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Instituto de Protecciones de Sistemas Eléctricos de Potencia

Universidad Nacional de Río Cuarto

11. PROTECCIÓN DE TRANSFORMADORES RURALES Y DE DISTRIBUCIÓN

Primeramente se dará un repaso sobre la teoría básica del funcionamiento de


transformadores, haciendo hincapié en su comportamiento ante regímenes anormales de
funcionamiento

Nociones básicas sobre transformadores.

Para el transporte de energía entre sistemas que trabajan a diferentes niveles de tensión
se deben utilizar transformadores. El proceso de cambio o de adaptación de niveles de
tensión se llama transformación.

Transformador monofásico.

Primeramente vamos a ver los aspectos de funcionamiento de un transformador


monofásico. Esta máquina consta, en forma simplificada, de un núcleo cerrado de
hierro sobre el cual generalmente se disponen dos arrollamientos (bobinas) como se
muestra en la figura 1. Los transformadores (trafos) son máquinas eléctricas
estacionarias.

El arrollamiento que recibe la energía eléctrica se denomina arrollamiento primario, con


independencia de si esta conectado a un nivel de alta o baja tensión. El arrollamiento del
cual se toma la energía se denomina arrollamiento secundario.

Figura 1

Los números de espiras de esos bobinados son n1 y n2 respectivamente.


Tanto el arrollamiento primario como secundario se montan sobre la misma columna de
hierro, en la mayoría de los transformadores y se los conoce como transformadores
acorazados.
El núcleo es el camino por donde circula el flujo magnético, siguiendo un circuito
prescrito de una columna a otra. Para cumplir esta función se construye de una aleación
hierro-silicio (material ferromagnético) que posee una gran permeabilidad, o sea que
conduce muy bien el flujo magnético.

En un transformador el núcleo tiene dos misiones fundamentales:

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a. Desde el punto de vista eléctrico es la vía por la cual discurre el flujo


magnético.
b. Desde el punto de vista mecánico es el soporte de los arrollamientos.

Figura 2

Funcionamiento en vacío.

Si aplicamos al primario de un transformador una tensión alterna sinusoidal V1,


manteniendo el secundario abierto circulará una corriente I0 que producirá un flujo
dentro del marco magnético. Este flujo variará senoidalmente con la frecuencia de la
intensidad de corriente. De acuerdo a la ley de Faraday-Lenz esta variación de flujo
inducirá en el primario una fem que se opone a tal variación y por lo tanto a la tensión
aplicada. Esto en términos de desfasaje de las ondas senoidales, significa que la fem E1
está 180° retrasada de la tensión aplicada V1.

Para generar el flujo magnético, es decir, para magnetizar el núcleo de hierro hay que
gastar energía eléctrica, dicha energía se toma del arrollamiento primario. Por lo tanto,
la corriente que circula, denominada comúnmente de magnetización o de vacío (I0)
contiene una componente de pérdidas producidas por histeresis y foucault en el núcleo.
Esta corriente I0 es varias veces menor a la corriente del arrollamiento sometido a carga
nominal (entre 1% y 5%).
Las perdidas en el núcleo que se hace mención son producidas, por un lado, por el
constante cambio en la magnetización del núcleo de hierro (histéresis), que pueden
minimizarse eligiendo un tipo de chapas con bajo coeficiente de perdidas. Por otro lado,
como el campo magnético varia respecto del tiempo, en el hierro se inducirán corrientes
parásitas llamadas de Foucault. Estas corrientes asociadas con las resistencias óhmicas
del hierro motivan perdidas que pueden reducirse empleando chapas más finas y
aisladas entre si.

Además la corriente produce caídas de tensión en la resistencia y reactancia del


bobinado primario (impedancia de dispersión del primario Z1), por lo que V1 y E1 no
son exactamente iguales y opuestas.

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Por lo tanto: V1 E 1  I 0 .Z 1 (suma vectorial) (1)

El arrollamiento secundario abraza también las líneas de campo del núcleo, por lo que
se inducirá en él una fem E2, que será distinta de la primaria si los números de espiras
son diferentes. La relación entre los números de espiras, es lo que se denomina relación
de transformación.
Esta relación se denota por:
E2 n2
k (2)
E1 n1

Si se desprecia el efecto de la corriente I0 sobre la impedancia de dispersión Z1,


podemos escribir para un transformador en vacío:
E 2 V1 n 2
k (3)
E 1 V2 n 1

Por ejemplo:
Si el número de vueltas del arrollamiento primario n1 es 100 y del arrollamiento
secundario n2 es 200 y aplicamos una tensión de 110 V en el arrollamiento primario
tendremos que la tensión en el secundario será de 220 V.

En el caso del ejemplo, cuando la tensión del primario es menor que en el secundario, se
dice que el transformador es elevador, caso contrario se lo denomina reductor.

En la practica un transformador tiene que dimensionarse para niveles de tensión


especificas y este valor se denomina tensión nominal del transformador. Y se denota
como 110 / 220 V.

Figura 3

Funcionamiento en carga.

Si ahora conectamos una carga en los bornes secundarios, la fem E2 producirá la

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circulación de una corriente I2, que se opone al efecto magnético que la produce, por
ello el primario reaccionará tomando una mayor corriente de la alimentación a fin de
mantener el flujo en su valor original, por lo que aparece la componente de carga del
primario, la cual sumada vectorialmente a I0, da como resultado la intensidad consumida
por el transformador I1.
De la misma manera que el bobinado primario poseía resistencia y reactancia, lo mismo
sucede en el secundario, por lo tanto la corriente I2 produce una caída de tensión en este
lado, con lo que la tensión en bornes V2 resulta menor que la fem E2.

Por lo tanto: V2 E 2  I 2 .Z 2 (suma vectorial) (4)

Para poder aplicar la ecuación (3) a un transformador en carga debemos despreciar


entonces los efectos de la impedancia de dispersión del primario Z1 y del secundario Z2.
Esto suele ser bastante aproximado ya que la suma de ambas caídas de tensión (I1.Z1 +
I2.Z2) para el estado de carga nominal esta entre el 4% y el 6% para transformadores de
distribución (tensión de cortocircuito).

Dado que la corriente que circula por el primario I1 de un transformador en carga es la


necesaria para contrarrestar el efecto desmagnetizante (generación de un flujo contrario
al principal) de la corriente del secundario I2 se debe cumplir que la relación entre estas
es inversamente proporcional al numero de espiras de los arrollamientos.

I2 n1 1
(5)
I1 n2 k

Esta relación no es del todo exacta ya que en el primario deberá estar presente además la
corriente de magnetización I0 necesaria para mantener el flujo de régimen en el núcleo.
Por lo tanto la ecuación exacta de corrientes de un transformador es:

I 1 .n 1 I 0 .n 1  I 2 .n 2 (suma vectorial) (6)

Pero teniendo en cuenta que I0 es muy pequeña respecto a I1, para la mayoría de los
casos podemos emplear la ecuación (5).

Figura 4

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Potencia eléctrica del transformador:

Como sabemos la potencia eléctrica es igual al producto de la tensión por la corriente,


de las ecuaciones (2) y (5) podemos escribir que:

V1 I 1 V2 I 2 (7)

Siempre recordando que despreciamos la energía necesaria para generar el flujo


magnético y la de perdidas. De aquí podemos deducir que la potencia entregada por el
transformador es igual a la consumida de la fuente de alimentación si se desprecian las
pérdidas en el núcleo y por el calentamiento de los bobinados.

Rendimiento.
El rendimiento de un transformador es igual al cociente entre la potencia P2
suministrada por el secundario a la carga y la P1 potencia absorbida en el primario a la
fuente de alimentación.

P2 P2
K (8)
P1 P2  Po  Pcc

La potencia absorbida por el primario P1 es igual a la suma de las potencias


suministrada por el secundario a la carga P2 y las potencias de perdidas de vacío (o en el
hierro) Po y cortocircuito (o en el cobre) Pf
Considerando las perdidas de un transformador debemos distinguir entre:

Perdidas de vacío o perdidas en el núcleo.

Estas dependen del flujo que circula por el circuito magnético. Este flujo es
independiente de la carga a la que este sometido el transformador por lo que estas
perdidas serán siempre las mismas. Se las denomina comúnmente pérdidas en vacío por
que son prácticamente las únicas que hay cuando el transformador se encuentra sin
carga.
Las perdidas en el hierro son de dos clases:
- Perdidas por corrientes de Foucault.
Las chapas que conforman el núcleo están sometidas a variaciones del flujo y esto
producen corrientes en su interior. Estas se denominan corrientes de Foucault y
producen calentamiento de las chapas por efecto Joule.
Para disminuir estas perdidas los circuitos magnéticos se construyen por
apilamientos de chapas de pequeño espesor, aisladas una de otras, si no fuese así el
calentamiento del circuito magnético seria muy elevado, llevando a la destrucción
del aislamiento.
- Perdidas por Histéresis.
Las sustancias denominadas ferromagnéticas como el hierro se imantan cuando
están sometidas a un campo magnético de inducción B.
La imantación adquirida es grande y dirigida en el sentido de la inducción B.
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Si se hace aumentar el campo, la susceptibilidad del hierro no es constante y varia


con la magnitud del campo magnetizante, la imantación adquirida tiende hacia un
limite para el cual el hierro se satura.
Si se hace decrecer el campo, para un determinado valor del mismo no se obtiene el
valor anterior de inducción.

Figura 5.
Curva de Histéresis típica.

Los valores de estas perdidas se obtienen en el ensayo de vacío del transformador.


