de
salud, porque muestra el contraste entre lo que los
discípulos pensaban y lo que Jesús hizo o les dijo. Los
48 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

discípulos tienen dificultad para comprender el


Misterio Pascual, pero hay que buscar el origen de esta
situación y podría ser esta: falta de esperanza cristiana.
Únicamente visualizan la muerte, pero falta
experimentar también la Resurrección. Es necesario
pasar de «nosotros esperábamos» a «estamos
esperando». No basta solamente esperar que Jesús
fuera el libertador de Israel, ahora se requiere esperar
que sea el Resucitado. Allí es cuando acontece la
verdadera liberación y cuando se manifiesta en
plenitud el libertador.
La sanación de las emociones es más lenta. No sólo
se trata de cambiar pensamientos, o esperanzas, sino
que es muy importante la presencia, la compañía, la
relación con Jesús. Los discípulos quizá empezaron a
notar que su tristeza iba desapareciendo conforme
avanzaban en el camino con Jesús. Esto es lo que
explica su petición: «Quédate con nosotros, porque es
tarde y está anocheciendo» (v. 29). Por supuesto que
en el texto la noche hace relación a una situación
temporal, pero en la pista de la salud emocional, refleja
un cambio en los discípulos: ya no es necesario
avanzar, hay que darse un tiempo para permanecer,
estar juntos, cenar, etc. La noche de Dios se revela
como el espacio para sanar. Por eso, Jesús se queda en
la noche con ellos para cenar. Él sabe que puede curar
a los discípulos cenando con ellos, en lo ordinario:

«Así que los sentidos se curan cuando se vuelven de


veras humildes, como lo decíamos, y sencillos: por un
lado, no pretenden las cosas extraordinarias,
descuidando las ordinarias, por el otro, abandonan toda
SALUD INTEGRAL 49

presunción y no consideran que existe solo aquello que


cae bajo su presunción»2.

Y efectivamente, partiendo el pan y dándolo, se


abrieron los ojos de los discípulos y lo reconocieron.
Jesús había Resucitado, y los ojos de los discípulos
estaban sanados para ver y contemplar esta magnífica
realidad. Sus esperanzas no eran infundadas. Hay vida
y liberación para Israel. Y al mismo tiempo, recuperan
la salud emocional que hasta entonces estaba apagada,
fría, etc. «¿No ardía nuestro corazón mientras nos
hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?
La presencia de Jesús, sus palabras iban generando
calor en el corazón de los discípulos. Esto puede
interpretarse como una sanación del corazón. Un
corazón ardiente está sano, vigoroso, lleno de ilusión y
de esperanza cristiana. Como los discípulos, sacerdotes
y religiosas están necesitados de la presencia del Señor
Jesús, para recorrer el camino y permanecer junto a Él
cuando llegue la noche, para poder mantener sana la
mente y ardiente el corazón.

3. Conocimiento y reconciliación

Los sacerdotes y las religiosas experimentan


malestares psicológicos como los que se enumeran a
continuación: Desequilibrios al afrontar situaciones
difíciles a nivel institucional e individual; depresiones
por las experiencias de soledad; cansancio generado

2
A. CENCINI, ¿Perdimos los sentidos? En búsqueda de la sensibilidad
creyente, 34.
50 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

por las condiciones de estrés en la actividad pastoral;


modo de entender la religión basada en rituales como
solución a las inquietudes personales; fobias;
dependencias afectivas, sexuales y digitales; desilusión
y frustración ante las realidades desafiantes de la
misión, entre muchas otras 3.
En relación con esto, la Instrucción de la
Congregación para el Clero El Presbítero, Pastor y
Guía de la comunidad parroquial del 2002, señala:

«Puede suceder también que algunos sacerdotes, tras


haber comenzado su ministerio con un entusiasmo
cargado de ideales, experimenten el desinterés y la
desilusión, e incluso el fracaso. Muchas son las causas:
desde la deficiente formación hasta la falta de
fraternidad en el presbiterio diocesano, desde el
aislamiento personal hasta la ausencia de interés y
apoyo por parte del Obispo mismo y de la comunidad,
desde los problemas personales, incluso de salud, hasta
la amargura de no encontrar respuestas y soluciones,
desde la desconfianza por la ascesis y el abandono de la
vida interior hasta la falta de fe» (n. 11).

Aunque la Instrucción se refiera a problemas,


incluso de salud, o problemas físicos, ciertamente que
las otras situaciones que enumera también tienen que
ver con un estado poco saludable de las emociones.
Emocionado significa precisamente tener interés,
ilusión, y fuerza para vencer el fracaso. Todo eso se va
terminando si el presbítero o la religiosa no luchan por
descubrir qué es lo que está pasando realmente para

3
Cf. G. CREA – F. MASTROFINI, Preti sul lettino, 5.
SALUD INTEGRAL 51

que las cosas que interesaban ya no interesen, o que


poco a poco se vaya aislando de la comunidad, incluso
hasta llegar a la amargura no solo de no encontrar
respuestas, sino de amargura hacia los demás. De
alguna manera, desaparecen los altos deseos. Por
supuesto que la Instrucción se fija en la desconfianza
en la ascesis o en todo esfuerzo espiritual y en el
abandono de la vida interior, pero también es muy
importante saber qué hacer con la desilusión y cómo
reaccionar ante los fracasos.
Además de esto, otras dificultades emocionales que
se presentan tienen que ver con el manejo de las
relaciones y el ejercicio del poder. En el caso de las
relaciones, conviene valorar cómo se relacionan los
sacerdotes y las religiosas con los demás, qué tipo de
relación establecen con sus iguales, con los que son
más grandes en edad, experiencia o cargo y qué sucede
cuando se encuentran con más pequeños en edad,
experiencia o cargo. Asimismo, es conveniente revisar
la calidad de las emociones experimentadas cuando se
recibe algo, cuando se tiene que cuidar de alguien con
respeto y delicadeza, si hay lealtad en la gestión de
bienes y relaciones, si existe la firmeza y la capacidad
de afrontar las dificultades, si se manifiesta pasión y
creatividad al educar en la fe, si se da lugar a la
gratuidad para desgastarse en los servicios más
modestos, si hay coraje para arriesgarse en favor de la
justicia y el testimonio del Evangelio 4.
Sobre el ejercicio del poder y del servicio,
sacerdotes y religiosas han de prestar atención a
4
Cf. E. PAROLARI – A. MANENTI, «Disagio dei preti e coscienza ecclesiale: è
ora di voltare pagina», 56-57.
52 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

situaciones de desgaste. Ir más allá de los límites,


abusando en el poder o sirviendo de más no genera una
buena salud emocional 5. Probablemente, el mal
ejercicio del servicio esté en el origen de muchos
males relacionados con el estrés, el cansancio
emocional e incluso el burnout. Analicemos esta
posibilidad.
Se considera que la salud mental se refiere a la
capacidad personal de ajustarse al mundo a tres
niveles: individual, relacional y laboral. A cada nivel,
corresponden ciertas tareas. En el caso del nivel
individual, alcanzar la capacidad de comprender y
controlar las propias emociones. A nivel relacional,
conocer la capacidad de dar y recibir afecto. Y en
cuanto al nivel laboral, descubrir la capacidad de
adaptación al estrés, evitando así sus consecuencias
sobre la salud 6.
Poco a poco, la sociedad se ha ido acostumbrando al
mencionado estrés, sus causas las pudiéramos
enumerar de la siguiente forma: las presiones, la
frustración y el conflicto7. Si nos fijamos, es algo
cotidiano en cualquier estilo de vida en nuestro tiempo,
y son pocas las personas que se encuentran ajenas a
esto. De hecho, se considera que hay un estrés positivo
y que cierto grado de estrés ayuda a la persona a
responder a los retos que se le proponen en el campo
laboral. Christian A. Contreras, sacerdote diocesano,
5
Cf. Idem. Se puede ver también sobre el poder, L. VALDEZ CASTELLANOS,
Plenitud Sacerdotal, 273-275.
6
Cf. M. P. VICENTE-GALINDO, et al., «Estimating the Effect of Emotional
Intelligence in Wellbeing among Priests», 48.
7
Cf. H. LÓPEZ DE MÉZERVILLE, Sacerdocio y burnout, el desgaste en la vida
sacerdotal, 28.
SALUD INTEGRAL 53

señala que las personas presentan cansancio por las


actividades y esfuerzos necesarios para una vida de
calidad. También experimentan cierta insatisfacción
con lo que se ha logrado y creen que vale la pena
esforzarse cada vez más con el fin de mejorar la
situación personal o familiar. Aparentemente nada
criticable, pero hay veces que esto va provocando un
malestar en la persona, pues vive en tensión por la
búsqueda de intereses y la imposibilidad de alcanzar
todo lo que desearía. Es una realidad de la persona
humana, vive bajo el estrés, y muchas veces no se da
cuenta de esta realidad, o lo niega, optando por
encontrar salida con actividades que le permiten
momentáneas satisfacciones, o pequeños placeres que
desapareciendo, provocan un agotamiento que se
manifiesta con más vigor 8.
En la vida presbiteral y religiosa, con el afán de
ejercer una presencia de guía espiritual en medio de
una comunidad que vive bajo el estrés, también se
asumen estilos de vida estresados, como los de las
gentes que los rodean. La visión de la vida del
presbítero o de la religiosa como de quien ha de ser
una presencia ejemplar humanamente, una fuente de
espiritualidad en la que los demás han de beber lo que
alivie su realidad, una persona con la que hay que
contar para las actividades parroquiales, o quien ha de
saber todo cuanto le preguntan, permite que se activen
las causas del estrés.
8
Cf. CH. A. CONTRERAS JACQUEZ, Caridad pastoral. Impulso para la
realización personal del sacerdote, fuerza del seguimiento de Cristo.
Dinámica integradora para una misión auténtica. Tesis para la obtención del
grado de Licenciatura en Teología Espiritual. Universidad Pontificia de
México.
54 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

María P. Vicente-Galindo, de la Universidad de


Salamanca, por su parte, añade que hay estresores que
sacerdotes y religiosas sufren diariamente y que
pueden afectar su salud. Entre ellos están la falta de
apoyo social, el exceso de trabajo, las condiciones
particulares de su estilo de vida o problemas de
autoestima, entre otros. Como resultado de estos
estresores, existe la posibilidad de que sacerdotes y
religiosas desarrollen crisis personales. Dichas crisis
evidencian una ruptura del equilibrio interno ya
adquirido, probablemente por estilos de vida
inadecuados, que hacen necesaria una reorientación de
esquemas básicos de vida. Aunque los sacerdotes y
religiosas pueden experimentar una gran variedad de
crisis, las afectivo-sexuales, los problemas con la
autoridad, las relacionadas con problemas laborales o
problemas en relaciones interpersonales y
vocacionales, aparecen como las más frecuentes. Las
evidencias sobre la influencia que estas variables
pueden ejercer sobre el bienestar subjetivo, la salud
mental y el compromiso han sido demostradas en
múltiples contextos 9.
Continúa su discurso Christian Contreras diciendo
que, desgraciadamente, las acciones mismas que se
derivan de este análisis no permiten que el consagrado
se dé cuenta de esa realidad. Suele ser el ejercicio
pastoral el desahogo del estrés, o bien, se buscan o
inventan actividades apostólicas como si fueran una
oportunidad de relajación, sin darle respuesta adecuada

9
Cf. M. P. VICENTE-GALINDO, et al., «Estimating the Effect of Emotional
Intelligence in Wellbeing among Priests», 47.
SALUD INTEGRAL 55

a esa realidad, mucho menos al apostolado, en cuanto


proyecto planteado desde la espiritualidad cristiana.
Muchas veces no se logra distinguir la presión, la
frustración y el conflicto, no digamos a nivel de
misión, sino en la propia persona. Es el caso de un
sacerdote o religiosa que se encuentra bajo muchas
demandas pastorales, experimentando presión ante
esas súplicas que no puede atender, ya que no tiene
tiempo para hacerlo. Entonces la frustración surge
cuando siente la necesidad de descanso y tampoco
logra obtenerlo, dándose una situación de conflicto
ante la autoexigencia de cumplir con todo sin poder
lograrlo 10.
El riesgo de no conocerse o reconciliarse con los
factores que generan estrés, ansiedad, y depresión
puede traer como consecuencia el burnout. Como
indica el jesuita Gabriel Ignacio Roblero, fue Herbert
J. Freudenberger, quien comenzó a estudiar este
síndrome en 1984, mientras trabajaba en una clínica de
Nueva York para drogadictos. Allí observó en los
voluntarios y profesionales una progresiva pérdida de
energía, hasta llegar al agotamiento, así como falta de
motivación para el trabajo y síntomas de ansiedad y
desánimo. Según su definición, el burnout es «(…) una
sensación de fracaso y una experiencia agotadora que
resulta de una sobrecarga por exigencias de energía,
recursos personales o fuerza espiritual del trabajador».
Dicho de otra manera, «se trata de una experiencia
subjetiva de carácter negativo compuesta por
cogniciones, emociones y actitudes negativas hacia el
10
Cf. H. LÓPEZ DE MÉZERVILLE, Sacerdocio y burnout, el desgaste en la vida
sacerdotal, 28.
56 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

trabajo, hacia las personas con las que se relaciona el


individuo en su trabajo, en especial los clientes, y hacia
el propio rol profesional»11.
A la luz de los estudios realizados, el burnout se
considera como un síndrome tridimensional, pues está
caracterizado por un agotamiento emocional, la
despersonalización, y una reducida realización
personal. El agotamiento emocional puede definirse
como sensaciones de cansancio físico y hastío
emocional, que surgen como consecuencia de las
interacciones en el ámbito profesional, entre los
mismos trabajadores y con los clientes. Por su parte, la
despersonalización es el desarrollo de actitudes
ambivalentes en el compromiso hacia las personas a
quienes los profesionales o trabajadores prestan sus
servicios. Y la reducida realización personal apunta a
una pérdida de confianza precisamente en esta
realización, y manifiesta la presencia de un negativo
auto-concepto, muchas veces inadvertido 12.
A este respecto, es importante diferenciar entre
burnout, depresión, ansiedad y estrés:
«Mientras que la depresión tiene consecuencias sobre las
relaciones interpersonales, el burnout se presenta como
consecuencia de relaciones interpersonales y
organizacionales que son vitalmente desgastantes. Por su
parte, la ansiedad se manifiesta cuando la persona no
posee las habilidades para manejar la situación en la que
está inmersa. En el burnout, en cambio, las exigencias
son superiores a las habilidades de la persona. Por
último, es distinto del estrés, pues mientras que éste
11
Cf. G. I. ROBLERO CUM, «Conflictos y resoluciones en el sacerdocio
ministerial jesuita», 162.
12
Cf. Ibid., 163.
SALUD INTEGRAL 57

produce efectos negativos y positivos, los producidos


por el burnout sólo son negativos»13.

Aplicando esto a sacerdotes y religiosas, se ha


verificado que en muchos casos, la falta de buen
manejo del estrés conduce a otras situaciones de mayor
gravedad. Forzados por las excesivas exigencias
derivadas de la vida ministerial o religiosa, tanto
internas como externas, continúan con un activismo
desenfrenado, pensando que así van a solucionar su
problemática. Entonces lo que aparece es la
despersonalización. Es decir, empiezan a percibir a las
personas a quienes sirven como una amenaza para su
propio bienestar, y frecuentemente se sienten molestos
e incluso hasta agredidos. Cuando esto sucede, el
sacerdote o la religiosa normalmente se culpan, pero en
otras ocasiones llegan incluso a cuestionar su
realización como consagrados, sufriendo en su
autoestima y perdiendo el sentido de la vocación y la
misión a la que han sido llamados.

4. Áreas de oportunidad

4.1 La fatiga por el Reino de los cielos

Podemos decir que la actitud pastoral depende en


parte del cuidado que se tiene en el manejo del estrés y
del sentido que se le dé a la fatiga en el apostolado. La
caridad pastoral y la vida de oblación no deberían en sí
mismos causar estrés, pero la forma en la que se realiza

13
Cf. Idem.
58 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

el apostolado, y la manera en la que se involucra la


persona, provocan que ciertos estresores surjan de este
mismo estilo de vida. No obstante, si hay conocimiento
de sí mismo y reconciliación con las propias
emociones y afectos, entonces es posible dar otro
sentido al cansancio. Cuando la fatiga es consecuencia
de una vida apostólica como generosidad sin medida,
entonces el cansancio se convierte en oración, es decir,
en escenario para el encuentro con Dios. Al respecto,
el Papa Francisco recuerda:

«Nuestro cansancio, queridos sacerdotes, es como el


incienso que sube silenciosamente al cielo (cf. Sal
140,2; Ap 8,3-4). Nuestro cansancio va directo al
corazón del Padre. […] Sucede también que, cuando
sentimos el peso del trabajo pastoral, nos puede venir la
tentación de descansar de cualquier manera, como si el
descanso no fuera una cosa de Dios. No caigamos en
esta tentación. Nuestra fatiga es preciosa a los ojos de
Jesús, que nos acoge y nos pone de pie: «Venid a mí
cuando estéis cansados y agobiados, que yo os aliviaré»
(Mt 11,28). Cuando uno sabe que, muerto de cansancio,
puede postrarse en adoración, decir: “Basta por hoy,
Señor”, y rendirse ante el Padre; uno sabe también que
no se hunde, sino que se renueva porque, al que ha
ungido con óleo de alegría al pueblo fiel de Dios, el
Señor también lo unge, “le cambia su ceniza en
diadema, sus lágrimas en aceite perfumado de alegría, su
abatimiento en cánticos”» (Is 61,3) 14.

