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EPÍLOGO
Hemos terminado nuestra breve intro-
ducción a la historia universal, ¿qué te
parece si para terminar te cuento cómo ha
sido la percepción histórica del hombre a
través de los tiempos? Digamos, tú miras
un libro de historia y lo que te importa es
que lo que cuente sea verdadero y exacto.
Realmente no siempre fue así. Se tendría
casi hacer otro libro para contar cómo
ha sido el proceso del acercamiento del
hombre a la historia, pero no te preocu-
pes. Lo vamos a resumir de un modo muy
sencillo.
Bienvenidos al relato más fabuloso de todos los tiempos, un relato escrito por todos los hombres del
mundo y redactado en todas las lenguas vivas o muertas, un relato que transforma nuestra vida perso-
nal y hasta el menor de nuestros actos o pensamientos, un relato en el que están las raíces de nuestros
miedos y esperanzas, de nuestra felicidad y para muchos, de la desgracia misma. Bienvenidos al relato
de la historia universal.
Sin más preámbulos, acomódate en tu sillón favorito, y nuevamente ¡bienvenido a las páginas de la
historia universal!
BIG BANG
MODELO COSMOLÓGICO
EXPANSIÓN DEL UNIVERSO
1. EL BIG BANG
Por: Juan Carlos Bejarano Sáenz
La teoría del Big Bang (también llamada Gran explosiónnota 1 ) es el modelo cosmo-
lógico predominante para los períodos conocidos más antiguos del universo y su posterior
evolución a gran escala.2 3 4 Afirma que el universo estaba en un estado de muy alta densi-
dad y luego se expandió.5 6 Si las leyes conocidas de la física se extrapolan más allá del
punto donde son válidas, encontramos una singularidad. Mediciones modernas datan este
momento aproximadamente 13 800 millones de años atrás, que sería por tanto la edad del
universo.
Después de la expansión inicial, el universo se enfrió lo suficiente para permitir la forma-
ción de las partículas subatómicas y más tarde simples átomos. Nubes gigantes de estos
elementos primordiales se unieron más tarde debido a la gravedad, para formar estrellas y
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galaxias. A mediados del siglo XX, tres astrofísicos británicos, Stephen Hawking, George F.
R. Ellis y Roger Penrose, prestaron atención a la teoría de la relatividad y sus implicaciones
respecto a nuestras nociones del tiempo. En 1968 y 1979 publicaron artículos en que exten-
dieron la teoría de la relatividad general de Einstein para incluir las mediciones del tiempo
y el espacio. De acuerdo con sus cálculos, el tiempo y el espacio tuvieron un inicio finito que
corresponde al origen de la materia y la energía.
Resulta que en el principio del mundo, existía un átomo primitivo (así lo llamó Lemaitre) increíble-
mente denso, que explotó hace más de quince mil millones de años, generando el universo que conoce-
mos. Esas miles de millones de partículas fueron planetas, soles, estrellas, la vía Láctea y una de esas
fue nuestro hogar, el planeta Tierra.
El génesis hebreo tiene una línea preciosa que dice: “En el comienzo no había nada, y el Espíritu de
Dios caminaba sobre el agua”, que además de ser una curiosa paradoja, que sin tener la menor preten-
sión científica, describe perfectamente el estado original de nuestro planeta: un vasto océano primitivo,
absolutamente vacío... Hasta que surgió la chispa de la vida en las primeras substancias orgánicas de
carbono. Ahí comenzó la gran aventura de la vida en nuestro mundo, desde las algas hasta nosotros
mismos. Esta es también la historia de nuestra vida, la tuya y la mía.
Lunes:
Soy una célula y me aburro mucho en esta oscuridad. Nada pasa. Mi mamá, que es igual que yo,
siempre me dice que estamos en el precámbrico (570 millones a.C). Ya llevo millones de años aquí y todo
es oscuridad en el mar. Que aburrimiento, como soy asexual todo el bendito día me parto y me parto en
otras células idénticas a mi. ¡Qué falta de originalidad!
