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2 Santiago de Guatemala en Almolonga

Santiago de Guatemala
Inicio de la presencia española en América... 3

en Almolonga

Horacio Cabezas Carcache


4 Santiago de Guatemala en Almolonga
Inicio de la presencia española en América... 5

Horacio Cabezas Carcache

Santiago de Guatemala
en Almolonga
Fundación, desarrollo, destrucción y traslado

2012
6 Santiago de Guatemala en Almolonga

© MMXII Horacio Cabezas Carcache


Diagramación: Alma Viviana Paz de Ramírez

Guatemala, Guatemala, C.A.


Inicio de la presencia española en América... 7

Tabla de Contenido

Introducción 1

1 Inicio de la presencia española en América Central 3


Luchas por el control de la región 6
Viruela: mensajero anticipado de un futuro sombrío 7

2 Villa de Santiago en Almolonga 9


Primeras autoridades edilicias 10
Asentamiento y trazado urbano en Almolonga
Santiago de Guatemala en Almolonga: una Plaza de Armas 15

3 Pedro de Alvarado consolida poder político 17


Repartimiento de tierras e indios, anarquía y
Primer Juicio de Residencia 18
Poder eclesiástico 20
Segundo Juicio de Residencia 25

4 Devenir citadino 27
Poder civil 28
Milpas de indios 29
Diversificación étnica 30
Educación 32
Manifestaciones artísticas 33
Festividades 34
Gobiernos de Francisco de la Cueva y Beatriz de la Cueva 36
8 Santiago de Guatemala en Almolonga

5 Destrucción de la ciudad de Santiago en Almolonga


y su traslado al Valle de Panchoy 37
Inundación 38
Traslado e intereses económicos en juego 41

Bibliografía 45

Índice analítico 49
Inicio de la presencia española en América... 1

Introducción
Cristóbal Colón, durante su cuarto viaje convirtió el área centroamericana
en el principal centro de interés de los conquistadores españoles, pues las
noticias les hizo creer que en las nuevas tierras descubiertas encontrarían
oro en tan grandes cantidades, que les permitiría retornar a España a com-
prar algún título de hidalguía y llevar una vida holgada por el resto de sus
vidas.
El control de la región centroamericana en la que suponían había un
estrecho que facilitaría el tránsito hacia las Islas de las Especies, aunado
al ansia de riquezas, motivaron también a Hernán Cortés a enviar, desde
México, dos expediciones militares con la orden de enfrentar a las fuerzas
de Pedrarias Dávila y desalojarlas, a como diera lugar, de los territorios
que, desde Panamá, habían empezado a conquistar, es decir, lo que en
la actualidad son las repúblicas de Guatemala, Honduras, El Salvador y
Nicaragua. Pedro de Alvarado, jefe de una de dichas expediciones, pronto
se dio cuenta que ninguno de los dos objetivos podía alcanzar, y optó por
convertir la región a la que había sido enviado en un centro de operacio-
nes militares, para preparar la conquista de lugares más ricos, pero que se
encontraban muy distantes, como Perú, en América del Sur, y las Islas de
las Especies, en Oceanía.
La ciudad de Santiago de Guatemala nacería, pues, como una plaza de
armas, es decir, sede de un destacamento militar. Fue asentada por Jorge
de Alvarado en Almolonga, cerca de lo que en la actualidad es San Miguel
Escobar (Sacatepéquez), con el objetivo principal de que el ejército conta-
ra con un centro fijo donde curar a los heridos, restablecer anímicamente
a la tropa, mantener encarcelados a los prisioneros indígenas, recolectar
alimentos y, especialmente, organizar nuevas incursiones militares. Las ins-
tituciones políticas, sociales y religiosas que ahí se desarrollarían contribu-
yeron a tal propósito.
El devenir político de Santiago Guatemala estuvo marcado por nume-
rosas rivalidades entre los conquistadores, resentidos por el enorme poder
y riquezas acumulados por Pedro de Alvarado y sus hermanos. En dos
ocasiones, la Audiencia de México, presionada por las numerosas quejas,
envió Jueces de Residencia. Estos, empero, llegaron a complicar más los
problemas existentes, ya que Alvarado, a pesar de que fue condenado a
fuertes multas, retornó a España, sobornó a altos funcionarios de la Corte
y logró de ese modo desvirtuar las quejas de haber herrado en Guatemala,
2 Santiago de Guatemala en Almolonga

Acajutla (El Salvador) y El Realejo (Nicaragua) a indígenas que no ha-


bían sido hechos prisioneros en acciones de guerra; de no haber pagado el
quinto real;1 de haberse reservado los mejores repartimientos de indios; y
de haber sustituido despóticamente a las autoridades edilicias de Santiago
de Guatemala.
El fracaso tenido por Alvarado en su expedición al Perú, su muerte
ocurrida cuando se dirigía a las Islas de la Especies y la inundación que des-
truyó la ciudad de Santiago de Guatemala, en Almolonga, contribuyeron
a que la ciudad fuera reasentada en un nuevo sitio. Además, sus vecinos
finalmente aceptaron que no había la posibilidad de un enriquecimiento
rápido en tierras lejanas, pues éstas ya habían sido acaparadas por otros
conquistadores. Por ello, decidieron conseguir su bienestar asentándose en
forma permanente en el Valle de Panchoy, dedicados a la explotación de
indígenas y tierras.

1 Quinto real: Impuesto que se pagaba durante la época colonial a la Real Hacienda.
Equivalía a la quinta parte (20%) del oro, plata y piedras preciosas recolectados en las
posesiones coloniales.
Inicio de la presencia española en América... 3

1
Inicio de la presencia española
en América Central

1 Dibujo rememorativo del encuentro de Cristóbal Colón con mayas, en julio de 1502, al sur
de las Islas de la Bahía (Honduras).
Después de sus tres primeros viajes, Cristóbal Colón, molesto por no ha-
ber encontrado todavía una ruta hacia las Indias, es decir, al Lejano Orien-
te; y obsesionado por la idea de que la tierra era redonda y que, viajando
con rumbo opuesto a la Península Ibérica, podía encontrar en el mar ignoto
un estrecho que lo llevara hacia esos lugares, organizó una nueva expedi-
ción para explorar el Mar Caribe, pero en esta ocasión navegando hacia
el sur de las islas Juana y La Española, es decir, Cuba y Santo Domingo,
respectivamente. En septiembre de 1502, mientras llevaba adelante su pro-
yecto, tuvo la primera sorpresa, al llegar a un grupo de islas (conocidas en
la actualidad como Islas de la Bahía de Honduras), donde se encontró con
mercaderes indígenas, que se desplazaban dentro de una larga embarca-
ción, mostraban un desarrollo socioeconómico y cultural mayor que el de
los taínos y caribes antillanos, su alimentación era mucho más variada, sus
4 Santiago de Guatemala en Almolonga

vestidos estaban confeccionados con telas de vivos colores y lucían ador-


nos de oro; además, dentro de la nave, llevaban cerámica, telas, petates y
herramientas de obsidiana (ilustración 1).
Como resultado del encuentro, Colón hizo prisionero a un anciano
indígena, con el fin de obligarlo a que le dijera dónde quedaba la región
en que obtenían oro y, asimismo, para que sirviera como guía. Con base
en lo que pudieron entender, Colón creyó que tal lugar quedaba hacia el
este, lo que le impidió descubrir a los pueblos mayas de Yucatán que esta-
ban relativamente cerca, pero en dirección contraria. Por tal razón, ordenó
bordear y explorar el litoral en dirección a donde el sol nace, convencido
que en esa tierra firme encontraría un paso o estrecho que lo conduciría
al Imperio del Gran Khan y, de ese modo, restablecería el otrora pujante
comercio medieval de especias, sedas, pólvora, alfombras, etc., que Ve-
necia, Nápoles y Génova, en Italia; así como Barcelona (España), Lisboa
(Portugal) y otras ciudades europeas conseguían en el Lejano Oriente, a
través de las rutas comerciales que llegaban a Constantinopla (Turquía)
y Alejandría (Egipto), y que la expansión turca y árabe había bloqueado,
respectivamente.
El domingo 14 de agosto de 1502, Colón y su tripulación desembarca-
ron en la desembocadura del Río Tinto (Honduras) y asistieron a la prime-
ra misa celebrada en América Central por el fraile mercedario Alejandro.
Al continuar la travesía, fueron sorprendidos por una violenta tempestad
(probablemente uno de los huracanes o tormentas tropicales que se ma-
nifiestan habitualmente durante esa época del año en el Mar Caribe) que
hizo zozobrar a las embarcaciones, como lo describió Colón en 1503, en
carta que envió a la Corona española:

Esto fue el 12 de septiembre [...] Ochenta y ocho días había que no me


había dejado espantable tormenta, a tanto que no vide el sol ni estrellas por
mar; que a los navíos tenía yo abiertos, a las velas rotas, y perdidas anclas y
jarcia, cables, con las barcas y muchos bastimentos; la gente muy enferma,
y todos contritos, y muchos con promesa de religión, y no ninguno sin otros
votos y romerías. Muchas veces habían llegado a se confesar los unos a los
otros.1

1 Cristóbal Colón, Carta relación del cuarto viaje.


Inicio de la presencia española en América... 5

2 Ruta aproximada seguida por Cristóbal Colón, durante el cuarto viaje.

Al doblar un cabo, la tempestad amainó, lo que le motivó a bautizar-


lo con el nombre de Gracias a Dios (ilustración 2).2 Después de navegar
varias leguas, desembarcó en un lugar que los naturales llamaban Cariay
y en el que Colón consiguió información sobre parajes en los que había
minas de oro. Esto resultó cierto pues, al continuar el recorrido, rescató
oro en varias poblaciones. Sin embargo, en su Diario y Cartas de navega-
ción, sólo apuntó vagas referencias sobre tal hecho. En una de sus cartas

2 Gracias a Dios: Se encuentra en la desembocadura del Río Coco o Segovia, entre Ni-
caragua y Honduras.
6 Santiago de Guatemala en Almolonga

indicó, además, que no había anotado las coordenadas de dichos lugares


para impedir que alguien de su tripulación se le anticipara y le privara del
derecho a explotar dichos territorios en forma exclusiva, derecho que le
correspondía como descubridor. Probablemente, uno de esos lugares se
encontraba en la Sierra de Amerrisque (Chontales, Nicaragua), en la que
todavía hay yacimientos de oro y restos de ciudadelas prehispánicas, que
muestran evidencias de haber estado habitadas por gente chibcha o por
poblaciones influenciadas por dicha cultura.
El descubrimiento hecho por Colón, aunado a su caída en desgracia
ante la Corte española, debido a la muerte de su protectora, la Reina Isabel,
motivó a miembros de su tripulación y a muchos aventureros a emprender
expediciones al litoral del Mar Caribe de América Central, con el propósito
de encontrar las aludidas minas de oro. Por ello, cuando desembarcaban
indagaban entre los naturales dónde quedaba Amerrisque, sitio en el cual,
según los informantes indígenas de Colón, había abundantes yacimientos
del metal aurífero.
De ese modo se inició la exploración y conquista de la región, y provo-
có que, en un corto tiempo, al norte y sur de las Islas de la Bahía, así como
Panamá y México, se convirtieran en centros de irradiación, desde donde
aventureros españoles organizaban entradas,3 cabalgatas y correrías por el
área, para hacer esclavos, rescatar oro y buscar el Estrecho Dudoso por el que
creían que podrían llegar al Lejano Oriente.

Luchas por el control de la región

En 1523, después que las huestes españolas conquistaran Tenochtitlan,


principal centro de poder de los aztecas o mexicas, desde Cuba llegaron
noticias referentes a que fuerzas de Pedrarias Dávila habían salido de Pana-
má, conquistado diferentes señoríos indígenas de Costa Rica y Nicaragua,
y empezado a explorar la región de Honduras. Ante tal situación, Hernán
Cortés tomó la decisión de frenar a como diera lugar tal avance. Para ello
envió dos expediciones a las regiones de Honduras y Guatemala, con el
encargo expreso de que buscasen oro y plata, y que procurasen de saber si había

3 Entrada: Incursión militar hecha por los españoles en regiones no conquistadas, con el
objeto de capturar indígenas, desarraigarlos y establecerlos en poblados, en los cuales
se les sometía a un proceso de cristianización, de control tributario y de explotación
personal, en calidad de mano de obra.
Inicio de la presencia española en América... 7

estrecho o qué puertos había por la banda del sur, por donde se pudiera pasar
hacia las Islas de la Especies. Nombró como jefes a Cristóbal de Olid y a
Pedro de Alvarado, respectivamente.

