Está en la página 1de 1

LA TOPARQUIA

Simón Rodríguez, maestro y guía de Simón Bolívar, fue un hombre de largas distancias, de lejanías
geográficas y de remotas periferias. Algo le hacía repeler los centros, conglomerados sociales y
políticos, donde, se supone, se concentra el poder o en todo caso "el Gobierno", como dice él mismo.
Tuvo muy clara la distinción (y el problema de su articulación) de una "política gubernamental" y una
"política popular", criterio que prefigura, a los ojos de hoy, una doctrina del Poder estatal y el Poder
popular. Su itinerario biográfico (el que se conoce con certeza, entre 1823 y 1854, luego de una
misteriosa e indocumentada estancia de más de veinte años en Europa) nos muestra su vida como
un prolongado viaje, apenas pausado por breves residencias no mayores de dos o tres años, donde
abundan los lugares pequeños, lejanos, internados en los más insospechados recovecos del tejido
topográfico suramericano.

Esa cautela y recelo hacia los grandes centros políticos y citadinos parece encerrar una seria
desconfianza ante las grandes concentraciones del poder, cuyas reconstituciones nacionales de la
post independencia Simón Rodríguez presencia y crítica incansablemente.

Él veía cristalizarse unas repúblicas menguadas, monarquías mitigadas, DE LAS CUALES SE


MOFARON monarcas europeos. Y eso lo hacía fugarse más de las grandes capitales donde creían
regir los Congresos y los Gobiernos, manejados por restauradas oligarquías.

"Los pueblos quieren vivir, escribió, sin Amos y sin Tutores, sin Reyes y sin Congresos". He aquí su
primera y básica concepción , su búsqueda del pueblo nuevo que creía poder contribuir a crear, y
que era también la búsqueda de su propia subsistencia material, iba hacia adentro y hacia abajo, en
todo caso hacia lo lejos de los centros geopolíticos.

Adquirir virtudes sociales significa moderar con el amor propio, en una conjunción inseparable de
Sentir y Pensar, sobre el suelo moral de la máxima. “Piensa en todos para que todos piensen en ti”
que persiguen simultáneamente el beneficio de toda la sociedad y de cada individuo. Pensamientos
de Simón Rodríguez

La Filosofía Política Robinsoniana centra al ser humano como un colectivo social, colaborativo,
comunitario, solidario, donde su principal herramienta es la luz del conocimiento. Educar haciendo y
aprender haciendo o inventamos o erramos.
Ana Julia Parra. CI.V-18.277.761

También podría gustarte