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La Gran Barrera de Coral australiana se está volviendo blanca

Recogida de datos

Los corales que desovan por difusión se reproducen liberando una masa de material reproductivo
en el agua. La mayoría de las especies de la Gran Barrera de Coral se reproducen de esta manera,
pero algunas, denominadas incubadoras, se reproducen liberando larvas (o plánulas) que se
establecen en los alrededores.

Para evaluar qué especies de coral adulto eran la más afectadas, los investigadores llevaron a cabo
estudios submarinos cubriendo con cinta los lechos de arrecifes y midiendo la topografía. Para
tomar muestras del reclutamiento de larvas, colocaron paneles por toda la Gran Barrera de Coral
en los días posteriores a un fenómeno de blanqueo masivo.

«Colocamos mil paneles», explica Terry Hughes, experto en arrecifes de coral de la Universidad
James Cook e investigador principal. «Entre los límites norte y sur, hay una distancia de 2.900
kilómetros».

En estudios anteriores, los paneles contenían entre 50 y 100 gametos cada uno. Este año, «los
números más habituales eran entre cero y uno», afirma.

Menos tiempo de recuperación

Las altas temperaturas y la contaminación hacen que los corales expulsen las algas que viven en
sus tejidos. Estas algas aportan alimentos a cada pólipo coralino. Si el agua no se enfría o la
contaminación no se disipa, las algas no vuelven al coral y este muere de hambre. Los patrones
meteorológicos como El Niño pueden hacer que las aguas cálidas sean insoportables para los
corales.

El blanqueo coralino se registró por primera vez a principios de los años 80, pero la Gran Barrera
de Coral ha sufrido cuatro fenómenos de blanqueo masivos que han devastado grandes áreas del
arrecife. El primero fue en 1988 y el segundo, en 2002. Entre 2002 y 2016, los corales pudieron
recuperar lo que habían perdido tras el blanqueo.

«Tuvimos la suerte de contar con un periodo de 14 años entre el segundo y el tercero», afirma
Hughes. «Y tuvimos la desgracia de no tener uno tras 2016».
Los fenómenos de blanqueo seguidos de 2016 y 2017 devastaron la Gran Barrera de Coral y la
investigación publicada por Hughes el año pasado en la revista Science sugiere que la brecha entre
calentamientos extremos se está acortando.

«Es como si enfermaras cada dos años, o en intervalos tan cortos que no te da tiempo a
recuperarte entre medias», contó entonces Julia Baum, autora del estudio y bióloga marina, a
National Geographic.

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