Martes:
He crecido un poquito. Mis amigas me dicen que ya soy toda una alga verdiazul. Menos mal crecí,
porque tres mil millones de años no pueden pasar en vano. Ahora produzco mucho oxígeno y el planeta
se llena de aire, pero ¿para qué si no hay nadie que respire?
Miércoles:
Hoy pasó algo raro. Hay un alga que me gusta, no sé que tiene, pero es irresistible. Creo que es distin-
ta a mi. Creo que es porque ya tenemos unas células eucarióticas que nos hacen sexuales y, por tanto,
diferentes. Menos mal... Ya me sentía como raro.
Jueves:
Cómo ha pasado el tiempo esta semana. Ya llevamos mil setecientos años en el mar, pero todo está
muy distinto. Soy un multicelular y no volveré a ser un alga nunca más. Me lo he jurado a mi mismo.
Parezco un gusano feo y soy extremadamente blando, por lo tanto, no quedan huellas mías en ninguna
parte. No es que sea acomplejado, pero creo que nadie me va a recordar en el futuro. Por todas partes
del mar, gritan: ¡estamos en el cámbrico (500 millones a.C) ! Qué fastidio.
Viernes:
¡Qué alegría! Ya tengo un caparazón súper bonito. Si me muero, seré un maravilloso fósil. Lo malo
son mis primos erizos, ¡cómo chuzan esas púas cuando uno los abraza!, pero peor mis tías esponjas
cuando te zampan un beso, ¡te chupan por completo! mi familia. Ya olvidé esa alga ingrata de hace dos
mil millones de años, ¡conocí una estrellita de mar que es divina!
Sábado:
Tengo casa. Lo malo es que la tengo a cuestas y no puedo salir de ella. Soy un caracol babosísimo. Me
pegaron un cartel en el caparazón que dice: “no te pierdas, estás en el ordivicio”.
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Domingo:
Hoy sí que doy miedo a todos mis vecinos. Me he transformado en un monstruo con
unas quijadas enormes. Soy un tiburón cladoselache. Me muevo rápido y me trago a los
demás peces, porque esos sobran en estos días del Devonico (408 millones a.C).
Lunes festivo:
¡Bendito sea el Señor!, hemos pisado tierra algunos peces. Obviamente, me cuesta mucho
trabajo arrastrarme con las aletas para pasar de un charco a otro, pero bueno. Todo es voluntad
en la vida. Respiro con dificultad, pero me cuentan que eso le pasa a todos los anfibios. Veremos
qué pasará en las otras semanas...
3. APARICIÓN DE PLANTAS
Por: Lupita Reynales Zarate
¿Te has preguntado de dónde surgió toda la Las plantas estaban divididas en dos
vegetación en el mundo?, al menos, ¿de dónde familias, por así llamarlo. Las gimnoesper-
salen tantas habas y lentejas para hacer tantas mas y los angioespermas, toda la división
sopas horribles en el mundo? De la misma alga era por la semilla, si estaba afuera o adentro.
del capítulo pasado. También estaba aburridísi- Del primer grupo, surgieron los grandes hele-
ma y quería salirse del mar. Pero, ¿qué tenía que chos. El otro produjo la gran mayoría de la
hacer? Tener unas muy buenas raíces y sistemas flora de esos primeros tiempos y los gigantes-
vasculares para proveerse de alimento fuera del cos y oscuros bosques del Cretácico y Jurási-
mar. La primera especie que pudo lograr seme- co. De hecho, los angioespermas tienen una
jante hazaña fue la Lycopsida, ¡exacta a un variedad de 225.000 especies.
musgo actual!