14
FRANCISCO, Homilía Misa crismal jueves santo 2 de abril de 2015: AAS
107 (2015) 351-356.
SALUD INTEGRAL 59

4.2 Un sano narcisismo

Vivir mejor mental y emocionalmente, dependerá,


en gran medida, de la decisión de un mejor
comportamiento y actitudes, con un nivel de
autoexigencia que no haga caer en el agotamiento
emocional. Es decir, evitando caer en la pasividad, o
viviendo con excesiva prisa. Para conseguir esto,
habría que lograr una competencia en la organización
de la vida que permita a la persona sentirse
vocacionalmente implicada en lo que hace, logrando al
mismo tiempo puntualidad en los deberes; constancia
en las actividades y perseverancia ante los fracasos y
desilusiones.
Por esto, es deseable que entre los sacerdotes y
religiosas haya un “sano narcisismo”. Es decir, hay que
recuperar la capacidad para enfrentar desafíos, la
confianza en la propia capacidad de pensar, de
aprender, y sobre todo de elegir y tomar decisiones
adecuadas, sabiendo de antemano que tiene el derecho
personal de ser reconocido por los demás, pero si esto
no sucediera, por lo menos de reconocerse a sí mismo.
Una de las causas por las que dejamos de hacer lo
que nos emocionaba es la falta de atención y
agradecimiento de los demás. Si se establece una
autoestima en base a lo que digan los demás, se corre
un gran riesgo de que la autoestima pueda bajar de un
momento a otro o se desintegre. Por ejemplo, en una
comunidad religiosa, estaba decidido que la comida se
preparaba por turnos, y que cada quien cocinaría según
el orden que le tocase, pero por diversas
circunstancias, al final de cuentas solo una persona
60 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

terminó preparando la comida. Sin embargo, comenzó


a molestarse y a echarle en cara a los demás que solo
venían a sentarse y a comer cuando ya sabían que
estaba todo listo. Entonces decidió un día no preparar
la comida, llegó tarde y para su sorpresa no había nadie
en la mesa. Se fue a su cuarto, regresó y sólo encontró
a una persona viendo la televisión y comiendo un
sándwich. Se preparó algo de comer y se sentó junto a
quien estaba viendo la televisión. «Por fin estamos un
poco juntos» le dijo quien estaba viendo la televisión.
Esto no le gustó nada y le dijo que si no podía apagar
la televisión mientras estaban comiendo. Entonces
quien estaba viendo primero la televisión se levantó,
apagó la televisión y dejo sola a la otra persona, la cual
murmuró: «Aquí me siento tratado como un esclavo.
Me siento utilizado, mientras los otros hacen lo que
quieren, sin ningún tipo de respeto para mí. Mira, se
va, por ejemplo, hace lo que le da la gana y se
desinteresa de los demás». Paciencia, dice en su
interior, las cosas podrían ir peor 15.
Aparece claramente una baja autoestima o
autoestima desintegrada, y entonces la persona pasa al
ataque. Como no la valoran, entonces fastidia a los
demás, no les hace de comer. Además, critica con
dureza a quien lo abandona con la televisión apagada,
en lugar de ponerse a reflexionar sobre o que está
pasando. Quien hace la comida se construye defensas
emotivas para no sentirse comido por los demás. Sin
embargo, no hace nada por descubrir dónde están
fallando las cosas, prefiere la indiferencia, aunque le

15
Cf. G. CREA – F. MASTROFINI, Preti sul lettino, 9.
SALUD INTEGRAL 61

llame paciencia, o santa recíproca armonía. De todas


formas, como las cosas se dejan como están, poco a
poco los problemas en la relación van carcomiendo a la
comunidad hasta llegar al sufrimiento, un sufrimiento
destinado a permanecer silencioso, no comunicado y
oculto 16.
En este sentido, es muy útil lo que propone el jesuita
G. I. Roblero. La persona que se ama a sí misma, se
valora, se acepta y así puede “funcionar” con plenitud.
Se siente a gusto con su propio cuerpo, sus emociones,
sus pensamientos y deseos. Es alguien abierto a nuevas
sensaciones, experiencias y emociones. Por ello, no
ambiciona ser otra persona. Acepta su lado positivo,
talentos y cualidades, y es consciente de sus
limitaciones. Por ello, valora sus cualidades y disfruta
sus logros, sin arrogancia. Respeta sus anhelos y
deseos, sabe expresarlos, defiende sus convicciones,
valores y sentimientos. Quien se ama a sí mismo no
está a la defensiva y asume el riesgo de equivocarse.
No necesita aparentar y no vive en dinámicas de
dominación ni control a los demás, sino de
colaboración. Con algunas de estas características otra
sería la situación en el caso narrado anteriormente.
Por eso, un “sano narcisismo” tiene que eliminar
necesariamente algunas dinámicas psicológicas insanas
como la comparación con los otros, el perfeccionismo
y la necesidad imperiosa del reconocimiento de los
demás 17. Si se evita la “comparación con los otros” eso
quiere decir que no se ambiciona ser otra persona, ya

16
Cf. Ibid., 12.
17
Cf. G. I. ROBLERO CUM, «Conflictos y resoluciones en el sacerdocio
ministerial jesuita», 172.
62 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

que se está a gusto consigo mismo. Y de esta forma


puede desarrollar y potenciar sus propias capacidades.
Y si se trabaja solo movido por el “perfeccionismo”
entonces se convierte en una fuente inagotable de
frustración, decepción y amargura, que hace que las
personas se pongan metas tan altas que nunca llegan a
conseguirlas. Y si siempre se espera que los demás
reconozcan algún servicio, entonces se cae en una
dependencia insana e inútil, porque muchas personas,
sin mala voluntad, están ocupadas o preocupadas en
sus cosas que no atienden a lo que alguien hace,
aunque esté muy hecho. O muchas, como ven en
cualquier misión y servicio simplemente lo que se
esperaba o se tenía que hacer, pues tampoco creen
necesario ofrecer un reconocimiento.
De todas formas, hay que decir que ojalá hubiera
comparaciones sanas, donde se imitaran virtudes y las
personas quisieran ser mejores para parecerse a los que
perseveran y van en camino de santificación. Ojalá
también los esfuerzos por hacer cada día mejor las
cosas no fueran solo por perfeccionismo, sino para
mayor gloria de Dios y mejor servicio a la comunidad.
Y ojalá siempre hubiera personas agradecidas con las
demás, que valoraran y apreciaran sus servicios en
fidelidad a Dios y a la Iglesia. Aquí surge una buena
oportunidad para agradecer a todas las personas que,
con solicitud, cuidan la salud de sacerdotes y
religiosas, que Dios misericordioso y fiel les
recompense al ciento por uno.
SALUD INTEGRAL 63

4.3 Salud emocional y afectiva

Ciertamente que considerar todo a partir de una


autoestima integrada o desintegrada es muy reductivo.
El problema de fondo más bien es la incapacidad de
saber manejar las emociones. Por eso, es importante
recordar a este respecto, diversos puntos que puedan
ayudar a sacerdotes y religiosas a trabajar sus
emociones de tal forma que se pueda alcanzar una
suficiente salud emocional y afectiva.
Rafael Villarreal, sacerdote diocesano, presenta lo
que dice Anna Bissi como una ayuda para entender
aquello que llamamos madurez afectiva u ortopatía, es
decir, aprender a sentir correctamente18. Ante todo, se
trata de sentir lo que está sucediendo en las personas
sin que se dejen llevar por el miedo, el orgullo, la culpa
u otros motivos que no permiten entrar en contacto con
los sentimientos; a esto se le conoce como fase de la
experiencia (elemento empírico): «no somos
plenamente humanos si no escuchamos nuestro propio
mundo interior»19. La meta de esta primera fase es
llegar a contestar estas preguntas: ¿Qué siento? ¿Qué
experimento? Y la obediencia a los propios
sentimientos llevará a la formulación de la pregunta
¿Qué emociones tengo en mi interior? Por ejemplo,
identificar que se siente rabia.
Damos luego paso a un segundo elemento, aquel de
la inteligencia (Intelectual). Entonces es el momento

18
Cf. R. VILLARREAL, «La fe y el camino de madurez humana», 90-94; A.
BISSI, El palpitar de la Vida, conocer y administrar las propias emociones,
225-252.
19
Ibid., 125.
64 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

de individuar y comprender los propios sentimientos.


Se trata de indagar, individuar y formular lo que
sucede en el Yo. Ahora es necesario determinar ¿este
sentimiento a qué emociones pertenece? Es entonces
donde se puede dar nombre concreto a aquello que se
siente y saber de dónde proviene, por ejemplo, siento
la rabia, y sé que proviene de una frustración en las
relaciones interpersonales. No basta decir, estoy
enojado con, sino precisar los motivos por los que
estoy enojado. Por tanto, los porqués no se deben
dirigir al exterior, sino hay que buscarlos en el interior
de nosotros mismos, posiblemente, en el ejemplo
propuesto, el problema es que no estoy siendo amado
como yo lo necesito.
El tercer elemento será el de la razón (racional).
Aquí se da la valoración de la propia experiencia que
ya ha sido individualizada y a la que ya se le ha dado
nombre, ahora se pasa a la reflexión y el juicio, es
decir, el sentimiento de rabia que se ha experimentado
e individuado, sufre una revisión para ver si
verdaderamente concuerda con la verdad del déficit
afectivo. Por otra parte, «no basta entender lo que se
vive para vivirlo bien, hay que preguntarse sobre lo
que se vive para decidir cómo vivirlo»20. Todos estos
pasos se hacen con espontaneidad, no son procesos
largos en el tiempo, suelen ser instantáneos; aunque si
se trata del discernimiento, entonces sí serán procesos
más prolongados. En el ejemplo dado, ya se descubrió
el déficit afectivo, ahora se trata de buscar la manera

20
Ibid., 231.
SALUD INTEGRAL 65

más razonable de vivirlo, así se da paso al siguiente


elemento.
Es el de la responsabilidad (ámbito moral). Se trata
de llegar a tomar decisiones sabias, orientadas al bien
propio y común, es decir, a la búsqueda del propio bien
y el ajeno en la gestión de las emociones. Es cuando
aparecen estas preguntas: ¿Es justo? ¿Está bien? ¿Me
ayuda o ayuda a los otros? Las simples emociones no
son responsables, es decir, vienen sin que las
evoquemos. Para esto se necesita una suficiente
libertad como para poder descubrir en todo este
proceso la conveniencia o inconveniencia de actuar.
Así se toman en cuenta las expectativas del otro y no
se concentra la persona en sí misma. Estoy enojado,
luego, después de este último elemento, mi reacción
será en responsabilidad, según una suficiente madurez
afectiva.
Todo el proceso anteriormente mencionado está
inspirado en el camino que presenta Bernard Lonergan,
teólogo canadiense 21. La Hermana Martha Magallón
Trujillo, mjh, explica este camino a manera de
niveles 22. Se propone para este proceso el método
trascendental, a través del cual se propone un camino
hacia el mundo de la interioridad, con el fin de realizar
la apropiación de la estructura dinámica del ser
personal que es capaz de conocimiento y acción moral.
Este método explica cómo mediante la auto-
21
Cf. B. LONERGAN, Método en Teología, 16-17; L. RULLA, Antropología de
la Vocación Cristiana, I, 130-131.
22
Cf. M. MAGALLÓN TRUJILLO, mhj, La vivencia oblativa del carisma en la
formación permanente de la Misionera de Jesús Hostia. Tesis para la
Maestría en Formación Vocacional, 2016. Pontificia Universidad
Gregoriana.
66 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

apropiación, descubrimos en la estructura dinámica de


nuestro ser personal, un esquema fundamental de
operaciones que ayudan a alcanzar un grado cada vez
mayor de conciencia, objetivándola 23.
Esta objetivación consiste en la aplicación
intencional y consciente de un esquema normativo de
operaciones recurrentes y relacionadas entre sí que
producen resultados acumulativos y progresivos 24. Las
operaciones son: experimentar, entender, juzgar y
decidir. De aquí se deduce que la conciencia tiene
cuatro niveles diferentes que están en íntima relación y
van dirigiendo el proceso de conocimiento 25.
- En el primer nivel –empírico– experimentamos,
tenemos sensaciones, percibimos, imaginamos,
sentimos, hablamos, nos movemos. Esta experiencia
hace que surja la pregunta sobre lo que sucede, e
introduce al segundo nivel.
- En el segundo nivel –intelectual– indagamos,
entendemos, expresamos lo que hemos entendido,
elaboramos presuposiciones e implicaciones.
Expresamos hipótesis que buscan ser verificadas, lo
cual conduce al tercer nivel.
- En el tercer nivel –racional– juzgamos, somos
empujados a afirmar o negar la realidad que
alcanzamos en el nivel anterior. El juicio acepta o
rechaza las hipótesis y teorías que surgen de la
comprensión y los datos. Esto es posible si se han
23
Cf. P.M. FIGUEROA TURIENZO, «La cuestión de los fundamentos en la ética
de Lonergan». Artículo publicado en la revista de Teología de la UCA en
2011.
24
Cf. B. LONERGAN, Método en teología, 13.
25
Cf. G. NEIRA, «El dinamismo de los juicios de valor en la
autotrascendencia moral», 165.
SALUD INTEGRAL 67

cumplido todas las condiciones que permiten evaluar la


hipótesis. Este juicio permite que la experiencia vivida,
se valore o no, como buena y valiosa, lo cual confronta
con el cuarto nivel.
- En el cuarto nivel –responsable– decidimos; es el
nivel existencial, a este punto se tiene que deliberar,
evaluar, decidir y actuar. No sólo se trata de realizar
cosas, sino de que con las decisiones que se toman, la
persona va haciendo, de sí misma, lo que ella está
llamada a ser. Se valoran los datos y la persona se
dispone a hacer opciones en conformidad con los
valores aceptados.
Finalmente, cuando la persona se halla en terreno
religioso, experimenta otro tipo de trascendencia. Va
más allá de lo intramundano, y recibe como don el
amor sin fronteras que Dios infunde en los corazones 26.
Los cuatro niveles son sucesivos y relacionados
entre sí. No se puede entender una cosa sin haberla
experimentado; no se puede hacer un juicio sin
entender aquello que se pretende juzgar; no se puede
tomar una decisión sin tener la certeza que proviene
del juicio. Cualquier falla en un nivel hace que los
otros también comiencen a dar resultados equivocados.
En todos los niveles, la persona es consciente de sí
misma, pero la calidad de la conciencia aumenta de
nivel a nivel. La experiencia en el ser humano, es el
primer paso para entender, juzgar y decidir. El
entender se expresa en el lenguaje; el juicio lleva a la
búsqueda de la verdad; mientras que la decisión
conduce a la realización personal y de la organización

26
Cf. A. J. BRAVO GALLARDO, Una introducción a Lonergan, 91.
68 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

social como fruto de una libertad orientada


decisivamente por los valores.
Los cuatro niveles constituyen la estructura
dinámica o conciencia intencional que hace al ser
humano capaz de conocimiento y de acción moral. El
ser humano que presta atención a los datos de los
sentidos, pasa a la investigación y a la comprensión
para hacer posible la aprehensión del mundo a través
de la significación. La reflexión y el juicio llevan a
reconocer lo que realmente es así, y lo que es
independiente del sujeto. Y por la deliberación,
evaluación, decisión y acción, se hace no solamente lo
que agrada, sino también lo que es verdaderamente
bueno y valioso 27.
De este modo se llega a ser un humano auténtico,
puesto que «el hombre realiza su autenticidad en la
auto-trascendencia»28. Así el ser humano se convierte
en principio de bondad y amor. La intencionalidad
humana es la garantía de estar tendiendo al bien,
porque ella empuja, acosa, invita, y solamente se
encuentra descanso cuando va alcanzando el bien al
que tiende29. Este es el proceso por el cual todo
formador, guía o director espiritual, puede ir
conduciendo a quien inicia la formación inicial y quien
continúa la formación permanente, con la finalidad de
que sean capaces de conocerse, reconciliarse, decidirse
y responsabilizarse.
De hecho, la formación del sacerdote o religiosa
tiene por objetivo ayudar a la persona a desarrollar

27
Cf. B. LONERGAN, Método en teología, 40-41.
28
Ibid., 105.
29
Cf. O.C. VÉLEZ, «Método y teología latinoamericana», 135.
SALUD INTEGRAL 69

todas sus capacidades, favoreciendo el mayor grado de


conciencia posible, a fin de que se trascienda, crezca
en sensibilidad y disponibilidad respecto a los valores
elegidos como estado de vida, y adquiera conocimiento
y habilidades que lo hagan competente en la opción
tomada 30.
Por eso, a través de este proceso, se podrá
comprobar si el sacerdote o religiosa es capaz de «salir
de sí mismo»31, y trascenderse hasta su plena
realización en el más alto nivel de conciencia, ahí
donde se experimenta el amor de Dios que actualiza y
hace realidad las aspiraciones más profundas del ser
humano. «Sólo mediante una continua conversión del
corazón, el ser humano puede desterrar los desórdenes
egoístas de su interior y alcanzar así su autenticidad»32.
De ahí, como señala Rafael Villarreal, la falta de
salud emocional indica que la persona no ha
atravesado serenamente por los estadios de desarrollo,
teniendo reacciones afectivas con frecuencia
desproporcionadas a los estímulos que despiertan una
memoria afectiva de privación, ausencia, abandono,
agresión, y situaciones vividas en el pasado,
principalmente en los primeros meses y años de
desarrollo 33. O también las experiencias vividas
durante los períodos de formación, en el ministerio, o
en la vida consagrada. La persona se deja guiar más
por el principio de placer que por los valores, siendo

30
Cf. G. NEIRA, «El dinamismo de los juicios de valor… 209.
31
B. LONERGAN, Método en teología, 105-107.
32
B. LONERGAN, Método en teología, 56-57, citado en P.M. FIGUEROA
TURIENZO, «La cuestión de los fundamentos… 94.
33
Cf. R. VILLARREAL, «La fe y el camino de madurez humana», 93.
70 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

intolerante a la frustración, así como un niño que desea


que sus necesidades sean satisfechas al instante 34.
Concluimos este punto diciendo que, gran parte de
las situaciones incómodas emocionales que viven
sacerdotes y religiosas es por la falta de una suficiente
madurez en este ámbito afectivo. Y en el caso de una
respuesta en la vivencia de la vocación, sin abundar
demasiado, se puede decir que un déficit en la esfera
afectiva provoca respuestas inadecuadas a la
interpelación divina; se dificulta dar un sí a Dios y al
servicio de los demás, o no se toman decisiones a favor
de Dios y de su Iglesia. El aspecto emocional y
afectivo va de la mano con el aspecto volitivo 35. Este
elemento es fundamental en la toma de decisiones a
favor de Dios, pues no hay respuesta vocacional sin un
elemento afectivo que sea el inicio, el sostenimiento y
el término de ésta. De ahí la necesidad de procesos
formativos para la integración saludable del dolor y del
sufrimiento. Crisis, dificultades afectivas y falta de
madurez no han de bloquear al crecimiento necesario
para replantear las cosas y hacer del dolor y
sufrimiento emocionales una oportunidad para
responder de otra manera al llamado que Dios dirige a
amarlo con todo el corazón, con toda la mente y con
todas las fuerzas.

34
Cf. B. GOYA, Psicología y vida espiritual, 186-189.
35
Cf. Cf. R. VILLARREAL, «La fe y el camino de madurez humana»,
94; L. RULLA, Antropología de la Vocación Cristiana, I, 152.
SALUD INTEGRAL 71

4.4 Manifestaciones de buena salud integral

Aprovechando algunas perspectivas de Rafael


Villarreal y Christian Contreras, se presentan algunas
de las manifestaciones de salud integral a trabajar entre
los sacerdotes y las religiosas.
Lo primero a mencionar es que la persona requiere
de un equilibro suficiente en tres niveles de la vida
psíquica para vivir con salud integral. Uno es el nivel
fisiológico del organismo, y significa estar bien en
relación con el hambre, la sed, el sueño, el descanso,
etc. Después está el nivel psicosocial, cuyo ámbito es
el de las relaciones: filiación, amistad, ayuda, cuidado,
dependencia, servicio, relación con el superior o
superiora, con el decano, con los vicarios, con el
Obispo, con los amigos y amigas, reuniones,
celebraciones, etc. Y finalmente aparece el nivel
espiritual, donde la persona expresa su libertad, su
obligación moral y la capacidad de encontrarse con
Dios. Aunando los tres niveles, es posible construir un
proyecto de vida en el que la salud integral juegue un
papel importante.
Si al sacerdote y a la religiosa les interesa realmente
esta salud, entonces deben ayudarse personalmente y
dejarse ayudar por expertos y buenos directores
espirituales para que los tres niveles vayan
entrelazándose unos con otros. Si la persona vive por
niveles o sólo hace lo que corresponde a un nivel sin
atender a los demás, poco a poco su salud integral se
va deteriorando. La persona necesita cuidarse a sí
misma a nivel fisiológico, pero igualmente requiere
desarrollarse social y comunitariamente junto con los
72 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

demás, y por supuesto, necesita del encuentro con Dios


para alcanzar la plenitud psíquica.
Otro elemento fundamental, que manifiesta buena
salud integral, es la suficiente autonomía que posee
una persona para regir su vida y tomar decisiones.
Cuántas veces, los desequilibrios psíquicos vienen
precisamente de una mala asunción de la formación,
entendiéndola solamente como hacer lo que otros
digan que haga. O también hacer lo que otros esperan
que haga. Todo se concentra en las necesidades de los
formadores, de los superiores o del Obispo, pero no en
lo que la persona realmente quiere, o de lo que
realmente está convencida. Especialmente hoy en día
no hay tanta disposición para aceptar estilos de vida y
de obediencia impuestos del pasado, sino de aceptar
propuestas pero críticamente, con discusión, y en dado
caso obedecer, pero por convicción o con obediencia
activa, y no solamente por espíritu de sumisión 36.
Ciertamente la atmósfera actual en el ámbito de las
decisiones es muy confusa, y muchos no toman
decisiones para no tomar responsabilidades, o
simplemente no pueden tomarlas porque no han
madurado lo suficiente para llevarlas a cabo. De ahí
que hoy más que nunca sean necesarios buenos y
buenas acompañantes espirituales, que ayuden a
sacerdotes y religiosas a enfrentar con suficiente
autonomía los retos que se vayan presentando.
También es expresión de equilibrada salud integral
la actitud de permanencia en las acciones emprendidas.
Sacerdotes y religiosas podrían revisar qué tan

36
Cf. G. CREA – F. MASTROFINI, Preti sul lettino, 36.
SALUD INTEGRAL 73

constantes son, si son puntuales, si se termina lo que se


comenzó, si se persevera a pesar de las dificultades.
Este un punto delicado porque muchas circunstancias
influyen para que un sacerdote o una religiosa dejen de
cumplir con sus compromisos, poco a poco abandonen
la misión que se les ha confiado, e incluso pidan
abiertamente un cambio de apostolado. Sin embargo, la
persona no estará bien si es la inconstancia lo que
domina, si los olvidos se repiten continuamente, o los
errores son frecuentes. Entre sacerdotes y religiosas a
veces es común darle prioridad a cosas que
objetivamente son buenas, pero que no corresponden
con lo que se debe hacer en un momento determinado
o no es parte de la misión que se les ha encomendado.
En este sentido, es de vital importancia, para tener un
grado aceptable de salud (en este rubro de la
permanencia y la constancia) hacer una revisión
personal de la falta de constancia en la que se ha caído,
o si no hay lugar en el que alguien se sienta contento,
pedir la ayuda de otros sacerdotes o de otras religiosas
para ver qué se puede hacer. Aquí la corrección
fraterna juega un papel fundamental, pues en ocasiones
habrá que aceptar las correcciones y sugerencias que se
hagan para mejorar en la permanencia y constancia con
el compromiso adquirido en la evangelización.
También se podría decir que una buena salud
integral tiene que ver con el buen ejercicio de la
prudencia. Debido a lo que significa ser sacerdote o
religiosa, no se puede vivir de una determinada forma
que ponga en peligro la salud integral. En ocasiones,
por falta de prudencia, se realizan actividades o se
dicen cosas que no ayudan para nada a la salud.
74 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

Corresponde especialmente a sacerdotes y religiosas


hacer un esfuerzo para ver si lo que se está llevando a
cabo en la misión tiene su dosis de prudencia, o
normalmente se cae en actuaciones y palabras
imprudentes, dañando así la propia salud y la del
entorno. Desgraciadamente, por no poner atención a
esto, han surgido muchos episodios tristes y hasta
delictivos, mayormente entre los sacerdotes que entre
las religiosas, fruto de diversas adicciones (alcohol,
redes sociales, etc.), problemas de tipo psicológico,
actividades malsanas y sobre todo imprudencias que
incapacitan para tener una relación sana consigo
mismos y con los demás.
Finalmente, aunque ya se mencionó, está el manejo
sano de las emociones como un factor de salud integral
inestimable. Después de varios estudios realizados con
sacerdotes y religiosas, parece razonable establecer que
la Inteligencia emocional tiene un rol relevante a la
hora de intentar reducir el riesgo de desarrollar
posibles problemas de salud, tanto somáticos como
psicológicos. Esto es muy importante, pues las
personas que comprenden y gestionan adecuadamente
sus emociones muestran un menor riesgo de sufrir
problemas somáticos y psicológicos en la medida en
que saben cómo analizar y afrontar sus posibles efectos
y evitar, de este modo, desarrollar una patología.
Incluso sacerdotes que fueron capaces de conocer sus
emociones, y también como enfrentar las dificultades
que se presentaban con ellas, mostraron un menor
riesgo de desarrollar trastornos específicos como el
síndrome de burnout, asociado, como se vio
SALUD INTEGRAL 75

anteriormente, a la falta de habilidades para afrontar


las situaciones de estrés mantenidas en el tiempo 37.

