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Cavailles Jean - Metodo Axiomatico Y Formalismo
Cavailles Jean - Metodo Axiomatico Y Formalismo
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Método
Axiomático
y Formalismo
1. Soluciones técnicas
a. El empirismo de Borei
Del mismo modo, “el conjunto formado por un solo punto, digamos 0, no
está bien definido en e! sentido de que, para saber si un número dado pertenece
o no al conjunto, puede exigir una infinidad de operaciones o la resolución de
un problema difícil, o de hecho insoluble”. Borei (1), p. 22ó,
13 Borei (If), p. 146.
Método Axiomático y Formalismo 19
14 Ejemplo dado por Keldyeh; Cf. Lusin (I), p. 94. La lengua matemática da aquí
dos usos a la palabra clase: hay clases de conjuntos (o de funciones) de la clasi
ficación de Baire, numeradas con numerales arábigos y hay clases de números
ordinales transfinitos numerados con numerales romanos.
15 Borei (I), p- 235.
16 Lusin (I), p. 39.
20 Jean CavaiIlès
17Ibid., p, 323.
18 Cf. para ésto la importante obra de Lusin (I).
Metodo Axiomático y Formalismo 21
Ibid., p. 206.
-7 Es la función llamada de Dirichlet —el símbolo m\ representa el producto
1 * 2 ... m.
28 Lebesgue (II), p. 206
29 Loe. cít.
2 4 Jean Cavaillès
A ( £ i , 4 - ) =fi(EmtE„2,...)
donde es una función previamente definida. La característica
de cada función es, cada vez, la elección del sistema «i ,«2, ■ *■ en
la sucesión de enteros. Se puede hacer intervenir, en lugar de
la suma, la intersección. Hausdorff lo ha generalizado utilizando
en la definición misma conjuntos ya definidos33:
32 Sierpinski (ÍII).
33 HausdorfT (IT).
26 Jean Cavaillès
FlG. 1.
Véanse, acerca de esta cuestión, las dudas recientes de Lusin y Sierpinski, li
gadas a los trabajos sobre conjuntos analíticos y proyecrivos en Lusin (II), (III) y
Sierpinski (III).
28 Jean Cavaillès
preceden: pues por este medio se puede, siempre, tener un conocimiento exacto
de su medida”. Ibid., p. 390. La predominancia de lo métrico se restablecía.
42 Carta a Toucher, hacia 1688, Gerhardt, Phil Sehr., I, p. 392.
Método Axiomático y Formalismo 31
58 Loe, dt.
59 Loe. cit.
60 Axiomas de la intuición, op. cit., p. 157.
36 Jean Cavnillès
3. El intuicionismo brouweriano
La originalidad del intuicionismo brouweriano yace en que
su esfuerzo directo por resolver el problema actual del funda
mento de las matemáticas lo haya llevado a retomar los temas
esenciales del kantismo: carácter intuitivo inmediato del conoci
miento matemático en donde la verdad se constata en una expe
riencia sui generis, definición de su desarrollo como una cons
trucción imprevisible, independiente de la lógica; en fin, pri
mado del tipo de construcción aritmética sobre la geométrica,
transposición de la primacía del esquema número sobre la sínte
sis en el espacio. Sin embargo, la intuición de la que aquí se trata
carece de contenido propio: la forma del espacio está entera
mente eliminada.
En sus primeras exposiciones, Brouwer “consideraba al con
tinuo como dado en la intuición temporar68. En la doctrina ac
tual, si el tiempo opaco de la historia interviene, lo hace exte-
riormente: la aparición de una solución a un problema puede
desviar, en una dirección determinada, la construcción en curso
de un objeto matemático, pero el carácter intrínseco de la cons
trucción, en tanto matemática, no se ve afectado por ello: si se
desarrolla en el tiempo, éste sólo representa un orden, tiempo
activo del yo pienso unificante más que tiempo sentido del jo
pienso afectado. La actividad matemática, en realidad, se expe
rimenta en sí misma en su desarrollo original: no se le puede
definir, sólo se le puede seguir69. A lo más, se le puede caracteri
y bv para v > Ay
?! Brouwer (VIH), p. 5.
92 Brouwer (VIH), p. 6.
93 Un intervalo no es, por supuesto, algo geométrico: decir que en la /i-ésima
Método Axiomático y Formalismo 45
3 “Las matemáticas son una ciencia que trata de las leyes universales (formas)
según las cuales las cosas deben disponerse en su ser o leyes sobre sus condicio
nes de posibilidad Bolzano (I), p. 17.
4 A propósito del teorema fundamental del análisis. Bolzano (II), p. 5. Estudia
mos la demostración de Bolzano, ella misma carente de rigor, en Cavaillès (III),
p. 11-13.
5 Bolzano (I), p. 32.
Método Axiomático y Formalismo 51
6 Ibid. p. 31.
7 Ibid. p. 56.
8 Distingue, por ejemplo, el esquema: “A es B y A es C implica A es B y C”e incluso
“A contiene M y la reunión de A y B es posible, implica que Ja reunión de A y li
contiene a M n(Ibid., p. 44).
52 Jean Cavaillès
10 Hankel (i), p. 1.
11 Ibid., p. 3¿.
12 Hankel (I), p. 11.
54 jean Cavaillès
13 Grassmann (III).
Método Axiomático y Formalismo 55
ß. El sistema de Dedekind
^ Ibid., p. 66.
19 Dedekind (III), t. III, p. 4$0.
Mètodo Axiomático y Formalismo 57
20 Ibid., p. 431.
58 Jean Cavaillès
41 Chasles (I).
42 Klein (I).
45 Pasch (í), p. 1.
Método Axiomático y Formalismo 67
44 Ibid., p. 98.
45 ib id ., p. 17.
46 Heyting (IV>, p. 60.
47 F. Klein (II), p. 311.
48 K Klein (I), p. 140.
68 Jean Cavaillès
Lo mismo para el teorema de Pascal: en los dos sistemas ABC, A 'B’C\ si CB' y CA’
son paralelas respectivamente a BC' y AC\ BA' es también paralela a A B \fig. 5.)
