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En 1802, y tras recoger los datos de otros genios de la Ciencia como Robert Boyle o Isaac Newton,
John Dalton llegó al convencimiento de que tanto los gases, como los líquidos, como los sólidos
estaban constituidos por partículas indivisibles, a las que nombró con el mismo vocablo empleado
por Demócrito y Leucipo: átomo.
John Dalton
Dalton estableció un sistema para designar a cada átomo de forma que se pudieran distinguir entre
los distintos elementos
• Los átomos de un mismo elemento químico son todos iguales entre sí, y tienen
todos ellos la misma forma, tamaño y masa
• Los átomos de un elemento químico son diferentes de los de otro elemento químico
• Los compuestos químicos se forman cuando se combinan entre sí los átomos de los
elementos en una proporción fija.
• MODELO DE THOMSON
Una vez aceptada la teoría atómica de la materia de Dalton, los fenómenos
de electrización y electrólisis pusieron de manifiesto, por un lado, la
naturaleza eléctrica de la materia y, por otro, que el átomo era divisible; es
decir, que estaba formado por otras partículas fundamentales más
pequeñas. Había que buscarlas.
Las partículas que formaban estos rayos eran las mismas siempre, independientemente del gas del
interior. Por ello, se dedujo que los átomos tenían en su interior una o más partículas de carga
negativa a las que se llamó electrones.
Así que, en 1904, Thomson dio su modelo, pensando que el átomo consistía en una esfera de
carga positiva con electrones (e-) de carga negativa incrustados, todo lo cual constituía un
conjunto eléctricamente neutro.
Este modelo del “pudin de pasas” de Thomson era bastante razonable y fue aceptado durante
varios años, pues, permitía explicar varios fenómenos como:
• MODELO DE RUTHERFORD
En 1911, Ernest Rutherford y sus colaboradores desecharon el modelo de
Thomson tras realizar el siguiente experimento:
Bombardearon con partículas alfa (partículas con carga positiva, +) una
lámina fina de oro, y recogieron los resultados en una placa fotográfica.
Repitieron el proceso con láminas finas de otras materiales, observando
siempre que:
- En el núcleo, o parte central del átomo, se concentra la carga positiva y la mayor parte
de la masa del átomo.
- En la corteza, girando alrededor del núcleo, se encontraban los electrones. Esta zona
ocupa la mayor parte del volumen atómico y es casi un espacio vacío. Los electrones están ligados
al núcleo por la atracción eléctrica entre cargas de signo contrario
- La carga positiva del núcleo se encuentra compensada por la carga negativa de los
electrones, que están fuera del núcleo en la corteza, siendo el conjunto eléctricamente neutro, por
lo que hay un número igual de cargas positivas que de electrones en el átomo.
Los trabajos del físico inglés Moseley, condujeron a demostrar la existencia de estas partículas
positivas en el interior del núcleo, a las que se les denominó protones. Los protones tienen carga
positiva y masa mucho mayor que los electrones. Por tanto, un átomo neutro tiene el mismo
número de protones que de electrones.
En 1932, Chadwick descubrió esta nueva partícula, el neutrón, que se situaba en el núcleo del
átomo y cuya masa era muy parecida a la del protón pero careciendo de carga.
Así pues, en el núcleo de los átomos se encuentran los protones y neutrones, mientras que, en
la corteza, y orbitando en torno al núcleo, se encuentran los electrones.
• MODELO DE BOHR
El modelo atómico de Rutherford era incapaz de explicar ciertos hechos:
• La carga negativa del electrón en movimiento iría perdiendo energía hasta caer contra el
núcleo y esto haría que los átomos fuesen inestables.
• Según Rutherford, el electrón emitía energía de forma continua, lo cual no explica los
espectros atómicos de absorción y emisión de los átomos, que presentan rayas luminosas
sólo para determinadas frecuencias.
