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anteriormente llamada la Gran Guerra,[b]​fue una confrontación bélica centrada en Europa que

empezó el 28 de julio de 1914 y finalizó el 11 de noviembre de 1918, cuando Alemania aceptó


las condiciones del armisticio.

Recibió el calificativo de «mundial» porque se vieron involucradas todas las grandes potencias
industriales y militares de la época, divididas en dos alianzas.[7]​Por un lado, la Triple Alianza
formada por las Potencias Centrales: el Imperio alemán y Austria-Hungría. Italia, que había sido
miembro de la Triple Alianza junto a Alemania y Austria-Hungría, no se unió a las Potencias
Centrales, pues Austria, en contra de los términos pactados, fue la nación agresora que
desencadenó el conflicto.[8]​Por otro lado se encontraba la Triple Entente, formada por el Reino
Unido, Francia y el Imperio ruso. Ambas alianzas sufrieron cambios y fueron varias las
naciones que acabarían ingresando en las filas de uno u otro bando según avanzaba la guerra:
Italia, el Imperio del Japón y Estados Unidos se unieron a la Triple Entente, mientras el Imperio
otomano y el Reino de Bulgaria se unieron a las Potencias Centrales. Más de 70 millones de
militares, de los cuales 60 millones eran europeos, se movilizaron y combatieron en la entonces
guerra más grande de la historia.[9]​

La Segunda Guerra Mundial fue un conflicto militar global que se desarrolló entre 1939 y 1945.
En ella se vieron implicadas la mayor parte de las naciones del mundo, incluidas todas las
grandes potencias, así como prácticamente todas las naciones europeas, agrupadas en dos
alianzas militares enfrentadas: los aliados de la Segunda Guerra Mundial y las potencias del
eje. Fue la mayor contienda bélica de la historia, con más de cien millones de militares
movilizados y un estado de «guerra total» en que los grandes contendientes destinaron toda su
capacidad económica, militar y científica al servicio del esfuerzo bélico, borrando la distinción
entre recursos civiles y militares. Marcada por hechos de enorme repercusión que incluyeron la
muerte masiva de civiles —el Holocausto, los bombardeos intensivos sobre ciudades y el uso,
por única vez, de armas nucleares en un conflicto militar— la Segunda Guerra Mundial fue la
más mortífera de la historia con un resultado de entre 50 y 70 millones de víctimas, el 2,5 % de
la población mundial.[1]​

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