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Oración del tabaco para la limpieza espiritual

Dirigida, a solicitar la asistencia fundamentalmente de la Reina María


Lionza , y otras deidades, la oración del tabaco, se emplea en la ocasión
que se requiera despojar a una persona, de cualquier mal o energía
negativa que le esté perturbando la vida en cualquiera de sus ámbitos,
entorpeciendo su felicidad y progreso.

En el nombre de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo (con la


mano que sostiene el tabaco hacer la señal de la cruz). Solicito autorización a
Dios Padre Todopoderoso, creador del universo, a la Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo (con la mano que sostiene el tabaco hacer la señal
de la cruz).

Con la magnánima autorización de todo santo, solicito a mis orientadores y


espíritus defensores para invocar este tabaco, se elimine de mi cuerpo y espíritu,
todo rasgo de negatividad que tuviese (expresar aquí si fuese necesario: mi hogar,
mi trabajo, mi negocio, mi pareja).

Que se erradique cualquier maleficio material o espiritual de cualquier


naturaleza, brujería, lámpara, velación, entierros y amarres, que en estos tiempos,
personas enemigas me lo hayan ocasionado o estén haciendo.

Que me deshaga de cualquier enemigo pasado, presente o por venir, sea este
visible o no a mi vista, que yo conozca o esté por conocer. Que me deshaga de
habladurías e intrigas y de todo ser oscuro y bufón que tenga la intención de
hacerme daño.

Que todas estas calamidades sean eliminadas y expulsadas tan lejos que sea
imposible dañen mi humanidad, cuerpo y espíritu, hogar y cualquier sitio donde
me encuentre. Expulsa a los cuatro puntos cardinales norte, sur este y oeste,
desde donde no regresaran.

A nombre de la Reina María Lionza, Guaicaipuro y el Negro Felipe, cortes


divinas y seres de luz, solicito retiren de mi humanidad todo maldad, que
pudiese estar en mí. Les entrego este tabaco, con su humo y cenizas, como
ofrenda para que transporte todo mal y no regrese jamás.

Dios misericordioso, Padre Celestial, tú que con tu poder todo lo puedes, limpia
con tus manos celestiales mi cuerpo, mi mente y mi espíritu. Auxíliame, para que
yo pueda vencer todas las calamidades que me aquejan todos los tropiezos del
camino y los enemigos que me acechen. Bríndame tu protección Padre mío por
siempre.

Amén.

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