Viruela: mensajero anticipado de un futuro sombrío

Cinco años antes que las huestes comandadas por Olid y Alvarado cum-
plieran con el mandato de Cortés, la presencia española ya se había mani-
festado entre la población de los distintos señoríos del Altiplano y Costa
Sur de Guatemala. En efecto, algunos de los miembros de la tripulación de
Cortés llegaron a las costas de México enfermos de viruela, y dicho virus
encontró en todo el territorio mesoamericano un campo virgen donde ex-
pandirse y desarrollarse.
Moctezuma, emperador de los aztecas, envió una embajada a los seño-
res quichés, cakchiqueles y tzutujiles, para comunicarles que a su tierra ha-
bían llegado unos hombres blancos que [...] le habían hecho guerra muy grande
y lo tenían prisionero, y para instarles a preparar una resistencia común. Sin
embargo, esa misma embajada fue portadora también de dicha enferme-
dad. El Memorial de Sololá refiere con vívidos detalles que, entre 1519 y
1521, la peste los asoló y diezmó:

He aquí que durante el quinto año apareció la peste ¡oh hijos míos!
Primero se enfermaban de tos, padecían de sangre de narices y de mal
de orina. Fue verdaderamente terrible el número de muertes que hubo
en esa época [...] Era terrible en verdad el número de muertes entre la
gente. De ninguna manera podía la gente contener la enfermedad [...]
Grande era la corrupción de los muertos. Después de haber sucumbido
nuestros padres y abuelos, la mitad de la gente huyó hacia los campos. Los
perros y los buitres devoraban los cadáveres. La mortandad era terrible.
Murieron vuestros abuelos y junto con ellos murieron el hijo del rey y sus
hermanos y parientes. Así fue como nosotros quedamos huérfanos ¡oh hijos
míos! Así quedamos cuando éramos jóvenes. Todos quedamos así. ¡Para
morir nacimos!4

4 Memorial, 2002: 95-96.


8 Santiago de Guatemala en Almolonga

Antes que Alvarado con sus tropas españolas y auxiliares mexicas, tlax-
caltecas y cholulas salieran a cumplir con la misión de impedir el avance de
las fuerzas de Pedrarias Dávila, Cortés envió una embajada a los señores
de Utatlán y Guatemala (capitales de los quichés y cakchiqueles, respecti-
vamente), para requerirles que se sometieran y convirtieran en vasallos del
rey de España. Solamente los cakchiqueles respondieron de modo favora-
ble, pues enviaron de retorno una delegación de alrededor de cien personas
de los naturales de aquellas ciudades [...] ofreciéndose por vasallos y súbditos.5
El 6 de diciembre de 1523, Alvarado salió de México, al mando de un
ejército integrado por 120 gentes de a caballo, 300 de a pie, entre escope-
teros y ballesteros, cuatro piezas de artillería, 200 tlaxcaltecas, 100 mexicas
y muchos perros mastines. Los capitanes que comandaban los diferentes
pelotones eran Jorge de Alvarado, Gonzalo de Alvarado, Sancho de Ba-
rahona y Pedro de Portocarrero (el único que era hidalgo).

5 Hernán Cortés, Cuarta Carta de relación, 15 de octubre de 1524.


Villa de Santiago en Almolonga... 9

2
Villa de Santiago en Almolonga

3 Incendio de Utatlán o Gumarcaaj (Quiché) ordenado por Pedro de Alvarado. Acuarela de Víctor Manuel
Aragón.

Según el Memorial de Sololá, los españoles, encabezados por un personaje


al que los indígenas llamaban Tunatiuh, es decir, por Pedro de Alvarado,
llegaron a Iximché el 1 hunahpú del año 29 después de la revolución, fecha
que corresponde al 14 de abril de 1524. Fueron recibidos por Belehé Qat
y Cahí Imox, Ahpopxahil y Ahpopzotzil respectivamente, cargos principa-
les del señorío cakchiquel. Los primeros cronistas españoles los llamaron
Sacachul y Zinacán.1 Los cakchiqueles consideraban a los conquistado-

1 Memorial, 2002: 101-102.


10 Santiago de Guatemala en Almolonga

res españoles seres extraordinarios,


pues habían derrotado a las tropas
élites del ejército quiché en los va-
lles de Quetzaltenango; incendiar
Utatlán o Gumarcaah, capital de
los quichés; quemar a sus señores
y esclavizar a un buen número de
quichés (ilustración 3).
Desde Iximché, con la ayuda de
un buen número de soldados alia-
dos mexicas, tlaxcaltecas, cholulas y
cakchiqueles, las huestes españolas
emprendieron la conquista de Tzi-
quinahá (principal ciudad del Lago
de Atitlán), capital de los tzutujiles,
y Panatacat (Escuintepeque), uno
de las principales ciudades de los
pipiles en la Costa Sur, así como
una cruenta campaña contra los
pueblos sujetos al señorío pipil de
4 Plano de Iximché (Patinamit o Tecpán
Cuscatlán. Al no poderlos derrotar,
Guatemala de Domingo Juarros), que apa-
rece en la Recordación Florida de Fran- el ejército español retornó a Ixim-
cisco Antonio de Fuentes y Guzmán. ché, el 10 hunahpú (21 de julio de
1524).

Primeras autoridades edilicias

El 27 de julio de 1524, Alvarado, en calidad de Teniente de Gobernador de


Hernán Cortés, fundó la Villa de Santiago de Guatemala (ilustración 4) y
nombró sus primeras autoridades municipales: Alcaldes Ordinarios Prime-
ro y Segundo a Diego de Rojas y Baltazar de Mendoza, respectivamente;
Regidores a Pedro de Portocarrero, Hernán Carrillo, Juan Pérez Dardón y
Domingo Zubiarreta; Alguacil Mayor a su hermano Gonzalo de Alvarado;
y Escribano a Alonso Reguera.
Sin embargo, las autoridades edilicias de Santiago de Guatemala nece-
sitarían más de tres años para asentar y trazar la ciudad, ya que el 7 Ahmak
(26 de agosto de 1524), apenas pasado un mes de haber sida fundada la
villa, los señores cakchiqueles y su ejército abandonaron Iximché y se in-
Villa de Santiago en Almolonga... 11

ternaron en las montañas para iniciar una prolongada lucha de resistencia


armada, pues estaban decididos a no entregar a las huestes castellanas el
oro y doncellas que exigían, tal como el Memorial de Sololá lo describe:

Luego Tunatiuh les pidió dinero a los reyes. Quería que le dieran montones
de metal, sus vasijas y coronas. Y como no se las trajesen inmediatamente,
Tunatiuh se enojó con los reyes y les dijo: “Por qué no me habéis traído el
metal? Si no traéis con vosotros todo el dinero de las tribus, os quemaré y
os ahorcaré”, les dijo a los Señores. En seguida los sentenció Tunatiuh a
pagar mil doscientos pesos de oro. Los reyes trataron de obtener una rebaja
y se echaron a llorar, pero Tunatiuh no consintió y les dijo: “Conseguid
el metal y traedlo dentro de cinco días. ¡Ay de vosotros si no lo traéis! ¡Yo
conozco mi corazón!”2

El 5 de septiembre de 1524 (4 Camey), Tunatiuh empezó a combatir


a quienes, apenas unos meses antes, le habían ayudado a someter a qui-
chés, tzutuhiles y pipiles; así como a esclavizar a sus pobladores. El ejército
cakchiquel respondió con emboscadas, trampas en los caminos y ataques
sorpresivos. Según el Memorial de Sololá

abrieron pozos y hoyos para los caballos y sembraron estacas agudas para
que se mataran [...] Muchos castellanos perecieron y los caballos murie-
ron en las trampas. Murieron también los quichés y los zutujiles.

Mientras tanto, Alvarado tuvo que viajar a Honduras para encontrarse


con Hernán Cortés, quien lo había mandado llamar.3 Dejó en su lugar a su
hermano Gonzalo quien, debido a las múltiples atrocidades que cometió
a los indígenas, provocó que la rebelión cakchiquel se expandiera desde
Iximché hacia los Sacatepéquez, donde la parcialidad cakchiquel de los
chajomás tenía sus principales asentamientos. La intensificación y acrecen-
tamiento de los combates obligó en 1526 a los castellanos y a los indígenas
mexicas y tlaxcaltecas que acompañaban a estos últimos, a salir temporal-
mente de Iximché y buscar refugio en Xepau, sitio que ha sido identificado
como Olintepeque (Quetzaltenango).

2 Memorial, 2002: 102-103.


3 Cortés y un fuerte contingente militar habían atravesado las selvas peteneras con rum-
bo a las Hibueras o Honduras para castigar a Cristóbal de Olid que se había rebelado.
12 Santiago de Guatemala en Almolonga

Bernal Díaz del Castillo4 relata en su crónica que cuando Alvarado


retornaba de Honduras

antes de entrar en la ciudad estaba una barranca muy honda y aguar-


dándonos los escuadrones de guatimaltecas para no dejarnos pasar, y
les hicimos ir con la mala ventura, y pasamos a dormir a la ciudad;
y estaban los aposentos y casas tan buenas y de tan ricos edificios, en
fin como de caciques que mandaban todas las provincias comarcanas.
Desde allí nos salimos a lo llano e hicimos ranchos y chozas y estuvimos
en ellos diez días.

Por su parte, el Memorial de Sololá refiere que, el 9 de septiembre de


1526, Alvarado pasó por Iximché y la quemó,5 lo cual el mismo Alvara-
do confirmó en 1529, durante el Primer Juicio de Residencia en que fue
acusado de haber querido despoblar la ciudad y haber quitado los cargos a
los alcaldes y regidores porque se oponían a ello. En su descargo, Alvarado
señaló durante el juicio que fue a Honduras porque se lo pidió Hernán
Cortés y que los indígenas que se habían fugado merecían la muerte, espe-
cialmente que para salirse de la dicha ciudad donde estaban, porque los guardias
no los viesen salir pusieron fuego a la dicha ciudad.6
En agosto de 1526, antes de salir hacia España, Tonatiuh envió una
embajada a México para pedirle a su hermano Jorge que se hiciera cargo
de la provincia. Éste arribó a Olintepeque en marzo de 1527, acompaña-
do por alrededor de 6,000 indígenas armados, cuya mayoría pertenecía al
Señorío de Quauhquechollan. De inmediato, tomó posesión del cargo de
Teniente de Justicia Mayor y Capitán General de Guatemala ante los con-
quistadores Pedro de Portocarrero, Hernán Carrillo, Hernando de Alvara-
do, Jorge de Acuña, Francisco de Arévalo y Diego de Monroy.
Durante el Segundo Juicio de Residencia a Pedro de Alvarado, varios
conquistadores declararon que Jorge fue el que venció y sometió a los
cakchiqueles, teniendo Chixot (San Juan Comalapa) y especialmente Bocó
(Chimaltenango) como base de operaciones.

4 Bernal Díaz del Castillo, 1975: 722 (cap. CXCIII).


5 Memorial, 2002: 105.
6 José Fernández Ramírez, 1847.
Villa de Santiago en Almolonga... 13

Asentamiento y trazado urbano en Almolonga

En marzo de 1527, las fuerzas españolas acantonadas en Comalapa (Chi-


maltenango) iniciaron una campaña de terror y de tierra arrasada contra
los pueblos tributarios de Iximché, durante la cual se destacó el apoyo mi-
litar que quichés y tzutujiles les brindaron, ya que éstos deseaban vengar
viejos agravios contra los cakchiqueles.
La campaña militar fue continuada a finales de noviembre del mismo
año, desde Bulbuxyá o Almolonga. Como el objetivo era cortar el sumi-
nistro de gente y víveres al ejército cakchiquel, los españoles incendiaron
las moradas y milpas de los nativos, y herraron a quienes hacían prisione-
ros, igual a como se hace con el ganado vacuno, caballar y mular. Cuando
la insurrección cakchiquel llevaba ya casi tres años, ésta empezó a perder
fuerza, porque la población civil les empezó a retirar la alimentación que le
había venido proporcionando y llevando, pues de otra manera los castella-
nos continuarían quemando sus
milpas y ranchos.
Los españoles aprovecha-
ron tal situación para asentar la
ciudad en forma permanente.
El real o centro de mando del
ejército español y sus aliados
indígenas se encontraba en-
tonces en Chimaltenango, pero
había malestar entre algunos
capitanes, como fue el caso de
Sancho de Barahona, Procura-
dor del Cabildo, quien el 4 de
septiembre de 1527, se opuso a
pagar el diezmo, porque no ha-
bía población asentada, ni tem-
plo, ni predicadores. Posible-
mente, Juan Godínez, el primer
sacerdote arribó a Guatemala
después de esa fecha. El 28 de
5 Croquis de la casa del Cabildo de Guate-
octubre del mismo año, las au- mala, en Almolonga (Bulbuxyá). Archivo
toridades edilicias ordenaron en General de Centro América. Foto de Ro-
cabildo abierto lando Rosito.
14 Santiago de Guatemala en Almolonga

que era bien e convenía al servicio de su Majestad, y a la paz y sosiego y


población de estas partes que se asiente la ciudad de Santiago y se trace el
pueblo, y se den vecindades y solares y caballerías a los que de ella quieran
ser vecinos y que para esto se busque en esta provincia el sitio más conve-
niente para dicho asiento.7

