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UNIVERSIDAD NACIONAL DE ROSARIO

DEPARTAMENTO DE FORMACION DOCENTE

CATEDRA DE PEDAGOGIA

“Sobre el concepto de transmisión”

Ficha de cátedra

Emile Durkheim –sociólogo francés 1858-1917–


En: Educación y Sociología (1996) Ed. Coyoacán, México.

La sociedad se encuentra, pues, a cada nueva generación en presencia de una tabla casi rasa, en la cual
tendrá que construir con nuevo trabajo. Hace falta que, por las vías más rápidas, al ser egoísta y asocial
que acaba de nacer, agregue ella otro, capaz de llevar una vida moral y social. He ahí cuál es la obra de la
educación, y bien se deja ver toda su importancia. No se limita a desarrollar el organismo individual en el
sentido indicado por la naturaleza… Ella crea en el hombre un ser nuevo. Esa virtud creadora es, además,
un privilegio especial de la educación humana…
En el hombre, las aptitudes de toda clase que supone la vida social son demasiado complejas para poder
encarnarse, de cualquier modo, en nuestros tejidos y materializarse bajo la forma de predisposiciones
orgánicas. Resulta que no pueden transmitirse de una generación a otra por la vida de la herencia. Es
mediante la educación como la transmisión se hace (pp. 72-73).

Jacques Hassoun –psicoanalista egipcio contemporáneo–


En: Los contrabandistas de la memoria (1996) Ediciones la Flor, Buenos Aires.

¿Esto quiere decir que estamos condenados a reproducir? ¿Qué la transmisión recibida como herencia
supone el eterno retorno? Probablemente no… Esta tendencia a “fabricar” loros y clones no es intrínseca
a la transmisión. Lo que me resulta apasionante en la aventura de la transmisión es precisamente que
somos diferentes de quienes nos precedieron y que nuestros descendientes es probable que sigan un
camino sensiblemente diferente al nuestro… Y sin embargo… es allí, en esta serie de diferencias, en donde
inscribimos aquello que transmitiremos… (…) Una transmisión lograda ofrece a quien la recibe un espacio
de libertad y una base que le permite abandonar (el pasado) para (mejor) reencontrarlo (p. 17).
Nada más simple que preparar un boeuf bourguignon. Los ingredientes de este plato están a disposición
de cualquiera. Ahora bien, no existen dos platos iguales. Cada familia le da su estilo a esta cocina –banal o
incomparable-; un modo de cocción, un ingrediente agregado en determinado momento de la confección
del plato, hacen la diferencia. Y sin embargo siempre será llamado por nosotros boeuf bourguignon. Es un
secreto, que aunque se revele abiertamente, siempre dejará un margen de incertidumbre, esa pequeña
diferencia tan apreciada por los gourmet de esa familia… (p.123)

Pierre Legendre –Profesor de derecho francés contemporáneo–


En: El inestimable objeto de la transmisión (1996) Siglo XXI Editores, México.

La puesta en juego de una transmisión fue bien percibida por el derecho romano clásico a propósito de
la sucesión testamentaria: el ciudadano romano no debe morir sin testamento y lo esencial de ese acto
consiste en la institución del heredero; el testador proclama con solemnidad: “Tito, sé mi heredero” (Titius,
heres esto). Obsérvese por otra parte, la forma imperativa: sé mi heredero, porque lo es así, por una
exigencia legal yo te nombro mi heredero. Esto nos pone en presencia del hecho de que una transmisión no
se funda en un contenido, sino ante todo en el acto de la transmisión, es decir en definitiva en los montajes
de ficción que hacen posible que un acto así se admita y se repita a través de las generaciones (p.44).
Laurence Cornu –filosofa francesa contemporánea–
En: “Transmisión e institución del sujeto. Transmisión simbólica, seducción, finitud” en Graciela Frigerio
y Gabriela Diker –compiladoras– La transmisión en las sociedades, las instituciones y los sujetos. Un
concepto de la educación en acción (2004) Noveduc, Buenos Aires.

En la transmisión humana que nos preocupa creemos identificar tres términos estables: el objeto de
transmisión, el “transmisor”, que se piensa decisor y consciente, y aquel a quien se le transmite, ése al que
a veces se tiene por culpable cuando la transmisión parece no hacerse. Pero a este esquema cómodo le
faltan algunos aspectos del proceso, y en particular lo que se constituye entre sujetos y que por eso mismo
se transmite como “construcción del sujeto”. Se trata entonces de considerar ese “entre”, porque ese
entre-dos revela ser, más que una voluntad unilateral, inductor. (p.27).

