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Iglesia Bautista Monte de

Sion

para
Un
atesorar
Lecturas y devocionales
Que preparan el corazón para
Navidad
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

Puesto que ya muchos


han tratado de poner en orden
la historia de las cosas
que entre nosotros han sido ciertísimas,
tal como nos lo enseñaron
los que desde el principio lo vieron con sus ojos,
y fueron ministros de la palabra,
me ha parecido también a mí,
después de haber investigado con diligencia
todas las cosas desde su origen,
escribírtelas por orden, oh excelentísimo Teófilo,
para que conozcas bien la verdad de las cosas
en las cuales has sido instruido.

Lucas 1: 1-4

INTRODUCCION
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

¡Feliz navidad! Se oye y se lee por todos lados. El abrumador destello de luces,
la música navideña y las pilas de cosas que puedes llevar a casa para dar
felicidad a los tuyos se ve por doquier.

Ha llegado el tiempo en que el corazón se constriñe, sacamos un poco de la


mucha misericordia que tenemos y hasta nos atrevemos a perdonar a aquel que
nos ha ofendido. Solo porque es navidad el espíritu cambia y creemos estar
disfrutando “la verdadera navidad”.

Pero, hoy estamos a punto de ver una Navidad diferente. Tal vez nada de lo
antes mencionado desaparezca, pero, en su lugar… esperamos que algo dentro
de tu corazón sí.

Cada día, sugerimos una lectura que nos llevara a adentrarnos al corazón de
Lucas, el medico amado. Aquel que se dio el tiempo para descubrir y compartir
detalles sorprendentes del nacimiento, niñez, juventud y madures del personaje
principal de esta temporada: Jesús.

Esperamos que con cada lectura y devocional puedas conocer y amar la


verdadera navidad. Navidad significa “nacimiento”. Y eso desea el Señor en
nuestras vidas: un nacimiento constante, un renacer a algo nuevo y bello, de
edificación y crecimiento.

Atrévete a absorber por 24 días lo que Lucas tiene que enseñarnos de la


verdadera navidad y guarda esos 24 regalos en tu corazón. Atesóralos y
compártelos con todos aquellos a quienes amas.

De mi corazón al tuyo…

Francis de Rangel.

Lucas 1
El regalo de una promesa cumplida.
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

Yo crecí en el tiempo en el que cuando oías el silbato a lo lejos sabias que había llegado a tu casa
el cartero. ¡Cuánta alegría acumulada en segundos! El tener noticias de personas lejanas hacia
que el corazón palpitara a una velocidad que sentías que se saldría de su lugar.

Al ver al cartero todos corríamos a la puerta con mama y mientras ella firmaba de recibido
nosotros veíamos ansiosos la carta. La olíamos, la mirábamos por todos lados. La letra, el
remitente, las estampillas… ¡todo! La mayoría de las veces traía buenas noticias, palabras de
ánimo y sobre todo mucho amor de parte de esa tía que nos escribía. Ella conocía de la palabra de
Dios y su deseo era saber que seguíamos al Rey de reyes y Señor de señores. Ella deseaba que
conociéramos el evangelio de la manera correcta y un día, si Dios se lo permitía, deseaba venir a
Monterrey y vernos dentro de la verdad que cambia al mundo.

Al leer el libro de Lucas podemos ver que, aunque fue escrito hace más de 2,000 años, ese era el
propósito del autor. Teófilo, quien recibiría la carta, era muy amado por Lucas. ¿Y porque lo sé?
Porque cuando una persona te ama desea por todos los medios que conozcas el Evangelio de
Salvación.
Con ese propósito en mente, Lucas dedica tiempo para escribir esta “carta” a Teófilo para que
conozca la verdad de las cosas en las cuales ha sido instruido… el Evangelio.

Para comenzar nuestra devocional quisiera llevarte al verso 30 que dice:


“Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.”
Dentro de esta porción del primer capítulo de Lucas resaltemos tres palabras “has hallado
gracia”. La gracia es para los cristianos “un favor inmerecido”; Y ese regalo dado a María ha
sido una promesa para nosotros desde el principio de los tiempos.

Si me acompañas a Génesis 3:15 que dice: “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu
simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.” Vemos
como Dios se duele tras la desobediencia del hombre en Edén y advierte que a partir de ahí habría
siempre una batalla entre el hombre y Satanás. A Raíz de eso, ya Dios pensaba mandar un
Redentor que derramara su “gracia” al mundo. Ese don inmerecido, esa promesa, estaba vigente
solo que en María se haría humanamente visible. La promesa se cumplía.

Si leemos detenidamente Lucas 1 podremos ver desde el comienzo que la gracia de Dios se
manifiesta en muchas maneras:
 En Lucas. Le fue dado el deseo de que otros conozcan la verdad sobre el Evangelio.
 En Zacarías y Elizabeth. Dios ha prometido un hijo. Siervos de Dios, creyentes, fieles
pero ancianos y estériles. Creyéramos que por su servicio podrían obtener todo, pero no.
Y aunque todo se ve difícil, esa promesa se cumple por gracia.
 En María. Una joven virgen que concebiría por medio del Espíritu Santo arriesgando su
vida al ser obediente a Dios. No solo sería la madre del Salvador del mundo, se casa con
José y es bendecida y recordada a través de la historia. Por gracia.
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

Como podrás ver la gracia de Dios se manifiesta. Hoy en día es igual. El Señor ha hecho muchas
promesas. Y cada una de ellas se ha cumplido. Y esto es por gracia, por amor a la humanidad.

Cada navidad decimos recordar el nacimiento del Hijo de Dios pero, ¿de verdad pensamos en
cada detalle que fue preparado para que nosotros obtuviéramos gracia por medio de una promesa
cumplida?

Hoy te animo a que no olvides agradecer a Dios por pensar en ti. Por preparar un nuevo
nacimiento que derramaría gracia en nosotros. Por cumplir sus promesas y enviar un Salvador.

Lucas 2
¡Abre la caja y obtén vida eterna!
¿Has recibido regalos que hayan cambiado tu vida? Una navidad, siendo muy pequeña,
precisamente a los 10 años recibí un regalo fabuloso. Para que entiendas porque fue tan
significativo vayámonos meses atrás.

El mes de Septiembre de 1988 llego a Monterrey un huracán que causo estragos. Para esas fechas
recuerdo que mi padre descanso algunos días de su trabajo y pintábamos la casa. Al terminar nos
sentamos a la mesa y, después de cenar dijo que nos pediría algo especial. Cada uno debía de ir a
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

la caja de juguetes y tomaría el que más le gustaba. Fuimos y lo hicimos. Regresamos y


esperábamos la siguiente orden. Mi hermana de 12 años, mi hermano de 5 y yo. De inmediato
nos dijo que tomáramos un juguete. Con el que jugábamos más. Y así lo hicimos. De inmediato
regresamos y nos dijo: ahora, saquemos todos los juguetes y hagamos bolsas pequeñas que
contengan juguetes de niños y niñas por separado. Y así lo hicimos. Al terminar, nos pidió que
cada bolsita la depositáramos en unas redes y que decidiéramos cuantas deseábamos llevar a
niños que habían perdido todo. Nos explicó en ese momento lo que era un huracán y como había
afectado nuestra ciudad y, al final… decidimos dar todas las bolsas para esos niños. Tres meses
después, mi papa llego con un bebe llorón para mi hermana, otro para mí, y un triciclo para mi
hermano. Sin saberlo, mi padre nos dio el mejor regalo antes de dejarnos pues para octubre del
siguiente año partió a la presencia del Señor.

Al disfrutar el capítulo de hoy pude darme cuenta que Dios nos ha dado un regalo realmente
valioso. Para obtenerlo hay que dejar muchas cosas, tal vez sucias, usadas; pero lo que nos espera
al abrirlo es algo que realmente trae luz a tu vida. Lee conmigo Lucas 2:11 “Que os ha nacido
hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.” El capítulo 2 de Lucas por
muchos ha sido amado, memorizado y estudiado pues trae el regalo más lleno de bondad para la
humanidad a través de los tiempos. En él se narra el nacimiento virginal de Jesús; el lugar donde
sucedió; las circunstancias que lo rodearon; pero, quisiera resaltar la magnitud que alcanzo siendo
que solo algunos fueron invitados a tal evento.

Los Ángeles. Desde el principio de Lucas vemos que los ángeles estuvieron presentes en diversos
tiempos. Al anunciar el nacimiento de Juan; al anunciar el nacimiento de Jesús. Cuando
anunciaron el nacimiento de Jesús a los pastores; cuando Jesús oro en Getsemaní le fortalecían
(no dudo que con palabras directas de Dios), y en la resurrección de Jesús para brindar guía a las
mujeres en el sepulcro.
¡Ellos fueron mensajeros! Cada participación que tuvieron fue con la finalidad de darle su lugar a
Jesús y adorar a Dios. Pero también para preparar todo para que tú y yo conociésemos de este
regalo. Una presencia celestial habría de llamar la atención terrenal en aquellos para quienes les
era difícil creer.
Los pastores. Para ponerte en contexto déjame decirte que el trabajo de pastor era
menospreciado por la mayoría de los judíos. ¡Pero en este capítulo se menciona que a los
primeros que se les da la noticia es a ellos! Los pastores de los que hablamos estaban haciendo su
trabajo, cuidando de las ovejas.
Una noche normal para ellos, rutinaria. Y justo cerca de donde estaban se estaba llevando a cabo
un milagro. Emanuel, Dios con nosotros estaba naciendo. Ahora, eso es un recordatorio para ti y
para mí de que a veces Dios está obrando y mostrándose en un lugar cercano, cuando estamos
totalmente ajenas a lo que está sucediendo y no lo estamos esperando.

