Está en la página 1de 5

“2020, Año de Venustiano Carranza”

CC. DIPUTADOS INTEGRANTES DE LA MESA DIRECTIVA DE LA LX


LEGISLATURA DEL HONORABLE CONGRESO DEL ESTADO LIBRE Y
SOBERANO DE PUEBLA

P R E S E N T E:

El que suscribe, Diputado Ángel Gerardo Islas Maldonado, integrante de la


Sexagésima Legislatura del Honorable Congreso del Estado de Puebla, con
fundamento en lo dispuesto por los artículos 57, 63 y 64 de la Constitución Política del
Estado Libre y Soberano de Puebla; 44 Fracción II, 144, fracción II, 146 y 147 de la
Ley Orgánica del Poder Legislativo del Estado Libre y Soberano de Puebla; así como
el artículo 120, del Reglamento Interior del Honorable Congreso del Estado, me
permito someter a consideración de esta Soberanía la siguiente INICIATIVA DE
DECRETO POR EL QUE SE ADICIONA EL CAPÍTULO VIGÉSIMO SEXTO DEL
CÓDIGO PENAL
DEL ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE PUEBLA, al tenor de la siguiente:

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

El párrafo octavo del artículo 4º de la Constitución Política de los Estados Unidos


Mexicanos, señala como una obligación del Estado mexicano garantizar el derecho
humano a la identidad de las personas.

De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) el


derecho a la identidad consiste en “el reconocimiento jurídico y social de una persona
como sujeto de derechos y responsabilidades y, a su vez, de su pertenencia a un
Estado, un territorio, una sociedad y una familia, condición necesaria para preservar la
dignidad individual y colectiva de las personas.”

El Estado tiene como una de sus obligaciones constitucionales asegurarse que cada
persona tenga una identidad jurídica, única e irrepetible, y evitar la duplicidad o
confusión de identidades de los individuos en la sociedad.

Sin embargo, el robo de identidad es una conducta arraigada en la sociedad


mexicana, sumado al hecho de que en medio de la era digital y con el avance
tecnológico,
resguardar la identidad de las personas resulta cada vez un reto mayor. Las
consecuencias de no resguardar

La identidad de las personas, genera severos daños y perjuicios a la ciudadanía


víctima de estas prácticas ilegales, las cuales pueden ir desde impactos económicos,
psicológicos y emocionales.

Con la diversificación del uso de medios digitales para realizar compras y pagos de
bienes y servicios, el robo de identidad mediante el uso de medios electrónicos, ha
tenido un incremento importante, al grado de ser considerado el delito de mayor
crecimiento en el mundo.

Bajo este contexto, el robo de identidad de acuerdo a la Home Office Identity Fraud
Steering del Reino Unido, se puede definir como la “recogida de información relativa a
la identidad de una persona con el fin de obtener un fraude identitario, prescindiendo
del hecho de que la víctima sea una persona viva o fallecida…por lo tanto consiste en
la apropiación indebida de la identidad o de cualesquiera otros datos personales
(fecha de nacimiento, domicilio, claves bancarias, contraseñas de acceso a redes,
etcétera)”.

La protección de los datos personales es un derecho humano reconocido en el artículo