Fíjate la cantidad de siglos que se necesi-
Ten en cuenta que este valiente musgo vivió tan para trazar una rosa.
hace 570 millones de años. Esas primitivas plan-
tas evolucionaron de un modo sorprendente,
hasta transformarse en los árboles gigantes del
Cretácico hace 145 millones de años. Obviamen-
te, tenían que ser plantas muy grandes para ese
tiempo, porque acuérdate que el tiranosaurio rex
era un animal enorme que le gustaba sus buenos
filetes de triceratops en ¾ de asado. Pero para
tener su pedazo de carne, el triceratop tenía que
comer su muy merecida porción de ensalada. Por
supuesto, ese cuadrúpedo de tres cuernos no se
iba a conformar con el musgo.
4. LOS DINOSAURIOS
Por: Esteban Niño Galeano
Alguna vez de niño miré la fotografía de unas huellas semihumanas de hace millones de años. Real-
mente me conmovió: eran las de una mamá llevando de la mano a su niño. Mira lo lindo de la escena
hace tanto tiempo. De pronto te imaginas a los primeros hombres vestidos con piel de tigre como los
Picapiedra y luchando ferozmente contra los últimos dinosaurios. Primero que todo, el hombre y el
dinosaurio jamás convivieron y no son nada cercanos en el tiempo. La historia es menos romántica.
Resulta que hace 8 millones de años en el sur del África se sitúan los orígenes del hombre, porque
allí es donde predominaban los simios y gorilas, que a despecho de muchos, son nuestros primos en la
escala evolutiva.
Pasaron otros 3 millones de años para que sucediera un cambio en la evolución de los primates,
y surgieran los australopitecos. Puedes suponerlos con la frente abombada, llenos de pelo y nada
distintos a un simio, pero con una súper gran diferencia: ¡caminaban en dos pies no a cuatro patas!
Dirás, ¡pero sí eso lo hace mi hermanito y a veces mi perro! Lo que pasa es que pasar de cuadrúpedo a
bípedo implica una transformación total en la columna vertebral y en la pelvis. ¿Cuál era la ventaja?
Pregunta maravillosa, ¡pues que podían emplear las manos en cargar cosas! Esos bípedos con manos
inquietas fueron llamados Homo Habilis. Por supuesto, no iban a hacer origamia, pero al menos sí
cargar piedras y defenderse arrojándolas, que eso es mucho para ese tiempo.
Obviamente, tener las manos libres les permitió desarrollar su cerebro, a diferencia de nuestros
contemporáneos que emplean el celular manos libres. Esos primeros hombres empezaron a trabajar
en equipo y para poder hacer eso, tuvieron que ingeniarse un modo de comunicarse. Por eso, mi esti-
mado, ¡hemos llegado a la Historia!
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7. INTRODUCCIÓN A LA HISTÓRIA
Por: Alejandra Aguirre Velásquez
Resulta que un buen día, el dios Zeus mandó a llamar a dos titanes, que son gigantes dentro de
la mitología griega. Les dijo algo parecido a esto: “!Eh, oigan ustedes, par de vagabundos! Necesito
que se inventen ya mismo la humanidad y los animales con todo el equipo necesario para vivir!” Los
dos titanes quedaron súper aburridos porque eran tremendamente perezosos. Uno de ellos se llamaba
Prometeo, que significa Prudencia, y el otro Epimeteo, que significa Ocurrencia Tardía (era como medio
retardado).
Epimeteo dijo: “!Salgamos rápido de este trabajo tan jarto!”, y empezó a fabricar cuanto animal se le
venía a la cabeza y le ponía sus atributos. Digamos, “a este metamosle garras, dientes, melena, valentía,
furia y ¡quedó un león!”, otro por ejemplo, “¿qué hago con todas estas escamas, patas feas y pelos que
me sobraron?, pues mezclemos todo eso y hagamos un par de ornitorrincos o topos bien raros”. Lo malo
de don Retardado Epimeteo fue cuando llegó al hombre, ¡no tenía nada con qué hacerlo ni qué darle!, ¡se
había gastado todo en leones, cabras, ornitorrincos y otras pendejadas! Entonces fue corriendo a pedirle
ayuda a su muy genial hermano Prometeo.