Los pastores son anónimos, no sabemos sus nombres, no había en ellos poder o influencia.
Probablemente eran pobres, sin educación y de hecho los pastores estaban ubicados cerca de lo
más bajo en la escala social. Siendo que su trabajo requería quedarse con las ovejas durante el día
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

de reposo, cuando otras personas iban a ofrendar sus sacrificios y obtener el perdón y la limpieza
de sus pecados, los pastores no podían hacer eso. Ellos debían permanecer con sus ovejas. No
podían celebrar el día de reposo con frecuencia. Así que era impuros ceremonialmente. Y por esa
razón se les consideraba marginados de Israel. ¿Quién entonces quería ser un pastor? Aun así,
para Dios ser un pastor es un llamado noble.

En primer lugar, Dios se describe a través del Antiguo Testamento como un Pastor para su
pueblo. Muchos líderes y héroes del Antiguo Testamento fueron pastores. Por ejemplo: Abraham,
Isaac, Jacob, Moisés, David. Estos fueron grandes hombres de Dios, y fueron pastores. En el
Nuevo Testamento, Jesús se describe a sí mismo como «el buen pastor que da su vida por sus
ovejas» (Juan 10:11).

Estos pastores cuidaban ovejas para que no resultaran heridas o contaminadas de alguna manera,
porque se tenían que ofrecer corderos puros. Estas ovejas tenían la intención de apuntar a Jesús.
Cuán apropiado fue que para aquellos que cuidaban los animales que eran preparados para la
Pascua y otros sacrificios, que los ángeles les anunciaron el nacimiento del «Cordero de Dios»
que quitaría el pecado del mundo DANDO VIDA ETERNA.

La escritura dice: «Y lo vil y despreciado del mundo ha escogido Dios… para que nadie se jacte
delante de Dios» (1 Corintios 1:28-29).

La vida de Cristo aquí en la tierra comenzó en un pesebre destinado para el ganado y termino en
una cruz reservada para criminales. Pero ese era el plan. Dios con dolor lo permitió para que tú
obtuvieras la vida eterna. Y esta solo vendrá por medio del Señor Jesús. ¿Tú le has creído? No
importa tu condición, lo vimos con los pastores. Si tú eliges amarle y servirle serás testigo de
cosas maravillosas. Y pronto, muy pronto, de la anhelada vida eterna.

Lucas 3
El regalo de una familia.
Hoy, al comenzar a escribir necesite mirar una imagen del nacimiento de Cristo. Vi una familia.
El Señor nos ha provisto de algo tan hermoso como lo es el estar en familia. A veces lo damos
por sentado y dejamos de tomarle la importancia debida a tan maravilloso regalo.

Al observar el nacimiento de Jesús podemos ver la dura forma en la que el Hijo de Dios nació.
Siendo un rey merecía todo… pero en cambio nació en la más humilde forma. Rodeado de paja y
animales, con personas que no le conocían, con unos padres primerizos y solos… pero todo esto
estaba en el maravilloso plan de Dios.

Lucas 3 nos habla en los versos del 23 al 38 del árbol genealógico de Jesús.
¿Porque fue incluido este “árbol genealógico”? ¡Pues porque está lleno de promesas!
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

Cuando Adán y Eva pecaron, hubo consecuencias para el hombre. Ante eso, el Señor nos dio
esperanza. Dios prometió que de la simiente (semilla) de la mujer vendría el que heriría en la
cabeza a la serpiente (Génesis 3:15). Aprenderemos en el resto de Lucas que Jesús es ese Hijo
prometido que hiere a Satanás (la serpiente antigua según Apocalipsis 12:9) y que vencerá para
siempre con su regreso.

Así que, considerando que Dios formo el primer matrimonio. Que una de las primeras ordenes de
Dios a Adán y a Eva fue “multiplicarse”, que proveyó para que una familia subsistiera aunque la
humanidad se perdía después de un diluvio y que antes, mucho antes de que el Salvador del
mundo naciera ya estaba preparando una familia podemos ver lo importante que es para Dios la
familia.

Ahora, En Lucas 3:23-38 podemos ver la familia de Jesús por parte de su madre, María. Jesús
tenía una familia terrenal muy grande. Tal vez tengas una igual. Pero resaltemos que al conocerle,
el Señor nos ha dado una familia espiritual aún más grande.

Siendo que no somos judíos habíamos perdido tal privilegio pero mira lo que dice su palabra:
“Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos,
y miembros de la familia de Dios.”
Así es. Y puedes estar segura de ello. El Señor no miente. El Señor hizo un injerto. Tú y yo no
éramos nadie. Vivíamos en el mundo, llenos de pecado. Dolidos con la vida y sufriendo las
consecuencias de nuestros actos. Pero el maravilloso amor se manifestó. Y el día que creímos nos
“injerto” en su familia.
Hoy somos hijas e hijos de Dios, hermana, se nos ha llamado “coherederas de la gracia”. Como
sus hijos somos parte de esa familia y es un gozo poder decir… Dios es mi padre y mi familia son
todos aquellos que le han aceptado como su único y suficiente Salvador.
Por ultimo quisiera darte este dato: en la biblia hay más de 300 textos que nos hablan de la
familia.

Para mi Padre hablar de tal tema no es un juego. Y lo confirma. Acércate a él, deja en sus manos
a toda tu familia. Agradece por ella y pide por que sean parte de la familia espiritual a la que
perteneces. Pues este regalo es maravilloso.
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

Lucas 4
¡Oh, Sorpresa! Él se hizo igual a mí…
Hace algunos años, en mi inmadurez y rebeldía llegue a pensar que era inútil pasar por el dolor.
Siendo que el Dios en el que creía era poderoso, supuse que “debía” librarme de todo aquello que
me hiciera daño. ¿Has pasado por momentos difíciles y has deseado todo eso fuera “como un
sueño” y abrir los ojos y estar en otra situación?

Esos momentos en que sentimos la soledad podríamos compararla a un viaje por el desierto.
Porque nos hace falta el agua de la palabra de Dios, nos abruma el calor de la batalla, nos
intimida el peligro… nos sentimos fuera de nuestro “hábitat”. Pero déjame decirte algo: Jesús te
entiende.

En nuestra lectura vemos que Jesús fue tentado. ¡Tuvo su desierto durante 40 DIAS! Pero veamos
frase por frase.
Jesús. Lleno del Espíritu Santo. Jesús fue tentado en un momento en el que se sentía cerca de
su Padre. Satanás no hará nada con el débil, alejado o desanimado ¡porque no tiene nada que
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hacer en él! En cambio, cuando el cristiano está en su primer amor, sirviendo y ocupado
agradando a Dios, es cuando sentirá esa prueba llegar.
Fue llevado por el Espíritu. Dios ha de permitir estos desiertos en nuestra vida para hacernos
brillar. Tenemos la oportunidad de demostrarle a nuestro Padre que creemos de verdad en cada
promesa que nos ha hecho y… que sabemos que él está a nuestro lado para ayudarnos a sacar lo
mejor de esta situación.
Entonces el diablo le dijo. Satanás no puede habitar nuestro corazón si, solo si, está habitado
por Jesús. El solo tratara de convencernos. Hablará a nuestras mentes. Tratará de intimidarnos.
Escrito esta. La respuesta que dio Jesús hazla tuya. Si deseamos poder hacer frente a las
artimañas de satanás no hay otra manera más letal que conocer la Palabra de Dios. Debemos
conocer sus promesas y hacerlas nuestras para poder combatir cada dardo de fuego del maligno.

El desierto que vivió Jesús me hace entender que ¡sí! ¡él se hizo igual a mí! El vivió y sintió lo
mismo que yo siento hoy. Solo que NO PECO. Él se hizo igual a ti y a mí para hacernos ver que
cada batalla puede ser ganada y si así no fuera al final el obrara. En su muerte hubo dolor,
muchos pensaron que se había perdido todo, no hallaban un final feliz pero ¡el plan continuaba!
¡Y él seguía obrando! Satanás no es todopoderoso como mi Señor. Tomemos la palabra de Dios
como escudo y luchemos cada batalla con valor.

Si puedes observar. Después de que Jesús logra salir de esa prueba su vida espiritual florece aún
más. Comienza su ministerio, comparte su conocimiento y hace grandes milagros en el nombre
de su Padre.
Dios nos dio un regalo: vimos su humanidad en este capítulo. Agradezcamos a Dios por este
hermoso ejemplo de vida y fortalezcámonos en su palabra. Y, si pasas por un desierto en estos
momentos, recuerda: el arma esta en tus manos.
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

Lucas 5
La tarjeta dice: El Señor es mi pastor, nada me faltara.
¿Has leído el Salmo 23? Hace unos años un regalo llego a mis manos con un papel que tenía
escrito el salmo 23. No sabes cómo lo atesore dentro de mi Biblia y agenda. Y en los momentos
más importantes lo sacaba y leía nuevamente. He de decir que de los primeros pasajes bíblicos
que recuerdo haber aprendido en mi niñez es este. Y el primero que le enseñe a mi hijo cuando
apenas balbuceaba es este. ¿Porque? Porque la seguridad que infunde traspasa tiempo, lugar y
pensamientos.

Nuestro Padre celestial ama y conoce a la humanidad. Y desde antes de la fundación del mundo
el comenzó a proveer lo que sabía un día sería una necesidad para nosotros: oxigeno, gravedad,
flora, fauna, calor, agua, etc…Hablando de lo espiritual es exactamente lo mismo. Él sabía que el
humano necesitaba de alguien en quien confiar y creer. Sabía que el pecado nos arrastraría y que
necesitaríamos un Salvador… ¡y lo proveyó! ¿Imaginas eso? Él es nuestro “Jehová-Jireh”
(nuestro proveedor).

En el capítulo 5 de Lucas vemos verso a verso el poder de nuestro Jehová-Jireh.