En 1913, Niels Bohr, dio un nuevo modelo atómico para explicar estas
anomalías del modelo de Rutherford, que fue ampliado posteriormente
por Sommerfeld.
En torno al núcleo giran los electrones en órbitas circulares o elípticas permitidas, que forman
la corteza del átomo, y donde no se emite ni se absorbe energía.
Sólo se emite energía al saltar de unas órbitas permitidas a otras. A las órbitas permitidas
se les llamó niveles de energía.
En cada una de estas órbitas permitidas, los electrones tienen asociada una determinada
energía, que es mayor en las órbitas más externas.
Los electrones no irradiarían energía (luz) si permanecieran en órbitas estables, por eso, no
terminan precipitándose al núcleo.
Emiten esta energía cuando saltan de una órbita permitida a otra, produciéndose los espectros
de emisión y de absorción.
Al modelo de Bohr se le conoce también como modelo planetario, puesto que el electrón de un
átomo describe también órbitas circulares o elípticas en torno a su núcleo, existiendo hasta 7
niveles de energía u órbitas permitidas.
• MODELO ACTUAL
Hoy en día, y gracias a la mecánica cuántica, en especial a Erwin Schrödinger,
se ha establecido el actual modelo atómico, donde no se puede determinar con
precisión la posición exacta de un electrón en un determinado instante, si bien
existen zonas donde hay más probabilidad de que se encuentre. Así, se define el
orbital como una zona del espacio donde es máxima la probabilidad de
encontrar un electrón, desechándose la idea de órbitas estacionarias propuestas
por Bohr.
Hoy en día también sabemos que el electrón es una partícula indivisible, es un leptón, aunque
existen otros cinco leptones más, pero no ocurre así con los neutrones y protones, que están
formados por quarks.
En la década de 1960, los físicos estadounidenses Murray Gell-Mann y Georg Zweig, detectaron
una partícula subatómica denominada quark.
Actualmente se conocen seis tipos de quarks: up (arriba), down (abajo), charm (encanto),
strange(extraño), top (cima) y bottom (fondo). Lo que nos lleva a comprender mejor la
constitución de la materia ordinaria, en concreto, los neutrones y los protones. De esto se ocupa
con profundidad la Física de Partículas.
Los elementos químicos parecían tener propiedades análogas, por lo que se pretendió clasificarlos
por grupos de propiedades parecidas. Así, surgieron varias formas de ordenar los elementos, pero
ninguna de ellas conseguía explicar claramente la Naturaleza.
• En 1817, el químico alemán Döbereiner intentó agrupar los elementos conocidos en triadas,
atendiendo a sus masas atómicas. Algunas de las triadas que consiguió fueron: calcio,
estroncio y bario; litio, sodio y potasio; azufre, selenio y teluro; cloro, bromo y yodo. Estas
triadas tenían como particularidad que la masa atómica del átomo central era la media de las
masas de los átomos de los extremos.
• Pronto se vio que los elementos debían agruparse en series de más de tres elementos análogos.
Así, en 1862, el geólogo francés De Chancourtais, propuso su caracol telúrico, que consistía
en colocar los elementos conocidos siguiendo un cilindro dividido en 16 segmentos iguales,
por orden creciente de las masas atómicas, señalando las grandes semejanzas existentes
entre los elementos que se encontraban sobre la misma generatriz.
• En 1864, el químico inglés Newlands ordenó los elementos por sus masas atómicas
comprobando que cada ocho elementos se repetían las propiedades. A esta clasificación se le
llamó Ley de las Octavas, por su similitud con las octavas musicales. Esta ley era válida
hasta el elemento calcio, por lo que era necesario seguir ordenando los elementos conocidos
con otra clasificación.
• En 1870, el químico alemán Meyer consiguió ordenar los elementos conocidos por sus
volúmenes atómicos, descubriendo un cambio de longitud de los periodos.