4.5 La tarea de la comunidad

En los últimos años, dentro del tema de la salud


integral, ha cobrado importancia la labor de la
comunidad. Hoy en día, la enfermedad no es
considerada un asunto sólo del individuo, sea sacerdote
o religiosa, sino de la comunidad eclesial a la que
pertenece. A. Grün y C. Sartorius lo subrayan
expresamente. Las enfermedades no solamente
expresan cómo anda el alma y el cuerpo de cada uno,
sino que reflejan también, con frecuencia, la situación
de una comunidad. Si en cada uno de nosotros aparece
un tendón de Aquiles –su propia vulnerabilidad–, que
reacciona a las tensiones, así hay también en las
comunidades miembros que física o psíquicamente
reaccionan de forma muy sensible a conflictos duros o
reprimidos 38.
Se puede decir que una comunidad se beneficiaría
mucho si se mirara como tal en el espejo del miembro
enfermo. Por ejemplo, en la terapia familiar no se trata
nunca de atender sólo al miembro enfermo, sino a todo
el conjunto familiar. Un número elevado de enfermos
en una comunidad siempre debería entenderse como
una señal de que en la comunidad, como conjunto, algo
no funciona. Sin embargo, se necesita una gran

37
Cf. M. P. VICENTE-GALINDO, et al., «Estimating the Effect of Emotional
Intelligence in Wellbeing among Priests», 53.
38
Cf. Para gloria en el cielo y testimonio en la tierra, 96.
76 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

humildad y una gran sinceridad para no cargar las


enfermedades sobre uno solo, sino para verlas como
expresión del clima de la comunidad 39. Además, no
hay que olvidar que cuando un sacerdote o religiosa
necesita ayuda y no la recibe o no la quiere recibir, hay
factores personales que deben ser revisados, pero
también es una oportunidad para evaluar las relaciones
institucionales y pastorales que no estén funcionando y
tampoco estén generando un ambiente saludable entre
los miembros de la comunidad.
Teniendo esto en cuenta, se plantea la urgente
necesidad de equipos interdisciplinares que entren en
acción para ayudar a sanar a individuos y comunidades
religiosas. Es verdad que en ocasiones habrá lugares y
tiempos precisos dedicados a la atención de un
sacerdote o religiosa en particular, pero el proceso
terapéutico va más allá. Es necesaria sin lugar a dudas
la participación del Obispo y de los Superiores
Generales. También se requiere que sacerdotes y
hermanas religiosas se preparen y ayuden a sus
hermanos en un proceso de sanación a veces largo y
complicado. Asimismo, es fundamental la
participación de laicos que generosamente y con
caridad cristiana asuman el cuidado de sacerdotes y
religiosas necesitados de una atención más
especializada que la que sacerdotes y religiosas puedan
ofrecer. Nunca hay que caer en la tentación de creer
que el proceso de sanación de un sacerdote o de una
religiosa se reduce a su estancia en una comunidad

39
Idem.
SALUD INTEGRAL 77

terapéutica, pensando que con eso ya todo está


cumplido.
Entre las propuestas de ayuda comunitaria en el
proceso de sanación están la de hacer memoria de las
situaciones de enfermedad que se han vivido en la
comunidad, para que no se fije la atención sólo en la
enfermedad, sino en una trama que ayude a ver con
mayor amplitud la situación. De esta forma se podría
iniciar un proceso real de conversión y de cambio de
estilo de vida, sea del sacerdote o religiosa, sea del
presbiterio y de los institutos religiosos. También, la
comunidad y un equipo especialmente dedicado a esto,
deberían prever posibles enfermedades de sacerdotes y
religiosas, de tal forma que se pudieran establecer
protocolos de prevención y actuación a la hora de
afrontar diversas situaciones dolorosas o que puedan
poner en peligro no sólo al consagrado en particular,
sino a toda la comunidad eclesial.
Para que se lleve a cabo un verdadero cambio de
estilo de vida, se necesita sobre todo mucha comunión.
Es decir, tiempo para estar juntos, de gratuidad y de
atención, para la comunicación, para rezar y planear
juntos; tiempo para interrogarse sobre la cultura y los
cambios culturales relacionados con la evangelización;
y para desatar juntos los nudos más difíciles,
compartiendo fatigas y responsabilidades. Por supuesto
que esto cada vez es más difícil en estos tiempos de
individualismo, pero con mayor razón hay que apostar
por articular continuamente nuevas formas de
comunión entre los presbiterios o institutos religiosos.
78 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

4.6 Equipo interdisciplinar

Para una ayuda más especializada a algunos


sacerdotes y religiosas que presentan enfermedades
relacionadas con la estructura psíquica, es
especialmente útil un equipo interdisciplinar. Entre las
recomendaciones para la labor de este equipo resaltan
las siguientes 40. Se requiere ante todo, mucha
privacidad, lo cual no hay que confundir con falta de
comunicación entre las diversas instancias del proceso
terapéutico. Se recomienda que existan líneas claras
del recorrido terapéutico sobre todo entre el
responsable profesional de todo el proceso, una especie
de psicoterapeuta, y el responsable de la comunidad
residencial donde esté la persona enferma, así como
tener en cuenta al responsable profesional de la
institución religiosa. La comunicación entre estas
personas ha de girar en torno a la propuesta y la
verificación del recorrido de rehabilitación; los pasos a
dar, las etapas a seguir, las oportunidades de cambio en
el ambiente, etc.
Por ejemplo, sería muy bueno que entre el
psicoterapeuta y el responsable de la institución
religiosa se pusieran de acuerdo para ver cuáles serían
los encargos que en la comunidad o en una parroquia
donde estará el sacerdote o la religiosa podrían llevarse
a cabo o cuáles no serían de ninguna ayuda en su

40
Propuestas de A. PARTINI, franciscano, sacerdote, psicólogo,
psicoterapeuta y maestro en el Istituto Superiore per Formatori, colaborador
en la comunidad «Agape» para sacerdotes y religiosos en dificultad. Cf.
«L'accompagnamento psicologico e spirituale dei confratelli in gravi
difficoltà», 315-325.
SALUD INTEGRAL 79

proceso de rehabilitación. Asimismo, podrían


complementar las informaciones de cada uno para que
el proceso de sanación sea lo más eficaz posible,
teniendo en cuenta la mayor parte de los datos
implicados.
Por supuesto, como en todo proceso de sanación,
especialmente entre sacerdotes y religiosas, deberá
estar implicada la vida espiritual. Por lo tanto, es
importante contar con un acompañante espiritual. La
comunión entre el acompañante y los otros
responsables también es muy importante. No quiere
decir que se rompa la privacidad necesaria y el secreto
profesional, pero sí hay que llegar a propuestas que no
vayan contrapuestas. Sería muy lamentable que el
sacerdote o la religiosa se enfrentaran a diversas
visiones, de tal forma que su confusión y malestar
derivara precisamente de la mala relación o falta de
comunión entre quienes se supone lo deberían de estar
ayudando. No se trata de tener direcciones opuestas, a
veces provocadas por el mismo sacerdote o religiosa
enfermos, sino de captar qué está sucediendo, sea
desde un punto de vista espiritual, sea desde una
perspectiva psicológica, para poder hacer una
propuesta más completa de ayuda a quien lo necesita.
Lo mismo se puede pedir de los demás responsables:
un acuerdo en el proceso terapéutico. De ahí que,
especialmente en momentos clave, han de reunirse y
confrontarse para evaluar lo que está sucediendo, si se
va por buen camino, o si es necesario replantear las
propuestas y decisiones.
80 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

5. Cuestionario de Salud General

CUESTIONARIO DE SALUD GENERAL DE


GOLDBERG (GHQ – 28)
Últimamente…

A. 1. ¿Se ha sentido perfectamente bien de salud y en plena forma?


 Mejor que lo habitual  Peor que lo habitual
 Igual que lo habitual  Mucho peor que lo habitual
2. ¿Ha tenido la sensación de que necesitaba un reconstituyente?
 No, en absoluto  Bastante más que lo habitual
 No más que lo habitual  Mucho más que lo habitual
3. ¿Se ha sentido agotado y sin fuerzas para nada?
 No, en absoluto  Bastante más que lo habitual
 No más que lo habitual  Mucho más que lo habitual
4. ¿Ha tenido la sensación de que estaba enfermo?
 No, en absoluto  Bastante más que lo habitual
 No más que lo habitual  Mucho más que lo habitual
5. ¿Ha padecido dolores de cabeza?
 No, en absoluto  Bastante más que lo habitual
 No más que lo habitual  Mucho más que lo habitual
6. ¿Ha tenido sensación de opresión en la cabeza, o de que la cabeza
le va a estallar?
 No, en absoluto  Bastante más que lo habitual
 No más que lo habitual  Mucho más que lo habitual
7. ¿Ha tenido oleadas de calor o escalofríos?
 No, en absoluto  Bastante más que lo habitual
 No más que lo habitual  Mucho más que lo habitual

B. 1. ¿Sus preocupaciones le han hecho perder mucho sueño?


 No, en absoluto  Bastante más que lo habitual
 No más que lo habitual  Mucho más que lo habitual
2. ¿Ha tenido dificultades para seguir durmiendo de un tirón toda la
noche?
 No, en absoluto  Bastante más que lo habitual
 No más que lo habitual  Mucho más que lo habitual
3. ¿Se ha notado constantemente agobiado y en tensión?
 No, en absoluto  Bastante más que lo habitual
 No más que lo habitual  Mucho más que lo habitual
4. ¿Se ha sentido con los nervios a flor de piel y malhumorado?
 No, en absoluto  Bastante más que lo habitual
 No más que lo habitual  Mucho más que lo habitual
SALUD INTEGRAL 81

5. ¿Se ha asustado o ha tenido pánico sin motivo?


 No, en absoluto  Bastante más que lo habitual
 No más que lo habitual  Mucho más que lo habitual
6. ¿Ha tenido la sensación de que todo se le viene encima?
 No, en absoluto  Bastante más que lo habitual
 No más que lo habitual  Mucho más que lo habitual
7. ¿Se ha notado nervioso y “a punto de explotar” constantemente?
 No, en absoluto  Bastante más que lo habitual
 No más que lo habitual  Mucho más que lo habitual

C.1. ¿Se las ha arreglado para mantenerse ocupado y activo?


 Más activo que lo habitual  Bastante menos que lo habitual
 Igual que lo habitual  Mucho menos que lo habitual
2. ¿Le cuesta más tiempo hacer las cosas?
 Menos tiempo que lo habitual  Más tiempo que lo habitual
 Igual que lo habitual  Mucho más tiempo que lo habitual
3. ¿Ha tenido la impresión, en conjunto, de que está haciendo las
cosas bien?
 Mejor que lo habitual  Peor que lo habitual
 Igual que lo habitual  Mucho peor que lo habitual
4. ¿Se ha sentido satisfecho con su manera de hacer las cosas?
 Mas satisfecho que lo habitual  Menos satisfecho que lo habitual
 Igual que lo habitual  Mucho menos satisfecho que lo habitual
5. ¿Ha sentido que está desempeñando un papel útil en la vida?
 Más útil que lo habitual  Menos útil que lo habitual
 Igual de útil que lo habitual  Mucho menos útil que lo habitual
6. ¿Se ha sentido capaz de tomar decisiones?
 Más que lo habitual  Menos que lo habitual
 Igual que lo habitual  Mucho menos que lo habitual
7. ¿Ha sido capaz de disfrutar de sus actividades normales de cada
día?
 Más que lo habitual  Menos que lo habitual
 Igual que lo habitual  Mucho menos que lo habitual
SALUD CULTURAL

1. La lectura

Hay un episodio de la vida de Jesús que subraya el


valor de la lectura en un contexto de salud: «Fue a
Nazaret, donde se había criado, y un sábado entró en la
sinagoga, como era su costumbre. Se levantó para
hacer la lectura, y le entregaron el libro del profeta
Isaías. Al desenrollarlo, encontró el lugar donde está
escrito: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por
cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los
pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los
cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a
los oprimidos, a pregonar el año del favor del Señor”»
(Lc 4,16-19).
Efectivamente, cuando se lee, una nueva realidad
aparece y la buena nueva se hace escuchar a los oídos
de los que están atentos. Además, cuando la lectura es
hecha por Jesús, los cautivos tienen la esperanza de ser
liberados, los ciegos de recuperar la vista, y todos de
experimentar la gracia del Señor.
Asimismo, llama la atención que entre las
recomendaciones de las Cartas Pastorales, destaque la
importancia de la lectura pública de las Escrituras:
«Entretanto que llego, ocúpate en la lectura de las
Escrituras, la exhortación y la enseñanza. No descuides
84 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

el don espiritual que está en ti, que te fue conferido por


medio de la profecía con la imposición de manos del
presbiterio. Reflexiona sobre estas cosas; dedícate a
ellas, para que tu aprovechamiento sea evidente a
todos. Ten cuidado de ti mismo y de la enseñanza;
persevera en estas cosas, porque haciéndolo asegurarás
la salvación tanto para ti mismo como para los que te
escuchan» (1 Tim 4,13-16).
Atendiendo a las palabras de San Pablo a Timoteo,
puede ser importante recordar que buena parte de la
vida de los sacerdotes y de las religiosas pasa por la
lectura pública de la Escritura. En cada celebración de
la Palabra y en cada Eucaristía se lee alguna parte del
Antiguo Testamento, del Nuevo Testamento, Salmos,
y siempre el Evangelio. Junto con esto, San Pablo
habla de cuidarse uno mismo y de enseñar a los
hermanos. Esto quiere decir que la lectura de la
Escritura tiene un doble efecto: enseñanza y salud.
Esto es importante para el tema que estamos tratando.
Y descubrimos que ya desde el Nuevo Testamento, el
cuidado de uno mismo está relacionado con la lectura y
la enseñanza.
Teniendo en cuenta la exhortación de San Pablo, una
pregunta interesante sería sobre la calidad de la lectura
de la Escritura que tienen sacerdotes y religiosas.
Probablemente aquí esté un área de oportunidad
importante para aprovechar y tratar de que desde los
periodos de formación la lectura de la Palabra de Dios
llegue a calar hondamente en el alma de seminaristas y
religiosas. Quizá, si se sigue la recomendación de San
Pablo, otra podría ser la situación con respecto al
bienestar personal. Habría que hacer la prueba y
SALUD CULTURAL 85

descubrir cómo una lectura de calidad, especialmente


una lectura orante de la Palabra de Dios, puede generar
un bienestar espiritual, físico, mental y emocional en
sacerdotes y religiosas.
A este respecto, es interesante cómo Pastores Dabo
Vobis acentúa el valor de la lectura:

«Elemento esencial de la formación espiritual es la


lectura meditada y orante de la Palabra de Dios (lectio
divina); es la escucha humilde y llena de amor que se
hace elocuente. En efecto, a la luz y con la fuerza de la
Palabra de Dios es como puede descubrirse,
comprenderse, amarse y seguirse la propia vocación; y
también cumplirse la propia misión, hasta tal punto que
toda la existencia encuentra su significado unitario y
radical en ser el fin de la Palabra de Dios que llama al
hombre, y el principio de la palabra del hombre que
responde a Dios. La familiaridad con la Palabra de Dios
facilitará el itinerario de la conversión, no solamente en
el sentido de apartarse del mal para adherirse al bien,
sino también en el sentido de alimentar en el corazón
los pensamientos de Dios, de forma que la fe, como
respuesta a la Palabra, se convierta en el nuevo criterio
de juicio» (n. 47).

Aquí hay tres aspectos dignos de destacar en el tema


de la salud. El primero es que la lectura de la Palabra
de Dios hace descubrir, comprender, amar y seguir la
propia vocación. El segundo es que con la lectura la
existencia encuentra un sentido unitario y radical. Y el
tercero es que se alimentan en el corazón los
pensamientos de Dios. Cada uno de estos elementos,
están muy relacionados con la salud. No sería extraño
86 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

que quien no descubra, comprenda, ame y siga su


vocación, tampoco cuide de su cuerpo y de su alma. Lo
mismo pasa con quien no logra tener una existencia en
la que se haga presente la unidad. Vivir continuamente
en dispersión y fragmentariedad no genera
normalmente personas saludables. Y finalmente, sin
lugar a dudas, mucha de la calidad de vida depende del
alimento del corazón. Basta pensar en tantas cosas que
experimenta el corazón para darse cuenta del peligro
de alimentarlo solo de enojos, corajes, rencores, falta
de perdón, críticas, y todo tipo de insatisfacciones.
Todo esto no alimenta el corazón, lo daña. En cambio,
la lectura de la Palabra de Dios alimenta el corazón
con pensamientos de Dios y esos no pueden ser sino de
salvación, perdón, y paz.
Indudablemente que otro tipo de lecturas, además de
la Palabra de Dios, también tienen grandes cuotas de
salud. Por ejemplo, en Inglaterra se está llevando una
iniciativa denominada Reading Well, se trata de leer
libros recomendados a diversos tipos de personas y de
diferentes edades para que mejoren en la comprensión
y manejo de su salud y bienestar. Entre los títulos se
incluyen novelas, poesía y ciencia ficción. Los motivos
para llevar a cabo esto son los beneficios que la lectura
produce, pues entre los testimonios, especialmente de
personas cuya salud mental no es tan buena, o
conviven con personas con mayores dificultades de
salud, a través de este programa, han encontrado
mejores condiciones de vida y de convivencia 52.

