La Santa Inquisición, también conocida como la Inquisición, fue una institución

establecida en la Edad Media por la Iglesia Católica con el propósito de

identificar, perseguir y suprimir la herejía, la brujería y otras formas de
disidencia religiosa. Su inicio formal se remonta al siglo XIII, con el Papa
Gregorio IX estableciendo la Inquisición Papal en 1231 para combatir las creencias
consideradas como amenazas para la doctrina católica. Sin embargo, fue durante el
siglo XV que la Inquisición alcanzó su apogeo de actividad, especialmente en la
península ibérica.

En España, la Inquisición Española fue establecida en 1478 por los Reyes Católicos,
Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, con el objetivo inicial de purificar la fe
y consolidar el poder político. Esta institución operó a través de tribunales que
investigaban y juzgaban a aquellos acusados de herejía, apostasía, brujería y otros
delitos contra la ortodoxia católica. El proceso inquisitorial implicaba a menudo
la tortura para obtener confesiones, y las penas incluían la confiscación de
propiedades, la cárcel e incluso la ejecución en la hoguera.

Uno de los episodios más notorios de la Inquisición fue la caza de brujas, que
alcanzó su punto máximo en Europa entre los siglos XV y XVII. Miles de personas, en
su mayoría mujeres, fueron acusadas de practicar la brujería y adorar al diablo.
Estos juicios a menudo carecían de pruebas sólidas y estaban basados en confesiones
obtenidas bajo tortura. La persecución de supuestas brujas llevó a ejecuciones
masivas y generó un clima de miedo en muchas comunidades.

La Inquisición también tuvo un impacto en las colonias españolas en América y en

otros lugares donde se expandió la influencia de la Iglesia Católica. Los
tribunales inquisitoriales se establecieron en diversas regiones para garantizar la
ortodoxia religiosa entre la población local. La Inquisición Española persistió
hasta el siglo XIX, aunque su poder y actividad disminuyeron con el tiempo.

Aunque la Inquisición ha sido criticada por sus métodos brutales y violaciones de

los derechos humanos, algunos argumentan que también desempeñó un papel en la
preservación de la ortodoxia católica en un período de gran agitación religiosa.
Sin embargo, su legado sigue siendo controvertido, ya que la persecución y la
violencia asociadas con la Inquisición han dejado una marca indeleble en la
historia de la Iglesia Católica y en la memoria colectiva de aquellos que fueron
afectados por sus acciones.