• Pero un año antes, en 1869, el químico ruso Dimitri Mendeleiev había publicado su Tabla
Periódica, precursora de la actual, siguiendo los siguientes criterios de
clasificación:
- Colocó los elementos por orden creciente de sus masas atómicas.
- Situó en el mismo grupo elementos que tenían propiedades comunes,
en especial, aquellos que tenían la misma valencia.
El mérito de Mendeleiev radica en que no sólo clasificó los elementos hasta entonces conocidos,
sino que dejó casillas vacías para elementos no descubiertos todavía, pronosticando las
propiedades que debían tener, y viéndose años más tardes que los elementos recién descubiertos
coincidían con lo pronosticado por Mendeleiev.
A pesar del enorme éxito de la tabla periódica de Mendeleiev, surgieron algunas irregularidades
que debieron corregirse. Con la experimentación se llegó a la resolución: había que cambiar el
criterio de la masa atómica por el del número atómico. El resto quedaba prácticamente igual,
se configuraba de este modo el sistema periódico actual.
o Las filas horizontales o periodos se van rellenando con elementos según un orden
creciente de número atómico.
o Las columnas, son los grupos o familias, y en ellas s encuentran los elementos
más parecidos entre sí, es decir, con el mismo comportamiento químico.
o Metales, que son elementos con alta tendencia para formar iones positivos o
cationes, es decir, que, para ser estables, tienden a perder electrones. Además,
poseen un brillo especial, alta conductividad eléctrica y calórica, son maleables
(capaces de descomponerse en láminas con facilidad) y dúctiles (capaces de
cambiar su forma por presión). Ejemplos de metales: Calcio, hierro, oro, potasio...
o No metales, que tienen alta tendencia a formar iones negativos o aniones, es decir,
ganan tantos electrones como necesitan para llenar su último orbital. No poseen las
propiedades de los metales y muchos son gases a temperatura ambiente. Ejemplos
de no metales: carbono, oxígeno, hidrógeno, etc.
o Semiconductores, que a veces se comportan como un metal y otras como un no
metal. Ejemplos de semiconductores: silicio, germanio...
o Gases nobles, son aquellos con 8 electrones en su último nivel, excepto el Helio,
que sólo tiene 2 electrones en su único nivel. Son los elementos más estables de la
tabla periódica.
La nomenclatura actual numera los grupos del 1 al 18. Los elementos de los grupos 3 al
12, son los elementos de transición, y los demás son los elementos representativos, recibiendo
estos grupos o familias los siguientes nombres:
4. CONFIGURACIÓN ELECTRÓNICA
¿Cómo se ordenan los electrones en la corteza? Según el modelo de Bohr, los electrones sólo
pueden estar en ciertos niveles energéticos.
El actual modelo atómico nos habla de los orbitales atómicos, o zonas de máxima probabilidad
de encontrar electrones. Dentro de un mismo nivel energético pueden existir diferentes orbitales.
Cada orbital posee dos electrones y en cada nivel energético sólo está permitido un número
concreto de electrones, que son:
Nivel 1 2
Nivel 2 8
Nivel 3 18
37Nivel 4 32
Nivel 5 32
Nivel 6 18
Nivel 7 8
En cada nivel energético puede haber distinto número de orbitales que se distribuyen en el espacio
según la energía de dichos orbitales pertenecientes al mismo nivel energético. Estos orbitales
pueden ser:
• Los orbitales circulares son del tipo “s”, donde sólo caben dos electrones;
• Existen en algunos niveles de energía 3 orbitales bilobulares en las tres
direcciones del espacio, son los orbitales “p”, y caben en total en estos orbitales
seis electrones;
• Podemos tener además en los niveles energéticos 5 orbitales “d” donde caben
en total 10 electrones
• Incluso se pueden llegar a tener 7 orbitales “f”, con cabida para 14 electrones
en total.
Los electrones se distribuyen entrando del nivel menos energético al más energético, pero, lo
que es más, de los orbitales menos energéticos a los más energéticos, llegando a superponerse
los niveles energéticos en algunos casos.
