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Contenido:
La raíz o lexema: Es la parte del verbo que nunca cambia y nos aporta el significado intrínseco de dicha palabra. Por
ejemplo: sufrir
Las desinencias o terminaciones: Es la parte o partes del verbo que se adaptan para adaptarse al modo, el tiempo y
la persona en la que está conjugado el verbo. Por ejemplo: sufrieron, sufran, sufriremos
La raíz de un verbo contiene su significado principal y es muy importante identificarla, para poder comprender el
significado completo de la palabra y aprender a construir otras palabras, a partir del lexema.
Para identificar la raíz de un verbo puedes formar la familia de palabras con el verbo en cuestión. Ejemplo: Jugar:
jugaré, jugando, jugado,
La parte que se repite en cada una de las palabras es la raíz o lexema. Ejemplo: Jugar: jugaré, jugando, jugado,
juguemos
Las desinencias serán todas aquellas que se encuentren después de la raíz y nos aportan un significado
circunstancial, acerca del tiempo, el modo y la persona en la que se está conjugado el verbo: Ej: Jugar: jugaré,
jugando, jugado
Se escribe el verbo en infinitivo y se borra la terminación -AR, -ER o –IR y lo que queda es la raíz.
Conjugaciones verbales
Los verbos tienen tres posibles conjugaciones según la manera como finaliza el infinitivo:
Primera conjugación: Son los verbos acabados en -ar. Por ejemplo: cantar
Segunda conjugación: Son los verbos acabados en -er. Por ejemplo: correr
Tercera conjugación: Son los verbos acabados en -ir. Por ejemplo: reír
Existen tres formas no personales del verbo: infinitivo, gerundio y participio. Se denominan así porque carecen de las
desinencias personales que acompañan al resto de formas verbales. Además, otra de las características que
singulariza a estas tres formas no personales del verbo es que estas pueden desempeñar, además de las funciones
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verbales correspondientes, las de un sustantivo (en el caso del infinitivo), las de un adverbio (el gerundio
únicamente) y, por último, las funciones de un adjetivo (el participio, en este caso).
El infinitivo
Considerada como la forma básica y elemental del verbo, el infinitivo desempeña una función principal dentro del
sistema verbal español, ya que la terminación de este sirve para clasificar los verbos según las tres conjugaciones
existentes en nuestra lengua. Así, dependiendo de si el infinitivo termina en -ar ("cantar"), -er ("temer") o -ir ("vivir")
el verbo formará parte de una u otra conjugación.
En cuanto a su estructura, el infinitivo posee dos formas: el infinitivo simple, que quizá sea el más común ("cantar",
"viajar", "soñar", "querer", "comer", "temer", "sentir", "reír", "salir") y el infinitivo compuesto ("haber cantado",
"haber viajado", "haber soñado", "haber querido", "haber comido", "haber temido", "haber sentido", "haber reído",
"haber salido").
Con respecto a su función sintáctica, el infinitivo puede actuar como un sustantivo y, por tanto, llevar artículos y
complementos:
Con determinados verbos, el infinitivo ha experimentado un proceso de sustantivación, de manera que a partir de
esta forma no personal del verbo ha surgido un sustantivo, como por ejemplo el deber - los deberes o el andar - los
andares.
El gerundio
El gerundio se construye añadiendo a la raíz verbal la terminación "-ndo": en el caso de verbos de la primera
conjugación "-ando" (cantando, bailando, saltando) y "-iendo" para los verbos de la segunda conjugación
(bebiendo, tejiendo, corriendo) y también para los de la tercera conjugación (sirviendo, hirviendo, vistiendo).
Al igual que el infinitivo, el gerundio también consta de dos formas: el gerundio simple ("limpiando") frente al
gerundio compuesto, en la cual el verbo auxiliar "haber" también presenta la terminación propia del gerundio
("habiendo limpiado").
El gerundio comparte muchas de sus características con los verbos y adverbios, paralelamente al infinitivo con el
sustantivo, por ejemplo. De esta forma, el gerundio puede funcionar como verbo y, por esta razón, acompañarse de
complementos verbales:
Además, el gerundio no admite preposiciones (*por corriendo) y posee un valor intrínseco que señala una
determinada duración en el tiempo, como en el siguiente ejemplo: Comiendo suelo ver la tele, el cual quiere decir
que, normalmente, en el tiempo que transcurre mientras yo como, veo la televisión.
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Perífrasis verbales
El verbo gerundio es siempre de la misma forma (de comer: comiendo, de cantar: cantando, etc.) y cuando cumple
su función como verbo lo suele hacer dentro de una perífrasis verbal (recordemos que las perífrasis verbales son el
resultado de la fusión de dos verbos que hacen el trabajo de uno solo).
En este caso, el verbo en gerundio, al no estar conjugado, no se tiene como verbo principal, sino que este rol lo
adoptaría el verbo que lo acompaña (estaba corriendo, por ejemplo).
Acabar + gerundio: Hace referencia a una consecuencia que sucede tras un periodo determinado o indeterminado:
“Siempre discutimos dónde cenar durante horas y al final siempre acabamos yendo al mismo sitio”.
Llevar + gerundio: Una acción que continúa en el presente desde el pasado (seguir + gerundio tiene un significado
algo similar, pero con algún matiz diferenciador): “Llevo limpiando la casa toda la semana”.
Presente progresivo, durativo o continuativo: Una acción que está sucediendo en el presente y todavía no ha
acabado: “Espera un poco, está acabando sus deberes”.
Seguir + gerundio: De igual forma que veíamos con “llevar”, el verbo “seguir” puede usarse junto al gerundio para
enfatizar la perdurabilidad de una acción en el presente o en algún momento concreto del pasado: “Le llamé por la
tarde por todavía seguía trabajando”.
Quedarse + gerundio: Esta forma subraya la perduración de la acción durante un tiempo considerable: “Quise ver
más obras, pero me quedé mirando durante horas su cuadro”.
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El participio
A diferencia del gerundio y el infinitivo, el participio se forma agregando los sufijos "-ado" , por ejemplo: alojado. O
también con la terminación "-ido", como por ejemplo: desped-ido. Estos sufijos deben ser añadidos a la raíz de los
verbos regulares. Sin embargo, en los verbos irregulares, el participio puede tener formas especiales que pueden ser
muy diferentes entre sí, como "dicho" en lugar de *"decido" o "muerto" en lugar de *"morido".
El participio es muy importante en el español y en otras lenguas romances, porque se utiliza para formar verbos
compuestos al combinarlo con un verbo auxiliar (como el verbo "haber" en español). Por ejemplo: hemos partido o
lo han recordado.
Verbos conjugados en su forma de participio: abierta, dicho, partida, absuelta, difundido, partido, amado, diluido,
predicho, atado, elegido, provista, atendido, enredada, puesta, bebida, entusiasmado, reído, bendecido, etc.
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Ejercicios