Hoy muchos deploran las dificultades de la transmisión. Pero por otra parte nos focalizamos en los objetos
a transmitir: saberes, maneras, usos –los valores “se pierden”-. Pero al focalizarnos en esa forma no vemos
que la transmisión es una modalidad de relación con el objeto, y una modalidad de relación con el otro
sujeto, inseparablemente.
Modalidad de relación con el objeto: no es ni la matemática ni la historia lo que se transmite como
un “paquete” de saber. Es la pasión o el fastidio, y es, al mismo tiempo que el objeto, una manera de
arreglárselas, de tomarle(s) el gusto y de tomarle(s) el gusto con método (tampoco hay método vacío), lo
que hace transmisión: el objeto de transmisión será transmitido con, e incluso según, la manera en que se
haga. No se trata de una “valija”, pero, aun cuando así fuera, también contaría la manera en que tomamos
la manija y las fuerzas que debemos aplicar para alzarla, y la necesidad (o la prohibición manifiesta) de
examinar el contenido.
Modalidad de relación con el otro sujeto: transmitir una misiva es construir al otro como destinatario.
Transmitir un apellido es reconocer a un niño, reconocerle esa filiación que lo humaniza. Transmitir
un “saber”, transmitir conocimientos, es reconocer en otro sujeto la capacidad de saber ese saber, de
desearlo, de entenderlo, de desarrollarlo. “Construir” al sujeto es primero plantearlo/presentarlo como
tal, reconocerlo sin justamente pretender fabricarlo de pies a cabeza como si fuera un objeto. Es no solo
despertar su curiosidad, su espíritu: es instituirlo como sujeto del conocer… (pp. 28-29)

George Steiner –filosofo francés contemporáneo


En: Steiner, G. y Ladjali, C. Elogio de la transmisión. Maestro y alumno (2005) Ediciones Siruela, España.

¡Tus clases han de ser rayanas a la magia blanca! Van mucho más allá de la de tantos pretendidos maestros,
desde sus inaccesibles cátedras. El hecho de ser consciente de la importancia de este libro me obliga a
plantearme una cuestión: entre tus alumnos, Cécile, ¿habrá alguno, o alguna, que consiga liberarse del
resplandor de tu presencia, del hilo conductos de tan importantes textos, y que llegue a dar, con voz
propia, en un manantial de ineludible visión que no sea literario? ¡Qué gran honor para ti si tal cosa llegara
a hacerse realidad, no fuera más que en un solo caso! Pues, como dice Char, “no es la medianoche la que
decide” (p. 34).
Nadie es consciente de lo que es hasta que no se enfrenta con la alteridad. El profesor ha de sacar a su
alumno de su mundo, conducirle hasta donde no habría llegado nunca sin su ayuda, y traspasarle un poco
de su alma, porque quizás toda formación no sea más que una deformación. Habría que hacer un elogio de
la dificultad (p.37).

Steiner, G. Lecciones de los maestros (2007) Fondo de Cultura Económica, México.

¿Qué significa transmitir (tradendere)? ¿De quién a quién es legítima esta transmisión? Las relaciones
entre traditio, “lo que se ha entregado”, y lo que los griegos denominan paradidomena “lo que se está
entregando ahora”, no son nunca transparentes. Tal vez no sea accidental que la semántica de traición
y traducción no esté enteramente ausente de la de tradición. A su vez, estas vibraciones de sentido y de
intención actúan poderosamente en el concepto, siempre desafiante él mismo, de translación (p.12).

Jorge Larrosa –pedagogo español contemporáneo–

En: La experiencia de la lectura. Estudios sobre literatura y formación (2003) Fondo de Cultura
Económica, México.

La tercera precisión tiene que ver con la palabra transmisión, con esa palabra que el lenguaje pedagógico
convencionalmente progresista suele omitir en tanto que privilegia la adquisición sobre la transmisión, el
aprendizaje sobre la enseñanza, la actividad sobre la receptividad, la producción sobre la reproducción, la
competencia sobre la realización, la autonomía sobre la heteronomía, la investigación sobre el estudio. En
este contexto me pareció oportuno poner el acento en la transmisión, y no por ir a contracorriente, sino
porque voy a tratar específicamente de la transmisión, del transporte, en el tiempo. Y de la transmisión en
el sentido de dar y de recibir, de dar y de tomar, de dar la palabra y de recibir la palabra, de lo que acontece
en la transmisión del don de la lengua (p. 654)

Regis Debray – filósofo francés contemporáneo-


En: Transmitir (1997) Manantial, Buenos Aires.