Los electrones del último nivel o capa de valencia, son los electrones de valencia, y son los
responsables del comportamiento de los átomos. Todos los miembros de un mismo grupo o
familia tienen igual número de electrones de valencia.
Una regla mnemotécnica para realizar el llenado de los orbitales que es válida casi siempre es el
diagrama de Moeller:
1s
2s 2p
3s 3p 3d
4s 4p 4d 4f
5s 5p 5d 5f
6s 6p 6d
7s 7p
8s
Zr (Z=40): 1s2, 2s2, 2p6, 3s2, 3p6, 4s2, 3d10, 4p6, 5s2, 4d2
Para definir los electrones permitidos en cada orbital, necesitamos lo que se conoce como
números cuánticos.
• El número cuántico principal, “n” está relacionado con el tamaño de los orbitales
y señala su nivel energético.
• Los electrones se sitúan primero en los orbitales de más baja energía. Además, lo
hacen atendiendo a la regla de Hund, que dice que cuando los electrones están
presentes en un grupo de orbitales degenerados, los ocupan con los espines
paralelos, antes de que se produzca un apareamiento en cualquier orbital.
Además, es más estable, aquel elemento con una configuración electrónica donde
los orbitales degenerados estén completos o semicompletos dentro del mismo
nivel energético. (Esto explica las anomalías según la regla mnemotécnica de
Moeller de los elementos que terminan en nd4 y nd9)
• Debe cumplirse el principio de exclusión de Pauli, que nos dice que no pueden
describirse dos electrones de un mismo átomo con el mismo grupo de números
cuánticos.
Una representación gráfica de la forma de todos estos orbitales, relacionado con los números
cuánticos (n,l,m) es:
El elemento es el cloro:
Los electrones de valencia son los correspondientes al último nivel: 3s2, 3p5, así los
números cuánticos serán:
3s2: 3p5:
(3, 1, 0, -1/2)
El orbital 3d se completa antes que el orbital 4s, puesto que es de un nivel energético
mayor, en base a la regla de Hund, quedando la configuración electrónica como sigue:
Cajas de covalencia:
La estructura electrónica del último nivel, conocido como capa de valencia, puede ser
representada mediante las cajas de covalencia.
Para ello, se representan mediante cajas los orbitales de la capa de valencia y los electrones con
flechas. Cada caja puede contener un máximo de dos electrones, puesto que es el número máximo
de electrones que puede haber en un orbital. Las flechas hacia arriba representan los electrones
con el spin positivo (+1/2) y las flechas hacia abajo representan los electrones con el spin negativo
(-1/2). Los electrones solitarios se colocan desapareados y sus flechas indican el mismo sentido.
Podemos promocionar electrones de los orbitales p de un nivel a los orbitales d del mismo nivel,
con muy poca energía, obteniéndose de esta forma las diferentes covalencias que algunos
elementos poseen.
Covalencia: 2
2s 2p
En cambio, el azufre (Z= 16), con otros 6 electrones en su última capa, posee en ese nivel
energético orbitales d, por lo que puede promocionar electrones sin apenas gasto energético a este
nivel energético, encontrando las siguientes covalencias:
Covalencia: 2
3s 3p 3d
Covalencia: 4
3s 3p 3d
Covalencia: 6
3s 3p 3d
5. ENLACES INTRAMOLECULARES
Los enlaces químicos intramoleculares son las uniones que se dan entre los átomos de
una misma molécula. Los responsables de la unión entre los átomos son los electrones de valencia.
Los gases nobles son los elementos químicos que no manifiestan tendencia a unirse, por lo
que es lógico pensar que los gases nobles constituyen el referente químico de estabilidad.
La unión entre átomos ocurre a través de los electrones más externos de la corteza atómica
para alcanzar la estructura electrónica de un gas noble, es decir, se intercambian o comparten
electrones hasta conseguir ocho electrones de valencia.