El diagrama de conexión necesario para la determinación de estas perdidas es el
siguiente:

Figura 6

El ensayo se debe realizar a valores de tensión y frecuencia nominal en los bobinados


primario y secundario. Dado que el transformador esta en vacío (no tiene carga en el
secundario), la única corriente que circula es (I0) la necesaria para producir el flujo
magnético y, por lo tanto, la que alimenta las pérdidas en el núcleo.
Por lo tanto la potencia P0 que se mide con el vatímetro son las pérdidas en el núcleo y
la corriente que mide el amperímetro es la corriente de vacío I0

Este ensayo se puede realizar alimentando el bobinado de alta o de baja tensión ya que
el flujo magnético será el mismo independientemente del bobinado por el cual se
alimente la máquina.

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Perdidas en cortocircuito o en el cobre.

Los bobinados primario y secundario del transformador no tienen resistencias


despreciables, estas resistencias son R1 y R2 resistencias del primario y secundario
respectivamente. Las perdidas en estos arrollamientos son: R 1 I 12 en el primario y R 2 I 22
en el secundario.
La perdida total por efecto joule será: Pcc R 1 I 12  R 2 I 22 (9)
Para la determinación de estas perdidas se realiza el denominado ensayo en
cortocircuito del transformador. El diagrama de conexionado para este ensayo es el
siguiente:

Figura 7

Se debe alimentar el primario del transformador con una tensión reducida, mientras
mantenemos el secundario cortocircuitado mediante un amperímetro, el valor de tensión
es el suficiente como para lograr hacer circular en el circuito secundario un valor de
corriente igual a la nominal de la maquina.
Como la tensión es pequeña el flujo es también muy pequeño y por lo tanto, en
cortocircuito las perdidas en el hierro son perfectamente despreciables. De esta manera
la potencia que mide el vatímetro es prácticamente igual a las pérdidas en el cobre.

Se podría medir R1 y R2 con un puente o con un ohmetro y determinar las pérdidas


mediante la ecuación (9), pero el efecto del flujo magnético sobre los bobinados hace
que la resistencia efectiva a 50Hz sea sustancialmente mayor (del orden de un 30%) que
la que se mide con un puente, siendo por lo tanto, mayor la potencia de perdidas reales.
No obstante, en el ensayo de cortocircuito se mide las resistencias de los bobinados con
el objeto de referir el valor de pérdidas medidas durante el ensayo, a la temperatura de
trabajo en régimen de la máquina.

Como puede observarse en la ecuación (9), las perdidas en el cobre de un transformador


dependen del estado de carga del mismo (varían con el cuadrado de la corriente).
Distinto a las pérdidas en el núcleo que son constantes e independientes del estado de
carga.

Un valor particularmente importante que se determina durante el ensayo en


cortocircuito es el de la tensión necesaria para que circule la corriente nominal en los
bobinados, medida con el voltímetro. Esta tensión se conoce como tensión de
cortocircuito y comúnmente se expresa como un porcentaje de la tensión nominal del
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bobinado. Los valores normales especificados por norma son:

Transformadores rurales Todas las Pot. 4,5% con una tolerancia de r


10%
Hasta 630 kVA 4% con una tolerancia de r
Transformadores de distribución 10%
Más de 630 kVA 5% con una tolerancia de r
10%

La importancia de esta tensión radica en que su valor da una idea de la caída de tensión
que se produce en el transformador cuando este se encuentra trabajando a plena carga
(si bien no es el valor exacto ya que depende del factor de potencia de la carga).
También es Muy importante en el cálculo de cortocircuito en los sistemas ya que a
partir de la tensión de cortocircuito se puede calcular la impedancia interna (de
dispersión) de la máquina.

Transformador trifásico.

Los sistemas de distribución son en su gran mayoría trifásicos, por lo que requieren
transformadores trifásicos o tres transformadores monofásicos formando un banco
trifásico, siendo esta última opción muy poco usada en nuestro país, debido a su mayor
costo a igualdad de potencia nominal y a su reducido beneficio técnico.

Por regla general, y en su construcción más común, el núcleo del transformador trifásico
está formado por tres columnas adyacentes dispuestas en un mismo plano y unidas entre
sí por culatas, figura 8. Cada columna tiene un arrollamiento de alta y otro de baja
tensión (primario y secundario de cada fase), formando de esta forma tres
arrollamientos primarios y tres secundarios.

La conexión eléctrica de estos tres arrollamientos tanto en el primario como en el


secundario puede tomar la disposición estrella o triángulo, que presentan sus méritos y
desventajas propias.

La conexión estrella es adecuada para mayores tensiones, pues debe soportar la tensión
de fase y no la de línea. Brinda además la posibilidad de conectar el neutro a tierra.
La conexión triángulo permite mayores corrientes nominales y ofrece otras ventajas que
son más difíciles de cuantificar y escapan al objetivo de este curso.
Estas consideraciones hacen que casi la totalidad de los transformadores de distribución
de media a baja tensión, sean del tipo triángulo - estrella, ofreciendo el neutro en el
secundario para la conexión de las cargas monofásicas.

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Figura 8

La distribución de corrientes y tensiones en esta conexión se muestran en el circuito


esquemático de la figura 9 donde las magnitudes de cada fase del primario son indicadas
con las letras A, B y C y las del secundario con a, b y c, las tensiones y corrientes
compuestas se indican con doble subíndice. A esta configuración se la designa como
Dy11, D de delta (triángulo) en el primario, y por estrella en el secundario y el número
11 representa un desfasaje entre las tensiones del primario y del secundario.

figura 9

Los puntos que aparecen en la figura indican la polaridad de cada bobinado, es decir el
sentido en el que estan bobinados cada uno de los arrollamientos. Si las conexiones no
poseen la polaridad correcta se puede originar un cortocircuito (en el caso de bobinados
en triángulo) o puede aparecer un fuerte desequilibrio de tensiones (en el caso de
bobinados en estrella).
En la figura 9 se muestran dos formas diferentes de conectar correctamente las
polaridades de los bobinados.
La capacidad en potencia aparente de los transformadores trifásicos (kVA) es tres veces
la capacidad de cada fase (primario-secundario) y matemáticamente se expresa como:
3.Vf.If, donde Vf e If representan la tensión de fase y corriente de fase respectivamente.

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Designación de los bornes de un transformador.

Para la designación de los bornes se ha adoptado la siguiente convención:

Transformadores monofásicos.
Los bornes de alta tensión se designan por las letras mayúsculas U y V, mientras que
para los bornes de baja tensión las letras minúsculas u y v.

Transformadores trifásicos.
Los bornes de alta tensión se designan por las letras mayúsculas U, V y W mientras que
para los bornes de baja tensión las letras minúsculas u, v y w, siempre que los
comienzos de los arrollamientos se conecten a los bornes, si por el contrario son los
finales de los arrollamientos los que conducen a los bornes, estos se designan x, y y z
minúsculas.

Figura 10

El borne neutro (conexión común de las tres fases del sistema) se designa por N
mayúscula para el lado de alta tensión y n minúscula para el lado de baja.
En los esquemas eléctricos los transformadores se representan con el símbolo de la
figura 11. (por ejemplo: transformador monofásico de 220 V / 110 V, 1000 VA, 50 Hz).

Figura 11

Tipos de ejecución y construcción.


Según sea los tipos de construcción o ejecución de los transformadores estos se dividen
según sea su finalidad de aplicación y potencia, en:
- Pequeños transformadores.
Con potencias de hasta 16 kVA.
- Transformadores de red o de distribución.

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Con potencias de hasta unas 1600 kVA.


- Grandes transformadores.
Con potencias desde unos 2000 kVA (2 MVA) hasta 1000 MVA

Aspectos constructivos de transformadores de distribución

Se emplean para reducir la tensión de las redes de distribución de media tensión (en
nuestro país 33 kV ó 13,2 kV de tensión de línea) para abastecer directamente las redes
de baja tensión ( 400/231 V).
Estos transformadores de distribución constan de una cuba de chapa, dentro de la cual
está inmersa en aceite aislante la parte activa (núcleo de hierro y arrollamiento), unida a
la tapa de la cuba mediante tornillos. Sobre esta tapa se sujetan los aisladores pasatapa
de porcelana y el recipiente de expansión del aceite, (ver figura 12).

La función del aceite es doble, por un lado aislar las partes activas de la cuba y por el
otro como medio refrigerante. Ambas funciones las cumple muy bien un aceite mineral
conocido como aceite para transformadores, el cual es combustible por lo cual se deben
tomar las precauciones de seguridad necesarias. Por lo general se dispone en el lugar de
instalación de una fosa capaz de contener todo el líquido del transformador para
prevenir que este se propague en caso de incendio.

figura 12

El transformador sometido a carga desprende calor, el cual se transmite al medio


mediante las paredes de la cuba, por ello la misma se construye para que tenga la mayor
superficie posible.

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Figura 13

Podemos incluir en este grupo de transformadores los de aislación seca, en estos el aire
circundante de los bobinados es el encargado de la refrigeración de los mismos, como el
aire no es tan buen aislante como el aceite, las distancias entre los bobinados son
mayores que en los anteriores. Se suelen construir también transformadores en seco en
los que los arrollamientos de alta y baja tensión se encuentran totalmente incluidos en
resina colada o del tipo epoxi. En la figura 13 se muestra uno de estos transformadores.

Calentamiento de un transformador y su relación con la vida útil.

