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La ley de extranjería en España

La Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada por la ONU, en 1948,


reconoce en su artículo segundo idénticos derechos y libertades para todos los habitantes del
planeta sin distinción de raza o lugar de nacimiento.

La ley de extranjería española de 1985, como casi todas las de los países desarrollados,
procura atenerse al texto legal de aquella declaración, pero, inevitablemente, vulnera -si no en
la letra, sí en el espíritu- la intención de la misma.

No debemos olvidar que legalidad y justicia no son conceptos necesariamente sinónimos. El


hecho de negar a otro ser humano el acceso a las fuentes de trabajo y de desarrollo económico
que no encuentra dentro de sus fronteras, se opone claramente al deseo de igualdad
universalista que ha cultivado Occidente desde la Revolución Francesa.

Cierto es que proporcionar a los inmigrantes el mismo tratamiento legal que a los
ciudadanos de un país suele provocar tensiones sociales y el desarrollo de actitudes xenófobas
por parte de la población nativa, Pero refugiarse en razonamientos de este tipo para justificar
leyes injustas e inmigratorias pretenden ser principalmente mecanismos reguladores, Toda
regularización es excepcional y unca puede convertirse en permanente.

Por tanto, la ley de extranjería debería estar sometida a un proceso de revisión


continuo. Solo esa constante adecuación a la realidad permitía que la legalidad estuviera, en la
mayor medida posible, al servicio de la justicia.

Los cuentos tradicionales

Los cuentos tradicionales son narraciones populares, Estas presentan, generalmente, una
enseñanza.

Los cuentos tradicionales influyen de manera positiva en la formación moral e intelectual de los
niños.

Estos cuentos estimulan la imaginación y ayudan a los pequeños a comprender que se pueden
sobrellevar las dificultades de la vida adulta.

Por otro lado, es innegable la calidad literaria de los cuentos tradicionales. Son narraciones
bien elaboradas en las que actúan personajes que transmiten conductas positivas y enseñan
valores. Por ejemplo, la historia de Hansel y Gretel muestra la unión y la colaboración entre
hermanos; y Pinocho resulta un excelente personaje para enseñar a los niños valores como la
obediencia, la generosidad, la sinceridad y el perdón.

En conclusión, los padres y maestros deben narrar cuentos tradicionales pues cumplen un rol
importante en la educación de los niños.

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