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Todos los trabajos escritos deben cumplir una estructura tanto en el ámbito académico como
profesional; lo anterior le permite al lector encontrar una redacción coherente y un ordenado
planteamiento de ideas. El ensayo es un escrito libre (Sin normas de redacción), sin embargo debe
llevar la siguiente estructura clásica:
La portada debe incluir el título (Definimos de manera clara y precisa la idea principal del ensayo),
el nombre del autor(es), instituto educativo, carrera – curso – facultad, ciudad y año de
presentación.
El resumen también conocido como síntesis tiene como finalidad esbozar de manera precisa y
reducida el objetivo del ensayo. Debe tenerse en cuenta que el resumen no debería tener más de
200 palabras, siendo lo más apropiado mantener una extensión de 150.
La introducción busca llamar la atención del lector, es la parte en la cual se hace una presentación
sobre la temática, tratando temas como antecedentes o aspectos que incentivaron al desarrollo
del ensayo. Debe crearse siempre una relación entre estos antecedentes y lo que será la temática
general del texto.
El desarrollo viene a ser el cuerpo del ensayo, es el espacio en el cual se señalan las ideas y los
fundamentos del trabajo escrito. Es imprescindible que la estructura del desarrollo sea organizada,
siguiendo una secuencia previamente estipulada, de manera que la información expresada se
comprenda precisamente.
El apartado de conclusiones señala específicamente los análisis y resultados finales del trabajo. Las
conclusiones indican cómo fue el desenvolvimiento del trabajo escrito, las ideas y pensamientos
generales que surgen de él. Es preciso señalar que pueden indicarse también interrogantes que
dejen apertura para la realización de nuevos trabajos de temáticas similares.