Las pérdidas en el cobre y en el hierro (ya mencionadas) hacen que, durante su


funcionamiento, se calienten los bobinados y el núcleo de los transformadores. Este
calentamiento hace aumentar la temperatura de la máquina hasta alcanzar el equilibrio
en el que el calor producido es completamente disipado al medio circundante. En este
punto se alcanza la temperatura de funcionamiento para ese estado de carga. El límite
máximo de carga que puede entregar el transformador será aquel en el cual la
temperatura final de funcionamiento sea la máxima soportada por el aislante. Esto es así
debido a que el compuesto empleado como aislante de los bobinados es el más débil
térmicamente hablando ya que soporta temperaturas de hasta 120°C a 160°C
dependiendo del tipo de aislante. Mientras que el cobre y el hierro soportan
temperaturas muy superiores.

El calentamiento de un transformador desde que se conecta hasta que llega a la


temperatura de régimen se produce en forma exponencial. Donde la temperatura final
depende de la potencia y constantes físicas del equipo. El valor de temperatura final es
elevación de temperatura por sobre el ambiente, si existe precarga será la sobre-
elevación por encima de la temperatura que había alcanzado previamente.

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La temperatura máxima admisible es función del tipo de aislante (del bobinado y


aceite). Para transformadores en aceite tipo ONAN la elevación de temperatura sobre la
ambiente admisible para los bobinados es de 65°C (promedio). Temperaturas superiores
a estas deterioran el aislante muy rapidamente disminuyendo su vida útil.

La vida útil de la máquina está altamente condicionada al estado del material aislante,
por lo que será función de la temperatura de trabajo y del tiempo en servicio. Esto
quiere decir que la vida esperada de un transformador está calculada para un régimen de
funcionamiento continuo a una temperatura igual a la admisible del aislante (65°C), lo
que equivale a mantener la carga nominal y la temperatura ambiente de diseño
continuamente. Evidentemente estas condiciones no son reales ya que en general el
régimen de carga es variable, por lo tanto la vida útil real dependerá del régimen de
carga al que se somete el transformador, teniendo mayor expectativa de vida si este
régimen de funcionamiento está por debajo del nominal y menor vida útil si la máquina
se carga en exceso.

Para determinar el consumo de vida útil por día de trabajo en base al régimen de carga
se puede emplear el método de Montsinger que considera que la vida útil se disminuye a
la mitad con el aumento de temperatura en 6°C sobre la admisible y se duplica con la
disminución en el mismo valor.
La protección esta estrechamente ligada con el consumo de vida, ya que deberá permitir
el ritmo de carga preestablecido, teniendo en cuenta lo que ganamos y perdemos en vida
con las subcargas y sobrecargas respectivamente.

En la Figura 14 se muestra un ejemplo de carga de un transformador, de la cual se


podría determinar mediante el criterio de Montsinger el consumo de vida durante este
ciclo. Si este ciclo fuera durante un día, se podría determinar la vida útil del
transformador siempre que el consumo se mantenga de esta forma durante todos los
días.

Figura 14

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Análisis de fallas

Las fallas pueden ser propias de la máquina (internas) o pueden ocurrir fallas en el
sistema alimentado por el transformador (externas).

Fallas externas:
La falla externa puede tener orígenes muy variados, incidiendo en el transformador
desde la alimentación o desde la carga, lo que sí es de fundamental importancia es que
el esquema de protección debe evitar que esa falla deteriore al equipo, debiendo además
tal protección brindar una indicación inequívoca de su procedencia, haciendo de tal
manera innecesaria la revisión profunda del elemento frente a una falla no incorporada a
la zona de protección bajo estudio.

Fallas internas:
Las causas que inician la falla interna pueden ser: proceso de envejecimiento, defecto no
detectado del material empleado, deficiencias de mano de obra, incorrecta aplicación,
mal mantenimiento, sobrecargas anormales, fallas externas o una combinación de todas
o alguna de ellas.

La falla interna más usual es un defecto de la aislación entre dos espiras, que es del tipo
progresivo pudiendo desarrollarse muy lentamente (tardando hasta algunos meses en
manifestarse), colocando más y más espiras en cortocircuito, lo que incrementa la
corriente de falla, pudiendo tener valores comprendidos entre una tan pequeña como 1,5
veces la corriente nominal o tan alta como la de falla línea tierra o la mayor del sistema
en ese punto, dependiendo del lugar donde ésta se ubique. Además este desperfecto,
implica la aparición de un arco, el que disipa energía en el medio, que en la gran
mayoría de los casos es aceite. Estos arcos producen una descomposición del aceite que
los rodea, en gases combustibles y no condensables, lo que se propaga a todo el cuerpo
del transformador.
Si la potencia y la energía de arco son suficientes, puede llegarse a la explosión violenta
de la cuba del transformador con emisión de aceite encendido. Esto puede ocurrir si la
protección no se selecciona adecuadamente.

Por la presencia de tan altos valores de energía, debe dimensionarse al transformador


para que soporte esa presión o lo que es mas aconsejable, debe tratarse de disminuir la
corriente de falla, la que de cierta manera está relacionada con la explosión del
transformador.

Las posibles soluciones son, instalar equipos que limiten la corriente de falla, como ser
reactancias o conectar algún dispositivo interruptor que evite la presencia de energías de
falla, que hagan peligrar la integridad del transformador. La primera solución no es
conveniente, ya que trae aparejada una caída de tensión excesiva con el aumento de la
carga y además incrementa las pérdidas en el sistema. En cambio la segunda resulta mas
adecuada desde el punto de vista técnico económico. Siendo el fusible de alta capacidad
de ruptura el dispositivo que reúne las condiciones enumeradas, pudiendo obtener una

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reducción notable de la energía de cortocircuito, o sea disminuye la solicitación térmica


del sistema y además corta a la corriente de falla, antes de que alcance su pico con lo
cual los esfuerzos dinámicos son ampliamente disminuidos, ya que debe recordarse que
ellos son proporcionales al cuadrado del valor de cresta de la corriente. Esto último es
sobretodo deseable para la protección de transformadores pues impide la distorsión y el
desplazamiento de las bobinas entre si. Por otra parte este dispositivo puede proteger al
transformador frente a algunas fallas ocurridas en su lado de carga. Los dispositivos
normales conectados en el primario, por si solos no son capaces de brindar protección
completa al transformador, ya que su campo de operación es ante cortocircuitos o
sobrecargas bastante rigurosas.

Esfuerzos Electrodinámicos

La corriente de carga crea en los bobinados del transformador un flujo magnético que
intercepta las espiras y penetra en los bobinados en dirección axial y radial. Este flujo se
conoce como flujo disperso.
El efecto conjunto de este flujo y la corriente que circula por los bobinados, los somete
a esfuerzos mecánicos proporcionales al producto de la corriente y la densidad de flujo.
Simplificando el análisis se llega a que estos esfuerzos son proporcionales al cuadrado
de la corriente. La máxima fuerza aparece en el valor pico de la corriente y el máximo
valor de corriente se produce en un cortocircuito.
Si tenemos en cuenta un transformador rural o de distribución que tiene una tensión de
cortocircuito de 4%, presenta una corriente de cortocircuito máxima de 25 veces la
corriente nominal y por lo tanto, los esfuerzos electrodinámicos serán 625 veces
mayores que los de plana carga.

Figura 15

Usualmente estos esfuerzos se dividen en sus componentes radial y axial. La habilidad


de los bobinados de soportar estas fuerzas, es también dividido en radial y axial.

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Las fuerzas radiales actúan comprimiendo el bobinado interno (baja tensión) contra el
núcleo y elongando el bobinado externo (alta tensión), produciendo esfuerzos de
tracción en los conductores de este último arrollamiento. Estas fuerzas radiales son
máximas en la altura media del bobinado. Si el centro eléctrico de los bobinados de alta
y de baja está exactamente balanceado, esta fuerza actúa radialmente en un plano
horizontal; si, por el contrario, los centros eléctricos no están alineados, aparece una
componente en la fuerza de repulsión entre los centros eléctricos que tiende a mover un
bobinado hacia arriba y el otro hacia abajo; figura 15.
Las fuerzas axiales comprimen el bobinado axialmente y llegan a su máxima presión en
la altura media del mismo.

Límites de sobrecarga y cortocircuito para transformadores

Para dar una pauta sobre el comportamiento que deben tener los transformadores ante
cortocircuitos en bornes, las Normas fijan los tiempos máximos admisibles que deben
ser soportados desde el punto de vista térmico y electrodinámico. En general un
transformador de distribución debe soportar un cortocircuito en bornes durante un
tiempo máximo de 2 s.
Para tener una idea más general de los tiempos de sobrecarga que puede soportar un
transformador, nos podemos remitir a
la Norma IEEE C57-109. Esta Norma
indica los niveles de sobrecarga
admisibles desde el punto de vista
térmico y electrodinámico, para
transformadores inmersos en aceite
para todas las potencias empleadas en
distribución y en transmisión. En la
figura 16 se muestran estos niveles de
sobrecarga mediante la curva tiempo-
corriente que establece el límite
admisible para transformadores de
hasta 500 kVA. Como se puede
observar, da los tiempos que soporta la
máquina con corrientes desde la
máxima de cortocircuito en bornes
hasta dos veces la corriente nominal.
La línea de puntos en la parte inferior
de la curva cubre los valores de
corriente para transformadores con
tensión de cortocircuito inferior al 4%
(Iccmax = 25In) hasta 2,5% (Iccmax =
40In); estos valores no son comunes en
nuestro país. Para transformadores de
potencias mayores esta Norma da Figura 16
otras curvas similares.