59 Hilbert (IV), p. 88n: “aun sin axioma de las paralelas se puede introducir un
nuevo cálculo de segmentos”,
69 El cálculo arguesiano se define así: se toman como ejes dos rectas cualesquiera
que se intersectan —a partir de la intersección Ö se toman los segmentos.
1. Adición: dados los segmentos a,b tomados sobre el mismo eje OA se elige un
punto cualquiera A’ sobre el otro eje, se traza de A’ una paralela al eje OA, sea
A” su intersección con la recta paralela a OA' trazada desde B, de A" se traza
una paralela a AA’, que intersecta ÖA en C. OC es, por definición, la suma de los
segmentos OA y OB. El teorema de Desargues muestra que el punto C es inde
pendiente de la elección de A’ (fig. 6)
FiG. 6.
2. Producto. Se toma sobre cada eje un segmento unidad QE, OE’; desde A (ex
tremidad del segmento a) se traza la paralela AA’ a EE'. Se une EA' y se traza
desde B)a para\e\aBC aíX-.OC
61 Para poder prescindir de los axiomas de congruencia se debe tomar un axioma
de las paralelas más fuerte, IV*: hay, en el plano determinado por una recta y un
pumo, una recta y una sola que pasa por el punto y no corta a la recta.
Método Axiomático y Formalismo 73
ux + tyt + wz + r = 0
la incidencia sobre una recta, además, por la ecuación u'x + v'y + w ’z + r' = 0 .
Los axiomas de orden se satisfacen: dados tres puntos (xyz)> (x ’y ’z ’), (v’y ’z ”)
sobre una recta, se dirá que {x'y'z') está entre los otros dos si se tiene al menos
una de las seis siguientes desigualdades:
F i g . 8.
que dados sobre el eje 0,Y los puntos E, A, B (representando respectivamente
a los segmentos 1, a%b) sobre OY los puntos A'B'C (representando respectiva
mente a,b y ah'), el teorema de Pascal afirma el paralelismo úeEB' y de C’A: por
construcción OC' representa también al producto ba.
Método Axiomático y Formalismo 75
65 Hilbert (VI), p. 178-230. Los tres axiomas son: 1. Los desplazamientos forman
un grupo. 2. Siendo A y B dos puntos distintos, se puede, por desplazamientos,
y dejando fijo a B (rotación), llevar a A a una infinidad de posiciones distintas. 3.
Los desplazamientos forman un sistema cerrado. Los desplazamientos son una
puesta en correspondencia biunivoca y continua del plano consigo mismo.
C a p ítu lo II
2 Ibid., p. 246.
3 Hílbert (Vffl), p. 147.
4Ibid., p. 156.
Método Axiomático y Formalismo 79
5 C. Chevalley (I).
6 Fundada por M. Fréchet. Cf. M. Fréchet (I).
7 Esto es lo que ha hecho Nykodym.
8 La integración más general, definida como producto de dos espacios ha sido
introducida simultáneamente por H. Hahn y R. de Possel.
80 Jean Cavaiílés
Fio. 10. I
B (T D
Ä
FIG. 11.
!3 O. Veblen (I).
14 Huntington (X).
84 Jean Cavaillès
15 Hilbert (V).
^ Ibid., p. 183.
86 Jean Cavaillès
>r
a
FlG. 12.
6 Hilbert (IX), p. 1 6 3 .
Método Axiomático y Formalismo 95
2. La formalización
como adjunción de ideales
Hilbert no acepta someterse a esto. No se resigna ni el re
chazo de la teoría abstracta de los conjuntos, y en particular
la aritmética de los números transfinitos “la mas admirable flo
ración del espíritu matemático”7 —rechazo aceptado por mu
chos matemáticos no intuicionistas— ni, sobre todo, la renun
cia a las “elegantes demostraciones” en donde interviene el ter
cero excluido. “Privar al matemático del tertium non datur sería
tanto como privar al astrónomo de su telescopio, de sus puños
al boxeador”8. Es en nombre de la técnica que protesta contra
Brouwer: la teoría de funciones, la teoría de las aplicaciones con
formes y la teoría de ecuaciones en derivadas parciales devie
nen con el intuicionismo “un monton de ruinas”. El problema
existe (hemos visto que el punto de partida filosófico de Hilbert
es idéntico al de Brouwer), pero importa situarlo con respecto a
la verdadera ciencia: no son las dificultades técnicas las que han
provocado, después de la guerra, el desarrollo del intuicionismo:
el análisis fue reelaborado en todos sus sentidos, sus métodos
fueron refinados y mezclados al extremo, sin que apareciera nin
guna contradicción. Si el círculo señalado por Weyl es incontesta
ble, al menos es inofensivo9. La solución no es pues una recons
trucción — que sería una vuelta al pasado10— sino una redistri
bución de los métodos, cada uno puesto en su propio lugar. La
única dificultad viene del infinito: exigir que una demostración
se efectúe en un número finito de pasos es evidente —“¿cómo
podría suceder de otro modo?”— pero queda la referencia a las
colecciones infinitas, ya sea por la aplicación del tertium non
datur (afirmación de la existencia de un objeto... basado en la
12 I b id ., p. 176.
33 Hilbert (XII), p. 73.
98 Jean Cavaillès
3. Definición de un sistema
formal en general
Un sistema formal en general18 es un agrupamiento jerar
quizado de conjuntos de signos —o fórmulas completas— tal
que a partir de algunas de ellas (en número finito, o infinito)
que son consideradas como válidas, se pueden obtener otras gra
cias a procedimientos fijados de antemano y para siempre. Su
definición implica pues: I o La determinación tanto del material
simbólico (signos primitivos y, si es el caso, de los medios para
fabricar nuevos signos, repartidos en diversas categorías) como
de las condiciones que deben satisfacer las únicas reuniones de
signos que serán estudiadas: las fórmulas provistas de sentido,
distinguiendo entre fórmulas completas (que se bastan a sí mis
mas, es decir, las únicas capaces de ser válidas o no) y/ órmuías
parciales, aislabíes sólo a partir de la posibilidad de un reem
plazo mutuo al interior de las primeras (¡reglas de estructura).