Algunos se inclinaron porque el asentamiento fuera en Chimaltenan-


go, mientras que otros se inclinaron por el Tianguecillo (mercado que se
realizaba donde actualmente se encuentra San Lucas Sacatepéquez). El 21
de noviembre de 1527 fue celebrado un cabildo abierto, presidido por
Jorge de Alvarado, en el cual los vecinos decidieron iniciar de inmediato la
construcción de la ciudad. El día siguiente, fiesta en que la iglesia católica
conmemora a Santa Cecilia, Jorge de Alvarado, en su calidad de Teniente
de Gobernador, acompañado de los integrantes del Concejo, oficializó el
acuerdo del cabildo abierto y ordenó asentar la ciudad en el Valle de Bul-
buxyá o Almolonga (palabras que significan donde brota el agua, en cakchi-
quel y náhuatl, respectivamente), el cual era un lugar situado en una ladera
del Volcán Hunahpú o Agua, cerca del actual pueblo de San Miguel Esco-
bar.8 El Primer Libro de Actas del Cabildo de Santiago recoge lo ordenado:

Asentá escribano que yo, por virtud de los poderes que tengo de los gober-
nadores de Su Majestad, con acuerdo y parecer de los alcaldes y regidores
que están presentes, asiento y pueblo aquí en este sitio la ciudad de San-
tiago.9

Jorge de Alvarado ordenó asimismo que se realizara la traza de la ciu-


dad y que las calles estuvieran orientadas de norte a sur, y de este a oeste; y
que los cuatro solares centrales sirvieran de Plaza de Armas. Acto seguido,
las autoridades edilicias señalaron los solares en que debía construirse la
Plaza de Armas, la Iglesia y la Casa de Cabildo (ilustración 5), así como una
fortaleza, una cárcel y un hospital. Luego, iniciaron la entrega de solares y
tierras para huertos a los primeros avecindados, para lo cual tomaron en
cuenta el rango social de cada uno. Si eran gente de a caballo, se les adjudi-
caba una caballería; pero si eran de a pie, sólo recibían una peonía. Los so-

7 Libro Viejo, 1934: 28.


8 János de Szécsy, 1953; y Miguel S. Valencia, 1993.
9 Libro Viejo, 1934: 29.
Villa de Santiago en Almolonga... 15

lares del primer sec-


tor quedaron ubica-
dos en las cercanías
de la plaza y tenían
dimensiones más
grandes que los de la
infantería. Alrede-
dor de 150 españo-
les se avecindaron.
En forma semejante
al avecindamiento
de españoles, tropas
quauhquecholtecas
fundaron también
a las orillas de Al-
molonga su barrio.
Sus escribanos posi-
blemente escalaron
el Volcán de Agua
para ubicar con
precisión los sitios
conquistados y po-
der confeccionar el
Lienzo de Quauh-
quechollan.10 6 Planta del Puerto de Iztapa y Santiago de Guatemala
(1598). Archivo General de Indias.

Santiago de Guatemala en Almolonga: una Plaza de Armas

La ciudad de Santiago de Guatemala permaneció en Almolonga alrededor


de 14 años, durante los cuales, los eventos más importantes estuvieron
relacionados con la preparación de expediciones militares contra aquellos
señoríos indígenas que no habían sido conquistados, pero, sobre todo, de
aquellas que Pedro de Alvarado organizó al Perú y a las Islas de la Espe-
cies. A juicio del Obispo Francisco Marroquín, en dicho sitio la vida de los

10 Véanse Sherman, 1970: 126; y Asselbergs, 2004: 108; 170-172.


16 Santiago de Guatemala en Almolonga

vecinos giró especialmente en torno a la preparación y abastecimiento de


armadas:

siempre esta ciudad ha servido, y los que en ella han residido y residen,
más que otro pueblo ninguno que haya en estas partes, así en la guerra,
conquista y pacificación de esta provincia, como de otras comarcanas a ella,
como en las armadas del Adelantado Alvarado, que en servicio de vuestra
majestad hacía; y asimismo en la pacificación del Perú, con todas las
personas que a aquellas partes han pasado, que han sido muchas; siempre
esta ciudad ha sido venta y mesón y hospital para todos.11

En realidad, Alvarado nunca estuvo realmente interesado en residir en


su Gobernación de Guatemala, ni en promover su desarrollo. Al contrario,
se sirvió de ella sólo para organizar expediciones que le permitieran enri-
quecerse en el menor tiempo posible. Por ejemplo, en 1533, su obsesión
fue preparar la expedición al Perú. La capitulación no le autorizaba a llevar
esclavos indígenas; sin embargo, a pesar de ello, esclavizó y sacó de Gua-
temala en 1534 una cantidad aproximada de 6,000 indígenas cakchiqueles
que, junto con los caballos y armamentos, vendió en Quito (Ecuador) a
Diego de Almagro por 100,000 pesos oro.12 Posteriormente, en 1539, a
su retornó de España recrudeció la esclavitud y la explotación brutal de
los indígenas, y los obligó a acarrear hierros y aparejos, desde el Golfo
de Honduras al Puerto de Iztapa (ilustración 6). Con ello construyó una
flota, con el fin de trasladarse al Archipiélago de las Molucas, región a la
que nunca llegó, pues falleció el 4 de julio de 1541, en la Villa de la Puri-
ficación (Guadalajara, México).

11 Segundo Juicio de Residencia a Pedro de Alvarado, AGI 295.


12 AGI, ¿???Segundo Juicio de Residencia. Ortuño, ¿??
Pedro de Alvarado consolida poder político... 17

3
Pedro de Alvarado consolida poder político

7 Jorge de Alvarado contempla aperreamiento de indígenas. Lienzo de Quauhquechollan.

Poco tiempo después de haber sido hecho el trazo de la ciudad de San-


tiago de Guatemala, en Almolonga, sus vecinos y autoridades edilicias se
enojaron con Pedro de Alvarado y con sus hermanos y allegados, porque
se habían adjudicado el mayor número de indios de repartimiento y por-
que se comportaban en forma despótica y egoísta. A fin de que tal poder
fuera disminuido, recurrieron a las autoridades de la Audiencia de México,
quienes ordenaron realizar un juicio de residencia.1 Ante tales circunstan-
cias, Alvarado optó por invertir en personajes influyentes en la Corte parte

1 Juicio de Residencia: Proceso judicial que se le seguía a Presidentes, Fiscales, Oidores,


Alcaldes Mayores y Corregidores, al concluir su período de nombramiento, endereza-
do a establecer el correcto cumplimiento de las obligaciones asignadas. A Pedro de
Alvarado se le realizaron dos: el primero en 1529, y el segundo en 1536.
18 Santiago de Guatemala en Almolonga

del oro que había acumulado,


para que lo protegieran. Dos
de ellos fueron Francisco de
los Cobos, Secretario de Car-
los I, y el Duque de Albuquer-
que, quienes no sólo le resol-
vieron sus problemas, sino
que en diciembre de 1527 le
consiguieron el título de Ade-
lantado, Gobernador y Ca-
pitán General de Guatemala,
que le otorgaba potestad para
decidir en juicios criminales
y civiles, dictar ordenanzas
generales, expulsar personas
del distrito, representar a la
persona del Rey y, ante todo,
repartir tierras e indígenas.

Repartimiento de tierras
e indios, anarquía y Pri-
mer Juicio de Residencia

El modo con que se había


realizado el reparto de tierras
para labores y huertos indis-
8 Pedro de Alvarado. Archivo General de Indias puso a la mayoría de vecinos,
(Sevilla, España). que exigió al Cabildo de San-
tiago modificar lo actuado y
efectuar una distribución más equitativa. Por su parte, los herreros, herra-
dores, carpinteros y albéitares (veterinarios), quienes desempeñaban un
papel importante en la elaboración de los pertrechos de guerra y curación
de las bestias, al no haber sido recompensados como esperaban, en señal de
descontento, elevaron el precio de su trabajo, y exigieron indios y tierras.
Sobre el particular, Antonio de Remesal,2 fraile dominico, comentó, en su

2 Antonio de Remesal, 1932-I: 23.


Pedro de Alvarado consolida poder político... 19

crónica Historia General de las Indias Occidentales y particular de la Goberna-


ción de Chiapa y Guatemala:

al sastre le salía a real cada puntada que daba, y el zapatero vendía tan
cara su obra que dando a otros zapatos con suelas de cuero, las podía echar
en los suyos de plata, y el herrador hiciera si quisiera todos sus instrumentos
de oro.

Para acabar con tales pleitos y alegatos, en abril de 1528, las autorida-
des edilicias de Santiago ordenaron una nueva distribución de la tierra para
huertos y recordaron a los artesanos que sólo podían cobrar por su trabajo
lo autorizado en los aranceles municipales. Sin embargo, en dicha ocasión,
los capitanes, amparados en el control que tenían de los pertrechos bélicos,
impidieron que el Cabildo hiciera efectivo el acuerdo tomado. Ante lo
acontecido, las autoridades edilicias demandaron ayuda a la Audiencia de
México, la cual en 1529 envió al Juez de Residencia, Francisco de Orduña,
quien al llegar acusó al Adelantado de cohecho, favoritismo y acaparamien-
to de los mejores pueblos de indios. Es más, despojó de la vara de justicia
al Teniente de Gobernador, Jorge de Alvarado; declaró nulo y sin ningún
valor todo lo hecho por Alvarado y sus Tenientes de Gobernación; los des-
pojó de tierras e indígenas; prohibió que los vecinos salieran a coger oro;
quitó la vara edilicia a los concejales, abofeteó y jaló las barbas a Gaspar
Arias, uno de los alcaldes ordinarios, y los sustituyó con nuevas autorida-
des; además, declaró que todo lo hecho por dicha administración carecía
de valor alguno; y finalmente, le quitó tierras e indígenas, y las entregó
a sus adversarios.3 A pesar de ello, con tales acciones, Orduña se ganó la
enemistad de ambos bandos y no resolvió el conflicto.
Pedro de Alvarado (ilustración 8), después de solventar algunos cargos
que la Audiencia de México le había formulado, retornó a Santiago el 30
de abril de 1530. De inmediato dio a conocer la cédula real por la que la
Corona española lo había nombrado Adelantado, Gobernador y Capitán
General de la Provincia de Guatemala, distinción que, además de brindarle
una relativa autonomía política con respecto a la Audiencia de México, le
daba poder para decidir en juicios criminales y civiles, dictar ordenanzas

3 Fuentes y Guzmán, 1932-I: 83 y 85; Fuentes y Guzmán, 1932-II: 152.


20 Santiago de Guatemala en Almolonga

generales, expulsar personas del distrito,


representar a la persona del Rey y, en es-
pecial, repartir tierras e indígenas.
A su llegada, lo primero que
hizo en forma altanera, prepotente
y sin derecho alguno fue colocar a
Francisco Marroquín (ilustración 9)
como cura párroco, en sustitución de
Juan Godínez, ya que tal atribución co-
rrespondía exclusivamente a
Juan de Zumárraga, Obispo
de México. A continuación,
ordenó que todas las perso-
nas que discreparan con el
reparto de indios y tierras
dejaran de hablar sobre el
asunto, so pena de muerte a
cualquiera que las removiese,
por escrito o de palabra, en
juicio o fuera de él. El Juez
de Residencia, por su parte,
9 Francisco Marroquín. se escapó sigilosamente de la
ciudad de Santiago y retornó
a México.
Días después, Alvarado procuró la defensa de los límites jurisdiccio-
nales de la Provincia de Guatemala, amenazada por una invasión de gente
armada de Pedrarias Dávila que, desde Panamá, habían llegado hasta Cus-
catlán, y para ello mandó a fundar la Villa de San Miguel de la Frontera, a
orillas del Río Lempa, en la que estableció una guarnición.4

Poder eclesiástico

La conquista española de los señoríos quichés, cakchiqueles y tzutujiles, así


como la de mames y pokomames fue realizada entre 1524 y 1526, exclu-

4 Milla, 1976: 180-182; Colección Somoza, 1955-III: 93; y Fuentes y Guzmán, 1932-
I: 183-187.
Pedro de Alvarado consolida poder político... 21

sivamente con acciones mi-


litares, pues hasta entonces
todavía no había llegado
a Guatemala un sacerdo-
te que apoyara a los con-
quistadores españoles. Los
eclesiásticos empezaron a
llegar a la naciente ciudad
de Santiago hasta noviem-
bre de 1527. El primero
fue Juan Godínez, cura se-
cular, cuya labor sacerdotal
entre los indígenas se limi-
tó a la celebración de misas
al aire libre, a la realización
de bautizos masivos y a la
prédica de sermones, los
cuales eran traducidos por
un intérprete o naguatla-
to.5 Ciertamente, tal labor
10 Toribio de Benavente.
no tuvo mayor repercusión
evangelizadora, pues los
naturales no comprendían el significado de tales ceremonias, ni mucho
menos los sermones sobre la doctrina cristiana, en los que se empleaban
expresiones abstractas como santísima trinidad, concepción virginal, peca-
do original, resurrección, eucaristía, etcétera, muy diferentes a los concep-
tos y expresiones religiosas que ellos manejaban, encarnados en un distinto
concepto de la divinidad, ya que la fundamentaban en una cosmovisión
que interrelacionaba supramundo, mundo e inframundo, una especie de
panteísmo, en el que la divinidad se manifiesta de diferentes modos. Entre
1527 y 1529, el fraile franciscano Toribio Paredes de Benavente o Toribio de
Benavente, más conocido como Motolinía, por ser el primer vocablo náhuatl
que aprendió, el cual significa pobre, doliente, humillado, visitó Guatemala
y Nicaragua.