(1-7) El Señor proveyó a unos pescadores cansados e incrédulos la mayor pesca de sus vidas. A
raíz de ello el abrió sus ojos proveyendo un corazón dispuesto y ellos… creyeron en él.
(8-11) El Señor se proveyó de siervos, compañeros de batallas que recibieran sus enseñanzas y
vivencias para hacerlos futuros predicadores de tales verdades.
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

(12-16) El Señor proveyó misericordia. En medio de las enfermedades y adversidades que el


mundo vive necesitamos el ejemplo de un ser misericordioso y lleno de amor para con los
desvalidos. Jesús nos proveyó tal ejemplo.
(17-26) ¡Oh, cuanto nos da el Señor! Este pasaje nos dice algunas de las cosas que él nos provee
como a aquel paralitico; Él nos da su palabra, poder, amor, perdón, salud, estabilidad y grande
bonanza cuando creemos en él.
(27-32) Un llamado. Nuestro Salvador sabe cuándo hay un corazón que desea hacer más, el ser
llamado para servir siempre será una dulce voz, ¡escúchala y obedécela!
(33-39) Enseñanza, ejemplo y crecimiento. ¿Que acaso no es así que vemos fruto en nuestra
vida? ¡El provee!

Como puedes ver. Cada día hay una oportunidad para acercarnos al trono de la gracia y orar y
dejar nuestras cargas y peticiones; pero debe haber un tiempo especial para agradecer cada una de
las cosas que el Rey de reyes provee a nuestras vidas.
¿Qué es lo que hoy te dio el Señor? ¡Agradece por ello! Y recuerda. A su lado… ¡nada te faltara!

Lucas 6
El regalo del perdón.
Tema difícil. Oremos antes de comenzarlo…
“Señor Jesús. Hoy soy tan indigna como el primer día. Pero tu amor es tan abundante como
desde la creación del mundo… te ruego que hoy nos permitas tomar lo que tienes para nosotros
y hacer decisiones que cambien el rumbo y vayamos hacia ti. Amen.”

Por un largo tiempo vi el perdón como un regalo que ofrecía a la otra persona. Y eso hacía que el
perdón fuera mucho más difícil. No quería ofrecerles un regalo. No se lo merecían. Después de
todo, me hicieron daño. ¿Por qué debía hacer yo todo el pesado esfuerzo emocional? Pero la
Palabra de Dios trajo nueva y vivida luz a este tema. Aquí hay dos verdades radicales sobre el
perdón.

PERDONAR ES UN REGALO PARA TI.


¿Notaste en Lucas 6:37 lo que Jesús mencionaba como pre-requisito para tu propio perdón?
**Que nosotros hayamos perdonado a otros**

En Mateo 6:14-15 Jesús da la misma advertencia en términos más fuertes: “Porque si perdonáis
a los hombres sus transgresiones, también vuestro Padre celestial os perdonará a vosotros, Pero
si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras transgresiones.”

¿Por qué traza Dios una línea tan marcada? Porque Él sabe que la falta de perdón a la larga nos
duele más a nosotros que a la persona que nos ofendió. Cuando rehusamos perdonar, nos
volvemos enojones, amargados, ansiosos y depresivos mientras que la persona que necesita
perdón puede estar ajena al daño que ha hecho.
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

Una vez lo oí decir de esta manera: Negarse a perdonar es como beber veneno y esperar que la
otra persona se enferme. Si estás tomándote el coctel amargo de la falta de perdón, a la larga tu
corazón y tu vida serán los impactados.

PUEDES PERDONAR PORQUE YA HAS SIDO PERDONADA.


Los pasajes que nos mandan a perdonar a menudo mencionan el sacrificio de Cristo. Eso es
porque el mensaje transformador, divisor de la historia, y revolucionario del Evangelio es la
única forma en la que nosotros podemos mejorar en esto del perdón. No podemos hacerlo en
nuestras propias fuerzas. No podemos querer por nosotros mismos dejar el dolor del pasado.

No nos podemos convencer a nosotros mismos que las personas merecen ser perdonadas. Pero lo
que si podemos hacer es recordar todo lo que Jesús nos ha perdonado. No porque lo merecíamos
(porque no lo merecíamos), sino por su amor infinito hacia nosotros.

¿Puedes perdonar a otros (aun cuando no se lo merezcan) porque sabes que a ti te han perdonado
mucho? ¿Qué harás? ¿Seguirás bebiéndote el veneno de la falta de perdón? O ¿consideraras la
enseñanza de hoy y estarás dispuesta a botar las toxinas y perdonar por el ejemplo del perdón de
Cristo en tu propia vida?
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

Lucas 7
¿De qué tamaño es tu semilla?
Hace algunos años mi esposo y yo preparábamos unas clases para un club. En esa clase
hablaríamos de la fe. Para esto, decidimos buscar las semillas de mostaza que la biblia menciona
y nos dirigimos a un mercado. ¡Y las encontramos! ¡Cual sería mi sorpresa al ver que eran del
tamaño de una cabeza de alfiler!

La fe, dice la Biblia que es: “la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”.
Entonces, la fe es creer algo aunque no lo has visto o no te consta. Tal es el poder de este acto
que en la Biblia se menciona 400 veces aproximadamente. Y este pequeño acto es el que marca el
rumbo de una vida eterna o una condenación eterna.

Por eso para Jesús no pasó desapercibida la fe de un soldado romano cuando, sin siquiera
conocerlo o constarle lo que se decía, el mando buscar a Jesús.

El centurión, tenía un siervo que se encontraba enfermo. No sé si su vida estaba en riesgo pero, el
centurión buscaba verle bien nuevamente. No se nos dice el nombre, pero sabemos que era un
soldado. ¿Cuantas cosas no habrá visto con ese trabajo? Tal vez en lo que menos creía era en
Dios. Pero esa necesidad que llego a su vida le hizo recordar que había escuchado de los milagros
que Jesús hacía y decidió creer que él podía hacer algo por el enfermo.

El Señor Jesús vio ese acto. ¿Porque lo menciono? Porque para los amigos del centurión que
fueron en busca de Jesús el centurión era merecedor de esto y más por sus buenas obras.
Pero, antes de llegar a casa de este hombre le mando decir a Jesús que no se sentía digno, que no
llegara a su casa. ¿Por qué piensas que hizo esto?

Cuando de verdad entendemos nuestra condición de pecado y lo faltos que somos ante Dios
aparece la vergüenza. Por un lado es el entender que hemos hecho cosas malas, y por otro lado el
trabajo de satanás en todo aquel que desee buscar a Dios. Pero ante esta petición, Jesús se
asombró más. Y ante la fe que vio en este hombre, sano a su siervo.

Ahora que vemos que la fe sí se demuestra te vuelvo a preguntar ¿De qué tamaño es tu semilla?
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

El Señor nos ha permitido conocerle, amarle y ser salvos por su sangre, le hemos creído como
Salvador y Señor y nos regaló la oportunidad de creer pero… Jesús nos dice que si tan solo
nuestra fe fuera como una semillita de mostaza podríamos mover montañas… ¿Qué mueve tu fe?

Lucas 8
¡El regalo de saber que Él vio mi valor!
Para los que pasamos de los treinta es normal no saber a la perfección cómo funcionan las redes
sociales como Facebook, Tiktok e Instagram (menciono las que más he escuchado y tal vez ya
son obsoletas). De hecho, nos hemos ganado miradas o sonrisas de nuestros allegados al
preguntarles algo acerca del tema, pero, es que nosotros no crecimos con ello.

Los niños y, en especial la mayoría de los jóvenes desean vivir con un celular en la mano, con
datos ilimitados, con redes sociales y… con apps para crear contenido o poder verlo sin
dificultad.
Según algunos estudios que leí estos últimos días es porque son considerados la generación z, la
cual se caracteriza por haber crecido con el bum (explosión) de la aparición de la tecnología.
Ellos crecieron con ella y viven con ella. Y, para que ellos puedan sentirse validados deben
hacerlo mediante los medios que están activos, en este caso las redes sociales. Es una tristeza
pero así es.

En Lucas 8, si lo leíste detenidamente, podrás ver lo importantes y valiosos que somos para Dios.
Y Jesús en su ministerio terrenal nos lo hizo saber. No necesitamos de redes sociales, hacer
videos o llamar la atención con marchas sobre derechos que ni entendemos, para saber que soy
importante para alguien.

El Señor Jesús le dio valor a la mujer.


Sin afán de sonar feminista noto claramente que Dios le dio un valor inclusivo a la mujer. La
cultura de esos tiempos era tratarla como un objeto, ¡no se le daba lugar ni siquiera para entrar al
templo a adorar! Pero cuando llega Jesús hace cambios radicales en este tema.

¿Por qué no hacerlo? El vino a buscar y a salvar lo que se había perdido en el pecado. ¡Y no solo
eran hombres! En realidad, eran muchas las mujeres que seguían a Jesús. Y no solo eso, le
servían y le proveían. ¡Hoy en día necesitamos ser esas mujeres que siguen las pisadas del
Maestro! Los jóvenes de hoy en día necesitan tener ejemplo de mujeres fieles a la Palabra, porque
en la escuela y en las redes sociales ya hay muchas que son fieles al mundo, a sus aberrantes
ideologías y a los deseos de la carne; más eso no prevalece para vida eterna.

El Señor Jesús le dio valor a la vida en general.


Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

Cuando el Señor Jesús nos deja la hermosa parábola del sembrador nos regala la enseñanza de
que el Evangelio es para todos. El no solo murió por los coreanos, o solo por el hombre, o solo
para un continente. Su sacrificio le dio valor a TODA la humanidad. Claro, unos lo toman, otros
lo descuidan; pero al fin y al cabo todos tienen la misma oportunidad de escuchar y ser salvos.