Hablamos de “transmitir”, no de “comunicar” (…) Transmisión será para nosotros un término regulador y
ordenador en razón de un triple alcance, material, diacrónico y político.
Material. “Comunicar”, en el sentido corriente, es hacer conocer, hacer saber. Por ese sesgo espontáneo,
la palabra nos liga a lo inmaterial, los códigos, el lenguaje. “Transmitir”, en cambio, se aplica tanto a los
bienes como a las ideas (se transmite un objeto, efectos de comercio, un capital inmobiliario lo mismo que
el poder pontifical o la consigna) Tanto fuerzas como formas…
Diacrónico. Si la comunicación es esencialmente un transporte en el espacio, la transmisión esencialmente
es un transporte en el tiempo (…) establece un vínculo entre los muertos y los vivos, la mayoría de las
veces en ausencia física de sus “emisores” (…) la comunicación se destaca al acortar, la transmisión al
prolongar (…) Transmitimos para que lo que vivimos, creemos y pensamos no muera con nosotros (mas que
conmigo).
Político. Los hombres comunican; es más raro que transmitan. Al horizonte individualista de la
comunicación, donde la matriz uno-uno (el binomio emisor-receptor) marcó durante mucho tiempo el
estudio de las difusiones industriales uno-todos (…) se opone en nuestra opinión la naturaleza militante y
sufriente de toda transmisión (…) La transmisión es carga, misión, obligación: cultura.
La transmisión corresponde a la esfera política, como todas las funciones que sirven para trasmutar un
montón indiferenciado en un todo organizado (…) Custodio de la integridad de un nosotros, asegura la
supervivencia del grupo por el reparto entre los individuos de lo que les es común (pag. 15 y sgtes)

Meirieu, P. –filósofo francés contemporáneo-


En: Frankestein educador (1998) Laertes, Barcelona.

¿No habrá quizás que preguntarse por la posibilidad misma de la “transmisión”? Los pedagogos, desde
hace muchísimo tiempo, han denunciado una y otra vez la idea de que baste con enseñar para que los
alumnos aprendan. Uno de ellos, Roger Cousinet, ha llegado a afirmar, en una fórmula radical, que “si el
maestro quiere que el alumno aprenda, debe abstenerse de enseñar” (…) la fuente del progreso intelectual
del espectador no es la calidad intrínseca del espectáculo, sino el modo en que lo acoge, lo que provoca en
él, las conexiones que establece con lo que ya sabe, el modo en que eso le induce a reconsiderar sus ideas
(…)
La tercera exigencia de la revolución copernicana en pedagogía consiste en aceptar que la transmisión
de saberes y conocimientos no se realiza nunca de modo mecánico y no puede concebirse en forma
de una duplicación de idénticos como la que va implícita en muchas formas de enseñanza. Supone una
reconstrucción, por parte del sujeto, de saberes y conocimientos que ha de inscribir en su proyecto y de los
que ha de percibir en que contribuyen a su desarrollo (pag. 75 a 77)
Graciela Frigerio –pedagoga argentina contemporánea-
En: “Los avatares de la transmisión”. En: Graciela Frigerio y Gabriela Diker –compiladoras– La transmisión
en las sociedades, las instituciones y los sujetos. Un concepto de la educación en acción (2004) Noveduc,
Buenos Aires.

Pensar la transmisión sin resquicios, sin intersticios, sin huecos, imaginarla como una memoria completa
que se ofrece, sería confundir el trabajo de la transmisión con la omnipotencia. Esto no implica negar que
en toda transmisión puede ofrecerse aun aquello que no se tiene (…) Propondremos pensar que es en
este ofrecimiento de lo que no se posee, en este sostener lo que no se es, donde la transmisión se lleva a
cabo. Diremos también que es la confusión entre transmisión y transferencia que los equívocos se vuelven
fértiles (…)
La oportunidad de pensar el concepto debe resistir la tentación de un elogio nostálgico o de una re-
colocación desmemoriada; debe en consecuencia desentenderse de todo oportunismo y de toda amnesia
y fundamentalmente desagregar transmisión de toda (de cualquier) idea de contenido. En efecto, si entre
dos algo se transmite, esto no se dejará atrapar en una noción de contenido. Afirmaremos que si entre dos
algo se transmite, es aquello que resulta de una pedagogía que no reniega de la transferencia. Esto podría
llamarse pedagogía de la transferencia solo si, previamente, se renuncia a hacer de la transferencia una
pedagogía. Sostendremos que sin transferencia no hay transmisión y que, con ella, la transmisión alude a
algo que desborda el contenido volviéndolo casi una excusa (pag 13 y sgtes)

Frelat Kahn, Brigitte –filosofa francesa contemporanea-


En: “Las figuras de la transmisión”. En: Graciela Frigerio y Gabriela Diker –compiladoras– La transmisión
en las sociedades, las instituciones y los sujetos. Un concepto de la educación en acción (2004) Noveduc,
Buenos Aires.

Imposible mostrar rechazo mas fuerte al orden de la transmisión. Hasta cierto punto El discurso del método
está escrito en contra de los defensores de la autoridad y la tradición. Se dirige a quienes saben conducir
su razón, pero, en parte, tratando de protegerlos de los portadores de la transmisión (entendamos,
enseñanza, institución y tradición) que inundan la imaginación con “infinidad de falsos pensamientos”
antes de que la razón esté en condiciones de manejarse sola y rectamente. Descartes escribe contra los
portadores de la tradición y para el uso moderno de la única y recta razón. Tal es entonces el pensamiento
de la modernidad, edificada sobre el rechazo de la tradición y que reemplaza transmisión por formación (…)

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