Esto se conoce como regla del octeto que establece que la tendencia de todo elemento es la
de lograr tener la configuración electrónica de un gas noble. Sin embargo, el helio es una
excepción a la citada regla, ya que es un gas noble con tan sólo dos electrones en su única capa.
Además del He, hay compuestos que no cumplen la regla del octeto, como el pentacloruro de
fósforo (PCl5) y el trifluoruro de boro (BF3). Pero en general, esta regla suele cumplirse.
6. ENLACE IÓNICO
Radio catión r+
=
radio anión r−
Y a las que corresponde distinto índice de coordinación (I.C.= nº de iones de un tipo que rodean
a otro ión de signo opuesto)
P. ejemplo: NaCl forma red cúbica centrada en las caras y su I.C.=6
Formación de Cloruro de Calcio 𝐶𝑎𝐶𝑙2
7. ENLACE COVALENTE
• Polar: Se produce entre átomos diferentes que atraen a los electrones con distinta
intensidad. Por ejemplo: HCl, HF, H2O, NH3, ...
Así podremos tener sustancias covalentes gaseosas como el O2, CO2, ..., sustancias covalentes
líquidas como el H2O, NH3, ... y sustancias covalentes sólidas como el diamante, el cuarzo, el
grafito, el grafeno, etc.
Para representar los compuestos covalentes se utilizan los diagramas de Lewis, que
consisten en escribir el símbolo del átomo rodeado de tantos puntos o cruces como electrones
tiene en el último nivel.
Orbital σ
Orbital σ
• •
s + s
Orbital σ
s + p
Orbital σ
➢ Enlace tipo π: originado por solapamiento lateral de los O.A: se forma un O.M donde
aparece un plano especular de simetría que incluye a los núcleos, a este plano (nodal) la
probabilidad de encontrar al electrón es nula
Plano
nodal
Orbital π
orbitales p en la misma dirección. Además, también se pueden formar uno o dos solapamientos
laterales que dan lugar a enlaces π. (un poco más débiles que los enlaces frontales σ). Por ejemplo:
O2
Ejemplos:
O→ 2s2 2p4
H 2O
H→ 1s1
NH3
N 2s2 2p4
H 1s1
H 1s1
H 1s1
𝑯 𝑯
| Geometría de la molécula: Piramidal
∶𝑵 −𝑯
F2
F – F Geometría de la molécula: Lineal
F: 1s2 2s2 2p5
8. ENLACE METÁLICO
El enlace metálico se establece cuando se combinan átomos de elementos con
electronegatividades parecidas y bajas (elementos metálicos). Habitualmente se trata de
átomos de un solo elemento, pero también podemos tener combinaciones de elementos, como
ocurre en las aleaciones.
A temperatura y presión ambiente, los metales se presentan formando cristales. Para explicar
la estructura cristalina y las propiedades de los metales se proponen diversos modelos de enlace
metálico: modelo de nube electrónica y modelo de bandas.
O.M.
antienlanzante
3s 3s
O.M enlazante
En un bloque de metal, formado por muchos átomos, se originarían muchos O.M cuya
energía será muy próxima. Los O.M. enlazantes llegarían a contactar con los antienlazantes, y
existirá una banda de O.M. por la que se podrán mover los electrones.
Los orbitales moleculares enlazantes quedarán ocupados por los electrones de valencia y
forman la banda de valencia y pueden conectar con los O.M. antienlazantes o banda de
conducción, que está vacía.
Banda
conducción
3s
3s
Banda de
valencia
Metales conductores: la banda de valencia esta semillena (Na), o bien lleno pero
solapada a la banda de conducción que está vacía (Mg). En ambos casos los
electrones pueden moverse con facilidad por los O.M, que están llenos y pueden
conducir la corriente.