Entonces, Prometeo le dijo: “tranquilízate que yo me encargo”. Entonces muy calladito y demasiado
solapadito, se fue hasta el Olimpo, que es la casa de los Dioses, ¡y se robó el fuego! Le dio, pues, dos gran-
des regalos al hombre: caminar erguido y tener el fuego. Ya con eso estaba el hombre listo para la vida.
Por supuesto, Zeus montó en cólera (cólera no era precisamente su caballo) y encadenó a Prometeo por
bonachón a unas rocas en el Caúcaso, y le mandó un buitre de dos cabezas (seguramente tenía una de las
que le sobró a su retardado hermano en la repartición de atributos) para que le comiera el hígado toda
la eternidad, porque cada vez que el pajarraco se comía el hígado éste crecía de nuevo para ser comido.
Esta dolorosísima hepatitis terminó cuando don Hércules mató al ave, que de seguro no se defendió
mucho; ya también estaba jarta de comer hígado todos los días.
Esta es una leyenda griega que cuenta cómo el simio se hizo hombre al ser bípedo y aprendió a
manejar el fuego. No te imaginas lo importante que fue este descubrimiento, mucho más ahora que nos
acercamos a la Edad del Hielo. Abrígate que está helado.
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Hace millones de años sucedieron las glaciaciones, es decir, los glaciares entra-
ron a las llanuras y con ellos un frío tremendo. Afortunadamente para esa época,
el hombre ya sabía cómo manejar el fuego, se vestía con pieles de animales (no era
tan peludo como el Australopiteco o Robbie Williams) y sabía encontrarle utilidades
a las piedras. Pero ante semejante clima tan helado, prefirió retirarse a vivir a las
cavernas. ¡Es que no sabía cómo construir una casa!, entonces a pesar que tenía que
disputarse su muy rupestre apartamento de soltero con una buena manada de osos
salvajes y uno que otro tigre dientes de sable, sabía acomodarse dentro de la roca. Por
eso también esta época es llamada La Edad De Piedra.
Pero no creas que el hombre de las cavernas se la pasaba tragándose cuanto animal
veía, también hizo cosas bellísimas, como la pintura. Ya verás.
El pasado prefigura nuestros actos. Todas las manos de Rubens, Dalí, Bruegguel y Tiziano están
en una sola. La mano del hombre antiguo que trazó en las paredes de las cavernas, sobre rocas irre-
gulares y con sangre de animales o jugo de plantas, los bisontes de la Cueva de Altamira. ¿Los has
visto? Simplemente son fabulosos y más si piensas que quien los trazó apenas tenía forma humana
y tiene más de 15.000 años de distancia respecto a nuestros más antiguos museos.
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Como dato curioso, la Cueva de Altamira está en España, es considerada por la UNESCO patrimonio
de la humanidad y están tratando de protegerla porque el aire tiende a desaparecer las tintas naturales
con que esta obra fue ejecutada.
Me preguntarás, ¿pero qué clase de vocación estética tenían estos devoradores de elefantes? Honesta-
mente te respondo: ninguna. Muchos han llamado a las pinturas de la Cueva de Altamira como La Capilla
Sixtina rupestre y demás. Para esa época no existía un goce intelectual o artístico en reproducir un bison-
te sobre la piedra, como sí lo hay en los griegos o los florentinos del siglo XIV. Sencillamente era un ritual
de magia que consistía en dibujar el animal antes de cazarlo, como un modo de asegurar una buena faena
y tener muchos bisontes para la cena. Por supuesto, en nada le resta belleza y admiración a estas pinturas.
Como te había dicho antes, esto es Historia. Si no hubieran pintado esos bisontes, sería muy difícil
asegurar que cazaban los primeros hombres sobre la tierra. Nos acercamos paso a paso a la historia, toda-
vía estamos en la prehistoria. No te preocupes, que este cuento se va a poner buenísimo.