5 Gall, 1968.
22 Santiago de Guatemala en Almolonga

Como se indicó con anterioridad, al retornar Alvarado de México en


junio de 1530, llegó acompañado del Presbítero Marroquín, a quien pre-
sentó ante las autoridades edilicias como el nuevo predicador, a pesar que
las autoridades eclesiásticas de Nueva España no habían hecho tal nom-
bramiento; es decir, lo actuado por Alvarado constituyó un acto anómalo.
Fue hasta dos años después que el Obispo de Nueva España, Fray Juan
de Zumárraga, nombró a Marroquín juez eclesiástico y cura in solidum
de la iglesia de Santiago de Guatemala. Durante los primeros cinco años,
Marroquín dedicó el tiempo que el trabajo sacerdotal le dejaba libre a la
crianza y comercio de caballos; negocio en el que, según sus palabras, le
fue muy bien, en especial por las ventas que hizo en Nicaragua.6
En julio de 1532, la Corona española autorizó al Adelantado Pedro de
Alvarado y a Marroquín para que, en lo referente a los esclavos indígenas,
procedieran del modo siguiente:

ambos a dos sin lo cometer a otra persona, hubiesen información y supiesen


qué esclavos eran los que así los dichos caciques e indios tenían en su poder por
esclavos, y los que constare que verdaderamente lo eran, los hiciesen herrar,
y así herrados, de ahí en adelante pudiesen los vecinos y pobladores de la
provincia, sin embargo de la provisión de 1530, comprarlos y rescatarlos.7

La orden real, empero, no fue cumplida. Por ejemplo, antes de salir


hacia Perú, Alvarado mandó herrar en San Miguel (El Salvador) una gran
cantidad de esclavos de rescate, sin que Marroquín estuviera presente. Sin
embargo, aquél, en su defensa, indicó:

fue porque convenía así al servicio de su majestad, por estar muy lejos de
esta ciudad de Santiago y porque si se hubieran de traer a herrar a esta
ciudad, donde estaba el dicho obispo, se huyeran todos, como lo tienen por
costumbre, o se murieran por la gran distancia y cansancio del camino,
como es notorio; lo otro porque la dicha Villa de San Miguel, en el tiempo
que dicen el dicho adelantado haber herrado los dichos esclavos, era recién
poblada de españoles y para sostener la tierra convino que así se hiciese,
cuanto más que al tiempo que diz que herrara el dicho adelantado los dichos

6 Sáenz de Santamaría, 1964: 215-216.


7 AGCA, A1, leg. 1511, fol. 4.
Pedro de Alvarado consolida poder político... 23

esclavos estuvo presente al


dicho hierro un religioso
de la orden de Señor San
Francisco, persona de muy
buena vida y conciencia.8

En 1533, la Corona es-


pañola nombró a Marroquín
Protector de Indios y encar-
gado del hierro de marcar,
con lo que esperaba que ce-
sara el maltrato a los natu-
rales y que no se continuara
haciendo esclavos en forma
injusta. Según Bartolomé
de las Casas, su actuación
no respondió a lo ordenado.
Es más, en 1545, lo acusó
de haber autorizado marcar
como esclavos a una buena
cantidad de indígenas y de
haberse aprovechado de mu- 11 Bartolomé de las Casas
chos indios de repartimiento
en sus labores y granjerías. En 1536, el Obispo Marroquín con autoriza-
ción del Gobernador interino, Alonso de Maldonado, elaboró la primera
tasación o registro tributario de los pueblos de indios. En ésta, además
del tributo en productos de la tierra, se obligó a los pueblos a entregar se-
manalmente a sus encomenderos cierto número de tamemes o cargadores.
Tres años después, el Obispo Marroquín se autocriticó por la forma en que
realizó dicha tasación:

Digo por mi consagración y salvación, que va más, juzgo haber ido contra
los naturales en favor de los encomenderos en cada tasación en más de una
cuarta parte [...] Dios me lo tendrá que pedir. 9

8 Segundo Juicio de Residencia a Pedro de Alvarado, AGI, 295.


9 Sáenz de Santa María, 1964: 148.
24 Santiago de Guatemala en Almolonga

En 1534, el Papa Paulo III eligió a Marroquín para el cargo de Obispo


de la Provincia de Guatemala; sin embargo, su consagración se pospuso
hasta el 7 de abril de 1537, primero porque estuvo de por medio la expe-
dición de Alvarado al Perú y, después, debido a la realización del Segundo
Juicio de Residencia contra Alvarado y sus Tenientes de Gobernación.
Fue consagrado por Fray Juan de Zumárraga, en México. Ya como obis-
po, en cumplimiento de lo ordenado por el derecho canónico, dispuso la
formación del Cabildo Eclesiástico, para que le asesorara en el trabajo de
organización y administración de la Diócesis. Sin embargo, aquél sólo
empezó a funcionar cuatro años más tarde, con los siguientes integrantes:
Juan Godínez, como Deán o encargado del Oficio Divino, del culto y de
las procesiones; Francisco Gutiérrez, como Arcediano o responsable de
examinar a los clérigos que iban a ser ordenados sacerdotes, y en calidad
de ayudante del obispo durante las visitas pastorales; Jorge Medina, como
Maestrescuela; Francisco Alegría, como Tesorero; y Pedro Rodríguez y
Francisco de Arteaga, como canónigos.
La labor sacerdotal de los primeros curas estuvo encaminada a fortale-
cer en la mente de los conquistadores españoles la creencia de que sus ac-
ciones eran santas y convenientes a los planes de expansión del catolicismo.
Además, su labor eclesiástica con los indígenas tuvo como principal propó-
sito aconsejar la resignación, el sometimiento pacífico y la aceptación de la
conquista española, porque Dios así lo quería.
Al contar con pocos sacerdotes, Marroquín solicitó a las autoridades de
las órdenes religiosas de la Metrópoli el envío de frailes para que fundaran
conventos en Santiago de Guatemala. La Orden de Nuestra Señora de la
Merced fue la primera que respondió de modo favorable a lo pedido, ya
que, entre 1535 y 1536, llegaron los frailes Juan de Zambrano y Marco Pé-
rez Dardón, quienes fundaron el primer monasterio y una escuela en la que
enseñaban catecismo y las primeras letras a varios niños indígenas, hijos de
principales.10 Un grupo de frailes dominicos llegó en 1536, procedente de

10 Principal: Nombre que, durante el período colonial, se aplicaba a los cabezas de una
parcialidad (chinamital o calpul). Entre ellos se elegía a los miembros del Cabildo y a
algunos de los ayudantes del cura doctrinero (teopantlacas, fiscal y cofrades). Estaban
presididos por el Gobernador de indios, quien era uno de ellos. En los poblados, las
decisiones fundamentales se tomaban en asambleas de los cabezas de calpul, y de ellas
emanaban órdenes, incluso para los alcaldes. La Corona les permitió conservar algunos
privilegios; por ejemplo, ser llamados ‘don’, vestir a la usanza española, derecho de
montar a caballo y, sobre todo, tener tierras en propiedad privada y sirvientes.
Pedro de Alvarado consolida poder político... 25

Nicaragua, integrado por Bartolomé de las Casas (ilustración 11), Pedro


de Angulo y Rodrigo de Ladrada. El año siguiente, Luis Cáncer se sumó al
trabajo misionero iniciado por sus compañeros. Los franciscanos lo hicie-
ron hasta 1540, fecha en la que llegaron Diego Ordóñez, Alonso Bustillo,
Diego de Albaque, Gonzalo Méndez y Francisco Valderas. Ordóñez fue
encargado de la atención de los indígenas mexicas, tlaxcaltecas y cholulas
de los alrededores de la ciudad; Méndez la región de los tzutujiles; Bustillo
y Albaque algunos pueblos quichés y cakchiqueles; y Francisco Valderas, el
pueblo de Tecpán Guatemala.

Segundo Juicio de Residencia

Entre 1533 y 1535, a pesar de existir una prohibición real expresa, durante
la preparación de la expedición al Perú, Alvarado esclavizó y sacó de Gua-
temala una cantidad aproximada de 6,000 indígenas, siendo buena parte
de ellos cakchiqueles. Por esa acción, en 1536 la Corona española, por
medio de la Audiencia de Nueva España, encargó al Licenciado Alonso de
Maldonado que le iniciara un Segundo Juicio de Residencia. Alvarado no
esperó el inicio del juicio y se marchó nuevamente a España, a resolver la
acusación con la ayuda de sus protectores.
Durante el juicio de residencia, Alonso Cabezas, un antiguo compañe-
ro de armas de Jorge de Alvarado, confirmó que éste llegaba a extremos
de inclemencia y crueldad con sus indios de encomienda: matándolos y ape-
rreándolos y ahorcándolos y echándolos en hoyos por las traiciones que hacían11
(ilustración 7).
A pesar de las graves acusaciones y cargos, en 1538, Alvarado consi-
guió que la Corona española le confirmara nuevamente en la Gobernación
de Guatemala. Retornó al año siguiente con grandes poderes, con auto-
rización para descubrir y poblar en el Mar del Sur, y casado en segundas
nupcias con Beatriz de la Cueva, sobrina del Duque de Albuquerque. El
4 de abril, desde Puerto Caballos (Honduras) escribió al Ayuntamiento
de Santiago exigiéndole indios de servicio para transportar lo que traía.
Además, les señaló:

11 Segundo Juicio de Residencia a Pedro de Alvarado, AGI, 295.


26 Santiago de Guatemala en Almolonga

Solamente me queda decir cómo vengo casado, y doña Beatriz está muy
buena; trae veinte doncellas muy gentiles mujeres, hijas de caballeros y de
muy buenos linajes; bien creo que es mercadería, que no se quedará en la
tienda nada, pagándole bien, que de otra manera excusado es hablar de
ello.12

Entre ellas venían María de Horozco, Isabel de Anaya, Francisca de


San Martín, Ana Fadrique, María de Caba, Juana de Arteaga y Ana Mejía,
así como las mozas de cámara Petronila, Catalina y María.13

12 Alvarado, 1934: 328-329.


13 Recinos, 1986: 175.
Devenir citadino... 27

4
Devenir citadino

12 Escudo de Santiago de Guatemala.

Las reiteradas y frecuentes ausencias de Pedro de Alvarado de la Provincia


de Guatemala contribuyeron a que el Ayuntamiento de Santiago incre-
mentara su poder y hasta llegara a gobernar con autoridad casi absoluta
sobre la ciudad y pueblos circunvecinos.
28 Santiago de Guatemala en Almolonga

Poder civil

El Ayuntamiento de Santiago tenía como principales atribuciones fijar


aranceles, elaborar y aprobar ordenanzas; y administrar los propios1 de la
ciudad y algunos impuestos, como la alcabala; así como repartir solares,
promover el bienestar de los vecinos, garantizar el abasto de la ciudad, or-
ganizar la fiesta de aniversario de la ciudad y las fiestas reales, mantener el
orden y castigar a los delincuentes.
En un principio, los vecinos de la ciudad de Santiago obtenían una par-
te de los artículos de primera necesidad (maíz, frijol, gallinas, cacao, miel
y sal) del tributo que los pueblos indígenas tenían que pagar dos veces al
año, después de las cosechas de primera y postrera, a encomenderos o a la
real hacienda, según fuera el tipo de pueblo. Sin embargo, las autoridades
del Ayuntamiento de Santiago, conjuntamente con el Gobernador Alonso
de Maldonado, crearon en 1539 el cargo de Juez de Milpas, a fin de obligar
a los indígenas a cultivar maíz, frijol y verduras, y a abastecer el mercado
que funcionaba en la Plaza de Armas. Según Francisco Antonio de Fuentes
y Guzmán,2 ello obedeció a que los nativos habían dejado de sembrar para
que los españoles abandonaran la región y se fueran a vivir a otra parte.
El Ayuntamiento de Santiago adquirió mayor importancia, después
del 28 de julio de 1532, cuando la Reina Doña Juana I de Castilla, en res-
puesta a gestión realizada por su Procurador en Corte Gabriel de Cabrera,
refrendó en Medina del Campo una real cédula3 por la que le otorgó es-
cudo de armas a dicha ciudad para que lo colocasen en sus pendones y lo
utilizasen como sello (ilustración 12). La real cédula dispone, además, las
características del escudo:

hecho dos partes, de la mitad de medio arriba, un Santiago a caballo,


armado en blanco, con una espada desnuda, en campo colorado, a cuya
devoción fue edificada la dicha ciudad; y en la otra mitad, de medio abajo,
tres sierras altas, la de en medio que eche unas llamas de fuego, piedras
de fuego que desciendan por ella, y las dos de las esquinas con unas cruces

1 Propios. Vocablo por el que, durante la época colonial, eran designados los caudales
recaudados por las municipalidades en concepto de arbitrios, así como sus bienes in-
muebles.
2 Fuentes y Guzmán, 1932-I: 307.
3 AGI, Guatemala L 1.
Devenir citadino... 29

de oro, y unos árboles sembrados por ellas, en señal del esfuerzo y victoria
que los cristianos tuvieron, después que hubieron ganado y descubierto las
dichas peñas, debajo de las cuales edificaron el dicho pueblo y ciudad; y por
orla, ocho veneras de oro, en campo azul.

