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DIOS ENCUENTRA UN SOCIO
EN LA FE
BOSQUEJO
I. DIOS QUERIA UN PUEBLO SANTO, UNA NACION ENTERA DE PERSONAS DE FE,
PERO EL SABIA QUE TENDRIA QUE LEVANTARLO EL MISMO.
II. DIOS LLAMO A ABRAHAM PARA QUE SALGA DE SU PAIS A UNA TIERRA QUE EL
HABIA DESIGNADO PARA SU PUEBLO.
B. Después que el padre de Abraham murió, Dios le dijo que volviera a mudarse.
1) Dios guió a Abraham a la tierra de Canaán.
2) Abraham tenía muchas ovejas y ganado.
3) El, su esposa Sarai, su sobrino Lot y sus sirvientas, vivían en tiendas, porque
viajaban de lugar en lugar.
C. Dios le dijo a Abraham que caminara de un lado a otro a través de Canaán, porque
cada lugar que su pie pisara, sería suyo.
D. Abraham vivía y creía la Palabra de Dios y construyó un altar en Bet-el, que significa
“Casa de Dios”. Nosotros somos la casa de Dios porque tenemos a Jesús en
nuestro corazón.
III. A PESAR DE QUE ABRAM ERA UN GRAN HOMBRE DE FE, TAMBIEN TENIA
FALLAS.
A. La tierra de Canaán atravesaba por un tiempo de miseria; había muy poco que
comer.
B. En vez de buscar a Dios, Abram se fue con su esposa y sus posesiones a Egipto
porque era grande el hambre en la tierra.
C. Puesto que Sarai era muy hermosa, Abram temió que alguien lo matara para poseer
a su esposa. Entonces planearon decirle a los egipcios que eran sólo hermanos.
EJERCICIO ESPIRITUAL
El maestro terminó de contar la historia de cómo el pueblo de Israel era tan terco y
lento en obedecer a Dios. Todos en la clase estaban escuchando muy atentamente,
menos Carlos, que estaba sentado en el fondo del salón tratando de pensar en algo para
mantenerse entretenido mientras el señor Martínez decía la lección de la Escuela
Dominical. No le gustaba esta iglesia a la que sus padres habían comenzado a asistir, le
hubiera gustado más quedarse en su casa, pero sus padres lo habían forzado a asistir.
Cuando crezca, pensaba Carlos, nunca voy a ir a las iglesias.
“Carlos, preguntó el señor Martínez, ¿puedes decirme qué hicieron los Israelitas
mientras Moisés estaba en el Monte Sinaí”
De repente, su hilo de pescar comenzó a jalar fuerte. Tenía un pez grande al final de
la cuerda, forcejeando y tratando de soltarse. Enredó la cuerda lo más rápido que pudo, y
¡ahí estaba! ¡Un gran pez de casi 3kilos! Era el más hermoso que había atrapado...
Cuidadosamente le quitó el anzuelo, lo metió en su saco y lo sumergió en la parte baja
del río. Luego volvió a tirar el anzuelo y pensó: “Esto es mucho más divertido que ir a la
iglesia”.
En su prisa no se dio cuenta de la gran víbora acuática que estaba enroscada justo a
unos pocos centímetros del pescado. Estiró la mano para agarrarlo y ¡ayyy! La víbora se
lanzó rápidamente hacia su mano. Carlos trató de esquivarla, pero ya tenía dos marcas
de dientes en la mano.
Momentos más tarde un auto pasó junto a él y frenó de repente. El conductor salió
corriendo y se precipitó hacia Carlos, era el señor Martínez, de la Escuela Dominical.
Trató de levantarlo, pero estaba inconsciente. El señor Martínez encontró las marcas en
su mano y se dio cuenta de lo que había sucedió. Levantó sus manos y empezó a orar.
Tomó autoridad sobre el veneno de la víbora en el cuerpo de Carlos, abrió sus ojos.
Estaba sorprendido de ver al señor Martínez y quiso saber lo que había sucedido.
“Dios acaba de salvarte, Carlos”, dijo el señor Martínez.
“Dios te ayudó porque yo se lo pedí”, dijo el señor Martínez, “Su Palabra dice que las
víboras no pueden lastimar a los creyentes”.
Así que el señor Martínez oró con Carlos mientras pedía al Señor Jesús que entrara
en su corazón. Se convirtió en un muchachito distinto. Nunca volvió a faltar a la clase
dominical y es el más emocionado en todas las clases.