52
Cf. «University of Westminster Evaluation of Reading Well for Young
People». [Consultado 10.01.18]
SALUD CULTURAL 87

Otro testimonio muy importante para motivar a la


lectura como experiencia de salud lo ofrece uno de los
críticos literarios más reconocidos en el mundo, Harold
Bloom, quien narra su experiencia:

«No hay una sola manera de leer bien, aunque hay una
razón primordial por la cual debemos leer. A la
información tenemos acceso ilimitado; ¿dónde
encontraremos la sabiduría? Si uno es afortunado se
topará con un profesor particular que lo ayude; pero al
cabo está solo y debe seguir adelante sin más
mediaciones. Leer bien es uno de los mayores placeres
que puede proporcionar la soledad, porque, al menos en
mi experiencia, es el placer más curativo. Lo devuelve a
uno a la otredad, sea la de uno mismo, la de los amigos o
la de quienes pueden llegar a serlo. La lectura
imaginativa es encuentro con lo otro, y por eso alivia la
soledad. Leemos no sólo porque nos es imposible
conocer bastante gente, sino porque la amistad es
vulnerable y puede menguar o desaparecer, vencida por
el espacio, el tiempo, la comprensión imperfecta y todas
las aflicciones de la vida familiar y pasional».

Harold Bloom centra su atención en los beneficios


de la lectura sobre todo en relación con la soledad,
pero se podrían enumerar otros más. Quizá no se trata
sólo de aliviar la soledad, sino de encontrarse más con
uno mismo precisamente en esa soledad. Y a partir de
allí, leer sería como una manera de vivir
fructuosamente la soledad y generar nuevos ojos para
ver el mundo, al hombre, y a Dios. La lectura ensancha
los horizontes y transforma poco a poco al lector. La
persona que lee, amplía sus perspectivas, y es capaz de
88 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

enfrentar de maneras siempre nuevas los retos que el


mundo le va presentando. Sacerdotes y religiosas, por
vocación, y por formación, están llamados a hacer de
la lectura una actitud de vida, y una respuesta generosa
a la llamada de Dios.

2. La música

Una buena parte de los sacerdotes y religiosas desde


los periodos de formación inicial saben cantar y tocar
algún instrumento, y otra parte, adquiere la habilidad
los estudios posteriores y la práctica cotidiana.
Parecería una actividad más entre las demás, pero la
música, en cuanto arte, favorece la salud cultural de las
personas. Sacerdotes y religiosas que cantan,
manifiestan la alegría, sacerdotes y religiosas que
escuchan música, revitalizan su corazón.
Desde la antigüedad, la música ha sido un factor
importante para el bienestar de las personas. En el
Antiguo Testamento, tenemos el caso del rey Saúl,
atormentado por un mal espíritu. Sin embargo, gracias
a David, que tomaba el arpa y la tocaba, Saúl se
calmaba y recobraba la salud (1 Sam 16,23).
En la cultura griega hay algunos mitos sobre el
origen de la música que también ponen de relieve sus
efectos curativos. José Luis Espinar pone de relieve a
algunos 53. Se narra que Anfión, hijo de Zeus y
Antíope, recibió de Apolo en su nacimiento el regalo
de una lira, con la que adquirió tal maestría que,

53
Cf. J. L. ESPINAR OJEDA, «Una aproximación a la música Antigua griega»,
142-144.
SALUD CULTURAL 89

cuando levantaba las murallas de Tebas con su


hermano gemelo Zeto, mientras éste arrastraba las
piedras con su gran fuerza, Anfión las transportaba
haciéndolas flotar con la poderosa magia de su música.
Otro mito cuenta que Orfeo, hijo de Eagro, rey de
Tracia, y de Calíope, musa de la poesía lírica, recibió
de parte de su Apolo una lira. En este caso, fue su
madre y sus hermanas, las demás musas, quienes le
enseñaron a tocar. Fue tal la habilidad de Orfeo, que su
música hechizaba por igual a dioses y humanos,
amansaba a las fieras e incluso hacía que árboles,
plantas y rocas se movieran de sus lugares acercándose
a él para oír mejor los sones de su lira.
Lo que es importante para el tema de la salud es que
cuando una serpiente mordió a su esposa Eurídice,
causándole la muerte, Orfeo intentó lo imposible: bajar
a los infiernos en busca de su amada. Por fin logró
entrar por las puertas del inframundo amansando con
su lira a Cerbero, el monstruoso perro de tres cabezas
que custodiaba la entrada. Y cuando Hades, el dios de
los infiernos, se negó a devolverle a Eurídice, Orfeo
tocó una melodía tan encantadora, que obtuvo como
recompensa la liberación de Eurídice, aconteciendo
así, prácticamente una resurrección.
Entre los filósofos, destaca a Platón, quien pensaba
que la música, no solo influía en el alma y el carácter
de los hombres, sino que también lo hacía en sus
cuerpos 54. Cantar o escuchar música, era una terapia
que devolvía el equilibrio a la mente y al cuerpo. Y en
este sentido, se empleaba música estimulante para que

54
Cf. Ibid., 155.
90 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

se activaran los aletargados, autistas y débiles, y en


cambio, música suave para calmar a los nerviosos,
hiperactivos y coléricos. Y en el caso de la educación,
se proponían música y ritmos equilibrados con la
finalidad de que los alumnos alcanzaran moderación.
Benedicto XVI hace una reflexión sobre la música
que merece la pena ser citada:

«¿Qué es en realidad la música?, ¿de dónde viene y a


qué atiende? Pienso que se pueden localizar tres
‘lugares’ de los cuales proviene la música. Una primera
es la experiencia del amor. Cuando los hombres fueron
atrapados por el amor, se dio en ellos otra dimensión del
ser, una nueva grandeza y amplitud de la realidad. Y ella
empuja también a expresarse de un modo nuevo. La
poesía, el canto y la música en general nacieron de este
ser ‘tocados’, de este quedar afectados por una nueva
dimensión de la vida. Un segundo origen de la música es
la experiencia de la tristeza, el ser tocados por la muerte,
por el dolor y por los abismos de la existencia. También
en este caso se producen, en dirección opuesta, nuevas
dimensiones de la realidad que no pueden encontrar
respuesta sólo en los discursos.

El tercer lugar del origen de la música es el encuentro


con el divino, que desde el inicio es parte de lo que
define al humano. La mayor razón es que aquí está
presente totalmente el otro y totalmente lo grande que
suscita en el hombre nuevos modos de expresarse.
Quizás sea posible afirmar que en realidad también en
los otros dos ambientes –el amor y la muerte– el
misterio divino nos toca y, en este sentido, es el ser
tocados por Dios lo que en conjunto constituyen el
origen de la música. Encuentro conmovedor observar
SALUD CULTURAL 91

cómo, por ejemplo, en los salmos a los hombres no les


basta sólo con el canto y se apela a todos los
instrumentos: la música escondida de la creación se
despierta, su lenguaje misterioso. Con el Salterio, en el
cual obran también los dos motivos del amor y de la
muerte, nos encontramos directamente con el origen de
la música de la Iglesia de Dios. Se puede decir que la
calidad de la música depende de la pureza y de la
grandeza del encuentro con el divino, con la experiencia
del amor y del dolor. Cuanto más pura y verdadera es
esta experiencia, tanto más pura y grande será también
la música que de ella nace y se desarrolla» 55.

3. La Creatividad

Por último, presentamos como una realidad


importante a tener en cuenta para una mayor salud
cultural, a la creatividad. Sacerdotes y religiosas, según
estudios, también gozan de mejor salud cuando son
creativos. En general, la creación artística se considera
como un hacer saludable, ya que pone en juego los
recursos, las capacidades y los deseos de una
persona 56. Esto ya es muy positivo. En la creatividad,
sacerdotes y religiosas tienen la oportunidad de poner
en juego las capacidades que Dios les dio o las que han
adquirido con destreza a lo largo de la vida.
Pero hay otro aspecto no menos importante, con la
creatividad, la persona es capaz de convertir y
55
Cf. Discurso de Benedicto XVI sobre la música sacra en la liturgia
www.fondazioneratzinger.va [Consultado 12.01.2018].
56
Cf. M DEL RÍO DIÉGUEZ, Creación Artística y Enfermedad Mental.
Memoria para optar al Grado de Doctor. Madrid 2006, 105.
92 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

convertirse. Puede convertir materiales, objetos, ideas,


etc, para acometer un proyecto de cualquier tipo, pero
especialmente, en el caso de sacerdotes y religiosas, un
proyecto evangelizador. Se trata de ir más allá (pro-
yectar), de argumentar el movimiento y la
transformación. En este sentido, la creatividad está
muy relacionada con la conversión pastoral. Si se trata
de cambiar esquemas, de revitalizar las estructuras que
se tienen, entonces se necesita creatividad. Idear
nuevas formas para evangelizar, discernir diversas
circunstancias en vistas a la celebración de los
sacramentos, elegir la mejor opción pastoral, dar el
ayudar a madurar a los fieles en su fe y en sus
decisiones, será siempre un reto. Y que mejor, si
haciendo esto, traerá como consecuencia una mayor
salud cultural, y por supuesto, física, espiritual, mental
y emocional.
CASAS DE SALUD INTEGRAL

En esta parte vamos a presentar la riqueza


inestimable que ofrecen las casas para sacerdotes y
religiosas en relación con la salud integral. Cada día
son más las Casas que se van acondicionando o
construyendo con esta finalidad. Veremos un texto de
San Pablo donde aparecen algunas características que
ayudarán a comprender la labor de estas casas.
También se expondrán algunos testimonios de casas
sacerdotales y de religiosas con un acento en los de
mayor edad, pero que deberían ampliar sus objetivos a
todo el presbiterio y las religiosas. Por último, se
tendrán en cuenta algunos aspectos relacionados con
una calidad de vida en momentos de necesidad.

1. La casa de Onesíforo

Hay un texto muy interesante en la Segunda Carta


de San Pablo a Timoteo que vale la pena traer a
colación para ilustrar, desde el punto de vista bíblico,
lo que podría significar una casa de salud integral:

«Conceda el Señor misericordia a la casa de Onesíforo,


porque muchas veces me dio refrigerio y no se
avergonzó de mis cadenas, antes bien, cuando estuvo en
Roma, me buscó con afán y me halló; que el Señor le
94 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

conceda hallar misericordia del Señor en aquel día.


Además, los servicios que prestó en Éfeso, tú lo sabes
mejor» (2 Tim 1,16-18).

San Pablo habla de una casa donde muchas veces


recibió refrigerio. Esta palabra en el griego es avnayu,cw,
solo aparece aquí, y tiene una relevancia especial
porque implica todo lo relacionado con revitalizar,
revivir, y encontrar una nueva forma de estar
psicológicamente. Esto es lo que se pediría de una casa
de salud integral: dar refrigerio para revitalizar a los
sacerdotes y religiosas.
Otra característica que señala San Pablo de la casa
de Onesíforo es que no se avergonzó de sus cadenas.
Claramente se trata aquí de la prisión de Pablo. Pero
teniendo en cuenta la interpretación de salud que
estamos realizando, la situación de Pablo en cadenas,
podría representar todas las situaciones que encadenan
a sacerdotes y religiosas. Situaciones que no los dejan
ser libres, que los aprisionan, que no les permiten
moverse con facilidad. Pablo dice que Onesíforo no se
avergonzó de él. Esto es muy importante, las casas de
salud han de ser precisamente los espacios donde no se
sientan avergonzados los sacerdotes y religiosas.
Deben ser más bien lugares de encuentro para ver esas
cadenas, para hacer la lucha de liberarse de ellas, para
revivir, en definitiva, con nuevos bríos, y seguir
adelante con el ministerio sacerdotal y la vida
religiosa.
También llama la atención en este texto de San
Pablo que Onesíforo no se quedó esperando a Pablo a
ver si algún día pasaba por su casa para recibir
CASAS DE SALUD INTEGRAL 95

refrigerio, sino que fue a buscarlo con afán y lo


encontró. Ese buscarlo con afán se expresa con un
adverbio griego spoudai,wj, que aparece en otros tres
textos del Nuevo Testamento e intensifica la acción
que se realiza: «Cuando ellos llegaron a Jesús, le
rogaron con insistencia, diciendo: El centurión es
digno de que le concedas esto» (Lc 7,4); «Así que lo
he enviado (a Epafrodito) con mayor solicitud, para
que al verlo de nuevo, os regocijéis y yo esté más
tranquilo en cuanto a vosotros» (Fil 2,28); «Encamina
con diligencia a Zenas, intérprete de la ley, y a Apolos,
para que nada les falte» (Tit 3,13).
Las diferentes acepciones del adverbio ayudan a
configurar la imagen de una casa de salud integral. Así
como Onesíforo buscó con afán a Pablo, es necesario
buscar a los sacerdotes y religiosas que necesiten de
ayuda. A veces es difícil recibir con gusto la visita de
alguien del que desconfiamos. Pero en el caso de los
colaboradores de una casa de salud integral, no debería
haber ningún juicio negativo del hermano o hermana.
Por eso los Obispos y superiores tienen que estar muy
atentos para ver a quienes encargan velar por la salud
de sus hermanos. Sobre todo que sean personas con
gran espiritualidad, comunidad, y sentido fraternal que
ayuden, y no se queden solamente con juicios
negativos y críticos, sin ofrecer soluciones.
Ciertamente se puede juzgar lo negativo de la situación
para prevenir o remediar lo más pronto posible lo que
se está viviendo, pero lo más importante es buscar una
y otra vez diligentemente al hermano hasta
encontrarlo, e intentar una y otra vez cómo se le podría
hacer para salir adelante. Onesíforo da un ejemplo muy
96 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

grande de apoyo al hermano o hermana que está en


situación difícil, buscó a Pablo con afán cuando estaba
en cadenas.
Finalmente, todos los que hagan esta labor como la
de Onesíforo, hallarán misericordia de parte del Señor
en aquel día. Esto es grandioso, servir a los hermanos y
hermanas y obtener de eso la misericordia del Señor.
Sacerdotes y religiosas, por vocación, están al servicio
de los demás, pero especialmente de sus hermanos en
ministerio y vocación. Muchas veces se establece una
fraternidad grande desde el período de formación y eso
ayuda en los años siguientes, pero si fuera difícil llegar
a un grado de fraternidad satisfactorio, eso no debe ser
impedimento para colaborar con los demás en un
proyecto de salud integral. La Casa del Clero y de las
Religiosas deberá ser una realidad ante todo de
comunión y de ayuda mutua, para poder recibir un
premio siempre grande e inmerecido: la misericordia
del Señor.

2. Las casas sacerdotales y de religiosas

2.1 La preocupación de la Iglesia

A lo largo de la historia de la Iglesia, ha existido una


preocupación por atender la salud de sacerdotes y
religiosas. Siempre, de alguna u otra forma, se ha
intentado educar para la salud. Sin embargo, por la
propia condición humana, el descuido personal o
institucional y otras circunstancias, llega la
enfermedad. De ahí que se perciba como necesario un
CASAS DE SALUD INTEGRAL 97

lugar donde puedan atenderse las diversas dolencias


físicas, espirituales y psicológicas de los sacerdotes y
religiosas.
De antemano, un punto de partida muy importante
es que la persona acepte que necesita de un espacio
donde pueda educarse para la salud, sanar su
enfermedad si así lo requiere, y vivir sacerdotal y
religiosamente este momento de su vida. No es
necesario que se trate de sacerdotes y religiosas
ancianos y enfermos. Muchos ancianos podrían estar
mejor físicamente y espiritualmente que otros de
menor edad. Si se pregunta por un espacio saludable
para sacerdotes y religiosas no hay que pensar
inmediatamente que es para los mayores. Ciertamente
ellos pueden necesitar de este lugar, pero no hay que
olvidar que la función de estos espacios va más allá de
la atención a los mayores. En realidad, han de ser
centros de atracción para que todos, sacerdotes y
religiosas, gocen de un tiempo para vivir
saludablemente. Todavía más, en el caso de sacerdotes
y religiosas, la enfermedad debería de ser una
oportunidad para hacer examen de conciencia y
descubrir efectivamente qué se puede estar revelando
no sólo de su situación física, sino también emocional,
psicológica y teológica.
Es un hecho que necesitamos educación para la
salud. Entre sacerdotes y religiosas es que común que
si se posee un fuerte umbral del dolor, se acepte la
enfermedad, se sufra, pero no se haga nada por
remediarla, simplemente se aguanta. En muchos casos
también es común que se tomen medicamentos al por
mayor y se busquen recetas aquí y allá, sin recibir la
98 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

atención de un especialista. Asimismo, también hay


bastantes ocasiones en que se sabe por qué se está
enfermo, se descubre qué se está haciendo mal, pero no
se corrige, se come lo que no hace daño, se hace lo que
no se debe hacer, y se deja de hacer lo que se debería
de hacer. En cierta forma, sería tolerable esto si, por lo
menos, sucediera por falta de voluntad, pero lo malo es
que muchas veces se hace conscientemente, casi como
decisión ya fija que no se puede cambiar,
desgraciadamente a veces por motivos espirituales de
mortificación, estilos de formación, o de plano mala
voluntad para no arreglar los espacios y lugares donde
sacerdotes y religiosas se encuentran o las casas que
habitan.
La necesidad de un espacio saludable en que
pudieran habitar sacerdotes y religiosas fue una
preocupación de los santos. Ya Santa Teresa de Jesús
tenía pendiente de sus religiosas que estaban enfermas
por la humedad de la casa, como muestra la carta
escrita al ilustrísimo señor don Teutonio de Braganza,
arzobispo que fue de Ébora, en Salamanca:

«Yo tengo ahora alguna salud, para como he estado;


que a saberme quejar tan bien como V. S. no tuviera en
nada sus penas. Fue extremo los dos meses de gran mal
que tuve; y era de suerte, que redundaba en lo interior,
para tenerme como una cosa sin ser. Desto interior ya
estoy buena; de lo exterior, con los males ordinarios
bien regalada de V. S. Nuestro Señor se lo pague, que
ha habido para mí, y otras enfermas, que lo vinieron
harto algunas de Pastrana, porque la casa era muy
CASAS DE SALUD INTEGRAL 99

húmeda. Mejores están: son muy buenas almas, que


gustaría V. S. de tratarlas, en especial la priora»57.

Este desvelo de Santa Teresa por mejores espacios


para que las hermanas no se enfermaran o las enfermas
sanasen también ha sido una preocupación de la Iglesia
a lo largo de los siglos. Parroquias, comunidades y
monasterios han buscado la manera de atender a
sacerdotes, religiosas y religiosos enfermos, unas veces
facilitando condiciones de espacio y tiempo para la
recuperación, y otras tantas evitando contagios con
cierta separación de las personas para que no se
generara mayor enfermedad en la comunidad. Ejemplo
claro de ello fue la creación de las enfermerías:

«En el plano de la abadía de Sankt Gallen, fechado en


la primera mitad del siglo IX, se detalla la lista de
estancias que componen la enfermería monástica, a
saber: un claustro propio, una capilla, una sala de
enfermos, una estancia destinada específicamente a los
enfermos más graves, un refectorio, un calefactorio,
unas letrinas, la vivienda del enfermero, una
dependencia de funcionalidad dudosa (camera), una
sala dedicada a la toma de baños, una cocina, una
construcción destinada a la práctica de la flebotomía, la
vivienda del médico y un jardín de plantas medicinales.
A esta serie de posibles dependencias integrantes de la
enfermería cabe añadir el pasaje cubierto que, a
menudo, unía el pabellón claustral capitular con el
recinto de la enfermería; y las salas de muertos, donde
eran lavados los cadáveres de los monjes fallecidos
antes de proceder a su enterramiento. Sin embargo, hay

57
SANTA TERESA, Carta II, en: Obras de Santa Teresa, III.
100 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

que recalcar que el de Sankt Gallen es un plano ideal,


que con seguridad jamás se llevó íntegramente a efecto,
de manera fiel. En la práctica, las enfermerías
plenomedievales de las que se han conservado vestigios
no suelen presentar un número tan elevado de estancias,
conformándose por norma general con las
imprescindibles: sala de enfermos, capilla, refectorio,
cocina, letrinas, en ocasiones claustro y vivienda para el
enfermero. Sirva como ejemplo el solar hispano, en el
que han sobrevivido pocos restos materiales de
enfermerías monásticas medievales»58.