Milpas de indios

Inicialmente, los castellanos se proveían de la mayor parte de esclavos in-


dígenas por medio de la guerra. Por ejemplo, en 1536 Pedro de Alvarado
fue acusado de haber autorizado que muchas mujeres y niños menores de
14 años fueran herrados, como esclavos de guerra. Otra forma para con-
seguir esclavos consistió en una operación de trueque, a la que se le dio el
nombre de esclavos de rescate, por la que los españoles daban mercancías
a los señores y principales de las comunidades indígenas y, a cambio, reci-
bían gente, cuya condición social era, en cierta forma, semejante a la de los
esclavos domésticos de la civilización occidental. Por tal medio, Alvarado
adquirió unos 3,000 esclavos; su hermano Jorge, 270; Sancho de Baraho-
na y Francisco de Castellanos, 120 y 100, respectivamente. Los primeros
pobladores españoles de Santiago de Guatemala sostuvieron ante la Coro-
na española que el rescate era una práctica generalizada entre los principales
y señores indígenas; aquélla, empero, al comprobar la falsedad de dicho
argumento, emitió algunas cédulas reales para poner fin a tal injusticia.
La primera de ellas, emitida en 1530, causó profundo malestar entre los
vecinos de Santiago y, en su representación el Ayuntamiento apeló ante las
autoridades de la Metrópoli.
Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán4 describió otro procedimien-
to para esclavizar a los naturales. Salían, escribió, por la noche, y caían
sobre las rancherías

poniendo las presas que iban habiendo y agregando en sus sitios y territorios
de milperías en poder y al cuidado de personas de confianza y celo, que con
caricia y halago los mantenían [...] y fundaban un pueblo de 200, 300,
800 personas más o menos según la diligencia de cada uno.

4 Fuentes y Guzmán, 1933-II: 447.


30 Santiago de Guatemala en Almolonga

Con dichos esclavos, los principales vecinos de Santiago crearon las


milpas de Santa Catarina Barahona, Santiago Zamora, San Bartolomé Be-
cerra, San Juan Gascón, Santo Domingo de los Hortelanos, San Andrés
Deán, San Pedro del Tesorero y San Juan del Obispo, las cuales llevaban el
nombre de sus dueños. En ellas cultivaban trigo (introducido por Francis-
co Castellanos en 1529) y caña de azúcar; y criaban ganado vacuno (cuyos
primeros ejemplares fueron traídos de Cuba por Héctor de la Barreda) y
ganado ovino (traído por Francisco de Zorrilla en 1530). El mismo año
de la introducción del trigo, el Ayuntamiento concedió un salto de agua
del río de la ciudad al Adelantado Pedro de Alvarado, a fin de que pudiera
hacer funcionar un molino harinero.
Muy distinta fue la situación de los auxiliares indígenas de los españo-
les, traídos de México, en especial, el de los tlaxcaltecas y quauhquecholte-
cas. Los primeros tenían su barrio en lo que actualmente es Ciudad Vieja,
no pagaban tributo y no estaban obligados a brindar servicios personales a
los españoles. En este barrio, Luisa Xicoténcatl Tecubalsi5 tuvo su morada,
después de su retorno de Perú. Entre 1527 y 1530, los quauhquecholtecas
ayudaron a Jorge de Alvarado a someter a pueblos quichés de la Costa Sur
y cakchiqueles del Altiplano Central que estaban alzados. Con base en ta-
les acciones bélicas, sus tlacuiloques (escribanos) elaboraron un Lienzo que
sirvió para exigir la exoneración del tributo y la concesión de mercedes.6

Diversificación étnica

El primer grupo de conquistadores españoles que penetró a Guatemala


venía integrado por alrededor de 420 personas; pero sólo una parte de
ellos se avecindó en la ciudad de Santiago, ya que la mayoría migró a
otras provincias, en especial al Perú, o retornó a Nueva España, después
de constatar que no había oro o plata como lo esperaban. En 1529, por
ejemplo, había 150 vecinos en la ciudad de Santiago, y en 1531, sólo 100.
Los primeros miembros de las órdenes religiosas arribaron entre 1535 y

5 Luisa Xicoténcatl Tecubalsi (1508?-?). Princesa tlaxcalteca. Hija del Señor de Tlaxcala,
cedida a Hernán Cortés que se la traspasó a Pedro de Alvarado. Éste la recibió in facie
ecclesiae y procreó con ella dos hijos: Pedro, que nació en Tutepeque (Oaxaca, México);
y Leonor, en Gumarcaah o Utatlán. Acompañó a Alvarado en la expedición que éste
hizo a Perú.
6 Asselbergs, 2009.
Devenir citadino... 31

1536, mientras que las primeras mujeres


españolas lo hicieron probablemente en
1539, cuando Pedro de Alvarado retor-
nó de España, en compañía de su segun-
da esposa, Beatriz de la Cueva y de 20
doncellas.
Los primeros esclavos negros llega-
ron a Guatemala en 1524 como miem-
bros de la expedición conquistadora; en
los años siguientes, los capitanes, para
hacer gala del rango social que habían
alcanzado, introdujeron algunos más en
calidad de criados de compañía, guar- 13 Cristo de los Reyes (siglo
daespaldas y calpixques.7 Pedro de Alva- XVI). Escultura que, según la
rado, por su parte, trajo un buen núme- tradición, Carlos I obsequió a
la Catedral de Santiago de Gua-
ro de negros artesanos, especialmente
temala.
carpinteros, herreros y calafateros, que
empleó en la construcción de embarcaciones en los astilleros de Istapa y
Acajutla. Cuando en 1534 zarpó rumbo al Perú, llevó consigo a 200 de
ellos; otros se quedaron trabajando en los astilleros de El Realejo, en Ni-
caragua.
Los mestizos y mulatos fueron el producto de las relaciones sexuales de
españoles con indias y negras, respectivamente; los pardos o zambos, de las
habidas entre negros con indias; y las castas o gente ordinaria, de españoles
y negros con mestizas y mulatas. Con el paso del tiempo, era difícil precisar
las características cromáticas, entre las castas.
Salvo algunas excepciones entre los mestizos, como lo constituyó Leo-
nor de Alvarado, quien, siendo hija del Adelantado y de la princesa tlaxcal-
teca Luisa Xicoténcatl, se casó en primeras nupcias con Pedro Portocarrero,
y en segundas con Francisco de la Cueva, en menos de una década los
mestizos deambulaban por la ciudad de Santiago como menesterosos, por-
dioseros y vagos. Esto atrajo la atención de las autoridades, en especial del
Obispo Marroquín, quien en varias ocasiones solicitó ayuda a la Corona
española para mejorar las condiciones de una casa de mestizas huérfanas

7 Calpixque: Palabra de origen náhuatl (calli: casa; y pisqui: el que guarda) con la cual,
durante el período colonial, se nombraba en el Reino de Guatemala a los capataces de
haciendas, labores y obrajes; aquéllos, por lo general, eran negros, mestizos o mulatos.
32 Santiago de Guatemala en Almolonga

que había fundado y para establecer otra en favor de los muchachos; por
ejemplo, en 1537, señaló que era preocupante

la mucha abundancia que hay de niñas de españoles habidas en esta


tierra; unas tienen padre, otras no, y todas esperan no lo tener; espérase
tanto peligro, que sería muy gran limosna recogerlas en un monasterio.8

Durante los primeros dos siglos de vida colonial, la población nativa


sufrió una constante disminución, porque con frecuencia sufría los estra-
gos de epidemias de viruela, sarampión, tifus, influenza y otras enfermeda-
des, llamadas en ese entonces kumatz, matzahuatl y peste, que provocaban
altos índices de morbilidad y mortalidad entre los indígenas, pues carecían
de defensas biológicas contra ellas. Al respecto, en 1532 Pedro de Alvarado
informó al Rey Carlos I sobre algunos pormenores de la peste de saram-
pión que estaba diezmando a la población de Nueva España y la Provincia
de Guatemala:

Solamente me queda de decir que, en toda la Nueva España, vino una


pestilencia por los naturales que dicen sarampión, la cual ha calado toda
la tierra sin dejar cosa ninguna en ella. Llegó a esta provincia habrá
tres meses y puesto que por mi parte fueron hechas muchas diligencias
para que los naturales fueran mejor curados y no se diese lugar a que
muriesen en tanta cantidad como en todas las otras partes, no pudo tanto
preservarse que no haber muerto muchas y haber sido en estas partes muy
gran pérdida, así por los muchos que son muertos.

En Almolonga, los nativos no contaron con un hospital, pues el de


Nuestra Señora de las Misericordias, fundado en 1530, estuvo destinado
a cobijar a los españoles inválidos, y para ayudar a la recuperación de los
heridos en las batallas.

Educación

Alrededor de 1530, el Obispo Marroquín, preocupado por la instrucción


de niños y niñas, fundó en la ciudad de Santiago una escuela de primeras

8 Sáenz de Santamaría, 1964: 125.


Devenir citadino... 33

letras para mestizas y otra para niñas criollas; con el tiempo, la primera
se convirtió en una casa para mujeres beatas, y la segunda en el Colegio
de Nuestra Señora de la Presentación. Además, pidió ayuda a la Corona
española para construir un centro de instrucción para niños mestizos y un
colegio para españoles. Debió pasar muchos años para que esto fuera una
realidad. Las órdenes religiosas crearon escuelas para los hijos de princi-
pales, en las que impartían clases de catecismo, lectura, escritura y canto,
y enseñaban a tocar algún instrumento musical a los más destacados. La
primera empezó a funcionar en 1535, en Almolonga, en el convento de
los mercedarios; en esas escuelas, los frailes aprovecharon la comunicación
que tenían con los muchachos indígenas para practicar los idiomas más
importantes de la región, como la lengua guatemalteca (cakchiquel) y el
quiché, lo que, con el correr del tiempo, les permitiría redactar dicciona-
rios, gramáticas y, sobre todo, catecismos, teologías y libros de sermones
en dichos idiomas.

Manifestaciones artísticas

La primera pintura española traída por los conquistadores a tierra gua-


temalteca fue un tríptico portátil, denominado La Conquistadora, en el
cual estaban representados la Virgen de Concepción, San Juan Evangelista
y Santa Isabel. Trajeron también una imagen de la Virgen de La Mer-
ced, llamada igualmente La Conquistadora, porque había sido la principal
compañía espiritual del ejército español durante los enfrentamientos con
los indígenas de México y Guatemala. Años después, estando todavía la
ciudad de Santiago en Almolonga, Carlos I obsequió un Cristo Crucifi-
cado, llamado posteriormente Cristo de los Reyes (ilustración 13), y dos
Vírgenes de la Concepción, para la Catedral, el convento franciscano y la
Iglesia de Ciudad Vieja, respectivamente.
Pocos años después de que la Santa Sede creara la Diócesis de Guate-
mala, Francisco Marroquín, su primer obispo, nombró al chantre, al co-
chantre y al maestro de capilla, para que realzaran los oficios religiosos
de la catedral, con música sacra. El primero era el principal responsable
de la música litúrgica; el segundo, el encargado de la enseñanza del canto
gregoriano y de la dirección del canto llano, durante las misas solemnes y
pontificales; el maestro de capilla, por su parte, era el que seleccionaba los
cantos polifónicos (algunos de su propia composición) y dirigía el coro.
Los primeros libros cantorales, de canto llano o gregoriano, fueron traídos
34 Santiago de Guatemala en Almolonga

de Europa por el Obispo Marroquín, prin-


cipalmente de los centros hispánicos en los
que trabajaron los famosos iluminadores
manieristas y renacentistas de El Escorial
o de Sevilla.