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Por las características de los transformadores que se comercializan en nuestro País,


podemos afirmar que responden adecuadamente a esta curva tiempo corriente admisible
de sobrecarga.

En el caso de la Norma IRAM 2112, al igual que la IEC 60076-5, fijan solamente un
tiempo máximo de 2 s que debe ser soportado por el transformador en cortocircuito.
Además la Guía IEC 60354 que da los criterios para los valores de carga de
transformadores inmersos en aceite, puede ser usada para establecer los límites de
sobrecargas de larga duración admisibles. Para indicar estos límites se emplean curvas
que indican el tiempo admisible para cada nivel de sobrecarga admisible en función de
la carga previa. En la Figura 17 se muestran estas curvas para cada temperatura
ambiente.

Figura 17

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Protección de transformadores

Requerimientos generales

Para la elección de la protección adecuada, que debe evitar daños al transformador de


distribución, deben tenerse en cuenta los siguientes requerimientos generales, que en
algunos casos pueden sacrificarse parcialmente debido a razones particulares.

a- Debe ser capaz de interrumpir la máxima corriente de cortocircuito que puede


presentarse en el lugar de instalación.
b- Protegerá al sistema de salidas de servicio por fallas del lado de la carga del
dispositivo del primario. En otras palabras debe permanecer prestando servicios, la
mayor parte posible del sistema.
c- Continuará sin operar ante las sobrecorrientes normales de conexión del
transformador, siendo además necesario que sus características de respuesta se
mantengan inalteradas.
d- Proteger al transformador ante rigurosas fallas, tales como cortocircuito en terminales
o interno, impidiendo la explosión de la cuba y la expulsión de aceite por abertura de
tapa o cuba.
e- Protegerá al transformador de sobrecargas de duración excesiva y de fallas
secundarias
f- Será selectiva con los dispositivos de protección aguas abajo del secundario, ya sean
fusibles, interruptores automáticos, etc.
g- Coordinar su operación con otros dispositivos asociados, como ser: descargadores de
sobretensión, protectores de sobrepresión, etc.
h- Permitir las sobrecargas normales del transformador bajo régimen de emergencia.
i- No operará frente a ondas de sobretensión que no dañen al transformador.

Esquemas de protección

La protección contra sobrecorriente de transformadores de distribución se consigue


mediante una acción combinada de los dispositivos protectores del primario y del
secundario.
Como consecuencia de las exigencias enumeradas el esquema óptimo de protección
contra sobrecorrientes incluye un dispositivo trifásico o tres monofásicos en el primario,
contando además con un conjunto equivalente en el secundario.
Dado que las características y requerimientos de ambas protecciones son distintas,
analizaremos cada una de ellas por separado.

Requerimientos de los esquemas de protección

Podemos diferenciar los requerimientos de la protección en los de operación y los de no


operación.

Requerimientos de no operación

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Los requerimientos de no operación son aquellos valores de corriente que representan


condiciones normales de funcionamiento como por ejemplo todas aquellas corrientes
menores a la corriente nominal del transformador. Si bien esta condición parece algo
trivial, hay algunas condiciones transitorias de funcionamiento que pueden solicitar más
a la protección que la propia corriente nominal. Estos transitorios son:

Corriente de conexión
Al conectarse a la red o en general al aplicarle un cambio brusco de tensión, el
transformador reacciona absorbiendo una corriente transitoria muy elevada, denominada
corriente de conexión, cuya amplitud y duración depende de los siguientes factores:
- Impedancia de la fuente
- Magnetismo remanente en el núcleo del transformador
- Instante de la conexión respecto a la onda de tensión del sistema
- Características constructivas del transformador como impedancia de
magnetización y curva de magnetización del material del núcleo.
Este fenómeno se produce debido a que el flujo magnético en el núcleo del
transformador en el instante de conexión no es el correspondiente al valor y ángulo de la
tensión de alimentación, obligando a una variación del flujo que, al no poder producirse
en forma instantánea (ley de Faraday-lenz), provocará una avalancha de corriente
conocida como corriente de conexión.
En la figura 18 se muestra un oscilograma típico de la corriente de conexión, como se
puede observar tiene una característica unidireccional producida por el echo de que el
fenómeno está relacionado con la saturación del núcleo del transformador que se
producirá en una dirección de magnetización determinada por el ángulo de conexión de
la máquina respecto a la onda de tensión. También se puede observar en el diagrama
que la corriente se va atenuando hasta alcanzar el valor de régimen.
600

Corriente de conexión

400
Tensión

200
I[A]; V[V]

0
100 150 200 250 300 350 400 450 500

-200

-400

-600

t[ms]

Figura 18

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La cresta de esta corriente puede alcanzar, en las peores condiciones, valores de hasta
25 veces la corriente nominal del transformador y la duración hasta su atenuación
definitiva puede llegar a 100 o 200 ms dependiendo de la potencia de la máquina y de la
potencia disponible en el sistema. Es conveniente aclarar que estos valores
corresponden a condiciones específicas de instante de conexión (ángulo de conexión 0°
ó 180°) y de magnetismo remanente (máximo negativo ó positivo respectivamente), los
cuales se producirán aleatoriamente en muy pocas oportunidades.
Si bien la conexión de un transformador, como hemos visto, toma de la red una
corriente elevada, no presenta ningún peligro para la máquina ya que ha sido diseñada
para soportar los esfuerzos térmicos y electrodinámicos que ella produce. Por lo tanto,
no debe actuar ninguna protección en estas condiciones. Esto implica que debemos
conocer, en el momento de seleccionar la protección primaria, cuales son los valores de
corriente y tiempos de duración del fenómeno. Un estudio analítico permitiría predecir
estos valores, pero resulta muy engorroso y se requieren datos del transformador y del
sistema que usualmente no se disponen.
Por lo tanto lo que se acostumbra hacer es establecer algunos valores de corriente y
tiempo de duración que tengan un efecto térmico equivalente al producido por esta
corriente de conexión en las peores condiciones. De esta manera se establece un límite
empírico que no debe afectar la protección primaria.
Los valores empíricos comúnmente empleados son:

25.In durante 0,01s


12.In durante 0,1s

Donde In es la corriente nominal del transformador.

Presencia de una falla de alta corriente, vecina a la alimentación del equipo


En caso de que se presente una falla de alta corriente en las inmediaciones del
transformador, se provocará una caída de tensión importante, pudiendo llegar al 20 %
de la nominal, durante el tiempo en que tal falla está presente o sea en el transcurso del
tiempo tardado por la protección en limpiarla. Cuando esta falla es eliminada se produce
un restablecimiento de la tensión pasando de ese 20 % al valor nominal, a veces
mediante una serie de oscilaciones que dependen de las características del circuito. Este
salto brusco hacia la tensión nominal produce un fenómeno similar a la conexión, ya
que le cambia las condiciones de magnetización del núcleo, obligando a la aparición de
la sobrecorriente similar a la anteriormente explicada.
Por su característica, la magnitud de tal corriente nunca será mayor a la peor condición
de corriente de conexión, por lo que ya se tiene en cuenta este fenómeno en la regla
empírica enuncida anteriormente.

Descargas atmosféricas, punto de Zaborszky.


Si la zona donde se instala el transformador y su protección es de elevada incidencia de
descargas atmosféricas, se pueden producir operaciones intempestivas de las
protecciones por el efecto de las descargas atmosféricas. Cuando incide una descarga
atmosférica en la zona del transformador, protegido por un descargador adecuado, éste
se ceba, controlando la elevación del potencial del sistema pero manteniendo sobre sus

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bornes la denominada tensión residual, que está en el orden de 3 a 4 veces la tensión


nominal del equipo. El aumento de tensión producido por la onda de impulso, provoca
un cambio en la magnetización del núcleo del transformador, el cual puede conducir al
flujo a niveles de saturación. Esto resultará en un transitorio de corriente de
magnetización de frecuencia de red que tiene características similares a las de la
corriente de excitación transitoria que se produce cuando el transformador es energizado
con la tensión de la alimentación. Esta corriente aparece cuando la onda de impulso ya
ha terminado y tiene una duración de varios ciclos, siendo la principal responsable de la
operación innecesaria de las protecciones primarias. Una ampliación de este tema se da
en el Anexo 3
Para tener en cuenta el efecto de este fénomeno sobre las protecciones con fusibles,
existe un método semiempírico, propuesto por J. Zaborszky, el cual ha sido utilizado
desde hace varios años, con muy buen resultado. La metodología consiste en determinar
una corriente de equivalencia térmica entre la de rayo y una de frecuencia industrial
durante un tiempo de 0,02 s. Tal intensidad en valor eficaz está determinada por la
siguiente expresión:

7I n E
i 0 , 02
En

donde: I n = corriente nominal del transformador en A.


E = tensión de impulso del transformador (NBA) en kV cresta
En = tensión nominal del transformador

El fusible mínimo que no se verá afectado por tal fenómeno, es aquel cuya curva
característica (de operación mínima) se encuentra arriba y a la derecha del denominado
punto de Zaborszky.
Se puede emplear un criterio similar para la protección con reles, ya que estos tienen
características de respuesta inversa como los fusibles con el objeto de facilitar la
coordinación entre ambos. La salvedad para este criterio es que hay que tener presente
que el punto definido por la ecuación anterior (punto de Zaborszky) es una equivalencia
térmica del fenómeno descrito, por lo que pueden producirse picos de corriente que
hagan operar un rele sin tener el mismo efecto sobre un fusible de característica similar.
Esto solo puede ocurrir para tiempos muy cortos y para la acción instantánea del relé.

