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LECCION

7
DIOS ENCUENTRA UN SOCIO
EN LA FE

ESCRITURAS PARA ESTUDIAR : Génesis 12; 13:1-4

VERDAD CENTRAL : Dios llama a Su pueblo a la obediencia.

VERSICULO PARA MEMORIZAR : “Si me amas, guarda mis mandamientos”.


Juan 14:15

LECCION COMPLEMENTARIA : Historia, “La mordida de la Víbora”

NOTAS PARA EL MAESTRO : Abraham obedeció a Dios. La fe demanda


obediencia. Aunque Abraham erró en algunos
detalles aún iba en la dirección que Dios le había
mandado. Dios siempre hará por Su pueblo, tanto
como SU PUEBLO le permita.

BOSQUEJO
I. DIOS QUERIA UN PUEBLO SANTO, UNA NACION ENTERA DE PERSONAS DE FE,
PERO EL SABIA QUE TENDRIA QUE LEVANTARLO EL MISMO.

A. La mayoría de la gente en el mundo adoraba ídolos.


1) La adoración de los ídolos es realmente adoración a Satanás.
2) La gente que venera las figuras de piedra y madera está ciega.

B. Dios buscó a través de todo el mundo a un hombre que creyera Su Palabra.


1) Lo encontró en Ur de los caldeos.
2) Su nombre era Abram.
3) Los parientes de Abram eran adoradores de ídolos.

II. DIOS LLAMO A ABRAHAM PARA QUE SALGA DE SU PAIS A UNA TIERRA QUE EL
HABIA DESIGNADO PARA SU PUEBLO.

A. Abraham obedeció a Dios y se cambió a un lugar llamado Harán.

B. Después que el padre de Abraham murió, Dios le dijo que volviera a mudarse.
1) Dios guió a Abraham a la tierra de Canaán.
2) Abraham tenía muchas ovejas y ganado.
3) El, su esposa Sarai, su sobrino Lot y sus sirvientas, vivían en tiendas, porque
viajaban de lugar en lugar.

C. Dios le dijo a Abraham que caminara de un lado a otro a través de Canaán, porque
cada lugar que su pie pisara, sería suyo.

D. Abraham vivía y creía la Palabra de Dios y construyó un altar en Bet-el, que significa
“Casa de Dios”. Nosotros somos la casa de Dios porque tenemos a Jesús en
nuestro corazón.
III. A PESAR DE QUE ABRAM ERA UN GRAN HOMBRE DE FE, TAMBIEN TENIA
FALLAS.

A. La tierra de Canaán atravesaba por un tiempo de miseria; había muy poco que
comer.

B. En vez de buscar a Dios, Abram se fue con su esposa y sus posesiones a Egipto
porque era grande el hambre en la tierra.

C. Puesto que Sarai era muy hermosa, Abram temió que alguien lo matara para poseer
a su esposa. Entonces planearon decirle a los egipcios que eran sólo hermanos.

D. El faraón se impresionó con la belleza de Sarai e hizo que la trajeran al Palacio.


Tenía planes de casarse con ella.

E. El Señor recordó Su promesa a Abram y se dio cuenta de que el faraón no podía


poseer a Sarai.

F. Comenzaron a suceder cosas malas al faraón. (Estaba en el territorio de Satanás,


en directa violación a la expresa voluntad de Dios).

G. Cuando el faraón comprendió su error, se enojó y echó fuera de su tierra a Abram y


a su mujer.

EJERCICIO ESPIRITUAL

 Soy un hijo de Dios.


 Deseo complacer a Dios en todas las cosas.
 Voy detrás del amor.
 Soy obediente.
 Soy el templo de Dios.
 Dios vive en mí.
 Por tanto, mayor es el que está en mí, que el que está en el mundo.
LA MORDIDA DE LA VIBORA

El maestro terminó de contar la historia de cómo el pueblo de Israel era tan terco y
lento en obedecer a Dios. Todos en la clase estaban escuchando muy atentamente,
menos Carlos, que estaba sentado en el fondo del salón tratando de pensar en algo para
mantenerse entretenido mientras el señor Martínez decía la lección de la Escuela
Dominical. No le gustaba esta iglesia a la que sus padres habían comenzado a asistir, le
hubiera gustado más quedarse en su casa, pero sus padres lo habían forzado a asistir.
Cuando crezca, pensaba Carlos, nunca voy a ir a las iglesias.