Festividades

En el acta de fundación de la Ciudad de


14 Representación de la muerte Guatemala, Jorge de Alvarado ordenó
de Pedro de Alvarado, en un
códice mexicano. conmemorar anualmente las festividades
de Santiago, su santo patrono, con víspe-
ras y misa cantada, corridas de toros, juego de cañas y otros placeres. Se-
gún el Libro Viejo o Primer Libro de Cabildo, en 1530, el Ayuntamiento de
Santiago señaló el orden que los gremios debían guardar durante el reco-
rrido de la procesión del Corpus Christi, y nombró jueces para seleccionar
los mejores trajes, bailes y juegos pirotécnicos. Las autoridades edilicias
dispusieron también que los vecinos limpiaran y deshierbaran las calles por
donde la procesión debía pasar y que el gremio de cereros construyera un
altar en la esquina del edificio del Ayuntamiento. Además de hacerlo en la
procesión del Corpus Christi, el Ayuntamiento se involucró en las fiestas
de San Sebastián, Candelaria, Santiago y Santa Cecilia. Para ello aprobaba
presupuestos extraordinarios que se referían a los gastos de pólvora, cera,
juegos de caña e indios trompeteros. Una participación especial tenía, asi-
mismo, en la Procesión del Santo Entierro del Templo de Santo Domingo,
en la cual los concejales o autoridades edilicias portaban las insignias de la
Pasión de Cristo.
Una de las fiestas de las que quedó información fue la que tuvo lugar
en 1539 con la llegada a Santiago de Guatemala de Beatriz de la Cueva,
durante la cual se realizaron en su honor saraos (bailes), carreras de ca-
ballos, juegos de cañas y encamisadas.9 El cronista Garcilaso de la Vega
satirizó lo acontecido en uno de los bailes:

9 Encamisada: Fiesta dedicada originalmente a San Antonio Abad. Consiste en una ca-
balgata nocturna en que participan autoridades edilicias y personas principales, vesti-
das de gala, es decir, con sus grandes capas y elegantes pañuelos a la cabeza, a excepción
de dos que la encabezan, quienes llevan coronas adornadas de cintas y flores. Todos
Devenir citadino... 35

Estando todos los conquistadores sentados en una gran sala mirando un


sarao que había, las damas miraban la fiesta desde una sala que tomaba
la sala a la larga. Estaban detrás de una antepuerta, por honestidad y por
estar encubiertas. Una de ellas dijo a las otras: “Dicen que nos hemos de
casar con estos conquistadores”. Dijo otra: “¿Con estos viejos nos habíamos
de casar?” Cásese quien quisiere, que yo por cierto, no pienso casar con
ninguno de ellos. Doylos al diablo. ¡parece que escaparan del infierno
según están de estropeados: unos cojos y otros mancos, otros sin orejas, otros
con un ojo, otros con media cara, y el mejor librado la tiene cruzada una
y dos y más veces!” Dijo la primera: “No hemos de casar con ellos por su
gentileza, sino por heredar los indios que tienen, que según están viejos y
cansados, se han de morir prontos, y entonces podremos escoger el mozo que
quisiéremos en lugar del viejo, como suelen trocar una caldera vieja y rota
por otra sana y nueva”.10

También se sabe que, durante las fiestas de Santa Cecilia, los indíge-
nas de Jocotenango y Ciudad Vieja escenificaban la Fiesta del Volcán, un
enfrentamiento en el cual los tlaxcaltecas, moradores de Ciudad Vieja y
aliados de los españoles, vencían a los guatemaltecos, es decir a los cakchi-
queles, y hacían prisionero a Zinacán, es decir a Cahí Imox, Ahpopzotzil
cakchiquel. Consistía en un enfrentamiento militar simulado, en torno a
un volcán artificial, adornado con árboles, animales y una vivienda (“la
casa del rey”). Primero aparecían indígenas de Jocotenango, representan-
do a los guatemaltecos o cakchiqueles, vestidos con maztates, embijados,
ornados con plumas de guacamayas y pericos, portando arcos, flechas, va-
ras y rodelas. Ellos realizaban danzas previas a la batalla. Luego ingresaba
Zinacán, llevado en hombros, en una silla dorada, adornada con plumas
de quetzal, abanicos y quitasoles. Finalmente, ingresaban indígenas de lo
que se ha llamado Ciudad Vieja, quienes representaban a sus antepasados
tlaxcaltecas y quahquecholtecas; éstos llegaban muy bien adornados, lu-
ciendo plumas a la usanza española, guarnecidos y armados con espadas al
cinto, arcabuces y picas. Los dos bandos simulaban escaramuzas y batallas;
disparaban arcabuces y remedaban acometidas y asaltos al volcán. La danza
concluía cuando los tlaxcaltecas avanzaban, en tanto que los guatemalte-

portan en la mano derecha un hachón de fuego y recorren festivamente las calles ilu-
minadas con grandes hogueras.
10 En Recinos, 1986: 185-186.
36 Santiago de Guatemala en Almolonga

cos retrocedían y dejaban solo a Zinacán, quien era tomado prisionero,


sujetado con una cadena y llevado al Palacio. La danza era amenizada con
trompetas, flautas, caracoles, chirimías, tambores y conchas, y se ejecutaba
música aborigen.

Gobiernos de Francisco de la Cueva y Beatriz de la Cueva

Antes de salir de Guatemala hacia las Islas de la Especies, Alvarado mandó


ahorcar a Cahí Imox (Zinacán) y a Quiyavit Caok, señores cakchiqueles;
luego nombró Teniente de Gobernador a Francisco de la Cueva, primo de
Beatriz de la Cueva, para que, administrara la provincia durante su ausen-
cia. Este para hacer sentir su autoridad mandó ahorcar a Chuuy Tziquinú,
Chicbal y Nimabah Quehchún, otros señores principales de Iximché.
El 4 de julio de 1541 aconteció la muerte de Tunatiuh, en Nochistlán
(Nueva Galicia, México), aplastado por un caballo (ilustración 14). Al te-
nerse noticia de ello, el Cabildo de Santiago desobedeció la disposición
que el Virrey de Nueva España envió, en la cual le mandaba abstenerse de
modificar la organización política de la Provincia de Guatemala, en tanto
no recibieran instrucciones expresas de Su Majestad; es más, desconoció a
Francisco de la Cueva como Gobernador, y nombró en su lugar a Beatriz
de la Cueva. La Gobernadora, empero, duró sólo dos días en el desempeño
de su cargo, pues el 11 de septiembre de 1541, durante la inundación de la
ciudad de Santiago, murió ahogada con varias de sus damas. Fue encontra-
da con un crucifijo en la mano y abrazada al cuerpo de doña Anica, niña de
cinco años, hija natural del Adelantado. Fue sepultada junto al altar mayor
de la catedral y posteriormente traslada a la catedral construida en Panchoy.
Destrucción de la ciudad de Santiago en Almolonga... 37

5
Destrucción de la ciudad de Santiago en
Almolonga y su traslado al Valle de Panchoy

15 Supuesta erupción de un volcán cercano a Santiago de Guatemala, en Almolonga (Bul-


buxyá), que ilustra una de las ediciones de la crónica de Thomas Gage.

Después de recibirse la noticia de la muerte de Alvarado y que doña Beatriz


mandara pintar de negro su casa y se encerrara varios días en su aposen-
to, Santiago de Guatemala sufrió los efectos de un fuerte y prolongado
temporal, así como los de un temblor, los cuales provocaron la formación
de una violenta avalancha de tierras, piedras y árboles en el Volcán de
Agua, que anegó la ciudad y causó la muerte de un buen número de per-
sonas (ilustración 15). Tal catástrofe amedrentó en tal forma a los vecinos
y autoridades, que decidieron el traslado de la ciudad a un nuevo sitio.
A partir de entonces, los conquistadores y colonos abandonaron la idea
38 Santiago de Guatemala en Almolonga

de enriquecimiento rápido y compra de un título nobiliario; y debieron


convencerse que la única vía de enriquecimiento posible era asentarse en
forma permanente.

Inundación

Antes de completar 14 años de su fundación, el 11 de septiembre de 1541,


una fuerte correntada de lodo, piedras y árboles que bajó de las laderas del
Volcán de Agua destruyó la ciudad de Santiago y ocasionó la muerte de
alrededor de 600 indígenas, 100 españoles, algunos esclavos negros y espe-
cialmente la de su Gobernadora, Beatriz de la Cueva. Según el Memorial de
Sololá,1 el día 2 tihax se derrumbó el volcán Hunahpú; el agua brotó del interior
del volcán, murieron y perecieron los castellanos y pereció la mujer de Tunatiuh.
Una carta del Capitán Joan de Lobera aporta un buen número de de-
talles de lo acontecido:

A los 10 días del mes de septiembre de 1541 [...] vino grandísima tormenta
de agua que reventó o salió de lo alto de un monte semejante a Mongibel
o Vulcano [...] y fue tan acelerado este huracán o tormenta, que no hubo
lugar algún socorro ni remedio para excusar las muertes y daños [...]

Y entróse [doña Beatriz] con ellas en una capilla, donde acostumbraba


oír misa; y creciendo el agua y andando en ella hasta la cintura o más, se
subió sobre el altar, encomendándose a Dios nuestro Señor, y llamándole
y a su gloriosa Madre la Virgen Santa María; [...] y teniendo a par de
sí una niña, hija del Adelantado, llegó la tormenta de la piedra a dar
derechamente en la capilla con tan grandísimo ímpetu, que del primer
golpe cayó la pared y tomólas a todas debajo [...]

Acaso doña Leonor de Alvarado, hija del Adelantado, e Juana de Alvarado,


y doña Francisca, hija de Jorge de Alvarado, y otra hermana menor, y
Francisca de Molina y otras doncellas que estaban fuera del aposento de
doña Beatriz, queriendo recoger con su señora, arrebatólas el golpe del
agua en el camino [...] y llevólas bien cuatro tiros de ballesta fuera de la
ciudad [...] Quedó aquella ciudad tan destruida y gastada, y con pérdida

1 Memorial, 2002: 111.


Destrucción de la ciudad de Santiago en Almolonga... 39

de muchas haciendas y la gente de ella tan atemorizada, que quedaron de


acuerdo de la desamparar.

Con base en dicha información, el cronista Gonzalo Fernández de Ovie-


do y Valdés2 se refiere a dicho acontecimiento, en su Historia General y
Natural de las Indias:

Mandó aquel reverendo perlado [Francisco Marroquín] á todos los de la


cibdad que ayunassen tres días, jueves é viernes é sábado, é que con mucha
devoción se encomendassen en la misericordia divina. Y en tanto que duró
el officio divino, estaba el pueblo lleno de luto, porque se hacían las honras
del adelantado; é como los lloros eran muchos, por los otros defuntos é por
él, encomendó y mandó el obispo que cessassen las lágrimas é los lutos, é se
ocupassen todos en honrar é servir á Dios, y se alegrasen é le diessen gracias
continuas é dexassen la tristeza; pues no podía bastar en tan grandes
pérdidas. E hizo quitar los paños negros de la iglesia, assi por el consuelo de
los españoles como porque los indios é naturales de la tierra no pensasen que
estaban los chripstianos tan desanimados é descontentos, que tomassen alas
é incurriessen en malos pensamientos y en alguna rebelión, que no sería de
menos peligro quel huracán o tormenta passada.

Sin embargo, Juan Rodríguez Cabrillo de Medrano fue el primero que


consiguió difundir tan nefasto acontecimiento por medio del impreso Es-
pantable terremoto que agora nuevamente ha acontecío en las indias en una
ciudad llamada Guatimala, el cual fue publicado en México y en España, a
mediados del siglo XVI, y que es considerado la primera crónica periodís-
tica guatemalteca. En dicho impreso se relata:

Sábado, a diez de septiembre de mil quinientos y cuarenta y un años a dos


horas de la noche; habiendo llovido jueves y viernes, no mucho ni mucha
agua, el dicho sábado se asegura como dicho es. Y dos horas de la noche
hubo muy gran tormenta de agua de lo alto del volcán que está encima
de Guatemala y, fue tan súbita, que no hubo lugar de remediar las
muertes y daños que se recrecieron; fue tanta la tormenta de la tierra, que
trajo por delante agua y piedras y árboles, que los que lo vimos quedamos

2 Oviedo, 1851: capítulo III, libro III.


40 Santiago de Guatemala en Almolonga

admirados. Y entró por la casa del adelantado don Pedro de Alvarado,


que haya gloria, y llevó todas las paredes y tejados como estaba, más de
un tiro de ballesta: y, a la sazón, estaba en la recámara un comendador
capellán del adelantado, y otro capellán de doña Beatriz de la Cueva,
su mujer. Y queriéndose acostar. Entró el golpe de agua, que aún no era
venida la piedra, y levantóles en alto; y fue con tanta fuerza, que estaba
una ventanica pequeña abierta un estado del suelo, y, casi muertos, los
arrojó grande trecho en la plaza. Y quiso Dios que, como estaba la casa
del obispo cerca, fueron remediados aunque con gran trabajo. En la dicha
casa no había hombre alguno porque ya la tormenta los había echado
muertos, y a la desdichada doña Beatriz, que estaba con sus doncellas y
dueñas; y como oyó el ruido y torbellino, fue dicho como el agua llegaba
a la recámara donde dormía, y levantóse en camisa, con una colcha, y
llamó a sus doncellas que se metiesen en una capilla que ella hacía y, ellas,
hiciéronlo así; y ella se subió encima de un altar, encomendándose con
mucha devoción a Dios, y abrazóse con una imagen y con una hija del
Adelantado, niña; y la gran tormenta que vino de piedra, a dar derecho a
la misma capilla. Y del primer golpe cayó la pared, y todas las tomó debajo,
donde dieron las ánimas de sus criados.