2o El enunciado de las condiciones de validez, es decir, la enu
meración (o delimitación) de las fórmulas completas admitidas
como válidas ai principio y las reglas que permiten obtener otras
(reglas de deducción).
Si el formalismo incluye a la lógica, las fórmulas completas
se llaman proposiciones, ios axiomas son el punto de partida y el
18 Cf. A. ïïu'ski (II) y (IV); en (IV) se encuentra una definición abstracta de sistemas
deductivos, a la vez más estrecha y más general que la nuestra; más estrecha por
que descansa sobre la noción de consecuencia, definida con ayuda de la lógica
clásica; más general puesto que alude a las consideraciones naïves de los con
juntos: un sistema es un conjunto de proposiciones; hay que aislar entonces los
sistemas deductivos invariantes respecto a la operación de deducción. Se toma
como base al conjunto de todas las proposiciones compie ras.
Método Axiomático y Formalismo 101
4. Formalismo integrante
Lógica y matemáticas clásicas
Para el cálculo de proposiciones, la definición más breve es la
de Lukasiewicz-Tarski24: además de los signos de proposiciones-
elementos (a,b,c), dos signos fundamentales -i y —►. En las reglas
de estructuras que proponen como proposiciones a las coleccio
nes de signos ^ a ya —* bt etc. interviene la definición de signos
abreviaciones
( i a —► a) —* a
a —► (-ia —+b)
( a —>b)—>[(b —► c) —► (a —► c)]
El inconveniente de tal introducción es que esconde el ver
dadero significado del cálculo de proposiciones, parte común y
privilegiada de todos los sistemas formales clásicos. En realidad
si no se quiere operar una duplicación de las nociones lógicas
intuitivas, se le debe considerar, no como sistema formal par
ticular, sino como complemento de las reglas de estructura y de
deducción en la definición de un sistema formal en general: las
fórmulas completas se suponen repartidas, según su validez o
no validez, en dos clases ajenas (sin elemento común) (princi
pio de no contradicción) y de manera exhaustiva (principio del
tercero excluido). La única novedad es la de considerar esas co
lecciones de una, dos o n proposiciones-elementos que consti
tuirán las proposiciones complejas cuya validez se definirá según
aquella de las proposiciones-elementos (funciones de verdad):
así, para ~^aya A b,a V b,a —► b25 entre las cuales se reestablece
la simetría26. No hay pues ni axioma ni reglas de razonamiento:
la regla de sustitución vale en todo sistema formal, la regla de
separación es consecuencia inmediata de la definición de —+27.
Con la relación a los objetos comienza la matemática verda
dera.* una proposición es la afirmación de que una cierta pro
piedad es poseída por uno o por varios objetos. De ahí tanto la
repartición de las variables en tipos y la introducción de las no
ciones correlativas defunción matemática y de individuo. Una
proposición-elemento es una pareja formada por una variable
-5 -i« vale cuando a no vale; a V b vale cuando al menos uno de los dos elementos
a o b vale; a A b cuando los dos valen a la vez; a —>b vale siempre, salvo cuando a
v a le v i no. Se podrían tomar otras funciones como la incompatibilidad (Nicod).
Para la relación con la lógica tradicional véase J. Cavaillés (IT).
26 Así a —* b se escribe V b,a A b : -t(-uz V -»è)
n ” A ~>b), a V b: -»(-i« A “»è).
Cuando, como es común, las 4 constantes figuran en una proposición compleja,
se conviene, para evitar los paréntesis, que sus potencias de acción relativas sean
determinadas por el orden —+, A, v, -v
Por ejemplo se escribirá: a —► -<b A c V d en lugar de a —► [-«6 A( cV d)\.
27 En efecto, si a y a —*■b valen, h debe valer.
104 Jean Cavai liés
•• •)
es demostrable para toda individualización de las variables x n,
y m se escribe:
n %&(xny n Zn . ..)
Xft 0’n
Si por el contrario ella es demostrable solo para ciertas indi
vidualizaciones de las mismas variables se escribe31:
S Q{pCn-yn&n • • •)
xn
Se dice que las proposiciones están cuantificadas por TI o
por £ y las variables correspondientes (aquí x f1, y n) ligadas por
TI ó 2: no hay más posibilidad de sustitución por individuos para
estas variables. Un cuantificador puede figurar en el interior de
una proposición compleja (por aplicación de la regla de susti
tución): tiene como extensión —fijado por los paréntesis— la
proposición elemental o compleja de la cual liga una o varias va
riables. la introducción formal de los cuan ti ficado res se efectúa
por medio de una regla de un axioma:
a) regla de generalización: se tiene el derecho de cuantifi-
car con II toda proposición válida con variables ligando II todas
o sólo algunas de las variables de la proposición. La extensión de
TI se puede aumentar o disminuir de manera arbitraria (cuando,
por ejemplo, la proposición cuantificada figura en una propo
sición compleja) bajo la doble reserva de que: Io las variables
ligadas por II, u otras variables representadas por el mismo sím
bolo, no aparezcan en las proposiciones parciales admitidas o
excluidas por estas extensiones o estas disminuciones; 2o que el
cuantificador no encierre una negación cuando la proposición
n[S(*)VjB] o na(*)V Î5
La justificación intuitiva de la regla es inmediata: si una pro
posición con variables es demostrable se sigile de la regla de sus
titución que todas sus individualizaciones son demostrables, en
tonces también lo es la proposición cuantificada que resume a
su conjunto.
b) axioma del cálculo de predicados -.
o, reemplazando
n(fl(.r)viB) ->.na(.r)v?í
.V
(Gödel (I), p. 350) que nos parece superfluo. El enunciado de la regla del texto
muestra muy bien que se trata de un solo acto del espíritu que opera sobre el
formalismo.
Método Axiomático y Formalismo 107
34 Cf. Heyting (II), p. 57 y 158, los signos de can tí dad no son, para él, como se
podría creer, simples abreviaciones de conjunciones o disyunciones iteradas.
35 Se puede, desde luego, distinguir en cada tipo diversas categorías de variables,
caracterizadas por los axiomas.