Además de gozar con espacios para su recuperación,


un aspecto a subrayar es que, sacerdotes y religiosas,
no estaban totalmente ausentes de las actividades de la
comunidad. Especialmente en la liturgia, los enfermos
experimentaban que la última palabra en lo relativo a
la salud, estaba únicamente en manos de Dios:

«Por otra parte, conviene resaltar el hecho de que, a


pesar de que los usuarios de la enfermería se veían
dispensados de sus obligaciones relacionadas con el
trabajo material, en ningún caso estaban exentos del
seguimiento de la liturgia comunitaria. No en vano,
para la mentalidad medieval no podía existir ningún
remedio curativo de mayor infalibilidad que los oficios
litúrgicos, dado que –aunque durante la Edad Media no
fue en absoluto obviado el poder de la medicina– en el
fondo del pensamiento cristiano yacía la idea de que la
última palabra en lo relativo a la salud estaba
únicamente en manos de Dios. En el mundo

58
P. ABELLA VILLAR, «Las enfermerías monásticas: espacios comunitarios
de curación en la plena edad media», 143.
CASAS DE SALUD INTEGRAL 101

cluniacense, el Liber tramitis aevi Odilonis establece


que tanto los enfermos capaces de desplazarse por sí
mismos como aquellos otros que precisen de ayuda para
hacerlo deben asistir a los oficios en la capilla de la
enfermería; en cuanto a aquellos malatos que de ningún
modo puedan moverse de su lecho, dos monjes sanos
deben acudir a la sala de enfermos terminados los
oficios nocturnos para recitarlos de nuevo para ellos.
Aunque el Consuetudines aevi sancti Hugonis también
erige la capilla de la enfermería de Cluny como el lugar
primordial de culto de los monjes enfermos, establece
asimismo que aquéllos de éstos que disfruten de
movilidad se desplacen hasta la iglesia abacial para
participar en determinados oficios divinos.

Ya en ámbito cisterciense, los Ecclesiastica officia


indican que los monjes cuya salud se lo permita pueden
acudir a la iglesia abacial para la celebración de los
oficios, donde deben situarse en su propio coro (in
ordine suo in choro), esto es, en el coro de los
enfermos; por su parte, los malatos que no puedan
caminar celebrarán los oficios en el propio recinto de la
enfermería. También los minuti cistercienses debían
repartir su asistencia a los oficios entre la iglesia
abacial, donde estaban presentes durante la mayor parte
de las horas litúrgicas, y la capilla de la enfermería,
donde acudían a la celebración de vigilias. Así pues, los
enfermos cistercienses que disfrutaban de buena
movilidad se desplazaban por norma general hasta la
iglesia abacial para asistir allí a los oficios; y quienes
tenían movilidad reducida, por el contrario, solían
celebrar los oficios en la capilla de la enfermería.

En cuanto a los monjes ancianos y aquejados de


enfermedades crónicas, residentes permanentes de la
102 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

enfermería monástica pero no atacados por dolencias


perentorias, parece ser que debían asistir a los oficios
litúrgicos en la iglesia abacial y no hacer uso de la
capilla de la enfermería (así como acudir a las reuniones
capitulares en la sala capitular y a las comidas
comunitarias en el refectorio junto al resto de la
comunidad), tal y como especifica el costumbrario de la
canónica agustiniana de Benevívere. Finalmente,
quienes de ningún modo podían levantarse de su cama
en la sala de enfermos podían disfrutar allí mismo de
las propiedades curativas de la liturgia gracias al
empleo de altares portátiles» 59.

Además de la participación en la liturgia, los


enfermos recibían algunas visitas que favorecían su
recuperación física y espiritual:

«En el contexto cluniacense, la visita a los enfermos era


permitida tanto a los monjes de la propia comunidad,
hermanos del monje malato, quienes para poder rendirla
tenían que obtener el permiso expreso del prior, tal y
como se detalla en el Liber tramitis aevi Odilonis
(primera mitad del siglo XI); como a aquellos amigos o
parientes laicos del monje convaleciente, según recogen
las Constitutiones Hirsaugienses seu Gengenbacenses
compiladas a finales del siglo XI por el abad del
monasterio de Hirsau Wilhelm. Un ejemplo de la
primera modalidad de visita puede ser encontrado, ahora
en el marco cisterciense, en el caso de Guillaume de
Saint-Thierry –instigador de la redacción de la famosa
Apologia ad Guillelmum abbatem–, quien no solamente
fue visitado, sino también atendido en 1148 en su lecho
59
P. ABELLA VILLAR, «Las enfermerías monásticas: espacios comunitarios
de curación en la plena edad media», 141.
CASAS DE SALUD INTEGRAL 103

de muerte en la abadía Bernarda de Signy por un


miembro de la comunidad con quien tenía una profunda
relación de amistad (quidam frater amicus eius
precipuus). Tras estas visitas, y de forma muy particular
tras las visitas de los laicos, subyacía la noción de que el
aspecto emotivo y sentimental que implica el contacto
con los seres queridos desempeñaba un papel terapéutico
beneficioso para la salud de los enfermos. Por otro lado,
volviendo al escenario cluniacense, hay que subrayar
que este tipo de visitas individuales y voluntarias se
transformaban en el momento de la defunción de un
monje enfermo en una visita colectiva y ritualizada
llevada a cabo por el conjunto de la comunidad
monástica, puesto que ninguno de sus miembros debía
encontrarse solo ante las puertas de la muerte, de suerte
que el moribundo pudiera “affrontare il trapasso
carezzato dal conforto della comunità”. Disposiciones
del mismo tipo fueron asimismo previstas en el ámbito
cisterciense, siendo recogidas en los Ecclesiastica
officia»60.

2.2 Algunas propuestas de actualidad

Los testimonios sobre la atención a los enfermos en


las enfermerías de los siglos pasados, suscitan una
cuestión apremiante hoy en día para saber cuáles son
los lugares más adecuados para seguir atendiendo a
sacerdotes y religiosas ancianos y enfermos, así como
ofrecer un espacio al presbiterio y a las religiosas para
continuar su formación permanente. Además,

60
P. ABELLA VILLAR, «Las enfermerías monásticas: espacios comunitarios
de curación en la plena edad media», 134.
104 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

vinculadas a esta situación, están también las


problemáticas relacionadas con la calidad de vida que
se puede ofrecer a estas personas y a otras más que por
diversas circunstancias necesitan de la ayuda de los
demás y de un espacio confortable para continuar
viviendo su ministerio sacerdotal o vida religiosa.
A este propósito, el Directorio para el Ministerio y
la Vida de los Presbíteros, señala:

«Es deseable, donde sea posible, erigir una «Casa del


Clero» que podría constituir lugar de encuentro para
tener los citados encuentros de formación, y de
referencia para otras muchas circunstancias. Esta casa
debería ofrecer todas aquellas estructuras organizativas
que puedan hacerla confortable y atrayente. Allí donde
aún no existiese ese centro y las necesidades lo
sugirieran, es aconsejable crear, a nivel nacional o
regional, estructuras adaptadas para la recuperación
física, psíquica y espiritual de los sacerdotes con
especiales necesidades» (102).

La situación en México sobre la realidad de estas


casas y cómo van avanzando todavía es muy dispar y
las experiencias son diversas. Coincidimos en que son
necesarios estos espacios, pero en la organización de
las casas y la atención económica a los sacerdotes
ancianos hay bastantes opiniones. Alguna idea
podemos obtener gracias a informaciones aparecidas
en los diferentes medios y en coloquios tenidos entre
sacerdotes durante las reuniones de la Dimensión
Episcopal del Clero (tener en cuenta la información
con las debidas reservas):
CASAS DE SALUD INTEGRAL 105

2.2.1 Casa Sacerdotal de Durango

La casa abrió sus puertas el 10 de agosto del 2012.


De la fecha mencionada hasta el día de hoy la casa
sacerdotal ha albergado a varios sacerdotes a tiempo
completo; algunos de ellos ya fallecieron. Y también
han residido sacerdotes por algún tiempo
convaleciendo de algunas cirugías o problemas
médicos. Muchos han visitado la casa para hacer
oración, visitar a los sacerdotes y hacer reuniones de
Decanato. Asimismo, sacerdotes de otras Diócesis han
estado en la casa sacerdotal recibiendo las atenciones
por cuestiones de salud. Se cuenta con un patronato de
construcción de la casa. Está por iniciar la segunda
etapa de la construcción que comprende: comedor, sala
de rehabilitación y más villas.
Es un proyecto muy ambicioso pero muy necesario
para la Iglesia particular de Durango por la urgente
necesidad de los sacerdotes enfermos o ancianos, así
como de espacios idóneos para realizar las actividades
que exige la formación permanente.
Objetivo: Atender a las necesidades humanas y
espirituales de los sacerdotes adultos o enfermos,
brindando un acompañamiento integral, en vistas a su
promoción personal y sacerdotal (o en vistas a la
calidad de vida digna adulta).
Visión: Ofrecer un espacio realmente de vivencia
sacerdotal a todos los sacerdotes que han desgastado su
vida en el servicio pastoral de la Arquidiócesis de
Durango, en el que el Ordinario, el Presbiterio
(Consejo Presbiteral y comisión del clero) y los laicos,
reconociendo el gran don de los pastores enviados por
106 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, muestren su


agradecimiento y amor por sus sacerdotes.
Misión: Cuidar de cada uno de los sacerdotes
adultos y enfermos de nuestra Arquidiócesis a través
de un equipo especializado que les brinde la
posibilidad de una vida digna. La casa se encuentra a
un costado del Seminario Mayor 61.

2.2.2 Casa Sacerdotal de Guadalajara

La Casa Sacerdotal está edificada a la sombra de la


Concatedral de Santa María en la diócesis de Sigüenza
- Guadalajara. En la actualidad en la casa sacerdotal de
Guadalajara residen alrededor de 22 sacerdotes y 9
seglares familiares de estos sacerdotes, que han
dedicado sus vidas a cuidarles. El Sr. Obispo Don
Laureano Castán pidió a nuestra Madre María de Jesús
una Comunidad de Hermanas que se encargasen de
esta obra que, ya en sus comienzos, se adivinaba como
bella misión para vivir su Carisma. El apostolado que
se realiza principalmente en esta casa, desde
septiembre de 1971, es el cuidado de sacerdotes
ancianos y enfermos, y la atención a todas las labores
de la casa. Estos sacerdotes después de gastar su vida
por las almas, encuentran en esta casa, un nuevo hogar
donde se les brinda atenciones necesarias, junto a sus
compañeros de seminario y sacerdocio. Además se

61
Cf. Página Web Arquidiócesis de Durango [Consultado 13.12.2017].
CASAS DE SALUD INTEGRAL 107

cuida que puedan cumplir con su ministerio sacerdotal


todos los días 62.

2.2.3 Casa Sacerdotal de Aguascalientes

Como parte de uno de los cuatro compromisos


ministeriales de la Diócesis de Aguascalientes, se
llevará a cabo la bendición y colocación de la primera
piedra de lo que será la Casa Sacerdotal, que permitirá
dar albergue a los clérigos de edad avanzada y quienes
padecen enfermedades que requieren cuidados
especiales.
Así lo informó el presidente de la Comisión
Diocesana pro construcción de la Casa Sacerdotal,
Monseñor Ricardo Cuéllar Romo, quien destacó que
con este proyecto se pretende responder a necesidades
reales y sentidas por todos, sacerdotes y fieles; por lo
pronto son ocho los candidatos que podrían ser los
primeros en ocupar este lugar.
La realización de este proyecto, cuya construcción
iniciará en lo inmediato con nada de recursos pero con
el involucramiento de todas las instituciones y
personas con el principio de: “es mejor que muchos
den poco y no pocos, mucho”.
El proyecto se pretende esté construido totalmente
en un lapso de tres años, lo cual implicará mucho
esfuerzo, trabajo y organización, además del cuidadoso
empleo de los recursos que se obtengan de manera

62
Cf. Casa Sacerdotal Guadalajara. Testimonio de Instituto Religioso de
Derecho Pontificio Hijas de Santa María del Corazón de Jesús - 2016 ·
2017. [Consultado 13.12.2017].
108 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

paulatina. Contará con 15 pequeños departamentos


para los sacerdotes ancianos.
Se buscará que algunos espacios estén listos para ser
usados aún sin estar la construcción plena, sean
abiertos en cuanto sea posible y poner en operación
este proyecto que se inscribe entre las obras de caridad
que la Diócesis ha emprendido como expresión y
resonancia concreta del año de la misericordia.
Entre los compromisos emprendidos el año de la
misericordia están el Banco de Alimentos, la Facenda,
la Casa del Migrante y ahora la Casa Sacerdotal,
“confiamos en la providencia de Dios y en la
generosidad de todos los fieles para llevar a feliz
término todos estos proyectos”.
En rueda de prensa destacó que la intención es que
esta casa sea sustentable por sí misma, es decir, que se
autofinancie con una buena administración una vez que
quede totalmente construida.
La idea es que este espacio destinado principalmente
para los sacerdotes ancianos y enfermos también esté
abierta a grupos o movimientos que organicen retiros
espirituales, jornadas de reflexión o de estudio en las
áreas que no sean ocupadas por los padres, aunque
contará con espacios privados y exclusivos para ellos.
El ex Rector del Seminario Diocesano dio a conocer
que hace un año fue integrada la Comisión Diocesana
por seis sacerdotes y fue enriquecida con el
nombramiento de un patronato formado por siete
laicos, esto para ayudar a la realización del proyecto y
la mecánica para hacerse de los recursos necesarios
para ello.
CASAS DE SALUD INTEGRAL 109

En este tiempo se ha trabajado para conseguir el


terreno que al fin se tiene por el rumbo de la
comunidad de Montoro, consta de tres hectáreas; ya se
han hecho los proyectos arquitectónicos y ejecutivos,
de ahí que sus espacios serán austeros pero dignos de
ser ocupados por los sacerdotes ancianos y enfermos.
La Casa del Sacerdote contempla tres espacios como
es el destinado para la formación permanente, en
donde se realizarán ejercicios espirituales y retiros;
talleres y cursos de actualización pastoral; el de
atención a sacerdotes mayores que tendrá inicialmente
15 departamentos pequeños y se pretende lograr los 30
en un futuro, así como el área de recreación y
descanso»63.

2.2.4 Casas Sacerdotales Arquidiócesis de México

La Arquidiócesis de México abrió a partir de este


año (2017) las puertas de la Casa Sacerdotal Cardenal
Ernesto Corripio Ahumada. Así como las hermanas
Marta y María recibían a Jesús y a sus apóstoles
cuando las visitaban, brindándoles todo tipo de
atenciones y muestras de cariño, las religiosas de la
congregación Cooperadoras de Betania, están listas
para acoger en la nueva Casa Sacerdotal Cardenal
Ernesto Cardenal Corripio Ahumada a los presbíteros
jubilados, o que por alguna enfermedad requieren de
cuidados especiales.

63
Cf. Casa Sacerdotal. Aguascalientes. Informa Laura Elena Rivera
Manzanares de El Sol del Centro del 6 de junio de 2017. [Consultado
15.12.2017].
110 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

Este hogar abrió sus puertas a inicios del presente


año, como una respuesta a la preocupación del
cardenal Norberto Rivera Carrera por los sacerdotes
ancianos y enfermos de la Arquidiócesis de México,
explicó el diácono Antonio Ortega Pardo. Por
instrucciones de él se creó este proyecto y el Arzobispo
de México personalmente fue ayudando a su
construcción, apuntó.
La Casa Sacerdotal está ubicada en la calle
Guatemala Núm. 22, en el Centro Histórico, detrás de
la Catedral Metropolitana, y cuenta con 12
habitaciones individuales muy bien acondicionadas,
con bastante espacio y baño privado.
El diácono Ortega Pardo explicó que muchos
sacerdotes, cuando son mayores, se encuentran solos, y
esa es la preocupación del Sr. Cardenal. De ahí su
interés de que éste sea un lugar con todas las
condiciones necesarias para que los que vivan aquí
encuentren un hogar agradable, donde se les acoja y
cuide con esmero y cariño.
«En la Arquidiócesis de México hay muchos
sacerdotes que tienen necesidad de un lugar donde
vivir, especialmente cuando dejan de estar adscritos a
una parroquia, y esta casa es para los que son eméritos,
y aunque sean jóvenes, si están enfermos y necesitan
cuidados, la casa está abierta para ellos», agregó.
Explicó que el único requisito para recibir a los
presbíteros es que se encuentren en las condiciones ya
descritas y que el Obispo de la Vicaría a la que
pertenecen haga la solicitud correspondiente al Card.
Rivera Carrera.
CASAS DE SALUD INTEGRAL 111

«Siguiendo el ejemplo de Marta y María cuando


recibían a Jesús y a los apóstoles en su casa, en
Betania, así nosotras atendemos a los sacerdotes, nos
ocupamos de los quehaceres de la casa, de que tengan
su habitación limpia y ordenada, de prepararles sus
alimentos y lavarles su ropa», explicó la hermana
Hilda Ríos de la Cruz.
Junto a ella, otras hermanas también se ocupan de
administrar los medicamentos a los presbíteros
enfermos, y si es necesario les hacen curaciones, los
inyectan, toman muestras de glucosa, les preparan
dietas especiales, los acompañan a sus citas médicas y
también se ocupan de orar por su santificación y por
sus necesidades.
«Cuando llegamos a la casa, la meta para nosotras
era crear un ambiente familiar; al principio los padres
se sorprendían al vernos, algunos ni se conocían, pero
ahora la casa ya se ve como un hogar, los sacerdotes se
platican sus experiencias, se ayudan entre sí, bromean,
nos reímos, cantamos y hasta celebramos los
aniversarios», comentó la hermana Hilda.
«Las Religiosas Cooperadoras de Betania han
logrado darle un toque femenino que da alegría y
colorido a la casa, desde las plantas y flores que
adornan, hasta las frases que colocan en murales para
motivar la espiritualidad sacerdotal, es algo que sin
duda faltaba», compartió el P. Amado García, vicario
de la Catedral Metropolitana, quien es huésped en este
hogar.
Expresó que «es muy grato contar con personas tan
generosas y entregadas como ellas, que siempre tienen
el alimento puesto calientito en la mesa. En muchos
112 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

momentos nos consienten. Por todo esto, las hermanas


son una bendición de Dios. Gracias hermanas»64.
Además, bajo el lema Iglesia unida, Iglesia viva, un
grupo de laicos católicos mexicanos que buscan
agradecer a los sacerdotes su consagración a Dios
mediante la donación de su vida por la Iglesia han
formado la Fundación Ars, asumiendo que los laicos
tienen una importante responsabilidad frente al
ministerio sacerdotal.
En ese sentido, la Fundación Ars se encuentra
construyendo en la Ciudad de México, con el apoyo de
la Fundación IGMA para el Desarrollo Integral de la
Persona A.C., la Casa Sacerdotal San José para
sacerdotes ancianos, enfermos, retirados, solos.
Es un proyecto que incluye una sección de asilo y
otra recreativa para que los sacerdotes vayan ahí en sus
días libres y puedan cultivar la amistad y la
confraternidad con otros hermanos suyos.
¿Por qué Ars? Los miembros de la Fundación -una
Fundación ejemplar en más de un sentido- se han
inspirado en la figura y la concepción sacerdotal y de
Iglesia del cura de Ars, San Juan Bautista Maria
Vianney (1786-1859).
El cura de Ars era muy humilde, pero también
consciente de ser, como sacerdote, un inmenso don
para los feligreses de su parroquia y de toda la región
aledaña a Ars.
Él solía decir: «Un buen pastor, un pastor según el
Corazón de Dios, es el tesoro más grande que el buen

64
Cf. Arquidiócesis de México. Semanario desde la Fe. 8 de junio de 2014.
[Consultado 15.12.2017].
CASAS DE SALUD INTEGRAL 113

Dios puede conceder a una parroquia, y uno de los


dones más preciosos de la misericordia divina».
Justamente con ese objetivo está fundada la
iniciativa mexicana que también conlleva otro tipo de
acciones para garantizar una vejez cuidada y
agradecida a los sacerdotes ancianos.
Conservando la esencia de la misión sacerdotal y
laical exaltada por el cura de Ars, la Fundación que
lleva su nombre ha definido como misión devolver a
los sacerdotes, «hoy que nos necesitan», el apoyo que
ellos dieron a los laicos durante todo su caminar
sacramental, desde el bautismo hasta la extremaunción
de los moribundos, «apoyándolos primero que nada
con nuestro amor fraterno ayudándolos a cubrir sus
necesidades materiales y médicas y buscando renovar
el compromiso de los laicos con los ministros de la
Iglesia».
¿Qué servicios proporciona? La Fundación Ars da
atención personal a los sacerdotes ancianos: a través de
la oración; la asignación de voluntarios que visiten y
acompañen a los sacerdotes; la búsqueda (y encuentro)
de sacerdotes jóvenes o en condiciones para brindarles
apoyo espiritual y con becas para que asistan a
ejercicios espirituales y cursos de actualización.
Pero, también, da apoyo y atención en lo material
costeando los gastos médicos, las medicinas, consultas
médicas, aparatos de audición, sillas de ruedas
etcétera. Además, colecta despensa para los sacerdotes
necesitados y la mejora de sus viviendas y les
proporciona vestimenta y calzado.
La casa sacerdotal -en terrenos de la arquidiócesis
de la Ciudad de México- contará con 40 habitaciones,
114 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

una capilla, un área de cómputo, biblioteca, una sala de


entretenimiento, un área de ejercicio, así como el
comedor, y espacios propicios para que los sacerdotes
puedan tener lugar para la oración y meditación 65.