Continuando vemos la historia del endemoniado. El Señor sabía el sufrimiento de ese hombre. La
gente le temía, lo aislaba. Pero desde el primer momento la misericordia de Dios se manifiesta y
le da valor a la vida de este Gadareno y le restaura.
¿Puedes apreciarlo? ¡Eres valioso para Dios!
¡Tanto así que no escatimo dar a su propio Hijo!

El Señor compara a la mujer virtuosa con una piedra preciosa y al hombre de verdad como algo
que no cualquiera puede tener.

¡Imagina lo valioso (a) que eres! ¡Fuiste hecho a imagen de Dios!


¡Eres pieza única! ¡De colección!

No permitas que nada quite tu valor y menos si ese valor IN.CAL.CU.LA.BLE. ya fue pagado
con la preciosísima sangre de nuestro Jesús.
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

Lucas 9
Él es mi padre.
Quienes hemos gozado de la presencia de un padre desde nuestra niñez sabrán que a veces un
aroma, una voz o un dicho tienen el poder de remontarnos a esos bellos momentos que
disfrutamos junto a papá cuando éramos pequeños.
Solíamos identificar a papá por cosas tan sencillas como un chiflido, o la forma de caminar.
Sabíamos que estaba pronto a llegar porque mama se ponía bonita, o preparaba la cena que a él
más le gustaba u oías una puerta abrirse. Por muchas cosas sabíamos y sabemos quién es o fue
nuestro padre.

En el capítulo 9, verso 18. El Señor Jesús hace una pregunta sorprendente a sus discípulos:
¿Quién dice la gente que soy yo?

Entre los discípulos se dan respuestas vagas e imprecisas. Que denotaban la incertidumbre de
ellos. Pero, al hacer la pregunta más personal cambia a ¿y vosotros, quien decís que soy? Y el
impetuoso y descontrolado Pedro sostiene una verdad llena de convicción.

Si eres un hijo de Dios piensa esta pregunta y contesta sinceramente, como si Dios mismo te
preguntara… ¿Quién dice la gente que soy yo?

Amado hermano nuestra vida es un libro abierto y reflejo de quienes somos, que valores tenemos
y sobre todo: en quien creemos. Otros han de identificar a Jesús en nosotros. ¿Lo hacen?

¿Qué pasa en la relación con tu Padre? ¿Le reconoces? ¿Tú sabes cómo es la voz de él en ti?
¿Has comprendido la magnitud del amor que te tiene? ¿Eres capaz de obedecerle fielmente
porque sabes quién es Él? ¡Si has contestado si, es porque crees en Dios! le has reconocido como
tu Padre. Así como Pedro.

Pedro había experimentado tanto desde el primer día junto a Jesús y no dudo en darle el lugar que
le correspondía. Como el hijo de Dios, el Cristo. El Salvador del mundo.

¿Le has dado a tu Padre espiritual el lugar que le corresponde?

Si no es así. Aprovecha estas lecturas. Acércate a tu padre. Ese bebé que un día nació en Belén no
se quedó como tal. El creció. Predicó. Se fortaleció y se entregó por ti y por mí. Y ahora es Dios
mismo.
Mi Padre.
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

Lucas 10
El regalo de poder elegir lo mejor.
De nuevo presionas el botón de «posponer» en tu alarma. Ahora, esto es una carrera contrarreloj
para sacar adelante tu rutina de la mañana y salir por la puerta de tu casa a tiempo; pero, de
repente, te das cuenta que no alcanzas a tener todo listo y a leer tu Biblia. Sabes que hacerlo no es
algún tipo de encanto de buena suerte; no te garantiza un día de circunstancias agradables o un
comportamiento piadoso; y no leerla una mañana no equivale a traer mala suerte
automáticamente sobre tu día.

Obviamente, es maravilloso comenzar el día temprano en la mañana con la Palabra de Dios y en


la oración. Poner nuestras mentes en las cosas de arriba (Colosenses 3:1) nos ayuda a encontrar
gozo y a luchar contra la tentación, cosas que no podríamos hacer en nuestras propias fuerzas.
Pero nuestro problema comienza cuando esta humilde dependencia en la ayuda divina se vuelve
un medio desesperado de buscar la aprobación de Dios.

Pero el propósito de un tiempo devocional no es ganar una buena calificación ante Dios (como si
Él tuviera un sistema de puntuación). Se trata más bien de pasar tiempo con Jesús para desarrollar
una relación con Él. Jesús demostró esta verdad para todos nosotros el día en que Él se detuvo a
almorzar en la casa de Marta. Así como un amigo.

Marta y su hermana María eran queridas amigas de Jesús. Cuando Él y sus discípulos vinieron de
visita, María se sentó a escuchar a Jesús; pero Marta se mantuvo ocupada preparando todo para
los huéspedes de la casa. Ella se exasperó con María por dejarle hacer todo el trabajo y se lo hizo
saber a Jesús. Esto suena como si Marta estuviera más preocupada con impresionar a Jesús en su
casa, que con hacer lugar para Él en su corazón. ¿Qué dijo Jesús acerca de todo esto?

Mientras Él atendía las acusaciones de Marta contra su hermana, Él no la reprendió o la


avergonzó; en lugar de eso, Jesús extendió su gracia a ella. Él le ofreció la única cosa que ella
necesitaba, una invitación a venir, a descansar y a disfrutar de su presencia (Lucas 10: 38-42).
Esto es lo que Jesús te ofrece. Apocalipsis 3:20 dice: «He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si
alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo». Jesús está
extendiendo una oferta de amistad para ti, como un amigo cenando con un amigo. Tu Señor y
Salvador desea tu compañía. Él no quiere que te sientas ansioso o consternado por nada, sino que
elijas «la buena parte»: Él mismo.

Elegir lo mejor cada día es un regalo.


Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

Lucas 11
La mejor charla de mi vida…
A menudo veo personas en su celular mandando mensajes. “Chateando”. En esos mensajes
escritos o por audio, veo que se expresan muy “elocuentemente” si así lo podemos decir. Pero al
tener una conversación –personalmente- se vuelven cortas de palabras, no saben cómo expresarse
y mucho menos como mantener activa la conversación. ¿Por qué pasa esto?

En lo personal a mí me gusta platicar en persona por varias razones. Entre ellas:


 Hay contacto. (físico, visual, verbal, emocional)
 Puedo recibir información verbal.
 Siento que la otra persona me está atendiendo (poniendo atención)
 Se evitan conflictos por malos entendidos
 Creamos momentos
 Se fortalecen vínculos
Es por eso que el capítulo 11 nos deja una interesante forma de dirigirnos al tener una charla con
nuestro Padre.

El Señor no desea que “mensajeemos” con él. El desea que nuestra platica tenga todos y cada uno
de los puntos antes mencionados.
 Tal vez cuando oramos a nuestro Señor las primeras veces no sabemos qué decir,
cambiamos palabras y duramos segundos. Pero entre más platiquemos con él, más
confianza tomaremos de exponer todo lo que hay en nuestro corazón. Nuestra oración nos
llevara a saber que él nos abraza en cada situación. Nos observa cuidando nuestros pasos.
Nos habla directamente por medio de su palabra y nos sustenta desde lo más profundo del
corazón.
 Cuando hablo con Dios no solo es hablar yo. Él me dice que debo hacer. Por medio de su
palabra. De tomar decisiones que jamás pensé que tendría. Al mantener mi carácter
templado para resolver alguna situación o simplemente para esperar su respuesta.
 No siempre lo sabemos, pero, él pone atención a todas mis necesidades. Salmo 34:15 te
lo confirma.
 Al orar, Dios puede abrir mi entendimiento para no responder de la manera en la que mi
“yo” lo haría. Sino en la manera en la que respondería Él mismo.
 Al orar. Al abrir tu corazón y contar cada detalle por más doloroso que sea (aun quedando
expuestos ante nuestro Padre) creamos momentos que tal vez con nadie más sucedan. Él
es un caballero. Él nos escucha aun sabiendo todo. Y consuela nuestro corazón con su
dulce amor.
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

 Al orar fortalecemos nuestra relación con nuestro Creador y en futuras ocasiones no


tendremos problema en decirle lo que habita en nosotros. En pedirle o agradecerle y
enseñar a otros para que encuentren el mismo descanso.

Dice Proverbios 17:17 “En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de
angustia”.

El Señor Jesús es eso y más. Es amigo, hermano, compañero, padre, esposo, doctor… él nos da
ese regalo… de escucharnos.

Mantén una comunicación diaria con él y comprenderás lo maravilloso de tener cada día la mejor
charla de tu vida.

Lucas 12
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

Regalo eterno.
Hace unas semanas pude estar en una reunión que se realizó para hablar de la inclusión. Bueno, al
llegar pude ver infinidad de personas con niños y adultos con capacidades diferentes. Note, entre
todo el barullo las caras de los niños que jugaban en las mesas de actividades.

Pensé en las veces que me he sentido abrumada por no tener las capacidades físicas que otros
tienen pero… no podía dejar de pensar lo agradecida que debía de estar. Niños, que apenas
comienzan su vida, tienen situaciones más difíciles en ellos y aun así… ¡no dejaban de sonreír!

En el capítulo 12 de Lucas podemos encontramos una enseñanza para replicar en cada


oportunidad que tengamos. El Señor nos enseña acerca de tres cosas que debemos evitar: la
hipocresía, la avaricia y la división, tres cosas que considera pecado.

En los primeros versículos Jesús, rodeado de gente, le advierte a sus discípulos acerca de uno de
los pecados más “escondidos” entre las personas. La hipocresía. ¿Porque? Aprendamos su
significado:
“La hipocresía es el acto en que un individuo se comporta de forma contraria a los valores
sostenidos por el mismo individuo, o de actuar en consonancia a principios que al mismo tiempo
se critican”.