108 Jean Cavaillès
£ n .[*«(*,,_u>Wl...)±=>a] (2)
xn Xn—i xV / t 1•••
(siendo una proposición cualquiera —la expresiónxa reempla
zar—en donde no figuran como variables libres sino las variables
de tipo inferior o igual a n — 1; en cambio, pueden aparecer en
ella variables ligadas de cualquier tipo). El axioma da al forma
lismo su carácter general predicativo, es decir, garantiza la posi
bilidad de llevar cualquier relación a una proposición-elemento
de tipo inmediatamente superior (en el lenguaje de la teoría de
los conjuntos, toda propiedad se expresa por la pertenencia a
un conjunto). En particular, autoriza las definiciones no predi
cativas indispensables en matemáticas: un individuo de tipo n se
puede definir por referencia a todos los individuos de su tipo
(si en ¡3 aparece como variable ligada la variable de tipo n) . Se
“tf/ ~ i o (4)
sj =l sk ~~>j =i k (5)
k = ¿Va(.v).
3# La definición general del término “aquel que” se efectúa por medio de dos
proposiciones:
S 3(.t) y TI [8(A:)A2l(y) -* x ~ y]
.V xj
S n [ í , = 3] (2) bis
í» ï»-i
Para el análisis clásico uno puede limitarse a la aplicación
del esquema (2)bis cuando la variable libre en 3 es de tipo 1:
el esquema expresa entonces que toda relación, por complicada
que sea, puede ser representada por una función de enteros y
asegura el uso universal del axioma de inducción completa.
Este es, en lo esencial43, el sistema desarrollado en los Prin
cipia Mathematica. Permite edificar al análisis clásico y al me
nos una parte de la teoría de conjuntos. Pero las condiciones
planteadas por Hilbert no se cumplen. Los esquemas (2) y (2)bis
representan una infinidad de axiomas, que ninguna ley permite
engendrar (dada la indeterminación radical de la expresión 3) : el
pensamiento intuitivo no rige a la construcción metamatemàtica
del sistema (no se requiere que intervengan las consideraciones
de todas las expresiones o del conjunto de las funciones: no
ciones confusas que el formalismo tiene como misión eliminar).
44 e,x„ es una función de argumento ¡3(.r«) cuyo valor puede ser tanto una varia
ble proposicional como una función o la variable numérica. Prácticamente sólo el
segundo caso interviene en el sistema de Hilbert. Las reglas de sustitución deben
tener en cuenta el carácter funcional de las variables o individuos sustituidos:
e.v„¡3(.Vrt) es una función de tipo n. posee pues a su vez un argumento de tipo
n — 1. Sobre los errores cometidos a este respecto, Cf. von Neumann (II), p. 41.
El índice xn en e,T„ indica que e iig a s ó lo a la variable xn (si otras variables libres
figuran en 3). Puede haber varias e superpuestas, véase infra.
45 Se escribe —siempre en el caso de una sola variable (las fórmulas para el caso
general se deducen fácilmente)—
Método Axiomático y Formalismo 113
n [*„(*„_!)»»]
ï» - t
se tiene:
J n rî„(î„-i) = a]
Ï» frt-l
(Cf. von Neumann (II), p. 43).
En fin, el axioma de inducción completa (ó) se escribe ahora:
(ó) bis
114 Jean Cavaillès
46 En (IX) (p. 176) Hilbert hace alusión a este axioma “transfinito” que le per
mite dominar de manera finita al formalismo de la teoría de números. Lo enun
cia explícitamente por primera vez en 1923 (Hilbert (X), p. 183); en lugar de
la hinción ff,vS(ar) aparece la función t.v3(.y), llamada familiarmente la Aristide:
designa al individuo del cual, antes que cualquier otro individuo, sería verdadero
el predicado 3 (si es que conviene a algún individuo). El axioma (8) tiene pues
la forma (dejamos de lado el índice del tipo) :
“si 3 (y) significa ser corruptible, entonces rA3(.v) designa a cierto hombre de tan
inquebrantable integridad que si se le pudiera comprobar su corruptibilidad, en
tonces todos los demás hombres serían corruptibles” (Ibid., p. 183);
nfl(*)t5S(r*(.r))
£ a(.y) 3(rA->3(.r))
*»+i(C».+i) ^ £ [* „ « „ ) - *i(C„+1(í„))l
<*i caracteriza a la variable numérica). Se ve así que la superpo
sición prosigue en el transfinito47, el tipo u>, caracterizado, por
ejemplo, por48*:
*i(0) (10)
* ! ( « ) - « ! (sa) (11)
- *1 (««i))} - Villini «(it)] (12)
(en donde $ i , es la característica de la variable de tipo 1; $ i , la de
la variable numérica ordinaria £x, a es una expresión cualquiera).
En fin, el axioma de inducción transfinita4^:
a+0 =a
a -f sn• — s(a + «).
Método Axiomático y Formalismo 117
52 cf. cap. IV
53Ackermann (II), P- 1X8, es la función 0(«,¿»,O igual a a + b para c = 0; igual a
b
a 'b para c — 1 ; igual a a b (con n —2 exponentes iguales a b superpuestos) para
c — n. La demostración de Ackermann fue simplificada después en dos artículos
de R. Péter (I), p- 612 y (II), p. 43.
54 Clasificación tomada de R. Péter (I), p. 613. En la recursión adhérente, el valor
4>(n + 1) no depende solamente de 0(n) sino de un cierto número de valores pre
cedentes 0(0), 0(1) ... <j>(n - 1). En la recursión encajada, 0 es también función
de los parámetros; se tiene, por ejemplo, el esquema:
<p(sa,sn) - tp(<p(a,sn),n)
R. Péter demostró (loe.ci/) que las funciones definidas por medio de las primeras
2 especies de recursiónes pertenecen al sistema de funciones recursivas ordina
rias. Se pueden incluso considerar para éstas (esquema (14» un esquema con
un único parámetro. Al contrario, la recursión cruzada es irreductible.