“Carlos, preguntó el señor Martínez, ¿puedes decirme qué hicieron los Israelitas
mientras Moisés estaba en el Monte Sinaí”

“No”, respondió Carlos. El señor Martínez preguntó a otro estudiante lo mismo,


mientras Carlos pensaba: “¿Qué me importa a mí si nunca contesto una pregunta? ....
después de todo, no me interesa esta sucia escuela”.

El domingo siguiente, muy temprano, Carlos se levantó silenciosamente y se


escabulló hasta la cochera. Sacó su caña y su maletín de pesca, montó en su bicicleta y
se dirigió al río. Al llegar, escondió la bicicleta entre los arbustos más altos y se sentó a la
orilla a pescar. “Esto es mucho mejor que la Escuela Dominical”, pensó. Le parecía difícil
creer que alguien encontrara algo emocionante en las cosas de Dios. Sin embargo,
extrañamente se sentía culpable por no estar en la iglesia en ese momento.

De repente, su hilo de pescar comenzó a jalar fuerte. Tenía un pez grande al final de
la cuerda, forcejeando y tratando de soltarse. Enredó la cuerda lo más rápido que pudo, y
¡ahí estaba! ¡Un gran pez de casi 3kilos! Era el más hermoso que había atrapado...
Cuidadosamente le quitó el anzuelo, lo metió en su saco y lo sumergió en la parte baja
del río. Luego volvió a tirar el anzuelo y pensó: “Esto es mucho más divertido que ir a la
iglesia”.

Nuevamente su hilo comenzó a jalar. Cuidadosamente lo enredó; tenía otro


pescado. Peleaba más duro que el primero. Carlos sacó el pez del agua y le quitó el
anzuelo de la boca. ¡Ups! Mientras lo hacía, se le cayó cerca de la orilla del río, entre el
lodo, saltando y revolviéndose. Carlos tiró y corrió hacia donde estaba el pez.

En su prisa no se dio cuenta de la gran víbora acuática que estaba enroscada justo a
unos pocos centímetros del pescado. Estiró la mano para agarrarlo y ¡ayyy! La víbora se
lanzó rápidamente hacia su mano. Carlos trató de esquivarla, pero ya tenía dos marcas
de dientes en la mano.

Rápidamente corrió y sacó su bicicleta de los arbustos, la empujó apresuradamente


hacia el camino y pedaleó tan rápido como pudo, el corazón le latía con fuerza,
provocando que el veneno corriera más rápido a través de sus venas y llegara a la
cabeza. Había demasiada excitación. Sin querer perdió el equilibrio; la llanta de la
bicicleta pegó contra la banqueta y Carlos cayó al suelo. Impotente para levantarse, se
quedó tirado en el pavimento.

Momentos más tarde un auto pasó junto a él y frenó de repente. El conductor salió
corriendo y se precipitó hacia Carlos, era el señor Martínez, de la Escuela Dominical.
Trató de levantarlo, pero estaba inconsciente. El señor Martínez encontró las marcas en
su mano y se dio cuenta de lo que había sucedió. Levantó sus manos y empezó a orar.
Tomó autoridad sobre el veneno de la víbora en el cuerpo de Carlos, abrió sus ojos.
Estaba sorprendido de ver al señor Martínez y quiso saber lo que había sucedido.
“Dios acaba de salvarte, Carlos”, dijo el señor Martínez.

“¿Cómo me salvó Dios?”, preguntó . “Yo pensé que ya me estaba muriendo, y de


repente desperté. La mordida de víbora ya ni me duele. “¿Por qué me salvó Dios?

“Dios te ayudó porque yo se lo pedí”, dijo el señor Martínez, “Su Palabra dice que las
víboras no pueden lastimar a los creyentes”.

“Pues, sí, ¡pero yo no soy un creyente!”

“Pues, eso está sujeto al cambio”, dijo el señor Martínez.

“Claro que sí”. Respondió Carlos.

Así que el señor Martínez oró con Carlos mientras pedía al Señor Jesús que entrara
en su corazón. Se convirtió en un muchachito distinto. Nunca volvió a faltar a la clase
dominical y es el más emocionado en todas las clases.

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