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1 Timoteo 3:1-16
Ezequiel 34
Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se pierde, ¿qué hará? ¿No dejará las otras
«
noventa y nueve en el desierto y saldrá a buscar la perdida hasta que la encuentre? Y, cuando
la encuentre, la cargará con alegría en sus hombros y la llevará a su casa. Cuando llegue,
llamará a sus amigos y vecinos y les dirá: “Alégrense conmigo porque encontré mi oveja
perdida”. De la misma manera, ¡hay más alegría en el cielo por un pecador perdido que se
arrepiente y regresa a Dios que por noventa y nueve justos que no se extraviaron. Lucas15:4-7
NTV
Busca al rebaño esparcido y las rescata de todo lugar oscuro y nublado donde
quedaron esparcidas.
Las sacara de entre los demás pueblos y naciones y las traerá de regreso a casa, a su
propia tierra.
Las alimentara en las montañas de Israel (Presencia del Señor) junto a los ríos (Fluir del
Agua Viva de Jesús) y en todos los lugares habitados.
Les dará buenos pastizales y les hará descansar en lugares agradables y alimentara
abundantemente.
Juzgara entre un animal del rebaño y otro, y separara a las ovejas de las cabras que se
quedan con los mejores pastizales y pisotean lo que queda, beben el agua cristalina y
enturbian con las patas el resto del agua.
Juzgara entre las ovejas gordas y las ovejas escuálidas. Las ovejas gordas, han
empujado, embestido y desplazado al rebaño enfermo y hambriento hasta esparcirlo
por tierras lejanas.
Sobre ellos pondra un solo pastor, Cristo, Él las alimentará y será su pastor y Él Señor
será su Dios.
Dios se declara enemigo de los pastores que no cumplen el propósito y accionan su rol
de Pastor de manera diferente a como Dios claramente ha dicho.
Esto dice el Señor Soberano: ahora me declaro enemigo de esos pastores y los haré
responsables de lo que le sucedió a mi rebaño. Les quitaré el derecho de alimentar al
rebaño y no dejaré que sigan alimentándose a sí mismos. Rescataré de su boca a mi
rebaño; las ovejas ya no serán su presa. Ezequiel 34:10 NTV
La instrucción es clara más la realidad nos presenta muchas iglesias corrompidas de
Pastores que se pierden en el propósito y se dejan deslumbrar, sucumben a delitos y
pecados por lucro, fama y poder, llenan estadios, construyen grandes templos para
que el pueblo acuda pero no sale de su confort y lujo para ir por las pérdidas.
Ustedes son mi rebaño, las ovejas de mi prado. Ustedes son mi pueblo y yo soy su
Dios. ¡Yo, el Señor Soberano, he hablado!”».
Después recibí este mensaje del Señor: «Hijo de hombre, profetiza contra los pastores, los
líderes de Israel. Dales este mensaje de parte del Señor Soberano: “¡Qué aflicción les espera
a ustedes, pastores, que se alimentan a sí mismos en lugar de alimentar a sus rebaños!
¿Acaso los pastores no deben alimentar a sus ovejas? Ustedes beben la leche, se visten con
la lana y matan a los mejores animales, pero dejan que sus rebaños pasen hambre. No han
cuidado de las débiles; no se han ocupado de las enfermas ni han vendado las heridas; no
salieron a buscar a las descarriadas y perdidas. En cambio, las gobernaron con mano dura y
con crueldad. Por eso mis ovejas se dispersaron sin pastor y son presa fácil de cualquier
animal salvaje. Han deambulado por todas las montañas y las colinas sobre la faz de la tierra;
sin embargo, nadie salió a buscarlas. »”Por lo tanto, pastores, oigan la palabra del Señor: tan
cierto como que yo vivo, dice el Señor Soberano, ustedes abandonaron a mi rebaño y lo
expusieron al ataque de toda clase de animales salvajes. Aunque ustedes eran mis pastores,
no salieron a buscar a mis ovejas cuando ellas se extraviaron. Se ocuparon de sí mismos y
dejaron que las ovejas pasaran hambre. Por lo tanto, pastores, oigan la palabra del Señor.