55 Basta, por ejemplo, considerar a la función de tipo 3: rivi/(.v),ó,«) igual a n
iteraciones de la función/ , tomando como valor inicial b —se le define por:
118 Jean Cavaillès
(17)
<f>(a}b,2) = TX(<j>(a,x,l)A,b)
57 se tiene pues, para la definición del esquema, que hacer intervenir sólo una
función de tipo superior (o igual) a la cota establecida: para la determinación de
esta función, ninguna regla se da; el lema II afirma que esto siempre es posible,
las funciones de tipo >2 que intervienen en un esquema universal para una cota
cualquiera no serán, en cada tipo, mas que un número finito (es posible que la
construcción del parámetro exija más).
120 Jean Cavaillès
58ibid., p. 190.
Método Axiomático y Formalismo 121
Las d em o stracio n es
de n o co n trad icción
La no contradicción de una teoría suficientemente rica no
puede ponerse de manifiesto sin algún artificio. La demostrabi
lidad de una proposición no es, en efecto, —como el carácter
“provisto de sentido”— una propiedad estructural: las reglas de
deducción y de sustitución suprimen las huellas del proceso ge
nerador; escapa incluso a toda decisión finita: si el sistema con
lleva una infinidad numerable de axiomas, no hay cota superior
para la longitud de los esquemas de demostración. Es necesa
rio, entonces, recurrir a una caracterización indirecta: una con
dición necesaria mas no suficiente de demostrabilidad, tal que
la negación de un cierto axioma no la satisfaga. Se sabe que
esta negación puede escogerse arbitrariamente si el formalismo
contiene al cálculo de proposiciones; añadida al sistema hace
que todo sea demostrable. Para los sistemas formales del análisis
clásico y de la teoría de números se han ensayado, una tras otra,
la valuación, la desintegración y la efectuación1.
1. Mètodo de valuación:
Ackerman-von Neumann
El método de valuación ya había sido planteado por Hilbert
en 39O42: se trata de encontrar una regla para repartir todas las
proposiciones de la teoría en dos clases tales que a la primera
pertenezcan:
1. todos los axiomas;
2. todas las proposiciones deducidas por medio de las reglas
de una proposición que pertenece a la primera clase;
3. entre las proposiciones de la forma -*¡3, sólo aquéllas para
las que ¡3 está en la segunda clase.
Se ve que todas las proposiciones demostrables pertenecen a
la primera clase y que la negación de un axioma (en general una
proposición y su negación) no puede pertenecer a la primera
clase. Hilbert efectuaba la separación por medio de un forma
lismo rudimentario (inicio de la teoría de los números con la sola
adición de los individuos numéricos) gracias a la homogeneidad
de las fórmulas, es decir, a la presencia del mismo número de
signos de ambos lados de =. Como el único axioma en donde
aparecía la negación es, también, el único axioma que no es ho
mogéneo, las tres condiciones se satisfacían, Ackerman3 y luego
von Neumann4 intentaron retomar la idea para el sistema to
tal del análisis; pero la exigencia de una valuación completa es
entonces exhorbitante. Supone la elección, efectuada para toda
proposición ¡9, entre irrefútabilidad (es decir indemostrabilidad
de -i¡9, con 9 en la primera clase) e indemostrabilidad (9 per
tenece a la segunda clase). La exigencia es menos fuerte que la
de decisión (si la proposición 9 es o no demostrable) ; en efecto,
todas las proposiciones irrefutables (contenidas en la primera
clase) no son necesariamente demostrables; pero como señala
von Neumann: “su relación con todos los problemas matemáti-
5Ibid., p. 22n.
6 El axioma de inducción completa se restringe a su uso elemental : imposibilidad
de asociar a X2 Ü) en (6) proposiciones en donde intervienen variables ligadas
(sería necesario, para ello, o el axioma de reducribilidad, o la función t de tipo
> 3).
126 Jean Cavaillès
a w — a(e*s(*)) (g)bis
2. Método de desintegración:
Herbrand-Presburger
Para un formalismo sensiblemente más restringido, el de la
teoría de números con la función sucesor —como única fun
ción— y las variables ligadas introducidas por el axioma lógico
ordinario (sin s), Herbrand8 y Presburger9 lian dado un método
que demuestra la no contradicción, la saturación, e incluso per-
7 Ibid., p. 46.
8 Herbrand (II). cap. IV
9 Presburguer (I).
128 Jean Cavaillès
x = o V£ je = V + 1
. y
a = b ( mod k)
(k es un número particular). El principio es el mismo: se elimi
nan las variables ligadas satisfaciendo sucesivamente las ecuacio
nes.
Pero las relaciones generales en donde interviene un pro
ducto entre variables no pueden representarse en este forma
lismo, hay que añadir siempre los axiomas que definen a la mul
tiplicación: para este nuevo sistema el método no es utilizable. Si
guiendo la observación de Bemays11, en efecto, ello exige que se
dominen las relaciones formalmente expresadas. Si la reducción
permite un procedimiento de decisión es porque exige efecti
vamente la resolución de todos los problemas: ahora bien, los
problemas irresolubles comienzan, en aritmética, con la multi
plicación como función. La proposición (Teorema de Fermat):
Il (x ¿ o A y ¿ o —► ^ ¿ zk)
xyz
3. Satisfacción en un campo
a. Teorema Löwenheim-Skolem
iiib ü L , p. 371.
12 Löwenheim (I)*
130 Jean Cavaillès
E
/ (Xí>-•./) j'.. -0- •M*,v-•-0
Parece que no se ha ganado nada-, la disyunción está en efecto
extendida, incluso para una sola variable restringida a un infi
nito superior al de la conjunción (infinito de las funciones de
enteros si el dominio base es el de los enteros). Pero para que
la proposición sea verdadera basta probar la verdad de uno de
los términos de la disyunción: bastará entonces definir una sola
función f {x y , ... t), una sola función ... í), etc... Como
el dominio base es arbitrario, todo se reduce a dar un procedi
miento regular que, por una parte, para cada valor de los argu
mentos defina a los individuos-valores de las funciones de índice
y, por otra parte, atribuya a los predicados, así individualizados,
valores lógicos tales que la proposición sea verdadera. Es una
construcción progresiva del dominio que constituirá la demos
tración. Löwenheim demuestra que esto siempre se puede hacer:
en un primer estadio se sustituyen las k variables generales por el
mismo individuo 0, las n funciones de índice tienen entonces n
valores, por ejemplo 1,2,... ,n; se fijan los valores lógicos de ma
nera que la proposición sea verdadera. En una segunda etapa se
consideran las (n + 1)* —1 reparticiones de los n + 1 individuos
puestos previamente, entre las k variables generales (la repar
tición 0... 0 ha sido ya vista) : las funciones de índice dan ahora
((« + 1)* — 1)n individuos nuevos; se fijan los valores lógicos
de los predicados individualizados de manera que la conjunción
de n + 1 términos (se adjunta el término del primer estadio) sea
verdadera y así sucesivamente14. Hay en general muchas solucio
nes en cada estadio (modos de repartición de los valores lógi
cos, entre los predicados individualizados); cada solución en un
->(&r<>ro .. .A'o . •x n A . . . x 0 * „ +1 . . . x 2n A .. -
AÄX/, .. . x ik x N- „ + i .. . xN)
IT -i(Sbfq^o ■ •
xoX ¿ ,, .xN
a Mx í Xq .. .*o*«+i ■ ■ **2« A ...