2.2.5 Casas Sacerdotales en Colombia

La situación del sacerdote anciano en Medellín es


preocupante. Una vez cumple 75 años, deja sus oficios
y sale a descansar, pero un buen número de ellos vive
su retiro en medio de la enfermedad, la pobreza y la
falta de cuidados.
Algunos asumieron el cargo de rectores en colegios,
otros fueron capellanes en instituciones y tuvieron la
oportunidad de devengar una jubilación digna. Sin
embargo, un amplio número de sacerdotes que
dedicaron toda su vida al trabajo pastoral en las
parroquias, no tienen beneficios en materia de
seguridad social y solo reciben 400 mil pesos (más o
menos 2658.20 pesos mexicanos) de la Iglesia
Católica, destinados para medicamentos o
tratamientos. Muchos se ven forzados a vivir con sus
familias y así atender sus necesidades. Más aún,
algunos religiosos que poseen recursos económicos, no
podrían vivir solos por sus dolencias físicas. Tampoco
cuentan con la ayuda de personas preocupadas por su
cuidado. Para solucionar este problema, la Parroquia
Santa María de los Ángeles auspicia desde hace 13
años el Hogar Sacerdotal Pedro Pablo Isaza, ubicado al

65
Cf. Arquidiócesis de México. Informa Jaime Septièn el 27 de abril de
2015. [Consultado 15.12.2017]
CASAS DE SALUD INTEGRAL 115

lado de la Transversal Inferior antes de San Lucas. Es


un lugar especializado en la atención de sacerdotes
ancianos y en la actualidad se encuentra en la segunda
etapa de ampliación.
«Las obras empezaron en marzo de 2006 y nos
sabemos la fecha de terminación, pues eso lo
determinan las donaciones y aportes de los feligreses»
explica Elías Lopera, párroco de Santa María de los
Ángeles. Calcula que la construcción, sin dotación de
muebles y accesorios, puede llegar a un presupuesto de
1.100 millones de pesos (aproximadamente 7 millones
de pesos mexicanos). La mayoría de los recursos son
aportados por los fieles de la parroquia y los vecinos
de San Lucas; la Iglesia también colabora con algunos
aportes.
La edificación tiene 1.300 metros cuadrados
construidos. Está diseñada para albergar 30 sacerdotes
que podrán disfrutar de una capilla de oración, una sala
de enfermería, 16 habitaciones dobles y 2 sencillas. No
obstante, la nueva obra no está pensada solo para el
cuidado de los religiosos; también incluye la
construcción de una biblioteca, en la que también
operará una sala de juegos de mesa y de música.
Además cuenta con balcones ideales para apreciar la
panorámica del sector del Campestre. Para facilitar la
movilidad de los nuevos huéspedes, los tres niveles de
la casa, no están comunicados por escaleras, sino por
un sistema de rampas. Con esta particularidad es más
fácil caminar o desplazarse en una silla de ruedas.
«Don Pedro Pablo Isaza, antes de morir, cedió su
finca para esta obra social… en esta vivienda antigua
recibimos al primer padre, ahora viven en ella las
116 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

religiosas que cuidan a los sacerdotes», comenta el


padre Elías Lopera. En este momento, 10 religiosos
son atendidos por las Hermanas Auxiliadoras de Cristo
Sacerdote, una comunidad especializada en amparar a
sacerdotes necesitados. En un principio, los servicios
en el Hogar comenzaron con el traslado a la finca del
padre Mario Morales en 1993. Unos meses después,
cuando Elías Lopera fue nombrado párroco, el
Arzobispo lo puso al frente del proyecto, con la
finalidad de sacarlo adelante. Hasta la fecha 13
hombres de fe han muerto en la antigua finca de los
Isaza que se fue quedando pequeña para recibir a los
beneficiados. Por eso se vieron en la necesidad de
realizar la primera ampliación hace 5 años, con 11
habitaciones, corredores y un patio central donde una
fuente relaja los sentidos, con el crepitar continuo del
agua.
Cómo transcurre la vida allí. Una de las premisas del
lugar radica en respetarle al sacerdote, su libertad y su
estado de ánimo. Se levantan temprano, desayunan y a
las 8:00 a.m., asisten a misa. Luego leen e
intercambian opiniones sobre las lecturas. También
aquellos que gozan de buenas condiciones físicas
hacen ejercicio. Almuerzan, rezan en la tarde, hay otra
eucaristía a las 5:00 p.m. y se acuestan temprano.
Algunos fines de semana, los transportan afuera de
Medellín, con la intención de hacer turismo en los
pueblos de Antioquia.
Los vecinos de San Lucas le tienen cariño a la obra.
Van a la misa de la mañana y de la tarde, conversan
con los sacerdotes sobre temas de vida y religión y
llevan donaciones en especie.
CASAS DE SALUD INTEGRAL 117

Los sacerdotes opinan: «Este es un sitio donde


recibimos amor y consideración, es el lugar perfecto
para vivir cuando la muerte se siente cercana, cuando
muy pronto el Señor nos llame a su presencia», afirma
monseñor Jesús Giraldo, al describir su ritmo de vida.
Cerca de su habitación, el padre Jaime Giraldo inicia
su caminata vespertina: «Mantenemos una relación de
respeto y oración entre los sacerdotes… las hermanas
nos ponen mucho cuidado y están atentas a nuestras
necesidades», reflexiona el sacerdote para luego
seguir, con su andar lento y contemplativo por los
rincones de la vieja finca66.

2.2.6 Casas Sacerdotales en España

Sergio Palazón, de la Diócesis de Cartagena,


describe así la casa sacerdotal: «muchos recuerdos
quedarán en mi memoria el día que deje el seminario.
Destaca uno entrañable y aleccionador: las visitas a
una residencia de tercera edad, en la que se alojan
varios sacerdotes mayores o enfermos. El inicio del
Año de la Misericordia me ha traído a la memoria estas
gustosas ocupaciones.
Este es mi sexto año en el seminario. Hace dos
meses que soy diácono, y mi tiempo se reparte ahora
entre el seminario (de lunes a viernes) y la parroquia
(el fin de semana). Todos los años, el rector del
seminario, al repartir los encargos pastorales a los
seminaristas, señala a algunos el cometido de acudir a

66
Cf. Diócesis de Medellín. Periódico Vivir en el Poblado. 29 de junio de
2007. [Consultado 16.12.2017].
118 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

esas residencias, y en particular el de interesarse por


los sacerdote presentes, acompañarles, atender diversos
servicios que necesitan, etc.
En mi segundo año me enviaron a una residencia de
ancianos llevada por religiosas. Solemos ir de dos en
dos, pero esa vez me tocó ir solo. Recuerdo que el
primer día, de pie, antes de entrar, me encomendé a la
Santísima Virgen. No sabía qué podría hacer allí, ni
cómo. Es siempre una suerte saber que el Señor está en
todo momento con nosotros, y con más razón si, como
en este caso, hay una capilla y un sagrario. Siempre
tenemos, en cada situación nueva, al menos una
Persona conocida y esto, para los que nos cuesta el
primer paso, es siempre motivo de confianza.
Me paseaba por la residencia, observaba, y me iba
dando a conocer a la gente. En alguna ocasión hicimos
una escapada a un santuario mariano para rezar juntos
el rosario o hacer una romería; en esos momentos,
pienso, es cuando estamos más fuertemente unidos.
Otra sorpresa fue encontrarme en la residencia con el
sacerdote, ahora ya fallecido, que celebró la boda de
mi hermana.
Ellos pasan por nuestra vida derramando la gracia de
Cristo, colmándonos con sus bendiciones, y llega un
momento en que, precisamente por ello, por haberse
entregado plenamente a Cristo, se han quedado solos…
¡Pero no! Dios está con ellos, y pregustan ya aquí la
felicidad eterna que les espera en el cielo, y se refleja
en sus rostros. Les hacemos un gran favor
acercándonos a ellos, compartiendo nuestro tiempo;
pero mucho mayor es el tesoro que tienen y pueden
dejarnos, si lo aprovechamos.
CASAS DE SALUD INTEGRAL 119

Algunos casos ejemplares. Hay un sacerdote


enfermo y prácticamente ciego, que lleva escritos más
de media docena de libros. Naturalmente necesita
ayudas; pero su limitación no disminuye un ápice su
interés por los libros y su espíritu emprendedor. Algún
otro sacerdote y algún seminarista le ayudamos lo que
podemos. Y quizá esa misma pasión le ha ayudado a
superar la situación temporal de decaimiento que tuvo
hace unos años, producida por sus enfermedades.
También residió allí un tiempo, hasta su
fallecimiento, un sacerdote con alma de artista. En su
periodo final se vio disminuido psíquicamente por una
dura enfermedad. Mientras fue consciente le atendimos
con todo el afecto posible, y también cuando dejó de
reconocer a las personas. Siempre he pensado que toda
la diócesis está en deuda con él por los esfuerzos
realizados para recuperar y restaurar imágenes antiguas
de valor.
Otros sacerdotes no tienen ningún distintivo
especial, aparte de haber dejado casi sesenta o setenta
años de su vida en el servicio pastoral de los fieles. No
es poco mérito. ¡Cuánta gente habrá llegado al cielo
gracias a los desvelos de buen pastor de estos
sacerdotes! Me parece que no es poca misericordia la
demostrada por ellos.
Pudiera pensarse que ya han hecho mucho por la
Iglesia y que, a su edad, ya no les queda más por hacer;
pero sería una equivocación. Estoy pensando en uno de
ellos, que todavía vive, y en cómo gasta las horas de su
tiempo rezando sin descanso. ¿Quién puede decir que
fueron más valiosas las horas que empleó en su labor
pastoral activa, que las oraciones que ahora suben al
120 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

cielo desde sus labios y desde su corazón? Y, aparte de


este caso concreto, ¡cuánto rezan todos ellos! En
especial por las vocaciones al sacerdocio y a la vida
consagrada.
Recientemente han operado de cáncer a un sacerdote
muy conocido. Una operación larga (once horas) y
complicada, que gracias a Dios ha salido bien. Después
de los primeros días de incertidumbre, se fue
recuperando progresivamente a pesar de su edad
avanzada. Lo cuento porque, durante su larga
convalecencia, estuvo presente una pariente próxima; a
la que no resultaba posible atender al sacerdote día y
noche, ella sola. Pero con buena voluntad y un poco de
sacrificio, todo se arregla. En este caso, apoyándose en
la realidad de una fraternidad sacerdotal vivida con
esmero.
Un grupo de sacerdotes amigos establecieron los
turnos necesarios para cuidar al enfermo, de modo que
estuviera siempre acompañado. No parecía fácil al
principio, dados los trabajos que cada uno lleva
adelante; pero con la gracia de Dios y ese “plus” de
sacrificio que digo, todo fue saliendo. Las enfermeras
del hospital estaban asombradas de la cantidad de
sacerdotes que pasaron por allí para cuidar al enfermo.
Me comentaba uno de ellos el gran bien interior que
produjo a su alma cuidar de ese hermano sacerdote; ver
su paciencia, su sentido sobrenatural, incluso su buen
humor humano, fue para él una lección inolvidable. Y
lo mismo experimentaron todos. Siempre enriquece
más dar que recibir 67.
67
Cf. Artículo de Revista Palabra del 27 de enero de 2016. [Consultado
16.12.2017].
CASAS DE SALUD INTEGRAL 121

En la Diócesis de Córdoba, hay una residencia para


sacerdotes ancianos y circunstanciales visitantes. La
Casa Sacerdotal Medina y Corella, hoy «San Juan de
Ávila» es la residencia de los sacerdotes ancianos que
se retiran, están enfermos o que circunstancialmente
tienen que residir en la ciudad.
Estas obras que se iniciaron allá por 1583 en el que
fuera el edificio del Seminario «San Pelagio» y luego
de sucesivas reformas y modificaciones, fue
reinaugurado como tal en el año 1977, por quien fuera
el Obispo de Córdoba Don José Antonio Infantes
Florido (1920/2005) un sacerdote doctor en Derecho
Civil y Derecho Canónico y que tuvo a su cargo
importantes obras dentro de la Diócesis. Mediante un
contrato que firmara con la Superiora de la
Congregación de las Hermanas Mercedarias en el año
1980, éstas se hicieron cargo de prestar los servicios de
higiene, comida y limpieza de la Residencia que consta
de dos plantas con enfermería, habitaciones, salones de
reunión, comedores, gimnasio, etc. y un sótano en el
que se llevan a cabo tareas de aseo, almacén y las
dependencias de la cocina utilizada para la preparación
de los alimentos de acuerdo a las necesidades médicas
de los que allí habitan 68.
En la Diócesis de Murcia, la casa sacerdotal, se
presenta como el proyecto de constituir una familia de
hermanos en la que se sientan a gusto los sacerdotes
que se acojan a ella. Pretendemos adecuarla y
organizarla de manera que sea un lugar de encuentro y
un cauce para compartir la vida, el trabajo, las
68
Cf. Diócesis de Córdoba. Nota aparecida en una página de turismo de la
ciudad. [Consultado 17.12.2017].
122 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

inquietudes y las experiencias. Esto puede – y debe-


constituir una enorme riqueza para la vida sacerdotal.
Guiados por el espíritu fraterno- esencial exigencia
evangélica- la Casa Sacerdotal pone su especial
atención y preocupación en la problemática de los
sacerdotes mayores, los enfermos, los que atraviesan
momentos de especial dificultad o de aislamiento.
Ojala seamos capaces de hacer verdad las palabras de
Jesús: «Venid, retirémonos a un lugar tranquilo y
descansad un poco» (Mc 6,31).
Nos gustaría poder encontrar, buscar y ofrecer ayuda
tanto espiritual como material a cualquier sacerdote
que la demande. La Casa Sacerdotal quiere ser lugar de
encuentro. Está gustosa y gozosamente abierta a todo
tipo de asambleas, reuniones, juntas etc… Acepta,
asimismo, toda corrección, advertencia o sugerencia
que pueda contribuir a mejorar el sincero deseo de
servir a los curas. Con salón comedor, al servicio de
todo sacerdote que lo desee. Con sala de estar para
sacerdotes en el que te puedes encontrar con
periódicos, revistas, información diaria, ilustraciones,
toda clase de información sobre la diócesis, últimas
novedades en libros y fuentes de nuestra cultura, etc.
Lugar de descanso y tertulia. Con salón de televisión,
donde los sacerdotes pueden disfrutar la retransmisión
de eventos importantes (Papa, Misas...), partidos de
fútbol, películas en DVD, y demás programas de
televisión 69.

69
Cf. Diócesis de Murcia. 2 de Diciembre de 2009. [Consultado 17.12.2017].
CASAS DE SALUD INTEGRAL 123

2.2.7 Casas para religiosas y religiosos

a) España

En el caso de la vida religiosa, Miguel Ángel Millán


Asín, Director del Programa de Atención a la Vida
Consagrada de la Fundación Hospital Residencia San
Camilo, en España, publicó en el 2015 el artículo que
presentamos a continuación:
«Los institutos religiosos en España tienen un gran
número de miembros en edades muy avanzadas y con
necesidad de algún tipo de cuidados. Se les suele
atender en un tipo de comunidades especialmente
preparadas para atenderles de la mejor manera posible
(que suelen llamar “enfermerías”). A la hora de
organizar este tipo de comunidades las congregaciones
se encuentran ante diversos dilemas y, de hecho, en la
práctica se han tomado decisiones muy distintas no
sólo entre congregaciones sino entre provincias
canónicas de la misma congregación. El esfuerzo
económico y humano que están dedicando a esta
situación es ingente. Pero el debate de fondo más
relevante gira en torno a dos modelos: a) el modelo de
envejecimiento que se tiene como referencia y b) el
modelo de atención que se aplica a la hora de gestionar
este tipo de comunidades de mayores.
No conocemos que haya estudios sociológicos
publicados –al menos en España- sobre el
envejecimiento en la vida religiosa y sobre los sistemas
de apoyo que tienen los religiosos ante situaciones de
enfermedad y dependencia.
124 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

El envejecimiento de los religiosos (usamos el


término refiriéndonos tanto a varones como a mujeres)
en España debiera preocupar a toda la sociedad. La
mayoría de ellos trabajan en el campo educativo,
sanitario o con colectivos socialmente vulnerables,
especialmente con los más marginados, con un
beneficio para la sociedad significativo. Y esto sin
restar importancia a la labor espiritual que desempeñan
los religiosos de vida contemplativa. Pero, a pesar de
todo su encomiable sacrificio personal, su
envejecimiento pone en riesgo la continuidad de
muchos de sus centros y servicios. Incluso la posible
desaparición de algunas de las congregaciones por falta
de revelo generacional.
En este contexto, adquiere una especial relevancia la
situación de los religiosos que se encuentran enfermos
o, más aún, en situación de dependencia. La
dependencia, aunque abarca todas las edades, incide
especialmente en la población mayor de 65 años. Lo
que, en el caso de los religiosos, considerando los
datos anteriores, significa que repercute en la vida de
las diferentes comunidades religiosas de modo
significativo.
No hay datos estadísticos públicos sobre el
porcentaje de religiosos que superan los 65 años ni
sobre su estado de salud. Según nuestros contactos con
gran número de Superiores/as Provinciales o
Generales, en la mayoría de las congregaciones los
religiosos mayores de 65 años suponen entre el 70% y
el 80% del total (al menos en España). En algunas
congregaciones sabemos que ese dato llega al 100%. Si
tenemos en cuenta que, según los datos del 2014, en
CASAS DE SALUD INTEGRAL 125

