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Omar Camargo
05 de octubre de 2023
INTRODUCCION
La discusión sobre la existencia de Dios estuvo presente en mi vida principalmente en los años de
universidad, estudié en una universidad pública, y allí es inevitable encontrarse con todo tipo de
ateos; el desafío de evangelizar en un contexto universitario iba muy ligado a esta discusión en
particular. Recuerdo discusiones muy entretenidas, pero, no recuerdo a ninguno de estos ateos
convertido al cristianismo, estoy convencido de que, en gran parte, esto se debía a mi discurso con
argumentos no muy sólidos y seguramente mal elaborados. Hoy en día esta discusión ha estado
fuera de mi contexto, mayormente estoy con personas que quieren que les comparta un poco más
sobre el evangelio y la fe. Sacando una conclusión a la ligera podría decir que este tipo de
conocimiento llegó tarde a mi vida, pero, entendiendo el dilema del conocimiento apologético, me
veo obligado a hacer algunas preguntas, ¿Será que las personas con las que comparto hoy día, que
en su mayoría se mueven en contextos eclesiales, tienen clara la existencia de Dios? ¿Es Dios real
Un conocimiento Espurio
Es una afirmación fuerte pero necesaria; cuando nos encontramos envueltos en un contexto eclesial
es muy probable que no esté en discusión si Dios es real o si lo son sus atributos, finalmente nadie
necesita convencer a nadie de este asunto. Sin embargo, cuando se logra indagar en la historia de
la conversión de muchos de los cristianos de hoy, vamos a encontrarnos con que la mayoría no
posee un conocimiento suficiente que les permita argumentar la existencia de Dios, las escuelas
dominicales no tratan el tema, y parece algo demasiado complejo para tratarlo desde el púlpito.
Obviamente no se puede pretender que todos los miembros de una comunidad sean apologistas
consagrados con conocimientos en filosofía y ciencias, pero si, es necesario que la comunidad
tenga conocimientos básicos al respecto. Ahora bien, ante preguntas sobre la existencia de Dios o
la teodicea, la mayoría de los cristianos no se quedan en silencio, responden con argumentos
espirituales y de fe, dan testimonio de la existencia de Dios desde lo que sienten, los milagros que
Dios hace en su vida y la transformación que han visto en ellos y en su entorno; esto no solo es
válido, sino que debe hacer parte de la fe, pero en efecto se trata solo de una parte; se hace cada
vez más difícil encontrar cristianos que elaboren argumentos teológicos y documentados sobre
cuestiones relacionadas con la existencia de Dios, y en general, muchas cuestiones teológicas son
Quizás el termino suena despectivo, pero analizando la realidad, lo más común en las iglesias, son
apologética está dentro de esos conocimientos no adquiridos por muchos. El desafío es, cómo
planteamos cuestiones como la existencia de Dios en este alto porcentaje de cristianos. Para
empezar, es necesario ampliar el conocimiento bíblico dentro de las comunidades de fe, motivar
la búsqueda del Espíritu Santo como propiciador del principio apologético, sobre una base bíblica
adecuada, que debería ser la forma correcta del actuar del Espíritu (sin pretender encasillar el actuar
de Dios); de esta forma se podrían elaborar argumentos básicos iniciales para presentar una defensa
sobre cuestionamientos de nuestra fe. Nathan Díaz Harris utiliza una frase apropiada para este
punto de inicio, “No es suficiente que yo dé respuestas basadas en lo que yo pienso, sino que
realmente pueda defender el punto de vista bíblico en base a un razonamiento sano, como verdad
Kalam, y partiendo de la conclusión “Cualquier cosa que empiece a existir o haya tenido un
principio es porque “algo” tuvo que traerla a la existencia.” (Cruz, 2021. p. 105); se podría plantear
al cristiano común, que la misma ciencia concluye que todo tiene un principio, y como argumento
de fe, se debe usar Génesis 1:1 “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” (RVR 1960,
Génesis 1:1). Con estos 2 argumentos básicos se puede plantear la existencia de Dios desde un
ámbito que, sin ser académico, sí es argumentativo y bíblico. Además de lo anterior, el argumento
de la creación ha sido utilizado por muchos pensadores cristianos en la historia, según nos muestran
Geisler y Brooks (1997, pp 17-18) Agustín, Tomás de Aquino, Descartes, entre otros, presentan
este argumento y lo soportan bíblicamente con lo enseñado por Pablo en Romanos 1: 19-20 (RVR
1960) “porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las
cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del
mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.”. De
estar forma tampoco tenemos excusa como cristianos para no presentar debate argumentativo sobre
compendio de literatura, pero el argumento de nuestra fe se verá soportado por la palabra en la que
Es necesario construir una apologética básica dentro de las iglesias cristianas que pueda responder
con argumentos bíblicos a temas como la existencia de Dios, se necesitan comunidades con un
conocimiento que permita afrontar estos interrogantes y que su elemento de sustento principal sea