A¡3br/t .. •Xik xyv -« + l • *-x n )
y
n 2 & y y ...y k z \ ,.,z n A 2 (& v 0 .. * 0 * 1 ■ . . x n A & X 0X i ...
y l .,v„zl ..jr„ xo-.xt+n
XO*n + í ■-X2HA .-. ..■xikXs .■.Xs+ tt)-►
-* s (a.x 0 . . . x 0 X i . . .Xft A ... .. X ¡. Xs . . . X s + n
X Q .. M s + 2 li
ASLryl .. .*yA.rJ+w +1 . . ..T r+ 2 *)-
ß. Teorema de Herbrand
BIBLIOTECA CENTRAL
U .N .A .M .
134 Jean CavaiIlès
Mi Mi
siendo i un individuo cualquiera; 2) la regla de generalización
la conserva: dada la identidad de tratamiento entre variables ge
nerales no dominadas y variables libres, la cuestión es inmediata
pues hay una generalización en una proposición que no involu
cra £. En el caso contrario, siguiendo la extensión más o menos
grande elegida para la nueva II, la variable que liga estará o no
subordinada a variables restringidas. No es evidente que el tra
tamiento dé el mismo resultado. Todo consiste en probar que
Si:
E&r V $
X
£(Ü L rvP )
X
f V h ’ - J jn ) = <l)
S IT¡2bcy
Xy
n %bcy
xy
7. Aplicación de la no contradicción
$ 0 A (-* $ 0 V $ í) A
17 Se puede dar una demostración formal. Los axiomas que definen fix se enun
cian (escribimos para abreviar, fix en lugar de
¿¿0 = 0
[ $ 0 A “ i$ x r A ju .r = 0 ] —► fis x — s x
-i[$ Q A ~ > $ s x A ftx = 0 ] —► p s x = f ix
f i x = sy —► fis y ~ sy A fiy — 0
140 Jean Cavaillès
Se concluye facilmente:
fisx — 0 -+ /¿X— 0
Ilfisx — 0 —►fl[$0 —>
X X
X ~if¿SX — 0 —►X[¿Í5SZ = fXSSZ A fiSZ — 0]
X z
—*X[$0 —►$sz A
z
$0 —►[IT V X A -»O-ssz]
X z
ó
[$0A II($js2t—►jst)]-+ IT
Z X
^v,no,syO
5,7,9,11,13,3 y 1-
Tbda variable del tipo n está representada por un número primo > 13 elevado a
la potencia n. La fórmula
(pe) ~ xD(Q ¿ 0)
(no hay demostración para 0 ^ 0)— la implicación, esta vez for
mal
28 l!n sistema puede ser por lo tanto no contradictorio y te-conr radie torio: basta
añadir a los axiomas del sistema formal considerado Negp(Ap); el sistema es
contradictorio y es, sin embargo, imposible dem ostrar ahí p(Np) (es por lo tanto
no contradictorio).
Método Axiomático y Formalismo 147
2? Gödel (II), p. I9 ln .
30 véase supra, cap.III.
31 Es la única para la que la demostración tiene éxito: sin formalización de la
sintaxis en el sistema no hay dem ostración directa de la no saturación.
148 Jean Cavaillès
-.-lia -V ¡3
(Se sabe que en la lógica intuicionista sólo la implicación 3
—i—.¡a vale). Gödel demuestra por recursion sobre la construcción
de la proposición (es decir api icando la regla de general ización y
la regla de tránsito) que la implicación vale para todas las propo
siciones de la aritmética definida por los axiomas de Herbrand.
Los medios de demostración son exactamente los mismos, sea
que se tome a la lógica clásica o a la lógica intuicionista: las dos
aritméticas se corresponden exactamente, La razón es simple:
los individuos a los que se refieren las proposiciones aritméticas
tas tal y como las ha formulado Herbrand. Por otra parte, la tra
ducción de Godei arroja luz sobre un punto débil de la doctrina
intuicionìsta que mezcla como fuentes de certeza a la evidencia
intuitiva y al razonamiento lógico; si hay un criterio absoluto,
debe ser único, si éste es la intuición no debiera ser posible, por
ejemplo, aplicar el signo de absurdo a proposiciones generales.
Gentzen49 define un construccionismo en términos muy cer
canos a los que utilizaba Herbrand: se puede rebasar lo linito
a condición de no considerar jamás colectividades “en sí”, sino
medios regulados para engendrar siempre nuevos individuos en
un sistema caracterizado (y que sólo existe) por medio de es
tos procedimientos de construcción. Así para la sucesión de los
enteros. Es el papel de este infinito potencial el de dar a los pro
cedimientos metamatemáticos, al mismo tiempo, un poder sufi
ciente y una seguridad mayor que aquéllos de los formalismos
examinados. A costos menores no se puede actuar, y su inter
vención —tal como la concibe Gentzen— tiene la ventaja de loca
lizar dificultades y dudas en un sólo punto, cuando aparece bajo
la forma de una inducción transfinita rigurosamente limitada a
un segmento de la clase II. Es a priori plausible que el método
pueda tener éxito, pues en cada etapa de un razonamiento ma
temático clásico nunca se considera sino un número linito de ob
jetos, individuos, conceptos, resultados de razonamientos ante
riores: Gentzen da una prueba detallada para la teoría completa
de números.