España hay aproximadamente 59.000 religiosos


(contando los misioneros), estimamos que puede haber
al menos 42.000 religiosos mayores de 65 años
(aplicando el dato del 70% para ser prudentes).
Según el Libro Blanco de la Dependencia, el 32% de
los mayores de 65 años poseen algún tipo de
discapacidad. Aplicado a la estimación anterior, esto
supondría un total de 13.440 religiosos con algún tipo
de discapacidad. Si nos centramos específicamente en
las situaciones de dependencia, el mismo Libro Blanco
afirma que un 19,6 % de los mayores de 65 años son
dependientes (no toda discapacidad implica
dependencia). En el caso de los religiosos, esto nos da
una cifra de 8.232 religiosos en situación de
dependencia para las actividades de la vida diaria. Así
pues, estaríamos hablando de que puede haber en
España entre 8.232 y 13.440 religiosos necesitados de
algún tipo de cuidados.
En general, conforme han ido aumentando los casos
de demencias y trastornos de conducta, así como la
gravedad de la necesidad de cuidados, ha aumentado la
tendencia de las congregaciones a crear comunidades o
centros específicos (enfermerías o casas de mayores)
para atender estas situaciones. No hay datos conocidos,
pero estimamos que puede haber 400 comunidades de
este tipo en España, la mayoría de ellas con personal
contratado, sea directamente o a través de proveedores
externos.
Las reflexiones y planteamientos que realizo en esta
publicación surgen de mi relación con múltiples
congregaciones religiosas y de haber visitado
aproximadamente 180 enfermerías o casas de
126 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

religiosos mayores. Todo un privilegio que me ha


permitido conocer con cierta amplitud la manera en
que las congregaciones abordan el cuidado de sus
mayores.
Desde esta experiencia he podido constatar que las
comunidades religiosas enfocan el cuidado de sus
mayores desde opciones muy diversas, pero que todas
tienen en común la preocupación por cuidar bien a sus
mayores y hacer todos los sacrificios que hagan falta
por ellos. Como dicen algunos fundadores: «aunque
haya que vender los vasos sagrados del altar».
Y el coste de estos cuidados es muy alto. Según los
datos del 2014 que nos han pasado diferentes
congregaciones, el coste de atender a los religiosos
mayores necesitados de cuidados oscila entre 1.000 y
2.000 euros al mes por persona. La moda entre las
diferentes congregaciones estaba en 1.200 € por
persona y al mes (sin contar amortizaciones). La
amplia diferencia de costes depende de variables como
el número de personas contratadas, la calidad de los
cuidados, el número de personas a atender, las
dimensiones de los edificios, etc. Si cogemos el dato
de la moda y lo aplicamos a 10.000 religiosos, esto
supone un gasto mensual básico de 12.000.000 € al
mes. Aun siendo prudentes con los datos, es una cifra
muy importante y que pone de manifiesto el gran
esfuerzo económico y humano que están haciendo las
comunidades religiosas para atender a sus mayores.
CASAS DE SALUD INTEGRAL 127

El modelo de envejecimiento y sus consecuencias

La situación que encontramos en muchas


“enfermerías” o comunidades de religiosos mayores
depende mucho del modelo de envejecimiento que se
tenga. Algunos religiosos comparten un modelo social
de envejecimiento que lo considera como algo triste y
muy negativo. Es un modelo antiguo que se intenta
superar, pero todavía muy extendido. Quien comparte
esta visión, lo más probable es que lo manifieste en los
siguientes comportamientos:
Abandono personal, con conductas pasivas, pereza y
hábitos poco saludables. Desinterés mental, que
conlleva apatía, aburrimiento y tristeza. El aislamiento
personal que fomenta soledad, incomunicación y
desinterés por las relaciones grupales. Pesimismo,
irritabilidad, instalación en la queja y la crítica
excesiva.
En preguntas realizadas por mí a religiosos en
diferentes cursos de formación ha habido un gran
porcentaje de coincidencia en identificar tres
problemas principales en las comunidades de
religiosos mayores: el individualismo, el aislamiento y
la pasividad. Puede ser un síntoma de varias cosas,
pero también puede responder a tener interiorizado este
modelo negativo del hecho de envejecer. Gestionar el
cuidado a los religiosos mayores es difícil cuando nos
encontramos con comunidades con un número
importante de miembros compartiendo esta visión.
Pero también hay un modelo positivo del
envejecimiento. Este modelo se fundamenta en que
envejecer bien es posible y depende de uno mismo.
128 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

Requiere seguir convencidos de que la actividad es un


aspecto relevante en la vida. Esto es lo que queremos
decir cuando hablamos de “envejecimiento activo”.
Activo para conservar la vitalidad, activo para sentirse
útil, activo para participar en la vida social. Activo
como persona, activo como grupo de mayores dentro
de la congregación (aun estando enfermos).
La Organización Mundial de la Salud define así el
Envejecimiento Activo: Es el proceso de optimización
de las oportunidades en relación con la salud, la
participación y la seguridad para mejorar la calidad de
vida a medida que se envejece. Permite a las personas
desplegar el potencial de bienestar físico, social y
mental a lo largo de todo el ciclo vital y participar en la
sociedad de acuerdo con sus necesidades, deseos y
capacidades, mientras se les proporciona protección,
seguridad y cuidado adecuados cuando necesitan
asistencia.
En definitiva, es un modelo que se centra en las
fortalezas y oportunidades en la vejez y no tanto en las
carencias y debilidades. Cuando uno mismo tiene esta
percepción del envejecimiento, el hecho de tener
problemas de salud y necesitar de cuidados
asistenciales (salvo en situaciones extremas) no le
impide trabajar sobre sus capacidades preservadas y
optimizar todas las oportunidades que la vida le brinda.
Aunque esto requiere que el Superior de la comunidad
de mayores (y la curia provincial) crea sinceramente en
este modelo de envejecimiento y tome las decisiones
operativas coherentes con este enfoque.
Este planteamiento que defendemos está
preciosamente expresado en el siguiente testimonio del
CASAS DE SALUD INTEGRAL 129

P. Cosme Robredo, un misionero salesiano español que


trabajó muchos años en Perú y que era un gran músico.
A los 83 años de edad, pocos meses antes de morir, le
hicieron una entrevista y, entre otras cosas, le
preguntaron cómo se sentía al estar en silla de ruedas.
Respondió: «Cosas de la vejez. Sigo teniendo muchas
músicas en el alma y muchas notas en el corazón, pero
ya no soy capaz de dirigir una orquesta. Dios me ha
dado la claridad de mente y espíritu despierto, pero el
cuerpo ya no acompaña. No lamento lo que no puedo
hacer, hago todo lo que puedo en esta situación. Puedo
arrastrar los pies, no quiero arrastrar el espíritu, ni
quiero que mi espíritu camine en silla de ruedas».

La percepción de las enfermerías por los


religiosos

Al hablar de “enfermerías” nos referimos a los


espacios donde se atiende a los religiosos con
necesidad de cuidados asistenciales, sea en una
comunidad específica o formando parte de una
comunidad más amplia. Es una manera de entendernos.
También se usa a menudo la expresión “casa de
hermanas/os mayores”, aunque es difícil encontrar hoy
día en España una comunidad de religiosos que no
sean mayores. En fin, se buscan expresiones
alternativas a la de enfermerías porque esta palabra
tiene una connotación negativa para muchos y, de
hecho, la mayoría de religiosos no quieren ser
destinados a este tipo de comunidades. ¿Por qué este
rechazo? ¿Qué sienten y piensan los religiosos ante la
130 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

perspectiva de ser destinados a una enfermería o casa


de mayores? Veamos algunos testimonios:
Me da miedo que me destinen a la comunidad de
enfermería: allí nos llevan para morir, es el corredor de
la muerte.
Me han educado para servir y cuidar a otros, no para
que me cuiden a mí. Llevo muy mal el depender de
otros y me angustia estar en una comunidad de
dependientes.
Me cuesta aceptar mis limitaciones. Me siento inútil
y una carga para la comunidad.
Es mi fin, me siento abandonada y rechazada por la
congregación si me envían a la enfermería.
Siento frustración, rabia, ansiedad sólo de pensar en
que me destinen a una enfermería.
Pero no todos tienen esta percepción. Aquí expongo
testimonios en otra línea totalmente distinta ante la
misma pregunta:
Ahora ya podemos realmente priorizar el ser sobre
el hacer y prepararnos con paz al encuentro con el
Padre.
Por primera vez en mi vida religiosa estoy en una
comunidad donde dispongo de tiempo libre. ¡Qué gran
riqueza y don disponer de tiempo!
Me alegra y me da seguridad el poder ir a una
comunidad donde todo está preparado para poder estar
bien atendida ante problemas de salud.
Lo importante es no perder la ilusión con los años y
las enfermedades. La clave de un buen envejecimiento
es mantener la ilusión, la mente abierta y la mirada
positiva en una comunidad.
CASAS DE SALUD INTEGRAL 131

Es la única comunidad de la provincia realmente


preparada para acogernos a quienes tenemos algún
problema de salud. Es un lujo que tenemos que valorar
y saber aprovechar.
¿Cómo puede haber percepciones tan distintas? Está
claro que en buena medida esto depende de factores de
personalidad de cada sujeto, pero también se adivina
detrás de estas expresiones que hablamos de modelos
de enfermerías muy distintos. Basta visitar estas
comunidades y, nada más entrar, se percibe la
diferencia.
Lo que sí es cierto es que estas casas de mayores
necesitados de cuidados no siempre responden a lo que
los propios religiosos mayores desean. Cuando les
pregunto a los religiosos cómo querrían que fuesen
este tipo de comunidades me encuentro con respuestas
como las que expongo a continuación (recuerdo que
con un sesgo de género, ya que han respondido más
religiosas que religiosos):

¿Cómo sería tu comunidad de mayores deseada?

Una comunidad que promueve la creatividad,


expansión, estímulos, alegría… para crear un ambiente
feliz.
Vivir con personas positivas, vitales, que mantengan
la ilusión por la vida, el carisma… Prohibido hablar de
enfermedades. Potenciar la “positividad” (las
“riquezas” frente a las carencias)
Tener cubiertas las necesidades vitales y un buen
nivel de cuidados asistenciales en caso de necesidad.
132 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

Una comunidad en la que se conjugue la calidad de


cuidados con la calidez en las relaciones.
Que se tenga en cuenta mi historia personal, mi
“biografía”, a la hora de cualquier “planificación” que
me afecte. Sentirme valorada y querida.
Tener tiempo disponible para mí mismo y para los
demás. Tiempo sereno lleno de saberes vivenciales que
pueden enriquecer a otros. Qué hermoso regalo es el
tiempo.
Asumir tareas y responsabilidades, aunque sean
pequeñas, que me permitan sentirme útil.
Tener como referente a Jesús y valorar el sentido de
testimonio, “ofrenda” y mediación salvífica que tiene
nuestro dolor, enfermedad, sufrimiento, postración…
hasta la muerte.
Crear espacios para el encuentro, el diálogo, la
reflexión, la oración, el juego… que nos permitan
expresarnos y escucharnos.
Mantenernos conectados con la vida de la
congregación y con lo que ocurre en la Iglesia y en la
sociedad. Aprovechar internet y las nuevas
tecnologías.
Seguir participando en la vida comunitaria y que se
nos tenga en cuenta en la toma de decisiones.
Que venga gente de fuera a vernos y salir nosotras al
exterior, relacionarnos con el entorno.
Mirar de cara y sin miedo a la muerte y prepararnos
espiritualmente, con serenidad y esperanza, para este
proceso de morir. Así damos testimonio de nuestra fe
hasta el final.
Tener un tiempo estructurado y un proyecto
comunitario.
CASAS DE SALUD INTEGRAL 133

Es muy importante la figura del Superior. Ha de ser


un animador de la vida personal y comunitaria y saber
“acompañarnos” con cariño y cercanía en esta etapa
vital tan transcendental.
Una comunidad en la que nos tratarán siempre
respetando nuestra dignidad en todos los sentidos,
aunque estemos encamados o tengamos una demencia
avanzada.
El paso a este tipo de comunidad no ha de ser
brusco, necesita hacerse un proceso previo.
Que el edificio y las instalaciones estén adaptados a
las características propias de esta comunidad:
accesibilidad, luz, color, olores, espacios amplios,
flores y plantas…
Y termino con un último testimonio de una religiosa
que quiero resaltar porque expresa mi propio
convencimiento de lo que deberían ser este tipo de
comunidades y supone todo un reto para las
congregaciones:
La comunidad de mayores dentro de la congregación
ha de ser un espacio de vida y de testimonio de la
belleza y alegría de una vida consagrada al
seguimiento de Jesús. Con nuestra manera de vivir la
enfermedad, la vejez y la cercanía de la muerte hemos
de ser testimonio misionero y motores de ilusión que
muestren al mundo –especialmente a los jóvenes– que
vale la pena consagrarse a Dios. No sentirnos como
una comunidad “aislada”, de “terminales”, sino como
el corazón de nuestra congregación que bombea vida al
resto de la congregación, a la Iglesia y a la sociedad.
134 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

Los dilemas institucionales en la toma de


decisiones

Desde el punto de vista institucional, los diferentes


institutos religiosos no lo tienen fácil a la hora de
tomar decisiones sobre la mejor manera de atender a
sus miembros necesitados de cuidados. En general, las
comunidades se enfrentan a los siguientes dilemas:
¿Envejecer en las propias comunidades o en
comunidades específicamente preparadas para esta
situación de enfermedad o dependencia? Para algunos,
sacar a los mayores de “casa” y llevarlos a una
“enfermería” es un acto de abandono y contrario a la
caridad fraterna.
¿En pequeñas comunidades dispersas
geográficamente o agrupando en comunidades más
numerosas? Es un difícil equilibrio entre la parte
afectiva/emocional (permanecer cerca de entornos
conocidos) y la racional que nos indica que el agrupar
en comunidades de mayor tamaño rentabiliza los
costes y mejora la calidad del servicio.
¿Centros sólo para los propios religiosos o abiertos a
personas del exterior? ¿Incluimos a los familiares y
colaboradores laicos de la institución? ¿Compartimos
espacio con otras congregaciones?
¿Qué perfil ha de tener el superior o superiora que se
va a destinar a estas comunidades? ¿Estará solo o con
un equipo de apoyo? Cada vez es más difícil elegir a la
persona adecuada ante la falta de vocaciones y de
personas disponibles y preparadas para esta función.
¿Gestionamos el personal y el servicio directamente
o recurrimos a proveedores externos? ¿A qué tipo de
CASAS DE SALUD INTEGRAL 135

empresas pedimos presupuesto? ¿Con qué criterios?


Esto no exime a la congregación de la responsabilidad
moral de preocuparse por las condiciones laborales en
que están los trabajadores.
¿Nos conformamos sólo con la calidad asistencial
(que los religiosos estén aseados, coman bien y se
tomen sus medicinas) o aspiramos a que sean
comunidades ricas de estímulos, donde se pueda vivir
en plenitud hasta el final de la vida desde una visión
holística de la salud? Es el problema de fondo de los
modelos que ya hemos mencionado y que condiciona
el resto de decisiones.
La vida consagrada está volcada en el cuidado de
sus miembros ancianos, frágiles o en situación de
dependencia. Siempre ha sido así, pero cada día son
más los religiosos en esta situación y su porcentaje
aumentará en los próximos años. Esto plantea grandes
retos a los institutos religiosos: la visión que se tiene
del envejecimiento, el modelo de atención a prestar, la
sostenibilidad económica de las “enfermerías”, la falta
de religiosos “jóvenes”, la necesidad de apoyarse en
los laicos, el futuro de sus obras, etc. En todo caso, el
futuro está siempre abierto a las sorpresas»70.

b) Italia

En Italia, en 2011, se inauguró la primera casa


intercongregacional para religiosas ancianas. Se

70
M. Á. MILLÁN ASÍN, «La vida consagrada y su atención a los religiosos
ancianos enfermos». [Consultado 10.01.2017].
136 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

consideró como una concretización de una realidad de


comunión y de solidaridad que permite decir que se
puede colaborar juntas y de que es posible el diálogo.
Además esta casa es signo de que es posible hacer
camino juntas y dar testimonio en la Iglesia y en el
mundo de verdadera fraternidad y unidad. La Hermana
Viviana Ballarin, presidente de la USMI, ha calificado
así el acontecimiento de la inauguración de la primera
Casa Intercongregacional para religiosas ancianas,
situada en Casalotti, en la zona norte de Roma,
Diócesis de Porto-Santa Rufina, en Ancelle della SS.
Trinità de Via Trofarello 64.
La fiesta de la inauguración inició la tarde del 27 de
junio de 2011 con la celebración eucarística precedida
por el Obispo de la Diócesis, Mons. Gino Reali, y
concelebrada por cinco sacerdotes, entre los cuales se
encontraba Alberto Lorenzelli, presidente CISM, el
capellán de la casa y el Párroco de la zona. Los niños
de la Scuola Materna, que se encuentra en el primer
piso del edificio, animaron la celebración con sus
cantos y sobre todo con su presencia. También las
ancianas laicas que viven en otro piso del edificio
participaron en la Eucaristía junto con las religiosas.
La bendición, la alabanza y la acción de gracias fueron
dadas al Señor por quienes han sabido afrontar las
dificultades, resistencias y obstáculos para realizar una
experiencia que es profundamente evangélica y de
fraternidad.
Mons. Reali concluyó la celebración eucarística
concediendo a esta “comunidad de comunidades” un
ministerio especial: hacer un contrato o una alianza
con Dios, que quiere entrar en la historia de los
CASAS DE SALUD INTEGRAL 137

hombres, como Abraham que se hizo cargo también de


Sodoma y Gomorra. A todos los que viven en esta casa
y en particular a las religiosas ancianas, el Obispo les
encargó la tarea de interceder ante Dios para que tenga
misericordia y compasión de todos nosotros y del
mundo entero. Enseguida se brindó, se cortó el listón y
no se hicieron esperar las fotografías y los aplausos.
Finalmente se hizo el recorrido por el edificio donde
vivirán las hermanas ancianas. Resaltan los espacios,
caracterizados con los elementos típicos de cada
Instituto, organizados, módulos independientes y
autónomos. En cada uno de ellos, la familia religiosa
continúa haciendo visitas a sus hermanas, siguen su
propia regla y al mismo tiempo entran en relación con
las demás religiosas ancianas. La comunidad goza de
servicios comunes (alimentos, limpieza, lavandería,
asistencia nocturna, animación religiosa y espiritual),
así como oportunidad de asistir a servicios para salud y
mejor calidad de vida (fisioterapia, asistencia médica,
servicio de transporte, visitas de enfermeras y
doctores).
Grazia Fioretti, presidente del Consorzio Charis,
coordinó el momento celebrativo y concedió la palabra
a los protagonistas principales de esta experiencia
inédita en la vida consagrada. Narraron sus testimonios
y dieron a conocer las principales etapas del proyecto,
las conquistas alcanzadas y los valores
experimentados. Sobre todo manifestaron la fe que
todos tenían en el futuro y en el bien que se haría con
esta obra, contando con la bendición del Señor.
El proyecto, fuertemente querido por la Presidencia
Nacional de la USMI y apoyado por CISM, ha sido
138 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

promovido por la Fundación Talenti, que presentó las


dificultades del proyecto. Entre las expresiones que se
escucharon fueron las siguientes: «Hemos aprendido a
no desanimarnos, a entender que el resultado puede ser
diferente y también mejor que el pensado al inicio, que
la unión ayuda a enfrentar la crisis… estamos en tierra
de misión. Talenti ha sido solo un instrumento de
encuentro. Ha construido un camino. Ahora
entregamos esta casa a la Iglesia local». El Consorzio
Charis preocupado siempre por el bien de las personas,
entró en el proyecto porque responde a necesidades
reales y porque la casa presenta una estructura ideal
para ayudar a las religiosas. Se ha podido enriquecer
también la propia experiencia personal y de grupo.
Algunos institutos religiosos femeninos abandonaron
reservas y miedos desde el inicio para comenzar este
proyecto eclesial. Se dieron las gracias a quienes
creyeron en un proyecto de comunión, signo
importante de la Iglesia de hoy, hasta esta etapa. Las
religiosas ancianas y quienes desean una salud integral
desde las etapas de formación inicial manifestarán en
esta casa el camino de la fe y de la esperanza.
El Obispo concluyó agradeciendo a todos los
presentes y se terminó la celebración festiva con el
tradicional brindis.

c) México

En el caso de México, diversas órdenes e institutos


han empezado a educar para una salud integral desde
las primeras etapas de formación, pero aún queda
mucho por hacer. También han aumentado las
CASAS DE SALUD INTEGRAL 139

iniciativas de acondicionar las casas para una mejor


atención de las religiosas que necesiten una ayuda
especial por problemas de salud u otras necesidades.
Por el momento, en la mayoría de los Institutos las
religiosas que necesitan atender su salud siguen
habitando junto con otras hermanas en las diferentes
casas de formación o de misión. Pero se están haciendo
intentos para tener casas en las que verdaderamente
pueda ofrecerse una atención integral.
La religiosa mexicana tiene una sensibilidad muy
grande hacia el sufrimiento. Normalmente las
religiosas atienden a muchas personas que casi nadie
quiere atender o están con las personas con las que casi
nadie quiere estar. Y muchas veces también atienden la
salud de sus familiares, especialmente a su papá y a su
mamá. Con frecuencia, también las religiosas están en
misiones difíciles, donde se hace palpable la falta de
salud. Para muchas, evangelizar va de la mano con la
mejora de las condiciones de vida y salud de los
feligreses.
Esto se hace más patente cuando la enfermedad se
hace presente entre las mismas hermanas con las que
se convive. Acompañar a una hermana con una
enfermedad temporal es una experiencia que se realiza
continuamente. Atender a la que tiene una enfermedad
crónica también. Hermanas jóvenes y mayores son
cada vez más conscientes de la necesidad de cuidarse y
apoyarse en la enfermedad. Por eso, en el fondo de
cualquier iniciativa entre las religiosas mexicanas para
la atención de la salud está la fraternidad. Sufrir con
quien sufre y alegrarse con quien se alegra será fuente
de mucho consuelo y de entrega oblativa.
140 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

A este respecto, son muy importantes algunas


palabras de la Carta circular a los consagrados y
consagradas como preparación al año dedicado a la
Vida consagrada:

«El estar con Jesús nos forma a una mirada


contemplativa de la historia, que sabe ver y escuchar en
todo la presencia del Espíritu y, de modo privilegiado,
discernir su presencia para vivir el tiempo como tiempo
de Dios. Cuando falta la mirada de fe, la propia vida
pierde gradualmente el sentido, el rostro de los
hermanos se hace opaco y es imposible descubrir en
ellos el rostro de Cristo, los acontecimientos de la
historia quedan ambiguos cuando no privados de
esperanza.