Como Hijos de Dios nuestro actuar debe ser como eso, como hijos de un Rey. Compasivos,
misericordiosos, atentos a quienes nos rodean. No por el hecho de sabernos redimidos, tenemos el
derecho de juzgar sin compasión. Ya llegara el tiempo de dar cuentas. Mejor temamos a Dios y
consideremos nuestro actuar. Según la advertencia de Jesús mismo en el verso 5.

Al llegar al verso 13 consideramos la avaricia. El Señor nos muestra la vida de un hombre a quien
solo le preocupaba tener más. El descansaba sobre sus riquezas, reposaba al ver sus riquezas
terrenales. Pero, ante la muerte ¿Qué podría hacer? Del verso 22 al 31 las palabras son claras…
no te afanes. Busca a Dios.

Por ultimo, pero no menos importante llega la división. Creo que de esto se habla claramente en
las clases de Evangelismo personal. Podemos decir que Jesús venía a unir, a agrupar a su Iglesia;
¡claro! Ese era el propósito. Pero también hubo mucha división, comenzando con su pueblo que
no lo aceptaba como el Hijo de Dios.

Tal vez como cristianos habremos de decir y defender lo que pensamos. Hablaremos de lo que
creemos y deseamos para los demás. Pero no siempre lo entenderán. Jesús lo sabe. El hijo de
Dios no debe causar división, pero si es resultado de dar testimonio con nuestra vida de lo que el
Señor desea de sus ovejas no habrá más que orar que Dios todo lo acomode para bien. ¿Porque?
Porque no estamos para hacer riquezas terrenales. Sino para luchar por cada una de las
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

bendiciones que nuestro Dios tiene para nosotros al llegar junto a Él. Y a eso se le llama regalos
eternos.

“Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez


más excelente y eterno peso de gloria;
no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven;
pues las cosas que se ven son temporales,
pero las que no se ven son eternas.”
2 Corintios 4:17 y 18

Lucas 13
Un regalo para Dios.
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

Estamos cerca de los días en que pensamos: ¿que hice este año? Recordamos propósitos o deseos
que teníamos al inicio de este y cuales logramos ver realizados y cuáles no. Este año me gustaría
compartirte uno de los deseos que pongo cada año en mi lista: ser útil. (porque muchas veces al
no estar en las manos de Dios puedo llegar a ser todo lo contrario). Tal vez te resulte algo que
debiese ser parte de cualquier persona. Pero al pedir ser útil estoy decidiendo dejar a un lado mi
yo para mirar servir a otros. Sé que al pedir esto el Señor me pondrá en situaciones abrumadoras
pero, mientras se cumpla el propósito, sé que su mano me sostendrá. El capítulo de hoy nos
permitirá ver porque estoy segura de ello.

Lucas 13 comienza con la advertencia de Jesús, de que todos necesitamos arrepentirnos. Esta es
la primera etapa. Hemos reconocido que no somos merecedores ni dueños de nada. Que el pecado
nos aleja de Dios y por consecuencia nos arrepentimos de todos y cada uno de nuestros pecados.
Después de verdaderamente sentir carga por los pecados cometidos, comprendemos que ahora
no podemos vivir igual. ESE ES EL RESULTADO DEL VERDADERO ARREPENTIMIENTO.
Ahora, habremos de agradar a Aquel que nos ha perdonado por agradecimiento.

Ya que hemos decidido cambiar de vida viene lo más importante. Ser útil. Si leemos
detenidamente la parábola de la higuera vemos que ese era su problema: no daba fruto. El dueño
de la viña le había dado tiempo. Ahora. Como continúa diciendo: no solo no daba fruto,
inutilizaba el lugar en donde estaba plantada.

¿Sabes? Nosotros somos esa higuera. ¿Cuán útiles somos en el lugar en el que hemos sido
plantados?
Tú y yo hemos sido bendecidos al ser perdonados. El Señor nos ha plantado en una iglesia, en
una familia, en una comunidad o trabajo. ¿Cuán útiles somos?

Mateo 3:8 nos dice: “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento.” Si nuestro arrepentimiento
ha sido real, entonces el cambio en nosotros y los frutos que podamos dar deben ser de la misma
manera: ¡reales!
Jesús es el viñador. El intercede por nosotros ante el Padre, y ha pedido tiempo. Él puede trabajar
en nosotros buscando que demos fruto. ¿Estás dispuesto a ser usado por él? El tiempo viene.
Decide ser fructífero y darle las primicias como regalo a Dios.

“Más el que fue sembrado en buena tierra, este es el que oye y entiende la palabra, y da fruto;
y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.”
Mateo 13:23
Lucas 14
¡Soy su huésped!
Desde que estoy casada las navidades las hemos pasado en casa de mis suegros. Cada navidad
antes de la pandemia era tener casa llena. Yo veía a mis suegros felices de tener a toda la familia
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

reunida, ellos deseaban tener a todos y cada uno cerca en esas fechas especiales. Aunque no
faltaba a quien le tocara dormir en el piso era un tiempo realmente especial. ¿Te ha tocado vivir
una navidad así?

El Señor Jesús era de un corazón compasivo. Se rodeaba de personas y no dudaba en ayudarles.


En el capítulo 14 de Lucas apreciamos ese espíritu hospedador de Jesús al ver el trato que tenía
con la gente.

Aunque él era el invitado en casa de un fariseo, se comportó como anfitrión. Delante de él estaba
un hombre enfermo. Jesús se dio tiempo de ver su situación; le ofreció el milagro de la salud y le
despidió.

Después leemos que insta a los presentes a no buscar los primeros lugares porque, decía, siempre
habrá alguien mayor. Jesús hablaba de tener humildad y servicio. Cualidades de un buen
anfitrión.

En Jesús podemos ver el ejemplo por excelencia de cómo hacer sentir bienvenidos a otros. Sin
buscar la admiración, elogio o recompensa terrenal, sino esperando únicamente ser agradables al
Padre, y esperar solamente nuestra recompensa eterna.

No olvidemos que él está preparando una morada para nosotros en el cielo. ¿Imaginas ser el
invitado de honor de el Salvador? No desaproveches la oportunidad de ser un buen hospedador.
De tener humildad al tratar a la gente pues no solo abrimos las puertas de nuestra casa, sino
también la de nuestras vidas y testimonios.

Anímate pensando que un día podremos decir al llegar al cielo ¡soy su huésped!

“Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado,


seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire,
y así estaremos siempre con el Señor.”
1 Tesalonicenses 4:17

Lucas 15
El me busco...
¿Has perdido algo de gran valor? ¿Recuerdas la alegría que sentiste al recuperarlo?
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

En el capítulo que hoy leemos tenemos algunos ejemplos de cómo Dios se regocija al encontrar
lo que estaba perdido. Y es de esto que Jesús enseña a través de las parábolas en Lucas 15.

Jesús hablaba del corazón de Su Padre, quien estaba dispuesto a mandarle a reconciliar y buscar a
los que se habían desviado de la Verdad (nota que en la audiencia había fariseos, escribas y los
discípulos de Jesús).

Las primeras parábolas en estos capítulos hablan precisamente de una oveja y una moneda
perdida, que al encontrarlas traen gozo. Pocas veces reflexionamos acerca de que al salvar a Sus
hijos Dios se goza. Pero, ¿Dios gozándose por mí? Claro, Dios se goza que Su Hijo cumpla Su
obra reconciliadora en nosotros, y también se goza en nuestro arrepentimiento. «Hay gozo en el
cielo por un pecador que se arrepiente» (v. 7) ¿Te alienta de alguna manera saber que tú puedes
traer gozo al corazón de Dios?

También leímos la más conocida de las parábolas, la parábola del hijo pródigo. A veces por ser
tan conocida, obviamos muchas cosas. Casi siempre nos centramos en el hijo menor (el prodigo);
pero también está el hijo mayor, quien, a pesar de permanecer en casa de su padre, no muestra un
corazón agradecido por ser heredero y disfrutar de sus riquezas. Tampoco lo vemos gozoso por el
regreso de su hermano; al contrario, lo que muestra es enojo. Aun así, su padre está preocupado
también por él y lo busca para hacérselo saber. Dejando de lado todo fue y lo busco.

Mi pastor me ama. El me busco aun sabiendo que no valía la pena. El pago el precio aun antes de
yo nacer. Sabemos que quien te ama te busca, ¡Él ya me amaba! No puedo más que reconocer
que verdaderamente me ama.

¿A quién toca buscar? Demostremos nuestro amor. Pidamos a Dios siga buscando a nuestra
familia y amigos. Pidiendo les rescate. La búsqueda continua.

Lucas 16
No soy esa mujer...
¿Has sentido que existe una gran distancia entre la persona que eres y la que quisieras ser? Yo sí.
La mujer que quiero ser vive en mi mente, en algún espacio entre mi interminable lista de cosas
por hacer. Ella es paciente por naturaleza, sin temor. Cree que Dios es fiel, aun cuando sienta que
la ha olvidado. Siempre elige lo mejor. Alimenta su alma en lugar de la carne y se somete en
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

lugar de desafiar. Se regocija en lugar de quejarse y nunca pega a sus hijos ni importuna a su
esposo.

Esa mujer es en quien pienso cinco segundos después de haber dicho lo que no debí haber dicho.
La mujer en quien pienso cuando mi hijo está en la cama y desearía no haber sido tan impaciente
con el. Pienso en ella cuando me encuentro a alguien tan radiante que no parece dudar jamás de
Dios. Y también pienso en ella en los días nublados, cuando me siento culpable de no haber
superado el desánimo.

Muchas veces he pensado que ya puedo ser ella, pero no lo he logrado. Pero puedo entenderlo.
Ese cambio en nuestras vidas no es en automático. Es un constante caminar a ese logro. Orando.
Andando. Alabando. Aprendiendo.