Para toda demostración válida en este formalismo y puesta
bajo una forma canónica, establece que: Ì . existe una operación
de reducción bien determinada (si bien en ciertos casos invo
lucra necesariamente una infinidad de modos diferentes de ac
tualización) que la transforma en una nueva demostración igual
mente válida y de forma igualmente canónica; 2. tras un número
finito de reducciones parecidas, la conclusión de la demostración
deviene una proposición trivial (en la aritmética intuitiva sin va
riable); 3- sólo las demostraciones válidas gozan de las propieda
50 ¡a} <£ son las fórmulas anteriores (en cualquier número), 2D la fórmula pos
terior de la secuencia. Es en general posible transformar una secuencia en im
plicación (Teorema de deducción. Cf. Hilbert-Bernays (IV), p. 155); se cambian
ahora las comas en A. Pero es más cómodo tener las comas; salvaguardan para
las fórmulas así unidas, una especie de independencia lógica: la reducción puede
ser solamente sobre una de ellas. En la fórmula canónica no aparecen más que
A, y n.
51 De ahí la infinita variedad de modalidades de reducción señaladas arriba: el
sentido mismo de la reducción exige que la sustitución sea arbitraria, que la pro
piedad 2 se alcance cualquiera que sea la elección —sin lo cual la propiedad 3 se
perdería. De ahí vienen todas las dificultades de la demostración— y la necesidad
de recurrir al transfinito.
156 Jean Cavaillès
53 Los grados de característica 0 se toman entre los núm eros 0.1, 0.11, 0 .1 1 1 ,...,
0.2; los grados de característica r + 1 entre los números cuya mantisa está consti
tuida por mantisas de números ya constituidos de ca ráete astica r ordenados de
manera decreciente y separados cada vez por r + l ceros. Así para 1 se tiene 1.1,
1.11, 1.1101, l . l l l , 1.11101, etc. El orden se obtiene así: a todo número a de
característica r corresponde un sistema í (a) de números de característica r + 1
cuyo orden se deduce del conjunto de números de característica r ya ordenados
(en efecto, se obtiene añadiendo a la mantisa de a sucesivamente estos núm e
ros). En fin, las 5 (a ) tienen entre sí el mismo orden (de magnitud) que las o¡. Se
ve que el tipo de orden de los núm eros de característica 0 es w + 1, para 1:
2tu+1 = u> • w, luego 2WW = tuw, etc.
Método Axiomático y Formalismo 159
La situación
p ara el form alism o radical
Tal parece que éste es el máximo de claridad que se puede
obtener, hasta que un nuevo resultado aparezca, sobre el pro
blema del fundamento. La solución de Hilbert tenía el singu
lar mérito de indicar por sí misma el criterio preciso del cual
dependía su validez. “A pesar de las investigaciones intensas y
de las muchas ideas de demostración, ninguna ha logrado el
objetivo”1planteado originalmente. En este caso la actualización
efectiva transformaba a las consideraciones sobre las matemáti
cas en construcciones matemáticas: “en el dominio de las re
flexiones me tama temáticas el riesgo de las ilusiones se vuelve
particularmente grande”23.Ninguna reflexión filosófica sospechó
jamás^, y al parecer no podía sospecharlo antes de Gödel, la im
posibilidad de extender métodos como los de Ackermann y de
von Neumann a la teoría general de los números. Al menos para
el formalismo radical, tal como lo presenta von Neumann, el re
sultado de Gödel es decisivo: si la matemática recibe su validez
objetiva de su representación como sistema —o colección de
L a s i t u a c i ó n p a r a e l l o g ic i s m o
9Ibid, p. 210.
W Ibid. , p. 66
*lib iti, p. 254.
12 Fraenkel (V), p. 383-
Método Axiomático y Formalismo 165
/(* ) = o
es a la vez situación y expresión de una situación. Pero desde el
juego sobre la ecuación, su tratamiento efectivo, se separan acto
y discurso. Si las matemáticas son un trabajo sobre fórmulas, ellas
no son ni el sistema formal de Russell ni el sistema formal de Hil
bert. Ambos carecen de interés salvo para la teoría de conjuntos
(o para la combinatoria lógica)24donde justamente los razona
Experiencia dialéctica
y existencia de objetos
a. El campo temático y los métodos
31 De ahí, por ejemplo, el pape) del cálculo de probabilidades que parece ser
el desarrollo matemático de la experiencia i>?dividuo-colediiddad . Esperamos
regresar a ello en otra parte.
176 Jean Cavaillès
*
En el texto original están invertidos “esto” con “aquel" (N del T).
Método Axiomático y Formalismo 177
F ráen kel A, (I). Über den Begriff "definit" und die Unabhängig
keit. des Auswahlaxioms. S.B. preuss. Akad Wiss., 1922,
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------ (IÏ). Untersuchungen über die Grundlagen der Mengenle
hre, Math Zeitschr., t. 22 (1925), p. 250-273-
------ (III). Zehn Vorlesungen über die Grundlegu ng der Mengen
lehre. Leipzig u Berlin Teubner, 1927.
------ (IV). Einleitung in die Mengenlehre. 3e. écl. Berlin, Sprin
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173-198.
------ (III). Zur intuitionistischen Arithmetik und Zahlentheo
rie. Ergehn, Math. Kolloquiums (Menget*), 1933 Heft 4,
p. 35-38.
Método Axiomático y Formalismo 183
B
Baire: 14, 18.
Baldus: 86.
Becker: 38, 122.
BernaysP: 86, 102, 109, 121, 128, 149, 151, 155, 161, 171.
Bien definido (conjunto) —Borei—: 17, 18.
Bien ordenado (conjunto): 15, 158.
B-medible (conjunto): 18-20.
Bolyai: 64-66.
Bolzano: 50-52.
Borei: 14-27, 45.
Brouwer: 38-48, 95, 97, 150, 169, 172.
Brunshvicg: 28-29, 36, 49, 172.
190 Jean Cavaillès
D
Decisión. 123, 128, 138, 167.