Requerimientos de operación

Los requerimientos de operación están dados para aquellos valores de corriente y


tiempo que representan riesgo para el transformador y para el sistema, aún cuando la
máquina ya esté fallada.

Para tener un parámetro de sobrecarga admisible de un transformador, es recomendable


usar los límites especificados en la Norma IEEE C57-109 indicados en la curva de la
figura 16.
Por lo tanto, se dispondrá de una protección adecuada contra sobrecargas cuando su

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curva tiempo corriente de operación esté por debajo de la curva de sobrecarga admisible
del transformador correspondiente.
Con este criterio garantizamos la protección del transformador contra sobrecargas entre
2 veces la nominal y la corriente de cortocircuito máxima. Para sobrecargas más leves
se recomienda emplear los límites especificados en la Guía IEC 60354 (figura 17). Dado
que, para este tipo de sobrecargas, no se dispone de una curva tiempo corriente única, se
deben fijar criterios de: duración, precarga y temperatura ambiente; para establecer
puntos de funcionamiento que deben ser permitidos por la protección seleccionada.
Finalmente hay que tener como criterio de selección de la protección, que la corriente
nominal del transformador no sea superada por períodos de tiempo extremadamente
largos, salvo que la temperatura ambiente lo permita.

En caso de producirse una falla interna en la máquina, esta debe ser sacada de servicio
en un tiempo acorde con la gravedad de la falla.
Si la falla es incipiente puede ser detectada por dispositivos tales como: relé buchholz,
relé de tierra, relé de cuba ó relé diferencial. Estos elementos se emplean en máquinas
de potencias superiores a los 1000 kVA, para potencias menores la falla se desarrollará
incrementando la corriente hasta que el dispositivo de sobrecorriente (fusible ó relé) lo
detecte.
En este último caso (el más frecuente para transformadores rurales y de distribución) la
protección debe asegurar que se sacará de servicio la máquina antes de que el daño
produzca alguna manifestación externa como, por ejemplo, explosión de la cuba. Para
ello, es necesario conocer la energía máxima que soporta la cuba ante un arco interno, y
además, depende de la potencia de cortocircuito en el lugar de instalación.
Generalmente no se dispone de la capacidad de la cuba, por lo que se debe recurrir en
esta punto a reglas dictadas por la práctica.

Dado que la protección del transformador se realiza en forma combinada entre los
dispositivos primario y secundario, se deben dar funciones específicas a cada uno de
ellos.
En una protección ideal, tanto el dispositivo del primario como el del secundario deben
garantizar la protección integral de la máquina, es decir deben estar ambos por debajo
de la curva de sobrecarga admisible, deben estar por debajo de la corriente nominal y
deben permitir las sobrecargas temporales especificadas. Además deben actuar
coordinadamente.
En general es muy difícil cumplir con estos requisitos (sumados a los de no operación
citados previamente) en el primario y secundario en forma simultanea,
fundamentalmente cundo se emplean fusibles. Por lo tanto, en general, se designan
funciones separadas para la protección primaria y para la secundaria.

Selección de las protecciones

Protección en el secundario

La función principal de la protección en el secundario es la de proteger al transformador

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contra corrientes de cortocircuito o sobrecargas que se produzcan en el circuito


secundario de la máquina. Además debe coordinar con todos los dispositivos de
protección aguas abajo y con la protección del primario.
Para cumplir con estos requisitos, la característica tiempo corriente de operación de la
protección debe estar siempre a la izquierda y por debajo de la curva de sobrecarga
admisible del transformador y de ser necesario, deberá permitir sobrecargas de larga
duración que no afecten la vida útil de la máquina. Es importante hacer notar que cuanto
más cerca esté la característica de la protección de la admisible del transformador, más
fácil será la coordinación con los dispositivos protectores ubicados en los demás
circuitos del secundario.
En caso de existir dos o más circuitos de salida en el secundario, siempre es
recomendable colocar una protección única para el transformador, ya que si se usan solo
las protecciones individuales en cada salida se corre el riesgo de que se sobrecarguen
varios circuitos a la vez y que su suma supere a la capacidad del transformador sin ser
detectadas por los dispositivos individuales.

A continuación se detallan los parámetros más importantes a tener en cuenta para la


elección de la protección, conjuntamente con los criterios de selección:

Tensión nominal.
La mayoría de los sistemas de subdistribución trabajan en 220/380 V, por lo tanto la
tensión nominal del dispositivo debe superar los 220V o los 380 V según se trate de
sistemas monofásicos o trifásicos respectivamente. Los elementos disponibles en
nuestro medio siguen normalización europea por lo que poseen tensiones nominales de
380 V y 500 V, cualquiera de ellos funcionará perfectamente en nuestros sistemas. Si la
tensión es superior a la indicada, se debe seguir un procedimiento similar al aplicado en
el caso del primario.

Capacidad de interrupción.
La capacidad de interrupción debe superar a la máxima corriente de falla en el lugar de
instalación, lo que resulta de mas fácil cumplimiento debido al considerable peso de la
impedancia del transformador en la disminución de las corrientes de cortocircuito. No
obstante es saludable efectuar el cálculo en la forma ya conocida, comparando tales
corrientes máximas con la capacidad de ruptura.

Corriente nominal.
Antes de comenzar el análisis de este parámetro es importante recordar las funciones
que deberá cumplir el fusible del secundario.

x Proteger al transformador frente a sobrecargas ligeras


x Operar selectivamente con la protección primaria
x Permitir el paso de las sobrecargas normales y de emergencia sin actuar ni
modificar su curva de respuesta

La primer función es fácilmente cumplida por el fusible e interruptor automático ya que


sus curvas características poseen constantes de tiempo térmicas similares a las del

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transformador, han sido diseñadas para tal tarea. Ya sea uno u otro de los dispositivos
nombrados, poseen curvas características del tipo doble, o sea rápidas para las corrientes
muy altas y retardada para las leves. En caso de interruptores la comparación se hace
directamente con las curvas, efectuando un análisis como el que se explica mas
adelante. Por lo contrario la respuesta frente a sobrecarga de los fusibles ACR responde
a un fenómeno muy distinto, se trata de la disolución de la lámina fusible base de cobre
por medio de la aleación de bajo punto de fusión denominada efecto M. En el caso de
los fusibles tipo NH existe una opción interesante como es la del empleo de fusibles
para protección de transformadores (tipo gTr), que tienen curvas de respuesta tiempo
corriente adecuadas para esta función y que se encuentran calibrados para cada potencia
nominal de transformadores de distribución.

La segunda tarea de la protección es actuar en forma coordinada con la del primario,


estudio que se efectúa en forma gráfica comparando las curvas características de los
citados dispositivos. La complicación radica en que ambas curvas se encuentran en
niveles de tensión diferentes, por lo que debe una de ellas ser corregida multiplicándola
por la relación de transformación. La elección de cual de ellas debe ser corregida,
normalmente recae en la del secundario, debido a que la cantidad de información ya
volcada en la gráfica es muy superior a la que falta trazar.
Por lo tanto las corrientes del secundario divididas por la relación de transformación nos
dan a igualdad de tiempos las corrientes en el primario, pero debido a que la relación de
transformación puede ser cambiada en forma manual entre - 5% y +5%, la curva se
transforma en una banda, salvo que se tenga la seguridad de que el cambiador de tomas
una vez colocado en la posición definitiva no será modificado hasta el fin de la vida útil
del equipo.

La última función a tener en cuenta es la de permitir el paso de las sobrecargas normales


y de emergencia sin actuar ni modificar su curva de respuesta. Primeramente debemos
establecer a que se deben y cuales son tales sobrecargas, que se denominan corrientes de
arranque en caliente y en frío. Si la carga sufre una interrupción corta, como por
ejemplo la causada por la operación de apertura y reconexión de un interruptor aguas
arriba, el tiempo fuera de servicio es del orden de un segundo, por lo que el sistema se
mantiene “caliente”, al cerrarse se produce una sobrecorriente que se agrega a la de
conexión causada solo por el transformador como ya fue estudiado. La solución práctica
de este concepto se efectúa mediante la consideración de dos corrientes equivalentes,
cuyo efecto térmico es análogo al arranque de un sistema luego de una breve salida de
servicio, dadas por 12 a 15 In (dependiendo del estado de precarga) por 0,1 s y 6 In
durante 1 s.
En cambio si la salida de servicio es extensa, del orden de mas de 20 minutos, el sistema
pierde la diversidad de la carga y todos los equipos de aire acondicionado, calefacción,
heladeras, bombas de agua, etc. se encuentran conectados al sistema en el momento de
restablecimiento, con lo que además de los dos puntos anteriores se les debe agregar 3
In ; 10 s. y 2In; 600 s.
En conclusión la curva característica del secundario no debe interferir con este régimen
de carga, o sea que la citada curva debe estar por debajo y a la izquierda de la mínima
del dispositivo de protección, siempre y cuando se encuentre dentro de la capacidad del

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equipo protegido.

Protección en el primario

Su función principal es la protección del sistema ante una falla interna ó en el


secundario del transformador, separándolo inmediatamente de la red. Además debe
coordinar con el dispositivos de protección aguas arriba y con la protección del
secundario. Adicionalmente, debe brindar protección de respaldo contra sobrecargas en
el circuito secundario de la máquina.
Como requisitos complementarios de la protección primaria, hay que garantizar que no
sea afectada por las corrientes transitorias de arranque y por descargas atmosféricas. O
sea los requerimientos de no operación ya mencionados.

