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El documento argumenta que la tecnología de reconocimiento facial no debería restringir la autonomía humana y aumentar la discriminación. Las empresas deben seguir las recomendaciones de la Unesco para prohibir el uso de sistemas de IA para vigilancia masiva y calificación social. Las empresas tecnológicas deberían elaborar acuerdos de marco común auditados por el gobierno para garantizar que el respeto por la libertad esté por encima de los intereses económicos.
El documento argumenta que la tecnología de reconocimiento facial no debería restringir la autonomía humana y aumentar la discriminación. Las empresas deben seguir las recomendaciones de la Unesco para prohibir el uso de sistemas de IA para vigilancia masiva y calificación social. Las empresas tecnológicas deberían elaborar acuerdos de marco común auditados por el gobierno para garantizar que el respeto por la libertad esté por encima de los intereses económicos.
El documento argumenta que la tecnología de reconocimiento facial no debería restringir la autonomía humana y aumentar la discriminación. Las empresas deben seguir las recomendaciones de la Unesco para prohibir el uso de sistemas de IA para vigilancia masiva y calificación social. Las empresas tecnológicas deberían elaborar acuerdos de marco común auditados por el gobierno para garantizar que el respeto por la libertad esté por encima de los intereses económicos.
La tecnología de reconocimiento facial, en primer lugar, no debería apartarse del primer
principio del enfoque humanista: servir a la humanidad y no restringir la autonomía de las personas. En este caso, si los algoritmos a partir de los cuales funciona esta tecnología no están libres de sesgos, aumentan la discriminación y eso es un atentado contra la dignidad humana. Es fundamental que opere el principio de transparencia, dado que se trata de sistemas que serán cada vez más utilizados por organismos de seguridad y, por ende, más presentes en nuestras vidas. Las empresas que los fabriquen deberán seguir a rajatabla recomendaciones tales como las de la Unesco: “Prohibición de los marcadores sociales y la vigilancia masiva”. La recomendación prohíbe explícitamente el uso de sistemas de IA para la calificación social y la vigilancia masiva. Este tipo de tecnologías son muy invasivas, vulneran los derechos humanos y las libertades fundamentales y se utilizan de forma generalizada. La recomendación subraya que, a la hora de desarrollar marcos normativos, los Estados miembros deben tener en cuenta que la responsabilidad última y la rendición de cuentas debe recaer siempre en los seres humanos y que no se debe otorgar personalidad jurídica a las tecnologías de IA por sí mismas. En este sentido, las diferentes empresas tecnológicas del mundo deberían elaborar acuerdos de marco común, que sean auditados y controlados por órganos del gobierno, y que permitan garantizar que el respeto por la libertad y diversidad se ubique por encima de los intereses económicos.