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Desde hace tiempo, una rana soñaba con ser princesa, ella

pasaba todos los días viéndose al espejo con frecuencia, a cada hora,
a cada instante, inclusive mucho antes de irse a dormir. Cierto día, le
tocaron la puerta y al abrir era un sapo que la esperaba allí. Lo
primero que ella le vio fue un físico perfecto y una forma de hablar
espectacular, pero finalmente se quedó viendo su vestimenta
parecida a la de un obrero y lo rechazó porque estaba completamente
sucio.

El sapo a duras penas iba a comenzar a hablar; pero se fue muy apenado porque la
rana le cerró la puerta con fuerza. El mismo sapo estuvo volviendo al lugar por siete veces
y ella con la misma le cerraba la puerta cuando le tocaba responderle. Un día ella decidió
salir a inhalar aire y llevar un poco de sol, pero nunca dejó de verse en el espejo, nunca dejó
de ponerse sus mejores vestidos, nunca dejo de soñar su vida como princesa.

Y al salir vio un grupo reunido, cosa que le dio curiosidad y se unió


a él sin decir nada, y vio que en el centro del grupo se encontraba el mismo
sapo que ella le cerró la puerta en ocasiones anteriores; vestido como todo
un príncipe, con el mejor traje que allá visto jamás. Entonces sin perder
más tiempo se le acerco a el sapo y le dijo hola te acuerda de mí, al final él
le contesto que sí, mientras se alejaba del lugar. Entonces fue allí donde
ella prefirió entrar nuevamente a su casa. Al día siguiente el sapo volvió a
vestirse como antes igual a un obrero y se dirigió a la casa de la rana,
tocándole de nuevo a la puerta; pero al abrir la rana por vez última le cierra
la puerta con fuerza y el sapo con la palabra en la boca se aleja del lugar.
Dos días más tarde ella volvió a salir a inhalar aire y a llevar un poco de sol
y otra vez volvió a ver al mismo sapo vestido con la misma facha de ropa
anterior
Pronto llegó el papá del sapo al lugar; que era el rey. Ella
contempló muy animada al sapo muchas veces, el rey le preguntó al
sapo si había buscado a su princesa y el muy apenado le dijo que si,
pero ella le lanzaba la puerta en la mayoría de veces que iba allá. El
rey le dijo que se quedara tranquilo, que pronto la encontraría y que
sólo quería que fuese feliz. El sapo le respondió padre: “voy a volver
a ir allá. Voy a volver, a ver si puedo hacer el intento nuevamente”.
Pero cuando aquella rana escuchó aquello, se fue corriendo a su casa
sin decir nada.

Pero al llegar a la casa se dijo una y mil veces: “la próxima vez que
toque aquel sapo lo oiré”. Paso un día y otro detrás de otro, y así fueron
pasando los años; pero ella seguía sola en la puerta o en el espejo se
quedaba esperando a su príncipe. Pero ya cuando ella se dio cuenta de que
ya su príncipe no vendría, ya era demasiado tarde; ya había perdido toda
una larga vida esperando.

Juan Carlos López, escritor venezolano


1. ¿Qué te dice el título del cuento?
2. ¿Frente a que se pasaba la rana todos los días?
3. ¿Por qué la rana rechazo al sapo que toco la puerta?
4. ¿Cuántas veces volvió el sapo donde la rana?
5. ¿Qué vio la rana al salir a respirar aire?
6. ¿La rana cambio de actitud al ver al sapo vestido de príncipe?
7. ¿Qué le dijo el rey sapo al príncipe?
8. ¿El sapo volvió donde la rana?
9. ¿La rana se convirtió en princesa?
10. ¿Qué enseñanza te deja el cuento?

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