En Lucas 16:10 Jesús dice, «El que es fiel en lo poco, es fiel en lo mucho». Con eso en mente, he
llegado a hacer una oración simple durante el día. Ya sea que esté creyendo una mentira,
luchando con una forma de pensar o a punto de explotar, en el calor del momento, yo oro ¡Dios,
ayúdame a ganar esta batalla de este pequeño momento!

Es todo en lo que debo pensar. Tal vez no poder ganar cada batalla. Solo me enfoco en la
pequeña batalla frente a mí, y con el poder de Dios y la ayuda de Cristo, peleo para ganar. Luego,
diez minutos después, cuando sucede algo que puede hacerme pecar nuevamente oro y actúo:
¡Dios, ayúdame a ganar esta batalla de este pequeño momento! Y así continúo.

Uno a la vez. Se construye una casa un ladrillo a la vez, se escribe un libro una palabra a la vez, y
se vive una vida un momento a la vez.

Tú y yo no tenemos que convertirnos en la mujer de Proverbios 31 mañana. Solo debemos


lanzarnos a la gracia y poder de Cristo para vivir fielmente hoy. Para hacer la elección sabia. Para
hablar con amabilidad. Para rechazar el pensamiento terrible. Para arrepentirnos y levantarnos de
nuevo. Y un día miraremos atrás y nos daremos cuenta que, a través de toda una vida, de un
millón de pequeños momentos, Dios nos hizo crecer.

Lucas 17
Una oportunidad más.
Cuando niña cometí incontables errores. Muchos de ellos me trajeron disciplina y enseñanza.
Algunos de ellos solo fueron observados por mi madre mientras guardaba silencio. No era que
ella estuviera de acuerdo o que me dejara hacer mi voluntad. Solo me permitía aprender de mis
errores. Y se mantenía cerca para cuidar de mí.

Tantas veces hemos fallado a Dios. No merecemos nada. El Señor sabe que la tentación está
latente. En Lucas 17:1 el Señor dice: Imposible es que no vengan tropiezos. Dios mismo conoce
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

al tentador y sabe que siempre trabajara con sus hijos deseando lograr apartarlos de la fe. Pero,
esa no puede ser nuestra excusa para pecar o hacer pecar a otros. El pecado comienza con algo
pequeño y poco a poco nos hace perder el temor por Dios. Muchos por dejar entrar el pecado en
sus vidas han cometido actos que los han llevado a alejarse completamente de Dios y a llevarse a
otros de encuentro. ¿Crees que eso pasa desapercibido para nuestro Señor? ¡Claro que no!

En el final del verso 1 Jesús nos advierte: ¡hay de aquel por quien vienen los tropiezos!

Mateo 5:29 dice: “Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues
mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.”
Alejémonos del pecado. Nada tenemos que hacer ahí. Nada bueno saldrá.

Los versos contiguos advierten claramente a tener cuidado: “Mejor le fuera que se le atase al
cuello una piedra de molino y se le arrojase al mar, que hacer tropezar a uno de estos
pequeñitos.”

¡Qué miedo! ¿Imaginas lo que Dios podría hacer si pecamos y dañamos a unos de sus hijos aparte
de haber dañado nuestra vida? ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo! (Hebreos 10:31)

¡No te permitas pecar! Nuestro pecado no solo nos afecta a nosotros. Siempre habrá alguien que
nos observa y si tropiezan o caen por culpa de nosotros el Señor tomara cartas en el asunto y
aunque él es paciente, también es justo.

Si hemos pecado lo más conveniente es buscar una oportunidad más. Arrepentidos. Pero el
arrepentimiento debe crear en nosotros una convicción de que estamos equivocados en nuestros
actos y por consecuencia modificar nuestra vida para agradar a Dios y no a la carne.

Una oportunidad más. ¿Y si fuera la última?


La advertencia es clara. No arriesguemos todo por nada. 1ª. Juan 1:9-2:1.

Lucas 18
Acceso directo.
Pero en el tiempo de su tribulación clamaron a ti, y tú desde los cielos los oíste;
Nehemías 9:27

En agosto de este año se cumplió un año de la muerte de uno de mis hermanos. Esos días fueron
estar de rodillas. Llorando, clamando, suplicando que la misericordia de Dios se manifestara en
él. ¡Llegue hasta a recordarle a Dios quien era, las cosas que había pasado en mi vida y cuanto le
amaba! Pero la manera en la que me estaba dirigiendo a Él no era la correcta. Hablaba mi
angustia y mi dolor.
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

Cuando me avisaron que había entrado en estado crítico fue que no pude más. Inmensamente, con
todo mi corazón y en extrema agonía dije: Señor, haz tu voluntad. En pocas palabras, solté mi
carga al Señor.

Al leer Lucas capítulo 18 pude resaltar dos partes de él. Los versos del 1 al 8 y del 35 al 43. Los
versos del 1 al 8 nos muestran el comienzo del capítulo con una historia de una viuda. Esta tenía
un problema y acudía al juez para encontrar solución. Pero él no quería ayudarla. No se nos dice
porque, pero no lo hacía. Tanta fue la insistencia de esta mujer que el juez accedió a ayudarla
solo por cansancio.

En los versos del 35 al 43 nos llevan al final del capítulo que leímos. En estos versos conocemos
que en Jericó había un ciego, y al darse cuenta que Jesús estaba cerca comenzó a gritar. Muy
probablemente había escuchado los maravillosos milagros que había hecho y al saber que era el
no perdió oportunidad.
Jesús, ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!

En ambos casos, los personajes mencionados tienen una situación difícil. Abrumadora. Difícil de
llevar.
Pero encontraron el acceso directo. Solo clamar.

Con mis niños hemos hablado de la oración y es sorprendente cuando vemos que Dios no
siempre contesta favorablemente a lo que deseamos. A veces dice si, a veces dice no, y en otras
ocasiones solo dice: espera.
Pero el escucha. ¡Y ese acceso no se bloquea! Y déjame decirte algo: en estas historias no se dice
que ellos creyeran en Dios o se congregaran en una iglesia. Pensándolo fríamente tal vez no
merecían ser escuchados o atendidos pero la gracia de Dios se extiende a sus hijos cuando
claman.

Ante cualquier situación no olvides. En Jesús tenemos acceso directo al Padre.

“En quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él;”
Efesios 3:12
Lucas 19
Que mi voz se escuche.
En las iglesias en la que he estado siempre he observado una cosa en particular. Como cantan. No
importa la voz, sino el corazón y amor con que lo hacen. Puede parecerte raro pero, el hecho de
ver como adoran me hace pensar en el día que estemos en el cielo con el Señor. Como ha de
gozarse el Señor Jesús al escuchar la voz de cada uno de sus hijos que le alaba con el corazón y el
entendimiento.
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

Mucho se dice que los cantos preparan el corazón para la predicación de la palabra de Dios y creo
que es cierto. Un canto te hace pensar en muchas cosas. Puede llegar a doblegar un rebelde
corazón y puede hacer más comprensible un mensaje. La alabanza a Dios es importante y
necesaria.

En los últimos días del ministerio de Jesús él sabía que tenía que entrar a Jerusalén. La ciudad
que amaba. El pueblo por el que había hecho tanto. Su familia.

Ese día como nunca, el pueblo y los discípulos recibieron a Jesús a la entrada de la ciudad de una
manera diferente. Al llegar montado sobre un pollino (asno) la gente comenzó a gritar de alegría,
a alabarle, a gozarse con el Señor Jesús. Era tanta la algarabía que sus discípulos lo reconocían
delante de todos como un rey que venia del cielo. El pueblo tendía sus mantos en el camino y
hojas de palma en forma de reverenciar a su rey. Era un gozo completo.

Pero, antes de entrar a Jerusalén el panorama cambio. Jesús miro a lo lejos la ciudad que abrigaba
a su pueblo. Aquel pueblo a quien Dios había liberado de la esclavitud. Aquel a quien libro en el
desierto infinidad de veces. Aquel que en rebeldía hacia lo que bien le parecía… el tiempo se
acababa para ellos.

A lo lejos la miro y lloro. Jesús sabía exactamente lo que harían. Su rechazo le dolía. El deseaba
que le reconocieran para que pudiesen tener paz. El Señor les había dado infinidad de
oportunidades para que alzaran la voz y les había escuchado… pero ya no lo hacían. El tiempo
estaba cerca.

Ese día muchos gritaban alabándole. Días después clamaban: ¡Crucifícale!...

El día de hoy alza la voz. Que tu voz se escuche clamando, agradeciendo, alabando. Tiende a los
pies de Jesús tu vida. Dale la debida reverencia a Aquel que todo ha dado por ti.

Lucas 20
¡Dios nos libre!
En estas fechas es común ver doquier nacimientos en donde se escenifica el día en que Jesús
nació. Los creadores acomodan con sumo cuidado cada figura rodeando de luz el pesebre y
haciendo ver como si todo mundo hubiese estado al pendiente de Jesús desde ese momento.
¡Nada más lejano a la realidad!

Desde que Jesús fue concebido en María su vida estuvo amenazada de muerte. Jesús sabía que
muchos estarían en contra de lo que predicaba puesto que ellos esperaban al hijo de Dios, sí, pero
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

esperaban que llegaran con magnificencia, con lujo y cabalgando en corcel blanco. Igualmente,
¡nada más lejano a la realidad!

Vayamos al capítulo que leímos hoy.


Jesús siguió en Jerusalén, en el templo, sanando enfermos y afligidos, enseñando la Palabra de
Dios al pueblo, mostrando su autoridad, lo cual levantaba la ira de las autoridades quienes
buscaban tentarlo y atraparlo con preguntas (Lucas 20:2, 22), pero ellos no serían los que le
aprendieran y lo mataran, sería Él mismo quien entregaría su vida por aquellos que le vituperaban
y se burlaban de Él.