La contemplación abre a la aptitud profética. El profeta


es un hombre que tiene los ojos penetrantes y que
escucha y dice las palabras de Dios, [...] un hombre de
tres tiempos: promesa del pasado, contemplación del
presente, ánimo para indicar el camino hacia el futuro.

Por último, la fidelidad en el discipulado pasa y es


probada por la experiencia de la fraternidad, lugar
teológico, en el que estamos llamados a sostenernos en
el sí gozoso al Evangelio: Es la Palabra de Dios la que
suscita la fe, la nutre, la regenera. Es la Palabra de Dios
la que toca los corazones, los convierte a Dios y a su
lógica, que es muy distinta a la nuestra; es la Palabra de
Dios la que renueva continuamente nuestras
comunidades»71.

71
Alegraos. [Consultado 10.01.2018]
CASAS DE SALUD INTEGRAL 141

La fraternidad es el lugar teológico en el que


estamos llamados a sostenernos en el sí gozoso al
Evangelio y esta ha de ser la motivación principal para
que las religiosas se cuiden, cuiden de sus hermanas y
cada día, de manera profética, visualicen lo que sea
mejor para sus comunidades en vistas a que lleguen a
ser verdaderas casas de salud integral.

2.3 Retiro, pensiones, y otras situaciones

Las casas sacerdotales llamadas a ofrecer una salud


integral han de velar también por la atención especial a
quien se encuentre más necesitado de salud, sea por
circunstancias de la vida o por ancianidad. Ciertamente
cada Presbiterio o Instituto debe discernir lo que más
convenga para servir con mayor alegría en este ámbito,
pero es bueno conocer lo que la Iglesia expresa al
respecto.
En el Decreto Christus Dominus se habla de lo que
implica el peso de la edad y su repercusión en las
tareas pastorales:

«Siendo de tanta trascendencia y responsabilidad el


ministerio pastoral de los Obispos, los Obispos
diocesanos y los que en derecho se les equiparan, si por
la edad avanzada o por otra causa grave se hacen menos
aptos para el cumplimiento de su cargo, se les ruega
encarecidamente que ellos espontáneamente o invitados
por la autoridad competente presenten la renuncia de su
cargo. Si la aceptare la autoridad competente, ella
proveerá de la congrua sustentación de los renunciantes
142 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

y del reconocimiento de los derechos especiales que les


atañen» (n. 21)

«Tengan en cuenta el Obispo, cuando trate de formarse


el juicio sobre la idoneidad de un sacerdote para el
régimen de alguna parroquia, no sólo su doctrina, sino
también la piedad, el celo apostólico y demás dotes y
cualidades que se requieren para cumplir debidamente
con el cuidado de las almas.

Siendo, además, la razón del ministerio pastoral, el bien


de las almas, con el fin de que el Obispo pueda proveer
las parroquias más fácil y más convenientemente,
suprímanse, salvo el derecho de los religiosos, cualquier
derecho de presentación, de nombramiento o de reserva,
y donde exista, la ley del concurso sea general o
particular.

Pero cada párroco ha de tener en su parroquia la


estabilidad que exija el bien de las almas. Por tanto,
abrogada la distinción entre párrocos movibles e
inamovibles, hay que revisar y simplificar el proceso en
el traslado y separación de los párrocos, para que el
Obispo, salva siempre la equidad natural y canónica,
pueda proveer mejor a las exigencias del bien de las
almas.

A los párrocos, empero, que por lo avanzado de la edad


o por cualquier otra causa se ven impedidos del
desempeño conveniente y fructuosos de su oficio, se les
ruega encarecidamente que renuncien a su cargo por
propia iniciativa o si son invitados por el Obispo. El
Obispo provea la congrua sustentación de los
denunciantes» (n. 31).
CASAS DE SALUD INTEGRAL 143

El Decreto Presbyterorum Ordinis, por su parte,


aporta algunas indicaciones:

«Téngase siempre presente el ejemplo de los cristianos


en la primitiva Iglesia de Jerusalén, en la que “todo lo
tenían en común” (Hch 4, 32) “y a cada uno se le
repartía según su necesidad” (Hch 4,35). Es, pues, muy
conveniente que, por lo menos en las regiones en que la
sustentación del clero depende total o parcialmente de
donativos de los fieles, recoja los bienes ofrecidos a este
fin una institución diocesana, que administra el obispo
con la ayuda de sacerdotes delegados, y, donde lo
aconseje la utilidad, también de seglares peritos en
economía. Se desea, además, que, en cuanto sea posible,
en cada diócesis o región se constituya un fondo común
de bienes con que puedan los obispos satisfacer otras
obligaciones, y con que también las diócesis más ricas
puedan ayudar a las más pobres, de forma que la
abundancia de aquellas alivie la escasez de éstas[153].
Este fondo ha de constituirse, sobre todo, por las
ofrendas de los fieles, pero también por los bienes que
provienen de otras fuentes, que el derecho ha de
concretar.

Además, en las naciones en que todavía no está


convenientemente organizada la previsión social en
favor del clero, procuren las Conferencias Episcopales
que, consideradas siempre las leyes eclesiásticas y
civiles, se establezcan, o bien instituciones diocesanas,
también federadas entre sí, o bien instituciones
organizadas a un tiempo para varias diócesis, o bien una
asociación establecida para todo el territorio, por las
que, bajo la atención de la jerarquía, se provea
144 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

suficientemente a la que llaman conveniente seguro o


asistencia sanitaria, y a la debida sustentación de los
presbíteros enfermos, inválidos o ancianos. Ayuden los
sacerdotes a esta institución una vez erigida, movidos
por espíritu de solidaridad para con sus hermanos,
tomando parte en sus tribulaciones, considerando, al
mismo tiempo, que así, sin angustia del futuro, pueden
practicar la pobreza con resuelto espíritu evangélico y
entregarse plenamente a la salvación de las almas.
Procuren aquellos a quienes competa que estas
instituciones de diversas naciones se reúnan entre sí,
para que consigan más consistencia y se propaguen más
ampliamente» (n. 21).

Posteriormente, el Motu Proprio Ecclesiae Sanctae


volvió a insistir en proveer debidamente a la
sustentación conveniente de todos los clérigos que han
ejercido su ministerio en servicio del pueblo de Dios:

«Cuiden los Sínodos Patriarcales y las Conferencias


Episcopales que se establezcan normas, bien sea para
cada una de las diócesis en particular, para varias de
ellas en común o para todo el territorio, mediante las
cuales se provea debidamente a la sustentación
conveniente de todos los clérigos que ejercen o han
ejercido su ministerio en servicio del Pueblo de Dios. La
remuneración asignada a los clérigos ha de ser
principalmente la misma para todos los que se
encuentren en las mismas circunstancias, teniendo en
cuenta ciertamente la naturaleza del oficio mismo y las
circunstancias de tiempo y lugar, y ha de ser suficiente
para que los clérigos puedan conducir una vida
respetable y puedan también ayudar a los pobres.
CASAS DE SALUD INTEGRAL 145

La reforma del sistema de beneficios queda


encomendada a la Comisión encargada de la revisión del
Código de Derecho Canónico. Entretanto los Obispos,
oído el parecer de los Consejos de presbíteros, cuiden
que se proceda a una equitativa distribución de los
bienes, incluso de las rentas que provienen de los
beneficios.

Las mismas Conferencias cuiden que, al menos en


aquellas regiones en que la sustentación del clero
depende totalmente o en su mayor parte de las ofertas de
los fieles, exista en cada una de las diócesis una especial
institución encargada de recoger los bienes donados a
este fin y cuyo administrador sea el mismo Obispo
diocesano, ayudado por sacerdotes delegados y, cuando
la utilidad lo pida, también por laicos expertos en
cuestiones administrativas.

Cuiden finalmente las mismas Conferencias episcopales


que, atendiendo siempre a las leyes eclesiásticas y
civiles, existan en cada nación bien sea instituciones
diocesanas, incluso confederadas entre sí, o bien
instituciones fundadas para varias diócesis o una
asociación para toda la nación, mediante las cuales y
bajo la vigilancia de la sagrada Jerarquía, se provea
suficientemente a la conveniente previsión y asistencia
sanitaria y a la decorosa sustentación de los clérigos que
padecen enfermedad, falta de salud o vejez.

Es de la competencia de la Comisión encargada de la


revisión del Código de Derecho Canónico definir las
normas según las cuales se ha de proceder a la
constitución, en cada una de las diócesis o regiones, de
un fondo común, del que puedan servirse los Obispos
para satisfacer otras obligaciones contraídas hacia
146 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

personas que sirven a la Iglesia y remediar otras


necesidades de la diócesis, y del que puedan servirse las
diócesis más ricas para ayudar a las más necesitadas» (n.
8).

El Código de Derecho de 1983 hace referencia en el


canon 281 §2 al cuidado de los clérigos dedicados al
ministerio eclesiástico para que gocen de la asistencia
social mediante la que se provea adecuadamente a sus
necesidades en caso de enfermedad, invalidez y vejez.
Además, el canon 1274 §2 establece que se incluya al
clero en el sistema público de seguridad, o según los
casos, sean las mismas Conferencias Episcopales las
que generen instituciones que provean suficientemente
la seguridad social de los clérigos 72.
En relación con los institutos religiosos,
salvaguardando los casos particulares u otras
circunstancias, también se ha de insistir en que se
lleven a cabo de la mejor forma, no solamente la
subsistencia cotidiana, sino también los cuidados en
caso de enfermedad. Velasio de Paolis, señala que la
vida económica moderna ha provocado también
diversos cambios en las costumbres de los religiosos.
Hoy se habla de pensiones, de subsidios, de seguros,
etc., y los motivos por los cuales un religioso accede a
ellos pueden ser diversos: por el trabajo prestado, por
donaciones, por herencias, pero también por el simple
hecho de ser ancianos o enfermos.
En este sentido es muy importante que cada
comunidad haga también un discernimiento sobre lo

72
Cf. M. VIDAL GALLARDO, «Jubilación del clero diocesano y titularidad de
oficios eclesiásticos», Ius Canonicum 36 (1996), 239-257.
CASAS DE SALUD INTEGRAL 147

que mejor convenga a sus miembros. Las religiosas


tienen que encontrar, ante todo en su comunidad, el
sustento y la seguridad de los cuidados en caso de
enfermedad 73. Ahora bien, si hubiera modalidades que
mejor convengan, ténganse en cuenta que la salud es
un aspecto que reclama atención y exige que se tomen
las decisiones pertinentes al respecto. No hay que caer
en la tentación de la indiferencia, de dejarlo todo en las
manos de Dios y mucho menos hacer oídos sordos a
las voces que pidan ayuda y solidaridad bien
justificada. Sacerdotes y religiosas habremos de actuar
siempre con buena voluntad y más en cuestiones de
solidaridad. Y más bien es triste constatar actitudes de
reclamos y no de agradecimientos hacia la comunidad
eclesial; actitudes de exigencias ilimitadas y no más
bien propuestas para conservar la solidaridad y la
comunión.
Entre las iniciativas para los cuidados de salud y de
ancianidad de las religiosas, está una de Estados
Unidos. Aunque se sabe que es una nación muy
diferente a México y muchas otras, a veces se pueden
tomar algunas cosas como ejemplo o al menos de lo
que se podría o no hacer. Allí existe una oficina
encargada de promover un Fondo para la Jubilación de
Religiosos, y da la siguiente información sobre lo que
se está trabajando74.
En 1988, los obispos católicos de los Estados
Unidos lanzaron el Fondo para la Jubilación de

73
Cf. V. DE PAOLIS, La vida consagrada en la Iglesia, 346-348.
74
Cf. HERMANA S. SCHORSTEN, HM, Directora ejecutiva interina. National
Religious Retirement Office. Más información en https://retiredreligious.org
/stories-news/campaign-material/.../rfr17_facts_spn/
148 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

Religiosos (RFR, sigla en inglés) para responder a la


preocupante falta de fondos que los hermanos,
hermanas y sacerdotes de órdenes religiosas requieren.
Durante la mayor parte de su vida, los religiosos
ancianos trabajaron recibiendo escasos salarios o
ninguno. No tenían planes ni pensiones.
Las comunidades religiosas tienen la
responsabilidad financiera del sustento y atención de
todos los miembros. Los ingresos, las ganancias y los
gastos se manejan en forma independiente a la
parroquia y demás estructuras diocesanas de la Iglesia
Católica.
La escasez en los fondos se ve agravada por los
costos en aumento de la atención médica y los ingresos
reducidos. Y, a medida que más religiosos vayan
alcanzando la edad de jubilación y dejen el ministerio
compensado, los ingresos se irán reduciendo mientras
que las necesidades de atención aumentarán.
Para el año 2027 se proyecta que los religiosos
mayores de 70 años superarán en número a los
religiosos menores de 70 en una proporción mayor de
tres a uno.
Hay más de 32 mil religiosos mayores de 70
viviendo en Estados Unidos. En 2016, el costo anual
promedio para su atención fue superior a 42 mil
dólares por persona.
Desde 2009 el costo anual para mantener a las
religiosas y religiosos ancianos ha superado $1 mil
millones.
En 2016, el 67 por ciento de las comunidades
religiosas que aportan datos a la Oficina Nacional de
CASAS DE SALUD INTEGRAL 149

Jubilación de Religiosos (NRRO, sigla en inglés) tenía


una edad promedio de 70 o más.
El beneficio anual promedio del Seguro Social para
un religioso es de 6,116.22 dólares, mientras que el
beneficiario estadounidense promedio recibe 16,321.56
dólares.
Los católicos en Estados Unidos han donado más de
$816 millones al RFR desde la primera petición.
Aproximadamente el 94 por ciento de los donativos
a RFR ayudan a los religiosos mayores, y el resto se
utiliza para promover la petición.
Desde 1989, más de 775 millones de dólares se han
distribuido para sustentar la atención diaria de
hermanos, hermanas y sacerdotes de órdenes religiosas
ancianos. Unos 91 millones de dólares adicionales se
han distribuido para proyectos de autoayuda iniciados
por comunidades religiosas, incluidas las instalaciones
de atención médica colaborativa.
Además de la asistencia financiera directa, los
ingresos de la petición anual garantizan los programas
educativos, los servicios y los recursos que permiten
que las comunidades religiosas evalúen y se preparen
para las necesidades de jubilación a largo plazo.
El respaldo del Fondo para la Jubilación de
Religiosos ayuda a las comunidades religiosas a cuidar
a los miembros ancianos mientras continúan sus
importantes ministerios para el Pueblo de Dios.
Si se pasa a Italia, hay una iniciativa que también
puede ser útil para continuar mejorando la atención a
quien lo necesite. La USMI (Unione Superiore
Maggiori d’Italia), además de atender el aspecto
económico, ofreció en el 2016 una propuesta formativa
150 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

para las religiosas responsables de comunidades con


hermanas ancianas 75. Esto es muy interesante, porque
ahora sacerdotes y religiosas, especialmente quien
vaya a colaborar en las Casas de Salud Integral o en
ámbitos relacionados con la salud de sus hermanos y
hermanas tiene que recibir una preparación especial.
Los objetivos de esta propuesta eran ofrecer en una
óptica intercongregacional, a las religiosas
responsables de servicios de animación y atención de
las religiosas ancianas, una oportunidad de encuentro y
discernimiento. También proponer reflexiones y
promover buenas prácticas en el ámbito de la atención
y de la gestión de los cambios en la organización de las
comunidades para la atención de las religiosas
ancianas.
Los contenidos propuestos fueron: la relación
interpersonal con la religiosa anciana; la centralidad de
la persona, las necesidades y las expectativas de las
religiosas ancianas, el proyecto personalizado y la
labor de equipo; el acompañamiento de la religiosa
anciana en una actitud de proximidad y la imagen de la
comunidad como “casa abierta” y no como “casa de
reposo basada en el modelo de un hospital”; modelos
organizativos de las comunidades para la atención de
las religiosas ancianas; escenarios futuros y
perspectivas para la atención de las religiosas ancianas;
análisis de las experiencias de animación y de atención
de las religiosas ancianas de las congregaciones
participantes en el recorrido formativo.

75
Cf. La página web de USMI http://lnx.usminazionale.it/usminazionale/
[Consultado 10.01.18]
CASAS DE SALUD INTEGRAL 151

Quizá lo más valioso de esta iniciativa sea la de


establecer una formación para la salud integral. En este
caso, ya no se trata sólo de educar para vivir una vida
saludable, sino de aprender a atender las necesidades
de salud de los hermanos y hermanas. En este sentido,
se puede decir que toda la comunidad presbiteral o de
vida religiosa está implicada en un proceso formativo
de atención a quien lo necesita. En estos momentos es
difícil permanecer indiferente ante las necesidades que
se van presentando. Quizás en muchos casos no se
intervenga directamente en el cuidado de otro hermano
o hermana, pero sí hay muchas cosas por hacer:
discernir diversas situaciones, aconsejar para tomar
decisiones, administrar de la mejor manera los bienes,
estudiar las tendencias y megatendencias en materia de
salud, acompañar en cercanía y fidelidad a quien sufre,
ofrecer las propias actividades por la salud de los
enfermos, y sobre todo, orar mucho por ellos.
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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN ............................................................... 1
SALUD ESPIRITUAL ........................................................ 5
1. Contar bien nuestros días ........................................... 5
2. Crecer en salud y espiritualidad .............................. 10
3. San Agustín y la salud espiritual ............................. 16
4. Importancia de la vida espiritual para la salud ........ 19
SALUD FÍSICA ................................................................. 23
1. La salud de Naamán ................................................. 23
2. La salud dentro de la Dimensión humana ............... 27
3. Educación en el cuidado de la salud ........................ 29
SALUD INTEGRAL ......................................................... 37
1. Buscar el agua viva .................................................. 38
2. Al partir el pan ......................................................... 45
3. Conocimiento y reconciliación ................................ 49
4. Áreas de oportunidad ............................................... 57
4.1 La fatiga por el Reino de los cielos....................... 57
4.2 Un sano narcisismo ............................................... 59
4.3 Salud emocional y afectiva ................................... 63
160 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

4.4 Manifestaciones de buena salud integral .............. 71


4.5 La tarea de la comunidad ...................................... 75
4.6 Equipo interdisciplinar .......................................... 78
5. Cuestionario de Salud General ................................ 80
SALUD CULTURAL ........................................................ 83
1. La lectura.................................................................. 83
2. La música ................................................................. 88
3. La Creatividad .......................................................... 91
CASAS DE SALUD INTEGRAL ..................................... 93
1. La casa de Onesíforo................................................ 93
2. Las casas sacerdotales y de religiosas ..................... 96
2.1 La preocupación de la Iglesia ............................... 96
2.2 Algunas propuestas de actualidad ....................... 103
2.3 Retiro, pensiones, y otras situaciones ................. 141
BIBLIOGRAFÍA.............................................................. 153
ÍNDICE ............................................................................ 159
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27 de Enero de 2018
Seminario Conciliar
Mayor
de Durango

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