Dedekind: 51, 56-61, 91, 95-96, 99, 167-169.
Deducción (reglas de): 100,
Dehn: 63-65.
Desargues (teorema de) : 70-73, 81.
Descartes: 28-30.
Desintegración (método de): 123.
Diagonal (procedimiento): 120.
Método Axiomático y Formalismo 191
E
e (función): 112, 152.
Efectivo (noción de) —Lebesgue—: 22.
Efectuación (método de): 123-
Elección (axioma fuerte de) : 114.
Esquematismo (kantiano): 32-38.
Estructura (reglas de): 105.
Euclides: 50, 55, 63, 65-66.
Explícita (definición): 109-
Extensión (axióma-esquema de) : 109-
Extensión (de un cuantificador): 105.
F
Fermat (teorema de): 97, 129-
Función matemática: 110.
Formalismo radical —von Neumann—: 99:
Fórmulas completas: 100.
Fórmulas parciales : 100.
Fórmulas provistas de sentido: 100.
Fraenkel: 62, 146, 161, 164.
Frege: 51, 56, 59-63, 91, 95, 163, 165, 170.
G
Gauss: 51, 56, 58, 64.
Generalización (reglade): 105.
Gentzen: 141, 151, 154-159, 162, 166, 169, 171.
Gergonne: 65.
Glivenko: 151.
Gödel: 105, 141-149, 150, 151, 152, 157, 162, 164.
Gödel (teorema de): 144-146, 157, 161.
Grassmann: 52-64, 59, 61, 66.
H
Hamilton: 53.
192 Jean Cavalli cs
I
t (término de Russell); aquel que: 109-
Ideales (adjunción de): 95-98, 100.
Incidencia (axiomas de): 66, 70, 82.
Independencia (de sentido y de afirmación): 82.
Individuo (en lógica): 104.
Inducción completa (metamatemàtica) : 126, 133 -
Inducción completa (axioma general de la): 109-110, 125, 138-
141.
Inducción completa transfinita (axioma de la): 115-116.
Indice (función de) que hace corresponder a todo sistema de
individuos sustituido por las variables restringidas (genera
les) situadas en Ja extensión de una variable general (res
tringida), un individuo sustituiblc por esta variable: 130-
131, 134, 136.
Intersección (esquema lógico de Ja) —Gentzen—. 155.
Intersección (fórmula d e)—Gentzen—: 155, 156.
Irreductible (sistema)—Tarski—: 101.
Isomorfismo (de modelos que satisfacen un sistema de axio
mas): 84.
K
Kant: 28, 32-37, 42, 62.
Kästner: 50.
Keldych: 19.
Método Axiomático y Formalismo 193
L
Lambert: 63- *
Lagrange: 50.
Lautman: 163, 173-
Lebesgue: 14, 20, 22-27, 89-
Leibniz: 28, 29, 30-32.
Lejeune-Dìrichlet: 58.
Libre (variable) —no ligada—: 108.
Ligada (variable): 105.
Lobatchewsky: 64-66.
Löwenheim: 129-134.
Löwenheim (teorema de). 130-133.
Lukasiewicz: 102, 141.
Lusin: 19-21, 26..
M
Malebranche: 29.
Medible (conjunto), en sentido de Lebesgue: 23-24.
Metalenguaje (lenguaje superior en el cual se formula la sintaxis
de un lenguaje base): 39, 142.
Morgan (de): 53-
N
Neumann (von): 99, 112, 113, 121, 124-127, 141, 146, 147, 151,
159, 161, 162, 167.
Nicod: 103.
Noether (Emy): 86.
Nombrable (noción de)Lebesgue: 22.
No contradicción. 123, 127, 137, 146.
No contradicción-^}{Godei): 147, 149.
194 lean Cavaillès
O
Ordinales transfinitos (números): 15.
Orden (axioma de): 66, 70.
P
Pascal (teorema de): 69, 74.
Pasch: 51, 66, 68, 70, 71, 74, 84, 89-
Paso (regla de): 106.
Peacock: 53-
Peano: 56, 61.
Peano (axioma de): 109, 125, 137.
Peter R.: 117.
Poincaré: 14, 98.
Poncelet: 65.
Portadora (variable) de un axioma o de una regla lógica: 110,
155.
Predicativas (no): 168.
Predicado (cálculo de): 104.
Predicados (axioma del cálculo de): 125, 106.
Presburger: 127, 128.
Projectivo (conjunto): 20, 25.
Proposición compleja: 103.
Proposición ciernen tal . 104.
Proposiciones (calculo de): 102.
Potencia (de un conjunto): 16.
Prenexa (forma de una Proposición): 133-
R
Ramificados (teoría de tipos) : 111.
Ramsey: 111.
Recursion ordinaria (definición par): 115, 137, 138, 143.
Recursion transfinita-. 115, 147.
Metodo Axiomático y Formalismo 195
S
s (sucesor): 110.
Saturación: 84, 127, 147, 149, 163, 167.
Axiomas de saturación —Hilbert—: 85.
Schaper (von): 70.
Schröder: 130.
Schweikart: 64.
Separable (conjunto): 45.
Separación (reglas lógicas de ): 102, 103-
Sierpinski: 20, 25.
Sintaxis de una lengua. 141, 164, 165.
Skolem: 152, 171.
Souslin: 20.
Sucesión libre de elección —Brouwer—: 44.
Sucesión lógica: —Gentzen—: 154.
Stackel: 65.
Staudt (von): 67.
Steinitz: 86.
Stolz: 71.
Sustitución (reglade): 101-103.
T
t: (función de la Aristide) —Hilbert—114.
Tarski: 100-102, 141, 170.
Taurinus: 64.
Tautología: 62, 162.
Tercero excluido: 40-43, 95-97, 103.
196 Jean Cavaìllès
V
Valuación (mètodo de): 123-127.
Variables (lógicas): 101.
Veblen (O): 83-85, 87.
Verdad (función de): 103-
W
Wavre: 177.
Weber: 60.
Weierstrass: 96, 99, 171.
Weyl(H.): 38, 43, 95, 127.
Wiener (H.): 69, 71, 74.
Wittgenstein: 163, 170.
2
Zermelo: 22, 61, 146.