Jesús continuaría enseñando a sus discípulos, sabiendo que nada estorbaría que cumpliera la tarea
de redimir a Su pueblo y establecer Su reino, para eso había llegado a Jerusalén, para morir y
darnos vida.

Y el dejo una enseñanza mostrando claramente lo que habría de pasar.


Un hombre compro una viña. Que el rento a unos labradores y se ausento. Al querer recoger el
fruto de esa viña envió un siervo que se hiciera cargo, pero los labradores lo golpearon y lo
enviaron con las manos vacías. Lamentable, pero, de nuevo, el dueño de la vida decide enviar a
otro siervo; pero le hicieron lo mismo. Una tercera vez un siervo de este labrador fue enviado.
Pero al recibirlo no solo lo habían golpeado, regreso herido.

Cuando vio que no podría lograr nada pensó: ¡enviare a mi hijo! ¡Ellos lo respetaran! Pero no fue
así.
Los malvados labradores al verlo llegar supieron que era el heredero. Ellos deseaban quedarse
con la propiedad y decidieron matarlo. ¿Qué creen que hará el dueño de la viña al saber lo que
hicieron a su hijo? Jesús responde: “Vendrá y destruirá a estos labradores, y dará su viña a otros.”
Y la respuesta de los detractores fue: ¡Dios nos libre!

Sabes. Dios amo esta tierra. La trabajo. Sembró en ella Su Palabra y les permitió a estos
labradores ver y disfrutar de ese fruto (salvos). Ellos solo debían hacer su trabajo y entregar la
cosecha.
Pero no lo hicieron. Dios mando profetas que les hablaran, pero si, efectivamente los mataron.
Por ello Dios mando a su hijo. Pero lo que hicieron con él fue peor. Acabaron con su vida. ¡Eso si
fue real!

Hoy te invito a meditar en cuantas veces hemos rechazado al hijo de Dios. Muchas veces fue por
ignorancia. Otras por rebeldía. Pero hoy conocemos la historia. El dio su vida por nosotros.
Permitió el vituperio público, soporto cada golpe, cada latigazo, cada insulto sin merecerlo. Todo
el viacrucis fue horrendamente injusto y ¡él lo sabía! Tenía la potestad de salir de ahí y acabar
con todos siendo el hijo de Dios ¡y no lo hizo! ¿Cómo alguien podría soportar tal agonía si yo no
lo merecía? Mi pecado me hacia la persona más inmerecedora de amor… ¡pero él me amo! ¡No
encuentro otra respuesta a su entrega!
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

Hoy alaba a Dios. Por la salvación que ha traído a tu vida y el gran amor que transmitió por
medio de ella. Y oremos por aquellos a nuestro alrededor que hoy necesitan reconocer su
necesidad de salvación.

Oremos por que la belleza del evangelio sea siempre la esperanza que podamos transmitir al
mundo que hoy vive desesperanzado debido a la multitud de pecado. Que seamos como Cristo
enseñó a sus discípulos, a ser siervos fieles a Su palabra y a todo lo que Él nos ha dado para la
extensión de Su reino.

Lucas 21
El tiempo está cerca.
Hemos llegado a la sección profética del Evangelio de Lucas. El capítulo 21 comienza con Jesús
viendo a los ricos echar sus ofrendas en el arca, sin embargo, Jesús elogia a una viuda pobre, no
por la cantidad que aportaba al templo, sino porque esta mujer dio sin reserva. Jesús veía cómo
otros hablaban del templo, piedras hermosas que lo formaban. Sin embargo, Él va más allá y
refiere que esas impresionantes piedras adornadas, a pesar de su belleza y quizá su costo, serán
destruidas, no quedará piedra sobre piedra, así predice la destrucción del templo. Es así como las
cosas de este mundo pasan, son efímeras por más bellas y majestuosas que parezcan a nuestros
ojos. Hagamos mejores tesoros en el cielo (Mateo 6:19-21).
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

Los discípulos plantean algunas preguntas tales como: ¿cuándo sucederán estas cosas?, ¿qué
señales veremos cuando suceda esto? Ante esto Jesús les hace mención de acontecimientos que
tendrán lugar desde ese momento hasta la venida del Hijo del Hombre (v. 27).
Hoy solo quiero mencionarte los puntos que llamaron mi atención de lo que Jesús les dijo a sus
discípulos, y que me gustaría recordar, si quiero ser discípulo también:

(v. 12) Jesús les dice que antes de todas esas cosas, serán perseguidos y encarcelados por causa
de Su nombre, pero les anima diciendo que estas cosas les darán oportunidad de dar testimonio de
Él, y no será la estrategia de ellos la que los ayudará, sino que Él mismo les daría Su palabra y Su
sabiduría a la que sus oponentes no resistirán.
(v. 24) Jesús no promete que no sufrirán, sino que serán llevados cautivos, que podrán morir y
habrá angustia, confusión, temor, expectación, pero su promesa es que Él regresará con poder y
gloria. Por tanto, cuando vieran estas señales, sus discípulos estarán firmes y levantarán su
cabeza, porque sabrán que «su redención y el reino están cerca».
(v. 33) «El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán». Él les da certeza de que Su
palabra es confiable (v. 34). Ellos deberían cuidar su corazón de caer en los pecados de la carne y
los afanes de la vida, debían velar y orar en todo tiempo para mantenerse alejados de esas cosas y
ser dignos ante el Hijo de Dios a su regreso.

Ante todo lo que viene nos preguntamos, ¿estamos preparados para enfrentar lo que Él mismo
nos dice que acontecerá? ¿Confiamos en Su Palabra y Su sabiduría para resistir nuestro pecado y
al enemigo?, ¿estamos preparados para estar con la cabeza en alto frente a Él?, ¿esperamos su
regreso? ¿Están empezando estas cosas a suceder?
No lo sabemos, nadie más que nuestro Dio sabe cuándo esto pasara. Pero sí podemos tener
certeza en que nuestra salvación y resurrección están más cerca hoy que cuando nuestros ojos y
corazones fueron abiertos a reconocer a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador. Que estas
verdades hagan arder tu corazón y permanecer velando y orando para que nos encuentre dignos a
Su regreso.
Lucas 22
La mesa está servida.
Una de las cosas importantes para estas fechas es la mesa. En ella estará reunida la familia así que
deseamos como anfitriones o como espectadores que la mesa sea acogedora. No queremos que
nada destruya ese momento.

En el capítulo 22, Lucas nos habla de algunos acontecimientos antes de la crucifixión de Cristo:
las fiestas principales de los judíos como la Pascua, el Pentecostés y los Tabernáculos estaban
cerca, y se esperaba que los judíos fueran a Jerusalén. La Pascua conmemoraba la liberación de
Israel de Egipto.
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

En esos momentos Judas planeaba con los sacerdotes cómo traicionaría a Jesús, mientras Él con
los demás discípulos planeaba la cena de la Pascua en la que, por cierto, instituyó la Cena del
Señor, donde anunciaría dicha traición y en la que platicó con sus discípulos acerca del lugar que
ocuparían en Su reino y en Su mesa. Anunció también a Pedro que le negaría y les habló aún más
sobre lo que esa misma noche acontecería.

La mesa se sirvió. Pero ¿sería tan acogedora como nosotros la imaginamos en la cena de
Navidad? No lo creo. El señor Jesús estaba consiente que el reloj avanzaba y el tiempo con sus
discípulos se terminaba.
La mesa paso a segundo término.

Pero hablando de la Cena del Señor, esta cobra un gran significado hasta nuestros días. Jesús la
establece con estos propósitos:
 Hacerla en su memoria (1 Corintios 11:24-25) como una fiesta memorial para recordarnos
como creyentes, que Jesucristo dio Su cuerpo y Su sangre para redimirnos.
 Para proclamación de Su muerte hasta que Él vuelva (1 Corintios 11:26), proclamando
también nuestro amor y alabanza por Su obra en la Cruz, manteniendo nuestra esperanza
en su futura venida.
La cena del Señor debe ser una oportunidad de mirar y examinar nuestro corazón y nuestro
caminar acercándonos al trono de la gracia en arrepentimiento y júbilo de saber la esperanza que
tenemos en Cristo.

Disfruta próximamente de esa reunión. Deseo que tu mesa se vea hermosa. Especialmente por la
compañía de los invitados. No importa lo que vayan a degustar. Antes, den gracias a Dios.
Examina tu corazón y pide sea el lugar apropiado para que more Cristo. Que en tu corazón el
Señor more gozoso y pueda ver que la mesa está servida.
Lucas 23
El precio es invaluable.
Si terminaste de leer el capítulo anterior pudiste ver cómo Jesús fue arrestado, escarnecido y
azotado, humillado, llevado ante Pilato y Herodes, y tratado como un asesino. Barrabás fue
liberado mientras que Jesús fue crucificado. En ese camino a su muerte, solo vemos descritas
todas las falsas acusaciones que se le hacían. Se le acusaba de pervertir a la nación, prohibir pagar
impuestos al César, alborotar al pueblo. Sufrió menosprecio y fue escarnecido.

Cuando leemos estos pasajes, debemos tener presente que estamos hablando del Hijo de Dios
siendo humillado. Ese Dios que en el principio hizo los cielos y la tierra (Gen 1:1), quien con Su
palabra separó la luz de las tinieblas, ese mismo Dios que creó al hombre a Su imagen y
semejanza, el que había descendido de Su trono ahora haciéndose semejante a una criatura.

Esto era en sí un acto de humillación, estar confinado en un cuerpo, para ese Dios que es más
grande que el mismo universo, pero nadie más podría haber pagado el precio de nuestro pecado.
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

Jesús, siendo Dios, tomó forma de hombre para servirnos, para cumplir el pacto que Adán no
pudo. Nadie más podría haber cargado todos los pecados cometidos durante toda la existencia de
la humanidad, nadie más que el Hijo de Dios; así que, aquí estaba siendo despreciado y
humillado por aquellos por los que ofreció su vida, para reconciliarnos con Su Padre.