En los transformadores de distribución existe un problema adicional con respecto a la


curva de sobrecarga admisible. Estos transformadores poseen, en general, conexión
Dy11, lo cual implica que el primario está conectado en triángulo y el secundario en
estrella. Esta conexión tiene la particularidad que ante una falla monofásica (fase
neutro) en el circuito secundario, se refleja en el primario una corriente inferior a la que
se produciría ante una falla del mismo valor pero trifásica. Esto se explica en el Anexo
1, del cual se desprende que el factor de reducción para la corriente primaria ante una
falla entre fase y neutro del secundario es de N=0,577. Por lo tanto, para asegurar la
protección del transformador desde el primario, tendríamos que multiplicar por este
factor a la curva de sobrecarga admisible del transformador, lo que implica correrla
hacia la izquierda del gráfico tiempo-corriente.
Tambien hay que tener en cuenta que para este tipo de conexión (triángulo-estrella),
cuando se produce una falla entre dos fases del secundario (falla bifásica) la corriente
del primario es 1,15 veces (N=1,15. ver Anexo 1) la que tendríamos ante una falla del
mismo valor (en el secundario) pero trifásica. Esto produciría (contrariamente a lo que
ocurre ante una falla fase-neutro) una sobreprotección del transformador desde el
primario para este tipo de fallas y deberíamos correr la curva de sobrecarga admisible
un factor 1,15 hacia la derecha. Lo cual carece de sentido, ya que con garantizar la
protección para las fallas monofásicas la aseguramos para lo otros tipos de falla. No
obstante hay que tener en cuenta este factor de 1,15 para las fallas bifásicas, cuando se
realiza la coordinación entre las protecciones del primario y del secundario. Ya que la
protección del secundario siempre ve la corriente original de falla, es decir que siempre
(para cualquier tipo de falla: trifásica, bifásica o monofásica) debe respetar la curva
original de sobrecarga del transformador. Por lo tanto, ante una falla bifásica, la
protección del secundario operará con una corriente inferior a la que ve la del primario
(multiplicada por la relación de transformación), complicando su coordinación. Para
evitar esto se debe garantizar una distancia de coordinación entre las curvas de
operación de ambas protecciones de, al menos un 15%.

Se hace muy difícil satisfacer en su totalidad los requerimientos exigidos para la


protección primaria, sobre todo cuando se emplean fusibles (ya sea de expulsión o de
tipo HH) debido a su rígida característica tiempo corriente. El problema principal en
este punto es que en general las curvas de respuesta tiempo-corriente de los fusibles

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tienen una pendiente más pronunciada que la de sobrecarga admisible del


transformador. Obligando a elegir calibres más bajos que pueden ser afectados por los
requerimientos de no operación, ó en su defecto empleando calibres más grandes pero
con el consecuente sacrificio de protección de respaldo.

A continuación se detallan los parámetros más importantes a tener en cuenta para la


elección de la protección, conjuntamente con los criterios de selección:

Tensión nominal:
El dispositivo seleccionado debe tener una tensión máxima de diseño, mayor o al menos
igual a la máxima tensión de frecuencia nominal que puede estar aplicada entre sus
bornes, bajo todas las condiciones posibles de presentarse. En este análisis se debe
considerar: tipo de sistema, conexión del arrollamiento del transformador y manera de
conectar el neutro a tierra.

Capacidad de ruptura:
La capacidad de ruptura del dispositivo de protección es la máxima corriente de falla
que es capaz de interrumpir exitosamente, o sea sin proyección de material fundido ni
generación de sobretensiones por sobre los valores normalizados.
Las capacidades de ruptura se dan usualmente en A o kA, pudiendo encontrarla también
expresada en MVA, valor que se obtiene multiplicando la corriente por la tensión
nominal y el valor 3 , teniendo especialmente en cuenta que el valor de corriente de
ruptura no puede extenderse (a igualdad de MVA) por disminución de la tensión de
trabajo.
Para la selección del dispositivo de protección hay que garantizar que su capacidad de
ruptura sea superior a la máxima corriente de falla calculada en el lugar de instalación
del transformador. Hay que tener en cuenta, como se dijo anteriormente, que la
protección del primario debe actuar cuando hay una falla interna en la máquina para
evitar que se produzcan mayores daños y permitir que el resto del sistema se mantenga
funcionando normalmente. Las fallas internas en transformadores en aceite originan
sobrepresiones que pueden ocasionar el colapso de la cuba, particularmente cuando el
transformador se instala en un punto donde las corrientes de falla son muy elevadas.
Para estos casos se requiere emplear dispositivos limitadores de corriente (como
fusibles HH, o bien impedancias limitadoras) que son capaces de limitar los efectos de
las elevadas corrientes de falla. Para una ampliación de este tema ver el Anexo 2.

Corriente nominal
La elección de la corriente nominal se efectúa por etapas, teniendo primeramente en
cuenta las particularidades de comportamiento del transformador, posteriormente la
capacidad de carga y por último la coordinación con el dispositivo secundario.
Primeramente se verifican las condiciones de no operación, es decir: la corriente de
conexión y el punto de Zaborzsky . De este análisis se determina la corriente nominal
mínima (del fusible o del rele), que sea capaz de soportar los dos efectos estudiados,
además deberá poseer una corriente nominal superior a la homóloga del transformador.
El problema es que el resultado puede resultar en un fusible ó rele de corriente nominal
excesivamente alta en comparación con la del equipo protegido, lo cual por si solo no es

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un inconveniente, siempre y cuando se esté pensando en dejar la protección contra


sobrecargas en manos de la protección secundaria. Por lo tanto la protección primaria
podrá resultar muy rápida frente a los cortocircuitos y sobrecargas rigurosas, siendo
sumamente lenta para las sobrecargas.
En numerosos casos la protección será totalmente insensible a sobrecargas de hasta 3 y
4 veces la intensidad nominal del transformador, lo cual no es tan grave como parece ya
que es muy improbable que sobrecargas de ese tipo se originen en la zona comprendida
entre la protección secundaria y la primaria, normalmente la causa debe provenir de la
carga, siendo por lo tanto detectada por el dispositivo del secundario. En el caso extraño
de que se originen en esta zona, rápidamente degenera o se transforma en una de alta
intensidad, la cual si es detectada e interrumpida por los dispositivos primarios.
La zona usualmente desprotegida por el elemento del primario es la de ligeras
sobrecargas, que como ya fue explicado tales perturbaciones tienen su origen
principalmente aguas abajo del dispositivo secundario.

Existe un modelo de fusible, del tipo de expulsión, el cual posee curva característica
doble que fuera mencionado previamente, denominados slow-fast, slow-quick o algún
nombre similar que signifique operación rápida frente a los cortocircuitos y lentos
contra las sobrecargas. Tienen una relación de fusión unitaria (relación entre corriente
nominal de la protección y corriente nominal del transformador en este caso), ya que sus
corrientes nominales corresponden no a la serie normalizada de corrientes sino a la serie
de potencias de transformadores, a pesar de que se designan en Amperes y cuya línea
característica en la zona de las sobrecargas coincide exactamente con la homóloga del
transformador.

Ejemplos prácticos

1) Seleccionar y coordinar las protecciones contra sobrecorriente para un transformador


de distribución de 315 kVA de 13,2/0,4/0,231 kV, grupo de conexión dY11, Vcc= 4%.
La potencia de cortocircuito en el lugar de instalación es de 250 MVA. La protección
debe permitir una sobrecarga de un 40% durante 2hs, partiendo de un estado de carga
del 60% y una temperatura ambiente de 30°C, según IEC 354.

315KVA
- Las corrientes nominales son: In prim 13,78A
13,2kV 3

315KVA
In sec 455 A
0,4kV 3

- Corriente de conexión:

12xIn = 165,33 A o 0,1 s

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25xIn = 344,44 A o 0,01 s

- Punto de Zaborszky :
E 95kV
I 0 ,02s 7.In. 7.13,78. 694A
En 13,2kV

- Curva de sobrecarga admisible según IEEE C57-109:

Tiempo >s@ Veces la In Corriente en el primario >A@

1800 2xIn 27,56


300 3 xIn 41,34
60 4,75 xIn 65,44
30 6,7 xIn 92,31
10 11,3 xIn 155,69
2 25 xIn 344,44

- Condición de sobrecarga (IEC 354)

1,4xIn = 19,29 A o 7200 s

- Corriente máxima de cortocircuito del sistema:

250.000kVA
Icc max 10900 A
13,2kV 3

Estos valores calculados se representan en un gráfico doble logarítmico, sobre el cual se


evaluarán las distintas alternativas de protección mediante sus características tiempo
corriente. Estos valores están representados en la figura 18.