Metales semiconductores: la banda de valencia está llena y la de conducción vacía,
pero no se solapan. Hay una zona entre bandas – zona prohibida- que no puede alojar
electrones, pero es pequeña y un simple aumento de temperatura puede favorecer la
promoción (aumenta la E. cinética de los e-).
• Fuerzas de dispersión o de London: Este tipo de fuerza está presente en todas las
moléculas (tanto polares como apolares) y se debe a atracciones entre dipolos
instantáneos y dipolos inducidos. La existencia de estas fuerzas es consecuencia del
movimiento espontáneo y aleatorio de los electrones (que es muy rápido) se generan
asimetrías en la distribución de las cargas eléctricas en la molécula. Estas asimetrías
originan un dipolo instantáneo que, a su vez, induce la formación de otros dipolos (dipolos
inducidos) en las moléculas vecinas.
Este tipo de fuerzas aumentan con la masa molar de la molécula, pues hay mayor número de
electrones y se pueden formar dipolos con mayor facilidad
Por ejemplo : Fuerzas de London
I2 (solido)> Br2(líquido) > Cl2(gas)
También dependen de la forma de las moléculas: son mayores en moléculas alargadas
P.Ej
n − pentano 𝑑𝑖𝑚𝑒𝑡𝑖𝑙𝑝𝑟𝑜𝑝𝑎𝑛𝑜
𝐶𝐻3 𝐶𝐻2 𝐶𝐻2 𝐶𝐻2 𝐶𝐻3 > 𝐶𝐻3
|
𝐶𝐻3 − 𝐶 −𝐶𝐻3
|
𝐶𝐻3
interacción
H F Ar H F Ar
δ+ δ-
δ+ δ-
Es un tipo especial de interacción electrostática dipolo-dipolo que tiene lugar entre un átomo
de H que forma un enlace covalente con átomos muy electronegativos y de pequeño tamaño
(F,O,N) que además tiene pares de electrones no enlazados.
Los electrones del enlace covalente están muy desplazados hacía el átomo más electronegativo
(F,O,N) que resulta con un exceso de carga negativa, y el H queda con cierta carga positiva. El
enlace se produce por una fuerte atracción eléctrica entre el núcleo de H y los electrones no
enlazados del átomo central de la molécula vecina.
El efecto del enlace de H es un acercamiento de las moléculas, esto hace que las sustancias
que tienen esta interacción muestren puntos de fusión y ebullición anormalmente altos. Por
ejemplo: el punto de ebullición de HF es mucho mayor que el de HCl, que no forma puentes de
H.
𝑭 𝑭
⋰ \ ⋰ \
𝑯 𝑯 𝑯 𝑯
/ ⋱ / ⋱
𝑭 𝑭 𝑭
En el agua: cada átomo de hidrógeno forma un enlace de H, y cada átomo de O (posee dos
pares de electrones no enlazados), participa en otros dos enlaces de H→ cada molécula de H2O
está unida a cuatro moléculas próximas:
⋯ 𝑯
|
𝑶: ⋯ 𝑯δ+ − 𝑶:̈
/ ̈ \
⋯ 𝑯 ⋮ 𝑯
𝑯δ+
/
𝑯 − 𝑶:
̈
Esto hace que el agua sea líquida a temperatura ambiente y posea elevado punto de ebullición.
Si en el H2O solo existieran fuerzas de Van der Waals sería gas a temperatura ambiente como
H2S.
Este tipo de fuerza es importante en compuestos orgánicos con grupos –OH (por ejemplo, el
metanol es líquido a temperatura ambiente) y sobre todo en procesos biológicos (uniones por
enlace de H en la cadena de ADN).
El tipo de enlace que une los átomos, iones o moléculas que constituyen las sustancias,
determina muchas de las propiedades de éstas, como su solubilidad, puntos de fusión y ebullición,
conductividad eléctrica, etc. Por otra parte, el conocimiento experimental de estas propiedades es
fundamental para deducir cual es el tipo de enlace presente en una sustancia determinada.