Esto dice el Señor Soberano: ahora me declaro enemigo de esos pastores y los haré
responsables de lo que le sucedió a mi rebaño. Les quitaré el derecho de alimentar al rebaño
y no dejaré que sigan alimentándose a sí mismos. Rescataré de su boca a mi rebaño; las
ovejas ya no serán su presa.
El Buen Pastor
»”Esto dice el Señor Soberano: yo mismo saldré a buscar a mis ovejas y las encontraré. Seré
como un pastor que busca al rebaño esparcido. Encontraré a mis ovejas y las rescataré de
todos los lugares por donde quedaron esparcidas ese día oscuro y nublado. Las sacaré de
entre los demás pueblos y naciones y las traeré de regreso a casa, a su propia tierra. Las
alimentaré en las montañas de Israel, junto a los ríos y en todos los lugares habitados. Así es,
les daré buenos pastizales en las altas colinas de Israel. Descansarán en lugares agradables y
se alimentarán con los abundantes pastizales verdes de las colinas. Yo mismo cuidaré de mis
ovejas y les daré un lugar para que se recuesten en paz, dice el Señor Soberano. Buscaré a
mis perdidas y las traeré sanas y salvas de regreso a casa. Vendaré a las heridas y fortaleceré
a las débiles. Sin embargo, destruiré a las gordas y poderosas; ¡a ellas también les daré de
comer, pero juicio! »”En cuanto a ti, rebaño mío, esto dice el Señor Soberano a su pueblo:
juzgaré entre un animal del rebaño y otro, y separaré a las ovejas de las cabras. ¿No les basta
quedarse con los mejores pastizales? ¿También tienen que pisotear lo que queda? ¿No les
basta con beber el agua cristalina? ¿También tienen que enturbiar con las patas el resto del
agua? ¿Por qué mi rebaño tiene que comer lo que ustedes han pisoteado y beber el agua que
han ensuciado? »”Por lo tanto, esto dice el Señor Soberano: sin duda alguna, juzgaré entre
las ovejas gordas y las ovejas escuálidas. Pues ustedes, las ovejas gordas, han empujado,
embestido y desplazado a mi rebaño enfermo y hambriento hasta esparcirlo por tierras
lejanas. Así que yo rescataré a mi rebaño y ya no será maltratado. Juzgaré entre un animal
del rebaño y otro. Sobre ellos pondré un solo pastor, a mi siervo David. Él las alimentará y
será su pastor. Yo, el Señor, seré su Dios y mi siervo David será un príncipe en medio de mi
pueblo. ¡Yo, el Señor, he hablado!
»”Haré un pacto de paz con mi pueblo y alejaré de la tierra a los animales peligrosos.
Entonces los israelitas podrán acampar seguros en los lugares más silvestres y dormir sin
temor en el bosque. Bendeciré a mi pueblo y a sus hogares alrededor de mi colina sagrada.
En la temporada oportuna les enviaré las lluvias que necesiten; habrá lluvias de bendición.
Los huertos y los campos de mi pueblo darán cosechas abundantes y todos vivirán seguros.
Una vez que yo rompa las cadenas de su esclavitud y los rescate de quienes los esclavizaron,
entonces ellos sabrán que yo soy el Señor. Ya no serán presa de otras naciones, ni animales
salvajes los devorarán. Vivirán seguros y nadie los atemorizará. »”Haré que su tierra sea
famosa por sus cosechas, para que mi pueblo nunca más pase hambre ni sufra los insultos de
naciones extranjeras. De ese modo, sabrán que yo, el Señor su Dios, estoy con ellos y sabrán
que ellos —los israelitas— son mi pueblo, dice el Señor Soberano. Ustedes son mi rebaño, las
ovejas de mi prado. Ustedes son mi pueblo y yo soy su Dios. ¡Yo, el Señor Soberano, he
hablado!”».