En la figura19 se muestra una alternativa de protección empleando un fusible de


expulsión en el primario de 25K (calibre 25 A velocidad “K”), el cual está representado
por sus dos curvas: la mínima de fusión (verde) y la máxima de operación (roja) . Este
calibre cumple con los requerimientos de no operación ante corrientes de conexión y
punto de Zaborszky. En cuanto a protección, actúa ante sobrecargas fase-neutro de hasta
4xIn y para sobrecargas trifásicas de hasta aproximadamente 3,5xIn. Estos valores son
razonables atendiendo a las limitaciones en cuanto a características tiempo-corriente de
estos fusibles.
Para el secundario se propone como alternativa fusibles NH de tipo gTr (para protección
de transformadores) del calibre correspondiente a esta máquina (315kVA). Para trazar la
curva de operación tiempo-corriente se deben referir los valores de corriente al primario
mediante la relación de transformación. En nuestro caso hay que dividirlos por 33. La
protección cumple con los requerimientos de protección y sobrecarga exigidos. Hay que

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tener en cuenta que para el secundario no es válida la curva de sobrecarga monofásica, y


no es necesario cumplir con los requisitos de no operación ya que los fenómenos de
corriente de conexión y descargas atmosféricas solo están presentes en el primario.
Con respecto a la coordinación entre los fusibles del primario y del secundario no se
presentan cruces entre sus características de operación, solo hay que verificar que se
cumpla con el margen del 15% requerido para fallas bifásicas. También hay que tener
en cuenta las tolerancias de los fusibles NH que debe ser indicada por el fabricante. Si
no se dispone del dato se puede tomar un valor del 7% en tiempo. Con respecto a los
fusibles de expulsión, la tolerancia está contemplada entre las dos curvas. Si existe la
posibilidad de que se modifique el cambiador de tomas, debe ser tenido en cuenta en los
márgenes de coordinación con un 5% adicional.
Con los fusibles seleccionados se consigue un margen del orden del 10% en el punto
más crítico (entre los 50A y los 60A), lo que no cumpliría con los requerimientos
mínimos de coordinación.
Protección Trafo 315 KVA

10000

1000

100

10
Tiempo [seg.]

0.1

0.01

0.001
1 10 100 1000 10000 100000
Corriente [A]

Sobrecarga 315 KVA Pto. Zaborszky Cte. Conexion


IEC 354, k1=0.6, T= 30°C In Falla monofásica

Figura 18

Como alternativa de solución al problema de coordinación, en la figura 20 se muestra la

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protección empleando fusibles de expulsión de velocidad “T “ de 25T con fusibles NH


tipo gl de 400A en el secundario. Esta alternativa solo presenta el inconveniente de que
la corriente nominal del fusible NH es menor a la del transformador, lo que no implica
que actuará con esta corriente ya que, por norma, los fusibles NH recién comienzan a
fundirse con 1,3 In (400x1,3=520A).

Protección Trafo 315 KVA

10000

1000

100

10
Tiempo [seg.]

0.1

0.01

0.001
1 10 100 1000 10000 100000
Corriente [A]

Sobrecarga 315 KVA Pto. Zaborszky Cte. Conexion IEC 354, k1=0.6, T= 30°C
In Falla monofásica gTr - 315 KVA 25 "K" - Tmin
25 "K" - Tmáx HH 100A
F
Figura 19

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Protección Trafo 315 KVA

10000

1000

100

10
Tiempo [seg.]

0.1

0.01

0.001
1 10 100 1000 10000 100000
Corriente [A]

Sobrecarga 315 KVA Pto. Zaborszky Cte. Conexion IEC 354, k1=0.6, T= 30°C
In NH3 - 400A 25 "T" - Tmin HH - 100 A
Falla monofásica 25 "T" - Tmax

Figura 20

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Finalmente hay que tener en cuenta que la capacidad de ruptura de los fusibles de
expulsión es inferior a la máxima corriente de cortocircuito en el lugar de instalación.
Para resolver este inconveniente se colocan en serie con los fusibles de expulsión,
fusibles HH de 100A de alta capacidad de ruptura (limitadores). Se coordinan de tal
modo que solo operen cuando las corrientes de falla superen los valores normales de
sobrecarga.
Si bien se podría haber empleado directamente fusibles HH en el primario,
seleccionándolos de tal forma que cumplan las funciones de operación y no operación,
se decidió por la alternativa de los fusibles de expulsión por el reducido costo de
reemplazo, ya que ante todas las fallas por debajo de los 300A no deberán operar los
fusibles HH.

2) Seleccionar y coordinar las protecciones contra sobrecorriente para un transformador


de distribución de 1000 kVA de 13,2/0,4/0,231 kV, grupo de conexión dY11, Vcc= 5%.
La potencia de cortocircuito en el lugar de instalación es de 190 MVA. La protección
debe permitir una sobrecarga de un 40% durante 2hs, partiendo de un estado de carga
del 60% y una temperatura ambiente de 30°C, según IEC 354.

1000KVA
- Las corrientes nominales son: In prim 43,74A
13,2kV 3

1000KVA
In sec 1443A
0,4kV 3

- Corriente de conexión:

12xIn = 525 A o 0,1 s

25xIn = 1093 A o 0,01 s

- Punto de Zaborszky :
E 95kV
I 0 ,02s 7.In. 7.43,74. 2203A
En 13,2kV

- Curva de sobrecarga admisible según IEEE C57-109:

Tiempo >s@ Veces la In Corriente en el primario >A@

1800 2xIn 87,5


300 3 xIn 131,2
60 4,75 xIn 207,8
30 6,7 xIn 293,0
10 11,3 xIn 494,2
2 20 xIn 874,8

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- Condición de sobrecarga (IEC 354)

1,4xIn = 61,2 A o 7200 s

- Corriente máxima de cortocircuito del sistema:

190.000kVA
Icc max 8310 A
13,2kV 3

Para este transformador se realiza la protección empleando interruptores en ambos


lados.
La versatilidad de los relés de protección nos permite una mayor libertad para ajustar las
curvas de respuesta y obtener un resultado más preciso que con fusibles.
La protección del primario protege al transformador (respaldando a la protección
secundaria) desde sobrecargas de 2,3xIn y no es afectada por los transitorios de
conexión y de descarga atmosférica.
La protección del secundaria protege contra todas las sobrecargas incluyendo el punto
especificado de 40% de sobrecarga durante dos horas.
La coordinación tiene márgenes bastante aceptables garantizando que la operación será
selectiva. En la figura 21 se puede ver el diagrama de coordinación.

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Protección Trafo 1000 KVA

100000

10000

1000

100
Tiempo [seg.]

10

0.1

0.01

0.001
1 10 100 1000 10000 100000
Corriente [A]

Sobrecarga 1000 KVA Pto. Zaborszky Cte. Conexion


In Trafo MT, SACE PR511, EI BT, SACE PR112
IEC 354, K1:0.6, T:30°C Falla monofásica

Figura 21

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ANEXO 1 - Transformadores

Utilización de las distintas curvas de sobrecarga de transformadores para los tipos


posibles de fallas

Para tener en cuenta la citada desigual repartición de corrientes, se define un factor N, el


cual es el valor por el cual se debe multiplicar a las corrientes por los bobinados para
determinar las intensidades por las líneas, que son vistas por la protección primaria. En
nuestro caso este factor es empleado para desplazar la característica de sobrecarga del
transformador sobre la hoja logarítmica y así poder cotejar con las curvas de la
protección, valores que ahora si son comparables.
La determinación de los valores de N se efectúa con el siguiente análisis, para el cual se
emplea el método por unidad, cuya base es la corriente de plena carga del
transformador:

1 Conexión triángulo-triángulo.

1-a falla trifásica.


La falla trifásica equivale a una carga equilibrada, por lo que las tres corrientes serán
iguales. La relación entre intensidades por las líneas y por los bobinados es 1,73; no
obstante la sobrecarga en bobinados es equivalente a la sobrecarga en líneas, por lo cual
el factor N = 1.

1.0 1.0

0.577 0.577 0.577


0.577
1.0
1.0

0.577 0.577

1.0 1.0

Falla trifásica en Transformador triángulo - triángulo

1.b- falla bifásica.


Entre los bornes fallados del secundario circulará una corriente de 0,866 p.u., ya que el
arrollamiento directamente involucrado entrega 0,577 p.u. y los dos no alterados en
serie suministran 0,577 / 2 o sea 0,288 p.u., la intensidad de falla es la suma de las
anteriores, 0,866 p.u. El mismo análisis es válido en el primario, de tal manera que
cuando los dispositivos de protección primarios ven 0,866 p.u. ya la corriente en el
bobinado es 0,577 p.u. equivalente al caso equilibrado cuando en las líneas se tiene 1
p.u.
Tales dispositivos están midiendo realmente menos que lo que ocurre, por lo tanto
nuestro factor N = 0,866.

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0.865 0.865

0.288 0.577 0.577


0.288
0.865
0.0

0.288
0.288
0.865 0.0

Falla bifásica en Transformador triángulo – triángulo

1.c- Conexión triángulo-triángulo, falla monofásica.


Por tratarse de un sistema aislado de tierra, esta falla no es posible y el N no existe.

2. Conexión estrella-estrella

Para cualquier tipo de falla las corrientes se reflejan de la misma manera por las líneas y
por las bobinas, por lo tanto el factor es siempre 1.

3. Conexión triángulo-estrella

3.a- falla trifásica


Por equivaler a carga equilibrada, siempre n = 1.

1.0
1.0

0.577 0.577 1.0


1.0
1.0
0.577 1.0
1.0

1.0 1.0

Falla trifásica en Transformador triángulo - estrella

3.b- falla bifásica


La corriente de falla será 0,866 p.u., reflejándose en el primario en base a la relación de
espiras, resultando 0,5 p.u., sumándose en una de las líneas, por lo que con 0,866 p.u. en
el arrollamiento ya tenemos 1 p.u. en las líneas, significando un factor mayor que uno, o

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sea favorable. Si bien es cierto que en las dos restantes es desfavorable. El valor es 1,15
p.u.