6. Inciso A, fracción II de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, al
plantear que “la información que se refiere a la vida privada y los datos personales
será protegida en los términos y con las excepciones que fijen las leyes”.
De acuerdo con el artículo 3, fracción V de la Ley Federal de Protección de Datos
Personales de los Particulares, un dato personal es “cualquier información
concerniente a una persona física identificada o identificable” como puede ser el
nombre, los apellidos, la dirección postal, el número de teléfono, la dirección de correo
electrónico, el número de pasaporte, una fotografía, la Clave única de Registro de
Población (CURP) o cualquier otra información que permita identificar o haga
identificable al titular de los datos”
Basta señalar que en nuestro país, el delito de robo de identidad va en aumento día
con día. Pero, en general, ¿qué es el robo de identidad? Cuando una persona
obtiene, transfiere, posee o utiliza de manera no autorizada datos personales de
alguien más, con la intención de asumir de manera apócrifa su identidad y realizar
compras, obtener créditos, documentos o cualquier otro beneficio financiero en
detrimento de sus finanzas.
Según datos del Banco de México, ocupamos el octavo lugar a nivel mundial en
este delito; en un 67% de los casos.
Resulta evidente que, con el avance tecnológico, mucha información de las personas
se almacenan, procesan o transmiten en formato digital, lo que representa un riesgo
inminente para su seguridad, integridad y patrimonio.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la Secretaría de
Comunicaciones y Transportes (SCT) y el Instituto Federal de Telecomunicaciones,
elaboraron la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la
Información en los Hogares (ENDUTIH), la cual revela que en México hay 74.3
millones de usuarios de internet de seis años o más en 2018, lo que representa un
crecimiento de 4.2 puntos porcentuales respecto a 2017.
Si bien estos avances tecnológicos son importantes, representan grandes retos en
materia de protección de datos personales, sobre todo, en lo relacionado con los
fraudes cibernéticos, lo cuales han venido aumentando de manera sostenida.

En Puebla, existe una enorme laguna legal en el Código Penal que permite el
crecimiento exponencial del robo de identidad, ya que al día de hoy no se encuentra
legislado y regulado en dicho ordenamiento.

Frente a un delito que crece de manera exponencial, el vacío en la Ley se convierte


en cómplice de los delincuentes, ya que genera las condiciones necesarias para que
puedan cometer dicho ilícito sin mayores consecuencias jurídicas. Asimismo, la falta
de una legislación adecuada, significa un impedimento para las autoridades a fin de
poder perseguir y castigar la comisión de este delito.

Ante este panorama, es necesario fortalecer la política criminal a efecto de proteger


los datos personales de la población, toda vez que ponen en riesgo su seguridad,
integridad y patrimonio, así como el de sus familias.

En virtud de lo anterior, y al estimar que la realización de estas conductas requiere de


la protección penal, se propone la inserción de un capítulo nuevo en el Código Penal
Poblano creando un tipo penal con el objetivo de prevenir la realización de estos
delitos, buscando un efecto disuasivo de la conducta y en caso de cometerse que sea
castigado de forma adecuada.
Por lo anteriormente expuesto y fundado se presenta la INICIATIVA DE DECRETO
POR EL QUE SE ADICIONA EL CAPÍTULO VIGÉSIMO SEXTO DEL CÓDIGO
PENAL DEL ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE PUEBLA.

Único. Se adiciona el capítulo Vigésimo Sexto del Código Penal del Estado Libre y
Soberano de Puebla, para quedar como sigue:

Capítulo Vigésimo Sexto


Robo de Identidad

ARTÍCULO 479.- Comete el delito de robo de identidad el que por sí o por interpósita
persona, se apodere, transfiera, utilice o disponga de datos personales o financieros
de otra sin autorización de su titular.

Se impondrá una pena de uno a ocho años de prisión y de cuatrocientos a seiscientos


días multa a quien cometa el delito de robo de identidad, independientemente de las
sanciones administrativas o penales que puedan corresponder a la conducta
realizada.

Artículo 480.- Las penas previstas en el artículo anterior se aumentarán en una mitad
cuando el ilícito sea cometido por un servidor público que aprovechándose de sus
funciones tenga acceso a bases de datos que contengan este tipo de información, así
como a los particulares responsables del tratamiento de datos personales, en
términos de la ley en la materia.

ARTÍCULOS TRANSITORIOS

PRIMERO.- El presente Decreto entrará en vigor al día siguiente de su publicación


en el Periódico Oficial del Estado.
SEGUNDO.- Se derogan todas las disposiciones que se opongan al presente decreto.

ATENTAMENTE

CUATRO VECES HEROICA PUEBLA DE ZARAGOZA, A 5 DE JUNIO DE 2020.

DIPUTADO ÁNGEL GERARDO ISLAS MALDONADO.

También podría gustarte