También existe una relación sobre lo sucedido en carta que el Obispo


Marroquín envió a Su Majestad, el 10 de septiembre de 1541:

Doña Beatriz de la Cueva se estaba acostando salió de su cámara en camisa


envuelta de una colcha, y se fue al oratorio con la mayor parte de las donce-
llas. Cuenta ocho, entre ellas Doña Anica hija natural del Adelantado de 5
años. Con Juana de Alvarado dueña porque en la casa era gobernada envió a
llamar a las damas, que eran Doña Leonor hija natural del Adelantado. La
mayor, doña Francisca de Molina, dos hijos de Jorge de Alvarado su hermano,
una mora española, y una esclava blanca. Yendo estas a do eran llamadas
fueron arrebatadas de la tormenta, y algunas fueron guarecidas entre ellas
doña Leonor de Alvarado asida de unas ramas donde la sostuvo un muchacho
indio, y Juana de Alvarado (ilustración 16). A Doña Beatriz se halló otro
día muerta con todas las doncellas dichas. Escaparon de esta casa dos capella-
nes a que la tormenta levantó en alto, y lanzó por una ventanilla en la plaza
buen trecho, y un viejo portero, y todos los pajes que otros españoles no había
[…] Doña Beatriz hizo tan gran sentimiento por la muerte de su marido
que vino a desatinar. Enlutó toda la casa, tiño las paredes de negro dentro y
Destrucción de la ciudad de Santiago en Almolonga... 41

fuera. Jamás quiso comer ni dormir. No eran pasados cuatro días de las hon-
ras de su marido cuando sobrevino la tempestad, y lo consumió y acabó todo.3

Traslado e intereses económicos en juego

En sustitución de La Sinventura, como Beatriz de la Cueva se había au-


todenominado durante la toma de posesión del cargo de gobernadora, el
Ayuntamiento nombró como nuevos gobernadores al Obispo Francisco
Marroquín y a Francisco de la Cueva. Estos, después de haber escuchado
diversas sugerencias respecto a los sitios que ofrecían más ventajas econó-
micas, el 2 de octubre escogieron al Valle de Chimaltenango como nuevo
asiento urbano. Sin embargo, a finales del mismo mes, cambiaron de opi-
nión y ordenaron que el trazo se efectuara en el Valle del Tuerto, también
conocido como Panchoy o Pangán, cuyo significado es lago grande, si-
tuado al sur del Volcán de Agua, entre los ríos Pensativo y Magdalena (en
la actualidad, Guacalate). El
cambio en la decisión pare-
ce haber sido consecuencia
de la presión ejercida por
gente con poder, como Leo-
nor de Alvarado, Juan Pérez
Dardón, Gaspar Arias y la
misma Orden de los domi-
nicos, quienes tenían milpas
de indios y estancias de ga-
nado mayor en las cercanías
de esos parajes.
Entre octubre y noviem-
bre de 1541, los nuevos
gobernadores ordenaron
desalojar a los indígenas
cakchiqueles que habitaban
en el sitio llamado Pancán
o Panchoy, pues necesitaban
dichas tierras para el nuevo 16 Leonor de Alvarado.

3 Real Academia de la Historia, Colección Muñoz, A/109, fols. 237r-237v.


42 Santiago de Guatemala en Almolonga

asentamiento de los españoles; además, después de haber efectuado la tra-


za de la ciudad, hicieron el nuevo reparto de solares entre los vecinos.
Algunos pospusieron el traslado para no perder los solares que tenían en
Almolonga. Los mercedarios, por ejemplo, esperaron varios años, porque
el Ayuntamiento quería ampliar los nuevos ejidos con las tierras donde
tenían sus huertos.
En el nuevo sitio los vecinos cambiaron de actitud, pues se decidieron a
vivir en forma permanente en Guatemala. Para ello solicitaron a la Corona
española que les concediera a perpetuidad los repartimientos de indios, a
fin de buscar el bienestar en la minería, la agricultura y la ganadería. En
una de ellas el Obispo Marroquín,4 en nombre de los encomenderos, ar-
gumentaba:

Cosa acertada sería también que los que estamos en estas partes perdiése-
mos la esperanza de volver a vivir y morir en Castilla [...], que poca ne-
cesidad hay en Castilla de más mayorazgos; y no que disfruten la tierra y
la dejen. Vánse los ricos y los que han de sustentar la tierra, conocido está
que los pobres también quieren ser ricos y todo ha de cargar sobre estas
tristes Indias.

Es también muy conveniente que los indios se den perpetuos, porque serán
mejor tratados con las dos condiciones de arriba; que se casen [los españo-
les] y que sepan que han de vivir para siempre acá. 5

La ocasión fue también aprovechada por la Corona española, quien


no aceptó lo actuado por el Cabildo guatemalteco y envió a Alonso de
Maldonado para gobernar interinamente la Provincia de Guatemala, con
el encargo de que no permitiera insubordinación alguna, ni de las auto-

4 Encomienda: Merced real otorgada a conquistadores y colonos españoles distinguidos,


consistente en el derecho a cobrar parte de la totalidad de los tributos fijados a deter-
minado pueblo de indios. En Guatemala, entre 1524 y 1542, consistía en la obligación
de los indios de servir a sus encomenderos en todo lo que éstos demandaran. En sus
efectos prácticos, pues, no se diferenciaba en mayor grado de la esclavitud, excepto en
que los indios no eran herrados y en que la encomienda no implicaba el derecho de
propiedad sobre ellos. En 1542, mediante las Leyes Nuevas, la Corona ordenó la supre-
sión de los servicios y declaró que los naturales sólo eran tributarios libres del Rey. La
cantidad a pagar era definida al realizarse la tasación del pueblo de indios.
5 Sáenz de Santa María, 1964: 126.
Destrucción de la ciudad de Santiago en Almolonga... 43

ridades locales ni de los encomenderos. De ese modo se preparaban las


condiciones para los cambios que se generarían dos años después con la
aplicación de las Leyes Nuevas.6

6 Leyes Nuevas u Ordenanzas de Barcelona. Leyes promulgadas el 20 de noviembre de


1542, a solicitud de Bartolomé de las Casas. Restringían el poder de adelantados, go-
bernadores y encomenderos. Dicha legislación prohibía hacer esclavos a los naturales,
y ordenaban la libertad de todos aquellos que a la sazón existían todavía; suprimía la
condición de los tamemes, o sea, los indios obligados a conducir cargamentos sobre sus
espaldas; establecían que los naturales sólo estaban obligados al pago de un tributo;
recomendaban a las Audiencias reducir los repartimientos de indios, que alcanzaban
cantidades excesivas; concentraba en las Audiencias las funciones de gobierno y justi-
cia, tanto en lo civil como en lo criminal. Asimismo, determinaban el establecimiento
de una Audiencia Real en los confines de Guatemala y Nicaragua, cuya jurisdicción
debía extenderse desde Yucatán, Chiapas y Soconusco, por el norte, hasta Tierra Firme
(Panamá), por el sur.
44 Santiago de Guatemala en Almolonga
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Indice... 49

Índice analítico
A asentamiento de ciudad en Almolonga
14
Acajutla conquista de Guatemala 12
astillero 31 Teniente de Gobernador 19
indígenas herrados 2 Teniente de Justicia Mayor 12
Acuña, Jorge de 12 y aperreamiento de naturales 25
Agua y iestas 34
volcán 14 y Santiago de Guatemala 14
Ahpopxahil 9 Alvarado, Juana de 38, 40
Ahpopzotzil 9, 35 Alvarado, Leonor de 38, 40-41
Albaque, Diego de matrimonios 31
franciscano 25 nacimiento 30
Albéitares 18 salvada por indígena 40
Alcaldes Ordinarios Alvarado, Pedro de 1, 7, 19, 27, 40
Arias, Gaspar 19 Adelantado, Gobernador y Capitán
Mendoza, Baltazar de 10 General de Guatemala 18
Rojas, Diego de 10 conquista de Guatemala 8
Alegría, Francisco consolidación de poder 17
sacerdote secular 24 en Iximché 9
Alejandría 4 expedición al Perú 15
Alguacil Mayor juicio de residencia 17
Alvarado, Domingo 10 manda ahorcar a Cahí Imox 36
Almagro, Diego de manda herrar indígenas 22
compra indígenas y caballos a Pedro de molino harinero 30
Alvarado 16 muerte 37
Almolonga 1, 9, 13, 15, 32, 37 Primer Juicio de Residencia 12
asentamiento de Santiago de Guate- quema Iximché 12
mala 13-14, 17 Segundo Juicio de Residencia 12, 24
Cristo de los Reyes 33 Teniente de Gobernador 10
escuela para indígenas 33 y esclavos de guerra 29
inundación 2 y esclavos indígenas 22
solares 42 y Luisa Xicoténcatl Tecubalsi 30
Altiplano y pestes 32
epidemia de viruela 7 Amerrisque 6
Alvarado, Francisca de 38 Anaya, Isabel de 26
Alvarado, Gonzalo de 8 Angulo, Pedro de
alguacil mayor 10 dominico 25
y sublevación de los Sacatepéquez 11 Arbitrios 28
Alvarado, Hernando de 12 Archipiélagos
Alvarado, Jorge de 1, 8, 29-30, 38, 40 Molucas 16
50 Santiago de Guatemala en Almolonga

Arévalo, Francisco de 12 C
Arias, Gaspar 41
Alcalde Ordinario 19 Cabalgatas 6
Arteaga, Francisco de Caballería 14
sacerdote secular 24 Caballos 11, 16
Arteaga, Juana de 26 comercio 22
Artesanos Caba, María de 26
esclavos negros 31 Cabezas, Alonso 25
Astilleros Cabildo abierto 13-14
Acajutla 31 Cabildo Eclesiástico 24
Istapa 31 Cabos
Realejo 31 Gracias a Dios 5
Atitlán Cabrera, Gabriel de
lago 10 Procurador en Corte 28
Audiencia de los Conines 43 y escudo de armas 28
Audiencia de México 1, 17, 19 Cacao 28
Audiencia de Nueva España 25 Cahí Imox 35
Ayuntamiento ahorcado 36
Santiago de Guatemala 27 Ahpopzotzil 9
Ayuntamiento de Santiago Cakchiqueles 7-10, 13, 20, 25, 33
atribuciones 28 capital 8
Aztecas 6-7 desalojados de Pancán 41
esclavos 16
B llevados a Perú 25
sometimiento 12, 30
Barahona, Sancho de 8, 29 sublevación 10
Procurador del Cabildo 13 y Fiesta del Volcán 35
Barcelona 4 Calafateros 31
Barreda, Héctor de la Calpixques 31
y ganado vacuno 30 Calpul 24
Bautizos masivos 21 Caña de azúcar 30
Beaterios 33 Cáncer, Luis
Belehé Qat dominico 25
Ahpopxahil 9 Canónigos 24
Benavente, Toribio de Canto 33
franciscano 21 Canto gregoriano 33
Bocó 12 Canto llano 33
Buitres 7 Capataces 31
Bulbuxyá 14 Capellanes 40
véase Almolonga Cariay 5
Bustillo, Alonso Caribes 3
franciscano 25 Carlos I 18, 32
Indice... 51

obsequia Cristo de los Reyes 33 Cortés, Hernán 1, 6, 10


Carpinteros 18, 31 viaje a Honduras 11
Carreras de caballos 34 y Señor de Tlaxcala 30
Carrillo, Hernán 12 Costa Rica
regidor 10 conquista 6
Castas 31 Costa Sur 10
Castellanos, Francisco 29 epidemia de viruela 7
y trigo 30 sometimiento 30
Catecismo 33 Criados de compañía 31
Cerámica 4 Cronistas
Cereros 34 De la Vega, Garcilaso 34
Chajomás 11 Díaz del Castillo, Bernal 12
Chiapa 19 Oviedo y Valdés, Gonzalo Fernández
Chiapas 43 de 39
Chibchas 6 Remesal, Antonio de 19
Chimaltenango 12-14 Rodríguez Cabrillo de Medrano, Juan
Chirimías 36 39
Chixot 12 Cuba 3, 30
Cholulas 8, 10, 25 Cuscatlán 10, 20
Chontales 6
Ciudades D
Santiago de Guatemala 1
Ciudad Vieja 30, 33, 35 Danzas
tlaxcaltecas 35 Fiesta del Volcán 35
y iesta de Santa Cecilia 35 Dávila, Pedrarias 1, 6, 8, 20
Cofrades 24 De la Cueva, Beatriz 25, 36, 37, 40
Cohecho 19 baile de recibimiento 34
Colegios gobernadora 36
Nuestra Señora de la Presentación 33 llegada a Guatemala 31
Colón, Cristóbal muerte 38, 40
Carta de relación sobre el cuarto viaje De la Cueva, Francisco
4 casamiento 31
cuarto viaje 1, 3 Gobernador 41
Diario y Cartas de navegación 5 gobernante 36
Comalapa 13 De la Vega, Garcilaso
Conquista cronista 34
tierra arrasada 13 De los Cobos, Francisco
Constantinopla 4 Secretario de Carlos I 18
Convento franciscano 33 Demografía
Corpus Christi 34 población indígena 32
Correrías 6 Díaz del Castillo, Bernal
Corridas de toros 34 cronista 12
52 Santiago de Guatemala en Almolonga