0.865
1.0

0.5 0.5 0.865


0.5
0.0
0.0 0.865
0.865

0.5 0.0

Falla bifásica en Transformador triángulo - estrella

3.c- falla monofásica


Cuando por las líneas y bobinados secundarias circula 1 p.u., en el arrollamiento y
líneas primarias tenemos solo 0,577 p.u., por lo que el factor es N = 0,577.

1.0
1.0

0.577 0.0 1.0


1.0
0.577
0.0
0.0 0.0
0.0

0.0 0.0

Falla monofásica en Transformador triángulo - estrella

4. Conexión estrella-triángulo

4.a- falla trifásica


Similarmente a los casos anteriores N = 1

4.b- falla bifásica


Con corriente 1 p.u. en el secundario fallado, por la falla se tendrá 1,5 p.u.. En el
primario los valores serán respectivamente 0,866 y 1,73 p.u., similar al caso equilibrado
por lo que N = 1.

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0.5
0.865

0.5 0.577
0.288
0.865

1.0 0.288 0.0

Falla bifásica en transformador estrella - triángulo

4.c- falla monofásica


Esta falla no es posible, N no existe.

Con los valores de N determinados previamente se construye la siguiente tabla:

Factores de corrección de la curva de sobrecarga

Conexión del transformador N


Primario Secundario Trifásica Bifásica Monofásica
Estrella Estrella 1 1 1
Estrella Triángulo 1 1 -
Triángulo Estrella 1 1,15 0,577
Triángulo Triángulo 1 0,866 -

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ANEXO 2 - Transformadores

Capacidad del transformador de soportar una falla interna

Los niveles de corrientes disponibles actualmente, hacen necesario no solo la


comparación de las corrientes de falla con la capacidad de interrupción de la protección,
sino también con la habilidad del equipo de soportar la energía de falla liberada en su
interior. Ya no estamos hablando solo de proteger al equipo o evitarle daño, hablamos
ahora de que el equipo ya está deteriorado, lo que estamos tratando de hacer es
disminuir el deterioro y evitar que la manifestación externa pueda perjudicar a otros
equipos o personas. El nuevo concepto que aparece en la actualidad es que el
dispositivo posee capacidad de interrupción suficiente para cortar la corriente, pero no
es capaz de hacerlo con velocidad suficiente para controlarla y evitar la falla violenta
del equipo en estudio. Debemos por ello recordar que el fusible ACR es el único
dispositivo de protección existente a la fecha, capaz de controlar la energía liberada en
los equipos ya que fuerza a cero a la corriente sin aguardar el pasaje natural por tal
valor, como esperan los interruptores y los fusibles de expulsión.

La capacidad de un transformador de soportar una falla interna es función de numerosas


variables. Al presentarse la falla interna, se establece un arco en el aceite, el cual libera
gases, cuya velocidad de generación puede ser muy alta y su presión puede superar el
valor que la cuba puede soportar. La presión generada es función de la energía
entregada a la falla por parte del sistema, la cual depende de la corriente de falla,
resistencia o tensión del arco, longitud del arco y duración de la falla. La energía
absorbida se expresa en kWs o kJ, con una velocidad de generación de gases obtenida
empíricamente del orden de 0,055 decímetro cúbico (o litro) por kWs, (debe recordarse
que el aceite se expande 0,075 % por grado de temperatura).
Las normas Norteamericanas ANSI C57.12.26-1987 especifican que la cuba debe tener
capacidad de soportar una presión estática por sobre la atmosférica de 7 psig (0,49
kg/cm2) sin distorsión permanente y 12 psig (0,844 kg/cm2) (extendido a 15 psig, 1,05
kg/cm2 para unidades de menos de 167 kVA) sin rotura o desplazamiento que afecten la
seguridad de la subestación.
Uno de los problemas que surgen es debido a que ninguno de los parámetros
característicos de la protección se encuentran directamente relacionados con la presión
interna. La solución tomada por la industria es determinar el valor de energía específica
límite que minimiza la posibilidad de explosión del transformador, basándose en
ensayos y experiencia operativa.
Pueden citarse varias referencias, las cuales suministran los siguientes valores:
15 kWs límite para la categoría de bajo riesgo
50 kWs límite para la categoría de riesgo moderado
montos que en función de los valores típicos de resistencia de arco resultan en 150.000
A2s y 500.000 A2s respectivamente. Este último valor puede ser consecuencia de
deformación severa de cuba e inflado de la misma. Otros investigadores brindan los
siguientes límites: 1,5 x 106 A2s y 5,0 x 106 A2s para transformadores cilíndricos y
rectangulares respectivamente, considerando como presión límite segura a los 40 psig

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(2.8 kg/cm2).
Los transformadores que pueden estar sometidos a corrientes del nivel que provocan tal
fenómeno, poseen una válvula de sobrepresión, que permite controlar esta presión
mientras la protección se encuentra operando. No obstante si los valores de falla son
muy altos, se produce una verdadera onda de presión que al impactar contra la tapa,
puede levantarla, provocando incluso un salto del transformador.
Si bien la cuba del transformador puede llegar a soportar esta onda, el salto puede
provocar un movimiento de la estructura interna, originando fallas de tipo dieléctrica,
por lo cual existe un proyecto de normalización que incorpora un ensayo denominado
“ensayo a 1 pie”, que consiste en dejar caer al transformador desde esa distancia, 30 cm,
sometiendo a la estructura del equipo a una solicitación equivalente a la correspondiente
a la onda de presión. En caso de presentarse la onda de sobrepresión la velocidad de
operación de la válvula no es suficiente, por lo que se necesita de un dispositivo de
protección que controle el I2t, como es el fusible limitador de corriente.
En general se puede afirmar que si la corriente de falla primaria supera los 8 kA, a pesar
de que el fusible de expulsión posee capacidad de ruptura para interrumpirla, debe
emplearse fusible ACR para controlar la explosión de la cuba.

Energia Específica de fusibles ACR, Expulsión


y Transformador

1.E+10
Energia Específica (A2

1.E+09

1.E+08
seg)

1.E+07

1.E+06

1.E+05

1.E+04
1.E+01 1.E+02 1.E+03 1.E+04

Corriente de falla (Amp.)

T. rural T. Dist ACR Expulsion

De la explicación anterior surge un concepto muy importante desde el punto de vista


económico, ya que nos vemos obligados a emplear fusibles ACR cuyo costo es muy
superior al del tipo expulsión (40 a 70 veces), agregado a que el número de fallas que
realmente emplea la alta capacidad de ruptura del dispositivo es pequeña, por lo tanto se
recurre a la combinación de ambos fusibles en una sola unidad o por separado. Existen
estudios estadísticos de fallas que indican que el 3% de las fallas superan a 10 x In y el
50 % son mayores a 5 x In.
La combinación se coordina de tal manera que actúe el ACR con las corrientes que
superen la capacidad de ruptura del de expulsión, todas las corrientes dentro de la
capacidad del de expulsión deben ser cortadas por él. Esta combinación permite utilizar

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el ACR del tipo respaldo, que es el de menor precio entre los limitadores, ya que no
debe tener capacidad de interrumpir ligeras sobrecorrientes. Existen algunos diseños de
conjuntos que pueden ser montados en un seccionador portafusible estandard, con la
particularidad que siempre actúa el elemento de expulsión, por lo que el fusible cae, no
siendo necesario diseñar al ACR para soportar la tensión de restablecimiento. El
sobreprecio de la interrupción no es importante, ya que el costo del elemento de
expulsión es menor que el ahorro obtenido al usar el tipo respaldo.

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ANEXO 3 - Transformadores

Efecto de las descargas atmosféricas sobre los fusibles del primario de


transformadores rurales

Cuando se está empleando fusibles para la protección, como es el caso de los


transformadores rurales y los de distribución por debajo de 500 kVA, el efecto que
tiene una descarga atmosférica va a estar dado por el calentamiento provocado por el
transitorio de corriente que produce.

Pueden darse dos situaciones:

- fusible del lado de la carga del descargador de sobretensión. Si el descargador actúa


correctamente ante una sobretensión atmosférica, únicamente circula por el fusible la
corriente magnetizante del transformador. El inconveniente de esta disposición es que
obliga a mantener una cierta distancia entre el descargador y el transformador,
incrementando el riesgo de falla de la aislación (la distancia mínima recomendable para
sistemas de 13,2 kV es de un metro).

- fusible del lado de la fuente del descargador de sobretensión. En este caso circula por
el fusible la corriente de descarga del descargador más la magnetizante del
transformador. La primera tendrá mayor importancia si se trata de un descargador de
carburo de silicio (SiC) ya que a la corriente de descarga se le sumará la “corriente
subsiguiente” del descargador (la que continúa circulando hasta el próximo pasaje por
cero). Si el descargador es de óxido de zinc (ZnO) solamente existirá la corriente de
descarga. Esta alternativa de conexión tiene el inconveniente de exponer más al fusible
a la posibilidad de ser quemado innecesariamente ante una descarga atmosférica.

De lo anterior se desprende que cuando hay que decidir la distribución física de las
protecciones contra sobretensiones y sobrecorrientes de un transformador de
distribución, hay que decidir entre dos alternativas indeseables. No obstante, el efecto
de la descarga directa sobre el fusible (en la segunda alternativa) será más crítico en los
fusibles pequeños (algunos autores citan que los fusibles por encima de 25A no sufren
este problema, no obstante con el empleo de descargadores de ZnO este valor puede
reducirse a 12A). Por otro lado, la corriente transitoria magnetizante producida por una
descarga depende de la potencia del transformador, siendo por lo tanto, igualmente
crítica para todos los calibres de fusibles.

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