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CURSO
DOCENTE
Yajaira Marilyn Yépez López
ESTUDIANTES
Luz Maria Ashtu Bartolo
Massiel Yomira Ventura Cordero
PERÚ
2023
Contextualización: Las actividades relacionadas con el espacio están aumentando su
presencia en nuestra época con mayor frecuencia. Podría ser tentador creer que lo que sucede
en el espacio no nos afecta, pero la verdad es que sí lo hace, y de manera cada vez más
evidente. ¿Turismo espacial?
¿Hoteles en la Luna o Marte? Ahora, parece ser una realidad, pero al alcance de una minoría.
Con este negocio en pleno auge, han surgido muchas empresas que ofrecen viajes a la
estratósfera, viajes suborbitales o viajes orbitales. A pesar del entusiasmo de muchos, algunos
grupos ambientalistas creen que esta actividad generará daños al ambiente
Controversia: Si bien este tipo de turismo todavía es bastante reducido, ¿crees que afectará
significativamente el medio ambiente?
Tesis: A nuestro parecer creemos que este tipo de negocio si puede afectar al medio ambiente
de forma negativa
Generalización
IP: El turismo espacial llega con la promesa de “democratizar el espacio”. Pero esta frase,
repetida como un mantra, a menudo se pronuncia vacía de contenido. Ya no porque el
turismo espacial siga estando solo al alcance de una minoría, sino también por el impacto
ecológico que puede llegar a derivarse de la generalización de estas actividades.
IP: El turismo espacial de lujo es algo que se tendría que regular puesto que es uno de los
aspectos en los que la gestión de las actividades espaciales tendrá que estar pendiente a la
hora del impacto medioambiental que estas suponen
Comentario crítico: Es crucial abordar el impacto ecológico del turismo espacial, regular su
desarrollo y considerar tanto la accesibilidad limitada como las emisiones individuales como
parte de la discusión sobre su sostenibilidad
Redacción del borrador 1
Las actividades relacionadas con el espacio están aumentando su presencia en nuestra época
con mayor frecuencia. Podría ser tentador creer que lo que sucede en el espacio no nos afecta,
pero la verdad es que sí lo hace, y de manera cada vez más evidente. ¿Turismo espacial?
¿Hoteles en la Luna o Marte? Ahora, parece ser una realidad, pero al alcance de una minoría.
Con este negocio en pleno auge, han surgido muchas empresas que ofrecen viajes a la
estratósfera, viajes suborbitales o viajes orbitales. A pesar del entusiasmo de muchos, algunos
grupos ambientalistas creen que esta actividad generará daños al ambiente. Si bien este tipo
de turismo todavía es bastante reducido, ¿crees que afectará significativamente el medio
ambiente? A nuestro parecer creemos que este tipo de negocio si puede afectar al medio
ambiente de forma negativa, a continuación, presentaremos argumentos que respaldan estas
ideas
El turismo espacial puede tener un impacto ecológico negativo sobre nuestro planeta
El alto costo energético y las emisiones de dióxido de carbono asociadas son aspectos
destacados del turismo espacial. Alcanzar el espacio requiere una gran cantidad de
energía, lo cual tiene implicaciones ambientales significativas. La realidad es que no
disponemos de un exceso de energía, los combustibles fósiles son responsables del cambio
climático, mientras que las energías renovables y la nuclear también presentan desafíos y
restricciones, por lo tanto, es innegable que los viajes espaciales generan emisiones de
dióxido de carbono, lo que implica una huella de carbono, además, la inaccesibilidad y la
contaminación son desafíos que deben abordarse en relación con esta forma de turismo.
El turismo espacial de lujo es algo que se tendría que regular puesto que es uno de los
aspectos en los que la gestión de las actividades espaciales tendrá que estar
pendiente a la hora del impacto medioambiental que estas suponen. La gestión del
impacto ambiental en las actividades espaciales, especialmente en el turismo espacial de
lujo, debe ser objeto de regulación. La emisión de dióxido de carbono en los vuelos
turísticos suborbitales es una preocupación importante que requiere atención, si bien los
vuelos turísticos producen entre 60 y 90 toneladas de dióxido de carbono,
respectivamente, es decir, unas 8 y 15 toneladas por pasajero, un vuelo orbital aunque
produzca menos dióxido de carbono, es un factor contaminante adicional. Comparar la
huella de carbono de los cohetes y los aviones también es relevante para evaluar su
impacto relativo.