El sufrimiento de Cristo, antes y durante la crucifixión, es el máximo ejemplo del perdón. En esa
cruz Jesucristo hizo posible el perdón de pecados presentes, pasados y futuros de las generaciones
y generaciones de Sus elegidos. Todos los creyentes de Jesucristo sabemos que no hay amor más
grande que el que Cristo derramó, para que nosotros fuéramos hoy llamados hijos de Dios, no
hay amor más grande que el que alguien dé su vida por sus amigos, y eso hizo Jesucristo por
nosotros.

Jesús entregó Su vida por aquellos que le azotaban y vituperaban, por el ladrón que se arrepintió
estando junto a Él en la cruz, y por ti. Es por eso que los cristianos vemos la navidad de una
manera diferente. Sabemos claramente que no hay una fecha que se señale como el día en que
Jesús nació.

Sabemos que la verdadera navidad no se dio entre regalos, luces y comida rica en una cena
elegante. Sabemos que las vestiduras de quienes presenciaron el nacimiento de Cristo no eran el
último grito de la moda. Lo que sabemos y enseñamos es que la Navidad nos recuerda que Dios
se despojó de su hijo, su único hijo. Y que lo dio en sacrificio por una humanidad inmerecedora
en su totalidad. Más el Cordero, que quita el pecado del mundo obedeció a su Padre y dio su vida.

En las vísperas de navidad te animo a tomar un tiempo para agradecer a Dios tal sacrificio y a
meditar ¿Cómo es que celebramos navidad? ¿Deseando darme gusto en todo y dejando a Jesús
fuera o dando gusto a Jesús en todo en mi vida, dejando el yo fuera?

Es mi oración que hoy, al terminar la lectura de este capítulo lleno de sacrificio y amor
renovemos esperanzas de vida. Que nuestro corazón esté dispuesto a poner al Salvador de mi
alma en primer lugar borrando todo aquello que estorba para ser dignos delante de la presencia de
Dios. Recuerda, el precio que Jesús pago por darnos paz es invaluable. No podemos seguir igual
y desear que la bendición llegue a mi hogar.
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

Lucas 24
De corazones tristes a corazones ardientes.
¿Has tenido alguna vez dudas acerca de Jesús? ¿Te preguntas si Él es real, o digno de confianza?
¿Cómo crees que Cristo reacciona hacia nosotros cuando dudamos así? La historia que Lucas
cuenta en el capítulo 24 en los versos del 13 al 35 es una de mis favoritas. En ella veo el corazón
tierno, pastoral, y humilde del Señor Jesús. ¿Ya lo leíste?

Pongámonos en el lugar de los dos discípulos camino a Emaús.


Hemos pasado tiempo con Jesús. Lo hemos visto sanar enfermos, levantar muertos, y multiplicar
pan y peces. Hemos comido con él y hemos escuchado sus enseñanzas. Hemos visto de cerca su
compasión, su poder, su ira santa. Estamos convencidos de que Él es quien habría de rescatar al
pueblo de la opresión romana. Pero, hace unos días, Jesús ha sido apresado y, para nuestro horror,
¡ha sido crucificado! Sabíamos que muchos lo odiaban, pero no pensábamos que ellos triunfarían.

Yo estoy perpleja, confundida e inmensamente triste. El día anterior fue el peor vivido. Pero
entonces, hoy, cuando pensábamos que no podríamos enfrentar nada más, se escuchan noticias
sorprendentes. Los amigos dicen que fueron a la tumba de Jesús y ¡la encontraron abierta! Jesús
ya no estaba allí. Es más, ellos cuentan de dos hombres con vestiduras brillantes que se les
aparecieron y que dijeron que Jesús no estaba muerto, sino vivo (Lucas 24:5).
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

¿Cómo reaccionarías a todas estas noticias? Lucas escribe que dos discípulos de Jesús estaban
discutiendo y conversando sobre todas estas cosas. ¿Qué crees que se decían el uno al otro? En
medio de esta conversación, Jesús mismo aparece, pero estos discípulos no lo reconocen porque
Dios había cegado los ojos de su corazón. Cristo les pregunta sobre su discusión. Uno de ellos,
Cleofas, sorprendido de que este hombre no sepa lo que está pasando en Jerusalén, le cuenta
acerca de Jesús, el profeta que había estado enseñándoles y en quien ellos habían puesto su
esperanza para la redención de Israel. Pero, para su terrible sorpresa, Jesús había sido crucificado.
¡No debió haber terminado así la historia! Claramente ellos están confundidos. ¿Era Jesús quien
ellos pensaba que Él era?

Me pregunto cómo ellos esperaban que este visitante desconocido reaccionara a todo esto. Quizás
pensaron que Él también compartiría sus dudas. Jesús (probablemente con un tono gentil y
paternal) les llama insensatos y les dice que han sido lentos para entender lo que los profetas
habían dicho acerca del Cristo. Era cierto que Él redimiría a Israel, pero su método sería diferente
al que ellos esperaban: Cristo tenía que sufrir antes de entrar en Su gloria.

Entonces Jesús toma las Escrituras y les explica todo lo que ellas enseñaban acerca de Él. Lo que
Cristo hace aquí tiene gran importancia: Él demuestra la autoridad de la revelación de Dios. Pero,
más aún, Cristo demuestra cómo debemos interpretar las Escrituras, especialmente el Antiguo
Testamento. Moisés, los profetas, los salmos, todos escriben algo acerca de Jesús. Cuando leemos
el Antiguo Testamento debemos hacerlo con la intención de ver cómo se ha cumplido lo que este
dice acerca de Cristo. Durante todo este intercambio, estos discípulos todavía no saben con quién
están hablando. Pero llegando a su destino, muestran hospitalidad e invitan a este extraño a comer
con ellos. Jesús acepta su invitación y cuando se sientan a la mesa, Él pasa de ser el invitado a ser
el anfitrión. Él toma el pan, lo bendice, y partiéndolo, lo ofrece a los discípulos.

Cristo usa el elemento físico del pan para ilustrar lo que les había estado enseñando. En Lucas 22,
Lucas recuenta el momento en que Cristo come la Pascua con los apóstoles. Allí Él había tomado
pan, había dado gracias, lo había partido y se lo había dado diciendo: «Esto es mi cuerpo que por
vosotros es dado; haced esto en memoria de mí» (Lucas 22:19).

Ahora en Lucas 24 el partimiento del pan es un símbolo de la realidad que Jesús mismo había
profetizado. Él se dio a Sí mismo por ellos. Este servicio es una ilustración de lo que nosotros
más necesitamos de Él y de la relación profunda e íntima con Él que nos da vida.

En ese momento, al partir el pan, algo espectacular sucede: Dios les abre los ojos. Finalmente se
dan cuenta de que todo este tiempo ¡ellos han estado hablando con el Cristo resucitado! Ellos
conocieron a Cristo cuando tuvieron comunión íntima con Él a través de Su hospitalidad. La
reacción de los discípulos a la revelación de Cristo es realmente impresionante. Habían estado
llenos de dudas hacía unas horas. Pero cuando entendieron la verdad, no se pudieron aguantar y
regresaron esa misma noche a Jerusalén a decirles a los demás lo que ahora conocían. Este pasaje
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

nos revela el corazón magnífico de nuestro Jesús. Él está determinado a buscar corazones
dudosos y transformarlos en testigos de Su resurrección.

Mi querida hermano (a), ¿estudias las Escrituras? ¿Te dedicas a conocer a Cristo como Dios lo ha
revelado en Su Palabra desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo Testamento? ¿De qué
maneras puedes ver más Su gloria ahí para que tu corazón arda por Él? ¿Te sorprendes al ver
sufrimiento en tu vida? ¿Temes que en esta Navidad no se cumplan todos tus sueños (como el
mundo nos quiere prometer)? ¿Cómo estás resistiendo el patrón de vida que Jesús te dejó… de
que el sufrimiento siempre precede a la gloria?

Si todavía no conoces a Cristo de una manera íntima y personal, pídele a Dios que te quite la
ceguera así como se la quitó a estos discípulos. Ruégale que te permita ver la gloria del Cristo
crucificado y resucitado.

Si ya estás en Cristo, y te deleitas en la comunión con Él, pídele que te ayude a entender cómo las
Escrituras cumplen todo lo que Dios había profetizado acerca de Jesús. Esa es la finalidad de
estas devocionales. Poner en ti el deseo de Lucas…

“Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas
que entre nosotros han sido ciertísimas, tal como nos lo enseñaron los que desde el principio
lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra,
me ha parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia
todas las cosas desde su origen, escribírtelas por orden, oh excelentísimo Teófilo,
para que conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido.”
(Lucas 1: 1-4)
Lecturas y devocionales que preparan el corazón
para la Navidad.

Conclusión

Para ti que recibes este libro, quiero que tomes en cuenta que se hizo con muchísimo amor.
Pensando en que cristianos, hijos de Dios, le den la reverencia y aplicación verdadera a la
navidad en sus vidas.

Nos gozamos sabiendo que disfrutaras estos días en familia, con lo que Dios provea. Pero la
principal razón por la que se realizaron estos devocionales mediante compendio de estudios,
platicas, vivencias y predicaciones de mi esposo es que de verdad tú puedas atesorar la palabra de
Dios en tu vida y esta sea un regalo para ti y para todos aquellos que te rodeen.

Si permites que estas preparen tu corazón día a día sé que tu cena se llenara de agradecimiento al
saber todo lo que paso de esa primera navidad hasta esta…

Y rogaras que la próxima toda tu familia lo haya experimentado.

Con todo mi amor, te deseo que Cristo more en tu hogar esta navidad y cada día de tu vida.
El Señor te bendiga abundantemente.

Francis Sandoval de Rangel

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