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Capítulo 1

EL ORIGEN DEL SÁBADO

1.1 Dios estableció el sábado en la creación

Rastrear el origen del sábado no es algo complicado. Todo lo que tenemos que

hacer es buscar en la Biblia, que fue inspirada por Dios, con fe. Es allí, en las

primeras páginas de Génesis, donde aprendemos sobre la creación de Dios, la cual

culmina en el establecimiento de este día tan especial.

Dios creó los cielos y la tierra en seis días con el poder de su palabra. La Biblia

dice: “Y vio Dios todo cuanto había hecho, y era bueno en gran manera. Y fue la

tarde y la mañana del sexto día” (Gn 1:31). Sin embargo, hubo un elemento más

en el plan divino, algo que completaría y perfeccionaría dicho plan. En el séptimo

día, Dios descansó, bendijo el día y lo santificó.

Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo lo que hay en ellos. El séptimo

día concluyó Dios la obra que hizo, y reposó el séptimo día de todo cuanto había

hecho. Entonces bendijo Dios el séptimo día y lo santificó, porque en él reposó

de toda la obra que había hecho en la creación. Éstos son los orígenes de los

cielos y de la tierra cuando fueron creados.

Génesis 2:1-3

El sábado marcó el final de la gloriosa creación de Dios. De hecho, el

establecimiento del sábado fue el pináculo de todo el proceso. Se podría

considerarlo como una celebración, un momento en que Dios se complació de

todo lo que había hecho. Además, a Él lo acompañaron una multitud de huestes

celestiales que alabaron su obra con un cántico alegre ( Job 38:4-7).

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