Diccionarios 33 Santiago de Guatemala 28


Diezmo 13 Escuintepeque 10
Diócesis 33 Esculturas
Dominicos Cristo de los Reyes 33
Angulo, Pedro de 25 La Conquistadora 33
arribo a Guatemala 24 Virgen de La Merced 33
Cáncer, Luis 25 España 4
estancias de ganado mayor 41 Especias 4
Ladrada, Rodrigo de 25 Estancias de ganado mayor 41
Las Casas, Bartolomé de 25 Estrecho Dudoso 6
milpas de indios 41
Duque de Albuquerque 18, 25 F

E Fadrique, Ana 26
Fiesta del Volcán 35
Ecuador 16 Fiestas
Educación 33 aniversario de la ciudad 28
escuela mercedaria 24 Candelaria 34
Egipto 4 San Sebastián 34
El Realejo Santa Cecilia 14, 34, 35
indígenas herrados 2 Santiago 34
El Salvador 1 Santiago Apóstol 34
Encamisadas 34 Flautas 36
Encomenderos 28 Franciscanos
Encomienda 42 Albaque, Diego de 25
Entradas 6 arribo a Guatemala 25
Epidemias 32 Benavente, Toribio de 21
viruela 7 Bustillo, Alonso 25
Esclava blanca 40 Méndez, Gonzalo 25
Esclavitud 42 Ordóñez, Diego 25
Esclavos 6, 43 Paredes de Benavente, Toribio 21
indígenas 13, 16, 29 Valderas, Francisco 25
negros 38 Frijol 28
Esclavos de rescate 22, 29 Fuentes y Guzmán, Francisco Antonio
Esclavos negros de 28
artesanos 31 y rancherías 29
Escorial Fundaciones
iluminadores 34 Santiago de Guatemala 10
Escribanos
indígenas 30 G
Reguera, Alonso 10
Escudos de armas Gallinas 28
Indice... 53

Ganadería 42 primera misa 4


Ganado ovino 30 Puerto Caballos 25
Ganado vacuno 30 Horozco, María de 26
Génova 4 Hospitales 14, 16
Gente ordinaria 31 Nuestra Señora de las Misericordias 32
Gobernador de indios 24 Hunahpú
Gobernadores avalancha 38
De la Cueva, Beatriz 36, 38 volcán 14
De la Cueva, Francisco 41 Huracanes 4
Maldonado, Alonso de 23, 42
Godínez, Juan 20 I
cura secular 13, 21
deán 24 Iluminadores
Golfo de Honduras 16 manieristas 34
Gracias a Dios 5 renacentistas 34
Gramáticas 33 Impuestos
Gran Khan 4 quinto real 2
Gremios Indígenas
y procesión del Corpus Christi 34 disminución de población 32
Guacalate 41 esclavos 16
Guacamayas 35 esclavos de guerra 29
Guardaespaldas 31 esclavos de rescate 29
Guatemala 1, 8 herrados 2
indígenas herrados 1 mercaderes 3
pestes 32 Inluenza 32
Gumarcaah Inframundo 21
capital de los quichés 10 Intérpretes 21
nacimiento de Leonor de Alvarado 30 Isabel la Católica 6
Gutiérrez, Francisco Islas de la Bahía 3, 6
arcediano 24 Islas de la Especies 2, 7, 15, 36
sacerdote secular 24 Islas de las Especies 1
Italia 4
H Iximché 13
arribo de españoles 9
Haciendas 31 Iztapa
Herradores 18 astillero 31
Herreros 18, 31 puerto 16
Hidalgos
Portocarrero, Pedro de 8 J
Hidalguía 1
Honduras 1, 5-6, 11-12 Jocotenango
Islas de la Bahía 3 y iesta de Santa Cecilia 35
54 Santiago de Guatemala en Almolonga

Juana I de Castilla Maíz 28


y escudo de armas de Santiago 28 Maldonado, Alonso de
Jueces de Residencia 1 Gobernador 23, 42
Orduña, Francisco de 19 y jueces de milpas 28
Juegos de cañas 34 y Segundo Juicio de Residencia 25
Juegos pirotécnicos 34 y tasación tributaria 23
Juez de Milpas 28 Mar Caribe 3-4, 6
Juicio de Residencia 17 Mar del Sur 25
Alvarado, Pedro de 12, 23, 25 Marroquín, Francisco 15
aboga por encomenderos 42
K arribo a Guatemala 22
cura párroco 20
Kumatz 32 Gobernador 41
juez eclesiástico 22
L obispo 24
Protector de Indios 23
Labores 31 relato sobre destrucción de Santiago de
Ladrada, Rodrigo de Guatemala 40
dominico 25 y comercio de caballos 22
La Española 3 y destrucción de Santiago 39
Lagos y educación de mestizas 31, 32
Atitlán 10 y esclavos indígenas 22
Las Casas, Bartolomé de y música sacra 33
critica a Francisco Marroquín 23 y repartimiento de indios 23
dominico 25 y tasación tributaria 23
y Leyes Nuevas 43 Matzahuatl 32
La Sinventura Mayas 4
véase De la Cueva, Beatriz Mayorazgos 42
Lejano Oriente 3-4, 6 Maztates 35
Lempa Medina del Campo 28
río 20 Medina, Jorge
Leyes Nuevas 42-43 maestrescuela 24
Libro Viejo 34 sacerdote secular 24
Lienzo de Quauhquechollan 30 Mejía, Ana 26
Lisboa 4 Memorial de Sololá 7, 9, 11-12
Lobera, Joan de 38 Méndez, Gonzalo
franciscano 25
M y tzutujiles 25
Mendoza, Baltazar de
Maestrescuelas alcalde ordinario 10
Medina, Jorge 24 Mercaderes
Maestro de capilla 33 indígenas 3
Indice... 55

Mercados conquista 6
Plaza de Armas 28 Realejo 31
Mercedarios visita de Motolinía 21
Alejandro 4 Nochistlán 36
arribo a Guatemala 24 Nueva España 30
escuelas 33 autoridades eclesiásticas 22
Pérez Dardón, Marcos 24 pestes 32
permanencia en Almolonga 42 Nueva Galicia 36
Zambrano, Juan de 24
Mestizos 31 O
Mexicas 6, 8, 10, 25
México 1, 6, 8 Oaxaca 30
Miel 28 Obispos
Milpas de indios 41 Marroquín, Francisco 24
fundación 30 Zumárraga, Juan de 20, 22
Minas Obrajes 31
oro 5 Obsidiana 4
Minería 42 Oceanía 1
Misa cantada 34 Olid, Cristóbal de 7
Moctezuma 7 rebelión 11
Molina, Francisca de 38, 40 Olintepeque 11, 12
Molino harinero 30 Ordenanzas de Barcelona 43
Molucas 16 Órdenes religiosas 24, 33
Monroy, Diego de 12 llegada 30
Motolinía Ordóñez, Diego
franciscano franciscano 25
véase Benavente, Toribio de Orduña, Francisco de
Mulatos 31 Juez de Residencia 19
Música Oro 1, 2, 4, 6, 11, 19, 30
indios trompeteros 34 minas 5
instrumentos 36 Oviedo y Valdés, Gonzalo Fernández de
libros cantorales 33 e inundación de Santiago 39
sacra 33
P
N
Panamá 1, 6, 20, 43
Naguatlato 21 Panatacat
Nápoles 4 véase Escuintepeque
Negras 31 Panchoy 2, 41
Nicaragua 1, 5, 25 catedral 36
Amerrisque 6 traslado de Santiago de Guatemala 37
comercio de caballos 22 Panteísmo 21
56 Santiago de Guatemala en Almolonga

Parcialidad 24 Puertos
Pardos 31 Iztapa 16
Paredes de Benavente, Toribio
franciscano 21 Q
Paulo III 24
Pecado original 21 Quauhquechollan 12
Penínsulas Quauhquecholtecas
Ibérica 3 barrio 30
Pensativo 41 y conquista española 30
Peonía 14 Quetzal 35
Pérez Dardón, Juan 41 Quetzaltenango 10
regidor 10 Quichés 7, 20, 25, 33
Pérez Dardón, Marco apoyo a españoles 11
mercedario 24 apoyo militar a españoles 13
Pericos 35 capital 8
Perros 7 Quinto real 2
mastines 8 Quito 16
Perú 1, 2, 15-16, 24, 30-31 Quiyavit Caok
Pestes ahorcado 36
viruela 7
Petates 4 R
Pinturas
La Conquistadora 33 Rancherías 29
Pipiles 10, 11 Realejo
Plata 2, 6, 30 astillero 31
Plaza de Armas Real Hacienda 28
mercado 28 Regidores
Plumas 35 Carrillo, Hernán 10
Pólvora 4, 34 Pérez Dardón, Juan 10
Portocarrero, Pedro de 8, 12 Portocarrero, Pedro de 10
casamiento 31 Zubiarreta, Domingo 10
regidor 10 Reguera, Alonso
Portugal 4 escribano 10
Primer Libro de Cabildo 34 Reinas
Principales 24, 28-30, 33, 36 Isabel la Católica 6
Procesiones Remesal, Antonio de
Santo Entierro del Templo de Santo cronista 18
Domingo 34 Repartimiento de indios 2, 17, 23, 42
Propios 28 Ríos
Protectores de Indios Coco 5
Marroquín, Francisco 23 Guacalate 41
Puerto Caballos 25 Lempa 20
Indice... 57

Magdalena 41 San Miguel Escobar 1, 14


Pensativo 41 San Pedro del Tesorero
Tinto 4 milpa de indios 30
Rodríguez Cabrillo de Medrano, Juan Santa Catarina Barahona
cronista 39 milpa de indios 30
Rodríguez, Pedro Santiago de Guatemala 1
sacerdote secular 24 autoridades edilicias destituidas 2
Rojas, Diego de destrucción 37
alcalde ordinario 10 en Almolonga 15
escudo de armas 28
S fundación 10
inundación 2
Sacachul 9 menesterosos 31
Sacatepéquez Plaza de Armas 14
sublevación 11 primeros vecinos 15
Sacerdotes seculares primer trazado 17
Alegría, Francisco 24 reparto de solares y tierras 14
Arteaga, Francisco de 24 traslado 2
Godínez, Juan 21 vecinos 30
Gutiérrez, Francisco 24 Santiago Zamora
Medina, Jorge 24 milpa de indios 30
Rodríguez, Pedro 24 Santo Domingo 3
Sal 28 Santo Domingo de los Hortelanos
San Andrés Deán milpa de indios 30
milpa de indios 30 Sarampión 32
San Antonio Abad 34 Saraos 34
San Bartolomé Becerra Sermones 33
milpa de indios 30 Sevilla
San Juan Comalapa 12 iluminadores 34
San Juan del Obispo Sierras
milpa de indios 30 Amerrisque 6
San Juan Gascón Soconusco 43
milpa de indios 30 Solares 42
San Lucas Sacatepéquez Supramundo 21
mercado 14
San Martín, Francisca de 26 T
San Miguel
fraile franciscano 22 Taínos 3
Pedro de Alvarado manda herrar escla- Tamemes 43
vos indígenas 22 Tecpán Guatemala
San Miguel de la Frontera y Francisco Valderas 25
villa 20 Tenochtitlan 6
58 Santiago de Guatemala en Almolonga

Teopantlacas 24 Tuerto 41
Tianguecillo 14 Venecia 4
Tierra Firme 43 Verduras 28
Tierras 24 Veterinarios 18
caballería 14 Villas
peonía 14 Puriicación 16
repartimiento 18-19 San Miguel de la Frontera 20
solares 14, 28, 42 Viruela 7, 32
Tifus 32 Visitas pastorales 24
Tlacuiloques 30 Volcanes
Tlaxcaltecas 8, 10, 25, 35 Agua 14, 37
barrio 30
Tributo 30, 42 X
pago 28
Trigo 30 Xepau 11
Tunatiuh 9 Xicoténcatl Tecubalsi, Luisa 31
exige oro y doncellas 11 morada 30
Turquía 4
Tutepeque 30 Y
Tziquinahá
conquista 10 Yucatán 43
Tzutujiles 7, 20, 25 mayas 4
apoyo a españoles 11
apoyo militar a españoles 13 Z
capital 10
Zambos 31
U Zambrano, Juan de
mercedario 24
Utatlán 8, 30 Zinacán 9, 35-36
incendio 10 Zorrilla, Francisco de
y ganado ovino 30
V Zubiarreta, Domingo
regidor 10
Valderas, Francisco Zumárraga, Juan de
franciscano 25 obispo 22
Valles Obispo de México 20
Panchoy 41 y consagración episcopal de Francisco
Pangán 41 Marroquín 24

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